(sp) le shan, lawrence como meditar (pdf)

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  • 1.Cmo Meditar Gua para el descubrimiento de s mismoLawrence LeShan

2. NDICE I II III IV V VI VII VIII IX X XI XII- POR QU MEDITAMOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . - CMO SE SIENTE LA MEDITACIN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . - LOS EFECTOS PSICOLGICOS DE LA MEDITACIN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . - LOS EFECTOS FISIOLGICOS DE LA MEDITACIN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . -TIPOS BSICOS DE MEDITACIN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . -MEDITACIN ESTRUCTURADA Y NO ESTRUCTURADA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . -MISTICISMO, MEDITACIN Y FENMENOS PARANORMALES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . -EL CMO DE LA MEDITACIN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . -TRAMPAS SEDUCTORAS DE LA MEDITACIN Y MISICISMO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . -ES NECESARIO UN MAESTRO PARA MEDITAR? LA ELECCIN DEL CAMINO DE MEDITACIN . . . . . . -LA INTEGRACIN DE LA PSICOTERAPIA Y LA MEDITACIN.CONJUNTO DE NORMAS PARA PSICOTERAPEUTAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . -LA IMPORTANCIA SOCIAL DE LA MEDIACIN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . EPLOGO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .5 15 19 25 29 35 39 43 63 73 81 91 101 3. I POR QU MEDITAMOS Hace varios aos, particip en un congreso organizado por un pequeo grupo de cientficos que practicaban diariamente la meditacin. Hacia el final del cuarto da de reuniones, a lo largo de las cuales cada uno de ellos haba ido exponiendo con mayor o menor extensin cmo meditaba, les inst a responder a la pregunta de por qu meditaban. Varias respuestas surgieron por parte de diversos miembros del grupo, pero todos nos dimos cuenta de que resultaban insatisfactorias, pues no respondan concretamente a la pregunta. Finalmente, uno de los asistentes dijo: Es como volver a casa. Un silencio se hizo entonces tras esta afirmacin y todos inclinaron calladamente la cabeza en seal de asentimiento. Estaba claro que no era necesario prolongar la encuesta por ms tiempo. Esta respuesta a la pregunta por qu meditar?, aparece a lo largo de toda la literatura redactada por quienes se dedican a la prctica de esta disciplina. Meditamos para encontrar, para recuperar, para retornar a algo que alguna vez vaga e inconscientemente posemos, pero que hemos perdido y no sabemos ya ni qu era ni cundo o dnde lo perdimos. Podemos definirlo como el acceso a un nivel superior de nuestro potencial humano o como el hecho de estar ms unidos a nosotros mismos y a la realidad; tambin podramos decir que es el incremento de nuestra capacidad de amor, nimo y entusiasmo, o el conocimiento de que somos una parte del universo y de que nunca podemos estar enajenados o separados de l, igualmente podramos considerarlo como nuestra capacidad para ver y actuar en la realidad de una forma ms efectiva. Cuando nos dedicarnos a la prctica de la meditacin, nos percatamos de que todas estas afirmaciones sobre la meta que se pretende alcanzar tienen idntico significado. Es esta prdida, cuyo objeto intentamos recuperar, lo que incita al psiclogo Max Wertheimer a definir al adulto como un nio degenerado. Eugen Herrigel, que durante largo tiempo se dedic al estudio del mtodo Zen de meditacin, escriba: Trabajar sobre un KOAN (tcnica de meditacin utilizada por esta escuela) conduce a una situacin en la que uno se comporta como si estuviera tratando de recordar algo que ha olvidado. Y Louis Claude de St. Martin, recapitulando sobre la razn de ser de sus largos aos de meditacin, deca sucintamente: Todos nos encontramos en un estado de viudedad y nuestra tarea consiste en volvernos a casar. Es nuestra total humanidad, el ejercicio completo de lo que significa ser humano, lo que constituye el objetivo de la meditacin. La meditacin es una disciplina ardua, que practicada con constancia, nos facilita la aproximacin a ese objetivo. No es la invencin de un hombre o de una escuela en particular. Reiteradamente, en muy distintos lugares y pocas, concienzudos investigadores de la condicin humana han llegado a la conclusin de que los seres humanos tienen un mayor potencial de ser, vivir, participar y expresarse, que el que estn habituados a utilizar. Estos investigadores han desarrollado mtodos de enseanza destinados a ayudar a los dems en la consecucin de estas capacidades, y todos estos mtodos (prcticas 5 4. Por qu meditamosmeditacionales) tienen entre si muchas cosas en comn. Tal como expondr en los captulos IV, V y VI, todos estn basados en las mismas ideas y principios, ya hayan sido desarrollados tempranamente en la India, entre los siglos v y xii en los desiertos de Siria y Jordania, en el siglo x en Japn, en los monasterios medievales europeos, en los siglos xviii y xix en Polonia y Rusia, o en otras pocas y lugares. Todo supone un esfuerzo. No hay ningn camino de rosas, ninguna ruta fcil para llegar a la meta que buscamos. Por otra parte, es sta una, no existe ubicacin alguna desde la que podamos afirmar: Por fin he llegado, ya puedo descansar. Cuando nos esforzamos, nos sentimos ms a gusto con el mundo, ms satisfechos de nosotros mismos, ms capaces para actuar de forma eficaz en nuestras tareas y propsitos, ms unidos a los dems y, tambin, menos ansiosos y agresivos. No obstante, no hay un punto final que pueda ser alcanzado. Como en cualquier asunto de importancia amor, apreciacin de la belleza,eficiencia- no existe lmite para el potencial del crecimiento humano. En la meditacin, trabajamos como parte de un proceso; buscamos un fin sabindolo por siempre inalcanzable. Un buen programa de meditacin es, en muchos aspectos, muy similar a un buen programa de ejercicios fsicos. Ambos requieren arduos y reiterados esfuerzos. Con frecuencia, el trabajo es completamente tonto en sus aspectos formales. Podra imaginarse mayor locura que el subir y bajar repetidamente diez kilogramos de plomo, a no ser el dedicarse una y otra vez a contar hasta cuatro el nmero de respiraciones como ejercicio de meditacin? En ambos casos, la finalidad de estos ejercicios no es el hecho en s de levantar pesas o contar respiraciones, sino los efectos que dichos ejercicios puedan producir sobre la persona que los practica. Ambos programas deberan adaptarse especficamente a la persona en concreto que los utiliza con la clara comprensin de que -no hay un programa correcto para todos. Sera completamente estpido proponer una misma tabla de ejercicios fsicos a individuos que difieran considerablemente en su constitucin, en sus condiciones fsicas generales, en la relacin entre el desarrollo de sus sistemas respiratorio y circulatorio y en el desarrollo de sus msculos. Igualmente estpido sera proponer el mismo programa de meditacin a dos personas que difieran notablemente en el desarrollo de los sistemas intelectual, emocional y sensorial y en la relacin de estos sistemas entre s. Uno de los motivos de que las escuelas para la prctica de la meditacin tengan un tan elevado nmero de fracasos entre sus alumnos -los que obtienen poco provecho de sus prcticas y terminan por abandonar completamente- es que la mayor parte de las escuelas tienden a pensar que hay un solo mtodo correcto para meditar aplicable a todos y que, por curiosa coincidencia, resulta ser precisamente el que ellos utilizan. Tanto un programa fsico como un programa de meditacin tienen como objetivo primario el entrenamiento y la puesta a punto del individuo, de modo que a partir de ah pueda progresar de forma eficaz hacia la consecucin de las metas propuestas. Puede la meditacin cambiar estos objetivos? Ciertamente la acrecentada aptitud y el conocimiento de sta, la superior capacidad para actuar con todo 6 5. Cmo meditarentusiasmo y plena disposicin, la ms amplia percepcin de la realidad y la ms coherente estructuracin de la personalidad -resultados que la meditacin trae consigo- hacen cambiar las acciones y objetivos individuales en igual medida que una buena psicoterapia modifica las acciones y objetivos individuales, de forma similar y por las mismas razones. Mis propsitos estn en funcin de la forma de percibirme a m mismo y al mundo. Cuando esta percepcin se clarifica y ampla, tambin mis objetivos evolucionan. Volverme menos ansioso y sentirme menos vulnerable me hace ser tambin menos suspicaz y hostil de cara a los dems, y mis objetivos y acciones se transforman. La analoga entre los programas fsico y meditativo no puede ser llevada demasiado lejos, pero parece razonable sealar aqu que una persona que haya entrenado su cuerpo y tenga confianza en l, se sienta menos vulnerable y se comporte, en consecuencia, de una forma muy distinta a otra persona cuyo cuerpo se encuentre falto de entrenamiento y coordinacin. No hay lmite de en la meditacin. Originalmente, este libro llevaba por ttulo Meditacin para adultos. Se la puede practicar y sacar de ella el consiguiente beneficio mientras se es lo suficientemente adulto como para comprender que el crecimiento y el desarrollo personal es un asunto de importancia y que vale la pena trabajar en ello, y con tal que se comprenda que si se quiere lo mejor de y para uno mismo, habr que esforzarse, pues no vendr por s solo sin un esfuerzo sostenido. Las tcnicas de meditacin fueron originalmente desarrolladas por individuos habitualmente llamados msticos y por ciertas escuelas o tradiciones en las que los discpulos estudiaban y practicaban estas tcnicas de forma conjunta. El concepto mstico ha sido muy mal interpretado en la cultura occidental que lo ha referido a personajes cuyas creencias nadie ms puede comprender, que se retiran del mundo apartndose de sus actividades ordinarias, que hablan o escriben en trminos que nada comunican y que, si no son realmente sancionables como dementes, han sido arrastrados tan lejos del sentido comn que ciertamente no podran ser considerados como mentalmente sanos (es cierto que tal punto de vista se ha modificado en este pas en el transcurso de los ltimos aos, pero ha sido la posicin aludida la que ha prevalecido durante mucho tiempo, recientes acontecimientos en la cultura occidental han venido a modificar este estereotipo). Existen, sin duda, muchos individuos que se califican a s mismos de msticos y que se ajustan a estos criterios. Sin embargo, si examinamos detenidamente no slo este grupo, sino el ms amplio conjunto de quienes generalmente son considerados como msticos, encontraremos un cuadro sensiblemente diferente. Veremos que sus dos caractersticas principales son un alto nivel de eficacia en las accio nes que realizan (los msticos occidentales son especialmente conocidos por su destreza en los asuntos de la vida ordinaria) y la serenidad, la buena relacin con sus semejantes, el entusiasmo, la paz y la alegra que llena sus vidas. Adems, su acuerdo sobre los temas funda mentales -la naturaleza del hombre y el universo, las normas ticas de vida y cuestiones similares- es muy estrecho al margen de cul haya sido el tiempo y la 7 6. Por qu meditamoscultura en que hayan podido vivir. Todos los msticos -escriba San Martn- proceden del mismo pas y hablan el mismo lenguaje. En relacin a este punto, el filsofo britnico C.D. Broad escriba: En mi opinin, la experiencia mstica en todos los tiempos y lugares y las afinidades entre las afirmaciones de tantos msticos de todo el mundo, parecen constituir un hecho realmente significativo. Sugiere, prima facie. que hay un mbito de la realidad con el que estas personas entran en contacto y que en ninguna medida consiguen describir con el lenguaje de la vida ordinaria. Yo dira que esta prima facie apariencia de objetividad debera ser aceptada tal como es a no ser que, y hasta que, sea posible ofrecer una explicacin ms razonablemente satisfactoria. Evelyn Underhill, importante mstica y notable estudiosa de la literatura del misticismo, escriba a este respecto: Las ramas ms desarrolladas de la familia humana tienen en comn una peculiar caracterstica. Tienden a producir -espordicamente, desde luego, y con frecuencia a pesar de circunstancias externas adversa- un curioso y definido tipo de personalidad; un tipo de hombres que se niega a quedar satisfecho con lo que los dems llaman experiencia, y se inclina, al decir de sus enemigos, a negar el mundo para poder encontrar la verdadera realidad. Tenemos necesidad de estas personas tanto en Oriente como en Occidente, tanto en el mundo antiguo como en el medieval o el moderno... Cualquiera que sea el lugar o poca en que hayan surgido, sus fines, doctrinas y mtodos han sido esencialmente los mismos. Su experiencia, por consiguiente, forma un cuerpo de evidencias, sorprendentemente coherente y con frecuencia mutuamente aclaratorio, que debe ser tenido en cuenta antes de precisar cal es el total de las energas Y potencialidades del espritu humano, o antes de especular razonablemente sobre sus relaciones con el mundo desconocido que se encuentra ms all de las limitaciones de los sentidos. Desde un punto de vista histrico y psicolgico, el misticismo es la bsqueda y la experiencia de la relacin del individuo con la totalidad que el universo constituye. Mstico es tanto quien tiene ya este conocimiento como msica de fondo, como quien se esfuerza y trabaja consecuentemente por alcanzarlo. El resultado de este logro es la aptitud para trascender los aspectos dolorosos y negativos de la vida cotidiana y para vivir con la serenidad, la paz interior, la alegra y la capacidad para amar que son caractersticos de la vida de los msticos. El misticismo proporciona entusiasmo, fervor y gozo de la vida, adems de una mayor facilidad para operar en los asuntos de la vida diaria.8 7. Cmo meditarTodas las dems definiciones sobre el misticismo y los msticos son definiciones de escuelas o grupos religiosos particulares. Pueden ser adecuadas para esos determinados grupos religiosos, pero no lo son en cuanto al significado general del trmino. El mstico considera esta bsqueda del conocimiento de su relacin con el universo (y de la profunda sensacin de unin de si mismo con el Todo) como el intento de reencontrar un conocimiento perdido que alguna vez tuvo y una determinada forma de ser que es la nica natural del hombre. La raz de la palabra mstico es la misma que la de la palabra cerrar.1 La bsqueda mstica es un aprendizaje para poder cerrarse a todos aquellos factores artificiales que ordinariamente nos separan de este conocimiento, de estos derechos de nacimiento que hemos, perdido. Los msticos son personas que han trabajado prolongada y esforzadamente en la meditacin; y este trabajo ha ocasionado una modificacin en la percepcin de su capacidad para participar en la realidad. Muchos de sus especificos puntos de vsta sobre la realidad estn matizados por la particular cultura en la que se desarrollan, pero tras la fachada de terminologas diferentes hay profundas y vastas reas de concordancia. En la tradicin clsica occidental hay dos caminos altemativos para el desarrollo mstico adems de la va meditativa. Son la va asctica y la via illuminata. La via asctica, el camino del asalto al cuerpo y al ego, es en la actulidad de poca aplicacin. Nunca muy provechosa en s misma, sus largos aos de ayuno, autoflagelaciones, etc., no van a encontrar probablemente muchos adeptos en la cultura occidental de hoy en da. La via illuminata, el repentino y extraordinario cambio en la integracin de la personalidad y en la comprensin, ha sido la fuente de algunos procesos msticos. Sin embargo, sucede tan raramente que carece de sentido dedicarse a esperar su llegada. Al que se encuentre en el lugar adecuado del camino a Damasco justo en el momento oportuno... enhorabuena! De no ser as, ser mejor dedicarse a trabajar en la meditacin si es que se est interesado en esta clase de desarrollo personal. Por otra parte, se ha sealado ya en numerosas ocasiones que los seguidores de estos dos caminos se han dedicado intensamente a la prctica de la meditacin. Los msticos de todo el mundo han sealado dos resultados comunes fundamentales, hacia los que apuntan las enseanzas msticas de todas las escuelas (Zen, Hesicasmo, Yoga, Sufisrno, misticismo cristiano, judo, hind, etc.). stos son muy eficaces en la vida cotidiana y constituyen una forma de percibir la realidad diferente de aqulla que habitualmente disponemos.Histricamente, la palabra mstico est asociada a los Misterios rfcos y eleusnos. El mstico (mustes) era el iniciado que juraba callar o, literalmente, tener cerrada la boca (muein). (N. del T.) 19 8. Por qu meditamosEficacia en la vida cotidiana En ningn otro aspecto es tan injusta la visin estereotipada que se tiene del mstico como resulta serlo en este terreno. Habitualmente, el mstico es considerado como un ser ingenuo y soador. Es un hecho tan sorprendente como si alguien que disciplinada y regularmente se entrenara en un gimnasio, fuera considerado como perteneciente a un grupo cuyos miembros se caracterizaran por su escaso y descoordinado desarrollo muscular. Una gran parte del trabajo que conlleva cualquier forma de meditacin consiste en aprender a hacer una sola cosa a un tiempo: si se est pensando en algo, se debe pensar exclusivamente en ello y en nada ms; s se est bailando, hay que dedicarse a bailar pero no a pensar acerca del baile. Esta clase de ejercicio produce realmente una mayor eficacia en todo lo que se hace. Entrenar y poner a punto la mente como un atleta entrena y pone a punto su cuerpo es uno de los primeros objetivos de cualquier forma de meditacin. Es sta una de las razones bsicas de que la disciplina acreciente la eficacia en la vida cotidiana. Hay tambin otros motivos. Uno de ellos (me ocupar de los restantes en posteriores captulos) se basa en una teona de cmo reorganizar teraputicamente la estructura de la personalidad. Si analizamos en profundidad estilos de vida como el Budismo o el Taoismo, el Vedanta o el Yoga -escribe Alan Watts- no encontrarernos en ellos filosofa o religin en el sentido en que estos trminos han sido utilizados en Occidente. Lo que encontramos est mucho ms prximo a la psicoterapa.4 En este campo, el misticismo y la psicoterapia occidental siguen caminos distintos para llegar a un mismo punto. Si sufro de una intensa ansiedad y voy en busca de ayuda al psicoterapeuta, ste intentar ayudarme explorando inicialmente el contenido del problema. Sobre qu est enfocado? Cul es el contenido de su significacin simblica en los diferentes niveles de la personalidad? El psicoterapeuta fundamenta su trabajo sobre la teora de que cuando el contenido es reorganizado y los elementos perturbadores son llevados al nivel de la conciencia, la estructura de mi personalidad se reorganizar igualmente de una forma ms positiva y saludable. Si por el contrario, con el mismo estado de ansiedad, acudo en demanda de ayuda a un especialista en meditacin, ste intentar inicialmente ayudarme mediante el fortalecimiento y el reajuste de la estructura y la capacidad operativa de la organizacin de mi personalidad. Me recomendar la prctica de diversos ejercicios con el fin de fortalecer la estructura global de esta organizaci n. Trabajar sobre la teora de que cuando la estructura se hace ms fuerte y ms coherente por medio de estos ejercicios, el contenido que est en un nivel no ideal (es decir, el material que est reprimido y es la causa de los sntomas) se desplazar hacia niveles ms convenientes y ser adecuadamente reorganizado .10 9. Cmo meditarLas dos teoras son vlidas y los dos planteamientos funcionan. Ambas estn tambin en un primitivo estadio de desarrollo y hay, en la actualidad, una gran cantidad de sinsentido tanto en las prcticas msticas como en las teraputicas. Quizs ahora podamos comenzar a abrigar esperanzas de llegar a una sntesis entre las dos, combinando lo mejor de cada una de ellas y desechando las fijaciones ms o menos obsesivas y todo cuanto de supersticioso se ha encontrado ltimamente en ellas. Esto conducida sin duda a un mtodo mucho ms efectivo, pero, lamentablemente, la investigacin en este campo es escasa en la actualidad. Unos pocos psiclogos y psiquiatras -tales como el doctor Arthur Deikmanhan- han estado experimentando con esta sntesis y han llevado a cabo un excelente trabajo. Por lo menos, algo se est empezando a hacer.Comprehensin de otra visin de la realidad El segundo resultado fundamental constatado por los msticos de todos los tiempos y lugares, y sealado en su enseanza por todas las escuelas msticas, es la comprehensin de una forma distinta de contemplar la realidad. Utilizo aqu el trmino comprehensin para designar una forma de comprender y participar en la realidad tanto intelectual como emocionalmente. Es sta una pretensin extraa y difcil. Qu puede querer decir el mstico cuando se refiere a una visin diferente de la realidad? No es la realidad lo que est ah fuera? Y no es nuestra misin comprender precisamente ese ah fuera? Si hay dos formas diferentes de ver, no deber ser una de ellas correcta y la otra equivocada? Cuando el mstico dice que hay dos visiones distintas de la realidad, no est cayendo en una contradiccin flagrante? El problema es complejo. Por un parte, sabemos que nuestra forma ordinaria de contemplar la realidad es esencialmente correcta. No slo parece correcta sino que tambin lo es, pues operamos con ella de forma eficiente; los resultados de nuestras acciones son lo suficientemente previsibles como para que sea obvio que nuestros presupuestos acerca de la naturaleza de la realidad (sobre los que basamos nuestras acciones) deben ser necesariamente correctos. Por otra parte, un considerable nmero de personas dignas de toda confianza incluyendo muchas a quienes la humanidad tiene en alta estima- han afirmado abiertamente que han basado sus acciones en una visin de la dinmica del mundo completamente diferente a la ordinaria. Y tambin ellos afirman que saben que esta otra forma de ver es vlida. Y, para hacerlo ms dificil, tambin estas personas parecen realizar sus propsitos actuando en el mundo de forma eficaz, teniendo, a menudo, considerables efectos sobre l. Tambin afirman haber conseguido serenidad y alegra en sus vidas, y observadores externos atestiguan que su conducta viene a confirmar sus afirmaciones.11 10. Por qu meditamosTratar con ms detalle este otro punto de vista sobre la naturaleza de la realidad en el capitulo III. Quiz sea suficiente aqu con sealar que si algo hemos aprendido de los fsicos modernos es que puede haber dos puntos de vista diferentes sobre un objeto y que, siendo mutuamente contradictorios, sean, al mismo tiempo, igualmente correctos. Este hecho se conoce en Fsica con el nombre de principio de complementariedad. Afirma este principio que para la plena comprensin de un fenmeno debemos acercarnos a l desde dos perspectivas diferentes, pues cada una de ellas, por s misma, slo podra proporcionarnos la mitad de la verdad. El mstico no pretende que una forma de comprender la realidad, de estar en el universo, sea superior a la otra. Dice ms bien que el ser humano, para su plena realizacin en cuanto tal, tiene necesidad de ambas. El mstico romano Plotno deca que el hombre debe ser considerado como un anfibio que precisa tanto de la vida en la tierra como de la vida en el agua para realizar su perfecta condicin de anfibio. De igual manera, el hombre necesita la adecuacin al mundo en dos formas diferentes -podra llamrseles diferentes estados de conciencia o utilizacin de diferentes sistemas de metafisca- para su ms completo desarrollo. De una forma curiosamente similar, el mstico indio Ramakrshna comparaba al hombre con una rana que, en su juventud, viva como un renacuajo en tan slo un medio. Pero ms tarde escriba Ramakrishna- cuando la cola de la ignorancia se desprende necesita en su estado de adulto tanto de la tierra como del agua para la perfecta realizacin de sus capacidades potenciales. Es esta segunda forma de percibir la realidad lo que constituye uno de los objetivos de la meditacin. Y realmente, aquellos que han accedido a ella y han realizado una fusin activa de ambos caminos -de tal forma que cada uno de ellos es, al mismo tiempo, la msica de fondo del otro y viceversa- ciertamente dicen llevar una vida ms plena y ms rica que el resto de sus congneres; y, de hecho, as aparecen ante los dems. Son sin duda la clase de personas con las que a uno le gustara compartir el planeta. Estos son, pues, los objetivos de la meditacin. Se trata verdaderamente de algo as como volver a casa. A lo largo de este libro expondr la naturaleza de esa otra visin de la realidad, la estructura bsica de la meditacin y las formas ms importantes que adopta, as como sus efectos en el orden psicolgico y en el fisiolgico. Dar despus instrucciones detalladas acerca de los ejemplos de meditacin referidas a la mayor parte de sus formas. Vendr despus una seccin de errores comunes (trampas tentadoras) en la meditacin y en el misticismo y, finalmente, una exposicin sobre el valor de la meditacin de cara al individuo y la sociedad. Originalmente, tena intencin de incluir un captulo sobre las ms importantes escuelas de enseanza mstica y meditacional, tales como el Yoga, el Zen, el Sufismo y la escuela de Gurdjieff. Sin embargo, pronto se me hizo evidente que sera una locura tratar de abreviar hasta ese punto lo que ya ha sido hecho y sigue siendo hoy en da perfectamente asequible para cualquiera que est interesado en ello. Respecto 12 11. Cmo meditara la mayor parte de las escuelas ms importantes, lo mximo a que hubiera podido aspirar hubiera sido a una pobre versin de la obra clsica de Jacob Needieman The Nest, Religions (Nueva York: Doubieday, 1970). Huston Smith en su Religions of Man (Nueva York: Harper and Row, 1958) ha tratado las ms importantes religiones mucho mejor de lo que yo habra podido hacerlo. Respecto al misticisrno cristiano, Mysticism de Evelyn Underhill (Nueva York: E. P. Dutton, 2.a ed., 1930) es todava una obra definitiva. En cuanto al misticismo hasdico, Tales of the Hasidim de Martin Buber (Nueva York: Schocken, 1967)2 es, en m opinin, la mejor visin de conjunto. Para un estudio inicial de estas escuelas en su conjunto o de alguna de ellas en particular, recomendaba The New Religions de Needieman. La meditacin seriamente entendida supone un trabajo duro, a menudo frustrante y, sin embargo, profundamente satisfactorio, adems de ser la ms antigua y la ms nueva de las grandes aventuras que el hombre puede emprender. Espero que signifique para todos tanto corno ha significado para m.Hay Traducciones al castellano: Cuantos jasdicos (4 vols.). Paidos/Orientalia. Barcelona, 1978. (N. Del T.) 213 12. II CMO SE SIENTE LA MEDITACIN Antes de pasar a examinar por qu la meditacin produce los efectos reseados, cules son las distintas clases de meditacin y cmo elegir la ms adecuada para cada uno (pues cada persona es una individualidad en un determinado punto de su especfico desarrollo), es ste el momento de ocupamos de uno de esos efectos o consecuencias, con objeto de hacernos una idea ms precisa del tema que estamos tratando. Elegiremos para ello una disciplina bsica consistente en contar el nmero de veces que respiramos. Contar el nmero de respiraciones es un ejercicio de meditacin especialmente destinado a aprender y poner en prctica la capacidad de hacer una sola cosa a un tiempo. A primera vista parece algo muy simple, pero no hay que dejarse engaar por esa simplicidad aparente. Requiere un considerable esfuerzo y una gran dosis de paciencia, y, si se practica de forma consecuente, tiene unos efectos ntidamente positivos tanto en el orden psicolgico como en el fisiolgico. Yo sugerira la prctica de este ejercicio durante quince minutos para poder hacerse una idea de lo que se siente al realizar esta actividad. Habr que empezar por colocarse en una postura cmoda y de manera que el cuerpo reciba la menor cantidad posible de estmulos externos que podran distraemos. Esta posicin puede ser tanto la de sentado como la de tumbado en el suelo o de pie, en funcin de las preferencias particulares de cada cual. Se colocar un cronmetro o un despertador que nos avise pasados quince minutos o, si eso no es posible, un reloj cualquiera de forma tal que pueda ser observado sin necesidad de mover la cabeza. Si se utiliza un despertador, se elegir uno que tenga un sonido apagado o, si no, se tapar con un cojin a fin de amortiguar su ruido. Hecho esto, se trata simplemente de contar las respiraciones en silencio. Se cuenta uno para la primera, dos para la segunda, tres para la tercera, cuatro para la cuarta y, llegados ah, se comienza nuevamente a partir de uno. Se seguir repitiendo este mismo proceso hasta que hayan pasado los quince minutos. El objetivo que se persigue es hacer simplemente eso y nada ms. Si aparecen otros pensamientos (que aparecern) acepta simplemente el hecho de que ests apartndote de las instrucciones y devuelve de nuevo tu atencin, suave pero firmemente, al hecho de contar. No importa que otros pensamientos, sentimientos o percepciones aparezcan durante los quince minutos prescritos; tu misin es simplemente contar respiraciones, as que debes tratar de hacer solamente eso. Hacer o ser consciente de cualquier otra cosa durante este lapso de tiempo es desviarse de la tarea fijada. (Las instrucciones para este ejercicio son repetidas de fonna ms detallada en el capitulo VIII, pero estas indicaciones son suficientes por el momento). No esperes hacerlo a la perfeccin ni conseguir el xito por permanecer consciente ms de un par de segundos en el acto de contar. Esto requiere una prctica larga. Sencillamente, hazlo lo mejor que puedas. 15 13. Cmo se siente la meditacinYa puedes empezar! El camino de la meditacin no es fcil. La primera sorpresa surge cuando tomamos conciencia de hasta qu punto es ndisciplinada nuestra mente, negndose a cumplir las rdenes de la voluntad. Tras quince minutos de intentar limitamos a llevar la cuenta de la respiracin sin pensar en nada ms, podemos comprobar que si nuestros cuerpos fueran tan irresponsales respecto a la voluntad como lo es nuestra mente, jams conseguiramos cruzar una calle y llegar vivos a la acera de enfrente. Nos encontraremos pensando en todo tipo de cosas en lugar de dedicamos a la sencilla actividad a la que habamos decidido limitar nuestros pensamientos. Santa Teresa de vila describa en una ocasin la mente humana como un caballo sin domar que ir a cualquier lugar excepto all donde queremos que vaya. Tambin Platn escriba acerca de esto. Comparaba la mente del hombre con un barco en el que los marineros se han amotinado encerrando al capitn y al piloto en sus camarotes. Los marineros creen ser perfectamente libres y dirigen el barco como a cada momento les parece. Durante un tiempo, uno de los marineros toma el mando, despus otro y as sucesivamente; de esta manera, el barco viaja errante sin rumbo definido pues los marineros no slo no consiguen dirigir el barco hacia un punto determinado sino que ni siquiera consiguen ponerse de acuerdo sobre cual deba ser ese punto. La tarea del ser humano, escriba Platn, es sofocar el motn, liberar al capitn y al piloto de forma, que pueda elegrse libremente un punto de destino y llevar el timn (del trabajo) de forma firme y coherente hacia el lugar de destino. Slo en estas circunstancias, cuando se est libre de la tirana del capricho pasajero, puede haber una libertad real. Una curiosa analoga se encuentra en la BhagavadGita, largo poema escrito en la India entre los siglos V y II a. C. y que dedica especial atencin a la meditacin y al misticismo: El viento desvia al barco de su rumbo sobre las aguas. Los vientos errticos de los sentidos llevan al hombre a la deriva y desvan de su rumbo a su mejor capacidad de juicio. Cuando un hombre es capaz de aquietar sus sentidos se le puede considerar iluminado. Pero deca Platn que sofocar el motin exige un trabajo largo, esforzado y firme, pues los marineros echan mano de toda clase de ardides para rechazar y eludir la disciplina. Practicando la meditacin podemos encontrarnos soolientos, aburridos, pensando en todo tipo de cosas, alucinando toda clase de interesantes percepcones y sensaciones, resolviendo viejos problemas y sabe Dio s cuntas cosas ms, lo mismo que el caballo salvaje de Santa Teresa, que hace todo lo posible para negarse a aceptar los dictmenes de nuestra voluntad. Pueden incluso aparecer aqu sensaciones 16 14. Cmo meditarde ser inundados por una intensa luz blanca y la peregrina idea de haber alcanzado la iluminacin y de conocer la verdad acerca de todo. Thomas Merton, profundo conocedor de la meditacin, escriba acerca de este tipo de experiencia y de la actitud que le acompaa: ... hay quienes parecen estar convencidos de que la experiencia mstica tiene que ser algo as como una pera wagneriana. Cosas tremendas se suceden sin cesar. Truenos y relmpagos anuncian solemnemente cada nuevo movimiento del espritu. Los cielos se rasgan y el alma sale del cuerpo en un estallido de luz esplndida y sobrenatural. All se encuentra cara a cara con Dios, en medio de un Turnverein 3 de ngeles y santos voladores, entonando cnticos y haciendo resonar sus trompetas. Hay un elocuente cambio de impresiones entre el alma y Dios, cual do operstico, durante al menos siete horas, pues siete es un nmero mstico. Todo ello intercalado con terremotos, eclipses de Sol y de Luna y explosiones diversas de bombas supersubstanciales. Eventualmente, tras un breve anticipo musical del Fin del Mundo y el Juicio Final, el alma regresa, haciendo airosas piruetas, al interior del cuerpo, y el mstico se ve rodeado por una silenciosa y arrebatada cohorte de cofrades, incluyendo alguno que otro que se afana subrepticiamente en tomar notas sobre el evento con vistas a un posible proceso de canonizacin. Merton hace aqu referencia a uno de los mayores obstculos que nuestra cultura opone a las prcticas meditacionales y al desarrollo interior. Este obstculo consiste en la creencia de que, ocurra lo que ocurra, debe ocurrir sbitamente y enseguida, y que si un determinado tipo de meditacin no produce estos resultados debe ser suspendido para comenzar con otro. En creencias de este orden encuentran su justificacin los atletas espirituales tan abundantes hoy en da entre los interesados en esta clase de prcticas. Manifiestan su falta de disciplina por el incesante cambio de una forma de trabajo meditacional a otra, segn el capricho del momento, y creen estar sofocando as el motn en su barco interior cuando, en realidad, estn fomentando su victoria. Volviendo a nuestra analoga con la gimnasia, cuando comenzamos a entrenar con las pesas no tenemos en mente la idea de que nuestro cuerpo va a permanecer inalterado hasta el momento en que, de repente, nuestros msculos estallen, nuestra barriga desaparezca y nos convirtamos en Tarzan o en una Raquel Welch. Confiamos, ms bien, en un largo, lento y, por lo general, imperceptible proceso de cambio en la direccin que deseamos. Lo mismo ocurre con la meditacin. Una de las razones de esta falta de disciplina y de este incesante cambio de una moda a otra -as como Pars dicta la moda del momento en vestidos femeninos, el3Turnverein designa el equipo de una competicin deportiva. (N. Del T.) 17 15. Cmo se siente la meditacinEsalen Institute de California hace lo mismo con lo referente a la meditacin- son las informaciones aparecidas en los libros sobre Zen de lo que ocurre a los discpulos cuando han trabajado suficientemente con la tcnica del Koan. De repente, se nos dice, comprenden la respuesta y comienzan a temblar profusamente, entonces el maestro acepta que el discpulo ha encontrado la respuesta, que ha resuelto (con no poco trabajo) ese caso particular de meditacin. Esto es frecuentemente interpretado por el lector (y en ocasiones tambin por el discpulo) como sntoma de que ha alcanzado la iluminacin. El lector cierra entonces el libro con un profundo suspiro de envidia y esperanza. Sin embargo, si en vez de cerrarlo se te ocurriera pasar de pgina, se enter que el discpulo recibe un nuevo koan sobre el que trabajar y con el que continuar sus meditaciones. No se habla ms de iluminacin, el aprendizaje prosigue. Deca el cardenal Newman que no hay verdaderas conversiones repentinas, pero que en ocasiones hay una repentina comprensin de que eres lo que has llegado a ser por medio de un duro trabajo. La creencia de que la iluminacin, acaeciendo en forma repentina, viene a completar por si misma la tarea, es curiosamente similar a la creencia en la visin (resolutiva del problema) en los comienzos de la psicoterapia. Se crea en aquel tiempo que si un paciente trabajaba sobre un problema, llegaba el momento en que, sbitamente, discerna su estructura y su significado. Sufra entonces una profunda experiencia emocional (no con resplandecientes luces blancas, pero s con todo lo dems que la literatura mstica nos cuenta acerca de la experiencia de la iluminacin) y el problema quedaba resuelto. Pero, ay!, una larga experiencia en psicoterapia nos ha demostrado que las cosas no funcionan as. Realmente, la experiencia de la visin tal como la hemos descrito, ocurre (como la experiencia de la iluminacin); pero eso es slo el principio, pues, por s misma, no cambia mucho. Despus de la visin viene un duro y prolongado trabajo para sacar provecho de ella: hay que cambiar gradual y esforzadamente nuestras percepciones, sentimientos y conducta, ponindolos de acuerdo con nuestra comprensin. De la misma forma que nos hemos visto obligados a renunciar en el transcurso del desarrollo de la psicoterapia a cambios repentinos y significativos en la estructura de la personalidad, tambin debemos renunciar a ellos en la prctica meditacional.18 16. III LOS EFECTOS PSICOLGICOS DE LA MEDITACIN He analizado en el capitulo I los dos efectos psicolgicos ms importantes producidos por la meditacin, siempre y cuando sta sea practicada de forma coherente; son stos el acceso a otra forma de percibir y de relacionarse con la realidad, por una parte, y un mayor entusiasmo y eficacia en la vida diaria, por otra. En este captulo se intentar explicar por qu la meditacin tiene esos efectos y se tratar ms extensamente acerca de ellos. Para averiguar el por qu, ser necesario hacer una incursin en la historia de la Fsica y en la Filosofa, manejando un material bastante complejo. Este captulo es, por consiguiente, el ms difcil del libro, y quien no est especficamente interesado en el tema puede saltarselo, sin que ello suponga ninguna prdida especialmente relevante para el lector. Esta incursin en la historia de la fsica est justificada por el hecho de que parece ah un claro paralelismo en la stuacin de una persona consagrada a la prctica de la meditacin. En un momento determinado surgi, en el campo de la Fsica, un problema que tena que ser resuelto, pero que no se resolvera mediante un proceso de reflexin desarrollado por los cauces ordinarios. En consecuencia, y para poder hallar la solucin, fue necesario desarrollar una nueva forma de pensar la realidad. Tambin en la meditacin surge un problema que no puede ser resuelto mediante las formas habituales de pensar y de relacionarse con el mundo y se hace preciso descubrir una nueva forma de llevar a cabo estos procesos con el fin de encontrar la solucin pertinente. Echaremos primero un vistazo a la historia de la Fsica. A finales del siglo XIX, el campo de la Fsica terica amenazaba con venirse abajo. El experimento Michaelson-Morley haba hecho aparecer datos que no podan ser interpretados de ninguna forma mnimamente coherente. El problema de la suma de velocidades que este experimento planteaba no poda ser dilucidado por los cauces ordinarios del pensamiento ni a travs de los canales habituales por los que la ciencia resuelve normalmente sus problemas. La esencia del experimento Michacison-Morley -repetido en numerosas ocasiones- demostraba de forma incontestable que haba situaciones en las que 2 y 2 no son 4! Haca referencia a la velocidad de la luz y demostraba con clara evidencia que la velocidad de la luz aproximndose a un objeto permaneca constante sin importar cun rpidamente se moviera su fuente hacia o en direccin contraria al objeto. Estos fueron los asombrosos resultados que, simplemente, no podan encajar en los esquemas cientficos de su tiempo. Pese a todo, dichos resultados eran demasiado evidentes como para ser ignorados. Movidos por la presin de las circunstancias creadas por esta paradoja, los fsicos desarrollaron una nueva forma de percibir la realidad. La idea de una percepcin del mundo basada en un sistema metafsico distinto al habitual punto de vista mecnico, haba sido propuesta desde haca ya tiempo en el campo de la Fsica. 19 17. Los efectos psicolgicos de la meditacinA esta nueva perspectiva sobre el funcionamiento del mundo podemos denominarla teora de campo. Fue inicialmente expuesta y demostrada por ese gran genio de la fsica llamado Cierk Maxwell. Sin embargo, excepto en reas especializadas (como, por ejemplo, la hidrodinmica) poca cosa se hizo con ella. Quedaba para Einstein la tarea de hacerla extensiva a toda la realidad y demostrar que era una forma vlida de conceptualizar lo que existe. Para nuestro propsito, el aspecto ms importante de esta historia es el hecho de que una paradoja que no poda ser resuelta y que sin embargo tena que serlo, obligaba a aceptar una nueva forma de comprender la realidad. La mayor parte de las formas meditacionales proponen una imposible paradoja. Fuerzan al individuo a trascender su ordinaria forma de percibir y de pensar sobre el mundo y sobre s mismo, pero relacionndose con el mundo y consigo mismo como medio de resolver la paradoja. De esta manera, al igual que haba ocurrido en el campo de la Fsica, una nueva forma de estar en la realidad, de conceptualizarla y de entrar en relacin con ella y con uno mismo debe necesariamente abrirse paso. Como he descrito en otra parte, 1a visin de la realidad que la meditacin nos propone es la misma que apareca ante los fsicos como consecuencia de la paradjica situacin desencadenada por el experimento Michaelson-Morley. La diferencia entre ambas situaciones es que los fsicos se vieron obligados a aceptar un nuevo enfoque desde una perspectiva exclusivamente intelectual, lo que poda hacerse con relativa facilidad amparndose tras la pantalla de las matemticas. El hombre dedicado a la meditacin se ve compelido a una total aceptacin, tanto intelectual como emocional, de la validez de este punto de vista, y el proceso puede ser -y frecuentemente lo esmucho menos cmodo. De qu forma nos compele la meditacin a colocarnos ms all de nuestra perspectiva habitual sobre el funcionamiento del mundo y a aceptar la existencia de otra perspectiva igualmente vlida y valiosa? En 1900, el filsofo Josiah Royce, escribiendo con una difana belleza que nos hace evocar a Platn, publicaba un pequeo libro titulado The Conception of lnmortality. En l demostraba que nuestra ordinaria forma de reaccionar, percibir, pensar y analizar no puede realmente conjugarse con la idea de individualidad. Todos los fenmenos, cualidades, caractersticas, etc., son elementos parciales de un conjunto que deben ser puestos en relacin o comparados con otros elementos del mismo orden; por mucho que nos esforcemos, no podemos encontrar una cualidad en nosotros mismos o en otros individuos que podamos considerar en s misma; es necesario establecer una relacin con la ausencia, presencia o intensidad de esa cualidad en otros seres. Y sin embargo, aade Royce, sabemos que hay algo individual en cada persona. Con una contundente argumentacin, hace referencia al hecho de que cuando estamos enamorados de alguien sabemos con absoluta certeza que ese alguien es completamente individual y no puede ser reemplazarlo por ninguna otra persona en el mundo. Sin embargo, por mucho que lo intentemos, no podemos precisar cul es el fundamento de esa individualidad, pues echando mano de todo nuestro esfuerzo y nuestra inteligencia 20 18. Cmo meditarslo conseguiramos describir un cierto nmero de rasgos o caractersticas que se dan igualmente en otros individuos; aun sabiendo que en la prctica no es realmente as, se podra decir que cabe la posibilidad de que exista en alguna parte otra persona que posea exactamente las mismas caractersticas en idntica proporcin, y que, por consiguiente, podra reemplazar a la persona amada sin prdida ninguna para el que ama. De la misma forma que los fsicos con su ordinaria forma de entender el mundo basada en el sentido comn no podan resolver el problema y se vean forzados a abrirse a un nuevo planteamiento de la realidad, as tambin el ordinario sentido comn de nuestra mente y la subsiguiente forma de representarse el mundo no puede resolver el problema de la individualidad y, si se la fuerza lo suficiente a concentrarse sobre este problema, llegar a la comprehensin de una nueva representacin del mundo, de un nuevo sistema metafsico. Empezamos ya a vislumbrar cul es el proceso que sigue la meditacin. Una meditacin formal o estructurada es tanto una forma de pensar o percibir una sola cosa a un tiempo como un aprendizaje tcnico que nos ayudar a hacer eso mismo en otros contextos. (Una meditacin informal o no estructurada consiste en reflexionar mucho ms de lo que normalmente haramos sobre un tema particular hasta llegar a enterderlo con mayor profundidad.) Cuando trabajamos con una meditacin de este tipo de forma continuada y durante un perodo de tiempo ms o menos largo, ocurren dos cosas. Primero, el propio trabajo fortalece la organizacin de la personalidad hasta que estructuralmente somos lo bastante fuertes como para soportar el impacto producido por el nuevo punto de vista sobre la configuracin de la realidad. Segundo, nos encontraremos con capacidad para ir superando la enorme cantidad de distracciones que nosotros mismos generamos -incluyendo largos periodos en que nuestra vida interior, en palabras de Thomas Merton, parece un desierto- y comenzando a percibir una sola cosa a un tiempo, considerndola en s misma en nuestra conciencia sin establecer comparaciones o referencias. Comenzaremos tambin a aproximarnos a la comprensin de una forma nueva de estar en el mundo, de percibir y relacionarnos con la realidad. Cuanto mayor es la comprensin de estos procesos, mayor es tambin la sensacin de estar volviendo a casa, de estar recuperando las partes perdidas de nosotros mismos, y el crecimiento y la intensificacin del entusiasmo, la vitalidad, la eficacia y la capacidad para amar y relacionarnos con nuestros semejantes. Tomamos tambin conciencia de que cada uno de nosotros es una parte de todos los dems, de que nadie est solo y de que nos encontramos verdaderamente en casa en el universo del que formamos parte; empezamos a saber, en frase de Giordano Bruno, que no podemos salir del mundo, que este mundo, este universo, es un lugar adecuado para el hombre. Es una ilusin esta nueva forma de percibir el mundo y de relacionarse con l? No ser la forma cotidiana, ordinaria, prctica, la nica real? La pregunta surge inevitablemente cuando se comienza a abordar el problema.21 19. Los efectos psicolgicos de la meditacinUna primera respuesta se deduce de las peculiares caractersticas de quienes han tenido acceso a esa forma de ver. Por lo general, difcilmente se les podra encuadrar en el tipo de personas propensas a engaarse a s mismas. Entre ellas se encuentran algunas de las ms relevantes figuras de la historia, personas que han tenido una honda repercusin sobre el resto de la humanidad. Estn ah Scrates y Buda, Jess de Nazareth, Meister Eckhart y George Fox, Lao-ts y Confucio, Bernardo de Claraval y el Baal Shem Tov, Rumi, Santa Teresa de vila y San Juan de la Cruz. En general, se caracterizaron por ser eficientes administradores, hbiles en los asuntos mundanos, en las artes y en sus respectivas actividades. Por encima de todo, eran perseverantes y prcticos. Una segunda respuesta tiene su origen en los logros realizados por los fsicos modernos tomando como base este sistema metafsico. Las ideas de Einstein, Planck, Heisenberg, Bohr, Margenau y otros fsicos de vanguardia de nuestro tiempo -ideas elaboradas sobre la hiptesis de la validez de este enfoque- nos han proporcionado la posibilidad de llevar a cabo proezas nunca soadas hasta ahora. Aunque tales logros hayan sido muy frecuentemente utilizados para la destruccin y el terror, sus promesas de cara al futuro tienen tambin mucho de positivo. En cualquier caso, el descubrimiento y la utilizacin de la energa atmica se debe al hecho de que la teora de campo del universo ha sido aceptada como vlida por los fsicos. Y estas teoras fsicas sobre la dinmica csmica no pueden diferir del punto de vista paralelo sostenido por los msticos que han llegado a l por medio de la meditacin. El camino meditacional hacia esta concepcin del mundo ha producido un incremento de la eficacia, el entusiasmo, la serenidad y la capacidad de amar de quienes lo han seguido. El camino terico ha conducido a una capacidad de incidencia mxima sobre la realidad fsica. Atenindonos a tales xitos, no vemos ciertamente cmo podra resultar ilusoria esta visin de la realidad. Un efecto psicolgico de la meditacin es, pues, la comprehensin de una nueva forma de percibir el mundo y de relacionarse con l. Sobre la base de la experiencia de aquellos que han llegado a esta comprehensin, podemos afirmar que este logro, y el camino que a l conduce, aporta una gran serenidad y paz interior que permanecen estables incluso en medio de las mayores adversidades. El segundo efecto psicolgico dimana del propio hecho de estar realizando un trabajo. En este caso, lo importante en la prctica de la meditacin (la capacidad de consagrarse a una forma particular de meditacin sin dejarse llevar por posibles distracciones) sino ms bien la perseverancia y la disciplina en la tarea propuesta. Es el trabajo constante que se retoma una y otra vez de forma tranquila, firme y coherente, lo que fortalece la voluntad, la determinacin, la adecuada orientacin de la conducta, la habilidad para evitar las distracciones, etc., y facilita la reorganizacin de la personalidad, lo que en su conjunto forma parte de nuestro lento e interminable progreso hacia la madurez verdadera. Es tambin este trabajo consecuente lo que incrementa nuestra capacidad para entregarnos sincera e ntegramente a lo que en cada momento estamos haciendo, al tiempo que acrecienta 22 20. Cmo meditarnuestra facilidad para hacer frente a las ms diversas situaciones. La experiencia demuestra que quienes siguen con constancia esta clase de trabajo aumentan sus aptitudes y su confianza en s mismos. Una de las diferencias entre la meditacin y drogas tales como el LSD, la psilocybina, la mescalina y dems alucingenos, es la siguiente: tanto las drogas como la meditacin pueden conducir a esta nueva visin de la realidad recogida en la teora de campo. Sin embargo, la meditacin (si se practica de forma razonablemente inteligente) no produce estos efectos hasta que se est convenientemente preparado para asumirlos y en condiciones de integrar la nueva perspectiva, con la posibilidad de continuar el desarrollo personal a partir de ese punto de integracin. Los procesos qumicos conducen a esa situacin se est o no preparado y es sumamente improbable que tal experiencia produzca resultados tiles de cara al desarrollo personal. Por otra parte, las drogas pueden acarrear con frecuencia la experiencia de un mal viaje, pues conducen por la fuerza a una situacin especial antes de estar lo suficientemente preparado para enfrentarse a ella. En la evolucin de la personalidad a largo plazo producida por la meditacin (como opuesta a la revolucin a corto plazo producida por las drogas) no existe el peligro del mal viaje. Arthur Deikman, psiquiatra y profundo conocedor de la meditacin, considera sta como un proceso progresivo de desautomatizacin de la percepcin y la conducta. Para expresarle en pocas palabras: la automatizacin se manifiesta como un proceso bsico en el que el repetido ejercicio de una accin o percepcin tiene como resultado la anulacin de la conciencia de sus pasos intermedios. La desautomatizacin consiste en deshacer la automatizacin, presumiblemente mediante un proceso de reinversin de la accin y la percepcin a travs de la atencin... La desautomatizacin no es una regresin, sino ms bien el desmontaje de una estructura para permitir una nueva y quiz ms avanzada experiencia. El cangrejo muda su rgido caparazn cuando necesita ms espacio para crecer. El mstico, por medio de la meditacin, puede tambin deshacerse temporalmente del caparazn de la percepcin automtica, de los controles automticos afectivos y cognitivos, para percibir ms profundamente la realidad. A la luz de esta definicin puede verse con mayor claridad la razn de la limpieza y diafanidad perceptiva que dimana con frecuencia del trabajo meditacional. Las cosas parecen ser ms ellas mismas. El rojo es ms rojo, el agua ms acuosa y el lodo ms fangoso. Desgarrado el velo de la desatencin, podemos ver con mirada limpia la realidad que nos rodea. Reiteradamente, mis alumnos han descrito su percepcin de las cosas comunes de una forma vvida y renovada en la que todo apareca dotado de una brillante y vigorosa identidad, impregnado de una luminosa cualidad. Esta clase de percepcin ha sido tan frecuentemente descrita en la literatura mstica, que debe ser 23 21. Los efectos psicolgicos de la meditacinaceptada como un resultado normal de la purificacin de las puertas de la percepcin por medio de la meditacin. Estos son, entonces, los dos fines inseparables de la meditacin y del camino mstico: la consecucin de una segunda forma de comprehender la realidad y el incremento de la serenidad y la capacidad de vivir con plenitud. El hecho de acceder a una segunda forma de ver la realidad no significa, sin embargo, que las dos perspectivas se mantengan separadas. Esto conducira ms bien a una mayor fragmentacin de la personalidad, pero no a una superior coherencia y organizacin de la misma. En el trabajo continuado, las dos perspectivas se integran de modo que cada una sirve de teln de fondo a la otra. El conocimiento de nuestras diferencias y de nuestra separacin es clarificado y reforzado por el conocimiento simultneo de nuestra unidad, de que cada uno es una parte de todos los dems. Es sta una de las lecciones de las magnficas estatuas de Rodin, que resguardando siempre la particularidad del tema desde un anlisis agudamente perceptivo, permite observar simultneamente el carcter ms y ms inacabado de la piedra, ofrecindonos la sensacin de estar tratando con la materia bruta del planeta. La pulsin, la vibracin y la individualidad de nuestra percepcin del ser individual son potenciadas por la percepcin de la simultnea unidad, de forma que llegamos a una ntima fusin con la totalidad del planeta, con el conjunto de todos los seres y con el universo entero. En el captulo I se plante la cuestin de si la meditacin cambia nuestros objetivos vitales. A la respuesta que all se dio haba que aadir ahora la nueva perspectiva que surge cuando se avanza hacia esta fusin entre las dos formas de percepcin. Si s que tu y yo somos uno, que no estamos aislados y que no soy slo el guardin de mi hermano sino tambin mi propio hermano, tratar a los dems tal como me trato a m mismo. Adems, desde el momento en que s que sov una parte del cosmos total, de la totalidad del Ser, me tratar y, por tanto, te tratar, como algo realmente precioso. Todos los que se dedican con seriedad a la prctica de esta disciplina manifiestan su conformidad y su acuerdo con las orientaciones ticas y las normas de conducta que emergen de forma natural durante la prctica de la meditacin. En toda buena psicoterapia y en toda buena meditacin hay un factor teraputico que raramente es mencionado. Se trata de una atencin minuciosa a nosotros mismos, a todo lo que hay en nuestro interior incluyendo aquellas partes que hemos catalogado como mejores y como peores. Por medio de esta reorganizacin de la atencin aprendemos por nosotros mismos a contemplarnos sinceramente y a entrar en relacin con nuestro ser total, lo que implica no slo una mejor relacin con nosotros mismos sino tambin con los dems, pues empezamos a ser conscientes de que es sta una ntima y profunda necesidad y que esta necesidad es parte de nuestro ser total. Aprendiendo a tomarnos en serio a nosotros mismos aprenderemos cun importante es el cultivar este ser y, por tanto, ineludiblemente, el ser de nuestros semejantes.24 22. Cmo meditarNo hay punto final en las posibilidades de crecimiento y desarrollo ofrecidas por el trabajo serio y continuado con uno mismo, ya sea por medio de la meditacin, ya por la psicoterapia, ya por otros mtodos. Como en todas las cosas importantes -en la disponibilidad de amar, en el conocimiento y la comprensin, en la capacidad de expresarse, en la apreciacin de la belleza o en las cuestiones religiosas- siempre hay sitio para algo ms. Uno de los grandes msticos medievales, Meister Eckhart, escriba: No hay meta final en esta vida, no, ni la hubo nunca para ningn hombre sin importar cun lejos hubiera llegado en su camino. Por encima de todo, estte atento en todo momento a los dones de Dios y abierto siempre a recibir otros nuevos.25 23. IV LOS EFECTOS FISIOLGICOS DE LA MEDITACIN En la actualidad, estamos tan slo empezando a aprender algo acerca de los efectos de la meditacin sobre el funcionamiento del cuerpo. Se est comenzando a utilizar en este campo el moderno instrumental cientfico y gran nmero de nuevos proyectos de investigacin estn ya en marcha. Hay, no obstante, graves problemas en este tipo de investigacin. Por ejemplo, Cmo decidir quin es un experto en meditacin y qu escuelas de meditacin investigar? Es en parte por estas razones -adems de por la generalizada carencia de inters que hasta hace poco mostraba la comunidad cientifica- por lo que, hasta el momento, la investigacin en estas materias ha sido tan escasa. Sin embargo, y como consecuencia del acrecentado inters que ltimamente est suscitando el tema en Occidente, son ya numerosos los estudios que se estn emprendiendo. Hasta ahora, la mayor parte de ellos tomaba como referencia a los monjes Zen (todos los cuales se someten a un riguroso aprendizaje en el mismo tipo de meditacin) o a los seguidores de la Meditacin Trascendental. Esta ltima es una tcnica de tipo mntrico concebida de una forma, estandarizada y bastante fcil de aprender. Debido al rpido crecimiento de esta importante escuela de meditacin, hay gran cantidad de individuos susceptibles de ser utilizados como objeto de estudio. El hecho de que entre ellos se incluyan numerosos profesionales de la ciencia ha contribuido a aumentar an ms el nmero de estudios que actualmente se estn llevando a cabo. Puesto que es mucho lo que se est haciendo y debido a que se trata de un campo sin explorar, cualquier informe sobre los cambios fisiolgicos producidos por la meditacin estar sin duda pasado de moda en un perodo de tiempo relativamente corto. No obstante, la evidencia es clara en lo que atae a ciertas relaciones de carcter general entre la meditacin y sus correspondientes respuestas fsiolgicas. Esencialmente, la meditacin parece producir un estado fisiolgico de profunda relajacin unido a un estado mental plenamente despierto y particularmente alerta. Hay tendencia a un ritmo metablico mas bajo y a una disminucin en los ritmos cardaco y respiratorio. El patrn de la respuesta fisiolgica en la meditacin es diferente del obtenido en relacin con el sueo o la hipnosis. El estado fisiolgico ocasionado por la meditacin aparece como opuesto al producido por la ansiedad o el miedo. Tcnicamente, la meditacin parece generar un estado hipometablico, radicalmente opuesto al estado de alarma-defensa descrito por W. B. Cannon cuando analizaba la condicin fisiolgica definida por la reaccin escapa o lucha. Elemento esencial en la respuesta fisiolgica suscitada por la meditacin es la reduccin del ritmo metablico. as como la reduccin de la utiliz acin del oxgeno y de 1a produccin de dixido de carbono. Que estos ltimos procesos son debidos a la disminucin del ritmo metablico, ms que a la mayor lentitud o a la menor intensidad del ritmo 26 24. Cmo meditarrespiratorio, queda demostrado por el he cho de que ambos decrecen de forma uniforme permaneciendo constante la relacin entre ellos, lo que no ocurrira si tal circunstancia se debiera a alteraciones en el proceso respiratorio. Es tambin tpico de la meditacin el descenso en el nmero de latidos del corazn (en un estudio promediado, tres latidos por minuto) y la disminucin del ritmo y el volumen de la respiracin. La concentracin de lactato en la sangre disminuye bruscamente durante la meditacin, casi cuatro veces ms rpidamente de lo que lo hara en una persona que estuviera descansando completamente distendida en una situacin segura y tranquila. El nivel de lactato en la sangre est relacionado con la ansiedad y la tensin, y el bajo nivel apreciado durante el curso de la meditacin est muy probablemente motivado por el estado de relajacin en que se encuentra la persona que medita. Es algo conocido desde hace tiempo que la resistencia de la piel humana a una corriente elctrica dbil est estrechamente relacionada con la magnitud de la tensin y la ansiedad que puedan existir en el individuo. A mayor ndice de tensin y ansiedad, menor es la resistencia de la Piel. En la meditacin, la resistencia de la piel aumenta hasta llegar, en ocasiones, a un incremento de un cuatrocientos por cien. Los latidos del corazn tienden a aminorar su velocidad. Hay tambin una tendencia a la modificacin en el funcionamiento de las ondas cerebrales. Lo Ms habitual es que el carcter de esta modificacin venga determinado por un incremento de las lentas ondas alfa (ocho o nueve por segundo). Por el contrario, en el estado hipntico no se aprecia modificacin alguna en ritmo metablico. Durante el sueo, el consumo de oxgeno slo decrece de forma sensible despus de varias horas, lo que es debido a una disminucin del ritmo respiratorio ms que a un cambio en el ritmo general del metabolismo. El funcionamiento de las ondas cerebrales durante el sueo es completamente diferente al de la meditacin. En la hipnosis, el esquema de funcionamiento de las ondas del cerebro tiende a parecerse al esquema tpico de cualquier estado mental inducido por un proceso de sugestin. Esta afirmacin es extensible al ritmo respiratorio, a la presin de la sangre, al ritmo cardiaco y a la resistencia de la piel; en la hipnosis, estos factores no difieren de los que puedan observarse en cualquier estado de sugestin: no hay un patrn tpico de la hipnosis propiamente dicho. Por qu el cuerpo responde de esa determinada forma durante la meditacin? Hay gran cantidad de cosas que no conocemos, aunque las investigaciones actualmente en marcha llenarn muy probablemente algunas de las lagunas existentes. No obstante, un factor parece estar especialmente relacionado con los procesos fisiolgicos de la meditacin: la meditacin es una localizacin, un proceso consistente en centrarse en hacer una sola cosa a un tiempo. En consecuencia, las seales que nuestro cuerpo recibe son ms simples y coherentes que en cualquier otra circunstancia. Si observamos las seales que a diario nos enviamos a nosotros mismos en las situaciones ordinarias de la vida cotidiana, comprobaremos que son verdaderamente complejas. Normalmente, cuando hablo con alguien, no es slo hablar lo que estoy 27 25. Los efectos fisiolgicos de la meditacinhaciendo. Estoy tambin pensando acerca del lugar en el que la conversacin se desarrolla, sobre lo que ya ha sido dicho, sobre mis sentimientos respecto a la persona con que me estoy comunicando, sobre qu hora pueda ser en este momento, cte., etc. Como material de fondo de mis pensamientos subyacen los recuerdos de los momentos anteriores del da y los proyectos o preocupaciones para los momentos posteriores. Estoy, adems, consciente de mi postura, de las sensaciones de mi cuerpo, de mi nivel de cansancio y de si tengo o no tengo en mi mano, de si quiero o no quiero, una bebida o un cigarrillo. Todos estos elementos de mi actividad mental estn enviando seales a mi aparato fisiolgico referentes al estado general de las cosas y a la forma en que responder a ello. Cada una de estas seales es diferente a las dems. En la meditacin, nos ubicamos en un estado -o en camino hacia l- que se caracteriza por la proyeccin de un solo conjunto de seales a un mismo tiempo. Las repercusiones de esta situacin sobre nuestra estructura fisiolgica son de carcter positivo y se manifiestan en una clara tendencia a la normalizacin de las reacciones, a un comportamiento fisiolgico ms relajado y saludable. Los ndices de tensin y ansiedad se reducen y nuestro ritmo metablico y cardiaco disminuye. Hay un incremento de la claridad mental y la atencin y un decrecimiento de la tensin fisiolgica.28 26. V TIPOS BSICOS DE MEDITACIN Hay muchos tipos de meditacin. Describir muy brevemente en este captulo las cuatro formas ms importantes a las que se ajustan la mayor parte de ellos. Un buen nmero de tcnicas meditacionales son programas combinados que utilizan varios de los llamados tipos bsicos, pero antes de poder hablar de estos con una mnima base, ser necesario comprender los cuatro tipos generales. En vez de llamarles clases o tipos de meditacin, podramos ms razonablemente denominarles caminos de meditacin, pues esencialmente lo que hacen es dar una respuesta a la pregunta qu ruta sigue esta propuesta particular para alcanzar los objetivos descritos en los tres captulos precedentes?. Diferenciar estas cuatro rutas principales de acuerdo a la siguiente tipologa: el camino del intelecto, el camino de las emociones, el camino del cuerpo y el camino de la accin. Cmo discernir cul de ellos es el que ms conviene a cada uno? No hay normas de validez absoluta. Comenzar practicando en el terreno en que uno se siente ms fuerte y ms seguro es con frecuencia el mejor sistema. Posteriormente, despus de haber trabajado con seriedad en una determinada tcnica durante un cierto tiempo, puede ser que se considere oportuno cambiar o combinarla con otra. Todas conducen al mismo punto. Todas son difciles. Antes de comenzar, es muy importante saber dnde se encuentra uno en este momento. La tarea es de por s lo suficientemente difcil como para no andar aadiendo ms dificultades comenzando por someter a prueba a los flancos ms dbiles. Qu camino sientes como ms natural? Comienza con se y sigue con l durante los meses que sean necesarios hasta poder determinar si has cometido un error o si tu eleccin ha sido correcta. Un maestro mstico, Rab Nahman de Bratislava, escriba: Dios elige a un hombre con un grito, a otro con una cancin, a otro con un susurro. Hay una prueba adicional que nos permite valorar la conveniencia o no de seguir un determinado programa de meditacin y que siempre habra que tener en cuenta. Generalmente, uno debera sentirse mejor cuando practica la meditacin que cuando no lo hace. Tras cada sesin de meditacin, sintate unos minutos sin ningn propsito particular, simplemente djate ser durante ese tiempo (ms o menos, el diez o el veinte por ciento de lo que dediques a la meditacin). Pregntate entonces cmo te sientes y compralo con lo que sentas antes de empezar. Si el trabajo que ests haciendo es el adecuado para t, la mayor parte de las veces la respuesta ser que te sientes mejor, ms integrado, ms de una pieza, menos fragmentario. Si no es sta la respuesta habitual, entonces no contines con esa clase de meditacin. Si perseveras en el programa que es adecuado para ti, entonces, tras un mes poco ms o menos, te encontrars convertido en un adicto a sentirte bien y te notars ms motivado a continuar regularmente con tu prctica.30 27. Cmo meditarEl camino del intelecto El camino del intelecto les parece a muchos, y ,i muchos mistcos en concreto, una verdadera contradiccin verbal. Se utiliza aqu el intelecto para ir ms all del intelecto, ms all de la voluntad, y dirigir los procesos de pensamiento hacia la trascendencia de s mismos. Aspiramos consecuentemente a que el pensamiento desencadene una revolucin en el mismo corazn de s mismo. Nos encontramos de nuevo con algo similar a la paradjica situacin a que se enfrentaron los fsicos de principios de siglo cuando, en palabras de Werner Heisenberg, se lleg a la situacin completamente inesperada de que una prolongacin coherente de los principos de la Fisica clsica forzaba una transformacin en las propias bases de la Fisica. Este camino ha sido seguido por un gran nmero de msticos de muy diversas tradiciones, como ejemplos, podemos mencionar el Jana-Yoga en Oriente y el Habad Hasdim en la tradicin hebrea. La estructura bsica del camino del intelecto consiste en que el discpulo busca primero una comprensin intelectual de las dos realidades, de las dos formas de percibir y relacionarse con el mundo, y luego, mediante una serie de ejercicios de aprendizaje -meditaciones-, profundiza en esta comprensin. Simultneamente, la estructura de su personalidad se ver reforzada por esta disciplina. La prctica con una meditacin estructurada que fuerce a la mente a hacer lo que resulta imposible desde las formas ordinarias de percibir y pensar (vase captulo III) completa el proceso. Estas tres facetas del camino intelectual se combinan para conseguir que la doble comprensin relativa a las dos formas de relacionarse con la realidad llegue a ser una sola y nica comprensin orgnica y total. En la Bhagavad-Gita es ste el primero de los caminos que Krishna manifiesta a Arjuna. En la moderna tradicin oriental lo vemos patente con toda claridad en la enseanza de Krishnamurti. El camino del intelecto fue desarrollado principalmente en el seno del misticismo cristiano por Ricardo de San Victor (fallecido hacia el 1173). En la tradicin hebrea encontramos este planteamiento en el Habad Hasidim. Habad es un trmino formado a partir de las iniciales de tres palabras: Hokmah (sabidura), Binah (inteligencia) y Daat (conocimiento). De aqu se deduce con toda claridad la orientacin de esta escuela. Para mucho s occidentales, particularmente quiz para los intelectuales, ste puede ser el camino ms apropiado. Puede proporcionar un adecuado mtodo de trabajo al principio del camino, que fortalezca los sentimientos de seguridad y autodisciplina, condiciones necesarias parar cuando, ms adelante, se llegue a las fases ms desconcertantes y difciles.El camino de las emociones31 28. Tipos bsicos de meditacinDe todos los caminos msticos, el de las emociones ha sido probablemente el que ha encontrado mayor nmero de adeptos. El monaquismo cristiano, que tantos aos lleva practicando sus devociones, trabajando incesantemente en su capacidad para amar, sentir, aceptar, expandir y expresar su Caritas, su preocupacin por los semejantes, se mueve dentro de este camino. Similares son tambin las caractersticas del discpulo del Bhakti-Yoga en Oriente. El poeta sut Rumi escriba: El astrolabio de los misterios de Dios es el amor. El Baal Sem Tov (fundador del misticismo hasdico) insista en la importancia del amor y en el sentimiento de aproximacin al Uno. El maestro oriental que, dentro de esta lnea, est ejerciendo mayor influencia en el Occidente de hoy es probablemente Meher Baba. Son varios los msticos que han visto en este camino el nico realmente vlido. Entre ellos se encontrara el annimo autor de Cloud of Unknowing4, un documento de la mstica medieval en el que podemos leer: Por el amor podemos alcanzarle y mantenernos en su presencia, pero por el pensamiento o la comprensin, nunca. El camino de las emociones se estructura en tomo a un tipo de meditacin que libera los sentimientos y expande la capacidad para relacionarse con los dems, para preocuparse por el prjimo y amarle. La meditacin no estructurada es ms utilizada por los que siguen este camino que por los que han elegido otras rutas. La idea fundamental sostenida por las escuelas meditacionales de esta clase (y, en realidad, por casi todas las dems) es que cuanto ms se es un ser humano libre, armonizado e integral, cuanto ms se ha vencido la atrofia del crecimiento debida al aprendizaje cultural y a las experiencias tempranas, ms naturalmente se amar y ms favorables sern las relaciones establecidas con los dems. Algunas escuelas de meditacin centran su enseanza en el amor al Yo, otras en el amor a los dem, y otras en el amor a Dios. En ltima instancia las tres llegan al mismo lugar, al amor unificado al Yo, al prjimo Dios. Desde el punto de vista de los msticos no hay separacin posible entre yo mismo, los otros y Dios; entregarse plenamente a uno de estos objetivos conduce a entregarse plenamente a los otros dos.El camino del cuerpo Hasta hace muy poco tiempo, este mtodo ha sido escasamente utilizado en Occidente. Siguindolo se aprende a conocer el propio cuerpo y sus movimientos especificos, y se aprende tambin, por medio de la prctica, a elegir este conocimiento hasta que, en el transcurso de la meditacin, dicho conocimiento llena completamente el campo de la conciencia con exclusin de cualquier otra cosa. Este mtodo, coherentemente practicado, conduce a los mismos resultados que los otros.Hay traduccin al castellano: La nube del no saber. Ediciones Paulinas. Madrid, 1981. (N. Del T.) 432 29. Cmo meditarLas formas orientales ms conocidas son el Hatha-Yoga, el T'a-Chi y las danzas derviches de la tradicin mstica sufi. En los ltimos aos se han desarrollado dos formas occidentales, los mtodos de conciencia sensorial de Gindler y Alexander. En derviche deca en una ocasin a Nikos Kazantzakis: Adoramos al Seor danzando..., porque la danza mata el ego y cuando el ego ha muerto, no hay ya obstculos que te impidan la unin con Dios. Hay un cuento hasdico que narra la visita del gran Rabino a una pequea ciudad de Rusia. Esta visita supona un gran acontecimiento para los judos de la localidad y todos se entregaron a largas y prolijas reflexiones sobre las preguntas que deberan formular al sabio. Cuando por fin lleg, todos se reunieron en el local ms amplio que haba disponible; cada uno de ellos estaba completamente pendiente de las preguntas que iba a exponer al Rabino. Cuando ste entr en la habitacin, pudo percibir la gran tensin que flotaba en el ambiente. Durante unos momentos no dijo nada; luego, comenz a tararear, suavemente una meloda hasdica. Al instante, todos la estaban tarareando con l. Comenz entonces a cantar y, enseguida, se le unieron todos en su canto. Luego comenz a bailar y todos los presentes siguieron su ejemplo. Pasado un tiempo, todos los que all se encontraban estaban completamente absortos en la danza, plenamente entregados a ella, tan slo bailando y nada ms. De esta manera, cada uno lleg a ser un todo consigo mismo, cada uno subsan las escisiones internas que le mantenan separado de la comprensin. La danza continu por un tiempo y despus el Rabino disminuy gradualmente su ritmo hasta llegar a detenerse; mir entonces al grupo y dijo: Confo haber respondido a todas vuestras preguntas. Por la completa absorcin en la integracin y el movimiento corporal, el discpulo es llevado lenta y gradualnente a la situacin de concentrarse en la realizacin de una sola cosa. Esta actitud, al igual que ocurre en otros caminos, integra y fortalece la organizacin de la personalidad, colocando al sujeto en situacin de disponibilidad ante la necesidad del desarrollo de una nueva forma de percibir y responder a la realidad. Adems, este camino en concreto armoniza cada uno de los diferentes elementos corporales con todos los dems y con la personalidad en su conjunto.El camino de la accin El camino de la accin consiste en aprender a estar, a percibir y a relacionarse con el mundo mediante la realizacin de un determinado tipo de actividad. Este planteamiento ha sido ms particularmente empleado en Oriente. Varias tcnicas han sido utilizadas: tiro con arco, arreglo de flores, aikido y karate (dos mtodos de combate sin armas) en la tradicin Zen y tejido de alfombras en la tradicin suf. El canto y la oracin han sido utilizados con este fin en la tradicin cristiana.33 30. Tipos bsicos de meditacinQuizs uno de los ejemplos ms claramente representativos dentro del mundo cristiano sea El Camino de lo Pequeo de Santa Teresa de Lisieux. Su mtodo se basa en la realizacin de todas las pequeas tareas de la vida diaria con el convencimiento de que cada una de ellas es una parte de la total armona del universo. Estas tareas son cumplidas con amor, con total concentracin y con la actitud de que tales quehaceres son lo ms importante que en ese momento debe ser hecho. Cuando uno se ejercita en la actitud mstica de actuar en el mundo valindose de una tcnica especfica, la prctica, larga y difcil, disciplina y fortalece la personalidad. La absoluta concentracin en lo que se est haciendo, sin dirigir la atencin a ninguna otra cosa, es de nuevo la tarea imposible que se propone a nuestra habitual forma de ser, y as la nueva perspectiva es gradualmente introducida en la existencia consciente. As como la prctica de una meditacin de orientacin intelectual o corporal tiene, durante un determinado perodo de tiempo, un claro influjo sobre el resto de las percepciones y acciones cotidianas, as tambin el efecto de una meditacin orientada a la accin tiende a extenderse a los restantes aspectos de la vida. No hace falta decir que se llega a ser un experto en la tcnica particular que se practica, pero no es ste el objetivo real del trabajo. El verdadero objetivo no es llegar a ser un diestro arquero o un experto karateka, sino crecer y desarrollarse como ser humano integral. No hay razones especiales que permitan suponer que los arqueros entrenados segn los mtodos del Zen sean mejores que los que han dedicado un tiempo similar a practicar con el arco y las flechas segn otros mtodos. (Tampoco hay evidencia ninguna de que los arqueros Zen sean peores que sus colegas igualmente entrenados con ayuda de otros mtodos.) Sin embargo, los arqueros Zen han desarrollado la organizacin de la personalidad de una forma que no ha podido ser alcanzada por los arqueros comunes. Terminamos as esta breve incursin por las rutas fundamentales de la enseanza mstica. Como expondr en los captulos VII y X, muchas meditaciones son combinaciones de diferentes caminos y la mayor parte de las escuelas de meditacin incluyen ms de uno entre sus prcticas habituales. Cada individuo debe encontrar la combinacin que resulte ms acorde con su personalidad. No hay un camino mejor para todos; hay un camino mejor para cada individuo. El sexo o la edad no tienen importancia a este respecto. Por ejemplo, el camino del cuerpo puede ser seguido por personas de cualquier edad a travs de la conciencia sensorial o el mtodo Alexander. Cada cual debe encontrar su propio programa en funcin de la estructura de su personalidad. Debes tratar de experimentar una sensacin de cmo tu cuerpo podra sentirse mejor de lo que ahora est, no de cmo te gustara estar. Un programa debe construirse sobre tu realidad presente como base. Qudate entonces con el tipo de meditacin que elijas durante las semanas necesarias para aprender a manejarte con ella. Si al final de ese perodo te sientes mejor, al terminar una sesin de meditacin, de lo que te sentas en el mismo momento en los primeros das de tu prctica, contina. En caso contrario, prueba con otra.34 31. Cmo meditarEn la meditacin hay una seal de alarma que siempre deber ser atendida. Es una sensacin de que no deberas estar haciendo esa clase particular de meditacin, de que es mala para ti. Es un claro sentimiento de que lo que ests haciendo no se ajusta bien a la estructura de tu ser y en alguna forma te est perjudicando o deformando. No es frecuente, pero s lo experimentas, debes suspender tus ejercicios. Hay que tener en cuenta que no es de la ansiedad de lo que estoy hablando. Si te sientes ansioso durante tu meditacin, probablemente actuars tal como lo haces habitualmente en situaciones anlogas de la vida cotidiana: hay quienes, sin importar lo que en ese momento estn haciendo, se detienen y reconsideran la situacin: otros, por el contrario, se lanzan impulsivamente haca adelante. Personalmente, y puesto que no creo en actitudes heroicas en lo que al crecimiento personal se refiere, recomiendo el primer sistema, pero cada cual deber hacer su propia eleccin. Como cabo de decir, no me estaba refiriendo a un sentimiento claro y definido de estar haciendo algo que no se debera hacer. Obedece siempre a esta seal. Suspende la meditacin que ests practicando y no la reanudes hasta que hayan pasado al menos varios meses y hayas comprendido perfectamente las razones que te hacan sentirte de esa forma y hasta que tales razones hayan desaparecido. En general, si una meditacin te transmite la sensacin de que te est haciendo dao, nunca sacars mucho provecho insistiendo con ella. Debes abandonarla y utilizar otras formas de meditacin. Nunca he odo que nadie experimente tal sensacin mientras estuviera entregado a la prctica de contar respiraciones o a la contemplacin. Sin embargo, sucede, aunque raras veces, con otras formas de meditacin. En cualquier programa serio de meditacin habr perodos ridos y obscuros en los que te sientas limitado con tu trabajo. Este sentimiento foma parte de tus propias resistencias. Aguanta con l, si puedes, durante estos perodos. Ponte ms intensamente a tu trabajo. En poco tiempo pasar (en cuanto veas claro que este mtodo de resistirte a la disciplina no funciona) y encontrars en la meditacin una experiencia mas profunda y ms rica que la que tenas antes de que el perodo de aridez comenzara. Aunque trminos tales como disciplina y fuerza de voluntad se han convertido para muchos en elementos de provocacin a los que automticamente responden de forma negativa, lo cierto es que ambos conceptos, son necesarios para comprender la meditacin. Un estudiante de meditacin me preguntaba una vez: Cmo puedo mantener fija mi mente al contar las respiraciones?. Por un momento me miro sorprendido cuando le dije: Por medio de tu voluntad activa. Tras pensar por unos instantes en mi respuesta, pareci quedar completamente satisfecho. La Bhagavad-Gita lo expresa con claridad: Pacientemente, poco a poco, hay que liberarse de todas las distracciones mentales con la ayuda de la voluntad inteligente.35 32. Tipos bsicos de meditacinSi t eres de esos que automticamente responden de forma negativa a trminos como disciplina y fuerza de voluntad, sera interesante que te preguntaras el por qu.36 33. VI MEDITACIONES ESTRUCTURADAS Y NO ESTRUCTURADAS En este captulo, har diversas consideraciones sobre las meditaciones de carcter mental, meditaciones que se desarrollan fundamentalmente en la cabeza, es decir, sin movimiento corporal alguno. El hecho de que les atribuya el calificativo de mental no quiere decir que no afecten tambin a la vida emocional y fisiolgica del cuerpo. Significa simplemente que el aparato muscular no es utilizado. Se practican permaneciendo inmvil en una determinada posicin. Analizaremos primero la diferencia entre meditacin estructurada y no estructurada. Meditacin estructurada es aquella que define de forma rigurosa y precisa la actividad interior que constituye el objetivo del trabajo. La prctica de contabilizar respiraciones, tal como se ha descrito en el captulo II, es un ejemplo de meditaci n estructurada. La tcnica consiste en contar las respiraciones hasta cuatro y comenzar de nuevo. Debes tratar de estar consciente slo de tu cuenta y cada vez que empieces a pensar o ser consciente de otras cosas, debes volver, serena pero firmemente, a la tarea de contar. Las instrucciones son muy precisas en cuanto a lo que tienes que hacer. Anlogamente, la Meditacin del Loto (descrita en el captulo VIII) es una meditacin estructurada. Tras elegir un tema, se piensa en l de forma precisa y definida. Cualquier desviacin de esta forma precisa significa apartarse de la meditacin y debe ser corregida tan pronto como se tiene conciencia de ello. Como se habr podido comprobar con la prctica del ejercicio consistente en contar respiraciones, es ste un trabajo extremadamente difcil y riguroso. Exige atencin y vigilancia constantes. Su objetivo se centra en la realizacin de un esfuerzo a fondo para seguir las instrucciones de forma total y consecuente, poniendo en ello todo tu ser, desde la punta del pie hasta el extremo de tus cabellos. Adems, cuanto ms avanzamos en su consecucin, cuanto ms lo practicamos y ms experiencia adquirimos, ms claramente vemos tambin que es imposible realizarlo ntegramente sin una expansin real de la forma de percibir y de relacionarnos con la realidad. No nos resulta posible, desde nuestra ordinaria y cotidiana forma de ser, pensar de forma activa y dinmica en un solo objeto sin establecer comparaciones o referencias, y sin embargo es sta la tarea que las instrucciones de la meditacin nos proponen. Enfrentados con una tarea imposible, y trabajando de forma constante y disciplinada hacia su cumplimiento, acrecentamos nuestra capacidad de relacin y percepcin, hasta que ese carcter de imposibilidad desaparece. Una meditacin no estructurada es algo completamente distinto. Tiene diferentes propsitos y se realiza de forma diferente. Se trata de elegir un tema y concentrar en l todos tus pensamientos y sentimientos. Se trabaja, pues, en un rea ms amplia que la propia de la meditacin estructurada y el mtodo no esta tan meticulosamente definido. El tema elegido puede ser una palabra, una imagen, una 37 34. Mediacines estructuradas y no estructuradasfrase, un concepto o un problema. Diriges todos tus pensamientos hacia l y exploras las reacciones y sentimientos que suscita. Este mtodo difiere de la libre asociacin (seguir simplemente las reacciones internas adonde quiera que te lleven) en la necesidad de mantenerse dentro de los lmites, del tema, que ser el centro de cualquier pensamiento y sentimiento. En esencia hay dos puntos centrales en esta clase de meditacin: la realidad de un hecho en si y la forma en que este hecho se experimenta. As, por ejemplo, si ests meditando sobre tu capacidad de amar, los dos puntos centrales deben ser: Cmo amo? Y Qu experimento cuando amo?. Tu pensamiento debe mantenerse girando siempre en torno a estos dos puntos y retornando a ellos siempre que te desves. Los ejemplos que se dan en el captulo VIII pueden sugerir una amplia gama de posibilidades en cuanto a la prctica de la meditacin no estructurada. El propsito de una meditacin no estructurada es principalmente soltar y liberar la estructura de tu personalidad tomando como punto de referencia un rea determinada (por ejemplo, la consciencia de tu capacidad de amar y su consiguiente aceptacin) a fin de desarrollarte ms plenamente en esa determinada rea. Si se hace de forma consecuente, con la ayuda de la voluntad y con vistas a alcanzar una mayor cohesin interna y, un ms completo desarrollo, esta clase de meditacin resulta efectiva. No es una reflexin superficial sobre el tema ni un errar ms o menos sonmbulo a su alrededor. Esto puede ser placentero, relajante, una especie de soar despierto dirigido, pero no es meditacin. La voluntad activa debe estar presente, dirigiendo continuamente la atencin hacia el tema propuesto y hacia tus relaciones con l. En el ejemplo suf del carro, se nos muestra que debe haber un conductor (la voluntad) que conoce la direccin a seguir y adopta una actitud activa y resuelta para mantener el carro en la direccin elegida. El caballo, por su parte, es la aspiracin emotiva -un fuerte anhelo por progresar, por llegar a ser ms de lo que ahora se es-. Por ltimo, el carro es el intelecto ordinario y la habitual forma de percibir y relacionarse con el mundo. Los tres son necesarios para el xito de la meditacin, tanto en lo que se refiere a las estructuradas como a las no estructuradas. El conductor, naturalmente, debe estar al mando. No tiene ningn inters particular -excepto la experiencia de ver de qu se trata- el practicar una sola vez la meditacin en cualquiera de las dos formas a que nos estamos refiriendo. Para poder hacer una valoracin real, debe ser consecuentemente repetida durante un perodo de tiempo ms o menos largo. Como veremos en el capitulo VIII, donde se dan instrucciones concretas para la meditacin, estos periodos comprenden un mnimo que oscila entre varias semanas y varios meses o incluso ms. La meditacin no estructurada es con frecuencia necesaria en un programa meditacional a fin de liberar las emociones y sentimientos en reas concretas. Practicar slo la meditaci n estructurada puede ser una orientacin excesivamente formalista e intelectual que no contribuir a un progreso tan rpido como sera 38 35. Cmo meditardeseable. Un buen programa que conste slo de meditaciones estructuradas producida a la larga los efectos deseados, pero una combinacin de los dos lo har probablemente de forma ms rpida. La meditacin estructurado educa bsicamente el intelecto y liberar la vida emocional de forma ms lenta. En la meditacin no estructurado el proceso es justamente inverso. Desde el propio Hasidismo se ha hecho una crtica a algunos resultados de una determinada corriente dentro del Habad Hasidim que se ocupaba principalmente de la voluntad y el intelecto, pero sin prestar demasiada atencin a la liberacin de la vida emocional. La crtica se basaba en que mediante tal mtodo se poda llegar a ser como un buen tirador que sabe cmo apuntar, que es diestro en el manejo de su rifle y que conoce perfectamente el blanco, pero el problema estriba en que no hay plvora en las balas. La plvora es aqu la libertad emocional y el necesario impulso para un crecimiento real; el ejemplo es curiosamente similar a la an