sobre diez grandes relaciones - mao

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SOBRE DIEZ GRANDES RELACIONES 25 de abril de 1956 [Discurso pronunciado por el camarada Mao Tse-tung en una reunión ampliada del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China. En este discurso, el camarada Mao Tse-tung, sacando lecciones de la experiencia soviética y resumiendo la experiencia china, expuso las diez grandes relaciones en la revolución y la construcción socialistas y formuló las ideas básicas para la línea general de edificación del socialismo según el principio de cantidad, rapidez, calidad y economía, línea que concuerda con las condiciones de nuestro país.] Durante los últimos meses, el Buró Político del Comité Central ha escuchado informes de trabajo de treinta y cuatro departamentos centrales de la industria, la agricultura, el transporte, el comercio, las finanzas, etc., y ha advertido en ellos algunos problemas relativos a la edificación socialista y las transformaciones socialistas. Se trata, en síntesis, de diez problemas, de diez grandes relaciones. Estos diez problemas se plantean teniendo como eje una orientación fundamental: movilizar todos los factores positivos de dentro y de fuera del país para ponerlos al servicio de la causa socialista. En el pasado, a fin de acabar con la dominación del imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático y conseguir la victoria de la revolución democrática popular, seguimos ya la orientación de movilizar todos los factores positivos. Esta es la misma que actualmente seguimos para llevar adelante la revolución socialista y la construcción de un país socialista. Sin embargo, existen en nuestro trabajo algunos problemas que es preciso abordar. Algo que merece especial atención son ciertos defectos y errores existentes en el proceso de la edificación socialista de la Unión Soviética, que últimamente han salido a la luz. ¿Desea uno repetir los recodos que ellos transitaron? En el pasado, pudimos evitar ciertos recodos gracias justamente a que tomamos en cuenta

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Sobre Diez Grandes Relaciones - Mao

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SOBRE DIEZ GRANDES RELACIONES 25 de abril de 1956 [Discurso pronunciado por el camarada Mao Tse-tung en una reunin ampliada del Bur Poltico del Comit Central del Partido Comunista de China. En este discurso, el camarada Mao Tse-tung, sacando lecciones de la experiencia sovitica y resumiendo la experiencia china, expuso las diez grandes relaciones en la revolucin y la construccin socialistas y formul las ideas bsicas para la lnea general de edificacin del socialismo segn el principio de cantidad, rapidez, calidad y economa, lnea que concuerda con las condiciones de nuestro pas.]

Durante los ltimos meses, el Bur Poltico del Comit Central ha escuchado informes de trabajo de treinta y cuatro departamentos centrales de la industria, la agricultura, el transporte, el comercio, las finanzas, etc., y ha advertido en ellos algunos problemas relativos a la edificacin socialista y las transformaciones socialistas. Se trata, en sntesis, de diez problemas, de diez grandes relaciones. Estos diez problemas se plantean teniendo como eje una orientacin fundamental: movilizar todos los factores positivos de dentro y de fuera del pas para ponerlos al servicio de la causa socialista. En el pasado, a fin de acabar con la dominacin del imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrtico y conseguir la victoria de la revolucin democrtica popular, seguimos ya la orientacin de movilizar todos los factores positivos. Esta es la misma que actualmente seguimos para llevar adelante la revolucin socialista y la construccin de un pas socialista. Sin embargo, existen en nuestro trabajo algunos problemas que es preciso abordar. Algo que merece especial atencin son ciertos defectos y errores existentes en el proceso de la edificacin socialista de la Unin Sovitica, que ltimamente han salido a la luz. Desea uno repetir los recodos que ellos transitaron? En el pasado, pudimos evitar ciertos recodos gracias justamente a que tomamos en cuenta sus experiencias y lecciones, y ahora con mayor razn debemos escarmentar en cabeza ajena. Cules son los factores positivos de dentro y de fuera del pas? Dentro del pas, los obreros y los campesinos constituyen la fuerza fundamental. Las fuerzas intermedias son fuerzas que podemos ganar. En cuanto a las fuerzas reaccionarias, aunque representan un factor negativo, no debemos dejar de hacer un buen trabajo para convertir, hasta donde sea posible, lo negativo en positivo. En el plano internacional, debemos unirnos con todas las fuerzas unibles, trabajar porque se tornen neutrales las que an no lo son, e incluso disgregar y utilizar fuerzas reaccionarias. En una palabra, debemos movilizar todas las fuerzas, directas e indirectas, en favor de la lucha por transformar a China en un poderoso pas socialista. Abordar a continuacin los diez problemas. I. LA RELACIN DE LA INDUSTRIA PESADA CON LA INDUSTRIA LIGERA Y LA AGRICULTURA La industria pesada es el sector prioritario en la edificacin de nuestro pas. Es preciso dar preferencia al desarrollo de la produccin de los medios de produccin; esto ya est determinado. Sin embargo, ello no implica en absoluto que podamos restar importancia a la produccin de medios de subsistencia, sobre todo de cereales. Sin una cantidad suficiente de cereales y de otros artculos de necesidad diaria es imposible, como primera cosa, asegurar la subsistencia de los obreros; en ese caso, de qu desarrollo de la industria pesada podra hablarse? De ah que sea indispensable tratar correctamente: la relacin entre la industria pesada, de un lado, y la industria ligera y la agricultura, del otro. En el tratamiento de esta relacin, no hemos cometido errores de principio; hemos trabajado mejor que la Unin Sovitica y algunos pases de Europa Oriental. En nuestro pas no existen problemas corno el que se present en la Unin Sovitica, donde la produccin cerealera no pudo alcanzar, durante largo tiempo, el nivel ms alto de antes de la Revolucin de Octubre, o como aquellos serios problemas surgidos en algunos pases de Europa Oriental a causa del grave desequilibrio entre el desarrollo de la industria ligera y el de la pesada. Ellos ponen unilateralmente el acento en la industria pesada y descuidan la agricultura y la industria ligera, lo que ha provocado la escasez de productos en el mercado y la inestabilidad de la moneda. Nosotros, en cambio, prestamos una mayor atencin a la agricultura y a la industria ligera. Siempre hemos dedicado energas a la agricultura y la hemos desarrollado, lo que ha asegurado en buena medida el abastecimiento de cereales y de materias primas para el desarrollo industrial. Disponemos de existencias ms o menos cuantiosas de artculos de amplio consumo, y son estables los precios y la moneda. La cuestin que actualmente se nos presenta es la de introducir apropiados reajustes en la proporcin correlativa de las inversiones en la industria pesada, de un lado, y la agricultura y la industria ligera, del otro, imprimiendo un mayor desarrollo a estas dos ltimas. Significa esto que la industria pesada dejar de ser lo principal? No. Seguir sindolo, permanecer como el sector prioritario para las inversiones. Sin embargo, debe aumentar en cierta medida la cuota de inversin para la agricultura y la industria ligera. Qu resultado dar ese aumento? En primer lugar, se abastecer mejor al pueblo de lo necesario para su subsistencia y, en segundo, se acelerar la acumulacin de fondos, lo que permitir desarrollar an ms y mejor la industria pesada. Es cierto que esta ltima tambin acumula fondos, pero, dadas nuestras condiciones econmicas de hoy, la industria ligera y la agricultura dan una acumulacin mayor y ms rpida. Aqu surge un interrogante: Desea uno verdaderamente o slo en apariencia, con vehemencia o sin ella, el desarrollo de la industria pesada? Si lo desea slo en apariencia, o sin vehemencia, lo que har es golpear a la agricultura y la industria ligera y reducir las inversiones en estas ramas. Si, en cambio, lo desea verdaderamente, o con vehemencia, atribuir importancia a la agricultura y la industria ligera, procurando que haya ms cereales y ms materias primas para la industria ligera, ms Fondos de acumulacin y, por consiguiente, una cantidad mayor de fondos en el futuro para inversiones en la industria pesada. Podemos optar entre dos mtodos en el desarrollo de la industria pesada. Uno es comunicar un desarrollo algo menor a la agricultura y la industria ligera, y el otro, imprimirles un desarrollo algo mayor. Miradas las cosas a largo plazo, el primer mtodo redundar en un desarrollo menor y ms lento de la industria pesada o, en el mejor de los casos, en una insuficiente solidez de sus cimientos, lo que aparecer como una desventaja cuando se resuman las cuentas al cabo de unos decenios. El segundo mtodo, en cambio, permitir desarrollar en mayor medida y ms rpidamente la industria pesada y dotarla, adems, de cimientos ms slidos para su desarrollo, ya que asegurar al pueblo lo necesario para su subsistencia. II. LA RELACIN ENTRE LA INDUSTRIA DE LA COSTA Y LA INDUSTRIA DEL INTERIOR En el pasado, la industria de. China se concentr en la costa. Por costa se entienden Liaoning, Jopei, Pekn, Tientsn, el Este de Jonn, Shantung, Anjui, Chiangs, Shanghai, Chechiang, Fuchin, Kuangtung y Kuangs. Aproximadamente un 70 por ciento de la industria ligera y de la industria pesada del pas est ubicado en la costa, y slo un 30 por ciento en el interior. Se trata de un estado de cosas irracional, producto del desarrollo histrico. Es preciso utilizar plenamente las bases industriales costeras, pero, a fin de balancear la distribucin geogrfica de la industria en el curso de su desarrollo, se debe desenvolver enrgicamente la industria del interior. En el problema de la relacin entre uno y otro aspecto, tampoco hemos cometido graves errores; sin embargo, en los ltimos aos hemos subestimado en cierta medida la industria de la costa y no hemos prestado suficiente atencin a su desarrollo, fenmeno que debe cambiar. Aos atrs, la guerra de Corea todava en curso y la gran tirantez de la situacin internacional no podan sino dejarse sentir en nuestra manera de estimar la industria costera. Ahora, es de suponer que no va a estallar en un futuro prximo una nueva guerra de agresin contra China ni una nueva guerra mundial, de modo que podemos contar con un perodo de paz de diez aos o algo ms. En estas condiciones, sera incorrecto no utilizar plenamente la capacidad instalada y la fuerza tcnica de la industria costera. Aun en el caso de que slo dispusiramos de cinco aos, para no hablar de diez, deberamos consagrar cuatro aos a desarrollar debidamente la industria en la costa, y la trasladaramos en el quinto, cuando estallara la guerra. En la industria ligera, segn los datos que poseemos, la construccin de fbricas y su acumulacin de fondos se logran en general con bastante rapidez. En los cuatro aos posteriores a su puesta en completa explotacin, adems de recuperar las inversiones hechas en su construccin, cada fbrica gana lo suficiente para montar tres, dos, una o, por lo menos, media fbrica. Por qu no hemos de hacer una cosa tan ventajosa? Considerar que la bomba atmica se cierne ya sobre nuestras cabezas amenazando con caer dentro de unos segundos, es una apreciacin que no corresponde a la realidad, y es incorrecto adoptar, sobre esta base, una actitud pasiva hacia la industria de la costa. Eso no quiere decir que todas las nuevas fbricas deban construirse en la costa. Sin duda alguna, la mayor parte de las nuevas empresas industriales deben ubicarse en el interior, con vistas a balancear gradualmente la distribucin geogrfica de la industria y a facilitar los preparativos para enfrentar una guerra. Pero tambin en la costa se puede construir cierto nmero de nuevas fbricas y minas, algunas de las cuales incluso pueden ser grandes. En cuanto al ensanchamiento y reconstruccin de las empresas de la industria ligera y pesada de la costa, hasta ahora hemos hecho algo, y en adelante debemos dar un fuerte impulso a ese trabajo. Utilizando y desarrollando como es debido la vieja base industrial, ubicada en la costa, poseeremos una fuerza todava mayor para desarrollar y apoyar la industria del interior. Una actitud pasiva al respecto impedira su rpido desarrollo. Por tanto, de lo que aqu se trata es asimismo de desear verdaderamente o slo en apariencia el desenvolvimiento de la industria del interior. Si uno lo desea verdaderamente y no slo en apariencia, debe utilizar y desarrollar an ms la industria de la costa, sobre todo la ligera. III. LA RELACIN ENTRE LA CONSTRUCCIN ECONMICA Y LA CONSTRUCCIN DE LA DEFENSA NACIONAL No se puede prescindir de la defensa nacional. Actualmente nuestra capacidad defensiva ha llegado ya a un determinado nivel. A travs de la Guerra de Resistencia a la Agresin Norteamericana y en Ayuda a Corea, as como del proceso de entrenamiento y consolidacin de los ltimos aos, nuestro ejrcito se ha fortalecido y es ahora algo ms poderoso que el Ejrcito Rojo sovitico de antes de la Segunda Guerra Mundial y, adems, ha mejorado su armamento. Est en vas de construccin nuestra industria de defensa. Ya hemos comenzado a construir aviones y camiones, que no supimos construir nunca antes, desde que Pan Ku separ el cielo de la tierra. An no tenemos la bomba atmica. Pero, en otro tiempo, tampoco tenamos aviones ni caones, y fue con mijo ms fusil con lo que vencimos a los imperialistas japoneses y a Chiang Kai-shek. Ahora somos ms poderosos que antes, y lo seremos an ms en el futuro; no slo tendremos una mayor cantidad de aviones y caones, sino tambin la bomba atmica. Esta es una cosa de la que en el mundo de hoy no podemos prescindir si no queremos ser atropellados. Qu hacer entonces? Una solucin segura es reducir, en una proporcin adecuada, los gastos militares y administrativos y aumentar las asignaciones para la construccin econmica. Slo acelerando esta ltima puede avanzar todava ms la construccin de la defensa. En la III Sesin Plenaria del VII Comit Central del Partido, celebrada en 1950, ya planteamos la tarea de simplificar el aparato estatal y disminuir los gastos militares y administrativos, considerndola como una de las tres condiciones para lograr un mejoramiento Fundamental de la situacin financiera y econmica del pas. En este Primer Plan Quinquenal, los gastos militares y administrativos representan un 30 por ciento de los gastos presupuestarios del Estado. Ese porcentaje es excesivo. Hay que reducirlo a un 20 por ciento aproximadamente durante el Segundo Plan Quinquenal, a fin de poder asignar una mayor cantidad de fondos para montar ms fbricas y construir ms mquinas. As, al cabo de algn tiempo, no slo dispondremos de gran nmero de aviones y caones, sino que, probablemente, tendremos nuestra propia bomba atmica. Aqu se presenta tambin un interrogante: Desea uno verdaderamente y con gran ardor la bomba atmica, o slo es tibio y no ardiente ese deseo? Si la desea verdaderamente y con gran ardor, reducir el porcentaje de los gastos militares y administrativos y dedicar ms recursos a la construccin econmica. Si no la desea verdaderamente ni con gran ardor, seguir la vieja rutina. Este es un problema que concierne a la orientacin estratgica, y espero que la Comisin Militar lo discuta. Estara bien que desmovilizramos ahora a todos los soldados? No. Porque todava existen enemigos, que nos atropellan y cercan. Debemos fortalecer nuestra defensa y, a ese efecto, fortalecer en primer lugar nuestra construccin econmica. IV. LA RELACIN ENTRE EL ESTADO, LAS UNIDADES DE PRODUCCIN Y LOS PRODUCTORES Es preciso tratar correctamente estas dos relaciones: la relacin entre el Estado y las Fbricas y cooperativas y la que existe entre las fbricas y cooperativas y los productores. Por ello, no se debe tomar en consideracin slo un sector, sino simultneamente los tres: el Estado, la colectividad y el individuo, o como solamos decir antes, "tener en cuenta tanto al ejrcito como al pueblo" y "tener en cuenta tanto los intereses pblicos como los individuales". En vista de la experiencia sovitica y de la nuestra, en adelante es necesario resolver este problema de manera todava mejor. En el caso de los obreros, a medida que se eleva la productividad de su trabajo, se debe mejorar gradualmente sus condiciones de trabajo y los servicios de bienestar colectivo. Siempre hemos abogado por la vida sencilla y la lucha dura y nos hemos opuesto a colocar por encima de todo los intereses materiales personales; al mismo tiempo, siempre hemos preconizado la necesidad de preocuparse por las condiciones de vida de las masas y combatido la burocrtica actitud de indiferencia ante sus necesidades. Conforme se desarrolla la economa nacional en su conjunto, es preciso introducir apropiados reajustes salariales. A este respecto, se ha decidido, en fecha reciente, efectuar ciertos aumentos, principalmente para los que trabajan en la base, para los obreros, a fin de disminuir la distancia entre los salarios altos y los bajos. En nuestro pas los salarios en general no son altos; sin embargo, los obreros viven mucho mejor que en el pasado, debido, entre otras cosas, a la mayor cantidad de gente con empleo y a los precios reducidos y estables. Bajo el Poder proletario, los obreros han mantenido siempre un grado muy alto de conciencia poltica y de entusiasmo en el trabajo. Cuando, a finales del ao pasado, el Comit Central exhort a combatir la desviacin conservadora derechista, las masas obreras respondieron con calurosas muestras de apoyo; en tres meses de dura lucha, han sobrepasado, contra lo acostumbrado, los planes para el primer trimestre del presente ao. Debemos fomentar vigorosamente su espritu de lucha dura y, al mismo tiempo, prestar mayor atencin a la solucin de los problemas acuciantes con que tropiecen en su trabajo y en su vida. Aqu conviene hablar un poco del problema de la independencia de cada fbrica bajo direccin unificada. Por lo visto, es inadecuado concentrarlo todo en manos de las autoridades centrales o provinciales y municipales, sin dejar a las fbricas ni un mnimo de atribuciones, ni un mnimo espacio de maniobra, ni los ms pequeos beneficios. La cuestin de qu atribuciones y beneficios deben corresponder al Poder central, a los poderes provinciales o municipales y a las fbricas, es algo que debemos estudiar, pues no tenemos mucha experiencia al respecto. Por principio, unificacin e independencia constituyen una unidad de contrarios. Tanto la unificacin corno la independencia son necesarias. Por ejemplo, en este momento estamos reunidos, lo que significa unificacin; pero una vez levantada la reunin, unos saldrn a pasearse, otros se irn a leer y otros a comer: he aqu la independencia. Si, en lugar de permitir que cada cual goce de esta independencia levantando la reunin, la prolongramos por tiempo indefinido, no nos moriramos todos? Lo que es cierto para un individuo, lo es tambin para una fbrica u otra unidad de produccin. Cada unidad de produccin debe gozar de determinada independencia vinculada con la unificacin; slo as podr desarrollarse con mayor vivacidad. Hablemos ahora de los campesinos. Nuestras relaciones con ellos siempre han sido buenas, pero cometimos un error en el problema cerealero. En 1954, algunas zonas del pas vieron menguada su produccin a consecuencia de inundaciones; pese a ello, aumentamos en 7.000 millones de jin los acopios estatales de cereales. Este aumento, sumado al descenso de la produccin, llev las cosas a tal punto que, durante la primavera del ao pasado, en muchas partes casi toda la gente tena en los labios el problema cerealero y en todos los hogares se hablaba del monopolio estatal de venta de cereales. Los campesinos se quejaban, y haba tambin muchas quejas dentro y fuera del Partido. Es cierto que buen nmero de los que se quejaban lo hacan exagerando deliberadamente los hechos y aprovechando la ocasin para atacarnos, pero no se puede decir que no tuviramos insuficiencia alguna. El hecho de que, por falta de investigacin y por desconocimiento del estado real de las cosas, aumentramos los acopios en 7.000 millones de jin, fue precisamente una deficiencia nuestra. Descubrimos esa deficiencia y, en 1955, redujimos en 7.000 millones de jin los acopios y, adems, adoptamos el "sistema de tres fijaciones"[1], esto es, fijamos las cifras de rendimiento, de acopio y de venta. La disminucin de los acopios, sumada a la abundante cosecha que obtuvieron, permiti a los campesinos tener en sus manos ms de 20.000 millones de jin adicionales de granos. De este modo, hasta los campesinos que se haban quejado dijeron: "Qu bueno es el Partido Comunista!" Esta leccin la debe tener presente todo el Partido. Los procedimientos que se adoptan en la Unin Sovitica representan un estrujamiento muy duro para los campesinos. Mediante prcticas tales como el llamado sistema de entregas obligatorias[2], se les quita demasiados productos, y a precios bajsimos. Este mtodo de acumulacin ha mellado de manera sumamente grave el entusiasmo de los campesinos en la produccin. Se quiere que la gallina ponga ms y ms huevos, pero no se le da grano; al caballo se le exige correr veloz, pero no se le da pienso. Hay en el mundo una lgica como sta? A diferencia de la poltica de la Unin Sovitica para con los campesinos, la nuestra contempla tanto los intereses del Estado como los de los campesinos. Nuestro impuesto agrcola siempre ha sido ms o menos liviano. En el intercambio entre los productos industriales y los productos agrcolas, seguimos la poltica de reduccin de la "apertura de tijeras", de intercambio equivalente o casi equivalente de valores. Nuestros acopios de productos agrcolas se efectan a precios normales, sin causar perdidas a los campesinos; adems, los precios de compra van aumentando poco a poco. En el abastecimiento de artculos manufacturados a los campesinos, aplicamos la poltica de vender en gran cantidad y con tasas bajas de utilidad y de estabilizar o reducir apropiadamente los precios, al par que, generalmente, subsidiamos en algo las ventas de cereales a los campesinos de las zonas que tienen dficit de ellos. Pero, incluso as, es posible que por negligencia incurramos en tales o cuales errores. En vista de los graves errores de la Unin Sovitica en este problema, debemos prestar an mayor atencin al tratamiento correcto de la relacin entre el Estado y los campesinos. Hay que tratar tambin de manera acertada la relacin entre la cooperativa y los campesinos. Es preciso fijar apropiadamente, de los ingresos de la cooperativa, los porcentajes que corresponden al Estado, a la cooperativa y a los campesinos, as como la forma en que deben sacarse dichas cantidades. La parte que corresponde a la cooperativa va toda a parar directamente al servicio de los campesinos. La necesidad de los gastos de produccin salta a la vista; los gastos de administracin tambin son necesarios; los fondos de acumulacin colectiva son para la reproduccin ampliada, y los fondos de bienestar pblico, para el mejoramiento de las condiciones de vida de los campesinos. Pero hay que fijar, previo estudio con los campesinos, un porcentaje razonable para cada rengln. Debemos hacer lo posible por mermar los gastos de produccin y de administracin. Tambin los fondos de acumulacin colectiva y de bienestar pblico deben sujetarse a cierto control, pues no hay que esperar que se materialice todo lo deseable en un solo ao. Salvo que se produzcan calamidades naturales excepcionales, debemos procurar que, sobre la base del incremento de la produccin agrcola, aumenten cada ao, en cierta medida, los ingresos del 90 por ciento de los miembros de las cooperativas, y que se mantengan sin variacin los ingresos del restante 10 por ciento; en caso de que disminuyan, hay que buscar cuanto antes una solucin. En resumen, se debe dar consideracin a los intereses tanto del Estado como de las fbricas, tanto del Estado como de los obreros, tanto de las fbricas como de los obreros, tanto del Estado como de las cooperativas, tanto del Estado como de los campesinos y tanto de las cooperativas como de los campesinos, y no hay que limitarse a considerar slo uno de los dos trminos. Considerar cualquiera de esos trminos aisladamente es desfavorable para el socialismo y la dictadura del proletariado. Este es un problema de importancia vital para los seiscientos millones de habitantes del pas y es menester educar una y otra vez en este sentido a toda la militancia y a todo el pueblo. V. LA RELACIN ENTRE LAS AUTORIDADES CENTRALES Y LAS AUTORIDADES LOCALES La relacin entre las autoridades centrales y las locales constituye tambin una contradiccin. Para solucionarla, debemos preocuparnos, actualmente, de ampliar un tanto las atribuciones de las autoridades locales, concederles una mayor independencia y permitirles ms actividades, con sujecin a la premisa de consolidar la direccin unificada de las autoridades centrales. Esto ser ms ventajoso para la construccin de un poderoso pas socialista. Nuestro pas es tan inmenso, su poblacin tan numerosa y sus condiciones tan complejas, que la iniciativa procedente de ambos lados, del nivel central y del nivel local, resultar mucho mejor que la procedente de un solo lado. No debemos, como se hace en la Unin Sovitica, concentrarlo todo en manos de las autoridades centrales y maniatar rgidamente a las autoridades locales privndolas de todo derecho de accin independiente. Si las autoridades centrales necesitan desarrollar la industria, tambin lo necesitan las autoridades locales. Incluso las industrias subordinadas directamente a las autoridades centrales tienen que contar con la colaboracin de las autoridades locales. La agricultura y el comercio necesitan todava ms apoyarse en los esfuerzos locales. En resumen, para desarrollar la construccin socialista es indispensable hacer valer la iniciativa local. Si se quiere consolidar la direccin a nivel central, es preciso tener en cuenta los intereses locales. Actualmente, decenas de manos intervienen en los asuntos locales, dificultando su manejo. Cada ministerio, una vez creado, se pone a hacer la revolucin y, para hacerla, imparte rdenes. Como a los ministerios no les conviene emitir rdenes a los comits provinciales del Partido ni a los comits populares provinciales, establecen un vnculo directo con los departamentos provinciales y municipales correspondientes, y les dictan rdenes todos los das. Aunque ni el Comit Central del Partido ni el Consejo de Estado conocen esas rdenes, ellas son presentadas como procedentes del nivel central y ejercen una fuerte presin sobre las autoridades locales. El papeleo de requerimientos y encuestas llega a tal cantidad que se desborda en calamitosa inundacin. Esta situacin debe cambiar. Debemos promover el estilo de trabajo consistente en consultar con las autoridades locales. El Comit Central siempre consulta con las autoridades locales en el manejo de los asuntos, y nunca se precipita a dar rdenes sin antes intercambiar ideas con ellas. Esperamos que todos los departamentos centrales tengan esto muy presente y que no den rdenes sin previa consulta y acuerdo con las autoridades locales siempre que se trate de asuntos relacionados con ellas. Los departamentos centrales pueden ser clasificados en dos tipos. Del primer tipo son aquellos cuya funcin dirigente cubre hasta las mismas empresas y cuyas oficinas administrativas y empresas ubicadas en distintos lugares estn sometidas a la supervisin de las autoridades locales. Del otro tipo son aquellos cuya misin consiste en formular lineamientos rectores y elaborar planes de trabajo, dejando las tareas concretas a cargo de las autoridades locales. Para un pas tan extenso y un partido tan grande como los nuestros, es un problema de gran importancia el tratamiento correcto de la relacin entre las autoridades centrales y las locales. Algunos pases capitalistas tambin prestan mucha atencin a este problema. Su sistema social es radicalmente distinto del nuestro, pero, aun as, la experiencia de su desarrollo es digna de estudio. En cuanto a nuestra propia experiencia, el sistema de grandes regiones administrativas que aplicamos en los primeros aos de la Repblica Popular fue una necesidad en aquel entonces, pero tuvo deficiencias, que ms tarde fueron explotadas hasta cierto punto por la alianza antipartido de Kao Kang y Yao Shu-shi. Luego se acord abolir esas grandes regiones y subordinar directamente las provincias al Poder central, decisin que fue correcta. Pero a partir de esto se lleg a suprimir la independencia necesaria de las autoridades locales, y el resultado no fue tan satisfactorio. Nuestra Constitucin estipula que el poder legislativo est concentrado en el nivel central. No obstante, las autoridades locales, conforme a las circunstancias y las necesidades del trabajo, pueden elaborar normas, reglamentos y disposiciones, siempre que no vayan en contra de la orientacin de las autoridades centrales; esto no lo prohibe la Constitucin. La unificacin es necesaria, pero tambin lo es la particularizacin. A fin de construir un poderoso pas socialista, se requiere una fuerte direccin central unificada, una planificacin y disciplina unificadas a escala nacional; no se permite socavar esa indispensable unificacin. Pero, al mismo tiempo, se hace preciso poner en pleno juego la iniciativa local y permitir que cada localidad tenga algo que le sea particular y que concuerde con sus propias condiciones. Esta particularidad no es la que propugn Kao Kang, sino la que se hace imprescindible para los intereses de conjunto y para reforzar la unificacin nacional. Hay otro problema, que es el de la relacin entre unas autoridades locales y otras. Me refiero aqu, principalmente, a la relacin entre instancias locales superiores e inferiores. Si las provincias y municipios se quejan de los departamentos centrales, no tendrn quejas las prefecturas, distritos, territorios y cantones respecto de las autoridades provinciales y municipales? Las autoridades centrales deben velar por que se despliegue la iniciativa de las autoridades provinciales y municipales, y stas, a su vez, hacer otro tanto respecto de las prefecturas, distritos, territorios y cantones; ni las unas ni las otras deben meter a las instancias inferiores dentro de marcos demasiado rgidos. Por supuesto, hay que dar a conocer a los camaradas de los niveles inferiores cules son los asuntos en que hace falta la unificacin, evitando que cada uno vaya por su lado. En resumidas cuentas, la unificacin debe imperar donde sea posible y necesaria, y no imponerse forzadamente donde no lo sea. Siempre que se trate de una independencia legtima, de poderes legtimos, cada provincia, municipio, prefectura, distrito, territorio y cantn deben gozar de ellos y luchar por su consecucin. Esta lucha por los poderes, que tiene como punto de partida los intereses del pas en su conjunto, que no es una lucha en aras de intereses seccionalistas, no debe ser calificada de localismo ni de pretensin de "independizarse". La relacin entre diferentes provincias y municipios es tambin una relacin entre unas autoridades locales y otras, y asimismo hay que tratarla correctamente. Un principio que siempre preconizamos es el de tomar en consideracin el inters general, ayudarse y hacerse concesiones recprocas. En lo que se refiere a la solucin del problema de la relacin entre las autoridades centrales y las locales y entre unas autoridades locales y otras, nuestra experiencia an no es rica ni madura; espero que ustedes estudien y discutan esto concienzudamente y que, al cabo de cada perodo, hagan un resumen de su experiencia para desarrollar las conquistas y superar las deficiencias. VI. LA RELACIN ENTRE LA NACIONALIDAD JAN Y LAS MINORAS NACIONALES En lo que respecta a la relacin entre la nacionalidad jan y las minoras nacionales, nuestra poltica es bastante prudente y goza en buen grado de la aprobacin de stas. Ponemos el acento en el combate al chovinismo de gran jan. Hay que combatir tambin el nacionalismo local, pero ste, por lo comn, no es el blanco principal. En nuestro pas, las minoras nacionales no representan una poblacin numerosa, pero estn asentadas en grandes extensiones territoriales. Desde el punto de vista demogrfico, los janes son abrumadoramente mayoritarios, pues constituyen el 94 por ciento de la poblacin. Sera muy malo que practicaran el chovinismo de gran jan, discriminando a las minoras nacionales. Ahora bien, quines ocupan ms tierras? Las minoras nacionales, que ocupan del 50 al 60 por ciento de la superficie. Solemos decir que China tiene grandes extensiones de tierras con ricos recursos naturales y una poblacin numerosa. En realidad, es la nacionalidad jan la que tiene una "poblacin numerosa" y son las minoras nacionales las que poseen "grandes extensiones de tierras con ricos recursos naturales"; por lo menos en lo que se refiere a los recursos del subsuelo, son muy probablemente las minoras nacionales las que poseen "ricos recursos naturales". Cada una de las minoras nacionales ha hecho contribuciones a la historia de China. Que los janes sean tan numerosos se debe, entre otras cosas, al prolongado mestizaje entre muchas nacionalidades. En el pasado, los gobernantes reaccionarios, sobre todo los de la nacionalidad jan, levantaron toda clase de barreras entre las diversas nacionalidades y atropellaron a las minoras nacionales. Las consecuencias de todo esto no son fciles de liquidar en corto tiempo ni siquiera dentro del pueblo trabajador. Esto hace necesario que eduquemos amplia y permanentemente tanto a los cuadros como a las masas populares en el espritu de nuestra poltica proletaria sobre la cuestin nacional y que nos preocupemos por examinar de modo constante cmo marchan las relaciones entre la nacionalidad jan y las minoras nacionales. Ya se efectu hace dos aos un examen en este sentido, y ahora es preciso hacerlo una vez ms. Si se descubre algo anormal, hay que darle una solucin seria y no dejar que el asunto se quede en las palabras. Es menester estudiar a fondo el problema de cules son el sistema de administracin econmica y el sistema financiero ms apropiados para las zonas de minoras nacionales. Debemos ayudar sincera y activamente a las minoras nacionales a desarrollar su construccin econmica y cultural. En la Unin Sovitica, son sumamente anormales las relaciones entre la nacionalidad rusa y las minoras nacionales; es preciso que de all saquemos las debidas lecciones. El aire del espacio, los bosques de la tierra y las riquezas del subsuelo son todos importantes elementos, indispensables para la construccin del socialismo, pero ningn factor material puede ser explotado y aprovechado sino por el factor hombre. Debemos trabajar porque haya buenas relaciones entre la nacionalidad jan y las minoras nacionales y consolidar la unidad entre ellas para edificar nuestra gran patria socialista con los esfuerzos de todos. VII. LA RELACIN ENTRE EL PARTIDO COMUNISTA Y LOS PARTIDOS NO COMUNISTAS Qu es mejor: que haya un solo partido o varios partidos? Por lo que hoy parece, es preferible que haya varios. Esto no slo es vlido para el pasado, sino que puede serlo tambin para el futuro; significa coexistencia duradera y supervisin mutua. En nuestro pas, siguen existiendo los numerosos partidos democrticos que se formaron durante la resistencia al Japn y la lucha contra Chiang Kai-shek y que se componen principalmente de elementos de la burguesa nacional y de su intelectualidad. En este punto, nuestra situacin difiere de la que existe en la Unin Sovitica. De manera consciente permitimos que subsistan los partidos democrticos, les brindamos oportunidades para expresarse y aplicamos para con ellos la poltica de unidad y lucha. Debemos unirnos con todas las personalidades democrticas que nos hagan crticas de buena fe. Debemos continuar estimulando el entusiasmo de aquellos elementos de espritu patritico que pertenecieron a los crculos militares y polticos kuomintanistas, tales como Wei Li-juang y Weng Wen-jao. Incluso a los que nos hacen ataques, como es el caso de Lung Yun, Liang Shu-ming, Peng Yi-ju y otros, debemos asegurarles la subsistencia y permitirles que nos ataquen, rebatiendo lo que haya de infundado y aceptando lo que haya de razonable en sus ataques. Esto es ms ventajoso para el Partido, el pueblo y el socialismo. Puesto que subsisten en China las clases y la lucha de clases, es imposible que no exista la oposicin en una u otra forma. Aunque todos los partidos democrticos y las personalidades democrticas sin partido han expresado que aceptan la direccin del Partido Comunista de China, entre ellos hay mucha gente que, en realidad, constituye una oposicin en diferente grado. En diversos problemas, como el de "llevar la revolucin hasta el fin", el movimiento de resistencia a la agresin norteamericana y en ayuda a Corea y la reforma agraria, ellos estuvieron y a la vez no estuvieron en la oposicin. Respecto a la represin de la contrarrevolucin, hasta hoy siguen poniendo reparos. Decan que el Programa Comn era inmejorable y no queran una constitucin de tipo socialista, pero cuando sali el proyecto de Constitucin, todos ellos levantaron la mano en seal de aprobacin. Es frecuente que las cosas se conviertan en su contrario; esto ocurre tambin con la actitud de los partidos democrticos frente a muchos problemas. Ellos son oposicin y a la vez no lo son, y con frecuencia pasan de la oposicin a la no oposicin. Tanto el Partido Comunista como los partidos democrticos surgieron en el proceso histrico. Todo lo que surge en el proceso histrico desaparece en el mismo proceso. As, tarde o temprano desaparecer el Partido Comunista y, de igual modo, los partidos democrticos. Es esta desaparicin algo tan desagradable? A mi modo de ver, ser muy agradable. Me parece realmente estupendo el da en que el Partido Comunista y la dictadura del proletariado pierdan su razn de ser. Nuestra tarea es justamente impulsar el proceso, de modo que su desaparicin advenga ms pronto. De esto ya hemos hablado muchas veces. Pero, en la actualidad, son imprescindibles el partido proletario y la dictadura del proletariado y, an ms, es indispensable continuar fortalecindolos. De lo contrario, no es posible reprimir la contrarrevolucin, oponer resistencia al imperialismo ni construir el socialismo y, aun si se logra construir ste, no es posible consolidarlo. De ningn modo "se ha anticuado", como afirma cierta gente, la teora de Lenin acerca del partido proletario y la dictadura del proletariado. Esta dictadura no puede menos que revestir un fuerte carcter coercitivo. No obstante, hay que combatir el burocratismo y la hipertrofia administrativa. Propongo que se proceda a una drstica simplificacin del aparato del Partido y del gobierno reducindolo a un tercio, siempre que esto no implique la muerte de nadie ni la parlisis del funcionamiento de ese aparato. Sin embargo, la simplificacin del aparato del Partido y del gobierno no significa que queramos deshacernos de los partidos democrticos. Espero que ustedes dediquen algunos esfuerzos al trabajo de frente nico, para que mejoren las relaciones entre ellos y nosotros y se active hasta donde sea posible su entusiasmo, ponindolo al servicio del socialismo. VIII. LA RELACIN ENTRE LA REVOLUCIN Y LA CONTRARREVOLUCIN Qu factor representa un contrarrevolucionario? Representa un factor negativo, un factor destructivo, una fuerza opuesta a los factores positivos. Puede cambiar o no un contrarrevolucionario? Desde luego, los contrarrevolucionarios recalcitrantes no cambiarn nunca. Pero, dadas las condiciones de nuestro pas, la mayor parte de los contrarrevolucionarios cambiarn en uno u otro grado. Gracias a que hemos adoptado una poltica correcta, buen nmero de contrarrevolucionarios ya han sido transformados en no contrarrevolucionarios, e incluso una parte de ellos han hecho algunas cosas tiles. Se debe afirmar los siguientes puntos: Primero. Hay que afirmar que fue necesario el movimiento de represin a los contrarrevolucionarios desarrollado en 1951 y 1952. Existe una opinin segn la cual ese movimiento pudo no haberse efectuado. Esta opinin es errnea. Los mtodos de tratamiento a los contrarrevolucionarios son: ejecucin, prisin, vigilancia y concesin de libertad. Ejecucin, todos sabemos en qu consiste. Prisin significa reclusin de los contrarrevolucionarios para su transformacin por medio del trabajo fsico. Vigilancia significa dejarlos en el medio social para su transformacin bajo el control de las masas. Concesin de libertad significa no arrestar, por regla general, a aquellos cuyo arresto sea optativo, o poner en libertad a los arrestados que se hayan comportado bien. Es menester tratar de manera diferenciada a los elementos contrarrevolucionarios segn el caso de que se trate. Ahora me limitar a hablar de la ejecucin. En ese movimiento de represin a los contrarrevolucionarios, se ejecut a cierto nmero de personas. Qu clase de gente eran? Eran contrarrevolucionarios que haban amontonado deudas de sangre y a quienes las masas odiaban a muerte. En una gran revolucin de seiscientos millones de personas, si no hubisemos dado muerte a esos "tiranos del Este" y "tiranos del Oeste", el pueblo no habra podido levantarse. De no haberse procedido a esa represin, las masas no estaran de acuerdo con la poltica de clemencia que hoy adoptamos. Ahora hay quienes, al or decir que Stalin se equivoc en ejecutar a alguna gente, afirman que nosotros hemos matado tambin equivocadamente a aquellos contrarrevolucionarios; ste es un juicio incorrecto. Reviste un significado prctico en el momento actual reafirmar que fue del todo correcto ajusticiar a esas personas. Segundo. Hay que afirmar que an existen contrarrevolucionarios, pero que su nmero se ha reducido considerablemente. A raz del surgimiento del caso de Ju Feng, se hizo necesario investigar y sacar a la luz a los contrarrevolucionarios. Hay que continuar poniendo al descubierto a aquellos que permanecen ocultos. Se debe afirmar que hay todava un pequeo nmero de contrarrevolucionarios, que siguen llevando a cabo diversas actividades contrarrevolucionarias de zapa, como matar bueyes, incendiar cereales, hacer sabotajes en fbricas, robar informacin y pegar consignas reaccionarias. Por eso, no es correcto decir que todos los contrarrevolucionarios han sido liquidados y que se puede dormir a pierna suelta. No debemos relajar jams la vigilancia mientras exista la lucha de clases en China y en el mundo. Pero tampoco es exacto decir que todava quedan muchos contrarrevolucionarios. Tercero. En adelante, debemos hacer menos arrestos y dictar menos ejecuciones en la represin a los contrarrevolucionarios del mbito social. Dado que stos son objeto directo del rencor de las masas, que los odian a muerte, todava es necesario ejecutar a unos pocos. En lo que concierne a la mayora de ellos, se los debe enviar a las cooperativas agrcolas para que participen en la produccin bajo vigilancia y se transformen a travs del trabajo fsico. Sin embargo, an no podemos declarar que no ejecutaremos a ninguno; no podemos abolir la pena capital. Cuarto. En las entidades oficiales, los centros docentes y el ejrcito, el trabajo de investigar y sacar a la luz a los contrarrevolucionarios infiltrados all, debe atenerse firmemente a la poltica iniciada en Yenn, esto es, la poltica de no ejecutar a ninguno y eximir de arresto a la mayor parte. Corresponde a las entidades oficiales afectadas esclarecer a fondo los casos de los contrarrevolucionarios cuyos crmenes estn confirmados con pruebas fehacientes, sin necesidad de que los departamentos de seguridad pblica, los departamentos de fiscalizacin y los tribunales los arresten, incriminen y enjuicien. De cada cien contrarrevolucionarios, tratamos de la manera antedicha a ms de noventa. Esto es lo que se llama eximir de arresto a la mayor parte. En cuanto a la ejecucin, no ejecutaremos a ninguno. Qu tipo de personas son las que no ejecutamos? Son personas como Ju Feng, Pan Jan-nien y Yao Shu-shi, e incluso criminales de guerra prisioneros como el emperador Pu-yi y corno Kang Tse. La razn de que nos abstengamos de ajusticiarlos no es que no hayan cometido crmenes que les hagan merecedores de la pena capital, sino que hacerlo no reporta ninguna ventaja. Si ejecutramos a uno de ellos, la gente comparara con l a un segundo y un tercero, de modo que rodaran muchas cabezas. Este es el primer punto. Segundo, existe la posibilidad de matar equivocadamente. La historia demuestra que una vez cada una cabeza, no hay cmo volver a unirla al cuerpo, y que con ella tampoco ocurre lo que con los puerros, que vuelven a crecer luego de cortados. Si cortamos equivocadamente una cabeza, no hay manera de rectificar el error, aunque lo deseemos. Tercero, al ejecutar a un contrarrevolucionario se elimina una prueba. Para la represin a los contrarrevolucionarios, se requieren pruebas. Un contrarrevolucionario suele ser prueba viviente de otro. Pueden presentarse casos en que tengamos que acudir a sus servicios. Pero si lo eliminamos, posiblemente no encontraremos nunca la prueba, lo que slo favorecer a la contrarrevolucin y no a la revolucin. Cuarto, ejecutarlos no contribuye: 1) al incremento de la produccin, 2) a la elevacin del nivel cientfico, 3) a la eliminacin de las "cuatro plagas", 4) al robustecimiento de la defensa nacional y 5) tampoco a la recuperacin de Taiwn. Slo nos acarrear la fama de que matamos prisioneros, y sta ha sido siempre una triste fama. Otro punto es que los contrarrevolucionarios en las entidades oficiales son diferentes de los del mbito social. Estos ltimos cabalgan sobre las espaldas del pueblo, mientras que aqullos estn en cierta medida alejados de las masas y, aunque han contrado deudas ante el pueblo en general, son pocas las vctimas directas de sus crmenes. Qu perjuicio puede traer el no ejecutar a ninguno de ellos? A aquellos que son aptos para el trabajo fsico debemos transformarlos por este medio, y a los que no, sustentarlos. Los contrarrevolucionarios son desechos, alimaas, pero podemos hacer que presten algn servicio al pueblo una vez atrapados. Ahora bien, es necesario consignar una clusula legal declarando que no se ejecutar a ningn contrarrevolucionario infiltrado en las entidades oficiales? No, no hay necesidad de hacerlo pblico, pues se trata de una poltica interna nuestra, y basta aplicarla de hecho en la medida de lo posible. Si alguien arrojase una bomba y acabara con todos los presentes en esta sala, o con la mitad, o con un tercio, debera ajusticirselo o no? Claro que s. La aplicacin de la poltica de no ejecutar a ninguno en lo que respecta a la eliminacin de los contrarrevolucionarios en las entidades oficiales, no nos impide tomar una seria actitud hacia los elementos contrarrevolucionarios. Antes bien, nos previene de cometer errores irremediables y, en el caso de que cometamos errores, nos deja la posibilidad de corregirlos; adems, coadyuva a tranquilizar a mucha gente y a evitar la desconfianza entre los camaradas del Partido. Ya que no ejecutamos a esos contrarrevolucionarios, debemos asegurarles el sustento. Debemos dar a todos ellos la posibilidad de ganarse la vida, de modo que tengan oportunidad de enmendarse. Esta manera de proceder contribuir tanto a la causa del pueblo como a nuestro prestigio internacional. La represin a la contrarrevolucin an nos exige un trabajo arduo; no debemos aflojar los esfuerzos. En adelante, junto con seguir aplastando a los contrarrevolucionarios del mbito social, debemos continuar investigando y sacando a la luz a todos los contrarrevolucionarios infiltrados en las entidades oficiales, los centros docentes y el ejrcito. Debemos establecer una clara distincin entre nosotros y el enemigo. Todos sabemos perfectamente el serio peligro que significara para la causa socialista y la dictadura del proletariado permitir que el enemigo se colara en nuestras filas y, lo que sera peor, en nuestros organismos dirigentes. IX. LA RELACIN ENTRE LO CORRECTO Y LO ERRNEO Tanto dentro como fuera del Partido, debemos distinguir claramente lo correcto de lo errneo. Cmo tratar a las personas que han cometido errores es una cuestin importante. La actitud acertada hacia los camaradas que se han equivocado debe ser la de seguir el principio de "sacar lecciones de los errores pasados para evitarlos en el futuro, y tratar la enfermedad para salvar al paciente", ayudarles a corregir sus errores y permitirles continuar haciendo la revolucin. En el pasado, cuando estaban en la direccin los dogmticos encabezados por Wang Ming, nuestro Partido err a ese respecto al asimilar el lado negativo del estilo de trabajo de Stalin. En el contexto social, ellos rechazaron a las fuerzas intermedias y, dentro del Partido, no permitieron que otros rectificaran sus errores y siguieran haciendo la revolucin. La verdadera historia de A Q es un buen relato. A los camaradas que ya lo leyeron les aconsejo que lo lean de nuevo, y a los que no, que lo hagan con detenimiento. En su relato, Lu Sin describe principalmente a un campesino atrasado y hurfano de conciencia poltica. Hay, en particular, un captulo titulado "Prohibido hacer la revolucin", en que el autor relata cmo el Falso Diablo Extranjero no permita a A Q participar en la revolucin. En realidad, lo que significaba revolucin para A Q no era ms que cogerse, como cualquiera, unas cuantas cosas ajenas. Pero el Falso Diablo Extranjero no le permiti hacer ni siquiera esta clase de revolucin. A mi modo de ver, en este sentido alguna gente se pareca bastante al Falso Diablo Extranjero. No permita hacer la revolucin a aquellos que haban cometido errores, ni trazaba una lnea de demarcacin entre stos y los contrarrevolucionarios, y lleg incluso a matar a algunos de ellos. Esta leccin la debemos tener presente. No est bien prohibir, en el marco de la sociedad, que otros participen en la revolucin, y tampoco prohibir, dentro del Partido, que se enmienden los camaradas que han cometido errores. Algunos dicen que hay que observar si los camaradas que han cometido errores los corrigen o no. Yo dira que no basta con observar, sino que se les debe ayudar a corregir. Esto quiere decir: por un lado, observar y, por el otro, ayudar. Todos necesitan ayuda; la necesitan los que no han cometido errores y, con mayor razn, aquellos que los han cometido. Se podra decir que nadie es infalible; quien ms, quien menos, todos cometemos errores. Cuando alguien ha cado en error, es preciso ayudarle. Limitarse a observarlo es una actitud pasiva; hay que crear todo tipo de condiciones para ayudarle a corregir. Debemos distinguir claramente lo correcto de lo errneo, pues las controversias de principio dentro del Partido son un reflejo en su seno de la lucha de clases en la sociedad y no admiten ninguna ambigedad. Es normal que, segn el caso de que se trate, se hagan crticas adecuadas y bien fundamentadas a los camaradas que han cometido errores, e incluso se desplieguen contra ellos luchas en la medida de lo necesario; esto se hace con el fin de ayudarles a enmendarse. Negarse a ayudar a los camaradas que han cado en falta e incluso alegrarse de sus males es una actitud sectaria. Para hacer la revolucin, mientras ms gente, mejor. De aquellos que se han equivocado, excepto una exigua minora que insiste en sus errores pese a reiteradas advertencias, la mayora puede corregirse. As como los que han padecido tifoidea quedan inmunes a ella, quienes han cometido errores cometern menos, siempre y cuando sepan sacar las debidas lecciones. En cambio, aquellos que no han cometido errores estn propensos a incurrir en ellos, pues les es Fcil andar con el rabo erguido. Debemos tener presente que cuando imponemos un correctivo extremado a quienes se equivocan, esto frecuentemente se vuelve en contra nuestra. Kao Kang intent levantar una piedra para golpear a otros, pero termin derribndose a s mismo. Si tratamos benvolamente a quienes han cometido errores, podemos ganarnos el corazn de la gente y unirnos con los dems. Un criterio para juzgar si una persona tiene buena o mala intencin frente a los camaradas que se han equivocado, es ver si adopta la actitud de ayudarles o una actitud hostil. El principio de "sacar lecciones de los errores pasados para evitarlos en el futuro, y tratar la enfermedad para salvar al paciente", es un principio orientado a unir a todo el Partido; debernos adherirnos firmemente a l. X. LA RELACIN ENTRE CHINA Y EL EXTRANJERO Hemos lanzado la consigna de aprender de los dems pases, y creo que hemos hecho bien. Los dirigentes de algunos pases no quieren plantear esta consigna, e incluso se muestran temerosos de hacerlo. Para lanzar tal consigna se necesita un poco de coraje, coraje para desprenderse de la pose histrinica. Debemos admitir que cada nacin tiene sus puntos fuertes, pues de otra manera, cmo habra podido subsistir?, cmo habra podido desarrollarse? Al mismo tiempo, cada nacin tiene sus puntos dbiles. Hay quienes consideran que el socialismo es tan maravilloso que no adolece ni de un pice de deficiencia. Cmo puede ser esto? Debemos reconocer que siempre existen dos aspectos: uno positivo y otro negativo. Los secretarios de clula de nuestro Partido y los jefes de compaa y de pelotn de nuestro ejrcito, al resumir sus experiencias diarias, acostumbran todos sealar en sus libretas los dos aspectos de las cosas: lo positivo y lo negativo. Si ellos saben que las cosas tienen dos aspectos, por qu nosotros hablamos de uno solo? Siempre habr dos aspectos, aun luego de transcurridos diez mil aos. En el futuro habr dos aspectos correspondientes a su tiempo; los hay tambin en el presente; cada individuo tiene sus propios dos aspectos. En sntesis, siempre hay dos aspectos y no uno solo. Decir que no existe ms que uno, significa que slo se conoce una cara de la moneda. Nuestra lnea de conducta es asimilar los puntos fuertes de las dems naciones y pases, asimilar todo lo verdaderamente positivo en los dominios de la poltica, la economa, la ciencia, la tecnologa, la literatura y el arte. Sin embargo, debemos aprender con un espritu analtico y crtico, y no de manera ciega, no copiarlo todo ni aplicarlo mecnicamente. Por supuesto, no debemos asimilar los puntos dbiles y defectos de otros. Esta es tambin la actitud que debemos adoptar ante las experiencias de la Unin Sovitica y dems pases socialistas. En el pasado, algunos de los nuestros no comprendan esto claramente y asimilaron tambin los puntos flacos. En el momento en que llegaron a la conviccin de que lo aprendido era formidable, esas cosas ya haban sido desechadas en su lugar de origen. Y entonces dieron una voltereta como Sun Wu-kung, el Rey Mono. Valga esto como ejemplo: En otro tiempo, algunos afirmaban que habamos cometido un error de principio al crear un ministerio de cultura y un bur de cinematografa, cuando lo que haba en la Unin Sovitica era un ministerio de cinematografa y un bur de cultura. Pero, para sorpresa suya, un poco ms tarde la Unin Sovitica cre, al igual que nosotros, un ministerio de cultura. Hay algunos que nunca analizan nada; simplemente siguen el viento. Hoy sopla un viento del Norte, y ellos se hacen partidarios del viento del Norte. Maana vendr un viento occidental, y entonces se harn partidarios del viento occidental. Ms tarde, cuando venga otra vez el viento del Norte, se harn de nuevo partidarios del viento del Norte. Ellos no tienen una sola opinin propia, y con frecuencia van de un extremo a otro. En la Unin Sovitica, aquellos que anteriormente elevaron a Stalin a una altura de cien mil metros, ahora lo han rebajado de un solo golpe a noventa mil metros por debajo del suelo. En nuestro pas, tambin hay quienes bailan al comps de ellos. El Comit Central considera que Stalin tiene un 30 por ciento de errores y un 70 por ciento de mritos y que, en su conjunto, es un gran marxista. Con base en esta apreciacin fue como escribimos "Sobre la experiencia histrica de la dictadura del proletariado". Es ms o menos apropiada esta apreciacin, que se fundamenta en la proporcin de 3 a 7. Stalin cometi algunos errores con relacin a China. De l provinieron tanto el aventurerismo de "izquierda" de Wang Ming en la ltima fase de la Segunda Guerra Civil Revolucionaria como su oportunismo de derecha en la fase inicial de la Guerra de Resistencia contra el Japn. En el perodo de la Guerra de Liberacin, Stalin comenz por prohibirnos hacer la revolucin afirmando que si estallaba una guerra civil, la nacin china se encontrara bajo la amenaza de la ruina. Iniciada la guerra, crey slo a medias en nuestra fuerza. Al triunfo de la guerra, tuvo la sospecha de que la nuestra era una victoria al estilo Tito y ejerci, en los aos 1949 y 1950, una presin muy grande sobre nosotros. No obstante, consideramos que l tuvo un 30 por ciento de errores y un 70 por ciento de mritos. Esta apreciacin es justa. En materia de ciencias sociales, de marxismo-leninismo, debemos continuar estudiando con ahnco lo que hay de correcto en Stalin. Lo que debemos estudiar es aquello que pertenece al dominio de las verdades universales, y este estudio debe combinarse con la realidad china. Si introdujramos cada frase, aunque fuera de Marx, nos meteramos en un lo tremendo. Nuestra teora es la integracin de la verdad universal del marxismo-leninismo con la prctica concreta de la revolucin china. En un tiempo, algunas personas de nuestro Partido practicaron el dogmatismo, que ya criticamos en ese entonces. Sin embargo, ahora sigue existiendo el dogmatismo. Existe tanto en los crculos acadmicos como en los econmicos. En las ciencias naturales, estamos bastante atrasados y debemos hacer esfuerzos especiales en aprender de los dems pases. Pero, aqu nuestro aprendizaje tambin debe ser crtico y no ciego. En el campo tecnolgico, yo pienso que debemos comenzar imitndolos en la mayora de los casos; ms vale proceder as, pues se trata de cosas que no poseemos ni comprendemos. No obstante, en cuanto a lo que ya tenemos claro, no debemos imitarlos a cada paso. En lo referente a todo el corrupto sistema y a todas las corruptas ideas y prcticas de la burguesa extranjera, debemos boicotearlos y criticarlos resueltamente. Pero, esto no quita que aprendamos la avanzada ciencia y tecnologa de los pases capitalistas y lo que hay de cientfico en sus mtodos para la administracin de empresas. Las empresas de los pases industrialmente desarrollados operan con poco personal y elevada eficiencia y saben hacer negocios. Todo ello debemos aprenderlo concienzudamente y a la luz de nuestros principios, con el objeto de mejorar nuestro trabajo. Ocurre ahora que los que aprendan ingls han dejado de estudiarlo y que las tesis acadmicas ya no se traducen al ingls, francs, alemn o japons para fines de canje. Este es otro prejuicio. Rechazar en bloque, sin hacer anlisis, la ciencia, la tecnologa y la cultura de los dems pases, lo mismo que el mencionado fenmeno de transplantar sin anlisis todo lo extranjero, no es una actitud marxista, es una actitud desfavorable para nuestra causa. Considero que China tiene dos deficiencias, que son, al mismo tiempo, dos ventajas. Primero. En el pasado, China era colonial y semicolonial y no un pas imperialista y siempre fue humillada por otros. Nuestra industria y nuestra agricultura no estn desarrolladas y el nivel cientfico y tecnolgico nuestro es bajo. Aparte de nuestro vasto territorio, abundantes recursos naturales, numerosa poblacin, milenaria historia, El sueo del pabelln rojo en la literatura, etc., somos inferiores a otros en muchos aspectos, lo cual nos priva de motivos para enorgullecernos. Pero, algunos, por haber sido esclavos durante largo tiempo, se sienten inferiores a los dems en todos los aspectos y no pueden mantener recto el espinazo en presencia de extranjeros. Son como Chia Kui[3] en El templo de Famen, quien, al ser invitado a tomar asiento, dijo que estaba acostumbrado a permanecer de pie y que, por eso, no quera sentares. Al respecto, es necesario hacer algunos esfuerzos por levantar la confianza nacional y por desarrollar el espritu de "desprecio al imperialismo norteamericano", espritu que fomentbamos durante el movimiento de resistencia a la agresin norteamericana y en ayuda a Corea. Segundo. Nuestra revolucin Fue tarda. Aunque la Revolucin de 1911, que destron al emperador, ocurri antes que la revolucin rusa, no tenamos en ese entonces un partido comunista, y la Revolucin fracas. La victoria de la revolucin popular vino en 1949, con ms de treinta aos de retardo respecto de la Revolucin de Octubre en Rusia. En este particular tampoco hay lugar para que estemos orgullosos. La Unin Sovitica es diferente de nosotros, primero, en que la Rusia zarista era un pas imperialista y, segundo, en que fue all donde ocurri la Revolucin de Octubre. Es por eso que muchos soviticos se muestran sobremanera orgullosos y andan con el rabo muy erguido. Estas dos deficiencias nuestras son, a su vez, ventajas. En otras ocasiones he dicho que, en primer lugar, somos "pobres" y, en segundo, "desnudos". Al decir "pobres" quiero expresar que no tenemos mucha industria y que nuestra agricultura tampoco est desarrollada. Al decir "desnudos", que somos como una hoja de papel en blanco, puesto que nuestro nivel cultural y cientfico no es alto. Mirado desde el punto de vista del desarrollo, esto no tiene nada de malo. Los pobres quieren hacer la revolucin, mientras es difcil que los ricos quieran hacerla. Los pases con un alto nivel cientfico y tecnolgico se comportan con mucho orgullo. Nosotros somos una hoja de papel en blanco, buena para escribir en ella. Por todo lo dicho, estas dos deficiencias implican ventajas para nosotros. En el futuro, cuando nuestro pas se haga prspero y poderoso, todava debemos perseverar en la posicin revolucionaria, ser modestos y prudentes y aprender de otros en vez de andar con el rabo erguido. Debemos aprender de otros no slo durante el perodo del Primer Plan Quinquenal, sino continuar hacindolo hasta despus de decenas de quinquenios. Debemos seguir aprendiendo diez mil aos ms. Qu hay de malo en ello? He examinado en total diez puntos. Estas diez relaciones son contradicciones. El mundo est hecho de contradicciones. Sin contradiccin no existira el mundo. Nuestra tarea radica en tratar acertadamente estas contradicciones. Podremos o no, en el curso de la prctica, darles una solucin enteramente satisfactoria? Debemos, a este respecto, prepararnos para enfrentar una u otra eventualidad. Adems, en el proceso de la solucin de estas contradicciones encontraremos, ineludiblemente, nuevas contradicciones, nuevos problemas. Sin embargo, como acostumbramos decir, el camino es tortuoso y el porvenir, brillante. Debemos esforzarnos por movilizar todos los factores positivos, directos e indirectos, de dentro y de fuera del Partido y el pas, para hacer de China un poderoso pas socialista.

NOTAS [1] Medida aplicada en China a partir de la primavera de 1955. Tomando como base la produccin obtenida en condiciones normales, en ese ao se determin una cifra standard de rendimiento por unidad de superficie. Esta era la primera fijacin, que serva como criterio para la segunda: la fijacin de la cuanta del acopio estatal de granos excedentes de los campesinos. Dicha cuanta deba permanecer invariable durante tres aos a pesar de cualquier incremento de la produccin. La tercera fijacin era la de la cifra de venta. Consista en la determinacin de las cantidades de cereales que el Estado deba suministrar a los campesinos que tenan escasez de ellos. El "sistema de tres fijaciones" estaba destinado a elevar el entusiasmo de los campesinos en la produccin. [2] Esta fue la principal medida aplicada en la Unin Sovitica entre 1933 y 1957 para el acopio estatal de productos agrcolas. Los koljoses y las familias campesinas individuales estaban obligados a suministrar anualmente al Estado productos agrcolas en cantidades y a precios irrazonables. [3] Fiel lacayo de Liu Chin (eunuco que sirvi como dignatario en la dinasta Ming), y uno de los personajes de El templo de Famen, pieza de pera de Pekn.