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SUPLEMENTO PARA GRIEGO 3-4 Louis Tyler, Ph.D.

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SUPLEMENTO PARA GRIEGO 3-4

Louis Tyler, Ph.D.

2

Enero de 2015

3

CONTENIDO

El alfabeto griego 4

El vocativo en el Nuevo Testamento 15

El pluscuamperfecto en el Nuevo Testamento 22

El futuro del infinitivo en el Nuevo Testamento 25

El futuro del participio en el Nuevo Testamento 26

El optativo en el Nuevo Testamento 28

Prefacio de Robinson-Pierpont 33

¿Qué diferencia hace? 47

Clave de manuscritos y ediciones impresas 80

Correo electrónico de Wilbur Pickering 82

Palabras que aparecen 50 o más veces en el Nuevo Testamento 85

Principios de la crítica textual según la escuela Nestle/SBU 94

Reacciones a los principios de Ewert 95

Apéndice: El argumento para la prioridad Bizantina 96

Vocabulario y expresiones para la clase de griego 148

Práctica 153

Un saludo del libro de Rut (de la Septuaginta) 154

4

EL ALFABETO GRIEGO Louis R.Tyler, Ph.D.

Práctica Pronunciación Erasmiana

: álfa = a

= a; = ha (con hache aspirada [= la h en inglés])

Práctica:

Palabra: ‘las cosas que, lo que’

Los “Espíritus” Ahora una palabra acerca de los “espíritus”. Cada vocal inicial en

griego lleva uno de dos estilos de apóstrofes, que comúnmente se llaman

“espíritus”. El apóstrofe común tradicionalmente se llama “espíritu suave’;

yo le llamo golpe de glotis. El golpe de glotis se oye naturalmente en

español y griego antes de cualquier vocal que esté en posición inicial

absoluta: a, e, i. o, u.

El apóstrofe que va en dirección opuesta suele llamarse “espíritu

rudo”; yo le llamo aspiración. Se oye como una jota muy leve, o como la h

inglesa de la palabra house: ha, he, hi, ho, hu. De manera que tenemos la

siguiente pronunciación con una alfa inicial y los dos “espíritus”:

.

Primera práctica: .

Los acentos. Cada palabra en griego lleva un acento en la sílaba que

se acentúa, excepto las palabras que completamente no se acentúan. Hay

tres acentos: el agudo , el grave y el circunflejo . Con la

pronunciación que se usa hoy en día no se hace una distinción entre estos

tres acentos; solo indican la sílaba que se ha de acentuar.

Ejemplo: ‘las cosas que, lo que’

: béta = b de ambos

5

Práctica:

Palabra: ‘padre’

: gámma = g de tengo

Práctica:

= ng de tengo

Práctica:

: délta = d de ando

Práctica:

Palabra: ‘Gad’

: épsilon = e (corta, abierta)

Estamos usando la pronunciación erasmiana, que es un intento de

Erasmo de Roterdam de acomodar la pronunciación antigua del griego

para los que hablan lenguas europeas modernas. Con la

pronunciación erasmiana la e larga y la e corta se distinguen en

calidad, ya no en cantidad. O sea: La épsilon, que antiguamente era

una e corta, erasmianamente se pronuncia como una e abierta,

mientras que la e que antiguamente era larga, vamos a ver que se

pronuncia cerrada.

Práctica:

Palabras: ‘pero’; ‘al menos’; ‘¡vamos!’; ‘¡Ah!’

: dséta (zeta) = s sonora

La pronunciación clásica de esta letra era [dz], o posiblemente [zd].

Yo recomiento la pronunciación moderna para esta letra, que es una s

sonora, como la s de desde: [z].

Práctica:

Palabra: ‘tesorería’

6

: = éta (e larga o cerrada)

Práctica:

Palabras: ‘pues’; ‘tierra’; ‘la’; ‘o’; ‘ya’; ‘trajo’

: théta = th inglesa de thin, ether, thigh

Práctica:

Palabras: ‘diosa’; ‘oh Dios’; ‘profunda’

: ióta = i

Práctica: ; ;

Palabras: ‘violencia’; ‘he aquí’; ‘por medio’

: kappa = k

Práctica:

Palabras: ‘cosas malas’ ‘maldad’ ‘mala’

‘según lo cual’

: lámbda = l

Práctica:

Palabras: ‘¡toma!’ ´buena´; ´dardos´; ‘él

vino’; ‘leche’

: my (mu) = m

Práctica:

7

Palabras: ‘suaves’ ‘grande [fem.]’ ‘no’

‘mes’; ‘miel’; ‘me’; soy

: ny (nu) = n

Práctica:

Palabras: ‘si’; ‘él era’; ‘en’; ‘nos’; ‘éramos,

estábamos’; ‘yo era’

: ksi = ks

Práctica:

Palabra: ‘seis’

: o bien ómikron = o (corta o abierta)

Práctica:

Palabras: ‘gloria’

: = p

Práctica:

Palabras: ‘en, sobre’ ‘todo’ ‘otra vez’;

‘desde’

: = ro (hro)

Práctica:

Palabras: ‘por tanto’ ‘rabino’ ‘palabra’

‘raíz’; ‘pecado’; ‘porque’

8

: , sígma = s. La forma aparece en posición final de

palabra.

Práctica:

Palabras: ‘te’ ‘carne’ ‘saco, cilicio’; ‘el

cual’; ‘Dios’

: = táu

Práctica:

Palabras: ‘orden’ ‘fin’ ‘maravilla’

‘lugar’; ‘que, porque’; ‘las cosas’

: = ýpsilon (úpsilon)

Práctica:

Palabras: ‘tú’ ‘profundo’ ‘mujer’ ‘noche’;

‘dos’; ‘ahora’; rodilla’

: fi = f

Práctica:

Palabras: ‘serpiente’ ‘¡come!’; ‘linterna’;

‘pesebre’

: ji = j (áspera)

Práctica:

Palabras: ‘rápido’ ‘tenemos’; ‘gracia’;

‘don’

9

: psi = ps

Práctica:

Palabras: ‘tarde’; ‘alma’

: ( ) oméga = o larga (cerrada)

Práctica:

Palabras: ‘[así] como’ ‘hora’; ‘cuerpo’; ‘yo’

25. Ahora, veamos un uso especial de la letra gámma: Ya hemos visto que

si la letra gamma aparece duplicada, la primera se pronuncia como la n de

tengo, mientras la segunda se pronuncia como la g de tengo. Ahora note

usted que la legra gámma también se usa para indicar el sonido de la n velar

ante cualquier consonante velar: , o .

Ejemplos:

gg: ajvggeloV ‘ángel’, eujaggevlion ‘evangelio’.

gk: ejnenkei:n ‘llevar’; ajnavgkh ‘necesidad’

gx: ejvlegxiV ‘reprensión’; favragx ‘valle’

gc: splavgcna ‘entrañas’, ejgcrivw ‘untar’

Ahora los diptongos: Un diptongo consiste de una vocal seguida

de i (ióta) o de u (ýpsilon): ai, ei, oi, ui, au, eu, hu, ou.

Nota: Si se escribe un acento con un diptongo, el acento se escribe

sobre la segunda letra, es decir, sobre la i (ióta) o la u (ýpsilon). De igual

modo, si se escribe un “espíritu” con un diptongo, el espíritu se escribe sobre

la segunda letra.

Note usted que baiv (beta-alfa-ióta) se pronuncia [bái] y no baí. Si

acaso la ióta se ha de pronunciar separadamente, se escribe con los dos

10

puntos de diéresis encima: . Solamente con los puntos de diéresis se

podría acentuar la ióta después de un alfa: .

= ái

Práctica: , , , , ,

Palabra: ‘las’

= ói

Práctica:

Palabras: ‘[él] conozca’ ‘los’ ‘[él] dé’

‘extranjeros’; ‘listos’

= éi

Práctica:

Palabras: ‘si, puesto que’; ‘eres’; ‘[él] dejaba’;

‘a[l] profundo’; ‘es necesario’; ‘vio’; ‘en forma’;

‘allí’; ‘se acerca’; ‘nosotros’

= áu

Práctica:

Palabras: ‘mañana’ ‘ella’ ‘esta’

‘maravilla’

= éu

Práctica:

Palabras: ‘bien’ ‘piadoso’ ‘halló, encontró’

11

= éu

Práctica:

Palabras: ‘él crecía’ ‘ellos encontraban,

hallaban’; ‘él alababa’

= wi

Práctica:

Palabras: ‘hijo’ ‘sabiendo ella’

= u

Práctica:

Palabras: ‘no’ ‘¡no!’; ‘ni (siquiera)’; ‘entonces’;

‘esto’; ‘Jesús’; ‘mi’; ‘¿dónde?’;

‘mente’; ‘tu’

: álfa con ióta suscrita

Aquí la iota es muda, o sea, la se pronuncia igual que la .

Práctica: ;

Palabra: ‘con violencia’

: éta con ióta suscrita

= e; = he (con ache aspirada [la h en inglés])

Práctica:

12

Palabras: ‘a la tierra’; ‘[él] vive’; ‘[él] ponga’; ‘sea

necesario’

: omega con ióta suscrita

Práctica:

Palabras: ‘al, para el’ ‘[que ella] dé’; ‘[que él] sepa’;

‘tuyo’

13

Resumen del Alfabeto

Letra Nombre Pronunciación Pronunciación Erasmiana Moderna

álfa a (puede ser larga a

[=prolongada] o

corta)

béta b de ambos o v de b/v labiodental

tranvía (sonido ajeno al

español

gámma g de tengo g de hagamos

(fricativa)

délta d de ando d de lado

e (solo corta o abierta) e

épsilon

dséta, zéta s de mismo o de rasgo s de mismo

ó de mismo

Pronunciación clásica:

d de ando más la s de

rasgo

éta e larga o abierta i

théta th inglesa de thin th inglesa de thin

ióta i (larga o corta) i

káppa k k

lámbda l l

my (mu) m m

14

ny (nu) n n

ksi ks ks

o corta (o abierta) o

ómikron

pi p p

ro (hro) r r

sígma s s

(final)

táu t t

entre u e i (puede ser i

ýpsilon (úpsilon) larga o corta)

fi, f f

ji, j española (áspera) j española (áspera)

psi ps ps

o larga ó cerrada o

oméga

15

EL VOCATIVO EN EL NUEVO TESTAMENTO

Louis Tyler, Ph.D.

A. La idea del vocativo a veces se expresa con el artículo más el

nominativo, lo cual es un hebraísmo. Por ejemplo: la forma del nominativo,

la cual es un hebraísmo. Por ejemplo, ‘Padre,’ Mateo 11.26;

‘niña,’ Marcos 5.41;

‘espíritu mudo y sordo,’ Marcos 9.25. ‘mujeres,’1 Pedro

3.1. En Mateo 1.20 se usa la forma nominativa en vez de la forma del

vocativo propiamente hablando, .

B. Sin embargo, en varios casos se usa la forma del vocativo, propiamente

hablando:

1. ‘bueno’]. Mateo 19.16:

? ’Buen Maestro, ¿qué

bien haré para tener la vida eterna?’

Mateo 25.21; Lucas 19.17

2. [ ‘amado’]. 3 Juan 2: ‘Amado

[mío].’

3. ‘santo’] Juan 17.12: ‘Padre santo.’

4. , o( ’Agripa’]. Hechos 25.24:

‘oh rey Agripa’

Hechos 25.26; 26.2, 7, 19; 26.27

5. ‘hermano’]. Lucas 6.42:

. ‘Hermano, déjame sacar

la paja que está en tu ojo.’

Hechos 9.17; 21.20; 22.13

6. ‘Hades; sepulcro’]. 1 Corintios 15.55:

? ‘¿Dónde está, oh sepulcro, tu victoria?’

16

. Hechos 9.34:

’ ’ ‘Ananías’]. Hechos 5.3: ’

‘Ananías, ¿por qué llenó

Satanás tu corazón?’

Hechos 9.10

‘hombre, varón’]. 1 Corintios 7.16: ’

‘¿O qué sabes, oh marido, si salvarás a

tu mujer?’

[ ‘hombre’]. Lucas 5.20:

. ‘Hombre, tus pecados te han sido

perdonados.’

Lucas 12.14; 22.60; Romanos 2.1, 3; 1 Corintios 2.1, 2; Santiago 2.20

11. ‘necio’]. Lucas 12.20 [MB]:

. ‘Necio, esta noche

te piden tu alma.’

Lucas 12.20 (M)

12. [ ’rey’]. Marcos 15.18 NU/TR:

‘ ! ‘¡Salve, Rey de los judíos!’ (HF:

)

Mateo 27.29 NU; Hechos 25.24, 26; 26.2, 7, 13, 19; 26.27

13. ‘genuino’]. Filipenses 4.3:

‘compañero fiel.’

’mujer’]. Mateo 15.28:

! ‘Oh mujer, ¡grande es tu fe.’

Lucas 13.12; Juan 8.10; 19.26; 20.13, 15; 1 Corintios 7.16

, o( ‘Señor’]. Lucas 2.29:

. ‘Ahora despides a tu siervo, Señor.’

Hechos 4.29

17

‘maestro’ ]. Mateo 12.38:

. ’Maestro, queremos

ver de ti una señal.’

Mateo 19.16; 22.16, 24, 36; Marcos 4.38; 9.17, 38; 10.17, 20, 35; 12.14, 19,

32; 13.1; Lucas 7.40; 9.38; 10.25; 11.45; 19.39; Juan 1.38; 20.16

‘justo’]. Juan 17.25: ‘Padre

justo.’

‘esclavo’]. Mateo 18.32: . ‘Siervo

malvado.’

Mateo 25.21, 26; Lucas 19.17, 22

, o) ‘maestro’]. Lucas 5.5:

. ‘Maestro, toda la

noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado.’

Lucas 8.24; 9.33, 49; 17.13

‘amigo’]. Mateo 20.13:

. ‘Amigo, no te hago agravio.’

Mateo 22.12

‘enemigo’]. Hechos 13.10:

! ‘¡enemigo de toda justicia!’

, ‘Zaqueo’]. Lucas 19.5:

. ‘Zaqueo, date prisa y desciende.’

‘Zacarías’]. Lucas 1.13:

. ‘No temas, Zacarías.’

‘muerte’]. 1 Corintios 15.55

’Dios’ . Mateo 27.46:

? ‘Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?’

18

‘Teófilo]. Hechos 1.1: ‘oh

Teófilo.’

’hija’]. Mateo 9.22:

. ‘Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado.’

Marcos 5.34 [M]; Juan 12.15

‘médico’]. Lucas 4.23:

. ‘Médico, cúrate a ti mismo.’

‘Jesús’]. Marcos 1.24:

? ‘¡Ah! ¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno?’

Marcos 5.7; 10.47; Lucas 4.34; 17.13; Apocalipsis 22.20

‘Judas’]. Lucas 22.48:

? ‘Judas, con un beso entregas al

Hijo del Hombre?’

‘blanquear’]. Hechos 23.3:

! ‘¡pared blanqueada!’

‘vano’]. Santiago 2.20:

? ‘Mas ¿quieres saber, hombre vano?’

‘Cornelio]. Hechos 10.31:

. ‘Cornelio, tu oración ha sido oída.’

‘excelentísimo’]. Luke 1.3:

‘oh excelentísimo Teófilo.’

Hechos 26.25

‘señor’]. Mateo 20.30:

!

Mateo 20.31, 33; 21.30; 25.20, 22, 24, 37, 44; 27.62; Lucas 5.8, 12; 6.46

[2x]; 7.6; 9.54, 57 [M], 57 [M], 61; 10.17, 21; 11.1; 12.41; 13.25; 14.22;

17.37; 19.16, 18, 20; 23.24, 42 [M]; Juan 6.68; 8.11; 9.36, 38; 11.3, 12, 21,

19

27, 32, 34, 39; 12.21, 38; 13.9, 25, 36, 37; 14.5, 8, 22; 20.15; 21.15, 16, 17,

20, 21; Hechos 1.6, 24; 4.29; 7.59, 60; 9.4, 10, 13; 10.4 14, 11.8; 22.8, 10;

22.19; 26.15; Romanos 10.16; 11.3; Hebreos 1.10; Apocalipsis 22.20

‘Lázaro’]. Juan 11.43:

! ‘Lázaro, ¡ven fuera!’

‘tonto’]. Mateo 5.22:

. ‘Y cualquiera que diga: ‘Tonto.’

‘nazareno’]. Marcos 1.24

? ‘¡Ah! ¿qué tienes con nosotros, Jesús

nazareno?’

Lucas 4.34

‘joven’]. Lucas 7.14:

. Joven, a ti te digo, levántate.’

‘perezoso, flojo’]. Mateo 25.26:

. ‘Siervo malo y perezoso.’

‘de poca fe’]. Mateo 14.31:

? ‘¡Hombre de poca fe! ¿Por qué

dudaste?’

‘cielo’]. Apocalipsis 18.20: ’

. ‘Alégrate sobre ella, cielo.’

‘Padre’ . Mateo 6.9:

. ‘Padre nuestro que estás en los cielos.’

Mateo 26.39; Lucas 10.21; 11.2; 15.11, 18, 21; 23.34, 46; Juan 11.41; 12.28;

17.1, 5, 12, 21, 24, 25

‘Pablo’]. Hechos 26.24: !

‘¡Estás loco, Pablo!’

Hechos 23.11; 27.24

20

‘Pedro’]. Hechos 10.13:

! ‘¡Levántate, Pedro, mata y come!’

Lucas 22.34; Hechos 11.7

‘fiel’]. Mateo 25.21:

. ‘Bien, buen siervo y fiel.’

‘malo’]. Mateo 18.32: .

‘Siervo malvado.

Mateo 25.26; Lucas 19.22

‘Satanás’]. Mateo 4.10:

! ‘¡Vete detrás de mí, Satanás!’

Marcos 8.33

‘compañero’]/. Filipenses 4.3:

‘compañero fiel.’

‘Timoteo’]. 1 Timoteo 1.18:

. ‘Este

mandamiento te engargo, hijo Timoteo.’

1 Timoteo 6.20

‘pared’]. Hechos 23.3: !

‘¡pared blanqueada!’

‘ciego’] Mateo 23.26: !

‘¡Fariseo ciego!’

‘hijo’]. Mateo 15.22:

! ‘¡Ten misericordia de mí, Señor, Hijo de David!’

Marcos 5.7; 10.48; Hechos 13.3, 10; Hebreos 12.5

‘hipócrita’]. Lucas 6.42: !

. ’¡Hipócrita!

Saca primero la viga de tu propio ojo.’

21

‘fariseo’]. Mateo 23.26:

! ‘¡Fariseo ciego!’

‘amigo’]. Lucas 11.5:

. ‘Amigo, préstame tres panes.’

Lucas 14.10

, o( ‘Felipe’]. Juan 14.9:

? ‘¿No me has conocido, Felipe?’

, o( ‘Festo’]. Hechos 26.25:

‘excelentísimo Festo.’

‘el Ungido,’ ‘el Mesías’]. Mateo 26.68:

! ‘¡Profetízanos, Mesías!’

22

EL PLUSCUAMPERFECTO EN EL NUEVO TESTAMENTO GRIEGO

Claves: MB = Texto mayoritario/Bizantino; NU = Texto de Nestle/Aland; SBU = Texto

de las Sociedades Bíblicas Unidas; HF = Texto mayoritario ed. por Hodges/Farstad; RP =

Texto Bizantino ed. Robinson/Pierpont; TR = Textus Receptus

A. Una sola forma verbal

1. (> ‘ir[se]’): Juan 4.8:

‘Y sus discípulos se habían ido a la ciudad.’

2. (> ‘llegar a ser’): Hechos 4.22:

(NU) ‘Y el hombre en quien se había hecho este milagro de sanidad tenía más de

cuarenta años.’

3. (> ‘dar’): Marcos 14.44:

‘Y el que le entregaba les había dado una señal.’

4. (> ‘distribuir, repartir, dar’): Juan 11.57:

‘Y los principales sacerdotes y

los fariseos habían dado orden.’

5. [con aumento] (> ‘llegar a ser’): Hechos 4.22:

(MB) ‘Y el hombre en quien se había hecho este milagro de sanidad tenía más

de cuarenta años.’

Juan 6.17

6. (> ‘saber, conocer’): Mateo 12.7:

‘Pero si hubierais sabido qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio; no habríais

condenado a los inocentes’.

Juan 14.7 MB

7. (> ‘decir’): Hechos 21.38:

‘Doliéndose en gran manera por la palabra que había dicho’.

Juan 11.13

8. (> ‘estar de pie’): Mateo 13.2:

‘Y todo el gentío estaba en la playa’.

23

Juan 7.37

9. (> ‘echar fuera’): Marcos 16.9: ’

‘de quien había echado fuera siete demonios’.

(> ‘venir, ir’): Juan 6.17:

‘Y ya había oscurecido, y Jesús no había

venido a ellos’.

Juan 7.30; 8.20; 11.19, 30

(> ‘salir’): Lucas 8.2:

’ ‘María, llamada magdalena, de

quien habían salido siete demonios’.

Lucas 8.35 MB; Lucas 7.24-25 MB; 8.38

[voz media, con aumento] (> ‘llamar’): Hechos 26.32:

‘si no hubiese apelado a César’.

[con aumento] (> ‘persuadir, convencer’): Lucas 11.22:

’ ‘le quita toda su armadura en que había

confiado’.

(> ‘ver’): Hechos 7.44: ‘Según el

modelo que había visto’.

[con aumento] (> ‘poner’): Juan 11.21 MB:

‘Si huberas estado aquí, mi hermano no habría

muerto’.

16. (> ‘saber, conocer’): Deponente: este pluscuamperfecto sirve para

imperfecto del verbo deponente . Mateo 24.43:

‘Si hubiera sabido el señor de la casa a qué hora el ladrón

venía’.

Lucas 6.8; Juan 6.6, 64

‘yo sabía’: Hechos 23.5: ‘No

saíba, hermanos, que era el sumo sacerdote’.

Juan 11.32

Romanos 7.7:

‘porque yo tampoco conocería la codicia, si la ley no dijera: No

codiciarás’.

‘sabías’: Mateo 25.26: ‘sabías que

siego donde no sembré’.

24

Juan 4.10: ‘Si

conocieras el don de Dios, . . . tú le pedirías (le habrías pedido)’.

Lucas 19.22

‘sabíais’, Lucas 2.49; Juan 8.19

‘sabían’, Luke 4.41; Juan 4.41; 20.9; Hechos 19.32

17. (> ‘permanecer’): 1 Juan 2.19 : ’

‘se habrían quedado con nosotros’.

18. (> ‘entregar’): Marcos 15.10 : ’

‘Porque sabía que por envidia

lo habían entregado los principales sacerdotes’.

19. (> ‘creer’): Hechos 14.23 :

‘los encomendaron al Señor en quien habían creído’.

20. (> ‘hacer’): Marcos 15.7:

‘los cuales en su revuelta habían cometido homicidio’.

21. (> ‘caminar, andar’): Hechos 14.8 MB (TR:

, con aumento): ‘el cual jamás

había andado’.

22. (> ‘juntarse, reunirse’): Hechos 19.32

‘y la mayoría no sabían

por qué causa se habían reunido’.

23. , voz media del pluscuamperfecto (> ‘convenir en,

acordar’): Juan 9.22: ‘porque ya los judíos

habían acordado’.

24. (> ‘agarrar’): Lucas 8.29

‘porque muchas veces se había apoderado de él’.

B. En forma de perifrástico, o sea, dos formas verbales

(> ‘venir’): Lucas 5.17

‘Y

estaban sentados los fariseos y maestros de la ley, los cuales habían venido de toda aldea

de Galilea y Judea’.

25

EL FUTURO DEL INFINITIVO EN EL NUEVO TESTAMENTO

Louis Tyler, Ph.D.

1. [ ‘levanto’]. Hechos 2.30 [M]:

. ‘En cuanto a la carne, levantaría al Mesías para que se sentara en

su trono’.

[ ‘soy’]. Hechos 11.28:

‘Daba a entender por el Espíritu, que vendría una gran

hambre en toda la tierra habitada’.

Hechos 24.15 [M]:

‘teniendo

esperanza en Dios, la cual ellos también abrigan, de que ha de haber

resurrección de los muertos’.

Hechos 23.30 :

‘Pero al ser avisado de

asechanzas que los judíos habían tendido contra este hombre´.

Hechos 27.10

3. [ ‘entro’]. Hebreos 3.18:

‘¿Y a

quiénes juró que no entrarían en su reposo?’

4. [ ]. Juan 21.25, Westcott-Hort y Nestle 1975: ’

.

‘Pienso que ni siquiera en el mundo cabrían los libros que se habrían de

escribir.’

26

EL FUTURO DEL PARTICIPIO EN EL NUEVO TESTAMENTO

Louis Tyler, Ph.D.

1. Hechos 22.5:

‘para traer presos a Jerusalén también a

los que estuviesen allí.’

2. ‘dar cuenta’]. Hebreos 13.17:

‘como quienes han de dar cuenta.’

3. ‘llego a ser, me hago, origino’]. 1 Corintios

15.37: ‘Y

lo que siembras, no es el cuerpo que ha de salir.’

4. ‘soy’]. Lucas 22.49:

‘Y viendo los que estaban con él lo que había de acontecer.’

Apocalipsis 16.5 TR

5. ‘hago daño’]. 1 Pedro 3.13:

? ‘¿Y quién es el que os hará daño?’

6. ‘condeno’]. Romanos 8.34, texto NU:

? ‘¿Quién es el que condenará?’

‘hablo, digo’]. Hebreos 3.5

‘para testimonio de lo que se iba a

decir.’

8. ’entrego’]. Juan 6.64:

‘Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran

los que no creían, y quién le había de entregar.”

27

9. TR ‘creo (creer)’] Juan 17.20:

‘Pero no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer.’

10. ‘hago’]. Hechos 24.17:

‘vine a hacer limosnas a mi

nación.’

11. ‘adoro’]. Hechos 8.27:

‘el cual había venido a Jerusalén para

adorar.’

Hechos 23.11; Hechos 24.11

12. ‘salgo al encuentro (a recibir)’]. Hechos

20.22: ‘sin saber lo que allá

me ha de acontecer.’

13. ‘yo salvo’]. Mateo 27.49: ´

‘Vamos a ver si viene Elías a

librarle.’

28

EL OPTATIVO EN EL NUEVO TESTAMENTO

Louis Tyler, Ph.D.

1. ‘santifico’]. 1 Tesalonicenses 5.23:

‘Y el mismo Dios de

paz os santifique por completo.’

2. ( ) ‘devuelvo, restituyo’ 2 Tim 4.14:

‘El Senor le pague

conforme a sus hechos’.

3. ‘crezco’]. 2 Corintios 9.10 [MB]:

‘Aumente los frutos de

vuestra justicia.’

4. ‘quito’]. Apocalipsis 22.19 [MB]:

‘Que quite Dios su

parte del árbol de la vida.’

5. ‘quiero’]. Hechos 25.20:

‘Yo decía que si quería ir a

Jerusalén.’

6. ‘hágase’ ‘soy, llego a ser’]. Lucas 1.38:

‘Hágase conmigo conforme a tu palabra.’

Hechos 5.24: ‘Dudaban

en qué vendría a parar aquello.’

Ver también , abajo.

7. ‘en ninguna manera’ [ ‘soy, llego a ser’].

Romanos 3.4:

‘¡De ninguna manera! Antes bien sea Dios veraz, y

todo hombre mentiroso.’

Romanos 3.6, 31; 6.2, 15; 9.14; 11.1, 11; Gálatas 2.17

29

8. ‘escaparse’]. Hechos 27.42 TR:

‘Entonces los soldados acordaron

matar a los presos, para que ninguno se escapara nadando’

9. ‘puedo’]. Hechos 8.31:

? ‘¿Y cómo podré, si alguien no me

enseña?’

10. ‘puedo’]. Hechos 27. 12:

‘por si pudieran arribar a Fenice’.

Hechos 27. 39 TR, NU:

‘en la cual acordaron encallar, si pudieran, la nave’.

11. : Juan 15.16:

‘para que todo lo que pidáis al Padre en mi

nombre, él os lo dé´ [Mpt].

2 Timoteo 2.7 [M]: ‘Y el Señor te dé

entendimiento en todo.’

‘para que Dios . . . os dé

espíritu de sabiduría´ Efesios 1.17

Romanos 15.5; Efesios 3.16 M ; 2 Timoteo 1.18; 2 Timoteo 2.25 [NU]

12. ‘soy’]. Lucas 1.29:

‘y pensaba qué salutación sería ésta.’

Lucas 3.15; 9.46; 18.36; Juan 13.24; Hechos 8.20; 10.17; 20.16 NU; 21.23

Apocalipsis 3.15 TR: ‘¡Ojalá

fueras frío o caliente!’

13. ‘pongo, impongo’]. Apocalipsis 22.18 [M/B]:

‘Que traiga Dios sobre él las plagas que están escritas en

este libro’.

14. ‘riño, reprocho’]. Judas 9:

‘El Señor te reprenda’.

30

15. ‘yo oro, quiero’]. Hechos 26.29:

‘Quisiera Dios’ (lit., ‘Yo oraría a Dios’).

Hechos 20.26

16. ‘hallo, encuentro’]. Hechos 17.27:

‘para que

busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle.’

17. Hechos 17.11: ’

‘escudriñando cada día las Escrituras

para ver si estas cosas eran así.’

Hechos 25.16

18. ‘tengo’]. Hechos 24.19: ‘si

tienen algo contra mí.’

19. Lucas 1.62:

‘Entonces preguntaron por señas a su

padre, cómo le quería llamar.’

1 Pedro 3.17:

‘Porque es mejor que padezcáis haciendo el bien, si

la voluntad de Dios así lo quiere´.

Hechos 2.12 (M); Hechos 17.18, 21; 18.26

20. ‘establezco, esfuerzo’].

‘Él mismo [os] establezca’ 1 Pedro 5.10 (TR)

21. ‘pongo en orden’]. 1 Pedro 5.10 (M):

‘Mas el Dios

de toda gracia . . . él mismo os perfeccione. ‘

Hebreos 13.21

22. ’encamino, enderezo’]. 2 Tesalonicenses

3.5:

‘Y el Señor encamine vuestros corazones al amor de

31

Dios.’

23. ‘tomo’]. Hechos 1.21 (M):

‘Tome otro su oficio.’

Hechos 25.16

24. ‘cuento, incluyo en el número’ 2 Timoteo

4.16: ‘No les sea tomado en cuenta’.

25. ‘padezco, sufro’]. 1 Pedro 3.14:

‘Pero aun si padecéis a causa

de la justicia, bienaventurados sois.’

26. ‘multiplico’]. 2 Corintios 9.10 [MB]:

‘Y multiplique vuestra sementera.’

27. ‘multiplico’]. Judas 2:

‘Misericordia y paz y amor os sean

multiplicados.’

28. ‘yo lleno’]. Romanos 15.13:

‘Y que el Dios de la

esperanza os llene de todo gozo’.

29. (MB) [ (NU)] [ ‘hago’]. Lucas 6.11:

‘Hablaban entre sí qué podrían hacer contra Jesús.’

30. ‘corroboro, esfuerzo’]. 1 Pedro 5.10 (TR):

‘Pero el Dios de toda gracia

. . . [os] afirme’.

31. ‘guardo’]. 1 Tesalonicenses 5.23:

‘Y el mismo Dios de paz os santifique por

completo, y todo vuestro ser . . . sea guardado.’

32

32. ‘sucedo’]. 1 Corintios 14.10:

‘Tantas

clases de idiomas hay, probablemente, en el mundo, y nunguno de ellos

carece de significado.’

1 Corintios 15.37

33. ‘yo como’]. Marcos 11.14:

‘Nunca jamás coma nadie fruto de ti.’

34. ‘proveo’]. 2 Corintios 9.10 (MB):

‘Y el que da semilla al que siembra,

y pan al que come, provea . . . vuestra sementera.’

35. ]. Hechos 17.27:

‘para que busquen a Dios,

si en alguna manera, palpando, puedan hallarle.’

EJEMPLOS DE LA SEPTUAGINTA 1 Samuel 24.19 (LXX ’ 24.24):

‘Porque si acaso halla

alguien a su enemigo, y lo envía ir sano y salvo, entonces Yahwéh le pagará con bien,

como has hecho hoy conmigo.’

Isaías 49.15B: Eij de; kai; tau:ta ejpilavqoito gunhv, ajll= ejgw; oujk ejpilhvsomaiv sou, eij:pe KuvrioV ‘Pero si una mujer olvidara estas cosas, aún así yo no me olvidaría de ti,

dice el Señor’.

33

Del prefacio al texto griego1

El texto del Nuevo Testamento Griego ha sido transmitido, preservado y

mantenido por el trabajo fiel de los escribas desde el tiempo de los autógrafos hasta el día

de hoy. Mientras la mayor parte del texto que se encuentra en todos los manuscritos

exhibe un alto grado de uniformidad textual, esa uniformidad aumenta significantemente

cuando se establece un texto de consenso que abarca el período entero de la transmisión

de los manuscritos. Este texto de consenso exhibe un dominio unificado que se difunde

por la vasta mayoría de los manuscritos. Los editores han designado esta línea dominante

de transmisión como el “Texto Bizantino”.2

Si bien se puede decir que entre los escribas prevaleció un espíritu de cuidado y

esmero, no se puede mantener con certeza que ningún manuscrito individual ni ningún

ejemplar intermedio refleje precisamente el autógrafo. Naturalmente ocurrieron varias

fallas humanas durante la era de copiar manualmente los documentos; estas fallas

aparecen entre los manuscritos de variado grado, ya sea en forma de error de escribas o

en alteraciones intencionales. La tradición de los manuscritos tiene que considerarse en

su totalidad, dando debida consideración a los factores de transmisión que permitieron

dichas variaciones.

Los editores consideran que el texto dominante de esta tradición de escribas es la

que va a reflejar más fielmente la que originalmente fue revelada por Dios mediante los

autores humanos del Nuevo Testamento. Por tanto, la presente edición exhibe el texto

dominante de consenso que aparece a través de todo el Nuevo Testamento griego. Este

volumen del Texto Bizantino se ofrece como una representación precisa del texto

canónico del Nuevo Testamento, la palabra escrita de Dios según el griego original. Este

trabajo de amor y devoción se ha llevado a cabo con sumo cuidado y respeto a la palabra

de verdad, revelada de Dios, y ahora se presenta en un formato designado para satisfacer

las necesidades de estudiantes, cleros y eruditos por igual.

Aquellos que han trabajado para preparar este volumen esperan que sirva para

animar a muchos a ampliar su conocimiento del Nuevo Testamento por medio de la

1 De Maurice A. Ribinson y William G. Pierpont, ed. The New Testament in the Original Greek:

Byzantine Textform 2005 (El Nuevo Testamento en el Griego Original, Texto Bizantino 2005).

Southborough, Massachusetts, Chilton Book Publishing, 2005, págs. i-xxiii.

2 En inglés: “Byzantine Textform”. Las ediciones primitivas del Textus Receptus (o “Texto Recibido”)

se parecen bastante al “Texto Bizantino” pero a menudo se desvían de él en lecturas significativas. Tales

ediciones se derivan principalmente de la selección limitada del número pequeño de manuscritos tardíos

que utilizaron Erasmo, Ximenes o sus sucesores inmediatos. El texto total de estas ediciones impresas

primitivas difiere del Texto Bizantino en más de 1800 casos, generalmente a causa de la inclusión de

lecturas no-Bizantinas que tenían apoyo en pocos manuscritos. Ya que el texto del Receptus no provee una

reproducción fidedigna de la tradición griega común, esta edición procura rectificar la situación

presentando las lecturas del Texto Bizantino de una manera más precisa.

34

exégesis e interpretación de su arquetipo3 en el griego koiné original, siendo todo para la

gloria de Dios. Nuestra oración y nuestra esperanza ferviente es que el Señor Jesucristo

prospere la obra de nuestras manos y use nuestros esfuerzos para beneficio de su reino.

TIPOS DE TEXTO Y FORMAS DE TEXTO

Los autógrafos del Nuevo Testamento fueron compuestos en la lengua griega

durante el primer siglo d. de J. C. Copias de estos documentos canónicos sagrados fueron

diseminados entre las iglesias del imperio romano según las necesidades eclesiásticas de

las comunidades cristianas crecientes de los primeros siglos. Escribas concienzudos

cuidadosamente prepararon copias de los documentos neotestamentarios, ya sea como

libros canónicos separados o colecciones de grupos. Este trabajo lo efectuaron los

escribas con un grado considerable de exactitud, y las copias de manuscritos que así se

prepararon pudieron establecer y mantener la forma general del texto canónico del Nuevo

Testamento. No obstante, dentro de poco tiempo aparecieron desviaciones de la forma

original del texto.

La mayoría de las desviaciones resultaron de simples errores de copista cometidos

por el ojo, el oído o la mano. Incluidos serían casos de iotacismo,4 faltas de ortografía,

ditografía,5 transposición o sustitución de palabras, y omisión de letras, palabras o frases

por haplografía,6 homoioteleutón7 u otras causas. Algunas variantes resultaron de ciertos

tipos de alteraciones intencionales. Esto incluiría intentos conjeturales para restaurar

ejemplares dañados; el ajuste de lecturas que se consideraban problemáticas debido a

dificultades percibidas en contenido, sintaxis o estilo; y varias alteraciones teológicas

hechas por ortodoxos, heterodoxos o herejes.

Por tanto, algunas líneas transmisionales del texto novotestamentario crearon y

perpetuaron ciertas lecturas y patrones de lecturas que diferían de los autógrafos; éstas se

desarrollaron en las diferentes familias conocidas y tipos de texto que se encuentran entre

los manuscritos existentes. Mientras que una familia generalmente puede ser trazada a un

antepasado común más reciente, el origen de las unidades de tipo de texto sigue siendo

problemático. Dentro del Nuevo Testamento predominan cuatro tipos principales de

texto, aunque se ha cuestionado la existencia y coherencia de los textos Occidental y

Cesáreo. El Bizantino y el Alejandrino permanecen sobresalientes, y es la preferencia

para uno de estos dos textos que caracteriza las diferentes ediciones impresas del Nuevo

Testamento griego. La teoría de la prioridad del Texto Bizantino considera que el Texto

Bizantino representa el texto que está más cercano a los autógrafos canónicos, y así,

representa el arquetipo del cual han derivado todos los textos restantes.

3 Tipo original

4 La palabra iotacismo se refiere a la práctica del griego moderno de pronunciar como iota, o sea, [i], las

siguientes letras y diptongos:

5 Se refiere a la práctica ocasional de algunos escribas de escribir una palabra dos veces cuando debe

escribirse una sola vez.

6 Haplografía es escribir una sola vez lo que debe escribirse dos veces.

7 La práctica de equivocarse copiando un pasaje en que se encuentra una misma palabra dos veces; el ojo

pasa del primer caso al segundo, omitiendo las palabras que están en medio

35

El texto occidental

Las primeras desviaciones de los autógrafos aparecen en el llamado texto

occidental, o “texto popular no controlado”, del segundo siglo. Ese texto se caracteriza

por libres expansiones, paráfrasis y alteración de palabras. Los manuscritos de la familia

occidental son pocos y generalmente diversos, con una individualidad textual que estorba

la reconstrucción de un arquetipo común. Aún así, la mayor parte de las lecturas de la

familia occidental comparten características en común con el supuesto autógrafo.

El texto alejandrino

El texto alejandrino parece haber originado en un intento crítico localizado

primitivo de purgar y purificar las alteraciones y acreciones que había en los manuscritos

occidentales. Los principios básicos de esta actividad crítica parecen haber sido

reduccionistas y estilísticos.8 Los manuscritos que fueron seleccionados como los

ejemplares recensionales probablemente eran manuscritos “mezclados” en cuanto a la

calidad del texto, así como defectuosos; esto está de acuerdo a lo que se encuentra en la

mayoría de los papiros egipcios o palestinos del siglo dos y tres. La resención alejandrina

parece haber reaccionado a menudo de modo exagerado, además de haberse extendido

demasiado, no solamente quitando las expansiones occidentales, sino también

removiendo muchas lecturas originales en el proceso de purificar el texto de las

novedades que había en los manuscritos occidentales. Y sin embargo, la resención

alejandrina no corrigió muchas de las sustituciones y transposiciones del texto occidental,

aun sin embargo quedándose con algunas lecturas más cortas que habían resultado de

omisiones de parte de los escribas en el arquetipo inmediato.9

El texto alejandrino es representado a través de la mayor parte del Nuevo

Testamento principalmente por el acuerdo del Códice Vaticano (B/O3) y el Códice

Sinaícito (01/א), con el apoyo de otros manuscritos relacionados, tales como P75 y L/019.

Las ediciones críticas, tales como la NA27 y la SBU4 evidencian un texto

predominantemente alejandrino,10 con lecturas establecidas individualmente, usando

criterios internos aplicados subjetivamente, juntamente con principios eternos

8 J. C. O’Neill, “The Rules followed by the Editors of the Text found in the Codex Vaticanus,” (Las

Reglas Seguidas por los Editores del Texto del Códice Vaticanus) NTS 35 (1989) 218-228. O’Neill sugiere

actividades editoriales específicas, errores accidentales e intentos de reconstruir que caracterizaron la

recensión que produjo el arquetipo alejandrino original que es sugerido por sus descendientes posteriores,

P75/B.

9 Esta sugerencia se desarrolla más en Maurice A. Robinson, “In Search of the Alexandrian Archetype:

Observations from a Byzantine-Priority Perspective,” [En Busca del Arquetipo Alejandrino:

Observaciones desde la Perspectiva Bizantina] en Christian-B. Amphoux y J. Keith Elliot., eds., The New

Testament Text in Early Christianity: Proceedings of the Lille Colloquium [El Texto del Nuevo

Testamento en el Cristianismo Antiguo: Procedimmientos del Coloquio de Lille], July (julio) 2000,

Histoire du Texte Biblique 6 [Historia del Texto Bíblico] (Lausanne: Éditions du Zèbre, 2003), 45-67.

10 Barbara Aland et a., eds., Novum Testamentum Graece, 27a edición (Stuttgart: Deutsche

Bibelgesellschaft, 1993); idem, The Greek New Testament [El Nuevo Testamento Griego], 4th revised ed.

(Stuttgart: Deutsche Bibelgesellschaft, 1994). El texto básico de ambas ediciones sigue siendo idéntico.

36

determinados selectivamente (el método “razonado” del eclecticismo moderno). Este

proceso ecléctico moderno de decisiones subjetivas, considerando cada variante

individualmente, resulta en una mezcolanza textual, el cual, en varios versículos no tiene

apoyo en ningún documento existente, ni siquiera en segmentos cortos de la Escritura.11

Esta situación problemática no se encuentra entre los manuscritos de consenso que

forman la base del Texto Bizantino.

El texto cesariano

El texto cesariano (relacionado con Cesárea) parece ser una amalgama de lecturas

de las tradiciones alejandrina y Bizantina. Aunque es cierto que los manuscritos cesáreos

parecen poseer un patrón distintivo de lecturas, este tipo de texto no parece haber existido

antes de los textos Bizantino y alejandrino. El texto cesariano generalmente es dejado

fuera de cualquier consideración referente a la originalidad de los autógrafos.

El Texto Bizantino

El Texto (o tipo de texto) Bizantino preserva con una consistencia general el tipo

de texto neotestamentario que dominaba el mundo de habla griega. Este dominio existió

desde al menos el siglo IV hasta el invento de la imprenta en el siglo XVI. Bajo esta

teoría, se supone que este texto había dominado en los siglos antes del siglo IV en la

región principal de habla griega del imperio romano (o sea, el sur de Italia, Grecia y Asia

Menor)--una región grande y diversa dentro de la cual falta la evidencia de manuscritos,

versiones y los Padres de la Iglesia, durante la era antes del siglo IV, aun siendo la región

primordial de la dominación del Texto Bizantino en los siglos subsiguientes.

Por lo que a la transmisión se refiere, se habría de esperar que predominara una

sola forma de texto entre la vasta mayoría de manuscritos en la ausencia de trastornos

radicales y bien documentados en la tradición de los manuscritos. Este estado “normal”

de transmisión presupone que el consenso del testimonio colectivo de la base existente de

los manuscritos más probablemente atestiguará su arquetipo (en este caso, los autógrafos

canónicos), más que ningún manuscrito en particular, más que ningún grupo pequeño de

manuscritos, más que cualquier lectura entre las versiones o los Padres de la Iglesia que

no alcanzaron amplia diversidad o continuidad de transmisión. Esta suposición tiene

apoyo en el hecho de que un texto de consenso--aun cuando es establecido de

manuscritos que representan líneas no dominantes de transmisión--tiende a acercarse a la

tradición más dominante.

11 Hay ejemplos en el apéndice en este volumen, notas 16-18; véase también Maurice A. Robinson,

“Investigating Text-Critical Dichotomy: A Critique of Modern Eclectic Praxis from a Byzantine-Priority

Perspective” [Investigando la Dicotomía de la Crítica Textual: Crítica de la Práctica Ecléctia Moderna

desde la Perspectiva de la Prioridad Bizantina], Faith and Mission 16 (1999), 16-31, en particular, 17-19

idem, “Rule 9, Isolated Variants, and the ‘Test-Tube’ Nature of the NA27 Text” [Regla 9, Variantes

Aisladas, y la Naturaleza ‘Tubo de Ensayo’ del Texto NA27], en Stanley E. Porter y Mark Boda, redactores,

Translating the New Testament Text, Translation, Theology [Traduciendo el Testamento del Nuevo

Testamento, Traducción, Teología] (Grand Rapids: Eerdmans, próximo).

37

Así, la hipótesis de la prioridad del Texto Bizantino parece ofrecer el escenario

más plausible para la transmisión de los autógrafos canónicos. Esta hipótesis es mucho

más probable que la teoría moderna de la escuela ecléctica con su afirmación de

originalidad especulativa para su mezcolanza construida de fragmentos desparramados,

con niveles cambiantes de apoyo de los manuscritos existentes.12 Una teoría histórica

que presupone un modo generalmente normal de transmisión explica con más facilidad la

expansión y dominio de una sola forma de texto que se puede suponer que representa el

texto de los autógrafos. La teoría de la prioridad del Texto Bizantino presenta mucho

menos dificultades que las que se encuentran en las soluciones alternativas que ofrecen

los proponentes del eclecticismo moderno.

Mientras que cualquier explicación de la historia primitiva de la transmisión de

los manuscritos sigue siendo asunto de teorías, es un hecho que casi todas las lecturas que

se encuentran dentro del Texto Bizantino existen como porciones componentes de uno de

los textos, occidental o alejandrino. Y sin embargo, hay más diferencias entre el texto

occidental y el alejandrino que entre cualquiera de estos dos y el Texto Bizantino. Esto

sugiere fuertemente que cada uno de estos textos regionales se deriva de una fuente

común que se parece cercanamente a la tradición mayoritaria. Es más, las lecturas

Bizantinas individuales son claramente defendibles en bases internos, transcripcionales y

transmisibles razonables, y manifiestan bastante menos debilidades de las que existen con

las lecturas que son típicas de los textos no Bizantinos.

La sencillez de la hipótesis de la prioridad Bizantina hace total contraste con la

historia transmisional que requieren los modelos eclécticos modernos (razonables o

extremos). Los partidarios de estos modelos consideran que el texto original fue

desparramado a los cuatro vientos en una época primitiva, desarrollándose después los

tipos de texto dispares, ninguno de los cuales puede afirmar representar los “autógrafos”

perdidos. A diferencia de estos sistemas, se alega que el Texto Bizantino se originó de

una recensión13 que se promulgó oficial y formalmente, o de un “proceso” al azar que

involucró una selección no sistemática y una compilación de lecturas tomadas de los

textos occidental y alejandrino (supuestamente más primitivos que el Texto Bizantino).

Sea cual sea el caso, esta selección desprovista de sentido crítico se unió con varias

mejoras estilísticas y armonizantes, las cuales supuestamente eran típicas de la actitud

que prevalecía entre los escribas tardíos. El problema queda en explicar cómo semejante

procedimiento casual pudiera resultar en un texto tan extensamente diseminado pero

relativamente unido que es el Texto Bizantino. Se ve que estas suposiciones (carentes de

confirmación histórica) son injustificadas una vez que se ha examinado todo el panorama

12 Jenny Read-Heimerdinger, The Bezan Text of Acts: A Contribution of Discourse Analysis to Textual

Criticism [El Texto Bezan de Hechos: Una Contribución a la Crítica Textual por medio de Análisis de

Discurso], JSNTSS 236 (Sheffield: Academic Press, 2002), dice: “Las ediciones actuales del Nuevo

Testamento griego... [presentan] un texto hipotético que ha sido reconstruido seleccionando lecturas

variantes de diferentes manuscritos... No hay ninguna evidencia de que el texto actual jamás haya existido

en la forma en la cual es editada” (51); así, los investigadores y los programas de búsqueda “para su texto

dependen de una edición cuyo texto no existe en ningún manuscrito escrito y el cual ha sido reconstituido

por críticos textuales” (64n7).

13 Revisión crítica del texto

38

teorético y práctico de la postura de la prioridad Bizantina, a la luz de la evidencia

existente.

LA TEORÍA DE LA PRIORIDAD BIZANTINA

El establecimiento de la forma más exacta del texto griego canónico del Nuevo

Testamento griego es requisito previo para la exégesis y para una hermenéutica correcta.

Muchas teorías y soluciones extremistas han sido propuestas con respecto al método más

apropiado para determinar la mejor forma del texto que represente los autógrafos del

Nuevo Testamento. Muchos investigadores inclusive han descartado el concepto de que

se puede recobrar el texto de los autógrafos; mientras que otros han abandonado

enteramente el concepto de un autógrafo original.14 La tendencia actual parece ser

meramente favorecer una investigación crítica en las múltiples formas (o “estados”) del

texto que se presenta en los manuscritos existentes, e investigar su significado individual

según su posición en la historia eclesiástica, dando poca consideración--o ninguna--al

concepto de originalidad de autógrafos.15 Por contraste, los editores de este volumen

apoyan una teoría que favorezca la prioridad y la autenticidad del Texto Bizantino como

representante del texto de los autógrafos canónicos.

La hipótesis de la prioridad Bizantina funciona dentro del sistema de un enfoque

predominantemente transmisional, y es una alternativa legítima a los métodos y

resultados que ha adoptado el eclecticismo moderno. En lugar de crear un texto preferido

en bases de variante por variante, el enfoque de la prioridad Bizantina procura primero el

establecimiento de una historia viable de la transmisión del texto. Luego se aplican las

probabilidades transcripcionales y transmisionales a los datos externos, después de lo

cual se aplican varios criterios internos. El texto resultante tiene un nivel definido de

acuerdo con el apoyo de una continuidad transmisional a través de todas las porciones del

Nuevo Testamento griego.

La prioridad Bizantina difiere de las otras teorías y métodos dentro de la crítica

textual del Nuevo Testamento: El objeto no es la reconstrucción de un texto “original”

que carezca de continuidad demostrable ni de extensa existencia entre la base de los

manuscritos existentes; pero el objeto tampoco es la restauración o recuperación de un

14 Véase, por ejemplo, Eldon Jay Epp, “The Multivalence of the Term ‘Original Text’ en New Testament

Textual Criticism [La Multivalencia del Término ‘Texto Original’ en la Crítica Textual del Nuevo

Testamento], HTR 92 (1999) 245-281.

15 Tal es el énfasis de David C. Parker, The Living Text of the Gospels [El Texto Viviente de los

Evangélicos] (Cambridge: University Press, 1997). Parker amplía su postura aun más en su artículo,

“Through a Screen Darkly: Digital Texts and the New Testament,” [A Través de una Pantalla,

Oscuramente: Textos Digitales y el Nuevo Testamento] JSNT 25 (2003) 395-411: “Los críticos textuales,

con el pretexto de reconstruir textos originales, en realidad están creando nuevos... El texto bíblico, en vez

de estar corrompido y en necesidad de ser restaurado..., está en constante desarrollo... A la luz de este

hecho, la búsqueda del texto original puede verse como un completo malentendido de lo que en realidad

estaban haciendo los editores” (401); “no quiero decir que los textos que estamos creando son

necesariamente superiores a las creaciones de antes. Es más significante que son los textos que

necesitamos crear” (402, énfasis agregada).

39

texto “original” que se supone que durante mucho tiempo había estado “perdido”.

Tampoco debería abandonarse como imposible el concepto de recobrar el arquetipo de

los autógrafos. Más bien, la prioridad Bizantina presenta como canónico el Nuevo

Testamento griego así como ha sido atestiguado, preservado y mantenido por los escribas

a través de los siglos. Esta base transmisional caracteriza la teoría de la prioridad del

Texto Bizantino.

La prioridad Bizantina funciona dentro de las pautas texto-críticas aceptadas,

utilizando todas las consideraciones transmisionales, transcripcionales, externas e

internas que sean pertinentes, al evaluar las lecturas variantes. Los criterios internos y

externos funcionan de manera balanceada, consistente con sana metodología. Se

reconocen las relaciones y propensiones de los tipos de texto, y se practica un método

razonado de evaluación textual. No se invocan ni se imponen factores teológicos ajenos

al establecer la forma original más plausible del Nuevo Testamento.

La teoría de la prioridad Bizantina no opera siguiendo procedimientos de la

escuela ecléctica, de considerar variante por variante individualmente. Más bien,

continuamente investiga la postura de todas las unidades variantes dentro de la historia de

la transmisión. Las probabilidades se evalúan a la luz de los datos en los manuscritos y

en la historia, así como las costumbres conocidas de los escribas. El énfasis de la

prioridad Bizantina está en un “transmisionalismo razonado”, especialmente con

respecto a la secuencia conectada de las unidades de variantes así como aparecen en el

texto y conforme a su relación con el apoyo externo que proporcionan los manuscritos

mismos.

La teoría moderna del eclecticismo falla precisamente en este punto: Produce una

secuencia de lecturas favorecidas que a veces--incluso a través de segmentos cortos de

texto--no tiene existencia que se pueda demostrar en ningún manuscrito ni versión, ni en

los escritos de ningún padre de la iglesia.16 La teoría de la prioridad Bizantina considera

que tal método y sus resultados son ilegítimos, ya que pasa por alto los factores históricos

pertinentes respecto a la transmisión de los manuscritos. La práctica moderna de la

escuela ecléctica no es una alternativa legítima a la aceptación del texto que se preserva

entre el consenso de los manuscritos existentes. Una práctica viable de crítica textual

requiere una historia transmisional que no contradice la armonía general que se encuentra

entre los testigos existentes. El texto que producen los eclecticistas modernos carece de

una teoría viable de transmisión; el texto que se presenta bajo la teoría de la prioridad

Bizantina se basa en una teoría de transmisión que ofrece conclusiones consistentes. Esto

en sí sugiere la validez de la hipótesis de la prioridad del Texto Bizantino.

16 Maurice A. Robinson, “The Recensional Nature of the Alexandrian Text-Type: A Response to

Selected Criticisms of the Byzantine-Priority Theory” [La Naturaleza Resencional del Tipo de Texto

Alejandrino], Faith and Mission 11 (1993) 46-74, especialmente 48, 68: “El texto que se encuentra en las

ediciones críticas actuales, considerado en su totalidad, no es un texto que se encuentre en ningún

manuscrito existente, versión, ni Padre, ni nunca se ha de hallar ... Los eclécticos modernos han creado una

entidad artificial que carece de todo linaje ancestral de cualquier MS histórico o grupo de MSS”. Ejemplos

del problema de lecturas cortas consecutivas pueden encontrarse en las fuentes que se citan en las notas de

más arriba.

40

La teoría de la prioridad Bizantina provee una perspectiva atractiva y lógica que

tiene mérito al establecer la óptima forma del texto del Nuevo Testamento. Tiene una

consistencia metodológica que no se ha demostrado entre las varias alternativas de la

escuela ecléctica. Las afirmaciones de los eclécticos modernos de haber establecido una

forma cuasi-autoritativa del texto de Nuevo Testamento en realidad jamás alcanzán esta

meta, puesto que la teoría en cual se basa su sistema carece de todo fundamento

transmisional. La teoría de la prioridad Bizantina puede parecer sencilla, pero desde

luego no es demasiado simple: Hay razones lógicas para reconocer un texto que

demuestra continuidad transmisional y dominación durante más de mil años como la

representante más probable de los sagrados autógrafos. El apéndice de The New

Testament in the Original Greek: Byzantine Textform 2005 describe en más detalle “El

caso para la prioridad Bizantina”.

EL TEXTO BIZANTINO DE CONSENSO

El Texto Bizantino representa un consenso dominante del patrón de lecturas que

se mantiene a través de la mayor parte del Nuevo Testamento. En casi todos los casos las

lecturas de consenso son fácilmente establecidas y confirmadas por los datos que están

publicados en varias publicaciones oficiales, estudios especializados y registros de

colaciones. La fuente primordial para establecer las lecturas del Texto Bizantino sigue

siendo la masiva colección de Hermann Freiherr von Soden,17 aumentado en el

Apocalipsis por los datos relativamente completos contenidas en la colación de Herman

C. Hoskier.18 Material confirmativo adicional aparece en varias fuentes, incluyendo la

SBU4, el Nuevo Testamento NA27, los tomos IGNTP,19 la Editio Critica Maior,20 y

colaciones específicas de manuscritos que se han publicado en la serie Studies and

Documents y en otras partes.

Los tomos Text und Textwert21 son especialmente útiles con respecto a esto: Esta

serie presenta datos completos de colación en cuanto a su apoyo de lecturas seleccionadas

17 Hermann Freiherr von Soden, Die Schriften des Neuen Testaments in ihrer Altesten erreichbaren

Textgestalt [Las Escrituras del Nuevo Testamento en Texto Más Antiguo que se Pueda Alcanzar], 2 vols.

en 4 partes (Göttingen: Vandenhoek und Ruprecht, 1911).

18 Herman C. Hoskier, Concerning the Text of the Apocalypse [Tocante al Texto del Apocalipsis], 2 vols.

(Londres: Bernard Quaritch, 1929).

19 S. C. E. Legg, ed., Novum Testamentum Graece secundum Textum Westcotto-Hortianum; Euangelium

secundum Marcum (Oxford, Clarendon, 1935); idem, Nouum Testamentum Graece secundum Textum

Westcotto-Hortianum: Euangelium secundum Mattheum (Oxford, Clarendon, 1940); The American and

British Committees of the International Greek New Testament Project, The New Testament in Greek: The

Gospel according to Luke [Los Comités Americanos y Británicos del Proyecto Internacional del Nuevo

Testamento, El Nuevo Testamento en Griego: El Evangelio Según Lucas], 2 vols. (Oxford: Clarendon,

1984, 1987); W. J. Elliott y D. C. Parker, redactores, The New Testament in Greek, IV: The Gospel

according to S. John I. The Papyri [El Nuevo Testamento en Griego, IV: El Evangelio según San Juan, I.

Los Papiros] (Leyden: Brill, 1995). 20 Barbara Aland et al., eds., Novum Testamentum Graecum: Editio Critica Maior, IV, Die Katholischen

Briefe: 1, Der Jacobusbrief; 2. Die Petrusbriefe; 3. Der Erste Johannesbrief [Nuevo Testamento Griego:

Edición Critica Mayor, IV, Las Epístolas Católicas: 1, Santiago; 2. Epístolas de Pedro; Primera Epísola de

Juan] (Stuttgart: Deutsche Bibelgesellschaft, 1997-2003).

21 Kurt Aland et. a., eds., Text und Textwert der griechischen Handschriften des Neuen Testaments; I, Die

Katholischen Briefe; II, Die Paulinischen Briefe; III, Die Apostelgeschichte; IV, Die Synoptischen

41

a través del Nuevo Testamento. Dentro de cada unidad de variantes, Text und Textwert

cita todos los manuscritos griegos disponibles en relación a su apoyo de lecturas

específicas. Estos datos proveen confirmación primaria con respecto al status de lecturas

Bizantinas que previamente habían sido establecidas en obras impresas. En particular,

estos resultados plenos de colación tienden a confirmar la evidencia del grupo Bizantino

que se presenta en el aparato de von Soden que se publicó a principios del siglo XX. De

manera parecida, el Método Perfil de Claremont también tiende a confirmar la

confiabilidad general de von Soden con respecto a la identificación de los grupos.22

Aunque se puede depender de von Soden en cuanto a lecturas específicas de manuscritos

individuales,23 su confiabilidad general con referencia a los grupos más grandes de tipos

de texto y sub-tipos permanece estable en vista de la evidencia que proporcionan estas

fuentes exteriores.

ESTABLECIENDO EL TEXTO DE ESTA EDICIÓN

Las lecturas primordiales del Texto Bizantino se establecen de manera directa:

Son sujetas a confirmación adicional, cuando una lectura en el aparato de von Soden es

identificada con una K negra, esa lectura se vuelve el texto principal en la edición

presente (K = = el Texto Bizantino). Donde von Soden no hace ninguna

declaración con respecto a la K con letra negra, su texto principal representa la lectura

Bizantina, y se reproduce sin ningún cambio. Donde el texto de K de letra negra está

dividida, se sigue el subgrupo KX (KX representa el componente dominante dentro de los

manuscritos del grupo K). Donde los manuscritos del grupo K están divididos, las

lecturas de los subgrupos menores de K se incluyen en la evaluación. En todo tiempo se

consideran factores transmisionales, transcripcionales, externos e internos pertinentes

como elementos componentes de peso. En los relativamente pocos casos en los que el

texto o aparato principal de von Soden ha sido confirmado de estar en error, se han usado

otras fuentes pertinentes para corrección.

En cuanto al Pericope Adulterae (Juan 7.53-8.11) y el libro de Apocalipsis, se

requiere un procedimiento evaluativo diferente. En estas porciones de las escrituras, el

Texto Bizantino, generalmente unificado, se dividen en varias corrientes. Donde se unen

estas corrientes, el texto representa en consenso Bizantino; donde se dividen, se requieren

otros enfoques metodológicos.

Evangelien: 1, Das Markusevangelium; 2, Das Matthäusevangelium; 3, Das Lukasevangelium [Texto y

Valor de Texto de los Manuscritos Griegos del Nuevo Textamento; I, Los Evangelios: 1, Marcos; 2,

Mateo; 3. Lucas] (Berlin: Walter DeGruyter, 1987-1999).

22 Ver Frederick Wisse, The Profile Method for Classifying and Evaluating Manuscript Evidence [El

Método “Perfil” para Clasificar y Evaluar la Evidencia de los Manuscritos], SD 44 (Grand Rapids:

Eerdmans, 1982).

23 Más allá de la crítica válida tratando con errores al citar manuscritos en particular (a menudo se trata de

errores tipográficos), von Soden también ha sido criticado porque su aparato no permite la reconstrucción

exacta de ningún manuscrito en particular. Y sin embargo, esta crítica se aplica a cualquier edición que

contenga un aparato crítico limitado. Se puede reconstruir, del texto y aparato de NA27 el continuo de

cualquier manuscrito, aun de entre sus “testigos consistentemente citados”. Los datos de von Soden se

reconocen como teniendo un valor particular y demostrado al presentar la evidencia de grupos de

manuscrito; es primordialmente de estos datos que el texto de la presente edición es establecido.

42

Consideraciones generales

En la mayor parte del Nuevo Testamento el Texto Bizantino es apoyado por casi

la totalidad de la tradición de los manuscritos; en casi cada caso la lectura Bizantina

representa el acuerdo de por lo menos el 70 por ciento y generalmente más del 80 por

ciento de los manuscritos existentes. No obstante, la base principal de la determinación

textual sigue siendo no cuantitativa: los factores transmisionales y transcripcionales que

han caracterizado los manuscritos a través de los siglos son de mayor significación que la

mera cantidad de la evidencia. Al aplicarse estos factores no numéricos a la evaluación

de las unidades individuales de variantes, el texto consecutivo resultante se establece con

más seguridad y representa un consenso transmisional básico.

Aunque la cantidad numérica mucho mayor de los manuscritos Bizantinos (casi el

80 por ciento) existe entre los documentos del siglo XII y después, las lecturas del Texto

Bizantino casi siempre se establecen plenamente de las líneas Bizantinas de transmisión

más antiguas que se extienden a través del siglo X. Los documentos del siglo XI y

después por lo general son insignificantes para el establecimiento de las lecturas

Bizantinas primarias, y en el mejor de los casos sirven solamente para confirmar.

La cantidad de testigos sí hace un papel al evaluar las probabilidades

transmisionales y transcripcionales, pero el número en sí no puede ser el factor

determinante al evaluar las unidades variantes: Hay que examinar y evaluar todas las

consideraciones en cuanto a la evidencia externa, interna, transcripcional y transmisional

antes de que se puedan tomar las decisiones finales con respecto a las lecturas. El factor

“numérico” juega un rol especial cuando los manuscritos que componen el Texto

Bizantino están seriamente divididos. Donde el Texto Bizantino de esta edición está

dividido, el texto principal ha sido establecido en bases no numéricas.

Este método de “transmisionalismo razonado” se basa primordialmente en

evidencia externa y documental; sin embargo, todos los factores transmisionales y

transcripcionales pertinentes son evaluados constantemente en relación con los varios

aspectos de los criterios externos e internos antes de que se hagan las decisiones finales

en cuanto al texto que ha de establecerse.

La decisión final en cuanto a las lecturas requiere la aplicación de principios

internos, siguiendo la evaluación inicial de los datos externos. Ninguna lectura puede

establecerse aislada de sus varias unidades circunvecinas; tampoco se puede hacer caso

omiso de las costumbres transmisionales y transcripcionales de los escribas al examinar

el desarrollo y la diseminación de las variadas lecturas.24 En general, los escribas tendían

24 Véase Ernest C. Colwell, “Method in Evaluating Scribal Habits: A Study of P45, P66, P75 [Método en

la Evaluación de los Hábitos de los Escribas: Un Esdudio de P45, P66, P75]”, en su libro, Methodology in

Textual Criticism of the New Testament [Metodología en la Crítica Textual del Nuevo Testamento], NTTS

9 (Grand Rapids: Eerdmans, 1968), 106-124; Maurice A. Robinson, “Scribal Habits among Manuscripts of

the Apocalypse” [Hábitos de los Escribas en los Manuscritos del Apocalipsis] (Tesis para doctorado,

Southwestern Baptist Theological Seminary, 1982); James R. Royse, “Scribal Habits in the Transmission

of New Testament Texts,” [Hábitos de los Escribas en la Transmisión de los Textos del Nuevo Testamento]

en Wendy D. O’Flaherty, ed., The Critical Study of Sacred Texts [El Estudio Crítico de los Textos

43

a preservar en sus ejemplares el texto que tenían delante, a pesar de las variadas

corrupciones accidentales o alteraciones intencionales que ocurrieron durante el proceso

de la transmisión. No hubo frecuentes ni extensas alteraciones: La vasta mayoría del

texto que se encuentra en todos los manuscritos--a pesar del tipo de texto--sigue siendo

una posesión común. Los agrupamientos por familia y por tipo de texto se relacionan

directamente con el desarrollo transmisional del texto en varias eras y localidades.

Hay que evaluar los manuscritos y las lecturas en cuanto a su antigüedad,

diversidad y continuidad dentro de la historia de la transmisión. Los escribas

individuales tienen que ser caracterizados con respecto a su grado de cuidado cuando

copiaban de sus ejemplares. Una ejecución apropiada de cada uno de estos factores

resulta en una representación bien establecida del Texto Bizantino, tradicionalmente

diseminado. Este texto dominó la transmisión textual en las regiones de habla griega

durante más de mil años, y es este Texto el que tiene más derecho de representar los

autógrafos canónicos.

EL FORMATO DE LA PRESENTE EDICIÓN

El orden de los libros canónicos

Los manuscritos individuales presentan los libros neotestamentarios en varios

arreglos; no obstante, un orden griego, un “orden canónico”, parece haber sido popular

durante la historia transmisional primitiva. Este orden es evidenciado particularmente en

varios papiros y manuscritos antiguos,25 y ocurren la Carta Festiva de Atanasio (367 d. de

J.C.) del siglo IV y en la lista de libros canónicos que son atribuidos al Concilio de

Laodicea (360/363 d. de J.C.).26 La presente edición reproduce ese “orden canónico”

primitivo para los libros de Nuevo Testamento griego.

Según el “orden canónico”, los libros de Nuevo Testamento se agrupan como

sigue: los Evangelios, Hechos y las Epístolas Generales, las Epístolas Paulinas y el

Apocalipsis. Los libros individuales, dentro de cada categoría, siguen el orden familiar,

excepto que en las Epístolas Paulinas el libro de Hebreos se encuentra entre Segunda a

Sagrados] (Berkeley: Graduate Theological Union, 1979), 139-161; idem, “Scribal Habits in Early Greek

New Testament Papyri,” [Hábitos de los Escribas en los Papiros Neotestamentarios Griegos Antiguos]

Tesis para doctorado, Graduate Theological Union, Berkeley, 1981; idem, “Scribal Tendencies in the

Transmission of the Text of the New Testament,” [Tendencias de los Escribas en la Transmisión del Texto

del Nuevo Testamento] en Bart D. Ehrman y Michael W. Holmes, eds., The Text of the New Testament in

Contemporary Research: Essays on the Status Quaestionis, [El Texto del Nuevo Testamento en la

Investigación Contemporánea: Ensayos en el Estatus de la Cuestión] SD 46 (Grand Rapids: Eerdmans,

1993), 239-252.

25 Ver David Trobisch, The First Edition of the New Testament [La Primera Edición del Nuevo

Testamento] (Oxford: University Press, 2000), 21-38. En la página 28, Trobisch presenta evidencia de

varios manuscritos antiguos que demuestran la secuencia de la “edición canónica”.

26 Daniel J. Theron, Evidence of Tradition [Evidencia de Tradición] (Grand Rapids: Baker, 1958), 118-

119 (Athanasius), 124-125 (Laodicea). Ver también 116-117 (el agrupamiento general de los libros de NT

por Cirilo de Jerusalén), 552-553 (el índice del Códice Alejandrino), 554-555 (Athanasius), 559-560

(Leonsius); pero véase 431-439 en cuanto a la posibilidad de que la lista Laodicea no sea auténtica.

44

Tesalonicenses y Primera a Timoteo, intencionalmente separando las epístolas de Pablo a

las iglesias locales de aquellas que escribió a individuos.27

Números de capítulos y versículos

Se sigue un sistema de numeración generalmente reconocida, aunque la posición

de los números de los versículos no siempre corresponde a la que se encuentra en otros

Nuevos Testamentos griegos o versiones. Algunas ediciones impresas de antaño

(usualmente el Textus Receptus) y traducciones al español incluyen palabras o frases que

no son parte del Texto Bizantino (por ej., porciones de Hechos 9:5-6, 1 Juan 2:23, 1 Juan

5:7). La ausencia de estos versículos no afecta la numeración de los demás versículos.

En dos pasajes la numeración de los versículos ha sido ajustada para claridad. En

algunas ediciones y traducciones Mateo 23:13-14 aparece en un orden contrario al del

Texto Bizantino; la presente edición mantiene una secuencia numérica dentro de su

propio orden de material. Es más, la doxología que por lo general se publica en Romanos

16:25-27 aparece en el Texto Bizantino después de Romanos 14:23; en este lugar la

doxología es renumerada como Romanos 14:24-26 (la epístola concluye como Romanos

16:24 en el Texto Bizantino).

En cuatro casos (Lucas 17:36, Hechos 8:37, Hechos 15:34, Hechos 24:7) aparece

solo un número de versículo en el texto, seguido inmediatamente del siguiente número de

versículo. Esto indica porciones extensas de texto que fueron incluidas en las primeras

ediciones impresas del Textus Receptus pero que jamás han sido parte del Texto

Bizantino primordial. El número del versículo se retiene solamente para referencia, para

preservar la numeración tradicional de los versículos restantes dentro de los capítulos

afectados. En otras partes, la numeración de los versículos no es afectado.

OBSERVACIONES FINALES

El Nuevo Testamento es la revelación de Dios a su pueblo escogido que

comprende la Iglesia de Cristo. El creyente cristiano recibe estas escrituras como

canónicas y normativas: la palabra de Dios escrita, inspirada y autoritativa, que sirve

como la regla de fe y práctica infalible para el pueblo de Dios. El contexto de estas

escrituras es la verdad sin mezcla de error en todo lo que afirman. Un corolario a estas

27 William H. P. Hatch, “The Position of Hebrews in the Canon of the New Testament” [La Posición de

Hebreos en el Canon del Nuevo Testamento], HTR 29 (1936) 133-151. El orden canónico Segunda a

Tesalonicenses - Hebreos - Primera a Timoteo es tratado en las páginas 136-143. Hatch muestra que este

orden se encuentra entre manuscritos antiguos y geográficamente diversos, los padres y las versiones, y se

retuvo entre algunos manuscritos durante muchos siglos. A este orden Hatch le llamó “alejandrino”,

debido a sus opiniones sobre el desarrollo del texto. El orden “occidental” secundario (o el antiguo latín)--

orden familiar con el lector moderno--fue llamado “Bizantino” por Hatch (143, 149-150), debido a sus

presencia en los manuscritos Bizantinos más tardíos que habían adoptado el uso occidental. Los editores

sugieren, al contrario, que los datos de Hatch apoyan el orden griego canónico como original y

auténticamente “Bizantino”. Claramente, el orden griego canónico más primitivo difería de la tradición

occidental; no fue hasta mucho más tarde que los manuscritos griegos Bizantinos adoptaron el orden

occidental.

45

creencias doctrinales es la declaración confesional de que esta revelación ha sido

guardada pura en todas las épocas por el cuidado y la providencia singulares de Dios.

El texto griego del Nuevo Testamento, por tanto, debe ser establecido y

certificado de una manera apropiada a su significación histórica y teológica. La tarea

para el pueblo de Dios es que identifiquen y reciban la forma más atestiguada de ese texto

bíblico griego así como está preservado entre la evidencia existente. Aunque no existe

ninguna instrucción divina en cuanto al establecimiento de la forma más precisa de los

autógrafos originales, tal instrucción no es necesaria: La preservación textual de los

autógrafos puede ser reconocido y establecido por un examen cuidadoso y juicioso de la

evidencia existente. La fidelidad de los escribas en la transmisión de los manuscritos a

través de los siglos sigue siendo el lugar primordial de la preservación de los autógrafos.

Dios no decretó que se mantendrían copias idénticas de los autógrafos durante la

era de la transmisión manual; en efecto, no hay dos manuscritos que estén precisamente

de acuerdo en cuanto a todos los detalles. Y sin embargo, el texto original del Nuevo

Testamento griego ha sido preservado por medios ordinarios con un grado extraordinario

de exactitud en casi todos los manuscritos, por medio de la libre diseminación y

transmisión de los documentos novotestamentarios. La integridad básica de este texto

original es confirmado por el trabajo aparentemente mundano que llevaron a cabo

generaciones de escribas que hicieron una obra razonablemente precisa; así se ha

preservado la seguridad y autoridad del texto de los autógrafos en medio del

complemento de la evidencia total que fue presentada dentro de la historia transmisional.

Dios ha permitido la preservación de su palabra inspirada en su forma mejor atestiguada

por medio del proceso transmisional: Los manuscritos griegos antiguos testifican un

texto de consenso mutuo que establece y mantiene la integridad y autoridad de la

revelación original. Este texto de consenso es el punto focal de la historia transmisional.

El texto divinamente preservado del autógrafo existe y funciona dentro del sistema de

todos los documentos griegos existentes (manuscritos, leccionarios y citas patrísticas).

Este texto también tiene apoyo sustancial en las varias versiones antiguas y en las citas de

los padres que no escribieron en griego.

Puesto que el método divino de la preservación de los autógrafos se encuentra en

la totalidad de los manuscritos griegos existentes, el pretendiente más fuerte para la

originalidad de los autógrafos sigue siendo el texto de consenso general que se encuentra

preservado ese material. Así, el texto del Nuevo Testamento se puede establecer con

seguridad y se puede presentar con exactitud mediante un uso apropiado de los datos

existentes. Lo único que tiene que hacer el cristiano es aplicar principios sanos de

evidencia--transmisional, transcripcional, externa e interna--y formular éstos dentro de

una teoría y práctica de la crítica textual, propiamente aplicadas, que evite los peligros de

la especulación subjetiva. Mediante lo mismo el texto de los autógrafos, preservado entre

los manuscritos existentes, fácilmente puede reconocerse y establecerse. Si bien se

requiere trabajo diligente, investigación cuidadosa y una metodología sistemática para

mejores resultados, el establecimiento del texto básico de consenso sigue siendo una tarea

clara y sencilla. Un texto basado en consenso--derivado del cuerpo entero de manuscritos

griegos existentes--es plenamente compatible con el concepto de la providencia benévola

46

que se ha arqueado sobre el mantenimiento de los autógrafos en su integridad básica por

transmisión normal.

No fue necesario ningún modo visible adicional de propagación para garantizar la

integridad de los originales sagrados. El testimonio de los autógrafos ha sido preservado

por transmisión independiente, desparramado por una amplia área geográfica, entre una

multitud de manuscritos que abarcan varios siglos. Así, el Texto Bizantino de consenso

es establecido por cooperación sin colusión, sin necesidad de imposición de autoridad

eclesiástica externa. No se necesitan defensas especiales para mantener esta perspectiva:

todo corresponde a la evidencia existente que se ha preservado.

El reconocimiento de los autógrafos originales entre el consenso transmisional de

los manuscritos griegos es mucho más razonable que una multitud de especulaciones

contradictorias que se derivan de varias formas de la metodología ecléctica. El enfoque

basado en consenso de manuscritos no recurre a manuscritos individuales favorecidos, o

a textos locales, o a textos minoritarios regionales, ni a criterios internos subjetivos que

adopten una mezcla de lecturas individuales con grados cambiadizos de apoyo

mayoritario. Más bien se apela a la evidencia combinada que se ha preservado entre los

manuscritos griegos existentes.

El estudioso cristiano no necesita especular extensamente con respecto a la forma

original de la forma original del texto neotestamentario. Ese texto puede ser reconocido

y establecido en su integridad básica por la aplicación de principios críticos apropiados y

sanos que tomen en consideración el consenso de la evidencia preservada. El Texto

Bizantino que se presenta en esta edición cumple esa meta: El Texto Bizantino es aquel

que fue transmitido y mantenido como corriente dominante de la transmisión manual de

manuscritos griegos a través de la historia cristiana. Ahora, en la culminación de

veintisiete años de intensa colaboración (1976-2003), los editores presentan aquí el Texto

Bizantino como el representante más fuerte de los autógrafos canónicos del Nuevo

Testamento griego. Hacia el cumplimiento de esta meta nobilísima y sagrada han obrado

los editores y ahora presentan la culminación de su tarea.

De parte de los que produjeron esta edición, quisiéramos expresar nuestro sincero

agradecimiento a todos los voluntarios--demasiado numerosos para mencionar los

nombres de todos--que dieron de su tiempo para corregir el texto y el formato de la

presente edición. Sus esfuerzos para la gloria de Dios y el Señor Jesucristo han asistido

grandemente hacia la realización de este proyecto.

¡Alabado sea Dios por su palabra magnificente!

¡Toda honra y gloria sean dadas al Señor Jesucristo!

William G. Pierpont

Maurice A. Robinson

47

¿QUÉ DIFERENCIA HACE?

Wilbur N. Pickering, ThM PhD28 Trad. por Louis Tyler, MDiv MA PhD

Usado con permiso

Durante al menos 200 años29 comúnmente se ha argumentado que, no importa cuál texto griego que se use, ninguna doctrina será afectada. En mi propia experiencia, por más de cincuenta años, cuando he levantado la pregunta de cuál es el texto griego correcto del Nuevo Testamento, la respuesta más común, sean cuales sean los oyentes, ha sido: “¿Qué diferencia hace?” El propósito de este artículo es contestar esa pregunta, por lo menos en parte. El texto griego ecléctico actualmente en boga, N-U26 [Nestle-Aland]/UBS3

(de aquí en adelante, NU), representa el tipo de texto sobre el cual se basa la mayoría de las versiones modernas.30 La King James Version [KJV], la New King James Version [NKJV] y la Reina-Valera-Gómez [RVG] siguen un tipo de texto bastante diferente, un primo próximo del Texto Mayoritario.31 La discrepancia entre NU y el Texto Mayoritario encierra alrededor de 8% de las palabras. En un texto griego con 600 páginas, ¡esto equivaldría a 48 páginas enteras formadas

28 Este artículo es una revision (considerable) del ‘Apéndice C’ de mi libro, The Identity of the New

Testament Text II, Eugene, Oregon: Wipf and Stock Publishers, 3ra edición, 2003. (En la version de

internet es el Apéndice H). 29 John Bengel, un crítico textual que murió en 1762, ha sido reconocido como el primero en presentar este

argumento. 30 Novum Testamentum Graece, Stuttgart, Deutsche Bibelstiftung, 26ava ed., 1979. The Greek New

Testament. Nueva York. Sociedades Bíblicas Unidas, 3ra ed., 1975. El texto de estas dos ediciones es

prácticamente idéntica, habiendo sido elaborado por los mismos cinco editores: Kurt Aland, Matthew

Black, Carlo Martini, Bruce Metzger y Allen Wikgren. La mayoría de las versiones modernas en realidad

se han basado en el texto “antiugo” de Nestle, que difiere de la 26ava edición en más de 700 lugares. SBU4

y N-A27 no ofrecen cambios en el texto, solo en el aparato--de ahí se deduce que el texto fue determinado

por el equipo anterior de cinco editores, no por los presentes cinco (Matthew Black y Allen Wikgren fueron

remplazados por Barbara Aland [esposa de Kurt, ahora viuda] y Johannes Karavidopoulos). 31 The Greek New Testament According to the Majority Text, Nashvile: Thomas Nelson Publishers, 2a ed.,

1985. Este texto fu editado por Zane C. Hodges y Arthur L. Farstad. Otro texto bastante parecido es The

New Testament in the Original Greek: Byzantine Textform 2005, Southborough, MA: Chilton Book

Publishing, 2005. Este texto fue editado por Maurice A. Robinson y William G. Pierpont. Estos dos

difieren algo del Textus Receptus, en el cual se basan la KJV, la NKJV y la RVG.

48

solamente de discrepancias! Cerca de un quinto de ese material refleja omisiones del Texto Ecléctico, de modo que éste es unas diez páginas más corto que el Texto Mayoritario. Asimismo si admitimos, por argumento, que hasta la mitad de las diferencias entre los textos Mayoritario y ecléctico puedan llamarse “inconsecuentes”, esto aún dejaría el equivalente de unas 25 páginas de diferencias que son significativas (de grados variados). A pesar de esas diferencias, por lo general se supone que ninguna doctrina cristiana cardinal es realmente puesta en peligro (aunque algunas, tales como las del juicio eterno, de la ascención y de la divinidad de Cristo, se quedan debilitadas). Sin embargo, la más básica de todas, la doctrina de la divina inspiración del texto, está realmente bajo ataque. El Texto Ecléctico incorpora errores de hecho y contradicciones tales que cualquier afirmación de que el Nuevo Testamento es divinamente inspirado se vuelve relativa, y la doctrina de la inerrancia se vuelve virtualmente insostenible. Si la autoridad del Nuevo Testamento es socavada, asimismo todas sus enseñanzas son afectadas. Por más de un siglo, la credibilidad del texto del NT ha sido minada, y esta crisis de credibilidad ha sido impuesta a la atención de los laicos por las versiones modernas que colocan partes del texto entre corchetes y tienen numerosas notas de un tipo tal que suscitan dudas sobre la integridad del Texto. Las consecuencias de todo esto para el futuro de la Iglesia son serias y de largo alcance. Parece irrazonable que individuos y organizaciones que profesan defender un alto concepto de las Escrituras, que defienden su inspiración plenaria y verbal, y la inerrancia de los Autógrafos, lleguen a abrazar un texto griego que efectivamente socava sus creencias.32 Ya que la sinceridad de esos individuos y organizaciones es evidente, hay que concluir que están mal informados, o que realmente no han considerado las evidencias ni analizado las

32 Durante años se ha dicho comúnmente que no hay dos manuscritos del NT que estén perfectamente de

acuerdo (sin embargo, en cuanto a Gálatas, Efesios, Colosenses, 1 y 2 Tesalonicenses, Tito, Filemón,

Santiago, 1 y 2 y 3 Juan y Judas tengo en mis manos copias de al menos dos manuscritos idénticos--no son

los mismos dos para cada libro). Por consiguiente, afirmaciones de la inerrancia bíblica usualmente se

limitan a los Autógrafos (los mismo documentos originales que escribieron los autores humanos), o la

redacción exacta de las palabras que se incluyen en ellos. Puesto que ningún Autógrafo del NT existe hoy

(probablemente se desgastaron con el uso dentro de pocos años por uso excesivo), debemos apelar a las

copias existentes para cualquier esfuerzo por identificar la redacción original.

La teoría crítica que es la base de NU presupone que la redacción original ‘se perdió’ durante los

primeros siglos y que es imposible tener certeza objetiva en cuano a la redacción original. Una parte

central del debate actual es el argumento de que el texto que se usa hoy no es inerrante--éste es un tema que

ocurre muchas veces en The Proceedings of the Conference on Biblical Inerrancy 1987 (Nashville:

Broadman Press, 1987), por ejemplo.

Estoy dispuesto a ofrecer evidencia objetiva corroborativa de que la redacción original no ‘se

perdió’ durante los siglos primitivos. Además arguyo que sí es posible identificar con una certeza

razonable la redacción original, basándose en criterios objetivos--hoy. (La “evidencia objetiva” a la que me

refiero está disponible gratis en www.walkinhiscommandments.com). [En 2014 se publicó el texto griego

de todo el Nuevo Testament enditado por Wilbur Pickering: The Greek New Testament According to

Family 35, impresión privada, ISBN 978-0-9898273-2-4—nota del trad.]

49

implicaciones. Así que ahora expondré la evidencia y trataré las implicaciones. Quiero enfatizar que no estoy atacando la sinceridad personal o la ortodoxia de aquellos que usan el texto ecléctico; sí estoy desafiando las presuposiciones que están por detrás de éste, y llamando la atención a las consecuencias y los resultados finales. En los ejemplos que siguen, la redacción del Texto Mayoritario viene siempre primero y la del texto de NU después, seguida de otras ediciones. (Donde NU osa corchetes, o si alguna versión moderna sigue a Nestle25, será claramente explicado.) Inmediatamente debajo de cada variante está un equivalente literal en español. Cada variante va seguida del apoyo de manuscritos y versiones tomado de mi edición del Texto Griego del Nuevo Testamento.33 El conjunto de variantes, con la respectiva evidencia corroborante, va seguido de una discusión de las implicaciones. Primero presentaré los errores de hecho y contradicciones, después las anomalías serias y aberraciones.

Errores de Hecho y Contradicciones Lucas 4:44

f36 A,D (94.7% de los MSS) CP,HF,RP,TR,OC

[en las sinagogas] de Galilea

P75 [=Álef]B,C,Q (4.1%) NU

[en las sinagogas] de Judea

W (0.2%) de los judíos

(0.5%)

de ellos Problema: Jesús estaba en Galilea (y siguió allí), no en Judea, como el texto deja claro. Discusion: En el pasaje paralelo (Marcos 1:35-39), todos los textos están de acuerdo de que Jesús estaba en Galilea. Bruce Metzger deja claro que los editores de NU hicieron esto a propósito cuando explica que ”es obviamente la más difícil, y copistas la han corregido . . . de acuerdo con los [pasajes] paralelos en Mateo 4:23 y Marcos 1:39 ”.34

33 El Nuevo Testamento Griego puede bajarse de www.walkinhiscommandments.com; la última nota en

Mateo, por ejemplo, explica el aparato y los símbolos que se usan. 34 A Textual Commentary on the Greek New Testament, Nueva York: United Bible Societies, 1971, págs.

137-38.

50

Así, los editores de NU introducen en su texto una contradicción que también es un error de hecho. Este error del Texto Ecléctico se reproduce en las versiones LB, NIV, NASB, NEB, RSV, etc. En español la RVR 1909, 1960, 1977 y 1995, y la Reina-Valera-Gómez (RVG) rezan Galilea. La RV Actualizada dice Galilea, pero con una nota que dice que ”los manuscritos más antiguos tienen Judea”. La NVI reza de los judíos y dice en una nota: “Lit. Judea”. De igual modo la Biblia de las Américas (1ª edición) reza Judea pero con una nota que dice: “algunos mss. dicen de Galilea”, mientras que la edición de 2002 ha quitado la nota. La versión Nuevo Mundo (NM) reza Judea sin comentario. Lucas 23:45

--f35 A,D,Q,W (96.8%) CP,HF,RP,TR [el sol] se oscureció

P75 C(0.4%) NU

eclipsándose [el sol]

B (0.4%) OC

(0.7%)

fusiones--(1.2%) Problema: Un eclipse solar es imposible durante la luna llena. Jesús fue crucificado durante la Pascua, y la Pascua siempre ocurre durante luna llena (de ahí la fecha de la Pascua varía de año en año según nuestro calendario). NU introduce un error científico.

Discusión: El verbo griego es bastante común y tiene la acepción básica de ‘faltar’ o ‘terminar’, pero cuando se usa con respecto al sol o la luna, se refiere a un eclipse (nuestra palabra eclipse viene de esa raíz griega). De hecho, versiones tales como la Moffatt, Twentieth Century, Authentic, Phillips, NEB, New Berkeley, NAB y Jerusalem declaran abiertamente que el sol entró en eclipse. Mientras que versiones tales como NASB, TEV y NIV evitan la palabra ´eclipse´, el significado normal del texto ecléctico que siguen es precisamente el sol se eclipsó.

51

En español: La versión Reina Valera Revisada, revisión de 1977, reza como sigue: ´Y el sol se oscureció,´ pero tiene una nota que dice: ´Lit. fue entenebrecido o se eclipsó´. La versión NM reza así: falló la luz del sol. Felizmente la RVR 1909, 1960 y 1995. la RVG y la RVA dicen solamente que el sol se o(b)scureció. La NVI dice: el sol se ocultó. Marcos 6.22

--f35 A,C (95.6%) HF,RP,CP,TR,OC [la hija] misma de Herodías

,B,D (0.4%) NU

su [hija] Herodías

-- (1.3%)

- (1.3%)

(0.9%)

Problema: NU en Marcos 6:22 contradice NU en Mateo 14:6. Discusión: Mateo 14:6 declara que la moza era hija de Herodías (ésta había sido esposa de Felipe, pero ahora estaba viviendo con el hermano de él, Herodes). Aquí NU la hace la propia hija de Herodes, y le llama a ella Herodías. Metzger defiende la elección del comité de NU con estas palabras: ¡”Es muy difícil decidir qué redacción es la menos satisfactoria” (pág. 89)! ¿Será que los editores de NU consideran que la redacción original está perdida? Si no, ¡la misma tiene que ser [para ellos] ‘insatisfactoria’! Pero ¿son aquellos editores realmente competentes para hacer semejante decisión? Y, ¿exactamente qué será lo que vuelve “insatisfactoria” la lectura de 99+% de los manuscritos? Ha de ser porque no crea problema. Las versiones modernas que suelen identificarse con el texto NU abandonan el texto ecléctico aquí, excepto que la NRSV reza ‘su hija Herodías’. Hasta la versión NM abandona el texto NU (WH) aquí: la hija de la misma Herodías.

52

1 Corintios 5:1

f35 (96.8%) HF,RP,OC,TR,CP

se nombra

--- --P46 ,A,B,C (3.2%) NU

Problema: Se cuenta que un hombre tenía a la esposa de su padre, una clase de fornicación tal que ni siquiera los gentiles hablaban de la misma. Sin embargo, el texto NU afirma que este tipo de incesto ni siquiera existe entre los gentiles, una mentira obvia. Cada tipo concebible de perversión sexual humana ha existido a través de toda la historia. Discusión: Extrañamente, versiones evangélicas tales como NIV, NASB, Berkeley y LB propagan este error. Encuentro interesante que versiones tales como TEV, NEB y “Jerusalem”, aunque siguen el mismo texto, evitan una decisión categórica. En español el error se reproduce en la NVI, la Biblia de las Américas, la Reina Valera Actualizada, la Biblia Viviente, la RVR 1977 y la NM. Lucas 3:33

f35 A(D) [95%]

CP,HF,RP,TR, OC de Aminadab de Aram

(D, )+7unc(f1)33,Biz,Lec,lat,sir p,h

¡ningún manuscrito! NU

de Aminadab de Admín de Arni

53

B

?--sirs

copsa

copbo

c

f 13

L N

Problema: Los ficticios Admín y Arni son introducidos en la genealogía de Cristo. Discusión El texto NU ha distorcionado la evidencia en su aparato crítico, para esconder el hecho de que ningún MS griego tiene el texto exacto que han imprimido, un verdadero revoltijo. Al presentar el razonamiento del comité de NU en este caso, Metzger escribe: “La Comisión adoptó lo que parecía ser la forma menos insatisfactoria del texto” (pág. 136). ¡Qué arrogancia tan desenfrenada! ¡Los editores de NU inventan su propio texto y lo proclaman “el menos insatisfactorio”! Y ¿precisamente qué tendría de “insatsfactorio” el texto 99+% de los manuscritos, excepto que no introduce cualesquier dificultades? Hay completa confusión en el campo egipcio. Esa confusión debe haber comenzado en el segundo siglo, resultando de varios errores de transcripción que son fáciles de hacer, errores simples de copista. Sería fácil que algún que otro copista cambase ARAM

[ ] a ARNI [ (en los primeros siglos solo se usaban letras

mayúsculas); con una pluma que ya se echa a perder, los trazos horizontales en la A y la M pueden haberse visto medio borrosos, y

un copista subsiguiente podría confundir la pierna izquierda de la

como uniéndose con la para hacer una , y la pierna derecha de la

se volvería una . Muy antiguamente “Aminadab” se deletreó

mal, cambiándose en ”Aminadam”, lo que sobrevive en alrededor de 25% de los manuscritos existentes. (En los MSS minúsculas la beta

54

frecuentemente se escribía como mu, solo sin ‘cola’.) El de ,

sirs y copsa surgió de una fácil ocurrencia de homoioarctón (el ojo del copista pasó de la primera A de “Aminadab” a la segunda, omitiendo

”Admin-” y dejando ”Adam”). La y la se pueden confundir fácilmente, sobre todo cuando se escriben a mano--se presume que ”Admin” vino de ”AMINadab/m”, aunque el proceso ha de haber sido más complicado. La i de ”Admin” y ”Arni” se corrompe en ‘ei’ en el Códice B (cosa que ocurre con frecuencia en ese MS--tal vez debido a influencia cóptica).

El Códice combina el ancestro que produjo “Adam” con el

que produjo “Admin”, etc. La confusión total en Egipto no nos sorprende, pero ¿cómo hemos de explicar el texto y aparato de NU en este ejemplo? Y ¿cómo se explica el que las versiones NASB, NRSV, TEV, LB, Berkeley, etc., siguen este error atroz? En español la RVR 1960-1977-1995 (1909: “que fué de Aminadab, que fué de Aram”), la RVG, la Biblia de las Américas y la Biblia Viviente siguen la cordura: “(el) hijo de Aminadab, (el) hijo de Aram”. Pero la RVR Actualizada y la Nácar Colunga se van fielmente tras el texto erróneo: “hijo de Aminadab, hijo de Admín”. La NVI deja perplejo al lector, pues reza hijo de Aminadab, hijo de Aram, pero tiene una nota que reza como sigue: “Var. Aminadab, hijo de Admín, el hijo de Arní; los mss. varían mucho”. La NM sigue fielmente tras el error del texto Westcott-Hort, rezando ‘[hijo] de Aminadab, [hijo] de Arní. Mateo 19:17

f35 C,W

(99%) RP,HF,OC,CP,TR ¿Por qué me llamas bueno? ¡No hay bueno sino uno solo, que es Dios.

(B,D)

(0.9%) NU ¿Por qué me preguntas acerca de lo que es bueno? Uno es bueno.

55

Problema: NU en Mateo 19:19 contradice NU en Marcos 10:18 y en Lucas 18:9 (en Marcos y Lucas todos los textos concuerdan con la redacción de la Mayoría en Mateo 19:17). Discusión: Se puede suponer que Jesús habló en hebreo, pero no hay ninguna manera por la cual lo que Él dice pudiera legítimamente resultar en las dos traducciones al griego que se dan arriba. El que las versiones en latín combinan las dos sugiere que esas otras dos variantes deben haber existido en el segundo siglo--en efecto, el Diatesarón abiertamente pone la redacción Bizantina en la primera mitad de aquel siglo. La iglesia de Egipto del segundo siglo era dominada por el gnosticismo. El que una variante tan deliciosamente gnóstica haya surgido no es una sorpresa, pero ¿por qué es que los editores modernos lo adoptan? Por ser “la más oscura” (Metzger, pág. 49). Esta “oscuridad” fue tan atractiva para la comisión de NU que imprimieron otro revoltijo--juntando la pregunta del joven y esta primera parte de la respuesta del Señor; el texto exacto de la NU se encuentra solamente en el corrector del códice B. Es más, con referencia a los principales MSS griegos que se dan como apoyando

el Texto Ecléctico ( ,B,D,L,,f1), ¡el hecho es que ninguno de ellos

[aquí] concuerda precisamente con ninguno de los otros! (¿Deberían considerarse como testigos fidedignos?) La mayoría de las versiones modernas se une con el texto NU en este error también. En español se reproduce este error en la Biblia de las Américas, la RVR Actualizada, en la NVI, en la Nácar Colunga (NC), en la nota marginal de la RVR 1977 y en la NM. Hechos 19:16

f35 [90%] HF,RP,OC,TR,CP

de ellos

,A,B,D [5%] NU

de ambos Problema: Los hijos de Esceva eran siete, no dos.

56

Discusión: Argumentar que ‘ambos’ puede significar ‘todos’, en bases de este pasaje, es evitar la cuestión dando por sentado lo que queda por probar. Una apelo a Hechos 23:8 no es convincente. “Porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel ni espíritu; pero los fariseos reconocen ambas cosas“. ‘Ángel’ y ‘espíritu’, si no se consideran sinónimos, al menos pertenecen a una misma clase, seres espirituales. Los fariseos creían en “ambas cosas“—la resurrección y los seres espirituales. Aquí no hay ninguna base para alegar que “ambos“ legítimamente se puede referir a siete, en Hechos 19:16.35 Aún así, la mayoría de las versiones modernas traduce “ambos“ con “todos“. La NM, con una acción evasiva, reza ‘uno tras otro’. Mateo 1:7-8

f35 W [98%] RP,HF,OC,CP,TR

Asa

P1v ,B,C [2%] NT (dos veces)

Asaf Problema: Asaf no pertenece en la genealogía de Jesús. Discusión: Asaf fue levita, no procedía de la tribu de Judá; era salmista, no era rey. Está claro del comentario de Metzger que los editores de NU entendían que su texto se refiere al levita y no debe entenderse por como forma alternativa para Asa. Metzger abiertamente dice que Asa es un “error” (pág. 1). De hecho, “Asaf” problemente no es un “accidente de copista” para “Asa”. Sin contar los nombres de Asa y Amón (ver. 10), el códice B deletrea mal 13 nombres en este capítulo, mientras que el códice (álef) deletrea mal

35 La nota de Arndt y Gingrich (pág. 47) parece estar diseñada para proteger la lectura del texto ecléctico

aquí. La discusión de Metzger esinteresante: “No obstante, la dificultad de reconciliar [siete] con [ambos]

no es tan grande como para hacer imposible un texto que contiene ambos. Por otra parte, la dificultad es

tan inquietate que es difícil explicar como [siete] entró en el texto, y fue perpetuado, si no era original . . .”

(págs. 471-72). Nótese que Metzger presupone la autenticidad de “ambos” y habla de la dificultad que crea

como si fuera un hecho. Yo diría que la presuposición de él es injustificada y que la dificultad que crea es

resultado de sus presuposiciones.

57

10 nombres, cosa que mina la credibilidad de estos dos códices. Sin embargo, los errores de los códices B y involucran litografía [esto

es, repeticiones], cambio de género, o cambio a un sonido similar (z en vez de s, d en vez de t, m en vez de n)--no añadir una consonante ajena, como f, ni intercambiar sonidos disimilares, como s en vez de n. En respuesta a Lagrange, quien considera que “Asaf” es un antiguo error de escriba, Metzger escribe: “No obstante, ya que el evangelista puede haber derivado material para la genealogía, no del Antiguo Testamento directamente, sino de listas genealógicas subsiguientes, en las cuales la ortografía errónea ocurrió, la Comisión no vio ninguna razón para adoptar lo que parece ser una enmienda escribal” (pág. 1). Metzger francamente declara que la ortografía que han adoptado es “errónea“. Los editores de NU deliberadamente han introducido un error en su texto, error que es fielmente reproducido en la NAB (“New American Bible“) y la NRSV. La RSV y la NASB tienen una nota diciendo que el griego reza “Asaf”--sería menos engañoso si dijeran que una porción minuciosa de los manuscritos griegos dicen así. El caso de Amón vs. Amós en el ver. 10 es análogo a éste. Metzger dice que “Amós“ es “un error [ortográfico]“ para “Amón” (pág. 2), y de ahí los editores de NU naturalmente han puesto el error en su texto. En español las versiones RVR 1909/1960/1977/1995, RVG, NIV, NC, RVR Actualizada, la Biblia de las Américas y la NM evitan este error. Mateo 10:10

f35 C,N, [95%] RP,HF,CP

ni bordones

,B,D [5%] OC,TR,NU

ni [un] bordón

58

Problema: Tanto en Mateo 10:10 como en Lucas 9:3 el texto NU tiene “ni [un] bordón“, así contradiciendo Marcos 6:8, donde todos los textos tienen “solamente un bordón“. Discusión: En Lucas y Mateo el texto mayoritario reza “ni bordones“, lo cual no contradice el texto de Marcos--el caso de los bordones es análogo al de las túnicas; cada apóstol debía llevar solo uno y no varios. Un lector superficial probablemente esperaría el singular; el que algún escriba en Egipto tuviera problemas con “bordones“ y lo simplificara en “[un] bordón“ no nos sorprende. Pero ¿por qué es que los editores de NU introducen este error en su texto? Casi todas las versiones modernas siguen NU tanto aquí como en Lucas 9:3. En español este error es reproducido en casi todas las versiones, incluidas la RVR 1909/1960/RVG 2010; la Biblia de las Américas ni de bordón, mientras que la NVI y RVR 1977/1995/Actualizada y la NM traducen con otro vocablo, pero siguen con el error: ni (de) bastón. Marcos 1:2

f35A,W (96.7%) HF,RP,CP,TR,OC [como está escrito] en los profetas

B (1.3%) NU

[como está escrito] en Isaías, el profeta

D (1.8%)

Problema: El texto NU atribuye al libro de Isaías material que es ajeno al mismo. Discusión: El resto del ver. 2 es una cita de Malaquías 3:1, mientras que el ver. 3 es de Isaías 40:3. Nuevamente Metzger usa, esencialmente, el argumento de “versión más difícil” (pág. 73), pero la elección ecléctica muy probablemente es el resultado de actividad armonizadora primitiva.

59

Los únicos otros lugares en que se cita Isaías 40:3 en el Nuevo Testamento son Mateo 3:3, Lucas 3:4 y Juan 1:23. Los primeros dos están en pasajes paralelos a Marcos 1:2, y los tres pasajes citan la LXX palabra por palabra. La cita en Juan difiere de la LXX en una palabra y también se usa en conexión con Juan el bautista. La consideración crucial para nuestro presente propósito es que los tres evangelios, Mateo, Lucas y Juan, identifican la cita como de Isaías (sin variación de MS). Parece claro que la lectura “alejandrina-occidental” de Marcos 1:2 es simplemente una asimilación a los otros tres Evangelios. También debe notarse que el materia de Malaquías se ve como una alusión más que una cita directa. Es más, aunque hay citas (o alusiones) de Malaquías en el Nuevo Testamento, nunca se identifica en nombre como Malaquías. Es posible que los propios hábitos de Marcos sean pertinentes a esta discusión. Marcos cita de Isaías 4:12, 11:17 y 12:32 y alude a él en unos diez otros lugares, sin identificar la fuente de la cita. La única vez que sí usa el nombre de Isaías es cuando cita a Jesús en 7:6. En vista de tal evidencia clara, el canon de “lectura más difícil” no puede justificar meter un error a fuerza en el texto de Marcos 1:2. Casi todas las versiones modernas siguen NU aquí. En español este error se reproduce en la RVR 1960, 1977 y 1995, NC, así como en RVR Actualizada, la Biblia de las Américas, la NVI, la Biblia Viviente y la NM. Sin embargo, la RVG tiene el texto correcto. Lucas 9:10

--f35 (A) C(N)W (98%) CP,HF,RP,TR,OC

a un lugar desierto a una aldea llamada Betsaida

--(P75)B (0.5%) NU

a una aldea llamada Betsaida

--D

--

60

Problema: El texto de NU hace que Jesús y su grupo entren en Betsaida, pero en el ver. 12 los discípulos dicen que están en un área desierta; así se introduce una contradicción. Aquí NU también está en desacuerdo con NU en los pasajes paralelos. Discusión: En Mateo 14:13 todos los textos dicen que Jesús se retira a un lugar desierto, y en el ver. 15 los discípulos dicen: “El lugar es desierto . . . despide a la multitud, para que vayan por las aldeas”. En Marcos 6:31-32 todos los textos dicen que Jesús se va a un lugar desierto, y en el ver. 35 los discípulos dicen que “el lugar es desierto”, etc. Así, NU no solo hace que Lucas se contradiga a sí mismo, sino que lo pone en contra de Mateo y Marcos. Las versiones modernas no nos sorprenden. En español el error es reproducido en la Biblia de las Américas [equivalente en español de la NASB], la RVR 1995 y la RVR Actualizada; pero no en la RVR 1909/1960/1977, ni en la RVG, ni en la NVI ni en la NC, ni en la Biblia Viviente, ni tampoco en la NM. Juan 18:24

--f35 A (90%) CP,HF,RP,OC,TR

[Anás le] había enviado [atado a Caifás]

--B,C,W (9%) NU, algunas ediciones de TR

entonces [Anás le] envió atado a Caifás

-- [1%]

Problema: La variante de NU hace una contradicción dentro del contexto inmediato. El versículo 13 dice que Jesús fue llevado primero a Anás, pero los cuatro Evangelios están de acuerdo de que las negaciones de Pedro y los juicios tuvieron lugar en la casa de Caifás--aquí, en Juan, los vers. 15-23 tienen lugar allí. La variante de NU pone los vers. 15-23 en la casa de Anás, haciendo que Juan contradiga los otros tres Evangelios. Discusión: Solo Juan dice que Jesús fue llevado primero a Anás; los otros tres nos llevan directamente a Caifás; así que no se presenta la

61

dificultad del cambio de casas. Después de escribir los vers. 15-23, Juan vio que sus lectores podrían pensar que Jesús estaba todavía con Anás; por eso escribió el ver. 24 para evitar ese malentendido. El ver. 24 debería traducirse entre paréntesis: (Anás le había enviado atado a Caifás, el sumo sacerdote.) Juan 6:11

--f35 D (97%) CP,HF,RP,OC,TR

a los discípulos, y los discípulos

--P66, 75v A,B,W (3%) NU

Problema: El texto de NU se contradice a sí mismo. En Mateo 14:19, Marcos 6:41 y Lucas 9:16, que son pasajes paralelos, NU está de acuerdo con la Mayoría de que Jesús les dio el pan a los discípulos, quienes a su vez lo distribuyeron a la gente. Aquí en Juan NU omite a los discípulos, dando a entender que Jesús mismo distribuye el pan a la gente. Discusión: Esta variante puede ser explicado como un error transcripcional antiguo, un caso de homoioarctón, y comienzo

similar--en este caso, se brinca de un al otro. No hay necesidad de apelar al canon de ‘lectura más difícil’. Si éste fuera el único caso, podría explicarse, pero cuando se añade a los demás, tiene un efecto cumulativo. Estoy consciente de que los ejemplos previos pueden no convencer al lector uniformemente. Sin embargo, sugiero que hay un efecto cumulativo. A fuerza de ingenuidad y gimnasia mental puede ser que parezca posible circundar alguno que otro de estos ejemplos (incluidos los que siguen), pero con cada ejemplo adicional se hace cada vez más difícil sostener el peso de la evidencia. Una o dos irregularidades puede aceptarse como posibles, pero cinco o seis se vuelven altamente improbables; diez o doce no son tolerables.

62

Anomalías Serias / Aberraciones Juan 7:8

--f65 P66, 75B,N,T,W [96.5%] CP,HF,RP,OC,TR

todavía no

-- D [3%] NU

no Problema: Dado que Jesús de hecho fue a la fiesta (y sin duda sabía lo que iba a hacer), el texto de NU tiene el efecto de atribuirle a Él una mentira. Discusión: Puesto que los editores de NU por lo general atribuyen un valor altísimo a P75 y B, ¿no es extraño que los rechacen en este caso? He aquí la explicación de Metzger: “La redacción [“todavía no“] fue introducida en una fecha antigua (es atestada por P66,75), para aliviar la inconsistencia entre el ver. 8 y el ver. 10” (pág. 216). Así que los editores rechazaron P66,75 y B (juntamente con el 96.5% de los MSS) por preferir la “inconsistencia“. Las versiones NASB, RSV, NEB y TEV siguen el Texto Ecléctico aquí. En español el error se reproduce en La Biblia de las Américas, pero no en las versiones RVR 1909, 1960, 1977 y 1995, ni en la RVG, ni en la RVR Actualizada. La NVI reza: “Yo no voy todavía a la fiesta”, pero tiene una nota que

dice: “Var. no incluye todavía’. Como el texto WH reza , la NM reza correctamente ‘todavía no’.

63

Juan 6:47

--f35A,C,D,N (99.5%) CP,HF,RP,OC,TR [cree] en mí -- --- --P66 ,B,T,W (0.5%) NU

[cree] Problema: Jesús está haciendo una declaración formal sobre cómo se puede tener vida eterna. “En verdad, en verdad os digo que aquel que cree en mí tiene la vida eterna”. Al omitir “en mí” el texto NU abre la puerta al universalismo. Discusión: Ya que es imposible vivir sin creer en algo, todo el mundo cree--el objeto de la creencia es lo esencial. El verbo “creer” sí ocurre en otros lugares sin un objeto explícito (siendo éste suplido por el contexto), pero no en una declaración formal como ésta. La redacción más corta es probablemente el resultado de homoioarctón que ocurre fácilmente--tres palabras cortas seguidas que comienzan con E. Y sin embargo Metzger dice de las palabras “en mí”: “No se puede sugerir ninguna buena razón para explicar su omisión” (pág. 214). ¡Los editores califican esta omisión {A} [prácticamente incuestionable]! Y esto contradice el 99% de los MSS más allá de la atestación del IIo siglo. Las versiones TEV, NASB, NIV, NRSV y “Jerusalén” reproducen, precisamente, el texto de NU. En español se reproduce en la Biblia de las Américas [equivalente en español de la NASB], en la RVR Actualizada, en la versión Nácar Colunga (NC), en la NVI y en la NM. Hechos 28:13

--f35 A,048 [95%] HF,RP,OC,TR,CP

costeando alrededor [llegamos a Regio]

-- B [5%] NU

quitando (algo) [llegamos a Regio]

Problema: El verbo que escoge NU, , es transitivo, y no tiene sentido aquí.

64

Discusión: La explicación débil de Metzger es que ¡la mayoría de los miembros del Comité de NU consideró que la palabra era “un término técnico náutico de significado incierto” (pág. 501)! ¿Por qué deciden desfigurar el texto en bases de evidencia tan pobre cuando

hay una explicación transcripcional fácil? Las letras griegas y son similares, y estando lado a lado en una palabra sería fácil omitir una de ellas, en este caso la theta. La mayoría de las versiones modernas, incluida la NVI (“bordeando la costa”), se basan en el texto “antiguo” de Nestle, el cual aquí concuerda con la redacción mayoritaria. No obstante, la NRSV sigue NU, traduciéndolo “entonces levantamos ancla”. Y aunque WH tiene el texto equivocado, la NM traduce según el texto correcto, ¡tal vez porque no han entendido el griego! Marcos 16:9-20

(presente en)--cada MS griego existente (unos 1700) excepto tres: HF,RP,CP,TR,OC{{NU}} (omitido en)-- c,B,304

Problema: Se introduce una seria aberración: Se afirma que el Evangelio según Marcos termina en 16:8. Discusión: La SBU3 coloca estos versículos entre dobles corchetes, [[ ]], lo que significa que “se consideran como adiciones tardías al texto”, y le dan a esta decisión grado {A}, o sea, “prácticamente incuestionable”. De manera que los editores de la SBU nos aseguran que el texto genuino de Marcos termina en 16:8. Pero ¿por qué insisten los críticos en rechazar este pasaje? Se incluye en cada MS griego sobreviviente (unos 1700) excepto tres (en realidad solamente dos, B y 304-- no es propiamente “sobreviviente” porque en este

lugar se trata de una falsificación).36 Cada leccionario griego (¿unos

36 Tischendorf, quien descubrió el Códice Alef ( ), advirtió que la hoja doblada que contenía el fin de

Marcos y el principio de Lucas parecía haber sido escrita con una mano distina y con tinta diferente que el

resto del documento. Y sin embargo, un escrutinio cuidadoso revela lo siguiente: El fin de Marcos y el

comienzo de Lucas se encuentran en la página 3 (de las cuatro); las páginas 1 y 4 contienen un promedio de

17 renglones de texto griego impreso (hay cuatro columnas por página), así como el resto del códice; la

página 2 contiene un promedio de 15.5 líneas de texto impreso por columna (cuatro columnas); la primera

65

2000?) contiene estos versículos (uno de ellos, 185, solo en el Menologión). Cada MS siríaco sobreviviente (¿alrededor de 1000?), excepto uno (el Sinaítico), los contiene. Cada MS en latín (¿8000?), excepto uno (k) los contiene. Cada MS cóptico sobreviviente, excepto uno, los contiene. Tenemos evidencia concreta (Ireneo y el Diatesarón) de la ”inclusión” de este pasaje ya en el siglo II, supuestamente en su primera mitad. En cuanto a la ”exclusión”, no tenemos ninguna evidencia sólida semejante. Habiendo tal evidencia masiva, ¿por qué insisten los críticos en rechazar este pasaje? Lamentablemente, la mayoría de las versiones modernas también, de una o de otra manera, arrojan duda sobre la autenticidad de estos versículos (la NRSV aquí es excepcionalmente objetable). Siendo uno que cree que la Biblia es la Palabra de Dios, ¡encuentro inconcebible que una bibliografía oficial de Jesucristo, comisionada por Dios y escrita bajo Su control de calidad, omitiera pruebas de la resurrección, excluyera todas sus apariciones subsecuentes, y terminara con la cláusula ”porque tenían miedo”! Si la evaluación de los críticos es correcta, pareceríamos encontrarnos en un dilema serio. El evangelio de Marcos sería un evangelio mutilado (si termina con el ver. 8), la terminación original habiendo desaparecido sin dejar ningún rastro. Pero de ser así, ¿qué del propósito de Dios al ordenar esta bibliografía? En español la RVR 1977 pone estos versículos entre corchetes. La Biblia de las Américas 1973 y la RVR Actualizada también los colocan entre corchetes, con una nota que puede sacudirle la fe al lector (Biblia de las Américas 1973: ”Algunos de los mss. más antiguos omiten los versículos del 9 al 20”. Actualizada: ”Los mss. más antiguos terminan el Evangelio

columna de la página 3 contiene solamente doce renglones de texto impreso y de esta manera el versículo 8

ocupa la parte superior de la segunda columna, el resto de lo cual está en blanco (salvo algunos diseños);

Lucas comienza en la parte posterior de la columna 3, que contiene 16 líneas de texto impreso, mientras

que la columna 4 vuelve a tener 17 renglones. En la página 2 el falsificador empezó a extender las letras,

desplazando seis líneas de texto impreso; en la primera columna de la página 3 ¡se desesperó y desplazó

cinco renglones de texto impreso, en una sola columna!

De esta manera logró poner dos líneas del versículo 8 en la segunda columna, evitando la

chismosa columna vacía (como en el códice B). Esa segunda columna daría cabido a 15 más renglones de

texto impreso, que con los otros once hacen 26. Los versículos 9-20 ocupan 23.5 tales líneas, de manera

que hay bastante lugar para ellos. En realidad parece que ha ocurrido un juego sucio, y no habría habido

necesidad de tales maniobras a menos que la primera mano de hecho haya contenido los versículos

cuestionados. De todos modos, consta que el MS Alef ( ) es una falsificación (en este lugar); y por tanto

no puede presentar legítimamente como evidencia contra ellos.

66

aquí”.)37 La NVI no encierra estos versículos entre corchetes, pero sí incluye una nota: “Los mss. más antiguos y otros testimonios de la antigüedad no incluyen Mr 16:9-20. En lugar de este pasaje, algunos mss. incluyen una conclusión más corta”. La NM tiene estos versículos con letras pequeñas bajo el título: “CONCLUSIÓN LARGA”, con el comentario de que “ciertos manuscritos (ACD) y versiones (VgSyc,p) antiguos añaden la siguiente conclusión larga, pero B-SysAram la omiten”.

Juan 1:18

--f35A,C,W (99.6%) (CP)HF,RP,OC,TR

el unigénito Hijo

----P66 B,C (0.3%) NU

un unigénito dios

--P75 (0.1%)

el unigénito Dios Problema: Se introduce una anomalía seria--Dios, siendo Dios, no es engendrado. Discusión: La naturaleza humana y el cuerpo humano de Jesucristo fueron, en verdad, literalmente engendrados en María, virgen, por el Espíritu Santo; Dios el Hijo ha existido eternamente. La expresión “un dios unigénito“ es tan deliciosamente gnóstica que el origen egipcio aparente de esta redacción la hace doblemente sospechosa. ¡También sería posible traducir la segunda lectura con “unigénito dios“!, enfatizando la cualidad [de ser Divino], y esto ha atraído a muchos que ahí ven una fuerte afirmación de la divinidad de Cristo. No obstante, si Cristo recibió Su “Divinidad“ por medio del proceso de ser engendrado, entonces no puede ser la eternamente preexistente Segunda Persona de la Trinidad. También “unigénito“ no es análogo a “primogénito“, que se refiere a la prioridad de

37 La edición de 2002 de la Biblia de las Américas ya omite los corchetes, y también omite la nota al

respecto.

67

posición--esto pondría al Hijo por encima del Padre. No importa cómo la encaremos, la redacción de NU introduce una anomalía seria.

Supuestamente debe significar algo más que apenas

‘único’. En Lucas 7:12, aunque por razones de estilo un traductor pueda poner “el hijo único de su madre“, hemos de entender que él fue engendrado por ella--no podría ser un hijo adoptivo. Lo mismo acontece en Lucas 8:42 y 9:38. En Hebreos 11:17, con referencia a la promesa de Sara, Isaac fue en verdad el “hijo unigénito“ de Abraham, aunque ella realmente tuvo otros hijos con otras mujeres. Nótese en Génesis 22:12 y 16 que el mismo Dios llama

a Isaac el “único“ hijo de Abraham. Juan usa cinco veces, siempre refiriéndose al Hijo de Dios (Juan 1:14, 18: 3:16, 18: 1 Juan 4:9). No veo nada en los usos del NT que justifique la traducción “único” [a cambio de “unigénito” (único engendrado)].

Que P75 tenga una conexión con las dos redacciones es curioso, pero demuestra que la discrepancia surgió en el segundo siglo. (Los artículos modifican sustantivos, no adjetivos, cuando aparecen en una frase nominal tal cual la que tenemos aquí. Así que el artículo es parte de la misma unidad de variación.) La mayoría de las versiones modernas evita una traducción directa de este texto malo. (Una revisión reza “Dios el Uno y Único”--un “fraude piadoso“, pero ninguna de las variantes tiene este sentido.) La TEV dice: “El Único, que es igual a Dios”--poco mejor. ¡La NASB realmente traduce “el unigénito Dios” (la redacción de P75)! No queriendo quedarse atrás, la “Amplified” sale con un revoltijo, “el único Hijo sui géneris, el Dios unigénito”. ¡Ay ay ay! En español este error es reproducido en la Biblia de las Américas (“el único Dios”), la RVR Actualizada (“el Dios único”), la Biblia Viviente (“su único Hijo, que es Dios mismo”), la NM (“el dios unigénito” [¡qué herejía!]) y la NVI (“el Hijo unigénito, que es Dios”) [¡Ay ay ay otra vez!]). Juan 7:53-8:11 (presente en)--f35 D [85%] CP,HF,RP,OC,TR[[NU]]

(omitido en)--P66,75 B,N,T,W [15%]

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Problema: La SBU3 coloca estos versículos entre dobles corchetes [[ ]], lo cual significa que los versículos “se consideran adiciones tardías al texto”. A esta decisión la califican {A}, “prácticamente incuestionable”. Esta omisión introduce una aberración. Discusión: La evidencia contra el Texto Mayoritario aquí es más fuerte que en cualquiera de los ejemplos previos. Pero suponiendo (solo por argumento) que el pasaje es espúreo, ¿cómo podría jamás haberse introducido aquí, y de tal modo que es atestiguado por unos 85% de los MSS? Intentemos leer el pasaje más grande sin estos versículos--hay que brincar directamente de 7:52 a 8:12. Para repasar el contexto, los principales sacerdotes y fariseos habían enviado alguaciles para arrestar a Jesús, pero en vano. Una “discusión“ resulta. Nicodemo hace un argumento, a lo que los fariseos reponden: (7:52) “¿Eres tu también de Galilea? Escudriña y verás que de Galilea no se ha levantado profeta“. (8:12) “Otra vez, pues, Jesús les habló, diciendo: ´Yo soy la luz del mundo. . . . “ ¿Cuál es el antecedente de “les“, y cuál es el significado de “otra vez“? Por las reglas normales de la gramática, si falta el pasaje de 7:53 a 8:11, entonces “les“ tiene que referirse a los fariseos y “otra vez“ quiere decir que [en esta conversación] Jesús ya les había dirigido la palabra al menos una vez. Pero 7:45 deja claro que Jesús no estaba allí con los fariseos. De modo que NU introduce una aberración. Y sin embargo, ¡Metzger alega que el pasaje (7:53-8:11) “interrumpe la secuencia de 7:52 y 8.12 y sigs.” (pág. 220)! Buscar los antecedentes de 8:12 en 7:37-39 no solamente insulta la sintaxis sino que también se mete en líos con 8:13--“los fariseos“ responden a la reivindicación que Jesús hace en el ver. 12, pero “los fariseos“ están en otra parte, 7:45-52 (si 7:53-8:11 está ausente). Metzger también alega que “el estilo y vocabulario del pasaje difieren notablemente del resto del cuarto evangelio“. Pero los que hablaban griego desde nacimiento de aquel entonces, ¿no estarían en una mejor postura para notar algo así? Entonces ¿cómo podrían permitir que un pasaje extraño así se introdujera en el texto? Sugiero que la respuesta evidente es que no permitieron semejante cosa: El

69

pasaje estuvo allí desde el principio. También protesto contra el uso de corchetes aquí. Dado que los editores claramente consideran que el pasaje es espúreo, deberían ser consistentes y eliminarlo, como hacen la NEB y Williams. Así, el pleno extenso de su error estaría al abierto para que todos lo vieran. Las Biblias NIV, NASB, NRSV, Berkeley y TEV también usan corchetes para cuestionar la legitimidad de ese pasaje. En español la RVR 1977, la Biblia de las Américas (primera edición, de la década de 1970) y la RVA encierran este pasaje en corchetes. La NVI tiene una línea larga al principio y final del pasaje con la nota que sigue: “Los mss. más antiguos y otros testimonios de la antigüedad no incluyen Jn 7:53-8:11. En algunos códices y versiones que contienen el relato de la adúltera, esta sección aparece en diferentes lugares, por ejemplo: después de 7:44, o al final de este evangelio, o después de Lc 21:38.” La NM pone estos versículos en una nota con letras pequeñas, con la nota: “Los manuscritos BSys omiten los versículos 53 hasta el capítulo 8,

versículo 11, que dicen (con algunas variantes en los diversos textos y versiones griegos), como sigue”. 1 Timoteo 3:16

--f35 A,Cv [98.5%] Dios [se manifestó en carne]

-- [1%] NU

quien [se manifestó en carne]

--D que [se manifestó en carne] Problema: Una anomalía gramatical es introducida. ”Grande es el misterio de la piedad, quien fue manifestado en carne” se oye peor en griego que en español. ¡”Misterio” es de género neutro mientras que ”piedad” es femenino, pero “quien” es masculino! Discusión: En un esfuerzo para explicar la palabra ”quien” comúnmente se argumenta que la segunda mitad del versículo 16 es

70

una cita directa de un himno. pero ¿dónde está la evidencia para esta alegación? Sin evidencia esta alegación da por sentado lo que queda por probar.38 El que el pasaje contiene algunas cualidades poéticas no dice más que eso--que el pasaje contiene cualidades poéticas. ”Quien” no tiene sentido [gramatical], de modo que la mayoría de las versiones modernas que siguen el texto NU toman aquí acciones evasivas. Las versiones NEB, NASB y Berkeley rezan ‘quien’; Phillips dice ‘el que’; NRSV, Jerusalén, TEV y NIV dicen ‘él’. La redacción en latín, ”el misterio . . . que”, por lo menos tiene sentido. La redacción verdadera, atestiguada en el 98.5% de los MSS

griegos, es “Dios”. En los MSS más antiguos “Dios” se escribía C (con un trazo horizontal arriba para indicar una abreviación), ”quien” se escribía OC, y ”que” se escribía O. La diferencia entre ”Dios” y ”quien” consiste de solamente dos trazos horizontales, y con una pluma medio desgastada dichos trazos fácilmente podrían salir borrosos (o un copista podría momentáneamente distraerse y olvidarse de añadir los trazos). Así, la variante “quien” puede ser explicada por un fácil error transcripcional. La variante “que” sería una solución obvia para un copista que esté frente a un ”quien” que no tiene sentido. Cualquiera que sea la intención de los editores de NU, su texto debilita esta fuerte declaración de la divinidad de Jesucristo, además de ser una tontería--¿qué ‘misterio’ tiene la idea de que un varón humano sea manifestado en carne? Todos los seres humanos tienen cuerpos. La RVR 1909, 1960 y 1995, así como la Reina Valera Gómez, rezan “Dios fue manifestado en carne”. ¡Pero la RVR 1977 encierra la palabra Dios en corchetes! La Biblia de las Américas dice: “El que fue revelado en la carne”; la RVA: “El fue manifestado en la carne”; y la NVI: “Él se manifestó como hombre”. La Nácar Colunga ¡se va por otro rumbo: “Y sin duda que es grande el misterio de la piedad,

38 Un pronombre normalmente requiere un antecedente, pero un texto citado podría ser una excepción. Así,

1 Corintios 2.9 a veces se ofrece como un ejemplo: La cita de Isaías 64:4 empieza con un pronombre, sin

antecedente gramatical (aunque ‘misterio’ en el versículo 7 es el antecedente referencial, supuestamente.

No obstante, las palabras de Isaías se presentan formalmente como cita, “como está escrito”, mientras que

el material de 1 Timoteo 3:16 no lo es, así que no hay analogía válida. Colosenses 1:13 o 1:15 se han

sugerido como analogías para ‘quien’ en 1 Timoteo 3:16, y hasta se ha alegado que son “himnos”, pero no

hay apoyo objetivo para tal alegación. El antecedente del pronombre relativo en Colosenses 1:15 es ‘el

hijo’ en el versículo 13, y el antecedente del pronombre relativo en el versículo 13 es ‘el padre’ del

versículo 12. De nuevo, no hay analogía válida.

71

‘que se ha manifestado en la carne’”! La NM reza “Él fue puesto de manifiesto en carne”. 2 Pedro 3:10

--f35A,048 (93.6%) RP,HF,OC,TR,CP [la tierra] será quemada

--(P72) B (3.2%)

será encontrada

Problema: La redacción de NU no tiene sentido; el contexto tiene que ver con juicio. Discusión: ¡Metzger de hecho explica que su texto “parece carecer de significado en el contexto” (pág. 706)! Entonces, ¿por qué lo escogieron? Metzger explica que “hay una gran variedad de redacciones, ninguna de las cuales parece ser original”--supuestamente, aunque ”serán quemadas” fuera la única versión, con atestación unánime, él la rechazaría de todos modos, pero difícilmente puede argumentar que carece de significado. Los editores de NU deliberadamente escogieron una variante que creían ser ”carente de significado en el contexto”. La NASB aquí abandona NU y sigue la redacción Bizantina; la NEB y la NIV rezan ”será desnudada”; la TEV dice ”desaparecerá”. En español la Biblia de las Américas y la RVR 1909, 1960, 1977 y 1995, y RVG rezan ”serán quemadas”; la RVR Actualizada dice ”serán consumidas”. Esto sigue, claro está, la versión Bizantina. Pero la Biblia de las Américas (1a edición) y la Actualizada dicen en una nota que ”algunos manuscritos tienen serán descubiertas”. La NVI reza así: “y la tierra, con todo lo que hay en ella, será quemada”, pero con la nota siguiente: “Var. quedará al descubierto”. La NM reza: “y la tierra y las obras [que hay] en ella serán descubiertas”. Tales editores evitan líos para sí omitiendo el detalle de que el 93% de los manuscritos atestiguan la redacción Bizantina.

72

Judas 15

--f35 A,B,C (97.8%) RP,HF,OC,TR,CP [dejar convictos a] todos los impíos [entre ellos, por todas sus obras de impiedad]

--P72 (solo un MS más) NU

[dejar convictas a] todas las almas [por todas sus obras de impiedad]

Problema: NU introduce una anomalía seria. Discusión: Ciertas personas muy malvadas han sido pintorescamente descritas en los versículos 4, 8 y 10-12. En el ver. 14

Judas introduce una profecía ”con respecto a estos hombres”, los mismos

que ha estado describiendo, y la cita continúa hasta el final del ver. 15. El

ver. 16 continúa la descripción de la perversidad de ellos, pero el ver. 17

hace una clara distinción entre ellos y los creyentes a quienes Judas se

dirige. De manera que Enoc no puede referirse a ”todas las almas”--la

redacción de NU está claramente equivocada. De hecho, Nestle25 y SBU2 se

quedaron con el Texto Mayoritario, rezando ”todos los impíos”. ¡La SBU3

cambia a ”toda alma”, sin ningún comentario! ¿No es éste un procedimiento

curioso? Los editores de la SBU, siguiendo solamente tres MSS y la versión

sahídica, invierten una posición que antes habían seguido, y ni siquiera lo

mencionan en su aparato textual. Esto es especialmente lamentable, dada la

naturaleza seria del cambio. La mayoría de las versiones modernas siguen

aquí el Texto Mayoritario, pero la NRSV tiene ”convencer a todos”. En

español la mayoría de las versiones siguen el texto Bizantino, mientras que

la RVA sigue el error del texto NU (“y declarar convicta a toda persona”),

así como NM (“para ejecutar juicio contra todos”).

73

Mateo 5:22

--f35 D,W (96.2%) RP,HF,OC,CP,TR sin causa -- --P64 B (1.9%) NU

Problema: La omisión de NU tiene el efecto de crear un conflicto con pasajes como Efesios 4:26 y el Salmo 4:4, donde se nos manda que no nos enojemos, y aun con el ejemplo del Señor, Marcos 3:5. Discusión: Dios odia la injusticia y la juzgará; pero Él también odia la maldad y nos manda que hagamos lo mismo, Salmo 97:10. La variante de NU tiene el efecto de prohibir el enojo, lo cual no puede ser correcto. Nuevamente, si éste fuera el único ejemplo, podría explicarse, pero cuando se considera juntamente con los otros, tiene un efecto acumulativo. Marcos 10:24

--f35 A,C(D)N (99.5%) HF,RP,CP(TR)OC para los que confían en las riquezas -- -- -- -- -- -- B (0.4%) NU

--W Problema: La variante de NU hace que Jesús diga: “¡Cuán difícil es entrar en el Reino de Dios!” Dentro de este contexto esto es un disparate, además de tener el efecto de hacer que Él se contradiga a sí mismo, puesto que en otros lugares Él da una invitación abierta: “Venid a mí, todos los que trabajáis y estáis cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28). Discusión: Dentro del contexto la lectura Mayoritaria está claramente correcta. Teniendo en cuenta todo lo que la Escritura dice al respecto, el ser rico en sí mismo no es el problema; el problema tiene que ver precisamente con la confianza--¿de veras confía uno en Dios, o es que uno tiene problema con las riquezas? O en otras palabras: ¿Dónde

74

está tu tesoro? La mayoría de las versiones modernas siguen NU aquí, y otras tienen una nota que dice: “algunos manuscritos (tardíos) añaden: ‘para los que confían en las riquezas’.” De esta manera se refieren al 99.5% de los manuscritos; y las versiones en latín y siríaco ponen la lectura mayoritaria en el siglo II. Tales notas son claramente perversas. Hay decenas de ejemplos adicionales, algunos de los cuales, tomados

individual y separadamente, pueden no parecer tan alarmantes. Pero tienen

un efecto cumulativo, y decenas de ellos deberían preocupar al lector

responsable. De ser así, ¿por qué? Pero por ahora se ha presentado lo

suficiente para permitir que consideremos las implicaciones.

Implicaciones ¿Cómo ha de explicarse todo esto? Creo que la respuesta está en el área de

presuposiciones. Ha habido una tendencia de parte de los eruditos conservadores a evitar

este asunto en vez de enfrentarlo. Suponer que los escogimientos de un estudioso

naturalista no serán influenciadas por su tendencia teológica es extremadamente ingenuo.

Ya consta que tanto tales eruditos como los defensores conservadores del Texto

Ecléctico sin duda harán objeciones. ¡De ninguna manera!--dirían ellos--nuestros

escogimientos editoriales se derivan de la aplicación imparcial de los cánones

generalmente aceptados [¿“generalmente aceptados” por quiénes, y en qué bases?--esto

es, ¿cuáles son las presuposiciones por detrás de estos cánones?] de la crítica textual del

Nuevo Testamento. ¿Y cuáles son esos cánones? Los cuatro principales parecen ser: 1)

la redacción que mejor explique el surgimiento de las demás es la preferida; 2) la

redacción más difícil es la preferida; 3) la redacción más corta es la preferida; 4) la

redacción que encaje mejor con el estilo y propósito del autor ha de preferirse. Podría

decirse que el primer canon “destila la esencia” de todos, y por tanto debe ser el canon

dominante. Pero en la práctica probablemente es el segundo que se aplica más

rigurosamente. De la presentación que hace B.M. Metzger del razonamiento del Comité

de NU en los ejemplos que se dan arriba, parece que más de la mitad del tiempo basaron

su decisión en el canon de la redacción más difícil (para cuatro de dichos ejemplos

Metzger no hace ningún comentario porque el aparato de la SBU no menciona que hay

variación; ¡para dos de ellos dice que todas las variantes son insatisfactorias!). Pero

¿cómo hemos de decidir qué variante es la “más difícil”? ¿No entrarán nuestros

prejuicios teológicos en esta decisión?

Consideremos un ejemplo: En Lucas 24:32 las ediciones 1-25 de Nestle omiten

“y le adoraron” (y como consecuencia siguen las versiones NASB, RSV y NEB; y en

español, La Biblia de las Américas). La SBU3 retiene estas palabras, pero las califican

{D}, cosa que significa un ”grado muy alto de duda”. Un solo manuscrito griego omite

dichas palabras, el códice D, apoyado por parte del testimonio en latín. A pesar de esta

75

evidencia muy insignificante externa a favor de la omisión, se argumenta que es la

redacción “más difícil”--si esta cláusula fuera original, ¿qué cristiano ortodoxo siquiera

pensaría en quitarla? Por otra parte, si la cláusula no fuera la redacción original, podría

constituir una piadosa adición que inmediatamente se volvería popular, aunque el original

careciera de ella. No obstante, no solo los gnósticos dominaban la iglesia cristiana de

Egipto en el segundo siglo, sino que también había en derredor otros que no creían que

Jesús fuera Dios--¿resistirían el impulso de tachar tal declaración? ¿Cómo hemos de

escoger entre estas dos hipótesis? ¿No será en bases de nuestras presuposiciones? En

verdad, al discutir este conjunto de variantes, juntamente con las otras “no-

interpolaciones occidentales” de Hort, Metzger explica (pág. 193) que la mayoría de la

Comisión de la SBU argumentó que “hay discernible en estos pasajes una motivación

teológica cristocéntrica que explica cómo fueron añadidas, mientras que no hay razón

clara que explique por qué habían sido omitidas”. (¿Será posible que los editores jamás

hayan oído de los gnósticos?)

¿Por qué usar cánones subjetivos?

Los cuatro cánones anteriormente citados dependen profundamente, claro es, del

juicio subjetivo de los críticos. Pero ¿por qué usar tales cánones? ¿Por qué no seguir la

evidencia de los manuscritos? Comúnmente se argumenta que los manuscritos

sobrevivientes no son representativos de la situación textual de los primeros siglos de la

Iglesia. La destrucción oficial de MSS por Diocleciano (300 d. de J.C.) y otros caprichos

de la historia, supuestamente suprimirían los MSS hasta el punto en que se distorsionó

totalmente la transmisión de los MSS--de modo que no podemos estar seguros de nada.

(Tal argumento no solamente “justifica” el procedimiento ecléctico, sino que también se

usa para reivindicar su “necesidad”). Pero la eficacia de la campaña diocleciana no fue

igual en todas las regiones. Aún más relevantes son las implicaciones del movimiento

donatista que surgió luego después que pasó la campaña diocleciana. En parte se basó en

el castigo merecido por aquellos que entregaron sus MSS par ser destruidos.

Evidentemente algunos no entregaron sus MSS, o no habría habido por qué juzgar a los

demás. Es más, aquellos cuya consagración a Cristo y Su Palabra era tal que no se

intimidaron ni con tortura, serían exactamente el tipo de creyente que serían más

cuidadosos con respecto a la pureza y genealogía de sus MSS. De manera que

probablemente fueron principalmente los ejemplares más puros los que sobrevivieron, y

de ellos se deriva la principal corriente de transmisión del Nuevo Testamento.

Ya que la forma del texto Bizantino (mayoritario) domina más del 90% de los

MSS existentes, los que quieren rechazarla no pueden conceder la posibilidad de que la

transmisión del texto fuera normal, en sentido alguno. (Si lo fue, entonces el consenso

general tiene que reflejar el texto original, especialmente habiendo un consenso tan

masivo.) Así que se argumenta que hubo fraude en las urnas, que el texto Bizantino fue

impuesto por autoridad eclesiástica, pero solamente después que fue fabricado de otros

textos a principios del siglo IV. Pero simplemente no hay evidencia histórica para esta

idea. Además, numerosos estudios han demostrado que la gran mayoría de los MSS

Bizantinos no es monolítica; hay muchos hilos distintos o linajes de transmisión,

supuestamente independientes. Que al menos algunos de estos linajes deben datar del

76

siglo III (si no antes) es demostrado por el códice (Álef) en el Apocalipsis, donde

combina algunos de esos filamentos. Asterio (murió en 341 d. de J.C.) usó MSS que eran

claramente Bizantinos--supuestamente la mayoría de sus escritos no fue hecha en su

lecho de muerte, así que sus manuscritos vendrían del siglo III. Hay más líneas de

evidencia que militan en contra de la opinión ecléctica, inclusive la misma naturaleza de

sus reglas canónicas.

“La variante más corta ha de preferirse”. ¿Por qué? Porque--nos dicen--los

escribas tendían a añadir pedacitos al texto. Pero eso tendría que ser una actividad

deliberada. Es demostrable que la pérdida accidental de lugar [en un texto escrito] resulta

más en omisiones que en adiciones--prácticamente la única manera de agregar

accidentalmente es copiar parte del texto dos veces, pero el copista tendría que estar

muerto de sueño para no darse cuenta de cometer semejante error. De modo que siempre

que una variante más corta pueda ser resultado de parablepsis, debe verse con sospecha.

Pero aun cuando ocurren deliberadamente, las omisiones deberían ser más frecuentes que

las adiciones. Si uno ve algo en el texto que no le gusta, a uno le llama la atención, y uno

es tentado a hacer algo al respecto. También, se requiere más atención y esfuerzo para

crear material nuevo que para suprimir lo que ya está allí (material que es sugerido por un

pasaje paralelo podría ser una excepción). Además, es demostrable que la mayoría de los

escribas eran cuidadosos y concienzudos, evitando hasta errores involuntarios. Los que

llevaban a cabo actividades editoriales deliberadas eran realmente pocos, aunque algunos

eran ofensores flagrantes (como (Álef) en el Apocalipsis).

“La variante más difícil ha de preferirse”. ¿Por qué? La suposición es que una

dificultad percibida motivaría a un copista entrometido a intentar “remediarla”. Nótese

que cualquier alteración semejante tendría que ser deliberada; por tanto, si una redacción

“más difícil” podría haber surgido a través de omisión accidental, por ejemplo, entonces

no debe usarse este canon. Pero en caso de una supuesta alteración deliberada, ¿cómo

podemos realmente atribuir grados de “dificultad”? No sabemos quién lo hizo, ni por

qué. Se debe tener bastante en cuenta la posibilidad de ignorancia, oficiosidad, prejuicio

y malicia. De hecho, este canon es irrazonable desde un principio--cuanto más alocada

sea una variante, ya sea por accidente o intencionalmente, más fuerte será su derecho de

llamarse “original”, puesto que ciertamente será la “más difícil”. No se tiene que ser

profeta para ver que este canon está escandalosamente abierta para manipulación

satánica, tanto en la antigua creación de variantes como en su evaluación moderna. Pero

en todo caso, ya que es demostrable que la mayoría de los copistas no hacían cambios

deliberados, donde hay acuerdo masivo entre los MSS existentes ni siquiera debe

considerarse este canon. Sin duda, donde hay acuerdo masivo entre los MSS no hay que

usar los cánones subjetivos--son innecesarios y están fuera de lugar. De las 6000+

diferencias entre NU y el Texto Mayoritario, la gran mayoría de las redacciones

preferidas por los editores de NU tienen escasa atestación de los MSS.

77

El mito de la neutralidad

Necesitamos sepultar de una vez el mito de la neutralidad y objetividad de los

eruditos. Quienquiera que haya estado dentro de la comunidad académica sabe que está

liberalmente sembrada con prejuicios, líneas partidarias, ambición personal y malicia--sin

mencionar un odio a la Verdad.39 Nunca se debe presuponer la existencia de neutralidad

y objetividad de otros, sobre todo cuando tiene que ver con la Verdad de Dios--porque en

esta área ni Dios ni Satanás permitirán que haya neutralidad. En Mateo

12:30 el Señor Jesús dijo: “El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no

recoge, desparrama”. Dios declara que la neutralidad es imposible: o se está por Él o se

está contra Él. Jesús afirma ser Dios. Frente a tal afirmación, tenemos solamente dos

opciones, aceptarle o rechazarle como Dios. (El “agnosticismo” es realmente un rechazo

pasivo.) La Biblia dice ser la Palabra de Dios. Nuevamente, nuestras opciones no son

sino dos. El resultado es que cuando se trate del texto de las Escrituras, la neutralidad es

imposible. La Biblia es clara tocante a la interferencia satánica en las mentes de los seres

humanos, y especialmente cuando ellos están considerando la Verdad de Dios. 2

Corintios 4:4 dice claramente que el dios de este siglo/mundo ciega las mentes de los

incrédulos cuando son enfrentados con el Evangelio. El Señor Jesús dijo lo mismo

cuando explicó la parábola del sembrador: Pero después que la oyen, “en seguida viene

Satanás, y quita la palabra que se sembró en sus corazones” (Marcos 4:15; Lucas 8:12).

Es más, hay una influencia satánica penetrante sobre toda la cultura humana. 1

Juan 5.19 dice que “el mundo entero está bajo el maligno”. El cuadro es claramente uno

de influencia enorme, si no de control--las Biblias NASB, RSV, NEB y “Jerusalén”

traducen: “en el poder de”, TEV: “bajo el dominio de”, NIV [NVI] “bajo el control de”,

NKJV “bajo la influencia de”. Toda la cultura humana está bajo influencia satánica

penetrante, inclusive la cultura de la comunidad académica. Efesios 2:2 es aun más

preciso: “En los cuales anduvisteis según la corriente de este mundo, conforme al

príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia”.

Satanás opera activamente en la mente de cualquiera que rechace la autoridad de Dios

sobre él. El materialismo se ha infiltrado en la iglesia de Europa y Norteamérica a tal

punto que lo que la Biblia dice sobre este asunto en gran parte ha sido pasado por alto.

Pero yo sugiero que si alguien que afirma creer la Palabra de Dios, aceptar una edición de

la Biblia que se preparó en bases de presuposiciones racionalistas, estará realmente

olvidando la enseñanza de esa Palabra.

La interpretación es preeminentemente una cuestión de sabiduría. Un crítico

textual naturalista puede tener un conocimiento razonable de la evidencia relevante,

puede tener conocimiento de los hechos, pero eso de ningún modo implica que sabe qué

hacer con esos hechos y esa evidencia. Si “el temor de Jehová es el principio de la

sabiduría”, entonces supuestamente el incrédulo no tiene ninguna sabiduría, al menos

desde el punto de vista de Dios. Quienquiera que edite o traduzca el texto de las

Escrituras necesita estar en condición espiritual tal que pueda pedirle al Espíritu Santo

que lo ilumine en su trabajo, y a la vez que le proteja la mente del enemigo.

39 Por “la Verdad” quiero decir el hecho de un Creador inteligente y moral, Soberano, sobre todas las cosas,

a quien todo ser creado tiene que rendir cuentas. Muchos eruditos sacrifican la evidencia, su propia

integridad y a otras personas en vez de encarar la Verdad.

78

En los días de Jesús había aquellos que “amaba[n] más la gloria de los hombres

que la gloria de Dios” (Juan 12.43), y están con nosotros todavía. Pero la “gloria de los

hombres” cuesta caro--hay que aceptar el sistema de valores de ellos, sistema que padece

influencia satánica directa. Aceptar el sistema de valores del mundo es básicamente un

acto de traición contra el Rey Jesús, un tipo de idolatría. Aquellos eruditos conservadores

que estiman altamente el “reconocimiento académico”, en el ser reconocidos por la

“comunidad académica”, etc., necesitan preguntarse a sí mismos acerca de las

presuposiciones que están detrás de semejante reconocimiento. Por favor obsérvese que

no estoy despreciando ni criticando la verdadera erudición--yo mismo tengo tres títulos

posgraduados--pero sí estoy desafiando a los conservadores a que aseguren que su

definición de erudición venga del Espíritu Santo, no del mundo, que su búsqueda de

reconocimiento sea piadosa y no egoísta. Se me figura que si esto sucediera, habría un

cambio dramático en el mundo cristiano conservador por lo que a la práctica de la crítica

textual del NT y la identidad del verdadero texto del NT se refiere.

Conclusión

Para resumir, regreso a la pregunta inicial: “¿Qué diferencia hace?” No solo

tenemos la confusión causada por dos formas competidoras del texto griego, bastante

diferentes, sino que una de ellas (el texto ecléctico) incorpora errores y contradicciones

que minan la doctrina de la inspiración y prácticamente invalidan la doctrina de la

inerrancia de la Biblia; la otra (el Texto Mayoritario) no lo hace. La primera se basa en

criterios subjetivos, aplicados por críticos naturalistas: la segunda se basa en el consenso

de la tradición de los manuscritos a través de los siglos. Ya que las iglesia y escuelas

evangélicas conservadoras por lo general han abrazado la teoría (y por tanto las

presuposiciones) que son la base del Texto Ecléctico (UBS3/Nestle26),40 ha habido una

continua hemorragia o defección dentro del campo evangélico respecto a las doctrinas ce

la inspiración y (sobre todo) la infalibilidad o inerrancia de la Biblia. La autoridad de las

Escrituras ha sido socavada--ya no exige obediencia inmediata e incuestionable. Como

consecuencia natural, hay un ablandamiento generalizado de nuestra entrega básica a

Cristo y a Su Reino. Peor aún, por medio de nuestros misioneros hemos estado

exportando todo esto a las iglesias emergentes del tercer mundo. ¡Ay de nosotros!

Pues entonces, ¿qué haremos, tirar la toalla en desesperación y darnos por

vencidos? ¡De ninguna manera! “Es mejor encender una vela que sentarse y maldecir la

oscuridad”. Con la ayuda de Dios, trabajemos juntos para remediar esta situación.

Trabajemos para deshacer el daño. Tenemos que empezar conscientemente tratando de

asegurarnos de que todas nuestras presuposiciones, nuestras hipótesis de trabajo, sean

consistentes con la Palabra de Dios. Cuando abordemos la evidencia (MSS griegos, citas

patrísticas, versiones antiguas) con tales presuposiciones, tendremos una base creíble e

inclusive demostrable para defender la preservación divina, inspiración e inerrancia del

texto del Nuevo Testamento. Nuevamente podremos tener una base autoritaria para la

entrega total a Dios y a Su Palabra. El actual Texto MayoritarioBizantino impreso (ya

40 SBU3 y NA27 tienen cambios en el aparato textual, pero no en el texto, así que el texto sigue siendo el de

las ediciones anteriores.

79

sea H-F o R-P) es una aproximación cercana del original, sin los errores de hecho y

contradicciones anteriormente citados. (Haciendo a un lado toda modestia, considero que

mi Texto Griego se acerca aún más al original.)

80

CLAVE DE MANUSCRITOS Y EDICIONES IMPRESAS

Ediciones impresas

NU: El Nuevo Testamento según Nestle-Aland (N) y las Sociedades Bíblicas Unidas (U)

HF: Hodges y Farstad, editores, El Nuevo Testamento según el Texto Mayoritario

OC: Texto de la Iglesia Griega Ortodoxa

RP: Robinson y Pierpont, editores, El Nuevo Testamento según el Texto Bizantino

TR: Textus Receptus

Manuscritos

(la letra hebrea ’álef): Códice Sinaítico

A: Códice Alejandrino

B: Códice Vaticano

C: Códice Ephraemi Rescriptus

D: Códice Bezae

L: Códice Regius

M: Códice Campianus

N: Códice Purpureus Petropolitanus

P: Códice Guelpherbytanus A

T: Códice Borgianus

X: Códice Macedonianus

: De Gregorio, 038

W: Códice Washington

Los números: 33, 88, etc., son de minúsculos

81

Grupos de manuscritos

Biz: Texo Bizantino

f: familia de manuscritos

lat: latín

Lec: leccionarios

p: papiro

sir: siríaco

82

Correo electrónico #110 de Wilbur Pickering, Ph.D. 24 de noviembre de 2012

Tema: Copias últiples

¿Cuándo es un autógrafo, no un autógrafo, o, al menos no es una sola copia?

Cuando el autor mismo envía copias múltiples (habiendo él mismo redactado el original).

Considérese el caso de la primera carta de Pedro: va dirigida a los creyentes en “Galacia,

Capadocia, Asia y Bitinia” (versículo 1). Bueno pues, ¿qué razón podría tener Pedro para

escribirle a la gente en esos lugares? Probablemente un número considerable de los

líderes mayores de edad habían estado con Pedro en el Pentecostés, y estuvieron bajo su

tutela hasta que la persecución bajo Saulo los forzó a volver a casa, según es de suponer

(Hechos 8:4). Nótese que la lista de lugares en Hechos 2:9-11 contiene los siguientes

lugares en Asia Menor: Asia, Capadocia, Panfilia, Frigia y Ponto. Tres de los cinco

están en la lista de Pedro, y no hay que suponer que su lista era exhaustiva.

¿Ha visto usted un mapa para localizar las cinco provincias de Pedro?

¡Básicamente representan toda Asia Menor (el país actual de Turquía)! ‘Asia’ parece

haber varias acepciones. Hechos 27:2 dice que Asia abarca Cilicia y Panfilia (versículo

5). El Cristo glorificado localiza a las siete iglesias en Asia (Apocalipsis 1:4). En

Hechos 16:6 el término parece referirse a un área más limitada, la cual, al parecer, incluía

Éfeso, a la que Pablo se regresó más tarde. El área Asia, según el gobierno romano,

parece haber abarcado Misia y Frigia. Ahora, ¿cuántas congregaciones habría habido en

toda Asia Menor? Y ¿cómo podría una sola copia haber llegado a todas ellas? Si la carta

se escribió en papiro (como parece probable, por ser más barato y más abundante), ya se

estaría haciendo pedazos para cuando llegase a la veinteava congregación, si no antes (el

papiro se desgasta después de un uso considerable).

Ahora supongamos, por el bien de la discusión, que Pedro envió cinco copias de

su carta, una a cada provincia. ¿Cuáles serían las implicaciones para la transmisión de su

Texto? ¡Significaría que se multiplica el proceso y proceso de transmisión por cinco!

Quiere decir que tendríamos los comienzos de un ‘texto mayoritario’ desde un principio.

Significaría que la integridad básica del texto sería garantizada (tanto más si Dios estaba

supervisando el proceso). Si Pedro envió más de cinco copias, entonces aun más. ¿Y

qué de Santiago? ¿Cuántas copias se llevaría para llegar as “las doce tribus de la

dispersión” (versículo 1)? (¿No sugiere el término ‘dispersión’ que estaban muy

desparramados? Y ¿qué si el término ‘doce tribus’ es literal?) La segunda carta de Pedro

no menciona las cinco provincias, pero 3:1 parecería indicar que él se refería a la misma

área.

Para que se vea que no he inventado la idea de copias múltiples, consideremos 2

Pedro 1:12-15. Los versículos 12-13 se refieren a repetidos recordatorios mientras él aún

está en su ‘tabernáculo’, lo cual sería su actividad actual; así que, ¿por qué dice ‘también’

en el versículo 15? El Nuevo Testamento según el Texto Bizantino (Louis Tyler) reza en

el ver. 15: “También procuraré con empeño que en todo tiempo después de mi partida,

podáis tener siempre memoria de estas cosas”. Ahora bien, ¿cómo se puede ‘asegurar’

que alguien pueda ‘tener siempre memoria’ de algo? A mí me parece claro que algo tiene

83

que escribirse; un recordatorio tiene que darse por escrito, para que sea cosa garantizada.

¿Cuál, pues, es la intención de Pedro? Él especifica una “memoria [recordatorio] de estas

cosas”. ¿Cuáles, pues, son ‘estas cosas’? Evidentemente son las cosas que se tratarán en

el resto de esta carta. Pero debe ser que él se refiera a otra cosa que el borrador inicial de

la carta (o el versículo carecería de significado)--de ahí, múltiples copias.

Fue Mike (Miguel) Loehrer, pastor en California,

www.michaealcannonloehrer.com, quien me llamó a la atención 2 Pedro 1:12-15 y me

despertó la atención a este pasaje. En cuanto al versículo 15, me escribió como sigue:

“¿Podría ser que el uso de mnemecon poieo en voz media denote asegurar una manera de

poder siempre validar una memoria? En aquellos días a la mayoría de la gente no le

alcanzaba tener su propia copia de un libro, y sin duda la iglesia sería el depósito de un

autógrafo. Aun si los líderes de una iglesia o sinagoga fueran encarcelados y su

autógrafo fuera confiscado o destruido, podrían estas seguro de que pudieran encontrar

otro autógrafo para verificar su memoria de las palabras exactas de un versículo o pasaje.

La idea de verificar una memoria es tan interesante como evocadora. El uso que

hace Pedro de , palabra que es básicamente reflexiva, con en voz media,

hace que la sugerencia de Mike sea razonable, como a mí me parece. Va de acuerdo a la

idea de las múltiples copias. Ireneo reflexionó sobre el versículo 15 y salió con la

sugerencia de que Pedro decidió enviar copias del Evangelio de Marco a esas regiones.

Evidentemente a él no le extrañaba la idea copias múltiples. ¿Y qué de otros libros? El

libro de 2 Corintios fue escrito a “la iglesia de Dios que está en Corinto, con todos los

santos que están en toda Acaya” (versículo 1). ¿Cuántas congregaciones habría habido

“en toda Acaya”? ¿Estaba pensando Pablo en múltiples copias? La Epístola a los

Gálatas se escribió a “las iglesias de Galacia” (versículo 2). ¿Acaso podría llegar a todos

ellos una sola copia?

Si Pedro escribió su segunda carta bajo inspiración divina, entonces 1:15 es

inspirado, y de ser así, la idea de múltiples copias es de Dios. Tener un solo autógrafo

sería una manera ineficiente de preservar el Texto y de garantizar su integridad a través

de los años de su transmisión. Las iglesias de Asia Menor podrían verificar entre sí

siempre y cuando surgiera una duda o una necesidad. (La idea es tan buena que no me

sorprendería que, una vez que supieran de esto, se pusieran a hacer copias múltiples de

otros escritos que considerasen ser inspirados.) Un texto ‘mayoritario’ estaría bien

establecido por toda el área ya en el primer siglo. El ‘territorio central’ de la iglesia (para

usar la fraseología de K. Aland) simplemente siguió usando y copiando esa forma de

texto--de ahí la mayor parte de los MSS Bizantinos que han llegado a nosotros. ¡Dios ha

preservado su texto!

Atentamente,

Wilbur Pickering

84

PALABRAS QUE SE ENCUENTRAN 50 VECES O MÁS EN EL NUEVO TESTAMENTO

del libro A Reader’s Greek-English Lexicon of the New Testament

por Sakae Kubo Trad. por Louis Tyler

Usado con permiso de Andrews University Press

85

El número que aparece entre paréntesis indica el número de veces que la palabra se

encuentra en el Nuevo Testamento.

(104) bueno

(141) amar

(116) amor

(61) amado, querido

(175) mensajero, ángel

(233) santo

(66) traer, llevar; conducir

(343) hermano

(97) sangre

(161) alzar, llevar, traer, tomar, quitar

(70) pedir

(123) siglo, época, era, mundo

(70) eterno

(90) sigo, voy detrás

(427) oír, escuchar

(109) verdad

(635) pero, sin embargo, sinok

(100) unos a otros, entre sí

(155) otro

(173) pecado

(126) amén; de cierto, en verdad

(166) partícula pospositiva que no se puede traducir; denota la idea del subjuntivo

(81) subir

(216) varón, hombre, marido

(548) hombre (=ser humano)

(107) levantar, resucitar, levantarse

(78) abrir

(116) irse

(645) de, desde

(113) morir

(231) responder, contestar

(74) matar

(65) destruir, matar, perder; voz med. perecer, morir

(65) despedir; enviar; soltar; perdonar

(131) enviar

(79) enviado, mensajero, apóstol

(97) pan

86

(55) principio, comienzo; gobernante, autoridad

(122) sumo sacerdote

(85) regir; voz media, empezar

(59) saludar

(5534) mismo (=reforzando al sujeto expresado; el mismo, él, ella, ellos/as

(142) dejar; perdonar; despedir

(122) echar; poner, meter, traer

(77) sumergir; bautizar

(162) reinar

(115) rey

(132) ver

(1036) porque; ciertamente; entonces

50 (97) engendrar; parir, dar a luz; pas., ser engendrado, nacer

51 (248) tierra

52 (667) llegar a ser, ser hecho, ponerse

53 (221) saber, conocer, entender

54 (50) lengua, idioma

55 (62) escriba, estudioso de la ley

56 (50) cosa escrita, Escritura

57 (190) escribir

58 (209) mujer, esposa

59 (63) dios; demonio

60 (2771) pero, y

61 (102) conviene, es necesario, hay que

62 (54) diestro, derecho

63 (56) recibir

64 (666) con gen., por (medio de); con acus., a causa de

65 (59) maestro (uno que enseña)

66 (95) enseñar

67 (416) dar

68 (79) justo

69 (91) justicia

70 (53) por lo cual, por tanto

71 (62) pensar (creer, opinar); parecer

72 (165) gloria, majestad

73 (61) glorificar, alabar

74 (124) esclavo, siervo

75 (209) poder (puedo)

76 (118) poder, fuerza; milagro

87

77 (136) dos

78 (75) doce

79 (343) si

80 (320) sí mismo/a

81 (143) levantar, resucitar, despertar

82 (1713) yo

83 (162) nacion; pl. gentiles

84 (513) si

85 (336) vi: 2 aor. de o , ver

86 (2450) soy, estoy

87 (925) dije: 2 aor. de , decir

88 (91) paz

(1753) en, a (=acción hacia dentro de algo o alguien), hacia

(337) uno, una

(192) entrar

(65) si . . . si; sea . . . sea; o . . . o

(915) de (dentro), desde

(81) cada

(81) echar (fuera), quitar

(95) allí, allá

(243) aquel, aquella, aquello

(114) iglesia, asamblea

(53) esperanza

(76) mi, mío

(2713) en

(68) mandamiento

(93) delante de, ante, en presencia de

(216) salir

(102) autoridad, poder, derecho

(62) (a)fuera

(52) promesa

(56) preguntar, pedir

(878) con gen. en, sobre, junto a, ante; con dat. en, sobre; con acus. sobre, por,

a, en

(87) siete

(109) obra

(96) diré: fut. de , decir

(631) venir, ir

(62) preguntar, pedir

88

(65) comer

(52) último, postrero

(98) otro

(62) todavía, aún

(54) proclamar, predicar, anunciar buenas noticias

(76) evangelio, buenas noticias

121 (54) inmediatamente, en seguida

(176) hallar, encontrar

(705) tener

(145) hasta que

(140) vivir, estar vivo

(117) pedir; procurar, buscar

(135) vida

(342) o; que

(60) ya

(856) nosotros

(388) día

(91) mar

(120) muerte

(207) querer, desear

(62) voluntad

(1314) Dios, dios

(58) ver, mirar

(62) trono

(113) (suyo) propio

(200) he aquí, mira, mirad

(70) templo

(60) prenda de vestir, vestidura

(673) para que, a fin de que

(152) poner, ponerse, estar de pie

(84) y yo, yo también

(91) sentarse, estar sentado

(178) según, conforme a

(8847) y, también, aún, pero

(85) tiempo

(50) malo

(148) llamar

(99) bueno

(156) corazón

89

(66) fruto

(471) con acus. según; con gen. abajo, contra

(81) descender, bajar

(75) cabeza

(61) anunciar, proclamar, predicar

(185) mundo, adorno

(55) clamar, gritar

(114) juzgar

(718) amo, señor, Señor

(298) hablar

(258) tomar, recibir

(141) pueblo

(1318) decir

(58) piedra

(331) palabra, razón, cosa

(5) otro restante; por lo menos, finalmente, de ahora en adelante

(262) discípulo, alumno

(50) bienaventurado, feliz, dichoso

(80) más; antes, más bien

(76) testificar, dar testimonio

(194) grande

(110) estar para, ir a, estar a punto de

(181) por una parte (por lo general es mejor no traducir esta partícula)

(118) quedar, morar, permanecer

(56) medio, en medio

(467) con gen., con; con acus., tras, detrás de, después

(1055) no, con otros modos que no sean el indicativo

(57) y no, pero no, ni

(85) nadie, ninguno

(84) madre

(66) solo

(128) muerto

(191) ley

(148) ahora

(61) noche

(19734) el, la, lo

(101) camino

(321) sé, conozco

(94) casa

90

(112) casa

(108) todo, entero

(195) nombre

(82) donde

(53) conj. para que; adv. cómo

(114) ver

(62) montaña

(1369) pron. rel. que, el que la que, lo que

(110) todo lo que, cuanto; pl. todos los que

( ) (154) el cual, el que, que, cualquiera

(123) cuando (quiera)

(102) cuando, mientras, entretanto que

(1285) porque, que

(1169) no

(139) tampoco, ni

(226) nadie, ninguno

(493) entonces, así que

(272) cielo

(91) ni, tampoco

(1388) este, esta, esto

(208) así

(53) no

(100) ojo

(174) gentío, multitud, muchedumbre

(52) niño, muchacho

(139) otra vez, de nuevo

(101) con gen. (de parte) de; con dat. cerca de, al lado de; con acus. a lo largo

de, junto a, contra

(50) parábola

(120) entregar, transmitir

(109) llamar, rogar, suplicar, exhortar, consolar

(1226) todo, todos, cada uno

(415) padre

(52) convencer, persuadir, depender de, confiar en

(79) enviar

(331) con gen. acerca de, referente a; con acus. alrededor de, en torno de, cerca

de

(95) andar, caminar

(73) beber

(241) caer(se), postrarse

91

(241) creer, confiar, fiar

(243) fe, fidelidad

(67) fiel, creyente

(55) más; los más, muchos

(86) llenar, cumplir

(66) barco, barca

(379) espíritu, aliento, viento

(565) hacer

(161) ciudad

(353) mucho

(78) malo, malvado

(150) andar, ir

(93) pie

(65) mayor, viejo, anciano

(696) con gen. para, para ventaja de; con dat. en, cerca, junto a; con acus.

hacia, con, contra

(87) acercarse

(86) orar, pedir, rogar

(59) adorar, postrarse, hacer reverencia

(74) cara, rostro

(144) profeta

(60) adv. primero

(92) adj. primero

(71) fuego

(104) ¿cómo?

(68) palabra, cosa, objeto

(68) sábado, día de reposo

(147) carne

(77) señal, milagro

(51) sabiduría

(52) sembrar

(78) boca

(1057) tú

(127) con

(59) juntar, reunir

(56) lugar de asamblea, sinagoga

(106) salvar

(267) cuerpo

(201) y, frec. no se traduce

92

(99) niño

(70) guardar

(101) poner, colocar

(518) alguien, alguno

(552) ¿quién?, ¿qué?

(56) tal, semejante, tal cosa

(95) lugar

(159) entonces

(67) tres

(50) ciego

(76) agua

(375) hijo

(1830) vosotros, ustedes

(79) ir, irse, apartarse

(60) existir, estar presente; propiedad, posesiones

(149) con gen. por, de parte de, con respecto a, a causa de; con acus. más que,

sobre, más allá de

(217) con gen. por; con acus. debajo de, bajo

(94) 2 aor. de comer (comí)

(66) decir

(68) traer, llevar

(95) temer, tener miedo

(137) voz, sonido

(73) luz

(74) regocijarse, alegrarse

(59) gozo

(155) gracia, mérito

(176) mano

(54) tiempo

(101) alma, vida

(61) aquí, acá

(106) hora, tiempo

(505) como, cuando, mientras

(84) de manera que, de modo que

93

PRINCIPIOS DE LA CRÍTICA TEXTUAL

SEGÚN LA ESCUELA NESTLE/SBU41

41 Ewert, David. From Ancient Tablets to Moddern Translations. Grand Rapids: Zondervan, 1983, pág.

161.

94

1. La edad del texto es más importante que la edad del manuscrito

puesto que puede suceder que un manuscrito tardío haya sido preparado de

un ejemplar antiguo.

2. Lecturas apoyadas de testigos antiguos, especialmente cuando éstas

vienen de una extensa área geográfica por lo general son preferidas.

3. La calidad y no la cantidad de manuscritos es el factor determinante

para escoger una lectura. Si, por ejemplo, diez manuscritos tienen la misma

lectura, y uno no la tiene, entonces los diez equivalen a uno. En otras

palabras, los manuscritos tienen que ser “pesados” y no “contados”.

4. La lectura más corta generalmente es preferible puesto que los

escribas tienden a añadir en vez de eliminar.

5. Las lecturas que lleven las marcas de mejoramiento estilístico son

sospechosas.

6. La lectura más difícil es generalmente preferible, ya que los

escribas tendían a “facilitar” las lecturas dificultosas.

7. Se favorece lecturas que reflejen las tendencias características de un

autor.

8. En los textos paralelos (por ej., en los Evangelios sinópticos) las

diferencias de lectura en los Evangelios individuales tienden a tener

inclinación por armonizarlas.

9. La lectura que mejor explique el origen de las lecturas variantes

probablemente es la correcta.

Estas reglas coinciden en parte, y ninguna regla de por sí sola es una

guía segura, pero si se toman juntas con una buena dosis de sentido común,

y con un conocimiento íntimo de la historia de la iglesia primitiva y del

pensar cristiano, el crítico textual puede proveernos un texto bastante

confiable del NT.

REACCIONES A LOS PRINCIPIOS DE EWERT Louis Tyler, Instituto Bíblico Río Grande

95

1. Éste es uno de los principios más importantes de la escuela

mayoritaria (texto Bizantino). Manuscritos tardíos pueden reflejar lecturas

antiguas.

2. Éste es otro principio que más bien apoya el texto Bizantino. La

escuela NU prefiere manuscritos que vienen de un solo país: Egipto. Por

otra parte, el texto mayoritario/Bizantino es atestado a través del mundo del

mar mediterráneo.

3. Este principio es la póliza de seguro contra la aceptación de la

mayoría de la evidencia a favor de un número minucioso de manuscritos que

prefiere la escuela NU.

4. Este principio empieza con el hecho de que los manuscritos

egipcios tienden a ser más cortos que la mayoría.

5. Este principio se basa en el hecho de que hay más armonía entre

una parte de los Evangelios y otra en el texto Bizantino, pero los

manuscritos egipcios difieren más entre las diferentes partes de los

sinópticos.

6. Este razonamiento es subjetivo. ¿Quién decide si una lectura es

más difícil que otra? Otra vez esto nos ciega los ojos a la mayoría de la

evidencia.

7. Esto es más razonamiento subjetivo a favor de lo que el estudioso

cree que Marcos, Juan o Pablo “habría escrito”.

8. Esto nuevamente favorece el texto egipcio contra la mayoría.

9. Este razonamiento subjetivo puede favorecer lecturas imposibles,

aberraciones y hasta errores de hecho en vez de la cordura del texto

mayoritario.

El texto mayoritario/Bizantino representa el 90 por ciento de los

manuscritos, versiones, leccionarios y padres de la iglesia. ¿Para que

debemos favorecer el razonamiento subjetivo y hacer a un lado casi toda la

evidencia? El Dios que inspiró el Nuevo Testamento también lo preservó,

según la lógica.

Apéndice

El Argumento para la Prioridad Bizantina42 42 Este ensayo fue presentado como parte del “Symposium on New Testament Studies: A Time for

Reappraisal,” que tuvo lugar en Southeastern Baptist Theological Seminary, Wake Forest, Carolina del

96

Maurice A. Robinson, trad. Louis R. Tyler

No ha habido cambio en la opinión de la gente tocante al Texto Bizantino.

Puede ser que los críticos sean más amables frente a las lecturas Bizantinas—

pero no es por razones que se relacionen con su naturaleza Bizantina. En

realidad no es mucho cambio.

—BobWhite (correo de internet)

Introducción

Desde el principio de la era moderna en el siglo XIX el Texto Bizantino ha tenido

una reputación cuestionable. A causa de su asociación con las defectuosas ediciones del

Textus Receptus que provenían de la obra de Erasmo o Ximenes, siendo ésta una

selección no crítica de un número reducido de manuscritos (de aquí en adelante, MSS)

tardíos, los eruditos en general han tendido a calificar la forma Bizantina de texto “tardía

y secundaria”, debido tanto a la edad relativa de los manuscritos existentes que

constituyen la mayor parte de su apoyo conocido, como a la calidad interna de sus

lecturas, así como se perciben subjetivamente. Y sin embargo, aunque la base numérica

del Texto Bizantino descansa principalmente en los manuscritos minúsculos tardíos y los

unciales del siglo IX y más tarde, la antigüedad de ese texto alcanza al menos la misma

antigüedad de sus ejemplares precedentes de fines del siglo IV y principios del siglo V,

así como evidencian los MSS A/02 y W/032.43

No cabe duda de que el Textus Receptus tuvo sus problemas, de los cuales el

menor no fue el no representar el Texto Bizantino de manera fiel y precisa. Pero el Texto

Bizantino no es el TR, ni debe asociarse de manera alguna con el TR ni con los que lo

defienden.44 Más bien, el Texto Bizantino es la forma del texto que se sabe que

predominó en el mundo de habla griega desde por lo menos el siglo III hasta en invento

de la imprenta en el siglo XV.45 El asunto que necesita ser explicado por cualquier teoría

de la crítica textual del NT es el origen y la dominación virtual del Texto Bizantino dentro

de la historia de la transmisión. Varios intentos se han hecho en esta dirección,

Norte, 6-7 abril de 2000. Fue previamente publicado en el recurso de internet TC: A Journal of Biblical

Textual Criticism 6 (2001). 43 Los MSS que componen el Texto Bizantino pueden verse en varias categorías (e.g., los manuscristos Kx

Kr Kc Ka Kl Ki etc. de von Soden), la mayoría de las cuales reflejan sub-tipos regionales o temporales

dentro de esa forma del texto, y todas las cuales básicamente reflejan el Texto Bizantino, razonablemente

uniforme, que dominó la historia transmisional desde al menos el siglo cuatro en adelante. 44 Esto incluye todas las variadas facciones que esperan encontrar autoridad y certeza en un solo texto

griego o traducción inglesa (usualmente la versión King James en inglés) que sea “providencialmente

preservada”. Ni siquiera tiene que mencionarse que semejante enfoque no tiene nada que ver con la teoría

o práctica de la crítica textual. 45 B. F. Westcott y F. J. A. Hort, Introduction to the New Testament in the Original Greek: With Notes on

Selected Readings (Peabody, MA: Hendrickson rep. ed., 1988 [1882]) xiii, 92-92, observaron que “el texto

[del siglo IV] de Crisóstomo y de otros padres sirios [=Bizantinos] . . . [es] sustancialmente idéntico con el

texto antioquiano [=Bizantino] de la segunda mitad del siglo III. . . . Los Padres Antioquianos y la mayoría

de los MSS existentes . . . deben de haber tenido en el número mayor de variantes existentes un original

común que era o contemporáneo con o más antiguo que nuestros MSS existentes más antiguos” (énfasis

añadido).

97

postulando, o la hipótesis de Westcott y Hort de la “recensión Bizantina de 350 d. de

J.C.”,46 o la teoría actual de “proceso” que difunden las escuelas modernas de la

metodología ecléctica.47 No obstante, ninguna de estas explicaciones explica el

fenómeno suficientemente, como aun algunos de sus propios profetas han declarado.48

La hipótesis alternativa ha sido pronto rechazada desde un principio, tal vez

porque, como declaró Lake, es la mucho “menos interesante” por lo que a teoría se

refiere, y demasiado sencilla en la aplicación práctica: El concepto de que el Texto

Bizantino, así como se encuentra entre la vasta mayoría de MSS, de hecho puede reflejar

la forma original del texto neotestamentario más cercanamente que ningún MS, grupo

pequeño de MSS, o tipo de texto. Es más, tal teoría puede explicar con más facilidad el

origen y la dominación del Texto Bizantino con menos problemas que los que se

encuentran en las soluciones alternativas que propone la erudición ecléctica moderna.

Para establecer este punto, hay que encarar dos cuestiones: primero, una demostración de

las debilidades de las teorías y metodologías actuales; y segundo, el establecimiento del

argumento para el Texto Bizantino como total, en teoría y en práctica.

Un Problema del Eclecticismo Moderno:

Unidades de Variantes Consecutivos y el Texto “Original” Resultante

La práctica moderna del eclecticismo moderno opera en bases de unidades de

variantes sin ninguna consideración aparente de las consecuencias. La situación

resultante es sencilla: Los mejores textos eclécticos modernos simplemente no tienen

ninguna existencia comprobada dentro de la historia transmisional; con los manuscritos

existentes, versiones y escritos patrísticos no se puede probar el que estos textos

representen el autógrafo ni que sean la aproximación más cercana al mismo. Calvin L.

Porter ha observado mordazmente que el eclecticismo moderno, aunque

no se basa en una teoría de la historia del texto … sí refleja cierta

presuposición acerca de esa teoría. Parece presuponer que muy

antiguamente el texto original fue roto a trozos y así fue llevado

a los confines de la tierra donde el crítico textual, como Isis con

sus lamentos, tiene que buscarlo con su pericia.49

46 Westcott y Hort, Introduction, 132-139. Aunque Westcott y Hort llamaban a los MSS Bizantinos “sirios”,

el término actual se utiliza en el presente artículo. 47 Véase Ernest C. Colwell, “Method in Establishing the Nature of Text-Types of New Testament

Manuscripts”, en sus Studies in Methodology in Textual Criticism of the New Testament, New Testament

Tools and Studies 9, ed. Bruce M. Metzger (Grand Rapids: Eerdmans, 1968) 53; ídem, “Method in

Grouping New Testament Manuscripts”, ibid., 15-20; idem, “Hort Redivivus: A Plea and a Program”, ibid.,

164. 48 Cf. las críticas señaladas de la teoría y práctica modernas: Eldon J. Epp, “The Twentieth Century

Interlude in New Testament Textual Criticism,” JBL 93 (1974) 386-414; idem, “The Eclectic Method in

New Testament Criticism in America: Requiem for a Discipline,” JBL 98 (1979) 94-98; idem, “A

Continuing Interlude in New Testament Textual Criticism,” HTR 73 (1980) 131-51. Aparte de “Requiem”

todos estos artículos ahora están incluidos en Eldon Jay Epp y Gordon D. Fee, Studies in the Theory and

Method of New Testament Textual Criticism, Studies and Documents 45 (Grand Rapids: Eerdmans, 1993). 49 Calvin L. Poter, “A Textual Analysis of the Earliest Manuscripts of the Gospel of John” (tesis doctoral,

Duke University, 1961) 12.

98

Tal situación impone una carga imposible a la restauración textual, puesto que no

solamente ya no existe el texto original en ningún MS o tipo de texto, sino que ningún MS

o grupo de MSS refleja lo mismo en su patrón total de lecturas.50 Así, no queda ninguna

guía transmisional para sugerir cómo semejante texto “original” aparecería cuando éste se

hallase.51 Uno no debe sorprenderse de encontrar que las únicas conclusiones ciertas del

eclecticismo moderno parecen ser que la forma original del texto neotestamentario (a) no

se parecerán al Texto Bizantino; sino que (b) sí se parecerán al tipo de texto alejandrino.

Una cosa es que el eclecticismo moderno defienda numerosas lecturas cuando se

consideran solamente como unidades aisladas de variación. Pero es otro asunto distinto

que el eclecticismo moderno sostenga que el resultado consecutivo de tales decisiones

aisladas producirán un texto más cercano al autógrafo (o arquetipo canónico) que el que

produzca cualquier otro método.52 Mientras que todos los métodos eclécticos utilizan

criterios internos y externos que parecen ser suficientes, para presentar un argumento

convincente y persuasivo para una lectura “original” en cualquier punto de variación,

extrañamente falta cualquier intento de defender el texto consecutivo resultante como

entidad transmisional. El lector laico puede ser irresistiblemente convencido con

respecto a cualquier decisión ecléctica individual debido a su plausibilidad, consistencia y

supuesta credibilidad; los argumentos que se presentan a este nivel son persuasivos.53 Sin

embargo, surge un problema de mayor categoría tan pronto como estas mismas lecturas

son examinadas como texto consecutivo; en tal punto el texto resultante tiene que ser

escudriñado en términos transmisionales e históricos.

Colwell observó que “el método genealógico de Westcott y Hort le dio al Textus

Receptus un golpe mortal”.54 Westcott y Hort recurrieron a un estema hipotético de

descendencia que “no aplicaron. . . a los manuscritos del Nuevo Testamento”; sin

embargo, por medio de su metodología sostenían “mostrar claramente que la mayoría de

manuscritos no necesariamente han de preferirse como correctos”.55 Posibilidad (que era

lo único que sostenían) no equivale a probabilidad, esto último requiere evidencia,

mientras que aquello no la requiere. Así como observó Colwell, por una “posibilidad a

priori” Westcott y Hort pudieron “demoler los argumentos basándose en la superioridad

numérica que recomendaban los adherentes del Textus Receptus.”56 El TR (y

50 Discusiones sobre la crítica textual tratan de solamente el 10 por ciento del texto neotestamentario donde

existen unidades de variación significativa. 51 Cf. el pesimismo por lo que a esto se refiere que se expresa en Eldon Jay Epp, “The Multivalence of the

Term ‘Original Text’ in New Testament Textual Criticism,” HTR 92 (1999) 280. 52 D. C. Greetham, Textual Scholarship: An Introduction (New York: Garland, 1992) 323, señala que tal

procedimiento “presupone que uno puede advertir fácilmente cuál es el ‘error’ y cuál es la lectura genuina.

El problema es que esta evidencia . . . entonces se usa para rechazar lecturas de los manuscritos ‘malos’ y

acoger las que vienen de los ‘buenos’ en una perfecta ejemplificación de razonamiento circular. 53 Tal método de presentación es parte sustancial del atractivo de Bruce M. Metzger, A Textual

Commentary on the Greek New Testament (London: United Bible Societies, 1971 [1ra edición]; Stuttgart:

Deutsche Bibelgesellschaft, 1994 [2 da edición]. 54 Ernest C. Colwell, “Geneological Method: Its Achievements and its Limitations”, Methodology, 75. 55 Ibid., 65. Énfasis original. Véase el cuadro estemático hipotético y la discusión de “posibilidades” en

Westcott y Hort, Introducción, pág. 54. 56 Ibid.

99

prácticamente, el Texto Bizantino) así fue destronado en bases de una hipótesis que no

era demostrable como probable. El que leía el cuadro de estemático de Hort se quedaba

ignorante de que la posibilidad representada con un diagrama que ponía en duda el Texto

Bizantino era extremadamente improbable a la luz de las consideraciones

transmisionales. Así, en bases de posibilidades no comprobadas, la teoría de Westcott-

Hort postuló su recensión “siria [Bizantina]” de alrededor de 350 d. de J.C.

Existe un paralelo: El eclecticismo moderno enfrenta un problema mayor que el

que encaraba el Texto Bizantino bajo el estema teorético de Westcott y Hort. El texto

resultante no sólo carece de apoyo genealógico dentro de la teoría transmisional, sino que

también reprueba el examen de la probabilidad. El que ni el supuesto texto original ni

nada que se aproxime al mismo se haya perpetuado secuencialmente dentro de secciones

razonablemente de un texto, es una debilidad clave que afecta toda la teoría y ecléctica

moderna y toda su metodología. El problema no es que el texto entero de un libro del NT

ni aun de un capítulo pudiera carecer de todo testimonio de ningún MS; la mayoría de los

MSS (incluso los del Texto Bizantino) tienen lecturas singulares o divergentes dentro de

cualquier porción extendida del texto; no hay acuerdo completo entre dos manuscritos en

cuanto a todos los pormenores. No obstante, el problema del aspecto secuencial

resultante de la teoría ecléctica moderna es que se puede demostrar repetidamente que su

texto preferido no ha tenido apoyo de MSS ni por períodos cortos de tiempo— y a veces

dentro de un solo versículo.57 El problema aumenta geométricamente como secuencia de

unidades variantes a través de dos, tres, cinco o más versículos.58 Esto levanta preguntas

graves acerca de la supuesta historia transmisional que requiere la elección ecléctica.

Como con la apelación genealógica de Hort a una transmisión posible pero no probable,

es transmisionalmente casi imposible que una corta secuencia de variantes no dejarían

ningún testigo sustentador dentro de la tradición de los manuscritos; la probabilidad de

que esto ocurriera repetidamente es prácticamente cero.

El eclecticismo moderno crea un texto que, dentro de sucesiones cortas repetidas,

rápidamente degenera en uno que no posee ningún apoyo entre los manuscritos, las

versiones, ni los padres de la iglesia. Este problema degenera a medida que aumenta la

57 Como ejemplos (que podrían multiplicarse): (1) Mt 20:23 contiene siete unidades de variantes, sólo tres

de las cuales (la primera, segunda y sexta) son suficientes para dejar el texto resultante de NA27 sin ningún

apoyo; (2) Luc 6:26 contiene cinco unidades de variantes, los que juntos dejan sin el texto de NA27 sin

apoyo; (3) Mk 11:3 contiene sólo dos unidades variantes, en las cuales los testigos al texto de la NA27 se

excluyen mutuamente (variante 1, texto = B 2427 pc; variante 2, text = א DL 579 892 1241 pc); (4) Jn

6:23, con cuatro unidades variantes, no necesita más que la segunda y tercera para producir un versículo en

el NA27 sin ningún apoyo. Para ejemplos adicionales, ver Maurice A. Robinson, “Investigating Text-

Critical Dichotomy: A Critique of Modern Eclectic Praxis from a Byzantine-Priority Perspective,” Faith

and Mission 16 (1999) 17-19. 58 Como ejemplos dispersos, (1) Hech 17:26 tiene apoyo de P74 א A B 33 81 1175; si se añade el v. 27, el

apoyo baja a B y 33; después del v. 28, sólo se queda el MS 33, y si se añade el v. 29, el texto resultante ya

no puede hallarse en ningún MS griego existente; (2) Marcos 7:24, con cinco unidades de variación, es

apoyado en toto solamente por el MS L; Marcos 7:25 con cuatro unidades variants es apoyado en toto

solamente por el MS B; si los dos versículos se consideran juntos, ningún MS existente apoya el texto

resultante.

100

amplitud de la variación consecutiva.59 Una de las quejas que se han levantado contra el

Texto Bizantino ha sido que, ya que no existe ningún MS de antes del siglo IV que refleje

el patrón de acuerdo específico que caracteriza esa forma de texto,60 si bien el Texto

Bizantino sí puede demostrar su patrón específico dentro de la vasta mayoría de testigos

de al menos el cuarto siglo y después.61 Y sin embargo, se espera que aquellos que usan

los textos eclécticos modernos acepten un “original” que se les ofrece, el cual del mismo

modo carece de cualquier patrón de acuerdo aun en pasajes cortos de texto que lo

conectarían claramente con el que se encuentra en cualquier MS, grupo de MSS, versión o

testigo patrístico dentro de la tradición entera de manuscritos. Esto crea un problema

perpetuo para el texto “original” del eclecticismo moderno. Si se puede hacer una crítica

legítima contra el Texto Bizantino, porque los testigos antiguos no reflejan su patrón

específico de lecturas, los modelos eclécticos actuales (sea cual sea la edición impresa)

pueden ser criticados más severamente, puesto que sus textos resultantes demuestran un

patrón de lecturas que no es atestiguado entre los testigos existentes.62 El principio de

Ockham’s Razor se aplica,63 y el estudioso cauto debe preguntar seriamente qué teoría

posee menos puntos especulativos o cuestionables cuando se considera desde todos los

puntos de vista.

Los proponentes modernos del eclecticismo no alcanzan a ver su texto resultante

como digno de mayor condenación, aunque no sólo es apenas posible imaginar que

semejante texto haya ocurrido bajo cualquier proceso histórico razonable de transmisión;

pero sea cual sea la historia transmisional que sería requerida para explicar el texto

resultante de ellos, no es ni remotamente probable que tal texto haya ocurrido bajo

ninguna circunstancia normal. No obstante, los eclecticistas modernos continúan

rechazando un argumento menor ex silencio tocante a la probabilidad de la propagación

Bizantina en áreas fuera de Egipto durante los primeros siglos (áreas donde los hallazgos

arqueológicos de MSS no les ayudan a los eclecticistas, o sea, no se encuentra el texto

59 Westcott y Hort, Introducción, 243, admiten esto con respecto a las unidades variantes en Marcos 14:30,

68, 72a, 72 b: “la confusión de la atestación . . . es tan grande que de los siete MSS principales א A B C D L

Δ, en ningún lugar tienen dos de ellos tienen el mismo texto en estos cuatro lugares”. Las variants de NA27

para Marcos 14:72 solas no tienen apoyo de ningún MS. 60 Por ej., D. A. Carson, The King James Version Debate: A Plea for Realism (Grand Rapids: Baker,

1979) 44; también Gordon D. Fee, ´The Majority Text and the Original Text of the New Testament”, cap.

10 en Epp y Fee, Theory and Method, 186; idem, “Modern Textual Criticism and the Majority Text: A

Rejoinder”, JETS 21 (1978) 159-160. 61 Esto no significa que los MSS Bizantinos no difieren el uno del otro, sino solamente que sus diferencias

no afectan su patrón total de lecturas en contraste con el que se encuentra en el texto del eclecticismo

moderno. Cf. Robinson, “Dichotomy”, 29, nota 3, donde se señala que, entre los testigos Bizantinos, “la

mayoría de los MSS . . . tienen grandes trozos de versículos consecutivos que carecen de variación

significativa”; también, cuando un grupo de 20 MSS Bizantinos, escogidos al azar, fue examinado, rara vez

“[se desviaban] más de uno o dos MSS de la norma Bizantina” en cualquier punto. 62 El eclecticismo razonado se deriva de un metodológico que razona en círculo, el cual causa conflictos

irreconciliables entre la teoría y el texto resultante. Como dice Fredson Bowers, Bibliography and Textual

Criticism, Lyell Lectures, Oxford, Trinity Term, 1959 (Oxford: Clarendon, 1964), 126: “Luego se utilizan

conjeturas vanas [en unidades individuales de variantes] como evidencia para la elección de lecturas”,

produciendo un patrón resultante que no tiene relación con la evidencia que se encuentra en los testigos

existentes. 63 Ockham’s Razor se conoce en dos formas complementarias: “Una pluralidad no debe suponerse sin

necesidad”, y “Es inútil hacer con más lo que se puede hacer con menos”.

101

egipcio fuera de Egipto), mientras que su propio texto reconstruido requiere una historia

transmisional hipotética que trasciende el status del texto a través de todos los siglos. Los

paralelos no se comparan bien.

Parece extremadamente difícil mantener la autenticidad de los arquetipos o los

autógrafos para cualquier texto ecléctico artificialmente construido cuando tal texto en

continuidad no ha dejado su patrón ni rastros reconstruibles siquiera dentro de un solo

testigo existente al texto del NT; esto es especialmente cierto cuando otros tipos y formas

de texto supuestamente “secundarios” sí son preservados en un cuerpo razonable de

testigos existentes con un nivel aceptable de reconstructibilidad.

La esencia de un método de prioridad Bizantina

Cualquier método que restaurare el texto original del NT debería seguir ciertas

pautas y procedimientos dentro de la erudición normativa de la crítica textual del NT. No

bastará meramente declarar que una forma del texto es superior en la ausencia de

evidencia, ni tampoco apoyar cualquier teoría con solamente evidencia seleccionada y

parcial que favorece el caso cuestionado.64 La falta de balance en tales asuntos atormenta

gran parte del eclecticismo razonado moderno,65 puesto que las lecturas preferidas muy a

menudo son defendidas como primarias sencillamente porque no son Bizantinas. Los

principios de la evidencia interna son manipulados de la misma manera, como se nota en

las repetidas declaraciones de lo que “la mayoría de los escribas” (o sea, los que son

responsables para el Texto Bizantino) harían en una situación dada, aunque de hecho “la

mayoría de los escribas” no hacían nada por el estilo con regularidad.66

La verdadera cuestión que está frente a la crítica textual del NT es la necesidad de

ofrecer una explicación transmisional de la historia del texto que incluya una

examinación acertada de los hábitos de los escribas y una consideración de la transmisión

normal. Tal debe concordar con los hechos y no debería prejuzgar el argumento contra el

Texto Bizantino. El que esto no es un procedimiento nuevo, ni es una desviación de un

64 Compárese J. K. Elliott, “Keeping up with Recent Studies XV: New Testament Textual Criticism”, ExpT

99 (1987/8) 41, “La crítica textual debería . . . encerrar un intento de encontrar explicaciones para todas las

lecturas en los manuscritos o en las citas patrísticas, ya sea que se pudiera sostener justificablemente que

esas lecturas fueran originales o secundarias” [énfasis original]. 65 Como escribió Epp en cuanto a la práctica moderna del eclecticismo: “Hemos hecho poco progreso en la

teoría textual desde Westcott-Hort; . . . simplemente no sabemos cómo hacer una determinación definitiva

de lo que es el mejor texto; . . . no tenemos ninguna idea clara de la transmisión y alteración del texto en los

primeros siglos; y, por consiguiente, . . . el tipo Westcott-Hort de texto ha mantenido su posición dominante

mayormente por abandono”, Epp, “Twentieth-Century Interlude”, Theory and Method, 87. 66 Compárese Bruce M. Metzger, The Text of the New Testament: Its Transmission, Corruption, and

Restoration, 3rd enl. ed. (New York: Oxford University Press, 1992) 200: “¿Qué haría un escriba

concienzudo si encontrase que el mismo pasaje aparecía distintamente en dos o más manuscritos que él

tenía delante? . . . La mayoría de los escribas incorporaban ambas lecturas en la nueva copia que estaban

transcribiendo. Esto producía lo que se llama fusión de lecturas, y caracteriza el tipo de texto tardío,

Bizantino” [el énfasis ha sido agregado]. Si en efecto tal cosa hubiera ocurrido en la escala que mantiene

Metzger , el Texto Bizantino sería bastante diferente del que actualmente se encuentra. Un examen

cuidadoso de las prácticas de los escribas revelará que rara vez realmente ocurría la fusión u otras

“tendencias de los escribas”, y que la propagación de tal entre los MSS era cosa limitada.

102

consenso previo, puede verse con la expresión de una hipótesis esencial de la prioridad

Bizantina, en la teoría de Westcott y Hort (aplicada bastante diferentemente, claro está).

La metodología resultante de la escuela de la prioridad Bizantina de hecho está más

cercanamente alineada con la de Westcott y Hort que con ninguna otra.67 A pesar de

miríadas de comentarios calificativos, Hort afirmó claramente en su Introducción los

principios, los cuales, si se aplicaran directamente, legítimamente apoyarían la postura de

la prioridad Bizantina:

Tan pronto como los números de una minoría se exceden en lo que puede

ser explicado por casualidad accidental, ... el acuerdo ... se puede explicar

únicamente en bases genealógicas[. P]or tanto hemos pasado más allá de

relaciones puramente numéricas, y ya es aparente la necesidad de

examinar la genealogía de tanto la mayoría como la minoría. Una

presunción en verdad permanece de que la mayoría de los documentos

existentes más probablemente representará la mayoría de documentos

ancestrales en cada etapa de transmisión, que viceversa.68

La “presunción teorética de Westcott y Hort no tiene intrínsecamente nada de

malo”. Aparte de las varias condiciones mencionadas a través de toda la Introduction

[Introducción],69 la teoría de Westcott-Hort revertiría a una aceptación implícita,

siguiendo este principio inicial de acuerdo con otros principios buenos y sanos que

afirman en otras partes. Así, una teoría “apropiada” de Westcott-Hort que no excluyera

inicialmente el Texto Bizantino, reflejaría lo que tal vez podría ocurrir bajo transmisión

textual “normal”.70 En efecto, la “presunción teorética” inicial de Hort encuentra clara

aceptación en terreno no bíblico. Fredson Bowers presupone una “normalidad” básica de

transmisión como factor dominante en la promulgación de todos los documentos escritos

a mano;71 también mantiene que un texto que es reflejado en una mayoría abrumadora de

67 Fee, “Majority Text and Original Text”, Theory and Method, 191, observó correctamente que la teoría de

la prioridad Bizantina (llamado “texto mayoritario”) se expresaba en “en términos de método . . . en el

mismo extremo del espectro “como Westcott-Hort”. 68 Westcott y Hort, Introduction, 45 (el énfasis fue añadido). 69 Inmediatamente después de su declaración Hort afirma una repudiación de que “la presunción es

demasiado insignificante para que pese más que la evidencia tangible más pequeña de otros tipos” (ibid.).

El resto de la Introduction refleja un intento de refutar este principio inicial por medio de (1) un estema

genealógico hipotético que pone la mayoría de testigos como meramente una sub-rama dentro de la

tradición transmisional (54-57; (2) afirmaciones de que el fenómeno de “fusión” es exclusivo del Texto

Bizantino (93-107); y (3) una “recensión siria [Bizantina] ca. 350 d. C. (132-139 y passim). Colwell notó

que “Hort organizó su argumento entero para deponer el Textus Receptus” y en realidad nunca demostró ni

aplicó sus afirmaciones hipotéticas contr el Texto Bizantino (Colwell, “Hort Redivivus”, Methodology,

158). Ya que las suposiciones de Hort no pueden establecerse como hechos verídicos, el curso natural

debería ser un regreso a la “presuposición teórica”. 70 Si Westcott-Hort hubieran construido un texto neotestamentario sin un prejuicio anti-Bizantino, su texto

habría terminado siendo mucho más Bizantino que lo que la mayoría de los eruditos actuales se hubieran

imaginado. Colwell (“Hort Redivivus”, Methodology, 160-170) resume sus principios operativos buenos y

válidos, los cuales encajan bien con la hipótesis y la metodología de la prioridad Bizantina: (1) “Empezar

con lecturas”; (2) “Caracterizar escribas y manuscritos individuales”; (3) “Agrupar los manuscritos’; (4)

Tomar “decisiones finales sobre las lecturas”. 71 Bowers, Bibliography, 83-34, señala que “la apelación a la normalidad es [usualmente] tan innecesaria

que se puede omitir sin que se sufra pérdida de la clasificación de evidencia”. El eclecticismo moderno

103

MSS tiene más probabilidad de haber tenido un origen cronológico más antiguo que el de

cualquier texto que pudiera encontrarse en una pequeña minoría:

[El análisis textual estemático] se une con la ciencia al requerir la

suposición de la normalidad como la base para cualquier hipótesis

operativa … Si uno ordena 20 copias de un libro y encuentra ... que una

sola copia enseña el estado no corregido ... la “normalidad” hace probable

que la corrección ... haya sido hecha en una fecha más primitiva ... que

[una forma] ... que muestre 19 con letras corregidas y solamente 1 con

correcciones ... Las probabilidades matemáticas son excelentes de que esta

muestra de 20 copias puede ser extrapolado de acuerdo con la

normalidad.72

Tal afirmación difiere poco de la que hizo Scrivener hace 150 años,73 y sugiere

que tal vez sea la erudición moderna la que ha pasado más allá de la “normalidad”—un

enfoque científico del desarrollo transmisional a la luz de la probabilidad—a favor de un

método de tratar con los datos basándose en opinión subjetiva.74 Para completar la

comparación en la esfera no bíblica, los eclécticos modernos deberían también considerar

las observaciones recientes de D. C. Greetham:

La confianza en percepciones críticas individuales (que a menudo se hace

pasar por metodología “científica”) ... puede resultar en eclecticismo

extremo, subjetivismo y normalización según los dictados estéticos del

crítico ... El extremo opuesto … mantiene que ... el único recurso honesto

es seleccionar aquel documento existente ... específico que ... parezca

mejor representar la intención del autor, y una vez que se haya hecho

insiste, asumiendo un rechazo del Texto Bizantino, que una “anormalidad” prevaleciente y continuada era

el factor dominante dentro de la historia transmisional neotestamentaria primitiva. 72 Bowers, Bibliography, 74-75, énfasis agregado. 73 “El que los meros números decidan una cuestión de sagrada crítica nunca debería haber sido mantenido

por nadie, ni nunca ningún estudioso respetado ha afirmado semejante cosa ... Pero debo decir que la

contraproposición, de que los números no tienen ‘ninguna voz determinante’, a mi parecer tan

completamente irrazonable, y bastante más horroroso... La lectura de la mayoría hasta ahora es preferible.

Esto no significa que siempre debe prevalecer la simple mayoría, sino que la preponderancia numérica,

especialmente cuando es notable y constante, es un elemento importante en la investigación de las lecturas

genuinas de las Sagradas Escrituras”, Frederick Henry [Ambrose] Scrivener, An Exact Transcript of the

Codex Augiensis (Cambridge: Deighton, Bell, and Co., 1859) vii-viii, énfasis añadida. Esta aserción clara

de Scrivener debería compararse con la afirmación revisionista de Wallace de que Scrivener “declara

explícitamente que las cursivas Bizantinas en las que descansa la teoría del TM [Texto Mayoritario] tienen

poco valor”(Daniel B. Wallace, “Historical Revisionism and the Majority Text Theory: The Cases of H. H.

A. Scrivener and Herman C. Hoskier”, NTS 41 [1995], 283). 74 Inclusive Richard Bentley en 1913 (Remarks upon a Late Discourse of Free Thinking) resumió lo que

esencialmente era un método que produciría un resultado relacionado con el Texto Bizantino: “Es bueno

tener más anclas que solamente una: ... que por medio de una ayuda común y mutua todas las faltas pueden

remediarse ... Las mismas distancias entre los lugares, así como los números de los libros, demuestran que

no podría haber habido colusión. ... Aunque las varias lecturas siempre aumentan en proporción, … el

texto, por una colación acertada, es tanto más correcto, y se acerca más a las verdaderas palabras del autor”.

(Citado en Samuel P. Tregelles, An Account of the Printed Texto f the Greek New Testament [London:

Bagster, 1854] 50-51, énfasis original.

104

dicha selección, seguir las lecturas de ese documento tan cercanamente

como sea posible.75

Al considerar tales posibilidades, se ve que la “suposición teórica” inicial de Hort

es aquella que representa el punto de vista intermedio con bases científicas, puesta como

medida correctiva para ambos extremos de Greetham. Como escribiera Colwell:

Necesitamos a Hort Redivivus. Lo necesitamos como contra-influencia

para los dos errores que he tratado: (1) el pasar por alto la historia de la

tradición de los manuscritos, y (2) un énfasis exagerado en la evidencia

interna de las lecturas. En la obra de Hort, dos principios (y solamente

dos) se consideran tan importantes que se dan en mayúsculas en el texto y

en cursiva en la tabla de materias. Uno de ellos es que “TODA

RESTAURACIÓN FIDEDIGNA DE TEXTOS CORROMPIDOS SE FUNDA EN EL

ESTUDIO DE SU HISTORIA”, y el otro: “EL CONOCIMIENTO DE LOS

DOCUMENTOS DEBE PRECEDER AL JUICIO FINAL REFERENTE A LAS

LECTURAS”.76

Más allá de una antipatía hacia el Texto Bizantino y una reconstrucción histórica

que intentó definir esa forma de texto como resultado secundario de una revisión formal

del siglo IV, Westcott y Hort no hicieron ninguna afirmación vana con respecto a la

importancia de la historia transmisional y sus elementos relacionados como clave a la

determinación del texto original del NT.77 Si todas las cosas hubieran sido iguales, la

situación más probable que favorecía un texto predominantemente Bizantino se habría

realizado.78 En ese sentido, la teoría actual de la prioridad Bizantina refleja un regreso a

Hort, con el intento de explorar el asunto de la transmisión textual cuando la supuesta

recensión Bizantina formal ya no es un factor.

El enfoque transmisional a la crítica textual no carece de paralelos. La crítica de

las epopeyas de Homero procede de manera parecida. No solamente tiene las obras de

Homero más evidencia disponible en los manuscritos que ninguna otra pieza de la

literatura clásica (aunque mucho menos que la que hay para el NT), pero los escritos de

Homero se preservan también en MSS que tienen un amplio alcance cronológico y

75 Greetham, “Textual Criticism”, Textual Scholarship, 299-300. 76 Colwell, “Hort Redivivus”, Methodology 155-156, citando respectivamente a Westcott y Hort,

Introduction, 40 y 31. 77 No obstante, como señaló Epp: “Hort resolvió el asunto [de los textos que estaban en competencia], no

en bases de la historia del texto, sino en términos de la supuesta calidad interna de los textos y en bases de

decisiones mayormente subjetivos en cuanto a esa calidad” (Epp, “Interlude”, Theory and Method 94,

énfasis original). Desde luego, una vez que el Texto Bizantino es eliminado de consideración, la

reconstrucción transmisional histórica se vuelve superfluo. 78 Fee también señala el prejuicio anti-Bizantino y su efecto sobre la metodología de Westcott y Hort:

“Hort no usó genealogía para descubrir el texto original del NT. . . . Hort usó genealogía sólo para hacer a

un lado el texto sirio (Bizantino). Una vez que ha eliminado el Bizantino . . . su preferencia para los MSS

neutros (egipcios) se basaba estrictamente en probabilidades intrínsecas y transcripcionales” (Gordon D.

Fee, “Rigorous or Reasoned Eclecticism—Which?” en J. K. Ellicott, ed., Studies in New Testament

Language and Text: Essays in Honour of George D. Kilpatrick on the Occasion of his Sixty-fifth Birthday

[Leiden: Brill, 1976] 177). Obviamente, la eliminación de ese prejuicio en la etapa inicial necesariamente

conduce a conclusiones bastante diferentes.

105

geográfico, desde los antiguos papiros, hasta las unciales y las minúsculas de la era

Bizantina.79 Los paralelos con la situación novotestamentaria son extraordinariamente

similares, ya que los textos homéricos existen en tres formas: uno más corto, uno más

largo y uno mediano.

(1) Se considera que la forma más corta en Homero refleja conocimientos

alejandrinos y revisiones eruditas aplicadas al texto;80 el texto alejandrino

del NT es claramente más corto, tiene aparentes correcciones alejandrinas

y bien puede reflejar actividad recensional.81

(2) La forma más larga del texto homérico es caracterizado por la expansión

popular y “mejoramientos” de parte de los escribas; el texto occidental

neotestamentario del NT generalmente se considera el “texto popular no

controlado” del siglo II con características parecidas.

(3) Entre estos extremos existe un texto “mediano” o “vulgar”, el cual resistió tanto

las expansiones populares como las revisiones críticas; este texto continuó en

esencialmente la misma forma desde el período primitivo hasta la era de

las minúsculas.82 El Texto Bizantino refleja una continuidad semejante

desde por lo menos el siglo IV.

Sin embargo, las conclusiones de la erudición homérica, basándose en un enfoque

transmisional-histórico, difieren marcadamente de las del eclecticismo neotestamentario:

Tenemos que asumir que el original ... era un texto mediano [=vulgata] ...

Los textos más largos ... fueron paulatinamente excluidos: si hubiese

habido ... libre comercio de las copias largas, medianas y cortas en todos

los períodos, es difícil entender cómo este proceso habría comenzado.

Por consiguiente, la necesidad de explicar la preponderancia final del

texto mediano, mientras se puede demostrar que los críticos son incapaces

de producirlo, nos lleva al punto de suponer que existía un texto mediano

o vulgata durante todo el período de la transmisión manual de Homero.

79 Según Alan J. B. Wace y Frank H. Stubbings, “The Transmission of the Text”, cap. 6 de su libro, A

Companion to Homer (London: Macmillan & Co., 1962) 229, n. 4, R. A. Pack en 1949 enumera “381 ítems

para la Ilíada y 111 para la Odisea, aparte de un gran número de citas de otros escritores y unos 60 ítems

que deberían clasificarse como fuentes indirectas”; 229, n. 3, afirma que los manuscritos “más completos

de la Ilíada ... [en total son unos] 192, cuyas fechas oscilan entre el siglo IV y el XVIII ... Para manuscritos

de la Odisea, ... Allen enumera 75, del siglo X al siglo XVIII”; 232, n. 40, “Los fragmentos más antiguos

de un códice de Homero en papiro es ... parte de una sola hoja... data del siglo II (?) d. de J. C. Los códices

se hicieron comunes en el siglo III, y ya son regla en el siglo III”. 80 Véanse la descripción de la erudición crítica alejandrina y métodos en William R. Farmer, The Last

Twelve Verses of Mark (Cambridge: University Press, 1974) 13-17. 81 Véase Maurice A. Robinson, “The Recensional Nature of the Alexandrian Text-Type: A Response to

Selected Criticisms of the Byzantine-Priority Theory”, Faith and Mission 11 (1993) 46-74 [número que se

publicó en 1977]. 82 Thomas W. Allen, Homer: The Origins and the Transmission (Oxford: Clarendon, 1924) 326, contrasta

la forma vulgata y más larga de Homero contra la obra de los revisores alejandrino: “En ningún caso tuvo

efecto el trabajo de ellos ... La vulgata no cambió, y los textos largos se marchitaron por sí solos”.

106

Esta consideración ... despierta la opinión de que la vulgata de homero

estaba en existencia antes del período alejandrino ... [Tal razonamiento]

nos compele a suponer un texto central, medio o vulgata.83

No solamente es llamativo el paralelo entre la historia transmisional

neotestamentaria y la de homero, sino que la misma situación existe referente a las obras

de Hipócrates. Allen señala que “el texto real de Hipócrates en días de Galen era

esencialmente el mismo que el de los MSS medievales . . . [así como] el texto de [Homero

en] el primer siglo a. de J. C. . . . es igual que el de las minúsculas del siglo X”.84

En ambas tradiciones, la clásica y la novotestamentaria, parece ser una

“continuidad de escribas” de un “texto estándar” básico que permaneció relativamente

estable, preservado por la acción no forzada de los copistas a través de los siglos que

solamente estuvieron fielmente copiando el texto que tenían enfrente. Es más, tal texto

parece prevalecer en la mayor parte de las copias de Homero, Hipócrates y la tradición

neotestamentaria. Aparte de una clara indicación de que tales textos de consenso fueron

producidos por recensión formal, parece que la actividad normal de escribas y la

continuidad transmisional preservaría en la mayoría de los manuscritos “no sólo un texto

muy antiguo, sino una línea muy pura del texto antiguo”.85

Principios que Han de Aplicarse hacia la Restauración del Texto

La postura de la prioridad Bizantina (o especialmente la llamada postura del

“texto mayoritario”) a menudo es caricaturizada como solamente interesada en el peso de

los números, simplemente contando los MSS al intentar restaurar la forma original del

texto neotestamentario.86 Aparte del hecho de que tal método mecánico y simplista no

ofrecería ninguna solución en los muchos lugares donde el Texto Bizantino está dividido

entre su masa de testigos, tal caricatura lleva a la conclusión de que ninguna aplicación

seria de los principios de crítica textual del NT existe dentro de semejante teoría. Esto,

desde luego, no es correcto. Hay criterios externos e internos que caracterizan la práctica

de la prioridad Bizantina, y muchos de éstos se parecen a, o son idénticos a, los principios

que aceptan otras escuelas de la restauración textual. Por supuesto, los principios de la

prioridad Bizantina necesariamente difieren en su aplicación de los que se encuentran en

otras partes.

83 Allen, Homer, 327, énfasis añadida. Allen además afirma que “la vulgata no revisada . . . exhibe un texto

más genuino” (281-2), y que “las labores del alejandrino . . . no tuvieron ningún efecto en el negocio de los

libros ni en el carácter de las copias que se produjeron”(309, énfasis agregado). 84 Allen Homer, 312-313, énfasis agregado. 85 Las palabras son de Hort (Westcott y Hort, Introduction, 250-251), refiriéndose al texto del Códice

Vaticano, pero aquí se aplican con suficiente justificación al texto más general que es representado por la

vasta mayoría de MSS. 86 Fee, “Majority Text and Original Text”, Theory and Method, 207, caricaturiza “las siete ‘notas de

verdad’ de Burgon” como “sencillamente siete maneras de decir que la mayoría siempre tiene razón”.

Daniel B. Wallace, “The Majority Text Theory: History, Methods, and Critique”, en Bart D. Ehrman y

Michal W. Holmes, eds., The Text of the New Testament in Contemporary Research: Essays on the Status

Quaestionis, Studies and Documents 46, ed. Eldon Jay Epp et al. (Grand Rapids: Eerdmans, 1995) 310, n.

67 dice claramente: “La razón fundamental del texto Mayoritario puede ser compleja, pero el método (para

la mayor parte de los defensores del Texto Mayoritario) es bastante simple: contar manuscritos”.

107

Los principios de la prioridad Bizantina reflejan un “transmisionalismo razonado”

que evalúan la evidencia externa e interna a la luz de las probabilidades transmisionales.

Este enfoque enfatiza el efecto de hábitos de los escribas al preservar, alterar, o de

corromper el texto de otro modo, el reconocimiento de desarrollo transmisional, llevando

a agrupamientos de familia y de tipo de texto, y el continuado mantenimiento del texto en

su integridad general, así como es demostrado dentro de nuestros aparatos críticos. El

principio dominante es que la crítica textual sin una historia de transmisión es

imposible.87 Para lograr este fin, todas las lecturas en sucesión deben ser explicadas

dentro de la historia transmisional, y ninguna lectura puede considerarse aislada como

“unidad variante” sin relación al resto del texto.

En este sistema, la decisión final en cuanto a las lecturas requiere la fuerte

aplicación de la evidencia interna después de que se haya hecho una evaluación inicial de

los datos externos.88 Siendo basada primordialmente en factores transmisionales, la

teoría de la prioridad Bizantina continuamente conecta sus criterios externos a

consideraciones externas. Esta metodología siempre hace la pregunta previa: La lectura

que puede parecer ser la “mejor” (por más plausible que aparente ser), ¿de veras

armoniza con factores transmisionales conocidos con respecto a la perpetuación y

preservación de los textos?89 Tal metodología corre parejo con el enfoque de Westcott y

Hort, pero con la añadida advertencia contra descartar el Texto Bizantino como factor

transmisional significativo. A la verdad, mientras que la presente teoría en varios

aspectos permanece bastante cerca de la de Westcott y Hort, la desviación primordial se

refleja en ciertas suposiciones clave y en unos cuantos principios menos obvios. A causa

de estas consideraciones iniciales, las conclusiones en cuanto a la forma original del texto

neotestamentario por necesidad diferirá significativamente de las de Westcott y Hort.

Principios de Evidencia Interna

Los principios básicos de la evidencia interna y externa que utilizan los

proponentes de la prioridad Bizantina son bastante familiares para los que practican el

eclecticismo, tanto riguroso como razonado. Al menos un principio popular (el de

favorecer la lectura más corta) es omitida; otros principios se aplican dentro de un

sistema basado en la transmisión, en el cual se le da a la evidencia externa un peso

significativo. Los principios primordiales de la evidencia interna incluyen lo siguiente:

1. Se prefiere la lectura que más probablemente dio origen a las demás dentro

de una unidad de variantes. Este principio encaja perfectamente dentro de un proceso

transmisional; es utilizado por eclecticistas, tanto rigurosos como razonados, y es el

principio dominante del método “local-genealógico” de Nestle-Aland.90 Para la prioridad

87 Ver también Porter, “Textual Analysis”, 31. 88 Cf. los principios ordenados citados más arriba, n. 29, para un panorama del proceso entero. 89 Puede ser que la práctica ecléctica actual favorezca una lectura que se encuentre en un solo MS.

Siguiendo un procedimiento transmisional, semejante práctica sería excluida inmediatamente, a pesar de

cualquier alegada posibilidad interna. 90 Ver Kutt Aland y Barbara Aland, The Text of the New Testament: An Introduction to the Critical Edition

and to the Theory and Practice of Modern Textual Criticism, 2da rev. y enl. ed. (Grand Rapids: Eerdmans,

108

Bizantina este principio tiene gran peso: Es importantísimo tratar de explicar el origen de

todas las lecturas dentro de una unidad de variantes teniendo en mente la transmisión

consecutiva. El modelo ecléctico continuamente evalúa las unidades de variantes

aisladamente, intentando determinar en cada caso individual aquella lectura que más

probablemente parece haber producido todas las otras dentro de esa unidad de variantes.

El principio de la prioridad Bizantina, por otra parte, insiste en no tomar una unidad de

variantes en aislamiento del resto del texto, pero siempre para preguntar cómo la lectura

que parece ser superior en cualquier unidad de variantes encaja con un pleno panorama

transmisional. Tal procedimiento abarca las lecturas de todas las unidades en cercana

proximidad: Cómo se desarrollaron, cómo fueron perpetuados y crecieron en sus

proporciones relativas entre los datos existentes. Este procedimiento aumenta el valor

total de este principio y sirve como freno contra excesos de aplicación.

Este principio no lo negamos, sino que lo modificamos. El investigador textual

siempre debería preguntar si la lectura que parece inicialmente apoyar el origen de todas

las demás en una unidad dada de variantes es igualmente a la que por su historia

transmisional sigue siendo la que más probablemente ha causado el origen de las demás

lecturas en el texto circunvecino como total. Si uno inicialmente presupone que una

lectura que tiene apoyo transmisional debilísimo es original, una explicación adecuada

debe darse en cuanto a cómo otras lecturas competidoras pudieran haberse derivado de la

primera, y también cómo tales lecturas podrían haber llegado a estar en relación

transmisional a unidades circunvecinas de variantes. Cuando tales explicaciones se

vuelven problemáticas, esto en sí mismo viene a ser presumible de que otra lectura en

una unidad dada de hecho puede haber sido la fuente de todos los competidores, y de que

el investigador debería volver a examinar el caso en vez de aceptar lo que a primera vista

parecía ser más plausible al considerarse en aislamiento. Solo así se puede establecer un

candidato final dentro de cada unidad de variantes—el “transmisionalismo razonado”

trabajando.

2. La lectura que sería más difícil como creación de escribas ha de preferirse.

Este canon interno se funda en la suposición de que un escriba no cometa errores

deliberadamente, ni tampoco volvería un pasaje más difícil de comprender. Si una

palabra más común se encontrara en un ejemplar, un escriba normalmente no la

reemplazaría con una palabra rara. No obstante, los escribas sí cometen errores sin

querer, y a veces hasta pueden ofuscar una lectura llana y sencilla por razones

desconocidas. Necesita haber un corolario transmisional de restricción: Las lecturas

difíciles creadas por escribas individuales no tienden a perpetuarse de ningún grado

significativo dentro de la historia transmisional. Este principio puede ser demostrado en

cualquier aparato relativamente completo examinando las varias lecturas singulares o

cuasi-singulares que nunca o raramente se perpetuaron. Lo mismo puede decirse de

lecturas en grupos pequeños de MSS, ya sea que se deba a lazos familiares o de sub-tipos

de texto, o a la casualidad. Transfiriendo el corolario al principio primordial, nuestro

enfoque se queda como sigue: La lectura más difícil ha de preferirse cuando tal se

encuentra en la mayoría transmisional de testigos, en vez de cuando se halla solamente

1989), 34. El método “local-genealógico” se define misteriosamente como “aplicar a cada pasaje

individualmente el enfoque usado por la filología clásica para una tradición toral”.

109

en un solo testigo o en un grupo minoritario correlacionado. El razonamiento que está

detrás de esta suposición es obvio: Mientras que una minoría de escribas podrían aceptar

cualquier lectura difícil, al menos por un tiempo, hay poca posibilidad de que la vasta

mayoría de los escribas acepten semejante lectura si una más sencilla fuera originalmente

la dominante que viniera del autógrafo. El investigador todavía tiene que demostrar en

bases internas que la lectura “más difícil” lo es de veras, así como la probabilidad

transmisional que la lectura haya sido la original dentro de esa unidad de variantes.91

3. Las lecturas que se conformen al estilo, vocabulario y sintaxis del autor

original han de preferirse. Mientras que este principio es válido, su aplicación en la

práctica ecléctica moderna está llena de dificultades. Otros factores, incluida la historia

transmisional, necesitan considerarse antes de que se pueda hacer una decisión estilística

final con respecto a un pasaje dado.92 El mero hecho de que la palabras ‘y’ o

‘inmediatamente’ son “características” en Marcos, o ‘así que, entonces’ en

Juan, no significa que uno automáticamente debiera preferir tal lectura antes que las

alternativas. Los criterios estilísticos, considerados en aislamiento, fácilmente pueden

conducir a decisiones equivocadas si el grado y la calidad del apoyo transmisional no se

consideran igualmente. Una suposición básica es que en general sería improbable que los

escribas alterasen el estilo y vocabulario de algún autor al copiar lo que tuvieran delante.

Es más, en cualquier instancia dada, sería posible que una minoría de escribas crearan

una variación intencional o accidental que cambia el texto conforme al estilo de cierto

escritor, o que aleja el texto del estilo normal de un escritor. Los criterios

transmisionales sirven como control y freno contra las consideraciones de estilo, sintaxis,

contenido y vocabulario, haciendo posible que uno llegue a un resultado más acertado.

El dar atención a las consideraciones transmisionales evita una aceptación ingenua de una

variante que se deba únicamente a la conformidad estilística, especialmente cuando

depende de MSS favorecidos que fluctúan estilísticamente dentro de un libro dado.93

Por ejemplo, ¿qué se hace con en Juan? Ciertamente esta palabra es

distintiva del estilo juanino, y siguiendo principios eclécticos absolutos tal vez deberían

siempre preferirse (aunque consideraciones estructurales podrían alterar semejante

decisión).94 El eclecticismo razonado moderno parece preferir solamente cuando

91 Compárese Bertil Albrektson, “Difficilior Lectio Probabilior: A Rule of Textual Criticism and its use in

Old Testament Studies”, en B. Albrektson et al. eds., Remembering All the Way: A Collection of Old

Testament Studies published on the Occasion of the Fortieth Anniversary of the Oudtestamentisch

Werkgezelschap in Nederland, Oudtestamentische Studien 21 (Leiden Brill, 1981) 9, 11: “No es bastante

que una lectura siempre sea difficilior [más difícil]: también tiene que encajar en el contexto y tener más

sentido la variante rival”; “una lectio difficilior [lectura más difícil] puede ser más difícil simplemente

porque está equivocada. . . . Sería absurdo levantar el error del copista al estatus de texto original”. 92 Por ejemplo, no se puede apelar a consideraciones de estilo, vocabulario o sintaxis “de Marcos” en

Marcos 2:16 al decidir entre P88אB L W 0130vid 33 2427 pc b bopt) y

MA C Df1 f13 700 892 1006 1342 1506 a c e ff2 r1 lat sy samss bopt).

La primera frase no aparece en ninguna otra parte del NT 93 Ver más acerca de en Juan como se encuentra en Robinson, “Recensional Nature”, 51-54. 94 Cf. las consideraciones de análisis de discurso en cuanto a en Vern Polythress, “The Use of the

Intersentence Conjunctions DE, OUN, KAI, and Asyndeton in the Gospel of John”, NovT 26 (1984) 312-346;

110

tiene el apoyo de MSS favorecidos, aun cuando tal apoyo es limitado. En bases

transmisionales-históricas se excluiría debido a la falta de una cantidad razonable de

apoyo transmisional. La metodología ecléctica moderna no puede distinguir

satisfactoriamente el juanino del no juanino en base a criterios internos, ni basándose

en su grupo de MSS favorecidos. Se necesita un criterio transmisional para que haya

autenticidad, ya que casos como éste no pueden resolverse apelando al estilo, a la

evidencia externa limitada, o a la lectura que puede haber sido el origen de otras. En

tales casos las consideraciones transmisionales son una mejor solución que las

metodologías eclécticas. Por lo mismo, ¿cómo se decide entre y en Juan? Ese

evangelio realmente usa más frecuentemente que , (Biz 231x, NA27 212x;

Biz 201x, NA27 200x), aunque es “estilísticamente juanino”. Así, no se puede

descartar frente a . La óptima (y única) solución es tener en cuenta toda la evidencia,

juntamente con un sólido punto de vista de consideraciones histórico-transmisionales.

4. Han de rechazarse lecturas que claramente armonizan o asimilan la

fraseología de un pasaje con otro. El que los escribas armonizaban o asimilaban ciertos

pasajes con pasajes o contextos paralelos puede demostrarse repetidamente examinando

las páginas de cualquier aparato crítico. Colwell señala que la harmonización a paralelos

en el contexto inmediato ocurre más frecuentemente que en paralelos remotos.95 Y sin

embargo, se debe evitar la suposición de que donde existen paralelos, la identidad verbal

es evidencia presuntiva contra la autenticidad. Simplemente puesto que pudiese ocurrir

armonización o asimilación en un lugar dado, no se debe presuponer que los escribas

forzosamente armonizarían en todo lugar donde fuera posible. Pero la armonización,

cuando ocurre, tampoco es más característica de los escribas de la era Bizantina, que de

otros escribas. Es más, los aspectos transmisionales siguen siendo la base primordial

para la decisión. Los aparatos demuestran que la mayor parte de los numerosos casos de

armonización o asimilación no se perpetúan en ninguna cantidad grande. Mientras que

los escribas sí armonizaban en varios lugares, y eso con bastante frecuencia, la vasta

mayoría de los escribas no aceptaban ni perpetuaban tales alteraciones de grado

significativo. Aun si se supieran los lugares paralelos de un conocimiento personal de las

Escrituras, la mayoría de los escribas no aceptaban ni añadían al texto que no estuviera en

el ejemplar que estaba delante de ellos. La armonización simplemente no tenía lugar en

la gran escala.96 Sería un absurdo transmisional suponer que varios escribas “propensos a

armonización” admitieron unas cuantas docenas de armonizaciones en sus MSS

Bizantinos mientras que no lograron producir armonizaciones más plausibles y

atractivos—ninguna de las cuales se incorporó en la corriente principal de la

transmisión.97

también, Steve Booth, Selected Peak Parking Features in the Gospel of John, American Univesity Studies,

Series 7: Theology and Religion, vol. 178 (New York: Peter Lang, 1996), 100-106. 95 Ver Ernest C. Colwell, “Method in Evaluating Scribal Habits: A Study of Methodology, P45, P 66, P 75,

113, 124. 96 Ver Maurice A. Robinson, “Two Passages in Mark: A Critical Test for the Byzantine-Priority

Hypothesis,” Faith and Mission 13 (1996) 74, 82-93, 96-97, en particular las primeras cinco cuestiones con

respecto a la supuesta armonización Bizantina, pág. 91. 97 Solamente hay que examinar el nombre geográfico en los paralelos Mat 28:28/Mar 5:1/Lu 8:26: El

endemoniado, ¿es gadareno, gergeseno o geraseno? Si los escribas Bizantinos hubieran estado

111

La pregunta se puede formular precisamente: Los escribas, ¿eran más

propensos—en cualquier instancia deliberadamente a revisar el texto en la dirección de la

armonización, o generalmente tendían simplemente a copiar y preservar lo que tenían

delante? La respuesta viene solo de examinar los datos en los aparatos que demuestren la

realidad transmisional. Uno encontrará allí que la mayoría del tiempo los escribas

mantenían y preservaban el texto de su ejemplar. Cuando sí había armonización o

asimilación, eran esporádicas. Los MSS que sistemáticamente armonizaban de acuerdo a

los pasajes paralelos eran pocas (e.g., los escribas del Códice Bezae y varios testigos

cesarianos son más típicamente armonizantes que lo que se suele alegar contra los

escribas Bizantinos). Mientras que ciertas lecturas Bizantinas pueden parecer

armonizarse en varios puntos, sería una falacia acusar a los escribas Bizantinos de tener

una tendencia armonística, por las siguientes razones: (a) los MSS Bizantinos no

armonizan en la mayor parte de las situaciones; (b) las presuntas armonizaciones dentro

del Texto Bizantino son relativamente infrecuentes; (c) la supuesta armonización

Bizantina a menudo no se conforma precisamente al pasaje paralelo; y (d) los escribas

Bizantinos no armonizan en cientos de lugares en donde una minoría de supuestos

escribas más antiguos habían creado armonizaciones altamente persuasivas y atractivas.98

5. Las lecturas que reflejan la piedad común o expansiones o alteraciones

religiosamente motivadas de parte de los escribas son secundarias. Desde el punto de

vista transmisional-histórico, este principio es un poco diferente de lo que se cree

comúnmente. Es improbable que expansiones piadosas o sustituciones iniciadas por un

solo escriba o por un pequeño número de escribas sean aceptadas dentro de la tradición

de los manuscritos. Si esto no fuera el caso, uno vería una continua expansión de

nombres y títulos: “Jesús” vendría a ser “Jesucristo”, después “el Señor Jesucristo”, y

luego “el Señor y Salvador Jesucristo”. “Señor” se volvería “el Señor Jesús” o “el Señor

Dios”; “Espíritu” se cambiaría en “Espíritu Santo”, etc. Mientras que se puede demostrar

que tales alteraciones y expansiones han ocurrido frecuentemente dentro de la tradición

de los manuscritos, tales casos son esporádicos, localizados y compartidos solo entre una

pequeña minoría de escribas. La mayoría de los escribas neotestamentarios no

participaban en expansión desenfrenada. Por otra parte, cuando una minoría de testigos

carece de uno o más apelativos, esto no indica expansión piadosa de parte de todos los

demás testigos. La lectura más corta puede ser causada por omisión accidental por

terminaciones comunes (homoioteleuta) entre los varios nomina sacra dentro de una

frase. Uno no puede presumir para pensar que la mayoría de los escribas incorporarían

lecturas piadosamente expandidas bajo condiciones transmisionales normales. Sin

embargo, una minoría de escribas fácilmente pueden haber expandido o apocopado el

verdaderamente inclinados hacia la armonización, se sospecharía un mismo término en los tres evangélicos.

En cambio, M reza en Marcos y Lucas, pero en Mateo. Puesto que no hubo

armonización donde más se podría haber esperado, se hace mucho menos probable en otras partes (nótese

que NA27 reza diferentemente en los tres lugares [Mar/Lu , Mat ; aún así, el texto

total de NA27 tiene apoyo solamente en el Códice Vaticano). 98 W.F. Wisselink, Assimilation as a Criterion for the Establishment of the Text: A Comparative Study on

the basis of Passages from Matthew, Mark and Luke (Kampen: J. H. Kok, 1989) no debería pasarse por

alto, particularmente su resumen 239-243, al fin del cual dice: “La asimilación [armonización] no se limita

a un solo grupo de manuscritos, ni a ningún evangelio … No hay que concluir nada [de esta evidencia] …

112

texto deliberada o accidentalmente. Si acaso las expansiones piadosas de veras fueran

típicas y dominantes, uno podría preguntarse por qué tales casos no eran aceptados por la

mayoría transmisional. Ambas cosas no pueden ser ciertas—o que los escribas se

conforman a ciertos patrones en masa, o practican ciertos hábitos sobre una base

individual y esporádica. Puesto que la mayor parte de los caprichos que producían los

escribas individuales no se aceptaban dentro de la tradición transmisional, no debe haber

duda en cuanto a la realidad de la situación. Un ejemplo de “perpetuación limitada” se

encuentra en 1Cor 5:5 (nomina sacra con mayúsculas):

NA27 P46 B 630 1739 pc Tert Epiph

M P46vid vgst

D pc b Ambst

A F G P 33 104 365 1241s

1881 al a vgcl syp, h** cop Lcf

Mientras que los proponentes modernos de eclecticismo podrían alegar que todas

las lecturas más allá de las más cortas (las que prefiere NA27) son “expansiones

piadosas”, tal acercamiento es demasiado simplista y hace caso omiso de las

probabilidades transmisionales y transcripcionales que apuntan claramente al Texto

Bizantino como la lectura de la que se derivan todas las demás.99

Los MSS que componen la mayor parte del Texto Bizantino (básicamente M en

NA27) no adoptan las restantes expansiones “neutrales” que se encuentran en otros

testigos ( o ). No obstante, si NA27 hubiera sido original,

habría sido peculiar si casi todos los escribas de la era Bizantina se detuvieran en

sin más embellecimiento, especialmente cuando lo mismo se encontraba en MSS

supuestamente “más antiguos” de las tradiciones occidentales y alejandrinas. Esto es

evidencia fuerte de que la mayoría de los escribas no creaban ni perpetuaban expansiones

piadosas, sino que sencillamente preservaban el texto que tenían delante en sus

ejemplares.100

Es transcripcionalmente más probable que la pequeña minoría de MSS

alejandrinos y cesarianos (P46 B 630 1739 pc) evidencian simple homoioteleutón de la

lectura Bizantina, saltando de a . Una lectura minoritaria creada por error

99 Se considera que el texto de NA27 refleja un juicio de consenso del eclecticismo razonado moderno. Sus

editores han dicho que “este texto es un texto de trabajo ... [y] no ha de considerarse como definitivo, sino

como estímulo para promover esfuerzos de definir y verificar el texto del Nuevo Testamento (Barbara y

Kurt Aland et al., eds., Nestle-Aland Novum Testamentum Graece, 27a edición [Stuttgart: Deutsche

Bibelgeschäft, 1993] 45º). Ya que el texto de NA27 es aproximadamente 99.5% idéntico al de Westcott-

Hort 1881, se puede suponer que habría un consenso casi estable con respecto a su forma final. 100 Como ilustración, el que “se espera” que se encuentra en el Texto Bizantino al final de la mayoría

de los libros del NT falta en el texto de Hechos, Santiago y 3Jn. Solo una minoría pequeña de testigos (

36 453 614 1175 1505 al) agregan este término de clausura al fin de Hechos, y una minoría más pequeña,

al fin de Santiago (614 1505 1852 pc); y una minoría similar al fin de 3Jn (I. 614 1852 al). No hay razón

lógica por la cual los MSS Bizantinos omitirían un al final de tres libros mientras que supuestamente

lo añadieron al final de los demás libros—a menos que la inclusión o exclusión verdaderamente refleje el

texto original de cada libro. La mayoría Bizantina nunca fue atraída o influida para hacer tal adición en

estos casos. Aparte de una presunción de prioridad Bizantina, esto evidenciaría un misterio sin explicación.

113

transcripcional es mucho más fácil de aceptar que racionalizar tal lectura más corta como

la fuente de la cual solamente una expansión parcial fue hecha por la mayoría Bizantina.

6. La evaluación primordial de las lecturas debe basarse en la probabilidad

transcripcional. Este principio comenzó con Westcott y Hort, y no tiene debilidades

inherentes. Los escribas sí hacían errores y alteraciones, y las lecturas deben ser

clasificadas y evaluadas según su conformidad a tales tendencias de parte de los

escribas.101 Otros métodos aplican este principio inconsistentemente, más o menos

proporcional con los principios del crítico; así, la aplicación de este principio viene a ser

injustamente parcial.

Un aspecto transmisional necesita reconocerse: Es improbable que un error o

alteración deliberada hecha en un solo MS o en unos cuantos MSS se perpetúen en

grandes números. La existencia de las muchas lecturas singulares y cuasi singulares

demuestra la improbabilidad de una creación transcripcionalmente basada de parte de los

escribas, que se extiende mucho más allá de cualquier MS o MSS que las hayan

producido. Las posibilidades de que cualquier alteración sensata subsiguiente al

autógrafo se extendiera más allá de un pequeño grupo de testigos localizados, serían

escasas. Es más, tales lecturas como las que caracterizan los testigos de textos

minoritarios por lo general son limitadas y localizadas. El que cualquier alteración o

error transcripcional pudiera ganar la cooperación de los escribas hasta dominar toda la

corriente de la transmisión es una proposición nula: Es demostrable que los escribas no

participaban en semejante práctica en gran escala. Ejemplares más antiguos servirían

para anular el crecimiento y la diseminación difundida de alteraciones más recientes de

los escribas, refrenando así la desenfrenada masa de variantes minoritarias. Un corolario

importante sigue:

7. Es más probable que el error transcripcional sea la fuente de muchas de las

variantes lógicas en vez de que sean alteraciones deliberadas. Muchas lecturas variantes

tienen su raíz en causas transcripcionales. Mientras que este principio encierra todos los

casos que producen solo errores, también incluye muchos en que el resultado final de

alguna forma “tiene sentido”. Lecturas lógicas pueden originar de la simple omisión de

una letra, sílaba o palabra; lo mismo puede decirse de lecturas producidas por

haplografía, ditografía, homoiteleutón u otras formas de errores transcripcionales.102 Aun

el error que produjo una lectura disparatada puede resultar después en otras variantes

sensatas, que se crean en un intento de corregir el error más antiguo.

Al examinar cualquier unidad variante, se debe primero considerar si los factores

transcripcionales podrían haber causado una o más de sus lecturas. Una solución más

plausible saldrá de este acercamiento más bien que de una suposición de alteración

deliberada, fenómeno que es menos frecuente. Mientras que muchas lecturas pueden

explicarse solo como resultado de alteración intencional, el principio primordial sigue

siendo que las lecturas variantes tienen una causa transcripcional. Las causa de muchas

101 Ver, por ejemplo, Colwell, “Scribal Habits”, 114-123, donde se clasifica los hábitos de los escribas

individuales de P45, P66 y P75, según su tipo. 102 O sea, saltarse una línea, confusión de letras, errores del oído y malinterpretar.

114

lecturas podría ser error transcripcional accidental, o bien alteración intencional; uno

siempre debe pesar la evidencia antes de decidirse a favor de una causa en lugar de

otra.103

8. No se ha de preferir ni la lectura más corta ni la más larga. El principio de los

eclécticos que se omite aquí es el famoso lectio brevior potior, o sea, dar preferencia a la

lectura más corta, con tal de que los demás factores sean iguales104—principio que ha

sido blanco de ataques aun de parte de los eclecticistas modernos.105 No solamente puede

cuestionarse su legitimidad, sino que fácilmente puede justificarse su rechazo como

principio operativo. El efecto neto de semejante principio es que se produce un prejuicio

a priori en bases internas insuficientes que favorecen el texto alejandrino, que es más

corto. La premisa subyacente es defectuosa: Presupone que los escribas tienen una

constante tendencia de expandir el texto, ya sea con respecto a los nombres propios, o por

una tendencia a combinar narrativas, para que no se pierda nada de lo original.106 No

obstante, los hábitos de los escribas como se ve en los datos existentes sencillamente no

apoyan tal hipótesis. Si los escribas más tardíos hubieran hecho todo lo que se alega que

hacían, el resultante Texto Bizantino sería mucho más largo que el que actualmente se

encuentra: Los títulos divinos estarían extensamente expandidos, los pasajes paralelos

estarían en más armonía, y un texto universalmente combinado dominaría. Tal cosa

simplemente no es el caso.

El problema como siempre es un salto de la crítica textual hasta una conclusión

que ya ha sido refutada por un examen cuidadoso de los datos existentes. Mientras que

los escribas sí participaban en prácticas que producían un texto “más largo”, esto tenía

lugar solo de manera independiente, accidental y esporádica. Tales expansiones

minoritarias entre los escribas pueden discernirse con facilidad en cualquier aparato

crítico (aun entre los testigos Bizantinos) y pueden rechazarse en base de tener apoyo

minoritario. Los escribas sencillamente no expandían ni armonizaban el texto en forma

masiva, y cualquier principio de evidencia interna que sugiere lo contrario, y depende de

lo opuesto, se refuta solo por la evidencia transmisional.107

103 Por ejemplo, la variante más corta en Lucas 6:1 carece de la palabra . Mientras podría

explicarse que tal cosa se debe a simple homoioteueuton (-), la naturaleza difícil de la lectura más

larga sugiere que hubo alteración intencional de parte de un número limitado de escribas. Ver Robinson,

“Recensional Nature”, 59-61. 104 Los factores casi nunca son iguales; la causa de las lecturas más cortas puede ser errores

transcripcionales o por quitar intencionalmente una dificultad percibida. Tales prácticas tergiversan la

evidencia y minimizan cualquier beneficio que se pueda derivar del principio (el que se basa en una

premisa cuestionable de la expansión continuada de los escribas.) 105 Ver, por ejemplo, Elliott, “Recent Studies”43: “Mis propias observación es que en general el texto más

largo es el original”. 106 Ésta es la razón fundamental con Metzger, Text of the NT, 200: “En vez de tomar una decisión... (con la

posibilidad concomitante de omitir la lectura genuina), la mayoría de los escribas incorporaban ambas

lecturas en la nueva copia que estaban transcribiendo”. Tal afirmación simplemente no es cierta (cf. la nota

25 más arriba). 107 Metzger a menudo apela a supuestas propensiones de los escribas para desacreditar y eliminar las

lecturas Bizantinas; y sin embargo, solamente una minoría de escribas deberían implicarse en cualquier

punto. Cf. Metzger, Textual Commentary, xxvi-xxvii; y ejemplos como Mateo 1:7-8; 4:10; 5:22; 9:8; 11:15

y pássim.

115

El principio contrario—que la lectura más larga debería preferirse—se rechaza

por igual. Unos cuantos argumentan así, tales como A. C. Clark y C.-B. Amphoux,

quienes favorecen el tipo occidental de texto,108 pero tal no puede aplicarse

mecánicamente al texto, ni tampoco el principio de preferir la “lectura más corta”, a pesar

de cualquier lógica aparente o plausibilidad que pueda aducirse. Tal principio

simplemente no funcionará en un marco transicional. Es más, tiene un prejuicio similar

que favorece el texto occidental, así como la “lectura más corta” favorece el texto

alejandrino. Elementos que revelen consideraciones “normales” no deberían derrocarse o

negarse en bases de un prejuicio que sea parte íntegra de un principio de la crítica textual.

Principios de evidencia externa

El método de la prioridad Bizantina examina la evidencia como consideración

primaria centro de un marco transmisional-histórico. El asunto clave en cualquier unidad

de variación no es el mero número, sino cómo cada lectura puede haberse originado y

desarrollado en el curso de la transmisión para producir todas las alineaciones y

agrupamientos textuales que existan. Para este fin hay que aplicar, a cada lectura dentro

de una unidad de variantes, una cuidadosa consideración y aplicación de varios principios

externos.109 Algunos de estos criterios se usan entre varias metodologías eclécticas, pero

ninguno demuestra una clara conexión a factores transmisionales-históricos bajo tales

sistemas.

1. La cantidad de la evidencia preservada para el texto del NT excluye las

enmiendas conjeturales. El texto del NT ha sido preservado hasta tal punto que excede

toda la literatura de la antigüedad que se haya preservado en copias escritas a mano. Así,

la probabilidad de que las enmiendas conjeturales pudieran restaurar el texto original del

texto es prácticamente cero. Mientras que otros críticos no excluyen la enmienda

conjetural como posibilidad, la conjetura no se hace un hueco serio en la práctica

contemporánea, ni tampoco hay necesidad apremiante para tal.110 La conjetura arguye un

108 Ver Albert C. Clark, The Primitive Text of the Gospels and Acts (Oxford: Clarendon, 1914); ídem, The

Descent of Manuscripts (Oxford: Clarendon, 1918); Léon Vaganay y Cristian-Bernard Amphoux,

Introduction to New Testament Textual Criticism (Cambridge: University Press, 1992). 109 Cf. los siete cánones de John W. Burgon, The Traditional Text of the Holy Gospels: Vindicated and

Established, ed. Edward Miller (London: George Bell and Sons, 1896), 40-67. Cinco de los cánones de

Burgon tratan con evidencia externa (Antigüedad, Númer, Variedad, Respetabilidad de Testigos,

Continuidad) y dos con evidencia interna (Contexto y “Consideraciones Internas”, lo cual incluye asuntos

gramaticales y continuidad lógica). Los siete cánones de Burgon permanecen válidos, y pueden aplicarse

dentro de un marco transmisional. No obstante, se puede hacer una modificación de las posturas más

extremas de Burgon antes de que se puedan discernir claramente sus principios más valiosos. Estos

incluyen su retórica, a menudo abusiva, y su grandilocuencia, su llamada a argumentos teológicos

especulativos, y varios errores de hecho, que ahora se sabe que existen en sus explicaciones de la evidencia

en cuanto a los manuscritos y versiones, y los Padres de la iglesia. 110 Hechos 16:12 en UBS4/NA27 es una excepción ecléctica moderna; ver Metzger, Textual Commentary en

loc. La percepción de un posible error histórico ha causado que los editores ofrezcan una solución

conjetural, a pesar de la disensión de tanto Metzger como Aland. No obstante el apoyo limitado de las

versiones (vgmss, eslav, Provençal, Alemán Antiguo), a todos los efectos prácticos, la conjetura permanece,

carente de apoyo griego. Nótese que Westcott y Hort no admitían ninguna conjetura a su texto real, aunque

sí identificaron muchos lugares donde se alegaba que un “error primitivo” había corrompido la tradición de

los MSS.

116

modelo histórico que requiere una catástrofe transmisional sin paralelo en la que todos

los testigos conocidos—de manuscritos, de las versiones y de los Padres de la iglesia—no

preservaron el texto original en un lugar dado. Dada la cantidad de la evidencia

neotestamentaria, tal viene a ser dudoso en extremo, y si de otra manera fuera válido,

pondría en cuestión cada palabra presente en cualquier manuscrito existente.111

2. Lecturas que aparecen esporádicamente dentro de la historia transmisional

son sospechosas. Suponiendo que la transmisión de los manuscritos ha sido

generalmente normal, el texto original debe dejar una impresión significativa a través de

la historia transmisional. Óptimamente, una lectura original debería demostrar una

continuidad de perpetuación desde el autógrafo hasta el invento de la imprenta. Lecturas

que no encajen con este criterio tienen una autenticidad inicial presuntiva que no puede

fácilmente destruirse. Ciertos corolarios dicen:

a. Una lectura preservada en un solo MS, versión o Padre es sospechoso. Como

con la conjetura, sigue siendo transmisionalmente improbable que todas las MSS,

versiones y Padres excepto uno se hayan desviado de la lectura original. Aun si algunos

testigos se consideran “los mejores” dentro de una porción dada de texto, sigue siendo

improbable que cualquiera de tales testigos de por sí solo pudiese haber preservado el

texto original contra todos los demás testigos. Así también el siguiente corolario:

b. Lecturas preservadas en un pequeño grupo de testigos son sospechosos. Así

como es el caso con un solo testigo, es improbable que lecturas preservadas en solo dos

testigos hayan preservado la lectura original contra todos los demás testigos. Este

principio se puede extender a otros grupos pequeños, ya sean tres o cuatro MSS, o aun

más, con tal de que tales grupos permanezcan más pequeños que un tipo de texto más

grande (lo cual se trata bajo otros principios). Tales casos indican solamente una

transmisión esporádica o limitada.

3. Una variedad de testigos se tiene en alta estima. Este principio se dirige a dos

áreas, ninguna de las cuales es suficiente para establecer el texto, pero cualquiera de las

dos presta apoyo a una lectura dada.

4. Una lectura apoyada por varias versiones y Padres demuestra una variedad

más amplia de apoyo que una lectura que carece de tales. Cuanto más grande la

variedad de apoyo, tanto más peso se presta a una lectura. Sin embargo, si una lectura

posee solamente apoyo de las versiones o de los Padres sin que haya evidencia en la

tradición de los manuscritos griegos, semejante lectura es secundaria. Testimonio aislado

de los Padres o de las versiones no es suficiente para derrocar la lectura que tenga el

apoyo más fuerte de la base de los MSS griegos.

b. Entre los MSS griegos, una lectura que se encuentre en varios tipos de texto

tiene apoyo más fuerte que una que esté localizada entre un solo tipo de texto o grupo

familiar. La diversidad de apoyo para una lectura es mucho más fuerte que el testimonio

111 Elliott, “Recent Studies”, 43, escribe que “los manuscritos son de importancia principalmente como

portadores de lecturas”, y excluye la conjetura en base de que “es improbable que el texto original no haya

sobrevivido en algún lugar dentro de los manuscritos conocidos”.

117

de cualquier manuscrito individual o pequeño grupo de MSS.112 Lo que muchos pasan

por alto es el hecho de que el Texto Bizantino es el beneficiario más frecuente de tal

apoyo diverso: Hay mucho más casos en los que existe un alineamiento alejandrino-

Bizantino u occidental-Bizantino, que un alineamiento alejandrino-occidental, en que el

Bizantino se queda totalmente aparte.113 De hecho, si todas las lecturas alejandrino-

Bizantinas u occidental-Bizantinas contenidas en los MSS, los Padres y las versiones se

considerasen como representantes primordialmente del Texto Bizantino (de acuerdo con

la presente hipótesis), todos los testigos parecerían mucho más “Bizantinos” de lo que

parece con los métodos que excluyen tales lecturas de consideración como Bizantinos. El

cualquier caso los alineamientos específicos de tipo de texto, naturalmente permanecen

distintos en bases de análisis cuantitativas.114

4. Donde sea posible, el número crudo de MSS debe reducirse inteligentemente.

Se acepta el “método genealógico” siempre y cuando tal puede establecerse firmemente.

Los grupos “familiares” como f1 y f13 desde hace tiempo se citan bajo una sola sigla, y se

112 Ver Harold Greenlee, Introduction to New Testament Textual Criticism (Grand Rapids: Eerdmans,

1964) 115-116. “Si una lectura tiene el apoyo de buenos testigos de varios tipos de texto, es más probable

que la lectura preceda el origen de los textos locales en vez de haberse originado en uno de los textos

locales”. Dentro de la presente teoría, se considera que el Texto Bizantino es aquel del cual se derivan, a

fin de cuentas, todos los grupos minoritarios; no obstante, el principio de Greenlee todavía se aplica con

igual validez al evaluar el apoyo externo. 113 Esta categoría no incluye lo que Westcott y Hort calificaron de lecturas Bizantinas “distintivas”, o sea,

aquellas que completamente carecen de atestiguación de parte de los Padres ante-Nicea, de las versiones, o

MSS. Mientras que la definición de Hort era defectuosa, presuponiendo una revisión formal de 350 d.C.,

sigue siendo un criterio razonable para identificar lecturas Bizantinas que de otro modo no son atestiguadas

de la era de antes del siglo IV. Los antiguos papiros han quitado algunas lecturas que antes se habían

considerado “distintivas” de esta categoría pequeña; ver Harry A. Sturz, The Byzantine Text-Type and New

Testament Textual Criticism (Nashville: Thomas Nelson, 1984) 55-69, 145-208. Algunos críticos adversos

han malinterpretado a Sturz; no obstante, la definición contextual trata solamente del estado de la evidencia

en el día de Hort, y los descubrimientos modernos con los papiros en efecto han refutado las afirmaciones

de que ninguna lectura Bizantina “distintiva” pudiese haber existido antes del año 330 a.C. Uno debería

reconsiderar las afirmaciones futuras al respecto, a la luz de posibles descubrimientos futuros. 114 Cf. Darrell D. Hannah, The Text of 1 Corinthians in the Writings of Origen, The New Testament in the

Greek Fathers: Texts and Analyses 4, ed. Bart D. Ehrman (Atlanta: Scholars Press, 1997) 269, 271-272.

Hannah muestra claramente (Tablas I y II) que (como había de esperarse) “el texto de Orígenes es

completamente alejandrino” en esa epístola (promedio, alrededor de 77%). No obstante, cuando se toman

en consideración los alineamientos Bizantino-alejandrinos, Orígenes es aproximadamente 60% Bizantino—

y esto es una situación en que los mismos MSS alejandrinos B C son como 51% Bizantinos (Tablas II-V,

273-4). Cf. la afirmación paralela de Burgon en cuanto a loa Padres antiguos (Burgon, Traditional Text

101): “Por tanto, el testimonio de los Padres Antiguos ... enfáticamente favorece el Texto Tradicional,

siendo aproximadamente 3:2”. El asunto no es que las ediciones patrísticas de Burgon no fueran críticas;

los datos de Hannah son claros: Orígenes, el escritor patrístico más “patrístico”, sí sigue 3:2 (unos 60%)

con el Texto Bizantino en 1 Corintios. Nadie debería sorprenderse si la proporción aumentara entre otros

Padres en las ediciones críticas modernas. Sin embargo, este tipo de alineamiento Bizantino se verá

solamente si los estudios textuales patrísticos exhiben sus estadísticas de manera paralela al de Hannah. No

obstante, el estudio de Hannah es defectuoso por cierto razonamiento circular que se basa en una

presuposción a priori: “El concuerdo relativamente alto de Orígenes (62%) con [el] Bizantino ... resulta

del hecho de que testigos alejandrinos y Bizantinos comparten una misma lectura... El Texto Bizantino fue

construido de una mezcla de lecturas alejandrinas y otros elementos... [Estos resultados son] justamente lo

que esperaríamos si de hecho es un texto tardío que originó durante el siglo IV” (Hannah, 292, énfasis

añadida).

118

sabe que unos cuantos MSS son copias de testigos existentes más antiguos. En muchos

otros casos se puede establecer una relación genealógica más estrecha, y así los números

pueden reducirse como es debido. A veces se puede demostrar que un grupo de MSS

resulta de un solo escriba con un solo ejemplar (o sea, los ocho MSS que fueron copiados

por George Hermonymus o los siete que fueron copiados por Theodore Hagiopetrites);

otros MSS resultan de una misma recensión (por ejemplo, los aproximadamente 124 MSS

del comentario de Theophylact sobre Juan, los cuales difieren tan poco el uno del otro

que el arquetipo Juanito de Theophylact puede reconstruirse fácilmente). Tales

reducciones numéricas restauran el texto fuente de los descendientes y evitan una

multiplicación de los totales para solamente tener más números. Esto también incluye el

agrupamiento de los varios subtipos Bizantinos (Kl Ka Ki etc.) según sus arquetipos

hipotéticos; después éstos vienen a ser fuentes individuales de nivel secundario dentro del

tipo de Texto Bizantino. Se sabe que el subtipo Kf en particular es tardío y secundario,

habiendo sido producido del tipo Kx por intereses leccionarios y litúrgicos. Los MSS de

ese subtipo se parecen el uno al otro mucho más que al tipo dominante Kx. Cuando

pueden establecerse lazos genealógicos reconocibles, los MSS se pueden agrupar bajo su

arquetipo reconstruido, y se pueden reducir a una sigla común, donde el número no pesa

más que su arquetipo.

Lo que no es legítimo es forzar el método genealógico a hacer más que lo que

puede hacer, e imponer una genealogía que trate todo un tipo de texto como un solo

testigo. Menos legítimo es alegar que un tipo de texto, o unos tipos de texto dados, son

la(s) supuesta(s) fuente(s) de otros tipos de texto sin que haya evidencia transmisional

demostrable. Tal fue la esencia del árbol genealógico hipotético y alegaciones

subsiguiente que se hicieron con la única intención de desacreditar el tipo de Texto

Bizantino. En bases de consideraciones transmisionales, la hipótesis de la prioridad

Bizantina alegaría que sería más probable que la forma original del NT se manifestara

dentro de cualquier tipo de texto que fuera inmensamente atestiguado dentro de la

tradición de los manuscritos, con exclusión de todos los demás. Tal cosa apela a la

“normalidad”, y es mucho más plausible que una tedia reconstrucción ecléctica de un

“original” hipotético que no tiene ningún representante entre los testigos existentes. El

tipo de texto que, en bases de factores transmisionales, parecería poseer más derecho de

poseer el texto original puede llamarse la “forma textual” del cual necesariamente se

derivan todos los demás tipos y subtipos de texto. La presente teoría afirma que el

Bizantino es el que suple mejor este requisito, de ahí el término “[forma de] Texto

Bizantino”. Todas las formas rivales del texto representan “tipos de texto”, “subtipos” o

“familias”, cada una de las cuales se desarrolló transmisionalmente de ese tipo de texto

original.

5. Todavía hay que pesar los manuscritos, y no meramente contarlos. El

principio previo abarcaba la reducción inteligente de los testigos basándose en lazos

genealógicos comprobados. Y sin embargo, todos los manuscritos aún necesitan ser

clasificados con respecto a su valor y “peso” para la crítica textual. Un componente

básico del “peso” es la confiabilidad transcripcional de un MS. Un MS tardío puede

preservar una forma más antigua de texto; un MS bien copiado puede preservar una forma

inferior de texto; y MS mal copiado puede preservar un texto que por lo demás es una

forma superior de texto. Los efectos sobre la transmisión causadas por la práctica de los

119

escribas individuales deben tomarse en consideración cuando se asigna un “peso” a un

MS dado en cualquier punto de variación. Así, una determinación de hábitos individuales

de escribas viene a tener suma importancia. Un MS cuyo escriba tenía inclinación por la

haplografía o por cambios en el orden de las palabras sería de menos importancia al

evaluar las lecturas variantes que sean análogas a tales tipos de error. Un escriba cuyos

problemas hayan comprendido ditografía o frecuentes reemplazos de sinónimos será de

menos peso con respecto a lecturas que tengan esos tipos de variación. El estudio de los

hábitos de los escribas en los MSS individuales no se ha hecho en gran escala, no

obstante, la alegación que tanto se ha repetido de que el “peso” prevalece sobre el mero

“número” (uno sospecha que este lema se usa más bien para desacreditar la mayoría

numérica del Texto Bizantino en lugar de ser un llamamiento para establecer sobre tierra

sólida el “peso” texto-crítico de un MS individual). Mucho más necesita hacerse al

respecto, ya que los estudios que han aparecido hasta ahora han sido solamente

preliminares.115 Una evaluación de hábitos de los escribas individuales permitirá una

mejor percepción de la significación de MSS individuales cuando apoyan o se oponen a

variantes dadas.

6. Es importante buscar lecturas de demostrable antigüedad. Mientras que la

edad de un MS no es tan significante como el texto que contiene (el cual se deriva de una

fuente más antigua), es importante determinar la atestación más antigua para una lectura

variante entre la evidencia existente. Una lectura que carece de siquiera una pizca de

apoyo antiguo puede ser sospechosa. Esto es especialmente así cuando el testimonio más

antiguo para una lectura dada ocurre bastante tarde en el proceso transmisional.

Un problema que existe es decidir entre “tardío” y “antiguo”. Mientras que las

lecturas que se encuentran en fuentes de una fecha dada son por lo menos tan viejas como

los testigos involucrados, silencio en el período más primitivo (debido al número

pequeño de la evidencia) no requiere el rechazo de dichas lecturas únicamente porque

carecen de atestiguación antigua. Cuando el testimonio existente disminuye, alguna

pérdida de atestiguación ha de esperarse, y lecturas que carezcan de atestiguación en el

período primitivo no se pueden desechar a priori. A este punto la falla metodológica

neutraliza a Westcott y Hort, puesto que los descubrimientos subsiguientes han

establecido la existencia primitiva de muchas lecturas que ellos habían considerado

tardías y secundarias. Si tal información hubiera estado al alcance de ellos, no podrían

haber desechado esas lecturas tan fácilmente. En verdad, si la mayoría de las lecturas

115 Los estudios limitados de las inclinaciones de los escribas incluyen lo que sigue: Colwell, “Scribal

Habits”, Methodology, 106-124; James R. Royse, “The Treatment of Scribal Leaps in Metzger’s Textual

Commentary”, NTS 29 (1983) 539-551; ídem, “Scribal Tendencies in the Transmission of the Text of the

New Testament”, en Ehrman y Holmes, Text of the NT, 239-252; ídem, “Scribal Habits in the Transmission

of New Testament Texts”, en Wendy D. O’Haberty, ed., The Critical Study of Sacrdd Texts (Berkeley:

Graduate Theological Union, 1979) 139-161; Peter M. Head, “Observations on Early Papyri of the

Synoptic Gospels, especialmente sobre los hábitos de los escribas, “Scribal Habits”, Biblica 71 (1990) 240-

243; idem, “Re-Inking the Pen: Evidence from P. Oxy. 657 (P13) concerning Unintentional Scribal Errors”,

NTS 43 (1997) 466-73; y Maurice A. Robinson, “Scribal Habits among Manuscripts of the Apocalypse”

(Tesis para doctorado, Seminario Teológico Bautista del Sureste, 1982).

120

sensatas ya estaban en existencia para el año 200 d. C.,116 debería usarse precaución al

establecer la antigüedad de una lectura que se base solamente en representantes

existentes. Se sabe que los MSS que son cronológicamente “tardíos”, de dentro de la era

de las minúsculas, preservan textos no Bizantinos más antiguos; no hay razón para

suponer que las minúsculas que preservan un texto de tipo Bizantino no pudieran

atestiguar un carácter de lecturas “antiguas”.117 ¿Dónde, pues, podría hacerse una

demarcación? Mientras que algunos pueden preferir un límite desde el siglo IV, no hay

razón irresistible para descalificar el siglo V o el VI, o aun el siglo IX o el X. El

verdadero asunto parece ser una oposición a dar cualquier entrada el Texto Bizantino.

No obstante, hay razones válidas para considerar que todos los textos de todos los MSS

que se extiendan a fines del siglo X o a principios del XI son “antiguos”. Una

explicación está en orden:

Aparte de la información de los colofones, que dan el tiempo de la escritura y la

edad del ejemplar, no se puede establecer la antigüedad exacta del texto de ningún MS.

Ya que no existen colofones en tal detalle, otros medios de fijar la antigüedad de los

textos tienen que considerarse. Pertinente para este punto son dos trastornos de mayor

categoría dentro de la historia transmisional: “revoluciones de copistas”, en que

numerosos MSS antiguos fueron copiados de manera masiva, reemplazando sus previos

ejemplares en masa.

(a) La primera “revolución de copistas” ocurrió cuando el cristianismo fue

legitimado bajo Constantino. La iglesia de principios del siglo IV cambió de ser una

minoría perseguida a una entidad aprobada patrocinada por el gobierno. No es casualidad

que en este tiempo ocurrió un cambio en el material de escritura (del papiro, barato y

frágil, a la vitela, costosa y duradera). Los más antiguos de los MSS de vitela existentes

(por ej., los unciales , A, B, C, D y W) y muchos otros unciales deben haberse copiado

directamente de ejemplares en papiro. Esto es demostrado por la falta de lazos

estemáticos o genealógicos entre los testigos más antiguos de vitela y papiro.118 Es

probable que los arquetipos comunes de unciales estrechamente relacionadas como

EFGH o SUVΩ así como los de los unciales relativamente “independientes” hasta el

siglo IX, hayan sido ejemplares antiguos en papiro. Este principio no se habría pasado

por alto si los unciales más tardíos no hubieran sido de tipo Bizantino. Si este principio

es correcto, entonces todos los unciales en vitela deberían utilizarse en el intento de

restaurar el texto original del NT: Sus arquetipos inmediatos por lo general habrían

116 Colwell, “Nature of Text-Types”, Methodology, 55: “La mayoría abrumadora de las lecturas fueron

creadas antes del año 200” [énfasis original]. 117 Cf. Nigel G. Wison, “The Libraries of the Byzantine World”, Greek, Roman, and Byzantine Studies 8

(1967) 71-72: “El historiador George Syncellus, escribiendo alrededor del año 800, dice que él encontró

algo en un tomo que se había copiado con esmerada exactitud ... [cuyo ejemplar] había sido corregido por

el mismo San Basil. Esto quiere decir que libros que datan del siglo III todavía podrían ser traídos a la luz

en el IX”. 118 Los estrechos vínculos entre P75 (descubierto en 1955) y B confirmaron la antigua evidencia del texto

alejandrino que de otro modo habría sido cuestionada en vista de los previos descubrimientos entre los

papiros. Uno debería considerar el posible descubrimiento de futuros vínculos entre otros unciales

existentes en vitela y sus antepasados basados en papiros.

121

precedido al cambio de materiales de escritura que fueron engendrados por el estado

político de la iglesia previamente perseguida.119

(b) La segunda “revolución de copistas” ocurrió en el siglo IX cuando la letra

cambió rápidamente de escritura uncial a minúsculas.120 Este cambio probablemente fue

iniciado o al menos endosado por Teodoro de Estudio y fue rápidamente aceptado por

todo el mundo de habla griega como reemplazo para la escritura uncial, que era más

pesada y laboriosa. Dentro de un siglo y medio, la escritura uncial había dejado de existir

entre los MSS neotestamentarios de texto continuo, y poco después, desapareció aun de

los leccionarios más tradicionales y conservadores. El resultado de esta revolución de los

copistas fue similar a lo que sucedió después de la conversión de papiro a vitela del siglo

IV: Los MSS unciales fueron copiados en grandes cantidades en la escritura minúscula,

nueva y popular, y después fueron destruidos.121

Así, una suposición muy fuerte existe de que los ejemplares de los MSS

minúsculos más antiguos que no pertenecen a una misma familia, eran unciales que

databan de un tiempo mucho más antiguo. Éstos incluyen las minúsculas de los siglos IX

y X, y probablemente del XI también. Es cierto que estos ejemplares no eran unciales

contemporáneos recién copiados (la destrucción de los ejemplares recientes sería

económicamente problemático), sino ejemplares mucho más antiguos que datarían de los

siglos IV-VI. Éstos habrían sido buscados tanto por su exactitud en general como por su

antigüedad.122 Como señaló Streeter:

En el siglo IX hubo un notable avivamiento de erudición en el imperio Bizantino.

Un resultado natural de esto sería hacer que los estudiosos cristianos busquen un mejor

texto de los Evangelios comenzando desde los textos actuales hasta los MSS más

antiguos... Una analogía puede encontrarse en el efecto del avivamiento del saber bajo

Carlomagno en el texto de los clásicos en latín. Los MSS de los siglos VII y VIII ...

están llenos de corrupciones que no se encuentran en los MSS del período

subsiguiente.123

119 Mientras que MSS del NT continuaron copiándose hasta al menos el siglo VIII, ninguno de los papiros

en papiro más allá de P78/B se relaciona cercanamente con ningún testigo de los unciales. Tampoco parece

que ningún papiro existente de fecha tardía haya sido copiado de ningún MS existente en vitela. Los

papiros y los MSS unciales todos parecen haber venido de líneas de transmisión aisladas e independientes. 120 Elpido Mioni, Introduzione alla Paleografia Greca, Studi Bizantini e Neogreci 5 (Padova: Liviana

Editrice, 1973) 64, escribe que “tal reforma era ‘la más profunda que la letra griega había sufrido en sus

2500 años de existencia’” (traducción del italiano por el Dr. Maurice Robinson). 121 Mioni, Introduzione, 64, escribe: “Al principio del siglo IX la transliteración ... de muchas obras de

escritura mayúscula a minúsculas comienza ... Por un lado, esta transformación provocó la destrucción

irreparable de prácticamente todos los códices en unciales, que no se volvieron a copiar; por otra parte,

esta transliteración vino a ser la salvación para la humanidad de numerosas obras que de otra manera se

habrían perdido irreparablemente” (traducción del italiano por Maurice Robinson; énfasis añadido). 122 Por ejemplo, Paul Gachter, “Codex D [05] and Codex A [039]”, JTS 35 (1934) 248-266, reúne evidencia

que sugiere que el uncial Bizantino A/039 del siglo IX “ciertamente tiene algo de la autoridad de un

manuscrito del siglo IV o del V” (265) y “[¡]podría probarse que esté en una cercana relación con un

manuscrito del siglo III [!]” (266). 123 B. H. Streeter, “The Early Ancestry of the Textus Receptus of the Gospels”, JTS 38 (1937) 229.

122

La desaparición de aquellos ejemplares unciales se debe a la “instante calidad de

obsoletos” después del cambio a la nueva escritura minúscula. Una vez copiados, los

ejemplares unciales aparentemente fueron hechos pedazos y usados para propósitos

seculares, o fueron lavados y raspados, y usados como palimpsestos para obras sagrados

y seculares.124 Tal es el entendimiento correcto del status “huérfano” de las minúsculas

antiguas según Lake, Blake y New;125 Tal es el entendimiento correcto del status

“huérfano” de las minúsculas antiguas según Lake, Blake y New:126 El que este

procedimiento ocurrió en gran escala es demostrado por la escasez de MSS unciales en

contraste a la gran cantidad de MSS con letras minúsculas, como se ve en la siguiente

tabla:127

124 Lo que se sabe del uso de nuevo de manuscritos unciales palimpsestos para recibir copias de minúsculas

de texto continuo y leccionarios ilustra el uso sagrado. El uso teológico lo ejemplifica el Códice Efraemi

Rescriptus (C/04), que se volvió a escribir con los sermones de Efraemi de Siria. Un ejemplo del uso

profano se ve en el fragmento leccionario L-974 (siglo XIII) que había sido cortado para servir se forro

para una zapatilla (ver Aland y Aland, Text of the NT, grabado 53). 125 Kirsopp Lake, “The Ecclesiastical Text”, Excursus 1 en Kirsopp Lake, Robert P. Blake, y Silva New,

“The Caesarean Text of the Gospel of Mark”, HTR 21 (1928) 348-349: “Muchos de los MSS que ahora

están en el Sinaí, en Patmos y en Jerusalén deben ser copias escritas en los escritorios de estos monasterios.

Esperábamos encontrar ... muchos casos de copias hechas directamente. Pero prácticamente hoy hay casos

... La cantidad de genealogía directa que ha sido detectada ... es insignificante... Hay ... familias de primos

lejanos—pero los manuscritos ... son casi todos hijos huérfanos sin hermanos o hermanas... Es difícil

resistir la conclusión de que los escribas usualmente destruyeron sus ejemplares cuando ya habían copiado

los libros sagrados”. Carson, KJV Debate, 47-48, especialmente 47, n. 5, alega que esta declaración

comprende “una falacia lógica”. Pero esto implica erróneamente a Lake, Blake y New, quienes

argumentan solamente que la falta de conexión genealógica entre las minúsculas sugiere una extensa

destrucción de sus ejemplares inmediatos unciales en el tiempo de la conversión de la escritura uncial a la

minúscula. Lake, Blake y New tal vez dan una información confusa en este punto, pero ciertamente no una

“falacia lógica”. 126 Ver L. D. Reynolds y N. G. Wilson, Scribes and Scholars: A Guide to the Transmission of Greek and

Latin Literature, 3ra ed. (Oxford: Clarendon, 1991) 58-61, con respecto al “Renacimiento del siglo XIX”

(58): “El texto de casi todos los autores depende a fin de cuentas de uno o más libros escritos con escritura

minúscula a esta fecha [siglo IX] o poco después ... La cantidad de literatura que está a nuestra disposición

de los papiros y los manuscritos unciales, es solamente una proporción pequeña del total”; también, “Otra

suposición que por lo general se hace en cuanto a cada copia minúscula, es que se había hecho de un

manuscrito uncial. Después este libro uncial había sido descartado, y el libro en minúsculas había venido a

ser la fuente de todas las copias sucesivas. Esta teoría tiene cierta justificación a priori por dos razones:

[1] La tarea de la transliteración de una escritura que se volvía cada vez menos familiar, no se haría

gustosamente más de lo que fuese absolutamente necesario; [2] hay por lo menos alguna posibilidad de que

luego de la destrucción de los siglos anteriores, muchos textos sobrevivieron en una sola copia” (60).

Mientras que Reynolds y Wilson admiten que “estos argumentos no constituyen prueba, y hay casos que

pueden explicarse solamente con más hipótesis” (60), los casos más complejos que se citan en realidad son

paralelos a la situación en el NT griego, en que muchos MSS unciales reflejan corrientes textuales diversas

parecen haberse copiado independientemente en la escritura minúscula, después de lo cual los ejemplares

unciales fueron destruidos. 127 Los datos se toman de Aland y Aland, Text of the NT, 81, Tabla 4: “Distribution of Greek manuscripts

by century”.

123

0

100

200

300

400

500

600

II III IV V VI VII VIII IX X XI XII XIII XIV XV XVI

Esta dicotomía es evidenciada aun desde principios de la era de las minúsculas

cuando coexistían ambas formas de escribir.128 Los MSS en minúscula del siglo IX hasta

tal vez la primera mitad del siglo XI muy probablemente representarían ejemplares

unciales mucho más antiguos que aquellos unciales que datan del siglo IX. Así, es

probable que muchos minúsculos estén solamente a dos o tres generaciones de los

antecesores del siglo IV o antes, y quizás aún más cercanos. No existen indicadores de

tal posibilidad, y la naturaleza estemática independiente de la mayoría de testigos entre

los manuscritos antiguos en minúscula (con su status de “huérfano” según Lake, Blake y

New) incrementa la posibilidad y probabilidad de semejante caso.129 Llega a ser

128 Lake, “Ecclesiastical Texts”, 348, pregunta correctamente: “¿Por qué hay solo unos cuantos fragmentos

(hasta en las dos más antiguas de las colecciones monásticas, Sinaí y San Saba) que vienen de una fecha

más antigua que el siglo X? Debe haber existido varios miles de manuscritos de los evangelios en los

grandes días de la prosperidad Bizantina, entre el siglo IV y el X. Actualmente hay en existencia un

número demasiado pequeño”. 129 Ciertos partidarios del texto mayoritario han argumentado que solamente los MSS Bizantinos se

consideraban “buenos” y se gastarían por tanto uso. Los MSS que se consideraban deficientes

supuestamente se hicieron a un lado, y esto explica su preservación. Tal aseveración, sin embargo, acusa

inclusive los MSS Bizantinos antiguos. Este argumento es engañoso en el mejor de los casos, y no toma en

cuenta la totalidad de los datos. No hay evidencia para apoyar la idea de la preservación selectiva basada

en el tipo de texto que contenía un MS. El hecho de que los MSS desaparecieron con más frecuencia

durante las dos “revoluciones de copistas” es una explicación para una cantidad mucho más grande de

pérdida y destrucción que el desgaste normal. Tal conversión presupone que el producto tardío será

proporcional al estado previo de la evidencia contenida en los manuscritos; no requiere que los pocos MSS

y fragmentos que sobrevivirían del período antiguo mantuvieran una proporción similar en una

supervivencia minoritaria al azar. La selectividad basada en el tipo de texto contenido en un MS no parece

haber sido un factor en cuanto a copiar o la preservación de los MSS. En el mejor de los casos, los MSS que

se seleccionaran para conversión durante cualquier revolución de copias se considerarían “buenos” con

respecto al carácter de los escribas, pero esto no dice nada de la calidad del texto. Muchos escritores

abogaban por excelencia de los escribas en cuanto a exactitud y ortografía (inclusos Casiodoro y Teodoro

de Estudio). Pocos escribas desearían gastar tiempo, energía o finanzas en copiar, corregir o descifrar MSS

de calidad inferior.

Tabla 1: Los MSS de texto continuo existentes que datan de los siglos II-XVI

124

presuntuoso suponer de otra manera, sobre todo cuando los eclécticos modernos ya

reconocen que contienen textos “antiguos” (definidos, por su puesto, por su naturaleza no

Bizantina). Como escribiera Scrivener en 1859:

Creo que nadie jamás ha afirmado … que la masa de los documentos en cursiva son

copias de los unciales aún existentes: este hecho no se ha sospechado en ninguna

instancia, y cierto es que tal nunca se ha comprobado … Es suficiente que tal origen

[antiguo] es posible, de manera que es a la vez irrazonable e injusto excluirlos de ser una

“voz determinante” (desde luego, juntamente con otros) en cuestiones de lecturas

dudosas.130

Es básicamente un prejuicio a priori contra los unciales Bizantinos y las

minúsculas antiguas lo que previene su reconocimiento como preservando un tipo de

texto muy antiguo. Si de hecho tales MSS son portadores de tradición antigua, no se

puede establecer una fecha de exclusión antes de al menos el siglo XI. Nótese que la

teoría de la prioridad Bizantina no se mantiene ni se cae basada en una fecha tope tardía;

la teoría podría proceder en más o menos la misma forma si el fin del siglo VI fuera la

fecha de más tardar.131 No obstante, si existe una fuerte suposición de que (por lo menos)

las minúsculas más antiguas preservan un texto mucho más antiguo, no se podría poner

una fecha límite más antigua excepto en riesgo de eliminar la evidencia de muchos MSS

“tardíos” que contengan textos que no representen ejemplares “antiguos” que abarquen

una amplia gama cronológica y geográfica.

7. Es improbable que el concepto de un solo MS “mejor” o de un grupo pequeño

de MSS tengan evidencia transmisional a su favor. Mientras que se puede considerar que

ciertos MSS “antiguos” son de calidad superior en cuanto a la habilidad de sus escribas

para copiar, o respecto al tipo de texto que contienen, semejantes cualidades no

necesariamente califican tales MSS como autoritativos. Repito: MSS tardíos contienen

130 Scrivener, Codex Augiensis, viii, énfasis original. La declaración clara de Scrivener debe contrastarse

una vez más con las aseveraciones “revisionistas” de Wallace (Wallace, “Revisionism”, 283). El mismo

Scrivener (Codex Augiensis, vi) rotundamente contradice a Wallace: “Si a mi juicio el texto de Elzevir

[TR] en general se aproxima más a los sagrados autógrafos … es solamente porque creo que tiene major

atestiguación” (énfasis agregado). En una carta escrita hacia el fin de la vida de Scrivener (18 de

noviembre de 1889), Scrivener escribió: “Rechazo las teorías infundadas del Dr. Hort tan rotundamente

como él [=Burgon], y estoy contento de ver que no van tomando auge ... [aunque] estoy a tierra mediana

entre las dos escuelas, inclinándome hacia Burgon mucho más que hacia Hort” (Edward Meyrick

Goulburn, John William Burgon, Late Date of Cichester: A Biography, 2 vols. [Londres: John Murray,

1892] 2:229, énfasis añadida). Wallace intenta probar demasiado cuando acusa a los partidarios pro-

Bizantinos con tendencias revisionistas. No hay necesidad de sustituir con un “nuevo revisionismo” que

distorcione la postura de Scrivener meamente para desacreditar las afirmaciones de los partidarios del

Texto Bizantino. 131 Scrivener antes había sugerido el siglo X como fecha tope apropiada (Codex Augiensis, XX), pero más

tarde modificó la fecha tope, escribiendo que es “donde hay un acuerdo real entre todos los documentos

que contienen los Evangelios hasta el siglo VI, y en otras partes del Nuevo Testamento hasta el siglo IX”

(Plain Introduction, 2da ed., 484, énfasis añadida). Aún así, habría “casos mucho más numerosos en que los

documentos más antiguos difieren el uno del otro” en contraposición a tal acuerdo común (ibid.). En tales

casos, “las copias tardías y cursivas” vienen a ser “de mucha importancia, como los representantes

sobrevivientes de otros códices, muy probablemente ... más antiguos, que cualquier manuscrito actualmente

existente” (ibid.). Así, en la mayoría de las unidades variantes, Scrivener asevera que es preciso hacerles

caso a los testigos tardíos, y “con voz determinante” (Augiensis, viii).

125

textos “antiguos”; MSS mal copiados pueden contener textos “buenos”; MSS copiados

cuidadosamente pueden contener textos de calidad inferior; dentro de varios tipos de

texto algunos MSS resultarán ser mejores testigos que otros. Pero las consideraciones

transmisionales excluyen el concepto de que un solo MS o grupo de MSS pudiera tener un

status superior a un tipo de texto o a la totalidad de la corriente de transmisión.

Ya que se considera que el Texto Bizantino es aquella forma de texto de la que

todas las demás formas se derivan, abarca todos los restantes grupos componentes de tipo

de texto. Y sin embargo, entre los MSS que directamente componen el Texto Bizantino,

no hay ningún MS que sea “mejor”, ni ningún “mejor grupo” de MSS; tampoco pueden

subgrupos Bizantinos imponerse a la integridad agregada de la transmisión Bizantina

general.

8. Seguir exclusivamente los MSS o testigos más antiguos es una práctica

defectuosa. Los manuscritos más antiguos de todos sería el autógrafo, pero éste ya no

existe. Dadas las exigencias que afectan la historia transmisional primitiva y los datos

limitados que se han preservado desde la antigüedad, es un error metodológico

presuponer que “lo más antiguo es mejor”. Ya que la edad de un MS no necesariamente

corresponde a la edad de su texto, y puesto que MSS tardíos pueden preservar un texto

más primitivo que el que se encuentra en testigos más antiguos, el concepto de que “lo

más antiguo es mejor” es una falacia. Mientras que los MSS, versiones y Padres más

antiguos demuestran un términus a quo para una lectura dada, sus fechas respectivas no

confieren autenticidad; solamente establecen la existencia de una lectura dada en una

fecha dada. Todas las lecturas dentro de una unidad variante deben considerarse bajo

todos los aspectos de la transmisión: Lecturas minoritarias que no dejan rastro continuo a

través de la historia transmisional, son sospechosas; no se hacen más auténticas

meramente por haber una aparición en uno o más testigos primitivos.

9. Las consideraciones transmisionales juntamente con principios internos

apuntan al Texto Bizantino como una fuerza sobresaliente en la historia de la

transmisión. El Texto Bizantino no se postula a priori como la forma original del texto,

ni aun el tipo de texto superior. La conclusión sigue solamente como deducción lógica de

las consideraciones internas y externas consideradas desde dentro de un marco

transmisional-histórico. Nótese en particular que NO hay probabilidad automática de que

la mayoría de los testigos vayan a abrumar la tradición de los MSS en ningún punto en

particular; y esto es a pesar de la expectativa transmisional. Muchas unidades variantes

muestran que la gran mayoría de los MSS de la era Bizantina se dividen entre dos o más

lecturas que compiten.132 Esto sirve de evidencia clara de que no puede haber

anticipación automática de uniformidad textual ni de apoyo numérico abrumador en

ninguna parte entre los MSS que componen el Texto Bizantino.133 Cuando sí hay

132 Ver la designacion de Mpt en Zane C. Hodges y Arthur L. Farstad, The Greek New Testament according

to the Majority Text, 2 da edición (Nashville: Thomas Nelson, 1985); también, pasajes entre corchetes y

marginales en Maurice A. Robinson y William G. Pierpont, eds., The Greek New Testament According to

the Byzantine Textform (Southborough, MA: Chilton Book Publishing, 2001).

133 El Apocalipsis es un ejemplo de ello: Hay dos tipos de texto competidores dentro de la mayoría

Bizantina (Av y Q); ninguno de los dos domina, y ambos a menudo están en desacuerdo el uno con el otro.

No obstante, estos tipos dispares frecuentemente concuerdan contra las lecturas de los Antiguos Unciales y

126

uniformidad relativa más allá de los casos de división igual, esto indica una

trascendencia transmisional de probabilidades, y sirve de evidencia supuesta a favor de

aquellas lecturas que tienen apoyo transmisional fuerte como resultado de consecuencia

no planeada. En vez de ser una causa de sospecha o rechazo, aquellos lugares donde los

MSS del Texto Bizantino son casi uniformes argumentan fuertemente a favor de la

originalidad transmisional, basándose en la evidencia de los casos divididos.

Una vez que el Texto Bizantino adquiere validez en base de las consideraciones

precedentes, se le puede conceder una voz significativa respecto al establecimiento del

texto original. El resultado fluye naturalmente de consideraciones transmisionales, pero

no es dictado por presuposiciones externas a factores transmisionales. De hecho, si

cualquier otro tipo demostrase los mismos criterios transmisionales, ese tipo de texto

sería favorecido por encima del Bizantino.

Nótese que la hipótesis de la prioridad Bizantina no puede hacer nada para

resolver los muchos casos en que la evidencia externa está dividida y en que ninguna

lectura domina claramente. En tales casos, principios internos juntamente con las

probabilidades transmisionales deben invocarse para determinar la lectura más fuerte.134

De manera similar, en muchos casos los principios internos no ofrecen ninguna decisión

clara, y los cánones externos tienen que tomar la delantera.135 También existen casos en

que los MSS están divididos y donde la evidencia interna no es determinativa, en los

cuales una estimación erudita es lo mejor que se pueda esperar.136

los papiros egipcios. En el Apocalipsis, da la casualidad de que los MSS Bizantinos divergen más de lo que

convergen, mientras que en otras partes del NT la convergencia Bizantina es más frecuente. 134 Por ejemplo, Mateo 21:30, donde Robinson-Pierpont reza (2א B C2 L M S Z f1 28 33 205

700 892 1342 1424 1506 2542 pm mae bo) y Hodges-Farstad (con NA27leen (א* C* D K U W

f13 2 157 346 565 579 788 1071 pm): Es más probable que la evidencia está dividida, y no está

involucrado ninguna lectura paralela. Mateo en otras partes usa 7 veces, Marcos una vez, Juan una

vez y Lucas un número abrumador de veces, 32; Mateo usa 3 veces, Lucas 3 veces, Juan 4 veces.

Mientras que es un vocabulario típico de Lucas, en Mateo hay demasiado pocos datos para

confirmar una tendencia. La decisión de Robinson-Pierpont a favor de evidencia una

comparación estilística: Mateo enumera “primero” y “segundo” en Mateo 22:25-26 y 22:38-39, y en otras

partes no yuxtapone y . Así parece ser la decisión más razonable en vista del uso

de Mateo. 135 Ningún principio interno claro puede determinar en Lucas 23:42 entre y

. El uso en el evangelio de Lucas muestra que se usa 6 veces, y

, 3 veces; 71 veces (NA27 69 veces) y 44 veces (NA27 39 veces). La forma

alternada se encuentra tanto que tiene que mencionares. Hechos tiene una sola vez, sin

ningún caso de , pero se encuentra 54 veces (NA27 53 veces), y 41 veces (NA27

45 veces). Reuben J. Swanson, ed., New Testament Greek Manuscripts: Luke (Sheffield: Sheffield

Academia Press, 1995) da la evidencia externa en Lucas 23:42: = P75 B L;

M א A C K M U Wf1 f13 2 33 28 157 565 579 700 1071 1424. Los

partidarios de todas las teorías tomarán una decisión basándose en una estimación en particular de la

evidencia externa. La postura de la prioridad Bizantina sigue consideraciones transmisionales razonables al

rechazara la lectura de tres MSS (dos de los cuales proceden de Egipto) a favor de la que tiene apoyo

abrumador dentro de la tradición de los manuscritos.136 En Mateo 24:33, los MSS están divididos entre (B L 565 579 pm e q syh) y

(א D K W0281 f1 f13 33 700 892 1241 1424 l -2211 pm lat syp). La misma frase (con sus

127

Las reglas primordiales para balancear la evidencia interna y externa son

sencillas, y se ordenan de acuerdo a los hechos conocidos en cuanto a los hábitos de los

escribas: (1) Se debe evaluar las lecturas con la intención de descubrir causas

transcripcionales antecedentes;137 (2) las lecturas deben considerarse a la luz de posible

alteración intencional; (3) finalmente, las lecturas dentro de una unidad variante deben

evaluarse desde una perspectiva transmisional-histórica para confirmar o modificar la

valoraciones preliminares. La aplicación rigurosa de esta metodología resultará en

conclusiones válidas establecidas en bases transmisionales sólidas. Tal concuerda con lo

que nos dice la evidencia de los manuscritos existentes, considerada a la luz del proceso

transmisional y los hábitos conocidos de los escribas.138

Objeciones seleccionadas a la hipótesis de la prioridad Bizantina139

propias variaciones) se encuentra nuevamente en el siguiente versículo. El uso en Mateo está dividido

( 4 veces biz, 2 veces NA27; 5 veces biz, 6 veces NA27). La edición Bizantina

del presente escritor reza , pero no con un nivel de certeza paralelo a los ejemplos

precedentes. Nótese que la lectura dominante de los pasajes paralelos en Mateo y Marcos es solamente

, y así no nos ayuda en cuanto al caso presente. Véase también Mateo 21:33, que reza solo

(א B C* D K L f1 33 565 579 700 1424 pm) o bien (Cc E F G M

Uc2 28 69 124 157 346 788 1071 pm); la evidencia externa está seriamente dividida. En términos de

consideraciones internas, esto sería el único lugar en que Mateo usa la frase de Lucas, . Esto

por sí solo no es suficiente para descartar la lectura más larga. Homoioteleutón de - a - podría haber

causado la omisión. Simplemente no hay suficiente evidencia como para decidir entre el uno y el otro, si

usamos el enfoque de la prioridad Bizantina. 137 Nótese la apta observación de J. Neville Birdsall, “The Source of Catena Comments in John 21:25”,

NovT 36 (1994) 277: “La opinión de que los escribas ejercían juicio crítico independiente en el proceso de

la transcripción … a mí me parece ser completamente contraria a los hábitos conocidos de los escribas.

Los cambios [que hacían los escribas] … tendían a ser de ortografía o gramática, o tal vez de vocabulario

en bases estilísticas”. 138 Esto no significa que cada unidad de variación tiene une explicación simple, ni tampoco quiere decir que

haya pocos lugares donde la evidencia externa está seriamente dividida, en que la evidencia interna puede

ser ambigua, o donde ambos factores pueden combinarse. Es más, la perspectiva de la prioridad Bizantina

no se puede obtener en tales casos. El presente escritor ha revisado su hipótesis anterior (ver Maurice A.

Robinson y William G. Pierpont, eds., The New Testamentn according to the Byzantine/Majority Textform

[Atlanta: Original Word, 1991] xxx-xxxi) en cuanto a la comparación mutua y corrección de MSS como

factor primordial en el establecimiento y estabilización de la dominación Bizantina. Investigaciones

comparativas en el relato de la mujer sorprendida en el adulterio (Juan 7:53-8:11) deja claro que no hubo

corrección mutua en tan grande escala como para alterar significativamente las relaciones textuales de las

varias corrientes de ascendencia. Los datos ahora refuerzan lo que dicen Lake, Blake y New referente a la

independencia general de muchas líneas de transmisión dentro del Texto Bizantino, líneas que

necesariamente datan de tiempos primitivos. 139 El alcance del presente artículo excluye una detallada interacción con las críticas específicas que se han

ofrecido contra varias teorías pro-Bizantinas (la mayoría tratan de hipótesis de “texto mayoritario” y un

acercamiento predominantemente teológico). Estas críticas incluyen los siguientes artículos: “Richard A.

Taylor, “Queen Anne Resurrected? A Review Article”, JETS 20 (1977) 377-81; ídem, “’Queen Anne’

Revisited: A Rejoinder”, JETS 21 (1978) 169-171; Gordon D. Fee, “Modern Textual Criticism and the

Revival of the Textus Receptus”, JETS 21 (1978) 19-33; idem, ´Rejoinder”, 157-160; idem, “A Critique of

W. N. Pickering’s The Identity of the New Testament Text: A Review Article”, WTJ 41 (1979) 397-423

[Los artículos de Fee se combinan y se vuelven a escribir com “The Majority Text and the Original Text of

the New Testament”, en Epp y Fee, Theory and Method, 183-208); D. A. Carson, “Fourteen Theses”,

capítulo 7 de su KJV Debate, 43-78; Michael W. Holmes, “The ‘Majority text debate’: new form of an old

issue”, Themelios 8:2 (Enero de 1983) 13-19; Roger L. Omanson, “A Perspective on the Study of the New

128

Mientras que los eclécticos modernos exigen que los proponentes de la hipótesis

de la prioridad Bizantina presenten una defensa y explicación razonable de su teoría y sus

conclusiones,140 su propio método es ahistórico, que crea un texto sin teoría, así

librándose de complicaciones más severas que aquellas que se afrontan bajo la prioridad

Bizantina. Si se requiriese que los eclécticos modernos delinearan y defendieran la

historia transmisional subyacente a su texto preferido, la explicación sería mucho más

difícil. Para cualquier teoría textual, se deben proveer soluciones lógicas y razonables en

cuanto a una multiplicidad de asuntos históricos y transmisionales; de otro modo no

existe fundamento seguro para sus conclusiones. Las siguientes objeciones típicas a la

teoría de la prioridad Bizantina se puede comparar con objeciones similares contra la

teoría ecléctica moderna en cuanto a su supuesto modelo transmisional. El asunto de más

importancia es si la respuesta que suple cualquiera de las dos facciones concuerda

transmisionalmente con la probabilidad histórica y con el mero optimismo histórico.141

1. No hay manuscritos Bizantinos que daten de antes del siglo IV. Ya se ha dado

alguna respuesta a esta objeción, pero una combinación acumulativa de factores

constituye la mejor contestación:

(a) La naturaleza limitada y localizada de los MSS antiguos existentes sugiere que

las suposiciones de la crítica textual con respecto a la antigüedad pueden ser defectuosas.

En cuando a las obras clásicas, Bower nota que “existe la posibilidad de que las copias

existentes (cuando pocas) no representen correctamente la proporción original”.142 Si

hubiera mil papiros existentes y MSS unciales existentes que dataran de antes del siglo

IV, que fueran relativamente completos y suficientemente representantes de todo el

Testament Text”, Bible Translator 34 (1983) 107-108; David B. Wallace, “Some Second Thoughts on the

Majority Text”, BibSac 146 (1991) 151-169; ídem, “Inspiration, Preservation, and New Testament Textual

Criticism”, Grace Theological Journal 12 (1992) 21-50; ídem, “Majority Text Theory”, en Ehrman y

Holmes, Text of the NT, 307-315; T. R. Ralston, “The ‘Majority Text’ and Byzantine Origens”, NTS 38

(1992) 122-137. 140 El escritor presente ha respondido a varias críticas y retos; véase Robinson, “Two Passages in Mark”,

66-111; ídem, “Recensional Nature”, 46-74. Muchas críticas de la postura “texto mayoritario” son válidas,

en particular la refutación de afirmaciones extremas que no tienen nada que ver con la prioridad Bizantina,

y apelaciones a la “preservación providencial”. La falacia del “argumento teológico” es demostrada por

William D. Barrick, “Ancient Manuscripts and Biblical Exposition”, The Master’s Seminary Journal 9:1

(1998) 25-38, quien apela a la “preservación providencial” para establecer la lectura alejandrina como el

texto “original” de 1 Corintios 11:24 (la omisión de ): “Si Juan 19:36 es auténtico y correcto,

¿cómo puede ‘quebrantado’ ser correcto en 1 Corintios 11:24? … [La lectura Bizantina es] una adición al

texto original … Los que hicieron tal adición están sujetos al juicio de Dios porque no preservaron

correctamente Su Palabra escrita … El pastor o expositor que continúe propagando la Palabra corrompida

en la observancia en público de la Mesa del Señor tendrán que dar cuenta por activamente pervertir las

Escrituras en vez de preservarlas” (Barrica, 37; énfasis añadido). Tal línea de razonamiento en cualquier

lado, desde luego, se derrota sola. 141 Cf. Kent D. Clarke, Textual Optimism: A Critique of the United Bible Societies’ Greek New Testament,

JSNT Supplement Series 138 (Sheffield: Sheffield Academic Press, 1997). Bowers, Bibliography, 165,

sugiere que “debe alcanzarse un punto en que los partidarios de nuestro enfoque de la probabilidad,

aplicando el sentido común, se rebelan contra la idea de que aceptemos la casualidad como resultado del

mero azar”. 142 Bowers, Bibliography, 75.

129

imperio occidental (por la ubicación de su descubrimiento), tal vez se podría hablar con

mayor autoridad que el de los 63 papiros fragmentarios que actualmente poseemos de

aquella era. Los recursos de la era de antes del siglo IV lamentablemente siguen siendo

pobres, limitándose a un pequeño cuerpo de testigos. Aun si se extiende la evidencia de

la crítica textual a través del siglo VIII, habría solamente 242 documentos, la mayoría de

los cuales son fragmentarios. A diferencia de esta escasa totalidad, esta llamada

apologética, que tan frecuentemente se repite, al valor y significado de los más de 5 000

MSS del Nuevo Testamento Griego viene a ser una fanfarronada en los escritos de los

eclécticos modernos cuando aquellos numerosos MSS no son utilizados para restaurar el

texto original.143

(b) Las “revoluciones de copistas” que notamos previamente afectaron seriamente

la continuidad de la corriente transmisional. El problema no es adverso, sino que

requiere una apropiada consideración de su efecto. La primera revolución transfirió el

texto neotestamentario del papiro a la vitela; los papiros preexistentes fueron destruidos o

abandonados de otra manera. Esto eliminó muchos antecedentes de MSS en vitela

existentes así como los de descendientes en vitela no existentes. La segunda

revolución—la conversión de escritura uncial a la minúscula—fue tan radical como la

primera. Efectivamente eliminó la necesidad de preservar los MSS en minúscula una vez

que se había producido una copia en minúscula. No hay razón para rechazar los

manuscritos en minúscula más antiguos, aun muchos que datan del siglo XI, siendo

copias de ejemplares unciales que ya no existen. El número pequeño de MSS unciales y

fragmentos existentes que datan de antes del siglo IX puede resultar de antecedentes en

papiro que se deterioraron después que se hicieron copias en vitela. Si los manuscritos

primitivos en minúscula que son genealógicamente independientes resultan de papiros

antiguos independientes, entonces ningún MS es inherentemente preferible a causa de su

edad, material o letra.144 La independencia genealógica de la mayoría de los MSS

existentes apunta a los tiempos primitivos.145

143 Cf. Gordon D. Fee, “Textual Criticism of the New Testament”, en Epp y Fee, Theory and Method, 3.

Después de notar que “los 5 338 MSS griegos”, Fee declara que “la tarea del crítico textual” es “examinar

todo el material, comparando cada MS con todos los demás” antes de que puedan hacerse las decisiones

finales. Tal cosa de hecho nunca se ha hecho; más bien, el eclecticismo moderno se ha fundado en un

deseo de reducir rápidamente la enorme cantidad de MSS a un número pequeño y manejable. Así, la

eliminación de la mayoría Bizantina se hace un remedio ventajoso. 144 Solo el llamado subtipo Bizantino Kr refleja dependencia estemática tardía y clara en MSS del siglo XII

y más tarde. Ver Frederick Wisse, The Profile Method for the Classification and Evaluation of Manuscript

Evidence as applied to the Continuous Greek Text of the Gospel of Luke, Studies and Documents 44; ed.,

Irving Alan Sparks et al. (Grand Rapids: Eerdmans, 1982) 92. Tal recensión tardía no refleja el Texto

Bizantino dominante que se halla en el texto Kx.

145 C. G. W. S. Friedrichsen, “The Gothic Version and the Fourth-Century Byzantine Text”, JTS 39 (1938)

42-43: “La versión gótica [mediados del siglo IV] se basa en un Texto Bizantino que se parece al de

Crisóstomo, y es representado en los Evangelios por los unciales [siglos VIII-X] EFGHSUV, y en las

Epístolas Paulinas por KLP”. Véase también Bruce M. Metzger, he Gothic Version”, en su libro The Early

Versions of the New Testament: Their Origin, Transmission, and Limitations (Oxford: Clarendon, 1977)

375-393, especialmente 384-385. El significado de la Vorlage (‘modelo, patrón’) bizanatina de la version

gótica no debe subestimarse al considerer los unciales tardíos y los minúsculos antiguos hechos de los

documentos unciales que ya no existen.

130

(c) Es improbable que el texto local de Egipto146 refleje el que se difundió por

toda la porción del Imperio donde se hablaba griego (el sur de Italia hasta la Grecia

moderna y desde Turquía hasta Antioquía hasta Orontes), de lo cual no tenemos ningún

MS, ni datos de las versiones ni de los Padres de antes de mediados del siglo IV.147

Después de ese punto se encuentra en esa región una corriente Bizantina altamente

penetrante y dominante. Es mucho más razonable suponer que los antecedentes de esa

corriente simplemente habían retenido el mismo carácter textual que antes había

penetrado toda esa región.148 De otro modo, la tarea más grande es explicar un dominio

previo no Bizantino en esa región que fue completamente invadida por el modelo

Bizantino dentro de medio siglo sin que hubiera una sola palabra de confirmación o

autorización históricas, ya sea de Padres, concilios, o decretos eclesiásticos o

gubernamentales.149 Es más, hay que explicar un completo cambio de dominación a

146 Véase Colin H. Roberts y T. C. Skeat, The Birth of the Codex (Londres: British Academy, 1987) 3:

“Una proporción abrumadora de la evidencia viene de Egipto, y aun allí ... de varios pueblos y aldeas

provincianas ... No podemos presuponer que las proporciones ... que han sobrevivido de las diferentes

épocas, reflejen la situación general del mundo antiguo”. Es más (35), “No podemos estar seguros que son

típicos de Egipto en conjunto, ni ... del mundo grecorromano en conjunto”. 147 Epp, “Continuing Interlude”, Theory and Method, 119, criticó a Kurt Aland referente a los papiros

egipcios: “Puede ser estrictamente correcto decir que la historia primitiva del texto es visible directa e

inmediatamente solamente en estos papiros y unciales más antiguos. Y sin embargo, ¿realmente podemos

... contentarnos con Egipto como único lugar para este vistazo a la historia textual primitiva? ¿Acaso algún

libro del NT se escribió allí?, y por tanto, ¿no es cierto que Egipto claramente representa solo una etapa

secundaria y derivada de la historia textual? ... ¿Podemos proceder con alguna seguridad de que estos ...

MSS que al azar han sobrevivido son, en algún sentido real, típicos del total de la historia más primitiva del

texto? Este cambio [99] asombroso en cuanto a este punto (que citaremos más allá) se refiere a la

posibilidad y no a la probabilidad y no establece ninguna base convincente. 148 Eldon Jay Epp, “New Testament Papyrus Manuscripts and Letter Carrying in Greco-Roman Times”, en

Birger A. Pearson et al., eds., The Future of Early Christianity: Essays in Honor of Helmut Koester

(Minneapolis: Fortress, 1991) 55, hace un cambio peculiar sin suficiente evidencia (énfasis agregada): “(1)

Los varios caracteres de los escribas ... hallados en Egipto—no tienen que haberse originado allí, pero

podrían haber llegado a cualquier parte del mundo mediterráneo ... (2) Es probable ... que la gama actual de

tipos de texto representados en los papiros neotestamentarios egipcios sí ... representan tipos de texto de la

toda la región del mar Mediterráneo”. No solamente Epp contradice a Roberts y Skeat 1987, sino que

también contradice su propia aseveración de 1982 que se cita arriba. Epp en 1991 sí demuestra una

comunicación difundida entre Egipto y otras áreas del imperio romano durante los siglos primitivos, pero

su evidencia solo tiene que ver con cartas personales y documentos comerciales u oficiales, y no con MSS

neotestamentarios. En la mayoría de las situaciones citadas, las cartas a menudo se extraviaron, o se

perdieron, o se quedaron sin contestar. Epp 1991 no proporciona ninguna evidencia que comprobara que

los documentos neotestamentarios, durante la era de la persecución, hayan viajado tanto como otros

documentos a través del Imperio Romano. Tampoco demuestra que cualquier papiro neotestamentario

antiguo o fragmento uncial refleja una pelografía que sugiera un origen fuera de Egipto. Tomothy J.

Finney, “The Ancient Witnesses of the Epistle to the Hebrews: A Computer-Assisted Analysis of the

Papyrus and Uncial Manuscripts of ” (Tesis de doctorado, Universidad Murdoch,

1999) 194-211 demuestra que varios papiros antiguos y unciales (P13 P46 א A B D I) tienen ortografía

similar, y siguiendo la hipótesis de que ortografía común implica origen común, Finney sugiere que estos

testigos fueron copiados en una misma region, posiblemente Egipto.

149 Eldon Jay Epp, “The Significance of the Papyri for determining the Nature of the New Testament Text

in the Second Century: A Dynamic View of Textual Transmission”, en Epp y Fee, Theory and Method,

274-297 [el artículo original se publicó en 1989] anticipó su postura de 1991, pero notando con precaución

su especulación “es principalmente un ejercicio en imaginación histórico-crítica” (274). No hay tal

precaución en Epp 1991. No obstante, Epp 1989 sigue manteniendo que los 45 papiros más antiguos

“todos vienen de Egipto y … veinte de éstos … fueron descubiertos en Oxirinco [Oxyrhynchus]” (277); y,

131

través de una vasta área sin ver un cambio paralelo en las regiones más pequeñas del

imperio, donde las variedades locales de texto mantenían su influencia regional con una

intrusión Bizantina esporádica que influía en sus lecturas por un período extendido.

(d) El silencio del testimonio antiguo de la región de habla griega del Imperio

Romano conduce a dos opiniones opuestas. Los partidarios modernos del eclecticismo

presuponen que en tiempos primitivos dominó un texto no Bizantino en aquellas áreas

que más tarde vinieron a ser el baluarte del apoyo Bizantino, no obstante la

improbabilidad transmisional de que tal haya ocurrido en la historia. Los proponentes de

la prioridad Bizantina sugieren que la existencia y dominación tardías del Texto

Bizantino en esa región provee evidencia presuntiva de una dominación similar en

tiempos más antiguos.150 Es razonable suponer que, a medida que los textos se esparcían

geográficamente de su lugar inicial, las alteraciones regionales aumentarían de acuerdo a

la distancia. Éste es especialmente el caso dado el fenómeno de “texto popular no

controlado” de los siglos primitivos. Podría haberse esperado que las copias producidas

dentro de una estrecha proximidad del sitio de origen, o de la recepción inicial de un

texto dado, retuvieran el carácter textual del autógrafo; esto ocurriría sin la imposición de

un “control” formal del copiar o de la diseminación del texto. Las copias que se

produjeran a una distancia más remota desde el sitio de origen tenderían a divergir en

cantidades más grandes. Si tal hipótesis es correcta, se esperaría que la región de habla

griega durante la época del “silencio geográfico” retuviera un Texto Bizantino, así como

otras regiones preservaron sus textos dispares en Europa y África, así como en Egipto y

la Palestina; esto es obra de la teoría transmisional básica.

(e) Para hacer una comparación con otra hipótesis que comúnmente se cree,

conste que la existencia primitiva del Texto Bizantino descansa sobre una base más fuerte

que la fuente Q de los Evangelios Sinópticos. Las teorías de dos y cuatro fuentes

argumentan la existencia necesaria de un documento Q sin poseer siquiera un fragmento

de él. Se alega que la evidencia interna apunta inexorablemente en esa dirección (si el

escritor presente está de acuerdo o no, no está en discusión). Basándose en la

presuposición de que semejante especulación representa los hechos, eruditos crean

concordancias, sinopsis, e inclusive teologías para Q; ¡algunos hasta alegan que variantes

textuales en un documento no existente, es “prueba” de la existencia de Q!151 Muchos

estudiosos eclécticos fácilmente aceptan Q como un documento “real” del primer siglo no

aunque es posible ... que uno o aun todos estos papiros cristianos primitivos puedan haber sido escritos en

otra parte … Debe recordarse que casi todos los papiros vienen de basureros egipcios, y por tanto se supone

que estaban en uso extenso—probablemente en Egipto” (279). Ya que no se puede comprobar un origen

no egipcio para los fragmentos que se encuentren en esa región, cualquier especulación al contrario sigue

siendo “imaginación histórica y creativa” (283) en vez de ser algo que se parezca a los hechos. 150 Tertuliano, De Praescr. Haer., 36, sugiere las cátedras apostólicas en la región del imperio donde se

hablaba principalmente griego, como lugares donde los “escritos auténticos” de los autores

neotestamentarios, o se habían originado, o fueron los primeros destinatarios y donde aún se podían

encontrar copias autoritativas. El punto significativo es que Tertuliano no se dirige al Norte de África, ni a

Europa, a Egipto o a la Palestina, sino a aquellas mismas regiones de habla griega de las cuales no tenemos

evidencia existente que date de los primeros tres siglos. 151 Véase James M. Robinson y C. Heil, “Zeugnisse eines schriftlichen, griechischen vorkanonischen

Textes: Mt 6,28b א*, P. Oxy. 655 I, 1-17 (Ev Th 36) y Q 12,27”, ZNW 89 (1998) 30-44; también James M.

Robinson, “A Written Greek Sayings Cluster Older than Q: A Vestige”, HTR 92 (1999) 61-77.

132

obstante la completa falta de evidencia de tal en los manuscritos. No obstante, estos

mismos estudiosos argumentan paradójicamente contra la posible autenticidad del Texto

Bizantino en base de la falta de evidencia que date de antes del siglo IV. Pero ningún

documento Q o fragmento del mismo jamás ha sido hallado (y probablemente no será

hallado), de ningún siglo. Sin embargo, desde por lo menos 350 d. C. en adelante, sí

existe el Texto Bizantino. Así la evidencia que favorece la existencia primitiva del Texto

Bizantino es mucho más fuerte que el caso a favor de Q. Se puede postular más

enfáticamente que antes del siglo IV ya dominaba el Texto Bizantino dentro de la región

del Imperio Romano donde se hablaba griego, a pesar de la falta de evidencia antigua.

Transmisionalmente, no hay razón convincente para concluir que no dominaba el Texto

Bizantino en aquella región antes del siglo IV, ya que no se dejó allí ninguna

representación minoritaria entre los testigos más tardíos, aunque tal cosa claramente

ocurrió en otras partes.152

(f) Hasta el descubrimiento de P75 en 1955, un MS alejandrino relativamente

“pura” era desconocida entre los papiros egipcios; no había prueba de que un texto

similar al del Códice Vaticano hubiera existido antes del siglo IV. Antes de P75, algunos

habían sugerido que Orígenes había creado el texto alejandrino después de su mudanza a

Cesarea.153 Los papiros “mezclados” que se hallaron antes de P75 habían provocado

especulación de que el texto alejandrino era el producto final de una recensión reciente.154

Por supuesto, P75 cambió los asuntos dramáticamente. Pero hasta apenas 45 años, nadie

podía hablar dogmáticamente respecto a la existencia primitiva de un texto que se

asemejase al Códice Vaticano. Del mismo modo, no se puede excluir la posibilidad (por

remota que sea) de que un MS Bizantino del siglo II o III pudiera algún día descubrirse en

152 Westcott y Hort conocían las implicaciones de la evidencia Bizantina existente y se vieron forzados a

postular una “recensión seria [=Bizantina]” para explicar la rápida aparición y dominación del Texto

Bizantino en aquella región del Imperio Romano donde principalmente se hablaba griego, desde mediados

del siglo IV en adelante. 153 Ver Kirsopp Lake, “The Text of the Gospels in Alexandria”, American Journal of Theology 6 (1902)

82-83: “Sería difícil encontrar una docena de lecturas en las que una variante ‘Neutral’ tenga el apoyo de

una autoridad anterior a Orígenes … El tipo de texto ‘Neutral’ … hasta donde sabemos, no se usó antes.

Interesantísima es la aseveración de Lake (83, n. 6): “Puede argumentarse que [el texto neutral] existía

antes de [Orígenes]”—pero Lake escogió no adoptar esa línea de argumentación (¡si bien P75 ahora

comprueba que eso es correcto!) en base de que éste era “realmente el mismo argumento como el que

usaban los discípulos y los sucesores del Deán Burgon cuando apelan … a los arquetipos perdidos de los

manuscritos cursivos, los cuales, piensan, habrían apoyado el texto ‘Tradicional’. A la luz de que P75

comprueba la antigüedad del texto alejandrino, la línea de objeción instada por Lake y repetida por los

actuales oponentes del Texto Bizantino, parece haberse debilitado seriamente. 154 Véase Frederic G. Kenyon, Recent Developments in the Textual Criticism of the Greek Bible, The

Schweich Lectures of the British Academy, 1932 (London: For the British Academy by Humphrey

Milford, Oxford Universeity Press, 1933) 68: “Los papiros de fecha más antigua que B … son suficientes

para mostrar que el texto de B no prevalecía universalmente en Egipto … Es possible que B todavía

represente una tradición que nos ha llegado de tiempos primitivos con poca contaminación; pero de ser así,

la corriente pasó por un canal estrecho”. De hecho, P45 había convencido a Kenyon (69-70) de que

¡Orígenes había traído consigo el texto “cesariano” de Egipto hasta la Palestina, reemplazando el texto

“alejandrino” que había dominado allí! Como le faltaba P75, Kenyon permaneció escéptico en cuanto a la

idea de un texto alejandrino de antes de Orígenes, parecido a B, en Egipto.

133

las arenas de Egipto. Si tal cosa ocurriese, ciertos investigadores aún estarían inclinados

a describir que semejante MS meramente “contiene” más lecturas “como el Texto

Bizantino” que otros documentos antiguos; esto se debería a la opinión a priori de que el

Texto Bizantino solamente podría ser “mucho más tardío”.155

2. Trastornos de mayor categoría en la historia transmisional eliminaron los

antecedentes no Bizantinos. Estas objeciones se enmarcan en dos grupos principales: la

persecución bajo el emperador Diocleciano, y el surgimiento del Islam.

(a) La afirmación es que varias persecuciones, y especialmente la de Diocleciano,

diezmaron el número de MSS neotestamentarios hasta que los tipos de texto dominantes

casi se eliminaron, dejando un vacío que llenó el ascendente Texto Bizantino.156 Esto

realmente presupone demasiadas cosas: La presuposición inicial es que un texto no

Bizantino dominaba el Imperio Oriental; después, cuando los perseguidores exigían que

se entregaran las escrituras para destruirlas, el texto alejandrino fue el texto que

principalmente se entregaba. Las persecuciones, no obstante, no eran selectivas en

cuanto a texto. Los MSS que se entregaban y se destruían en una región dada reflejarían

la proporción general, a pesar del tipo de texto; lo mismo se aplica a los que

sobrevivieron. Si se destruían 1000 MS en un área local en donde solo 100 eran

Bizantinos, aun una destrucción del 90% dejaría una proporción de sobrevivientes similar

a lo que se destruyó. No se puede estirar la credulidad para suponer una inversión de

dominación en los tipos de texto como resultado de persecuciones al azar.157

Algunos sugieren que la persecución bajo Diocleciano fue más severa en

Palestina y Egipto, así aniquilando el texto alejandrino que dominaba en esas regiones.

Entonces las regiones con persecución menos severa tendrían la libertad de multiplicar

sus textos. Pero existe otra falacia: Si el texto alejandrino hubiera sido original, debería

haber dominado a través de la porción del Imperio Oriental donde predominaba el idioma

griego. De ser así, retendría su dominación aunque el texto en cualquier otra región

quedara completamente destruido. Pero si no continuó la dominación alejandrina, se

debe suponer solamente un aspecto local y regional para ese texto, y se debe entender que

155 Gordon D. Fee, Papyrus Bodmer II (P66): Its Textual Relationships and Scribal Characteristics, Studies

and Documents 34 (Salt Lake City: University of Utah, 1968), evita calificar cualquier lectura de P66 como

“Bizantina”, si bien varias de sus lecturas alinean con el Texto Bizantino: P66 tiene una “tendencia hacia

un ‘tipo Bizantino’ de lectura” (29), pero no “da testimonio primitivo a lecturas que hasta ahora se han

juzgado ser ‘Bizantinas’ … [más bien], los MSS Bizantinos reflejan … las tendencias de los escribas que ya

se encuentran en el siglo II” (énfasis agregada). Y sin embargo, no hay ninguna razón buena por la cual

tales lecturas no pudieran ser “Bizantinas”, demostrando una influencia externa sobre el texto egipcio

localizado de los siglos II y III. 156 Cf. Holmes, “Majority Text Debate”, 16. 157 Esto no significa que los papiros existentes y los fragmentos en vitela que sobrevivieron la era de la

persecución, la conversión a vitela y la conversión a la escritura minúscula retendría una proporción

representativa de la era precedente de MSS predecesores. Las dos “revoluciones de copistas” minimizan la

probabilidad de representaciones proporcionales de las eras precedentes. Se puede presuponer

correctamente que, en el punto de cada “revolución”, aquellos MSS que eran convertidas en una forma

diferente sí mantendrían la proporción existente, mientras que los pocos fragmentos que permanecían de la

era previa vendrían a ser desproporcionados. Esto podría explicar la diversidad que hay entre los muchos

fragmentos sobrevivientes en unciales que datan de antes del siglo IX.

134

antes de Constantino el Texto Bizantino ya dominaba en la región del imperio en que se

hablaba griego. Esto excluiría o minimizaría la influencia alejandrina fuera de Egipto y

Palestina. De todos modos, la dominación que se alega para el texto alejandrino en los

tiempos primitivos se pone en entredicho.158

Otros factores sugieren una destrucción proporcional y supervivencia de MSS en

cuanto a tipo de texto. Nigel Wilson ha notado la pérdida o destrucción inclusive de MSS

de la era Bizantina por medios no relacionados a la percusión:

Uno puede lamentar la pérdida de textos, tanto clásicos como teológicos.

Pero … las circunstancias estaban muy en contra de ellos.

Frecuentemente había destrucción por fuego y por invasión del extranjero.

Los materiales de escritura escaseaban y eran caros … Los libros

prestados a menudo se perdían, … a pesar de que muchos libros llevaban

el nombre del dueño juntamente con la maldición del Concilio de Nicea

sobre cualquiera que robara los libros, o que se los vendiese a otros … Tal

vez más bien deberíamos sorprendernos de que una cantidad tan grande

haya sobrevivido.159

Así, es de sorprenderse de que aun el Texto Bizantino haya sobrevivido a las

múltiples dificultades de su era, incluido el saqueo de Constantinopla durante la Cuarta

Cruzada (1204 d. C.), y la conquista otomana (1453 d. C.). Y sin embargo, MSS de tipo

Bizantino y de tipo no Bizantino sí sobrevivieron a la destrucción de aquella era, de un

modo que refleja su distribución proporcional. Hay poca razón para suponer que el texto

neotestamentario jamás sufrió otra cosa que destrucción proporcional durante cualquier

tiempo de persecución, ya sea por Decio, Diocleciano, Julián el Apóstata, gobernantes

mahometanos, o incluso cristianos fanáticos errados.

(b) La conquista islámica no fue tan completamente destructiva a los MSS

neotestamentarios como se ha alegado.160 Los monasterios e iglesias en tanto Palestina

como Egipto continuaron actividades literarias después de la conquista161 y mantuvieron

comunicación con el imperio romano, oriental y occidental,162 aun mientras que

158 De manera similar, la persecución imperial o la destrucción causado más tarde por el islam deben haber

afectado los MSS de la Septuaginta que poseían los cristianos en tiempos antiguos, pero pocos alegan que

tal cosa sea el caso. 159 Wilson, “The Libraries”, 79. 160 Fee, “Modern Textual Criticism”, 30; Omanson, “Perspective”, 107; Holmes, “Majority Text Debate”,

16-17. 161 Yizhar Hirschfeld, The Judean Desert Monasteries in the Byzantine Period (New Haven: Yale

Unniversity Press, 1992) 16-17, nota que mientras que “los efectos negativos de la conquista árabe …

fueron profundos y extensos”, los gobernantes musulmanes eran “razonablemente tolerantes”. Es más, el

monasticismo en el desierto de Judea no dejó de existir … Los pocos moanasteries que soportaron la crisis

… continuaron haciendo un papel importante en la historia de la iglesia occidental”. Véase también S. H.

Griffith, “Greek into Arabic: Life and Letters in the Monasterios of Palestine in the Ninth Century”,

Byzantion 56 (1986) 117-38. 162 Otto F. A. Meinardus, “Historical Notes on the Lavra of Mar Saba”, Eastern Churches Review 2

(1968/9) 394, asevera: “La conquista árabe de la Palesstina no podría haber afectado seriamente la vida

135

enfrentaba la presión de abandonar el cristianismo y convertirse al islam.163 Hatch pone

esto en perspectiva adecuada:

Cuando los árabes conquistaron Egipto, Palestina y Siria, … las

bibliotecas monásticas y eclesiásticas … naturalmente quedaron bajo su

control. Muchos libros deben haber perecido en esta época difícil, pero

algunos escaparon la destrucción … Los musulmanes consideraban el

cristianismo una religión divinamente revelada, y ordinariamente no se

habrían sentido impulsados a destruir las Escrituras cristianas. De hecho

los árabes eran mucho menos fanáticos y severos en el tratamiento de sus

súbditos que lo que a veces se supone, y no tenían como meta la

conversión total de los cristianos.164

Kart Aland ha sugerido que la causa real de la diferencia egipcia de la corriente

dominante Bizantina tiene que ver con un conflicto teológico mucho más antiguo entre la

cristiandad oriental y la egipcia:

[Uno] debe seguir detalladamente la historia eclesiástica de Egipto ... La

alienación de la iglesia oriental ... ocurrió entre la población cristiana de

Egipto durante el siglo IV y alcanzó su culminación en el ... siglo V [con]

... la formación de la iglesia monofisita[. Esto] nos permite presuponer

una tradición del texto neotestamentario aislado al menos del Koiné

tardío—un aislamiento que fue reforzado por la conquista árabe.165

Así también dice Farag, quien habla del estado de la cristiandad egipcia dos siglos

antes de la conquista árabe:

Abba Shenouda (333-451 d. C.) ... dedicó su vida a luchar contra la

corrupción pagana y Bizantina en todas sus formas. El sueño de su vida

era emancipar a Egipto religiosamente separando a la iglesia cóptica de

Constantinopla ... [y] logrando independencia política del estado

Bizantino.166

monástica en el Gran Lavra, porque, aproximadamente una década más tarde, en 649, Juan, el higoumenos

del Gran Lavra, fue a Roma a asistir al Primer Sínodo de Letán”. 163 Streeter, “Early Ancestry”, 299, sugiere que “varios refugiados cristianos ciertamente habrían huido a

Constantinopla, trayendo consigo sus posesiones portátiles más valorados, incluyendo MSS del NT. Esto en

parte podría explicar las minúsculas ni Bizantinas que se han hallado en los monasterios griegos existentes. 164 William H. P. Hatch, “An Uncial Fragment of the Gospels [0196]”, HTR 23 (1930) 152. 165 Kurt Aland, “The Coptic New Testament”, en Robert H. Fischer, ed., A Tribute to Arthur Vööbus:

Studies in Early Christian Literature and Its Environment, Primarily in the Syrian East (Chicago: The

Lutheran School of Theology, 1977) 11-12. Nótese que Aland considera que el aislamiento relativo de la

ortodoxia oriental “preserva” lo que él considera ser la forma “más antigua” y “mas auténtica” del texto

neotestamentario. No obstante, puede ser que este aislamiento teológico haya tenido un efecto de

regionalizar y limitar el texto neotestamentario en Egipto. De ser así, ya se había reducido bastante la

comunicación y cooperación entre Egipto y la región de habla griega, antes de la conquista islámica. 166 Farag Rofail Farag, Sociological and Moral Studies in the Field of Coptic Monasteries, Suplemento a la

revista annual de la Sociedad Oriental de la Univeersidad Leeds (Londres: Brill, 1964) 7.

136

No obstante el aislamiento, siguió habiendo comunicación con la iglesia griega

oriental aun después de la conquista árabe. El efecto fue tanto textual y político:

Los testigos del texto egipcio del Nuevo Testamento Griego ... con el

tiempo estuvieron tanto más claramente sujetos a la influencia del Koiné

[= Texto Bizantino]. El aislamiento político no mantuvo los monasterios

griegos libres de la influencia de la iglesia Bizantina.167

La continuada existencia y supervivencia de la iglesia cóptica168 y de los

monasterios en Egipto169 y Palestina170 ejemplifica la situación, negando aseveraciones al

contrario.171

3. La influencia de Crisóstomo hizo que el Bizantino fuera el texto preferido de

Constantinopla; este texto más tarde se impuso sobre el imperio o por decreto

eclesiástico.172 Un texto “nuevo” o localizado, aunque lo usara un Padre griego popular,

no se haría transmisionalmente popular meramente a causa de su reputación.173 Un

167 Aland, “Coptic New Testament”, 12. Aland sugiere que “hasta que se demuestra prueba en contrario,

podemos esperar que los manuscritos cópticos estén relativamente libres de esta influencia [Bizantina]”.

No obstante, el aislamiento político y lingüístico de la iglesia cóptica de la cristiandad Bizantina griega es

suficiente para explicar el texto alejandrino cóptico sin suponer una originalidad cerca de los autógrafos. 168 Véase Farag, Coptic Manuscriopts, 11: “Según los registros históricos ... había habido cientos de

monasterios y millares de monjes y monjas en Egipto hasta el siglo VII”. La mayoría de éstos

“desaparecieron y solo pocos sobrevivieron”, principalmente a causa de la “decadencia [interna] del

monasticismo cóptico”. La obra Historia Monachorum in Aegupto 5.1-4, del siglo V, alegaba que había

doce iglesias y 10 000 monjes solamente en Oxirinco (Oxyrhynchus). Tales estadísticas ponen en duda la

naturaleza “representativa” de la evidencia de los manuscritos existentes que datan de los primeros siglos

en Egipto (116 papiros griegos fragmentarios, ca. 300 fragmentos unciales griegos, y alrededor de 600

fragmentos cópticos). Si tales manuscritos son verdaderamente “representativos” sigue siendo una

pregunta abierta. 169 Farag, ibid., 43-44, describe la situación de los monasterios cópticos que existían hasta el siglo X: “Los

monasterios fueron libremente visitados … Los monasterios gozaban de libertad religiosa … Algunos

príncipes musulmanes … patroniza[ba]n los monasterios y [contribuían] a su bienestar económico. 170 Ver Hirschfeld, Monasteries, xiv-xv: “Desde el siglo V en adelante, el desierto de Judea era uno de los

centros más importantes del monasticismo en el imperio” (ubicaciones trazadas en mapa, xviii). Venían

monjes a estos sitios desde “Asia Menor … Chipre, Grecia o Italia … Mesopotamia, Siria, Arabia y

Egipto”, con “con monjes de Palestina … en su minoría” (13). Si bien “la mayoría de los monasterios en el

desierto de Judea fueron abandonados en [el tiempo de la conquista árabe], no solamente sobrevivieron las

instituciones monásticas, sino que constantemente tenían que ser repuestas por nuevos convertidos de las

regiones periféricas” (17), muchos de los cuales pueden haber traído consigo sus propias copias de las

Escrituras. 171 Considérese también la continuada existencia y producción literaria del monasterio de Santa Catarina en

e monte Sinaí, con MSS neotestamentarios en griego que abarcan un período comprendido entre la

conquista árabe hasta la era de las minúsculas Bizantinas. Muchos de estos MSS demuestran una continua

comunicación con el mundo Bizantino fuera bajo gobierno musulmán. Farag, Coptic Monasticism, 44, cita

de un MS en árabe del siglo X que describe 54 monasterios activos en regiones musulmanas, solo nueve de

los cuales (incluido el Sinaítico) pertenecen a Egipto; los otros van desde Bagdad hasta Palestina. 172 Cf. Carson, KJV Debate, 51, 113-114; Fee, “Modern Textual Criticism”, 30. 173 Cf. Philip Jenkins, Hidden Gospels: How the Search for Jesus lost its Way (Oxford: 2001), 121,

refutando a aquellos que alegan que hubo una creación ignaciana del obispado monárquico, dice: “Aun si

Ignacio se hubiera propuesto revolucionar el oficio de obispo, como se sugería … es extremadamente

improbable que el mundo tan diverso de la cristiandad hubiera sido transformado, y tan rápidamente, por

137

dominio textual tradicional anterior a través de una región más amplia no sería

abandonado por tales causas. Menos plausible que la sustitución regional es que

cualquier texto “nuevo” o localizado se expandiera en el dominio de todo el Imperio, sin

decreto eclesiástico o imperial. No hay ninguna documentación histórica de semejante

imposición de control. Se crea una situación imposible en cuanto a la transmisión

imaginar que un texto tardío, minoritario y regionalmente localizado de por sí solo

superase y prácticamente erradicara todos los textos predecesores que hubieran dominado

anteriormente ya sea en una región o en una zona geográfica más amplia. Sin embargo,

este escenario improbable se insta por algunos que se oponen al Texto Bizantino. Pero

como nota Colwell: “El Texto ... Bizantino ... no tenía en su origen ningún enfoque

concentrado como lo tenía el idioma latín en Jerónimo”.174

El carácter complejo de los MSS que componen el Texto Bizantino demuestra que

las sanciones “oficiales”, sean cuales hayan sido—aunque hayan existido—simplemente

no dieron resultado. Una forma consistente de texto no se conservó, incluso en la región

que rodea Constantinopla.175 Más bien, como habían sugerido Lake, Blake y New

basándose en estudios detallados de varios MSS, la falta de una uniformidad observable

con vínculos claros estemáticos tiende a indicar que los escribas se mantenían

independientes de cualquier sanción oficial al copiar sus MSS ejemplares. Como notó

Scrivener:

Nadie que ha estudiado los MSS cursivos, puede menos de quedar

impresionado con el carácter individual de casi cada uno de ellos ... La

idea que una vez se creía comúnmente, de que había existido un texto

constantinopolitano, al cual se conformaban todas las copias que se

escribían dentro de los límites de aquel patriarcado, ha sido [citando a

Tregelles] “barrida de una vez y para siempre” ... por un examen más

cercano de las copias mismas. Ciertamente entonces nos conviene

absolutamente rechazar como indigna de consideración seria, la evidencia

de los testigos (cuyas variaciones mutuas evidencian su independencia e

integridad) a causa de su tendencia en general es apoyar la autoridad de[l

Texto Bizantino].176

La observación de Scrivener fue reiterada un siglo después por Jacob

Geerlings, quien notó con respecto al Texto Bizantino que

la visión excéntrica de un solo hombre, aunque sea un mártir. Es mucho más probable que las estructuras

episcopales ya hayan sido fundamentales a través del mundo mediterráneo, aunque es cierto que crecieron

el poder y prestigio de los obispos en el curso del siglo segundo” (énfasis añadida). Mutatis mutandis, si

uno reemplazara “Ignacio” con “Crisóstomo”, y “el obispado” con “el texto neotestamentario”,

sustituyendo “estructuras episcopales” y “obispos” por “el Texto Bizantino”, también cambiando “el siglo

segundo” a “el siglo IV”, el paralelo se vuelve obvio. 174 Colwell, “Nature of Text-Types”, Methodology, 53. 175 Cf. Ernest C. Colwell, “The Complex Character of the Late Byzantine Text of the Gospels”, JBL, 54

(1935) 212, 220, “No hay homogeneidad en el texto medieval tardío de los evangelios. El dominio

universal y despiadado de la Edad Media por un solo tipo de texto es ahora reconocido como un mito”.

“Algunos de los escribas de la Baja Edad Media no le daban ninguna importancia a la naturaleza del texto

que copiaban”. 176 Scrivener, Augienses, xiii. Énfasis original.

138

su origen no se centraba solamente en Constantinopla, ni fue su

evolución la preocupación de concilios ecuménicos ni de patriarcas

… Sus orígenes así como los de los otros llamados tipos de texto

probablemente son los autógrafos … La Iglesia Oriental nunca

adoptó ni reconoció oficialmente un texto recibido o autorizado …

En ningún momento de su historia fue alguna vez adoptada por la

Iglesia Oriental, muy diferente a la situación de la Vulgata de

Jerónimo en la Iglesia Occidental … El término “rescensión” [sic]

que a veces se aplica al Texto Bizantino implica … intentos

deliberados por un grupo de escribas o autoridades eclesiásticas …

de revisar o corregir el texto griego … El caso, como hemos

señalado anteriormente, era lo contrario.177

Además de ver el Bizantino como un texto influido por Crisóstomo o

como un texto que fue impuesto oficialmente, otros críticos han optado por un

medio diferente de explicar el surgimiento y dominio del Texto Bizantino:

4. El Texto Bizantino es el resultado de un proceso que a través de los

siglos que de manera constante se alejó de la forma original del texto en el

interés de armonización, fusión y “mejoras” gramaticales.

Colwell alegó que “un tipo de texto es un proceso, no es la obra de una

sola mano”,178 y que los “eruditos han sido forzados” a esta conclusión debido a

su estudio del texto alejandrino.179 También, “la historia de la tradición de los

manuscritos del Nuevo Testamento es la historia de la progresión de una

tradición relativamente incontrolada a una tradición rigurosamente

controlada”.180 En vista de lo que Scrivener y Geerlings afirman anteriormente,

un debe considerar seriamente el comentario siguiente de Colwell: “Las

preguntas importantes … son: ¿Dónde se aplicaron controles? ¿Por quién? ¿Por

quién?181 Si ningún control semejante fue realmente impuesto, la situación se

modifica radicalmente.

Geerlings además explica el Texto Bizantino por un modelo de “proceso”,

siguiendo las sugerencias de von Soden de que los textos Ka y K1 reflejan las

etapas iniciales de un proceso de desarrollo que resultó en los grupos mayoritarios

Kx y Kr grande.182 Mientras que el subgrupo Kr, más tardío sí se desarrolló de los

MSS que componen el grupo Kx, el Kx no se clasifica tan fácilmente. La opinión

transmisionalmente más lógica sería que Kx más probablemente refleja el texto

177 Jacob Geerlings, Family E and its Allies in Mark,, Studies and Documents 31 (Salt Lake City:

University of Utah, 1968) 1. 178 Colwell, “Nature of Text-Types”, Methodology, 33. Énfasis original. Cf. Colwell, “Method in

Grouping”, Methodology, 15-20. 179 Ibid. 180 Colwell, “Hor Redivivus”, Methodology, 53. Énfasis original. 181 Ibid. 182 Geerlings, Family E in Mark, 1.

139

preponderante del cual todos los subtipos Bizantinos se desarrollaron en

diferentes períodos. Esto coincidiría con Colwell, aunque con una conclusión

diferente:

El Texto Beta [=alejandrino] por excelencia es el tipo que se

encuentra en los testigos más bien antiguos; … el Texto Alfa

[=Bizantino] se encuentra en el texto Kx o Kr de von Soden en vez

del Ka (Familia ) o K1 o alejandrino [Alexandrinus] o

Crisóstomo.183

Sin embargo, las “presuposiciones de proceso” de Colwell son non

sequitur, y presuponen la respuesta antes que se haga la pregunta. Dice él: (1)

“Como escribas, los escribas no siempre copian sin ningún error”; y (2) “estrecha

concordancia entre manuscritos es posible solamente donde hubo algún control.

Amplia divergencia entre manuscritos indica falta de control”.184 El mejor

procedimiento sería redefinir las presuposiciones. a la luz de la evidencia

transmisional: (1) Los escribas en su mayor parte eran generalmente cuidadosos

y razonablemente esmerados en todos sus esfuerzos. Si así no fuera, los MSS del

NT y todas las obras de la antigüedad pronto se habrían hecho una masa de

confusión, y uno se desesperaría de recuperar una forma original del texto.

Mientras que todos los escribas se equivocaban o hacían alteraciones

intencionales en el texto en varias ocasiones, el carácter total del texto copiado no

fue tan afectado como para impedir una transmisión razonablemente precisa en

condiciones “normales”, facilitando así la recuperación de un original

comparando varios testigos; (2) Colwell define “control” como “ediciones con

sanciones”, impuestas de una fuente más allá del escriba individual.185 No

obstante, no hay unidad demostrable de texto dentro de los MSS del Texto

Bizantino, y asimismo no hay evidencia de que alguna vez se hayan impuesto

controles sobre los textos del NT antes de la recensión tardía de Kr.186 El locus

primario del “control” estaba en el deber percibido de los escribas de ser

cuidadosos y esmerados, duplicando el MS ejemplar tan precisamente como fuera

posible. Este nivel de “control” es totalmente suficiente para explicar la mayoría

de los fenómenos observables: Había una exactitud general la representación del

texto, mientras que los errores y alteraciones intencionales diferenciarían los

varios tipos de texto y subtipos a través del largo período de la historia

transmisional.

183 Colwell, “Method in Grouping”, Methodology, 18, énfasis agregada. Colwell considera estas formas

“tardías” como la etapa final del proceso. No obstante, dadas las varias revoluciones de copistas que ya

hemos mencionado, es más probable que estos testigos más “tardíos” el realidad preservan la forma

arquetípica más antigua y más auténtica, que viceversa. 184 Colwell, “Hort Redivivus”, Methodology, 165. 185 Ibid., 168. 186 En 1935, Colwell (“Complex Character”, 221) había alegado (sin evidencia) que “el período de

rigurosos intentos para controlar ... abarca entre 300 y 1200”. Tal alegación no se repitió en sus obras

subsiguientes.

140

El problema primordial del modelo de “proceso” es cómo explicar el

funcionamiento de un proceso bajo las limitaciones de transmisión y lugar.

Hodges se ha dirigido a este punto en una aseveración clásica que anula el modelo

del “proceso” como solución a la historia transmisional:

Hasta ahora nadie ha explicado cómo un proceso largo y lento a

través de muchos siglos e abarcó una vasta área geográfica, e

involucró una multitud de copistas, quienes a menudo nada sabían

del estado de su texto fuera de sus propios monasterios y

escritorios, pudieran lograr tal extensa uniformidad de la

diversidad que presentan los tipos más antiguos [occidentales y

alejandrinos] de texto … Un proceso sin guía que alcance

estabilidad y uniformidad relativas en una diversidad de

circunstancias textuales, históricas y culturales en el cual el Nuevo

Testamento fue copiado, impone tensiones imposibles en nuestra

imaginación.187

Un “proceso” adecuadamente matizada reconocería los varios factores

transmisionales, así como la tendencia hacia la desviación regional hacia formas

localizadas. Este tipo de proceso produciría tipos de texto y subtipos dentro de

una región localizada, pero por sí solo el proceso no produciría ninguna

convergencia a alguna forma de texto dominante. La ausencia de control se

opone a las presuposiciones y conclusiones de Colwell; no obstante, aparte del

control formal, un “proceso” transmisional daría por resultado que varios textos

divergirían del texto progenitor. Tal verdaderamente se evidencia en los varios

textos regionales y subtextos que existen en contraste con el progenitor Bizantino

incontrolado.

Inexactitudes y alegaciones engañosas

El Texto Bizantino ha sido caricaturizado por críticos adversos como

“tardío” (por MS tardío), “secundario” (por lecturas), y “corrupto” (por una falsa

presuposición de proclividades de los escribas). Estos puntos pueden ser

fácilmente discutidos como una cuestión de opinión contraria. Sin embargo,

existen algunos casos en que se hacen alegaciones incorrectas y engañosas contra

el Texto Bizantino. Éstos se aseveran como hechos y se quedan impresos sin

ninguna corrección subsiguiente, engañando así a los lectores, y segándolos en

contra del Texto Bizantino. Tres ejemplos seleccionados de tos oponentes de la

prioridad Bizantina ilustran esta situación:

187 Zane C. Hodges, “The Implications of Statistical Probability for the History of the Text”, Apéndice C en

Wilbur N. Pickeering, The Identity of the New Testament Text, edición revisada (Nachville: Thomas

Nelson, 1980) 168.

141

1. Gordon Fee hace una aseveración notablemente incorrecta al oponerse a

la inclusión Bizantina de Juan 5:3b-4.188 Habla dogmáticamente con respecto a la

construcción del genitivo encerrado (o “implantado”),

que se encuentra al final de Juan 5:3 en el Texto Bizantino:

Este uso de un genitivo encerrado presenta problemas

extraordinariamente difíciles para la autenticidad juanina ... Hay

algunas invariables en cuanto a orden de palabras [en el estilo

juanino] (e.g., ; nunca ). Otra de

estas invariables es con construcciones del genitivo en que ambos

sustantivos son definidos (e.g., los ojos de los ciegos). Hay 97 de

tales casos en los Evangelios (no incluyendo aquellos lugares

donde ambos sustantivos son genitivos, como en el 12:3

), más 27 otros en 1 y 2 Juan. En cada caso

el orden de palabras invariablemente es el movimiento del agua.

Es tan improbable que Juan haya escrito

como sería que un madrileño docto dijera: “Pos yo me voy pal

centro. ¡Vamos pallá!” Es cosa cierta: Si Juan hubiera escrito

5:3b, habría dicho: .189

Sin embargo, una simple búsqueda electrónica de los escritos juaninos190

revela que la construcción del genitivo implantado no solo se encuentran tres

veces en otras partes de Juan (Juan 6:51; 14:30; 18:10), sino que con una sola

excepción (Mateo 13:55, ) esta construcción es de otro

modo exclusivo a Juan entre los evangelios.191 En realidad el genitivo en Juan

5:3b es más típico del estilo juanino que cualquier otro evangelio,192 y su

presencia en Juan 5:3 b argumenta más a favor de la autenticidad juanina que de

su inautenticidad.

188 Gordon D. Fee, “On the Inauthenticity of John 5:3b-4”, Evangelical Quarterly 54 (1982) 207-218,

escrito en respuesta a la defensa del pasaje por Zane Hodges, “The Angel at Bethesda—John 5:4”, BibSac

136 (1979) 25-39 (“Es el artículo de Hodges en particular lo que ha inspirado la presente monografía”,

208). 189 Ibid., 212, énfasis original. La frase final de Fee se cita erróneamente del Texto Bizantino de Juan 5:4;

la intención de Fee era la reconstrucción . Casos “en que ambos sustantivos

están en caso genitivo” (tal como Juan 12:3) son realmente inaplicables. Es más, precedido por

(en Juan por la frase singular ) permanece idéntico por los cuatro evangelios. El único

asunto es si una construcción genitiva implantada se encuentra en otra parte de Juan: Fee declara que esto

absolutamente no es así. 190 Las alegaciones estadísticas de Fee requieren alguna modificación: Formas no implantadas “en que

ambos sustantivos son definidos” (excluyendo casos “en que ambos sustantivos son genitivos”) se

encuentran en Juan 87 veces en NA27 (86 veces en Biz.), y 24 veces en 1 Juan-2 Juan NA27/Biz., según una

búsqueda electrónica Online Bible (la búsqueda se limitó a sustantivos con el artículo solamente).

191 Los genitivos implantados juaninos dicen como sigue: Juan 5:3, ; Juan 6:51,

; Juan 14:30, ; Juan 18:10, .

Variaciones menores se encuentran en cada ubicación, pero los textos Bizantino y NA27 retienen la

construcción del genitivo implantado en todas partes. 192 Los únicos otros casos neotestamentarios del genitivo implantado se encuentran en Hechos (4 veces

Bizantino; 3 veces NA27), Pablo (9 veces), Hebreos (3 veces) y la Literatura Petrina (9 veces).

142

2. En la misma página, Fee alega autenticidad en Juan 5:4 a causa de la

frase , alegando que está en “casi todos los unciales más

antiguos”. Ya que esta frase no va de acuerdo al uso juanino, debe haber sido una

“creación” Bizantina. Fee admite que “falta en la mayoría tardía” de los

MSS (la vasta mayoría del Texto Bizantino), pero dirige su atención a los

“unciales antiguos” (pero no da una lista de ellos). Pero contra Fee, la lectura

“Bizantina” es simplemente , solo, de acuerdo con los datos en

minúscula. Es más, la evidencia en unciales no es como asevera Fee. Según los

aparatos,193 los unciales A K L 0233 rezan . De éstos,

solamente MS A (siglo V) es “muy antiguo”. Los restantes unciales con

vienen de los siglos VIII (I, 0233) y IX (K). En contraste, todos los

restantes unciales que contienen Juan 5:4 rezan solamente , y éstos datan

del mismo período que aquellos unciales que contienen la expansión .

Además, los unciales de Juan que no incluyen superan en número a los

que sí lo incluyen; éstos son los siguientes: siglo VI, 078; siglo VIII, E; siglo IX,

C3 (C* omite el versículo entero) F G H M U V ; siglo X, S . La mayoría

de los unciales reza solamente en proporción de 2 a 1 contra los que

añaden el vocablo superfluo . El manuscrito 078 del siglo VI se encuentra

en contraste casi igual al MS A, “muy antiguo”, en el lado opuesto.194

simplemente no es la lectura “Bizantina”, ni tampoco predomina

tal entre los unciales (“antiguos” o “tardíos”). Así, la explicación piadosa

minoritaria no puede promoverse como “prueba” contra la

autoría juanina de Juan 5:3b-4. Si tal expansión hubiera sido original en el Texto

Bizantino, no habría habido explicación por su omisión más tarde en la mayoría

de los manuscritos en uncial y minúscula; tampoco se omite de la misma

frase en otras partes (Mateo 1:20, 24; 2:13, 19; Lucas 1:11; 2:9; Hechos 7:30;

12:7, 23). Puesto que no es original en el Texto Bizantino de Juan 5:4,

las conclusiones en cuanto a inautenticidad no pueden establecerse sobre esta

base.195

3. Daniel Wallace crea “historia revisionista” al aseverar que el Texto

Bizantino no fue ni dominante ni “mayoritario” hasta el siglo IX.196 Tal alegación

193 Constantine von Tischendorf, Novum Testamentum Graece: Editio Octava Critica Maior, 2 vols.

(Leipzig: Giesecke & Devrient, 1869; rep. ed., Garz: Akademische Druck und Verlagsanstalt, 1965); cf.

Reuben J. Swanson, ed., New Testament Greek Manuscripts: John (Sheffield: Sheffield Academic Press,

1995). 194 El MS 078 es uno de los “testigos constantes” en SQE. Véase también Henry Alford, The Greek New

Testament: UIT a Critically Revised Text, 7ma ed., 4 vols. (Londres: Rivingtons, 1874), in loc. Juan 5:4,

donde 078 se cita como Id). 195 Las otras alegaciones de Fee en cuanto a autenticidad pueden ser impugnadas, pero tal va más allá del

alcance de la presente monografía. El punto en cuestión es la precisión y una representación justa de la

evidencia. 196 Wallace, “Majority Text Theory”, en Ehrman y Holmes, Text of the NT, 311: “Entre los MSS griegos, lo

que hoy es mayoría no vino a ser mayoría hasta el siglo IX”. Un cierto prejuicio se pone de manifiesto en

Ehrman-Holmes: Un eclecticismo total y razonado es derrotado por proponentes de esas teorías

143

no solo va en contra de lo que se ha reconocido desde Westcott y Hort,197 pero

simplemente no concuerda con los hechos conocidos.198 Existe suficiente

evidencia de los manuscritos199 y de los Padres200 desde mediados del siglo IV en

adelante para establecer este punto. Wallace no solo hace caso omiso de un

consenso académico anterior, sino que / pero no considera los factores

transmisisionales que han restringido toda la evidencia del período de antes del

siglo IX. Su declaración actual es poco más que conteo de testigos existentes,

basándose en la presuposición errada de que tal podría describir con exactitud la

situación transmisional total del NT en la era de antes del siglo IX. No hay razón

para involucrarse en una forma cuestionable de conteo contra un consenso

académico anterior, ni mucho menos hacer caso omiso de la evidencia de las

versiones y de los Padres, el cual apoya fuertemente la dominación Bizantina

desde mediados del siglo III en adelante.

El número limitado de testigos existentes antes del siglo XIX es

insuficiente para establecer el carácter proporcional verdadero del texto en aquella

era. Los primeros datos son demasiado limitados (con respecto a la región

Bizantina) y demasiado localizados (con respecto a la región alejandrina o

egipcia) para que el simple conteo numérico pueda tener alguna autoridad, ya que

es probable que tal no sea representativo de la situación real en cuanto al texto de

los siglos primitivos. En pocas palabras, Westcott y Hort tenían razón con

particulares (Elliott, 321-335; Holmes, 336-360); no obstante, las posiciones de Texto Bizantino y de “texto

mayoritario” son criticadas por un oponente (Wallace, 297-320) en vez de ser discutidas por un proponente. 197 Compárese otra vez más Westcott y Hort, Introduction, xiii, 92: “El texto fundamental de los MSS

griegos tardíos existentes es incuestionablemente idéntico al ... texto de Antioquía [= Bizantino] de la

segunda mitad del siglo IV” (énfasis agregada). 198 Wallace previamente había atenuado su declaración (énfasis agregada en todo lo siguiente): (1)

Wallace, “Inspiration, Preseervation”, 30: “Hasta donde revelan nuestros testigos existente, el Texto

Bizantino no vino a ser el texto mayoritario hasta el siglo IX”; (2) Wallace, “Majority Text and Original

Text”, 159: “Entre los manuscritos griegos existentes, lo que es hoy el texto mayoritario no vino a ser

mayoría hasta el siglo IX. De hecho, como revelan los testigos existentes, el texto mayoritario no existió

durante los primeros cuatro siglos”. El punto, por supuesto, es si los testigos existentes proveen una

representación completa de la historia transmisional. La escasez de la evidencia preservada de las regiones

localizadas, juntamente con las consideraciones transmisionales, sugiere fuertemente lo contrario. De ser

así, las afirmaciones de Wallace son erróneas y tergiversan la situación real. 199 Los ejemplares predecesores de los MSS A/02 (evangelios) y W/032 (en Mateo y Lucas 8:13-24:53)

reflejan ejemplares no relacionados en cuanto a estema de origen no Bizantino. Así, tanto A/022 y W/032

reflejan el producto final de una línea más antigua de transmisión Bizantina que se deriva de corrientes

separadas. Muchos otros fragmentos en papiro y unciales de los siglos IV-IX dan testimonio de la

presencia Bizantina generalizada, incluso en Egipto de después del siglo IV. Los unciales de los siglos IV

y V (N/022, O/023, P/024, Q/026, R/027, /042, /043, 064, 0253) demuestran este punto, sin dar ninguna

razón de rechazar a Westcott y Hort aquí. La evidencia transmisional misma apunta dramáticamente en

una dirección contraria a las declaraciones de Wallace. 200 Crisóstomo en el siglo IV usó un tipo de Texto Bizantino o “proto-Bizantino”; así también Gregorio de

Nisa (véase James A. Brooks, The New Testament Text of Gregory of Nyssa, The New Testament in the

Greek Fathers, 2; ed. Gordon Fee [Atlanta: Scholars’ Press, 1991] 263-267). Aparte de Focio en el siglo

IX (ver J. Neville Birdsall, “The Text of the Gospels in Photius”, JTS, n. s. 7 [1956] 42-55, 190-98;

“Photius and the Text of the Fourth Gospel”, NTS 4 [1957/8] 61-63; “The Text of the Acts and the Epistles

in Photius”, JTS, n. s. 9 [1958] 278-291), los escritores patrísticos más allá del siglo IV rara vez reflejan un

texto que se parezca a cualquier documento predominantemente no Bizantino.

144

respecto a la dominación Bizantina de antes del siglo III. Refleja un tipo muy

peculiar de cumplimiento de deseos argumentar “historia revisionista” en este

punto meramente a causa del número de MSS existentes que datan de antes del

siglo IX.

Observaciones finales

Cada unidad variante puede evaluarse favorablemente desde una

perspectiva de la prioridad Bizantina, y todas las unidades deben examinarse con

cuidado al intentar restaurar el texto original. Mientras que algunos ejemplos del

análisis de la prioridad Bizantino se han mencionado en el presente ensayo, es

imposible dentro de un corto estudio presentar una discusión completa o

comprensiva de las variantes. Si bien un análisis de las unidades de las variantes

individuales significativas se puede presentar en estudios cortos, un examen

detallado de la crítica textual debería abarcar muchas unidades secuenciales

dentro de un parte dada de texto. La mayoría de las unidades variantes requieren

discusión extensa para establecer el texto de una manera persuasiva; a menudo los

resúmenes cortos se ven debilitados por no presentar toda la documentación

pertinente para una unidad variante.201 El autor de este artículo ha dado en otras

partes ejemplos detallados que ilustran los principios de trabajo y conclusiones de

la hipótesis de la prioridad Bizantina en comparación con los principios del

eclecticismo moderno.202

Mientras que el presente ensayo no puede presentar una exposición

detallada de la teoría de la prioridad Bizantina, sí provee un panorama de sus

presuposiciones, principios y práctica, demostrando ser una teoría legítima bajo la

categoría general de la crítica textual novotestamentaria, y una alternativa viable

al eclecticismo moderno. La hipótesis de la prioridad Bizantina es mucho más

compleja de lo que parece; no alienta un enfoque simplista ni una perspectiva

teológica estrecha hacia un resultado predeterminado. La determinación final de

ese texto sigue siendo un problema en muchos casos, a pesar de su metodología,

que se basa principalmente en lo externo. No se puede esperar absoluta certeza en

cuanto al texto entero del NT, dada la evidencia así como se ha preservado. Bajo

todas las teorías, el 90% del texto original del NT se considera establecido. La

teoría de la prioridad Bizantina meramente intenta extender esa cantidad,

siguiendo principios razonables de evidencia interna y externa, equilibrada por

factores históricos y transmisionales.

La prioridad Bizantina no ofrece ningún dominio ni refugio para aquellos

que no quieren trabajar diligentemente, ni para las personas no eruditas cuya meta

201 La brevedad de discusión que se da a la mayor parte de las variantes es sintomática del Textual

Commentary [Comentario Textual] de Metzger. La valiosas opiniones contrarias que expresan una minoría

del Comité de la SBU, o no se mencionan, o bien se mencionan con menos información que la que se da a

la opinión mayoritaria. Un comentario textual debería ser más detallado y comprensivo que el que

actualmente poseemos. 202 Véase Robertson, “Dichotomy”; ídem, “Recensional Nature”, e idem, “Two passages in Mark”.

145

es una perspectiva teológica parcial, ni la promoción de una traducción particular.

Más bien, la teoría manifiesta una perspectiva convincente que puede sostenerse

sobre sus propios méritos. Procura explicar los datos evidenciales preservados

para la academia crítica en la búsqueda de la meta de establecer el texto original

del Nuevo Testamento Griego canónico.

La teoría de la prioridad Bizantina tiene una consistencia metodológica

que no puede demostrarse entre las alternativas eclécticas modernas. Esta

consistencia se deriva de una insistencia en una teoría fundamentalmente

documental (siguiendo a Westcott y Hort). A ello se suma la comprensión de los

principios internos dentro de un marco transmisional-histórico. Aparte de esta

base esencial, cualquier pretensión de acercarse o establecer una forma

autoritativa del texto original del Nuevo Testamento consistentemente se quedará

corto.

El problema dentro del eclecticismo moderno ha sido reconocido desde ya

hace mucho. Colwell declaró en 1955: “La gran tarea de la crítica textual para la

generación de estudiosos que ahora empiezan su obra es la reescritura de la

historia del texto y la recreación de la teoría”.203 Sin embargo, Kenneth W. Clark

en 1968 declaró:

Requerimos una historia crítica de transmisión ... Algún ángulo

nuevo, algún experimento original debe intentarse si queremos en

nuestro tiempo lograr un adelanto ... Ésta es la necesidad

fundamental para que avancemos a la revisión exhaustiva y

sistemática del texto crítico. El remedio que necesitamos puede

venir solamente por un mejor diagnóstico. El verdadero

diagnóstico será necesariamente nuevo y diferente.204

Epp en 1974 declaró que “el establecimiento del texto neotestamentario

puede lograrse solo con una reconstrucción de la historia de ese texto primitivo ...

Obviamente, es más difícil hacer esto que decirlo”.205

Clark y Epp tienen razón: Durante el siglo pasado, el eclecticismo ha

funcionado dentro de una historia integrada de la transmisión textual. El que su

texto resultante no tiene raíz en un solo documento, grupo de documentos, o tipo

203 E. C. Colwell, “Foreword” [Prefacio] a Bruce M. Metzger, Annotated Bibliography of the Textual

Criticism of the New Testament 1914-1939, Studies and Documents 16 (Copenhagen: Ejnar Munksgaard,

1955) viii. Cf. Robert Devreesse, Introduction à l’Étude des Manuscrits Grecs (Paris: Imprimerie

Nationale, Librairie C. Klinksteck, 1954) 175: “La critique textuelle du Nouveau Testament a échoué dans

un impasse. . . . Il fallait donc essayer une nouvelle méthode” [La crítica textual del Nuevo Testamento ha

fracasado en un punto muerto ... Así que hay que probar un nuevo método]. 204 Kenneth W. Clark, “Today’s Problems with the Critical Text of the New Testament”, en J. Coert

Rylaarsdam ed., Transitions in Biblical Scholarship, Essays in Divinity 6, gen. ed., Jerald C. Brauer

(Chicago: University of Chicago, 1968) 167, 168-9. La hipótesis actual de la prioridad Bizantina deriva de

sugerencias hechas por Kenneth W. Clark, cuando el autor de este ensayo estudió con él 1971-1977. 205 Epp, “Twentieth Century Interlude”, Theory and Method, 96.

146

de texto es un subproducto desafortunado de su metodología autoimpuesta. El

eclecticismo riguroso sigue siendo un esfuerzo académico divorciado de

consideraciones externas; el eclecticismo razonado intenta encontrar un equilibrio

entre los criterios internos y externos. No obstante, ambos sistemas fallan

precisamente en el punto de la historia transmisional: Su texto resultante carece

de apoyo documental consistente, y representa un conjunto fragmentado

compuesto por una mezcla de lecturas dispares y sin relación de lecturas

preferidas tomadas de unidades de variantes aisladas.206 A este punto la teoría de

la prioridad Bizantina no falla, sino que ofrece un texto resultante

transmisionalmente legítimo que tiene fuerte apoyo entre la base de manuscritos

que subyace al Texto Bizantino. Si la teoría ecléctica moderna con su texto

resultante problemático puede asegurarse un nicho dentro de la crítica textual del

NT, tanto más la hipótesis de la prioridad Bizantina con su insistencia en el

establecimiento de una base transmisional sólida antes de aplicar principios de

crítica interna y externa. Así, la prioridad Bizantina puede aceptarse como

alternativa preferible a las teorías eclécticas modernas que en última instancia no

presentan un texto “original” transmisionalmente viable.

A pesar de las expresiones eclécticas modernas con respecto a lo que la

crítica textual neotestamentaria “realmente” necesita, el pensamiento crítico-

textual actual constantemente se aleja de los ideales y metas más altas. La

especulación ecléctica actual involucra escribas heterodoxos quienes

supuestamente han preservado un texto más genuino que el ortodoxo,207 así como

una incertidumbre general de saber si el texto original puede recuperarse, o si se

puede mantener algún concepto de un texto “original”.208 La posición de la

prioridad Bizantina ofrece una clara alternativa teorética y práctica a las

206 Sin embargo, cf. la confiada aseveración de Gordon D. Fee y Douglas Stuart, How to Read the Bible for

All Its Worth, 2da ed. (Grand Rapids: Zondervan, 1993j) 33: “Para el Nuevo Testamento ... el ‘mejor texto’

ya ha sido determinado por eruditos que son expertos en este campo” (énfasis añadida). Uno se preguntará,

entonces: “¿Qué necesidad tenemos de más testigos?” 207 Véase Bart D. Ehrman, The Orthodox Corruption of Scripture: The Effect of Early Christological

Controversies on the Text of the New Testament (Oxford: Oxford University Press, 1993), en particular 3-

31 y 274-280. Sin embargo, cf. P. Henry, “Why is Contemporary Scholarship so Enamored of Ancient

Heresies:” en Elizabeth A. Livingstone, ed., Studia Patristica, vol. 17 parte 1 (Oxford: Pergamon, 1982)

123-126, quien habla del origen postmodernista de “otro paradigma que parece estar ya en camino de

convertirse en una ortodoxia académica” (123): “Los herejes son los verdaderos genios religiosos ... La

fascinación actual es más con los herejes que con sus herejías ... Tendemos a ver todo en términos de

luchas por el poder ... [y] suponemos que todo lo que sucede se explica más adecuadamente con la

dinámica de la política ... Cualquier persona en autoridad está bajo sospecha. Y en la iglesia primitiva, los

padres [ortodoxos] son ... los que ganaron la lucha. Dadas nuestras presuposiciones, su propia identidad

como Padres ortodoxos los pone a juicio” (124-6). 208 El paradigma postmoderno se admite en Epp, “Multivalence”, 280. “El término ‘original’ ha

prorrumpido en una entidad multivalente difícil de manejar ... Nuevas dimensiones de originalidad surgen

de detrás de las variantes de lectura”. Los futuros críticos textuales deben favorecer el acomodo de la

riqueza de la tradición de los manuscritos, con su multiplicidad de textos y sus originales multivalentes, en

vez de la búsqueda miope de un solo texto final” (280-1). Algunos estarán agradecidos de que “no todos

estarán de acuerdo” con Epp (281), y ciertamente no los que trabajan dentro de un marco de la prioridad

Bizantina. El objetivo de reconstruir una aproximación cercana al texto original sigue siendo legítimo y no

debe ser contradicho por el carácter cambiante de los tiempos.

147

suposiciones pesimistas de la subjetividad ecléctica postmoderna. Las diversas

escuelas eclécticas continúan a la deriva sin una historia subyacente de

transmisión para explicar y fijar el “mejor texto que se pueda alcanzar” del NT

que han construido de pedacitos de lecturas desparramadas. Entre tanto, la teoría

de la prioridad Bizantina permanece bien fundada y muy viva, a pesar de los

discursos y declamaciones que se continúan pronunciando contra ella.209

VOCABULARIO Y EXPRESIONES PARA LA CLASE DE GRIEGO

‘hola, adiós’ (Santiago 1.1; Hechos 15.23)

209 Recientemente, cf. J. L. North, “The Oxford Debate on the Textual Criticism of the New Testament,

held at New College on May 6, 1897: An End, not a Beginning, for the Textus Receptus”, en D. G. K.

Taylor, ed., Studies in the Early Text of the Gospels and Acts: The Papers of the First Birmingham

Colloquium on the Textual Criticism of the New Testament, Texts and Studies, 3ra ser., eds. D. C. Parker y

D. G. K. Taylor (Birmingham: University of Birmingham, 1999) 1-25; especialmente 25, n. 51.

148

(masc.) (fem.) ‘presente, aquí’

‘hola, adiós’; lit. ‘regocíjate’ (Mateo 26.48; Lucas 1.28)

‘hola, adiós’; lit. ‘regocijaos’ (Mateo 28.9)

‘otra vez, nuevamente’

‘juntos’

‘decid[lo] otra vez, repetid[lo]’

‘ruego; por favor’

‘(doy) gracias’

‘todos’

‘todos juntos’

‘en griego’

‘juntos’

‘¡ora!’

‘listo [=preparado], listos’

‘sí’

‘no’; ’¡no!’

‘gracia a vosotros y paz’, (Romans 1.7)

149

‘adiós [pl.]’ (Hechos 15.29)

‘adiós [sg.]’, Hechos 23.30 MB

’ ‘la gracia de nuestro

Señor Jesús con vosotros’ (Romanos 16.20)

‘maestro, profesor’

‘maestro, profesor’

‘discípulo, alumno’

‘traduzco’

‘lo cual es, siendo traducido’

‘Traduce, por favor’.

‘bueno, pues entonces’

’¿Tenéis preguntas?’

‘Buen día’.

( ) ¿Cómo estás (tú)?

¿Cómo estáis?

‘Bien, gracias’.

‘Lo siento’.

‘Perdón, dispensa’ (literalmente ‘concesión, permiso,

indulgencia).

150

‘acaso, luego, por ventura’

‘leo’

‘conozco, entiendo’

‘¿Acaso entiendes lo que

lees?’

‘¿Sabes griego?’

‘¿Dónde vives?’

´Siéntate aquí´.

´sábado´

´domingo´

´fin de semana´

´(que tengas) buen fin de semana´

‘semana´

‘(que tengas) buena semana´

‘¿De veras?’ ‘(que tengas) buena semana´

! ‘¡Auxilio!’ ‘¡Socorro!’

‘¿Quieres leer?’

‘Lee, hermano.

‘Paz a vosotros’. ‘Paz a ustedes’.

151

PRÁCTICA

JUpovstreye eijV th;n kaqevdran sou. ‘Vuelve a tu asiento’. PavnteV sunivete~ ¿Todos entendéis?

152

Nu:n. Ahora. Krouvei ejpi; to;n toi:con. Golpea la pared.

JO toi:coV krouvetai. La pared es golpeada. !Aron to; pothvrion. Qe;V to; pothvrion ejpi; th;n tra;pezan. Toma el vaso.

Pon el vaso sobre la mesa. #Ara pavnteV sunivete~ Entonces ¿todos entendéis? !Aron kaqevdran kai; qe;V th;n kaqevdran w|de. Toma una silla y pon la silla

aquí. Kai; kavqou ejpi; th;n kaqe;dran. Y siéntate en la silla. =Anavsthte. Levantaos. =Anoivghte ta; bibli;a. Abrid los libros. Tiv poiou:sin~ ¿Qué hacen (están haciendo)? =Anoivgousin ta; bibliva. Abren (están abriendo) los libros. Kleivsate ta; bibli;a. Cerrad los libros.

=Esqivw. Como. / Estoy comiendo.

Pivnw. Bebo. / Estoy bebiendo.

Kavqhmai. Estoy sentado.

=Anaginwvskw. Leo. / Estoy leyendo.

Meletw:. Medito. Estoy meditando.

Spousavzw. Estudio. Estoy estudiando.

Proseuvxomai. Oro. Estoy orando.

Tiv ejpoihvsate cqevV~ ¿Qué hiciste ayer?

153

[Efagon. Comí.

[Epinon. Bebí.

=Anevgnwn. Leí.

=Emevlhsa. Medité.

=Espouvdasa. Estudié.

Proshuxavmhn. Oré.

Un saludo en el libro de Rut

Rut 2.4

154

ני( הו ה י בעז: .םכ מ ע )אד

ים: ר צ ני(. הו ה י ךכ ר ב י הקו )אד

Boovz: KuvrioV meq= uJmw:n. OiJ qerovzonteV: Eujloghvsai se KuvrioV. Booz: Yahwéh (El Señor) sea con vosotros/ustedes.

Los segadores: Yahwéh (El Señor) te bendiga.