tratado soteriologia (redención)

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MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 1 MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 1 stología estudia el misterio de Cristo: de su perso obra redentora en una unidad indisoluble. Jesús es s hecho hombre y, a la vez, el Salvador esperado. se pueden separar estos dos aspectos: la finalidad de su venida al mundo es cisamente la salvación de los hombres; Únicamente el Hijo de Dios puede rea- ar una auténtica redención del pecado mundo. os a ver en la segunda parte de Cristo- ía la acción redentora, teniendo pre- te lo visto ya acerca de su persona. CR2 1 de 55

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MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 1MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 1

La cristología estudia el misterio de Cristo: de su persona yde su obra redentora en una unidad indisoluble. Jesús es el Hijode Dios hecho hombre y, a la vez, el Salvador esperado.

No se pueden separar estos dos aspectos:1) la finalidad de su venida al mundo esprecisamente la salvación de los hombres;2) Únicamente el Hijo de Dios puede rea-lizar una auténtica redención del pecadodel mundo.

Vamos a ver en la segunda parte de Cristo-logía la acción redentora, teniendo pre-sente lo visto ya acerca de su persona.

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MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 2MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 2

Todos los hombres albergan una esperanza profunda de alcanzarla verdad y el bien y un anhelo de conseguir la felicidad.

CCE 843CCE 843: “La Iglesia reconoce en las otras religiones la búsqueda,‘entre sombras e imágenes’, del Dios desconocido pero próximo yaque es Él quien da a todos la vida, el aliento y todas las cosas y quiereque todos los hombres se salven. Así, la Iglesia aprecia todo lo buenoy verdadero que puede encontrarse en las diversas religiones”. CCECCE844844: “Pero, en su comportamiento religioso, los hombres muestrantambién límites y errores que desfiguran en ellos la imagen de Dios”.

Cristo revela que Dios nos ama y nos destinóantes de la creación del mundo a una alianzaque nos hace participar de su vida infinita-mente feliz.

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MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 3MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 3

La Biblia nos enseña que el origen del mal y delsufrimiento está en el “misterio de iniquidad”que es el pecado: el de unos ángeles y los de loshombres, principalmente el original, pero tam-bién los personales de cada hombre y cada mujer.

El hombre con sus solas fuerzas no puede liberarse del pecado y susconsecuencias. La liberación verdadera y completa del hombreprocede únicamente de Dios: “la prueba que Dios nos ama es queCristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros”(Rom 5, 8Rom 5, 8).

La imagen de Dios en la persona humana ha sido oscurecida ydesfigurada por el pecado, pero no destruida totalmente.

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MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 4MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 4

Al defender la capacidad de la razón humana para conocer a Dios,la Iglesia expresa su confianza en la posibilidad de hablar de Dios.Puesto que nuestro conocimiento de Dios es limitado, nuestro len-guaje sobre Dios lo es también. Las perfecciones de las criaturasreflejan la perfección infinita de Dios. Podemos nombrar a Dios apartir de las perfecciones de sus criaturas. (cfr. CCE 39-41CCE 39-41)

Dios trasciende toda criatura. Es preciso, pues, pu-rificar sin cesar nuestro lenguaje de todo lo que tie-ne de limitado, de imperfecto. Nuestras palabras hu-manas quedan siempre más acá del Misterio de Dios.Al hablar así de Dios, nuestro lenguaje se expresaciertamente de modo humano, pero capta realmen-te a Dios mismo, sin poder, no obstante, expresarloen su infinita simplicidad. (cfr. CCE 42-43CCE 42-43)

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MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 5MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 5

“Al entregar a su Hijo por nuestros pecados, Diosmanifiesta que su designio sobre nosotros es un de-signio de amor benevolente que precede a todo mé-rito por nuestra parte: ‘En esto consiste el amor: noen que nosotros hayamos amado a Dios, sino enque él nos amó y nos envió a su Hijo como propi-ciación por nuestros pecados’ (1 Jn 4, 101 Jn 4, 10). ‘Laprueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendonosotros todavía pecadores, murió por nosotros’(Rm 5, 8Rm 5, 8)” (CCE 604CCE 604).

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El designio divino de salvación a través de la muerte de Cristo ha-bía sido anunciado antes en la Escritura como misterio de reden-ción universal. La muerte redentora de Jesús cumple, en particular,la profecía del Siervo doliente (cfr. Is 53, 7-8Is 53, 7-8, Hch 8, 32-35Hch 8, 32-35).

MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 6MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 6

Tradición patrística sobre la redención

Padres orientales: subrayan que Cristo ha venido acomunicarnos la semejanza con Dios perdida porel pecado. “Admirable intercambio”: el Verbo seha hecho partícipe de la humanidad para hacernospartícipes de la divinidad. Se fijan en el aspectodescendente y gratuito de la salvación.

Padres occidentales: se fijan en el aspecto ascendentede la salvación: la obra realizada por nuestra Cabeza,Cristo, en nombre de toda la humanidad para ganarnosla salvación. Subrayan su ofrenda al Padre del sacrificioperfecto de su vida para reparar nuestro pecado y re-conciliarnos con Dios.

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MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 7MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 7

San Anselmo (+ 1109+ 1109) veía a Dios como Señor soberano, cuyo ho-nor es ofendido por el pecado. Ante esta ofensa, el orden de la justi-cia divina exige con todo rigor una reparación voluntaria adecuadao un castigo. Pero la deuda es infinita por ser Dios el ofendido: nodebiendo pagarla sino el hombre, y no pudiendo pagarla sino Dios,tenía que ser hombre y Dios quien satisfaciera al honor divino herido.

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Es una interpretación válida en diversos aspec-tos y que ha influido en la teología posterior.Pero es demasiado jurídica, con una concep-ción muy humana de Dios, del pecado comoofensa inferida a Dios, de su reparación comocompensación que debe recibir del hombre, yde una justicia divina que obliga a Dios aexigir sus derechos.

MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 8MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 8

Algunas interpretaciones históricas erróneassobre la redención, 1

“Los derechos del demonio” (algunos escritoscristianos de los primeros siglos): al cometer elpecado de origen, el hombre voluntariamentese habría hecho esclavo del demonio. La sangrede Jesús sería el rescate, el precio pagado aldemonio para librar al hombre de su esclavitud.

Esta teoría fue combatida por San Gregorio de Nacianzo: es erróneapues interpreta la redención según los usos humanos (alguien quepaga y alguien a quien se paga) y es ajena a la unidad de toda la Es-critura, por ejemplo en cuanto al poder del demonio, que parecetener derechos absolutos sobre nosotros.

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MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 9MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 9

Algunas interpretaciones históricas erróneassobre la redención, 2

Para Lutero, la satisfacción (cfr. San Anselmo)tiene lugar mediante un castigo. Cristo cae bajola ira de Dios, porque tomó sobre sí no sólo lasconsecuencias del pecado sino el pecado mis-mo. Cristo nos redime por medio de una “susti-tución penal”: toma nuestro lugar y es castiga-do por Dios en lugar nuestro.

Calvino añade que Jesús no sólo murió como pecador, sino quetambién bajó al infierno y sufrió las penas de los condenados.

Estas teorías presentan a Dios no como Padre que nos ama sino co-mo un soberano vindicativo y, además, injusto (condena al ino-cente en lugar del culpable).

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MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 10MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 10

Algunas interpretaciones históricas erróneassobre la redención, 3

En teorías del siglo XX, Cristo es el maestro, el guía ético y elejemplo de vida. Su influjo en el hombre es sólo moral: la sal-vación no nos viene de Él, sino que es el hombre quien se re-dime a sí mismo autónomamente, siguiendo a Cristo. Su muertees simplemente el símbolo supremo del esfuerzo de la humanidadpor librarse del mal.

En esa corriente hay quienes han pensado queCristo sería el modelo de lucha contra las es-tructuras sociales injustas (teologías de la li-beración, algunas inspiradas en el marxismo).

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MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 11MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 11

La salvación del hombre nace del amor misericordioso de Dios. Laredención es ante todo una intervención descendente y misericordio-sa de Dios en la historia de los hombres.

La salvación también sigue el orden de la justicia divina: ningúnhombre podría satisfacer por todo el linaje humano. Aunque fueramuy santo, no repararía el pecado más que en él mismo y no entodos y cada uno de los seres humanos. (cfr. CCE 616CCE 616)

La redención concilia admirablemente la misericordiay la justicia divinas. Si el hombre no pusiera algo desu parte, Dios habría actuado al margen de su justicia(no injustamente), movido sólo por su misericordia.Nos libera gratuitamente (misericordia) y del modomás conveniente y digno para nosotros (justicia).

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MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 12MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 12

Aspecto ascendente de la obra de Cristo: Jesús,representando a los hombres ante Dios, comonuevo Adán y Cabeza de la humanidad, sellauna nueva relación de Alianza entre Dios y loshombres, y obtiene de su Padre la salvaciónpara nosotros. Con su actuación humana libre,alcanza que Dios Padre nos conceda el perdón.

Aspecto descendente de la obra de Cristo: enviado por el Padre, co-munica a los hombres los dones divinos de la salvación: nos revelaa Dios y nos comunica la vida sobrenatural. Ha venido al mundopara comunicar a los hombres la gracia que quita el pecado y leshace partícipes de la vida divina.

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MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 13MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 13

Existe un orden en la dispensación de la eco-nomía salvífica: primero Cristo debía satisfa-cer el pecado de la humanidad y merecer suglorificación junto con nuestra salvación(aspecto ascendente). Una vez exaltado comoSeñor sobre todas las cosas a la diestra delPadre, nos dispensa los bienes que nos habíaganado con su sangre y nos concede el dondel Espíritu Santo (aspecto descendente).Estos dos aspectos están estrechamente uni-dos en el designio divino: el don de la graciaes fruto del sacrificio de Cristo.

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MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 14MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 14

El plan de Dios Padre es que los hombres entremos en comunióncon Él por medio del Verbo encarnado. La obra de Cristo debealcanzar a cada uno de los hombres.

Es el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, quien,con su poder infinito, alcanza a todos los hombresde todos los tiempos, y hace que las acciones yméritos de Cristo se puedan aplicar y tener efica-cia salvífica en cada uno. Hace posible que cadauno pueda entrar en comunión con el Hijo de Dios,se incorpore a Él y participe de la redención.

El Espíritu Santo se sirve de la Iglesia, “sacramento universal desalvación”(Lumen gentium 48Lumen gentium 48), para que los hombres encuentrana Cristo y participen de la salvación.

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MEDIADOR Y CABEZA, 1MEDIADOR Y CABEZA, 1

Mediador es nombre de oficio. Se aplica a quien hace de medioentre los que están separados para reconciliarlos, o para unirlosde alguna forma.

En la economía divina, los mediadores no sonprimariamente representantes del pueblo anteel Señor, sino representantes de Dios. Laalianza y la salvación vienen de lo alto; no esobra humana.

“Jesucristo es verdadero Dios y verdadero Hombre en la unidad desu Persona divina; por esta razón Él es el único Mediador entreDios y los hombres” (CCE 480CCE 480).

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MEDIADOR Y CABEZA, 2MEDIADOR Y CABEZA, 2

Cristo, mediador de la Nueva y eterna Alianza: las anteriores eranparciales e imperfectas, pues no hacían a los hombres partícipesde la intimidad divina. Jesús nos revela plenamente al Padre, qui-ta el pecado del mundo y establece la verdadera comunión de vidaentre Dios y los hombres.

Cristo es el único Mediador entre Dios y los hombres: sólo Él unea los hombres con Dios (Jn 14, 6Jn 14, 6: “Nadie va al Padre sino por mí”).

Hay otros mediadores, pero subordinados a Cristo ypartícipes de su mediación. Existen grados de media-dores subordinados (sólo Cristo repara el pecado ycomunica la gracia por sí mismo): 1) la Virgen Ma-ría Mediadora de todas las gracias, 2) los ángeles,3) los santos, 4) los sacerdotes, 5) todos los cristianos.

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MEDIADOR Y CABEZA, 3MEDIADOR Y CABEZA, 3

1 Tim 2, 5-61 Tim 2, 5-6: “Uno solo es el Mediador entre Dios y los hombres:Jesucristo hombre, que se entregó a sí mismo en redención de todos”.

Cristo en cuanto Dios no tiene condición de medio (no difiere delPadre ni del Espíritu Santo). Tampoco la tiene simplemente por elhecho de ser hombre. La tiene en cuanto es hombre lleno de graciay con su entrega (vivificada por esa plenitud de gracia) reconcilialos hombres con Dios.

La unión hipostática es el fundamento de sumediación: si Cristo no fuera Dios hecho hom-bre, no tendría la plenitud de gracia y, por tan-to, no sería Mediador.

Cristo ejerce su mediación como Sacerdote, Profeta y Rey.

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MEDIADOR Y CABEZA, 4MEDIADOR Y CABEZA, 4

Cristo, Sacerdote de la nueva Alianza

El sacerdote es mediador entre Dios y loshombres. Pero el término “mediador” es másamplio que el de “sacerdote”. No toda media-ción es un sacerdocio (profetas, reyes, etc.).La suya es la principal: consiste en unir y re-conciliar a los hombres con Dios quitandoel pecado. Ofrece sacrificios para reconciliar-nos con Dios.

Cristo es el único y sumo Sacerdote que con su sacrificio nos re-concilia con Dios. Todo otro sacerdocio (ministerial o común) esparticipación de su sacerdocio y subordinado a él.

Su sacerdocio es distinto y superior al levítico, y es eterno.

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MEDIADOR Y CABEZA, 5MEDIADOR Y CABEZA, 5

Cristo, Profeta: mediador y plenitud de la revelación

Es mucho más que los profetas del AT y sedistingue de todos ellos: “en diversos mo-mentos y de muchos modos habló Dios en elpasado a nuestros padres por medio de losprofetas. En estos últimos días nos ha habla-do por medio de su Hijo” (Heb 1, 1-2Heb 1, 1-2).

El Hijo de Dios, al venir a este mundo, como hombre, es el media-dor perfecto de la revelación pues nos manifiesta a Dios a quien vey oye. Él es la misma verdad.

Él es la plenitud de la revelación: es la Palabra única y perfecta delPadre. Dios en su Verbo lo ha dicho todo: no habrá otra palabramás que ésta. Nos libera de la ignorancia y del error.

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MEDIADOR Y CABEZA, 6MEDIADOR Y CABEZA, 6

Jesucristo, Rey

Cristo se presenta como Buen Pastor y Rey: “el pueblo de Diosparticipa (...) en la función regia de Cristo. Cristo ejerce su realezaatrayendo a sí a todos los hombres por su muerte y su resurrección.Cristo, Rey y Señor del universo, se hizo el servidor de todos, nohabiendo ‘venido a ser servido, sino a servir y dar su vida por mu-chos’ (Mt 20, 28Mt 20, 28). Para el cristiano, ‘servir a Cristo es reinar’(Lumen gentium 36Lumen gentium 36)” (CCE 786CCE 786).

La Iglesia también ha presentado a Cristo comoLegislador (nos da la Ley nueva de la gracia yde la caridad), o como Juez (dispensa la graciay el perdón de los pecados, y premia con lagloria).

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MEDIADOR Y CABEZA, 7MEDIADOR Y CABEZA, 7

Dios quiso que la humanidad tuviera su principio en Adán. Éstepecó no sólo como persona individual, sino también como cabezadel género humano, y su acción implicaba a toda su descendencia(cfr. Rom 5, 12-19Rom 5, 12-19). Cristo es el “nuevo” o “segundo” Adán.

Dios quiso que Jesucristo fuera el principio y la causa de la vidasobrenatural de todos, el inicio de una humanidad redimida.

Adán y Cristo son principios de todo el génerohumano: el primero en cuanto a la naturaleza yal pecado, Cristo en cuanto a la salvación.

Cristo es el hombre nuevo y perfecto, superior aAdán y a todos los hombres, el ejemplar de todoslos demás.

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MEDIADOR Y CABEZA, 8MEDIADOR Y CABEZA, 8

Cristo en cuanto hombre es Cabeza del géne-ro humano. Tiene la misma naturaleza de loshombres y es solidario con todos ellos.

Es Cabeza de los hombres porque tiene unapreeminencia sobre ellos por su plenitud degracia, en virtud de la cual es el más perfectoy el ejemplar de cada uno de los hombres.

Es Cabeza del género humano porque es el principio de la graciade todos los hombres, el salvador de todos ellos.

El fundamento o raíz de la plenitud de gracia de Cristo hombre esla unión hipostática: si Cristo no fuera Dios hecho hombre, nosería Cabeza del género humano.

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MEDIADOR Y CABEZA, 9MEDIADOR Y CABEZA, 9

Solidaridad de Cristo con el género humano: 1) físi-ca, de la sangre (comparte nuestra naturaleza, es hijode Adán); 2) moral e intencional por el amor (nacede la libre voluntad de Jesús, de su amor, virtud queune e identifica al amante con el amado y que haceque las cosas del amado sean como propias; “me haamado y se ha entregado a sí mismo por mí”(Gal 2, 20Gal 2, 20)).

Cristo representa a los hombres ante Dios y se ofrece por todos,pero propiamente no nos sustituye: no decide por nosotros,puesto que debemos arrepentirnos de los pecados e incorporar-nos voluntariamente a Él como miembros suyos; y tampoco nosahorra en esta vida las penas del pecado, incluida la muerte.

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MISTERIOS VIDA TERRENA DE CRISTO, 1MISTERIOS VIDA TERRENA DE CRISTO, 1

Jesús en todas sus obras “manifiesta plenamente el hombre al pro-pio hombre” (Gaudium et spes 22Gaudium et spes 22). Y todos sus actos son ejem-plo y enseñanza de vida para nosotros.

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“Toda la vida de Cristo es misterio de Reden-ción. La Redención nos viene ante todo por lasangre de la cruz, pero este misterio está actu-ando en toda la vida de Cristo” (CCE 517CCE 517).

CCE 517CCE 517 añade: “Ya en su Encarnación porque haciéndose pobrenos enriquece con su pobreza; en su vida oculta donde repara nues-tra insumisión mediante su sometimiento; en su palabra que puri-fica a sus oyentes; en sus curaciones y en sus exorcismos, por loscuales él tomó nuestras flaquezas y cargó con nuestras enfermeda-des; en su Resurrección, por medio de la cual nos justifica”.

MISTERIOS VIDA TERRENA DE CRISTO, 2MISTERIOS VIDA TERRENA DE CRISTO, 2

Misterio de Navidad: Ha comenzado laredención, el “admirable intercambio”por el que el Creador del género humano,haciéndose hombre y naciendo de unavirgen, nos hace partícipes de su divinidad.

Epifanía: manifestación de Jesús como Salvador del mundo.Presentación de Jesús en el templo: Jesús es reconocido como“signo de contradicción”; la espada de dolor predicho a la Vir-gen anuncia la cruz.

Huida a Egipto y matanza de los inocentes: toda la vida de Cristoestará bajo el signo de la persecución.

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MISTERIOS VIDA TERRENA DE CRISTO, 3MISTERIOS VIDA TERRENA DE CRISTO, 3

La vida ordinaria de Jesús: el Verbo eterno ha redimido y santifica-do así todas las realidades nobles con las que está entretejida la vidacomún de los hombres. Obediencia de Jesús en lo cotidiano.

Vida de familia: Jesús la santifica; vida de traba-jo: Jesús dedicó la mayor parte de su vida a sutrabajo, con perfección y con espíritu de servicio.

Su trabajo se convierte en tarea divina, en “reali-dad redimida y redentora; no sólo es el ámbitoen que el hombre vive, sino medio y camino desantidad, realidad santificable y santificadora”(San Josemaría, Es Cristo que pasa 47San Josemaría, Es Cristo que pasa 47).

Hallado en el Templo: cumple la voluntad divina aunque sacrificioe incomprensión..

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MISTERIOS VIDA TERRENA DE CRISTO, 4MISTERIOS VIDA TERRENA DE CRISTO, 4

Misterios de la vida pública, 1

En su bautismo Jesús es manifestado como Hijo de Dios yMesías, y a partir de entonces comienza su ministerio público.Es modelo del bautismo cristiano (nos hace hijos de Dios, elEspíritu Santo desciende sobre nosotros y se no abre el accesoal Cielo).

Las tentaciones de Cristo forman parte desu victoria sobre el Maligno. Cristo nosda ejemplo de cómo luchar contra el Ma-ligno y vencerle. “Fue probado en todoigual que nosotros, excepto en el pecado”(Hb 4, 15Hb 4, 15).

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MISTERIOS VIDA TERRENA DE CRISTO, 5MISTERIOS VIDA TERRENA DE CRISTO, 5

Misterios de la vida pública, 2

La actividad de Jesús durante su vida pública se centra en lapredicación del Reino de Dios. Su predicación es asequible,sencilla y clara, a la vez que exigente.

Jesús acompaña su doctrina con milagros.Son signos del Mesías anunciado, señalesde su misión y de su divinidad.

Son comienzo y signo de la liberación de-finitiva: anticipan la gran victoria de Jesússobre el “príncipe de este mundo” que serádefinitivamente establecida con la cruz.

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PASIÓN Y MUERTE, 1PASIÓN Y MUERTE, 1

En la Muerte de Jesús, por encima de las causasinmediatas históricas -el Sanedrín, Pilato, lossoldados- hay una causa de nivel más alto quesólo puede ser conocida por la revelación: elplan y la disposición de Dios que han permitidolos actos nacidos de la ceguera de los hombrespara realizar el designio de nuestra salvación.

Dios quiere que el hombre se arrepienta del pecado y exprese suarrepentimiento interior con obras externas de penitencia, obrasde entrega a la voluntad divina.

Las penas derivadas del pecado se ordenan a la reparación delmismo. Dios las permite porque son medicinales y se ordenana un bien mayor: la vida sobrenatural.

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PASIÓN Y MUERTE, 2PASIÓN Y MUERTE, 2

En el plan divino, el dolor purifica el alma, quitael obstáculo de la propia voluntad que nos apartóde Dios, sirve, con la ayuda de la gracia, parareparar el desorden del pecado en el hombre. Elsufrimiento, secuela del pecado original, recibeun sentido nuevo con la obra salvífica de Cristo.

La reparación plena de los pecados de los hombres se da por laPasión y Muerte de Cristo.

Dios Padre no es causa directa de la Muerte de su Hijo. La permitió porque de ahí vendría un bien mayor. Entregó a Cristo a la Pasión yMuerte porque según su eterna voluntad las dispuso para reparar lospecados del género humano. Valor inmenso de la salvación de lasalmas para Dios.

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PASIÓN Y MUERTE, 3PASIÓN Y MUERTE, 3

Autores de la Pasión de Cristo (su causa eficiente): los que tenían laintención de matarlo, lo condenaron y le hicieron sufrir los tormen-tos que produjeron su muerte. Detrás de ellos actúa Satanás, homi-cida desde el principio (cfr. Jn 8, 44Jn 8, 44). Pero también los pecadoresson autores de la Pasión: “la Iglesia no duda en imputar a los cristia-nos la responsabilidad más grave en el suplicio de Jesús” (CCE 598CCE 598).

Nostra aetate 4Nostra aetate 4: “Aunque las autoridades de los ju-díos con sus seguidores reclamaron la muerte deCristo, lo que se perpetró en su pasión no puede serimputado indistintamente a todos los judíos que vi-vían entonces ni a los judíos de hoy (...). No se hade señalar a los judíos como reprobados por Diosy malditos como si tal cosa se dedujera de la Sagrada Escritura”.

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PASIÓN Y MUERTE, 4PASIÓN Y MUERTE, 4

Cristo aceptó libremente su Pasión y su Muerte por amor a suPadre y a los hombres que el Padre quiere salvar. Se entrególibre y voluntariamente a la Pasión, por amor nuestro. Pero esaentrega no significa en modo alguno que se matara a sí mismo,sino que no impidió, pudiendo, la acción de los que le ajusticiaron.

Flp 2, 8Flp 2, 8: “Se humilló a sí mismo haciéndoseobediente hasta la muerte, y muerte de cruz”.

Se trata de una obediencia vivida por amor. Elverdadero amor a Dios se muestra cumpliendolibremente su voluntad.

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PASIÓN Y MUERTE, 5PASIÓN Y MUERTE, 5

Jesús padeció por parte de los judíos, de los gen-tiles y de los que le seguían (Judas, Pedro, aban-dono...).

Padeció en su alma: todos los pecados de loshombres, tristeza y temor ante la muerte cierta,caída de Judas, escándalo de sus discípulos,humillaciones, injusticias, burlas e insultos.

Padeció en su cuerpo: flagelación,coronación de espinas, crucifixión,agonía en la cruz hasta la muerte.

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PASIÓN Y MUERTE, 6PASIÓN Y MUERTE, 6

“Mérito” es el derecho a un premio o retribuciónpor una obra realizada. Con relación a Dios, elhombre propiamente no tiene ningún derecho anteDios. Si puede merecer algo ante Dios, es porqueÉl previa y libremente ha establecido retribuir al-gunas acciones nuestras nacidas del amor. No apa-rece la palabra en la Escritura, pero sí su contenido.

Todas las acciones de Cristo son meritorias (nacen de su amor y li-bertad) y obtienen del Padre nuestra salvación. Pero en su Pasiónmereció de modo particular.

Cristo mereció la vida sobrenatural para todos los hombres y paratodos la gracia que quita el pecado: se ofreció por nosotros comoCabeza nuestra.

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PASIÓN Y MUERTE, 7PASIÓN Y MUERTE, 7

Satisfacción = reparación de una falta u ofensa mediante la en-trega de alguna compensación. Con Dios, analogía: significala acción que Dios requiere del hombre para cancelar su pecado(arrepentimiento, obras de penitencia).

CCE 615CCE 615: “Por su obediencia hasta lamuerte, Jesús llevó a cabo la sustitucióndel Siervo doliente que ‘se dio a sí mismoen expiación’, ‘cuando llevó el pecado demuchos’, a quienes ‘justificará y cuyasculpas soportará’ (cfr. Is 53, 10-12Is 53, 10-12).Jesús repara por nuestras faltas y satis-face al Padre por nuestros pecados”.

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PASIÓN Y MUERTE, 8PASIÓN Y MUERTE, 8

La Pasión de Cristo satisface por los pecados del mundo. Es unasatisfacción vicaria: “del justo por los injustos” (1 P 3, 181 P 3, 18).

El Hijo de Dios, Santo y Justo, pero hechosolidario por amor con nosotros pecadores,representándonos a todos y llevando laspenalidades de nuestro pecado, como víc-tima del pecado, intercede por todos paracancelar nuestra falta. Así se deben inter-pretar algunos textos de la Escritura como2 Cor 5, 212 Cor 5, 21 (“a quien no conoció pecadoDios le hizo pecado por nosotros”) oGal 3, 13Gal 3, 13 (“nos redimió de la maldición dela Ley haciéndose por nosotros maldición”).

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PASIÓN Y MUERTE, 9PASIÓN Y MUERTE, 9

Sacrificio es el ofrecimiento hecho a Dios dealgo propio, signo de la entrega interior a Diosy de la renuncia a sí mismo, para reconciliarnoscon Él.

El valor del sacrificio exterior está en ser signodel sacrificio interior o espiritual (entrega delalma a Dios por amor), elemento principal delsacrificio.

La Pasión es un sacrificio porque en ella Cristo se ofrece voluntaria-mente a su Padre para reconciliar a los hombres con Dios. Por partede los que le crucificaron la Pasión no fue ningún sacrificio, sinoiniquidad; pero por parte de Cristo que padecía libremente y poramor, fue un acto supremo de entrega, un verdadero sacrificio.

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PASIÓN Y MUERTE, 10PASIÓN Y MUERTE, 10

Cristo no sólo mereció que DiosPadre nos otorgue la gracia, sinoque el mismo Cristo es quien nosla comunica. La salvación de cadauno procede de nuestra Cabeza,como la vida de los sarmientosprocede de la vid.

La causa eficiente principal de la gracia de la salvación sólo puedeser Dios; pero Dios produce esta gracia en nosotros mediante lahumanidad de Jesucristo que es el instrumento de la divinidad paracomunicar -y no sólo para merecer- todas las gracias a los hombres.

Las acciones realizadas por Cristo en el pasado tienen un poderdivino y alcanzan con su eficiencia toda la historia.

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PASIÓN Y MUERTE, 11PASIÓN Y MUERTE, 11

La contemplación de la Pasión de Cristo nos mueve a amarle, yaque Él nos ha dado pruebas de la verdad y de la grandeza de suamor. Nos mueve a la contrición, a la conversión, a evitar el pe-cado (apreciamos más claramente su malicia), a seguir a Cristo eimitarle y a la generosidad para abrazar la voluntad de Dios(aunque a veces suponga cargar con la cruz).

La Pasión de Cristo nos enseña el sentido deldolor: Jesús no ha eliminado nuestros sufri-mientos ni nos evita la muerte, pero los hatransformado. Ahora esas penalidades no sonuna simple pena del pecado, sino que sirvende purificación y de mérito, son participaciónde su cruz y de su obra redentora, son caminode la salvación y de la verdadera vida.

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GLORIFICACIÓN, 1GLORIFICACIÓN, 1

Para el racionalismo sólo son “históricos” aquellos sucesos cuyascausas y efectos son intramundanos y comprobables por la expe-riencia. Por eso según la crítica histórica, en la mente de los discí-pulos poco a poco se fue abriendo la creencia de la resurrección,que realmente nunca aconteció: fue la fe en Jesús la que creó laidea de la resurrección.

Otros autores, aun aceptando la verdad dela Resurrección, la califican como aconte-cimiento “ahistórico” o “metahistórico”y no “histórico”. Riesgo de negarla, por-que en el lenguaje usual, lo que no es his-tórico no se puede decir que haya ocurri-do verdaderamente.

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GLORIFICACIÓN, 2GLORIFICACIÓN, 2

La Escritura insiste de muchas formas en la realidad de la Resu-rrección (ej. Lc 24, 34Lc 24, 34: “¡El Señor ha resucitado realmente y seha aparecido a Simón!”). La Tradición repite que Jesús resucitóverdaderamente. Es un acontecimiento real verificado en unmarco preciso de lugar y tiempo, con manifestaciones histórica-mente comprobadas por testigos fiables que nos lo transmitieron.

Signos suficientes como para poder afirmarque verdaderamente sucedió: el sepulcrovacío y la comprobación por las aparicionesde Jesús resucitado.

Goza al menos de la misma historicidadque cualquier otro suceso real acaecidoen el pasado.

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GLORIFICACIÓN, 3GLORIFICACIÓN, 3

CCE 643CCE 643: “Ante estos testimonios es imposible interpretar la Re-surrección de Cristo fuera del orden físico, y no reconocerla co-mo un hecho histórico. Sabemos por los hechos que la fe de losdiscípulos fue sometida a la prueba radical de la pasión y muerteen cruz de su Maestro (...). Los evangelios, lejos de mostrarnosuna comunidad arrobada por una exaltación mística, nos presentana los discípulos abatidos (‘la cara sombría’: Lc 24, 17Lc 24, 17) y asustados.Por eso no creyeron a las santas mujeres que regresaban del sepulcroy ‘sus palabras les parecían como desatinos’ (Lc 24, 11Lc 24, 11). Cuando Je-sús se manifiesta a los once en la tarde de Pascua, ‘les echó en carasu incredulidad y su dureza de cabeza por no haber creído a quienesle habían visto resucitado’ (Mc 16, 14Mc 16, 14)”. CCE 644CCE 644: “Muy al contra-rio, su fe en la Resurrección nació -bajo la acción de la gracia divi-na- de la experiencia directa de la realidad de Jesús resucitado”.

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GLORIFICACIÓN, 4GLORIFICACIÓN, 4

“Acontecimiento histórico demostrable porla señal del sepulcro vacío y por la realidadde los encuentros de los Apóstoles con Cris-to resucitado, no por ello la Resurrecciónpertenece menos al centro del Misterio dela fe en aquello que trasciende y sobrepasa ala historia” (CCE 647CCE 647).

La Resurrección es objeto de fe en cuanto 1) intervención trascen-dente de Dios mismo en la historia: es obra de la Santísima Trini-dad; 2) glorificación de Cristo (perfecta participación de su huma-nidad en la vida divina); 3) al sentido y valor salvífico que tienepara nosotros (Cristo resucitado es nuestro Salvador que nos libradel pecado y nos comunica la vida de Dios).

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GLORIFICACIÓN, 5GLORIFICACIÓN, 5

Según las Escrituras, el Padre resucita a Jesús (ej. Hch 2, 24Hch 2, 24), el Hijo resucita por su propiavirtud y poder (ej. Jn 10, 17-18Jn 10, 17-18), el EspírituSanto resucita a Jesús (ej. Rom 8, 11Rom 8, 11). Es unaobra de la omnipotencia divina común a lastres divinas Personas de la Santísima Trinidad(ej. 2 Cor 13, 42 Cor 13, 4).

La Resurrección de Cristo no es una vuelta a la vida terrena, sinoun paso a otra vida más allá del tiempo y del espacio. Su cuerpoes glorioso: es al mismo tiempo auténtico (material) y espiritual.Puede aparecer donde, cuando y como quiere (propiedades deagilidad y sutileza); es glorioso e incorruptible e inmortal (pro-piedades de gloria e impasibilidad).

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GLORIFICACIÓN, 6GLORIFICACIÓN, 6

“La Resurrección de Jesús es la verdad culminante de nuestra feen Cristo, creída y vivida por la primera comunidad cristiana comoverdad central, transmitida como fundamental por la Tradición,establecida en los documentos del Nuevo Testamento, predicadacomo parte esencial del Misterio Pascual al mismo tiempo que laCruz” (CCE 638CCE 638).

La Resurrección de Cristo revela su divinidad (perohace falta la fe para captar y confesarla pues en susapariciones la divinidad no es visible). Revela tam-bién que Cristo es el Salvador del mundo: aunquedesde su Encarnación Jesús era el Hijo de Dios y elMesías, en su Resurrección se manifestó su condi-ción de Salvador poderoso de todos los que creenen Él.

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GLORIFICACIÓN, 7GLORIFICACIÓN, 7

La Resurrección de Cristo confirma la veracidad de su doctrina.Es la “señal de Jonás” (Mt 12, 38Mt 12, 38), el Templo reconstruido entres días (“hablaba del santuario de su cuerpo” (Jn 2, 20-21Jn 2, 20-21)).Los judíos entendieron el significado de sus palabras: pusieroncustodia en el sepulcro y lo sellaron (cfr. Mt 27, 62-66Mt 27, 62-66).

La Resurrección de Cristo es principioy causa de nuestra resurrección futura.Es también principio de nuestra resu-rrección espiritual, la fuente de la nue-va vida del alma.

La gracia que nos libera del pecado y nos hace justos proviene delResucitado: es participación de la vida divina, nos hace hijos de

Dios.

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GLORIFICACIÓN, 8GLORIFICACIÓN, 8

La Ascensión del Señor es un acontecimientoa la vez histórico y trascendente.

Con la Ascensión se completa la manifestaciónde la gloria de Cristo comenzada con su Re-surrección.

Jesucristo, Cabeza de la Iglesia, nos precede: con su Ascensión nosha abierto el acceso a la vida y a la felicidad de Dios en el cielo.

Jesucristo, Sacerdote de la nueva y eterna Alianza, en el cielo in-tercede sin cesar por nosotros. Constituido Señor con poder a laderecha del Padre, nos comunica los dones divinos por la accióndel Espíritu Santo.

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GLORIFICACIÓN, 9GLORIFICACIÓN, 9

La versión griega del AT (LXX) tradujo el nombrede Yahvé con el cual Dios se reveló a Moisés (ExEx3, 143, 14) por “Kyrios” (Señor). Desde entonces fueel nombre más habitual para designar a Dios.

El NT utiliza el título “Señor” para Jesús: expresaasí la divinidad de Cristo.

La acción de sentarse a la derecha del Padre significa la entroniza-ción de Jesús como Rey y la inauguración de su reinado. Es Reydesde su Encarnación (cfr. Lc 1, 33Lc 1, 33; Jn 18, 33-37Jn 18, 33-37), pero tambiénpor habernos rescatado al precio de su sangre, y se manifiesta co-mo “Rey de reyes y Señor de señores” a partir de su glorificación.

Su reino es sobrenatural, eterno, no tendrá fin. Su reinado es universal..

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FRUTOS DE LA REDENCIÓN, 1FRUTOS DE LA REDENCIÓN, 1

La voluntad salvífica universal de Dios se centra en Cristo. Quiereque todos los hombres se salven participando de la redención desu Hijo hecho hombre: “por todos ha muerto Cristo” (2 Cor 5, 152 Cor 5, 15).

Se llama “redención objetiva” a la obra del Redentor, tanto en suvida terrena como desde el cielo en su vida gloriosa, con la coo-peración del Espíritu Santo. Esta obra es causa de la salvación.

Se llama “redención subjetiva” a la participa-ción de los frutos de la obra de Cristo en cadauno de los hombres. Por la acción del EspírituSanto, Cristo ofrece a cada hombre la salva-ción, pero el hombre puede rechazar la graciaque se le ofrece.

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FRUTOS DE LA REDENCIÓN, 2FRUTOS DE LA REDENCIÓN, 2

La omnipotencia divina alcanza a todoslos hombres y hace que las acciones yméritos de Cristo se puedan aplicar ypuedan tener eficacia salvífica en cadauno. Aunque ese poder es común a lastres Personas divinas, se suele apropiaral Espíritu Santo.

La Iglesia, cuya Cabeza es Cristo, tiene una relación indispensablecon la salvación de cada hombre. Es “sacramento universal de sal-vación” (Lumen gentium 48Lumen gentium 48). Toda la gracia proviene de Cristo, escomunicada por el Espíritu Santo, y está misteriosamente relaciona-da con la Iglesia. “La Iglesia peregrina es necesaria para la salva-ción, pues Cristo es el único Mediador y camino de salvación y sehace presente a nosotros en su Cuerpo, que es la Iglesia” (Idem 14Idem 14).

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FRUTOS DE LA REDENCIÓN, 3FRUTOS DE LA REDENCIÓN, 3

El hombre tiene que incorporarse libremente a Cristo y así puederecibir los frutos de su obra redentora. El hombre se une a Cristopor la fe viva y los sacramentos de la Iglesia.

Fe viva: nadie puede salvarse sin la fe, que es el fundamento y elorigen de toda justificación. La fe viva obra por la caridad, estáacompañada por el arrepentimiento y por obras.

Sacramentos: nos hacen participar de los frutos dela Redención. Entre ellos destacan el bautismo (sinél no hay unión con nuestro Salvador ni vida sobre-natural y es necesario para la salvación) y la Euca-ristía (hace a los fieles que le reciben una cosa conÉl, y les comunica la vida eterna).

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FRUTOS DE LA REDENCIÓN, 4FRUTOS DE LA REDENCIÓN, 4

Ciertamente Dios concede a todos los hombresla gracia que salva (dada por medio de Cristoen el Espíritu, y que tiene relación con la Igle-sia). Pero desconocemos el modo como la gra-cia llega a los no cristianos. Es claro que cadauno de ellos tendrá que acoger libremente esedon divino para salvarse.

Efectos de la obra redentora de Cristo en los hombres: 1) nos li-bera del pecado, tanto en cuanto a la culpa como en cuanto a lapena, en lo que se refiere tanto al alma como al cuerpo: de la igno-rancia y de la tristeza, del desorden de las pasiones, del dolor yde la muerte (purificación y camino para la gloria); 2) nos hacepartícipes de la vida divina y nos ha conseguido la vida eterna.

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FRUTOS DE LA REDENCIÓN, 5FRUTOS DE LA REDENCIÓN, 5

Otros efectos de la obra de Cristo: 1) reconciliación, comunión yamistad con Dios; 2) renovación interior del hombre nuevo porla participación de la vida divina; 3) liberación de la muerte y re-surrección de los cuerpos.

En la reparación de la vida del alma, dos aspec-tos: liberación del pecado por la Pasión, nuevavida del alma por la Resurrección de Cristo.

En la reparación de la vida corporal también:destrucción de la muerte por la Muerte deCristo, nueva vida de nuestro cuerpo o resurre-cción por la Resurrección de Cristo.

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FRUTOS DE LA REDENCIÓN, 6FRUTOS DE LA REDENCIÓN, 6

La salvación es una realidad prin-cipalmente escatológica: se darácompleta cuando Cristo reaparezcacon gloria al fin del mundo y todossus enemigos sean puestos bajosus pies.

Ahora ya alcanzamos la salvación (el mundo ya estásalvado), aunque todavía no es completa. Ahora yaposeemos realmente la semilla de vida eterna y poreso tenemos la certeza de recibir sus frutos en plenitud.

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FRUTOS DE LA REDENCIÓN, 7FRUTOS DE LA REDENCIÓN, 7

María no sólo ha recibido la más perfecta parti-cipación de los frutos de la salvación (sin peca-do, llena de gracia, en cuerpo y alma en el Cie-lo), sino que también ha sido asociada de unmodo singular y eminente a la persona deCristo y a su obra redentora. Es nuestra Ma-dre en el orden de la gracia.

Es Mediadora en la obra salvífica de Cristo, unida a su Hijo. Y“la Iglesia no duda en atribuir a María un tal oficio subordinado:lo experimenta continuamente y lo recomienda al corazón delos fieles para que, apoyados en esta protección maternal, seunan más íntimamente al Mediador y Salvador” (Lumen gen-Lumen gen-tium 62tium 62). Se va y se vuelve a Jesús por María.

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