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olo amorChel

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Dedicado a los arcaicos de mente que hay en este

mundo.

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Lo que las ideologas dividen al hombre, el amor con sus hilos los une en sunombre.

Ricardo Arjona.

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EL RUBIO DE LA PRIMERA CLASE.La madre de Jonathan lo dej en la entrada de la escuela. De lejos, la

imagen podra recordarle a cualquiera como cuando un dueo deja a unpequeo cachorro que ya no quiere a un lado de la carretera, solo que en stecaso no era as. l era un adorado hijo nico, el lienzo en blanco de sus padres,pero ella tena mucho que hacer en ese momento, mucho que hacer respectoa la nueva mudanza.

Cuando la nube de polvo que fue dejada por el violento arranque delauto de la madre de Jonathan se disip, l comenz a caminar hacia laentrada. Iba desganado pero con paso constante y seguro. De su hombro

derecho colgaba un equipo de ftbol y del izquierdo su mochila. Con unrespingo de resignacin cruz el umbral de su nueva escuela.

Al llegar a su primera asignatura entr y dej caer la bolsa del equipo deftbol en un pequeo cubculo que estaba al lado de la puerta. En esepequeo espacio se encontraban otras maletas de distintos colores, algunoseran fosforescentes y otros solo negros. Eran los equipos de todos los chicos ychicas, pues sta era una escuela en la que el deporte era obligatorio. Para loschicos el ftbol y para las chicas era el voleibol.

Ingres al aula y tom el primer lugar que encontr disponible, uno que

estaba justo en el medio. Nadie lo mir mientras iba, esa etapa ya habapasado en las primeras semanas cuando fue la novedad y estuvo en boca detodos. Ahora era solo un chico nuevo, nada interesante

La clase la atenda una profesora alta, de cabellos canos atados en unacoleta alta, de rostro endurecido por los aos y de nombre Vicenta. Sin ms laclase comenz y Jonathan se dedic a prestar atencin.

Veinte minutos haban pasado ya, todos se encontraban en perfectosilencio y con las cabezas agachadas anotando las ecuaciones del pizarrncuando la puerta se abri. All estaba de pie un chico alto, de piel blanca, ojos

de un azul glacial y cabello rubio, tan rubio que podra decirse que era casiplateado en vez de dorado. Jonathan apenas alz la mirada. No lo vio muchorato y no pretenda prestarle ms atencin, a no ser que la profesora hablara envoz alta.

Oscar dijo la mujer dirigindose al muchacho, esta es la segundavez que llegas tarde. Una ms y te suspendo le advirti, esta profesora eraespecialmente poco tolerante a las faltas o retardos.

Lo siento dijo el joven rubio e ingres a la sala despus de haberbotado ruidosamente su equipo de ftbol al cubculo. Con una sonrisa medio

dibujada continu caminando.

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Jonathan acababa de regresar la mirada a su cuaderno cuando unasombra se proyect por toda la extensin de la paleta del pupitre, entonceslevant la mirada.

Ese es mi lugar coment Oscar con los delgados pero torneadosbrazos cruzados sobre el pecho.

Disculpa, no he visto tu nombre en l le respondi Jonathanmirndolo hacia arriba, con voz calmada y sin nimos de hacer enojar.

Oscar! llam la profesora, quien se acababa de percatar de laescena. En realidad, haba sido la ltima en hacerlo, todos los dems chicos losmiraban con ojos brillantes de la emocin esperando que algo bueno searmara, algo que los sacara de esa montona y tediosa maana de un lunes.

Deja a Jonathan en paz, puedes tomar cualquier otro lugar.El joven rubio no dijo nada, se limit a mirar un segundo a la profesora y

regresar la mirada un segundo al otro muchacho, luego se retir de all paratomar un asiento que se encontraba al fondo del aula, no sin antes propinarleun golpe con la punta del zapato a la pata de la silla donde se encontraba elotro chico. Jonathan gru pero no dijo absolutamente nada.

La clase termin con un estrepitoso sonar del timbre, todos los chicos seapresuraron a juntar sus cosas y salir de all lo ms rpido posible. Jonathanpretenda hacer lo mismo pero justo cuando se acerc para tomar sus cosas la

profesora lo llam a su escritorio.Jonathancomenz con voz ecunime, si en algn momento llegas

a tener problemas con Oscar puedes decirme para que yo lo solucione, lpuede llegar a ser un muchacho problemtico. Siempre tiene peleas con otrosalumnos.

No creo que tenga de qu preocuparse contest Jonathan con unapequea sonrisa de suficiencia. Se crea lo suficientemente fuerte como paralibrar peleas l solo. Y claro que poda, de hecho era an ms alto de lo queera Oscar, meda un metro con setenta y cinco centmetros. Una altura nada

despreciable para un adolecente de 16 aos y medio. Por otro lado, sucomplexin era mediana, ni robusto ni demasiado delgado; esbelto, se podradecir. Pero graciasdijo despreocupadamente pasndose una mano por loscabellos negros quebrados y se retir de all.

La siguiente clase se trataba de fsica, cosa que le pareci una tortura.Quiz no le habra parecido as si no hubiera tenido el estmago vaco yhubiera podido concentrarse, pero mora de hambre. Esa maana no habatomado el desayuno porque su madre no se lo haba preparado, y su cereal debolitas de colores estaba agotado.

Ya comenzaba a morir lentamente de inanicin cuando el timbre losobresalt. Con un suspiro de alivio sali disparado a la cafetera. Cuando lleg

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gru de su mala suerte al encontrar que todo el lugar estaba lleno. Haba unalarga y desordenada fila para comprar la comida. Chasqueando la lengualleg y se form al final. Fulminaba a todos con la mirada cuando de pronto

entr el joven todo rubio y blanco a la cafetera. Este chico era como unaestrella solitaria en el cielo nocturno, muy difcil de no ver. "Por lo menos no serel ltimo en obtener el almuerzo" pens con malicia Jonathan mientrascambiaba el peso de un pie al otro con impaciencia.

Oscar se qued en la entrada del lugar, pasando la mirada de un lado aotro, hasta que se detuvo en el principio de la gran fila. All se encontraba unachica de baja estatura y escasamente bonita. Oscar se acerc y le dijo algo alodo y en cuestin de segundos ambos se encontraban en la fila listos parapasar. "Maldito tramposo" refunfu entre pensamientos Jonathan.

Al fin, luego de maldecir y renegar de su mala suerte, lleg dondeestaban las vendedoras y pidi dos sndwiches y una Coca-Cola. Abri uno delos sndwiches incluso antes de buscar un asiento libre. Con la mirada captuno al fondo, all haban puros chicos del primer curso. "Seguramente mecaern bien" se dijo y fue a donde ellos.

Efectivamente encontr que los chicos le caan muy bien, todos eran delprimer curso, eso quera decir que tenan quince aos. Otra muy buena raznfue que estos chicos eran fanticos del anim y otras cosas de la misma ndole,cosa que a Jonathan le llamaba la atencin, por lo que conversaron

animosamente por largo rato hasta que el timbre los interrumpi. Fue entoncesque Jonathan se despidi de ellos con un gesto de la mano y sali de all.Cuando ya se encontraba en los pasillos, abri su mochila y hurg entre suscosas. Del fondo sac un papel de color blanco todo arrugado y lo desenvolvirpidamente para poder ver que clase era a la que tena que ir, ya que an norecordaba su horario de memoria. Al ver que se trataba de la clase de deportesarrug la nariz al mismo tiempo que el papel en sus manos y cambi dedireccin.

Jonathan era simple e inexplicablemente malo para los deportes, raznpor la cual los odiaba. Prefera mil veces hacer cualquier otra cosa, como por

ejemplo clavarse un dedo en el ojo, en vez de correr o jugar cualquier deporte.Pero al mirarlo no podras imaginar que fuera as, porque su cuerpo daba aentender que era muy deportivo, o por lo menos que le gustan los gimnasios...pero no.

Al cabo de unos minutos ya estaba en la entrada del gimnasio. Elmuchacho se debati entre entrar o saltar la clase. Al fin entr y all dentro loschicos de la clase comenzaron a quitarse el uniforme de la escuela y ponerse elde ftbol. Haba dos colores, verde y rojo. Jonathan ni siquiera recordaba dequ color era el suyo, as que abri la maleta que colgaba de su hombro, y quehaba estado all desde la maana, para comprobar que le haba tocado elrojo.

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"Genial, ni siquiera me gusta el rojo" pens con molestia y all dondeestaba comenz a quitarse la corbata y luego desabrochar los botones de lacamisa blanca. Cuando ya se la hubo quitado se puso la camiseta roja, luego

sigui con los zapatos y el pantaln. Rpidamente se puso el short, se sent enuna banca de madera que se encontraba pegada a la pared y contino conlos tacos y las medias.

Continuaba acomodndose las tediosas medias cuando entr el profesorde educacin fsica. Jonathan levant la mirada y pudo ver que se trataba eraun hombre gordo y barbn, cosa que le caus bastante gracia, pero lo ignor ytermin de alistarse. El hombre, rascndose la barba, los orden a todos en fila yal de-tin-marn arm los equipos. Para mala suerte de Jonathan a l le toc enel primer equipo, pues al final se haban hecho dos equipos rojos y dos verdes

que jugaran por turnos. Sin ninguna expresin sali del gimnasio para la canchaexterior. All el pasto verde se encontraba baado por el intenso sol de lamaana logrando que tomara un color hermoso pero inorgnico, como el colordel anticongelante, que daaba levemente la vista.

El partido comenz sin que Jonathan siquiera se enterara, en la cancha lpareca un extranjero en un pas remoto, aunque claro, l se desenvolvera anms naturalmente en cualquier pas por lejano que fuera que en una canchade ftbol. Al fin e inesperadamente el baln de secciones blancas y negrasrod hasta sus pies. Jonathan baj la mirada extraado, como si aquello fueraun objeto extrao en una escena extraa. Cuando reaccion y levant la

cabeza del suelo una avalancha de sudados adolecentes se le aproximabanpara arrebatarle el baln. Acab corriendo para salvarse de la oleada.

Los chicos de su equipo que lo vieron actuar as se molestaron con l pordesperdiciar tremenda oportunidad y no se quedaron con la ganas de decirleun par de cosas.

Idiota! alzando las manos le grit exasperado un muchacho decabello negro peinado en puntasEse baln era tuyo! De qu pas vienes?De uno en dnde el ftbol no existe? continu dicindole muy molesto. Dehecho, acababa de llegar directo desde Inglaterra, as que no poda negar

que jug un par de veces all pero con la misma suerte, y ahora en Mxico elfutbol tena el mismo valor. Era casi dios, razn por la que los otros chicosestaban igual de molestos y le hicieron eco a las palabras de aquel muchachocon las suyas propias.

Jonathan ni se molest, de hecho se limit a encogerse de hombros paracausar ms molestia en sus ya molestos compaeros. Pretenda seguir evitandoel camino del baln cuando escuch an ms burlas por su anterior accin dela voz de alguien que reson en sus odos. Al voltear vio al hermoso rubio riendoa todo volumen con otro de los integrantes del equipo verde.

Inconscientemente apret el puo pero no dijo nada, l no era de esoschicos impulsivos, pero al parecer el otro chico s lo era. Se acerc an ms a l.

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Qu, rarito? No juegas ftbol? sonri maliciosamente mostrandosus blancos dientes.

Pdrete pens Jonathan pero no lo dijo, solo desvi la mirada.Miracontinu Oscar. All viene el baln levant la barbilla un

poco. Ests tan cerca de la portera, cualquier idiota podra anotar ese gol.

Nadie dijo nada entonces, se quedaron lado a lado, mientras los chicosdel otro equipo venan hechos un enjambre hacia ellos. Los verdes intentandoquitar el baln y alejarlo y los rojos tratando de no perderlo y anotar.

Cuanto ms cerca estaban de ellos, dentro de Jonathan creca un sbitodeseo de hacer que Oscar se tragara sus palabras. Cuando el baln estuvo aescasos metros, ambos muchachos se abalanzaron sobre l y se pelearon un

instante hasta que por alguna extraa razn Jonathan logro arrebatrselo aOscar. ste se qued un momento pasmado y luego reaccion corriendodetrs de l para recuperarlo. Jonathan era un chico delgado y alto por lo quecorrer no le fue difcil. Rpidamente lleg a la portera, pero se dio cuenta deque l no podra anotar el gol. Ser el chico del pase perfecto no es lo mismoque ser el que anot el gol, pero no es tan malo iba pensando y encontr alindicado para dar el pase, pero justo en ese momento apareci Oscar por uncostado que no planeaba darse por vencido. Suciamente empuj a Jonathany le quit el baln. ste para evitar caer al suelo se sujet del hombro del otro,pero Oscar detestaba que lo tocaran, era como si algo dentro de l se

encendiera y reaccionara de una manera nada buena. Con el codo golpe aJonathan en la nariz y lo hizo caer de espaldas al suelo.

Jonathan peg tremendo grito mientras se revolva en el suelo con lasmanos en la cara. Un pitido horroroso detuvo todo y el profesor entr corriendoa la cancha.

Vamos muchacho, vamos dijo el profesor extendindole una manopara levantarlo, pero Jonathan no retiraba las manos de la cara, y ya por entresus dedos comenzaba a escurrir sangre.

El profesor llam a otros chicos para que lo ayudaran y lo guiaran a laenfermera. Mientras lo hacan pudo escuchar como el profesor llamaba aOscar y lo reprenda severamente.

Y all estaba Jonathan sentado en la camilla del consultorio de la escuelacon la cabeza gacha sujetando un gran puado de gasas en la nariz. Laenfermera y su ayudante lo rondaban ansiosamente mientras buscaban algoque Jonathan ignoraba. Le repitieron una y otra vez que levantara la cabezapero por alguna razn el volva a bajarla, como si estuviera avergonzado de

algo. Despus de un momento ambas se haban ido, tan solo le haban dadoalgo para el gran dolor que senta y gasas para la sangre. La enfermera

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principal haba ido a la oficina administrativa para llenar un permiso y dejar aJonathan ir a casa.

Estaba solo cuando Oscar apareci de pie en la entrada con las manoshundidas en los bolsillos, con rostro evidentemente apenado. ste ya se habacambiado el uniforme y vesta nuevamente la camisa de manga larga de loslunes, su corbata estaba simplemente colgada de su cuello sin anudar. El otromuchacho se dedic a ignorarlo.

Lo sientodijo con voz ronca cuando al fin habl y entr al consultorio,donde todo era blanco y ola a alcohol, cloro y muchos otros olores igual deextraos.

Lrgate!contest Jonathan sin mirarlo.

Vengo a disculparme, lo siento, est bien? volvi a decir Oscar conaquella voz lastimera que daba a entender que en verdad lo senta, pero elotro segua sin prestarle atencin.

Seamos amigos. Esto fue mi culpa, pero podemos ser amigos SoyOscarlo volvi a intentar con voz renovada extendindole la mano.

Jonathan se dio cuenta de que quiz no se ira hasta lograr unaconversacin. S que era una molestia.

Jonathandijo de mala gana y le agarr la mano que extenda con la

suya, que an tena restos de sangre. Crey que eso lo molestara y quiz se irapero no, ni siquiera lo incomod.

Se quedaron callados en un silencio extrao e incmodo, slo roto por elbullicio lejano de los otros chicos que seguan en la cancha de futbol.

Oye dijo Oscar interrumpiendo el silencio yo conozco un truco quevi en la tele para que te deje de sangrar la nariz.

Cul? dijo Jonathan levantando la cabeza, que ya empezaba adolerle.

Echa la cabeza para atrsle pidi con un ademn.Para qu?pregunt el otro a la defensiva.

Echas la cabeza para atrs y con el dedo ndice aplicas presin en lapunta de la nariz, es todole explic.

De acuerdoacept l, yo lo har.

Entonces hizo lo que le pidi, pero no funcion.

No sirve contest Jonathan con voz congestionada y regresbruscamente la cabeza hacia adelante.

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Porque lo haces mal le dijo Oscar. Se acerc y agarr la cabeza deJonathan con ambas manos, la ech hacia atrs y le puso el dedo en la puntade la nariz haciendo presin. Entonces se quedaron mirando cara a cara.

Jonathan haba visto infinidad de chicos rubios durante sus viajes con sus padresellos trabajaban de corresponsales en una cadena de televisin americana,por lo que haba visitado muchos pases, pero pens que ste que tenaenfrente era al ms distinto de todos aquellos. De pronto se sinti enrojecer alver los profundos ojos azules de Oscar rodeados por una fila de pestaas casitransparentes.

Sultame, maldito imbcil! Claro que no funciona porque me rompistealgo! se zaf Jonathan golpeando violentamente la mano de Oscar,logrando que este le golpeara la nariz y desencadenara nuevamente el

sangrado, y sali a grandes zancadas del consultorio.Espera, espera!fue el otro tras l.

Que me dejes en paz he dicho! le grit en camino a su saln paratomar sus cosas. Lo nico que quera era irse a casaY le llegar la factura atus padres!se detuvo a medio camino y le grit a Oscar, quien estaba de pieen el mismo lugar.

En ese momento Oscar se alter. l viva nicamente con su padre, unhombre muy estricto, y pensar que le llegara una factura por algo que l habahecho mal lo hizo estremecer.

Espera, espera! lleg corriendo a donde estaba Jonathan. Nopuedes hacer eso, porque fue un accidente y ya te dije que lo senta, porfavorle puso una mano en el hombro, a lo que Jonathan reaccionsacudindosela.

Claro que no fue un accidente, lo hiciste a propsito, querasgolpearme y ahora te burlas de m le dijo lentamente para que le quedaraclaro.

Tienes razn, no no fue un accidente, quera llamar tu atencin, pero

no me sali muy bien admiti Oscar y toda la extensin de su piel blancacomo la leche se torn roscea.

Y te sigues burlando de m! finaliz el otro sumamente molesto,creyendo firmemente que el chico rubio se estaba burlando de l de algunaforma.

Dramticamente irrumpi Jonathan a la oficina de administracindemandando que lo dejaran ir a casa. Al verlo, el subdirector no dud enhacerlo. Solo tuvo que firmar un papel que aseguraba que se senta terrible yentonces un prefecto lo acompa a la salida.

Afuera alz el brazo y detuvo al primer taxi que encontr. Adentro nodict la direccin de su casa, sino la de un pequeo centro comercial. Se dijo a

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s mismo que necesitaba despejar su mente antes de ir a casa y tener queexplicar lo que le haba pasado, adems ya no se vea tan mal. Se lo dijo y se lorepiti mentalmente mientras iba sentado en el asiento trasero. Al llegar al

centro comercial subi al segundo piso y entr a una librera que tena unacafetera, pidi caf negro y compr un libro que le pareci interesante.

A la hora de estar all, su libro ya iba a la mitad y su caf yaca fro yesttico sobre la mesa con an tres cuartas partes de su contenido. CuandoJonathan tena problemas existenciales ese era su mayor consuelo, caf y unlibro, y es que no hay nada mejor que eso.

Termin su libro en dos horas y sali de all, no sin antes terminar elrezagado caf de un solo sorbo. Recogi sus cosas del suelo y esta vez s sedirigi a casa.

Pero que te pas!? exclam Alicia, la madre de Jonathan, y corria tomar el rostro de su adorado y nico hijo con ambas manos.

Nada se apresur a decir Jonathan retirando las manos de sumadre con firmeza pero con dulzura para no herirla y momentneamente sepregunt si hara algo respecto a Oscar. Decidi que no, no lo metera en msproblemas. Fue durante la hora de ftboltermin por responder luego dever los ojos insistentes de su madre.

Ay, mi amor te llevar al mdico dijo ella ya buscando con lamirada dnde haba dejado su bolso.

l le insisti a su madre que no era necesario gastar en un mdico cuandol ya ni se senta adolorido. Ella, de muy mala gana, acept.

Jonathan corri a su habitacin antes de que su madre cambiara deopinin. All se deshizo de su camiseta de un movimiento rpido y la tir lejos,sta cay cerca del cesto de ropa sucia. Se quit el resto de la ropa y lacambi por unos pantalones de mezclilla ajustados de color negro y unaplayera de color blanco.

Despus sali de su habitacin para ir escaleras arriba, en donde seencontraba su padre en cama. Estaba all porque durante uno de sus viajes serompi una pierna, y ahora tena una incapacidad de un ao. Esa era la raznpor la que estaban en Mxico. De no ser as estaran en cualquier pas remoto.Sus padres amaban viajar, aunque eso a Jonathan le pareca un tanto tedioso.Secretamente se encontraba feliz de quedarse un ao entero en un solo sitio,claro que l habra preferido un lugar menos aburrido, no en donde estabaahora: un pequeo estado al sur de Mxico rodeado de cerros, mar a uno delos lados y muy pocos centros comerciales.

Pap dijo l con cierta cautela cuando abri la puerta de lahabitacin. Siempre que Jonathan hablaba con su padre, por la razn que

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fuera, lo haca en tono bajo y precavido, como si acabara de hacer algorealmente malo y mereciera ser reprendido severamente por ello.

Jonathan, pasa dijo el hombre que estaba recargado en lacabecera de la cama con el control remoto en direccin a la tele. Era decabello negro quebrado, alto y bien torneado a pesar de su edad, con narizrecta y un tanto ancha que iba perfectamente con el resto de su rostro.

Era muy parecido a su hijo, solo que Jonathan pareca una versin msdelgada y sofisticada de l, como si fuera la versin mejorada, el uno puntouno.

Cmo ests? quiso saber Jonathan con verdadero inters mientrasestaba de pie en la entrada con los hombros hundidos.

Estoy bien dijo el hombre y se revolvi en la cama para sentarsemejor. Creo que es una tontera que me hagan descansar un ao, apuestoque en seis meses podr volvercoment el hombre con su voz grave.

Eso a Jonathan no le gust nada. Porque simplemente no nos podemosquedar en un solo lugar? pens con amargura. Y es que ya lo habanintentado una vez, l se haba quedado en casa con su madre mientras supadre viajaba, pero se dio cuenta de que ella extraaba a su esposo ms queal sol. Nunca lo volvieron a intentar.

Los das de Jonathan en la escuela fueron extraamente calmados: sejuntaba con los chicos del primer curso durante el receso, en clase platicabaalegremente con todo aquel que quera saber ms sobre sus viajes y, cuandose supo que hablaba tanto ingls como francs, fue el alumno ms querido porlos dems chicos, pues precisamente esos eran los idiomas que se impartan enla clase de lengua extranjera. No me importa que sea por puro inters,mientras me traten bien se deca cada vez que lo buscaban para tutoras.

Para el mircoles el chico rubio estaba de vuelta en su clase dematemticas. Lleg minutos antes del toque del timbre y se sent en la primera

fila de sillas. Jonathan, que estaba justo al costado, se dedic a verlo ahurtadillas en lo que comenzaba la clase. Desgraciadamente para l, el rubiovolte y lo atrap. Humillado que lo hubieran pescado viendo a otro chicodesvi la mirada, pero Oscar lo atorment mirndolo un momento ms hastaque la clase comenz.

Al finalizar la clase, Jonathan tom sus cosas y sali a toda prisa de all, noquera encontrarse con Oscar. Ya le haban contado que era un brabucn,molestaba a quien quisiera hasta que se aburra. No es que creyera que no sepoda defender, solo quera evitar la fatiga de hacerlo.

Con un suspiro de victoria dobl un pasillo que lo llevara a su clasesiguiente cuando una mano se cerr sobre su camisa y lo jal.

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Hola amigodijo el hermoso rubio. Su voz amistosa contrastaba con susacciones.

Jonathan se qued un momento sin saber qu hacer, hasta que luego deun minuto se dio cuenta que lo sostena de la camisa, entonces se zaf.

No soy tu amigo!dijo y se puso a alisar su camisa.

Claro que lo somosrespondi indignado Oscar.

Y as los tratas? Rompindoles la nariz e interceptndolosviolentamente en el pasillo de la escuela?contest molesto.

En serio te la romp?pregunt el rubio sorprendido. Jonathan lo mircon ojos de rendija y neg lentamente con la cabeza, pero ya se encaminaba

de nuevo.Bueno, pues me suspendieron estos dos das por eso le inform

Oscar. Estars feliz.

Y no sabes cuntoel sarcasmo rondaba la voz de Jonathan.

Lo siento, ok? Suelo ser un poco brusco

No me digasJonathan destil sarcasmo por la voz como si fueraespuma mientras continuaba caminando con Oscar pisndole los talones.

Bueno, y qu quieres? se detuvo un tanto fastidiado en frente de lapuerta de su siguiente clase.

Ayuda.

Jonathan lo mir incrdulo. Cmo poda decirlo tan a la ligera?

De qu tipo?pregunt impaciente por librarse de l.

Del tipo acadmico. Esta maana cuando llegu a la escuela meenter que eres una clase de chico genio, que sabes hablar ingls y francs.

Jonathan empez a negar de inmediato.

Eres un interesado dijo volvindose y negando con la cabezamientras tomaba la perilla de la puerta del saln de clases.

Pero escuch que has ayudado a todas las chicas de tu clase defrancslo interrumpi.

Porque son chicasreplic el otro dndole la cara.

Y qu, yo no soy guapo? pregunt Oscar sin asomo de gracia.Jonathan retir la mirada de inmediato. Soy tan apuesto, que las chicas eincluso algunos chicos no pueden evitar mirarme como lo hacas t en la otra

clase

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Oscar ni haba terminado de hablar cuando Jonathan lo estrell contra lapared del pasillo. Algo en las palabras del otro muchacho lo haban hechoenfurecer de verdad. Lo estrell con toda su fuerza, tanto que Oscar solt su

mochila y emiti un bajo gemido de dolor.

Primera! dijo Jonathan sin siquiera tomarse la molestia de modularsu vozNo soy tu amigo! Segunda, no te ayudar en nada! Y tercera, aljatede m, maldito desviado!

Oscar no estaba acostumbrado a que lo tomaran por sorpresa, era lquien usualmente tomaba por sorpresa, el que normalmente golpeaba.Dispuesto a golpear a Jonathan, se reincorpor y alz el brazo. Cerr la manoen un puo, lista para destrozar todo a su paso, cuando una voz alta y molestahizo acto de presencia. Los dos jvenes se quedaron congelados, como el

cuadro de una pelcula a la que de pronto le han puesto pausa.

Basta!exclam el profesor de fsica. Aquel hombre era alto y fornido,de barba cerrada caf. Era un hombre bueno y tolerante, solo que odiaba quelos chicos se pelearan, odiaba el mal comportamiento sin justificacin, y parasus ojos este era uno de esos casos. Qu est pasando aqu!?

Por suerte para Oscar, el nico que se vea realmente comprometedorera Jonathan, que an tena la mano cerrada sobre su camisa y la mano atrspara soltarle un golpe en la cara.

El profesor se agach para ponerlos de pie a ambos de un tirn, como sifueran dos ligeras marionetas a las que les acaban de tirar de los hilos.

Cul es tu nombre completo? se dirigi a Jonathan y ste lerespondi, primero con su nombre y primer apellido, y ms tarde balbuce elsegundo. Haba olvidado que en Mxico se usan los dos.

Toma tus cosas y ve a la oficina principal. Esprame all le orden y encuanto Jonathan se hubo ido, mir a Oscar. Oscar empez con vozcansina, estoy harto de castigarte, pero creo que sta vez no tuviste nadaque ver Cierto? levant una ceja caf.

Cierto, profesordijo Oscar con voz convincente y asinti.

Pues vete antes de que cambie de opinin y te castigue tambin ledio una palmada en al hombro.

El joven rubio tom su mochila del suelo y sali corriendo de all.

Jonathan estaba afuera de la oficina del director, tumbado en una largafila de sillas. Las sillas de los chicos que esperaban recibir un castigo. Tena lacabeza agachada, las palmas de las manos sostenan su frente, y sus largosdedos jalaban sus cabellos negros hacia adelante como si intentara

arrancrselos.

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Al fin, luego de una larga y tediosa charla recibi su castigo. El fin desemana estara limpiando la escuela, pintando un par de paredes o pupitres,an no estaba seguro. Odio este pas y sus estpidos castigos iba pensando

de camino a casa.

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EL CASTIGO.Jonathan bostez mientras sujetaba torpemente una brocha y la pasaba

insistentemente por una seccin de pared que ya estaba arruinada por suspincelazos innecesarios. Un sbado por la maana no era un da para trabajar,pero en su caso, que estaba de castigo, no haba alternativa.

Al cabo de un momento se dio cuenta de que la pared ya estaba bien,para su criterio, y se dirigi a lavar la brocha y el balde donde haba estado lapintura caf. Lleg a los lavaderos, pero estos estaban cerrados. Con un suspirode molestia record fugazmente que el profesor que lo recibi esa maanahaba mencionado que los baos estaran cerrados pero que podra lavar las

cosas detrs de los salones. Entonces fue all.

Iba bostezando camino a donde estaba la llave del agua, dobl unaesquina y lleg, pero se detuvo en el acto cuando vio inclinado en la llave aOscar, quien beba agua. Aunque no se encontraba cerca estaba seguro deque era l, sus cabellos brillaban intensos bajo el sol de la maana. Dio mediavuelta en silencio y se alej lo ms rpido y cautelosamente que pudo, pero nofue suficiente.

Jonathan!exclam Oscar a modo de saludo y se acerc a l, su vozfue alegre y amigable.

Qu haces t aqu?pregunt el otro muchacho con brusquedad.Se supone que el castigado soy yo.

Ah s, bueno, pero me castigaron tambin, slo que por una razndistintaexplic Oscar pasndose el dorso de la mano de forma infantil por laboca para secarse el agua que haba estado bebiendo.

Jonathan se dedic a verlo con ojos de rendija y pas a un lado de l,para ir a donde se encontraba la llave. Oscar hizo caso omiso de eso y lo sigui.

Qu diablos quiere? pens con amargura Jonathan, que se mantena

inclinado lavando la brocha y todo lo dems. Cuando termin mir a Oscar.

Y me dirs por qu te castigaron? termin por preguntar Jonathanpara no ser grosero con el otro muchacho dicindole que se fuera.

Clarose alegr Oscar y comenz a narrarle su larga y tediosa historiade cmo lleg al castigo luego de haber salido bien librado de la vez anteriory fue asfinaliz.

Es un completo idiota se dijo Jonathan ladeando la cabeza mientrasambos estaban sentados en el suelo. Se haban tenido que sentar debido a que

la historia de Oscar se demoraba en llegar a su fin. En ese justo momento, Oscar

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comenz a contemplar al otro joven como si fuera alguien que le resultararealmente fascinante.

Tienes levant la mano y la llev al rostro esbelto de Jonathantienes estocon el pulgar le quit un rastro de pintura de la mejilla. Su bruscoarrastre lo dej del todo sonrojado O era por otro motivo?

Jonathan se puso de pie ms rpido que una persona que ha visto depronto un animal venenoso a su lado. Se posicion justo delante del otromuchacho, que segua en el suelo y lo miraba desde su perspectiva un tantointrigado.

No podr ser tu amigo o conversar contigo si continas haciendo eso mientras hablaba Jonathan meneaba la cabeza enrgicamente, aunque su

voz era calmada an.Hacer qu?pregunt Oscar y se puso de pie. Al hacerlo quedaron

ambos casi de la misma altura, solo que Jonathan era apenas unos centmetrosms alto.

La repentina cercana de ambos dej a Jonathan pasmado, hasta pudoorse a s mismo tragar con fuerza. El otro joven aprovech su aturdimiento.

Esto? dijo al tiempo que llev ambas manos al rostro del otro, quean con eso no se movi ni un centmetro. Ni siquiera l saba por qu no semova. O esto? y comenz a acercar su rostro al de Jonathan. Jonathan

casi poda ver la escena como si le estuviera pasando a alguien ms, alguienque no era l. Como si fueran los chicos gay de una buena pelcula extranjera,pero no, era l, con un muchacho a centmetros de su rostro, listo para darle unbeso. Jonathan estaba a segundos de no poder cambiar nada.

Oscar no lo vio venir, solo supo que lo haban golpeado cuando vio elrostro del otro desde el suelo. Se sinti mareado en ese momento pero aun coneso se reincorpor. Jonathan lo vea desde unos metros con rostro enfurecido ydecididamente preparado para propinarle un par de golpes ms de sernecesario.

No era necesario, solo tenas que apartarme! le espet Oscar desdedonde estaba.

Y t no tenas que hacer eso! le respondi con un grito al otroNosoy como t! No me gustan otros chicos!

Ah, no?pregunt Oscar y se acerc precavidamente pero de unamanera que lo haca parecer una pantera o un len, algo felino y peligroso.He visto como te sonrojas cuando estoy cerca de ti, como me miras Yquieres que te crea?

Jonathan se qued mudo en donde estaba.

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Mejor dime que no te gustan los rubios continu Oscar. En esemomento, en los ojos del otro muchacho se encendi algo y fue hasta donde lpara golpearlo. Por suerte ste lo previ y le respondi, y as comenzaron

atacndose el uno al otro. Vindolos desde no muy lejos parecan una peleacaricaturizada de un perro y un gato. Se revolvan en el suelo, uno intentandogolpear al otro como si fueran un remolino de cosas bizarras, pero, para malasuerte de Jonathan, Oscar era un chico de peleas frecuentes, por lo que luegode un momento de lucha estaba sobre l.

Jonathan se debata entre los brazos de Oscar para liberarse. En unprincipio quiz no quera pelea, pero esta vez en verdad quera deshacerse deeste chico. Cuando estaba a punto de zafarse apareci el prefecto de laescuela.

Casi teatralmente a ambos los echaron de la escuela, como si fueran unpar de revoltosos que sacan de un bar por haberse peleando, solo que elloseran un par chicos de diecisis aos a los que, luego de haber tenido unacharla larga y molesta con el director, les dieron otro fin de semana ms decastigo.

Imbcil, es tu culpa! le recrimin y le propin un empujn Oscar aJonathan mientras caminaban en la banqueta que rodeaba las instalacionesde la escuela.

Mi culpa?pregunt indignado el otro joven. El nico que tiene laculpa aqu eres t, por tu culpa tendr que perder otro fin de semana all seal detrs de l la escuela.

Despus de un rato ms de pelea verbal ambos tomaron sus rutas para ira casa.

El domingo que sigui al castigo no se hablaron, y tampoco lo hicierondurante la semana de escuela. Jonathan a toda costa se neg a cruzar unapalabra con el otro. Oscar, por su lado, se dijo a s mismo que no tena que ser el

que arreglara las cosas; si no le quera hablar, ya no haba nada que hacer.Aunque lo lamentaba.

El sbado siguiente, durante el castigo, se volvieron a encontrar. Paramala suerte de los dos, los pusieron en dueto, lo que les result incmodo paraambos. El profesor encargado ahora era el mismo que los haba castigado enprimer lugar, y crey que quiz se podran llevar bien si los pona juntos.

Jonathan y Oscar rodearon la escuela en busca de latas de refrescovacas. Este era uno de los castigos ms populares de todos, recolectar PET uotros materiales reciclables, y ms tarde el dinero recaudado era utilizado para

comprar inmobiliario escolar.

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All hay una Oscar seal al lado izquierdo, indicndole a Jonathan,el otro hizo caso y recogi la lata depositndola despus en el contenedor queambos sostenan. Cuando se hablaban lo hacan como robots, tomando en

cuenta slo lo necesario.

Y as continuaron hasta que Jonathan se dej caer debajo de un granrbol.

No hemos terminado le record Oscar mirndolo desde dondeestaba de pie con un contenedor de plstico lleno de latas que tena en lamano.

No pienso seguir respondi Jonathan entrecerrando un ojo por laclaridad, mientras miraba a Oscar hacia arriba.

Ests cansado? pregunt Oscar y en el mismo momento se dejcaer al lado del otro muchacho. Jonathan reaccion arrimndose unoscentmetros. Oscar lo not, por supuesto. Gru para sus adentros pero no dijonada; y tampoco obtuvo respuesta a su pregunta.

Si nos quedamos aqu comenz a hablar Oscar sin mirar al otro, noquera ver que expresin tenanos vern y dirn que nos estamos evadiendodel trabajo. Conozco un lugar en donde no nos vern si descansamos laltima parte la dijo con un tono ms bajo. Una parte de l esperaba queJonathan no lo hubiera escuchado. Pero lo hizo y se tens al instante. No quera

saber nada de estar a solas con otro muchacho.No quiero irrespondi Jonathan unos minutos ms tarde, con una voz

apenas audible.

Est bienOscar se puso de pie de un brinco. Yo s ir y se pusoen marcha. Camin deliberadamente lento, como esperando que de prontoJonathan cambiara de opinin y se le uniera. Pero la nica vez que volte elotro segua perfectamente cmodo debajo de la sombra del rbol.

Oscar desapareci de la vista de Jonathan cuando dobl a la izquierda yse perdi detrs de la esquina de un saln.

La curiosidad de Jonathan, con algn otro factor, hizo que se levantara ysiguiera los pasos de Oscar. Slo ver a dnde se fue, se dijo mientrascaminaba hacia el saln donde Oscar haba desaparecido. Ni siquiera creoque haya sido cierto eso que dijo iba pensando al momento de doblar en laesquina de aquel saln.

De alguna forma en menos de un segundo, Jonathan se encontr contrala pared exterior del saln sentado en una pequea bardilla saliente. Oscar nose haba ido, se haba quedado all, esperando, seguro de que l vendra, y lohaba hecho. En cuanto hubo dado la vuelta lo tom por la camisa y lo puso de

espaldas a la pared, y ahora se encontraba encima de l, besndolo,besndolo en verdad.

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El cerebro de Jonathan se negaba a procesar que tena la boca del otromuchacho en la suya, pero as era. Oscar lo besaba acaloradamente ymientras lo haca tena su nuca firmemente agarrada con sus dedos enterrados

entre su cabello. Con su lengua se dedic a separarle los labios a Jonathan.ste, como un mueco de trapo, pasmado y con los ojos abiertosdesmesuradamente, hizo caso, y hasta cierto punto particip. Pero en algnmomento aquello se sinti demasiado bien, entonces Jonathan separ de unempujn a Oscar, que estaba perdido en sus labios.

Se quedaron mirando de pronto, como dos personas que se dan cuentade que no estn en el mismo lugar que hace cinco minutos, que fuerontrasportados a un paraje remoto y extrao. Quiz para ellos de alguna formaera as.

Despus de fulminarse con la mirada, cada uno a su manera, el primeroen hablar fue Oscar, que an tena toda la extensin de su piel blanca rojacomo un tomate. Era extrao verlo as, con su cabello rubio plateadoaureolndolo salvajemente y sus mejillas todas encendidas.

Lo siento no quise asustarte dijo con sus manos al frente extendidascomo quien teme un ataque o una muy mala reaccin.

Por qu lo hiciste?fue todo lo que sali de la consternada boca deJonathan.

Porque me gustas, me gustas en verdad yo yo intentacercarse un paso pero decidi no hacerlo al ver la mirada asesina del otro.

No lo vuelvas a hacer!tembl JonathanEso no est bien! No estbien porque ambos somos chicos y te he dicho que no me gustan otros chicos!

Jonathan, baja la voz! lo reprendi con un murmullo el otro. Nohay necesidad de ocultar que te gustan los chicos, eso est bien, yo soy comot, soy

No! lo interrumpi Jonathan con un grito, incapaz de poderescuchar aquella palabra. No lo digas, no soy como t, no soy como t

estaba a punto de ponerse a llorar, las lgrimas lo amenazaban y eran mspoderosas que l, ganaran

Chicos, todo bien? interrumpi una voz adulta que acababa desalir del costado del salnHan terminado con la recolecta?

Sdijo Oscar con voz segura y dio un paso para cubrir a Jonathan dela vista del profesor, que los miraba con curiosidad.

Entonces vamosdijo, para que pase lista y se puedan ir a casa.

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La puerta de la habitacin de Jonathan se encontraba con los segurospuestos. Si su padre no se encontrara lesionado se habra tomado la molestia deponer alguna otra cosa extra en la puerta, para que l no viniera a buscarlo. En

cambio, para su madre eran igual dos pequeos cerrojos que muchos ms,Jonathan igual no saldra de all.

Su madre ya haba intentado conversar con l a travs de la puerta perono dio resultado, l era una figura sombra en una de las esquinas de lahabitacin. No haba salido de all desde el sbado que lleg de la escuelasumamente abrumado y no queriendo hablar con nadie. Ahora era domingopor la tarde, pero eso a Jonathan lo tena sin cuidado.

Solo poda pensar en una cosa: el beso. Aquel pequeo e inocente besolo haba vuelto loco, era en lo nico que pensaba desde entonces. Se dijo una

y otra vez que haba sido el evento ms traumtico de su vida, que fue casi unabuso sexual; pero si as haba sido y haba sido malo, horrible!, por qu serepeta en su mente? Una y otra vez tena a Oscar besando sus labios.Recordaba perfectamente la manera en que sus labios tocaron los suyos, laforma en que enterraba sus dedos en su cabello mientras lo haca, cuando sulengua invadi su boca el sabor de sus labios y de pronto lo supo.Le habagustado lo haba disfrutado, de hecho. Si est mal por qu se siente tanbien?. Esa era la pregunta que rondaba su cabeza.

Fue entonces que llor, de rabia, enojo, tristeza y temor. Qu pasara

con l de a partir en adelante? Qu diran sus padres cuando se enteraranque le gustaban los chicos? Un chico en realidad.

Despus de haber llorado toda la tarde, se dej caer en el suelo de lahabitacin, sintindose dbil y enfermo. Solo una cosa segua firme en sumente, aunque l tratara de borrarla permanentemente. El recuerdo de Oscar,de pie, la primera vez que lo vio. Entonces reconoci por completo aquello quesinti esa vez, le haba gustado, desde el inicio All de pie, alto, de cabellorubio hasta lo imposible, con esos ojos de un azul glacial hermoso

Le gustaba y ya no haba vuelta atrs.

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SENTIMIENTOS EMERGENTESTanto haba deseado estar enfermo para faltar el lunes a la escuela que

finalmente, cuando el lunes lleg, estaba realmente enfermo. Su piel arda,senta su cabeza como un tanque de gas sobrecargado a punto de explotar ytena la frente perlada de sudor. La madre de Jonathan haba revoloteadoalrededor de la cama de su hijo ansiosamente.

Jonymi amor, cmo te sientes? pregunt ella por ensima vez. Sihubiera podido escuchar lo que su hijo pensaba, se habra enterado que lonico que podra hacerlo sentir mejor era que ella se fuera.

Mamla voz de Jonathan era lastimera. Tengo sed aquello lodijo para que su madre se fuera y lo dejara aunque sea un minuto a solas, unminuto en el cual tendra que enfrentarse a sus demonios internos.

La mujer sali disparada a la cocina, feliz de poder complacer aJonathan en algo. Cuando se qued a solas, se mordi la lengua hasta que elsabor metlico inund su boca, quera provocarse dolor, algo ms eficiente queun simple dolor de cabeza, algo que lo despejara de todos esos sentimientosque de pronto salan a la superficie.

Record todas esas veces en que la compaa de los chicos era ms

emocionante que la de las chicas. Record tambin el momento en que sunovia inglesa termin con l porqu dijo que no se le notaba interesado en larelacin. Not muchas cosas que quiz sin ese beso nunca las hubieraadvertido.

De pronto la puerta se estrell contra la pared, l volte exaltado. Desdeel da del beso esperaba a que alguien entrara a su cuarto y le dijera quemereca ser castigado porque haba hecho algo muy malo, pero simplementese trataba de su padre, que con una muleta se arrastr hasta all y habindoseapoyado en la puerta hizo mucho ruido.

Jonathan, mi muchacho! Qu haces all acostado? Que unpequeo resfriado no te venza! Cmo planeas ser mochilero si no resistes unresfriado? y caminando con dificultad se sent en el borde de la cama yplane el hombro de su hijo.

Jonathan se limit a fulminarlo con la mirada. Lo ltimo que l quera eraser un mugroso mochilero. Odiaba que su padre se hiciera falsas ilusiones con l,que quisiera cumplir sus sueos frustrados en l.

Mira a tu padre, aun con una pierna rota no est fuera de combate!continu el hombre golpeando su pierna herida con la muleta.

No hagas esolo rega Jonathan con voz suave tomando sumano.

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Se quedaron un momento ms en silencio, en el que Jonathan todo loque quera era que su padre se fuera.

Bueno, hijo, espero que maana ests listo para la escuela comentsu padre golpendolo en el hombro con ms fuerza de la necesaria y semarch de all. Ni bien sali entr nuevamente su madre con un gran vaso conagua, l lo tomo rpidamente y esper a que ella se fuera. Cuando por fin lohizo, suspir de alivio.

Cuando Jonathan abri los ojos, su visin an era borrosa en los bordes,pero pudo ver algo, blanco y plateado, que se mova desde la puerta hasta sulecho. De pronto sinti una fresca mano en su frente que le mova los cabellos

negros a un lado. Se revolvi entre la delgada sbana de color blanco e hizo unruidito. Aquella fresca mano, que se senta como la sombra de un rbol enmitad del desierto, resbal por su rostro hasta su mejilla donde se qued. Elpulgar rozaba insistentemente su mejilla acalenturada. Jonathan puso su manoencima y entrelaz los dedos, la otra mano se ajust.

Me gusta tu cabello negrodijo Oscar que estaba sentado en el bordede la cama.

Al tiempo en que terminaba de or eso, Jonathan se levant disparado dela cama y vio, con ojos desmesuradamente abiertos, a Oscar. Pero el hecho de

que se levantara tan repentinamente le produjo vrtigo y sinti que todas lasparedes se le venan encima. Como pudo corri al bao de su habitacin ycerr la puerta tras l. All meti la cabeza en el inodoro y vomit lo poco quehaba comido.

Jonathan, ests bien? Oscar toc la puerta del bao con losnudillos. Su voz era de verdadera preocupacin.

Pero no hubo contestacin en absoluto, hasta que despus de variosminutos sali un plido Jonathan, oliendo intensamente a dentfrico de menta.

Estoy bien dijo y mir de reojo a Oscar mientras iba de vuelta a la

cama.

S, eso fue mi culpa. Lo sientocomenz Oscar.

Nolo silenci el otro, es solo que no me siento bien pero aquelloera mentira, de alguna forma s haba sido el causante. Al mirarlo su estmagodaba un vuelco extrao.

Se quedaron los dos callados mirndose en un silencio incmodo.

A qu has venido?la voz de Jonathan sali hasta brusca, cosa quel no quera.

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Tu tarea dijo Oscar descolgndose la mochila y sac una carpetacolor paja. Se la acerc al otro y ste la tomo con cara de poco amigos.

Gracias, genio, ahora tendr que hacerla dijo Jonathan con vozamarga.

Fue una excusa dijo Oscar y deliberadamente se dej caer en lacama haciendo que Jonathan brincara. Quera ver como estabas.

Soy tan afortunado de tener un amigo tan atento Jonathan seguacon voz amarga y en plan sarcstico.

Sabes que tengo mis motivosle dijo sin mirarlo.

Cul sern esos?entorn los ojos.

Bueno, se ve que no me quieres aqu, as quese incorpor de lacamame ir camin rpidamente hacia la puerta, que estaba cerrada, ycuando tom la perilla se detuvo ya que Jonathan lo llam.

Gracias

Oscar estaba a punto de decir que no haba sido nada, que solo le habasacado copias a su cuaderno.

Por venirfinaliz Jonathan con voz baja y casi inaudible, con unapequea sonrisa.

Y fue ms que suficiente para que regresara a donde l estaba. De unasola zancada cruz la habitacin, le puso una mano en el hombro, bes sumejilla y luego se fue.

Jonathan se dej caer de vuelta a la cama, como si Oscar lo hubieraempujado. Se cubri con la sbana y se sinti enrojecer an ms. Estaba tanfeliz y completo en ese momento, tanto que se pregunt cundo fue la ltimavez que se sinti igual, ni cuando bes por primera vez a una chica, ni ningunade las otras experiencias que tuvo antes con alguna chica. Era porque quien lobes era un chico, y no cualquier chico sino uno hermoso, Oscar

Pensando y pensando se dio cuenta que l era lo que era y no podracambiarlo, ese sentimiento de sentir atractivos a los chicos all estaba e iba estarsiempre, fuerte y profundo por ms que intentara erradicarlo; y ahora no solo losaba, sino que all estaba Oscar para confirmar todo aquello.

Es tan vergonzoso se dijo all debajo de la sbana. Pero mis padresno se tienen que enterar y Oscar puede ser solo mi amigo. Intent que todoeso quedara bien claro incluso para l, pero una parte de su mente salt: Aquin engao? Me gusta, me gusta mucho. Eso era una clara seal.

Entonces, habiendo aplacado a sus demonios internos y todas esassombras profundas, pudo dormir un rato ms. Durmi plcidamente, en la tarde

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comi, luego mir un poco de televisin, cen, y durmi inquieto por asistir alda siguiente.

Se encontraba en la segunda clase, a pocos minutos de salir al receso.An no se estaba bien del todo, segua un poco acalenturado, pero aunque sumadre lo not no quiso faltar e insisti en ir hasta que lo logr. Ahora esapequea fiebre volva, pero an no era insoportable.

Cuando el timbre son, fuerte y molesto, todos saltaron de su pupitre. Elprofesor no dijo nada, con un gesto de la mano los dej salir. Ese era un buenmaestro, no los haca esperar nada, pens Jonathan y se ech a correr a lacafetera. All compr comida para l y busc con la mirada, como si se tratase

de un aparato de rastreo, a Oscar, pero no estaba all. Se qued de pie alldonde estaba, en medio de un gento de alumnos desesperados por conseguirel desayuno y record que en algunas ocasiones lo haba visto a l con susamigos detrs de los salones. Fue hacia all deseando que estuviera solo, porsuerte s lo estaba.

Se acerc con cuidado y se dej caer a su lado. Oscar estabaterminando el desayuno, luego tom el refresco que se encontraba a su lado yse termin el poco contenido, entonces le dedic toda su atencin a Jonathan.

Estos se miraron un momento a los ojos.

Entonces qu seremos tu y yo? se atrevi a preguntar Jonathanluego de meditarlo mucho.

Lo que t quieras Oscar repentinamente se vea ms rubio, msradiante, ms feliz que hace solo minutos.

Los ojos de Jonathan se oscurecieron.

Ese es el problema, yo no s qu

Entonces Oscar se puso a pensar mientras lo miraba con verdaderointers. Jonathan se pregunt si lo haca simplemente para molestarlo.

Ya veo, te lo dir yo, quiero que seas mi novio Te parece?

La palabra novio golpe a Jonathan como un yunque. Casi poda sentirel dolor en el pecho, su garganta cerrada y sus ojos hmedos, esa era una granpalabra.

Ests seguro que esa es la palabra correcta? pregunt con la vozquebrada, porque en la cabeza de Jonathan, en la que no existan gays, esapalabra era nicamente aplicable para un hombre y una mujer.

No importa que seamos gays, esa palabra es correcta para nosotros

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Las palabras de Oscar casi provocaron un llanto desenfrenado enJonathan. l an no podra recibir estos sentimientos a manos abiertas, y noesperaba que el resto de las personas lo hicieran. Crea que si se etiquetaba a s

mismo como gay entonces el resto de las personas podran etiquetarlo de milmaneras distintas y feas derivadas de esa simple palabra de tres letras.

Oh, lo siento Oscar se dio cuenta de que la mano del otro temblabaligeramente y del gran esfuerzo que haca para contener las lgrimas. Creque ya lo sabas, cre que ya lo habas aceptado

Nolo interrumpi. No lo saba, no me daba cuenta, estaba todoall, y an no lo saba, pero ahora lo s...y se le derramaron un par de lgrimasque se sec rpidamente con el pliegue del codo.

Lo siento Oscar palme su espalda. Es difcil, lo s Si quierespuedes hablar con el psiclogo de la escuela, l es de mucha ayuda.

Quieres decir que alguien lo sabe? lo interrumpi el otrorepentinamente alteradoOtras personas saben que eres gay?

Estaba tan impresionado que hasta us aquella palabra a la que solarehuirle.

S, pero solo l lo sabe, y no se lo dir a nadie.

Ests seguro? pregunt y el otro asinti. Tal vez intente ir a verlo

luegodijo de mala gana meneando a cabeza.Y se quedaron durante todo el receso conversando, Jonathan

mayormente comiendo y escuchando. Platicaron tanto que incluso el timbreson de vuelta pero ni eso los distrajo. Finalmente decidieron ponerse de pie e ira sus salones.

Iban caminando lado a lado sin decirse una sola palabra. Cuandopasaron enfrente de los baos de la escuela, Oscar tom la mano de Jonathany lo meti all; atolondrado, el otro obedeci. En menos de un minuto yaestaban encerrados en un cubculo. Oscar lo miraba atentamente, con esos

ojos de glacial, pero ahora ms clido.Lo tena contra la pared del bao con un brazo a cada lado, y antes de

acercrsele ms lo mir divertido, seguramente le causaba gracia las grandeschapas rojas en el rostro del otro, y comenz a besarlo, primero despacio y mstarde intensific el beso. Con ambas manos lo sujetaba mientras lo haca.Jonathan abri la boca para dejar a su nuevo novio hacer lo que quisiera,encantado el otro lo invadi con la lengua y se separ slo para respirar.

Ambos se miraban respirando agitadamente cuando escucharon pasosafuera. Jonathan puso un rostro de terror pero Oscar mantuvo la calma, o por lo

menos lo disimul muy bien, e inmediatamente se subi al inodoro. Permaneciall en cuclillas hasta que el chico del otro cubculo se fue, entonces baj las

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piernas y se qued sentado normalmente sobre la tapa del retrete. Estaba apunto de soltarse a rer por la expresin en la cara de Jonathan, pero secontuvo.

Cuando este se calm, Oscar lo invit a que se subiera a su regazo. Estavez sin inhibiciones Jonathan acept, se subi sobre l, y ahora l era quienllevaba el control. Amaba ese cabello tan rubio de Oscar as que se dedic aenrollarlo en sus dedos mientras lo besaba sin control.

Inesperadamente Oscar se ri. Una risa vibrante que entr en la boca deJonathan, quien estaba sobre l.

Qu? se apart para verlo pero sin retirar las manos del cuelloblanco de Oscar.

Nadaes solo que me gustas muchosonri con verdadera alegra.

Eso es bueno acept Jonathan sintiendo que su corazn golpeabacon violencia sus costillas. Pero debemos irnos el otro puso mala cara perose dio cuenta que era cierto. Entonces salieron de all, todos acalorados, por loque se pusieron presentables antes de ir a sus clases.

Jonathan estaba sentado en la silla de su escritorio, rebuscando en sumochila los apuntes de la escuela. Al fin, luego de mucho, los encontr todos

garabateados en su cuaderno cuadriculado. Se oblig a tomar un lpiz e iniciarcon las ecuaciones que tendra que entregar para el da siguiente en laescuela, pero por ms que se enterr los dedos en la cabeza con su codo sobresu escritorio, pensando, no pudo avanzar nada. De pronto esos garabatoscarecan totalmente de importancia y hasta le parecieron desconocidos, erantan complicados como jeroglficos mesopotmicos Desvi la mirada y viodebajo de su cama una carpeta de color paja de la que se asomaba por elborde una hoja griscea. Se inclin de su asiento y la tom. Era la carpeta queOscar le haba trado justo el da anterior. Sonri de oreja a oreja cuandodescubri su contenido, eran copias de un cuaderno, pero no cualquier

cuaderno, eran del de Oscar. Su letra no era la ms hermosa que l hubieravisto, pero le parecieron bastante bonitas, eran torcidas pero de cierto modoamables y comprensibles del todo, como un ro apenas profundo del cual sepude ver el colorido mosaico del fondo.

Cuando comenz a leerlas se dio cuenta de que lo que dijo el otromuchacho era verdad. Esta tarea era para unos das venideros, as que nohaba necesidad de que las llevara. Al terminar de leer se encontr con que enla parte de atrs de una de las hojas, en la esquina, haba escrito algo.

Espero que ests bien y con una pequea lnea estaba firmado como

Oscar.

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Jonathan sinti entonces un sentimiento tan grande que no pudocontenerlo en el pecho, lo senta en todas partes de su cuerpo, desde laspiernas hasta la garganta. Aquel chico si deba quererlo, no era solo algo fsico,

aquello lo haba escrito antes de lo que hicieron esa maana en los baos,cuando an no tena la certeza de ser correspondido. Cerr con fuerza los ojoscon el papel en la mano y lo nico que consigui fueron unas diminutaslgrimas en sus mejillas sonrojadas. Se senta tan extrao sentir todo eso por unchico.

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JONATHAN Y OSCARHaban estado saliendo las ltimas tres semanas, encontrando

gratamente que ambos tenan muchas cosas en comn. Les gustaban lasmismas pelculas, los mismos videojuegos, libros y hasta algunas comidas, pero loque ms les gustaba era estar el uno con el otro, aunque claro que ambostenan su propio grupo de amigos. Oscar sola juntarse con los chicos popularesde la escuela y Jonathan por su lado prefera estar con los muchachos delsemestre inferior.

Todos los recesos, en el desayuno, se sentaban en mesas distintas, paraguardar las apariencias, pero se vean casual y disimuladamente entre clase y

clase y muy pocas veces en la cafetera. En la escuela algunos saban que ellosse conocan y se hablaban, otros pensaron que se cayeron muy bien y querpidamente se hicieron buenos amigos como siempre suele pasar. Nadie sabarealmente que pasaba entre ellos, y tampoco pretendan decirle a nadie.

Se apoyaban mutuamente tambin. Jonathan ayud a Oscar con elramo de lenguas extranjeras hasta que logr aprobar y Oscar ayud su novio apasar educacin fsica, que era obligatorio cursar a menos que tuvieras algnimpedimento.

Ahora se encontraban sentados en la parte de atrs de los salones, uno al

lado del otro y el costado de sus manos se tocaban ligeramente.

Oscar llam quedamente Jonathan. El otro volte y lo mirpreocupado por el modo en que lo nombrEs legal ser gay en Mxico? haca unos pocos das que ya no se notaba tan renuente a decir la palabra.

Oscar lo mir alarmado, preguntndose qu clase de pregunta era esa.

Claro que lo esle contest con brusquedad, pero luego se molestconsigo mismo por haberlo hecho. El rostro de Jonathan denotaba que era unapregunta sincera, l haba viajado de pas en pas toda su vida y nunca se

quedaba demasiado tiempo en algn lugar para aprender todas sus leyes. Erala primera vez que estaba en Mxico por ms de algunos das, Oscar lo saba.Es decir, s lo es Por qu no debera serlo?

Era solo curiosidadcontinu Jonathan con su voz suave.

Oscar se dio cuenta que su novio ocultaba el rostro.

Es eso cierto? O es por otra cosa?increp.

Levanto la mirada y se la dedico a l.

Entonces por qu no solamente nos tomamos la mano en pblico, lejos

de la escuela quiero decir.

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Porquese puso a pensar y se acomod en el suelo porque haygente que an tiene la mente muy estrechaMirale dijo, te contar algo.Cuando estaba en la secundaria, haba un chico gay, pero no era como t o

como yo, era un chico afeminado. Todos en la escuela lo conocan y seburlaban de l. En el invierno traa suteres de chica, su mochila era un bolsolleno de estampas de flores agit la cabeza como si el recuerdo loabrumara. Y haba otro chico, este chico era popular, todas las chicas moranpor l. Un da se enter de que este chico gay le dijo a todo el mundo que legustaba. El otro, enojado y humillado, temiendo que los dems pudieran pensarmal de l, lo esper afuera de la escuela para golpearlo y ambos se pelearon.El chico gay se defendi muy bien, tuvieron una muy buena pelea. Ambosterminaron realmente lastimados, pero no solo pas eso, tambin los expulsaronde la escuela. Fue horrible, fue de lo nico que se habl durante mucho tiempo.

Jonathan mir a un lado y luego al otro y cuando se dio cuenta de queno haba nadie se abalanz a envolverlo en sus largos brazos.

Entiendopero yo no quera decir que quiero que alguien adems denosotros lo sepa Era solo curiosidad, no estoy demente ni desesperado porllamar la atencin.

Y Oscar sonri aliviado, pero no dijo nada, solo se dedic a ver aJonathan.

Y vali la pena?quiso saber Jonathan luego de un rato.

Qu?se extra Oscar.

La golpiza. Era guapo el muchacho popular?

Jodidamente guaporespondi y se le escaparon risas incontrolables.Jonathan en el mismo momento se dobl de la risa hacindole eco. Rieron pormucho tiempo hasta que el estmago les doli.

Cuntamecoment Oscar cuando ya estaban coherentes otravez, pero sin un pequeo atisbo de la risa de hace un momento Te hapasado algo parecido, algo que?

Jonathan asinti sin siguiera dejar que el otro terminara.

Ssu voz era un repentino murmullo. Visit, en uno de los viajes demis padres, Arabia sauditatrag audiblemente. Es un lugar terrible parapersonas como nosotros.

Oscar instintivamente se le acerc y cubri su mano con la suya.

Acababa de llegar al hotel, no era el hotel de cinco estrellas que nosprometieron se detuvo un momento hurgando en su recuerdo lejano,mientras Oscar trataba de implementar todo su conocimiento geogrfico para

recordar en donde quedaba ese lugar, pero no lo record, solo supuso que porel nombre que deba ser un lugar caluroso y desrtico.

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No les gustan los reporteros ni los extranjeros en sus disturbios. Mi padreera uno de esos reporteros y justamente americano continu. Al llegar,pasaron en frente de nosotros unos hombres siendo perseguidos. Mi padre

pregunt qu haban hecho para que los estuvieran persiguiendo de esa formay el traductor nos dijo que esa era la polica religiosa, y que ellos eran gays. Esoestaba prohibido. Los alcanzaron y golpearon con mazos, y cada vez quetrataban de levantarse los golpeaban y arrastraban. Iban a llevarlos a prisinpor ser parejase le rompi la voz. Yo solo tena trece aosOscar hizoademn de querer abrazarlo pero Jonathan lo rechaz ya que unasmuchachas transitaban por all.

Puedes creerlo? pregunt enojado. Solo por ser pareja sacudila cabeza con pesar.

Oh Jony susurr Oscar, que desde haca una semana que lollamaba as.

Creo que es desde ese momento que lo reprimo todo lo mir con losojos cristalizados. Lo asoci con algo malo, es por eso que no poda aceptarlocontinu Jonathan.

Puedes ahora?apret ms su mano.

Jonathan lo mir con una ligera sonrisa.

Creo que s Puedo aceptarlo, pero an no se lo dir a mis padres.

Jonathan entr corriendo a su casa, esperando que su madre estuvieraall, por suerte s lo estaba.

Ir a casa de un amigo a jugar videojuegos le solt de inmediato nibien la vio.

Me ests avisando?pregunt indignada su madre. Jonathan sonriun tanto avergonzado.

Lo siento, mam. Puedo ir a jugar videojuegos a casa de un amigo?reformul sus palabras logrando que ella sonriera complacida.

Claro que puedes, pero por qu tanta prisa? pregunt elladetenindolo en el camino. Tena en la mano una cuchara llena de algocaldoso. En su estada en Mxico toda su familia jugara el rol que se suponatenan las familias normales. Fugazmente Jonathan se pregunt qu cosatendra que cenar.

l est esperando afuera le inform sealando con el dedo pulgar lapuerta.

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Entonces haz que pase, hasta se puede quedar a comer con nosotros,y si mal no recuerdo t tienes una consola nueva que tu padre te dio en tucumpleaos.

Jonathan se sinti enrojecer con tan solo pensar en tener a Oscar en lamisma mesa que sus padres y l.

En realidad, mam, comimos antes de salir de la escuela y l tiene unjuego que yo no tengo as queya comenzaba a irse.

De acuerdodijo ella de mala gana y se encamin a la ventanapara ver a su hijo marcharse. Lo vio a lado del chico rubio que en una ocasinle llev la tarea, pero no los vio tomarse la mano ni mirarse con amor, encambio los vio empujndose el uno al otro en el camino.

Sonri ajena a todo.

Para llegar a la casa de Oscar era necesario un solo autobs y quinceminutos. Bajaron entonces del autobs y caminaron lado a lado.

Mi casa no es tan cara como la tuya le advirti Oscar a Jonathancuando estuvieron en la puerta.

Eso no me importa.

Y pasaron. Efectivamente, la casa era pequea, pero Jonathan se dijoque era acogedora. Tena una pequea salita en un lado y una cocina anms pequea al otro lado, todo pintado de azul claro.

Me gusta dijo como cumplido ya que era la primera vez que lestaba allDnde est tu familia?reaccion despus.

Solo vivo con mi padre.

Y dnde est l?

Oscar miro su eterno reloj de correas de cuero caf que contrastaba consu plida mueca.

Hoy es lunes, l llega a las siete de la noche. Ahora son las tres, esoquiere decir que tenemos cuatro horas para hacer lo que queramos sonri yno pudo evitar ponerse rojo en sus mejillas al ver el rostro de su novio. l no habaquerido decir nada inadecuado, sin embargo Jonathan lo malinterpret.

Sacudi la cabeza con verdadera gracia y le plant un beso en la mejillaa Jonathan, que se encontraba inmvil. El beso lo relaj.

Vamos, vamos a buscar algo para comerle palme el hombro.

En la cocina estaban los dos inclinados en el refrigerador. Se miraronatentamente el uno al otro al darse cuenta de que no haba nada preparado.

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Supongo que no sabes cocinardijo Jonathan divertido mientras la luzblanca de refrigerador les iluminaba el rostro.

Y t tampocoaventur el otro.Jonathan entrecerr los ojos.

No a menos que sean sndwichesse ri.

Diablos, muero de hambrese quej Oscar.

Jonathan se reincorpor.

Pedir una pizza.

No quiero que gastes tu dinerose levant Oscar.

No es nada.

Y con su telfono celular pegado a la oreja se fue a sentar en el silln dela pequea salita. Oscar lo sigui y se dej caer a su lado mientras este le decaal sujeto del otro lado de la lnea el sabor y luego le extendi el celular a Oscarpara indicar la direccin.

Guard el celular y miro a Oscar. Este no le dijo nada, solo llev sus manosa su cara, y la acarici por un momento de arriba abajo, feliz de estarsimplemente ellos dos, y luego se acerc para besarlo. Se besaron con lentitud,ligeramente y con cuidado, no queriendo estropear el momento.

Me encanta que hagas esogimi entre dientes Jonathan cuandoel otro intensific su beso.

Esto? y lo empuj ligeramente. Jonathan no se resisti y recosttoda la espalda en el largo sof, Oscar aprovech para subirse sobre l y allcontinu el beso, que an segua siendo bsicamente solo eso.

S

Despus de un rato haban intercambiado lugares, ahora era Jonathan elque llevaba el control sobre Oscar. Mientras lo besaba no poda evitar enredarsu mano en el cabello rubio plateado del otro, que secretamente amaba.

An ensimismados uno en la boca del otro fueron interrumpidos con untoque en la puerta. Decepcionado, Jonathan se desplomo en el pecho anvestido de Oscar.

Maldito inoportunogru Jonathan y se dej caer.

Cuando fue abrir la puerta de la casa de su novio recibi la pizza quehaban pedido haca solo diez minutos. El hombre joven vestido de rojo lo mirocon cierta gracia pues tena todo su cabello negro enmaraado, sus mejillas

encendidas y su ropa arrugada.

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Sonri, pero Jonathan lo fulmin con la mirada y le dio el dinero justovolviendo a cerrar la puerta con demasiada rapidez.

Comieron la pizza, cada uno ingiriendo cinco rebanadas, luegocompitieron para ver quin poda beber ms rpido un vaso de Coca-Cola y alfinal Oscar sugiri ir a su habitacin. Con un vuelco del corazn Jonathanacept.

Su habitacin estaba el final de un pasillo luego de abandonar la sala.

Enciende la televisin o haz lo que quieras dijo despreocupadamenteOscar cuando ya estaban en su habitacin, que era dos colores, azul y azulmarino en una franja baja. Desapareci en una pequea puerta que le parecia Jonathan un bao, pero no la cerr detrs de l. Entonces Jonathan sinti la

fiera necesidad de echar un vistazo, pero ni siquiera lo haba decidido cuandosus pies lo llevaron al marco de la puerta, en donde Oscar estaba quitndose lacamisa blanca de la escuela. La respiracin de Jonathan se cort por unmomento solo para regresar con ms fuerza cuando vio la plida y apenasmusculosa espalda del otro. Con un trabajo monumental de esfuerzo logro salirde all, para irse a botar en la cama, el nico lugar en la pequea habitacinpara sentarse.

Luego de unos minutos ms apareci Oscar con ropas distintas, y seacost junto a Jonathan.

Estas hiperventilandose burl mientras se acurrucaba en su costado ybesaba ligeramente su cuello.

No es nadatembl Jonathan al sentir los labios del otro sobre supiel.

Y por alguna extraa razn Oscar cay dormido. All como estaba, pensJonathan que podra ser la cosa ms bella que hubiera visto, tan indefenso yrelajado entre sus brazos. Mientras dorma se dedic a jugar con su cabello.

Al cabo de los minutos Oscar gru.

Ya s que te gusta mi cabello dijo medio dormido, pero a m megusta ms el tuyo.

Al escuchar eso ri entre dientes y solt el mechn plido que sostenaentre dos dedos.

Te he contado que la primera vez que te vi cre que eras una personaalbina?pregunt por lo bajo Jonathan.

No. Eso creste? Qu idiotay se revolvi entre las sabanas y elcuerpo del otro.

Volvi a rer ante las palabras.

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Qu pensaste t de m cuando me viste? tuvo curiosidad ahoraJonathan.

Que no eras como te imaginrespondi en voz baja con los ojoscansados.

Cmo me imaginaste? se extra Por qu habras de hacerteuna idea de m?le pregunt y palme ligeramente el costado de Oscar paradespertarlo.

Todos en la escuela ya saban que vendras. Las chicas estaban tanemocionadas, era de lo que hablaban. Un britnico vendr a la escueladecan.

Yo no soy britnico se ri, mi padre es norteamericano y mi madre

tambin solo que de Mxico. Nac en Estados Unidos as que tengonacionalidad estadounidense.

Tonto bostez, ignorbamos eso, yo solo cre que seras rubio y deojos azules, como yo, pero no

Te decepcionaste?lo interrumpi Jonathan pero Oscar ri.

No, todo lo contrario, me gustaste ms. Tienes esas facciones raras, unacombinacin perfecta, eres apuesto y nico.

Y habiendo dicho eso bostez una vez ms y cay dormido.

Antes de decidir echarse una siesta a lado de Oscar, Jonathan puso unaalarma en su telfono celular que sonara dentro de una hora, y se abraz alcuerpo de su novio.

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NUBES GRISES EN EL PAISAJEAmbos solan pasar mucho tiempo juntos, pasaban horas en casa de uno

u otro, pero habitualmente ms en la casa de Oscar porque su padre llegabadel trabajo a las seis. Jugaban videojuegos, vean televisin, coman juntos, devez en cuando tambin iban a la playa, pero desde haca unas semanas queya no les gustaba, eso despus de un pequeo incidente Ese da hizo calor,un calor inusitado para la fecha del ao, y aunque era un da entre semanadecidieron ir. Haban estado corriendo durante horas, jugando ftbol, nadando,y terminaron tumbados sobre la arena despus. Oscar sola ser siempre el msimpulsivo de los dos as que se subi en el pecho de Jonathan y, echando una

ltima mirada a su alrededor comprobando que seguan completamente solos,comenz a besarlo, con uno de eso besos voraces que daba Oscar, esos quedejaban a Jonathan todo confundido y con su rostro sumamente sonrojado,pero ahora an ms ya que ninguno de los dos tena ropa del pecho paraarriba. De pronto el beso pas de solo ser eso a ser algo ms, comenzaron aempujarse entre la arena, tocndose como normalmente no lo hacan. Depronto Oscar, que estaba sobre Jonathan, par abruptamente y se ech paraatrs como si el otro muchacho lo hubiese empujado con ambas manos soloque no lo haba hecho.

Jonathan tuvo miedo un instante pero sigui la trayectoria de la mirada

de su amado rubio, entonces los vio. Oscar tena la mirada enterrada en un parde chicos mayores que aparecieron de pronto detrs de una gran roca quedescansaba en la playa, lejos del alcance de las olas.

Los chicos los miraban con repulsin y comenzaron a burlarse de ambosall como estaban tirados en la arena. Hicieron burlas tan vulgares ydegradantes que Oscar acab por responderles un par de cosas, cosas que loshicieron molestar, cosas que les dio a esos chicos unas muy buenas razonespara golpearlos. Pero al final no lo hicieron, solo los miraron con una mirabaterrible, como si fueran contagiosos, como si tuvieran lepra en fases muyavanzadas, y se fueron.

Oscar haba terminado llorando, pero no llor por l, ni por las burlas deaquellos muchachos, lo hizo por el rostro que puso Jonathan. Su bello rostro sedeform hasta casi las lgrimas, entonces no tuvo ms opcin que llorarprimero. Llor para darle la oportunidad de ser el fuerte esta vez a Jonathan,llor porque quera hacerlo, llor porque no soportaba ver que Jonathan llorara.

Ahora estaban sentados en el suelo de la habitacin de Oscar concontroles de juego en las manos. Realmente ninguno deseaba estar all en unsbado caluroso. Otros de sus amigos iran a la playa, pero ellos dijeron que noen el momento en que los invitaron porque saban que no soportaran estarmedio desnudos sin tocarse o besarse.

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Oye, Jony llam Oscar distrayendo a Jonathan de su juego en elmonitor, donde se movan vertiginosamente autos futuristas por unas intricadaspistas espaciales.

Una carrera, si te gano hars lo que yo quiera

Jonathan ri pero sin apartar la mirada de la pantalla.

Y qu es lo que quieres?lo mir.

Besarte, pero cuanto yo quiera y como yo quiera respondi con unasonrisa pcara en el rostro.

De acuerdo, pero si yo gano lo mismo.

Y regres la mirada al juego, cada uno igual de interesado por ganar. Depronto, Oscar vio que el auto verde que controlaba Jonathan pas al suyo y,molesto, golpe su mano. Este perdi el control en el suelo pero lo recuperrpidamente.

Trampa! exclam consiguiendo nicamente que Oscar se doblarade la risa.

Al regresar al juego se percat de que el auto del otro ya le llevabamucha ventaja, e hizo exactamente lo mismo.

El auto de Oscar se qued esttico en donde estaba cuando solt el

control negro. Tramposo! le propin un empujn en el brazo y este detuvo el auto

en el juego.

T empezaste primero le regres el empujn pero con demasiadafuerza logrando tirarlo completamente al suelo.

Idiota! le dijo y se incorpor, derribando a su novio. Una vezJonathan cay, aferr sus brazos al suelo, se subi en l y lo bes. Este era unbeso que se haba guardado por varios das, desde el incidente en la paya,voraz e insistente entre los labios del otro.

En alguna parte del cerebro de Oscar, record que su padre llegarahasta las seis porque haba tomado un turno extra el sbado. Entonces, feliz delhecho de que tuvieran tres horas ms para ellos, se volvi a concentrar enJonathan, que se debata por librarse de su agarre sobre sus manos quemantena a cada lado mientras lo besaba. No era que Jonathan quisiera parar,sino que quera tener sus manos libres para aferrar el cabello rubio de Oscar

Cada vez que estaba a punto de liberar sus brazos, Oscar lo estrellabanuevamente en el suelo, y lo segua besando. Sus pulmones se quedaban sinaire cada poco tiempo lo que los obligaba a parar pero rpidamenteregresaban. Luego de un momento Oscar retir los brazos que sujetaban de su

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novio, entonces Jonathan, libre y encendido, lo atrajo a l, lo agarr del cuelloy comenz a besarlo all.

Mientras se besaban, Oscar luchaba por llegar a la cama pero lo mscerca que llegaron fue justo a un lado. All tirados continuaron. Ensimismado enel fuerte latido de sus corazones contra el pecho de cada uno, Jonathan nonot el momento en que Oscar comenz a desabrochar los botones de sucamisa azul, y tampoco opuso resistencia cuando lo incorpor para sacrseladel cuerpo. Oscar se maravill del cuerpo de Jonathan, de su torso delgado, ylo recorri desde arriba abajo, trazando con sus dedos los canales dondeapenas se marcaban los msculos. Cada toque era un temblor en la piel delotro. Se inclin y comenz a besar su hombro desnudo, Jonathan cerr los ojosdisfrutando de los bruscos besos de Oscar sobre su piel.

Sus pieles estaban tan acalenturadas que comenzaban a sudar. Oscardesocup sus manos y se quit la camiseta de un solo movimiento de hombros,Jonathan sonri complacido al ver el cuerpo blanco lechoso del otro y lo toc,con una mano temblorosa, por todas partes.

En ese momento cambiaron de lugar, Oscar se desplaz debajo delcuerpo de su novio para que pudiera tocarlo como lo haba hecho l hacaunos segundos. Mientras Jonathan estaba perdido en eso, l deshizo su cinturny desliz suavemente sus dedos por el borde de la ropa interior de Jonathan

Pero este se levant del suelo con los reflejos de un gato y se alej unos

pasos hasta llegar a la esquina del cuarto, donde se dej caer bruscamentecon la cabeza oculta entre las rodillas. Sintiendo un pnico escnico que nuncatuvo en su vida. Sintindose terrible por no poder continuar.

Lo siento dijo. Su voz era entrecortada y lastimera, pero no lo mir,segua con las cabeza en las rodillasSoy un maldito maricnTuve miedoNo pudeSoy un miedosoen toda la extensin de la maldita palabra! concada palabra se estrellaba la cabeza en sus rodillas.

Al escuchar todo aquello, el aturdimiento de Oscar, que segua en elsuelo, fue sustituido por algo ms, un sentimiento ms poderoso. La voz de

Jonathan denotaba que haba estallado en llanto.

Jony, Jonathanle puso un mano en el hombro pero se la derribcon brusquedad. No me detuve porque cre que queras que

Djame! le grit y levant su acalenturado rostro surcado enlgrimas No lo intentes arreglar! Yo s que fue mi culpa, no pudecontinuar!

Escucha, escuchaNo te estoy culpando de nadasu rostro era msde preocupacin que de reproche.

Pero fue mi culpa Tuve miedointent controlar su voz pero lologr.

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Eso es normal, yo tambin tuve miedodijo arrodillado a su lado.

Te refieres a ahora o la primera vez que lo hiciste? lo mir

directamente a los ojos azules de Oscar con sus ojos negros bordeados depestaas empapadas.

A la primera vez que lo hicele explic. Tena tanto miedopero nofue importante, porque no quera al tipo ni l a m se acerc ms y lo tompor las mejillas, como si por un momento Jonathan fuera menor que l. Peroahora me senta tan feliz, tan emocionado porque eres t

Lo siento volvieron las lgrimas de culpabilidad en el rostro deJonathan.

No te estoy recriminando nada, solo digo que est bien tener miedo

le bes la mejillaEs la primera vez que?

Asinti.

La primera vez con un hombrele explic.

Oscar lo agarr del cuello y lo abraz.

Est bien, no estoy enojado, nunca te obligara a hacer nada que noquieras, t decidirs cuando Bien? Cuando tu ests listo se apart un pocopara a verle el rostro.

Bien Gracias, Oscar y lo bes, pero esta vez fue suave y fugaz, sinprecipitacin ni segundas intenciones. Esa es una de las muchas razones porlas que te amose abrazaron hasta que Oscar reaccion.

Qu? Qu dijiste? estaba atnito, no todos los das le decan eso,su padre casi nunca usaba esa palabra y cuando lo haca terminabaagregando otras que lo arruinaban.

Que te amorepiti con aplomo Jonathan.

Estaban recostados sobre la superficie plana y fra de la cancha debasquetbol en la que llevaban horas jugando. Ese da no haban asistido a laescuela, en lugar de eso se citaron all. Aquel lugar fue elegido por Oscar, yaque l conoca la zona, que era una cancha a la que casi nadie visitaba, ycuando ambos llegaron estaba completamente desierta.

Jony, mi padre me acaba de avisar que hoy llegar tarde a casaQuieres ir?recostado en el fro suelo gir la cabeza para verlo.

S se limit a contestarle y le sonri ligeramente, en lugar de decirleque l siempre tena ganas de ir a donde l fuera, que le encantaba pasar

tiempo en su compaa, pero todo eso era demasiado para decirse en voz alta.

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Genial, pediremos pizza o algocontinu Oscar con la mirada en sudireccin.

Claro, pero ya tengo que irme se incorpor sentndose. Mi madreinsiste en que tengo que pasar tiempo en casa, quiere que coma con ellos ytoda esa porquera.

Oscar sonri.

Te veo a las cuatro?pregunt Jonathan y alcanz la pelota que seestaba yendo rodando.

S.

Jonathan camin hasta el borde de la carretera y justo en ese momento

un taxi pas. l levant la mano deteniendo el vehculo y se subi, pero en esemomento Oscar apareci en la ventanilla trasera introduciendo la cabezaligeramente.

Djame el baln, quiero jugar un rato ms inmediatamenteJonathan lo sac, pero Oscar no se fue, se qued all. Jonathan se dio cuentadel porqu, entonces lo bes ligeramente, y este dio un paso atrsdespidindose sonriente con la mano extendida y el auto arranc.

No haban pasado ni diez minutos cuando Jonathan se dio cuenta deque el hombre al volante no perda oportunidad para verlo a hurtadillas por el

espejo retrovisor.Algn problema amigo?Jonathan destilaba enojo.

Nodijo el hombre apartando la vista de l en el espejo, paranada

Ok.

Pero aun as lo volvi a mirar.

Adelante, adelante, solo dgalose molest Jonathan. l saba que deahora en adelante tendra que soportar gente inculta como este hombre.

Disculpa, no quise incomodarte, hijoen ese momento Jonathannot que el hombre era ms viejo de lo que haba pensado en un principio.Haba pasado los cuarenta, fcilmente tendra la misma edad que su padre.No pude evitar notar lo de tu amigo y t

No es solo mi amigoJonathan an estaba molesto y en ascenso.

Tu novio? levant una ceja en el espejo retrovisor y Jonathan soloasinti. Es solo que estoy preocupado por mi hijo Tiene diecisiete y pareceque no le interesan las chicas, no ha salido con ninguna hasta el momento le

explic el hombre, pero eso solo logr que Jonathan se revolviera en su asiento.

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Eso no tiene nada que ver, yo tengo diecisis y salgo con unmuchacho Antes sal con un par de chicas, pero eso no me haca feliz. Si esgay entonces lo es, y si no, no todo aquello lo dijo mirando perdidamente por

la ventana y con voz ecunime.

Nunca fue mi intencin molestarte, jovencito Pero puedo hacerteotra pregunta?inquiri en voz ronca.

Jonathan solo asinti.

Tus padres lo saben? Se los dijiste?

Y le encontr una pregunta que no podra responder con facilidad. Crispel rostro con pesar pero luego lo compuso.

No se los he dicho, no creo que pueda, no puedo ni imaginar quedirn Mi madre llorar? Me gritar? Simplemente dejar de hablarme? Ymi padre? trag audiblemente Me golpear? Solo gritar? Serterrible conmigo?

El hombre no encontr palabras para eso.

Solo escuchecontinu Jonathan. Si su hijo es gay no hay nadaque pueda hacer, l lo ser siempre y tiene que quererlo como esporque lohar felizse aclar la garganta. Yo no me he sentido tan feliz en aos.

Y en ese momento haban llegado a la calle enfrente de la casa deJonathan, as que se baj y le dedic una ltima mirada al hombre, pensandofirmemente que hay tres clases de personas: las que dicen que estn bien conlos gays y es verdad, los que dicen lo mismo siempre y cuando no les salga unoen la familia, y los que simplemente son incultos e ignorantes, esos eran lospeores

A la tarde, cuando ya se haba liberado de sus padres y los habaconvencido de que ira a estudiar con un amigo un amigo que no era elrubio, pudo salir de casa camino a la de Oscar.

Lleg apenas media hora ms tarde y Oscar le abri la puerta, le sonri yjuntos subieron a su habitacin. Se instalaron enfrente de la consola devideojuegos y pusieron ese juego nuevo de moda que Jonathan consigui paraOscar.

Estaban al principio concentrados en el juego, que era realmente genial,pero luego pas lo que siempre pasaba cuando llevaban horas sin tocarse yestaban tan cerca. Era como si sus cuerpos fueran un par de imanes, como sihubiera chispas entre ellos que los obligaran a estar ms y ms cerca

Jony

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S?Jonathan apenas apart la mirada del televisor.

Ven acy lo jal del cuello de su camiseta blanca, que hizo un

ruido de desgarre all donde la tom con mucha brusquedad.Y comenzaron a besarse. Jonathan estaba recargado en la parte frontal

de la cama y Oscar ligeramente encima de l. Siempre que ellos se besaban lohacan con demasiada urgencia, como si fuera un delicioso nctar de la frutams extica, y se perdan el uno con el otro, pensando que nunca una chicapodra darles lo que ellos se daban. No es que las menospreciaran, porque no lohacan; las respetaban mucho, incluso las encontraban ms comprensivas, peromenos atractivas para lo que ellos hacan.

Y de pronto la puerta se abri. En los odos de Oscar no pudo sonar algo

peor que su puerta abrindose, porque l saba que la nica persona quepodra ser era su padre.

Oscar jade el hombre en la puerta Qu demonios estshaciendo?al hombre repentinamente le temblaba una mano que estaba enun puo tan apretado que sus nudillos eran blancos como la cal. Aquel hombreera alto, de uno noventa aproximadamente, de cabellos an ms rubios quelos de su hijo, pero no era flaco, era robusto, como si en algn momento de sujuventud hubiese sido muy musculoso. Jonathan pens que en otra ocasinestara maravillado de ver por fin al padre de Oscar, pero no en ese momento yno con esos ojos asesinos, exactamente del mismo color que los del chico que

tanto amaba.

Oscar logr incorporarse del suelo en su aturdimiento.

Pap alcanz a decir con voz temblorosa pero en el mismomomento que lo dijo fue interrumpido por un golpe en la cara, y caypenosamente al suelo.

Haces esto cada vez que no estoy!? exigi el hombre en un gritoy dio un paso en direccin a Oscar, que se encogi en el suelo.

Lo sientosu voz se cort y Jonathan pudo ver el terror en su mirada.

Qu es lo que sientes!? Ser un jodido maricn!? lo tom del cuellode la camisa que traa puesta y lo sacudi frenticamenteEres puto, s o no?Responde! y como Oscar solo comenz a llorar lo azot contra el suelo y seretir.

Y t quin eres? se dirigi a Jonathan, que estaba quieto y plidocomo un cadver sentado en el suelo presenciando todo aquello.

Djalo!exclam Oscar ya de piel no tiene nada que ver!

El hombre regres la mirada a su hijo.

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Lo defiendes? pregunt atnito y con la clera hasta el cieloEstu novio o tu novia?lo sealExplcame, Oscar, porque no entiendo cmofunciona toda esta porquera!

Jony, vetearticul Oscar solo con los labios, sin sonido alguno. Perol se neg.

T! seal a Jonathan el hombre Lrgate! No quiero mariconesen mi casa!se le acerc, lo tom del cuello y lo avent a la puerta. Jonathan,con impotencia en los ojos, vio el rostro de Oscar desapareciendo cuando lapuerta termin de cerrarse.

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SOLO AMOREl lunes en la escuela, desde la primera clase, Jonathan lo encontr como

un martirio. Lo nico en lo que poda pensar era en Oscar, la ltima mirada quese haban dedicado, las lgrimas en los ojos de ambos, la impotencia que sintial no poder defender al chico que amaba. Quiso ser mayor, ms alto y msfuerte para hacer algo, pero era solo un desgarbado adolecente y paracolmo gayse dijo a s mismo en su habitacin ese da con lgrimas en los ojos.

Y haban pasado ya cuatro das de eso.

Joven Smith! llam el profesor que estaba impartiendo la clase, ya

que Jonathan tena la cabeza apoyada en el pupitre con un rostro miserableEst usted bien?

Levant la cabeza rpidamente con rostro sorprendido. No se dabacuenta del todo de que estaba en un aula con cincuenta adolecentes ms.

Eso creorespondi con voz apenas audible, y en ese momento elprofesor se acerc a l, y lo observ detenidamente.

Debera ir a la enfermerasugiri el hombre.

Jonathan fsicamente no estaba enfermo, pero sinti que un respiro de los

ojos curiosos a su alrededor le hara ms que bien. Con un ligero asentimientode cabeza, pero con pasos firmes, se puso de pie y fue a la enfermera.

Pero ese no era el lugar al que realmente deseaba ir, de hecho no habalugar al que verdaderamente deseara ir, ese lugar seria nicamente dondeOscar y l no estaba all. Con un suspiro, luego de tomar agua fra que leofrecieron en el consultorio, se dirigi de vuelta a su clase cuando su telfonocelular se estremeci