SERMÓN DÍA MUNDIAL DE MAYORDOMIA CRISTIANA

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Mayordomía Cristiana, una ofrenda al SeñorI. IntroducciónCuando escuchamos las palabras Mayordomía Cristiana, ¿qué nos

viene a la mente? Por favor, no diga aquello que sea el ideal, sino lo que su corazón le dice. Para muchos, infelizmente, Mayordomía Cris-tiana es el departamento “traga monedas” de la iglesia. Queridos, no podemos borrar esa idea de aquellos que piensan así, sin embargo, no podemos callarnos frente a esta situación tan complicada e incor-recta teológicamente.

En esta mañana, abordaremos la importancia de este minister-io, antiguo departamento dentro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, porque el entendimiento adecuado puede llevarnos a ver que el mismo Ministerio de Mayordomía Cristiana es “una ofrenda al Señor”.

II. El fundamento de la Mayordomía CristianaLa Biblia es el fundamento sobre el cual está construida la te-

ología de la Mayordomía Cristiana. Consecuentemente, cualquier es-tudio, en esta área, que no tenga su enfoque en Dios y en su Palabra, inevitablemente resultará en conclusiones distorsionadas. Si es así, las preocupaciones fundamentales de Mayordomía Cristiana deben ser tomadas de la Biblia como autoridad de fe y práctica. Esto debe ser entendido y afirmado como algo básico.

Amados, existen algunas preguntas y afirmaciones básicas que necesitamos analizar antes de definir Mayordomía Cristiana:

1. ¿Quién es Dios? (Gén. 2:1-3; Rom; 5:8; Mat. 6:31-33). Dios es el Creador. En el principio, Dios creó el cielo y la Tierra y todas las huestes. Él es el Dios de la redención. En él, el plan de la redención y propósito eterno se encuentran para formar un perfecto círculo. De igual modo, Dios es mantenedor.

2. ¿Quién soy yo dentro de este contexto? (Gén. 2:7; Rom. 8:14; Sal. 34:9). Yo soy criatura, también puedo ser un hijo guiado por el Espíritu, y un santo, separado por Dios. Todo dependerá de mis elec-ciones.

3. Existe un gran contraste entre el reino de la Luz y el reino de las tinieblas:

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a. El reino de la Luz es dar, distribuir (Mat. 7:7-11; Mar. 10:45).

b. El reino de las tinieblas es recibir, quitar (1 Ped. 5:8; Ageo 1:6).

4. El tesoro de Dios es la gente (Sal. 135:4; Efe. 1:3-6; Mal. 3:17). Así, Dios ama actuar en la experiencia humana. Él está interesado, en primer lugar, en las personas: “Dame, hijo mío, tu corazón…” (Prov. 23:26). Aquí no hay espacio para regateos, porque Dios está interesa-do en mi totalmente: “Todo de mi, en respuesta a todo de Dios”.

5. La bendición del mayordomo es Dios (Sal. 27:1). ¿Hay ben-dición más grande que tener al mismo Dios? Feliz es el hombre que entiende eso.

III. DefiniendoMayordomíaCristiana

Después de responder las preguntas y analizar las afirmaciones, podemos entonces presentar la siguiente definición: Mayordomía es el estilo de vida de la persona que tiene una relación con Dios viva y acepta su señorío, andando en sociedad con Dios y actuando como su agente para administrar sus negocios en la Tierra.

Queridos, eso nos lleva a concluir que Mayordomía Cristiana es la base de todos los ministerios de la iglesia, y se transforma en la llave principal para el crecimiento espiritual y crecimiento en la evange-lización de la iglesia local, una ofrenda en sí misma. Alguien puede preguntarse: ¿Y la mayordomía financiera? Ella es muy importante, pero es parte de la Mayordomía Cristiana, sin embargo, existe un fac-tor que debe ser tomado en cuenta: “Dios ama al dador alegre” (2 Cor. 9:7).

La visión equivocada sobre Mayordomía Cristiana se debe, en gran parte, al entendimiento superficial de la función de cada miem-bro dentro del cuerpo de Cristo.

Un teólogo alemán llamado Karl Heim, hablando sobre esto es-cribió: “los miembros de la iglesia no son solo discípulos de Cristo, sino ingredientes de personalidad expandida del mismo Cristo”. En otras palabras, somos partes visibles de la persona de Cristo y cuida-

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mos de los negocios de él aquí en la Tierra. Un procedimiento común en la vida práctica de un súbdito fiel a él.

Es importante dejar claro que Dios no necesita de nosotros. Si por ventura no hacemos nuestra parte, otros la harán, incluso las piedras. Dios es autosuficiente, pero nos da el privilegio de trabajar para él. No solo usando nuestros talentos, sino todo lo nuestro en respuesta al todo de Dios.

Contribuyendo con ese pensamiento, la sierva del Señor escribió: “El Señor podría llevar a cabo su obra sin nuestra cooperación. No de-pende de nosotros por nuestro dinero, nuestro tiempo, nuestro tra-bajo. Pero la iglesia es muy preciosa a su vista. Es el estuche que con-tiene sus joyas, el aprisco que encierra su rebaño, y él anhela verla sin mancha, tacha ni cosa semejante. El siente por ella anhelos de amor indecible. Esta es la razón por la cual nos ha dado oportunidades de trabajar para él, y acepta nuestras labores como prueba de nuestro amor y lealtad”. (Joyas de los testimonios, t. 2, p. 499)

IV. Conclusión Amados, como mayordomos cristianos, podemos aprovechar de

la maravillosa creatividad de Dios, que es evidente en todas las cosas que él creó. Podemos transformar el día a día en oportunidades de adoración al Creador y lecciones de aprendizaje a nuestros hijos y amigos.

Necesitamos entender que Mayordomía Cristiana incluye re-cursos financieros, sin embargo, esta aceptación por parte de Dios dependerá del estado del espíritu del adorador, porque Dios ama a quien da con alegría, y no el valor monetario.

Es bueno recordar que el sábado, monumento de la creación¸ el matrimonio, base de la familia, y el diezmo, indicador de que Dios es dueño de todo, son principios establecidos en el Edén, que Satanás ha intentado desesperadamente destruir e infelizmente, en muchos casos, ha obtenido la victoria.

Pero sabemos que Dios nos promete la victoria sobre el enemigo en esas áreas fundamentales para la Mayordomía Cristiana: sábado, familia y fidelidad.

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Alabado sea el nombre de Dios por la Mayordomía Cristiana de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, porque por su propia existencia es una ofrenda al Señor.

Cuando cuidamos de lo que Dios ama, Dios cuida de lo que no-sotros amamos.

Que Dios nos bendiga, y que seamos, por la gracia de Cristo, may-ordomos fieles y amigos de la Mayordomía Cristiana.

Material adicionalI. Pasos fundamentales para alcanzar la victoria en la vida

espiritual:

1. Devoción personal/comunión

2. Espiritualidad

3. Confianza

4. Fidelidad

5. Victoria

La devoción personal es la base de todos los pasos, sin devoción no hay victoria. No se pueden saltar los pasos, ni tampoco buscar la victoria antes de tiempo, porque ella será insustentable. Todo eso es obra de una vida.

II. Cita de Elena de White: “No debían comer del árbol del conocimiento del bien y del mal.

Dios se reservó ese árbol como recuerdo constante de que era dueño de todo”. (Joyas de los testimonios, t. 3, p. 37)

Autor: Pr. José dos Santos Filho Mayordomía Cristiana - Unión Sur Brasileña

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