socioeconomia de la solidaridad 35 39

5
Socioeconomía de la solidaridad: construcción teórica de nuestro objeto de estudio 35 derecha), representada entre otros por figuras como Novak, hasta corrientes que podríamos denominar de izquierda liberal, aunque esto parezca todavía muy difícil de comprender para nuestros estándares de clasificación en el sur del mundo. Desde la academia sociológica son dos las críticas más asiduas que se le realiza a la socioeconomía (Ritzer, 1990 y Montoro, 2000). La primera es que en su aspecto medular, esto es, la crítica a la racionalidad neoclásica, la socioeconomía parece no aportar nada nuevo que no se haya manejado hasta entonces en la sociología. En efecto, a diferencia de la economía, en la teoría sociológica hay —como podremos observar luego— numerosos antecedentes que marcan la importancia de los afectos, las normas, o los factores comunitarios, en las acciones de los individuos. En segundo lugar se advierte que los escritos de Etzioni atienden sobremanera los aspectos morales y culturales, desatendiendo mayormente los aspectos estructurales de la sociedad. Con relación a estas críticas, compartidas en parte, en este trabajo haremos hincapié en los antecedentes y los avances que ha logrado la sociología en materia de teoría de acción racional. De hecho, dedicaremos una parte del trabajo a analizar la postura de los clásicos de la sociología en esas y otras materias de interés. En cuanto a la desatención de los factores estructurales, digamos tan sólo que al incluir la economía de la solidaridad, que analizaremos a continuación, justamente tendremos un marco teórico que revitaliza, con una mirada distinta, aquellos factores estructurales que por momentos efectivamente desatiende la socioeconomía, fundamentalmente en su versión norteamericana. Definición de la economía de la solidaridad La economía de la solidaridad, por su lado, y a pesar de los antecedentes europeos, nace en Latinoamérica a comienzo de los años ochenta, siendo su más fino expo- sitor el sociólogo chileno Luis Razeto. La economía de la solidaridad, ya convertida en verdadera escuela de pensamiento en América Latina, 4 más allá de las diversas variantes teóricas, parte de la necesidad de reconstruir el herramental teórico disponible por la economía convencional, además de rescatar las formas solidarias 4 Así lo demuestra el hecho de que numerosas universidades del continente hayan instaurado cátedras de economía solidaria y hayan desarrollado redes académicas, como Unitrabalho, en Brasil, coordinando con 81 universidades. Además, muchas organizaciones sociales, sindicales y cooperativas han adherido al postulado de una economía solidaria, y desarrollado numerosos encuentros en la materia. La Iglesia Católica, por su lado, fundamentalmente por medio de sus pastorales sociales, se ha definido, a la luz de las últimas Encíclicas Sociales, por esta línea. Finalmente, ciudadanos de diversos países de América han promovido —y logrado— que en las Constituciones de sus respectivas Naciones figure la voluntad de apoyar las iniciativas provenientes de la economía solidaria.

Upload: carolina-leal-castillo

Post on 01-Oct-2015

8 views

Category:

Documents


1 download

DESCRIPTION

Socioeconomia de la Solidaridad

TRANSCRIPT

  • Socioeconoma de la solidaridad: construccin terica de nuestro objeto de estudio

    35

    derecha), representada entre otros por guras como Novak, hasta corrientes que podramos denominar de izquierda liberal, aunque esto parezca todava muy difcil de comprender para nuestros estndares de clasicacin en el sur del mundo.

    Desde la academia sociolgica son dos las crticas ms asiduas que se le realiza a la socioeconoma (Ritzer, 1990 y Montoro, 2000). La primera es que en su aspecto medular, esto es, la crtica a la racionalidad neoclsica, la socioeconoma parece no aportar nada nuevo que no se haya manejado hasta entonces en la sociologa. En efecto, a diferencia de la economa, en la teora sociolgica hay como podremos observar luego numerosos antecedentes que marcan la importancia de los afectos, las normas, o los factores comunitarios, en las acciones de los individuos. En segundo lugar se advierte que los escritos de Etzioni atienden sobremanera los aspectos morales y culturales, desatendiendo mayormente los aspectos estructurales de la sociedad.

    Con relacin a estas crticas, compartidas en parte, en este trabajo haremos hincapi en los antecedentes y los avances que ha logrado la sociologa en materia de teora de accin racional. De hecho, dedicaremos una parte del trabajo a analizar la postura de los clsicos de la sociologa en esas y otras materias de inters. En cuanto a la desatencin de los factores estructurales, digamos tan slo que al incluir la economa de la solidaridad, que analizaremos a continuacin, justamente tendremos un marco terico que revitaliza, con una mirada distinta, aquellos factores estructurales que por momentos efectivamente desatiende la socioeconoma, fundamentalmente en su versin norteamericana.

    Denicin de la economa de la solidaridadLa economa de la solidaridad, por su lado, y a pesar de los antecedentes europeos, nace en Latinoamrica a comienzo de los aos ochenta, siendo su ms no expo-sitor el socilogo chileno Luis Razeto. La economa de la solidaridad, ya convertida en verdadera escuela de pensamiento en Amrica Latina,4 ms all de las diversas variantes tericas, parte de la necesidad de reconstruir el herramental terico disponible por la economa convencional, adems de rescatar las formas solidarias

    4 As lo demuestra el hecho de que numerosas universidades del continente hayan instaurado ctedras de economa solidaria y hayan desarrollado redes acadmicas, como Unitrabalho, en Brasil, coordinando con 81 universidades. Adems, muchas organizaciones sociales, sindicales y cooperativas han adherido al postulado de una economa solidaria, y desarrollado numerosos encuentros en la materia. La Iglesia Catlica, por su lado, fundamentalmente por medio de sus pastorales sociales, se ha denido, a la luz de las ltimas Encclicas Sociales, por esta lnea. Finalmente, ciudadanos de diversos pases de Amrica han promovido y logrado que en las Constituciones de sus respectivas Naciones gure la voluntad de apoyar las iniciativas provenientes de la economa solidaria.

  • Socioeconoma de la solidaridad

    36

    de hacer economa. Distinguiendo conceptualmente las cuatro partes de un acto econmico (produccin, distribucin, consumo y acumulacin), la economa de la solidaridad construye diversas categoras y teoras que nos ayudarn a comprender mejor la economa popular y solidaria.

    En tal sentido, podramos denir la economa de la solidaridad como un modo especial y distinto de hacer economa, que por sus caractersticas propias conside-ramos alternativas respecto de los modos capitalista y estatista predominantes en los mercados determinados.

    La economa de la solidaridad en el plano de la produccin

    En este sentido, el elemento sustancial denitorio de esta particular racionalidad econmica est dado por la presencia central del Factor C como categora organi-zadora. Como seala Razeto, el Factor C tiene expresiones variadas:

    [...] se maniesta en la cooperacin en el trabajo, que acrecienta la eciencia de la fuerza laboral; en el uso compartido de conocimientos e informaciones que da lugar a un importante elemento de creatividad social; en la adopcin colectiva de decisiones, en una mejor integracin funcional de los distintos componentes funcionales de la empresa, que reduce la conictividad y los costos que de esta derivan; en la satisfac-cin de necesidades de convivencia y participacin, que implica que la operacin de la empresa proporciona a sus integrantes una serie de benecios adicionales no contabilizables monetariamente, pero reales y efectivos; en el desarrollo personal de los sujetos involucrados en las empresas, derivados de la comunicacin e intercambio entre personalidades distintas, etctera (Razeto, 1998, pp. 7-8).5

    La economa de la solidaridad en el plano de la distribucin

    En este sentido, lo distintivo y denitorio de la economa solidaria consiste en que los recursos productivos y los bienes y servicios producidos uyen, se asignan y distribuyen, no solamente por medio de las relaciones de intercambio valoradas monetariamente (como sucede en el sector ms propiamente capitalista), sino tambin mediante otras relaciones econmicas que permiten una mayor integracin social. En concreto, Razeto distingue:

    t %POBDJPOFTFTUPFTUSBOTGFSFODJBTVOJMBUFSBMFTQPSMBTDVBMFTVOBQBSUF(donante) transere a otra (beneciario) un bien o un servicio sin esperar una contrapartida. Las donaciones desconocidas por la economa conven-

    5 Especcamente sobre el Factor C, cfr. Razeto, 1998.

  • Socioeconoma de la solidaridad: construccin terica de nuestro objeto de estudio

    37

    cional en sus anlisis mercantilesconstituyen sin embargo una relacin absolutamente fundamental en cualquier mercado, como veremos ms adelante, cuando se analicen algunas cifras.

    t 3FDJQSPDJEBEUSBOTGFSFODJBTCJEJSFDDJPOBMFTFOUSFTVKFUPTMJHBEPTQPSMB[PTextraeconmicos de amistad y conanza, que no implican el estableci-miento de equivalencias formales entre los valores.

    t $PNFOTBMJEBE USBOTGFSFODJBT QMVSJEJSFDDJPOBMFT FOUSF EJTUJOUPT TVKFUPTque constituyen un grupo humano integrado por vnculos familiares, religiosos, sociales, culturales, etctera. Los bienes, seala Razeto, uyen libremente en trminos de compartir, distribuir y utilizar en funcin de necesidades individuales o comunes.

    t $PPQFSBDJOUSBOTGFSFODJBTCJEJSFDDJPOBMFTNMUJQMFTEFCJFOFTBQPSUBEPTpor sujetos individuales a un sujeto colectivo del que forman parte. A posteriori, el sujeto colectivo compensa a cada uno segn su contribucin; es el esquema de la distribucin en cooperativas.

    La economa de la solidaridad en el proceso de consumo

    En este campo, la solidaridad se verica en una particular forma de consumir que se apoya en una cultura diferente a la predominante en cuanto a la satisfaccin de las necesidades. Algunos rasgos distintivos en la materia son la preferencia por el consumo comunitario sobre el individual; la integridad en la satisfaccin de las necesidades de distinto tipo; la proximidad entre la produccin y el consumo que se destaca en algunas formas populares de economa solidaria, y nal-mente debemos sealar que en estos casos el consumo tiende cualitativamente a la simplicidad y la austeridad, lo cual lleva incluso a una valoracin mucho mayor de los problemas ecolgicos, de tal manera que la economa solidaria muestra un compromiso mayor por los frutos de la naturaleza, no slo en la produccin sino tambin en el consumo de estos.

    Desde la economa de la solidaridad se insiste, entonces, en la existencia de tres grandes sectores en los mercados determinados: el sector capitalista de inter-cambios, el sector estatal regulado y el sector solidario.

    A manera de introduccin diremos que la corriente de la economa solidaria ha recibido, adems de adhesiones, ciertas crticas. Sin embargo, a diferencia del marco terico anterior que ya ha generado interesantes debates acadmicos sobre todo en Norteamrica el debate sobre la economa de la solidaridad ha sido ms que supercial en Amrica Latina. Aun as, las crticas ms frecuentes suelen venir del paradigma neoclsico y del paradigma marxista. Entre los primeros, se suele argumentar que si bien la solidaridad est presente en las relaciones sociales, en los procesos econmicos tiene muy escasa incidencia, y que por tanto es exagerado sustentar la existencia de un tercer sector equiparable al menos tericamente al

  • Socioeconoma de la solidaridad

    38

    sector capitalista y al sector estatal. Desde tiendas marxistas, si bien hubo acerca-mientos que repasaremos a lo largo de este trabajo, se suele argumentar que las experiencias solidarias, tal como se dan actualmente, en denitiva estn insertas en la lgica capitalista, y por tanto tienden a ser funcionales al sistema. Finalmente, desde la teora econmica, suele argumentarse que las categoras clsicas y neocl-sicas ya son sucientes para dar cuenta de estos fenmenos, y por consiguiente todo esfuerzo por repensar las categoras de anlisis resultara estril.

    Nuestra postura frente a las crticas la iremos desarrollando a lo largo de este trabajo. Sin embargo, como adelanto, diremos en primer lugar que las prcticas de solidaridad en los procesos econmicos actuales son muy numerosas, y por tanto merecen un detenimiento especial tanto para entenderlas como para analizarlas y explicarlas. Pueden esas prcticas, sin embargo, dar lugar a un sector propio dentro de la economa? En nuestra construccin terica argumentamos positivamente por un anlisis sectorial. En el terreno de lo fctico, eso depender de las estrategias que sigan las experiencias, aunque hay varios antecedentes tanto histricos como actuales que nos permiten pensar que de alguna manera ya est sucediendo de esa forma. Por su lado, en nuestro trabajo defenderemos la idea de que las economas solidarias no son funcionales al sistema. Pero para ello, deberemos partir de una categorizacin diferente a las que suelen presentarse en los cursos de economa y sociologa. En esta categorizacin adquiere especial relieve la denicin que hagamos, por ejemplo, del mercado y del capitalismo. Ambos conceptos no se pueden equiparar, tienen historias diversas y actores tambin muy distintos. Por tanto, creemos que las economas solidarias son funcionales a su lgica solidaria, de la misma manera que las economas capitalistas son funcionales a su lgica capitalista, siendo el caso del Estado quiz el de mayor complejidad en estas mate-rias, pues en varios momentos de la historia se constata funcionalidad para uno u otro sector. Ello no quita que haya interdependencia entre los sectores, cosa que evidentemente ocurre. Nuestra tesis es que un mercado verdaderamente democr-tico y justo es aquel que permite actuar con igualdad de oportunidades a los tres sectores mencionados, cosa que, por ahora, ciertamente, est muy lejos de ocurrir.

    Permtaseme agregar una nueva puntualizacin crtica sobre todo a las formulaciones de Razeto que intentaremos remediar en este trabajo. Creo que no hay duda sobre la importancia que han tenido las elaboraciones de Razeto en la construccin terica de la economa de la solidaridad (es no slo el mximo expo-nente de estas corrientes, sino el principal referente bibliogrco, junto a Polanyi, de nuestro intento particular de construccin terica). Sin embargo, echamos de menos en el profesor chileno un mayor dilogo para con los antecedentes tericos y los avances marginales por cierto, aunque no despreciables de la sociologa, la economa y la antropologa en los asuntos que nos convocan. De hecho, las elaboraciones de Razeto en el plano literario parecen responder ms al esquema de

  • Socioeconoma de la solidaridad: construccin terica de nuestro objeto de estudio

    39

    un pensador social (de hecho l se ha autodenido de esta manera en ms de una oportunidad), que a los esquemas ms convencionales utilizados por la mayora de los cientcos sociales; las escasas referencias bibliogrcas (tendencia que de alguna manera rompe en su ltima y voluminosa publicacin), por ejemplo, son expresin de un notable proceso intelectual de ordenamiento de ideas que, por contrapartida, al desconocer otras teorizaciones, conduce a la prdida de oportunidad de dilogo acadmico o intelectual con quienes ya pudieron haberse adelantado en ciertas elaboraciones cientcas. Desde este punto de vista, se puede considerar a nuestro referente como una especie de out sider de la academia. Nuestra postura, como se desprende de estas pginas, ser distinta: en este trabajo haremos una recopilacin lo ms exhaustiva posible de las numerosas fuentes tericas que, de alguna manera, puedan legitimar nuestros postulados y entablar dilogos acadmicos con corrientes que persiguen objetivos similares.

    De acuerdo con lo anterior es que en este trabajo intentaremos elaborar un marco terico (y no por cierto una gran teora, como era costumbre en otras pocas del trabajo intelectual) al que llamaremos en nuestro intento de conciliar y profundizar crticamente en aquellos dos paradigmas marco socioeconmico solidario.

    Ahora bien, qu acuerdos y diferencias existen entre la economa de la solida-ridad, la socioeconoma y otras denominaciones que han tenido particular difusin en otros contextos, como es el caso de economa social, tercer sector, etctera? He aqu ese primer desafo al que hacamos referencia al comenzar el captulo: mostrar la identidad de nuestro marco terico con relacin a aquellas categoras de anlisis que han tenido cierta difusin en los ambientes polticos y acadmicos de Europa, Estados Unidos y nuestro continente.

    La economa de la solidaridad y sus interpretaciones en Europa y Amrica Latina

    De acuerdo con nuestros estudios, podemos decir que con respecto a la economa de la solidaridad existen dos vertientes tericas: la latinoamericana y la europea, aunque con variantes en cada una de ellas. En Amrica Latina, como ya habamos sealado, el mximo expositor de la economa de la solidaridad tanto por ser referencia bibliogrca en buena parte de los estudios referidos al tema, como por el aporte terico realizado es el socilogo chileno Luis Razeto. En efecto, Razeto es el autor que ha acuado el trmino economa de la solidaridad en un sentido especco y con fundamentos tericos, sobre principios de los aos ochenta.

    En esa dcada, el entonces profesor e investigador del Programa de Economa del Trabajo (PET), de Chile, escribira en tres volmenes su obra Economa de la solidaridad y mercado democrtico, que culmina con su hasta ahora ltimo texto,