sobre la decadencia de los estados en platon

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Sobre la decadencia de los Estados en Platn: anlisis del fundamento tico en la gestacin y corrupcin de los sistemas polticos en Repblica.Daniel Santibez Guerrero

Resumen

La conocida analoga que el filsofo griego Platn establece entre las partes del alma y las clases sociales, le permite al autor de Repblica imprimir un profundo trasfondo tico al fenmeno de la corrupcin del Estado: depender, principalmente, de la parte del alma que impere en la ciudad el tipo de gobierno que sta tendr, generando as (a partir del modelo perfecto que representa la aristocracia) una serie de formas imperfectas de Estados que van desde la timocracia, la oligarqua y la democracia, hasta finalmente la tirana. El objetivo del presente trabajo ser, por tanto, examinar el fundamento tico a partir del cual Platn elabora su visin del Estado y explica la sucesin de gobiernos imperfectos, detenindonos especialmente en el deterioro moral que suponen la democracia y la tirana como formas de gobierno y, con ello, la condicin de superioridad tica que presentara la aristocracia como rgimen poltico. Palabras claves: Platn - Estado - decadencia - tica - aristocracia.IntroduccinSi bien la preocupacin por el origen, funciones y legitimidad del gobierno aparecen acertadamente como tpicos caractersticos del pensamiento moderno (especialmente a travs de figuras como Maquiavelo, Hobbes, Locke, Rousseau, Hume, Smith, Kant, Hegel y otros), lo cierto es que, como objeto de reflexin, la pregunta por el Estado tiene en el pensamiento clsico su verdadero momento de inicio histrico y filosfico.

Dentro de estos autores, es en la doctrina del filsofo griego Platn (428/27-347 a.C.) donde se producir uno de sus tratamientos de mayor relevancia: el autor, interesado especialmente en la justicia y la formacin tica de los ciudadanos, dedicar al tema del Estado no slo numerosos pasajes de su obra, sino que adems (de forma especialmente minuciosa) el contenido de quizs su trabajo ms importante: Repblica.Compuesta por un total de diez libros redactados, probablemente, en el transcurso de unos 20 aos, Repblica contiene la descripcin pormenorizada de la imagen que el filsofo tiene de la polis ideal: aquella donde por sobre los intereses particulares reina la verdadera justicia, donde el funcionamiento armnico permite que cada integrante desarrolle la labor que le corresponde sin interferir con la de los dems y, regidos por los filsofos-reyes, tengan en la idea del Bien el objeto de su realizacin plena.Este proyecto (cuya forma concreta Platn identificar con la aristocracia), enfrenta a pesar de su perfeccin la amenaza inevitable de toda obra humana sujeta al tiempo: la corrupcin. Por este motivo, junto con el tema de la justicia y la educacin, la conservacin del Estado ser para el pensador griego un objetivo central dentro de su pensamiento poltico, examinado para ello tanto las causas del la decadencia del Estado como los tipos imperfectos de gobierno que a partir de esta se generan.

En este punto, la estrecha relacin que el autor establece entre las partes del alma del sujeto (concupiscible, fogosa y racional) y las clases sociales que componen la polis (trabajadores, auxiliares y gobernantes), permite imprimir un profundo sentido tico al hecho del deterioro del Estado, explicndolo a partir de la calidad moral de sus gobernantes y ciudadanos: as, segn sea la parte del alma que impere en la ciudad, ser el tipo de gobierno que esta tendr. El anlisis de esta afirmacin, as como de sus consecuencias filosficas, polticas y morales, requerir justamente de una previa revisin de la ya mencionada analoga entre alma y sociedad sostenida en Repblica.1) El Estado platnico y su estructura fundamental.A pesar de que la amplitud temtica presente en esta obra permite considerarla como una filosofa completa del hombre y de la vida humana en todos sus aspectos, ya el titulo con el cual Traslo la incluira en la tetraloga VIII da a entender claramente su objetivo: , Repblica, sobre (acerca de) la justicia. Este tema, desde el libro II en adelante anuncia una estrecha relacin con la teora del alma, al punto que para Jaeger dicha doctrina (en lo referente a la divisin tripartita de la misma) no puede concebirse sin la referencia al problema de la justicia, cuestin que ya refleja el importante paralelo que Platn establecer entre individuo y polis (concepto fundamental para la comprensin de su filosofa poltica). En este sentido, el primer bosquejo de esta identificacin es formulado por Scrates en el clebre pasaje 368d, donde el filsofo seala que para buscar la justicia en el hombre, intentar indagarla primero en el Estado (examinando as las mismas letras en tamao mayor y fondo mayor tambin). El supuesto platnico, as, consiste en asumir que, como hay una justicia propia del hombre particular y una justicia propia de la polis entera, es posible encontrar entre ambas puntos de coincidencia luego de examinarlas separadamente.Siguiendo este procedimiento, y luego de analizar el origen de la polis entendida como cohabitacin () de hombres, Scrates logra determinar tres partes (), especies () o linajes () principales que, cumpliendo una labor especifica originada en su naturaleza, conforman la polis. Estas partes son:a) Productores (), compuestos principalmente por los labradores (), artesanos (o) y comerciantes (), cuya funcin ser la produccin material y el intercambio comercial que permita la satisfaccin de las necesidades propias y de los dems integrantes de la ciudad.b) Guardianes (), que estarn encargados exclusivamente de la defensa de la ciudad y, para realizar dicha labor, debern ser valientes () y apasionados () frente al enemigo, pero gentiles para sus conciudadanos y, por ltimo, tambin amante del conocimiento () y vido de saber (). c) Gobernantes () o Guardianes perfectos ( ), a quienes se les encomendar la direccin y la administracin del Estado. Estos sern escogidos de entre los guardianes de mayor edad que muestren una mayor conviccin () por escoger lo ms til () y conveniente () para la ciudad y sus habitantes, recibiendo para ello (luego de sortear las pruebas de seleccin) una educacin especial que apuntar al desarrollo tanto moral como intelectual.Esta divisin, que surge a partir de las necesidades presentes en la ciudad, aparecer adems reforzada por las diferencias entre los hombre que Platn, como explica en el conocido mito de las clases, asume como naturales. As, segn el relato, todos los hombres han nacidos de la tierra y, por consiguiente, son finalmente hermanos (); sin embargo al formarlos los dioses han puesto en algunos el oro (, presente en la clase de los gobernantes), en otros plata (, como sucede con los guardianes), y por ltimo en la gran mayora bronce y hierro ( y , como sucede en la estirpe de los productores). Como resulta perfectamente posible que un hombre de oro engendre uno de plata, o uno de plata uno de bronce o hierro, ser una obligacin del Estado hacer retornar a su clase a cualquiera que este ubicado en un sector que no le corresponda, efectuando as tareas que no pertenezcan naturalmente.El correcto funcionamiento del Estado, por lo tanto, consistir en que slo aquellos dotados naturalmente para su labor especifica sean los encargados de ejerzan dicha labor, sin la interferencia de los dems: as, en el caso del gobierno, debern ser escogidos nicamente aquellos verdaderamente capaces de dirigir correctamente la ciudad, y, tomando en cuenta que el conocimiento de lo bueno y lo malo es indispensable para encausar adecuadamente los destinos propios y de la ciudad, Scrates concluir que, dado su conocimiento del Bien, los filsofos sern los nicos efectivamente aptos para ser gobernantes.La relacin entre esta concepcin del Estado y sus habitantes, con la necesidad de la integridad moral de los mismos, resultar del todo evidente con la exposicin (por parte de Platn) de la conocida teora de las cuatro virtudes cardinales.2) Las cuatro virtudes cardinales: correlacin entre el sujeto y la ciudad.

Como sostiene Scrates, toda ciudad rectamente fundada deber ser completamente buena ( ), presentando, en virtud de ello, cuatro caractersticas o cualidades centrales: prudencia o sabidura (), valor (), templanza o moderacin () y justicia (). De ser as, la polis bosquejada por los personajes de Republica tambin debera tener al interior de sus partes estas cuatro cualidades, bastando para su bsqueda el poder localizar las tres primeras ya que (en un conocido procedimiento lgico expresado por Scrates), por descarte la cuarta deber corresponder a la nica faltante. De esta manera, la prudencia o sabidura, interpretada como un tipo de conocimiento, se encontrar en la clase de los gobernantes; el valor, definido como la conservacin de la opinin correcta, pertenecer a la clase de los guardianes; y la templanza, entendida como ordenacin o control de los apetitos, que ocurre cuando es la mejor parte la que se impone a la peor, estar presente en la multitud que compone la clase productora. La justicia, por ltimo, aparecer como la cualidad consistente en que cada integrante de la ciudad realice solamente aquella actividad para la cual se est naturalmente dotado, permitiendo a travs de ello el funcionamiento armnico de la misma y, por ende, su conservacin.Localizada en el Estado, ahora corresponder a Scrates y sus interlocutores indagar la justicia en el sujeto, asumiendo (como sabemos) que de encontrarse en l, deber tener las mismas caractersticas que en la ciudad. En este sentido, la existencia de acciones tales como aprender, encolerizarse o desear fervientemente, permiten imaginar la existencia de distintas secciones o segmentos de nuestra alma: de este modo, al igual que en el Estado, en el alma humana se encontrarn tres partes fundamentales que, asociadas cada una a una virtud respectiva, reflejan nuevamente la analoga entre sujeto y polis que, como sealamos, es el gran soporte del pensamiento poltico de Platn. La estructura tripartita del alma, as, quedar compuesta por:a) la parte Concupiscible () o Irracional (), que ocupa la mayor parte del alma y, cuya naturaleza insaciable de bienes, la impulsa hacia los diversos placeres del cuerpo. Su virtud, por este motivo, deber corresponder al desarrollo de la templanza o moderacin, cualidad que slo se conseguir cuando sea la parte racional del alma la que se imponga por sobre el impulso y los extravos.b) la parte Fogosa o Colrica (), que corresponder al comportamiento irascible que, si se logra controlar, se constituir como un aliado y colaborador natural de lo racional. Para este propsito, esta parte del alma deber ejecutar con valor (que ser su virtud correspondiente) las determinaciones de la razn, conservando el juicio de sta respecto a lo que es temible y lo que no. c) la parte Racional (), que ocupa el menor espacio en el alma y se encarga, junto con orientar la accin de la parte fogosa, de retener el impulso hacia los placeres propio de la parte concupiscible, impidiendo que sean estos los que controlen el comportamiento del hombre y, desde su virtud principal (a saber, la prudencia o sabidura) gobierna el alma en su totalidad velando por lo mejor para ella. Dentro de este esquema, la justicia nuevamente aparecer como aquella virtud que consiste en que cada parte ejecute la labor que le corresponde sin interferir con los dems, lo que en el caso del hombre le permitir realizar su labor en el Estado (como productor, guardin o gobernante) sin obstaculizar a los otros, sin cometer injusticias ni atentar contra el bienestar propio o el de la ciudad. As, el alma humana se encontrarn las mismas clases que en la ciudad y en el mismo nmero, correspondiendo a ellas el cumplimiento de las mismas tareas y la referencia a las mismas virtudes. Sobre sta es la base a partir de la cual se puede entender la afirmacin platnica de que, tanto el comportamiento como la calidad moral del Estado, no llegan de ninguna otra parte sino de nosotros mismos. Esta correlacin, se ver nuevamente reflejada en el fenmeno de la decadencia del Estado y el surgimiento de sus formas imperfectas.3) La decadencia del Estado: formas de gobierno y tipos de gobernante.Una vez aclarado en qu consiste la justicia (luego de explicar la estructura del alma y reiterar su paralelo en la estructura del Estado), Scrates sostendr al final del libro IV que es posible reconocer cinco tipos principales de gobierno, reflejados por supuesto en la existencia de tambin cinco tipos de alma (pertenecientes, por supuesto, a los tipos de hombre que habitan respectivamente en casa una de ellas). A la cabeza de estos prototipos de Estado se encontrar el modelo perfecto que Platn imagina fundado en la justicia, en el funcionamiento armnico de las clases que la componen y la direccin de los filsofos-reyes antes aludidos. En virtud de su perfeccin, cualquier otra forma de gobierno que le siga ser entendida, necesariamente, como inferior en cuanto a su conformacin y el tipo de hombre que la dirija.Si bien como arquetipo perfecto, el modelo de estado platnico ser uno slo, el autor emplear en Repblica dos nombres distintos para designarlo: lo llamar aristocracia (), cuando sea una sola persona quien este al mando de la ciudad, y monarqua o reino () cuando el que este al mando sea un grupo. As, en ambos casos, ser esta la ciudad que dirige sus destinos de manera correcta y, por lo tanto, aparecer justificadamente como la ms buena y justa.A pesar de su perfeccin, este rgimen no logra evitar el destino natural de toda obra y accin humana: la corrupcin que produce el paso del tiempo y que, en el caso de los Estados, se provocar por una disensin () al interior del mismo Estado, especialmente en la parte encargada del gobierno y la administracin. As, el origen de la corrupcin de la aristocracia corresponder al descuido de sus gobernares en la aplicacin del numero nupcial que debe regular las uniones de las parejas, cuestin que provoca la mezcla ente las razas de oro, plata y bronce y generar, a partir de esta suerte de deterioro antropolgico, desequilibro y prdida de la armona social. Corrompida finalmente, surgir entonces el rgimen poltico caracterizado por la ambicin y deseo de reconocimiento y honor: la timocracia (). En tal gobierno (que aparece cuando el elemento fogoso prevalece en el alma de los gobernantes), la clase de los guardianes se impone en la direccin del Estado, colocando en el gobierno (en vez de hombres sabios) a sujetos irascibles, ms aptos para la guerra que para la paz que adems, buscarn con ansias la acumulacin de riquezas. Del antiguo rgimen slo conservarn algunas pocas costumbres, motivo por el cual, a pesar de sus extravos, esta forma de gobierno no ser completamente mala. Su tipo de hombre se caracterizar por ser obstinado, amigo de escuchar pero no de dialogar, amante de la gimnasia y la caza (ms que de la sabidura) y, al asentar su autoridad, exaltar principalmente sus hazaas guerreras y militares.La tendencia a la acumulacin de riquezas ser precisamente el factor que consolida la aparicin del rgimen donde el poder se concentrar en las minoras dueas del dinero: la oligarqua (). El deseo de reconocimiento, ahora, se transforma en deseo de riqueza, llevando a los adinerados a transgredir las rdenes y las leyes, apartndose definitivamente de la sabidura y la virtud. La posesin del dinero, se convertir en requisito primordial para ejercer los cargos polticos, marginando y limitando el acceso al poder a los ms pobres, sin contemplar la posibilidad de que entre ellos pueda encontrarse a personas ms capacitadas para el gobierno. Se produce, por lo tanto, una brecha entre ricos y pobres que, finalmente, convierte a la ciudad un doble Estado: el de aquellos dueos de la fortuna, y el de los marginados que no la tienen. En este contexto, la preocupacin de los gobernantes por el aumento de su propia riqueza y no por el bienestar de la ciudad, incidir en un aumento de la pobreza y la delincuencia. El descontento de los pobres, que confirmarn la gran mayora de la ciudad, aumentar a tal nivel que, finalmente, decantar en la sublevacin armada que los llevar a tomar el control de la ciudad y fundar, as, el rgimen donde el pueblo es quien gobierna: la democracia (). Este rgimen, en principio, aparecer principalmente preocupado por la libertad de sus ciudadanos, sin embargo, dicha libertad significar que los hombres podrn organizar su vida de la manera que se les plazca, implementando una igualdad entre aquellos que no son naturalmente iguales y, por lo mismo, permitiendo que accedan al poder algunos sujetos sin la capacidad verdadera. De esta manera, se produce una licencia y anarqua generalizadas, dentro de las cuales el obedecer a la ley, gobernar la polis o defender la ciudad, estar sujetas slo a la voluntad de los individuos que, por lo dems, tendrn en la obtencin de placeres su objetivo principal. El exceso de libertad que la democracia genera, se sumar entonces a la ambicin generalizada de sus habitantes (que desean las riquezas acaparadas por los oligarcas), sern estos los principales factores que permiten el surgimiento de la forma ms baja y corrupta de gobierno: la tirana (). As. la segregacin entre las clases sociales que componen el Estado, ahora, es total: el conflicto entre el pueblo y los oligarcas, en principio, se iniciar con denuncias, juicios y acciones legales de unos contra otros, pero, terminar ser con el enfrentamiento armado, las revueltas y la asuncin en el poder de un demagogo apoyado por el pueblo que, para la conservacin del poder y de su propia vida, los agasaja con placeres triviales mientas recurre al destierro, a la tortura y el asesinato de todos sus enemigos o posible opositores.Dirigido entonces por un lder sin el sentido de la moderacin (que, por naturaleza, por hbito o por ambas cosas a la vez, se torna borracho, ertico o luntico), el empobrecimiento y descontento de las clases con menos recursos constituir una amenaza siempre latente de descontento y sublevacin. As, a pesar de disfrutar de las fiestas, las orgas y los banquetes, la vida del tirano ser finalmente desdichada y triste, pues, as como la ciudad tiranizada es ciertamente una ciudad eslavizada, el alma del tirano tambin se encontrar dominada por su parte ms vil y perversa, vindose impedido de hacer verdaderamente lo que quiere.

Temiendo por su seguridad, su vida y la conservacin de su poder, necesitar permanente de custodia personal (primero, para protegerse de sus enemigos y, luego, del propio pueblo descontento). Su alma, junto con estar alejada del conocimiento y la verdad, ser, finalmente, pobre, indigente e infeliz.ConclusionesEste ltimo aspecto destacado por Platn (respecto a la infelicidad en la vida del tirano) pone de relieve, bajo nuestro punto de vista, gran parte del propsito final del autor de Repblica: el tema de la verdadera felicidad y los medios para conseguirla.Tal conclusin, a riesgo de pecar de reduccionista, puede parecer un esfuerzo por hacer de Repblica un texto unitemtico, siguiendo la misma lnea interpretativa que de alguna manera sostienen Rousseau (para quien el texto de Platn es, en gran medida, un tratado sobre educacin) y Jaeger (que la entiende como una obra fundamentalmente de carcter antropolgico). Al respecto, nuestra sensacin es que la variedad temtica de Repblica (donde se entrelazan teoras polticas, psicolgicas, morales y educativas) puede encontrar en la cuestin de la felicidad sino uno de sus trasfondos principales, por lo menos un claro referente o hilo conductor. As, podemos advertir como el resultado final del paralelismo entre el sujeto y el individuo, presenta en la vida del tirano y la ciudad que dirige la desdicha originada en su propia naturaleza (carente de autocontrol, sabidura y justicia), marcando en esto un claro contraste con la forma de vida del hombre y el Estado aristocrtico, entendida por Platn como la mejor, la ms justa y, en definitiva, la de mayor felicidad. En este sentido, si el hombre justo es aquel donde el equilibro entre las partes de su alma le permiten satisfacer los placeres slo en la medida que son necesarios, dicho hombre tendr ciertamente la posibilidad de orientar (a partir de su razn) su vida de forma verdaderamente libre, pues no ser esclavo ni de los honores, los impulsos o los apetitos y, por lo mismo (de acuerdo con los principios fundamentales del platonismo), ser efectivamente feliz.La realizacin de este propsito, por ltimo, supondr en el caso del hombre la cohabitacin en la polis, la cual tambin requiere estar correctamente fundada en la justicia como para poder, a travs de su funcionamiento, permitir la felicidad de sus habitantes. En este punto, nuevamente, en la mente de Platn se encontrar la realizacin de una felicidad verdadera, que as como en el individuo depender en gran medida de la moderacin frente a los placeres, tambin en el Estado consistir en el control de los deseos de riqueza por parte de sus ciudadanos.De esta manera, si la calidad moral del individuo permite edificar sobre su base a la ciudad buena y justa (empresa para la cual, la educacin alcanzar toda la importancia que Platn imprimir), ser sobre esta integridad tica que se asentar la verdadera felicidad y, tambin a partir de ella, entender en su alejamiento progresivo el fenmeno de la corrupcin del Estado y, en definitiva, del sujeto mismo. Bibliografa.

Primaria- Dilogos IV (Repblica). Editorial Gredos, Madrid, 1992.- La Repblica (3 volmenes). Edicin bilinge (griego-espaol). Instituto de Estudios Polticos, Madrid, 1949.

Secundara- CROMBIE, Ian Machattie. Anlisis de las doctrinas de Platn. Alianza Editorial, Madrid, 1990.

- GOMEZ ROBLEDO, Antonio. Platn, los seis grandes temas de su filosofa. F.C.E., Mxico, 1974.- GRUBE, George Maximilian Anthony. El pensamiento de Platn. Gredos, Madrid, 1973.- GUTHRIE, William Keith Chambers. Historia de la Filosofa Griega volumen IV. Gredos, Madrid, 1990.

- FRAILE, Guillermo. Historia de la filosofa vol. I. B.A.C., Madrid, 1997.

- JAEGER, Werner. Paideia, los ideales de la cultura griega. F.C.E., Bogota, 1997. - VELASQUEZ, Oscar. . Un estudio sobre la Repblica de Platn. Ediciones Universidad Catlica de Chile, Santiago, 1996. Profesor de Estado en Filosofa y Licenciado en Educacin en Filosofa, Universidad de Santiago de Chile. Egresado del programa de Magster en Filosofa Poltica, Universidad de Santiago de Chile.

Bastante se ha escrito sobre la cronologa de Repblica y, a pesar de las dificultades, tres son las principales hiptesis hasta la fecha: 1) el texto habra tenido dos ediciones, siendo la primera cerca del ao 390 a.C. (y compuesta bsicamente por el libro I, las ideas centrales de los libros II al IV, el inicio del libro V y la parte referida a la educacin de los libros VI y VII), y la segunda (terminada aproximadamente el ao 370), donde se revisa, corrige y ampla el contenido inicial; 2) una supuesta redaccin temprana del libro I como un texto independiente (cuyo titulo habra sido Trasmaco, escrito por el 390), cercano a los Dilogos socrticos y unos cuantos aos anterior a Gorgias; y 3), la composicin de Republica habra demorado cerca de 20 aos (entre el 390 y 370 aproximadamente), siendo los libros VIII y IX redactados, probablemente, a continuacin del IV, y slo despus los libros V, VI, VII y X. De ser as, una primera entrega conformada por los libros I, II, III e inicios del IV (iniciada por el ao 390 y concluida cerca del 385), habra sido difundida exclusivamente a los miembros de la Academia: su filtracin en algunos crculos intelectuales habra permitido, algunos aos despus, la aparicin de las criticas que llevaran a Platn a corregir este material, pensando ahora en una obra de mayor alcance. Al respeto, cfr. C. Eggers Lan, Introduccin a Repblica (Dilogos vol. IV, Editorial Gredos), pp. 13-17, y J.M. Pabon y M. Fernndez, Introduccin a La Repblica tomo I (Instituto de Estudios Polticos), pp. LXXI-LXXXIII.

Platn, Repblica 433d.

Cfr. Platn, Op. cit., 441c. Para Platn, como destaca el profesor Oscar Velsquez, el estudio de la poltica de hace se manera inseparable al estudio del hombre (que, en ltimo trmino, consiste en el estudio de su alma). O. Velsquez, . Un estudio sobre la Repblica de Platn, p. 79, n. 3.

A. Gmez Robledo, Platn, los seis grandes temas de su filosofa, p. 543.

Este titulo slo estar presente en la ordenacin de Traslo: Aristteles simplemente se refiere a la obra como , mientras que en tres de los principales cdices de Platn (el Parisinus 1807, el Venetus 185 y el Malatestianus o Caesenas 28), aparece mencionada con el plural . J.M. Pabon y M. Fernndez, Op.cit., p. CXXIII sgte.

En ltima instancia, el estado de Platn versa sobre el alma del hombre. W. Jaeger, Paideia, p. 590.

Platn, Op.cit., 368d y sgte. En adelante, nos remitiremos a la traduccin al espaol hecha en Instituto de Estudios Polticos (cualquier otra traduccin ser debidamente sealada).

De acuerdo con esto, como seala Gmez Robledo (Op.cit., p. 556), independiente de sus diversas manifestaciones empricas la justicia es, en esencia, una sola, no habiendo cabida por ello (como en el Renacimiento) a una idea de razn de Estado u otro concepto similar. Este hecho, sin embargo, no es suficiente como para sostener (a juicio del especialista mexicano) la equivalencia exacta entre las caractersticas de las partes del alma y el las de la ciudad: esta identificacin sera, a pesar de su importancia en el pensamiento poltico de Platn, una de sus grandes falencias (p. 562). En este punto, sin embargo, si bien el paralelismo sealado por Scrates presenta evidentemente algunas deficiencias, Guthrie nos recuerda el conocido argumento histrico de Adam respecto a que Platn tena, dada la compleja contingencia de su contexto histrico, la necesidad urgente de recomponer el lazo entre el ciudadano y la polis, motivo por el cual, esta equivalencia vendra a responder fundamentalmente a un problema poltico. Por otra parte, si a este hecho sumamos (como el mismo Guthrie destaca) el vinculo que los griegos establecan entre la tica y la poltico, la concepcin orgnica del Estado en Platn (con sus posibles imperfecciones incluidas) ser finalmente una consecuencia lgica y ampliamente desarrollada del mismo principio. Cfr. W.K.C. Guthrie, Op.cit., p. 426 y sgte.

Platn, Op. cit., 369c. La ciudad se origina en la incapacidad humana para satisfacer en solitario sus necesidades bsicas, esto es, alimentacin, vivienda y vestimenta (369d). Por este motivo, para Guthrie, en Platn no habra una concepcin natural de sociabilidad humana (al estilo de Aristteles): la polis surge por necesidades materiales y econmicas, y slo con posterioridad se necesitar de la concordia y unidad espiritual de los habitantes para su conservacin. W.K.C. Guthie, Op. cit., pp. 427 y sgte.

La incorporacin de cazadores, poetas, actores, bailarines, nodrizas, peluqueros, cocineros y mdicos (entre otros) recordemos corresponde la ciudad de libertinaje ( ), que surge a partir de la expansin de la ciudad descrita en 373b, y no a la austera ciudad sana ( ) descrita en 369d. Por sus caractersticas, sta es la verdaderamente cercana al proyecto poltico de Platn.

Platn, Op. cit., 371a y sgte.

Platn, Op. cit., 374a-c.

Platn, Op. cit., 375a-e

Platn, Op.cit., 412e. La poltica concebida como un arte consistente en hacer mejor a los hombres (lo que requiere que el propio gobernante conozca el Bien), ser a juicio de Grube una posicin originada ya en los Dilogos socrticos y, especialmente, en presente en Gorgias. G.M.A. Grube, Op.cit., p. 400.

Las pruebas de seleccin (descritas en 413d y sgte.) consisten principalmente en: 1) encargarles tareas que les faciliten el olvido de su conviccin; 2) exponerlos a trabajos y dolores; y 3), llevarlos a lugares terrorficos y luego a otros placenteros (con el objetivo de saber si resisten la tentacin). Los guardianes que no logren sortear estas pruebas con xito, se convertirn en auxiliares (), es decir, encargados de ejecutar las dediciones de los gobernantes (414b).

Cfr. Platn, Op.cit, 522c-541b.

G.M.A. Grube, Op.cit, 403.

Platn, Op.cit, 414d-415a. Ms adelante, en 415d, se describir a los hombre como , es decir hijos-de-la-tierra, como traduce Eggers Lan (Repblica, Gredos, p. 198) o terrgenas, como transcriben Pabon y Fernndez (La Repblica tomo II, Instituto de Estudios Polticos, p. 56).

Platn, Op.cit, 415a.

Platn, Op.cit, 415b y sgte.

Deben gobernar los competentes para gobernar, y esta labor debe realizarse adems con el consentimiento de los propios gobernados (I.M. Crombie, Anlisis de las doctrinas de Platn, p. 104). Este punto ser particularmente interesante porque, como recalca Grube, el Estado platnico obedecer literalmente a una aristocracia: se ajusta al mrito y no a la estirpe, siendo slo los mejores quienes deban ser escogidos para el gobierno, incluso hallndose en la clase inferior. G.M.A. Op.cit., p. 407.

Platn, Op.cit., 473d. Es difcil referirnos en este breve espacio a una de las ms conocidas paradoja de Repblica, sin embargo, nos bastar con sealar que, como aclara Gmez Robledo, evitar las tergiversaciones de este punto depende en gran medida de tomar en cuenta a qu se refiere Platn con los trminos filsofo y filosofa: no se tratar, en definitiva, del un simple amante del conocimiento (que, como calificativo, sirve para cualquier hombre culto), sino ms bien de un hombre con una formacin tanto intelectual como moral. A. Gmez Robledo, Op.cit., p. 572.

Platn, Op.cit, 427e. Si bien Pndaro la alude brevemente, como destaca Gmez Robledo ser esta la primera vez en que aparece, sistemticamente expuesta, la doctrina de las cuatro virtudes cardinales que examinarn Cicern, San Agustn, Santo Toms, San Gregorio, Dante, etc. (Op.cit., p. 559). Resulta imposible saber con certeza (como reconocen Pabon y Fernndez) si la doctrina corresponde a una idea ya conocida en la Grecia de Platn, o si ste fue su absoluto autor. La Repblica tomo II, p. 75, n. 1.

Platn, Op.cit, 428a.

Platn, Op.cit, 428b. Para separarla de las dems ciencias, Platn hablar especficamente de : buen consejo o prudencia poltica. J.M. Pabon, M. Fernndez, Op.cit., tomo II, p. 76, n. 2.

Aquellos que deliberan sobre los diversos aspectos del Estado en su totalidad. Platn, Op.cit, 429e.

. Platn, Op.cit, 429d.

Platn, Op.cit, 430b.

Platn, Op.cit, 431a y sgte. Sobre el trmino , Crombie destaca su especial amplitud de significado, el cual se puede referir a la modestia, moderacin, apacibilidad o sobriedad que se produce cuando el hombre conoce sus propias limitaciones y flaquezas. I.M. Crombie, Op.cit., p. 106.

Platn, Op.cit, 431d. Es importante aclarar que, como tal, esta divisin de las virtudes en las clases sociales, supone que algunas de estas deban ser compartidas en cada clase: as, en estricto rigor, por su integridad moral la clase de los gobernantes debe tener, junto con la sabidura, tambin la valenta y la templanza; mientras que en el caso de los guardianes, su valor deber estar acompaado tambin de moderacin. A. Gmez Robledo, Op.cit., p. 559.

Platn, Op. cit., 322a y 434e y sgte. Por sus caractersticas, la justicia aparecer dentro de este esquema como la virtud suprema: aquella gracias a la cual las dems logran su realizacin, incidiendo tanto nuestra vida individual como social. As, en rigor, no se tratara de una parte de la virtud, sino de la virtud en su totalidad. Al respecto, cfr. A. Gmez Robledo, Op.cit., p. 560, W.K.C. Guthrie, Op.cit., p. 417.

Platn, Op.cit, 435a-439d.

Se tratar, como resume Crombie, de tres entes distintos que pueden, cada uno, tender haca una direccin tambin distinta, originando as tres tipos de hombres (amantes de sabidura, amantes del honor y amantes del placer), con sus respectivas tres forma de vida. I.M. Crombie, Op.cit., pp. 108 y sgte.

Platn, Op.cit, 442a.

Platn, Op.cit, 439c y sgte.

Platn, Op.cit, 442d.

Platn, Op.cit, 441a. No obstante esta relacin entre lo racional y lo fogoso, para Gmez Robledo el elemento colrico (en tanto ambicin de honor) ser ms cercano a la parte irracional: se tratara, as, de una pasin superior (un deseo por la gloria y el reconocimiento), mientras que el impulso hacia el placer y los apetitos constituira una pasin inferior. A. Gmez Robledo, Op.cit., p. 560 y sgte.

Platn, Op.cit, 439c y sgte.

Platn, Op.cit, 442c.

Platn, Op.cit, 441e. Como explica Crombie, la funcin del alma racional es cuidar la vida del organismo velando por la satisfaccin de las pasiones en la medida que no nos causen un dao: as, deber velar porque el hombre que no siente placer al comer, no se deje morir por el hambre, ni el que disfruta en exceso la comida se entregue por completo a dicho vicio. I.M. Crombie, Op.cit., p. 87.

Platn, Op.cit, 443b. La divisin tripartita del alma es realizada por Platn desde el reconocimiento la unidad fundamental de la misma en el sujeto (A. Gmez Robledo, Op.cit., p. 561), sin embargo, su concepcin como inmoral (y por tanto, afn a lo divino y lo perfecto) puede ciertamente contrastar con el elemento fogoso y concupiscible tambin presentes en ella. Al respecto, Guthrie (siguiendo a Patterson y, especialmente a Nettleship) sealar que es en su asociacin con el cuerpo que el alma dispersar, en las tres direcciones ya conocidas, la nica fuerza divina que originalmente la compone (Op.cit., pp. 457-459).

Platn, Op.cit, 441c.

Platn, Op.cit, 435e.

Platn, Op.cit, 445d. El examen que desarrollar Platn a continuacin tiene, como doble vertiente, el mbito tanto psicolgico como poltico de la corrupcin de la ciudad, vinculada bsicamente con el deterioro moral sus habitantes. En este sentido, parece certera la afirmacin de Grube al considerar a Platn como el verdadero fundador de la psicologa poltica. G.M.A. Grube, Op.cit., p. 415.

Jaeger nos recuerda, en este punto, que las diferencias entre los dems regmenes se encontrarn precisamente su mayor o menor grado de imperfeccin. As, la clasificacin platnica marca el alejamiento progresivo respecto al modelo ideal de gobierno. W. Jaeger, Op.cit., p. 724.

Platn, Op.cit, 445d.

Platn, Op.cit, 449a. La secuencia de estado imperfectos que se desarrollarn a partir de la aristocracia o la monarqua, no corresponden a la descripcin histrica de acontecimientos que efectivamente hayan ocurrido (a pesar de que algunos importantes estudiosos destacan las claras referencias que habran haca el rgimen de Esparta o Siracusa). Se tratara, en suma de de una dramatizacin de las determinaciones psicolgicas que podran (eventualmente) desencadenar estos sucesos. O. Velsquez, Op.cit., p. 59.

Platn, Op.cit, 546a y sgte.

Este descuido pone de manifiesto que los filsofos-reyes de Platn, a pesar de su sabidura, son propensos al error. En este punto, Velsquez (citando a Reeve) destaca dos limitaciones fundamentales: una biolgica (pues, como se explicar en la aplicacin del nmero nupcial, la calidad de los gobernantes depender del ciclo en el cual son engendrados por sus padres) y una cognitiva (ya que deben emplear su percepcin sensorial para llevar a la practica sus teoras). O. Velsquez, Op.cit., p. 114, n. 4.

Platn, Op.cit, 547a. Numerosos investigadores han resaltado las dificultades en la traduccin de todo el pasaje referido al nmero nupcial (o tambin llamado mito de las Musas). Tal cifra, como sintetiza Eggers Lan (parafraseando a Adam), es la expresin de la ley de degeneracin inevitable a la cual estn sujetos el universo y todas sus partes. Para la mayora de los intrpretes, este nmero sera 12.960.000, aunque otros sostienen que oscilara entre 10.000 y 7.500. El pasaje, de todas formas, tendra un propsito esencialmente ldico. C. Eggers Lan, Dilogos vol. IV (Gredos), p. 382 y sgte., n. 6.

Platn, Op.cit, 548c.

Platn, Op.cit, 545a.

Platn, Op.cit, 547d y sgte.

Platn, Op.cit, 548a.

Platn, Op.cit, 547d y sgte.

Platn, Op.cit, 549a. Por sus caractersticas, es claro que el Estado aludido en esta descripcin es la Esparta histrica (rgimen por el cual, como sabemos, Platn manifiesta su simpata). Este hecho, sin embargo, nunca llevar a sobrestimarla como forma de gobierno: Esparta (como sealar Gmez Robledo) nunca ir ms all de ser considerada como la primera de las constituciones degeneradas. A. Gmez Robledo, Op.cit., p. 580.

Platn, Op.cit, 550d. A juicio de Jaeger, es Platn el primero en poner en la oligarqua el dinero como la pauta del valor social de la persona y sus derechos. En su constitucin, aparece entonces como una aristocracia basada en la fe materialista de que el dinero. W. Jaeger, Op.cit., p. 735.

A. Gmez Robledo, Idem.

Platn, Op.cit, 550d-551a.

Platn, Op.cit, 551b.

Platn, Op.cit, 551d. Jaeger sintetiza en cuatro las caractersticas centrales de la oligarqua: 1) el funcionamiento social gira en torno al dinero; 2) desaparece la unidad del Estado; 3) no tiene contempladas funciones especficas para sus habitantes; 4) todos sus integrantes pueden acceder libremente a la propiedad privada. W. Jaeger, Op.cit., p. 736.

Platn, Op.cit, 552c y sgte.

Rebelin en la que, como sealar Platn, los insurrectos (entre otras cosas) destierran y asesinan a sus enemigos (en este caso, los integrantes de los grupos oligarcas). Op.cit, 557a.

Platn, Op.cit, 557b.

Platn, Op.cit, 558b y sgte. Respecto a las agudas criticas que Platn dirigir haca la democracia como rgimen poltico, es importante tomar en cuenta el sistema por l conocido corresponde al sistema demaggico que surge en Atenas despus de las reformas educaciones de Pericles: dicha forma de organizacin, efectivamente, termina generando la desunin, las improvisaciones y el caos que culminarn con la derrota ateniense en Egos-Potamos (404 a.C.). A. Gmez Robledo, Op.cit., p. 581.

La descripcin que se realizar de la democracia en 558c es suficientemente clara como para graficar este punto: (un rgimen placentero, anrquico y vario).

Platn, Op.cit, 558a. El hombre democrtico, como se explica en 560e, llama a la insolencia () buena educacin (); a la indisciplina (), libertad (); al desenfreno (), grandeza de nimo (); y al impudor (), hombra (). Su confusin, como podemos advertir, es principalmente de carcter tico.

El planteamiento de Jaeger, en este punto, es que el deterioro moral de los diversos hombres que dan forma a los Estados se origina, finalmente, en una educacin defectuosa: el hombre timocrtico no sabe controlar sus deseos de honor (apartndose de la sabidura), el hombre oligrquico no sabe dominar sus impulsos por la obtencin de riquezas, el hombre democrtico no sabe distinguir entre los apetitos y la necesidades, etc. W. Jaeger. Op.cit., p. 742.

Platn, Op.cit, 565c. Los cuestionamientos de Platn al gobierno del pueblo, en este sentido, para Crombie guardarn directa relacin con la necesidad de que slo los capaces de gobernar sean los responsables de la polis. No se tratara, en este punto, de que el pueblo no merezca gobernar, sino que el verdadero problema se origina en que el pueblo no sabe gobernar (no de la forma que, de acuerdo a los principios destacados por Platn, se debiera hacer). I.M. Crombie, Op.cit., p. 116.

Platn, Op.cit, 566a. El tirano, adems, utiliza la guerra para consolidar su posicin (566e).

Platn, Op.cit, 573c (traduccin de C. Eggers Lan, editorial Gredos).

Platn, Op.cit, 577a-d.

Platn, Op.cit, 567d-368a.

Eros gobernando el alma toda. Platn, Op.cit, 573d.