Introducción

Al menos tres declaraciones, dos en la Biblia y una en Elena de White, evidencian que el tema de la salvación y la muerte de Cristo en la cruz del calvario es un tema central para el estudio de las doctrinas bíblicas y debería serlo también para el cumplimiento de misión.

La primera se encuentra en Lc 24:26, 27, cuando Jesús les indica a los discípulos que iban caminando hacia Emaús que las Escrituras tienen como mensaje central la persona, y la obra de Cristo como salvador. La segunda declaración la realiza el apóstol Pablo, cuando dice que el centro de su predicación sería la persona de Cristo y su sacrificio en la cruz (1 Co 2:2), luego en su discurso de despedida en Mileto confirmaría su compromiso señalando que el gozo del ministerio está en dar “testimonio del evangelio de la gracia” (Hch 20:24). La tercera declaración la hace Elena de White, en las siguientes palabras:

El sacrificio de Cristo como expiación del pecado es la gran verdad en torno a la cual se reúnen todas las otras. Para poder comprender y apreciar correctamente toda verdad de la Palabra de Dios, desde el Génesis hasta el Apocalipsis, deben ser estudiadas a la luz que fluye de la cruz del Calvario, en relación con la extraordinaria verdad central de la expiación efectuada por el Salvador. Los que estudian el maravilloso sacrificio del Redentor, crecen en gracia y conocimiento.1

En base a estas declaraciones, de que el mensaje de la cruz, o la doctrina de la salvación es el eje central de las Escrituras, el siguiente ensayo, pretende presentar los aspectos o elementos soteriológicos que aparecen en la primera epístola a Timoteo. Para ello, en primer lugar se realizará una breve introducción a la epístola, indicando el autor, y el destinatario de la misma. En segundo lugar, a fin de saber el lugar y la importancia que ocupan los textos soteriológicos en la epístola, se hará una descripción del tema y el problema que tuvo que enfrentar Timoteo en la iglesia de Éfeso. Finalmente se abordarán los diferentes textos de la epístola, que demuestran que en ella hay muchos elementos soteriológicos.

Autor y el destinatario de 1 Timoteo

Primera de Timoteo, junto con segunda de Timoteo y Tito, son llamadas epístolas pastorales, puesto que las mismas fueron escritas y enviadas a personas particulares. En este caso Pablo le escribe a Timoteo, quien, junto a su madre Eunice y su abuela Loida habían sido convertidos al evangelio bajo la influencia directa del apóstol en la ciudad de Listra.2

1 Elena de White, El Evangelismo, (Buenos Aires: Casa Editora Sudamericana, 1976), 142.

2 Marco Antonio Ramos. I y II Timoteo y Tito. (Florida, Miami: Editorial Caribe, 1992), 66.

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La figura de Timoteo, en la obra evangelizadora junto a Pablo, llegaría a ocupar un lugar preponderante. Por ejemplo, la introducción de 1 y 2 de Tesalonicenses se refiere a un trío comprometido en la instrucción de la iglesia de Tesalónica:1 “Pablo, Silvano y Timoteo” (1 Te 1:1 y 2 Te 1:1). Por otro lado es evidente que Pablo tenía gran aprecio, y confianza en Timoteo, puesto que en sus epístolas se refiere a él como su “amado hijo en la fe” (Hch 16:1; 19:22; Fil 2:19: 1 Ts 3:2; 1 Co 4:17 y 1 Ti 1:2).

Pablo veía en Timoteo, una persona que podía desarrollarse y convertirse en un útil obrero para Dios”.2 Después tenerlo al lado suyo para que madurara en el ministerio lo comisionó a pastorear la iglesia de Éfeso.

Algunos comentadores señalan que el cristianismo en la ciudad de Éfeso probablemente debe haber estado bien desarrollado debido a que Pablo le pide a Timoteo que no elija neófitos como obispos3 (1 Ti 3:6). Lo que sí se sabe a ciencia cierta es que es que Timoteo estaba enfrentando situaciones difíciles en la iglesia, por lo tanto Pablo le envió la carta para aconsejarlo y animarlo en el ministerio (1 Ti 4:12, 15, 16; 6:20)

Propósito de la epístola 1 Timoteo

Hay por lo menos dos ideas básicas en 1 Timoteo por las que se puede inferir el propósito de la epístola. La primera de ellas se hace notoria cuando Pablo le “recuerda a Timoteo el propósito por el cual lo dejó en Éfeso”.4 Debido a la presencia de supuestos “doctores de la ley” que estaban enseñando una doctrina diferente, Timoteo tendría que poner un orden doctrinal en la iglesia (En 1 Ti 1:3, 4, 7 y 4; 4:13, 16; 6:3)5 Pablo le encarga a Timoteo que “les ordenara a algunos supuestos maestros que dejen de enseñar doctrinas falsas, y de prestar atención a leyendas y genealogías interminables”.

La segunda idea que señala el propósito de la epístola se encuentra en 1 Ti 3:14-16, Pablo le dice a Timoteo: “te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte, para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad”. En este punto el consejo está direccionado a cómo organizar el culto, el lugar de la oración, la actitud de las mujeres casadas en el culto, la elección de los obispos y de los diáconos, y los deberes del cristiano hacia los demás. En

1 Ramos, 66.

2 Francis D. Nichol, ed. Comentario bíblico adventista, 7 vols. (Boise, Idaho: Publicaciones Interamericanas, 1978-1990) 6:682.

3 Ramos, 129.

4 Orth, S. (1996). Estudios Bíblicos ELA: Una iglesia ejemplar (1ra Timoteo) (9). Puebla, México: Ediciones Las Américas, A. C.

5 1Ti 1:3, 4, 7 y 4; 4:13, 16; 6:3, en los textos referidos las frases usadas son “diferente doctrina” “ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza” “ten cuidado. . . dela doctrina” “si alguno enseña otra cosa”, “las sanas palabras” “guarda lo que te he encomendado” dejan evidencia que en la iglesia se había introducido un problema doctrinal.

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otras palabras, el propósito de Pablo era orientar a Timoteo cómo hacer para suplir las “necesidades eclesiásticas y de conducta” 1 de los creyentes de Éfeso.

Problemas Doctrinales en 1 Timoteo

En cuanto a las falsas doctrinas propagadas en la iglesia de Éfeso, es probable que Pablo esté advirtiendo en contra de las invenciones rabínicas de “rastrear el linaje familiar para comprobar que existía descendencia del rey David o de alguna familia sacerdotal”.2 Con el tiempo, esas ideas rabínicas llegaron a incorporarse en la Mishna y en otros escritos judíos.3 Sin embargo también es probable que Pablo “esté advirtiendo contra una forma incipiente de gnosticismo”,4 puesto que el gnosticismo, según argumentan muchos eruditos recién aparecería en el siglo II d.C.

De cualquiera forma, se puede ver que la intención del Pablo por un lado es desechar las fabulas y genealogías interminables (1Ti 1:4, 7) y por el otro objetar el mal uso de la ley y realzar el uso correcto de la misma. Sin dudad pareciera ser que una mala comprensión del papel de la ley era el meollo del problema.5

Conceptos Soteriológicos en 1 Timoteo

Usar legítimamente la Ley

El apóstol se refiere a los falsos maestros como personas que pretendían ser “doctores de la ley”, pero en realidad no entendían ni lo que hablan ni lo que afirmaban” (1 Ti 1:8). El término griego que utiliza Pablo para “doctores de la ley” es νομοδιδάσκαλο, el cual cada vez que se usa en el NT se hace “con referencia a los maestros de la ley mosaica”,6 por lo tanto se puede decir que la ley que estos falsos maestros pretendían conocer hayan sido los libros de Moisés, o también podría indicar específicamente al decálogo.

De cualquier modo, el punto que Pablo quiere destacar a Timoteo es que la ley este en su debido lugar. De allí la frase “la ley es buena, si se usa legítimamente” (1 Ti 1: 8), puesto que algunos de la iglesia de Éfeso no la estaban usando “con el propósito para el

1 Orth, S. (1996). Estudios Bı)blicos ELA: Una iglesia ejemplar (1ra Timoteo) (10). Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A. C.

2 Nichol, 7:297.

3 Ibid.

4 Ibid.

5 Orth, S. (1996). Estudios Bı)blicos ELA: Una iglesia ejemplar (1ra Timoteo) (9–10). Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A. C.

6 W. E. Vine. Diccionario Expositivo de Palabras del Nuevo Testemento. 4 vols. (Sabadell; Barcelona: Editorial CLIE, 1984), 1:465.

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cual se la dio”.1 En relación a este punto, los falsos maestros usaban la ley para argumentar en una inútil discusión filosófica, aunque no queda muy claro en qué sentido era el mal uso o la tergiversación de la ley.

Se sabe que algunos de los errores, en relación al mal uso de la ley, que los apóstoles tuvieron que hacer frente en la iglesia cristiana del primer siglo eran, por un lado el legalismo y por el otro el antinomianismo. El primero es “la trágica enseñanza que dice que el hombre puede ser redimido o que el cristiano puede ser santificado si cumple con ciertos ritos, normas o reglamentos”.2 El segundo tiene que ver con la aceptación de la salvación por gracia, excluyendo totalmente la ley de la vida del creyente.

El legalismo era un concepto básicamente derivado de los mismos judíos que llegaron a creer que la salvación, si bien es heterónoma, también hay una sinergia en donde el hombre tiene, que contribuir al menos con el cincuenta por ciento de buenas obras para obtener la buena voluntad de Dios.

Sin embargo es interesante notar que el AT, deja claro el lugar de la ley en la vida del creyente; por ejemplo Ge 15:6 declara que “Abraham creyó a Jehová, y le fue contado por justicia”, el mismo Pablo en Ga 3:6-18 se encarga de contrastar el acto de fe de Abraham con el mal uso de la ley. En Gálatas, Pablo señala que “los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición” (Ga 3:10), luego agrega que “por la ley ninguno se justifica para con Dios”, la misma enseñanza, también la desarrolla en la epístola a los Romanos (Ro 3:20: 4:14).

En la epístola a Timoteo el apóstol argumenta en contra de la tergiversación de la ley, diciendo “la ley es buena, si uno la usa legítimamente” (1Ti 1:8). Luego en los versículos siguientes, el apóstol infiere que la ley, dentro del plan de salvación, tiene una función pedagógica, por eso declara “la ley no fue dada para los justos, sino para los transgresores y desobedientes” (1Ti 1:9). Pablo no quiere decir que el cristiano ya no está obligado a obedecer la ley.3 Lo que quiere expresar con el término justo, es al hombre que ha aceptado por fe a Cristo como su Señor y salvador. El hombre justo es aquel que ha recibido el perdón y la justicia de Cristo a cambio de su pecados, por lo tanto ya ha sido libertado de la condenación de la ley; es en este sentido que “la ley no fue dada para el justo” (1Ti 1:9). Sin embargo esto no significa que la ley sea eliminada de la vida del justo. Pablo en la epístola a los Romanos advierte “¿luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley” (Ro 3:31), por lo tanto el creyente está libre de la condenación de la ley pero aún la atesora en su vida como norma de conducta.4

Por otro lado, la frase la ley fue dada “para los transgresores y desobedientes”

1 Nichol, 7:298.

2 Orth, S. (1996). Estudios Bı)blicos ELA: Una iglesia ejemplar (1ra Timoteo) (16). Puebla, México: Ediciones Las Américas, A. C.

3 Nichol, 7:298.4 Nichol, 7:298.

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indicaría a los injustos, que en su condición de pecado y rebeldía, son ajusticiados y condenados por la ley.

De esta manera, el apóstol le recuerda a Timoteo el papel o rol de la ley en torno al misterio de la piedad (1Ti 3:16), de que la ley no salva a nadie, y su condenación recae sobre los transgresores y desobedientes.

La Gracia

Otro concepto soteriológico que se puede destacar de la epístola es la gracia. Pablo dice que “la gracia…fue más abundante”, haciendo alusión a su conversión.

En el NT, el termino gracia se usa frecuentemente, y puede ser traducido como Gracia, bondad, misericordia estimación, favor, bendición, regalo.1 En la teología paulina, la gracia, sería un regalo misericordioso y suficiente de Dios para librar al pecador de la condenación de la ley. A lo largo de la epístola, el apóstol señalará varios conceptos soteriológicos que giran en torno a la gracia.

La gracia fue derramada por Dios: El apóstol le atribuye a Dios la salvación, por lo tanto es correcto decir que es Dios quien derrama la gracia salvadora sobre el hombre pecador. Algunos podrían objetar diciendo que el salvador es Cristo, porque él fue el que murió en la cruz, y en cierto sentido es correcto, tal como lo señalan los siguientes textos: Lc 2:11; Jn 4:42; Hch 5:31; 13:23, Ef 5:23, Fl 3:20; 2Ti 1:10; Tit 1:4; Tit 2:13; 2:11; 2Pe 2:20; 2Pe 3:2, 3:18; 1Jn 4:14. Sin embargo, primera de Timoteo hace notar tres frases que señalan la idea de que Dios también es salvador. La dos primeras son idénticas en los siguientes términos, “Dios nuestro salvador” (1Ti 1:1; 1Ti 2:3); y la tercera nutre el concepto agregando más detalle que se analizarán más adelante: “…el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres”. Timoteo no es el único libro del NT que le atribuye la salvación a Dios Padre, el evangelio de Lucas también lo hace (Lu 1:47), juntamente con las epístolas de Tito y Judas (Ti 1:3; Ti 2:10; Ti 3:4; Ju 1:25).

Por otro lado, es interesante notar que en 1 Ti 1:14, aparecen dos de las tres personas de la Deidad. Si bien el NT se refiere a Cristo como Señor, también le atribuye este título al Padre. Tal como aparece en el versículo 14, la frase, “nuestro Señor” se refiere al Padre y no a Cristo. Por lo tanto en la teología paulina y por ende del NT, Dios es el salvador, pero también Cristo.

La idea de que Dios derramó su gracia, entregándose él mismo en la persona de su Hijo, es respaldada por Elena de White, cuando declara que:

La gloria del Evangelio consiste en que se encuentra fundado sobre el principio de restauración en la humanidad caída de la imagen Divina por medio de una

1 Tuggy, A. E. (2003). Lexico griego-espanol del Nuevo Testamento (1010). El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano.

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manifestación constante de benevolencia. Esta obra comenzó en las cortes celestiales. . . . La Divinidad se conmovió de piedad por la humanidad, y el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo se dieron a sí mismos a la obra de formar un plan de redención.1

El apóstol sintetiza de manera extraordinaria esta idea, tal vez, como muchos comentadores creen, utilizando las estrofas de algún himno “conocido en la iglesia primitiva”:2 “E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria” (1Ti 3:16). Sin lugar a dudas no puede haber una mejor forma de resumir en pocas palabras todo el plan de salvación: encarnación, vida pasión y muerte, resurrección e intercesión de Cristo.

Propósito de la Encarnación de Jesús

El apóstol explica el propósito de la encarnación de Cristo. Así como lo declara el evangelio de Lucas, “el Hijo del Hombre vino a buscar y salvar lo que se había perdido” (Lc 19:10), Pablo en similares palabras dice “Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores…” (1Ti 1:15). Esta declaración encierra algunas verdades relativas a la gracia:

a) La gracia de Dios consiste en que Jesús fue entregado como sacrificio en favor de la humanidad no sólo por voluntad del Padre (Ro 8:32), sino que él mismo se entregó por su propia voluntad. Pablo señala esta verdad diciendo “el cual se dio a sí mismo en rescate por todos” (1Ti 2:6). Elena de White se hace eco del mismo pensamiento con las siguientes palabras; “Con el fin de llevar a cabo plenamente ese plan, se decidió que Cristo, el Hijo unigénito de Dios, se entregara a sí mismo como ofrenda por el pecado”.3

b) La gracia de Dios es abundante, es decir suficiente, para alcanzar al peor de los pecadores. Pablo consideraba que entre los pecadores él había sido el principal, por eso nunca dejó de tener presente quien era antes de su conversión. La descripción que él hace es un tanto dramática, pero real, “habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor, e injuriador…” (1Ti 1:13). Sin embargo también era consciente que si no hubiera sido por la misericordia de Dios, su vida no hubiese cambiado. En la epístola a los corintios, Pablo, haciendo alusión a su vida de pecado declara que no es digno de ser llamado apóstol, pero también reconoce que si ha llegado a ser lo que es, no fue por sus méritos, sino por la gracia de Dios (1 Co 15:9, 10).

c) La gracia de Dios es abundante, suficiente para alcanzar a toda la humanidad. En este punto surge la pregunta, ¿puede el sacrificio de cristo cubrir la culpa de toda la humanidad

1 Elena de White, Consejos sobre la Salud. (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1989), 219.

2 Nichol, 7:310.

3 White, Consejos sobre Salud, 219.

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de todas las épocas? La respuesta sí. El apóstol utiliza el término griego ὑπερπλεονάζω, que se traduce como “más abundante” pero podría traducirse también como sobreabundar, desbordarse: (1Ti. 1:14).1 La sobreabundancia de la gracia no solo está disponible para el peor de los pecadores, sino que también está disponible para todos los pecadores que acepten el regalo de Dios. El apóstol destaca que Dios tiene la disposición y el deseo de salvar a todos los hombres (1Ti 2:4).

Pareciera haber una aparente contradicción en 1Ti 4:10, donde el apóstol declara que el Dios viviente, es el salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen”. Sin embargo no hay contradicción, ya que lo que pablo quiere decir es que la gracia salvadora de Dios está a disposición de todos los hombres, sin embargo la gracia solo se puede hacer efectiva en aquellas personas que están dispuestas a creer. El evangelio de Juan agrega “…Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo” (Jn 3:17), y a pesar de que él Hijo murió en favor de todos, solo los que creen en él no serán condenados (Jn 3:18).

d) La gracia de Dios provee un solo Mediador: El apóstol declara “ porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1Ti 2:5). El mismo apóstol dedica todo el libro de Hebreos para explicar el ministerio sacerdotal de Cristo. Cabe recordar que la función básica de los sacerdotes era la intercesión ante Dios en favor del pueblo. Dios mismo había establecido el sacerdocio en el AT, había separado al linaje de Aarón para cumplir esta tarea. Sin embargo todo el sistema del sacerdocio, incluyendo todo lo relativo al santuario terrenal, era un tipo o sombra de la realidad que se cumpliría en el cuerpo o la persona de Cristo (Col 2:17). Luego de la muerte del Señor Jesús en la cruz, y de su resurrección, las Escrituras señalan que Cristo ascendió al cielo para dar inicio a su ministerio de intercesión (Heb 7:25; 8:1).

Por otro lado, el apóstol también aclara que Jesucristo hombre es el único mediador. La idea de Pablo, seguramente es recordar que el sumo sacerdote que la humanidad tiene a disposición es el propio Hijo de Dios, que no escatimo el ser igual a Dios sino que se encarnó llegando a ser el Hijo del Hombre (Fil 2:6; Lc 10:10). La venida del Hijo de Dios en carne implicó que él fuera “tentado en todo según nuestra semejanza” pero por causa de su comunión inquebrantable con el Padre se mantuvo “sin pecado” (Heb 2:18; 4:15). Lo magnifico de esta verdad es que Jesús puede compadecerse de las debilidades de los pecadores porque él también las sufrió.

Respuesta Humana a la Gracia de Dios

Pablo destaca dos posibles respuestas humanas a la gracia de Dios, la primera es positiva, pero la segunda es negativa.

1 Tuggy, A. E. (2003). Lexico griego-espanol del Nuevo Testamento (972). El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano.

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Respuesta positiva a la Gracia de Dios

En la epístola a Timoteo la respuesta positiva del hombre a la gracia de Dios incluye varios aspectos.

a) La gracia derramada y experimentada en el creyente despierta el sentido de misión a través del testimonio: La gracia de Dios derramada en el apóstol produjo un cambio radical en su vida. Su conversión fue puesta como “ejemplo de los que habrían de ser salvos” (1Ti 1:16). Su transformación radical de una vida rebelde a una vida bajo la gracia de Dios fue un testimonio vivo para los incrédulos. A esto se refiere Pablo cuando en 1Co 4:9 declara “pues hemos llegado a ser espectáculo al mundo, a los ángeles, y a los hombres”. Por esta razón el apóstol insiste en decirle a Timoteo, que los obispos que sean elegidos para cuidar la iglesia, tengan buen testimonio para con los de afuera, a fin de no perder credibilidad. En 1Ti 5:10, insta a Timoteo a tener en cuenta que las viudas que sean atendidas por la iglesias sean aquellas que “tengan testimonio de buenas obras” entre otros requisitos.

Finalmente, en 1Ti 6:18 declara “que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos…”. Por lo tanto, en primera de Timoteo hay un concepto soteriológico-misiológico, que las buenas obras son un “testimonio” silencioso de que el pecador ha sido justificado.

b) En segundo lugar, la gracia despierta una respuesta activa en el cumplimiento de la Misión. En la experiencia de Pablo, la misión se cumple no solo con el testimonio silencioso, sino también con la predicación incansable (1 Co 15:9, 10). La epístola a Timoteo revela que Dios el salvador, quiere hacer participar al hombre que ha sido restaurado por su gracia en el proceso de la salvación de otros hombres perdidos.

Por esta razón Pablo le pide a Timoteo que enseñe a la iglesia a hacer “rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres” (1 Ti 2:1). El primer paso que el creyente debe dar en “el ministerio de la reconciliación” (1Co 5:18) es elevar oraciones intercesoras en favor de todos los hombres que Dios quiere salvar. (1Ti 2:1; 4; 4:10).

Es interesante notar en el AT la figura de Abraham como el gran intercesor en favor de los hombres. Por ejemplo, cuando Abraham supo que Dios destruiría por fuego a las ciudades de Sodoma y Gomorra, intercedió ante Dios por la salvación de Lot, de su familia y de los que habitaban en esas ciudades. Humanamente no pudo hacer nada más que tan solo orar por ello, de esta forma Elena de White revela el papel de la oración intercesora en el plan de salvación: “Dos de los mensajeros celestiales se marcharon dejando a Abraham solo con Aquel a quien reconocía ahora como el Hijo de Dios. Y el hombre de fe intercedió en favor de los habitantes de Sodoma. Una vez los había salvado mediante su

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espada, ahora trató de salvarlos por medio de la oración.1

c) En tercer lugar, la gracia derramada en la vida del hombre, lo lleva a reconocer a Dios en toda su plenitud: Primero como Rey de todo el universo (1Ti 1:17); segundo como el único Dios inmortal (1Ti 1:17) o como dice en 1 Ti 4:10 “el Dios viviente”; tercero el hombre salvado reconoce la trascendencia del Dios “invisible” (1Ti 1:17); cuarto, la sabiduría infinita de Dios (1Ti 1:17). Por todo esto, el Dios de la Salvación es digno de la adoración exclusiva, el apóstol la expresa con las siguientes palabras: al único Dios “sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amen” (1Ti 1:17)

Respuesta negativa a la gracia de Dios:

El apóstol exhorta a Timoteo a mantener firme la fe y la buena conciencia (1Ti 1:19), ya que el peligro que alberga no hacerlo, implicaría “naufragar en la fe” (1Ti 1:19). Es interesante notar que Pablo menciona el caso de dos hombres, que seguramente habían formado parte de la iglesia de Éfeso, pero que por alguna razón entraron en la senda de la decadencia espiritual.

Uno de ellos es identificado como Alejandro, muy probablemente sea el mismo que menciona Hch 19:33.2 Lucas menciona que este Alejandro, de origen judío, junto con los demás judíos de Éfeso, intentaron diferenciarse de los judíos cristianos que también estaban en Éfeso, cuando Demetrio, un pagano fabricante de ídolos tuvo conflictos con Pablo porque este enseñaba que no debían adorarse ídolos. En estas circunstancias, se levantó un motín por parte de los griegos contra Pablo y los demás cristianos, de tal forma que Alejandro y los judíos propios de Éfeso quisieron aclaran que no tenían ningún vínculo con Pablo ni con los cristianos de Éfeso.3 No se sabe con exactitud si Alejandro en algún momento llegó a formar parte de la iglesia cristiana de Éfeso, pero si así fuera, se podría decir que no duro mucho en la iglesia llegando a convertirse en un apóstata. En 2Ti 4:14, Páblo es más explícito en cuanto a la profesión de Alejandro, llamándolo el calderero, y en cuanto a su obra inicua declarando, “me ha hecho mucho mal”.

Por otro lado Himeneo es mencionado por segunda vez junto a Fileto en 2Ti 2:17, atribuyéndoles la desviación de la verdad y relacionándolos con doctrinas heréticas relativas a la resurrección.

Como se puede notar, el haber aceptado alguna vez a Cristo como Salvador, no garantiza que la salvación esté sellada y que no se pueda salir de los límites de la misma. Si la primera obra de la gracia en la vida del creyente es la justificación por fe, la segunda es la santificación. Elena de White explica este proceso con las siguientes palabras: “La

1 Elena de White, Patriarcas y Profetas, (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1987),118.

2 Nichol, 6:250.

3 Carro, D., Poe, J. T., Zorzoli, R. O., & Editorial Mundo Hispano (El Paso, T. (1993-). Comentario bı)blico mundo hispano Hechos (1. ed.) (185). El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano.

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justicia por la cual somos justificados es imputada; la justicia por la cual somos santificados es impartida. La primera es nuestro derecho al cielo; la segunda, nuestra idoneidad para el cielo.”1

De allí la importancia de los consejos de Pablo a Timoteo de mantenerse siempre atento, para no naufragar en la fe. En el resto de la epístola, vez tras vez volverá sobre la misma advertencia: por ejemplo en 1 Ti 2:15 dice que “la mujer se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia”, este texto ha resultado enigmático para muchos estudiosos de la Biblia, sin embargo la dificultad del texto queda explicada cuando se conoce que algunas ideas heréticas, provenientes de un gnosticismo incipiente, promovían el ascetismo extremo que prohibía el matrimonio y la procreación de hijos.2

Cuando el apóstol aclara el error de esta herejía, está listo para señalar que la permanencia dentro de la Gracia, consiste en “permanecer en fe, amor y santificación, con modestia” (1Ti 2:15)

Otro texto digno de destacar acerca del cuidado de no naufragar en la fe es 1Ti 4:16 el apóstol declara: “ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren”. Pablo no está abogando en favor de la salvación por obras, puesto que la salvación es por gracia. Lo que quiere decir es que, si el cristiano permanece en la sana doctrina haciendo eficaz la gracia de Dios en él, podrá retener la salvación, ese testimonio a la vez producirá la permanencia o la entrada de otro en la senda de la salvación.

El apóstol sigue insistiendo en la idea de no negar la fe (1Ti5:8), o de no extraviarse de la fe (1Ti6:10), o de no desviarse de la fe (1Ti 6:21), finalmente expresa la única forma de que esto no suceda es que “la gracia sea contigo” (1Ti 6:21).

El peligro de abandonar la fe siempre está latente, si esto sucede, y el creyente cae nuevamente en la esclavitud del pecado, mejor es que sea “entregado a Satanás” (1Ti 1:20), dicha frase era la forma de señalar que el creyente había abandonado la fe, para volver a estar en los lazos del tirano Satanás. El sentido de la frase se entiende mejor a la luz de la primera epístola a los Corintios, cuando Pablo declara “el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús (1Co 5:5). Aunque el peligro de volver a enredarse con el diablo 3, ya sea voluntaria

1 Elena de White, Mensaje para los Jóvenes, (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1990), 32.

2 Cevallos, J. C., & Zorzoli, R. O. (2009). Comentario Bíblico Mundo Hispano, Tomo 22: 1 y 2 Tesalonicenses, 1 y 2 Timoteo y Tito (132). El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano.

3 1Ti 3:6 advierte que los recién convertidos no sean elegidos como obispos, a fin de prevenir el envanecimiento de los mismos y evitar que caigan en la condenación del diablo. En la misma dirección 1Ti 5:14, 15 también advierte que la conducta errada de las viudas más jóvenes ha provocado que las mismas vayan en pos de satanás.

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o involuntariamente, siempre está latente, la Gracia de Dios es mucho más abundante para volver a redimir al hombre.

Conclusión

Sin lugar a dudas, la primera epístola a Timoteo, leída y estudiada a la luz del plan de salvación fortalece la vida del cristiano, orientándolo, al igual que Timoteo, a no enredarse en falsas doctrinas, a cuidar de la iglesia, a formar parte activa de la misión. Y la comprensión de esa gracia inmerecida, a la que se refiere Pablo, derramada en el pecador arrepentido, llevará al cristiano a una comprensión plena del plan de salvación. Tal como lo expresa Elena de White en las siguientes palabras:

¿Con qué se podría medir la profundidad de este amor? Dios quería hacer que resultara imposible para el hombre decir que hubiera podido hacer más. Con Cristo, dio todos los recursos del cielo, para que nada faltara en el plan de la elevación de los seres humanos. Este es amor, y su contemplación debiera llenar el alma con gratitud inexpresable. ¡Oh, cuánto amor, cuánto amor incomparable! La contemplación de este amor limpiará el alma del egoísmo. Hará que el discípulo se niegue a sí mismo, tome su cruz y siga al Redentor.1

1 Elena de White, Consejo sobre Salud, 220.

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