situacion hermeneutica y situacion trascendental - h. neumann

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  • SITUACIN HERMENUTICA Y SITUACIN TRASCENDENTAL

    HARDY NEUMANN S. Pontificia Universidad Catlica de Valparaso

    Abstract

    El artculo aborda la Crtica de la razn pura de Immanuel Kant con la finalidad de determinar su situacin hermenutica al modo en que la comprende Heidegger y, junto con ello, entender en qu consiste la crtica que hace a la metafsica clsica. En la historia de la filosofa el cuestionamiento kantiano adquiri una importan-cia radical debido a la limitacin que el pensador alemn impuso, en principio, a las posibilidades de una ontologa. Sin embargo, el autor de este ensayo sostiene que para Kant la Crtica no implica una mera negacin de la metafsica clsica, si-no que, por el contrario, es la metafsica de la metafsica, es una totalidad que ar-ticula, por una parte, una crtica y, por otro lado, el sistema de la razn pura. De ah que la pregunta por el ser aparece en el pensamiento de Kant y puede ser en-tendida a la luz del mtodo trascendental.

    Palabras clave: situacin hermenutica, metafsica, ontologa, mtodo trascendental

    Abstract

    This article examines Kants Critique of pure reason with the aim of establishing its hermeneutical situation in Heideggers sense and, at the same time, of under-standing the nature his critique of classical metaphysics. In the history of phi-losophy, the Kantian expostulation acquired a radical significance, given the limi-tations the German thinker imposed in principle upon the possibility of an on-tology. Nevertheless, the author argues that for Kant the Critique does nor imply a mere negation of classical metaphysics; on the contrary, it constitutes a whole that articulates, on the one hand, a critique, and on the other, the system of pure reason. Hence the question of being arises in Kants thought, and can be under-stood in the light of the transcendental method.

    Keywords: hermeneutical situation, metaphysics, ontology, transcendental method

    *

    1. SITUACIN HERMENUTICA

    Antes de que el intrprete pueda entrar de lleno en la interpretacin de una obra, precisa hacer transparente en la medida de lo posible la situacin a partir de la cual y en la cual accede a la interpretacin1. Con Heidegger podemos dar el

    1 Desde la segunda mitad del siglo XIX ha sido usual interpretar la Crtica de la razn pura o bien como una teora del conocimiento (Erkenntnistheorie) o simplemente como una metodologa de las ciencias (Methodologie der Wissenschaften). Desde la primera mitad del siglo XX pueden reconocerse adems tres nuevas lneas interpretativas: La primera tiene lugar en el horizonte de la metafsica al

  • nombre de situacin hermenutica (hermeneutische Situation)2 a la situacin pro-pia del acto interpretativo. Toda situacin hermenutica se caracteriza, segn Heidegger, por tres momentos estructurales: el haber previo (Vorhabe), la mane-ra previa de ver (Vorsicht) y la manera de entender previa (Vorgriff). La aclara-cin de la situacin hermenutica implica hacer transparente la situacin inter-pretativa en que nos encontramos en relacin con estos tres momentos. Estos momentos que estructuran la situacin hermenutica son explicados claramen-te, del siguiente modo, por F.-W. v. Herrmann:

    El texto de cuya interpretacin se trata es aquello que la interpretacin toma explcitamente como haber previo. Lo que se halla dentro del haber previo se le presenta al intrprete, en un primer momento, como algo ms o menos vago o que ste comienza por comprender de un modo ms o menos adecuado. La interpretacin de lo que primero aparece como algo previamente comprendido se encuentra guiada por una visin que tiene que interpretar lo primeramente comprendido. Esta visin gua es la manera previa de ver, que interpreta paso a paso lo que se halla dado en el haber previo. Pero al mismo tiempo, la inter-pretacin fundada en un haber previo y en una manera previa de ver se man-tiene en un lenguaje que anticipa la comprensin y en una conceptualizacin lingstica, en la que la interpretacin recoge lingstica y conceptualmente lo cada vez interpretado. El haber previo, la manera previa de ver y la manera de entender previa constituyen en toda interpretacin [...] la situacin hermenuti-ca, de la que el acto interpretativo tiene que asegurarse una y otra vez. Por su parte, la interpretacin, como interpretacin de textos, configura la especial concrecin de aquello que en cuanto interpretacin es de antemano una mane-ra existencial de ser del existir del Dasein.3

    En lo que sigue intentamos hacernos cargo de la situacin hermenutica, es decir interpretativa, en lo que se refiere al acceso a la obra principal de Kant, la Crtica de la razn pura. Pensamos que la situacin hermenutica en orden a acce-der a ella puede ser aclarada mediante una indicacin (Anzeige) que explique de qu modo el propio Kant ha comprendido su empresa crtico-filosfica.

    Ya en su poca Kant fue considerado por sus contemporneos como un Alleszermalmer (aniquilador de todo4), el Erstrato en el templo de la metaf-

    modo de Heinz Heimsoeth, la segunda se orienta por el mtodo de desarrollo histrico evolutivo (entwic-klungsgeschichtliche Methode) y una tercera se perfila en el marco de la filosofa analtica del lenguaje (sprachanalytische Philosophie)1. A partir de all se impone la pregunta si es posible algn otro acer-camiento distinto a la Crtica de la razn pura. Este problema determina la pregunta por la propia situacin hermenutica en relacin con un posible acceso a esta obra. Esto ltimo es tambin parte del presente trabajo. 2 Cf. Sein und Zeit, Max Niemeyer Verlag, Tbingen, 16. Aufl., 1986, 32, p. 232. Ser y Tiempo, Trad. J. E. Rivera, Ed. Universitaria, Santiago, Chile, 1997, p. 252. 3 Wege ins Ereignis, Zu Heideggers Beitrgen zur PhilosophieV. Klostermann, Frankfurt a. M., 1994, p. 308 s. 4 Eugen Fink, Alles und Nichts. Ein Umweg zur Philosophie, Martinus Nijhoff - Den Haag, 1959, p. 94.

  • sica occidental, que enciende la llama y no deja ms que ruinas.5 Por otra parte, esta imagen se acrecienta por el hecho de que Kant limita la capacidad del en-tendimiento nicamente a los objetos de la experiencia posible.6 En forma positiva y a priori, el entendimiento slo puede anticipar la forma de la experien-cia posible,7 que slo as puede llegar a desarrollarse como posible experiencia. Los lmites de la sensibilidad, que constituyen el nico marco dentro del cual pueden sernos dados los objetos, no permiten ser superados. He all el rendi-miento de la sensibilidad humana como momento lmite en el acceso al mundo noumnico. Los principios (en sentido amplio) del entendimiento se convierten en virtud del criticismo meramente en principios de exposicin de los fen-menos (Prinzipien der Exposition der Erscheinungen, A 247, B 303). Dado el limita-do potencial del entendimiento respecto del conocimiento de los objetos Kant llega al resultado, aparentemente definitivo, segn el cual el orgulloso nombre de una ontologa, que se precia en una doctrina sistemtica de dar conocimiento sinttico a priori de cosas en cuanto tales (p. ej. el principio de causalidad), ha de ceder su lugar al modesto nombre de una mera analtica del entendimiento puro.8 Ahora bien, en la medida en que nos atengamos al resultado resumido por Kant en las palabras acabadas de citar, da la impresin de que no nos queda ms que asistir a la despedida definitiva de los monumentales sistemas clsicos. Las grandes ideas de la tradicin filosfica, alma, mundo y Dios, han sido pues-tas en grave entredicho. El carcter metafsico substancial del alma no ha podi-do ser demostrado. Los esfuerzos por apropiarse de una experiencia total del mundo han ido a parar en antinomias. Y finalmente, a causa del frgil carcter de los argumentos tradicionales para demostrar la existencia de Dios, la con-ciencia filosfica comn llega a dudar de la posibilidad de un tal acceso.

    Y es precisamente a propsito de Dios que el problema de la metafsica, el problema que es la metafsica misma, se torna ms agudo. En la tradicin ra-cionalista a la que Kant se enfrenta con ocasin de la discusin crtica del ar-gumento ontolgico, Dios aparece definido como ens realissimum.9 Pero lo que llega a consumarse histricamente en el racionalismo tiene para Kant su corre-lato conceptual en la manera como la razn, a travs de su propio fuero, llega a la idea de un ser supremo. Se trata de un ser, que en su individualidad rene en s todos los predicados positivos posibles.10 El ente supremo gana su determi-nacin conteniendo en s toda realidad, de modo que incluso l mismo es con-

    5 Ibid. En el ao 356 a. C. Erstrato encendi el templo de Artemisa en feso para hacerse fa-moso. 6 Cf. A 246, B 303. 7 Cf. ibid. 8 Ibid. Der stolze Name einer Ontologie, welche sich anmat, von Dingen berhaupt synthe-tische Erkenntnisse a priori in einer systematischen Doktrin zu geben (z. E. den Grundsatz der Kausalitt), mu dem bescheidenen, einer bloen Analytik des reinen Verstandes, Platz machen. 9 Cf. p. ej. A 576, B 604. 10 Cf. A 575, B 603.

  • cebido como idea de un todo de la realidad (omnitudo realitatis, A 576, B 604 y ss.). Esta idea, que a su vez es un ideal de la suprema representacin de la tota-lidad del ente, se convierte en la totalidad unificante de otras dos totalidades, alma y mundo. Y de esta forma adquiere carcter de unidad conceptual realiza-da (Inbegriff ) de todo lo real.

    De entre las totalidades mencionadas, la ms afectada por la crtica es preci-samente aquella que se refiere a Dios. El momento nuclear de la crtica kantiana a la metafsica en cuanto metaphysica specialis se efecta pues con ocasin de la exposicin del ideal trascendental de la razn pura, es decir en la crtica al ens realissimum. Desde el punto de vista de la arquitectura de la Crtica esto significa que el objetivo final del ataque a la metaphysica specialis se lleva a cabo en los pasajes cuyo epgrafe es: De la imposibilidad de una demostracin ontolgica de la existencia de Dios.

    Con todo, en el corazn de la crtica a la metaphysica specialis formula Kant la sin lugar a dudas sorprendente afirmacin: Ser no es evidentemente un predi-cado real, es decir, un concepto de algo que pudiera aadirse al concepto de al-go. Es tan slo la posicin de una cosa o de ciertas determinaciones en s mis-mas (A 598, B 626). No es el lugar aqu de entrar a efectuar el anlisis de esta imponente tesis kantiana. Pero resulta palmario que en el pensamiento expresa-do en ella se contienen enunciados ontolgicos que contrastan fuertemente con los resultados restrictivos a los que llegan la Esttica y la Analtica trascendental, es decir las partes constructivas de la Crtica. De acuerdo con ellas, la orgullo-sa ontologa tiene que ser rebautizada, como veamos antes, con el modesto nombre de una mera analtica del entendimiento puro (A 247, B 303).

    Parece, por consiguiente, como si abandonando los propios lmites trazados por la Crtica Kant se aventurase en un terreno metafsico de extensiones oceni-cas. En otras palabras: justo en el momento en que Kant cree clausurar por va teortica el acceso al ms eminente de los objetos de una metaphysica specialis, se adentra, nada menos que con una tesis sobre el ser, en un espacio an ms abarcador, a saber en un terreno en que echan sus races las condiciones de fundamentacin de toda metaphysica specialis, en una prte philosopha. Un terreno semejante no es otro que el de la propia Crtica de la razn pura.

    Esta ltima afirmacin se alza como una tesis que parece ir en contra de todo el contenido crtico de la Crtica. Con todo, esta aparente contraposicin se deja aclarar a partir de la lectura de algunos textos del propio pensamiento kantiano. En una carta fechada el 7 de agosto de 1783, vale decir, dos aos despus de la primera edicin de la Crtica de la razn pura, escribe Kant a Christian Garve:

    Tenga Ud. la bondad de echar al todo una vez ms una mirada fugaz y obser-var que no es en absoluto metafsica lo que elaboro en la Crtica, sino una cien-cia completamente nueva y hasta ahora no ensayada, a saber la crtica de una razn que juzga a priori.11

    11 Ak. X, p. 340. Haben Sie die Gtigkeit, nur noch einmal einen flchtigen Blick auf das Ganze

  • A primera vista, este pasaje refuerza la conviccin del lector, segn la cual la Crtica de la razn pura no puede ser considerada de manera alguna como una metafsica. Se fortalece la idea de que la crtica de una razn que juzga a priori no contiene metafsica alguna y que por consiguiente no tiene nada que ver con esta ltima. La crtica de la razn pura parece tomar distancia de toda metafsica en la medida en que la nueva ciencia por fundar se comporta crticamente respec-to de la razn.

    Pero en una carta de Kant redactada el 11 de mayo de 1781, enviada esta vez a su antiguo discpulo y mdico en Berln, Marcus Herz, encontramos una fr-mula de primera importancia, con que Kant ha acuado las investigaciones rea-lizadas en la Crtica. Muy en el espritu de las meditaciones preliminares del se-gundo prefacio de esta obra, habla Kant en la carta del modo de pensar y de la completa transformacin del modo de pensar. Quien conoce estas expre-siones en el contexto del pensamiento kantiano sabe que con ellas Kant se est refiriendo a la revolucin en la metafsica, sobre cuyo suelo esta misma ha de iniciar la marcha segura de una ciencia (B VII). Con diversas expresiones y matices, Kant insiste en la carta en el hecho de que su sistema12 precisa tiem-po para ser comprendido cabalmente.13 La idea central de la carta se halla contenida empero en las palabras: Difcil seguir siendo siempre este tipo de investigacin, pues ella contiene la metafsica de la metafsica.14 Con ello se hace claro que la revolucin en el modo de pensar puesto en marcha en la Crtica de la razn pura no se halla fuera de la metafsica, sino que nace y se desarrolla en el propio seno de sta y se ejecuta con vistas a la elaboracin de una metafsica sistemtica. La Crtica de la razn pura en cuanto metafsica de la metafsica es tambin ella misma una metafsica.

    Con todo, se hace necesario preguntar de qu modo se relaciona la Crtica de la razn pura con la metafsica entendida como sistema, de qu forma se con-vierte ella misma en una metafsica. Respecto de este problema recibimos no slo una orientacin sino una solucin en un pasaje de la Doctrina trascenden-tal del mtodo, casi al final de la Crtica, en la Arquitectnica de la razn pura. All se dice lo siguiente:

    La filosofa de la razn pura es o bien propedutica (ejercicio previo), que inves-tiga la facultad de la razn respecto de la totalidad del conocimiento puro a priori, y se llama crtica, o bien, segundo, el sistema de la razn pura (ciencia), vale decir, la totalidad del conocimiento filosfico (verdadero como aparente) a partir de la razn pura, organizado en un entramado sistemtico, y que se

    zu werfen und zu bemerken, da es gar nicht Metaphysik ist, was ich in der Kritik bearbeite, son-dern eine ganz neue und bisher unversuchte Wissenschaft, nmlich die Kritik einer a priori urthei-lenden Vernunft. 12 Ak. X, p. 269. 13 Ibid. 14 Ibid. Schwer wird diese Art Nachforschung immer bleiben denn sie enthlt die Metaphysik von der Metaphysik (...)

  • llama metafsica. Sin embargo, este nombre puede serle dado tambin a la totali-dad de la filosofa pura, incluyendo la crtica, con vistas a unir tanto la investi-gacin de todo aquello que puede conocerse a priori como la exposicin de lo que constituye un sistema de conocimientos filosficos puros de esta clase, dis-tinguindose de todo uso emprico y matemtico de la razn. (A 841, B 869)15

    Aun cuando en este texto hay muchos aspectos por analizar, interpretaremos el mismo nicamente desde el punto de vista de la pregunta por la relacin mu-tua entre crtica y metafsica. La filosofa teortica de la razn pura puede ser conside-rada desde dos puntos de vista: Por una parte, en la medida en que se la practica como propedutica, ella es una crtica, que como tal tiene que investigar la capaci-dad de la razn pura teortica. Sin embargo, no olvidemos que, por otra parte, la filo-sofa de la razn pura es equiparable a la unidad sistemtica completa de los cono-cimientos filosficos. Ahora Kant dirige su mirada al conjunto sistemtico de una doctrina posible y unitaria, que bajo el cumplimiento de ciertas condiciones podra ser enseada por la razn pura. En tal caso la filosofa de la razn pura se llama, sin ms, metafsica.

    Tambin aqu distingue Kant, por consiguiente, entre crtica y metafsica. Sin embargo esta distincin no quiere decir que ambas no puedan concordar. Ms bien se trata de lo contrario, pues el texto que sigue al pasaje en comento seala clara y explcitamente que el nombre metafsica puede ser aplicado tambin a la crtica. Es decir, aunque el nombre metafsica en un sentido primario tiene que serle dado al sistema de la razn pura, la expresin puede ser predicada igualmente de la totalidad de la filosofa pura incluyendo a la crtica (A 841, B 869). Que la crtica sea considerada como parte de la filosofa pura no debe lle-var a pensar que ella juega un papel secundario dentro de la totalidad del cono-cimiento filosfico puro. Kant se preocupa de dejar muy en claro que el nom-bre metafsica, en el sentido acabado de explicar, comprende en su significa-cin tanto la investigacin de lo que puede ser conocido a priori como la ex-posicin de lo que constituye un sistema de conocimientos filosficos puros de esta clase, distinguindose de todo uso emprico, as como matemtico, de la razn. (Ibid.) En sentido amplio, metafsica es para Kant el nombre que de-signa la totalidad de la filosofa pura. Esta ltima se articula a su turno doble-mente en crtica y en sistema de la razn pura. Metafsica es, por consiguiente, tan-to el sistema de la metafsica como tambin el estadio precedente a ella y que consiste en la crtica misma. Esta ltima es, a su manera, tambin un sistema, a saber el

    15 Die Philosophie der reinen Vernunft ist nun entweder Propdeutik (Vorbung), welche das Vermgen der Vernunft in Ansehung aller reinen Erkenntnis a priori untersucht, und heit Kritik, oder zweitens das System der reinen Vernunft (Wissenschaft), die ganze (wahre sowohl als scheinbare) philosophische Erkenntnis aus reiner Vernunft im systematischen Zusammenhange, und heit Metaphysik; wiewohl dieser Name auch der ganzen reinen Philosophie mit Inbegriff der Kritik gegeben werden kann, um, sowohl die Untersuchung alles dessen, was jemals a priori erkannt werden kann, als auch die Darstellung desjenigen, was ein System reiner philosophischen Erkenntnisse dieser Art ausmacht, von allem empirischen aber, imgleichen dem mathematischen Vernunftgebrauche unterschieden ist, zusammen zu fassen (A 841, B 869).

  • sistema de todos los conocimientos a priori de la razn pura.16 Para constituir un sistema tal se precisa distinguir previamente las diversas posibilidades de uso que posee la razn: el uso filosfico puro de la razn, el uso matemtico y el uso emprico de la misma. Esta propedutica es crtica porque se mueve en el mbito de la razn teortica pura distinguiendo, de acuerdo con el sentido ori-ginario de la palabra crtica, los elementos a priori del conocimiento de los elementos empricos del mismo, porque distingue adems entre el conocimien-to filosfico puro y el conocimiento matemtico puro, porque distingue entre las fuentes de conocimiento de la sensibilidad y del pensamiento puro, propios del entendimiento y la razn, y finalmente porque distingue entre los objetos en cuanto fenmenos y los objetos como cosas en s mismas. Aunque la crtica que precede al sistema no pueda ser incluida dentro de la metafsica cientfica siste-mtica, esta circunstancia no impide, sino que es de la esencia de la crtica, el que ella exhiba tambin carcter metafsico.

    De qu manera se comporta la metafsica de la metafsica, es decir, cmo se comporta la crtica de la razn pura respecto de la metafsica como sistema, se hace ms claro an a partir de la lectura del siguiente pasaje:

    Ahora bien, parece natural que tan pronto como se ha abandonado el suelo de la experiencia, no se levante inmediatamente un edificio basado en conoci-mientos de origen desconocido y dando crdito a principios cuyo origen no se conoce, sin haberse asegurado previamente de la fundamentacin del mismo mediante cuidadosas investigaciones. Parece natural que se lance ms bien con mucha anticipacin la pregunta, cmo el entendimiento pueda llegar a todos estos conocimientos a priori, y qu extensin, validez y valor puedan tener ellos.17 (A 3, B 7)

    Esta cita se encuentra en la introduccin a la primera y a la segunda edicin de la Crtica bajo la seccin que habla de la necesidad de que la filosofa erija una ciencia que determine la posibilidad, los principios y la extensin de todos los conocimientos a priori. Por ello se habla en el texto de un edificio y de su funda-mentacin. El edificio, cuya fundamentacin se exige, es la metafsica misma en-tendida como la totalidad de los conocimientos puros a priori, por consiguiente, como el sistema de esta clase de conocimientos. Para poder levantar el edificio de la metafsica se requiere en primer lugar de las fundaciones, es decir, de la puesta del fundamento con la suficiente resistencia y solidez, a fin de que pueda soportar el edificio de la metafsica por construir. La fundamentacin de este sistema metafsico debe llevarlo a cabo la Crtica de la razn pura. Pero en la me-

    16 Cf. B 27. 17 Nun scheint es zwar natrlich, da, so bald man den Boden der Erfahrung verlassen hat, man doch nicht mit Erkenntnissen, die man besitzt, ohne zu wissen woher, und auf den Kredit der Grundstze, deren Ursprung man nicht kennt, so fort ein Gebude errichtet werde, ohne der Grundlegung desselben durch sorgfltige Untersuchungen vorher versichert zu sein, da man also die Frage vorlngst werde aufgeworfen haben, wie denn der Verstand zu allen diesen Erken-ntnissen a priori kommen knne, und welchen Umfang, Gltigkeit und Wert sie haben mgen.

  • dida en que la crtica no es una ciencia ajena al sistema de la metafsica, sino aquella disciplina que debe llevar a cabo una fundamentacin metafsicamente crtica del sistema, ella pertenece al ejercicio propedutico, que dentro de la me-tafsica como su parte introductoria tiene que investigar de antemano las fuen-tes, la extensin y los lmites de la metafsica.

    Con el texto acabado de citar, la interpretacin de la carta a Christian Garve, leda al inicio de la exposicin del problema, recibe un giro completamente dis-tinto. La ciencia completamente nueva y que no ha sido hasta ahora intentada, vale decir, la crtica de una razn que juzga a priori, de la que se hablaba en di-cha carta, no constituye de manera alguna una ciencia extraa, que debera examinar el sistema con criterios externos al mismo, por ejemplo, epistemolgi-cos, sino que ella misma se erige como una crtica metafsica a priori o como una metafsica crtica a priori.

    2. REDUCCIN HERMENUTICO-FENOMENOLGICA Y MTODO TRASCENDENTAL

    En cuanto metafsica de la metafsica la Crtica de la razn pura lleva a cabo en-tonces un ejercicio filosfico que con Heidegger nuevamente podemos deno-minar repeticin del problema fundamental de la metafsica18 y con ello de la filosofa en cuanto tal, esto es, una repeticin del problema del ser como ge-nuino y nico tema de la filosofa.19 La repeticin de un problema fundamen-tal, segn Heidegger en el Kantbuch, consiste en la apertura de las posibilida-des originarias contenidas en ese problema, posibilidades que hasta ese mo-mento se hallaban ocultas. El desarrollo de esas posibilidades transforma el problema y logra conservar su contenido problemtico.20 La repeticin no consiste pues en un mero volver a hacer presente los objetos que constituyen los posibles temas de la tradicin filosfica, sino que aspira a poner al descu-bierto los momentos articulatorios de eso que, como deca Aristteles, ha man-tenido en apora a la filosofa desde sus inicios hasta nosotros: la pregunta por el ser, t t n.

    La interpretacin de un texto filosfico no puede consistir, por consiguiente, en una especie de simple reiteracin de aquello que nos ha sido transmitido en la tradicin, sino que en la interpretacin hay ms bien un intento por apropiarse de la tradicin en forma productiva. En un artculo de 1961, con el epgrafe La tesis de Kant sobre el ser,21 Heidegger iniciaba sus reflexiones sobre la manera como debemos, al repetir la tradicin, intentar apropiarnos de ella, con la si-

    18 M. Heidegger, Die Grundprobleme der Phnomenologie, ed. F.-W. v. Herrmann, V. Klostermann, Frankfurt a. M., 3. Ed. 1997, p. 15. 19 Ibid. Esto quiere decir negativamente: filosofa no es ciencia del ente, sino del ser o como reza la expresin griega, ontologa. 20 M. Heidegger, Kant und das Problem der Metaphysik, Vittorio Klostermann, 6. Ed. 1998, p. 204. 21 M. Heidegger, Kants These ber das Sein, in: Wegmarken, ed. von F.-W. v. Herrmann, V. Klostermann, Frankfurt a. M., 3. Ed. 1996, pp. 445-480.

  • guiente advertencia introductoria: Slo sacamos provecho de una filosofa del pasado si todava est vivo el sentido para la tradicin.22 Heidegger observa empero inmediatamente que justo esto es lo que apenas ocurre, por lo menos all donde se trata de la tradicin de aquello que a nosotros los hombres desde siempre, permanentemente y en todos los respectos nos concierne, aunque no le prestemos atencin.23 Aquello que nos concierne de esa manera tan deter-minante, aunque no le pongamos en verdad atencin no es otra cosa que el ser mismo.24 En esta meditacin introductoria de 1961 resuenan an los tres bloques fundamentales (Grundstcke) del procedimiento hermenutico-feno-menolgico, explicados brevemente en el 5 de la leccin de Marburgo del se-mestre de invierno de 1927,25 que deberan servir para mantener despierto el sentido para la tradicin, de modo que lo transmitido en ella el ser mismo no se pierda y caiga fuera de la mirada filosfica.

    Tal como Heidegger lo entiende, el mtodo de acceso hermenutico-feno-menolgico se compone de esas tres piezas fundamentales (Grndstcke). Ellas son: la reduccin fenomenolgica (die phnomenologische Reduktion), la construccin fenomenolgica (die phnomenologische Konstruktion) y la destruccin fenomenol-gica (die phnomenologische Destruktion).26 Se trata, como dice el Prof. von Herr-mann, de tres indicaciones metodolgicas (methodische Anweisungen). Partiendo del ente mismo, la primera de estas indicaciones metdicas, re-duce, es decir re-conduce la mirada fenomenolgica hasta la constitucin de ser del ente mismo. Se trata en este caso de una reduccin, en la que por una suerte de toma de dis-tancia (Abwendung), el ente, que comenzaba por ser lo primeramente temtico, se transforma en lo meramente cotemtico. De este modo, el ser, que no era lo te-matizado en primer lugar, queda puesto ahora bajo la mirada como el nico y verdadero tema. De all que este primer giro hermenutico fenomenolgico con-tiene un movimiento en dos tiempos, que Heidegger describe as: La aprehen-sin del ser, es decir, la investigacin ontolgica se dirige por cierto primera y

    22 Wegmarken, p. 445. 23 Ibid. 24 Ibid. 25 La leccin constituye la nueva elaboracin de la tercera seccin de la Primera parte de Sein und Zeit (Die Grundprobleme der Phnomenologie, loc. cit., p. 1, nota). En la introduccin de la lec-cin se reflexiona sobre el mtodo hermenutico-fenomenolgico. Dicha meditacin constituye una ampliacin esencial del concepto de mtodo desarrollado en el 7 de Sein und Zeit. 26 Aquellas tres indicaciones metdicas (F.-W. von Herrmann, Hermeneutik und Reflexion. Der Begriff der Phnomenologie bei Heidegger und Husserl, Frankfurt a. M., V. Klostermann, 2000, p. 148) propias del mtodo de acceso fenomenolgico deben asegurar de una manera suficiente el punto de partida (Ausgang) del anlisis fenomenolgico, su acceso (Zugang) a los fenmenos y su paso a travs de los encubrimientos dominantes. Teniendo en cuenta las consideraciones de Die Grundprobleme der Phnomenologie resulta ahora que la tarea del aseguramiento fenomenolgico de la partida del anlisis es asumida por la reduccin fenomenolgica, la tarea de asegurarse fenome-nolgicamente del acceso al fenmeno del ser es asumida por la construccin fenomenolgica y la tarea de asegurarse fenomenolgicamente del paso a travs de los encubrimientos dominantes es asumida por la destruccin fenomenolgica (loc. cit., p. 149).

  • necesariamente al ente, pero luego se aleja de una determinada manera del ente y se vuelve al ser del ente.27 Pero esto no es suficiente. Se requiere adems del positi-vo acto de dirigirse al ser mismo.28 Este nuevo paso, que ha de poner al des-cubierto el ser del ente y sus estructuras ontolgicas se identifica con la construc-cin fenomenolgica. Los dos movimientos de acceso mencionados son acom-paados permanentemente por el tercer momento metdico conductor. Este nuevo movimiento se denomina destruccin fenomenolgica. Esta palabra, como se explica en el 6 de Ser y Tiempo, no debe ser tomada en el sentido de una de-vastacin, sino comprendida como un desmontaje (Abbauen) crtico-fenomeno-lgico de los conceptos tradicionales, de modo que por esta va puedan ser al-canzadas originariamente las fuentes a partir de las cuales los conceptos han si-do extrados. En una breve frmula podra pues la ontologa o la filosofa ser caracterizada como una construccin destructivamente reductora, donde la destruccin, que cumple por supuesto con una funcin de desmontaje, se efec-ta con la intencin positiva de una apropiacin fructfera de las posibilidades de la tradicin.29

    Ahora bien, si retomamos los resultados a los que habamos llegado al hablar de la Crtica y de su relacin con la metafsica, se puede afirmar que a su propio modo, mutatis mutandis, tambin en la Crtica de la razn pura, en cuanto metafsica de la metafsica, se echa de ver un alejamiento (Wegfhrung) y una reconduccin (Zurckfhrung) de la mirada filosfica en lo que toca a como es puesto ante la mirada filosfica el ente y el ser del ente. Esto puede entenderse as en la medi-da en que en la Crtica la mirada filosfica trascendental efecta un movimiento de alejamiento que va desde el ente ya devenido objeto, ya objetualizado hasta el descubrimiento de las condiciones de posibilidad del ente en su objetualidad. Este apartarse del ente en su carcter fctico hasta las condiciones que lo hacen posible como objeto, es impulsado y guiado por el mtodo trascendental, que en cuanto tal se halla puesto en accin a lo largo de toda la Crtica de la razn pura y que fun-ciona en consecuencia como hilo conductor inmanente de esa investigacin crtica. Tal es la formulacin de la situacin trascendental a la que invita la Crtica de la razn pura y que hace que Kant la inscriba en el tercer estadio de la filosofa, su-perando as el dogmatismo y el escepticismo.

    El carcter de mtodo del mtodo trascendental se conquista desde lo trascen-dental mismo, en aquel modo que Kant concibe como fundamento de esta cla-se de acceso al ente en su ser. Con vistas a la aclaracin del conocimiento tras-cendental dice Kant en la introduccin de la Crtica, en la primera edicin: Llamo trascendental a todo conocimiento, que se ocupa no tanto de objetos,

    27 M. Heidegger, Die Grundprobleme der Phnomenologie, p. 28-29: Das Erfassen des Seins, d. h. die ontologische Untersuchung geht zwar zunchst und notwendig je auf Seiendes zu, wird aber dann von dem Seienden in bestimmter Weise weg- und zurckgefhrt auf dessen Sein. 28 Loc. cit., p. 29. Denn diese Zurckfhrung des Blickes vom Seienden auf das Sein bedarf zu-gleich des positiven Sichhinbringens zum Sein selbst. 29 Cf. loc. cit., p. 31.

  • cuanto de nuestros conceptos a priori de objetos en cuanto tal (A 11 s.).30 En vez de ello se dice en la segunda edicin de la Crtica: Llamo trascendental a todo cono-cimiento que como tal se ocupa no tanto de objetos, cuanto de nuestro modo de conocimiento de objetos, en la medida en que este conocimiento ha de ser posible a priori. (B 25) Tomando en consideracin ambas definiciones del conocimiento trascendental, que apuntan al mismo fenmeno, puede obtenerse a su vez una caracterizacin del mtodo trascendental. El conocimiento trascendental es la ma-nera como Kant concibe el conocimiento filosfico que se hace cargo de la pregunta por la posibilidad del conocimiento a priori de los objetos de expe-riencia antes de que stos se nos den empricamente. La Crtica de la razn pura, en cuanto metafsica de la metafsica, que funda crtico-propeduticamente la metaphysica generalis, lleva a cabo esta tarea en la Esttica trascendental y en la Analtica trascendental, pues en dichas partes de la Crtica son puestos respecti-vamente al descubierto en forma sistemtica las formas puras de la sensibilidad (espacio y tiempo), las categoras y los principios a priori que fluyen del enten-dimiento puro.

    En su virtud el conocimiento trascendental se encuentra orientado slo indi-rectamente a los objetos. Este mediato estar-dirigido hacia los objetos no tiene lugar a travs de la ejecucin de otro conocimiento fctico, sino a travs de una especie de reflexin, que constituye la caracterstica del propio conocimiento trascendental. Este carcter mediato se reconoce por el hecho de que Kant en su definicin del conocimiento trascendental dice que ste no se ocupa direc-tamente de los objetos, sino del modo de conocimiento de los objetos, en cuanto ese conocimiento se realiza a priori. El conocimiento trascendental no apunta en consecuencia al conocimiento ntico de los objetos que tiene lugar en las ciencias y en la actitud cotidiana y natural diramos con Husserl de nuestra existencia. La mirada del conocimiento trascendental se ha modificado ya en otra direccin, a saber en la direccin de nuestra forma de considerar los objetos. De all que respecto de nuestro acceso cognoscitivo a stos no se hable sin ms de conocimiento, sino de nuestro modo de conocimiento de los objetos.

    En un conocimiento de tipo trascendental se tematiza pues la manera (Art) o el modo (Weise) como nos dirigimos a los objetos. La investigacin previa de la modalidad que asume nuestra forma de conocimiento de los objetos no todava el conocimiento directo de los objetos mismos es lo caracterstico del cono-cimiento trascendental. Todo lo que se ejecuta de esta forma en el conocimien-to y que pone al descubierto las estructuras a priori del conocimiento, corres-ponde a la situacin trascendental del que dirige su mirada en esta forma hacia los objetos, a saber indirectamente. Puesto que este procedimiento metodolgico nos saca fuera de nuestra manera habitual de proceder y nos obliga a reorientar la mirada filosfica, Kant habla de mtodo transformado del pensamiento (eine

    30 Ich nenne alle Erkenntnis transzendental, die sich nicht sowohl mit Gegenstnden, sondern mit unsern Begriffen a priori von Gegenstnden berhaupt beschftigt.

  • vernderte Methode der Denkungsart 31). nicamente sobre la base de la transforma-cin en el modo de pensar podemos representarnos y explicarnos la idea de un conocimiento a priori de las cosas.32 Mediante la puesta en ejercicio del cono-cimiento trascendental somos arrebatados de nuestra forma usual de compor-tarnos cognoscitivamente y somos transportados ante las condiciones de posi-bilidad del conocimiento de los objetos. En la medida en que fundan el carcter de objetividad de los entes en el acceso cognoscitivo a los mismos, estas condi-ciones pueden ser llamadas condiciones ontolgicas. En efecto, ellas no se refieren ni a los entes ni se identifican con los entes mismos, sino que fundan el ente en su entidad, es decir, en Kant, en su objetividad. En consecuencia, la diferencia que existe entre estas condiciones de posibilidad y lo posibilitado por ellas (el objeto existente), da lugar a una diferencia ontolgica. Se trata as de la diferencia que hay entre objeto y el carcter de objeto del objeto. Pero al ocurrir esto, la empresa kantiana justo en la medida en que es trascendental ya no recorre simplemen-te el camino de lo ntico, sino de lo ontolgico. Lo interrogado ya no es el ente (lo conocido), sino el momento constitucional del ente mismo en cuanto objeto cono-cido. La posibilidad de moverse en el mbito de esta diferencia, as como la puesta al descubierto y elaboracin de estas condiciones trascendentales funda-cionales se obtiene de la situacin trascendental misma. En el conocimiento trascendental, y con ello en el mtodo trascendental, tiene lugar un pasar por encima (berstieg), una trascendencia. Lo trascendido es el ente fctico en su pro-pio ser objeto. Con la trascendencia del ente en su ser objeto viene a expresin la diferencia ontolgica entendida en sentido kantiano.

    Este acercamiento entre la filosofa kantiana y la filosofa heideggeriana no es una idea antojadiza. Se trata ms bien de una posibilidad de interpretacin suge-rida por el propio Heidegger. Dentro de la pregunta general por el camino a travs del cual se debe transitar hacia el sentido del ser,33 Heidegger pregunta en Die Grundprobleme der Phnomenologie cmo puede llegar a comprenderse la dife-rencia entre ser y ente.34 Con las precisiones que es necesario efectuar para dis-tinguir la investigacin hermenutico-fenomenolgica de la investigacin crtico-trascendental, Heidegger explica que para convertir en tema de investigacin al-go as como el ser tenemos que poder ejecutar la diferencia entre ser y ente en forma inequvoca.35 Nosotros la designamos contina l como la diferen-cia ontolgica (ontologische Differenz), vale decir como la delimitacin (Scheidung) en-tre ser y ente.36 La posibilidad de esta distincin es decisiva incluso para poder echar a andar la filosofa como tal: nicamente en la ejecucin de este diferen-

    31 Cf. B XVIII. 32 Cf. B XIX. 33 Cf. Die Grundprobleme der Phnomenologie, p. 21. 34 Cf. loc. cit., p. 22. 35 ibid. 36 ibid.. Tngase presente que la diferencia ontolgica aparece por primera vez dentro del pensa-miento heideggeriano en esta leccin. Cf. el postfacio del editor en la p. 473 de la obra citada.

  • ciar, en griego, krnein, no un ente respecto de otro ente, sino el ser respecto del ente, llegamos al terreno de la problemtica filosfica.37 A partir de estas con-sideraciones obtiene Heidegger incluso una estricta definicin de la filosofa qua filosofa que se expresa del siguiente modo: Podemos tambin llamar a la cien-cia del ser, en cuanto ciencia crtica, ciencia trascendental.38 Con ello Heidegger no asume sin ms el concepto kantiano de lo trascendental, pero s como el di-ce su sentido originario y la verdadera tendencia todava oculta para Kant mismo.39 El carcter crtico de la filosofa es tan gravitante que el comporta-miento crtico decide incluso sobre la posibilidad de que nos sigamos movien-do dentro del campo de la filosofa.40 La distincin entre ser y ente hace po-sible algo doble: Por una parte, salimos, de forma radical, fuera del dominio del ente.41 En este primer caso, en cuanto nos apartamos del ente, queda ba-rruntada la Wegfhrung (retirada, alejamiento), que se aborda ms tarde en el 5 de la leccin de Heidegger. Dentro del planteamiento crtico-trascendental kan-tiano este movimiento que consiste en apartarse del ente se realiza elevndose so-bre l. Esto es lo propio de lo trascendental en cuanto trascendente. Pero, por otra parte, la diferencia ontolgica hace posible que trascendamos o vayamos ms all del ente para llegar hasta el ser.42 La reconduccin en el sentido de una reduccin, y que estrictamente hablando es propia de la fenomenologa her-menutica, tiene cabida en Kant pasando por encima del ente, pero no para lle-gar de nuevo hasta otro ente que estuviera detrs de los entes, como una espe-cie de trasmundo,43 sino, como se ha dicho antes, hasta el ser del ente.

    A partir de lo expuesto se entiende entonces que no sea casualidad que Jo-hann Heinrich Tieftrunk, en carta fechada el 5 de Noviembre de 1797 haya po-dido explicar con las siguientes palabras las consideraciones trascendentales de Kant: La frase principal de la Crtica, la que jams debe perderse de vista, es la siguiente: aquello que en definitiva nos puede dar informacin sobre los pro-blemas esenciales de la razn, consiste en un regreso (Rckgang) hasta la esencia y hasta las condiciones de nuestra capacidad de conocimiento, no una bsqueda fue-ra de la misma, un juego con meros conceptos, sino una exposicin de sus ele-mentos, tal como son tomados en el acto de conocer.44 En esta carta Tieftrunk ha dado con el resorte central que pone en movimiento a la Crtica de la razn

    37 Loc. cit., p. 23. 38 ibid. Wir knnen die Wissenschaft vom Sein als kritische Wissenschaft auch die transzendentale Wissenschaft nennen. 39 Ibid. 40 Ibid. 41 Ibid. 42 Ibid. 43 Ibid. La ciencia trascendental del ser hace observar Heidegger a continuacin no tiene nada que ver con la metafsica vulgar, que trata de algn ente detrs del ente conocido, sino que el concepto cientfico de la metafsica es idntico con el concepto de filosofa en cuanto tal: ciencia crtica trascendental del ser, es decir, ontologa (ibid.). 44 Ak. XII, p. 216.

  • pura en su giro trascendental. En la carta habla Tieftrunk de un Rckgang, de un regreso. Este Rckgang, que mutatis mutandis ha de entenderse en la esfera de la filosofa kantiana como una transzendentale Zurckfhrung, como una reduccin tras-cendental, retrotrae la mirada crtica de la investigacin desde el acto de conoci-miento primeramente ejecutado hasta las condiciones de posibilidad de nuestro conocimiento del objeto en su constitucin esencial. El trabajo con el fenme-no del conocimiento que entonces se realiza no acontece fuera del conocimien-to, sino en el conocimiento mismo, pero no entendido ste como conocimiento ejecutado, sino como re-duccin trascendental en que se mira hacia aquello que Tieftrunk denomina los elementos del conocer mismo. Esta forma de proce-der, en la que la mirada filosfica en cierto modo se retira tomando distancia del conocimiento vivido y se retrotrae hasta las condiciones del mismo, es lo caracterstico del modo de proceder del mtodo trascendental.

    Puesto que dicho mtodo no se ejercita para describir cmo acontece de facto el conocimiento de los objetos, sino que tomando pie en la bsqueda de las condiciones de posibilidad del objeto, se lo hace progresar con vistas a la legiti-midad del conocimiento del mismo, por eso tal mtodo es puesto en marcha por Kant en la forma de una quaestio iuris. Aunque la frmula quaestio iuris se utili-ce como trmino tcnico para designar la tarea que consiste en verificar la legi-timidad de las categoras en su aplicacin a los objetos de experiencia (deduc-cin trascendental), ella puede emplearse adems para caracterizar la totalidad del trabajo de justificacin que se ejercita en la Crtica de la razn pura.

    Slo por la va de una autocrtica puede la razn respecto de los conocimien-tos a los que ella, independientemente de toda experiencia puede aspirar (A XII), de-cidir sobre la posibilidad o imposibilidad de la metafsica.45 Dado que en la Cr-tica de la razn pura se trata de la pregunta por la extensin, la legitimidad y la va-lidez46 de los conocimientos puros a priori de la razn, concibe Kant a la crtica misma como un tribunal. Esta imagen47 le permite explicar su propia situacin hermenutica al inicio de su investigacin crtico trascendental. Antes de que los conocimientos puros de la razn puedan ser puestos en marcha, ellos nece-sitan de un examen previo en lo que toca a su legitimidad. De este examen pre-vio se encarga una autocrtica de la razn. Kant admite que la tarea del autoco-nocimiento es la ms difcil de las tareas de la razn (A XI). Por ello se intima a la razn a establecer un tribunal que la asegure en sus pretensiones legtimas y que, a cambio, pueda terminar con todas las pretensiones infundadas, no con afirmaciones de autoridad, sino con las eternas e inmutables leyes de la razn. Semejante tribunal no es otro que la misma Crtica de la razn pura (A XI-XII).

    45 Cf. A XII. 46 Cf. A 3, B 7. 47 Con una expresin jurdica caracteriza Kant a la razn como el tribunal supremo de todos los derechos y pretensiones de nuestra especulacin (A 669, B 697). En el mismo sentido dice l que la razn representa el tribunal superior de todas las disputas (A 740, B 768).

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