suplemento cultural 17-12-2011

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Una visita al Popol Wuj Suplemento Cultural Una idea original de Rosauro Carmín Q. Guatemala, 17 de diciembre 2011

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Suplemento Cultural 17-12-2011

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2 Suplemento Cultural Nueva Guatemala de la Asunción, 17 de diciembre de 2011

Desde la portada

Una visita al PoPol WUj (1)

D espués de los 4 Códices mayas, cuyas copias datan entre 1200-1400, la copia de la copia del Popol Wuj entre 1554-58 viene a constituir el vínculo escrito y tangible que sobrevivió la voracidad de las llamas de la conquista, la apropiación indebida, o el simple paso del tiempo. El Po-pol Wuj es también único en su naturaleza, por cuanto congrega, entre otros, elementos del orden social, principios de vida, historia, mitología

del origen de los seres vivos y el mundo, es decir la cosmogonía, y arte escrito de la cosmo-visión maya.

Ahora que se publica la segunda edición del libro que no se circunscribe a la historia de los k’iche’ que habitaron lo que se conoce como “Santa Cruz del Quiche” es oportuno comen-tar lo siguiente. El Popol Wuj es una historia de pueblos indígenas contada al mundo entre plumas verdes, “sangre de dragón” (2), fuego y maíz. Aunque en él se diga expresamente que contiene “la historia del pueblo k’iche’”, como lo señalan los tres Nima Ch`okoj, como representantes de un pueblo con dominio histórico. Es un dominio k’iche’ desde el punto de vista k’ iche’. El contenido del libro, sin embargo, tiene mayor alcance de lo intencionado. Por un lado, como sociedades estratificadas, los otros pueblos mantenían en zozobra a los k’iche’, con momentos de paz, alianzas y periodos de guerra; donde los kaqchikeleb osaron no ofrendar sus vidas por el fuego y finalmente fueron acrecentando su poder. Por otro lado, en la parte mitológica y la parte histórica encontramos mucha relación lingüística, cultural y política con los otros pueblos indígenas, así como con la iconografía maya clásica, por lo que podemos decir que semiológica, semántica y políticamente el Popol Wuj irradia a un número mayor de pueblos prehispánicos.

Como mujer kaqchikel, me siento honrada de comentar el Popol Wuj en esta traducción particular. Formada en escuelas de corte occidental, el Popol Wuj, me parecía un libro difícil de entender, ya que en él no se encuentra la historia linear ni la típica narrativa que se aprende en nuestras escuelas. Esta versión es celebre porque nos accede al Popol Wuj en forma clara y con lujo de recursos fundacionales. Es una versión que se vale de fuentes históricas, lin-güísticas y antropológicas que deja poco espacio al acertijo o aproximar de traductor, o bien a elucubraciones esotéricas.

Es una traducción que hace sentir el dinamismo del mundo indígena. La noción cíclica del tiempo maya no se repite idénticamente, cada ciclo opera con modificación. El lenguaje poé-tico de coplas, tripletes, cuartetos que afloran en todo el texto, invitan a profundizar sobre la historia de los pueblos indígenas y a querer experimentar el arte de la palabra maya en cada una de sus lenguas.

Los nexos culturales con los mayas clásicos han sido demostrados por arqueólogos, histo-riadores del arte, epigrafistas, geógrafos, antropólogos y lingüistas, cuyas décadas de estudios hablan por sí mismos. Solo para mencionar algunos de estos vínculos: La deidad del maíz del periodo clásico con la deidad Ixtziya’ del Popol Wuj; la deidad de luna del Popol Wuj repre-sentada por la diosa Ixchel; Wuqub Kak’ix con el Ave Sagrada y Osa Mayor; en el relieve del Marcador del Juego de Pelota, del Clásico Tardío de Copan, el treceavo soberano de Copan, Waxaklajun Ubaj (18 Conejo), personifica a Junajpu (3) y, por supuesto en la llamada Triada de Palenque, las diferentes manifestaciones y nombres de los héroes gemelos Junajpu (GI) e Xbalanke (GII) están representados por todas partes (4).

Los eventos históricos están escritos en dos formas en las inscripciones de los mayas clá-sicos: La Cuenta Larga y Cuentas calendáricas. De estas últimas hay dos, ampliamente co-nocido entre las y los estudiosos de los mayas clásicos: el Tzolqij o Tzolkin o Cholq’ij (que representa al período del paso del sol al sur del cenit (5), de 260 días, 13 días de 20 diferentes

nombres. La otra cuenta calendárica es el Haab o Junab o Juna’ (año solar o agrícola) compuesto de

18 meses de 20 días y un periodo final de 5 días (wayeb o tz`api q`ij), que suman un total de 365 días. Y si: “....Por nueve cuentas de veinte ayunaban (9x20 = 180), por otras nueve (otros 180 días que suman 360 que conforman el Tun; más 5 días del Tz’api Q’ij para sumar los 365 del año solar) hacían penitencia y hacían ceremonias. Por otras trece cuentas de veinte (260 días) y otras trece (260 días) hacían penitencia...”, obviamente el año solar o agrícola así como el Cholq’ij, eran fielmente seguidos por los adoradores y penitentes que narra el Popol Wuj.

El largo camino irónico: Si en nombre de la Cruz y la espada los españoles destruyeron los textos mayas de la época, con el alfabeto latino utilizado por Diego de Landa, gran parte de las inscripciones mayas clásicas han podido ser descifradas. Desde que Na Chi Cocom, go-bernador de Zotuta, le respondiera su tercera recuesta con un: “ma in kati” (man kuaj taj en k’ iche’ o maninbajo’ ta en Kaqchikel, “no quiero” en español) Landa notó la característica morfemo-silábica de los idiomas mayas (6) en los jeroglíficos.

Pa kol ru tzetik, Desde una mirada especifica Sobre identidades y relaciones intergéneros entramos a un tema que ha suscitado mucha po-

lémica entre pueblos indígenas y entre mujeres indígenas y el discurso feminista. Por un lado se ha acusado a las mujeres indígenas de ser manipuladas y oponerse a las agendas de femi-nistas. Por otro, las mujeres indígenas han expresado sentirse agredidas, incluso por mujeres feministas. Mucho del trasfondo de esto tiene raíces políticas que no necesariamente están en oposición, sino más bien visto y atendido desde una sola dimensión sin la debida considera-ción de contextos y efectos diferenciados.

¿Qué podemos encontrar en el Popol Wuj o de los mayas antiguos que nos ayude a com-prender el estado de la situación? Es una sociedad donde la descendencia se transmite patri-

Pa nim ru tzetik, Desde una mirada amplia

Durante mis estudios de postgrado tuve concien-cia de la importancia del Popol Wuj. En mis años de secundaria en Guatemala medio conocí sobre el libro y en la Universidad lo pasamos por alto. No fue sino hasta que Jack D. Forbes, indígena de la Tribu Pawhatan_Delaware, doctor en historia que comentó un día a los indígenas mayas presentes: “todos los indígenas del continente debemos conocer el Popol Wuj, porque con él nos hundimos o nos salvamos”. Pero una cosa es haberlo leído reiteradamente sin entenderlo, y otra haberlo comprendido bien, con-tribuyendo así a encontrarle mayor sentido a nuestro pasado y presente y avizorar un futuro como pueblos.

POR IRMA OTZOY

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Suplemento Cultural 3Nueva Guatemala de la Asunción, 17 de diciembre de 2011

Desde la portada

Una visita al PoPol WUj (1)

linealmente. Las autoridades eran mayoritariamente masculinas: Los tres pares de gemelos, los jefes de Xibalba, los padres primigenios y sus dioses, los linajes y las Casas Reales, son sobre todo figuras masculinas. Es una historia escrita por hombres. No obstante, las discutidas nociones de dualismo, complementariedad y paralelismo, son una constante de principio a fin en el texto que ofusca el paso directo de binarios opuestos, no solo entre hombres y mujeres sino entre humanos y animales, entre lo natural y lo sobrenatural.

Estudiosos de las culturas y mujeres indígenas con frecuencia han traído a colación los con-ceptos de complementariedad y paralelismo. Algunos de ellos han reconocido tres tipos de complementariedad: Una que se da en el sentido de mitades que complementan un todo. Otra, en la que hombres y mujeres se complementan mutuamente para alcanzar cierto estado en la sociedad; y la última, en la que hombres y mujeres se complementan para producir un efecto diferente a lo que producirían en forma separada.(7)

Rosemary A. Joyce (8), quien ha emprendido numerosos estudios en la materia, dice que el género tenía un potencial fluido y negociable antes de la venida de los españoles en Mesoamé-rica. Si bien los hombres se dedicaban más a los asuntos políticos y militares, y las mujeres a la crianza de las hijas e hijos, las mujeres con sus tejidos como principal producto, eran quie-nes finalmente determinaban mucho del estatus de las familias en la sociedad. No obstante, habían importantes diferencias de acuerdo al status social de las familias (nobles y comunes), la edad de las mujeres (jóvenes, adultas o ancianas), o el periodo del que se hable (preclásico, clásico o posclásico).

Más allá de la retórica, las diferencias culturales exige ver otras perspectivas en cuanto a las relaciones intergéneros. Un rol público no es necesariamente unilateral cuando existe un pacto privado previo. Por ejemplo, las mujeres malayas (9), dejan que los hombres negocien públi-camente los asuntos, pero ellas son quienes han decidido en casa la postura que tomaran sus

esposos. Retornando al caso de Mesoamérica, ser mayor en edad era socialmente categórico, por los que bien dice Joyce: “Aunque la historia euroamericana parece asumir naturalmente que el género o sexo es el único determinante significante del estatus de poder, para las so-ciedades mesoamericanas, genero nunca es independiente de la edad, y la edad determina en gran medida el estatus relativo” (10).

Estudiando la epigrafía y la arqueología maya la misma autora encuentra evidencia icono-gráfica del dualismo y la complementariedad. El uso de una forma condensada del motivo del Árbol de la Vida con las cabezas de serpientes como sus ramas en los ornamentos de cabeza de mujeres y los pectorales de los hombres, característicos de formalidad de mujeres y hom-bres, representa a hombres y mujeres como mitades complementarias de un solo espacio, la superficie plana de la tierra y el eje vertical central.

La relación dual maya, por su lado, sobrepasa el principio filosófico entre humanos. En un nivel, la interrelación mitológica entre el mundo y el inframundo, al igual que la de Q’ukumatz y K’otuja se establece entre lo natural y lo sobrenatural. En otro, los Nim Ch’okoj se identifi-can como madres y padres de la palabra. En otro nivel más, existe dualidad entre las deidades mismas, como las deidades del maíz y la luna, que son considerados iconos de dualismo de género primigenios. La deidad de la Luna, por ejemplo, está asociada con Xbalamke del Popol Wuj y con la representación de Ixchel de los mayas clásicos. En este sentido Joyce dice que el maíz puede ser femenino o masculino a medida que crece, y la deidad de la Luna a través de sus fases. Finalmente, la Estela H en Copan es otro ejemplo que trasciende la diferencia de género para recrear una identidad dual de género (11).

El paralelismo ha sido elocuentemente explicado y de hecho bellamente demostrado en todo el texto trabajado por el traductor de esta versión del Popol Wuj. Podemos recordar parte del lenguaje paralelo, en la que el engendrador/la concebidora; Xpiyakok/Ixmukane; abue-lo/abuela: hijas/hijos. No obstante, la práctica política de este principio cosmogónico implica mucho más coparticipación de asuntos y/o personajes. Por lo que a diferencia de los mayas, se dice que la ideología y práctica del paralelismo de autoridad y liderazgo entre hombres y mujeres, se mantuvo más entre aztecas e incas, quienes tenían instituciones muy desarrolladas para el comercio, la diplomacia y la guerra (12).

Aunque el poder político era transmitido entre hombres, tenía sus excepciones. Entre los mayas clásicos había más gobernantes que gobernantas. Hasta el momento se ha sabido de 152 gobernantes y 4 gobernantas, dos de ellas en Tikal, una en Naranjo y una en Palenke (13). En la parte mitológica y la parte histórica del Popol Wuj, las mujeres tuvieron menor repre-sentación, y a veces se alude a ellas como sujetas pasivas de intercambio. No obstante, la par-ticipación activa de Ixmukane, Ixkik, y de Uchuch K’emja no puede pasarse por alto. En lo relativo al Periodo Clásico, podemos asentir entonces que tuvieran o no el poder absoluto, las mujeres mayas eran muy importantes para mantener el equilibrio. (14)

Estamos en un proceso que rebasa la réplica y hacia la creación de una síntesis propia, sal-vando interpretar culturas diversas a través de ojos, esquemas o modelos universalistas apa-bullantes. ¿Cómo integrar los valores liberales de libertad, individualidad, independencia sin que ello implique la supresión de los valores de otras culturas? No tengo la respuesta precisa, más de algún intento se ha hecho (15), pero necesitamos mover un poco el lente y relajar un poco las oposiciones binarias aprendidas, desde fuera y desde dentro. Derecho a modificar costumbres y tradiciones culturales que afectan la dignidad, y a fomentar las que nos favore-cen, como se comprende del Primer Informe de la Defensoría de la Mujer Indígena (16). Al mismo tiempo buscando redefinir un “yo” y un “nosotras” con mayor complejidad y hetero-geneidad. De no serlo, como lo expresa Wendy Brown “un feminismo sin un discurso recons-truido del discurso liberal es [un discurso] entrampado (17).

Quizá no todas podamos salir totalmente de la cocina, tampoco queremos parejas sin nues-tro consentimiento, pero siempre tendremos madres y padres primigenios, y quizá algún día contemos con más consejeras como Uchuch K’amja y gobernantas como Unem Balam, que nos conduzcan por caminos verdes, para que tengamos buenos pueblos y que sea buena la vida y la existencia.

NOTAS1 Comentarios al POPOL WUJ, traducción al español y notas de Luis Enrique Sam Colop,

más conocido como Sam Colop. Guatemala, 2008.2 Referente a la savia de látex o resina roja que se obtiene de diferentes especies de cuatro

distintos géneros botánicos: Croton, Dracaena, Daemonorops, Pterocarpus; cuyos nombres populares son “Sangre de Drago”, o “Sangre de Dragón”. http://es.wikipedia.org/wiki/San-gre_del_Drag%C3%B3n. 23 de abril de 2011

3 Eva Eggebrecht, Arne Eggebrecht, Wilfred Seipel, Nicolai Grube, Estela Krejei, Roe-mer-und Pelizaeus-Museum. Maya Amaq’ . Edición ilustrada. Fundación Cholsamaj. 2001.

4 Linda Schele y Mary Ellen Miller. The Blood of Kings. Dynasty and Ritual in Maya Art.. Kimbell Art Museum 1986. Printed in Japan.

5 El Sol cruza el cenit el 30 de abril hasta el mediodía del 13 de agosto (suman 105 días), cuando emprende su recorrido hacia el sur (que sumando otros 260 días, completan 365 días). Ver, J. Eric S. Thompson. Maya Hieroglyphic Writing. University of Oklahoma Press. Nor-man and London. 1971. P. 98.

6 Yuri Knorozov y Galina Ershova. Diego de Landa como Fundador de la Cultura Maya. Anales del Museo de América, 2 (1994):21-32.

7 John Monaghan en: Susan Kellogg Weaving the Past.8 Rosemary A. Joyce. Gender and Power in Prehispanic Mesoamerica. University of Texas

Press, Austin. 2000.

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4 Suplemento Cultural Nueva Guatemala de la Asunción, 17 de diciembre de 2011

Literatura

Estética urbana y sínd romE dE mELquiadEs

Gabriel García Már-quez/ Cien años de soledad

El crítico sueco Ulf Eriksson recalca que ha habido un cambio

esencial de estructuras y temáti-cas en la nueva novela latinoame-ricana. Erickson compara con el boom, sobre todo Fuentes, Vargas Llosa, Donoso y Cortázar, en don-de la ciudad era todavía un mundo fascinante. Ericsson ve ahora una restauración del enlace ficción y realidad en las novelas del guate-malteco Rodrigo Rey Rosa, espe-cialmente Piedras encantadas y en la obra Plutón del colombiano Evelio José Rosero. En ambas la clase media actúa envuelta en un marasmo de agonía urbana, caos e impunidad. La emblemática “zona más transparente”, la anti-

gua Anáhuac de Alfonso Reyes, intertextualizada por Fuentes, ha sido superada por la marginalidad masiva, la contaminación y la vio-lencia.

La Ciudad de Guatemala lo confir-maría, porque parece haber perdido el alma, es decir la “vida callejera”. Se vive en una cuidad desalmada. Caminar por las calles resulta un es-trés físico y sicológico. Viajar en un bus es arriesgarse a ser asaltado o asesinado. Y los riesgos de la vida ca-llejera producen el candado social o casas y edificios con alarmas, cáma-ras, perros, vigilantes y hasta cercas eléctricas. También la proliferación de los malls o centros comerciales cerrados y supervigilados, que subs-tituyen más y más a la vida comer-cial, cultural y social de los espacios abiertos en calles y plazas. La Ciudad de Guatemala es una especie de urbe

penitenciaria, sin lugares públicos, disminuidos por razones de seguri-dad, lo que ha llevado a un estilo de “feudalismo urbano” excluyente y a una vida cultural y artística raquítica y elitista. Este es el entorno donde, esencialmente, se produce el nuevo arte y la nueva literatura de la Guate-mala urbana.

¿Cuál es el papel del arte y sus po-sibilidades en el contexto de la eco-nomía informal, de la sobrevivencia informal? ¿Cuáles pueden ser las formas y los contenidos estéticos en medio de la pobreza? Entre el arte y las maras, buena parte de la juventud guatemalteca se queda con las pandi-llas. ¿Y quiénes serán los espectado-res, los lectores, los observadores?

En Chile, en las postrimerías de la larga y amarga dictadura del ge-neral Augusto Pinochet, que tuvo una guerra declarada e infame con-

tra la estética, unos jóvenes creadores de Santiago consiguie-ron el dinero suficien-te para alquilar una avioneta, de esas que lanzaban volantes de publicidad comercial. Hicieron paquetes con un poema ilus-trado que hablaba de amor y libertad y a la hora pico, la del trá-fico incesante, la de las salidas masivas de los centros de trabajo a buscar el almuerzo en las calles, fueron tirando sobre la capi-tal chilena, desde la pequeña nave, miles de hojas sueltas con el poema. Uno de los pa-quetes no se desató y cayó pesadamente y a gran velocidad en una comisaría de policía, traspasando un techo endeble y haciendo gran estruendo. El paquete se tomó de inmediato como un ataque subversivo y las fuerzas de seguri-dad se alertaron con

órdenes de detener, a toda costa, a los terroristas del aire.

Años después, esta vez en la ciudad brasileña de Sao Paulo, un elenco ambulante monta una obra de teatro en la calle. Pronto hay un círculo de gente alrededor de los tres actores, dos hombres y una mujer que repre-sentan con realismo dramático una escena de violación. Todos vestidos con ropas anaranjadas y los rostros pintados del mismo color. No obs-tante el “público” comienza a indig-narse y se crea una atmósfera de ten-sión que amenaza a los actores mas-culinos, en peligro ahora de agresión por parte de la masa. Es entonces que termina la actuación y la mujer explica, dirigiéndose al “público”, que se trata de teatro callejero y que el objetivo es hacer conciencia sobre la violencia sexual. Algunos peato-nes continúan su marcha, casi de-cepcionados, porque “no era real”. Algunos protesta, otros aplauden y la “función” concluye en una espe-cie de improvisado debate callejero sobre el tema.

Volviendo a Ciudad de Guatemala: a finales del siglo pasado el fotógrafo Daniel Hernández realizaba un au-daz montaje en distintos lugares de la capital, con la ampliación de grandes proporciones de su fotografía “El ángel de la calle”. Un trabajo donde Hernández utilizó fotos de huesos de víctimas civiles de la guerra interna, hallados en un “cementerio clandes-tino”, e integrados como “las alas del ángel” en un hombre con el dorso desnudo. Cuadrillas de voluntarios se repartieron por diversos puntos de la ciudad, incluyendo una pared del Cuartel General del Ejército y pega-ron en horas nocturnas la gran foto, que apareció al día siguiente ante los ojos de la gente, como un afiche más de propaganda, pero que poco a poco al observarlo mostró que era algo diferente.

En 2003 la Corte de Constituciona-lidad dio vía libre a la candidatura del exgeneral Efraín Ríos Mont, acusado por muchas organizaciones pro de-rechos humanos de ser responsable de múltiples masacres de campesi-nos indígenas desarmados durante la guerra interna. Regina José Galindo

recorrió entonces, vestida de negro, las calles que llevan desde la Corte al Palacio Nacional, portando un balde lleno de líquido rojo que recordaba la sangre humana, en el cual remojaba sus pies descalzos para ir dejando así sus huellas. Un tremendo símil visual que refería de manera impactante al delito de genocidio e impunidad y a la falta de memoria histórica.

Todas las anteriores prácticas esté-ticas chocaron con los cánones de la “crítica” establecida en su momento (en Chile, Sao Paulo y Guatemala). Los ejemplos citados obedecen a formas diferentes, más relativamente recientes, en tres ciudades distintas de un continente en permanente ebu-llición social. Casos de creación que denominamos como anomalías en la percepción, es decir ruptura del ca-non. El espacio no podía ser otro que la calle, más que la galería, el teatro o el museo.

Los problemas de comprensión de parte de la llamada “crítica” y del lla-mado “público”, radican en nuestro continente, en buena parte al menos, en el divorcio posmoderno entre pro-puestas artísticas y realidad objetiva.

El asunto es identificar el tipo de vida estético/urbana que el “Tercer Mundo”, ahora también llamado “Sur”, demanda en sus manifesta-ciones concretas, o sea la praxis de un arte en que coincidan éticas y estéticas. Para alejarse de la esqui-zofrenia posmoderna. Para asumir la insobornable necesidad de reconocer los procesos históricos y los cambios reales del desarrollo desigual y com-binado, que aún demarca el panora-ma mundial.

¿Dónde ubicar a una ciudad como Guatemala en esa telaraña de proce-sos que son los escenarios de la pos-modernidad? Resalta la paradoja de la tecnología más avanzada que lle-ga al país, nadie está aislado en este mundo global, y que se utiliza en la deficitaria formación social guate-malteca. Es decir, hay un bache entre los avances de la tecnología mundial y la situación social.

Ciudad de Guatemala carece de servicios básicos suficientes para todos sus habitantes, unos tres mi-llones, como el transporte colectivo,

”La ciencia ha eliminado las distancias”, pregonaba Melquíades. ”Dentro de poco, el hombre podrá ver lo que ocurre en cualquier lugar de la tierra, sin moverse de su casa.” … “En el mun-do están ocurriendo cosas increíbles -le decía José Arcadio a Úrsula-. Ahí mismo, al otro lado del río, hay toda clase de aparatos mágicos, mientras nosotros seguimos viviendo como los burros.”

Por JAiME BArrios CArriLLo

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Suplemento Cultural 5

Literatura

Estética urbana y sínd romE dE mELquiadEsNueva Guatemala de la Asunción, 17 de diciembre de 2011

agua potable o electricidad, al mismo tiempo que tiene capacidad hotelera de cinco estrellas, cafés de internet, bolsa de valores, proliferación de teléfonos celulares y otras marcas y signos de la revolución tecnológica.

El desafío primordial del arte y la literatura reside, entonces, en cómo enfrentar estéticamente el hecho so-cial. ¿Cómo nárralo? ¿Cómo pin-tarlo? ¿Cómo dramatizarlo? Cómo adentrarse en la interpretación y re-presentación de la condición humana en nuestro propio contexto.

En la Ciudad de Guatemala, co-menzamos ya desde hace un tiempo a ver claras expresiones de este tipo de reactivación del enlace estético/ético, por ejemplo en el entusias-mo popularizado de eventos como Octubre Azul. Podrían mencionar-se publicaciones de corte marginal aparecidas en años recientes, como El Cadejo o El Supositorio, don-de la irreverencia se mezcla con la experimentación y un permanente cuestionamiento crítico. El humor y la ironía contribuyen a levantar el nivel de las propuestas, diferencián-dose en esto también de la solemni-dad militante de los ochentas.

Se manifiesta este enlace, de manera patente, en la poesía jo-ven urbana. Nombres como Javier Payeras (con Raktas), Allan Mills (con Síncopes), Juan Carlos Lemus (La era del moscardón) o Maurice Echeverría (con Encierro y Divaga-ciones), marcan diferencia, no sólo en temática sino en calidad poética y en un distanciamiento estético profesionalizado que permite una mejor penetración de los fenóme-nos urbanos y humanos. De ahí el replanteamiento de la nueva estéti-ca en su producción (objeto artísti-co, texto, escultura, pieza teatral) y de la interpretación de la misma, es decir el advenimiento de una nueva crítica.

El presentismo, de boga en los nue-vos creadores de Ciudad de Guate-mala, no es negación de la historia, sino un recalcar del “aquí y ahora” como bastión existencial de la expe-riencia y su entorno. Escribe Javier Payeras en su libro Limbo:

”En días laborales los buses van lle-nos a reventar. Sus vientres vomitan docenas de personas en cada para-da… Todos los buses tienen una le-yenda escrita en la entrada: Por favor córrase para atrás. Este es el eslogan del país.”

La violencia sigue estando presente en las obras de las nuevas generacio-nes ( por ejemplo en las novelas Rui-do de Fondo del mismo Payeras o en El libro negro de Estuardo Prado),

pero ya no como síntoma sino como parte esencial del comportamiento y la sensibilidad que se han propuesto plasmar. Son ahora los seres cotidia-nos y ya no los héroes suedoépicos los que con su presencia, su conducta social, cambian y forman el escenario urbano en la nueva creación, expresa-da frecuentemente en una voz lirica neobarroca:

“me voy manchando, cualquiera diría esta noche no floreceré, toda ca-lentura ingresa por un halo de luz des-vanecida, tal música oscura y genética, mi situación presente no permite que me conmueva, iré sin freno hasta el fon-do… (Alan Mills/ Síncopes)

Encontramos un constante desve-lamiento de la ciudad alienada, la que carece de vida cultural, de ilusiones estéticas y de espacios creativos don-de lo popular ha sido estigmatizado por los grupos privilegiados y des-culturizados por la labor de las termi-tas del espíritu: la televisión, el best séller, además de la camisa de fuerza de un forzado angloparlantismo. Esa “City” retratada en los poemas de Maurice Echeverría, Encierro y diva-gación, que resulta ser una ciudad:

“sin bellos poetas en las esquinas, muy parecida a sí misma cada vez, quizás es sólo la fosilización de un espacio. Es muy fácil matar aquí/ por esas y otras razones”.

No es la temática lo que reúne a to-dos estos nuevos artistas y escritores de Ciudad de Guatemala (Alan Mi-lls, Javier Payeras, Maurice Eche-verría, Irma Yolanda Carrera, Ale-jandro Marré, Juan Carlos Lemus, Julio Hernández, Mendel Samayoa, Estuardo Prado, Darío Escobar, Claudia Navas, Andrea Aragón, Juan Pablo Dardón, Pablo Bromo, Julio Serrano, Lucía Escobar, Eddy Alfaro Barrillas, Darío Escobar, Ca-rolina Escobar Sarti, Javier Mosque-ra y Alejandra Flores, entre muchos otros) sino el posicionamiento cons-ciente de su acto creador frente a su tiempo y entorno. No escriben ni pintan ni hacen fotografías de la ciu-dad sino desde la ciudad. De ahí que la reelaboración y juego estético con los tiempos múltiples, sean como las luces de la tramoya social, desde donde surgen la nueva narrativa y poesía, el naciente cine, la fotografía y la plástica.

Los escenarios urbanos del “Ter-cer Mundo”, permiten pensar que no deja, sin embargo, de haber posibili-dades creadoras en este señalamien-to de convivencia de tiempos dife-rentes. La convivencia del tiempo primermundista y el del cuarto mun-do. Centro y periferia. Norte y Sur. El mundo de hoy es uno y distinto,

como nunca antes. Lo anterior indu-ce a repensar dimensiones dentro de un gran tiempo de dirección múlti-ple y que llamamos el Síndrome de Melquiades, el gitano trashumante amigo de José Arcadio Buendía en Cien años de soledad.

Melquiades viaja por todo el mun-do, el cual no le resulta pequeño, y lleva a Macondo todos los inventos y avances que sorprenden a los ha-bitantes de una aldea que no había conocido ni el hielo. La lupa gigan-te con que José Arcadio Buendía pretendió construir un arma solar formidable o el imán que lo lleva-ría a un deseado oro, enterrado en alguna parte. Los usos estrafalarios que José Arcadio hace con esa tec-nología demasiado avanzada lo lle-van al delirio y al estigma de locura por parte de lo macondianos; hasta que el mismo Melquiades retorna para restaurar y proclamar el valor del gran descubrimiento que José Arcadio Buendía ha hecho con sus medios propios y que consiste en sa-ber que el mundo es redondo como una naranja.

El síndrome de Melquiades retro-trae también a la soledad del ar-tista. Y a la duda dialéctica frente a los signos de la alta tecnología y a la imposición mecánica de los mismos. Pero a diferencia de la creación y búsqueda de lugares míticos de la literatura del siglo pasado (Comala, Macondo, San-ta María) ahora se anhela su des-trucción. Porque Macondo ya no es una aldea diáfana sino la ciudad insoportable.

En el Centro Histórico de la ciudad de Guatemala, en una pared des-apercibida, alguien hizo una pinta. No de siglas políticas ni de men-saje de alguna de las temibles ma-ras. Lo escrito decía simplemente: “Lea Poesía”. Un mensaje que sin duda reconforta. Porque la poesía es la vuelta a la noción de que nada permanece, mas todo es y será. Aquello de que “la poesía siem-pre es moderna”. De ahí que el ajuste de cuentas, aquí pro-puesto, con la socie-dad y la historia, por un lado, y con la estética y sus formas, por el otro, pueda ser también leí-do como un llamado de restitución de la esperanza. La espe-ranza, que en el ver-so de Luis Cardoza y Aragón, “nos está esperando”.

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6 Suplemento Cultural Nueva Guatemala de la Asunción, 17 de diciembre de 2011

Nueva catedralEntre Anaqueles

Antigua Guatemala, heredó de la ciudad de Santiago de Guatemala, una Catedral en ruinas, desmantelada y sin privilegios.

Por Mario Gilberto González r.

P ara la nueva Cate-dral, se aprovechó su preciosa fachada, las dos naves latera-les de norte a sur y el crucero de dos ber-

negales de poniente a oriente, con puerta al atrio que da al frente de los edificios que fueron el Colegio Tridentino y la Real y Pontificia Universidad de San Carlos de Bo-rroneo. En la fachada principal se cerraron a calicanto las dos puertas laterales y en la nave de oriente, el acceso a las tres naves de oriente y poniente. El altar mayor se colocó en la parte sur y el coro con un ór-gano tubular en el norte. Dos salas al sur, inmediatas al Altar Mayor se convirtieron en la actual Sacris-tía. Esa es la Catedral que llega a nuestros días.

Por su abolengo y rico pasado histórico y por ser iglesia principal, se le dio la importancia inmediata para restablecer su culto y ser sede de la Parroquia del Señor San José con una jurisdicción muy amplia que alcanza a los pueblos de las Milpas Altas en el Oriente y la al-dea de San Bartolomé Becerra en el Poniente. Las otras dos parro-

quias son la de San Sebastián con sede en la Iglesia de Ntra. Sra. de las Mercedes y la de los Reme-dios en la iglesia de la Escuela de Cristo.

Cuando se contemplan con ojos limpios los templos en servi-cio religioso y las ruinas que die-ron timbre de grandeza a la ciudad de Santiago de Guatemala, surge la curiosidad de saber de su pa-sado y de los bienes y alhajas que las embellecieron. De los altares sobredorados de filigrana precio-sa que reflejan la calidad artística de sus talladores con gran domi-nio en el manejo de la madera y las bellas imágenes en quienes los imagineros lograron plasmar la expresión natural de gozo, de se-renidad y de pasión que impactan al contemplarlas y que invitan al investigador histórico a que bus-que en los anaqueles de los archi-vos, los infolios que contengan la documentación fehaciente de esa riqueza desconocida y permitan revivir la grandeza de su pasado. El mismo investigador se sorprende de la revelación histórica que en-cuentra en los archivos. Ahora nos ocupamos de reconstruir la Nueva

Catedral de Antigua Guatemala, con datos que sin duda, van a sor-prender al lector.

Con ocasión de la visita “san-ta y canóniga” que su Ilma Dr. y Mtro. Don Fr. Ramón Casaus y Torres, realizó a la Parroquia del Sr. San José de Antigua Guate-mala, el 18 de Febrero de 1816, se levantó el Inventario que hoy glosamos.

El culto de la nueva Catedral se inició con los pocos bienes y al-hajas propios y los que pasaron de la iglesia del Señor San José y va-rios pueblos. Eso es lo que refleja el “Inventario de los Bienes y Alhajas, de la Parroquia de Señor San José, erigida en tal, en 19 de Diciembre de 1804, con separación de los propios de la Parroquia, de los que pertenecen a la Iglesia de Señor San José y a otros pueblos ano-tándose los que fueren y es como sigue, Inventario de la Parroquia: Plata labrada. Primeramente una Custodia toda dorada, de chispa, otra moderna de un poco más de tres cuartos de alto con sus vidrio, cinco piedras finas en la Cruz, doce perlas, dos piedras grandes, y otras dos dichas pequeñas en el círculo del relicario, guardadas en su cajón de cedro con sus puerteci-tas. Ytem. Un copón todo dorado con su hijuela guarnecida de pie-dras finas, obra moderna. Ytem. Otro copón mediano con su hifu-sia dorado por dentro que dio el finado Presbítero Dn. Cleto José Ordóñez, y todo, y todo tres copo-nes (dichos) tienen sus capillas do-centes. Ytem. Dos cálices dorados con sus patenas y cucharitas. El uno es perteneciente al Pueblo de Santa Inés. Ytem. Un coponcito, fi-gura de hosteario con su cruz en el remate, dorado en el centro con su cucharita de plata, pertenece a Sta. Inés. Ytem. Dos relicarios para los Viáticos de los enfermos. El me-nor es de San Juan Gascón. Ytem. Un incensario inútil con su naveta y cuchara pertenece a Sta. Inés. Ytem. Una Cruz de mano perte-nece a Sta. Inés. Ytem. Una Cruz proporcional con su hasta forrada de plata.Ytem. Un asetre grande con su hisopo, y manguilla todo de plata. Item. Un hosteario de plata. Una Palmatoria. Item. Un Sagra-rio guarnecido de plata, fondo de espejo azogado, cuya pieza está de fijo en el altar de Dolores con su llave, caverna y escudo en el rema-te de plata. Item. Cinco Crisme-neas, tres que están en uso perte-necen al Pueblo de San Miguelito y las otras dos al de Sta. Inés. Ytem. Una concha de plata para bautis-mos es de Sta. Inés. Item. Cuatro

cornicopas grandes de echura de madera que dejó la finada María Dolores Rizo para que sirvan en la dos festividades solemnes del Santísimo Sacramento, Señor San José, Dolores de Ntra. Sra. Y mis-terio del Nacimiento de Christo en la Parroquia. Item. Una Gloria de hojalata dorada a trechos con sus angelitos, pertenece al Misterio del Nacimiento.

Ytem. Una cajita forrada de es-pejo guarnecida de plata para la llave del Sagrario que dio el Padre Gabriel. De orden de el Señor Ar-zobispo se tomaron varias piezas de plata del pueblo de San Juan Gascón y de…para hacer otras nuevas para uso de la Parroquia…

Con limosnas de los bienhe-chores “se hicieron las piezas si-guientes”: “Se renovaron todas las vinageras con sus salvillas y unos ciriales con el peso de quince mil siete onzas y las vinageras y salvillas con el peso de seis mil cinco y me-dia onzas, con esto y cinco mil tres y media onzas y limosnas que se hizo público, se pagaron las hechuras. El Padre Cura Velasco mandó hacer un caliz nuevo todo cincelado y do-rado con su patena y cucharita, con la condición de que solo sirva en las funciones solemnes de Ntro. Jesús-Christo, de su Santísima Madre y de Señor San José y que no se preste a otras ya por ser su intención y que solo sirva con la Parroquia, pesa 3 mil onzas 1/8, queda guardado en

su cajón de cedro.” Plata del Misterio del Nacimiento.”Una

corona fina dorada por dentro y fuera con seis tembeleques de palmitas, una falta de una perla engastada en plata sore dorada adornada de ocho perlas, y diez y nueve piedras preciosas, la piedra grande está montada en oro. Ytem. Una joya de esmeralda … de tamaño de un … monta-da en oro para en el imperial del frente y con la cruz un ojo de esmeralda. Son alha-jas de la Virgen del Niño del Nacimiento. Ytem. La Corona de Señor San José, otra fina dorada por dentro y fuera con cinco serafines embutidos en sus huecos y un bloncito de esmeralda en la cruz. Ytem. La Vara de Sr. San José de dos piezas, con su ramo de veinte y dos flores mestizas. Item. Un resplandor del Niño Jesús de chispa, dorado por dentro y por fuera con veintitrés palmitas y tres potencias. Ytem. Doscientos cincuenta piezas que prodi-garon los Reyes, retiros y Pastores que vendió de esta pertenencia esvasca de la finada Ma. Dolores Rizo a quien pertene-cían los presentes, y los retiene en su po-der con el fin de hacer el altar para colocar las Imágenes del Misterio del Nacimien-to en esta Iglesia en cumplimiento de la cláusula en que lo dispone otra finada, cuyo albacea es Honorato José de León en quien como dicho es se haga depósito la expresada cantidad con los fines indi-cados. Con la cantidad antes dicha de 250 pesos hizo el Altar Honorato de León. Un escaparate grande de pino con su filetes de oro, su mesa de altar frontal. Dos can-delabros, seis cornicopias, un atril, una tablita del Evangelio de San Juan, velos,

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Suplemento Cultural 7Nueva Guatemala de la Asunción, 17 de diciembre de 2011

vidrieras y vestidos de las Imágenes para todo el año.”

Se describen la ropa blanca, las casu-llas, palmetas, capas de coro, estolas, man-teles, palios y manote.

“Vestidos de las Imágenes – Dolores. Una tunicela de lama de plata y de colores guarnecida con punta de oro fina. Ytem. Un manto brocado celeste guarnecido en pun-ta de plata fina que dio la Sra. Felipa Dávila. Ytem. Un galón de oro de tamaño de una tercia que ciñe de síngulo a la Sma. Virgen de Dolores junto con el vestido ya mencionado.

De Ntra. Sra. De la Soledad. Dos al-bas de velio adornadas de recortes, la una es del Sto. Entierro y la otra de Ntra. Seño-ra. (al margen dice: en poder de Paulino) Ytem… en casa de Francisco Estrada.

Muebles de la Sacristía. Un Señor Crucificado de una vara y cuarta de alto en su cruz pintada de verde fuerte sobre la mesa varios ornamentos. Ytem. Un frontalito de talla dorado. Ytem. Un óvalo del Corazón de Jesús como de media vara de alto con su vitrina. Ytem. Un lienzo de Ntra. Señora de Guadalupe de una vara y media. Ytem. Una mesa redonda pintada de verde que está en el medio de la Sacris-tía y sirve para preparar los ornamentos. Ytem. Seis Aras sin reliquias. Ytem. Cua-tro misales incluso uno Dominicano que está maltratado. Dos manuales uno gran-de y otro pequeño.

Bienes pertenecientes a la Cofradía del Santísimo Sacramento. Ytem. Una casulla de tisú guarnecida de galón de puntos de oro que la dieron los Mayordo-mos para sus festividades propias. Ytem. Dos albas de cambray labrado, sin ami-

tos. Un velo de glasé de oro, en el baldaquín en donde se expone al Santísimo Sacramento. Ytem. Tres guarniciones de manteles, a saber, uno de punta de oro fondo nácar y palio verde, que dio el P. Cura que fue de la Candelaria Dn. José Ma-nuel Martín. Otra verde con fleco de oro y palio de lo mismo. Otra de Razo de expolín nácar. Cuyos bienes se guardan en un arma-rio pequeño de cedro, pintado de azul, sobre sus mesitas también se guardan en el dicho armario diez y ocho cornicopias de madera con sus cenefas de espejo azogado, seis candelabros, seis jarritos con sus flores de adorno. Ytem. Dos juegos de varas de palio de made-ra plateadas. Ytem. Se agregan tres albas de gasa dorada. Ytem. Un mantel con su Palio dorado de hilo rojo que dio Dn. Rafael Escobar. Ytem. Un interno de lama com-puesto de capa, casulla y dalmá-ticas guarnecido todo en bricho que costeó don Rafael Escobar y el Sr. Cura Velasco dio 50 pesos y se le pusieron galones. Ytem. Un monumento, de piezas, corriente fondo blanco fileteado de oro que compraron los Mayordomos de la Cofradía, a la Catedral el año de 810 en 400 pesos 5 reales. Ytem. El Cirio Pascual en su mesa redonda. Ytem. Un farol que sirve para la luz de la Lámpara. Ytem. Dos ciriales de madera plateada que dejó don Juan…Ytem. Una matraca grande

y otra dicha de mano. Ytem. Otro farol grande de espejo que dio la Sra. la Fermina Dávila, Un vaso grande doble para el candil que dio don Rafael Escobar, Ytem. Seis hopas de de paño forrado con 6 sobrepellices y cocidos correspon-dientes de metal dorado. Ytem. Seis arandelas de hojalata con seis cirios correspondientes para que sirvan para los viáticos, todo lo dio con la precisa condición de que sirvan todos los días del año, con los viáticos y funciones solamente de Ntra. Cofradía y las demás que consta en el inventario con que las entregó que está agregado al prin-cipio de este Inventario. Ytem. Un terno de persiana morada com-puesto de casulla…, con todo sus utensilios necesarios guarnecidos de punta de plata que dio Dn. Ra-fael Escobar. Ytem. Un par de atri-les forrados en plata maciza de he-chura preciosa cincelados que dio don Rafael Escobar. Yt. Una vara del Guión que el mismo Escobar mandó forrar en plata maciza…”

Altar de las Benditas Animas. Un retablo completo de talla do-rado, y en el dos tableros uno del Sr. San Juan y el otro de Sra. San-ta .Ana. Ytem. Otros dos dichos pequeños, uno de Sto. Domingo y otro de Ntra. Señora del Rosario. Ytem. Una escultura de tamaño de un hombre de Cristo Crucifi-cado con el título de Animas en su cruz esmaltada de verde con su corona de espinas. (Se trata de la imagen que hoy conocemos como Cristo del Perdón, ante quien se ofician las tres misas continuas re-zadas el día de Difuntos) Ytem….en su marquito de espejo azogado. Ytem. Un Sagrario con embutidos de nácar en el y en su puerta una estampa de Jesús y su llave. Ytem. Un frontal de talla esmaltada en oro. Ytem. Los bienes de la Cofra-día de Animas existen en poder del Mayordomo Marcelo Peralta para su conservación.”

Altar de N. S. de Guadalupe.

Un pabellón pintado en manta y su tumbilla roja y cenefa achinada con filetes dorados. Ytem. El ban-co de repisa de bastidor forrado y pintado de rojo y achinado con su cenefa de madera fileteado de oro.- Ytem. Cuatro candeleros figura de azucena achinados con filetes dorados. Item. Tres jarritos viejos de talla dorados. Ytem. Un lienzo como de cuatro varas de lado con marco de talla dorada fondo de bermellón en que está colocada la Sma. Virgen María de Guadalupe, todo costeado por el R. P. Predica-dor… Fr. José Santiago Golín cura mismo que fue de esta Parroquia. Ytem. En el mismo altar, una ima-gen de bulto del Tránsito de María Santísima como de tres cuartas partes con su corona de plata, y en las manos un Cristo en plata con vestido verde bordado y una urna donde está colocada la imagen de Nuestra Señora. Ytem. Una urna donde está colocada la imagen de Ntra. Señora. Ytem. Un Cristo de metal en su cruz de madera de una cuarta de alto.”

Altar de la Virgen del Socorro. Ytem. Un retablo de talla dorado incompleto el primer cuerpo, y el segundo de 5 remate compuesto de ocho piezas puntadas de ber-mellón y oro. Ytem. En el medio de dicho Altar está colocado un me-dallón con su vidriera, y en el de la Imagen de María Santísima de la adoración del Socorro y es el dicho ovalo de dos varas de alto. Ytem. En el remate un niño Jesús de obra de escultura de media vara de alto con su túnica morada. El resplan-dor de latón dorado, un mundo formado de una bola de cristal, sus fajitas y cruz de plata con sus in-signias de cruz, esponja y lanza de piezas plateado. Ytem. Dos table-ros con dos ángeles a los lados del retablo. Ytem. Un frontal de talla dorado y en la mesa un Sagrario de madera dorado con su llave.

Capilla del Bautisterio. Ytem. La Pila Bautismal de piedra con

su lebrillo y con su tapa de ma-dera dorada. Ytem. Un lienzo de tamaño de una y media vara del Bautismo de Cristo por san Juan. Ytem. Junto al Baptisterio en una mesa de Altar, está colocadas unas pocas piezas que forman retablo y en medio una Imagen de N. Sra. del Rosario de cuerpo entero, otra escultura de cerca de dos varas de alto, un Niño Jesús en los brazos y pertenecieron a los bienes de la Iglesia de Santa Inés. Ytem. Un Se-ñor Crucificado de metal amarillo de el Sagrario de dicho Altar.

Altar de N. Sra. de la Soledad. Un retablo compuesto de varias piezas y en el medio colocada una Imagen de Ntra. Señora de la So-ledad de una vara y tres cuartas de alto en su peana forrada de espejo azogado, daga y resplandor de pla-ta dorada. El vestido una tunicela de cambray y manto de terciopelo negro viejo y al cuello tiene un Ro-sario de plata, que llegó por medio de la señora Oidora doña Teresa Aguado. Ytem. Sobre la mesa del Altar, una urna formada de espejos donde está colocada la imagen del Señor del Descendimiento de ta-maño de dos varas con su colchón y almohadas de damasco. (se refie-re a las imágenes del Sr. Sepultado y María Santísima de la Soledad que se encuentran en el crucero sur.

Con la imagen del Sr. Sepul-tado se rememora actualmente el Viernes Santo, la Crucifixión y por la tarde ambas imágenes procesionan por las calles de An-tigua Guatemala.) Ytem. Un Cris-to pequeño de metal en el medio del altar. Ytem. La Cruz del Des-cendimiento de cinco varas de alto. (este dato confirma que para 1816 ya se representaba en la S. I. Catedral el acto imponente de la Crucifixión y el piadoso del Des-cendimiento) Ytem. Unas andas en que se pone la Humana del Señor sepultado (con este dato se sabe que para la fecha indicada, ya salía en procesión)

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Por Vanessa Núñez Handal

Literatura

CentroamériCa en la Feria internaCional del libro de Guadalajara, 2011

F ue una apues-ta de Nubia Macías, la di-rectora de la Fil. Este año Centroamé-

rica gozó de una importancia especial y sin precedentes en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, que celebró su edi-ción número 25 y que, al cierre de la misma, dio a conocer in-gresos de 66 millones de pesos. La participación de Centroamé-rica fue especial. Se notó el es-fuerzo por promoverla como una región productora de arte y pensamiento. Dicha participación fue, ade-

más, sin precedentes. Hasta ahora, Centroamérica no había sido protagonista en un even-to literario de tal magnitud. La Feria del Libro de Guadalajara es la mayor cita literaria y edito-rial de Iberoamérica y contó, en esta edición, con la sorprenden-te cantidad de 700 mil visitantes en tan sólo nueve días.Sin el sustento de los gobiernos

ni de las secretarías de cultura de los países del Istmo, esta inicia-tiva fue montada enteramente con el apoyo de la Fil, algunas editoriales centroamericanas y el Fondo de Cultura Económica en su filial Guatemala.Con Alemania como invitada

de honor, esta fiesta del libro dio relevancia a nuestra región que, en palabras del escritor nicara-güense, Sergio Ramírez, es un laboratorio vivo de la literatura. La literatura centroamericana

fue vista como una producción artística de la que se sabe muy poco y que aún no ha sido su-ficientemente valorada por el mercado editorial mundial, pero que tiene mucho que ofrecer.Dos antologías de poesía y na-

rrativa (Puertos abiertos (cuen-to) y Puertas abiertas (poesía) ) publicadas ambas por el Fondo de Cultura Económica, sirvie-ron para dar a conocer a autores jóvenes vivos. La última publi-cación de este tipo, dijo Sergio Ramírez en la presentación de las mismas, fue hecha en el año de 1970 o 1972. Con la presencia de 1,935 edi-

toriales de 43 países y de 700 autores de todo el mundo, la Fil contó a su vez con un stand de-dicado exclusivamente al istmo. En el mismo, editoriales como F&G Editores (Guatemala), Clásicos Roxil y UCA Edito-res (El Salvador), Uruk y UCR (Costa Rica), entre otros, estu-vieron presentes con sus pro-puestas que, poco a poco, han comenzado a llamar la atención del público lector que, año con año, acude a la Fil para explorar

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entre los libros que las editoria-les extranjeras ofrecen como parte de la oferta literaria de un evento que constituye una ver-dadera fiesta para la ciudad.Cabe esperar que este impul-

so que la Fil otorgó a la región vuelva las miradas hacia las

obras y los autores centroame-ricanos que, contrario a lo que ocurre en otros países con ma-yor tradición cultural, están fal-tos de apoyo y de ventanas que permitan dar a conocer su obra al mundo.La Feria del Libro de Guada-

lajara ha cerrado ya sus puertas. Pero las propuestas y proyectos quedan vivos y a la espera de que, el otro año, se haya avan-zado en este largo camino de conectar a los escritores y su obra con el gran protagonista de la Fil: el público lector.

Revista de libros

Poesía de barro de roberto obreGón

F rente al odio, la injusticia, la mi-seria que rodea-ba a Obregón, su espíritu no pudo permanecer in-

diferente y se vio impelido, por un imperativo interno, a la denuncia a través de la palabra y de la acción.Se agónico (en el sentido etimoló-gico de ser luchador), llegó a con-sagrar su vida y su creación artística a un propósito heroico: despertar conciencias, y lanzarse, nuevo Qui-jote trágico, a enderezar aquellos desaforados entuertos e infamias inconcebibles, que se cometían en su patria. Así cobró plena concien-cia de sí mismo y del medio que lo rodeaba y decidió realizarse como

ser humano auténtico en un mundo deshumanizado.Tal actitud le llevó a su fatal desapa-

rición. Sin embargo, ahora le tene-mos, en este libro, fantasma musical y silencioso, instalado en nuestro ámbi-to, recordándonos su destino sombrío, ése que él mismo se forjó a causa de su alma sublime.

PROMOCIÓNEditorial Universitaria y Diario

La Hora estarán sorteando cinco poemarios de “Poesía de barro” de Roberto Obregón. Sólo debe enviar una carta en nuestras oficinas (9ª. calle “A” 1-56 zona 1), con sus da-tos (nombre y teléfono), con el título “PROMOCIÓN POEMARIO”, o enviar un correo electrónico a laho-

[email protected], con el asunto “PROMOCIÓN POEMARIO”.Se recibirán solicitudes hasta el

jueves 29 de diciembre, y los gana-dores se estarán anunciando el vier-nes 30 de diciembre.

GANADORESAsimismo, informamos que los

dos ganadores del libro “Historia, arte y conservación del Cementerio General de la Ciudad de Guatema-la” fueron Yolanda Secaida y Pedro Carrera, a quienes se les estará no-tificando por correo electrónico, y pueden pasar a recoger sus libros a partir de lunes 20 de diciembre, en-tre 8:00 y 16:00 horas, en la recep-ción de Diario La Hora. Gracias a todos por su participación.