sobre la experiencia_jorge larrosa

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  • 8/2/2019 Sobre la Experiencia_Jorge Larrosa

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    I Sobre la experienciaJorge LarrosaUniversitat de Barcelona

    E objetivo del texto es demostrar que la experiencia tienemuchas posibilidades en el campo educativo, tanto posibilidadescriticas como posibilidades prcticas, siempre que seamos capacesde darle un uso afilado y preciso. Hay un uso y un abuso de la pala-bra experiencia en educacion. Pero esa palabra casi siempre se usasin pensarla, sin tener conciencia cabal de sus enormes posibilida-des teoricas, criticas y practicas. Se trata aqu de pensar la experien-cia y desde la experiencia. Se trata tambin de apuntar hacia algunade las posibilidades de un pensamiento de la educacin a partir dela experiencia. En ese sentido, se abordaran 10 que podramos deno-minar "principios de la experiencia": exterioridad, alteridad y ali-neacion; subjetividad, reflexividad y transformacin; singularidad,irrepetibilidad y pluralidad; pasaje y pasion; incertidumbre y liber-tad; finitud, cuerpo y vida.Este texto pueda parecer, quizs, demasiado largo, demasiado abs-tracto y demasiado reiterativo. Demasiado largo porque contiene 87

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    ALOMA 1 Sobre la experiencia

    varias citas de algunos textos mios en 10s que ya habia trabajadoanteriormente la cuestin de la experiencia. Demasiado abstractopuesto que he intentado que la palabra experiencia sonara de unmodo particular y relativamente complejo, pero sin aplicarlaconcretamente a un aspecto especifico del campo educativo. Dema-siado reiterativo porque, a veces, puede dar la impresin de que sedicen las mismas cosas con distintas palabras. Pero el10 forma parteasimismo de esa estrategia general que pretende que la palabraexperiencia resuene en el texto, para mostrar algunas de sus dimen-siones, sealar algunas de sus posibilidades, aunque a veces la 1gi-ca de la exposicin resulte un tanto circular.Nuestro objetivo es dar cierta densidad a "eso de la experiencia" ydemostrar indirectamente que la cuestin de la experiencia tienemuchas posibilidades en el campo educativo, siempre que seamoscapaces de darle un uso afilado y preciso. Hay un uso y un abuso dela palabra experiencia en educacin. Pero esa palabra casi siempre seusa sin pensarla, sin tener conciencia cabal de sus enormes posibili-dades teoricas, criticas y practicas. Se trata aqu de pensar la expe-riencia y desde la experiencia. Se trata tambin de apuntar haciaalguna de las posibilidades de un pensamiento de la educacin apartir de la experiencia.Exterioridad, alteridad, alineacinPara empezar, podramos decir que la experiencia es "eso que me pasa". No10 que pasa, sino "eso que me pasa". Analicemos en primer lugar ese eso.La experiencia supone, en primer lugar, un acontecimiento o, dichode otro modo, el pasar de algo que no soy yo. Y "algo que no soyyo" significa tambin algo que no depende de mi, que no es unaproyeccin de mi mismo, que no es el resultado de mis palabras, nide mis ideas, ni de mis representaciones, ni de mis sentimientos, nide mis proyectos, ni de mis intenciones, es algo que no depende nide mi saber, ni de mi poder, ni de mi voluntad. "Que no soy yo" sig-nifica que es "otra cosa que yo", otra cosa que no es 10 que yo digo,10 que yo s, 10 que yo siento, 10 que yo pienso, 10 que yo anticipo,10 que yo puedo, 10 que yo quiero.Lo denominaremos "principio de alteridad". 0, tambin, "principiode exterioridad". 0, incluso, "principio de alienacin".88

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    Jorge Lanosa

    Si 10 denomino "principio de exterioridad" es porque esa exteriori-dad esta contenida en el ex de la misma palabra exlperiencia. Ese exque es el mismo de exlterior, de exltranjero, de exltraeza, dexltasis, de exlilio. No hay experiencia, por tanto, sin la aparicinde un alguien, o de un algo, o de un eso, de un acontecimiento endefinitiva, que es exterior a mi, extranjero a mi, extrao a mi, queesta fuera de mi mismo, que no pertenece a mi lugar, que no esta enel lugar que yo le doy, que esta fuera de lugar.Si 10 denomino "principio de alteridad" es porque eso que me pasatiene que ser otra cosa que yo. No otro yo, u otro como yo, sino otracosa que no soy yo. Es decir, algo otro, algo completamente otro,radicalmente otro.Si 10 denomino "principio de alienacin" es porque eso que me pasatiene que ser ajeno a mi, es decir, que no puede ser mio, no puede serde mi propiedad, no puede estar previamente capturado o previamenteapropiado ni por mis palabras, ni por mis ideas, ni por mis sentimien-tos, ni por mi saber, ni por mi poder, ni por mi voluntad, etctera.Y dir ya, desde ahora, que, en la experiencia, esa exterioridad delacontecimiento no debe ser interiorizada sino que se mantienecomo exterioridad, que esa alteridad no debe ser identificada sinoque se mantiene como alteridad, y que esa alienacin no debe serapropiada sino que se mantiene como alienacin. La experiencia noreduce el acontecimiento sino que 10 sostiene como irreductible. Amis palabras, a mis ideas, a mis sentimientos, a mi saber, a mipoder, a mi voluntad.Reflexividad, subjetividad, transformacionLa experiencia es "eso que me pasa". Prosigamos ahora con ese me.La experiencia supone, 10 hemos visto ya, que algo que no soy yo,un acontecimiento, sucede. Pero supone tambin, en segundolugar, que algo me pasa a mi. No que pasa ante mi, o frente a mi,sino a mi, es decir, en mi. La experiencia supone, ya 10 he dicho, unacontecimiento exterior a mi. Pero el lugar de la experiencia soy yo.Es en mi (o en mis palabras, o en mis ideas, o en mis representacio-nes, o en mis sentimientos, o en mis proyectos, o en mis intencio-nes, o en mi saber, o en mi poder, o en mi voluntad) donde se da laexperiencia, donde la experiencia tiene lugar.

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    ALOMA ( Sobre la experiencia

    Lo denominaremos "principio de subjetividad". 0 , tambin, "prin-cipio de reflexividad". 0, incluso, "principio de transformacin".Si 10 denomino "principio de reflexividad" es porque ese m e de "10que m e pasa" es un pronombre reflexivo. Podriamos decir, portanto, que la experiencia es un movimiento de ida y vuelta. Unmovimiento de ida porque la experiencia supone un movimiento deexteriorizacion, de salida de mi mismo, de salida hacia fuera, unmovimiento que va al encuentro con eso que pasa, al encuentro conel acontecimiento. Y un movimiento de vuelta porque la experien-cia supone que el acontecimiento me afecta a mi, que tiene efectosen mi, en 10 que yo soy, en 10 que yo pienso, en 10 que yo siento,en 10 que yo s, en 10 que yo quiero, etctera. Podriamos decir queel sujeto de la experiencia se exterioriza en relacin al aconteci-miento, que se altera, que se enajena.

    Si 10 denomino "principio de subjetividad" es porque el lugar de laexperiencia es el sujeto o, dicho de otro modo, porque la experien-cia es siempre subjetiva. Pero se trata de un sujeto que es capaz dedejar que algo le pase, es decir, que algo le pase en sus palabras, ensus ideas, en sus sentimientos, en sus representaciones, etctera. Setrata, por consiguiente, de un sujeto abierto, sensible, vulnerable,exlpuesto. Por otro lado, el "principio de subjetividad" supone tam-bin que no hay experiencia en general, que no hay experiencia denadie, que la experiencia es siempre experiencia de alguien o, dichode otro modo, que la experiencia es, para cada cual, la propia, quecada uno hace o padece su propia experiencia, y eso de un modoQnico, singular, particular, propio.Si 10 denomino "principio de transformacin" es porque ese sujetosensible, vulnerable y ex/puesto es un sujeto abierto a su propiatransforrnacin. O a la transforrnacin de sus palabras, de sus ideas,de sus sentimientos, de sus representaciones, etctera. De hecho, enla experiencia, el sujeto hace la experiencia de algo, pero, sobretodo, hace la experiencia de su propia transformacin. De ahi quela experiencia me forma y me transforma. De ahi la relacion consti-tutiva entre la idea de experiencia y la idea de formacin. De ahique el resultado de la experiencia sea la formacin o la transforma-cin del sujeto de la experiencia. De ahi que el sujeto de la expe-

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    Jorge Lanosa I ALOMA

    del querer, sino el sujeto de la formacin y de la transformacin. Deahi que el sujeto de la formacin no sea el sujeto del aprendizaje(por 10 menos si entendemos aprendizaje en un sentido cognitivo),ni el sujeto de la educacin (por 10 menos si entendemos educacincomo algo que tiene que ver con el saber), sino el sujeto de laexperiencia.Pasaje, pasinLa experiencia es "eso que me pasa". Centremonos ahora en esepasar. La experiencia, en primer lugar, es un paso, un pasaje, unrecorrido. Si la palabra experiencia tiene el ex de 10 exterior, tienetambien ese per que es un radical indoeuropeo para palabras que tie-nen que ver con travesia, con pasaje, con camino, con viaje. Laexperiencia supone entonces una salida de si hacia otra cosa, unpaso hacia otra cosa, hacia ese ex del que hablbamos antes, haciaese eso de "es0 que me pasa". Pero, al mismo tiempo, la experienciasupone tambin que algo pasa desde el acontecimiento hacia mi,que algo viene hacia mi, que algo me viene o me adlviene. Ese paso,adems, es una aventura y, por 10 tanto, tiene algo de incertidum-bre, supone un riesgo, un peligro. De hecho, el verbo "experienciar"O "experimentar", 10 que seria "hacer una experiencia de algo" o"padecer una experiencia con algo", se dice, en latin, ex/periri. Y deese periri viene, en castellano, la palabra "peligro". Este seria el pri-mer sentido de ese pasar. Que podriamos denominar "principio depasaje". Pero hay otro sentido mis.Si la experiencia es "eso que me pasa", el sujeto de la experiencia escomo un territori0 de paso, como una superficie de sensibilidad enla que algo pasa y en la que "eso que me pasa", al pasar por mi o enmi, deja una huella, una marca, un rastro, una herida. De ahi que elsujeto de la experiencia no sea, en principio, un sujeto activo, unagente de su propia experiencia, sino un sujeto paciente, pasional.O, dicho de otra manera, la experiencia no se hace, sino que sepadece. A este segundo sentido del verbo pasar de "eso que me pasa"10 podriamos llamar "principio de pasin".Tenemos, entonces, hasta aqu, varias dimensiones de la experiencia.- Exterioridad, alteridad y alienacin en 10 que tiene que ver con el

    acontecimiento, con el que'de la experiencia, con el eso de "eso que

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    ALOMA I Sobre la exper iencia

    - Reflexividad, subjetividad y transformacion en 10 que tiene quever con el sujeto de la experiencia, con el quin de la experiencia,con el m e de "eso que m e pasa".- Pasaje y pasion en 10 que tiene que ver con el movimiento mismode la experiencia, con el pasar de "es0 que me pasa".

    Un ejemplo: la experiencia de la lecturaPondr un ejemplo tomado de la lectura, un ejemplo que nos per-mitir captar cul es la dimension experiencial de esa practica coti-diana y fundamental desde el punto de vista educativo que llama-mos lectura.Hay un libro muy hermoso de George Steiner, titulado Lenguaje ysilencio, que trata, entre otras cosas, de la cultura despus de Ausch-witz, en el que hay una nota a pie de pagina que dice 10 siguiente:

    Quien haya ledo La Metamorfosis de Kafka y pueda mirarse impvidoal espejo, ese es capaz tcnicamente de leer letra impresa, pero es u n an al-fabeto en el nico sentido que cuentu.'Hasta aqui la cita. Naturalmente, podemos sustituir el libro de Kafkapor cualquier otro libro. Puesto que la experiencia es una relacin,10 importante no es el texto, sino la relacin con el texto. Aunqueun libro que se ajustase demasiado bien a 10 que ya sabemos (leer),a 10 que ya podemos (leer) o a 10 que ya (queremos) leer, seria unlibro inservible desde este punto de vista. Seria un libro demasiadocomprensible, demasiado legible. El texto, que aqui funciona comoel acontecimiento, como el eso de "es0 que me pasa", tiene quetener alguna dimension de exterioridad, de alteridad, de alineacion.El texto tiene que ser otra cosa distinta de 10 que ya s, 10 que yapienso, 10 que ya siento, etctera. El texto tiene que tener algo deincomprensible para mi, algo de ilegible. De todos modos, 10 decisi-vol desde el punto de vista de la experiencia, no es cual es el libro,sino qu es 10 que nos pase con su lectura. Y ahi es donde Steiner escertero.A un lector que, tras leer el libro, se mira al espejo y no nota nada,no le ha pasado nada, es un lector que no ha hecho ninguna expe-riencia. Ha comprendido el texto, sin duda. Domina todas las estra-

    92 G. Steiner. Lenguaje y silencio. Ensayos sobre la literatura, el lenguaje y 10inhumano. Barcelona. Gedisa 1994. p. 26.

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    tegias de comprensin que 10s lectores tienen que dominar. Segura-mente es capaz de responder bien a todas las preguntas que se lehagan sobre el texto. Puede que hasta sacase las mejores calificacio-nes en un examen sobre Kafka y sobre ese libro de Kafka. Pero hayun sentido, el unico sentido que cuenta segn Steiner, en el que eselector es analfabeto. Tal vez ese sentido, el unico que cuenta, seaprecisamente el de la experiencia. Ese lector analfabeto es un lectorque no se pone en juego a si mismo en 10 que lee, un lector quepractica un modo de lectura en el que no hay relacin entre el textoy su propia subjetividad. Es tambin u n lector que sale al encuentrodel texto, ciertamente, pero en caminos s610 de ida, caminos sinreflexin, es un lector que no se deja decir nada. Por ultimo, es unlector que no se transforma. En su lectura no hay subjetividad, nireflexividad, ni transformacin. Aunque comprenda perfectamente10 que lee. O, tal vez, precisamente porque comprende perfecta-mente 10 que lee. Porque es incapaz de otra lectura que no sea la dela comprensin.Podria hablarse, entonces, de una alfabetizacin que no tuviera quever con ensear a leer en el sentido de la comprensin, sino en elsentido de la experiencia. Una alfabetizacin que tuviera que vercon formar lectores abiertos a la experiencia, a que algo les pase alleer, abiertos a su propia transformacin, abiertos, por consiguien-te, a n o reconocerse en el espejo.Que la experiencia es "eso que me pasa" significa entonces, aqu,tres cosas:- Primero, que la experiencia es una relacin con algo que no soyyo. En este caso, el libro de Kafka: su condicin de alteridad, deexterioridad, de alienacin.- Segundo, que la experiencia es una relacin en la que algo tienelugar en mi. En este caso, que mi relacin con el texto, es decir, milectura, es de condicin reflexiva, vuelta para adentro, subjetiva,que me implica en 10 que soy, que tiene una dimensin transfor-madora, que me hace otro de 10 que soy. Por eso, despus de la lec-tura, yo ya no soy el mismo que era, ya no puedo mirarme imp-vido al espejo.- Y tercero, que la experiencia es una relacin en la que algo pasa demi a 10 otro y de 10 otro a mi. Y en ese paso, tanto yo como 10 otrosufrimos algunos efectos, somos afectados. 93

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    ALOMA I Sobre la experiencia

    Me servir, para explicar10 en otras palabras, de otra cita, esta vezdel mismo Kafka, de cuando tenia veinte aos, aunque tomada tam-bin del libro de Steiner:Si el libro que leemos no nos despierta como u n puo que nos golpeara enel crneo, para qu lo leemos? para que nos haga felices? Dios mio,tambin seramos felices si no tuviramos libros, y podramos, si fileranecesario, escribir nosotros mismos 10s libros que nos hagan felices. Perolo que debemos tener son esos libros que seprecipitan sobre nosotros comola mala suerte y que nos perturban profundamente, como la muerte dealguien a quien amamos mas que a nosotros mismos, como el suicidio.Un libro debe ser como u n pico de hielo que rompa el mar congelado quetenemos d e n t r ~ . ~Experiencia d e lenguaje, d e pensamiento, de sensibilidadAdemas de una practica que concierne, basicamente, a la compren-sin de textos, la lectura puede ser una experiencia. Una experien-cia de lenguaje, una experiencia de pensamiento, y tambin unaexperiencia sensible, emocional, una experiencia en la que estn enjuego nuestra sensibilidad, eso que llamamos "sentimientos". Podri-amos decirlo asi:Cuando yo leo a Kafka (o a Platn, o a Paulo Freire, o a Foucault, oa cualquier otro autor de 10s que son o han sido fundamentales enla propia formacin o en la propia transformacin), 10 importante,desde el punto de vista de la experiencia, no es ni 10 que Kafka diceni 10 que yo pueda decir sobre Kafka, sino el modo como en rela-cin con las palabras de Kafka puedo formar o transformar mis pro-pias palabras. Lo importante, desde el punto de vista de la expe-riencia, es cm0 la lectura de Kafka (o de Platn, o de Paulo Freire,o de cualquier...) puede ayudarme a decir 10 que an no s decir, o10 que an no puedo decir, o 10 que an no quiero decir. Lo impor-tante, desde el punto de vista de la experiencia, es que la lectura deKafka (o de Platn, o de cualquier ...) puede ayudarme a formar o atransformar mi propio lenguaje, a hablar por mi mismo, o a escribirpor mi mismo, en primera persona, con mis propias palabras.Cuando yo leo a Kafka (o a cualquier ...), 10 importante, desde elpunto de vista de la experiencia, no es ni 10 que Kafka piensa ni 10

    94Citado por G. Steiner en Lenguajey silencio.Op. cit. p. 101.

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    que yo pueda pensar sobre Kafka, sino el modo como en relacincon 10s pensamientos de Kafka puedo formar o transformar mis pro-pios pensamientos. Lo importante, desde el punto de vista de laexperiencia, es como la lectura de Kafka (o de cualquier ...) puedeayudarme a pensar 10 que aun no s pensar, o 10 que aun no puedopensar, o 10 que an no quiero pensar. Lo importante, desde elpunto de vista de la experiencia, es que la lectura de Kafka (o decualquier...) puede ayudarme a formar o a transformar mi propiopensamiento, a pensar por mi mismo, en primera persona, con mispropias ideas.Cuando yo leo a Kafka (o a cualquier ... ), 10 importante, desde elpunto de vista de la experiencia, no es ni 10 que Kafka siente, ni 10que yo pueda sentir leyendo a Kafka, sino el modo como en relacincon 10s sentimientos de Kafka puedo formar o transformar mis pro-pios sentimientos. Lo importante, desde el punto de vista de laexperiencia, es cm0 la lectura de Kafka (o de cualquier ...) puedeayudarme a sentir 10 que aun no s sentir, o 10 que aun no puedosentir, o 10 que aun no quiero sentir. Lo importante, desde el puntode vista de la experiencia, es que la lectura de Kafka (o de cual-quier...) puede ayudarme a formar o a transformar mi propia sensi-bilidad, a sentir por mi mismo, en primera persona, con mi propiasensibilidad, con mis propios sentimientos.Primera lectura complementariaHasta aqu he tratado, simplemente, de darle vueltas a la palabraexperiencia o, dicho de otro modo, he tratado de que la palabraexperiencia resonara de un modo particular. Antes de seguir, trans-cribir algunas citas de un texto que se titula "Literatura, experien-cia y forrnacin". Se trata de un texto, ya viejo, que figura comoprimer capitulo de mi libro La experiencia de la lectura. Estudios sobreliteratura y formacin.3 En ese libro quise pensar qu cosa podria serla lectura desde el punto de vista de la experiencia. No desde elpunto de vista de la comprensin, sino desde el punto de vista de laexperiencia y, concretamente, desde el punto de vista de la expe-riencia de formacin. En ese texto se desarrolla la idea de experien-cia, se desarrolla tambin la relacin entre la experiencia y laformacin (o la transformacion) de la subjetividad, y se trata por

    J. Larrosa, La experiencia de la lectura. Estudios sobre literatura y forrnacin.Alertes, Barcelona 1996. Tercera edicin ampliada en Fondo de Cultura 95Econmica, Mxico 2004.-

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    ALOMA ( Sobre a expenencia

    ultimo sobre que podria ser eso de la lectura como formacin ocomo transformacin de 10 que somos.1.Pensar la lectura co mo formacin implica pensarla como un a actividadque tiene que ver con la subjetividad del lector: no s610 con 10 que el lec-tor sabe sino con 10 que es. Se trata de pensar la lectura como algo quenos forma (o nos de-forma o nos trans-forma), como algo que nos consti-tuy e o nos pone en cuestin e n aquello que somos. La lectura, por tan to,no es s610 u n pasatiempo, u n mec anismo de evasin del mu nd o real y delyo real. Y n o se reduce tampoco a u n med io para adquirir conocimientos.En el primer caso, la lectura no nos afecta en lo propio puesto que trans-curre en u n espacio-tiempo separado: en el ocio, o e n el ins tan te que pre-cede al sueo, o en el mu nd o de la imaginacin . Pero n i el oci0 ni el sueoni 10 imaginari0 se mezclan con la subjetividad que rige en la realidadpuesto que la "realidad" moderna, lo que nosotros en tendemos por "real",se define justamente como el mun do sensato y diurno del trabajo y de lavida social. Pero esto no siempre ha sido asi. En el segundo caso la lec-tura tampoco nos afecta en 10 propio puesto que 10 que sabemos se man-tiene exterior a nosotros. Si leemos para adquirir conocimientos, despusde la lectura sabemos algo que antes no sabiamos, tenemos algo queantes no teniamos, pero nosotros somos 10s mis mo s que antes, na da no sha modificado. Y esto no tiene que ver con 10 que sea el conocimiento,sino con el modo como nosotros 10 definimos. El conocimiento moderno,el de la ciencia y la tecnologia, se caracteriza justamente por su separa-cin del sujeto cognoscente. Pero eso es tambin algo histricamente con-tingente . La primera cara de m i tem a, eso de la lectura como formacin,seria intentar pensar esa misteriosa actividad que es la lectura como algoque tiene que ver con aquello que nos hace ser 10 que somos. Y para m ila cuestin de la formacin esta magistralmente enunciada e n el su bt t ~i -10 del Ecce Homo de Nietzsche: W i e m a n wird, was m a n ist, "cmo sellega a ser 10 que se es".2.Para que la lectura se resuelva en formacin es necesario que haya u narelacin int im a entre el texto y la subjetividad. Y esa relacin podria pen-sarse como experiencia, aunque entendie ndo experiencia de u n modo par-ticular. La experiencia seria lo que nos pasa. No lo que pasa, sino lo quenos pasa. Nosotros vivimos en u n mu nd o en que pasan muchas cosas.Todo lo que sucede en el mundo nos es inmediatamente accesible. Los96

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    libros y las obras de arte estn a nuestra disposicin como nunca antes10 habian estado. Nuestra propia vida est llena de acontecimientos.Pero, a1 mismo tiempo, casi nada nos pasa. Los sucesos de actualidad,convertidos en noticias fragmentarias y aceleradamente caducas, n o nosafectan en 10 propio. Ve mo s el mu nd o pasar a nt e nuestros ojos y noso-tros permanecemos exteriores, ajenos, impasibles. Con su mim os libros yobras de arte, pero siempre como espectadores o tratando de conseguir ungoce intrascen dente e inst ant neo. Sabemos mu ch as cosas, pero nosotrosmismos no cambiamos con 10 que sabemos. Esto seria una relacin conel conocimiento que n o es experiencia pues to que n o se resuelve en la for-mac in o la trans-formacin de 10 que sornos. Wa lte r Ben jami n tiene u ntexto que se llama "Experiencia y pobreza" donde reflexiona sobre laabundancia de estirnulos y la pobreza de experiencias que caracteriza anuestro rnundo. Tenernos el conocimiento, pero como algo exterior anosotros, como u n til o u na mercancia. C on su mi mo s arte, pero el arteque consumimos nos atraviesa sin dejar ninguna huella en nosotros.Estamos informados, pero nada nos con-mueve en 10 intimo. Pensar lalectura com o forrnacin supone cancelar esa frontera entre 10 que sabe-mos y 10 que somos, entre 10 que pasa (y que podemos conocer) y 10 quenos pasa (como algo a 10 que debemos atribuir u n sentido e n relacin anosotros mismos).3.En la forrnacin como lectura 10 importante no es el texto sino la rela-cin con el texto. Y esa relacin tiene un a condicin esencial: que no seude apropiacin sino de escucha. 0, dicho de otro modo, que 10 otro per-rnanezca com o otro y n o como "otro yo" o como "otro desde m i mism o".Blanchot 10 dice con mu ch a claridad: "... 10 que ms amenaza la lectu-ra: la realidad del lector, su personalidad, su inmodestia, su maneraencarnizada de querer seguir siendo 61 mismo frente a 10 que lee, de que-rer ser u n hombre que sabe leer en general". Ese lector arrogante que seempea en permanecer erguido frente a 10 que lee es el sujeto que resultade la forrnacin occidental mas agresiva, ms autoritaria. Es el hombreque reduce todo a su im agen , a su medida; el que no es capaz de ver otracosa que a si rnismo; el que lee apropindose de aquello que lee, devo-rndolo, convirtiendo todo otro en u na variante de si mism o; el que lee apartir de 10 que sabe, de 10 que quiere, de 10 que necesita; el que ha soli-dificado su conciencia frente a todo 10 que la podria poner en cuestin.Por el contrario, en la escucha u no esta dispuesto a oir 10 que n o sabe, 10que no quiere, 10 que no necesita. Uno est dispuesto a perder pie y a 97

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    dejarse tu mb ar y arrastrar por 10 que le sale al encuentro. Estri dispues-to a transformarse en una direccin desconocida. Lo otro como otro esalgo que no puedo reducir a m i medida . Pero es algo de 10 que puedo teneruna experiencia en tanto que me transforma hacia s mismo. Heideggerexpresa de u n modo rnuy hermoso la experiencia de esa relacin que noes de apropiacin sino de escucha: " .. hacer una experiencia con algosignifica que algo nos acaece, nos alcanza; que se apodera de nosotros,que nos tumba y nos transforma . Cuan do hab lamos de 'hacer' u na expe-riencia eso no significa precisamente que nosotros la hagamos acaecer;'hacer' significa aqu: sufrir, padecer, tomar 10 que nos alcanza recepti-vamente, aceptar, en la medida que nos sometemos a ello. Hacer unaexperiencia quiere decir, por tanto: dejarnos abordar en 10 propio por 10que nos interpela, entrando y sometindonos a ello. Nosotros podemosser u s i trans formados por tales experiencias, de u n dia para otro o en eltranscurs0 del tiempo".4.Durante siglos el saber hu ma no ha sido entendido como u n pthei m t-hos, como u n aprendizaje en y por el padecer, en y por aquell0 que a unole pasa. se es el saber de experiencia: el que se adquiere en el mo do com oun o va respondiendo a 10 que le va pasando a 10 largo de la vida y el queva conformando 10 que uno es. Ex-per-ientia significa salir hacia afileray pasar a travs. Y en alemn experiencia es Erfahrung, que tiene lam is ma raiz que Fahren, que se traduce norma lme nte por "viajar". Esesaber de experiencia tiene algunas caractersticas esenciales que le oponenpunto por punto a 10 que nosotros entendemos por conocimiento. En pri-mer lugar, es u n saber finito, ligado a la madura cin de u n individuo par-ticular. 0, de un mo do alin ms explicito, es un saber que revela al ho m-bre singular su propia finitud. En segundo lugar, es un saber particular,subjetivo, relativo, personal. Gadamer dice nzuy bien que dos personas,aunqu e enfrenten el m is m o acontecimiento, no hacen la mis ma experien-cia. Y dice tamb in que la exp eri encia ,no puede ahorrrsela nadie, esdecir, que nadie puede aprender de la experiencia de otro a menos que esaexperiencia seu de alglin modo revivida. En tercer lugar, es un saber queno puede separarse del individuo concreto en quien encarna. El saber deexperiencia no est, como el conocimiento cientfica, pera de nosotros,sino que s610 tiene sentido e n el mod o como configura una personalidad,u n carcter, u na sensibilidad o, en definitiva, u na forma hu m an a singu-lar que es a la vez una tica (un modo de conducirse) y una esttica(u n estilo).98

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    5.La experiencia, a diferencia del experimento, n o puede planificarse almodo tcnico. La actividad de la lectura es a veces experiencia y a vecesno. Porque aunque la actividad de la lectura seu algo que hacemos regu-lar y rutinariamente, la experiencia de la lectura es un acontecimientoque tiene lugar en raras ocasiones. Y sabernos que el acon tecimiento esca-pa al orden de las causas y 10s efectos. La experiencia de la lectura, si esu n acontecimiento, n o puede ser causada, no puede ser anticipada co mou n efecto a partir de sus causas, 10 nico que puede hacerse es cuidar deque se de n determinadas condiciones de posibilidad: sdlo cuan do conflu-ye el texto adecuado, el mornento adecuado, la sensibilidad adecuada, lalectura es experiencia. Aunque nada garantiza que 10 seu: el aconteci-rniento se produce en ciertas condiciones de posibilidad , pero no se subor-dina a 10 posible. Por otra parte, una misma actividad de lectura puedeser experiencia para alguno s lectores y no para otros. Y , si es experiencia,no ser la rnisma experiencia para todos aquellos que la hagan . La expe-riencia de la lectura es tambin e1 acontecimiento de la pluralidad. (...)Aderns, la experiencia de la lectura tiene siempre una dimensidn deincertidumbre que no se puede reducir. Y, adems, puesto que no puedeanticiparse el resultado, la experiencia de la lectura es intransitiva: no esel ca mi no hacia u n objetivo pre-visto, hacia una me ta qu e se conoce deantemano, sino que es una apertura hacia 10 desconocido, hacia 10 queno es posible anticipa r y pre-ver. Volvien do a tu pregunta, m e parece quela pedagogia (quiz toda pedagogia) ha intentado siernpre controlar laexperiencia de la lectura, someterla a una causalidad tcnica, reducir elespacio en el que podria producirse como acontecimiento, capturarla enun concepto que imposibilite 10 que podria tener de pluralidad, prevenir10 que tiene de incierto, conducirla hacia un fin preestablecido. Es decir,convertirla en experimento, en una parte definida y secuenciada de unmtodo o de u n cam ino seguro y asegurado hacia u n m odelo prescriptivode formacidn.6.El profesor no debe tener nin guna idea de 10 que es una bu ena lectura, ymucho menos de 10 que es una lectura correcta o verdadera. El profesorno puede pretender saber 10 que el texto dice y transmitir a sus alurnnosese saber que ya tiene. En ese caso, al estar anticipado el resultado, lasactividades de lectura de 10s alurnnos serian un experimento, simplesmedios para llegar a un saber previsto de antemano y construido segncriterios de verdad, objetividad, etctera. Pero eso n o significa que el pro- 99

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    fesor no tenga su propia experiencia de lectura o que, an tenindola, nodeba mostrarla. Pero mostrar una experiencia no es mostrar un saber alque se ha llegado (aunque sea cuidandose de presentar10 como provisio-nal, como particular o com o relativo). Mostrar u na experiencia no esensear el modo como uno se ha apropiado del texto, sino cm0 se le haescuchado, de qu manera uno se ha abierto a 10 que el texto tiene quedecir. Mostrar una experiencia es mostrar una inquietud. Lo que el pro-fesor transm ite, en tonces, es su escucha, su apertura, su inqu ietud. Y suesfuerzo debe estar dirigido a que esas forrnas de atencin no queden can-celadas por cualquier forma de dogrnatismo o de satisfaccin. En estecaso, ensear a leer no es oponer un saber contra otro saber (el saber delprofesor contra el saber del alumno aun insuficiente), sino colocar unaexperiencia junto a otra experiencia. Lo que el maestro debe transmitir esun a relacin con el texto: un a forma de atencin , una ac titud de escu-cha, u na inquietud, u na apertura. Y eso n o es limitarse a una posicinpasiva, no es meramente administrar el acto de la lectura durante laclase. No es s610 dejar que 10s alumnos lean, sino hacer que la lecturacom o experiencia sea posible. La funcin del profesor es ma ntener vivala biblioteca como espacio de formacin. Y eso no significa producir eru-ditos, o proslitos o, en general, personas que saben, s ino m antenerabierto u n espacio en el que cada uno pueda encontrar su propiainquietud.Uno de 10s temas que recorren el texto es el de la relacin entreexperiencia y subjetividad. 0, dicho de otro modo, se trata de pen-sar la experiencia desde el punto de vista de la formacin y de latransformacin de la subjetividad. Y para eso hay que separar bien"experiencia" de "experimento", descontaminar la palabra "expe-riencia" de todas las adherencias empricas y empiristas que se lehan ido pegando en 10s ltimos siglos. Uno de 10s objetivos de esetexto es des-empirizar la experiencia (afirmar claramente que laexperiencia no es un experimento al modo de las ciencias experi-mentales), y hacerlo enfatizando su dimensin subjetiva, 10 quehemos convenido en 1lamar"principio de subjetividad", "principiode reflexividad" y "principio de transformacin".Singularidad, irrepetibilidad, pluralidadPero tal vez podamos separar experiencia y experimento de unamanera mis analtica, enunciando otros principios de la experien-cia o, mejor, enunciando de otra manera, con otras palabras, algu-nos de 10s principios que hemos ido trabajando hasta aqu.100

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    Comenzaremos por 10 que podriamos denominar el "principio desingularidad". Si un experimento tiene que ser homogneo, es decir,tiene que significar 10 mismo para todos 10s que 10 leen, una expe-riencia es siempre singular, es decir, para cada cua1 la suya. Pondralgunos ejemplos.Si todos nosotros leemos un poema, el poema es, sin duda, elmismo, pero la lectura es en cada caso diferente, singular, para cadacua1 la suya. Por eso podriamos decir que todos leemos y no leemos elmismo poema. Es el mismo desde el punto de vista del texto, peroes distinto desde el punto de vista de la lectura.Si todos nosotros asistimos a un acontecimiento o, dicho de otramanera, si a todos nosotros nos pasa algo, por ejemplo, la muerte dealguien, el hecho es para todos el mismo, 10 que nos pasa es 10mismo, pero la experiencia de la muerte, la manera como cada unosiente o vive o piensa o dice o cuenta o da sentido a esa muerte, es,en cada caso diferente, singular, para cada cua1 la suya. Por esopodriamos decir que todos vivimos y no vivimos la misma muerte.La muerte es la misma desde el punto de vista del acontecimiento,pero singular desde el punto de vista de la vivencia, de la experien-cia. Y podriamos multiplicar 10s ejemplos.El principio de singularidad tiene como corolario temporal 10 quepodriamos denominar el "principio de irrepetibilidad". Si un expe-rimento tiene que ser repetible, es decir, tiene que significar 10mismo en cada una de sus ocurrencias, una experiencia es, por defi-nicin, irrepetible. Pondr tambin algunos ejemplos.Hay un filsofo francs, Emmanuel Levinas, que tiene un libro cuyoltimo captulo est5 destinado al erotismo y a la fecundidad, a laexperiencia ertica y a la experiencia de ser fecundo, de tenerhijos.4 En ese capitulo, Levinas viene a decir que todo hijo es (entanto que experiencia), de alguna manera, el primer hijo, que todohijo es hijo Bnico. Porque la experiencia de la paternidad o de lamaternidad es, en cada caso, distinta. Cuando uno tiene tres hijos,uno no hace tres veces la misma experiencia. Lo mismo podriamosdecir del amor. Podramos decir que todo amor es (en tanto queexperiencia) el primer amor. Obviamente, uno ha aprendido algo desus anteriores amores, alguna cosa le ha pasado, sus otros amores

    E. Levinas. Totalidad e infinito. Ensayo sobre la exterioridad. Salamanca, 101Sigueme 1977.-

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    determinan, en alguna medida, su manera de enamorarse, su manerade hacer, o de padecer, la experiencia del amor, pero, al mismo tiem-pol la experiencia del amor es, en cada caso, distinta. Una persona quese enamora tres veces no hace tres veces la misma experiencia, queseria el infierno de la repeticion, sino que hace tres experiencias sin-gulares, distintas, unicas, sorprendentes.Lo mismo podriamos decir de la lectura del poema. Nadie lee dos vecesel mismo poema, como nadie se bafia dos veces en el mismo ro. Aun-que el poema sea el mismo, la experiencia de la lectura es, en cada unade sus ocurrencias, diferente, singular, otra. Y 10 mismo podriamosdecir de la muerte de un ser querido. Si a alguien se le mueren variaspersonas queridas, no hace varias veces la misma experiencia, no repi-te la misma experiencia. Podramos decir, entonces, que en la expe-riencia, la repeticion es diferencia. O que, en la experiencia, la mismi-dad es alteridad. La experiencia de la paternidad, o del amor, o de lamuerte, o de la lectura, repitindose, son tambin diferentes. La expe-riencia de la paternidad, o del amor, o de la muerte, o de la lectura,siendo las mismas, son siempre tambin otras. La experiencia, portanto, siempre tiene algo de primera vez, algo de sorprendente.Otro corolario del "principio de singularidad" es 10 que podriamos lla-mar el "principio de pluralidad". Un experimento siempre se produce"en general". Sin embargo, si la experiencia es para cada cua1 la suyao, 10 que es 10 mismo, en cada caso otra o, 10 que es 10 mismo, siem-pre singular, entonces la experiencia es plural. El plural de singular esplural y el singular de plural es singular. Ante el mismo hecho (lamuerte de alguien, por ejemplo), o ante el mismo texto (la lectura deun poema, por ejemplo), hay siempre una pluralidad de experiencias.La experiencia, por consiguiente, es el espacio en el que se despliega lapluralidad. La experiencia produce la pluralidad. Y la mantiene comopluralidad.

    Singularidad y singularizacionVamos a continuar, por un momento, con el "principio de singulari-dad". Para precisarlo, para desarrollar alguna de sus consecuencias y,quizs, para radicalizarlo.La experiencia 10 es siempre de 10 singular. No de 10 individual, o de10 particular, sino de 10 singular. Precisamente de 10 que no puede102

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    haber ciencia porque la ciencia trabaja justamente generalizando, laciencia trabaja con 10 que es "en general". Pero si es verdad que de 10singular no puede haber ciencia, si que puede haber pasin. Es mas, lapasin lo es siempre de 10 singular. Podramos decir, incluso, que laafeccin por 10 singular, el afecto por 10 singular, se llama precisa-mente pasin. Por eso, de 10 singular s610 puede haber una epistemo-logia pasional. O una tica pasional. O una poltica pasional.La experiencia se abre a 10 real como singular. Es decir, comoacontecimiento. El acontecimiento es, precisamente, 10 singular.Pero que la experiencia se abre a 10 real como singular quieredecir, tambin:- que no sabe, ni puede, ni quiere identificar10 (10 singular es 10 que

    desborda cualquier identidad, cualquier identificacin, 10 singulares precisamente 10 inidentificable),- que no sabe, ni puede, ni quiere representar10 (10 singular es 10 queno es mas que su presencia, que su presentacin, es decir, 10 quedesborda cualquier representacin, 10 que no representa nada, 10singular es precisamente 10 irrepresentable),- que no sabe, ni puede, ni quiere comprenderlo (10 singular es 10que desborda cualquier inteligibilidad, 10 que esta siempre mas allde cualquier comprensin, 10 incomprensible).

    La experiencia se abre a 10 real como singular, es decir, como ini-dentificable, como irrepresentable, como incomprensible. Y tam-bin como incomparable, como irrepetible, como extraordinario,como unico, como inslito, como sorprendente. Es decir, como otro(de 10 que yo puedo identificar, de 10 que yo puedo representar, de10 que yo puedo comprender). La posibilidad de la experienciasupone, por tanto, la suspensin de una serie de voluntades: lavoluntad de identificar, la voluntad de representar, la voluntad decomprender. La posibilidad de la experiencia supone, en suma, que10 real se mantenga en su alteridad constitutiva.Pero, ademas de abrirse a 10 real como singular, de dar 10 real comosingular, la experiencia tambin singulariza. Singulariza, comohemos visto ya, el acontecimiento, 10 real, el eso de "eso que mepasa", pero tambin singulariza al sujeto, al me de "eso que mepasa". El sujeto de la experiencia, ese sujeto que hemos caracteriza-do ya como abierto, vulnerable, sensible y exlpuesto, es tambin un 103

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    sujeto singular que se abre a la experiencia desde su propia singula-ridad. No es nunca un sujeto genrico, o un sujeto posicional. Nopuede situarse desde alguna posicin genrica, no puede situarse"en tanto que", en tanto que profesor, o en tanto que alumno, o entanto que intelectual, o en tanto que mujer, o en tanto que europeo,o en tanto que heterosexual, o en tanto que indgena, o en tantoque cualquier otra cosa que se nos ocurra. El sujeto de la experien-cia es tambin, l mismo, inidentificable, irrepresentable, incom-prensible, unico, singular. La posibilidad de la experiencia supone,entonces, la suspensin de cualquier posicin genrica desde la quese habla, desde la que se piensa, desde la que se siente, desde la quese vive. La posibilidad de la experiencia supone que el sujeto de laexperiencia se mantenga, tambin 61, en su propia alteridadconstitutiva.Incertidumbre, libertad, quizaOtra manera de separar experiencia de experimento podria enun-ciarse con 10 que podramos denominar el "principio de incerti-dumbre". Hemos visto ya que la experiencia supone siempre unaaventura, un riesgo, un peligro. Pero vamos a desarrollarlo unpoc0 ms.Si un experimento es, por definicion, anticipable, aunque sea rela-tivamente anticipable, aunque su anticipacin dependa de un cl-culo de probabilidad, la experiencia no puede ser anticipada. No sepuede saber de antemano cua1 va a ser el resultado de una expe-riencia, adnde puede conducirnos, que es 10 que va a hacer denosotros. Y eso porque la experiencia no tiene que ver con el tiem-po lineal de la planificacion, de la prevision, de la prediccin, de laprescripcion, sino con el tiempo de la apertura. La experiencia siem-pre tiene algo de imprevisible (de 10 que no se puede ver de ante-mano, de 10 que no est5 ya visto de antemano), de impredecible (de10 que no se puede decir de antemano, de 10 que no est ya dicho),de imprescriptible (de 10 que no se puede escribir de antemano, de10 que no esta escrito). La experiencia siempre tiene algo de incerti-dumbre. Es mis, la incertidumbre le es constitutiva. Porque la aper-tura que la experiencia da es apertura de 10 posible, pero tambin de10 imposible, de 10 sorprendente, de 10 que no puede ser. Por eso laexperiencia siempre supone una apuesta por 10 que no se sabe, por10 que no se puede, por 10 que no se quiere. La experiencia es un104

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    quiz. 0, 10 que es 10 mismo, la experiencia es libre, es el lugar de lalibertad. Podramos denominarlo, entonces, el "principio de liber-tad" de la experiencia, o el "principio del quiza".Segunda lectura complementariaTranscribir ahora algunas citas de otro texto complernentario, untexto titulado "Experiencia y pasin" e incluido en el libro Entre laslenguas. Lenguaje y educacin despus de Babel.5 Se trata de un textoque esta dirigido, fundamentalmente, a dos cosas. En primer lugar,a desarrollar el tema de las dificultades de la experiencia, de 10 quehace que la experiencia sea cada vez mis difcil, cada vez ms rara,en 10s tiempos que corren. En segundo lugar, el texto se proponetambin separar experiencia de practica. Sobre esos dos temas giranlas prximas citas.7.En primer lugar, la experiencia es cada ve z m as difcil por exceso de infor-macin. La informacin no es experiencia. Es ms, la informacin nodeja lugar para la experiencia, es casi 10 contrario de la experiencia, casiun a antiexperiencia. Por eso el nfasis contemp orneo en la inform acin,en estar informados, y toda la retrica destinada a constituirnos comosujetos informantes e informados, no hace otra cosa que cancelar nues-tras posibilidades de experiencia. El sujeto de la inform acin sabemuchas cosas, se pasa el tiempo buscando informacin, 10 que ms lepreocupa es no tener bastante informacin, cada vez sabe ma s, cada vezest mejor informado, pero en esa obsesin por la informacin y por elsaber (pero por el saber no en el sentid o de "sabidura" sino en el sentidode "es tar inforrnadol') 10 que consigue es que nada le pase. Lo primero queme gustaria decir sobre la experiencia es que hay que separarla de lainformacin. Y 10 primero que m e gustaria decir del saber de experienciaes que hay que separar10 del saber cosas al modo de tener informacin,de estar informado s.8.En segundo lugar, la experiencia es cada vez m as rara por exceso de opi-nin. El sujeto moderno es un sujeto informado que adems opina. Esalguien que tiene un a opinin presuntamente personal y presuntamentepropia y a veces presuntam ente crtica sobre todo 10 que pasa, sobre todoaquello de 10 que tiene informacin. Para nosotros, la opinin, como la

    J. Larrosa. Entre las lenguas. Lenguaje y educacin despus de Babel. 105Barcelona, Laertes 2003.-

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    informacin, se ha convertido en un imperativo. Nosotros, en nuestraarrogancia, nos pasamos la vida opinando sobre cualquier cosa sobre laque nos sentimos informados. Y si alguien no tiene opinin, si n o tieneuna posicin propia sobre 10 que pasa, si n o tiene u n juicio preparadosobre cualquier cosa que se le presente, se siente e n falso, como si le fal-tara algo esencial. Y piensa que tiene que hacerse u na opinin. Despusde la informacin , viene la opinin . Pero la obsesin por la opinin ta m-bin cancela nuestras posibilidades de experiencia, ta mb in hace quenad a n os pase.9.En tercer lugar, la experiencia es cada vez m s rara por falta de tie mpo.Todo 10 que pasa, pasa demasia do deprisa, cada vez m s deprisa. Y conel10 se reduce a u n estim ulo fugaz e instan tneo que es sustituido inme -diatamente por otro estimulo o por otra excitacin igualmente fugaz yefmera. El ac ontec imiento se nos da e n la forma del shock, del choque,del est imu lo, de la sensacin pura, en la forma de la vivencia insta nt-nea, puntua l y desconectada. La velocidad e n que se nos dan 10s aconte-cimientos y la obsesin por la novedad , por 10 nuevo, que caracteriza elmundo moderno, impide su conexin significativa. Impide tambin lamem oria puesto que cada acontecimiento es inmediatam ente sustituidopor otro acontecimiento que igu almente nos excita por u n m om ent o, perosin dejar ninguns huella. El sujeto moderno no s610 est informado yopina, sino que es ta mb in u n consumidor voraz e insaciable de noticias,de novedades, un curioso impenitente, eternamente insatisfecho. Quiereestar perm ane ntem ente excitado y se ha hecho ya inca paz de silencio. Yla agitacin que le caracteriza tambin consigue que nada le pase. Alsujeto del estimu lo, de la vivencia pun tua l, todo le atraviesa, todo le exci-ta , todo le agita, todo le choca, pero nada le pasa . Por eso la velocidad y10 que acarrea, la falta de silencio y de mem oria , es ta mb in enemigamortal de la experiencia.10.En cuarto lugar, la experiencia es cada vez mas rara por exceso de tra-bajo. Mi tesis no es s610 que la experiencia no tiene nada que ver con eltrabajo sino, m a s an , que el trabajo, esa moda lidad de relacin con laspersonas, con las palabras y con las cosas que ll am am os trabajo, es ta m -bin enemiga mortal de la experiencia. El sujeto moderno , ade mas de serun sujeto informado que opina, adems de estar permanentemente agi-tado y en mo vim iento, es u n ser que trabaja, es decir, que pretende con-106

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    formar el rnundo, ta nto el m un do "natural" co mo el mu nd o "social" y"hu ma no" , tan to la "naturaleza externa" como la "naturaleza interna",segn su saber, su poder y su v olu nta d. El trabajo es toda la activ idadque se deriva de esa pretensin. El sujeto m oderno esta' anirnado por un aportentosa mezc la de opt imism o, de progresismo y de agresividad: creeque puede hacer todo 10 que se proponga (y que si no puede, algn dia 10podr) y para el10 no duda en destruir todo 10 que percibe com o u n obs-tculo a szl omnipotencia. El sujeto moderno se relaciona con el aconte-cim iento desde el punto de vista de la accin. To do es un pretexto parasti ac tividad. Siempre se pregunta qu es 10 que puede hacer. Siempre estdeseando hacer algo, producir algo, modificar algo, arreglar algo. Inde-pendientemen te de que ese deseo est rnotivado por la buena volun tad opor la ma la volu ntad , el srljeto moderno est atravesado por u n afn decambiar las cosas. Y en eso coinciden 10s ingenieros, 10s polticos, 10sfabricantes, 10s mdicos, 10s arquitectos, 10s sindicalis tas, 10s periodis-tas, 10s cientficos, 10s pedagogos y todos aquellos que se plantean suexistencia en trrninos de hacer cosas. Nosotros no slo somos sujetosultrainformados, rebosantes de opiniones, y sobreestimulados, sino quesomos tarnbin sujetos henchidos de voluntad e hiperactivos. Y por eso,porque siernpre estarnos queriendo 10 que n o es, porque esta mos siempreactivos, porque estarnos siempre movil izados, no podemos pararnos. Y ,al n o poder pararnos, nad a nos pasa.11.Si escrrchamos en espaol, en esa lengua e n la que la experiencia es 10 quenos pasa, e1 sujeto de experiencia seria algo us como u n territorio depaso, de pasaje, algo u s i com o una superficie de sensibilidad en la que 10que pasa afec ta de algn modo , produce a lguno s afectos, inscribe algunasmarcas, deja algunas huellas, algunos efectos. Si escuchamos en francs,donde la experiencia es "ce que nous arrive", el sujeto de experiencia esu n punto de llegada, co mo u n lugar al que le llegan cosas, com o u n lugarque recibe 10 que le llega y que, al recibirlo, le da lugar. Y en portugus,en italiano y en ingls, donde la experiencia suena com o " aqui lo que nosncontece", "ci succede" o "happen to us", el sujeto de experiencia es rnsbien u n espacio donde t ienen lugar 10s acontec imientos, 10s sucesos. Encualquier caso, seu como territorio de paso, como lug ar ~d elegada o comoespacio del acontecer, el sujeto de la experiencia se define n o tan to por suactividad com o por su pasiv idad, por su receptividad, por s u disponibili -dad, por s u apertura. Pero se tra ta de un a pasividad anterior a la oposi-cin entre 10 activo y 10 pasivo, de un a pasividad hecha de pasin, de 107

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    padecimien to, de paciencia, de atencin, como u na receptividad primera,como u na disponibilidad fundamental, como u na apertura esencial. Elsujeto de experiencia es u n sujeto ex-puesto. Desde el punto de vista de laexperiencia, 10 impor tante n o es ni la posicin (nuestra manera de poner-nos), ni la o-posicin (nuestra manera de oponernos), ni la im-posicin(nuestra manera de imponernos), ni la pro-posicin (nuestra manera deproponernos), sino la ex-posicin, nuestra manera de ex-ponernos, contodo 10 que eso tiene de vulnerabilidad y de riesgo. Por eso es incapaz deexperiencia el que se pone, o se opone, o se imp one, o se propone, pero nose ex-pone. Es inca paz de experiencia aquel a quien na da le pasa, a guiennada le acontece, a quien nada le sucede, a quien nada le llega, a guiennada le afecta, a quien nada le amenaza, a quien nada le hiere.12.La experiencia no puede captarse desde un a lgica de la accin, desde un areflexin del sujeto sobre s mismo en tanto que sujeto agente, desde unateoria de las condiciones de posibilidad de la accin, sino desde una lgi-ca de la pasin, desde una reflexin del sujeto sobre si misrno en tantoque sujeto pasional.El te xt o se ref iere ta m bi n al sujeto d e la experiencia. Pero, esta ve z,no ta n to para separar exp erien cia de ex pe ri m en to , sin o para separarexpe rien cia d e practica. Si ante s se trataba d e des-em pirizar la pala-bra experiencia, de de scontam inarla de sus adherencias empiristas,ahora se trataria d e des-pragma tizar la palabra expe rien cia, d e li m -piarla de sus adherencias pragmticas, o pragmatistas. Y para el10 espreciso, m e parece, insistir un poc0 m a s e n el pr inc ipio de pasin.Otra v e z el principio de pasionLa experiencia es 10 q u e m e pasa. N o 10 q u e h a g o , s i no 10 q u e m epasa. La experiencia no se hace, sino que se padece. La experiencia,por t a n t o , n o e s in t e n c io n a l , no d e p e n d e d e m i s i n t en c io n e s, d e m iv o l u n t a d , no d e p e n d e d e q u e y o q ui era h ac er ( o p ad ec er ) u n a e x p e -riencia. La experiencia no esta del la do de la acc in, o d e la prcti-ca, o d e la tcnica, s ino d el la do d e la pasin. Por eso la experienciaes atencin, escucha, apertura, disponibi l idad, sensibi l idad, vulne-rabil idad, ex/posicin .Eso n o quiere decir, desd e lueg o, qu e la accin, o la practica, nopuedan ser lugares de experiencia. A veces , e n la acc in , o e n laprctica, algo m e pasa. Pero ese algo qu e m e pasa no t i e n e q u e v e r108

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    c o n la 1gica d e la acc in, o d e la practica, sin o, justam ente, c o n lasuspens in d e esa lgica, co n su in t errupc in .Tercera lectura complementariaLa ltima cita ser de un t exto t i tu lado "Algunas notas sobre laexperiencia y sus lenguajes" que forma parte de una conferenciadictada e n un semin ari0 organizado por el Ministeri0 d e Educacin,Ciencia y Tecnologia de Argent ina en 2003.6 Se trata de un frag-m e n t o e n el q u e s e r ei vi nd ica un pens amie nto qu e sea f ie l a la expe -riencia frente al menosprecio y la ignorancia de la experiencia qu eso n cons t it u t ivas t a n to de la f i lo so f ia de carac ter meta f s i c0 co m od e la ciencia y la tecnologia modern a:13.En la filosofia clsica, la experiencia h a sido entendida como u n mo do deconoc imiento inferior, qui z necesario com o pun to de partida, pero infe-rior: la experiencia es slo el inicio del verdadero conocimiento o incluso,en a lgunos autores clsicos, la experiencia es u n obstaculo para el verda-dero conocimiento, para la verdadera ciencia. La distincin platnicaentre el mu nd o sensible y el mu nd o inteligible equivale (en parte) a la dis-tincin entre doxa y episteme. La experiencia es, para Platn, 10 que se daen el mun do que cambia, en el mu nd o sensible, en el mund o de las apa-riencias. Por eso el saber de experiencia esta mas cerca de la opinin quede la verdadera ciencia, porque la ciencia es siempre de 10 que es, de 10inteligible, de 10 inmutable, de 10 eterno. Para Aristteles la experienciaes necesaria pero no suficiente, no es la ciencia misma sino su presu-puesto necesario. La experiencia (empeira) es inferior al arte (techn) y ala ciencia porque el saber de experiencia es conocimiento de 10 singular yla ciencia s610 puede ser10 de 10 universal. Adems, la filosofia clsica,com o ontologa, c omo dialctica, com o saber segun principios, busca ver-dades que sean independientes de la experiencia, que sean validas conindependencia de la experiencia. La razn tiene que ser pura, tiene queproducir ideas claras y distintas, y la experiencia es siempre impura, con-fusa, demasiado ligada al tiempo, a la figacidad y la mutabilidad deltiempo, dema siado ligada a situaciones concretas, particulares, contex-tuales, demasiado vinculada a nuestro cuerpo, a nuestras pasiones, anuestros amores y a nuestros odios. Por eso ha y que desconfiar de la expe-riencia cuan do se trata de hacer uso de la razn, cua ndo se trata de pen-sar y de hablar y de ac tuar racionalmente. En el origen de nuestras for-mas dominantes de racionalidad, el saber est en otro lugar que en la 109

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    ALOMA I Sobre la expenencia

    experiencia. Por tanto el logos del saber, el lengzlaje de la teoria, el len-guaje de la ciencia, no puede ser nunca el lenguaje de la experiencia.En la ciencia moderna 10 que le ocurre a la experiencia es que es objeti-vada , homogeneizada, controlada, calculada, fabricada, convertida enexperimento. La ciencia captura la experiencia y la construye, la elaboray la expone segn su punto de vista, desde u n punto de vista objetivo, conpretensiones de universa lidad . Pero con eso eli mina 10 que la experienciatiene de experiencia y que es, precisamente, la imposibilidad de objetiva-cin y la imposibilidad de universalizacin. La experiencia es siempre dealguien, subjetiva, es siempre de aqu y de ahora, contex tual, finita, pro-visional, sensible, mortal, de carne y hueso, como la vida misma. Laexperiencia tiene algo de la opacidad, de la oscuridad y de la confilsinde la vida, algo del desorden y de la indecisin de la vida. Por eso, en laciencia tampoco h ay lug arp ara la experiencia, por eso la ciencia tam bi nmenosprecia a la experiencia, por eso el lenguaje de la ciencia tampocopuede ser el lenguaje de la experiencia.De a h i que, en 10s modos de racionalidad dom inan tes, n o ha y logos de laexperiencia, no hay razn de la experiencia, no hay lenguaje de la expe-riencia, por muc ho que, desde esas formas de racionalidad, haya u n usoy u n abuso de la palabra experiencia. Y , si 10 hay , se trata de u n lengzla-je menor , particular, provisional, t ransitor io, relativo, contingente, finito,ambiguo, ligado siempre a un espacio y a un tiempo concreto, subjetivo,paradjico, contradictorio, confuso, siempre en estado de traduccin, unlenguaje como de segunda clase, de poco valor, sin la dignidad de eselogos de la teoria que dice, en general, 10 que es y 10 que deberia ser.Entonces, 10 primer0 que h ay que hacer, m e parece, es dignificar la expe-riencia, reivindicar la experiencia, y eso supone dignificar y reivindicartodo aquello que ta nt o la filosofia como la ciencia tradicionalm entemenosprecian y rechazan: la subjetividad, la incertidumbre, la provisio-nal idad, el cuerpo, la fugacidad, la finitud, la vida ...Finitud, cuerpo, vidaLa experiencia suena a finitud. Es decir, a un tiempo y a un espacioparticular, limitado, contingente, finito. Suena tambin a cuerpo, esdecir, a sensibilidad, a tacto y a piel, a voz y a oido, a mirada, asabor y a olor, a placer y a sufrimiento, a caricia y a herida, a mor-talidad. Y suena, sobre todo, a vida, a una vida que no es otra cosaque su mismo vivir, a una vida que no tiene otra esencia que su pro-pia existencia finita, corporal, de carne y hueso.

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    Jorge Larrosa 1 ALOMA

    Tal vez reivindicar la experiencia sea tambin reivindicar un modo deestar en el mundo, un modo de habitar el mundo, un modo de habi-tar, tambin, esos espacios y esos tiempos cada vez ms hostiles quellamamos espacios y tiempos educativos. Unos espacios que podemoshabitar como expertos, como especialistas, como profesionales, comocrticos. Pero que, sin duda, habitamos tambin como sujetos de expe-riencia. Abiertos, vulnerables, sensibles, temblorosos, de carne yhueso. Unos espacios en los que, a veces, sucede lo otro, lo imprevis-to. Unos espacios en los que a veces vacilan nuestras palabras, nues-tros saberes, nuestras tcnicas, nuestros poderes, nuestras ideas, nues-tras intenciones. Como en la vida misma.Porque la experiencia tiene que ver, tambin, con el no-saber, conel lmite de lo que ya sabemos, con el lmite de nuestro saber, conla finitud de lo que sabemos. Y con el no-poder-decir, con el lmitede lo que ya sabemos decir, de lo que ya podemos decir, con el lmi-te de nuestro lenguaje, con la finitud de lo que decimos. Y con elno-poder-pensar, con el lmite de lo que ya sabemos pensar, de laque ya podemos pensar, con el lmite de nuestras ideas, con la fini-tud de nuestro pensamiento. Y con el no-poder, con el no-saber-qu-hacer, con nuestra impotencia, con el lmite de lo que pode-mos, con la finitud de nuestros poderes.

    ABSTRACT

    Es tracta de mostrar que l'experiencia t moltes possibilitats en elcamp educatiu, tant crtiques com practiques, sempre que siguemcapacos de fer-ne un s esmolat i precs. Hi ha un s i un abs de laparaula "experiencia" en educaci. Pero aquesta paraula gairebsempre s'utilitza sense pensar-la, sense tenir consciencia exacta deles seves enormes possibilitats teoriques, crtiques i prhctiques. Estracta aqu de pensar l'experiencia i des de l'experiencia. Es tractatamb d'apuntar cap a alguna de les possibilitats d'un pensament del'educaci a partir de l'experiencia. En aquest sentit, s'abordaran elque podrem anomenar "principis de l'experiencia": exterioritat,alteritat i alineaci; subjectivitat, reflexivitat i transformaci; singu-laritat, irrepetibilitat i pluralitat; passatge i passi; incertesa illibertat; finitud, cos i vida.

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    ALOMA ( Sobre la experiencia

    The issue is to show that experience has many possibilities, bothcritical and practical, in the educational field, as long as we are ableto use education accurately. There is a use and abuse of the wordexperience in education. But this word is almost always used with-out really thinking about it, without really being aware of its hugetheoretical, critical and practical possibilities. So the issue is tothink about experience and from experience; also to point at somepossibilities of thinking education from experience. In this sense,the so-called "principles of experience" will be approached: exter-nality, otherness, and alignment; subjectivity, reflectivity, andtransformation; uniqueness, peculiarity, and plurality; passage, andpassion; uncertainty, and freedom; finiteness, body, and life.

    I1 s'agit de montrer que l'exprience a beaucoup de possibilits dansle monde ducatif, des possibilits critiques aussi que pratiques,pouvu que nous soyons capables de liutiliser avec prcision. I1 y aun usage et un abus du mot exprience dans l'ducation. Mais pres-que toujours on utilise cette parole sans la penser, n'tant pas cons-cient de ses grandes possibilits thoriques, critiques et pratiques. I1stagit alors de penser l'exprience et dPs l'exprience. I1 s'agit aussid'indiquer quelque possibilit d'une pense de l'ducation a partirde l'exprience. C'est ainsi qu'on va aborder ce que nous pourrionsappeler "principes de l'exprience": exteriorit, altrit et aligne-ment; subjectivit, rflectivit et transformation; singularit, irrp-titivit et pluralit; passage et passion; incertitude et libert; finesse,corps et vie.