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LOS DEFENSORES DE LA IZ I GILIDJD I ACIONi I:.. Hoy, como verán nuestros lectores, tenernos el gusto de publicar ci retrato de uno de los militares que mas se han distin- guido por su valor, pericia y constancia en la lucha que aquí han sostenido la civilizaeion con- tra la barbárie, el derecho con- tra la violencia, el órdeu contra la anarquía y el espíritu gaer- rero contra la emboscada ruin y cobarde. Le ha tocado el turno en nues -tra galería al popular general Puello, tan justamente estimado por sus prendas y tan digno de recompensa por sus sacrificios en la larga campaña que sin momento de descanso ha soste- nido. Felizmente esa campaña toca á su fin, y así nos lo hace espe- rar la salida de nuestro dignísi- mo Capitan General, que, como todo el inundo sabe, partió el domingo último para el Cama- güey, de donde deseamos verle volver pronto, recibiendo en to- das partes el glorioso título de Pacificadór de Cuba. GALERIA DEL MORO MUZA. EL EXCMO. SR, TENIENTE GENERAL D. EUSEBIO PUELLO EPOCA VII. HABANA 27 DE MARZO DE 1870. NUMERO 2(3. ^^wYERIp^f . DDhllca `O L :i:, 6C3.-OS- PRECIOS D[ L SUSCRICION: UN PESO AL MES EN LA HABANA y 30 ?s. fto . POR TRIMESTRES ADELA1TAD09 RK EL INTERIOR ñUYtO DE PORTE. ÐA CC, vp 7 AdWlatnden RSCLA 1^PiJ1- 88 A DONDE DIRIGIRAN TODAS LAS COMUNICACIONES y r 5s.m cicno:. EL NUMERO SUELTO SE TEVDE K\ LA ADMI\I8TIUCION A DOS RLALL TIC CARICATURISTA: BAYACETO. DIRECTOR J. M. VILLERGAS. CARICATURISTA: LANDALUZE. LA CLIESTION DEL DIA. Tantas y tan importantes, y tan variadas y tan de actualidad se le ofrecen hoy al que quiera escribir un buen artículo de fon- do, que no todos adivinarán cual es la cuestion á que me re- fiero. Tenemos, por de pronto, la cuestion de interinidad, que en concepto de muchos debe resol- verse de cualquier modo, lo cual valdria tanto como resolverla mal, y por consiguiente, no re- solverla. En efecto, segun mas de cua -tro, con aceptarapresuradamen- te tal ó cuál candidato para el trono, la interinidad quedaria terminada, y podríamos desde luego entregarnos al regocijo exclamando: ¡Gracias á Dios que está puesta la mesa! . 111e equivoqué. Lo que quise decir era: ¡Gracias á Dios que ya sali -mos de la interinidad! Pero los que discurren así, no ven que el dar un trono vacan- te á quien no brinde garantías de estabilidad polr su carácter, por sus precedentes, por las simpatías populares que han ds ser el mas sólido fundamento de su poder y por otras no des- atendibles circunstancias, seria proclamar un monarca interino,

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LOS DEFENSORES

DE LA

IZ I GILIDJD I ACIONi I:..

Hoy, como verán nuestroslectores, tenernos el gusto depublicar ci retrato de uno de losmilitares que mas se han distin-guido por su valor, pericia y• constancia en la lucha que aquíhan sostenido la civilizaeion con-tra la barbárie, el derecho con-tra la violencia, el órdeu contrala anarquía y el espíritu gaer-rero contra la emboscada ruiny cobarde.

Le ha tocado el turno en nues

-tra galería al popular generalPuello, tan justamente estimadopor sus prendas y tan digno derecompensa por sus sacrificiosen la larga campaña que sinmomento de descanso ha soste-nido.

Felizmente esa campaña tocaá su fin, y así nos lo hace espe-rar la salida de nuestro dignísi-mo Capitan General, que, comotodo el inundo sabe, partió eldomingo último para el Cama-güey, de donde deseamos verlevolver pronto, recibiendo en to-das partes el glorioso título dePacificadór de Cuba.

GALERIA DEL MORO MUZA.

EL EXCMO. SR, TENIENTE GENERAL D. EUSEBIO PUELLO

EPOCA VII. HABANA 27 DE MARZO DE 1870. NUMERO 2(3.

^^wYERIp^f. DDhllca `O

L :i:, 6C3.-OS-

PRECIOS

D[ L

SUSCRICION:

UN PESO AL MES EN LA HABANA

y 30 ?s. fto .

POR TRIMESTRES ADELA1TAD09

RK EL INTERIOR

ñUYtO DE PORTE.

ÐA CC,

vp 7 AdWlatnden

RSCLA 1^PiJ1- 88

A DONDE

DIRIGIRAN

TODAS LAS COMUNICACIONES

y r 5s.m cicno:.

EL NUMERO SUELTO SE TEVDE

K\ LA ADMI\I8TIUCION

A DOS RLALL TIC

CARICATURISTA: BAYACETO. DIRECTOR J. M. VILLERGAS. CARICATURISTA: LANDALUZE.

LA CLIESTION DEL DIA.

Tantas y tan importantes, ytan variadas y tan de actualidadse le ofrecen hoy al que quieraescribir un buen artículo de fon-do, que no todos adivinaráncual es la cuestion á que me re-fiero.

Tenemos, por de pronto, lacuestion de interinidad, que enconcepto de muchos debe resol-verse de cualquier modo, lo cualvaldria tanto como resolverlamal, y por consiguiente, no re-solverla.

En efecto, segun mas de cua-tro, con aceptarapresuradamen-

te tal ó cuál candidato para eltrono, la interinidad quedaria

terminada, y podríamos desdeluego entregarnos al regocijoexclamando: ¡Gracias á Diosque está puesta la mesa! . 111eequivoqué. Lo que quise decirera: ¡Gracias á Dios que ya sali

-mos de la interinidad!

Pero los que discurren así, noven que el dar un trono vacan-te á quien no brinde garantíasde estabilidad polr su carácter,por sus precedentes, por lassimpatías populares que han dsser el mas sólido fundamentode su poder y por otras no des-atendibles circunstancias, seriaproclamar un monarca interino,

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EL MORO MUZA

Ò lo que es igual, salir de una interinidadpara entrar en otra.

Esta cuestion, como se vé, no puede resol-verla ningun partido, ni muchos palitidos deconformidad-, y menos podria resolverla unperiodista, sin embargo de la facilidad con quelos escritores derribamos instituciones de unapluma, es decir, nos hacemos la ilusion dehaberlas derribado, y con otra plumada go-bernamos el universo, sin que, por deconta-do, el universo haga mucho caso de nuestrassoberanas disposiciones. Esta cuestion se re-solverá, lectores, por el único que puede.re-solverla definitivamente, y el único que pue-de resolver esta cuestion, es...... el tiempo.

Tenemos tambien sobre el tapete la cues-tion del duelo, promovida por un desgracia-

dísimo lance de honor, que no dejará tal vezde influir poderosamente en los sucesos po-líticos de nuestra Pátria. Un augusto .perso-naje lamenta hoy la fatalidad de haber pri-vado de la existencia á un propincuo parien-te y sobre este particular, como lo he consig-nado en mi novela titulada Los Espadachi-nes, obra que me atrevo á recomendar á todoel que sigue pagando tributo á la preocupa-cion que en ella se combate, no he visto unvencedor ni un vencido en duelo mortal queno acabe arrepintiéndose de su extravío. Losque mueren, cuando conservan suficiente ra-zon para ello, reniegan de haber sido bastan-te débiles para obedecer á una costumbreque el buen sentido reprueba, y los que vi-ven...... esos sqn infinitamente mas desgra-ciados que los que mueren. ¿Por qué unos yotros han de guardar el arrepentimiento pa-ra cuando, por lo tardío, es completamenteinútil?

Vamos á otra cuestion, y esta es de tantointerés, amados lectores, que está preocupan-do á los gobiernos de las naciones mas pode-rosas de la tierra. Francia, Austria, Prusia,Italia, España y otras potencias, siguen conzozobra esa trascendentalísima cuestion, queno es otra que la de la infalibilidad del Papa.

Pero, vean ustedes lo que son las •cosas.Eso que tanto dá en qué pensar á los gober-nantes de medio mundo, me tiene á mí coni-pletamente sin cuidado; porque tanto me im-porta que el Concilio Ecuménico proclamela citada infalibilidad, como que la rechace.Si la rechaza, diré: corriente, ya sé que elPapa no es infalible, y si la admite, diré: seaen hora buena, ya se que es infalible el Papa.

No faltará quien observe que la manse-dumbre con que estoy dispuesto á recibir ladecision del Concilio Ecuménico, en la cues

-tion que conmueve los cimientos políticos detantas grandes naciones, proviene de que nosoy gobernante; pero yo aseguro que si lofuera, me sucederia lo mismo. En cuanto su-piera el resultado de la votacion diria: ya séque el Papa es infalible, ó ya sé que no esinfalible el Papa, y seguiria gobernando conarreglo á mis principios, es decir, procuran-do hacer respetar á todo el mundo las leyesdel país, que tenderian naturalmente á labrarla felicidad de los gobernados.

Entretanto, diga el Concilio que el Papadebe ser infalible, ó diga lo contrario, estoyseguro, segurísimo de que lo que yo escriba noha de influir nada en las resoluciones de eseConcilio; de donde deduzco que no es lacuestion de 1,1 infalibilidad, por mucha im-portancia qn4 el mundo la dé, la que debotratar en este artículo, si he de aprovecharel tiempo.

¿Cuál es, pues, la cuestion del cria? ¿La de laguerra? No: esta ya no es cuestion entre nos-otros,4uesto que- podemos considerarla re-sueltàpor los bravos soldados y voluntarios,insulares y peninsulares, que han ido dandobuena cuenta de los miserables que por algo

han protestado no llevar en sus venas la san-gre de los Pelayos, los Cides y los Gonzalo deCórdoba. ¡Oh! Harto debemos sentir que losque no tengan esa sangre se adornen.con losnombres de muchos de nuestros venerablesascendientes; porque los nombres de los hé-roes llevados por los mambises, h_gcen un efec-to parecido al que baria el plumaje del águi-la real llevado por el áura tiñosa.

Estamos saliendo (le la guerra y entrandoen la paz; pero, dadas las cualidades nues

-tras y las de nuestros adversarios, siemprehe creido que, para nosotros, salir de la guer-ra y entrar en la paz, era salir de lo fácil pa-ra entrar en lo difícil; porque los enemigosde España que, segun siempre lo han de-mostrado, valen muy poco en el terreno de lafuerza, no dejan de valer algo en el terrenode la intriga, y además, al revés de los sol-dados de Alejandro, que con el hierro deMacedonia inutilizaron las armas de oro delos persas, nuestros adversarios suelen fiaral oro lo que no pueden alcanzar con elhierro.

Así lo hacen sospechar las noticias tele-gráficas que de Madrid se han recibido últi-mamente, segun las cuales, hay periódicos que,siendo españoles, abogan por la venta ó ce-sion de Cuba, y ya pareció aquello; es decir,ya pareció la verdadera cuestion del dia.

Así lo ha comprendido el Casino Españolde la Habana, que celebró en la noche delmiércoles una numerosa reunion, la cual fuédignamente "'dida por el Excmo. Sr. Go-bernador, - ionisio Lopez Roberts, enla cual se a ó por aclamacion una enér-gica protesta contra los mal aconsejados pe-riodistas que, mirando con criminal indife-rencia la honra de la Pátria y nuestras vidasé intereses, quieren darnos á cualquiera co-mo juguete, endosarnos como pagaré, ó ven-dernos como mercancía.

Dichosamente, lectores, ya sabemos queel Gobierno Supremo, por boca del valientegeneral Prim, ha desmentido solemnementelos ruinores èsparlidos por lo.4 <pérfidos labo-rantes, y así lo esperábamos de un poder quella ciado pruebas de gran - patriotismo, yamandándonos refuerzos que calificaré de in-verosímiles, atendiendo á la situacion emba-razosa que le habian creado en la Penínsulalos partidos extremos; ya obral.do con lau-dable parsimonia en lo referente á las refor-mas que se piden para las provincias ultra-marinas. Sabemos mas, lectores; sabernosque los diputados de la nacion, los represen-tantes legítimos del pueblo, carlistas y repu-blicanos, unionistas y moderados, progresis-tas y demócratas, mereciendo realmente elglorioso dictado de Padres de la Pátria, hanvotado, por unanimidad, que Cuba no dejaránunca de ser provincia española, y ante de-claraciones tau decisivas, por las cuales man-damos la mas sincera expresion cle gratitudal Gobierno y á las Córtes, poco puede ini-portarnos la opinion aislada de algun desdi-chado escritor, bastante topo para no ver elridículo en que se pone, ó bastante perversopara representar, por cuanto vos, en él teatrode la política la comedia del ¡Qué dirdn! y el¿Qué se me dá d mí?

De todos modos, merece nuestra plenaaprobacion la protesta del Casino y lamen-tamos el abuso que algunos hombres hacende la libertad de imprenta, conquista de larevolucion de Setiembre que no puede ex-tenderse al dereého de proclamarlo que cas-tigan las leyes comunes de todos los pueblosCivilizados.

Libertad hay bien amplia en Inglaterra yen los Estados Unidos, y qué, ¿se permitiríaen esos paises la apología de la inmoralidadó del crímen? ¿Consintieron los federales que

en sus periódicos se defendiese la causa delos que se titulaban eonfederàlos? ¿Aguanta-rían los ingleses que en sus publicaciones seindicase la conveniencia de vender á Ir-landa?

No faltaba mas sino que á los que así en-tienden la libertad de imprenta se les dieseun premio, y mirándolo bien, lo merecian.Ahora me acuerdo de aquel infame PerrinetLeclere, que, estando sitiada la ciudad de Pa-ris, facilitó traidoramente la entrada de lossitiadores. Cuando los parisienses hubieronalcanzado la victoria, premiaron al traidorPèrrinet Leelerc erigiéndole una estátua; pe-ro se impusieron todos la obligacion de es-cupir ó de apedrear á dicha estátua siempreque pasaran por el punto donde la habiancolocado, y un galardon por el estilo conce-dería yo á los ciudadanos españoles que seatrevan á proponer la cesion ó la venta dela Isla de Cuba. -

Er. MORO MuzA.

UN REY DE COPAS.

No puede negarse, lectores, que los since-ros partidarios de la república cubanacana sonhombres de suerte. La naturaleza les hizoimpotentes para luchar con los buenos espa-ñoles insulares y peninsulares, les dió mejo-res piernas que brazos, les formó mas aptospara la ftiga que para la pelea, les negó, enuna palabra, todas las condiciones que nece-sitaban para llegar á, lo que ellos; en su pe-culiar estilo, llamaban independizarse, y pre-cisamente á ese conjunto de virtudes negati-vas deben su fortuna.

Sí, lectores, muy venturosos han sido losrepublicanos de Cuba en perder la partidaque con nosotros quisieron jugar, puesto quehabrian perditla mucho mas si hubieran lle-gado á ganarla. ¿Y sabeis por qué? Voy ádecirlo. Esos demócratas furibundos han cor

-rido el Peligroso albur de ver coronado áCéspedes, quien, queriendo parecerse en al-go al rey que rabió, estaba rabiando por serrey; pero no un rey constitucional de los queahora se estilan, sino un rey de la escueladel eniperador Soutouque, (Q. E. P. D.) ó co-mo si dijéramos, un rey dueño de vidas y ha-ciendas.

¿De dónde pudo venirle á ese mentecatola rara idea de fundar una .dinastía, que ne-,cesariamente habia ple tener muy poca con-sistencia, siendo una dinastía de Céspedes?

Yo no lo sé, ni me hace thlta averiguarlo:pero como todas las cosas, por disparatadasque sean, reconocen algun orígen, infieroque ' Céspedes le vino la idea indicada, de lacasualidad de llevar dos nombres, porque . co-mo ha visto en pocos años reinar en diferen-tes estados de Europa un Carlos Alberto, unVíctor Manuel, un Federico Guillermo, unLuis Felipe y otros, ejusdern fur furis, al repa-rar en que él se nombraba Carlos Manuel,debió decir, parodiando al `Médied á Palos:¿Si seré yo monarca y no habré reparado enello? Ocurrirle esta halagüeña refloxion yacariciarla, todo seria uno; acariciarla y con-vertírsele en idea fija, todo seria otro; caeren la monomania y poner manos á la obra,cero yvan tres. ¡Ah! lo repito, ¡qué suerte hantenido los republicanos de Cuba en no ser

EL MORO Mrrz_X 203

a

bastante numerosos y bastante robustos ybastante bravos para lo que ellos, en su par-ticular dialecto, llamaban incleperecli-ttrse!

Y que el Sr. Carlos Manuel ha pensadocoronarse no puedo dudarlo yo, despues dehaber recibido esta carta de • una persona dePort-ecu-P,,ince (Haití) que me merece muchocrédito:

«Ciudadano Mono: ya pasó el tiempo de lasbrujas y de los brujos, por haber muerto elque los perseguia.»

Este principio de la carta debe parecer unsi es no es oscuro y quiero aclararlo.

En tiempo del célebre Soulouque habia enPort-au-Prince un terrible Gobernador quese nombraba Vil de•Lubin, conde de Petion-Ville, el cual, no solo creia en la existenciade las brujas, sino que resolvió . acabar conellas, empleando uli medio propio de un ré-gimen que era la negacion absoluta de todaslas garantías individuales. Consistia dichomedio en lo siguiente:

Tan pronto como una persóua era acusa-da de brujería, Vil de Lubin la llamaba, y,armado con un gordo garrote, daba princi-pio á su interrogatorio diciendo:—Mira quesi no me confiesas la verdad, acabo contigoá palos. ¿Eres bruja? (ó brujo.)—No, señor.(Aquí era tan infalible como el Papa el pri-mer garrotazo.)—No me niegues lo que yosé; ¿eres bruja? (ó brujo.)—No, señor. (Se-gundo garrotazo.)—¿Eres bruja? (ó brujo)&c.; de modo que Vil de Lubin estaba dandopalos á los acusados de brujos, hasta queconfesaban serlo, 3t cuando lo confesaban,seguia vapuleándolos hasta que exhalaban elúltimo suspiro aquellos delincuentes convic-tos y confesos.

Ahora bien, Vil de Lubin,. • que fné dignofuncionario de Soulouque, acaba de morirfusilado como partidario de Sal nave, y estan-do probado que solo existen las brujas allídonde hay quien crea en ellas, y habiendosido fusilado el tal Vil de Lubin, cuyas proe-zas he dado á conocer, ya tiene el públicoexplicado el sentido del primer párrafo (le lacarta que de Part-au-P•ince le han escrito alMono MuzA. Esto supuesto, allá va la con-tinuacion ele la carta.

«Y tambien ha pasado •el peligro que loscubanos y los Haitianos hemos corrido de ;; er-derlo todo con los dos reyes que teníamos enpuerta. En prueba de ello, voy á comunica-ros la declaracion que á última hora hizoVil de Lubin á uno de sus mejores amigos.

«Nosotros, dijo el reo, habíamos pensadocoronar á Salnave, cuando nos llegó un emi-sario de Céspedes, diciendo que este, si triun-faba en Cuba, pensaba coronarse tambien;por lo cual ofrecia, para cuando lograse loque deseaba, todo su apoya á nuestro parti-do, solicitando entre tanto que nosotros lediésemos el nuestro. Por mas que nos agra-dase mucho el pensamiento, no lo creíamosdesde luego realizable; pero el emisario deCéspedes nos hizo saber que, para llevarlo ácabo, se contaba con la aquiescencia del mar-qués de Santa Lucía, de Quesada, de Bramo-sio, de Morales Lémus, de Aldama, de Fi-gueredo y de Aguilera, todos los cuales,

aunque blasonan de intransigentes repu-blicanos, se hallaban dispuestos á ser, nosolo súbditos, sino vasallos del actual presi-dente ele la Manigua.»

«¿Qué os parece? ¿\o es cierto que he-mos corrido el riesgo de quedarnos sin ea:ui-sa con los dos reyes que 'tuvimos en puerta?

«Porque debo advertiros que Salnave pen-saba dejar atras á Faustino I, quien, co-mo sabeis, no soló estableció aquí aquelloshorrorosos impuestos, gracias mí los cualessalió del pais con veinticinco 6 treinta millo-nes de pesos, sino que introdujo la costum

-bre de los fusilamientos sin formacion ple cau-sa y-con recomendacion, y esta era la marcha

que Céspedes se proponia seguir en Cubatambien, segun dijo su emisario.»

El resto de la carta no tiene relacion conla política y lo suprimo; pero el último pár-rafo citado exige, como el primero, unaexplicacion, y voy á darla.

Es el caso, lectores, que cuando Soulouquemandaba fusilar á sus enemigos, ó á sus ami-gos, pues hubo ministros que de sus respecti

-vos ministerios salieron al campo á recibir lamuerte, solia recomendarlos nias ó menos, yla mayor ó menor recomendacion suya dabala medida del tiempo que debía durar la eje-cucion de las víctimas; de modo que el queiba poco recomendado, moria pronto; perode los que merecieron grandes recomendacio-nes, hubo hombre que recibió cincuenta ba-lazos antes de llegar á perder el conoci-miento.

Ahora bien: este era el bello ideal de Cés-pedes, segun la• última revelacion de Vil deLubin, que por un amigo que tenemos enPort–au–Prince nos ha.sido comunicada, ypor consecuencia, niégueme duien á tanto sedetermine que los republicanos de Cuba tic-nen mucho que agradecer á la fortuna, porno haber sido bastante numerosos, bastantefuertes y bastante valientes para lo queellos, en su singular algarabía, llamaban in-dependizarse.

Pero yo me pregunto: ¿cómo el marquésde Santa Lucía, -Quesada, Bramosio, Mora-les Lénlus, Aldama, Figneredo y Aguilera,siendo tan soberbios y ambiciosos, que porambiciosos y soberbios han renegado de susangre, querían someterse á la tiranía deCéspedes? Y á fuerza de pensar en ello, hedado con las siguientes razones, que me pa-recen satisfactorias.

El marquis de Santa Lucía, que habiaconvertido en ingleses mí ciudadanos lea-les, querría tal vez independizarse para echar deaquí mí los mencionados ingleses, y al mismotiempo, trataría de sostener una forma degobierno que le permitiese conservar su mar-quesado.

El ladron Quesada estaría pensando en serGentil-Hombre, para hacer de la llave doradauna ganzúa.

Bramosio..... Este no sé lo que esperaríade S. M. Cárlos Manuel, como no fuera elderecho de engordar en las caballerizas. •

Morales Lémus, de seguro querría ser em-bajador, por la aficion decidida que siempre

ha tenido á las embajadas. Digo esto, porque,

sabiendo el Modo que tiene de manejar eldinero-y los expedientes, creo que ui el mis-mo Céspedes lo hubiera colocado en unaAudiencia ni en una Tesorería.

En cuanto á D. Miguel de Aldama.... ¿quéidea se llevaría este alma de cántaro? Lo me-nos que debió pensar fue que Céspedes lenombraría Príncipe heredero-, y solo así seconciben los muchos 6 inútiles sacrificios pe-cuniarios que el pobre ha hecho para inde-pendizarse.

Con respecto (u Figuetiedo, supongo queeste aficionado al juego' del ajedrez, desearíatener un rey......para dar jaque d la reina.

Y en flu, lo de Aguilera es lo que mejorse comprende, porque, no pudiendo Céspe-des ser mas que lo que vulgarmente se llamaun re dè copas, figúrense mis lectores si unrey semejante sería una ganga para un hom

-bre como A Hilera.Pues bien; esto me trae á la memoria una

cancion que oí en 1884 en él Teatro de laCruz, de Madrid, una de cuyas mejores estro-fas decia:

«Un rey de copasYa por el Cerro;Lleva cencerroY cascabel.

Quiero corona¡Pobre doncel!

Quiere corona;Palos en él!

Por cierto que la música no valia tantocomo los versos, y por ahí podrán mis lecto-res calcular qué tal sería ella; pero, mala óbuena, la cancion del rey de copas tiene hoyen Cuba una aplicacion inmejorable. Cante-mos, pues, todos esta cancion, y si la ocasion sepresenta, obedezcamos lo que ordena en elúltimo de sus versos.

EL Mou,o MUZA.

¿Por qué nó? Un apreciable • ciudadano tiamanifestado deseos de ver publicado en ELMono el soneto siguiente, y nosotros que-noproscribimos ningun género cuando, estábien manejado, lo damos gusto en lo. que letenemos.

A la Simpática Srita. D J. M. y S. C.EN SUS NATALES.

SONETO.

Aun no has manchado en ei inmundo cienoLas orlas de tu blanca vestidura,Y se refleja en tu mirada puraLo inmaculado de tu virgen seno.

Blanca paloma, que al oir el trueno,Trémula gimes en la selva oscura,Y escondes la cabeza con pavuraBajo el plumaje de primores lleno.

IIoy que en el campo de tu frente brillaNueva flor de tus gracias virginales,Y un año mas descubro sin mpncilla;

¡0h! ¡Plegue al Cielo que feliz resbalesDe los placeres por la fresca orilla,Vertiendo amor y dicha en tus natales!

3L . M. v S. (1)

GGAXABACOA, MARZO 19 DE 1870.

(1) Se supone que este soneto debió publicarse el dia 18lo gne¡io fijé posible.

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EL GRAN MEETING EN NUEVA YORK.

RL ORADOR I1ESSER.—Uiudadauos, necesitamos vuestra ayuda!UNA voz.—Toma una, ciudadano.

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Adan y Eva arrojados para siempre de su paraiso.

206 EL Moro Muta

DIALOGO DE CIRCUNSTANCIAS

—¿Es V. mason?—¿Por qué es la pregunta?—Por saberlo.—Pues no, señor, no soy mason, ni casi me

acuerdo de la época en que lo fui.—Hola, ¿conque ha sido V. mason?—¿Por qué es la pregunta?—Por curiosidad.—Pues sí, señor, he si glo mason, como V.

y como todos los hombres.—¿Como yo? ¿Pues quién le ha dicho a

V. que yo soy G he sido mason?—¿Por qué es la pregunta?—Por saber la respuesta.—Pues me fundo, para creer que V. ha-

brá sido mason, en la verdad de que lo hansido todos los hombres.

—Pero, señor MORO, eso no es cierto,puesto que los masones forman una pequeñaminoría del género humano, y cuando á V.le consta esto, y cuando es evidente que lamasonería cuenta muchos enemigos, ¿de clon-de saca V. que todos los hombres sean ma

-sones?--¿Por qué es la pregunta?—Por ver lo que V. contesta.—Pues bien: yo no digo que todos los

hombres son masones, sino que todos lo hansido.

—¿Quién le ha dicho á V. tan garrafal dis-parate?

—¿Por qué es la pregunta?—Porque estoy asombrado de oir en V.

una afirmacion tan extraña; y si no, variosá ver como probará V. que yo he sido ma-son, contra el testimonio de mi palabra y demi conciencia.

—Corriente; pero ahora invertiremos lospapeles, y haré uso de mi derecho pregnn-tando: ¿no ha sido V. muchacho?

—¿Por qué es la pregunta?—Porque de la contestacion de V. voy á

deducir la natural consecuencia.—Pues, sí, señor, he sido niño ó mucha-

cho, antes de llegar á la adolescencia.—Luego, ha sido V. mason.—¿De donde lo infiere V?—¿Por qué es la pregunta?—Porque no veo lógica en lo que Y. dice.

¿Qué tienen que ver los niños con los maso-nes?

—Por qué es la pregunta?—Porque V. viene á suponer que to-

dos los niños son masones, lo que no puedeconcederse, pues si eso se concediera, ten-dria V. mucha razon en afirmar que nadieha llegado á la edad viril sin haber sidomason.

—Y bien, amigo mío, conco, para iní, lamasonería es un juego de niños, de ahí quetome por masones á todos los niños y porniños á todos los masones. Por eso creo queyo mismo fui mason, desde la edad de dos ótres años, es decir, desde que con otros niñoscomencé á pasar el tiempo en diversionesinfantiles, como jugar al escondite, á la ga-llina ciega ó al pim-pin, zaragate - la pm, has-ta que por mi desarrollo físico é intelectual,

debí entregarme á mas seria,, ocupaciones.—Vamos, ahora comprendo lo que V. que-

ría decir en lo que yo tomaba por una ex-travagancia. Usted, por lo visto, tiene tandesfavorable opinion de la masonería, que leparece cosa indigna de hombres formales, ólo que es lo mismo, una chiquillada. Pero,para juzgar de ese modo á la masonería es-tará V. enterado de su historia y de sus se-cretos. ¿No es así, señor Mono?

—¿Por qué es la pregunta?—Porque deseo instruirme sobre ese

asunto.—Pues sí, señor, se lid escrito mucho

acerca de la masonería., sociedad que exige átodos los que se inician en sus misterios eljuramento de no revelar nada de lo que áella se refiere, lo cual no ha impedido quemuchos que fueron masones hayan, no solodejado de serlo, sino escrito y publicadoaquello que habían solemnemente ,jurado norevelar á nadie. Por eso puedo darle á V.alguna idea de lo que viene á ser ese entrete-nimiento de niños-grandes que se nombramasonería. Esta es tina hermandad casi tanvieja como el andar á pié, segun ciertos au

-tores, pues unos la hacen descender de losmisterios del Egipto y de la Grecia, mien-tras otros la suponen fundada por IIiram,arquitecto que construyó el famoso templode Salomon en Jerusalen, y los que menoslarga fecha la dan, dicen que viene á ser unresto de los Templarios, aquellos hermanitosque, despees de hacer voto de . pobreza, lle-garon á ser millonarios, y á quienes Felipeel Hermoso de. Francia hizo quemar vivos.

—Y Y., señor Mono, cree que la masoneríatiene tan larga fecha?- —¿Por qué es la pregunta?

—Porque si V. hubiera leido, como yo, unmanifiesto que publicó hace algun tiempo enNueva-York un tal D. Andrés Cassard, ve-rja que ese señor, que debe estar al corrien-te de una Orden en que ha llegado nadamenos que al grado 33, opina que el Sup..Cons.. de Charleston es acaso, «el mas anti-guo y sólidamente fundado del Orbe.»

—¿Quién es ese Sr. Cassard?—¿Por qué es la pregunta?—Por no perder la costumbre.—Pues ese señor Cassard fié director de

un Colegio de los mas nombrados de la Ha-bana, y siendo tal director, tomó parte enaquel periódico clandestino que se tituló LaVoz del Pueblo, y habiéndose descubierto esepapel sedicioso, se largó á Nueva-York, don-(le con otros patriotas parece que se entre-tenia en regalar á todos los pasajeros que ve-nian á la Habana ejemplares de La Verdad,El Filibustero, y otros impresos á cual masincendiarios y anti-españoles.

—¿Y con qué motivo citó ese ciudadanoal Sup.. Cons.-. de Charleston?

—¿Por qué es la pregunta?—Porque velahi, como dicen en Castilla.—Pues lo citó con el motivo de que, ha-

biendo él y otros compañeros suyos sido ex-pulsados de la masonería, tanto que se que-jaba en su manifiesto de que, siendo masonesél y sus camaradas, no podían ser admitidos

entre la gran familia en ninguna parte delmundo desde que los declaró espúreos elOrden de Boston, pensaban apelar al referi-do Sup.. Cons.-. de Charleston, que debeser de ayer, como quien dice, puesto que esaciudad solo cuenta dos siglos de existencia.

—En otra cosa me fundo yo para creerque la masonería no es tan antigua corno sesupone.

—¿Ei: qué se funda V?—¿Por qué es la pregunta?—Porque en algo hemos de pasar el

tiempo.—Pues bien, yo me fundo en el nombre

que tiene, para creer que no puede venir deGrecia, de Egipto, ni de la Judea; porque,conviniendo en que esa sociedad secreta fuéen su origen fundada por albañiles y arqui-tectos, corno lo hacen comprender los ins-trumentos de que los masonesse sirvenyhastasu especial vocabulario, ¿qué quiere decirfranc-mason sino albaiiil fiancés?

—Sin embargo, yo he leido en una de lashistorias que del asunto tratan, que, si bienla masonería empezó por una asociacion chealbañiles hácia el siglo VIII de la Era Cris-tiana, esos albañiles, en uuion de los arquitec-tos que se les agregaron, y que fueron losintroductores del estilo gótico, ejercieron supropaganda en Lombardía ántes que en Fran-cia, y añade el autor, que la corporacion, queya fué poderosa en Inglaterra en el Siglo X,tanto que tuvo por presidente al prín-cipe Edwin, hermano del rey Adelstan, nose introdujo verdaderamente en Francia has-ta el año de 1725, y para eso, fué un inglés,Lord Derwent-Waters, el que hizo el obse-quio á los franceses. Puede decirse, pues,que la . itlsti,tucion es inglesa, y así se deducecasi del hecho de que á principios del Si-glo XIV, todos los Lores eran. masones, yen 1502 el mismo rey Enrique VII se decla-ró protector de la Orden, teniendo una Ló-gia en su propio Palacio.

—Y bien, señor Mono, siendo cosa tannueva la masonería en Francia, ¿cómo meexplica V. el nombre francés que lleva?

—¿Por qué es la pregunta?—Por algo será.—Ya se adivina el nombre que los ingleses

dieron á la masonería, sabiéndose que ellostambien llaman mason al albañil, y en cuantoá lo del franc, todo se explica por la aficionque en Inglaterra se tiene á hablar en fran-cés cuando menos se -piensa. Por ejemplo,cuando el rey se ciñe la corona, el juramen-to que presta de fidelidad á la Constitucion,se pronuncia en francés. En el mismo escu-do nacional tienen los ingleses una inscrip-cion francesa que dice .Honni soit qui mal y pon-se. Vaya V. á un teatro en la poderosa Al-bion, y verá que, hasta para aquello que enFrancia se pide en latín, que es la repeticionde una parte del programa (los franceses,gritan, en efecto: ¡Bis! ¡bis!), en Inglaterra seemplea el francés, exclamando: ¡Fncore!¡encore!

—Bien, señor Moro; pero dejando apartela cuestion de antigüedad, ¿qué le parece áV. el objeto de la masonería?

EL MORO MUZA 207

—¿Por qué es la pregunta?—Por capricho.—Pues yo creo que el objeto (le la masone-

ría no puede ser bueno.—Sin embargo, ese objeto dicen que es

puramente filantrópico, estando reducido ásocorrerse los iniciados en la Orden en cual-quiera parte del mundo donde se encuen-tren.

ac—Así será; pero ¿crée V. que para'ejercertos puramente caritativos tengan los hom

-bres ' necesidad de asociarse ocultamerte-ycelebrar reuniones secretas, como si la cari-dad fuera un crímen?

—¿Por qué és la pregunta?—Porque me d:í la gana hacerla.—Pues no sé lo que he de contestar.—Pues yo sí sé que todo el que se esconde

para obrar, por algo lo hace. Aquí mismotenemos una sociedad filantrópica, que es lade los Catalanes. ¿Necesita esa noble y huma-nísima asociacion esconderse para ejerceranualmente muchos actos de beneficencia,ya llevando el socorro al domicilio de los queimploran sus favores, ya pagando el pasajeá los compatriotas que solicitan ese recursopara irse á la-Pelaínsula? Y eso que hace ála luz del dia la sociedad de los Catalanes, nosolo con el beneplácito, sino con el aplausode las autoridades, ¿no podrian hacerlo tam-bien legalmente los masones, si tal fuera suexclusivo fin, sin andarse por lugares subter-ráueos, poniéndose mandiles y caretas, conotras ridiculeces por el estilo? ¿Iiay nece-sidad de ponerse mandil para ser bueno, yhacer triángulos para ser generoso, y darsebesitos para ser patriota, y emplear signosmisteriosos para darse á conocer de los queno piensan en cosas maltts? Déàen áñese V.,los que hacen esas cosas, los que tanto seocultan, algo traman, y si bien hay algunosque entran en la sociedad masónica sin malaintenciou, esos, que vienen :í ser instrumentosde los otros, pecan por mentecatos, hacién-dose acreedores á la pena que merece todoinfractor de las leyes. Pero; ¿está V. muy des-ocupado?

—¿Por qué es la pregunta?—Porque si V. está desocupado, yo no lo

estoy; de manera que tomaremos de nuevo elhilo de esta cnestion otro dia, pues ahora,como no soy mason, tengo que consagrar mitiempo á ocupaciones importantes.

(Concluird.)

EL Mono TARFE.

UN VERANO DE FELIPE V.

IiEVI'rA D1 r. GI AJA.

(CONCLvs oN.) -

Tal es, en resúmen, la verídica historia delReal sitio que tenemos la mision de revistar,historia que nadie se atreveria á poner entela de juicio, si cuidando de revestirla delas formas especiales que ahora afecta estegénero de literatura, hubiéramos empezado(le este modo:

Era (1) una (2) mañana (3) de Julio (4)de 1719 (5).

Creemos, sin embargo, que, en vista deeste specinzen ó éc?iantillonz, (ya no se dicemuestra) los lectores nos agradecerán quehayamos prescindido de ese sistema, hoy tanen auge, y que consiste en escribir diez lí-neas de notas por una de texto, y en no ser-virse de tina interjeccion, sea la que fuere,sin antes invocar en su apoyo una autori-dad...... aunque sea la del padre Astete.

Al llegar aquí se me figura oir exclamará los lectores: pero ¿y la revista? ¿Cuándo senos dice si ha llegado á la Granja el elocuen-te diputado 0, si está bueno el justificadojuez X, si baila mucho la encantadora seño-rita I?

¿Cómo_ se atreve el autor á omitir el catá-logo de duques, marqueses, condes, vizcon-des y barones que están tornando el frescoen esos jardines? Pues qué, ¿ignora el autorque la aristocracia de sangre, en cambio delos mayorazgos, institucion beneficiosa que,segun el autor inglés, producia un solo tontopor familia, en cambio de los derechos privati-vos, exclusivos, prohibitivos de caza y pesca,de fonsadera, yantar, terratge y otros infini-tós abolidos por la revolucion, ha adquiridoel derecho imprescriptible de espolvorearcon sus títulos todos esos sabrosos manjaresliterarios conocidos con el nombre de revis-tas?

¿Cómo se olvida, exclamará otro lector,(este será lector seguramente) de todas lasexpediciones, bprricadas, almuerzos, comi-das, meriendas y piquis-piquis campestres?¿Se comió pavo? ¿, estaba trufado como los delEscorial el dia de San Lorenzo? •

¿Y qué tenemos de bodas? exclamàrá unalectora: ¿se casan decid damente los millonesdel señor T. con los castillos y leopardos delconde P? ¿Servirán de pretexto para estaalianza la hija del primero y el hijo del se-gundo?'

¿Y de teatro? gritará otro, ¿quién vocea,quién chilla., quién salta en la Granja? ¿Via

-jan ustedes por las noches en «La berlina deleinigrado,» ó en La litera del oidor?» ¿Quién selleva la palma de los espectáculos este vera-no? ¿La cabeza, la garganta 6 las pantorrillas?

¿Y de trajes? preguntaria otra? ¿Se han de-cidido las señoras de la Grauja.por lahechu-ra de embudo, ó la de abanico? ¿Qué tene-mos de sombreros? ¿Cubren los ojos, ó sequedan en la nuca? ¿Cuántas docenas de va._ras de embutido se estilan por cabeza? ¿Sesostiene la moda de andar á brinquitos, ó esmas fashiónable arrastrar los piés? En la ini-posibilidad de contestar á todas estas pre-guntas, á no contar con el número entero delperiódico, creemos haber hallado un remediode conciliar, estilo oficial, las pasiones soli-viantadas, con nuestro vivo deseo de no rom-

(1) Mariana. Historia de España. Tomo 1? cap. 17.(2) Ve. Pimpinella Saggio Stórico apollogético dclla, &. &.(3) Fr. Gerundio 27 de la. Historia General de España,

capillada, digo, capítulo 20 escribe: tarde.(4) Robertson, Jefferson, Batterson y Timerson suponen

que fué en Julio: en cambio Thia rey, (1) Joly, Proly y Jifysostienen que fue en Agosto.

(5) Esta es una de las fechas en que están mas confor-mes los historiadores. No ignoramos, sin embargo, queCappefigue dice 1717, Miniana 1718, el holandés Van Crost1719, Hamal 1720 y el boyardo Mikiosluw 1721.

per los renglones que preceden y escribirotros. Ofrecemos, pues, á nuestros lectores,dentro de uno de esos plazos claros, preci-sos, improrogables, como, por ejemplo, elque acaba de señalarse para la eleccion deayuntamientos, una revista de actualidad. (1)

Y si no fuera por el terror que nos inspirael Sr. Baralt, cuya galicismofóbia es tan co-nocida de todos, nos atreveríamos á dar toda-vía á este conjunto de frases desaliñadas la de-nominacion de: revista rctrospcetiza.—VELISLA•

FASES DEL AMOR.

r.Me gusta mucho esa chica:

Muchísimo, sí señor;Es guapa, y luego......¡se explicaTan bien y con tal calor!

Y es amable la mami,Me agrada sobremanera......Y ella ¡qué bonita está!¿Si logrará que me quiera?......

Va á parecerme mentiraSi algun afecto la inspiro.Y lo cierto es que me miraDel modo que yo la miro.

No sé si escribirle...... N6;Mejor será verbalmente......

Amor su marcha empezó:Ha entrado en cuarto creciente.

II.Al despedirse 'de mí

Me ha dicho que nie quería;Diez veces me ha dicho sí;¡Pero cómo lo decía!

Y me ha apretado la manoAun con mas fuerza que ayer:Un apreton soberano.¡Me quiere á mas no poder!

Cuando acabe la carreraMe caso con ella, sí;Aunque mi padre no quiera.¿Eso qué me importa á mí?

Bendito sea el retrato.¡Qué hermosa, qué hermosa estfi!Como me olvide me mato:Pero no me olvidará.

¿Ella olvidarme? ¡Eso no!¡Es tan sencilla, tan buena!......

El amor enloqueció:Ha entrado en la luna llena.

Ir'.—Pues vaya un capricho tonto:

Que no me vaya, ¿y por qué?Mañana me voy mas prontoY así la acostumbraré.

No quiero ceder en estoPorque ya se hace costumbr

marcharme, por supuesto,La he dado una pesadumbre.

Mas no he de estar todo el diaComo cosido á sus faldas:Luego la mamá y la tiaNunca vuelven las espaldas......

¡Vigilancia nias tenaz!......Eso ya carga (L cualquiera.No lo dejan á uno en pazMedio minuto siquiera.

¡Y ella! hay ratos, fráncamente,En que se ponc ,cargante! •

Amor, paulatinamenteHa entrado en cuarto menguante.

IV.—;Que cuándo nos casaremos!

Vaya una salida chusca.

(1) Cuando se escribió este artículo se babies señaladoel plazo ú que se alude,

?nR

EL Moro MUZA

Yo la he dicho que veremos,Y ella se ha puesto algo brusca.. Dice que siguiendo así

La pongo en un compromiso.Y que por ella y por míHablar al padre es preciso.

¡No veo la precision!Y el hacer eso ya es grave.Yo voy con buena íntencion,Pero mañana...... ¡quién sabe! .

Luego el matrimonio es pasoQue hay quemeditarlo bien,Y si tan jbven me casoMe hundo per srecula, amen.

Y además, casarse ahora.....El demonio que se atreva!

Verdad desconsoladora!Amor entró en LUNA NUEVA. s•. : ,

BOABDIL EL CHICO.

MISCELANEA.

Un ciudadano escribe hoy al MoRo di-ciendo:

«Hijo de Aláh: un cristianó' de buena leyhace la súplica siguiente:

Si hay un lugarcito, bí,En tu ameno semanario,Te pido coloques mí......Pensamiento humanitario.

Y si alguien no da, canario,Por él un maravedí.Ese será un dromedario......He dicho poco, un mambí.

Aunque con los que mas analogía tienenlos mambises es con los cuervos, seguu lo ha-go • ver en los catorce versos que mas adelan-te'verás, y acerca de los cuales digo:

Ellos versos no serán,Serán sendas necedades,Pero en e}los hay verdadesQue bien á la vista están.

He aquí ahora el soneto de actualidad quese me ha antojado escribir bajo el socorridotema: .. :,:

¡cria cuervos. (1)Un hombre en el trabajo persevera

Por.bienes adquirir.para sus hijos,Teniendo en ellos sus sentidos fijos,Para darles el pan, nombre y carrera.

Crecen ellos, y algunos, con ceguera,Conspirando en ocultos escondrijos,¿Qué dán al que cuidados tan prolijosTomb por verlos en brillante esfera?

Lo que le pueden dar hijos protervos:La negra ingratitud, pesar y enojos,Haciéndole sufrir males acerbos.

El sembró flores y recoge abrojos,Viendo claro el refran de: cria cuernosQue han de sacarle sin piedad los ojos.

T.

SOBRE EL PEDIR.

Pide á las musas el vateInspiracion para hacerUn soneto á la mujerPor la cual su pecho late.

Pide gl avaro un crecidoInterés sobre el dinero,Que le presta á un majaderoQue ha dado su honra al olvido.

El que al turron rinde culto¡Pide al Poder un empleo;Y á sus jueces pide el reoTriste, llorando, au indulto,

Una limosna el mendigoPide al rico despiadado,

(1) Tiene razon el autor. El criar cuervos es muy co-man y de ello puede hablar mucho EL. Moso Muz.k.

Que á su vez, pide afanado,Un gran favor á un amigo.

Desde-el rey hasta el. pastor;. Todos piden, y- al pedir, •• - Muchos nos hacen réir, .:

Pocos inspiran dolor.AJÁ-Ai An.

SENTE \CIA DE ALiMANZOR.

•Pedir es fuerte.bobadá,Segun ha dicho un hidp,lgo,.

• Cuando ya, los que cían algo,Solo dan...... e, no dar 'nada..

Sin embargo; parece que la gente honradade Paris, N'a`dado en dar trancazos á los albo-rotadores sòcialistas, que, invocando el dere-cho al trab j .p° daban en la flor de promover.,cada itl rdes'orden '- y ntm tros lec_tores qué pronto se ha •confirmádó lo quehoy hace ocho dias dijo EL MORO, á saber.:que los que el derecho al trabajo reclamen, vaná concluir por tener derecho al trancazo.

Y a propósito del' trabajo. ET 71 abajo sellama ith impreso que acaba de publicarsefirnïadó por un tal Nuaria Pompilio, - el cual:impreso, aun despues de ver la"expléndida'luz de esta ciudad permanece tan oscuro,que es casi imposible ver lo que en él haquerido decir el autor. Se conoce que Numa,cuando lo escribió, - habiti recibido muy • con-fusamente las inspiraciones de la ninfa Ege-ria, ó que al usar un lenguaje tau tenebrosose propuso decir:

Ahí vá El Trabajo, lectores;Ahí vá El Trabajo, y no miento,Pues os doy en El Trabajo,El Trabajo...... de entenderlo.

Sin embargo, ese mismo Numa, que escri-be El Trabajo para hacer trabajar á sus lec-tores, aunque meta químico siempre, pues pasade metafísico, se explicaba con mas claridadque ahora en tiempo del general Dulce,cuando publicó una hoja titulada WuestraEstrella, en la cual, apelando al sofisma- deque las posesiones americanas eran pro-piedades de los reyes de España y-no de laNacion Española, y sacando partido hasta dela calificaeion poética de Perla q Joya valiosade la corona de Castilla, que muchas veces seha dado •á Cuba, abogaba por la indepetlden-cia de esta provincia, diciendo, sin rodeos niambajes, que el pueblo español despues de labatalla de Alcolea no tenia derecho á con-

servar lo que fué único patrimonio de losreyes.

¿En qué consistir, cine Numa Pompilio, áquien Dios no entiende cuando habla del tra-bajo, fuese tan inteligible cuando pedia laindependencia de Cuba? He aquí lo que yoquisiera saber, y por eso lo pregunto.

Pues no es justo concluirNinguna moruna homilia,Sin hablar de Doña Emilia,Pemítasenos decir:

Que ese mortal avechucho,Que esa incomparable dama,A quien hoy el Orbe llamaRepublicana del chucho:- Fuera está de sus casillas,Porque en el mundo taimado,Solamente hiló delgado ......Quien-fabricó sus canillas.

Que apartada del caminoQue siguió el gran Epitecto,No vé nada en ella recto......Fuera de cierto intestino.

Que para ver ya infelicesLas huestes cubanacanas,Solo puede hallar ventanas......Acudiendo á sus narices.

Que no secundan sus quejas,Mas niñas, ni sus antojos......Que las niñas de sus ojos,Niñas que van siendo viejas.• Que para premiar los vanosMedios que dió á ciertas almas,No logra encontrar mas palmas......Que las palmas de sus manos.

Que al querer arcos, ladina,Por sus maldades añejas,Los halla solo...... en sus cejas,Y esos amenazan ruina. .- Que si flores su interés

Pide, lo que logran tantas,Tampoco enct entra mas planta

las plantas de sus piés.1•' Que solo el cielo irrisorioDe sq boca la conviene, _ ..

..Cielo que,á.,la teohQ¿tic~-------------Pespuntes de purgatorio.

Y así de bordar la tretaQuiere de una vez dejarPues harta está de bordarA tambor.....y aun á trompeta.

Y que si en otra ocasionLos incendiarios ladronesNecesitúsen pendones......Ella es bastante pendan,

Zttnialacdrregui- en coche.— Magnífico es enverdad el coche en que hemos visto estos diaspasearse por -la Habana, no al ilustre caudillocarlista que murió frente it Bilbao, sino losexcelentes cigarros de una fitbrica que ha to-mado el nombre del expresado caudillo. Fe-licitamos á esa fábrica de los Sres. Vidal ycomp., (Plaza Vieja) y la deseamos mas prós-pera suerte que la que tuvo el hombre de ge-nio cuyo nombre lleva, y cuya mueí•te, lodecirnos sinceramente sin haber sido amigossuyos, fué una gran pérdida para la Pátria,

QUINCENA DE EL MORO MUZA.El márte» it las-diez saldrá esta popµlar Q,cixce •t, que

cada vez se ve mas favorecida por el público. Nada nós cos-taria imprimirla el dia antes y ciarla íc luz desde el ama-necer del 29; pero queriendo que lleve las noticias de di-tima hora, tte'lavíspera;del Correo, á las nueve de la mañanade ese mismo dia estamos siempre escribiendo lo que una horadespees ha de circular impreso por las calles de le Habana.Sin.duda-el público,lo ha visto así ya, y prir eso cada bespaga con mas largueza los esfuerzos que hacemos para com-.placerle.'

IMPRENTA EL IBIS, OBI8P0 20.

- En,prueba de que al redaçtor- de El 71a-bajo le cuadraría mas el nombre del obispoTurpin, que el del segundo rey de Roma, esebuen seilor habla (le- una «densa niebla que

,^..aapea 4-los B Pi<;fts cu Dios; err. 'tt )tcss

firi y en su verdad y d los que de distintas atmósfe-ras estudian sus metros.» Luego, tratando de unartículo del Diario de la Marina, despues deno sabemos qué caso errado y chubascoso, fue-ros de circunspeccion y otras cosas por él cogita

-das dice: «Planchas de ese género, con aparejosproporcionados que no le falseen ú inutilicen,son los únicos planos inclinados en que se pue-de -buscar cuadrícula armónica, para desmontaró demoler con órden los Babeles . Ubicuos de lademencia demoniaca.»

Basta, lectores, de lo malo poco.¿Vosotros lo entendeis?...Pues yo tampoco.