subida al picu urriellu

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RESUMEN Subir al Picu Urriellu (Naranjo de Bulnes) es toda una experiencia para quién sube por primera vez. Al “Picu” como lo llaman por aquí se puede acceder desde varios puntos, yo elegí el inicio desde el pueblo de SOTRES. Elijas la época del año que elijas siempre te encontrarás con gente, tanto del país como de fuera, y es que la fama le precede. Por ser la primera vez sólo llegue hasta el refugio Urriellu, pero lo normal es seguir más allá del refugio y coronar alguna de las cimas próximas,. Por el camino de subida tienes una amplia panorámica de los “Picos de Europa” y de los habitantes cuadrúpedos del parque, que te acompañarán durante buena parte del tra- yecto.

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Ruta al refugio Vega Urriellu situado en la base del Picu de Urriellu (Naranjo de Bulnes). Inicio en SOTRES (Asturias). En total 19,700 metros en 6 h. 15´.

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Page 1: Subida al Picu Urriellu

RESUMEN Subir al Picu Urriellu (Naranjo de Bulnes) es toda una experiencia para quién sube por primera vez. Al “Picu” como lo llaman por aquí se puede acceder desde varios puntos, yo elegí el inicio desde el pueblo de SOTRES. Elijas la época del año que elijas siempre te encontrarás con gente, tanto del país como de fuera, y es que la fama le precede. Por ser la primera vez sólo llegue hasta el refugio Urriellu, pero lo normal es seguir más allá del refugio y coronar alguna de las cimas próximas,. Por el camino de subida tienes una amplia panorámica de los “Picos de Europa” y de los habitantes cuadrúpedos del parque, que te acompañarán durante buena parte del tra-yecto.

Page 2: Subida al Picu Urriellu

El Picu Urriellu, es la cima más emblemática de los Picos de Europa, no es fácil verla porque casi siempre esta cubierto de nubes. El nombre en castellano es Naranjo de Bulnes, el nom-bre local deriva de la denominación del Macizo Central o Los Urrieles. Poco antes de llegar a la población de “Sotres” en la carretera hay un desvío en una curva cerrada a la derecha que indica “Aliva” que lleva al principio de la ruta. Pero para no seguir la norma, inicio la ruta a pie cuatro kilómetros antes de llegar al aparcamiento, de esta mane-ra tengo la ocasión de recrearme en el paisaje. De camino al aparcamiento paso cerca de un asentamiento de casas viejas con corral, dónde las gallinas corretean a sus anchas vigiladas de cerca por un gallo de cresta roja. Por una puerta de una de las casas, sale un hombre y se dirige al campo, lleva en una mano un fardo de paja y en la otra un cubo. Al llegar a una arboleda silba y de la vegetación apare-ce una vaca que mueve la cola al verlo. El hombre deja caer la paja al suelo, el contenido del cubo lo desparrama por tierra entonces la vaca lame el liquido vertido, y empieza el ordeño. Un ritual muy efectivo con un claro objetivo: exprimir las ubres del bóvido. Al llegar a la zona reservada para vehículos, apa-rece el primer poste informativo (Refugio Vega Urriellu). Enseguida me preparo para una dura ruta de seis horas. Cojo la mochila, la lleno con botellas de agua, barritas de cereales, zumo, frutos secos, chubasquero y una herradura que me en-contré hace años en la montaña y siempre la llevo encima. Inicio la marcha a las 09,45 h. con buen tiempo, despejado con algunas nubes altas. Al poco de empezar la ruta me cruzo con gente, tanto de ida como de vuelta. Enfrente ya se ven Los Picos de Europa desnudos y afilados, que pronto se vestirán de blanco con la llegada de las primeras nieves, pero mientras tanto ahí están como estatuas calcáreas desafiantes. Bajo sus pies el verde lo domina todo. La vega salpicada de pastizales y enebros recoge los sonidos de la montaña. Entre el canto de los pájaros hay otro sonido que destaca, es el cencerro de la vacas, dando la sensación de proximidad pero lo cierto es que están a varios kilómetros de distancia. Son las 10,36 h. tengo la impresión de que alguien me observa, me giro pero no veo nada. Sólo veo moverse las ramas de un arbusto. Sigo la marcha pero la sensación no desaparece. A la vuelta de una curva del sendero me aparto y espero para comprobar que es lo me sigue, y enseguida compruebo que se trata de un macho cabrío, con una gran cornamenta. Un esca-lofrío me recorre el cuerpo. El animal al verme se queda quieto pero no demuestra temor. Lo sorprendente viene ahora cuando se acerca y se sienta sobre sus cuartos traseros delante mía a dos metros de distancia, como esperando algo. Con decisión me aproximo, pero su mirada clavada en mis ojos no me anima a tocarlo más bien retrocedo. De repente me viene un pen-samiento, el titulo de una película de Alex de la Iglesia que vi hace algún tiempo “EL Día de la Bestia”, dónde el macho cabrío representa al maligno. Así que con una extraña sensación me doy la vuelta y sigo el camino. Me concentro en la ruta y despejo mi cabeza, pensando en mi próximo destino, el Urriellu. La subida se va endu-reciendo y prueba de ello es la gente que encuentro detenida a un lado del sendero, recupe-rando fuerzas antes de continuar.

Son las 10,36 h. tengo la impresión de que alguien me observa, me giro pero no veo nada. Sólo veo moverse las ramas de un arbusto

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A las 10,46 h. tengo el primer encuentro visual con el Urriellu, me quedo mirándolo y me invade una sensación de euforia, es la primera vez que lo veo y además esta despejado. Más animado continúo, me cruzo con dos hombres que bajan “corriendo”, me aparto para que pasen y en la camiseta de uno de ellos leo “Grupo de Montaña de la Guardia Civil”. No deja de ser un consuelo que si pasa algo en la montaña, el rescate por parte de este “Grupo” esta garantizado, su nivel de preparación por lo que veo es excelente. La exigencia de este tramo hasta el refugio, pone a prueba la resistencia de los senderistas que suben tanto hombres como mujeres, incluso de dos mulos cargados con provisiones para el refugio. Tras casi dos horas de dureza extrema llego al refugio de Urriellu. El refugio situado a 1953 metros de altura dispone de 96 plazas y esta abierto todo el año. Para seguir hacia la cima se necesita material de escalada, aunque por los alrededores hay picos a las que se puede llegar sin necesidad de practicar la escalada, eso si tomando todas las precauciones. Pero como este no es mi caso doy por concluida la visita al refugio. La vuelta la realizo por el mismo camino y de esta manera aprecio mejor el paisaje del macizo central de los Picos de Europa.

FIN

Me cruzo con dos hombres que bajan “corriendo”, me aparto para que pasen y en la camiseta de uno de ellos leo “Grupo de Montaña de la Guardia Civil”.

Publicación realizada por: Web: www.paterna-report.com Email: [email protected]