sobre la suerte de el salto con la … · de los de su cuadrilla, raúl ramírez quien, con arrojo...

18
Ensayo Sobre la suerte del salto con la garrocha José Francisco Coello Ugalde Maestro en Historia “Soy aficionado convencido de que las “suertes” de “quietud” o sea “parando”, encierran la índole valiosa del buen toreo. Pero no hago desprecio a las pocas “suertes” de movimiento en las que existen riesgo, valor y habilidad, que forman conjunto de belleza y alegría en la lidia. Deploro que del bagaje de lances para el “primer tercio”, estén ahora excluídas las nombradas “SALTOS”. Especialmente el de “al trascuerno” y el “salto con la garrocha”. Antiguamente eran pinceladas de nuevo colorido, agregadas a las que habitualmente había. Ahora que tiene el “primer tercio” monotonía que lo hace como esteriotipadas, de ve zen (sic) cuando un lance de “salto del trascuerno” o de “salto con la garrocha” provocaría una ovación unánime”.

Upload: hoangngoc

Post on 06-Oct-2018

217 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: SOBRE LA SUERTE DE EL SALTO CON LA … · de los de su cuadrilla, Raúl Ramírez quien, con arrojo y decisión, realizó la exhumada suerte del salto con la garrocha, que apenas duro

Ensayo

Sobre la suerte del salto con la garrocha José Francisco Coello Ugalde Maestro en Historia     “Soy aficionado convencido de que las “suertes” de “quietud” o sea “parando”, encierran la índole valiosa del buen toreo. Pero no hago desprecio a las pocas “suertes” de movimiento en las que existen riesgo, valor y habilidad, que forman conjunto de belleza y alegría en la lidia. Deploro que del bagaje de lances para el “primer tercio”, estén ahora excluídas las nombradas “SALTOS”. Especialmente el de “al trascuerno” y el “salto con la garrocha”. Antiguamente eran pinceladas de nuevo colorido, agregadas a las que habitualmente había. Ahora que tiene el “primer tercio” monotonía que lo hace como esteriotipadas, de ve zen (sic) cuando un lance de “salto del trascuerno” o de “salto con la garrocha” provocaría una ovación unánime”.

Page 2: SOBRE LA SUERTE DE EL SALTO CON LA … · de los de su cuadrilla, Raúl Ramírez quien, con arrojo y decisión, realizó la exhumada suerte del salto con la garrocha, que apenas duro

  1    Taurologia.com

     

El domingo 12 de octubre de 2014, transcurría en medio de diversas incidencias y sobresalientes detalles, el festejo culminante de la temporada taurina en la plaza de toros de “Las Ventas”, en Madrid. Se lidiaron toros de la emblemática ganadería portuguesa de Palha, muy bien presentados, entre los cuales sobresalieron segundo y sexto. En el cuarto, de nombre “Patito”, que a su vez lidiaba Francisco Javier Sánchez Vara, intervino uno de los de su cuadrilla, Raúl Ramírez quien, con arrojo y decisión, realizó la exhumada suerte del salto con la garrocha, que apenas duro un instante pero donde un Ramírez convencido enfrentó al ejemplar aquel. Posó el canto de la garrocha con firmeza en la arena, el toro pasó limpiamente y así terminó también aquella representación, donde incluso el de a pie disfrutó ese instante en que la condición heroica caía a sus pies. Por fortuna, el oportuno registro de Juan Pelegrín, nos permite entender de primera instancia que dicha suerte fue realizada feliz y limpiamente, por lo que el balance fue una sonadísima ovación de los asistentes.

De inmediato, surgen las evocaciones y una obligada revisión a la que fue una constante en su ejecución a lo largo, por lo menos del mexicano siglo XIX. Lógicamente no puede olvidarse el registro que Francisco de Goya dejó en uno de sus aguafuertes (en el que recoge la “ligereza y el atrevimiento” de Juanito Apiñani), pieza que a su vez se encuentra integrada en su famosa “Tauromaquia”, y que sirvió como elemento

RESEÑA DE LA CORRIDA. 12 de octubre. Corrida de toros. [en línea], 2014, http://www.las-ventas.com/noticia.asp?codigo=6269 [consulta: 14 de octubre de 2014]  

Page 3: SOBRE LA SUERTE DE EL SALTO CON LA … · de los de su cuadrilla, Raúl Ramírez quien, con arrojo y decisión, realizó la exhumada suerte del salto con la garrocha, que apenas duro

  2    Taurologia.com

     

integrador –en este caso concreto- para la portada del libro que José Alameda nos legó en 1984. Me refiero a:

Carlos Fernández Valdemoro (seud. José Alameda): Seguro azar del toreo. México, Imprenta Monterrey, S.A., 1984. 92 p. Ils., fots.

El nuevo “Juanito Apiñani”, Raúl Ramírez, queda hoy registrado en la dimensión moderna de la fotografía, con lo que la tauromaquia vuelve a redescubrirse en sus más variadas expresiones.

El propio Raúl Ramírez ya había realizado exitosamente la misma suerte en Corella, como puede observarse a continuación:

Page 4: SOBRE LA SUERTE DE EL SALTO CON LA … · de los de su cuadrilla, Raúl Ramírez quien, con arrojo y decisión, realizó la exhumada suerte del salto con la garrocha, que apenas duro

  3    Taurologia.com

     

Los chatos de Partido de Resina en Corella. Oct. 1° de 2014 [en línea], 2014, http://www.porlasrutasdeltoro.com/los-chatos-de-partido-de-resina-en-corella/ [consulta: 14 de octubre de 2014]

Conforme se adentra uno en esos intrincados caminos del pasado, se comprueba que diestros como Atenógenes de la Torre, Juan Romero “Saleri”, el propio Rodolfo Gaona en sus comienzos, y luego más tarde en recreaciones como los “Cuatro siglos del toreo en México” de Edmundo “El Brujo” Zepeda. Con la cercanía temporal, allí están también Jorge de Jesús “El Glison”, Alfredo Ruiz “El Conde” y muchos, muchos más que el anonimato ha hecho suyo.

Por ejemplo, sobre Juan Romero Saleri, ha escrito el Ing. Leopoldo Peña del Bosqueen su blog “Los toros dan y quitan” lo siguiente:

Refiere el cronista y Dr. Juan José Zaldívar Ortega en su obra “Toros Notables” que el banderillero español Juan Romero “Saleri”, de la cuadrilla sevillana de Diego Prieto Barrera “Cuatro Dedos”, resultó mortalmente herido en la ingle izquierda cuando realizaba un salto con la garrocha, por lo que falleció a los 27 años de edad el 15 de enero de 1888 en la Plaza de Toros “El Paseo”, en la ciudad de Puebla, México; la fatal cornada se la infirió el toro “Marinero” de la vacada de San Diego de los Padres propiedad de don Nicolás González Jáuregui,[1] sin embargo, los cronistas taurinos mexicanos AB y ABB[2] refieren que fue muerto por el toro de nombre “Campero” de la dehesa de San Cristóbal La Trampa.

Diego Prieto Barrera “Cuatro Dedos” organizó por su cuenta una corrida en la plaza de Puebla de los Ángeles, México, para matar él y “Zocato” seis toros de San Cristóbal de La Tampa. Dio comienzo la corrida con mucho interés y entusiasmo porque los tres primeros toros salieron muy bravos. Juan Romero “Saleri” pareó al segundo en unión de “Blanquito”, poniendo dos estupendos pares, uno al cuarteo y otro a toro parado. Apareció el

Page 5: SOBRE LA SUERTE DE EL SALTO CON LA … · de los de su cuadrilla, Raúl Ramírez quien, con arrojo y decisión, realizó la exhumada suerte del salto con la garrocha, que apenas duro

  4    Taurologia.com

     

cuarto toro, llamado “Campero”, berrendo en negro, y resultó manso, por lo que el público pidió su vuelta al corral. No accedió el presidente a la petición y sucedió lo siguiente, explicado por “Blanquito” en una carta dirigida a un amigo de Sevilla:

“Puebla, 18 de enero de 1888: Apreciable amigo José: El contenido de ésta es para manifestarle la desgracia ocurrida de su compadre; sabrá usted como el día 15 de enero toreamos en este pueblo por primera vez, con un entusiasmo atroz, y sobre todo, con el difunto. Salimos toreando y no hemos oído más palmas nunca. Diego, en la muerte estuvo muy bien, y todos y su compadre; ha sido una de las tardes que hemos gozado más. Al mismo toro de la desgracia dio un cuarteo con la garrocha en la mano, el mejor que ha dado en este mundo; calcúlese lo que se armaría, pero entre Diego y (el Morenito) echaron una riña con él para que no lo saltara. Era un toro que de torearlo estaba manso, y usted sabe lo cansado que él se ponía. El público, al ver las demostraciones, se echó encima chillando, y le brindó el toro al gobernador de ésta; ya aquí es donde no nos pudimos explicar lo que iría a hacer; no lo sabía más que Dios y él. La cuestión. Citó al toro, se le arrancó, y él, lo mismo, sin saltar y sin hacer nada; se mete en la cara del toro como un tonto, como un muerto, es decir, como una estatua, inmóvil y sin moverse, sin saber lo que pasaba, asustado. En el momento no hizo el toro más que meterle la cabeza, y todo fue un pronto, engancharlo y dejarlo caer en seguida; ni derrotó, ni se movió el toro para nada, ni lo detuvo en la cabeza; pero en ese pronto, cuando cayó para el

Juan Romero Fernández “Saleri” Cortesía de don Rafael González Zubieta “El Zubi” http://rafazubi52.blogspot.com/search/label/La%20Muerte%20que%20mitifica%20a%20los%20toreros  

Page 6: SOBRE LA SUERTE DE EL SALTO CON LA … · de los de su cuadrilla, Raúl Ramírez quien, con arrojo y decisión, realizó la exhumada suerte del salto con la garrocha, que apenas duro

  5    Taurologia.com

     

otro mundo, no hemos tenido el consuelo de oírle hablar nada. Yo me llevé el toro, y cuando lo cogieron muerto, era menester ver el cuadro: todos llorando, y al instante suspendieron la corrida. El público, superior; la cornada parecía la picada de una avispa, en la ingle derecha, en el nacimiento del empeine; no echó ni una gota de sangre. Sobre la cuestión de su entierro mandó el gobernador una razón: que él lo costeaba todo, no dejando pagar nada; y el día del entierro fue el desborde de 7,000 personas. El domingo, o sea el día 22 del mismo mes, es el beneficio para la familia y otro en México. Le mandaré noticias; todo lo suyo lo ha guardado Diego, y se ha hecho inventario. Sin más, su seguro servidor, Blanquito.”

“Recortes”, el afamado cronista taurino,[3] describe así la desgracia: “salió el cuarto, “Campero”…, que resultó un completo buey. Se emplazó en los medios sin hacer caso de capotes ni caballos, hasta que pasados unos minutos comenzó a correr por la plaza buscando la salida. El público pidió fuese devuelto al corral, a lo que no accedió el presidente, y entonces Juan Romero Fernández (Saleri,) –nacido en Sevilla en 1861-, que vestía de verde botella y plata, cogió la garrocha para dar el salto, su suerte favorita, en la que tanta seguridad tenía y por la que obtuvo tantos aplausos en cuantas plazas la ejecutó… Dio un recorte a cuerpo limpio y después citó con la garrocha; pero viendo que el toro no acudía disminuyó la distancia avanzando unos pasos. El toro se encampanó, arrancó de pronto y el banderillero clavó en el suelo la garrocha elevándose en el aire: el toro se quedó en la suerte y en el aire enganchó al diestro por la ingle izquierda, introduciéndole el asta como unos cuatro centímetros. Derrotó de nuevo y lo recogió, causándole una herida en la frente. El torero se levantó con mucho trabajo, se llevó las manos al vientre y cayó al suelo, donde lo recogieron sus compañeros; antes de llegar a la enfermería se puso en pie, dio unos cuantos pasos y cayó de nuevo, exclamando: ¡Dios mío, sálvame! ¡Virgen del Carmen! El parte facultativo decía: “Como

Los toros dan y quitan. Listado de las tragedias. JUAN ROMERO FERNÁNDEZ “SALERI” (1861-1888). http://www.lostorosdanyquitan.com/bioIndividual.php?b=135    

Page 7: SOBRE LA SUERTE DE EL SALTO CON LA … · de los de su cuadrilla, Raúl Ramírez quien, con arrojo y decisión, realizó la exhumada suerte del salto con la garrocha, que apenas duro

  6    Taurologia.com

     

el señor juez, que tuvo que intervenir en este asunto, no ordenó que se hiciera la autopsia, necesaria, no se puede decir cuál fue la verdadera causa de la muerte de Juan Romero (Saleri). La segunda herida estaba situada en la fosa ilíaca izquierda, a tres centímetros arriba de la parte media del pliegue inguinal correspondiente, de dirección casi paralela a la de dicho pliegue, y de cinco centímetros de longitud. Esta herida penetró en la cavidad abdominal.”

En plena popularidad, acabó la vida de Juan Romero (Saleri), cuya campaña ante los toros fue breve, pero brillante. Ejecutaba las suertes con arrogancia, bizarría y habilidad, y cayó vencido en la arena cuando su porvenir se le presentaba lleno de pro mesas gloriosas.[5]

Repentinamente sobreviene y reaparece la ejecución de una suerte que se niega a desaparecer. Es el “salto con la garrocha”. Entre quienes lo han hecho en estos tiempos se encuentra Alfredo Ríos “El Conde”, torero que ha mostrado su preocupación por rescatar suerte en peligro de extinción, como lo hicieron en su momento Rodolfo Rodríguez “El Pana” o Jorge de Jesús “Glison”, cuya posición en la torería nacional fue y es de auténtica rebeldía.

De momento no es el espacio para ocuparnos de estas actitudes a contrapelo, en sentido contrario de quienes se empeñan en desempolvar el pasado imprimiendo su propia interpretación (cambia la forma. El fondo es el que se mantiene). Venimos aquí para describir la suerte del salto ¿con dos garrochas” que implica un esfuerzo distinto debido al hecho de cómo se

tendrán que manejar no una, dos largas varas, asentarlas luego en el sitio y momento propicios para consumar y culminar exitosamente la suerte. Además, es necesario el equilibrio para encontrar que el toro no embista ni un centímetro más, ni uno menos, ni a un lado ni a otro para no descomponer lo vistoso de suerte antañona, de la que ya existen testimonios ilustrados en viejas tauromaquias o recreación de estas, sobre todo al mediar el siglo XIX.

En nuestro país, como ya se ha comprobado, existieron, y siguen existiendo exponentes de peculiar y arriesgada

El salto con garrocha en la plaza de toros “México” de la Piedad, hacia 1900. Fuente: ARTES DE MÉXICO. El toreo en México. N° 90/91, año XIV, 1967, 2a. época.

 

Page 8: SOBRE LA SUERTE DE EL SALTO CON LA … · de los de su cuadrilla, Raúl Ramírez quien, con arrojo y decisión, realizó la exhumada suerte del salto con la garrocha, que apenas duro

  7    Taurologia.com

     

suerte, vistosa, que ocurre en un santiamén, de la cual quedan evidencias en cromolitografías, fotografías y carteles del pasado.

Soy aficionado convencido de que las “suertes” de “quietud” o sea “parando”, encierran la índole valiosa del buen toreo. Pero no hago desprecio a las pocas “suertes” de movimiento en las que existen riesgo, valor y habilidad, que forman conjunto de belleza y alegría en la lidia. Deploro que del bagaje de lances para el “primer tercio”, estén ahora excluídas las nombradas “SALTOS”. Especialmente el de “al trascuerno” y el “salto con la garrocha”. Antiguamente eran pinceladas de nuevo colorido, agregadas a las que habitualmente había. Ahora que tiene el “primer tercio” monotonía que lo hace como esteriotipadas, de ve zen (sic) cuando un lance de “salto del trascuerno” o de “salto con la garrocha” provocaría una ovación unánime.

Mi parecer no ha de modificar la costumbre hoy establecida –principalmente porque los toreros no han de intentar quebrantarla- pero cumplimentando el tema que estoy escribiendo, describiré el “salto con dos garrochas”. Empleando no solamente una, como es usual en la “suerte” de procedencia hispana.

Mexicana –enteramente mexicana- es la de saltar usando dos. No está descrita en periódicos o libros taurinos españoles. No se quién, ni cuándo, ni en cuál plaza de toros fue realizada por primera vez. Yo doy el carácter de creador a un torero que estaba en la cuadrilla de Ponciano Díaz, pues ese fue quien la hizo ante mí, en la plaza de toros “Bucareli”, en el año 1888.

Se llamaba Atenógenes de la Torre y era un hombrachón musculoso, enjuto de cara y con gesto avinagrado, luciendo gran mostacho de color rubio rojizo. Su tipo se despegaba completamente del habitual en el torero español, pero no era extrañeza en el del antiguo mexicano, pues de la catadura de Atenógenes muchos había. En la mayoría de las veces fungía de picador, en algunas de banderillero y en pocas de espada. Aquel figurón taurómaco era un tríptico torero.

Surgió la “suerte” de “saltar con dos garrochas” para contrariar a la española, que usando una, efectuaba con inmensa maestría el banderillero sevillano “Saleri” (Juan Romero) en la plaza de toros nombrada “Coliseo”. Y en la de “Colón” hacía igual Francisco de Diego –aunque no con la misma maestría- que era integrante en las cuadrillas que vinieron con Mazzantini.

¿Cómo era el “salto con dos garrochas”? El torero empuñaba en cada mano una garrocha, asiéndola a bastante altura y aproximándose al regatón, de manera que la puya quedaba hacia el suelo. Los brazos estaban verticales, en extensión adecuada, y el cuerpo entre las dos garrochas. En esta postura elegía el sitio del redondel donde hacer la suerte; era en el “tercio”, estando el toro paralelo a las tablas, o en los “medios”, colocado el toro

Page 9: SOBRE LA SUERTE DE EL SALTO CON LA … · de los de su cuadrilla, Raúl Ramírez quien, con arrojo y decisión, realizó la exhumada suerte del salto con la garrocha, que apenas duro

  8    Taurologia.com

     

perpendicular y teniendo la cabeza hacia el “centro”. El que va a saltar, se pone a una distancia del toro, aproximadamente de ocho metros y detrás de él, sitúase un peón para auxiliar, si es necesario, al terminarse el lance.

Cita. Cuando el toro ya lo ve –“que está con él”, según frase de los toreros- adelanta simultáneamente las garrochas y hace corta carrera, deteniéndola en el sitio conveniente. Ese lugar fija el “centro de la suerte”. El toro emprende la acometida; el torero se eleva, empujándose sobre las garrochas, y el toro pasa debajo. Si es necesario, el peón usa del capote para evitar se revuelva, persiguiendo al que saltó. Esa es la “suerte”, menos vistosa que la hispana[4].

Hoy día, “El Conde”, afecto a las curiosidades nos permite mantener en la retina lo que el pasado legó, y sigue legando, para fortuna y enriquecimiento de la tauromaquia.

Conforme se va contando con el mayor número de evidencias posibles, se va entendiendo hasta qué punto, suertes como la del “salto con la garrocha” se convirtieron en elementos complementarios en muchos espectáculos taurinos, al menos en el siglo XIX. Unos versos de nuestro incomparable Guillermo Prieto, dedicados a su vez a Santos Degollado, entre 1855 y 1860, nos dejan ver que en aquellos festejos, la admiración de “Fidel” no solo queda reducida a dar cuenta de las hazañas que el propio militar guanajuatense, en momentos de distracción, dedicaba a labores que reafirmaban sus vínculos con el campo, pero también con la milicia, de ahí que en algún momento fuese el propio José Nemesio Francisco Degollado Sánchez –que ese era su nombre completo- quien se presentara en algún momento en el ruedo para montar un toro y ser

motivo central en esos versos que vienen a continuación, de entre los cuales surge una auténtica narración de hechos, donde Prieto destaca la ejecución de “saltos de garrocha”, lo cual significa que tal suerte se interpretaba cotidianamente por aquellas épocas, siguiendo los principios de ese espectáculo colmado de expresiones rurales y urbanas. Así que una

El salto con dos garrochas. Fuente: Revista de Revistas. El semanario nacional, año XXVII, Nº 1439, 19 de diciembre de 1937.  

Page 10: SOBRE LA SUERTE DE EL SALTO CON LA … · de los de su cuadrilla, Raúl Ramírez quien, con arrojo y decisión, realizó la exhumada suerte del salto con la garrocha, que apenas duro

  9    Taurologia.com

     

tarde de toros podía mostrar, en una sola “función” todo ese bagaje de riqueza, en el que suertes como el “salto con la garrocha” también formaban parte sustancial de dicha puesta en escena. TRÉPALE QUE ES MANSITO Como después de la lluvia que destierra la sequía, parece más lindo el cielo con cara lavada y limpia, lloran de placer las ramas, los sembrados resucitan, las flores alzan el rostro saludando al Sol que brilla, y las corrientes del suelo se juntan, se arremolinan y parece que retozan pereciéndose de risa, así en Zapotlán pasaba tras la negra tiranía, con la lluvia de chinacos que hizo su poder cenizas… Horita ¡Van a los toros! Y la plaza se improvisa con carretas y tablones y está dialtiro maciza. Forman inmenso cuadrado, de las carretas las filas, y dejan al medio un campo de primor para la lidia. Engalanan las carretas arcos de ramas, cortinas, y un celemín de rancheros y de muchachas bonitas. Ellos bota de campana y botonadura rica, con la camisa bordada y toquilla de chaquira; Y ellas de enagua encarnada y lentejuelas que brillan, rebozo de seda y seda, redibada la camisa, y como frescas manzanas

Page 11: SOBRE LA SUERTE DE EL SALTO CON LA … · de los de su cuadrilla, Raúl Ramírez quien, con arrojo y decisión, realizó la exhumada suerte del salto con la garrocha, que apenas duro

  10    Taurologia.com

     

las abultadas mejillas. Pero hay debajo los toldos mil catrines y catrinas, con tápalos de burato, con sus mascadas de la India, con sus peinetas de gajos y sogas de perlas finas; Y más arriba del coso hecho de robustas vigas, están señores y jefes que son de primera fila. Allí estaba el Don Santitos asomando la carita; pero a la verdad pelada, que ninguno en él se fija. Que unos le conocen muchos, y otros no le conocían. Y que comienzan los toros, y empieza la gritería, que es la salsa de la fiesta, de peligro y fechorías: Hay sus saltos de garrocha, capeo de muletillas, y sus flores delicadas, y vistosas banderillas; y hay también sus revolcados entre palmadas y trisca, que se alzan atarantados y corren sin salida… En esto, que sale un toro que al redondel ilumina… Cornicorto, grueso el cuello, soberbio, ligero, altivo, eran llamas sus dos ojos, y era su conjunto lindo, y era marrajo de genio, y era muy matrero el bicho; para la capa, mañoso, para la garrocha, esquivo, para el lazo, inconsecuente, para la cola, tardío… -¡Que lo monten!- grita el pueblo;

Page 12: SOBRE LA SUERTE DE EL SALTO CON LA … · de los de su cuadrilla, Raúl Ramírez quien, con arrojo y decisión, realizó la exhumada suerte del salto con la garrocha, que apenas duro

  11    Taurologia.com

     

y entre zambras y silbidos que con el toro en la tierra y le trepan los más listos… Pero uno y otro sucumben y pierden el equilibrio, quedando el toro triunfante, y los toreros corridos… -¡Apriétele ese braguero!- gritó en lo alto Don Santitos. Todos el catrín burlaron, de su audacia sorprendidos… -¡Túmbenlo por aquí enfrente!- con tono imperioso dijo… y comenzó la maniobra del pretal, como previno… -¡Triple vuelta!-… -¡Más forzado!- -¡Así le hiere el codillo!… -¡Menos abierto ese nudo!… -¡Ora bueno!… -¡Está bien fijo!- dijo entonces satisfecho el catrín desde su sitio. -¿Quién lo monta? –dijo entonces, y estallaron encendidos un “¡Móntalo tú!” en mil voces y entre golpes inauditos… entonces, con gran calma, don Santos desciende al circo, sin ambages, sin espuelas. Muy modesto y espedido… se afianza bien, salta al toro, repite terribles brincos, y el jinete sube y baja, pegado cual con tornillos… se alza, se sienta la bestia. Culebrea el cuero liso. y él, en el lomo clavado, fuerte como un martillo… -¿Quién es ese hombre? –Preguntan los rancheros más peritos,

Page 13: SOBRE LA SUERTE DE EL SALTO CON LA … · de los de su cuadrilla, Raúl Ramírez quien, con arrojo y decisión, realizó la exhumada suerte del salto con la garrocha, que apenas duro

  12    Taurologia.com

     

y responden orgullosos los de Morelia aguerridos; -¡Ese es Santos Degollado, ese es nuestro Jefe invicto!… -¡Viva el héroe de Zamora!- -¡Viva, viva Don Santitos!… Las damas le arrojan flores los jefes le hacen cumplidos, y suenan dianas alegres en el aire conmovido, el ejército y el pueblo ensalzan a su caudillo, mientras Comonfort le abraza con sincero regocijo. Don Santos a Colima con mando reconocido; y Comonfort, justiciero, le dio el mando de Jalisco, para bien de nuestra causa y en premio de sus servicios.[6] Guillermo Prieto. Romancero Nacional.

Y es que precisamente, a raíz del magnífico que Raúl Ramírez obtuvo de tan singular ejecución, surgió una respuesta muy interesante de otros tantos registros, como el que consiguió Armando Ramírez, aquel peculiar banderillero que dio en llevar el curioso alias de “Bam Bam”, justo cuando realizó la misma suerte en la plaza de toros de Puerto Vallarta en el año 2006. Aquí la evidencia: Y sigue la mata dando. Ahora toca el turno a unas calaveras taurinas que datan de 1894, donde en especial, una de ellas, dedicada a

ARMANDO RAMÍREZ y EL SALTO CON LA GARROCHA_17.10.2014 http://altoromexico.com/2010/index.php?acc=noticiad&id=20698  

Page 14: SOBRE LA SUERTE DE EL SALTO CON LA … · de los de su cuadrilla, Raúl Ramírez quien, con arrojo y decisión, realizó la exhumada suerte del salto con la garrocha, que apenas duro

  13    Taurologia.com

     

Silverio Grande, no sé si confundido con “Silverio Chico”, cuyo seudónimo correspondía al diestro español Diego Rodríguez, quizá hermano del que sí era poseedor del alias original. Podría tratarse, en esencia de Silverio Rodríguez, cuyas actuaciones no fueron tan notables eso sí, como las de su hermano menor. Por parecer de notable importancia, dada la curiosidad del siguiente impreso, reproduzco unos versos que aparecieron en el “Número extraordinario” que publicó El Puntillero alrededor del 1º de noviembre de 1894, y donde el retrato de varios personajes que aparecen en las que más adelante se conocerán como “calaveras”, dejan ver el estado de cosas, pero sobre todo la visión periodística que alcanzaron las “personalidades” allí retratadas. Además, en el original, se reproducen grabados y viñetas, entre otros autores, de José Guadalupe Posada y Manuel Manilla. Leamos. Silverio Grande. Dio el salto de la garrocha siempre con felicidad, y era un torero aceptable y modesto si los hay; aquí reposa este chico y su tumba al contemplar que nunca ha sido aseguro ni chicha ni limoná.

►Los escritos de José Francisco Coello Ugalde pueden consultarse a través de nuestra nueva sección “10 opiniones 10” y en su blogs “Aportaciones histórico taurinas mexicana”, en la dirección: http://ahtm.wordpress.com/

Salto con la garrocha. Esta imagen se encuentra incluida en el famoso juego de la “Oca” que José Guadalupe Posada ilustró a principios del siglo XX.  

Page 15: SOBRE LA SUERTE DE EL SALTO CON LA … · de los de su cuadrilla, Raúl Ramírez quien, con arrojo y decisión, realizó la exhumada suerte del salto con la garrocha, que apenas duro

  14    Taurologia.com

     

[1] Ante esta imprecisión, vale la pena indicar que don Nicolás González Jáuregui fue propietario de dicha ganadería hasta el año de 1960, por lo que los propietarios que corresponden en términos de época a la referida en estas notas, son los hijos de D. Rafael Barbabosa Arzate, quien había muerto el 21 de marzo de 1887. Para ello quedó constituida la “Sociedad Rafael Barbabosa Sucesores”, integrada por su esposa, la Sra. Luz Saldaña Vda. de Barbabosa y sus hijos: Aurelio, Herlinda, Antonio, Concepción, Juan de Dios, Rafael y Manuel Barbabosa Saldaña. [2] Debe referirse, en particular al Sr. Alberto A. Bitar, co-director del semanario taurino El Redondel. [3] Refiriéndose a Julio Bonilla, propietario y redactor en jefe del semanario El Arte de la Lidia. [4] Revista de Revistas. El semanario nacional. Director: Roque Armando Sosa Ferreyro. Año XXVII, Nº 1439. 19 de diciembre de 1937. [5] El resto de las notas de este largo reportaje van así: Por su parte, el erudito taurino, don Juan José de Bonifaz Ybarra, refiere de esta víctima de la fiesta, que << el sevillano, Juan Romero Fernández (Saleri), que figuró en las cuadrillas de Fernando Gómez (el Gallo) y Diego Prieto (Cuatro dedos), toreó en plazas mexicanas durante la invernada de 1887-88. Lo hizo en Puebla de los Ángeles el 15 de enero de 1888 y al intentar poner en práctica la suerte del salto de la garrocha fue herido en la ingle derecha por un toro de la divisa de San Cristóbal de Trampa, sobreviniendo la muerte en forma instantánea, por lo que se suspendió el festejo.” Don Fernando García Bravo, en sus “Efemérides de la Semana” que le publica la revista “6TOROS6″ (Número 342, del 16 de enero de 2001) refiere que. El 15 de enero de 1888, muere en la plaza de toros de Puebla (México) el banderillero Juan Romero “Saleri”. El toro “Pampero” de la ganadería de San Cristóbal de la Trampa, le dio una gravísima cornada al ejecutar el salto de la garrocha. “Saleri” tenía 27 años y actuaba a las órdenes de Diego Prieto “Cuatrodedos”. Por su parte el cronista Rafael González Zubieta “El Zubi”, refiere en su Blog Taurino en la Internet “Larga Cordobesa” que: Juan Romero Fernández “Saleri”, fue un banderillero nacido en Sevilla el 11 de noviembre de 1861, que murió con 27 años en la plaza de toros de Puebla de los Ángeles (México) a consecuencia de la cornada recibida por el toro “Pampero”, de la ganadería de San Cristóbal de Tampa, al hacer el salto con la garrocha, suerte que realizaba magistralmente en la que no tenía rival. El pasado 15 de enero se cumplieron ciento quince años de su muerte, producida en 1888. Tras pasar por las cuadrillas de los novilleros Cacheta, Punteret y Currito Avilés, debuta en Madrid a las órdenes de Fernando Gómez “El Gallo” en 1885, ocupando el lugar dejado precisamente por Rafael Guerra “Guerrita”. Ese día deja constancia de su clase torera cobrándose un gran triunfo como banderillero ya que brilló con luz propia. Acompañó a Fernando “El Gallo” hasta 1887, en que se pasa a la cuadrilla de Diego Prieto “Cuatrodedos”, con quien viaja a México para hacer la temporada de invierno allí. El 15 de enero de 1888 “Cuatrodedos” y Carlos Borrego “El Zocato” son contratados para matar seis toros de la ganadería de San Cristóbal de Tampa en Puebla de los Angeles en México. La tragedia se produjo en el cuarto toro, un berrendo en negro, manso como un buey de nombre “Pampero”, que fue muy protestado por el público al presidente del festejo, que decidió dejarlo en la plaza. Aquel día Juan Romero “Saleri” vestía de verde botella y plata. El torero sevillano no hizo caso de las advertencias de los compañeros y cogiendo la garrocha para dar el salto se dirigió hacia el toro. Dio un recorte a cuerpo limpio y cita al bicho con la garrocha. Viendo que el toro no acude a la cita “Saleri” se

Page 16: SOBRE LA SUERTE DE EL SALTO CON LA … · de los de su cuadrilla, Raúl Ramírez quien, con arrojo y decisión, realizó la exhumada suerte del salto con la garrocha, que apenas duro

  15    Taurologia.com

     

acerca cada vez más a él. El toro se encampana y arranca de improviso. El torero clava la garrocha en suelo y salta en el aire en el momento en que el toro se para en la suerte y en el aire lo engancha por la ingle izquierda metiéndole el asta en el abdomen hasta el vientre unos cinco centímetros. Derrota de nuevo y lo recoge causándole una herida en la frente. “Saleri” es conducido a la enfermería donde ya llega sin vida. Su compañero Manuel Blanco “Blanquito”, dijo que “la herida no dio ni una gota de sangre y que era tan grande como la picadura de una avispa”. Al no haberle sido practicada la autopsia, nunca se supo a ciencia exacta la causa de su muerte. El presidente suspendió el festejo y el Gobernador del Estado costeó el entierro del torero sevillano allí en Puebla, al que acudieron varios miles de personas. Sus compañeros le erigieron un mausoleo en su memoria y le colocaron la siguiente inscripción: “D.E.P. El banderillero español Juan Romero Fernández “Saleri” falleció víctima de su profesión en la Plaza de Toros de Puebla la tarde del domingo 15-1-1888. Sus desconsolados y queridos compañeros no lo olvidan y le dedican este recuerdo. Diego Prieto “Cuatrodedos”, Carlos Borrego “Zocato”, Manuel Mejías “Bienvenida”, Antonio García “Morenito”, Manuel Blanco “Blanquito”, Luis Peralta, Francisco Guzmán y Rafael Sáez”. El ilustre historiógrafo Héctor Budar nos explica en una muy documentada editorial de su autoría de nombre: “Casos y Cosas de Toros/ Histórica Plaza El Paseo I”, publicada en la acreditada revista taurina “En Los Medios” del cronista Óscar Mejía, del 2 de julio de 2013, que en la ciudad de Puebla de los Ángeles, estado de Puebla, en México, tuvo en los siglos dieciocho y diecinueve varias plazas de toros pero ninguna con la importancia de la “Plaza el Paseo”, que permaneció en actividad durante 96 años de 1814 a 1937. Este coso tomó el nombre del lugar donde estaba ubicada, frente al Paseo Nuevo, hoy Paseo Bravo, entre las actuales calles 3, y 5 poniente. Uno de los hechos históricos de la tauromaquia mexicana sucedió aquí, el 13 de abril de 1879, cuando el maestro español Bernardo Gaviño otorgó la primera alternativa que se dio en suelo azteca al diestro atenqueño Ponciano Díaz. Este es uno de los muchos acontecimientos registrados en esta plaza que tenía un aforo de tres mil localidades y estaba construida de concreto con la parte superior de madera. En este artículo nos vamos a ocupar de un suceso que puso un negro crespón en este coso. Nos referimos a la muerte del bandillero español Juan Romero Fernández, “Saleri”. En el otoño de 1887, su paisano el matador de toros Diego Prieto “Cuatrodedos”, formó una cuadrilla con el también matador de toros Carlos Borrego “Zocato”, los banderilleros “Morenito”, “Bienvenida”, “Blanquito” y Saleri y se embarcaron hacia México. Cuatrodedos fue un torero sin grandes logros artísticos, pero sí hábil en el negocio empresarial taurino. A falta de contratos se convertía en empresario, como lo hizo el 15 de enero de 1888 en Puebla. La publicidad salió a las calles, causando gran interés para ver la anunciada presentación, de Diego Prieto “Cuatrodedos” y Carlos Borrego “Zocato”, con ganado de San Cristóbal La Trampa. Llegó el día indicado y los toreros radicados en la capital del país, viajaron muy temprano a la angelópolis en el tren interoceánico, el mismo día de la corrida, con acepción de Saleri y el picador “Cantares”, los cuales no se habían dejado ver desde la noche anterior, por haberse ido de juerga, teniendo que salir dos horas después en el Mexicano. Cuando estaban colocando sus avíos los descubrió la señora Enedina Reboyo de Márquez, esposa del gobernador de Puebla, los invito a sentarse cerca de ella. Todo el trayecto estuvieron conversando, de toros, naturalmente. Al despedirse la señora le pidió a Saleri, le brindara el salto de la garrocha, a lo que Juan accedió. El picador se fue hacia la plaza y Saleri rumbo al hotel Diligencias, al llegar se encontró a sus compañeros ataviados que ya iban rumbo a la plaza. Saleri se

Page 17: SOBRE LA SUERTE DE EL SALTO CON LA … · de los de su cuadrilla, Raúl Ramírez quien, con arrojo y decisión, realizó la exhumada suerte del salto con la garrocha, que apenas duro

  16    Taurologia.com

     

vistió a toda prisa y los alcanzó antes de empezar la corrida. El festejo empezó con éxito. Salió el cuarto toro que se emplazó en los medios dando problemas como si estuviera toreado. Saleri cogió la garrocha fue al palco del gobernador y le brindo a su esposa como le había prometido. Sus compañeros trataron de impedir que consumara la suerte, el no hizo caso y fue al toro, lo citó, el toro no acudió al cite, caminó unos cuantos pasos más, clavo la garrocha, no se pudo elevar por la corta distancia y cayó entre los cuernos, el toro lo enganchó del muslo derecho dándole una cornada en la ingle, al derrotar le pegó en el cuello rompiéndole la aorta causándole una intensa hemorragia interna, se levantó dio unos cuantos pasos cayó y cuando sus compañeros lo levantaron le escucharon decir: Dios mío este toro me ha matado, virgen del Carmen sálvame, fue su ruego antes de expirar. En los tendidos corrió la noticia que el valiente Saleri había muerto y suspendieron la corrida. Sus compañeros inconsolables lo velaron en la iglesia de la Compañía entre gran cantidad de gente, que no daba crédito a lo sucedido, coronas del gobierno de gente de la sociedad y ramos de flores del pueblo, bordeaban el ataúd. A las diez de la noche se presentó el gobernador Rosendo Márquez disculpando a su esposa que estaba inconsolable, haciéndoles saber que él costearía todos los gastos del funeral. A las cuatro de la tarde del día anterior partía plaza, sonriente, veinticuatro horas después con el triste doblar de campanas iba entre miles de personas en una caja mortuoria a recibir cristiana sepultura. El cronista José Antonio Román Romero, propietario del Blog en la Internet: “De Hombres, Toros y Caballos” nos comenta, el 29 de abril de 2013, en una muy completa editorial titulada: “Los Saleri”, al referirse a Juan Romero Fernández “Saleri”: Tiene esta foto (donde aparece con la garrocha) lo menos ciento veintiséis años. Está hecho, como aquel de Canales, en Barcelona, en casa de Torija, y como el original murió hace ciento veinticinco años en América, por eso digo que la fotografía en cuestión data de ciento treinta años, cuando menos. Pertenece la misma al primer diestro que ostentó el apodo de Saleri, el cual le aplicaron porque, siendo vendedor ambulante de sal, pregonaba la mercancía de un modo tan especialísimo que parecía que pronunciaba la palabra que luego le sirvió de sobrenombre. A Juan Romero Fernández, que así se llamaba el mentado Saleri, le entró la afición de jovenzuelo, y aunque fue en sus primeros años barbero, alfarero, cochero, fundidor y vendedor de sal, acabó por ser lo que había soñado. Después de trabajar como banderillero con algunos matadores de novillos, ingresó en la cuadrilla del señor Fernando el Gallo en compañía de un tal Lobito, pareja que en dicha cuadrilla sustituyó al célebre Guerrita cuando éste dejó de pertenecer a ella para incorporarse a la de Lagartijo. Esto ocurría en septiembre del año 1885. En el invierno de 1887-88 fué Saleri a Méjico con el espada Cuatrodedos, y toreando en Puebla de los Angeles el 15 de enero del segundo de dichos años reses de San Cristóbal y de Tampa perdió la vida el infortunado banderillero. Recordemos el trágico episodio: Salió el cuarto bicho, “Campero”, completamente buey, y el público pidió que fuese devuelto al corral, a lo que no accedió el Presidente. Saleri’ sin reparar en que el animalucho, por sus malas condiciones, no permitía que anduvieran con él haciendo dibujos, quiso practicar el salto de la garrocha, su suerte favorita, y aunque sus compañeros trataron de disuadirle, el diestro no hizo caso, y luego de brindar al gobernador de aquel Estado, dio un recorte a cuerpo limpio, citó con el palo, afianzó éste, se elevó y cayó en las astas de la res, pues ésta se quedó en el centro de la suerte, y al recibir con sus armas el cuerpo de Romero, introdujo una de ellas en la ingle izquierda del desventurado lidiador.

Page 18: SOBRE LA SUERTE DE EL SALTO CON LA … · de los de su cuadrilla, Raúl Ramírez quien, con arrojo y decisión, realizó la exhumada suerte del salto con la garrocha, que apenas duro

  17    Taurologia.com

     

Cuando entró en la enfermería estaba muerto. Al fallecer contaba veintiséis años, pues había nacido en Sevilla el 10 de noviembre de 1861. Sus restos fueron exhumados en 1896 por cuenta del espada Quinito y recibieron sepultura definitiva en el cementerio de San Fernando, de Sevilla. Lo que hizo Juan Romero en Puebla más fué temeridad que valentía, y ya sabéis que dijo el príncipe de los ingenios que la valentía que se entra en la temeridad, más tiene de locura que de fortaleza. Fuente: http://gestauro.blogspot.mx/2013/04/juan-romero-saleri-tiene-esta-foto.htm [6] El Eco Taurino. México, D.F., 19 de enero de 1939, Nº 469. Este verso se encuentra fechado el 7 de marzo de 1894.