suárez - el marqués de sade en lacan

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EL MARQUÉS DE SADE EN JACQUES LACAN Por Marcela Suárez Jacques Lacan escribió un texto titulado “Kant con Sade” en un contexto en el que Michael Foucault acababa de publicar “La Historia de la Locura”, trabajo que junto el texto “Dialéctica de la Ilustración” de Adorno y Horkheimer lo habían inspirado, (1). Le interesaba escribir con la intención de vincularse con la filosofía y de trabajar los temas ley, goce, perversión y deseo, estudiando la figura del libertino y el discurso sobre el imperativo categórico, (2). El trabajo constituye una reflexión sobre la ética, principalmente a partir de la pregunta que surge de la relación entre deseo y ley. Lacan comenta a Kant y recuerda que éste rechaza la idea de que el principio del placer es la ley del bien que es la ley del bienestar porque ningún fenómeno puede tener una relación constante con el placer. Señala que Kant propone así el bien que es objeto de la ley moral, bien que surge como sustracción de peso de la respuesta que el sujeto siente ante la satisfacción de sus placeres, (3). Se parte del principio kantiano de “la moral como una práctica incondicional de la razón”, y el bien que se acerca al obedecer la pura forma de la ley, obediencia que implica la expulsión del objeto de bienestar; una moral que implica la obediencia a la pura forma de la ley, un incondicionado universal. Partiendo de esto Lacan reflexiona sobre la posibilidad de que el sujeto, “al encontrarse frente a ningún objeto”, encuentra una ley que al articularse como máxima se convierta en ley que deba tenerse como universal, (4). En el discurso sobre la moral para Kant no interesa la búsqueda de la felicidad sino de la dignidad, ya que la meta para los seres humanos no debe ser el ser legales, sino actuar conforme a la legalidad. Así Lacan llega al personaje Sade, el libertino de “Las Luces”, ese que plantea la libertad sin límites, para acercarse a la idea de que el imperativo del goce en el Marqués reúne los requisitos del imperativo categórico de Kant,

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Suárez - El Marqués de Sade en Lacan

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EL MARQUS DE SADE EN JACQUES LACANPor Marcela Surez

Jacques Lacan escribi un texto titulado Kant con Sade en un contexto en el que Michael Foucault acababa de publicar La Historia de la Locura, trabajo que junto el texto Dialctica de la Ilustracin de Adorno y Horkheimer lo haban inspirado, (1).

Le interesaba escribir con la intencin de vincularse con la filosofa y de trabajar los temas ley, goce, perversin y deseo, estudiando la figura del libertino y el discurso sobre el imperativo categrico, (2). El trabajo constituye una reflexin sobre la tica, principalmente a partir de la pregunta que surge de la relacin entre deseo y ley.

Lacan comenta a Kant y recuerda que ste rechaza la idea de que el principio del placer es la ley del bien que es la ley del bienestar porque ningn fenmeno puede tener una relacin constante con el placer. Seala que Kant propone as el bien que es objeto de la ley moral, bien que surge como sustraccin de peso de la respuesta que el sujeto siente ante la satisfaccin de sus placeres, (3). Se parte del principio kantiano de la moral como una prctica incondicional de la razn, y el bien que se acerca al obedecer la pura forma de la ley, obediencia que implica la expulsin del objeto de bienestar; una moral que implica la obediencia a la pura forma de la ley, un incondicionado universal. Partiendo de esto Lacan reflexiona sobre la posibilidad de que el sujeto, al encontrarse frente a ningn objeto, encuentra una ley que al articularse como mxima se convierta en ley que deba tenerse como universal, (4). En el discurso sobre la moral para Kant no interesa la bsqueda de la felicidad sino de la dignidad, ya que la meta para los seres humanos no debe ser el ser legales, sino actuar conforme a la legalidad. As Lacan llega al personaje Sade, el libertino de Las Luces, ese que plantea la libertad sin lmites, para acercarse a la idea de que el imperativo del goce en el Marqus rene los requisitos del imperativo categrico de Kant, (5). Lacan en este texto colocar el discurso Sadiano a nivel de cualquier otro discurso filosfico.

Aqu se tiene un Sade que sostiene un atesmo llamado por algunos naturalista porque critica las leyes que impiden a los hombres situar la particularidad del goce, Donatien Alphonse Francois propone una nueva ley moral, la obligacin de gozar porque la naturaleza lo ordena (6), y con esto va ms all de los libertinos de su poca, porque rebasando la libertad moral que stos promueven, propone una moral nueva, la de la estricta obediencia: hay que gozar, es una obligacin (7). Rolando Karothy seala que los libertinos de La Ilustracin sustituyeron de alguna manera a Dios en la posicin de Sujeto supuesto saber, propusieron a la naturaleza, hablaron as de una sustancia supuesto gozar, desplazando el valor de la verdad desde el polo del saber al del goce (8).

Lacan seala que Sade plantea su regla del goce como universal, y establece un vnculo entre el imperativo kantiano y la mxima Sadiana : tengo derecho a gozar de tu cuerpo, puede decirme quienquiera, y ese derecho lo ejercer sin que ningn lmite me detenga en el capricho de las exacciones que me venga en gana saciar en l (9), idea que viene a situar la mxima del derecho al goce; Lacan introduce aqu la obediencia pura de la ley, el gozo y la extraccin o expulsin del objeto, todo forma pura de la ley.

Lacan opina que la ley moral se instaura con una bipolaridad que no es otra cosa que la escisin del sujeto que se opera por la intervencin del significante, el sujeto de la enunciacin y el sujeto del enunciado y as la mxima Sadiana al producirse por boca del Otro desenmascara la escisin del sujeto, y lo interesante radica en que Sade propone al Otro libre, la libertad del Otro como central del derecho al goce que pone como sujeto de la enunciacin. El goce es lo que modifica la experiencia Sadiana porque slo acaparar la voluntad cuando ya la haya atravesado (10). Y aqu Lacan al referirse al verdugo que lleva a la prctica la tortura que sufren las protagonistas de su obra, coloca al objeto como agente de tormento (11). El sdico es el instrumento, el goce no est de su lado, se encuentra tratando de demostrar el goce del Otro; Lacan afirma que el perverso se imagina ser el Otro para asegurar su goce.

As Lacan llega en su texto al concepto Fantasma Sadiano en dnde el ejecutor aparece como el instrumento. El fantasma hace el placer propio para el deseo, placer que tiene su trmino en el desvanecimiento del sujeto; Lacan define al fantasma a dnde el rombo se lee deseo de (12), representando al fantasma Sadiano con un esquema:

En posicin de objeto el verdugo se hace voz de una voluntad que quiere gozar, es instrumento de una voluntad que ordena el goce, verdugo que se hace instrumento del goce del Otro. Sosteniendo este goce el verdugo se dirige a su vctima, vctima que est en el lugar del sujeto, sujeto que se encuentra entre la sumisin al imperativo y la rebelin contra el dolor hasta la produccin de su desvanecimiento. La voluntad que se representa V es llamada en la obra del Marqus La filosofa en el tocador ley de la naturaleza, y Lacan la escribir en este texto as: a-->V (13). Se puede afirmar aqu que existe una tica del verdugo, porque ste acta en nombre del bien supremo. En este esquema en el lugar de sujeto es dnde se va a colocar a la vctima porque es la que asume todo el peso de la subjetividad del sujeto, porque el que se encuentra del otro lado es el sujeto trascendental, ese que dice yo obedezco rdenes (14). Aqu resulta interesante relacionar esto y remitirse a Hanah Arendt y su obra, en particular su trabajo sobre el discurso de Eichmann y la obediencia debida (15).

Refirindose a Sade, Lacan afirma que Hay que forzar la oreja, hay que decirlo, hay que or, forzar la oreja del lector porque hay que cumplir la voluntad de decirlo todo. Se trata de un fantasma del tormento continuo hasta poder agotar todo lo que pueda decirse (16), se trata de construir un sujeto no barrado y para Sade, el imperativo del goce se convierte en el imperativo de decirlo todo, de escribirlo. Nombrarlo todo sera convertir a todo en significante, pero hay un goce que no queda capturado por el significante, hay algo que no es significante, es un resto, el objeto. Gabriela Padrn seala que en la ertica Sadiana se trata de reintegrar en el decir lo imposible de ser dicho, una reintegracin que intenta integrar el homicidio a una lgica de la razn, intento de integrar algo no significante al campo del significante, que produce una paradoja, la del exceso (17).

Y Lacan analiza algunos de los conceptos vertidos en la obra La filosofa del tocador. As habla de la belleza de las vctimas como la barrera extrema para prohibir el acceso a un horror fundamental; reflexiona tambin sobre el infierno en esta obra Sadiana, un infierno negado por el libertino, pero al mismo tiempo trado a colacin en la persona de Saint-Fond (18). En particular Lacan enfatiza la afirmacin Sadiana de una segunda muerte, ante imposibilidad de otra vida despus de la muerte (19).

Lacan considera el desdoblamiento del Marqus, el Sade escritor y el Sade hroe del relato, el primero siervo de su fantasma, el primero como vctima (20) y as imprime una vuelta al grafo. Seala que el legado del Marqus, el derecho al goce, slo se puede traducir por una rotacin de un cuarto de crculo y as escribe su esquema

Karothy afirma que el segundo esquema de alguna manera representa al Sade escritor, se puede ver la V como voluntad de goce y el Sujeto tachado; el perverso funciona a partir de la voluntad del goce y atormenta a la vctima para lograrla plenitud del ser.

Lacan afirma que el deseo basta para hacer que la vida no tenga sentido si produce un cobarde y que cuando la ley est verdaderamente ah el deseo no se sostiene por la razn de que la ley y el deseo reprimido son una sola y misma cosa (21). Agrega un comentario con respecto a Sade y su doble situacin de hroe del relato y de escritor (22), recordando la posicin que para el segundo Pinel sealara como locura moral que le signific a Sade trece aos en Charenton, cuando ante la opinin de muchos de sus contemporneos deba de otorgrsele la crcel o la pena de muerte (23). Lacan as habla de un no lugar para Sade en medio de la divisin de las conciencias, en plena efervescencia revolucionaria y del discurso sobre los derechos del hombre. Lacan opina que hablar de derechos del hombre en realidad se reduce a la libertad de desear en vano (24).

Posteriormente Lacan se remite a Kant para comentar la posicin de ste frente a la ley, sealando que ste sostiene que el imperativo moral contrabalancea no slo el placer, sino el dolor, felicidad, presin de miseria y hasta amor a la vida, y que por medio de semejante suspensin el imperativo moral revela al hombre su libertad, as imperativo y libertad se encuentran estrechamente implicados (25), en contraste, Lacan sostiene que el imperativo moral universal no es la verdadera palanca, sino el deseo.

Lacan recuerda que el psicoanlisis reconoce en el deseo la verdad del sujeto y entonces el placer anima a reconocer la ley, agrega que si Kant afirma que la felicidad es agrado sin ruptura sta no se otorga a quien no renuncie a la va del deseo (26). Agrega con respecto a Sade que la felicidad al convertirse en factor de la poltica se ha vuelto impropia, que la libertad de deseo es el factor nuevo porque la revolucin deja que su lucha sea por la libertad de deseo y porque la ley sea libre, as el derecho al goce relegara al principio del placer (27). Ante esto Lacan se pregunta: "hasta dnde nos lleva Sade en la experiencia de ese goce, o slo de su verdad?" (28) y responde sealando que lo que rebasa ciertos lmites no tiene nada que ver con el deseo y que la obra Sadiana por ms de pretender ser malvada no lo es (29), que la obra no presenta xito en la coronacin del fantasma Sadiano (30). Lacan demuestra as que el deseo es el reverso de la ley ya que eso se sostiene en el fantasma Sadiano; es decir, en su crtica a Kant introduce la opacidad del deseo all dnde se instaura la transparencia de la ley formal (31). En el perverso no est en juego el deseo del Otro sino el goce del Otro.

Finalmente Jacques Alain Miller comenta que en el psicoanlisis el tema Sadiano no se remonta a Lacan, Freud ya haba sostenido que el secreto de la conciencia moral era el elemento sdico y por otro lado aludi a Kant sealando que su imperativo categrico era el heredero del complejo de Edipo. Kant planteando as el principio de la ms alta moralidad y el complejo de Edipo como fuente de nuestra moral, moral desexualizada. El masoquismo moral que sexualiza la moral y la represin cultural de los instintos que retorna al sujeto impidiendo que lo instintivo se ejerza en la vida, volvindolo contra el sujeto mismo. Tanto Kant como Sade proponen la sumisin del sujeto a la ley pero Lacan expone las diferencias, mientras que Sade hace surgir al Otro dejando aparecer el objeto de deseo (a), Kant lo desaparece al crear una teora de la autonomizacin del sujeto por medio del derecho, en tanto el primero plantea la obligatoriedad del goce, Kant propone la muerte del deseo y as plantea el surgimiento de la ley moral. Elisabeth Roudinesco seala que de esta manera Lacan sugiere que la moral kantiana nace no de una teora de la libertad, sino de una teora del deseo en dnde el objeto es reprimido (32), y muestra la simetra entre el imperativo de Kant y el de Sade. Freud ya haba abordado a ambos autores, pero la originalidad de Lacan fue el unirlos otra vez (33).

Notas:

1 El artculo Kant con Sade fue redactado por Lacan en septiembre de 1962 con la intencin de constituir la presentacin al tercer volumen de las obras completas del Marqus de Sade, se le calific de ilegible y fue rechazado; despus su autor lo publicara en la revista Critique en abril de 1963.

2 Max Horkheimer y Theodor W. Adorno hablando de coincidencias cuando se refieren a Kant y a Sade encuentran una similitud importante en el discurso sobre la apata, para Kant la virtud presupone la apata como una fuerza, una apata moral como algo distinto a la insensibilidad en cuanto a los estmulos sensoriales. Para ambos autores la serenidad y resolucin constituyen la fuerza de la virtud en tanto el afecto es algo evanescente, todo esto fue muy importante para la constitucin de la ideologa burguesa. Vase Juliette o Ilustracin o moral en Max Horkheimer y Theodor W. Adorno. Dialctica de la Ilustracin. Madrid, Trotta, 1994 p.142. Sobre la apata en Sade vase tambin Gilles Deleuze. Presentacin de Sacher-Masoch. Lo fro y lo cruel. Buenos Aires, Amorrortu, 2001, pp 31-33.

3 Cf. Jacques Lacan. Kant con Sade. Escritos 2. Mxico, Siglo XXI, 2002, pp 745-748.

4 Cf. Ibid,. pp 746-747.

5 Cf. Rolando H. Karothy. El goce Sadiano. Contexto en Psicoanlisis. Los Goces. Buenos Aires, Ed. Lazos, 2006, p. 33.

6 La historiadora Francines Du Plessik Gray en su obra Marqus de Sade. Una Vida. Buenos Aires, Vergara, 2000, p.278 seala que el Marqus era un hombre culto, representante de los Ilustrados de la poca, tena como obras predilectas las obras de Voltaire, Rousseau y el Sistema de Naturaleza del Barn Holbach, este libro resumen del materialismo de la Ilustracin.

7 Cf. Rolando H. Karothy, op, cit,. p. 37.

8 Cf. Ibid,. p.36

9 Cf. Jacques Lacan, op, cit,. p.748.

10 Cf. Ibid,. pp 749-750.

11 Cf. Ibid, .p 751.

12 Cf. Ibid,. p. 753.

13 Cf. Alexandre Stevens. Una carta de Sade. Jacques Alain Miller et al,. Perversidades. Buenos Aires, Eol, Paids, 2001, pp 61-62..

14 Comentarios de Mtra Laura Pez. Centro de Investigacin y Estudios Psicoanalticos. 2006

15 Hannah Arendt en su obra Eichmann en Jerusaln. Un estudio sobre la banalidad del mal. Madrid, Lumen, 1999 realiza una reflexin sobre El Mal, creando un calificativo para este, lo banal. Arendt hace una reflexin sobre el mal en la conducta humana refirindose al genocidio realizado por los nazis; habla de conducta y castigo y de destruccin y muerte justificados por una obediencia debida. Su obra y su reflexin me resultan pertinentes hoy para pensar en Afganistn, Irak, Lbano y en particular Palestina, as como en las justificaciones mltiples que se pueden construir para lo que constituye un elemento de la paradoja, la destruccin.

16 Comentarios de la Mtra Gabriela Padrn. Centro de Investigacin y Estudios Psicoanalticos. 07-02-06.

17Cf. Loc cit,.

18 Cf. Jacques Lacan op, cit ,p. 755.

19 La filosofa en el Tocador contiene unas pginas que resultan una muestra importante del racionalismo de las Luces, por ejemplo en el Quinto Dilogo Sade aporta una crtica interesante al discurso religioso catlico. Ver. La filosofa en el Tocador. Madrid, Melsa, 2003, pp 135-190.

20 El Marqus es colocado por Lacan como vctima por la prisin de que fue objeto a instancias de su suegra, Mme Montreuil que por algunos es ubicada en la posicin de verdugo. Quien conozca la biografa de Sade debe saber que a Donatien lo encerraron por primera vez por largo tiempo en Vicennes, del ao 1777 al ao 1784 y que no slo fue a instancias de su suegra sino tambin de un to del Marqus, el Abad de Sade; ambos lo haban protegido del brazo de ley por diez aos porque la conducta de Sade haba daado a varias mujeres y haba hecho escndalo entre las conciencias ilustradas de Pars. Ambos protectores haban invertido mucho sentimiento, dinero y esfuerzo en proteger a Sade, hasta que se dieron por vencidos sobretodo porque si lo mantenan preso podra salvarse el honor ya mancillado de la familia, principalmente del los hijos an pequeos del Marqus. Sade estuvo preso muchos aos pero no continuos, algunas veces lleg a prisin porque volva a repetir su conducta, o porque publicaba algn texto considerado obsceno o por circunstacias derivadas de su situacin de aristcrata en plena efervescencia revolucionaria.

21 Cf. Jacques Lacan op, cit,. pp. 761-762.,

22 Lacan se refiere sobre todo al texto La filosofa en el tocador. El Marqus haba estudiado en su infancia con los jesuitas franceses que ms que cualquier otra orden se interesaban por determinar las races de la conducta pecaminosa. Lo importante era analizar los pecados, ms que castigarlos, de ah que gran parte del discurso de Sade utilice la casustica jesuita para justificar los actos en sus obras como indispensables para profundizar el conocimiento del corazn del hombre. Vase a Francine Du Plessix Gray op, cit,.p.43

23 Donatien haba estado preso en Vicennes 13 aos, despus en Saint Pelagie de 1801 a 1803, despus en Bicetre en 1803 y slo fue trasladado a Charenton -en dnde morira en 1814- ante la presin familiar. Su estancia en Charenton no es obra de benevolencia o de eleccin gubernamental como sugiere Lacan, fue debido a que la familia gestion el traslado para una mayor comodidad del Marqus (Charenton implicaba una erogacin por parte de la familia) y para preservar el honor de los hijos del Marqus. Fouch y Dubois tramitaron el traslado.

24 Cf. Jacques Lacan op,cit,., pp. 762.

25 Comentario de Jean-Baptiste Fages. Para comprender a Lacan, Buenos Aires, Amorrortu, 2001, p. 148.

26 Cf. Jacques Lacan, op, cit,. p. 765.

27 Cf. Ibid, p. 765.

28 Cf. Loc cit.

29 Tal vez La filosofa en el tocador pueda ser una expresin muy importante del discurso que Sade haba heredado de los jesuitas. Con las narraciones de orgas se mezclan interesantes discursos filosficos en particular tratando de justificar los hechos, agregando adems discursos polticos que realmente atacaban a Robespierre y a Rousseau. Ver a Francine Du Plessix Gray, op, cit,.pp 377-379.

30 Cf. Jacques Lacan, op, cit, p. 767

31 Cf. Loc cit,.

32 Cf. Elisabeth Roudinesco. Lacan. Esbozo de una vida, historia de un sistema de pensamiento. Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 2005, p. 457.

33 Cf. Jacques Alain Miller. Fundamentos de la perversin. Perversidades, op, cit,. p. 37

Referencias:

Hanna Arendt. Eichmann en Jerusaln. Un estudio sobre la banalidad del mal. Madrid, Lumen, 1999.

Gilles Deleuze. Presentacin de Sacher Masoch. Lo fro y lo cruel. Buenos Aires, Amorrortu, 2001.

Franncines Du Plessik. Marqus de Sade. Una vida. Buenos Aires, Gray Vergara, 2006.

Jean Baptiste Fages. Para comprender a Lacan. Buenos Aires, Amorrortu, 2001.

Max Horkheimer y Theodor W, Adorno. Dialctica de la Ilustracin. Madrid, Trotta, 1994

Jacques Lacan. Kant con Sade. Escritos 2. Mxico, Siglo XXI, 2002

Jacques Alain Miller Fundamentos de la perversin. Perversidades. Jacques Alain Miller, et, al. Buenos Aires, Paids 2001.

Rolando H. Karothy. El Goce Sadiano. Contexto en psicoanlisis. Los Goces. Buenos Aires, Lazos, 2006.

Elisabeth Roudinesco. Lacan. Esbozo de una vida, historia de un pensamiento. Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 2005.

Donatien Sade. La filosofa en el Tocador. Madrid, Melsa, 2003.

Alexandre Stevens. Una carta de Sade. Perversidades. Jacques Alain Miller, et, al, Buenos Aires, Paids, 2001.