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CRITICÓN, 103-104, 2008, pp. 331-341. Sobre La torre de Babilonia, auto sacramental de Calderón de la Barca Artículo-reseña Françoise Gilbert LEMSO-FRAMESPA, Universidad de Toulouse-Le Mirail 1. Pedro Calderón de la Barca, La torre de Babilonia , ed. Valentina Nider, Pamplona/Kassel, Universidad de Navarra/Reichenberger, 2007, 256 p. (ISBN: 978-3-937734-49-1; Teatro del Siglo de Oro , «Ediciones críticas», 161; «Autos Sacramentales completos de Calderón», 61.) 2. Pedro Calderón de la Barca, La Tour de Babel , traduction d’Armand Jacob, prologue de Jean-Jacques Lafaye, Paris, L’Harmattan (col. Recherches. L’Autre Espagne), 2007, 122 p. (ISBN: 978-2-296-03777-9) Con su excelente edición del auto de Calderón La torre de Babilonia, la profesora Valentina Nider nos brinda un ejemplar particularmente logrado de la amplia labor editorial emprendida por la Universidad de Pamplona, conjuntamente con la editorial Reichenberger. Este volumen, el número 61 de la serie de Autos Sacramentales Completos de Calderón, ofrece un texto claramente establecido (véase el apartado 5: Estudio textual ), y esmeradamente puntuado y anotado (Texto del auto), que es lo primero que se espera de un trabajo de edición crítica. Pero también es de celebrar la muy documentada introducción que propone, mezcla equilibrada de erudición documental (1: Autoría y datación del texto), de concocimientos de arqueología bíblica CRITICÓN. Núm. 103-104 (2008). Françoise GILBERT. Sobre La torre de Babilonia, auto sacramental de Calderón de la Barca.

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Page 1: Sobre La torre de Babilonia, auto sacramental de Calderón de la

CRITICÓN, 103-104, 2008, pp. 331-341.

Sobre La torre de Babilonia,auto sacramental de Calderón de la Barca

Artículo-reseña

Françoise GilbertLEMSO-FRAMESPA, Universidad de Toulouse-Le Mirail

1. Pedro Calderón de la Barca, La torre de Babilonia, ed. Valentina Nider,Pamplona/Kassel, Universidad de Navarra/Reichenberger, 2007, 256 p.

(ISBN: 978-3-937734-49-1; Teatro del Siglo de Oro, «Ediciones críticas», 161;«Autos Sacramentales completos de Calderón», 61.)

2. Pedro Calderón de la Barca, La Tour de Babel, traduction d’Armand Jacob, prologuede Jean-Jacques Lafaye, Paris, L’Harmattan (col. Recherches. L’Autre Espagne), 2007,122 p.

(ISBN: 978-2-296-03777-9)

Con su excelente edición del auto de Calderón La torre de Babilonia, la profesoraValentina Nider nos brinda un ejemplar particularmente logrado de la amplia laboreditorial emprendida por la Universidad de Pamplona, conjuntamente con la editorialReichenberger. Este volumen, el número 61 de la serie de Autos SacramentalesCompletos de Calderón, ofrece un texto claramente establecido (véase el apartado5:� Estudio textual), y esmeradamente puntuado y anotado (Texto del auto), que es loprimero que se espera de un trabajo de edición crítica. Pero también es de celebrar lamuy documentada introducción que propone, mezcla equilibrada de erudicióndocumental (1: Autoría y datación del texto), de concocimientos de arqueología bíblica

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e historia literaria (2: Estructura argumental y alegórica: algunas notas preliminaressobre la circulación de los temas del arca de Noé y de la torre de Babel en el Siglo deOro), de fino análisis literario (3: Esquema argumental y sinopsis métrica) y de cienciaecdóctica y comparativa (4: La narración del diluvio: un caso de intertextualidad).

A propósito de la datación del auto (1: Autoría y datación del texto), ValentinaNider se vale con mucho provecho de un entonces inédito artículo de Charles Davis,publicado luego en el número 99 de Criticón1, para contemplar la posibilidad de unarepresentación del auto de Calderón en Yepes, en la fiesta del Corpus de 1637, juntocon la comedia El mágico prodigioso. Lo cual le permite poner en tela de juicio elparecer de Parker, quien juzgaba la obra sacramental muy temprana, antecedente alauto La cena de Baltasar (1634), cuyo ámbito babilónico comparte.

El segundo apartado del estudio preliminar, dedicado a la circulación de los temasbíblicos en torno a los que se organiza el auto, empieza estableciendo la relación creadapor Calderón entre diversos episodios veterotestamentarios (Génesis, 7-11),particularmente el del arca de Noé y del diluvio universal, y el de la construcción deBabel. A continuación, la investigadora ofrece un detallado estudio del motivo del arcadel diluvio y de lo que considera los núcleos principales de la historia de Babel en laBiblia, es decir, la construcción de la ciudad y la confusión de las lenguas. Analiza lasfuentes de estos relatos, que se remontan a la época de la historia antigua de lascivilizaciones urbanas de Mesopotamia. También se interesa por las ocurrenciasiconográficas de estos motivos, con las diversas formas que pudieron adoptar el arca y latorre en sus representaciones pictóricas de los siglos xv a xvii, emitiendo a partir de ellasalgunas hipótesis acertadas sobre el uso de dichos elementos en el decorado de larepresentación de nuestro auto.

Luego se dedica la estudiosa al examen de las varias fortunas teatrales de losmotivos, no sin exponer previamente su alcance simbólico y alegórico. Señala lasmúltiples ocurrencias de la temática en la obra de Antonio Enríquez Gómez, y señala laúnica obra de teatro relativa a dicha temática babélica, la comedia de la Soberbia deNembrot (¿1635?), del mismo autor, comparando, en el texto de la comedia y en el delauto, las figuras de Nembrot como tirano y salvaje, la imagen de la torre, la noción decastigo y el relato del diluvio.

En el tercer apartado (3: Esquema argumental y sinopsis métrica), organizado entorno a los elementos del arca y de la torre, la estudiosa detalla por secuencias elmovimiento dramático, añadiendo unas acertadas notas generales sobre la puesta enescena y sobre el provecho que se pudo sacar, durante la representación en la PlazaMayor de Yepes, del aparato escenográfico (precisamente arca de Noé, monte, y torrede Babel).

En la cuestión precisa del desarrollo dramático del auto y de su relación con lamétrica, debemos confesar que disentimos, en varios aspectos, de las conclusiones deValentina Nider. Permítasenos explicitar a continuación estas divergencias, sabiendo queestas observaciones en ningún caso invalidan la perspectiva globalmente muy acertadade la investigadora.

1 Davis, 2007.

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El citado apartado 3 se abre con la frase siguiente: «La estructura bipartita, tantasveces señalada en los autos de Calderón, tiene aquí correspondencia —como se hadicho— en la inspiración de dos distintos episodios del Génesis, el del arca de Noé y elde la torre de Babilonia constuida por Nembrot» (p. 42). Donde se ve que ValentinaNider se fundamenta en el criterio temático de las fuentes argumentales —o sea, los dosepisodios del Génésis aludidos antes— para concluir a una estructura bipartita del auto.

Nosotros, al contrario, nos fundamentaremos en unos criterios a la vez métricos yescénicos, que nos llevarán a abogar por una estructura tripartita, o sea, por unadistribución en las tres macrosecuencias —A, B y C— que aparecen en el cuadroadjunto. En este cuadro, las indicaciones cifradas que se dan en negritas y entreparéntesis en la segunda columna (Ia1, Ia2, etc.) corresponden a las divisionesestablecidas por Valentina Nider. Nos apoyaremos, para la fijación de estasmacrosecuencias, y aplicándola al género sacramental, en la teoría de Marc Vitse sobrela preeminencia del criterio métrico como principio estructurante de las comedias áureaspara corrales2.

Como puede verse en el cuadro siguiente, la separación entre nuestrasmacrosecuencias se corresponde, más allá de un cambio métrico, con un momento enque queda el escenario totalmente vacío (criterio escénico)3, y con una ruptura total dela continuidad espaciotemporal (criterios geográfico y cronológico). Es el casoprecisamente después del verso 758 (p. 183), como señala la acotación: «Vase el ÁNGELy entran por dos partes de la plaza HEBER, con ganados, pastores y LIBIO, villano; yARCENER con labradores, espigas y instrumentos de labranza, vestidos los dos depastores, y FLORO, villano; y representan sin subir al tablado», donde coincidimos V.Nider y nosotros para destacar el principio de un segundo movimiento. Pero mientrasella prolonga este segundo movimiento hasta el final del auto, nosostros proponemosotra estructuración, basándonos en la acotación que sigue al verso 1182 (p. 207) yseñala otro escenario vacío: «Vase. Cajas y salen al son todos los que puedan, rendidosHEBER, ARCENER, LIBIO y FLORO; detrás los salvajes y después NEMBROT».

Y si, por otra parte, pasamos al nivel de las subsecuencias de que constan sendasmacrosecuencias, los cambios métricos nos imponen las subdivisiones siguientes: A1, A2y A3; B1 y B2; C1 y C2, repartición que difiere notablemente de la ofrecida porV.�Nider.

2 En su teoría, Marc Vitse considera los datos de versificación como «los únicos datos absolutamentefidedignos ofrecidos por el dramaturgo», y por consiguiente como criterio prevalente para establecer laestructura de una comedia. Para más precisiones metodológicas, véanse Vitse, 1998, p. 50, y 2006.

3 Véase Ruano de la Haza y Allen, 1994, pp. 291-294.

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Versifi-

cación

La torre de Babilonia (1637)Acción por secuencias reorganizada

(organización Nider marcada en negritas)

Tiempo

Espacio

Historia de Noé —> Nembrot

Trayectorias dramáticas

AAvv. 1-144:silvas

A1A1 Noé, su mujer y sus hijos Sem, Jafet y Cam con sus respectivasesposas salen del arca apostrofando algunos elementos de la naturaleza(Ia1).Noé, en agradecimiento de la salvación del mundo, ofrece sacrificios aDios ayudado por Sem y Jafet (Ia2).

acabado eldiluvio

Armeniahijos de Noé

Noé celebra a Dios por laredención del género humanodespués de 1 er� p ecado desoberbia

vv. 145-534:décimas

A2A2 Cam se aparta de los demás (Ib1). Luego, escondido, observa a Noé,quien se emborracha involuntariamente y, antes de caer en el suelodormido y medio desnudo, intenta, a petición de Cam, contar una visiónprofética de la Eucaristía (Ib2). Cam, escarneciendo a Noé, insta a suhermanos a que se burlen de su padre, pero éstos se niegan y lo cubrencon sus mantos (Ib3). Noé despierta, intentando explicar su visión, yentiende luego lo que ha pasado. Bendice a Sem y Jafet y maldice a Cam(Ic1). Salen las mujeres lamentando el desacuerdo entre los hermanos y elenojo del padre. Cam amenaza con vengarse de sus hermanos, y Noéreparte la tierra entre ellos para evitar una guerra civil. Sem y Jafetaseguran que volverán a Armenia con su descendencia, mientras Campromete volver con sus hijos, vengarse y someterlos a todos (Ic2).

Armenia

hijos de Noé

Cam hijo malo, Sem y Jafethijos buenos —>1a reproducción del conflictooriginal entre piadosos ysoberbios.

Maldición de Cam y bendiciónde los otros, reparto de la tierraentre ellos

vv. 535-758:romance é

A3A3 Sale el Ángel, que garantiza a Noé que su deseo se va a cumplir yluego relata en un romance, «sincopado el tiempo», la historia de lasgeneraciones de los tres hijos de Noé (Id).

Armeniasincopado eltiempo (+ 2

generaciones)

1a intervención del Ángel —>Historia de las generaciones dehijos de Noé

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BB

vv. 759-870:octavas

B1B1 Llegan desde distintas regiones de la tierra los descendientes de los hijosde Noé, preguntan por él. Llegan primero Heber y Acener, y luegoNembrot y su familia, salvajes gigantes. Noé les recuerda que la maldad delos hombres había causado diluvio, y ellos piden que cuente la historia(IIe).

Armenia

biznietos deNoé

Llegada de la descendencia deNoé: Heber (<=Sem), Acener(<=Jafet)y Nembrot (<=Cam)—> 2a reproducción delconflicto originial entrepiadosos y soberbios.

vv. 871-1182:romance ú-a

B2B2 Relato del diluvio (IIf). Nembrot ilustra su proyecto de construcción dela torre tras interrumpir, incrédulo, el relato de Noé, quien le contesta, yluego Heber (IIg1). Nembrot declara la guerra a los demás y sale ganando.Luego se va, llevándose a todos esclavos. Noé se queda solo en Armenia(IIg2).

Armenia<Diluvio>

biznietos deNoé

Relato del diluvio por Noé:castigo 1ero

Rebelión y locura de Nembrotcontra Dios y sus hermanos:pecado 2o

CC

vv. 1183-1337:quintillas

C1C1 Nembrot y los cautivos llegan a Senaar y todos, menos Heber, aceptana Nembrot como rey, atribuyéndole características divinas (IIh1).Construyen todos juntos la torre, pero la obra queda interrumpida tras lallegada del Ángel (IIh2).

Campos deSenaar

biznietos deNoé

Deportación por Nembrot delos hebreos

Construcción de la Torre

vv. 1338-1550:romance ó.

C 2C 2 En un primer momento se quedan todos parados; luego no seentienden unos a otros, no consiguiendo por tanto trabajar juntos. ElÁngel se dirige a Nembrot para condenarle y la torre se derrumba en unanube de fuego. Heber y el Ángel le piden a Nembrot que proclame lagrandeza de Dios y se enmiende, pero acaba despeñadose desde lo alto deun monte. Apoteosis del Sacramento (IIi).

Campos deSenaar

biznietos deNoé

2a intervención del Ángel —>castigo 2o triple: Confusión de las lenguas Destrucción de la Torre Muerte de NembrotRedención anunciada:la Eucaristía

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Nuestras divergencias organizativas no son, pues, poca cosa y merecen que sobreellas hagamos algunos comentarios. Nazca la primera de la lectura de la conclusión queda la editora del auto a la que nombra «secuencia Ic2» (p. 57): «La seguridad de que losdescendientes de Noé irán a verle, volviéndose a reunir todos, es una importanteinnovación de Calderón que contribuye a proporcionar unidad a la estructura ycontinuidad entre la primera y la segunda parte del auto, unidad que, por otra parte,queda garantizada por la presencia de Noé en ambas secciones». No es así, porque lareunión de la descendencia de Noé alrededor suyo sólo se dará en nuestramacrosecuencia B: al final de nuestra secuencia B2, en efecto, Nembrot se lleva a susprimos cautivos desde los montes de Armenia hasta los campos de Senaar, lo que anula,para la tercera macrosecuencia C, la unidad espacial apuntada por la investigadora.

Por otra parte, si la continuidad entre nuestras macrosecuencias A y B la aseguraindiscutiblemente la presencia del personaje de Noé, dicha continuidad desaparece entrenuestras macrosecuencias B y C, ya que al final de la macrosecuencia B Noé se quedasolo en Armenia, y no vuelve a aparecer en la macrosecuencia C. El valor estructurantede la presencia del personaje evocado por V. Nider no vale pues para los 367 versosfinales. Y es que a la figura de Noé, que encarna al hombre piadoso distinguido porDios («[Dios] / me mandó labrar un arca», v. 907) se ve sustituida por la de Heber,caracterizado por el Ángel en su discurso anunciador como padre de los Hebreos, yorigen de la rama de Jesé por la que vendrá «humanado al mundo, aquel / Hombre yDios, grande Mesías» (vv.�648-649). Esta sustitución ya venía anunciada cuando,durante el relato del diluvio, Noé es interrumpido por las objeciones racionalistas deCam, y Heber es quien toma la palabra para defender la obra divina («Mejor a un jovenle toca / responder: detente, escucha, / bárbaro sin Dios, pues niegas / estas grandesobras suyas», vv. 1039-1042). Y si Heber prolonga a lo largo de la macrosecuencia Ceste papel iniciado en la macrosecuencia B, es porque, en el conflicto que le opone alsoberbio Nembrot, encarna al hombre piadoso. Así se renueva —con la repetición, entrelos primeros (Heber y Nembrot), de la oposición que se daba entre Noé y los pecadoresvanidosos, o entre Sem y Jafet y el irreverente Cam—, la tensión existente desde elprincipio del auto entre pecado y castigo de los despiadados y redención de los piadosos.

Nuestro segundo comentario tiene que ver con lo que dice la profesora Nider dellargo relato del diluvio universal que se inscribe en lo que ella llama la secuencia IIf (osea, parte de B2 para nosotros). Este relato, nos dice, «tiene la función de proporcionaruna pausa en la acción y al mismo tiempo establece cierta relación de simetríaestructural con el anterior relato del Ángel, también un resumen del Génesis» (p. 61). Deacuerdo para la función de pausa y la idea de «simetría estructural». Pero conviene irmás lejos y profundizar en dos aspectos de dicha simetría.

Primero, queremos subrayar que, del mismo modo que el relato del Ángel permitíaque, «sincopado el tiempo» (v. 751), se acelerara el desarrollo dramático para sugerir laaparición de una nueva generación y llegar en pocos versos, «ya sin sentir» (v. 739), alepisodio inventado de la vuelta de los nietos de Noé a Armenia, con el que se inicia lamacrosecuencia siguiente, del mismo modo, pues, el relato del diluvio permite unaanalepsis que nos envía provisionalmente antes del tiempo dramático de los primerosversos del auto. Este empieza precisamente en el momento en que, en el tiempocronológico bíblico, termina el relato del diluvio por el Ángel. La simetría entre estos

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dos relatos reside pues sobre todo en su función de creación provisional de un nuevotiempo dramático que, además de generar una pausa en el desarrollo dramáticoprincipal, crea un perspectivismo temporal que instaura una aprensión cíclica de losacontecimientos. Y, de hecho, para las tres generaciones que aparecen a lo largo del auto—la de Noé, la de Sem, Jafet y Cam, hijos de Noé, y la de Heber, Arcener y Nembrot,biznietos de Noé—, comprobamos la exacta repetición de la misma tensión entre pecadoy castigo de los despiadados y redención de los piadosos. El pecado de la generación deNoé, que le mereció el diluvio a la humanidad, se produjo antes del principio del tiempoescénico («—tan antiguo es en el mundo / el ser vana la hermosura—; / vano y hermoso,en efecto, / eterna mansión se juzga, / sin parecerle que haya / —por castigo de susculpas— / flechado un universal / diluvio que le destruya» (vv. 887-894), mientras que laredención de los piadosos de esta generación —principalmente Noé— abre precisamentela macrosecuencia A; el pecado de la generación de Sem, Jafet y Cam se realiza durantela macrosecuencia A (en presencia de su padre desnudo y ebrio, Cam se burla de él yrecibe su maldición), mientras la bendición de los piadosos (Sem y Jafet que cubren aNoé) les redime del castigo. Y, finalmente, en la macrosecuencia B se reproduce elmismo conflicto entre piadosos (Heber y Acener) y soberbio (Nembrot): después deejemplificarse en el relato del diluvio el castigo de la soberbia de la humanidad, seiniciará el pecado de soberbia de Nembrot, que se prolongará en la macrosecuencia Cpor la edificación de la torre, y recibirá su castigo en tres desventuras diferentes,mientras que los piadosos recibirán la noticia de la redención eucarística.

De modo que la analepsis de la narración del diluvio por Noé, en la macrosecuenciaB, va a favorecer la asimilación del castigo diluviano con su equivalente dramáticotriplicado en la macrosecuencia C2. El relato sirve entonces para anunciar la vuelta de latemática del castigo en la macrosecuencia C y, a la vez, para recordar el inicial castigoque precede a la macrosecuencia A, estableciendo no sólo «cierta relación de simetríaestructural», sino sobre todo, la continuidad dramática lógica4 entre lasmacrosecuencias A y C.

Hasta tal punto que se podría cuestionar la afirmación inicial de la página 13:�«Elargumento de La torre de Babilonia pone en relación dos episodios bíblicos, el de Noé yel diluvio universal y el de la construcción de la torre de Babel, que en la Biblia (Génesis,7-11) se cuentan en relatos de muy diferente extensión, mientras que en el auto llegan aconstituir las dos partes de un díptico». Si de hecho se trata de un díptico, ¿cómo puedeconcebirse, desde una perspectiva dramática, que su primera parte sólo sirva parajustificar los rasgos morales de Nembrot, gracias a la intervención del mero eslabóngenealógico que constituiría el personaje de Cam? Otra pregunta surge, para nosotros,con esta afirmación de la p. 42: «A pesar de que ambas partes tienen la mismaextensión, el interés del espectador se centra sobre todo en el segundo episodio, ya que,si al principio aparece el arca, es tan sólo para explicar la causa de la maldición de Cam

4 Señalamos, en la p. 64, un error puntual : mientras la sinopsis métrica de la p. 44 hacía que terminara lasecuencia g) de Valentina Nider en con el fragmento en romance (ú-a), en el verso 1182, para iniciarse en el v.1183 su secuencia h), que abarca las quintillas de los versos 1183 a 1337, el apartado h1) de la página 64empieza con el verso 1083, cuando, según lo expuesto anteriormente, los versos 1083-1183 tendrían quecorresponder, en el esquema de nuestra colega, con la secuencia denominada g2). Esta confusión, sin duda deorigen mecánicotipográfico, invalida pues todo el párrafo central de la p. 64.

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y de la monstruosidad de Nembrot». ¿Cuál sería entonces el desarrollo dramático quevertebraría los 1550 versos del auto, confiriéndole su coherencia y pertinenciadramáticas? A no ser que nos contentemos con el juicio de Parker según el cual nuestroauto da muestras de cierto «arcaísmo» (citado p. 13) y «adolece de una concepción algosimplista» (citado p. 69), parece necesario subrayar las grandes líneas dramáticas queconducen desde la llegada de Noé al monte Ararat (v. 1) hasta el castigo final de lasoberbia de Nembrot y la celebración de la Eucaristía (vv. 1527-1550)5.

Es verdad que, al reunir distintos episodios de un mismo libro bíblico en la tramaargumental de una sola obra cuyo título, La torre de Babilonia, sólo insiste en la últimafase de la cronológía bíblica, Calderón quizas dificulte la percepción del movimientogeneral del drama. La profesora Mercedes Blanco, en un magnífico artículo6 —tambiéncontemporáneo de la edición de V. Nider, pero inédito en aquel momento—, artículocomparativo sobre tres autos de Calderón, entre los que figura La torre de Babilonia,evidencia las dificultades planteadas por la materia bíblica, y sus consecuencias para eleje argumental de nuestro auto: «El material bíblico de este tercer auto de nuestro grupoprocede de los capítulos 7 a 9 del Génesis que narran el diluvio y lo que le sigueinmediatamente, la embriaguez de Noé, la maldición de Cam y Bendición de sus otrosdos hijos, Sem y Jafet. A este material se anuda en la segunda parte, separada de laprimera por la intervención de un ángel que lleva la cuenta de tiempos y generaciones, elcapítulo 11 del Génesis donde se relata el episodio que suele conocerse, en base a unadrástica simplificación, como el de la “Torre de Babel”. Las dificultades de Génesis, 11,1-9, […] proceden no sólo de los enigmas de un texto fascinante y engañosamentesimple, sino de su problemática inserción en el contexto que lo rodea. La historia deBabel surge como un meteorito, sin relación manifiesta con lo que precede, lasgenealogías de dos de los hijos de Noé, Jafet y Cam (Génesis, 10) y lo que le sigue, lagenealogía del tercer hijo, Sem (Génesis, 11, 10-25). […] en La torre de Babilonia, elarcaico y elíptico texto que ofrece la fuente bíblica aparece recubierto, o más bienocultado, por el aluvión secular de comentarios e interpretaciones. […] Sin embargo, loque resulta de todo ello está relativamente claro: la erección de la torre (elemento únicoque absorbe la «ciudad y torre» mencionadas en el Génesis) se atribuye, como suelehacerlo la tradición cristiana, a Nembrot, nieto de Noé, de la estirpe maldita de Cam,que aparece en el auto bajo las apariencias de un gigantesco salvaje cubierto de pieles».La profesora Blanco insiste en la reelaboración y reorganización calderoniana —en dosmovimientos, también, según ella— de esta materia bíblica desprovista de continuidad

5 Valentina Nider intenta rechazar estas alegaciones de debilidad estructural y conceptual del auto,subrayando que «[…] Calderón consigue amplificar el dictado bíblico, por una parte, añadiendo relatos ydigresiones, como la narración del diluvio universal o el resumen de las sucesivas generaciones de losdescendientes de Noé; por otra, incluyendo algunas escenas bastante estáticas, como las de las llegadas odespedidas, o ceremonias de exaltación de la realeza —por lo demás típica del género— que puedenrelacionarse con las costumbres de la vida política del siglo xvii. La interpretación alegórica y figural de losdistintos episodios bíblicos —constante a lo largo de todo el texto— se introduce aprovechando unos recursotópicos: sueños y visiones, premoniciones y votos, repeticiones de lexemas e imágenes» (p. 13). Pero losrecursos aquí valorados, no contribuyen, a nuestro parecer, a poner de realce una dinámica dramáticacoherente, sino que, al contrario, refuerzan la impresión de yuxtaposición de momentos dramáticos sinperspectiva global explícita.

6 Véase Blanco, 2007, pp. 52-53.

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lógica aparente, y pone de realce la concepción hereditaria de la maldición llevada porCam, y la perpetuación que conoce en sus descendientes.

Por nuestra parte, volviendo al reparto tripartito de la estructura que propusimosanteriormente, diremos que este movimiento ternario permite la distribución en cadamacrosecuencia de elementos del ciclo “pecado y castigo de los pecadores/redención delos piadosos” que señalamos antes. Dicho mecanismo le fue revelado a Noé en su sueñoprimerizo: «De que conozco también / el misterio que en mí hubo / pues en usar de élestuvo / encerrado el mal y el bien: / que si los que así me ven / unos me obliganrendidos / y otros burlan atrevidos, / hoy a ser mi sueño viene / obra de Dios, pues quetiene / reprobados y elegidos» (vv. 395-404), y se reproduce (A2), en la segundageneración, con la maldición del hijo malo Cam y la bendición de Sem, y en la tercerageneración. En el caso de los biznietos de esta tercera generación representada (aunquesea la cuarta a partir de Noé), se reparte la reproducción del mecanismo conflictivo enlas dos macrosecuencias B y C. La continuidad en los pecados que generan los diferentesconflictos se explicita claramente cuando Noé relaciona la soberbia humana pasada y lasoberbia presente de Nembrot: «aquesas ambiciones considera, / Nembrot, que a todo elmundo dieron muerte / cuando a un abismo de agua y a otro absimo / fue tumba ymonumento de sí mismo» (vv. 859-862). La fase “pecado” del conflicto se reparte sobrelas secuencias B2 y C1, mientras que el castigo del pecado se desarrolla en la secuenciaC2, conclusiva («Por cuya causa enojado / el Cielo te confundió, / para enseñar queninguno / se atreva con ciego error / más que a admirar sus secretos; / pero aexaminarlos no», vv. 1471-1476), así como la redención futura de los piadosos («Ensolo Heber, porque en fin / su sangre el cielo escogió, / la natural lengua dure»,vv.�1427-1429).

De ahí que concluya el auto con las palabras de Heber, nuevo representante de la fe yla piedad: «Y sirva para escarmiento / de cualquier presunción / que quiera tocarmisterios / la soberbia de Nembrot» (vv. 1543-1546), cuando empezaba con elescarmiento pre-escénico del diluvio, y la redención de Noé.

Esta ejemplificación, en el auto, de la tensión “pecado y castigo de lospecadores/redención de los piadosos” la sintetiza, aunque con un enfoque diferente,M.�Blanco, cuya meta, por otra parte, es subrayar la coherencia de los tres autoscalderonianos de ámbito babilónico, es decir La cena de Baltasar, La torre de Babiloniay Mística y real Babilonia : «Podemos ver ahora que la contraposición entre el arca deNoé y la torre de Nembrot es vista por Calderón como el arquetipo del antagonismo delas dos ciudades místicas, Jerusalén con su Templo, depósito del arca del Decálogo, y lasoberbia e impía Babilonia. Los héroes piadosos del arca, Noé y Heber, su nieto,antepasado de los Hebreos, en su enfrentamiento con el impío Nembrot, sonprefiguración de los héroes del exilio, Daniel y sus compañeros, enfrentándose a losinicuos reyes de la Babilonia “histórica”, pero también de la intemporal Babiloniamística. En virtud de esta lectura del Génesis se edifica una genealogía míticapropiamente calderoniana, aunque por supuesto fundada en la tradición, cuyosmiembros dispersos se distribuyen en el conjunto formado por los tres autos babilónicosde Calderón. El salvaje, bestial y suicida Nembrot, que en uno de los textos del Tárgumde Palestina se describe como el “primer héroe del pecado”, es el antepasado deNabucodonosor, enloquecido y convertido en bestia, a su vez padre del impío Baltasar.

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[…] esa torre, pese a su destrucción por la ira divina, marca la fundación infernal, el“confuso abismo” sobre el que se alzará la futura Babilonia)»7.

A la escala del solo auto de La torre de Babilonia, la misma lógica calderoniana rigela puesta en relación de los momentos bíblicos del arca de Noé y de la construcción de latorre: se trata, a nuestro parecer, de dramatizar la continua dinámica que, a lo largo dela historia de la Salvación, informa la repetición ineluctable de la primera caída de lahumanidad edénica, suscitada por el diabólico principio de división («Siendo figura esatorre, / que el viento desvaneció, / de todos cuantos soberbios / con osada presunción /pretenden examinar / secretos que guarda Dios», vv. 1453-1458), y su redenciónsiempre posible gracias a la Eucaristía.

* * *

El mismo año de 2007 salió una traducción del auto de La torre de Babilonia,incluida de manera bastante sorprendente en una colección de investigación: se trata,según se entiende en el muy general y alusivo prefacio de Jean-Jacques Lafaye, delborrador que le legó, treinta años antes, su profesor de Letras en el instituto Enique IVde París. Este manuscrito había quedado inédito, y el discípulo, publicando dichatraducción, quiso homenajear a su antiguo maestro hispanizante, Armand Jacob. Si laintención parece loable, la ejecución resulta muy poco esmerada. Hay que llegar a lapágina 73 del pequeño volumen para enterarse de que dicha traducción se hizo a partirdel texto publicado en el siglo xviii por Pando y Mier. Y eso sólo se adivina porque laversión española del texto que se publica conjuntamente reproduce la publicada porEnrique Rull en 1997 en la Biblioteca Castro, que es copia modernizada de la de Pandoy Mier8. Más allá de los errores que esta edición conlleva —pero era entonces la únicacorrecta y fácilmente manejable por un hispanista de 1977—, es de señalar que el textofrancés al que dio lugar era efectivamente un borrador, que, como tal, propone a vecesdos o tres traducciones diferentes para un mismo grupo de versos (p. 24, tres propuestasseguidas para la traducción de los versos 143-144; y p. 28, dos traducciones seguidas delos vv. 265-268). Pero el editor, Jean-Jacques Lafaye, no dice nada al respecto. Latraducción por sí misma resulta muy acertada: es rimada todas las veces que se puede, yofrece una translación muy precisa de las imágenes calderonianas. Incluso intentóArmand Jacob dar cuenta del estatuto de villanos de los personajes de Libio y Floro,pero dicho intento salió, a nuestro parecer, poco logrado, ya que se traduce por unempleo inesperado de una curiosa jerga (p. 44: «Qui fait qu’on s’engueule et puis qu’ons’embrasse» para el v. 778 «causa de tantas paces como riñas»; o p. 45: «À tes pieds,moi aussi, faut bien que je me retape» para el v. 816 «yo también a tus pies vidatuviera…»). Otro intento bastante torpe es el de querer ofrecer una muestra de loslenguajes incomprensibles después de la confusión de las lenguas (p. 64 sq: «Guésquinous arrêde�? Bourzuivons / La gonzdrugzion de nodre dour», para los versos 1371 sq.),

7 Blanco, 2007, pp. 56-57.8 Calderón de la Barca, P., La torre de Babilonia, ed. de 1997 por Enrique Rull, que señala, en la p. xx

que: «En lo referente a La torre de Babilonia, seguimos el impreso de Pando de portada negra (Tomo III,pp.�379-403) que corrige muchos errores evidentes del de Pando rojo y negro. Igualmente cotejamos paraalgunas dudas con el manuscrito 14849 de la BNM».

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lo que crea un efecto burlesco no deseado por Calderón, que hubiera podido adulterartambién el castellano de sus protagonistas, pero se contentó con sugerir la confusión porla ausencia de comprensión mutua de los personajes. Por fin, y eso no procede deltraductor sino del editor, el texto de la traducción viene reproducido con innumerableserrores tipográficos, que a veces cambian el sentido del texto calderoniano (p. 28: «Quivoudras-tu qui l’honore», para el v. 263: «¿Quién quieres que honra te dé», o p. 29:«Quand il vaudra vraiment les passer sous silence», para los vv. 298-299: «cuandoimportara callados / tener�?»). Frente a tal acumulación de estas y otras erratas —novale la pena señalarlas aquí—podemos preguntarnos, si la meta del editor fue rendirhomenaje a su profesor, por qué lo hizo con tan poco cuidado.

Referencias bibliográficas

Blanco, Mercedes, «Babel-Babilonia en los autos sacramentales de Calderón: la estatua y la torrecomo símbolos del absolutismo», en El mundo maravilloso de los autos de Calderón (21-22 denoviembre de 2005, Casa de Velázquez), Pamplona/Kassel, Universidad de Navarra/Reichenberger, 2007, pp. 33-73.

Calderón de la barca, Pedro, La torre de Babilonia, en Autos sacramentales II, ed. E. RullFernández, Madrid, Biblioteca Castro, 1997, pp. 133-180.

Davis, Charles, «Calderón en Yepes: el estreno de El mágico prodigioso (1637)», Criticón 99,2007, pp.�193-215.

Ruano de la Haza, José María y John J. Allen, Los teatros comerciales del siglo XVII y laescenificación de la comedia, Madrid, Castalia, 1994.

Vitse, Marc, «Polimetría y estructuras dramáticas en la comedia de corral del siglo xvii: elejemplo de El Burlador de Sevilla», en El escritor y la escena VI, ed. Ysla Campbell, CiudadJuárez, Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, 1998, pp. 45-63.

——, «Métrica y estructura en El gran teatro del mundo de Calderón», en La dramaturgia deCalderón: técnicas y estructura (Homenaje a Jesús Sepúlveda), eds I. Arellano y E. Cancelliere,Madrid/Frankfurt am Main, Iberoamericana/Vervuert, 2006, pp. 609-624.

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