socio critica25

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a ha sido publicada con una subvenci6n de Ia Direcci6n General del Libro, y Bibliotecas del Ministerio de Cu ltura, para su prestamo ptiblico en Biblio- blicas, de acuerdo con lo previslo en el articulo 37.2 de Ia Ley de Propi edad al. GOBlERNO MINISTERIO DE ESPANA DE CUL TUM nte texlo parte de Ia investigaci6n Les TIC: Una rrjlexi6 jl/osq{ira. acogida al a Llicencies d'Estudis Ret.ribu'ides 2006-2007 del Departament d'F.ducaci6 de alitat de Catalunya ·a edici6n: Enero 2009 cubierta e interior: Duatis Disseny nen Pardo Salgado >ta edici6n: Laertes S.A. de Ediciones, 2008 firtut 8, baixos - 08012 Barcelona v.laertes.es 178-84-7584-632-3 to legal: B-2.032-2009 mposici6n: Jacob Suarez Miret o en: Romanya/Valls, S.A. tguer 1 - 08786 Capellades (Barcelona) rforma de reproducci6n, distribuci6n, comuni caci6n publica y transformaci6n ora s61o puede ser realizada con Ia autorizaci6n de los titulares de Ia pro pied ad al, con las excepciones previstas porIa ley. Dirljase a CEDRO (Centro Espafiol hos reprograficos, <www.cedro.org>) si neces ila fotocopia t· o escanea r algun . ode esta obra .. , en Espana ,....· .. . · 'I in dice Metamorfosis de la razon tecnica ............. ... .... 11 DE LAS RELACIONES ENTRE TECNICA Y CULTURA Martin Heidegger y la pregunta por. la tecnica ......... 19 La reducci6n a tecnica de la cultura ............ 33 Los pensadores de la Escuela de Frankfurt: Herbert Marcuse y el problema de la cultura ....... 37 Theodor W. Adorno y Max Horckheimer: I la industria cultural ................. . ........... 51 Theodor W Adorno y la noci6n deformaci6n . ... 58 La pregunta por las tecnologias de la informacion y la comunicacion en el ambito educativo ......... 67 Acceso a las TIC: lajractura digital ... .. ....... 76 . . MODIFICACIONES DEL SABER: LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO La relacion del hombre con la tecnica: El ejemplo de Gilbert Simondon .... .. . - ........... 91 J En torno a una memoria hibrida ........ : .. .. .. .... 105 De la sociedad de la informacion a la sociedad del conocimiento. El cambio de la nocion de saber: I Jean-Franc,;ois Lyotard .......................... 115 La sociedad de la informacion ...................... 121 •• 7 ••

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sociocritica

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  • a ha sido publicada con una subvenci6n de Ia Direcci6n General del Libro, ; y Bibliotecas del Ministerio de Cultura, para su prestamo ptiblico en Biblio-blicas, de acuerdo con lo previslo en el articulo 37.2 de Ia Ley de Propiedad tal.

    ~ GOBlERNO MINISTERIO ~ DE ESPANA DE CUL TUM nte texlo parte de Ia investigaci6n Les TIC: Una rrjlexi6 jl/osq{ira. acogida al .a Llicencies d'Estudis Ret.ribu'ides 2006-2007 del Departament d'F.ducaci6 de alitat de Catalunya

    a edici6n: Enero 2009

    cubierta e interior: Duatis Disseny

    nen Pardo Salgado

    >ta edici6n: Laertes S.A. de Ediciones, 2008 firtut 8, baixos - 08012 Barcelona

    v.laertes.es

    178-84-7584-632-3

    to legal: B-2.032-2009

    mposici6n: Jacob Suarez Miret

    o en: Romanya/Valls, S.A. tguer 1 - 08786 Capellades (Barcelona)

    rforma de reproducci6n, distribuci6n, comunicaci6n publica y transformaci6n ora s61o puede ser realizada con Ia autorizaci6n de los titulares de Ia pro pied ad al, con las excepciones previstas porIa ley. Dirljase a CEDRO (Centro Espafiol hos reprograficos, ) si necesila fotocopia t o escanear algun .ode esta obra ..

    , en Espana

    ,.... ...

    'I

    in dice

    Metamorfosis de la razon tecnica ............. ... .... 11

    DE LAS RELACIONES ENTRE TECNICA Y CUL TURA

    Martin Heidegger y la pregunta por.la tecnica ......... 19 La reducci6n a tecnica de la cultura ............ 33

    Los pensadores de la Escuela de Frankfurt: Herbert Marcuse y el problema de la cultura ....... 37

    Theodor W. Adorno y Max Horckheimer:

    I la industria cultural ................. . ........... 51 Theodor W Adorno y la noci6n deformaci6n . ... 58 La pregunta por las tecnologias de la informacion y la comunicacion en el ambito educativo ......... 67

    Acceso a las TIC: lajractura digital ... .. ....... 76 . .

    MODIFICACIONES DEL SABER: LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO

    La relacion del hombre con la tecnica: El ejemplo de Gilbert Simondon .... .. . -........... 91

    J En torno a una memoria hibrida ........ : .. .. .. .... 105 De la sociedad de la informacion a la sociedad del conocimiento. El cambio de la nocion de saber:

    I Jean-Franc,;ois Lyotard .......................... 115 La sociedad de la informacion ...................... 121 7

  • : una reflexi6n filos6fica

    ~iedad del conocimiento ...................... 131 La visi6n neoliberal de la sociedad

    del conocimiento ......................... . 135 La sociedad del co nacimiento a debate . ........ 143

    A MODO DE EPILOGO: PERCEPCI6N EN LA DISTRACCI6N

    EN LA ERA ACUSTICA

    ~no a la percepci6n en la distracci6n: liter Benjamin y Marshall McLuhan ........... 159 De la pobreza de la experiencia

    al aula sin muros ........................ 166 En el espacio audio-tactil de la Edad Electrica .. 171

    :ema educativo: un dispositivo retenci6n en la sociedad liquida ............... 179

    OGRAFIA .................................. 189

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    Las TIC: Una reflexi6n filos6fica

    I

  • Pr6logo Metamorfosis de la raz6n tecnica

    Si la raz6n es un discurrir, un pasar a veces, un dar cuenta otras, entonces la raz6n no sigue un t:mico curso. Tal vez sea una sola capacidad eso que llamamos razonar, pero el modo en que discurre puede adoptar formas disimiles.

    El discurrir de la raz6n muestra diversas aristas pero, entre ellas, el transcurrir que exhibe su habilidad, sus artifi-cios o industrias para ser un buen orador o un buen tecnico es el que desde hace siglos triunfa sobre otros usos de la raz6n. Se ha criti.cado el antropocentrismo de la ra-z6n, incluso el logocentrismo, pero ~endemos a olvi-dar que hay usos de la raz6n cuya industria consis-te en encerrarnos en un parque tematico donde lo de menos es, verdaderamente, la posibilidad de razonar.

    Despues de dos guerras mundiales, despues de ha-ber vivido reiteradamente que el suefio de la raz6n produce monstruos como Auschwitz o el trabajo en cadena -ambos

    solida~ios-, seguimos pa1:iendo en suefios mundos que aho-ra engarzanla destrucci6n del plan eta y la preocupaci6n por el cambio climatico, el desarrollo y su sostenibilidad, la soli-daridad con pueblos desconocidos y la ropa made in China ...

    La raz6n tecnica sigue dando razones para sostener esos sue1ios, pero aun con todas elias no se puede apartar la sensaci6n de ahogo, impotencia y dolor ante la visi6n de aquello que se obliga a sacrificar.

    No sabemos si el engranaje econ6mico, politico y so-cial, se puede permitir otro uso de la raz6n. S6lo atisbamos a ver que la franja de lo que nos es dado saber se estrecha

    11

  • Las TIC: una refleld6n filos6fica

    cada vez mas, al tiempo que la de aquello que debe ser asi-milado y digerido aparece como una tarea ingente.

    El planteamiento de Walter Benjamin en La obra de arte en la epoca de su reproductibilidad tecnica no deja de resonar en este contexto:

    La tecnica puede ser utilizada por el fascismo. La tecnioa constituye un instrumento de adaptaci6n a las nuevas situaciones sociales.

    La tecnica es objeto de fascinacion al tiempo que opera la integracion en una sociedad que evoluciona a un ritmo dificil de acompasar. Lo que Benjamin no podia sos-pechar es que ambas posibilidades formaran una sola: que la tecnologia obre la adaptacion a nuevas situaciones so-dales y que estas sean, justamente, las que responden cada vez mas, a un sistema que controla todos los aspectos de la vida; un sistema total que ha mudado su nombre y sus modos.1

    La doble via que Benjamin expuso se asentaba sobre la conviccion de que a los nuevos medios de reproduccion tecnica le siguen modos ineditos de reproduccion del com-portamiento. Se establecen asi los nexos entre estos medios y la modificacion perceptiva que les acompafia. En ambos

    1/ El termino tecnica sera utilizado en este texto en su sentido mas amplio para referirnos a los instrumentos artificiales. Estos instrumentos pueden ser maquinas, pero tambien procedimientos en pro de Ia producci6n y aprcr vechamiento de las fuerzas de Ia Naturaleza o del hombre. La tecnica es pensada como connatural a Ia cultura, lo que permite distinguir entre una tecnica antigua, una medieval y una moderna. Nos situaremos en Ia tecnica moderna que, iniciada en el Renacimiento, encuentra en Ia cibernetica su maximo desarrollo. El termino tecnologia sera empleado primero para referirnos a las teener logias de Ia informacion y Ia comunicaci6n (TIC}, en tanto acogen el nexo entre ciencias de Ia Naturaleza y tecnica. En segundo Iugar, este termino designara el estudio de los procedimientos tecnicos acercandose con ello a su significaci6n de reflexi6n sobre Ia tecnica. Por ultimo, Ia tecnologia sera concebida como conjunto de tecnicas y;o procedimientos tecnicos orienta-des a una finalidad, sea Ia producci6n de objetos o de comportamientos .

    12

    Metamorfosis de Ia raz6n tecnica

    casos -la tecnica como dominio o como adaptacion-, la modificacion producida conduce de la percepcion indivi-dua\._ a la realizada en la colectividad. Am bas se fun dan en una percepcion colectiva que redisefia el modo en que los hombres se explican su entorno :Y"a si mismos.

    En el caso del fascismo se trataria para Benjamin de la fascinacion, de una aceptacion ciega. En cambio, la tec-nica como adaptacion a las nuevas situaciones sociales se anclaria en una experiencia de choque que permitiria una :r:eaccion critica. El caracter colectivo de ambas y el pro-gresivo amortiguamiento de la experiencia de choque que han proporcionado las tecnologias de la informacion y la comunicacion (TIC), hacen que en la actualidad estas dos lineas converjan.

    El nuevo modo en que los hombres se explican lo gue alcanzan a conocer, fundamentalmente a traves de las TIC, ha transformado profundamente la nocion de saber l}egando a considerar en la actualidad que nos estamos

    .convirtiendo en una sociedad del conocimiento. En esta so-ciedad, la educacion aparece como inversion y para lograr tos beneficios economicos que esta puede aportar, es preci-_so que la transmision de conocimiento se adecue a las TIC. eara ello, se hace necesario reformar el sistema educativo \ en todos sus niveles.

    La razon tecnica encarnada hoy en las TIC y la transformacion de la produccion y transmisi6n del saber, sta a sustituir -en las sociedades postindustriales-, a la pntigua mano de obra por un nuevo capital humano fun-

    . dado en el conocimiento. En el camino hacia esta sociedad cohabitan los antiguos discursos ilustrados que proclaman

    , que a traves del conocimiento se accede a la emancipacion .val espiritu critico, con la exigencia de una forma cion per-manent.e que hace del conocimiento un valor de cambio.

    En esta situaci6n y alejandonos tanto de un discurso que demoniza la tecnica como de los discursos complacien-tes que hacen de ella la panacea para todos los males, pen-samos que es preciso interrogar de nuevo la relaci6n con

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  • Las TIC: una reflexi6n filos6fica

    la tecnica y sus nexos con el sistema econ6mico, politico y social en el que se encuentra. Para ello, tomaremos como punto de partida La pregunta por la tecnica de Martin Heidegger y el analisis de los vinculos entre racionalidad tecnica y cultura en Herbert Marcuse, Max Horckheimer y Theodor W. Adorno. La pregunta por la posibilidad de una cultura que se situe al margen de la industria cultural nos conduce al ambito educativo formal. En este ambito, habra que recordar que todo sistema educativo es un medio politico como prueban los acuerdos de la Comisi6n Europea para incluir las TIC en los curricula con objeto de hacer de nuestras socieda-des las mas competitivas del mundo. Se explicita con ello que el conocimiento y la tecnica, min en el ambito educa-tivo, son pensados fundamentalmente en su relaci6n con el trabajo.

    Como veremos, desligar el saber de la tecnica del ambito del trabajo es lo que propone Gilbert Simondop para abordar, plenamente, la relaci6n del hombre con el. saber de la tecnica y de esta con la cultura. En esta relaci6n se atiende al modo en que la alianza entre el hombre y la tecnica modifica la memoria y con ella la transmisi6n del. saber. En este sentido, la transformaci6n de la noci6n de saber que ya Jean-Fran~,;ois Lyotard habia expuesto en La condici6n postmoderna nos permitira pasar a los ultim~ avatares de la metamorfosis de la raz6n tecnica: la sociedad de la informaci6n y la sociedad del conocimiento.

    En el analisis de esta sociedad, primero de la informa-ci6n, despues del conocimiento, se evidencia la funci6n del conocimiento como motor de la productividad y su vincula-ci6n con las TIC. El conocimiento no se desliga del ambito laboral tal y como Simondon proponia. Expresiones como "gesti6n del conocimiento" o "economia del conocimiento", permiten dar cuenta del modo en que la raz6n tecnica va planificando todas las instancias de la vida. Los nuevos tra-bajadores del conocimiento son impelidos a realizar una formaci6n permanente para lograr su plena adaptaci6n a

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    Metamorfosis de Ia raz6n tecnica

    un sistema que les pide flexibilidad, pero que pone en cues-ti6n, precisamente, la noci6n misma de formaci6n.

    En nombre del crecimiento de la denominada so-?iedad del bienestar, se solicita una adaptaci6n sin prece-dentes en la que vemos converger la doble via que Ben-jamin apuntaba. La aceptact6n de las exigencias para convertirse en esta sociedad del conocimiento implica a su vez, que las modificaciones perceptivas que Benjamin habia indicado se han realizado. Por ello, a modo de epi-logo, se atiende a estas modificaciones haciendolas dialo-gar con las que Marshall McLuhan seftalara treinta aftos despues. Se esboza asi un espacio en el que es posible comprender el encuentro de las dos vias apuntadas por Benjamin. En el centro de ese espacio, el sistema educati-vo responde a la llamada del nuevo capitalismo cognitivo.

    15

  • De las relaciones entre tecnica y cultura

  • Martin Heidegger y la pregunta por la tecnica

    El 22 de marzo de 1895 se realiza la primera proyecci6n de La salida de Ia fdbrica Lumiere en Lyon, como suple-mento al programa de una conferencia en los locales de la Sociedad de Fomento para la Industria Nacional. Son ape-nas cincuenta segundos en los que un~ran puerta se abre y los trabajadores, en su mayoria mujeres, salen a la calle despues de su trabajo. Con este filme, considerado por mu-chos como el primer documental mudo de la historia, los hermanos Lumiere inauguraban la era del cine. Elllamado tiemno de la imagen se inicia no con acto res profesionales ' sino con estos hombres y mujeres gue se muestran en un ~omento de su quehacer cotidjano, la salida del traba)o.

    La escena que ofrecen los hermanos Lumiere cobra un sentido insospechado si se contempla desde Ia mirada que, unos afios mas tarde, propone Ernst Junger en su obra El Trabajador (19322. En ~tlla, el trabajador aparece como

    -una nueva figura en laQue se manifiesta lo elemental, ese surgir de las fuerzas que anuncian un modo de ser inedi-to que no se corresponde ya con el propio de Ia vida bur-~uesa. Con esta obra, Junger proclama la era dellenguaje universal de Ia tecnica y descubre el vinculo entre tec~ca y ciertas formas de nihilismo. La tecnica, escribe Junger, es

    el modo en gue Ia figura del trabajador moviliza el mundu; es el simbolo de la figura del trabajador. Junger piensa esta figura en el sentido de la Urpflanze o planta originaria de Ia que surge todo, en este caso Ia movilizaci6n del mundo.

  • Las TIC: una reflexi6n filos6fica

    Esta imagen tomada de Goethe, le lleva a concebir la per-cepcion de figuras tambien en el sentido goethiano de ex-periencias. Esta figura revela la movilizacion total que para Jiinger consiste en la conversion de vida en energia. Todas las instancias de la vida pasan a ser concebidas en termi-nos de material utilizable. Esto se pone de manifiesto por ejemplo, en la supuesta distincion entre tiempo de traba-jo y tiempo libre que, para Jiinger son dos modalidades de absorber ala gente por Ia misma actividad tecnica. como expone Jiinger en sus anotaciones a El trabajadortJJ.l salir del t:rabajo el hombre participa del trafico, se convierte en receptor de noticias yen consumidor.2 .

    La salida de la fabrica Lumiere, filmada antes de la Primera Guerra Mundial, muestra los rostros de unos traba-jadores que no encarnan todavia una figura, un tipo. Ellos salen de la fabrica.~ qbra de Hinger en cambio. revela g,u~ toda la organizacion social ha tornado como modelo el tra-bajo. J;& movilizacion total bajo la forma del trabajo ensefia 9ue de la fabrica ya no se sale.

    El 5 de febrero de 1936 se estrena Tiempos Afodemos de Charles Chaplin. Este filme que critica las condiciones de vida en las fabricas, se situa a medio camino entre el cine mudo y el sonoro. Las voces que emiten los per.sonajes siguen siendo silenciosas y aparecen en sus titulos para ser leidos, mientras que lo que se ofrece a la escucha evidencia las relaciones de poder que se establecen con las nuevas maquinas. Se escucha el sonido que llega por medio de un altavoz y que pertenece al circuito de vigilancia del patron; el gram6fono situado en la maquina de comer y el cuadran-te de una radio en la prisi6n. Se hace audible tambien el sonido de las maquinas. . I' El protagonista ejemplifica un cuerpo mecanizado."

    Seitrata de un trabajador encargado de apretar dos tornillos ~Ja vez a un ritmo tal, que terminara por producirle un

    ;>

    2/ Junger, E., El trabajador, Barcelona, Tusquets, 1990, pp. 42; 77; 185; 202; 235; 319. Traducci6n de Andres Sanchez PascuaL

    20 (

    Martin Heidegger y la pregunta por la tecnica

    tic. Cuando sale del trabajo sus manos, siguiendo ese ritmo frenetico, apretaran narices, botones y todo aquello que se le cruce por su camino. Su cuerpo ha sido habitado por el compas de la m~quina recordandole que el trabajo le ha regalado otro cuerpo, el flamante uniforme de su vida. Del mismo modo, en otros filmes el cuerpo del propio actor, Charlot, emularia con sus gestos -su modo de caminar y sus pequefios saltos, el manejo del bast6n o la manera en que levanta su bombin-, el encadenamiento de las image-nes en la producci6n de un filme.3 fl :Z

    El mismo afio, Walter Benjamin plantea en La obra de arte en la epoca de su reproductibilidad tecnica, que las tecnologias pueden ser un instrumento de adaptacion a las nuevas situaciones sociales y hace del cine su ejem-plo mayor. El cine Eermite a las masas familiarizarse con las condiciones de vida de la epoca industrial: su trabajo en las fabricas, la aparicion de medios de transporte y de comunicaci6n ineditos o el cambio de ritmo que las ma-quinas imponen en los cuerpos. Las 12eliculas actuan como '1-reflejo de una forma de vida que h asta el momento resul-taba desconocida y, cual un espejo, pueden preparar a los

    e~ectadores para afrontar las novedades gue el sist~ma de produccion y reproduccion mecanica imprime en sus vi-daS':-En esta produccion de un reflejo se fijari a la vez, las -caracteristicas esenciales de una forma de vida que implica una relacion inedita con uno mismo y con el entorno . .12,.

    .. cine mostraria al espectador que saber vi vir sera, a partir de ahora, adquirir unas habilidades hasta entonces ignoradas para adaptarse a la nuev9. situaci6n,. La tecnica con la que estos espectadores se relacionan cada dia en sus trabajos, en las calles o en las salas de cine, no constituye un simple medio para alcanzar los objetivos del momento.j,sta tecnica en uncia que otra forma de vida y de pro-duccion de conocimiento se esta iniciando.

    3/ Cfr. Benjamin, W., Paralipomenes et variantes de L 'oeuvre d'art a l'epoque de sa reproduction mecanisee, Ecrits fran9ais, Paris, Gallimard, 1991, pp. 175-176 .

    21

    1- f1~(?> ~~~s u 1. - ;k.> ~y Cql'M) '~ &f?YUrh~ ~

  • Las TIC: una rellexi6n filos6fica

    "EI interprete de cine no actua ante un publico sino ante un sistema de aparatos. El director de filmacion se en-cuentra exactamente en el mismo Iugar en el que esta el director del examen en un examen de aptitudes. Ac-tuar bajo Ia luz de los reflectores y satisfacer al mismo tiempo las exigencias del microfono es una prueba de desempeiio de primer orden. Representar esta prueba de desempeiio significa mantener Ia humanidad ante el sistema de aparatos. El interes en este empeiio es in-mensa puesto que es ante un sistema de aparatos ante el cual Ia mayor parte de los habitantes de Ia ciudad, en oficinas y en fabricas, deben deshacerse de su hu-manidad mientras dura ~ jornada de trabajo. Son las mismas masas que, en Ia noche, llenan las salas de cine para tener Ia vivencia de como el interprete de cine toma venganza por ellos no solo al afirmar su humani-dad (o lo que se les presenta as1) ante el sistema de l aparatos, sino al poner esa humanidad al servicio de su propio triunfo. "4

    El ejem lo del cine sirve a Ben'amin ara onere acento en}as metamorfosis q.ue los modos de producci6n y reiJroduZci6n mecanica Bevan a cabo sobre las condis;:i.Q-nes de vida y de producci6n de vida. De esta m.anera, se ..?ne de manifiesto_g~ no se trata de simples medias que el hombre crea con una finalidad, sino que, mas alia de su

    . .-supuesta finalidad, lo propio de esta creaci6n es operar una , transformaci6n en profundidad de todas las estructuras que !lrticulan la vida de los hombres.,.

    En este contexto y fras Ia atenta lectura de La Movi-lizaci6n Total (1930) y El Trabajador de Junger, asi como de los textos de Oswald Spengler o Max Scheler entre otros, se situa la reflexi6n de Martin Heidegger en La pregunta por la tecnica, conferencia pronunciada el 18 de noviem-4/ Benjamin, W., La obra de arte en Ia epoca de su reproductibilidad tec-nica [Urtext], Mexico, ed. ltaca, 2003, X, p. 69. Traducci6n de Andres E. Wickert. lntroduccion de Bolivar Echeverria.

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    Marlin Heidegger y Ia pregunta porIa tecnica

    bre de 1953 en la Universidad Tecnica de Munich. Entre el texto de Benjamin y el de Heidegger la humanidad ha asistido ala Segunda Guerra Mundial que, en lo que atafie a la cuesti6n tecnol6gica, obliga a destacar cuando menos dos hechos.

    bEn primer lugar, esta guerra, siguiendo el ejemplo de la Primera Guerra Mundial, no deja dudas del provecho de las guerras como campo de pruebas del desarrollo tec-nol6gico, teniendo su colof6n en las bombas lanzadas sobr~ Hiroshima y Nagasaki en 1945. Pero no hay que llamarse a engafio. Estos hechos no produciran en Heidegger una demonizaci6n de la tecnic~. _Para el, el peligro mas srande que acecha al hombre reside-rn. el olvido del ser en la des-apq.rici6n de su esenCia.5 '

    _En segundo lug!!r, esta guerra amplific6 el uso de los medios de comunicaci6n y, por tanto, de sus tecnologias -diarios, revistas, radio, dibujos animados, peliculas-, al servicio de la guerra. La guerra da muestras de esa movi-lizaci6n total que se cristaliza, como expuso Junger, en el mundo del trabajo.

    Desde este panorama, el fil6sofo plan tea una visi6n del mundo moderno en tanto realizaci6n tecnica de la metafisica cartesiana y post-cartesiana. La tecnica es, para Heidegg~r, "la 5/ Siguiendo a Emmanuel Faye, Heidegger habr'ia pasado de una posicion en Ia que, en 1940 los alemanes son todavla elogiados por su dominio total de Ia tecnica a una cr'itica de Ia esencia de esta. Cfr., "Pour l'ouverture des Archives Heidegger" en http:/ ; www.aps.sulb.uni_saarf\amd- de/theo-logie.geschichte/ inhalt/2006/07 .html (23 de noviembre de 2007). En G y para que poetas?" el filosofo escribe: "Lo mortal no es Ia tan mentada bomba atomica, en cuanto especial maquinaria de muerte. Lo que hace tiempo amenaza mortalmente al hombre, y precisamente con Ia muerte de su esencia, es lo incondicionado del puro querer, en el sentido de su deli-berada autoimposicion en todo. Lo que amenaza al hombre en su esencia es esa opinion de Ia voluntad que piensa que por medio de una liberacion transformacion, acumulacion y direccion paclficas de las energlas natura: les, el hombre puede hacer que Ia condicion humana sea soportable para todos y, en general, dichosa." En Heidegger, M., Caminos de Bosque, Ma-drid,Aiianza ed., 1995, p. 272. Traduccion de Helena Cortes y Arturo Leyte Y He1degger, M., La pregunta par Ia tecnica, op. cit., pp. 19-20.

    23

  • Las TIC: una reflexi6n filos6fica

    metafisica consumada" y la pregunta por la tecnica es por ello, como tambien lo fue para Ortega y Gasset, una cuesti6n onto-l6gica. 6

    A la pregunta por la tecnica, observa el fil6sofo ale-man, se acostumbra a ofrecer dos respuestas:

    /; 1. La tecnica es un medio. I 2. La tecnica es una practica humana. Ambas constituyen en el fondo una unica respuesta

    ya que se implican mutuamente. Esta forma de encarar la tecnica responde, segun Heidegger, a una concepci6n ins-trumental que hace de la tecn"ica una herramienta neutra y "iina mera aplicaci6n de la ciencia. Esta concepci6n impli-,ca a su vez la visi6n antropol6gica de la tecnica que _some-teria su supuesta neutralidad al uso que el hombre hace de ella.7 La esencia de la tecnica permite revelar, comprender el ser implicado en esta tecnica.

    La consideraci6n instrumental y antropol6gica impi-de alcanzar la esencia de la tecnica. Pensar la tecnica como medio no permite ver su esencia y, en consecuencia, impo-sibilita la toma de conciencia del significa

  • Las TIC: una reflexi6n filos6fica

    sentido de esa producci6n era el "desocultamiento". La t~cnica moderna, la que parte de maquinas que producen energia, es tam bien un descubrimiento, pero de un caracter diferente ya que lo que prevalece en esta tecnica es lo que Heidegger denomina la provocaci6n (her-aus-jordern). De la tecnica antigua ala moderna se asiste a un cambio cua-litativo en la noci6n de producci6n. Esto conlleva una con-:_ sideraci6n de la Naturaleza que no sera ya la de una physis implicada con la tecnica misma y con el hombre. La mirada que supone la tecnica moderna transforma la relacion con el entorno y da cuenta de esa conversi6n de la vida en ener-gia que enunciaba Junger.

    La ciencia moderna se caracteriza par 1m couoci-miento que no tiene como objetivo la sola compreDsj6n de

    }a verdad sino sobretodo, Ia transformacjon de la Naturale-za, tal y como Francis Bacon Jo m11estra en sn Novum CJ.r-

    Tanum (1620). En esta obra, el aforismo III e~pone el nrx.o entre el conocimiento humano y el poder, as1 como la exi-gencia de obedecer ala Naturaleza si se la quiere dominar. Este nexo adopta en Heidegger la forma de la provocaci6n:

    "EI hacer salir lo oculto que prevalece en Ia tecnica mo-derna es una provocaci6n que pone ante Ia Naturaleza Ia exigencia de suministrar energla que como-tal p~ed9 ser extralda y almacenada. Pero ~no es esto valido te,mbien para el antiguo molino de viento? No. Sus aspas se mue-ven al viento, quedan confiadas de un modo inmediato al soplar de este. Pero el molino de viento no alumbra energlas del a ire en movimiento para almacenarlas. "11

    11/ Cfr. Bacon, F., Novum Organum, Barcelona, Fontanella, 1917, aforis-mo Ill. Traducci6n de Cristobal Litran. Aunque pueda objetarse que como Michel Foucault mostr6 el saber se encuentra siempre en Ia base del poder esto no puede ocultar el cambio de paradigma que se produce en el siglo XVII cuando el saber pasa a identificarse con el conocimiento matematico, con lo que se dara en I lamar Ia raz6n calculadora que hara de las matemati-cas su modelo. Heidegger, M., La pregunta par Ia tecnica, op. cit., p. 24.

    26

    Martin Heidegger y la pregunta por la tecnica

    Frente al producir de la poiesis que implicaba la tec-nica antigua, la tecnica moderna se presenta como un de-safio (Herausjorderung) a la Naturaleza, una provocaci6n. _En este sentido, la tecnica moderna es violencia hecha ala Naturaleza. Esta. tecnica aparece cuando la raz6n se con-vierte en raz6n eficiente, raz6n calculadora que olvida la ,Naturaleza en tanto physis y la convierte en un gran dep6-sito de energia.

    La Naturaleza concebida como dep6sito, lugar deal-macenaje de materias primas que pasan a formar parte de una cadena de extracci6n y suministro, es aquella sobre la que se exige el dominio.

    La provocaci6n consiste en un sacar a la luz, un poner fuera la energia requerida a la Naturaleza. La pro-vocaci6n de la Naturaleza tiene por objetivo la apropia-ci6n de la Naturaleza misma en vista a las necesidades del hombre. D!; esta manera, la tecnica y la ciencia impli-g.,ada se jnvfsten como una forma de control, de dolJljuio y_ de posesi6n del mundo.

    Este aparecer de la raz6n calculadora es fruto, para Heidegger, del olvido del Ser que, desde Plat6n, muestra la metafisica occidental. Por ello, aunque con la tecnica. mo-derna el hombre se haga la ilusi6n de que es el quien domi-na, olvida lomas importante: el tam bien esta sometido a los imperativos de la tecnica y por lo tanto a la provocaci6n.12

    La tecnica moderna conlleva un proceso de opaci-dad. Con esta tecnica, todo funciona pero los usuarios des-conocen el por que de ese funcionamiento; no se sabe nada respecto al modo en que operan los objetos. Heidegger ve en este proceso un desarraigo de la misma tierra. El hom-

    . bre pierde sus raices, sus nexos con la tierra basta el pun to que, como Heidegger afirma, "donde el hombre vive ya no es la Tierra". La Tierra asiste a un "oscurecimiento uni-

    12/ Cfr. Cavallucci, V., Heidegger. Metafisica e Tecnica. Venecia, Arsenale Cooperativa editrice, 1981, p. 141 y Stiegler, B., La tecnica y el tiempo, Hondarribia, ed. Hiru, 2002, vol. I, p. 26. Traducci6n de Beatriz Morales Bastos .

    27 ?e?Wj~ ~ Hlt-flX"

  • Las TIC: una rellexi6n filos6fica

    versal" caracterizado por la huida de los dioses, su propia destrucci6n, la masificaci6n del hombre y el predominio de lo mediocre. En este sentido, las investigaciones sobre las posibilidades de vida en otros planetas no serian mas que una de las evidencias de ese desarraigo.13

    AI igual gue la Natmale7ia, el hQmbre se ha convertido en un dep6sito de energia del g_ue se ha de extraer el maxim_ rendimieill9. Su fuerza de trabajo y su producci6n seran obj:-

    ' to de cuantific;ci6n y cuando am bas mermen y no alcancen lo ~erado entonces, tambien el hombre sera desarraigado de su trabajo.14 En este sentido, el proceso de alienaci6n sefialado por Karl Marx y Friedrich Engels hace un siglo, bien podria entenderse desde Ia actualidad como una adaptaci6n nece-saria a este progresivo desarraigo. Se trata de un desarraigo que es hoy total, el desarraigo general del trabajo -entendi-do como espacio estable de realizaci6n del trabajador-, y la exigencia de la reconversi6n por doquier como.masca:va que

    13/ Cfr. Heidegger, M., "Entrevista del Spiegel", en La autoafirmaci6n em Ia Universidad alemana y otros escritos, Madrid, Tecnos, 1989 (1983). Es--tudio, traduccion y notas de Ramon Rodriguez. Publicacion postuma por expreso deseo del filosofo. Ver asimismo, lntroducci6n a Ia metafisica, Bar-celona, Gedisa, 2001, pp. 48-49. Traduccion de Angela Ackermann Pilari.

    La opacidad que produce Ia tecnica moderna conduce a Ia imagen del hombre como juguete de Ia tecnica misma. Asi en 1.1na resefia de Tiem-pos Modernos en el diario Le Rgaro se encuentra esta imag\;m jynto a Ia consideracion benjaminiana de que es el cine, arte de masa~. el que da mejor cuenta de estos cambios: "Los tiempos modernos es mas que una satira de Ia maquina: Es una vision mas sutil de este mundo moderno en el que el hombre, juguete de Ia maquina de Ia que solo conoce un engrana-je, leyes misteriosas, movimientos politicos de los que ignora el alcance, siente escapar lo real y persigue como una quimera un suefio que deberia estar a su alcance. Esta grave requisicion es expresada por el camino del arte mas a'ccesible a las masas. Una comedia de Ia que habiamos perdido Ia cualidad llamada pantomima, arte verdadero que se aleja de falsos arti-ficios y no pertenece mas que a los grandes artistas." Criticcl deLe Figaro, 12 de febrero de 1936. Para Heidegger el hombre solo seria juguete de Ia tecnica en tanto que olvida su propio sometimiento a Ia mirada tecnica, su formar parte de esa racionalidad calculadora.

    /

    14/ Se recordara al respecto que en el siglo XIX, economistas como Da-vid Ricardo, estimaban que el salario debia establecerse en funcion de Ia fuerza de trabajo.

    28

    Martin Heidegger y Ia pregunla porIa tecnica

    oculta que entre el trabajo y el hombre s6lo hay el manteni-miento de una 16gica: un producir que esconde justamente, la ausencia de sentido de todo el proceso. Su sentido es sabido, _se encuentra en la necesidad de la producci6n misma, en el

    ~odo de mantell.t:(r el capital en circulaci6n.. ~ objetara que ~te razonamiento s6lo es valido en el ambito de la producci6n paterial y no respecto al trabajo intelectual. No obstante, tam-bien en este ultimo funciona, cada vez mas descaradamente, la exigencia de una productividad que pasa, por ejemplo en el ambito educativo, por una mayor atenci6n al numero de alumnos que "promocionan", mas que al analisis del tipo de formaci6n -ahora llamada adquisici6n de habilidades, con- )(

    1,

    ceptos ... -, que se ha llevado a cabo. De este modo, terminos '\}-como rendimiento han pasado del ambito de las maquinas a

  • Las TIC: una rellexi6n lilos6fica

    aturaleza se transforman en existencias y este termino in-dica en si mismo, el desplazamiento que la tecnica moderna ha provocado. Las materias naturales no son pensadas en tanto que frutos de la aturaleza sino como mercancias, lo que es susceptible de ser contenido en el gran almacen y es apto para ser consumido. Tratar los productos de la Natura-leza como existencias es la consecuencia de esta planifica-ci6n y administraci6n que caracteriza la tecnica moderna y que encontraria su correlate te6rico en el desarrollo de las ciencias exactas.

    "EI rigor de las ciencias matematicas de Ia naturaleza es Ia exactitud. Aqul, todos los procesos que quieran llegar a Ia representacion como fenomenos de Ia naturaleza, han de ser determinados de antemano como magnitudes espacio-tem-porales de movimiento. Esta determinacion se lleva a cabo en Ia medicion realizada con ayuda del n..Qmero y del calcu-lo. Pero Ia investigacion matematica de Ia naturaleza no es exacta por el hecho de que calcule con exactitud, sino que tiene que calcular asl, porque su vinculacion con su sector de objetos tiene el caracter de Ia exactitud. "17

    La tecnica es un modo de encarar la Natura\eza y con ella tambien al hombre. Se trata de una forma del aparecer que transforma toda la organizaci6n del mundo. Por ello, la tecnica no puede ser reducida a una aplicaci6n practica de una teoria.

    La esencia de la tecnica radica en consecuencia, en esta estructura de emplazamiento ( Gestell) que de hecho, no es nada tecnico. Esta estructura de emplazamiento, expone Heidegger, es '~modo segUn el cuallo real y efectivo sale_

    "Mercanc1as destinadas a Ia venta, guardadas en un almacen o tienda." Cfr. DRAE. 17 I Heidegger, M., "La epoca de Ia imagen del mundo", en Caminos de bosque, op. cit. , p. 79.

    '

    Martin Heidegger y Ia pregun ta porIa tecnica

    . de lo oculto como existencias".18 La estructura de emplaza-miento hace que el hombre soli cite la aturaleza, este salir a la luz de lo que se mantiene oculto en tanto que existencias.

    La propia' l6gica de los instrumentos, como las cien-cias exactas, determina que Ia demanda del hombre se haga bajo unos terminos en los que lo real adopta la forma de stock (Bestand). Se traza asi lo que podriamos denominar como el dispositive planetaria actual. En el tiempo transcurrido entre La salida de lajabrica Lumiere en Lyon y Tiempos Modemos, se acent.Ua el caracter de existencias del propio trabajador. En la actualidad, ni siquiera sorprende que paises y conti-nentes enteros aparezcan sin pudor como reservas de mano de obra barata.

    ~La estructura de emplazamiento da muestra del ca-racter totalizador de la tecnica en el mundo moderno. Por ello, la tecnica no es un aiiadido al conocimiento cien~ - ; es una organizaci6n del propio mundo que ha dado Iugar, en expresi6n de Heidegger2 al "~stado tecnol6gico absoluto: 19

    En este Estado, la concepci6n meramente cuantitativa de la existencia, da cuenta de ese olvido del ser que denun-ciaba Heidegger. Esta cuantificaci6n, que sigue el p:r.:oyecto de matematizaci6n de la Naturaleza revalidado con la den-cia del Renacimiento, afecta asimismo a la experiencia hu-mana que, cada vez mas, sera concebida en terminos de acu-mulaci6n y no siguiendo criterios cualitativos. La cantidad ha devenido, como en el resto de los productos, calidad.20 La experiencia humana parece haberse sometido a lo explicado

    18/ Gestell significa armaz6n, dispositive, bastidor y es un derivado del verba stellen, poner. El termino suele traducirse en el usa que le da Heideg-ger como estructura de emplazamiento o como im-posici6n. Cfr. Heidegger, M., La pregunta par Ia tecnica, op. cit., pp. 15; 17, 18. 19/ Heidegger, M., Entrevista de/Spiegel, op. cit., p. 71 . . ' 20/ "Esto es alga que apunta en el hecho de que estan volviendose cal-culables incluso las casas desconocidas, incluso las casas que aun no han sido solucionadas -en el hecho, par tanto, de que se vuelve posible el realizar un plan y un pron6stico de las soluciones. En Junger, E., op. cit., p. 164.

    I

  • Las TIC: una reflexi6n filos6fica

    por Bacon en su primer libro del Novum Organum, donde se expone c6mo la experiencia debe ser un procedimiento que debe estar dispuesto a la verificaci6n y al control. En este sentido, el paso de la experiencia a la experimentaci6n indi-cara ese primer distanciamiento o desarraigo de la Natura-leza y pasara a confundirse, siglos despues, con lo que sera comprendido bajo el termino experiencia humana.

    Esta profunda modificaci6n del modo en que se reali-za y se explica la experiencia forma parte de la ilusi6n que el hombre se hace respecto a la tecnica. g_ hombre pi ens a .9Qe controla la tecnica pero, tal y como expone Heidegger, e) bomhre mismo esta so]jrjtado pQ.t.Ja tf:cnica, por su esencia, El hombre se encuentra inmerso en la misma estructura de emplazamiento que es la esencia de la tecnica y por ello es incapaz de percibir la provocaci6n como una interpelaci6n. 1 El hombre no se siente interpelado por la tecnica, lo que im-plica que, a la vez, no pueda encontrarse consigo mismo.

    La tecnica en este sentido, aparece para el fil6sofo como la culminaci6n de la metafisica occidental que empe-zaba con el olvido del ser. El hombre se olvida a si mismo pero no puede percibirlo porque cada vez se considera mas rico.

    El hombre, como la Naturaleza, es observado bajo las lentes de la mirada tecnica y, con ella, de la utilidad. Pero el peligro no es la tecnica, sino su caracter totalizador que pro-viene de su esencia, de esta estructura de emplazamiento. Es esta esencia la que debe abordar el hombre si no quiere convertirse en un mecanismo mas, en un objeto de calculo y planificaci6n. Lo que amenaza al hombre no es tanto el efec-to destructor que puede tener la tecnica, como qued6 demos-trado durante las dos guerras mundiales, sino la perdida de su propia esencia, su olvido. El problema es que el hombre adopte, tambien respecto a si mismo, la forma de la provoca-ci6n, su propia consideraci6n en tanto que material sujeto a una innovaci6n permanente, en tanto que existencias.

    La tarea urgente consiste en armonizar el desarrollo dispar entre ciencia, tecnologia y formas ,de cultura. Para

    32

    Marlin Heidegger y Ia pregtmta por Ia tecnica

    ello, conocer y ser consciente de la esencia de la tecnica y de su caracter totalizador es el primer paso.

    La reduccion a tecrlica de Ia cultura

    En una entrevista para el diario Spiegel, el fil6sofo aleman afirmaba:

    "Yo veo Ia situaci6n del hombre en el mundo de Ia tecnica planetaria no como un destino inextricable e inevitable, sino que, precisamente, veo Ia tarea del pensar en co-operar, dentro de sus ITmites, a que el hombre !ogre una relaci6n satisfactoria con Ia esencia de Ia tecnica. "21

    Para conseguir esta relaci6n satisfactoria con la esen-cia de la tecnica parece que es prioritario el propio recono-cimiento de esta esencia, asi como el ser capaz de combinar el acercamiento de la tecnica ala Naturaleza con una consi-deraci6n de esta en tanto que hogar, como casa. Habitar la Naturaleza y no solamente instalarse en ella como quien va a comprar a ver si quedan existencias. Tal vez seria esta la armonizaci6n a la que apuntaba el fil6sofo pero, pasado el tiempo, no sabemos todavia como llevarla a termino y da la impresi6n que, cada vez mas, la humanidad se siente rica y orgullosa de su progreso sin darse cuenta de que la estructu-ra totalitaria de la tecnica se infiltra por todos los resquicios. Esto no implica una consideraci6n negativa de la tecnica. Es la manera en que se ha constituido su esencia la que cons-tituye el peligro. Por ello, la consideraci6n calmada del pen-samiento puede ayudar. El hecho de imprimir el ritmo del pensamiento en la exigencia de innovaci6n permanente que va de la mano de la tecnica seria un primer paso que, de he-cho, todavia esta por darse.

    21/ Heidegger, M., Entrevista del Spiegel, op. cit., p. 77. Respecto a las afirmaciones de Heidegger segun las cuales Ia tecnica noes el peligro, sino el olvido de Ia esencia del hombre ver: Heidegger, M., La pregunta porIa tecnica, op. cit., pp. 19-20.

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  • (

    Las TIC: una reflexi6n filos6fica

    Este primer paso podria recalar en la cultur~ porque la organizaci6n tecnica del mundo incluye, par~ Herdeg~er, la reducci6n a tecnica de la cultura. Esta reduccr6n consrste en la planificaci6n seglin la cual el mundo del espiritu se con-vierte en cultura, es decir, las acciones del hombre son en-caradas bajo la forma de la cultura. Del mismo modo que la Naturaleza es sometida a un proceso de organizaci6n que incluye su dominio, tambien el mundo del espiritu sera objeto de este modo de acci6n. El mundo espiritual se torna cultu-ra para Heidegger, cuando el acontecer espiritu~l ?a~a a ser objeto de planificaci6n consciente. Por ello, la drstmcr6n en-tre la ciencia como saber tecnico-practico y la ciencia como valor en si de la cultura es falaz, pues ambas se encuentran para el fil6sofo en esta errada interpretaci6n del espiritu que hace del mismo espiritu objeto de planificaci6n.22 .

    La cultura aparece como la realizaci6n de los valores supremos a los que se llega mediante el cui dado 1de los bie-nes del hombre. En tanto que cuidado, la cultura debe tener tambien cuidado de si misma, lo que la termina convirtiendo en politica cultural.23

    Bajo el caracter totalizador de la tecnica, la cultura se convierte en gesti6n de la cultura. Gestionar la cultura no es hacer crecer la cultura y, en este sentido, no se puede olvidar que la cultura necesita un cultivo l~t6 que no se puede homologar con la velocidad que caracteriza el desa-

    , 24 . . . rrollo de la ciencia y la tecnologra. Crertamente, crencra Y

    22/ Heidegger, M., lntroducci6n a Ia Metafisica, Buenos Aires, ed. Nova, 1972, pp. 51-52. Traducci6n de Emilio Estiu. 23/ Cfr. Cavallucci, V., op. cit., p. 145 y Heidegger, M., La epoca de Ia imagen del mundo, en op. cit., p. 76. 24/ Nuestra civilizaci6n industrial, como explica Bertrfmd Gille,_ se fund& menta sobre el proceso de innovaci6n permanente. Una caractenst1ca que, por otro lado era destacada por Baudelaire a finales del siglo XIX, como lo propio de Ia era moderna. El deseo de novedad, de innova~~6n perm~nente produce segun Gille, un divorcio entre los ritmos de evoluc1on de Ia t~cn 1ca y los de Ia cultura. No hay duda de que Ia tecnica evoluciona mas ra_plda-mente que Ia cultura y que sena absurdo considerar que cultura es solo Ia cultura tecnica, ya que esta es solamente una pequena parte de Ia cultura.

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    Martin lleidegger y la pregunta porIa tecnica

    tf>cnica forman parte de la cultura, pero tambien es cierto que, hasta ahora, han respondido a maneras diferentes de relacionarse con el conocimiento.

    "Si, en algunos aspectos, Ia ciencia, en tanto que sistema particular de representaci6n, y Ia tecnologia, en tanto que sistema particular de acci6n, no son mas que sub-com-ponentes de Ia cultura, en otro sentido se separan para constituir sistemas ampliamente aut6nomos en interac-ci6n con Ia cultura, pero oponimdose a ella como lo uni-versal a lo particular, lo abstracto a lo concreto, lo cons-truido a lo qado, lo an6nimo a lo vivido, lo sistematico a lo existencial. Por esta raz6n es urgente preguntarse sobre Ia modalidades de interacci6n entre ciencia y tecnologia, por una parte, y cultura, por otra, y mas especialmente, preguntarse por como afectan Ia ciencia y Ia tecnologia al futuro de las culturas, ya sea en el sentido de una desinte-graci6n progresiva, ya sea en el sentido de Ia elaboraci6n de nuevas for mas culturales. "25

    El modelo cientifico es el que prevalece en las eva-luaciones de todo el quehacer del pensamiento, tal y como queda patente en la actualidad en el ambito universitario. Del mismo modo, la provocaci6n que indicaba Heidegger aparece por doquier. Piensese por ejemplo en el auge al-canzado en los ultimos afios por experiencias tales como el think tank o laboratorio de ideas desarrollados a partir de la Segunda Guerra Mundial y el brainstorming surgido al

    Este divorcio mostrana que, en nuestro tiempo, mantenemos como minimo, dos formas del preguntar respecto al conocimiento que desembocan en dos maneras diferentes de relacionarse con el entorno y con uno mismo. La formaci6n escolar estaria entonces, desde sus origenes como instituci6n educativa, completamente afectada por Ia esencia de Ia tecnica.

    Respecto a Bertrand Gille cfr. Ia conclusion de sus "Proleg6menos a una historia de las tecnicas", en Histoire des techniques, Paris, Galli-mard, La Pleiade, 1977. 25/ Cfr.,Ladriere, J. , Les enjeux de Ia rationa/ite, Paris, Aubier-Montaigne, 1977, p. 18. Citado en Stiegler, B., op. cit. vol. I, p. 32 .

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  • Las TIC: una rellexi6n filos6fica

    amparo del mundo de la publicidad en los aflos 40 y conce-bido como una reuni6n ereativa de ataque en equipo para resolver un problema, ambos ampliamente utilizados en los ambitos empresariales y politicos. El trabajador pone asi a disposici6n todas sus capacidades, al tiempo que es-tas practicas adoptan las formas de un proceso creativo que pretende emparentarse con el quehacer artistico.

    La ciencia y la tecnologia colaboran ala elaboraci6n de nuevas formas de cultura. Siguiendo a Benjamin, estas nuevas formas de cultura tal vez obran para 1a adaptaci6n del hombre a formas ineditas de vida, pero a la vez, no se puede olvidar que, como expone Landriere, pueden provo-carla desintegraci6n progresiva de formas de cultura. Para Heidegger la cultura es ya la planificaci6n del espiritu, la gesti6n. Por ello, el fil6sofo critica la transformaci6n del sa-ber en tecnica y de la transmisi6n del saber en tecnicas de transmisi6n. Respecto a la filosofia considera que el pensar llega a su fin y busca una sustituci6n cuando aparece como tecnica, instrumento de formaci6n escolar.26 Con ello el fi-l6sofo introduce Ia sospecha de que aquello que tiene que ver con la transmisi6n de un saber no es hoy mas que la tecnificaci6n de un gesto, el saber que se perdi6.

    Desaparecida la mirada del saber griego, la mirada tecnica baflaria toda posibilidad de "expefien,cia, tambien la de su transmisi6n. La conversi6n de la \rjda en energia significaria entonces la administraci6n de la vida misma. Todo debe ser planificado: en nombre de la seguridad, de la salud ... en definitiva, de la sociedad del bienestar.

    26/ Heidegger, M., Carta sabre el humanismo, Madrid, Taurus, 1966, p. 12. Traducci6n de Rafael Gutierrez Girardot.

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    Los pensadores de la Escuela de Frankfurt: Herbert Marcuse y el problema de la cultura

    Herbert Marcuse comparte con quien fuera su maestro, Martin Heide.gger, la mirada critica respecto a la tecnica. Con Marcuse esta mirada se desplaza desde la ontologia al analisis de las relaciones entre cultura y civilizaci6n y se centra en lo que el denomina la racionalidad tecnica. Sus estudios representan, asimismo, un replanteamiento del tipo de educaci6n que va ligada a esta racionalidad. En este sentido, Marcuse influy6 en un gran numero de pedagogos entre los que se encuentra Paulo Freire quien en su obra Pedagogia del oprimido toma de Marcuse su concepci6n de la cultura como proceso de humanizaci6n.

    En Notas para una nueva dejinici6n de la cultura, el fil6sofo parte de la distinci6n entre cultura y civilizaci6n. Los dos terminos remiten a una oposici6n anterior, clasica para la cultura alemana, y que es la que enfrenta el mundo de la experiencia interior y el mundo que es exterioridad. La cultura designa para Marcuse una "dimensi6n supe-rior de autonomia y realizaci6n humana", mientras que la civilizaci6n se corresponde con el "reino de la necesidad, del trabajo y del comportamiento socialmente necesario". En la civilizaci6n el hombre esta sometido a las condicio-nes y a las necesidades de la sociedad y, en consecuencia, esta fuera de si. En la cultura en cambio, el hombre se encontraria consigo mismo. Desde esta posici6n, la idea de progreso tecnico s6lo es aplicable a la civilizaci6n lo

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