situacion de los menores en conflicto con la ley1

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"SITUACION DE LOS MENORES EN CONFLICTO CON LA LEY (Tesina) Por Paula García “Con mirada de niño” “La diferencia entre un niño de dos años y uno de ocho es una cuestión de conciencia. En tanto el de dos años juzga sus acciones sólo por el placer y el dolor que le proporcionan, el de ocho años sabe ya qué está bien y qué está mal, aun cuando no siempre sea capaz de ajustar sus actos a su conocimiento”1. En otras palabras se manifiesta discernimiento de lo bueno y lo malo, a pesar que sus juicios resultan severos, no reconociendo las buenas intenciones ni las circunstancias atenuantes. La niñez es una etapa que se evidencia en los primeros años del ser humano y que se desarrollan paulatinamente su crecimiento y maduración. La infancia, como la adolescencia, son períodos de enriquecimiento del ser, a condición de que transcurran en circunstancias de normalidad, de ajuste a la razón, y las vivencias que la persona experimenta, resultan decisivas para su porvenir. Según lo presente en la Declaración de los Derechos del Niño, "el niño, por su falta de madurez física y mental, necesita protección y cuidado especiales, incluso la debida protección legal, tanto antes como después del nacimiento", en dicho documento también se proclama que “la familia, como grupo fundamental de la sociedad y medio natural para el crecimiento y el bienestar de todos sus miembros, y en particular de los niños, debe recibir la protección y asistencia necesarias para poder asumir plenamente sus responsabilidades dentro de la comunidad (…)” Es entonces que podemos decir que en el período que comprende la niñez y la adolescencia es una etapa en la que la persona no manifiesta un grado de madurez alto y no presenta la capacidad plena para poder desarrollarse por sus propios medios en la sociedad, donde un núcleo familiar estable y armonioso es imprescindible para un óptimo crecimiento del niño. Particularmente en nuestro país, estando involucrada nuestra provincia, es necesario resaltar que tiene relevante influencia los altos índices de pobreza extrema, de analfabetismo, el desempleo, en síntesis: la desprotección. Este determinante contexto y ambiente en el cual se desarrolla la niñez y la adolescencia será descrito en otro capítulo. La relación del niño, con su madre primero y con ambos progenitores luego, tiñe contundentemente su vida, y las carencias afines brotan en la edad escolar poniendo de manifiesto un desajuste social. A pesar del sistema educativo excluyente y expulsor vigente en nuestra provincia que deja afuera a más de 20.000 niños, es muy significativo que en el ámbito estudiantil existan condiciones aptas para un óptimo desarrollo del niño, realidad que no ocurre en su totalidad en Río Negro, y en muchas otras provincias de nuestro país. La legislación escolar que regula la educación sistemática- complementando a la propia del hogar- ocupa un lugar de innegable importancia, y apremia un nivel de instrucción y formación infantojuvenil que permita la incorporación adecuada de las generaciones nuevas al ejercicio de las responsabilidades sociales. Retomando el tema de la familia, “la primera adaptación a la vida social se cumple dentro del grupo familiar (…)”,2; si la formación de dicho marco no se ha desarrollado debidamente, en el período de latencia aparecerán las primeras

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Menores en Conflicto con la ley penal

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"SITUACION DE LOS MENORES EN CONFLICTO CON LA LEY(Tesina)Por Paula García

“Con mirada de niño”“La diferencia entre un niño de dos años y uno de ocho es una cuestión de conciencia. En tanto el de dos años juzga sus acciones sólo por el placer y el dolor que le proporcionan, el de ocho años sabe ya qué está bien y qué está mal, aun cuando no siempre sea capaz de ajustar sus actos a su conocimiento”1. En otras palabras se manifiesta discernimiento de lo bueno y lo malo, a pesar que sus juicios resultan severos, no reconociendo las buenas intenciones ni las circunstancias atenuantes.La niñez es una etapa que se evidencia en los primeros años del ser humano y que se desarrollan paulatinamente su crecimiento y maduración. La infancia, como la adolescencia, son períodos de enriquecimiento del ser, a condición de que transcurran en circunstancias de normalidad, de ajuste a la razón, y las vivencias que la persona experimenta, resultan decisivas para su porvenir.Según lo presente en la Declaración de los Derechos del Niño, "el niño, por su falta de madurez física y mental, necesita protección y cuidado especiales, incluso la debida protección legal, tanto antes como después del nacimiento", en dicho documento también se proclama que “la familia, como grupo fundamental de la sociedad y medio natural para el crecimiento y el bienestar de todos sus miembros, y en particular de los niños, debe recibir la protección y asistencia necesarias para poder asumir plenamente sus responsabilidades dentro de la comunidad (…)” Es entonces que podemos decir que en el período que comprende la niñez y la adolescencia es una etapa en la que la persona no manifiesta un grado de madurez alto y no presenta la capacidad plena para poder desarrollarse por sus propios medios en la sociedad, donde un núcleo familiar estable y armonioso es imprescindible para un óptimo crecimiento del niño. Particularmente en nuestro país, estando involucrada nuestra provincia, es necesario resaltar que tiene relevante influencia los altos índices de pobreza extrema, de analfabetismo, el desempleo, en síntesis: la desprotección. Este determinante contexto y ambiente en el cual se desarrolla la niñez y la adolescencia será descrito en otro capítulo. La relación del niño, con su madre primero y con ambos progenitores luego, tiñe contundentemente su vida, y las carencias afines brotan en la edad escolar poniendo de manifiesto un desajuste social. A pesar del sistema educativo excluyente y expulsor vigente en nuestra provincia que deja afuera a más de 20.000 niños, es muy significativo que en el ámbito estudiantil existan condiciones aptas para un óptimo desarrollo del niño, realidad que no ocurre en su totalidad en Río Negro, y en muchas otras provincias de nuestro país. La legislación escolar que regula la educación sistemática- complementando a la propia del hogar- ocupa un lugar de innegable importancia, y apremia un nivel de instrucción y formación infantojuvenil que permita la incorporación adecuada de las generaciones nuevas al ejercicio de las responsabilidades sociales.Retomando el tema de la familia, “la primera adaptación a la vida social se cumple dentro del grupo familiar (…)”,2; si la formación de dicho marco no se ha desarrollado debidamente, en el período de latencia aparecerán las primeras dificultades, así como los iniciales signos de conducta antisocial. El niño esta totalmente librado al accionar de los padres, o a cuya persona comparta la mayor cantidad de tiempo con él, como ser tutor o un pariente que esté a cargo, quienes deben proveer a su cuidado y atención. “Para los padres es un deber, y es de tal importancia que el Estado interviene muchas veces en este aspecto, porque no se trata simplemente de un interés o de un provecho para el hombre mismo sino que tiene graves consecuencias para la vida social”3.La importancia de los primeros años, comprendidos en la primera- 0 a 2 años- y segunda infancia- 2 a 12 años-, mora en la relación que el niño tiene con sus padres y en los lazos que lo vinculan a sus hermanos. En la integridad de la vida familiar encuentra una sólida plataforma para su normal desarrollo yun defensa contra las influencias negativas que provienen del entorno social, en sus carencias reside la probabilidad de una configuración antisocial de la personalidad.A partir de lo que puede denominarse riesgos familiares estructurales, como la maternidad adolescente que en la generalidad de los casos cuentan con baja educación, bajo nivel de ingreso y dependen de los servicios de seguridad social, viven en barrios marginales (esto no descarta la presencia de madres adolescentes que evidencien una buena calidad de vida lo que le brinda otras posibilidades). Actualmente, también se puede citar el caso de ambos progenitores adolescentes, donde residen juntos o bien los dos se hacen cargo, pero

1 FRIEDLANDER, Kate: Psicoanálisis de la delincuencia juvenil, Ed. Paidós, Bs As., p 243, 19762 FRIEDLANDER, Kate: Psicoanálisis de la delincuencia juvenil, Ed. Paidós, Bs As., p. 110, 19763 POVIÑA, Alfredo: Tratado de sociología, Ed. Astrea, Bs As., p. 407. 1977

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tampoco poseen recursos ni materiales ni, generalmente, intelectuales, para mantener a un tercero y ofrecerle un apto ambiente de desarrollo, ni normas de conducta para afrontar la vida. Otro factor estructural de los hogares rotos es el resultado de divorcio o abandono de uno de los padres. Resumiendo esto desembocamos en que es más la calidad de la familia que su estructura la que tiene incidencia decisiva.Ahora, interiorizándonos en el tema de la delincuencia juvenil y en el derecho del menor es apropiado afirmar, en la gran mayoría de los casos, que si un niño o adolescente lleva a cabo un delito es porque no se han efectivizado todos los derechos establecidos constitucionalmente, derechos que garantizan que un niño crezca en un ambiente que transmita los valores indispensables para alejarlo del mundo criminal. Es así que, nadie llega a la delincuencia repentinamente, sino que se presenta como desenlace de una pluralidad de factores conjugados, a los que posteriormente me referiré. Es importante destacar que la “delincuencia manifiesta” reconoce la existencia de una “delincuencia latente” como base de sustento, en otras palabras, ella conforma la expresión de una configuración antisocial de la personalidad que le da consistencia y que explica su aparición.Según las palabras de Friedlander es extraño que una carrera criminal comience en edad avanzada dado que como edad cumbre para la inicial manifestación delictiva se dan los años comprendidos entre los 15 y los 17, no obstante también se ha demostrado que en la generalidad de los casos los actos trasgresores o, al menos, cierto comportamiento antisocial se habían expresado desde antes, previo a un contacto con las influencias externas al hogar. A dicha configuración de la personalidad en conflicto con el orden social es a la que llamamos delincuencia latente por la proyección que representa como potencial quebrantadora de las normas jurídicas vigentes, es conllevado por todo un proceso en el cual convergen el caudal hereditario y la influencia del marco socio-cultural. Se ha demostrado que como consecuencia de la falta de control por parte de los padres para manejar diversas situaciones con los niños y el estar siempre listos para pegarles, resultan niños agresivos y listos para el ataque.Pobreza, falta de educación, falta de trabajo de los padres, alcohol, falta de vivienda digna son factores que, pese a la posibilidad de existencia de una personalidad de base agresiva, colaboran a que se vivan situaciones de dicha índole.Una legislación especializada es sólo posible partiendo de un desarrollo doctrinado a priori que los sustente, verificado desde la comprensión de la menor edad, de su universo propio y del efecto que en él ejercen elementos de presión positivos y negativos de su entorno.Es importante acudir a la consideración de la niñez, donde el nacimiento encuentra al niño regido por el principio de placer; su supervivencia depende de la satisfacción de sus antojos primarios, que exteriorizan las necesidades inherentes a la conservación. Lo placentero resulta lo bueno y lo displacentero lo malo, sin que sea factible atribuir a esta discriminación un sentido moral sino ontológico, pre- moral. Es por esta razón que resulta de especial atención trabajar sobre el entorno en el cual el niño crece dado que, en gran medida, es el cual influirá en su comportamiento.Dos son los propósitos que persigue la acción pública: la protección del delincuente joven, haciendo cesar la situación irregular que padece, y la defensa del bien común, en la consolidación de la justicia y la paz social. A continuación haremos referencia al derecho del menor y sus respectivas generalidades. La edad es el período computado desde el nacimiento del hombre y es útil para graduar su capacidad. Es, consecuentemente, una magnitud aplicable al recurso vital y traduce el menor o mayor desarrollo en función de las leyes biológicas y psicológicas que rigen la naturaleza humana, dicho de otra manera, con las correspondientes excepciones de influencias patológicas, existe una estrecha vinculación entre edad y capacidad. Esta asociación es sólo permisible en vista a la estructura esencial típica del hombre y a las leyes que rigen su devenir. Esto conlleva a que la capacidad legal debe alegar al auténtico conocimiento del ser y de las circunstancias y accidentes manifiestas, confrontando la evolución personal con el marco concreto histórico-cultural, para evitar las soluciones o fallos extremas que sitúan el análisis en la mera abstracción o bien en una comprensión que pierde de vista la esencia y absolutiza el valor de los cambios circundantes.La imputabilidad es la capacidad humana de actuar culpablemente dentro de los cánones de la ley penal 4 y ha sido definida, en cuanto conjunto de condiciones bio-psicológicas emergentes de la concreta personalidad del agente en el momento del hecho, como “la aptitud o capacidad personal para comprender lo injusto o antijurídico del hecho y para dirigir las acciones conforme a esa comprensión”5.

Lo importante es poder determinar en qué instante una persona llega a adquirir la capacidad para conocer la entidad y el valor del obrar y para decidir y proceder en consecuencia del conocimiento, y si es posible presumirla de modo absoluto – juris et de jure- con alcance universal. A la hora de juzgar a una persona es

4 NUÑEZ, Ricardo C.: Tratado de derecho penal, Ed. Lerner, Bs As., p. 24, 19765 JORGE FRÍAS CABALERO, La imputabilidad penal, Ed. Ediar, Bs As.,p 46, 1981

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necesario conocer las circunstancias en las que se ha desarrollado el delito, es decir, en el caso de dicha persona haya cometido la incorrecta acción es preciso determinar si en dicho momento contaba con la capacidad de discernimiento y a causa de qué se reveló su impulso. En otras palabras no es suficiente con que existan condiciones bio-psicológicas bastantes para hablar de imputabilidad, dado que ésta debe estar referida a un hecho injusto concreto del cual interesa conocer si, en el momento de la ejecución, estuvo dada la capacidad de discernir y decidir que sustente la culpabilidad del agente.Con la finalidad de ir concluyendo el capítulo podemos decir que la edad representa un primer presupuesto de la imputabilidad penal, en cuanto tiene la medida del tiempo vital transcurrido y permite deducir cierto grado de desarrollo en el conocimiento y la decisión moral. Sin embargo su determinación no13resulta tan sencilla dado que, los que podríamos llamar, las leyes naturales de la mente pueden jugar de una cantidad inimaginables de formas. Es por esto que se cree necesario afirmar que cualquier fórmula de imputabilidad pecaría de irrealidad al no consultar la dimensión que ocupa en la evolución de la personalidad el recorte mismo de la personalidad.

“El entorno global influyente en el panorama infantil-juvenil”La falta de contención a niños y jóvenes, puesta de manifiesto en las condiciones indignas en las que crecen, es un caldo de cultivo para las conductas delictivas.UNICEF señaló que el “problema principal de los niños en el país se basa en la exclusión e inequidad en el cumplimiento de sus derechos”. Un alto porcentaje de aquellos jóvenes que pasaron por situaciones delictivas son victimas de marginalidad familiar, educativa, social, económica y sufrimiento desde su primera infancia.Existen diversos factores, por otros llamados causas, que hacen referencia a los elementos internos- que forman parte del mismo individuo- y externos- los que actúan activamente desde el exterior del sujeto, incluyendo el marco social dentro del cual se desenvuelve su vida- de presión, dinamizadores de la vida humana.8 Estos tienen gran influencia en la configuración de cierta predisposición antisocial en una persona. Dado que lo me importa es la influencia de los segundos, cabe decir que tienen una implicancia prácticamente decisiva en la conducta de una persona en razón de la continua interacción entre el ser humano y su ambiente.“Ciertamente, la especie humana se diferencia por su capacidad de autonomía frente al medio, por su posibilidad de modificar su propio ambiente y adecuarlo a sus necesidades e intereses; pero no es menos cierto que esa autonomía es relativa y que, al igual que el ser humano puede influir en su entorno, se ve influido por el. El hombre es tanto autor de su propio ambiente como el resultado del mismo”9.No existe un único factor en el entorno sino que son múltiples cuya presión es diversa, según si significación en las distintas etapas de la vida.8 DANIEL HUGO D’ANTONIO, El menor ante el delito, Ed. Astrea, Bs. As., 1978, p.51.9 JOSË GISBERT ALÓSy otros, Educación especial, Ed. Cincel, Madrid, 1980, p.336

31El factor primario de la delincuencia es la familia dado que sus fallas impiden o debilitan la resistencia a otros estímulos adversos del ambiente, particularmente por las secuelas que pueden dejar las experiencias muy dolorosas en la primera y segunda infancia.Es por esto que es necesario que el núcleo familiar sea sólido, que sepa brindar afecto, educación y un óptimo desenvolvimiento en la crianza. Generalmente los consejos inmorales, el desamor, los malos tratos y el ser espectador de escenas de violencia influyen negativamente en el niño y pueden empujarlo a tomar decisiones incorrectas o a huir, alejándose de la casa.Una característica de la actualidad es, en mucho casos, la falta de comunicación entre los padres y el hijo, ya sea porque mucho tiempo es destinado al trabajo, por no saber cómo enfrentarse a diversas situaciones, por la perdida de valores, de la tolerancia y el respeto. Un denominador común de nuestra sociedad es que ambos padres deben trabajar para el sustento de la familia y esto contribuye a que lleguen al hogar cansados y sin abrir camino a la oportunidad de conversar con sus hijos, posponiendo el diálogo indispensable para la convivencia. Hay que tener en cuenta que las condiciones de la vivienda también inciden en las personas que cohabiten en ésta, dado que el

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hacinamiento, la promiscuidad, la falta de óptimas condiciones higiénicas, fomentan normalmente malos hábitos y aun relaciones incestuosas, o los empujan a la calle y a sus peligros, cuando no producen alteraciones de la salud o anomalías psíquicas.Luego, hablando un poco de la escuela es posible resaltar que es la institución que generalmente enfrenta al niño a situaciones de adaptación social, en las que se debe relacionar con otros niños extraños y donde se pone de manifiesto la capacidad de adaptación y moralidad del niño, momentos en los que entra en juego la crianza familiar y la contención de ésta. Hoy se ve que muchos chicos comienzan a relacionarse con otros ya en el jardín. En la mayoría de los casos es determinante como ha sido la vida del niño en el ámbito familiar, y cómo se desenvuelve en la escuela, siendo continente y modeladora también, sin que un espacio excluya al otro. Se debe intentar alcanzar un equilibrio justo que permita el orden y la espontaneidad, la32disciplina y la creatividad, para evitar que las personalidades se desvíen negativamente.Brevemente cabe comentar que el barrio constituye el entorno inmediato del hogar, y en él el menor entabla relaciones sociales y éstas influyen en gran medida en la configuración de la persona ya que, generalmente, pasan una parte importante del día con dichos pares.El segundo principio fundamental de las Directrices de RIAD expone que para poder prevenir eficazmente la delincuencia juvenil es necesario que toda la sociedad procure un desarrollo armonioso de los adolescentes, y respete y cultive su personalidad a partir de la primera infancia.En cuanto a la sociedad global, en Argentina está conformándose una generación de jóvenes que no han visto a sus padres trabajar, o si los han visto, en un gran porcentaje de casos las remuneraciones de los trabajos no alcanzan a satisfacer las necesidades básicas para la subsistencia, y o no están el tiempo necesario con la familia para ganar más o terminan recurriendo a la delincuencia fomentando el mal hábito. Paralelamente aumentan los casos de violencia y abuso sexual dentro de las familias; además los niveles de pobreza son elevados, lo que equivaldría a decir que se encuentran privados de sus derechos fundamentales. Las escuelas son abandonadas por los niños o directamente no concurren por no alcanzar, geográficamente hablando; porque no logran satisfacer sus mínimas necesidades alimenticias para poder desarrollar el pensamiento y la creatividad. En Río Negro gran cantidad de niños, niñas y adolescentes no pueden ejercer su derecho a la alimentación, vivienda digna, salud, educación, recreación, etc. Los espacios públicos ceden espacio a lo privado, y mal atienden a las personas que no tienen otra opción que esa asistencia. Los programas estatales de asistencia a familias en crisis, donde existen, no están dimensionados para atender la enorme cantidad de situaciones que se presentan.En cuanto a números precisos de la actual situación socio-económica de nuestra provincia, hace mucho que no se llevan a cabo censos o estadísticas sobre los chicos de los barrios que realmente concurren a la escuela, sobre el analfabetismo y la pobreza. Según un informe publicado por UNICEF el año 2005 “más del 60% de niños y niñas de la Argentina, es decir casi 3,7 millones, viven bajo la línea de pobreza, en tanto 3 de cada 10 son indigentes, lo cual33demuestra el riesgo nutricional de gran parte de la población infantil menor a cinco años. Al mismo tiempo el documento señala que la crítica situación se expande en el ámbito educativo, donde más de 400.000 infantes y adolescentes abandonan anualmente sus estudios y un millón de entre 15 y 19 años esta fuera de la escuela, mientras que en el área laboral 1.900.000 niños son explotados. Luego, según datos oficiales más recientes sobre Río Negro, sólo cuatro de cada diez alumnos del Nivel Medio terminaron su cursada entre 2002 y 2006, en tanto que ocho de cada diez lo hicieron en el Nivel Primario.10 Es posible que el hecho de que se viva una realidad muy dura lleve a que los estudios, por temor a enfrentar la situación, no se animen a demostrar que son muy pocos los chicos que han completado cuarto grado, los que después son prácticamente analfabetos. Muy probablemente una causa de este es que a partir de cuarto grado se concurre a la mañana; esto hace que en los barrios humildes, por el frío, las distancias, el desinterés de los padres por la educación, la falta de hábito en el cumplimiento de horarios, los niños abandonen los estudios. Esto evidencia la posibilidad para

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algunas instituciones de obtener, informalmente, una clara estadística de la gran cantidad de niños que sólo asisten hasta tercer grado; razón por la cual hay que rever el sistema o la manera de acceder a éste.En nuestro país, desde hace ya alrededor de una década, los niños y las niñas nacen y se desarrollan en un mundo social fragmentado, marcados, en la mayoría de los casos, por el destino del sector social al que pertenecen sus familias. La inequidad en la distribución de ingresos y de los recursos deriva en la desigualdad de oportunidades y la vulneración de los derechos. En el panorama actual cabe resaltar la incierta coyuntura económica que atraviesa un periodo de inflación crónica, en la que no se puede crear proyectos a largo plazo, en la que los impuestos son altos, y la corrupción ahonda en muchos ámbitos, donde la igualdad de oportunidades no existe, donde la pobreza ahoga a muchos, donde muchos jóvenes abandonan la escuela, donde el nivel de desempleo es alto, aún cuando somos un país que cuenta con una riqueza inmensa de recursos tanto naturales, como intelectuales que no son aprovechados correctamente.10 http://portal.educ.ar/noticias/educacion-y-sociedad/rio-negro-se-presento-un-plan.php

34El déficit escolar, que responde a la desigualdad de oportunidades, como a la vigencia de planes de enseñanza divorciados de las necesidades concretas de la población, influye negativamente a los jóvenes a la hora de afrontar el campo laboral, sea por la desocupación o por las ocupaciones acordes a las opciones limitadas que a la vocación.Por lo general, en cuanto al contexto social, la persona que sufre un entorno de marginamiento advierte que, en la organización familiar, los padres tienen bajo nivel de escolaridad y de calificación familiar, los hijos provienen de ayuntamientos ocasionales o de relaciones inestables, y constituyen una prole numerosa y mal atendida, hay desavenencias entre los mayores, con inclinación a los vicios y a los malos tratos.11

Cabe tener en cuenta que aquel niño que nació en el desamparo, sin contención, en la pobreza, en la falta de afecto, entre las malas costumbres, que pueda tener vinculación con las drogas y entra en la delincuencia no tiene valoración de su mismo ser y mucho menos del otro, no tiene respeto por sí mismo, ni por el otro, ha sido formado en un ambiente con condiciones deplorables y no ha tenido la libertad de, justamente, ser formado.Frente a esto quería relatar un estrato de José Pablo Feinmann, del libro “Escritos imprudentes II, Argentina, América Latina y el imperio global” donde realiza un comentario de una película y dice lo siguiente: “El protagonista de los olvidados es un niño y ese niño se llama Pedro. Entre los pobres la mayor crueldad es entre ellos mismos. O si no la mayor, la más frecuente. La pobreza envilece. Somete. Así, Jabo, un delincuente que andará cerca de los veinte años, sale de la cárcel y mata a un pibe del vecindario, por nada o por casi nada. Pedro, casualmente –y esta “casualidad” marcará su vida ya marcada-, ve el asesinato y Jabo ve que Pedro lo ha visto. Lo amenaza, le dice que si habla habrá de matarlo como a un perro. (…)El niño Pedro pasa de una desdicha a otra hasta que cae por fin en una “Granja de rehabilitación”. Aquí le dan diversos trabajos. Uno de ellos radica en poner huevos en una canasta, llenándola. Pedro empieza a hacer el trabajo. Pone un huevo tras otro, con esmero, prolijamente. Uno lo mira y no sabe qué va a pasar. (…) Pedro, con una imprevisión para nosotros absoluta, mira a la11 JUAN EDUARDO CORÉS B., Características psico- sociales del menor en situación irregular.

35Cámara, clava en ella (y en nosotros) su mirada harta, rabiosa, y tira uno de esos malditos huevos que debe acomodar con prolija laboriosidad en la maldita canasta contra la Cámara, contra la lente, el huevo estalla y todo se oscurece, o se opaca, se nubla con esa pringosa, con ese enorme escupitajo que Pedro arroja sobre esa civilización que lo mira en una película, para llenar dos horas y olvidarlo (…). Porque a Pedro (y Pedro lo sabe) lo vamos a olvidar. El resto es previsible (la vida de Pedro (…) en una vida-destino) y ni siquiera su horror sin límites nos parece extra-ordinario. Es así y así tiene que ser. Jabo mata a Pedro. La policía mata a Jabo. La novia de Jabo y el abuelo de Pedro agarran el cadáver del niño y lo arrastran hacía un basural. El basural está en un foso, en una hondonada maloliente y macabra. Ahí tiran el cadáver de Pedro. Y ahí queda Pedro entre la mierda”

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La escena final remite al título de la película: ese cadáver va a quedar ahí, entre la mierda, olvidado; representa al cadáver- basura, al hombre cadáver. Nadie va a clamar por la muerte de Pedro. Porque Pedro nació para morir así; entre la basura- en la que vivió y de la que nunca pudo salir- y entregado al olvido que rubrica la insignificancia de su vida. Su vida era una vida-destino. Uno de de los valores de la cultura de Occidente es el de la libertad. El hombre nace para la libertad, para ser libre y hacerse libre. Esto posibilita su responsabilidad moral. Hay que ser libre para ser responsable por elegir (digamos) el Bien o el Mal. Acá el autor hace referencia al filósofo Sastre y éste ha llegado a analizar en la Crítica de la razón dialéctica los abismos de la alienación, los espacios de la no-libertad, lo práctico-inerte, la contrafinalidad. Todos los estratos de la praxis enajenada en los cuales la libertad se pierde, se extravía. Pero una y otra vez habrá de insistir: si los hombres pierden su libertad es porque la enajenación surge de la praxis libre del agente práctico que se le vuelve en su contra. En suma, la libertad es el fundamento de la alienación. Si hay “alienación” es porque antes (y como fundamento) hubo libertad ¿Cómo podría existir la enajenación si no hubiera algo que se enajene? Lo cual lleva a la fórmula fundante de la filosofía sartreana: “La libertad es el fundamento del ser”. Y eh aquí que cuesta creer que Pedro enajene algo; nace enajenado, vive enajenado y muere como basura. Pedro tiene una existencia-destino, Pedro está escrito, nació marcado. Lo escribió la sociedad asfixiante, insuperable en que nació. Una vida-destino es una vida36 condena. Pedro nace en medio de una “materialidad” insuperable. Nace en medio de lo que no hay y en ese medio nunca llega a “ser”. O sí: llega a ser lo que siempre fue. Una nihilización social, un marginado, un excluido. Nuestro país esta arrasado con esa desdicha, la de la marginalidad. Se debilitan así nuestras democracias. Ser un marginado es ser un marginado de la educación.En la educación radica la libertad, la posibilidad de elegir esto, aquello, eso no, eso sí. No hay libertad sin educación. Lo que hay es embrutecimiento. No queremos a los pobres por pobres. No hay “pureza” en la carencia social, en la marginación. Hay, cada vez más, cosificación, embrutecimiento, delito, crimen. Los pobres empiezan matándose entre ellos. La exclusión, hoy, es tan brutal que es definitiva, no tiene retorno. El que nació en la basura no sale de ella. Y sólo una sociedad sensible, que decida integrarlos y no maltratarlos, educarlos y no llenarlos de plomo, incluirlos y no picanearlos, hará algo por cambiar las cosas.12

No es esta la sociedad que tenemos en la Argentina, muy por lo contrario esta sociedad es una que elige la corriente punitiva, que condena, que es severa. La sociedad tiene bronca, ve a los niños marginados como un estorbo, sufre la inseguridad social y en vez de estudiar por qué ocurre prefiere condenarla. Existe una discriminación negativa, se cuestiona la seguridad y el eje radica, para la sociedad, en la edad de imputabilidad. El Dr. Emilio García Méndez, consultor en asuntos legales del Instituto Panamericano del Niño, manifiesta: “El problema del maltrato y las violaciones a los derechos humanos de los menores de edad en la Argentina es que la sociedad no lo ve como uninconveniente.”13

Por último, sin querer redundar demasiado en el tema hay otro fragmento de Feinmann que pasare a citar: El autor hace la comparación de la muerte de Axel, de su asesinato con la muerte de Pedro y resalta un comentario escuchado que refiere a Axel: “Con el futuro que tenía ese muchacho”. Justamente ese muchacho era educado, de buena familia, integrado y, desde luego, blanco. No debía morir. Algunos rescatan una dolorosa e irritante obviedad: murieron muchos, demasiados12 JOSÉ PABLO FEINMANN, Escritos imprudentes II, Argentina, América Latina y el imperio global, p. 96 ed. Norma, 2005.13 Diario Río Negro, 13 de marzo 2005

37chicos antes de Axel y nada pasó. Unos canas miserables tiraron uno al río y ahí quedó todo, hundido en el barro del río de la muerte al que se le da la espalda. El punto es que a Axel le arrebataron la vida, porque él tenía una vida. Pedro no. A Pedro no le quitaron nada. No tenía futuro y si lo tenía, ese futuro era el de su existencia-destino. Un futuro que no haría sino repetir, reproducir una y otra vez, incesantemente, su pasado y un futuro que sólo puede repetir el pasado no es futuro. Es la agobiante repetición de lo mismo, acaso su exasperación y su fin: la basura. Es cierto: a Axel “le quitaron la vida”, porque tenía una. Esto es lo que torna intolerable su muerte para las clases educadas. Pedro, en cambio, no indigna a nadie. A nadie indigna que un condenado, un excluido, un

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escupitajo social acabe en la basura como un cadáver concentracionario. La vida de Pedro (al no tener salida) es un espacio concetracionario. Una vida condena, una vida aprisionada por un destino inexorable es una vida entre alambres de púas, puede suceder en cualquier villa de la exclusión social, de la marginación-destino en la que millones de argentinos esperan la hora de la basura.Sólo dicha sociedad sensible, e inexistente actualmente, puede virar la dirección de esas vidas, a través de un trabajo comprometido, sin prejuicios y preponderando sobre todas las cosas la educación, herramienta infalible que nos hace libres.

“La Prevención antes que la Represión”Quisiera comentar una frase de Aída Kelmelmajer de Carlucci que aparece en su escrito Justicia Restaurativa: “Alguien dijo que no se sabe como va a evolucionar el sistema de Justicia juvenil, yo tampoco lo sé, sólo puedo decir, igual que Martín L. King “yo tengo un sueño”. El mío es una justicia penal juvenil que reconcilie al infractor consigo mismo, con la víctima y con la comunidad, de modo tal que a través de un proceso educativo, rodeado de todas las garantías constitucionales, logre reinsertarse en la sociedad como un sujeto que se valora a sí mismo y es valorado por los demás”Ante todo es importante destaca que desde 1994 la Constitución Nacional reconoce a la Convención de los Derechos del Niño, cuales intentan una etapa que prioriza el otorgamiento de derechos y de obligación de protección de niños y adolescentes. No obstante su cuerpo jurídico no se ejecuta y, peor, en Río Negro ni se respeta o simplemente se ignora. Luego de efímeras preguntas a miembros de la sociedad la respuesta que se enfrenta al interrogante de bajar la edad de imputabilidad en su mayoría es sí, sólo muy pocas personas se tomaron unos segundos para responder y concluyeron en que era una problemática social mucho más compleja que simplemente tomar una vía más severa que los penalice desde más jóvenes, acción que desembocaría en aumentar la población carcelaria de los próximos años.Obviamente la mejor manera de prevenir contra la delincuencia juvenil es la de impedir que surjan delincuentes juveniles, para lo cual se requieren adecuados programas de asistencia social, económica, educacional y laboral. Una vía sería captar a los niños en situaciones de marginalidad, exclusión e insatisfacción de las necesidades mínimas y de sus derechos, desde chicos, en instituciones recreativas y educativas en las que pasaran gran parte del día, constituyéndose en una forma de contención e incorporándose en ellos pautas de conducta y comportamiento, conocimientos y actividades39deportivas y recreativas que, consiguientemente, lleven a modificar su estilo de vida y les de lugar a emerger de grupos familias que no manifiestan poseer las óptimas condiciones para su desarrollo, formación y orientación.En este campo es fundamental una educación de calidad que iguale oportunidades y esto, en la sociedad actual y la situación política-económica que transitamos no es un objetivo sencillo, sino todo un desafío, principalmente cuando se habla de niños pertenecientes a sectores marginales, pero, coloquialmente hablando, representa un jugo que vale la pena ser exprimido. La escuela fue un factor esencial de modernización liberadora de los sectores populares que comprendieron desde un principio el valor del saber en la imposición de un poder. La debilidad actual de la escuela, que no puede distribuir saberes básicos de modo minimamente aceptable14, es un obstáculo superlativo que se presenta a la hora de la formación de un niño, dado que el conocimiento adquirido significa libertad, la libertad de elegir, de conocer alternativas, de tener una vida. La escuela atraviesa una crisis dado que su autoridad no es respetada y dejó de ser un ámbito exclusivo a la impartición de saberes. No existe educación de calidad que realmente forme a los niños. El contexto familiar es el principal determinante del rendimiento escolar. Contradictoriamente a la función teórica de la escuela, si ésta pretende igualar oportunidades debe ejercer una tarea compensadora de las falencias del hogar, tanto académicas, como motivacionales y alimentarías. En la realidad de nuestro país, de nuestra provincia, se evidencia que muchos chicos no tienen los derechos y requerimientos básicos satisfechos y muchas veces van a la escuela con el estomago vacío y, a menos que ahí se

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alimenten, es muy difícil incorporar conocimientos y desarrollarse óptimamente cuando el pensamiento esta centrado en poder desayunar o ingerir, tal vez, la única comida diaria que puede obtener. Es entonces más difícil todavía que la escuela intente realizar esa labor cuando el joven pasa en el establecimiento poco tiempo y pertenece a familias desintegradas o que no poseen la pauta cultural del esfuerzo personal.Un ejemplo de un país que priorizo la prevención ante la represión es Canadá. En éste se intenta trabajar en las condiciones en las que vive el niño14 SARLO, BEATRIZ: “Escenas de la vida posmoderna”, p.112. Bs. As. Ed. Ariel, 1994

40para poder prevenir posibles actos delictivos. Igualmente hay que tener en cuenta que mencionado país cuenta con bajos índices de pobreza, de desempleo, de analfabetización, de delincuencia, es un país desarrollado. No obstante esto no quiere decir que no pueda concretarse la realización de medidas que busquen la prevención, pero sí que es un tema que encauza muchos aspectos.El Sistema que regula la situación de los menores que delinquen en Canadá es conocido como “Sistema de Justicia Reparativa” y en éste, desde los 12 a los 17 años los jóvenes tienen responsabilidad penal. Mi postura positiva frente a este sistema es principalmente en cuanto a la organización de éste, y no en cuanto a las edades en que se adquiere responsabilidad penal. El punto es que se trabaja comprometidamente con los niños, se intenta prevenir la delincuencia, rescatarlos de situaciones de vulnerabilidad y de, en el caso de que sean infractores, restituirlos a partir de programas que se constituyan a partir del cuidado de éstos en lugares en los que se admiten entre 6 y 7 jóvenes. Esto respalda a la afirmación que defiende que es mucha más eficiente trabajar con grupos reducidos, en forma integral y con la atención necesaria, relegando a los lugares grandes, con muchos chicos y malos resultados.El Sistema canadiense esta organizado en dos niveles:*El 1º nivel está regido por la Ley de Protección de Juventud, administrada por un organismo público no judicial: “La Dirección de Protección de la Juventud”. Aquí tratan a los adolescentes con necesidad de asistencia social, y a los que tiene problemas de comportamiento que pueden empujarlos a cometer delitos. Este nivel funciona como una red preventiva que permite que sean muy pocos los menores que terminen cometiendo delitos.*El 2º nivel es el “Régimen de Menores Infractores”. Este régimen trata de evitar la reclusión de los jóvenes. La mayoría de los adolescentes imputados por un delito vuelve con sus familias, otros van a una casa donde conviven en grupos de 6 o 7 chicos, al cuidado de una pareja de educadores. Solo los acusados por delitos más graves, como homicidio, son enviados a un instituto con vigilancia policial y pocas rejas. La pena máxima para los menores es de 10 años, y 4 de ellos son en libertad condicional.41Con este Régimen Judicial, en los últimos 4 años, se logró bajar un 32 por ciento la cantidad de menores sometidos a procesos judiciales.15 La regla básica en materia de menores es, desde el Congreso de la Nación, desde la sociedad y desde el Poder Judicial, la represión y la necesidad de someter a castigo a potenciales delincuentes, antes que la necesidad de evitar que lleguen a situaciones límites en las primeras etapas de la vida. Actualmente reaparece el fantasma de la reducción de la edad mínima de imputabilidad, tratan de de llevarla a 14 años.16 Hay diversos proyectos presentados en el Congreso de la Nación, manifestándose diferentes pensamientos y opiniones y, a pesar de que se han presentado proyectos que buscan trabajar integralmente en la problemática, también se evidencian aquellos que llaman a que se disminuya el límite de imputabilidad. Grosso modo, el argumento presentado es qué ocurre cuando un niño de 14 años comete un asesinato, no es sancionado. Desde mi humilde punto de vista la respuesta no es el castigo severo, sino el tratamiento integral con el chico, que revea las condiciones en las que vive, sean familiares, económicas, sociales, culturales, y se intente una reinserción sana de la persona en la sociedad.Entiendo, creo entender, que el sufrimiento y la impotencia que debe generar un acto como ese debe ser inmenso, pero no se debe optar por la vía vengativa. Por el contrario se debe intentar analizar

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qué esta pasando en nuestra sociedad para que estas cosas ocurran. Si bien un individuo de 6 años, por poner una edad, tiene conciencia para entender que esta bien o que ésta mal ontológicamente, además de que no esta los suficientemente desarrollada, un contexto negativo caracterizado por la vinculación con malos hábitos familiares, ausencia de educación, de contención, de óptima alimentación y hogar, drogas desconfigura y vulnerabiliza completamente la mentalidad y el claro pensamiento. A pesar de que no puede ser juzgado por ser menor lo ideal sería recurrir a labrar la situación y no simplemente devolverlo a los padres sin actuar, dado que posiblemente exista reiterancia.El clamor social, en éste temática, coincide en bajar la edad mínima de la punibilidad o mayoría penal, que en gran parte de Europa es a los 18 años.15 Diario Clarín, fecha 04/09/2002, p 29, Policiales.16 La ley Nº 21.338 promulgada por el presidente de facto Videla en el año 1976 la edad mínima penal era de 14 años y los mayores a ésta edad quedaban sujetos al régimen penal común.

42Es frecuente que cuando se producen hechos delictivos contra los bienes o contra las personas y en ellos se ven involucrados menores de edad, la reacción primera de nuestra sociedad es agudizar la respuesta sancionatoria. Parecería que esta sociedad, éste sistema político presente no está dispuesto a involucrarse comprometidamente para transformar el deseo de prevenir la delincuencia en realidad, en una verdadera y eficiente política de gobierno. Es necesario cambiar el contexto, que hayan distintas asignaciones de recursos, mejor y más equitativa distribución- y no que cada vez más se amplíe la brecha entre ricos y pobres-, nuevo concepto de establecimientos educativos, intentar revertir el proceso de deterioro de las generaciones marginales como medidas prontas y aplicables, que logren tener resultados positivos. El panorama real es que se multiplican los barrios pobres en los que los niños sufren y son los que muy probablemente poblarán las cárceles que seguirán resultando insuficientes, las cuales ya se encuentra en pésimas condiciones de infraestructura, de control, con escasos recursos humanos, poco instruidos, y materiales, y con una capacidad sobrepasada.Bajar la edad de punibilidad necesariamente significa tener la posibilidad de aplicar pena a los menores por los hechos que han cometido desde los 14 años; lo que sin duda concluiría que al adquirir la edad de 18 o 21 años aumentarían la población carcelaria. Esto significa seguir operando sobre las consecuencias y no sobre las causas, ignorar los negativos resultados que se han obtenido en la recuperación de infractores en la vida carcelaria; seguir insistiendo sobre la represión en lugar de intentar la recuperación; y se evidencia que el trato represivo no acarrea la solución.En materia de menores UNICEF ha determinado que en América Latina los Institutos de internación alcanzan a cubrir solamente el 4,5% del fenómeno de los llamados menores de edad en situación irregular. De lo que se concluye que, además de sus desventajas y efectos negativos – como la “prisionización” y el “rotulamiento” de los niños-, estos establecimientos no son la solución posible hacía la que los países en vías de desarrollo o, actualmente llamados, emergentes podrían orientarse. Tampoco la prisión ha constituido un medio eficaz para disminuir los índices de criminalidad, ni para resolver los conflictos provocados por los hechos delictivos, aunque ésta constituye la respuesta más buscada por los ciudadanos para esos fines.43La cuestión preventiva se manifiesta expresamente en las Directrices de RIAD- Directrices de las Naciones Unidas para la prevención de la delincuencia juvenil- y representan principios aplicables universalmente en 65 artículos para prevenir la delincuencia juvenil en situaciones de riesgo social, antes que el niño o adolescente entre en conflicto con el sistema jurídico. Brevemente algunos de los aspectos más relevantes son:El principio quinto ya presentado en el tercer capítulo refiere a la necesidad de reconocer la necesidad y la importancia de poseer políticas progresistas de prevención de la delincuencia que comprendan, entre otras cosas:“…b) La formulación de doctrinas y criterios especializados para la prevención de la delincuencia, basados en las leyes, los procesos, las instituciones, las instalaciones y una red de servicios, cuya

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finalidad sea reducir los motivos, la necesidad y las oportunidades de comisión de las infracciones o las condiciones que las propicien;c) Una intervención oficial que se guíe por la justicia y la equidad, y cuya finalidad primordial sea velar por el interés general de los jóvenes;d) La protección del bienestar, el desarrollo, los derechos y los intereses de todos los jóvenes;…”Luego, en cuanto a los procesos de socialización, el principio diez afirma que “deberá prestarse especial atención a las políticas de prevención que favorezcan la socialización e integración eficaces de todos los niños y jóvenes, en particular por conducto de la familia, la comunidad, los grupos de jóvenes que se encuentran en condiciones similares, la escuela, la formación profesional y el medio laboral, así como mediante la acción de organizaciones voluntarias. Se deberá respetar debidamente el desarrollo personal de los niños y jóvenes y aceptarlos, en pie de igualdad, como copartícipes en los procesos de socialización e integración.”Es fundamental que la sociedad logre aceptar a los menores marginados y deje de verlos como meros objetos de inseguridad social y comience a tomarlos como jóvenes que necesitan ayuda y una salida de la exclusión en la que viven.En relación a la educación, el principio veinte, como ya sabemos, subraya que “los gobiernos tienen la obligación de dar a todos los jóvenes44acceso a la enseñanza pública”, y esta debe ser de calidad. Además el número veintiuno expresa: “Los sistemas de educación, además de sus posibilidades de formación académica y profesional, deberán dedicar especial atención a:a) Enseñar los valores fundamentales y fomentar el respeto de la identidad propia y de las características culturales del niño, de los valores sociales del país en que vive el niño, de las civilizaciones diferentes de la suya y de los derechos humanos y libertades fundamentales;b) Fomentar y desarrollar en todo lo posible la personalidad, las aptitudes y la capacidad mental y física de los jóvenes;c) Lograr que los jóvenes participen activa y eficazmente en el proceso educativo en lugar de ser meros objetos pasivos de dicho proceso;d) Desarrollar actividades que fomenten un sentimiento de identidad y pertenencia a la escuela y la comunidad;e) Alentar a los jóvenes a comprender y respetar opiniones y puntos de vista diversos, así como las diferencias culturales y de otra índole;f) Suministrar información y orientación en lo que se refiere a la formación profesional, las oportunidades de empleo y posibilidades de carrera;g) Proporcionar apoyo emocional positivo a los jóvenes y evitar el maltrato psicológico;h) Evitar las medidas disciplinarias severas, en particular los castigos corporales. ”En éste marco los sistemas educativo deberán extender cuidado especial y atención a los jóvenes que se encuentran en condición de riesgo social. Deben organizarse programas de prevención y materiales didácticos, planes de estudio, criterios e instrumentos especiales. Entiendo que algunos de éstos puntos van más allá de las funciones que antes tenía la escuela, pero debemos comprender que la educación es el pilar primero, no único, para la formación y que es necesario que los niños excluidos socialmente, en conflicto, sean integrados y aceptados y se intente revertir la situación trabajando sobre las causas que llevan a esta problemática. Posiblemente no se puede revertir completamente la situación pero si puede intentarse mejorarla.El movimiento que tiene por fin la modificación de tipos penales como aumentar las penas, bajar la edad de imputabilidad, integrado por personas de varias índoles, de sectores sociales, políticos, algunos legisladores y medios de45comunicación propone las soluciones duras al problema, a partir de medidas que aparecen consensuadas socialmente, para combatir la criminalidad como acrecentar y militarizar la policía, ampliar y endurecer las penas, y aumentar el numero de personas detenidas.17

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Es evidente a simple vista que la eficiencia del sistema depende del buen funcionamiento de la totalidad de sus componentes- policía, fiscales, jueces, sistema penitenciario-y el subcomponente policial no actúa mejor cuando aumenta su número o cuando emplea métodos militarizados en sus actuaciones contra la criminalidad. Es fundamental que antes de hablar de aumento se hable de formar a los cuerpos policiales, no es concebible que con unos meses de estudio tengamos el derecho a portar un arma y actuar violentamente frente a los conflictos como suele verse. Se suma a esto que se manifiesta un fenómeno circular donde los delincuentes sancionados por el sistema penal pertenecen mayoritariamente a los grupos más pobres de la población y la numerosa policía que los persigue, con muy bajos salarios, pertenece al mismo estrato. Así conocen la situación de los jóvenes pero han sido instruidos para actuar de forma severa. Es así que estos grupos interactúan multiplicando la violencia en vez de llegar a soluciones. Para Raúl Zaffaroni, actual director del Departamento de Derecho Penal y Criminología de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UBA, en cuanto al tema de la policía una de las medidas que se pueden encauzar es crear controles- que limiten el accionar- y transparentar el sistema de sanciones. Hay que evitar que el policía salga a la calle mal pago, mal entrenado, con miedo a la violencia callejera y con miedo al superior, por el contrario es necesario que trabaje en buenas condiciones laborales y sea instruido. El autor plante que la militarización del servicio policial le parece un absurdo, y que, por otro lado, debe que estar jerarquizado, tener un orden, una disciplina.18

Es entonces que el problema no se traduce en algo numérico, ni en la militarización, sino que la forma de mejorar su intervención debe estar regida17http://noticias.juridicas.com/articulos/55-Derecho%20Penal/200307-58551523610332031.html18 http://www.ser2000.org.ar/protect/Archivo/d000d010.htm, fuente: Diario Clarín

46por la profesionalización y en un mejoramiento de las condiciones sociales y en que trabajan, incluyendo aspectos como el salario, la capacitación, instrumentos de trabajo con los que cuentan, etc. Tampoco ha sido eficiente el camino del aumento y endurecimiento de penas o el incremento de menores presos o internados, a pesar de que estos representan las respuestas más populares para combatir la criminalidad porque existe una generalizada creencia de los sectores sociales de que a mayor cantidad de personas detenidas, menor índice de existencia existirá en el país.Y acá, repito, es cuando hay que rever el tema de trabajar en las causas que llevan a esta problemática y no optar simplemente actuar sobre la que ya paso. Esta postura se da a partir de que se propugna bajar la edad con el fin de “sacar de circulación” lo más rápido posible a menores que se creen supuestos violadores de la ley penal. Contrario a la medida tutelar y al encarcelamiento se ha visto que tiene resultados más positivos que ese tipo de accionar trabajar con los chicos, intentar integrarlos a la sociedad, que realicen talleres de oficios y básicamente que se busque reinsertarlos en el sistema educativo, mediante su residencia en lugares pequeños con grupos reducidos, que sean vigilados y tengan salidas controladas.Es necesario, según los instrumentos internacionales que abarcan el tema, flexibilizar y diversificar la reacción penal, por medio de medidas más flexibles, que se puedan ajustar y acondicionar periódicamente a las circunstancias del menor, según las condiciones, el avance y progreso deltratamiento. Esto además de que los derechos sean reconocidos, la policía seprofesionalice y especialice, así como los jueces, fiscales y abogados, dadoque esto permitiría mayor eficacia, sumándose a que se articulen de mejormanera los programas gubernamentales y no gubernamentales.Las estadísticas mundiales plantean que la vía punitiva da muy pocosresultados en cuanto a disminuir el delito, sólo algunos logros pasajeros yaparentes, produciendo en cambio un aumento de la población carcelaria delos países que la practican, por lo que el fracaso estaría anticipado. Constanciade esto es que en nuestro país, en los últimos años, se dictaron más de unadecena de leyes de agravamiento de penas, y el delito no solo no disminuyó,sino que aumentó.

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47Las tendencias actuales en el tratamiento de la delincuencia juvenilinsisten en la rehabilitación y en la prevención, la cual ofrece más esperanzas,antes que en el castigo y la venganza.Para concluir el capítulo el Profesor José Cafferata Nores razona que“…con ligereza (…) se instala en la sociedad la idea de que para bajar losíndices del delito deben sancionarse leyes penales más rigurosas y códigosprocesales menor garantistas (…) –pero- las causas del delito están en laSociedad y hay que mirar hacía allí, fijarse si desde el Estado estamos tratandobien a la Sociedad y si acertamos en las otras políticas (…) sobre todo ver quela política pública asegure a la gente su inclusión en los beneficios sociales yno lleve a la exclusión social (…) la solución al aumento del delito no la vamosa encontrar en el Código Penal ni en los Códigos Procesales. No se lohagamos creer así a la gente…”1919 CAFFERATA NORES JOSE, Cuestiones actuales en el Proceso Penal, Ed. Del Puerto, p. 272.

El Trabajo social en los Centros CerradosEn palabras de Foucault (1987:275) los Trabajadores Sociales en una institución penitenciariaformarían parte del control técnico de la detención (ya que todas estas cuentan con un serviciosocial y medico-psicológico)51

51 En relación a la intervención del área social en cárceles, podemos encontrar algunos escritos desde diferentes perspectivas. Ver :SENATORE, A. (lic. en Trabajo Social , UNLP) Servicio Social en el proceso de reproducción de las relaciones sociales. El casodel Servicio Penitenciario Bonaerense (2003); MAMANI GARECA, V. (Asistente Social; escuela de servicio social, obispado de

Según Pavarini, el Servicio Social es quien presta “asistencia de aquella población marginal ymarginalizada que constituye la clientela privilegiada del sistema de justicia criminal”52; Elmomento penal-penitenciario (…) llama en algunos momentos a los aparatos y a las agenciasasistenciales a una integración con él negociada y parcial”. El autor sostiene que reina sobre losservicios sociales- “una justificación del propio intervenir "sin ensuciarse demasiado las manos"del tipo: nosotros operamos para la satisfacción de las necesidades, no obstante la pena”.Los Centros Cerrados presentes en la provincia -descriptos en los apartados anterioresconstituyenun espacio de inserción laboral para el Trabajo Social. Como ya dijimos, no se hanobjetivado hasta el momento, los modos de intervenir de los profesionales en estos espacios, a estoapunta el proyecto de investigación al cual se refiere el presente trabajo.Para conocer y así problematizar las prácticas profesionales, se hace necesaria la realizaciónde entrevistas; estas fueron/serán desarrolladas en sus áreas de trabajo, teniendo en cuenta lossiguientes ejes:Trayectoria profesional: aquí se pretende indagar sobre el Titulo con el que cuenta el

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profesional y el sitio donde fue obtenido, la antigüedad en la institución, experiencias anteriorescon jóvenes o con “rejas”, realización de algún tipo de capacitación sobre la nueva normativapenal juvenil (preguntando si fue por motus propia o por requerimiento institucional).Condiciones de trabajo: Este punto permite inscribir al profesional como un asalariado delEstado, indagando si se encuentra en planta permanente; características de su salario; cargahoraria, reglamentos que rigen su ejercicio; recursos presentes en la institución para trabajar; etc.Trabajo con el resto del personal: este eje es pensado teniendo en cuenta los demásintegrantes del equipo técnico (indagando sobre el modo de distribución de tareas, trabajos enduplas, etc); y el resto del personal del Centro Cerrado: asistentes de minoridad, dirección,docentes, etc. (indagando sobre reuniones, capacitaciones, tareas conjuntas, proyectos conjuntos).Trabajo con el afuera: se pretende hacer hincapié con esto, en el trabajo con la familia deljoven, con otras instituciones, con la comunidad; y también en los recursos con los que cuenta;programas, planes, y convenios (analizar si hubo modificaciones con el cambio de normativa).También se pretende abordar la relación entre: el Instituto y la comunidad; ese instituto y elJujuy) La cárcel instrumento del sistema falaz. (2005); ACEVEDO, J. (lic. en Trabajo Social de la UBA) Reflexiones acerca delTrabajo Social en las cárceles. (2003).52 Como menciona Senatore (2003), “la incorporación de trabajadores sociales en este ámbito de trabajo, estaría dando cuenta deuna traslación de las esferas de la asistencia social al ámbito de la justicia, lo cual resulta en un todo congruente con lajudicialización de la pobreza.”

resto; la relación con los Centros de Recepción y Referencia; con la Dirección de institutospenales; con los Jueces, los defensores; el Comité contra la tortura; etcTrabajo con el joven: aquí se pretende conocer cómo es el trabajo con el joven cuando ingresay cuando egresa; si hay algún tipo de abordaje grupal, o son sólo singulares; cómo se trabaja sobreel pasado presente y futuro con el joven; sobre los aspectos de convivencia con sus pares; sobrelos trabajos o peculios; sobre aspectos que tengan que ver con la paternidad/ sexualidad; sobre elvínculo con su familia; sobre sus Derechos; sobre la responsabilidad penal, sobre las sancionesque les suelen aplicar los asistentes de minoridad, etc. También se pretende averiguar si hubo, o sele ocurre alguna actividad/ abordaje que considera clave y no se está llevando a cabo por “x”motivo; cómo es trabajo con el expediente / legajo del joven (indagar si la lectura del mismo es

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previa o posterior al encuentro con él); si hubo casos en los que se vio en la necesidad de derivarla intervención profesional con el joven a otro profesional, indagar el por qué de tal derivación.……Impacto de la nueva ley: aquí se busca indagar en qué medida los cambios normativos se venplasmados en las prácticas concretas; preguntando en este sentido, si cree que hubo cambiossignificativos en relación a la intervención del profesional en el marco de la nueva normativa; cuáles su posicionamiento respecto del cambio normativo y qué aportes realizaría al mismo; si pensóciertas modificaciones en la intervención profesional con el cambio de población que ingresa alCentro Cerrado (antes podían ingresar causas con el sólo rótulo de “asistenciales”).Lugar del TS en la institución: aquí se intenta conocer la importancia del papel del trabajadorsocial en los centros cerrados; qué concepción tienen de ellos los demás actores (por supuesto quepara ello, no basta la palabra del profesional y ahí es cuando deben aparecer entrevistas con: losjóvenes presos, directivos, asistentes de minoridad, resto del equipo técnico, etc); de qué forma ovinculado a qué actividades aparece en el Proyecto institucional –si la institución lo tuviere; conqué limitaciones topa a la hora de desarrollar una propuesta de intervención no contemplada en elproyecto institucional; analizar también cómo afecta la variable “seguridad” su ejercicio. Se buscapreguntar asimismo sobre qué proyectos ha llevado adelante y si siente más posibilidades deproyectar en el marco de la nueva ley.Concepciones: merece importancia prestar atención a las concepciones (sobre jóvenes enconflicto con la ley penal, privación de libertad, baja de edad de imputabilidad; prisiónpreventiva, etc) que tenga el profesional, que seguramente subyacen a lo largo de la entrevista.Estos puntos fueron pensados en conjunto con la directora del proyecto, siendo consideradoscomo centrales a la hora de analizar una práctica concreta de intervención en estos espacios tanparticulares como son las instituciones de encierro para jóvenes con un reciente cambio normativoen dónde ve afectada al menos desde el discurso legal, su dinámica.