socialismo siglo xxi ecuador

Upload: jhoffree-vazquez-del-rosario

Post on 14-Jan-2016

6 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

SOCIALISMO SIGLO XXI

TRANSCRIPT

EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI EN ECUADORIntroduccin

El socialismo del Siglo XXI es una nueva corriente ideolgica, surgida ante las necesidades sociales de la poblacin en Latinoamrica, comn en algunos pases. Presenta al igual que el socialismo clsico, algunas caractersticas similares, solo que ahora posee una democracia participativa y segn sus defensores, se adapta a la realidad de cada pas, no posee dogmas ni principios, es una nueva propuesta, ante la imposicin imperial de Estados Unidos. En sus enfoques, existen variaciones significativas, definicin y conceptos son muy tenues; eso convierte al tema en permanente discusin, con objeto de solucionar el antiguo y fracasado sistema capitalista.

Sin embargo, no posee nada de nuevo, a pesar de las apreciaciones de los jefes de estado o de los pensadores como Dieterich, los fundamentos son los mismos propuestos por Marx y Lenin. La lucha de clases se encuentra presente como elemento necesario, para liberar a la clase proletaria. En esencia este nuevo planteamiento, contiene serios vacios en su conceptualizacin. Se construir un nuevo socialismo se proclama permanentemente. La pregunta sera en dnde reside la novedad? Vistas as las cosas, desde los ngulos del socialismo democrtico y marxista, la proposicin del socialismo del siglo XXI en Venezuela y en Ecuador se presenta como una tesis difusa, confusa e ininteligible, salvo en algunas afirmaciones que por conveniencia poltica asientan el respeto de la propiedad privada aunque con fuerte regulacin estatal, la preservacin de la democracia poltica con importantes condicionantes y su diferenciacin con las experiencias socialistas del pasado. Los cuestionamientos y revisin que Bernstein hizo de Marx son las siguientes. En primer trmino, disput la teora de la plusvala la cual consideraba intil para explicar la explotacin, por cuanto se trataba de una construccin abstracta que no poda comprobarse en la vida diaria. En segundo lugar, Bernstein cuestion la hiptesis de Marx segn la cual el capitalismo registraba una tendencia hacia la concentracin del capital y de la propiedad, toda vez que lo que observaba en Alemania era la proliferacin de nuevos propietarios en cada vez ms negocios. El tercer aspecto de su crtica fue el relativo a la supuesta depauperacin de la clase obrera al visualizar, con base en las estadsticas, el aumento de los ingresos de los trabajadores y el fortalecimiento de la clase media, contrario a lo pronosticado por Marx. Finalmente, argument que en su desarrollo el capitalismo creaba mecanismos que lo fortalecan de las crisis peridicas del pasado.

Si de ello se tratase, entonces ese socialismo del siglo XXI tiene al menos cien aos de desfase por cuanto el mismo sera una versin incompleta, deformada y desmejorada de la propuesta primera de Bernstein, anteriormente comentada. No hay algo nuevo que merezca destacarse. Bernstein elabor una propuesta similar a la del socialismo del siglo XXI.En este trabajo ofrecemos una apreciacin general de esta ideologa contempornea, procurando exponer con claridad los temas, de manera que sea inteligible y pueda aportarse una opinin crtica al lector.

En el primer captulo aportamos un desarrollo histrico de corrientes filosficas, sobre todo centradas en el individuo, que ser negado por el socialismo, solo acepta una agrupacin, no a los individuos personales; sino todos son parte del todo. Posteriormente, en el segundo captulo, describimos los elementos importantes, para luego realizar una crtica a este pensamiento. En el tercero nos basamos en la Doctrina Social de Iglesia, concretamente en la Centesimus Annus del Papa Juan Pablo II, profundizando las declaraciones de algunos defensores, en especial del Presidente Rafael Correa, propugnador y defensor del Socialismo del Siglo XXI en Ecuador.CAPTULO II:

El socialismo del siglo XXI

Este tema se circunscribe inevitablemente en la era posmoderna, evidenciada por una bsqueda experiencial, ahora a nivel poltico. Entra en una categora novedosa; que mana de distintas concepciones. La complejidad en la definicin del tema, se halla limitada por su mismo fundador, Heinz Stefan Dieterich, quien la describe como realidad inacabada, con amplias generalizaciones, lo que puede ocasionar incluso una acefalia doctrinal; porque tampoco posee normas, ni principios. Estamos entonces, frente a una idea particular, generalizada por el poder poltico; como campo de accin se edifica en la democracia participativa y el control del estado al estilo del socialismo clsico. Alabado por unos, criticado por otros, el socialismo del siglo XXI, pretende superar al socialismo normal, encontrando sus defectos y errores, es un pragmatismo social, expresado en revolucin. Una revolucin surgida por los ciudadanos electores, quienes optan por un gobernante y le dan plenos poderes para ejercerlos a favor de los excluidos, para abolir las fuertes incidencias del capitalismo, cuyo resultado ha sido la pobreza y la explotacin, segn sus expositores.

Explicaremos sus caractersticas significativas, para luego realizar un anlisis de los efectos en los sistemas de gobierno:

1. ORIGEN IDEOLGICO:

La variedad de los conceptos utilizados por los pocos defensores, hacen determinar en una generalizacin bastante abstracta, entre capitalismo y socialismo, como buscando un nivel medio entre los dos opuestos. Este concepto puede definirse de varias maneras de pas a pas, pues busca en su propia realidad las respectivas modificaciones o planteamientos en el sistema gubernamental. El idelogo Dieterich (1996), propone en sus fundamentos: democracia total, una economa basada en el valor y el precio de los bienes de consumo, una centralizacin estatal. Dieterich, estudioso alemn, nico exponente del tema, considera utilizar las herramientas de la sociedad actual, para mejorar el concepto, abriendo camino a la piedra filosofal, del novedoso socialismo: las medidas a tomar sern segn las caractersticas de cada pueblo. A nivel intelectual no existen otros defensores, pero s un aparato poltico desesperado en ubicarlo en el sistema de gobierno. No estamos hablando de un socialismo al estilo de Marx y Engels, es un pragmatismo, sin fundamentos, a lo que venga. 2. INCIDENCIA DE LA CORRIENTE:

Este pensamiento cuyo receptor principal ha sido el Presidente de Venezuela Hugo Chvez, ha sido acogido inmediatamente por otros gobiernos de Latinoamrica: Ecuador con Rafael Correa, Argentina con Cristina Fernndez de Kirchner, Nicaragua con Daniel Ortega, Bolivia con Evo Morales, Brasil con Lula da Silva y Chile con Mishell Bachelet (con variantes muy significativas; podramos incluso decir un capitalismo social, lo mismo en el caso de Brasil). La mayora de los gobiernos no poseen en s mismos un totalitarismo claro, como es el caso de Chile y Brasil, e incluso Argentina, no hay exceso de control en el aparato gubernativo, en comparacin con Venezuela y Ecuador, donde la radicalizacin de las leyes aspiran a crear un estado omnmodo, a partir del concepto de participacin ciudadana; envueltos en una revolucin no surgida desde abajo, sino desde una idealizacin del lder poltico, frecuentemente convertido en slogan partidista: en Ecuador la revolucin ciudadana est en marcha, en Venezuela la revolucin bolivariana. En estos dos pases hay una insistencia ideolgica sobre el tema. Los principios diversos de este pensamiento, segn Dieterich, son los siguientes:a. Principios de Karl Marx, sobre sus postulados de dinmica social y lucha de clases.

b. Actualizacin y profundizacin de la teora marxista a la luz de los ltimos avances tecnolgicos.

c. Participacin democrtica de la poblacin en las decisiones, para construir una sociedad libre de la explotacin.

EJES DEL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI:1. Desarrollismo democrtico regional.

2. Economa de equivalencias.

3. Democracia participativa.

4. Organizaciones de base.

Los postulados han sido antes propuestos por destacados socialistas, desde Marx, Engels y Lenin. Los presupuestos descansan en el asidero doctrinal del socialismo clsico. De otro lado con perspectivas generales podemos entender estos ejes, cuando se exponen las lneas de accin comn de sta propuesta. Poseen los pases ese espacio para la adaptacin conforme a sus realidades, hecho que analizaremos ms adelante.En sus pilares estratgicos el socialismo del siglo XXI contempla:

1. El bloque regional de poder (BRP), integrado por los estados progresistas de la regin. Por ejemplo UNASUR, es el resultado del deseo de unificar criterios entre estados.

2. Bloque regional de poder popular: integrado por los movimientos sociales.

3. La autogestin.

4. Comunidades creativas.

En vanguardia se propone una educacin de la poblacin, para que se adapte al nuevo sistema, donde los jvenes comprendan al nuevo pensamiento. La edificacin del sistema socialista, la redistribucin estatal, la expropiacin de la propiedad privada presente en los ricos, la democracia obrera. Estas caractersticas no son oposicin al sistema ciberntico del modelo de libre mercado. Dieterich, hace una valoracin del trabajo calificado y no calificado. El nuevo socialismo es la expresin de las necesidades de los pobres, ante el injusto reparto de los bienes, el estado es quien decide sobre la justicia social y el reparto de las riquezas. Hugo Chvez, distingue al socialismo del siglo XXI: en lo poltico ms democracia y en lo econmico ms desarrollo colectivo, pero para satisfacer las necesidades de los pueblos y no para que una minora se enriquezca en detrimento de la vida de las mayoras empobrecidas y miserables.

DISTINCIN CON LA DEMOCRACIA BURGUESA

Este socialismo tiene diferencias significativas con la democracia burguesa, pues se limita a la relacin poltica y olvida la parte econmica y cultural, se necesita una democracia participativa que involucra las grandes masas. Se debe incluir el referndum ante decisiones transcendentales de la nacin. Dieterich integra: "una economa mixta, con propiedad productiva del Estado, propiedad cooperativa y propiedad privada". A su vez puede haber una democratizacin de los medios de produccin.SOCIALISMO DEL SIGLO XXI EN ECUADOR

En declaraciones vertidas sobre todo del Presidente Rafael Correa, se explica a sta ideologa, basada en dos fundamentos; segn l, los ms representativos: la Doctrina Social de la Iglesia, la Teologa de la Liberacin, se enfoca el rea social como lo ms preponderante, el ayudar a los desfavorecidos, e incentivar el desarrollo. A esto, se aaden las teoras marxistas del socialismo clsico, y las versiones del alemn Dieterich.Aqu encontramos la conjuncin y armona entre la doctrina social de la Iglesia, entre la Teologa de la Liberacin y el Socialismo del Siglo XXI. El punto de encuentro es, sin duda, la justicia social. Ese es el fin que perseguimos: hacer posible la transformacin, por la va democrtica, de las perversas estructuras que han dominado a hombres y mujeres sencillos de nuestro pueblo.

Inspirado en algunas encclicas sociales de la Iglesia Catlica, el Presidente Correa, propone un sistema en contra de los intereses de los pases desarrollados, quienes han tildado al Ecuador como tercer mundista. Inicia su explicacin con la encclica Rerum Novarum de Len XIII, quien acta en contra de la presin industrial sobre los trabajadores. Entre otros documentos pontificios que el Presidente Correa nombra en sus intervenciones, es la Encclica Populorum Progressio y Laboren Exercens; en sta ltima se aborda la temtica del trabajo, donde se ha generado la explotacin laboral en Ecuador. El responsable de estos problemas es la influencia del neoliberalismo, algunas de las medidas tomadas por este sistema han consistido en la explotacin laboral y la competitividad.Para esto, se generalizaron en Amrica Latina formas de explotacin laboral bastante bien disfrazadas con eufemismos como flexibilizacin laboral, tercerizacin, contratos por horas, etc. Cabe indicar que, de acuerdo a mltiples estudios, esta flexibilizacin laboral ha sido una de las reformas que menos resultados ha dado en la regin, sin que exista con ella mayor crecimiento, pero s una mayor precarizacin de la fuerza laboral, y con ello, mayor desigualdad y pobreza. Pero incluso si la flexibilizacin hubiere dado resultado, no podemos rebajar la dignidad del trabajo humano a una simple mercanca. Ya es hora de entender que el principal bien que exigen nuestras sociedades es el bien moral, y que la explotacin laboral, en aras de supuestas competitividades, es sencillamente inmoral.

En el socialismo no se hacen revoluciones, como un fin en s mismo; sino para empezar una revolucin, para alcanzar un horizonte abierto, en el que puedan introducir cambios en medida de las necesidades de los ciudadanos, de acuerdo con su intervencin consciente, en el marco de las limitaciones tecnolgicas y naturales.

Es un concepto en constante construccin y adaptacin a cada pas y regin", y uno de sus principios bsicos es "la supremaca del trabajo humano sobre el capital"

Rafael Correa Delgado

En una entrevista realizada a Gustavo Larrea, ex colaborador del Presidente Correa, explica que el socialismo del siglo XXI no necesita reglas, dogmas o verdades absolutas, sino es un proceso de formacin terico-prctico, distinto de la dictadura del proletariado, es una radicalizacin de la democracia. Cada persona del pas puede contribuir a este pensamiento, no es necesario las recetas de siempre, vamos a descubrir el socialismo mediante una praxis en la poblacin, para comprender las necesidades. En otras cosas; segn Larrea, no se requiere la estatizacin de los medios de produccin, sino la redistribucin de la riqueza, y en esa lnea la accin del gobierno del Ecuador aporta econmicamente a los agricultores, la produccin, la legalizacin de tierras, mejor educacin. El socialismo del siglo XXI no es una corriente universal ni pretende serlo, tampoco acepta dogmas ni verdades absolutas, sino que es un proceso de construccin prctica y terica

Gustavo Larrea

Es necesario atacar el cruel capitalismo, vestido de puritanismo, solapado en pensamientos de la Ilustracin, una lucha que ha de despertar los cambios, de aspirar no solo a un mal menor, sino a un bien mayor, el socialismo implica una transformacin social. Todas las fuerzas exteriores venidas sobre todo de Washington, han hecho enmudecer y acallar el vigor de la fuerza social, el socialismo es una respuesta a los malos gobiernos observados en el Ecuador, quienes han fallado uno tras otro, es hora del socialismo, lo que importa es el individuo social y solidario, pues tiene una gran carga de valores deontolgicos. Para el Presidente Correa, el nuevo socialismo, tiene puntos de fusin con el socialismo clsico:

La aplicacin de los principios de ese socialismo ha trado beneficios para Ecuador, donde se derrot a "veinticinco aos de neoliberalismo" gracias a la "planificacin estatal". () el "socialismo del siglo XXI", igual que el socialismo clsico, enfatiza la necesidad de un Estado fuerte, que participe en poltica con planes de desarrollo, planteamiento antagnico al modelo neoliberalCAPTULO III:

Crtica al socialismo del siglo XXI en EcuadorDOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA:

LA CENTESIMUS ANNUS FRENTE AL SOCIALISMO CLSICO

Y DEL SIGLO XXI

Hemos centrado nuestra atencin en este documento para distinguir el pensamiento socialista, obviamente las expresiones vertidas en el mismo hablan ampliamente de esta problemtica. Advertimos que la presencia de las encclicas sociales, en todo su conjunto, forman la Doctrina Social de la Iglesia (DSI), difiere mucho en los postulados propuestos por el Presidente Correa. Adems, Centesimus Annus es el ms cercano a la realidad del Socialismo del siglo XXI; otro documento sera Caritas in Veritate, sta ltima reciente.

El tema central, radica en dar continuidad a los documentos presentados por los predecesores de Juan Pablo II, las cuales forman el Magisterio Social de la Iglesia. Centesimus Annus hace una relectura de la Encclica Leonina, para distinguir las cosas nuevas (Res Noves), de esta poca, pone en evidencia la fecundidad de los principios de Len XIII, como patrimonio de la DSI, haciendo nfasis en los acontecimientos de la historia reciente.

Se defiende, el trabajo, la propiedad privada, las asociaciones, salario justo, libertad religiosa, se destaca el Principio de Solidaridad. Al igual que la Rerum Novarum, en esta exposicin se critica fuertemente al socialismo y liberalismo. Al socialismo se lo condena por la abolicin de la propiedad privada, mientras que al segundo por la injusticia en la reparticin de los bienes, sobretodo en los ms pobres. LUCHA DE CLASES

El socialismo instiga un odio entre la sociedad, una lucha dialctica, la propuesta a este nuevo socialismo no desecha la lucha de clases, al contrario, existe una acentuacin. La sociedad ecuatoriana, ve con preocupacin esta segregacin, donde hay una clara provocacin y ataque a los denominados pelucones o eptetos similares a los opuestos al rgimen o a sus polticas. En la doctrina propuesta por Dieterich, no se desechan los postulados de Marx, la lucha de clases es necesaria para equilibrar la sociedad.

El Papa Juan Pablo al referirse a este aspecto es muy enftico en recordar la censura a este tipo de concepciones. Se reconoce no una lucha de clases; pero s una lucha por la justicia social, no alimentada por el odio de pobres a ricos o viceversa, se abstiene de ofender la dignidad de las personas, de actos violentos; es decir, una discusin honesta. Lo que no se considera en el marxismo como lucha de clases, es el respeto a la dignidad de la persona, importa ms el inters, que suplanta el bien comn, y se opone frontalmente a otras ideas distintas del sistema.

La poca de los ataques por sorpresa, de las revoluciones hechas por pequeas minoras conscientes a la cabeza de las masas inconscientes, ha pasado. All donde se trate de una transformacin completa de la organizacin social tienen que intervenir directamente las masas, tienen que haber comprendido ya por s mismas de qu se trata, por qu dan su sangre y su vida. Esto nos lo ha enseado la historia de los ltimos cincuenta aos. Y para que las masas comprendan lo que hay que hacer, hace falta una labor larga y perseverante. Esta labor es precisamente la que estamos realizando ahora, y con un xito que sume en la desesperacin a nuestros adversarios.

El Papa Juan Pablo II, expresa su preocupacin, a respecto de la situacin laboral, en relacin con la propiedad privada, tomando textualmente las palabras de Len XIII: Luego los socialistas empeoran la situacin de los obreros todos, en cuanto tratan de transferir los bienes de los particulares a la comunidad, puesto que, privndolos de la libertad de colocar sus beneficios, con ello mismo los despojan de la esperanza y de la facultad de aumentar los bienes familiares y de procurarse utilidades. Adems entre otros puntos de gran relacin del documento de Len XIII, se expresa claramente:Para solucionar este mal (opresin, esclavitud), los socialistas, atizando el odio de los indigentes contra los ricos, tratan de acabar con la propiedad privada de los bienes, estimando mejor que, en su lugar, todos los bienes sean comunes y administrados por las personas que rigen el municipio o gobiernan la nacin. Creen que con este traslado de los bienes de los particulares a la comunidad, distribuyendo por igual las riquezas y el bienestar entre todos los ciudadanos, se podra curar el mal presente. Pero esta medida es tan inadecuada para resolver la contienda, que incluso llega a perjudicar a las propias clases obreras; y es, adems, sumamente injusta, pues ejerce violencia contra los legtimos poseedores, altera la misin de la repblica y agita fundamentalmente a las naciones.

La Iglesia no posee una estructura que beneficie al capitalismo o al socialismo. El Presidente Correa, en sus mltiples discursos y aseveraciones, ha dado a entender una inclinacin de la Iglesia a los grupos de poder. Las declaraciones de Correa, siempre desintegradoras, han aumentado la brecha entre ricos y pobres. Algunas de las apreciaciones dadas por l, siempre han sido trminos descalificatorios a la accin social eclesial, atribuyndose as mismo las actividades y acciones que a la Iglesia competen y no las ha hecho. El fin de la Iglesia es unir y no crear la divisin en su seno, Len XIII, nos lo recuerda lapidariamente:Pues como madre comn de ricos y pobres, excitada la caridad por todas partes hasta un grado sumo, fund congregaciones religiosas y otras muchas instituciones benficas, con cuyas atenciones apenas hubo gnero de miseria que careciera de consuelo. Hoy, ciertamente, son muchos los que, como en otro tiempo hicieran los gentiles, se propasan a censurar a la Iglesia esta tan eximia caridad, en cuyo lugar se ha pretendido poner la beneficencia establecida por las leyes civiles. Pero no se encontrarn recursos humanos capaces de suplir la caridad cristiana, que se entrega toda entera a s misma para utilidad de los dems. Tal virtud es exclusiva de la Iglesia, porque, si no brotara del sacratsimo corazn de Jesucristo, jams hubiera existido, pues anda errante lejos de Cristo el que se separa de la Iglesia.

Pero, si de la Iglesia Ecuatoriana se trata, han existido proyectos de ayuda social incluidos en la labor de la Iglesia como el Proyecto Amanecer, Accin, etc. La Iglesia tiene su eje en la accin apostlica de la Evangelizacin, es su fin inmediato, no solamente la labor social, para eso est el Estado, cuyo objeto es dirigir el bien comn a una realizacin de la sociedad a la que representa. El gobernante bajo ningn aspecto puede guiar a un pueblo por su criterio unilateral, pues no ha sido elegido para satisfacer sus intereses a costa del silencio de muchos. Lo preocupante, es el modelo del sistema cuya proposicin se hace pero no se cumple. En algunas declaraciones, la Iglesia Ecuatoriana ha sido muy enftica en cuanto a las manifestaciones sociales producidas en diversos sectores, fuentes de confrontacin, marchas y huelgas ante un sistema autoritario.

Un estado extremista y con persecucin, est destinado a la destruccin. En palabras de Juan Pablo II, la solucin obrera no est en un estado fuerte y poderoso, con todos los recursos a su disposicin; esto entra en clara oposicin con la propiedad privada y la libertad de los ciudadanos:De esta errnea concepcin de la persona provienen la distorsin del derecho, que define el mbito del ejercicio de la libertad, y la oposicin a la propiedad privada. El hombre, en efecto, cuando carece de algo que pueda llamar suyo y no tiene posibilidad de ganar para vivir por su propia iniciativa, pasa a depender de la mquina social y de quienes la controlan, lo cual le crea dificultades mayores para reconocer su dignidad de persona y entorpece su camino para la constitucin de una autntica comunidad humana.

No existe espacio en este sistema social nuevo, para el individuo particular, sino un individuo social, segn lo expresa el Presidente Correa; es decir no hay una distincin frente al socialismo anterior, donde las libertades individuales quedan abolidas, para sumir a la sociedad en una subordinacin al funcionamiento del mecanismo econmico-social (CA 13). El ser humano es tratado nocivamente ante la propuesta del socialismo, cuyo fundamento es considerado como simple elemento y una molcula del organismo social.Por el contrario, de la concepcin cristiana de la persona se sigue necesariamente una justa visin de la sociedad. Segn laRerum novarumy la doctrina social de la Iglesia, la socialidad del hombre no se agota en el Estado, sino que se realiza en diversos grupos intermedios, comenzando por la familia y siguiendo por los grupos econmicos, sociales, polticos y culturales, los cuales, como provienen de la misma naturaleza humana, tienen su propia autonoma, sin salirse del mbito del bien comn. Es a esto a lo que he llamado subjetividad de la sociedad la cual, junto con la subjetividad del individuo, ha sido anulada por el socialismo real.

Frente a las expresiones del Seor Correa, en cuanto a su fundamento ideolgico, la Iglesia no se plantea crear la lucha de clases, el Magisterio de la Iglesia es uno solo. El Magisterio Latinoamericano, ntimamente unido a toda la Iglesia, representado en Medelln, Puebla, Santo Domingo, Aparecida, y no son islas del camino magisterial, al igual que otros documentos, han dado soporte y viabilidad a toda la estructura eclesial. Estamos ante una propuesta muy diversa del socialismo del siglo XXI, el cual se opone a la Doctrina Social de la Iglesia (DSI), y en nada lo fundamenta. Para un cristiano en Amrica Latina, la cuestin moral fundamental es la cuestin social. Insisto en esto, porque a diferencia de la Iglesia latinoamericana de los aos sesenta y setenta, cuando la Conferencia Episcopal de Obispos Latinoamericana (CELAM por sus siglas en espaol) en sus encuentros de Medelln y Puebla puso en el centro de la accin pastoral la cuestin social, la jerarqua eclesial latinoamericana actual pone mayor nfasis en cuestiones de moral individual y en cuestiones de rito. De hecho, ya tenemos en Ecuador, coincidentemente en sectores bastante adinerados, nuevamente la misa en latn. En realidad, no solo a nivel de Amrica Latina y de Iglesia Catlica, sino a nivel mundial y dentro de otras iglesias cristianas, existe un resurgir del conservadurismo, enfocado, como manifestamos, en cuestiones de rito y moral individual.

El Sr. Presidente, se califica como cristiano de izquierda, dice no interesarle una Iglesia ritual, sino con justicia social; es decir, el trmino ritual al parecer, se refiere a sacramental; en tal caso la Iglesia, como lo expresa la Lumen Gentium es () en Cristo como un sacramento o seal e instrumento de la ntima unin con Dios y de la unidad de todo el gnero humano. La accin social es algo claro en la accin evangelizadora, la caridad no solo es la entrega de bienes hacia alguien, es un concepto mucho ms grande, implica una comprensin del misterio salvfico de Cristo. La revolucin de Cristo nunca fue y tendr una connotacin poltica, pues su fin no es ese. Sin embargo, siguiendo las enseanzas del Maestro, la Iglesia si denuncia las injusticias sociales de los pobres y marginados, donde expresa la opcin preferencial. Injusticias sociales, iluminadas desde la Palabra de Dios y la Eucarista; as, la accin social es una parte de esta misin recibida, no de un entramado poltico, sino de su Seor. La Iglesia en su misin fundamental, observa la evangelizacin, en el anuncio de Cristo, realiza su obra en el mundo, no solamente es social, su labor es ms amplia, nacida del mandato que recibi del Seor.Es la Iglesia convocada y constituida por Dios para que sea sacramento visible de esta unidad salutfera, para todos y cada uno. Rebosando todos los lmites de tiempos y de lugares, entra en la historia humana con la obligacin de extenderse a todas las naciones. Caminando, pues, la Iglesia a travs de peligros y de tribulaciones, de tal forma se ve confortada por la fuerza de la gracia de Dios que el Seor le prometi, que en la debilidad de la carne no pierde su fidelidad absoluta, sino que persevera siendo digna esposa de su Seor, y no deja de renovarse a s misma bajo la accin del Espritu Santo hasta que por la cruz llegue a la luz sin ocaso.

En el socialismo del siglo XXI, se habla de esfuerzo militar, de ser as, la carrera armamentista, no creara paz en los ciudadanos de sus propios pases y en las naciones vecinas, porque se evidenciara una amenaza de guerra. Este comportamiento se engloba dentro de grupos extremistas, donde se utiliza la fuerza para encontrar soluciones a los problemas; adems de lo negativo de las armas, lo constituyen el apoyo de la poltica para encubrir el delito, disfrazado bajo una supuesta ideologa, para quienes el fin justifica los medios. La lucha de clases ocasiona la guerra, en palabras del Papa Juan Pablo II: Sobre todo el mundo se cierne la amenaza de una guerra atmica, capaz de acabar con la humanidad, donde no hay ganadores ni vencidos, cuya hegemona es la extincin y suicidio de la humanidad.

Otra caracterstica observable en la realidad ecuatoriana, en el aspecto pragmtico, es la elaboracin de leyes en los rganos pblicos e incluso privados. La libertad de expresin y comunicacin es muy cuestionada por los periodistas, las leyes relativas a la minera, las leyes del agua, la autonoma universitaria, la abolicin de gremios de docentes (mediantes sutiles leyes financieras), etc. Es decir cada vez existe concentracin de poder, no slo econmico, sino en toda su estructura, incluido el sector privado. La preocupacin creciente de un estado con poderes totalitarios, coincide con la postura socialista clsica, cuyas primeras acciones consisten en justificar mediante leyes el rigor aplicado a la libertad individual de los ciudadanos en todas las reas: laborales, educativas, religiosas, e incluso familiares. Con tenacidad las leyes abren la posibilidad a muchas leyes antinaturales como la homosexualidad, el aborto, el irrespeto a libertad de la familia sobre la educacin de sus hijos.A esta concepcin se ha opuesto en tiempos modernos el totalitarismo, el cual, en la forma marxista-leninista, considera que algunos hombres, en virtud de un conocimiento ms profundo de las leyes de desarrollo de la sociedad, por una particular situacin de clase o por contacto con las fuentes ms profundas de la conciencia colectiva, estn exentos del error y pueden, por tanto, arrogarse el ejercicio de un poder absoluto. A esto hay que aadir que el totalitarismo nace de la negacin de la verdad en sentido objetivo. Si no existe una verdad trascendente, con cuya obediencia el hombre conquista su plena identidad, tampoco existe ningn principio seguro que garantice relaciones justas entre los hombres: los intereses de clase, grupo o nacin, los contraponen inevitablemente unos a otros. Si no se reconoce la verdad trascendente, triunfa la fuerza del poder, y cada uno tiende a utilizar hasta el extremo los medios de que dispone para imponer su propio inters o la propia opinin, sin respetar los derechos de los dems. Entonces el hombre es respetado solamente en la medida en que es posible instrumentalizarlo para que se afirme en su egosmo. La raz del totalitarismo moderno hay que verla, por tanto, en la negacin de la dignidad trascendente de la persona humana, imagen visible de Dios invisible y, precisamente por esto, sujeto natural de derechos que nadie puede violar: ni el individuo, el grupo, la clase social, ni la nacin o el Estado. No puede hacerlo tampoco la mayora de un cuerpo social, ponindose en contra de la minora, marginndola, oprimindola, explotndola o incluso intentando destruirla.

Otro rasgo evidente, pero muy guardado, son las acciones fascistas, el control militar. En Ecuador las FFAA son propietarias de varias empresas, que normalmente estaran en el sector pblico; por nombrar algunas, tenemos: la lnea area TAME, FLOPEC una flota petrolera, DINEAGRO una bananera, ANDEC una fbrica de hierro, DINIMOV una constructora de vivienda, etc. Los estados socialistas recurren a una prctica de militarizacin y centralizacin de poder, donde el mantenimiento de stos con altos beneficios, constituyen una clara tendencia al fascismo, error visto con dolor en la segunda guerra mundial y los ciudadanos sometidos a este tipo de rgimen. Hay que invertir los trminos de ese principio y reconocer ntegramentelos derechos de la conciencia humana,vinculada solamente a la verdad natural y revelada. En el reconocimiento de estos derechos consiste el fundamento primario de todo ordenamiento poltico autnticamente libre. Es importante reafirmar este principio por varios motivos: porque las antiguas formas de totalitarismo y de autoritarismo todava no han sido superadas completamente y existe an el riesgo de que recobren vigor: esto exige un renovado esfuerzo de colaboracin y de solidaridad entre todos los pases;

a. porque en los pases desarrollados se hace a veces excesiva propaganda de los valores puramente utilitarios, al provocar de manera desenfrenada los instintos y las tendencias al goce inmediato, lo cual hace difcil el reconocimiento y el respeto de la jerarqua de los verdaderos valores de la existencia humana;

b. porque en algunos pases surgen nuevas formas de fundamentalismo religioso que, velada o tambin abiertamente, niegan a los ciudadanos de credos diversos de los de la mayora el pleno ejercicio de sus derechos civiles y religiosos, les impiden participar en el debate cultural, restringen el derecho de la Iglesia a predicar el Evangelio y el derecho de los hombres que escuchan tal predicacin a acogerla y convertirse a Cristo. No es posible ningn progreso autntico sin el respeto del derecho natural y originario a conocer la verdad y vivir segn la misma. A este derecho va unido, para su ejercicio y profundizacin, el derecho a descubrir y acoger libremente a Jesucristo, que es el verdadero bien del hombre.

El socialismo niega la creencia de Dios, porque en su estructura dialctica no existe espacio para l, Dios sume a todos los creyentes en un opio latente. La idea de religin para el socialismo, unido a los postulados marxistas-leninistas, el fenmeno religioso es fruto de un temor, de una ignorancia. Los dioses existieron ante la imposibilidad del hombre de controlar las fuerzas de la naturaleza; en relacin con los pueblos primitivos, era una pulsin interior ante su imposibilidad de conocimiento racional, la religin no es otra cosa que el reflejo fantstico que proyectan en la cabeza de los hombres, las poderosas fuerzas naturales. Pero pronto al lado de ellas, entran tambin en accin los poderes que se enfrentan al hombre y que al principio son tan inexplicables y extraos para l como las fuerzas de la naturaleza y que al igual que stas, le dominan con la misma aparente necesidad natural. Ahora, las figuras de la fantasa, en las que al principio slo se reflejaban fuerzas misteriosas de la naturaleza sobran atributos sociales, se convierten en representantes de poderes histricos. Con el transcurso de la historia y la apertura de la mente del hombre a las realidades, se invent el hombre un dios monotesta, donde centraron toda su abstraccin sensible ante las potencias extraas que los gobiernan. Mientras los hombres se encuentran en manos de esos terribles poderes divinos, es una alienacin, una droga necesaria, impuesta por el ambiente inmediato: la religin es opio del pueblo. Esta dependencia se caracteriza por la opresin espiritual, sobre las masas aplastadas en la opresin. El modelo socialista del siglo XXI puesto a discusin es parecido en algunos aspectos, pero mucho ms peligroso, al aceptar solo parte del aspecto social, conforme a intereses.

Al afirmar los mandatarios representantes, tanto de Ecuador y Venezuela la influencia de la religin en las personas, intentan forjar una fe social, poniendo como modelo a Jess y sus denuncias en su tiempo, destacando su oposicin al sistema. El Presidente Correa, afirma ser un creyente de izquierda, una apostura bastante irreal en contraste con la fe que dice predicar; es decir, considera a la fe catlica como un medio solamente para la accin social. No existe otro fundamento ms errado que ste. Porque, como indicamos anteriormente, es el Estado el convocado a asumir la posturas que le competen en materia de gobernabilidad, asegurando el bienestar de los que representa. Entre otros aspectos, el Presidente Correa expresa como una intromisin de la Iglesia cuando se trata de enseanzas eclesiales de su encumbencia. Problemas como el aborto, el cambio de sexo, el irrespeto a la libertad educativa, etc. Afirma ser catlico cristiano y no acepta los fundamentos planteados por la Iglesia en su dogma total. Considera la Jerarqua de la Iglesia en un plano de poder econmico, que obviamente lo tiene, al igual que muchas instituciones pblicas y del estado; a las cuales est llamado a defender.

Cuando existe una valoracin dogmtica, de cualquier lado que proceda, los simpatizantes del movimiento, estn obligados en conciencia a aceptar todas las prescripciones emanadas en su organizacin, esto en todas las instituciones del sector pblico o privado. La Doctrina Social de la Iglesia, conforma un tratado unificado de las expresiones de los Papas, no es una particularidad adaptada a situaciones personales, peor an como slogan poltico. El servicio cristiano autntico consiste en expresar, por medio de una fe sincera, todo lo que expresa el misterio del Iglesia.

En lo referente a la teologa de la liberacin, cuya accin est centrada en la persona para liberarla de la opresin, donde los pobres son vctimas delpecadoque se convierte en un pecado social como estructura de acciones y omisiones que mantienen la opresin, la injusticia y la explotacin. Se trata de un pecado que va ms all de los pecados individuales y se transforma en unasituacin de pecado,un pecado colectivo se convierte enpecado estructural, de manera que la situacin de injusticia y corrupcin se mantiene mediante un pecado institucional y una violencia institucionalizada.En tal situacin de pecado el Reino de Dios es rechazado y el sistema de pecado lucha contra las comunidades y personas que anuncian la buena noticia de la liberacin del pecado, de cmo podemos salvarnos "de esta generacin perversa "estableciendo unas relaciones sociales nuevas decomunin, de plena solidaridad, de espiritualidad comunitaria que permitan que todos aporten para que cada cual pueda resolver sus necesidades (Hechos 2, 42-47); unas relaciones de amor y fe, no solamente de palabra, sino en los hechos(1Juan 3, 16-19;Santiago 2, 14-17). Ante estas apreciaciones, la Iglesia asume ciertamente la intervencin social, como lo ha demostrado siempre, pero no acepta una fe expresada en postulados marxistas, no abraza ningn sistema poltico ni ideolgico, pues su nico idelogo es Cristo, y conforme a su actuacin, la Iglesia anuncia el Reino de Cristo, denunciando la injusticia, sin abandonar su campo de accin evanglica, para abordar realidades ajenas a ella. El Papa Juan Pablo II, respecto de esto nos informa:

La crisis del marxismo no elimina en el mundo las situaciones de injusticia y de opresin existentes, de las que se alimentaba el marxismo mismo, instrumentalizndolas. A quienes hoy da buscan una nueva y autntica teora y praxis de liberacin, la Iglesia ofrece no slo la doctrina social y, en general, sus enseanzas sobre la persona redimida por Cristo, sino tambin su compromiso concreto de ayuda para combatir la marginacin y el sufrimiento.

En el pasado reciente, el deseo sincero de ponerse de parte de los oprimidos y de no quedarse fuera del curso de la historia ha inducido a muchos creyentes a buscar por diversos caminos un compromiso imposible entre marxismo y cristianismo. El tiempo presente, a la vez que ha superado todo lo que haba de caduco en estos intentos, lleva a reafirmar la positividad de una autntica teologa de la liberacin humana integral. Considerados desde este punto de vista, los acontecimientos de 1989 vienen a ser importantes incluso para los pases del llamado Tercer Mundo, que estn buscando la va de su desarrollo, lo mismo que lo han sido para los de Europa central y oriental.

Finalmente, respecto de la Teologa de la Liberacin se notan grandes diferencias con el dogma cristiano original, entre estos aspectos doctrinales presentamos, el anlisis de la congregacin de la fe, en aquel tiempo realizado por el Cardenal JosephRatzinger, actual Papa:1 - Desde un punto de vista teolgico, el anlisis marxista no es una herramienta cientfica para el telogo, que debe, previo a la utilizacin de cualquier mtodo de investigacin de la realidad, llevar a cabo un examen crtico de naturaleza epistemolgica ms que social o econmico.

2 - El marxismo es, adems, una concepcin totalizante del mundo, irreconciliable con la revelacin cristiana, en el todo como en sus partes.

3 - Esta concepcin totalizante impone su lgica y arrastra las "teologas de la liberacin" a un concepto de la praxis que hace de toda verdad una verdad partidaria, es decir, relativa a un determinado momento dialctico.

4 - La violencia de la lucha de clases es tambin violencia al amor de los unos con los otros y a la unidad de todos en Cristo; es una concepcin puramente estructuralista, para legitimar esa violencia.

5 - Decir que Dios se hace historia, e historia profana, es caer en un inmanentismo historicista, que tiende injustificadamente a identificar el Reino de Dios y su devenir con el movimiento de la liberacin meramente humana, lo que est en oposicin con la fe de la Iglesia.

6 - Esto entraa, adems, que las virtudes teologales de la fe, la esperanza y la caridad reciban un nuevo contenido como "fidelidad a la historia", "confianza en el futuro", y "opcin por los pobres" que en realidad les niega su sustancia teolgica.

7 - La politizacin de las afirmaciones de la fe y de los juicios teolgicos lleva a la aceptacin de que un hombre, en virtud de su pertenencia objetiva al mundo de los ricos, es, ante todo un enemigo de clase que hay que combatir.

8 - Todo eso lleva a un clasismo intolerable dentro de la Iglesia y a una negacin de su estructura sacramental y jerrquica, 'hendiendo al Cuerpo Mstico de Cristo en una vertiente "oficial" y otra "popular", ambas contrapuestas.

9 - La nueva hermenutica de los telogos de la liberacin conduce a una relectura esencialmente poltica de las Escrituras y a una selectividad parcial y mendaz en la seleccin de los textos sacros, desconociendo la radical novedad del Nuevo Testamento, que es liberacin del pecado, la fuente de todos los males.

10- Tambin entraa el rechazo de la Tradicin como fuente de la fe y una distincin inadmisible entre el "Jess de la Historia" y el "Jess de la Fe", a espaldas del magisterio eclesistico

Conclusin

En primer lugar, lo que hasta el momento se conoce como socialismo del siglo XXI en su versin ms trabajada, es el intento hecho por Heinz Dieterich; el cual se diferencia de la tesis socialdemcrata, toda vez que la misma persigue la eliminacin de la economa de mercado, la propiedad privada y el sistema de precios, lo que podra implicar retornar al trueque o la implantacin de un Estado omnmodo. En segundo trmino, a pesar de que el gobierno parece compartir al menos parte de estas ideas, en el mercado internacional del petrleo se comporta como un defensor de precios monopolsticos, hecho en s mismo contrario al ideal socialista.

Luego, no hay novedades. Este tipo de socialismo posee una estructura similar al socialismo del pasado, busca una estatizacin de todo, destruye la propiedad privada y afecta el desarrollo del individuo. Adems no compagina con la Doctrina Social de la Iglesia en todo su conjunto doctrinal, carece de una ideologa propia, toma de algunas fuentes su razn de ser. Se ha implantado este sistema en algunos lugares de Latinoamrica, entre ellos, Venezuela y Ecuador.

En la realidad ecuatoriana, se hace una unificacin muy sincretista sobre: marxismo-leninismo (socialismo), Doctrina Social de la Iglesia, y Teologa de la liberacin Por su expresin la Doctrina Social de la Iglesia es el desarrollo del Magisterio, no se supedita a apreciaciones simplistas, que disminuyan todo el vigor que mana de ella. La Teologa de la Liberacin es una expresin de un pensamiento. La Iglesia no aprueba algunas de sus ideas, por considerar que minan la esencia fundamental del cristianismo, disminuido solo a una actuacin meramente social, de lucha de clases. El Trueque y el Socialismo del Siglo XXI: El Confuso Socialismo del Siglo XXI, En Lnea, Tomado desde: HYPERLINK "http://www.analitica.com/media/5632705.pdf"http://www.analitica.com/media/5632705.pdf, el 20 de septiembre de 2009.

Discurso del Presidente Correa en la Universidad de Oxford: Experiencia como un Cristiano de Izquierda en un Mundo Secular, [En lnea], Tomado de: HYPERLINK "http://foro.univision.com/univision/board/message?board.id=ecuatorianos&message.id=56818"http://foro.univision.com/univision/board/message?board.id=ecuatorianos&message.id=56818, [Consulta 2009-07-26].

Discurso del Presidente Correa en la Universidad de Oxford: Experiencia como un Cristiano de Izquierda en un Mundo Secular, [En lnea], Tomado de: HYPERLINK "http://foro.univision.com/univision/board/message?board.id=ecuatorianos&message.id=56818"http://foro.univision.com/univision/board/message?board.id=ecuatorianos&message.id=56818, [Consulta 2009-07-26].

Algunas Reflexiones sobre la Despedida de Fidel Castro y un Libro Cubano Julio Cesar Guanche: En el borde de todo, el hoy y el maana de la Revolucin Cubana (Ocean Sur), [En lnea], Consultado en .HYPERLINK "http://www.rebelion.org/noticia.php?id=63697"http://www.rebelion.org/noticia.php?id=63697, [Consulta 2009-07-26].

El diario.ec (2009): Correa Defiende el Socialismo del Siglo XXI, [En lnea], Tomado desde: HYPERLINK "http://www.eldiario.com.ec/noticias-manabi-ecuador/72639-correa-defiende-el-socialismo-del-siglo-xxi/"http://www.eldiario.com.ec/noticias-manabi-ecuador/72639-correa-defiende-el-socialismo-del-siglo-xxi/, Consulta 2009-07-26].

El Mercurio.com: El Socialismo del siglo XXI rompe dogma y sectarismos, [En lnea], Tomado desde: HYPERLINK "http://www.elmercurio.com.ec/217697-%E2%80%9Cel-socialismo-del-siglo-xx-rompe-dogmas-y-sectarismos%E2%80%9D.html"http://www.elmercurio.com.ec/217697-el-socialismo-del-siglo-xx-rompe-dogmas-y-sectarismos.html, [Consulta 2009-09-23].

El Diario.ec (2009): Correa Defiende el Socialismo del Siglo XXI, [En lnea], Tomado desde: HYPERLINK "http://www.eldiario.com.ec/noticias-manabi-ecuador/72639-correa-defiende-el-socialismo-del-siglo-xxi/"http://www.eldiario.com.ec/noticias-manabi-ecuador/72639-correa-defiende-el-socialismo-del-siglo-xxi/, Consulta 2009-07-26].

Juan Pablo II: Carta Encclica Centesimus Annus (CA), nmero 3, Documentos Pontificios, nmero 3, Mxico D.F. 1991.

CA: nmero 16.

Marx-Engels: Las Luchas de Clases en Francia de 1848 a 1850, Libro dot.com. [Consulta 2009-09-23].

Rerum Novarum (RN), nmero 2.

.Ibdem nmero 2.

Ibdem nmero 22.

CA: nmero 26.

Discurso del Presidente Correa en la Universidad de Oxford: Experiencia como un Cristiano de Izquierda en un Mundo Secular, [En lnea], Tomado de: HYPERLINK "http://foro.univision.com/univision/board/message?board.id=ecuatorianos&message.id=56818"http://foro.univision.com/univision/board/message?board.id=ecuatorianos&message.id=56818, [Consulta 2009-07-26].

LG: nmero 1.

Ibdem, nmero 9.

CA: nmero 44.

CA: nmero 29.

Rubianes, Eduardo: Marxismo, Hombre si Dios no, Captulo I: Origen del Fenmeno Religioso, pp. 34. Ecuatoriana, Quito 1972.

Marx, Karl: En torno a la Crtica de la Filosofa del Derecho, pp. 3.

CA: nmero 26.

Teologa de la Liberacin, En Lnea, Tomado desde: HYPERLINK "http://es.wikipedia.org/wiki/Teolog%C3%ADa_de_la_liberaci%C3%B3n"http://es.wikipedia.org/wiki/Teologa_de_la_liberacin, el 20 de septiembre de 2009.