sinopticos 11 notas introductorias a lucas

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59 Notas introductorias al Evangelio de Lucas El texto. El papiro p4, originado hacia el año 200, atestigua de forma fragmentaria el evangelio: 1,58s; 1,62-2,1.6s; 3,8-4,2.29-32.34s; 5,3-8; 5,30-6,16. El texto completo se encuentra en los grandes pergaminos originados entre los siglos IV y V: א01 (sinaítico), A02 (alejandrino), B03 (vaticano) y C04 (ephraemi, con vacíos). En el orden en que van los libros la obra suele ocupar la posición actual: el tercer lugar; sólo se encuentra en cuarta posición en el códice D06 Claromon- tanus (Mt, Jn, Mc, Lc) y en el Cheltenham (Mt, Mc, Jn, Lc), ambos del siglo IV; en una y otra posición le siguen las cartas de Pablo en los papiros y códices. El evangelio y el libro de Hch no aparecen seguidos en ningún manuscrito ni en ninguna lista, de manera que debieron existir por separado desde el comienzo. A mediados del siglo II Marción comprueba la existencia de un evangelio muy similar al de Lc, pero abreviado. Desde época de la Iglesia antigua se piensa que Marción mismo abrevió el evan- gelio. El autor. El evangelio es anónimo, el autor no menciona su nombre; no obstante, el nombre de Lucas aparece en los grandes manuscritos de los siglos IV y V sobre (inscriptio) o debajo (subs- criptio) del texto, bien sea bajo la forma εὐαγγέλιον κατὰ Λουκᾶν, “evangelio según Lucas” o también κατὰ Λουκᾶν, “según Lucas”. Por primera vez aparece en el papiro p75 bajo la forma “evangelio según Lucas”. Bajo estas dos formas se identifican también los demás evangelios; ta- les formas debieron originarse a mediados del siglo II cuando circulaban por lo menos dos evan- gelios y cuando a las obras ya les llamaba evangelios; claramente los cuatro evangelios se distin- guían uno de otro mediante esas formulaciones o títulos. Irineo es quien por primera vez atribuye el tercer evangelio a Lucas hacia el 180. Et Lucas au- tem sectator Pauli quod ab illo praedicatur evangelium, in libro condidit. “Pero Lucas, acompa- ñante de Pablo, resumió el evangelio predicado por él en un libro” Hear. 3,1,1. Esta atribución también es constatada poco después por el autor del Canon Muratoriano. Con estos dos testimo- nios concuerda la tradición de la Iglesia antigua que le atribuye a Lucas, acompañante de Pablo, la autoría del evangelio y del libro de los Hechos de los Apóstoles. La atribución del evangelio y del libro de los Hechos al mismo autor ya no se pone en duda; ¿pero este autor, que se incluye en el “nosotros” en los pasajes de Hch 16,10-17; 20,5-8.13-15; 21,1-18; 27,1-8; 28,11-16), y el Lucas, acompañante de Pablo, mencionado en Col 4,14 (Λουκᾶς ἰατρὸς ἀγαπητός, “Lucas, el querido médico”); 2Tim 4,11 (Λουκᾶς ἐστιν μόνος μετ᾿ ἐμοῦ, “sólo Lucas está conmigo”); Flm 24 (nombrado entre los colaboradores de Pablo) son la misma persona, fue realmente acompañante de Pablo como afirma la tradición de la Iglesia antigua? Siempre se le reprochó al autor de la doble obra desconocer la teología de Pablo, constatar dife- rencias cronológicas en comparación con los datos que se deducen de las cartas del apóstol, se comprueba que trae unas decisiones del Concilio de Jerusalén que se contradicen con lo que dice el apóstol (cfr. Hch 15,20s.28s con Gal 2,6-10); por eso, entre otras cosas, se dudaba que hubiera sido acompañante de Pablo. Pero según Wolter últimamente se considera menos divergente la relación entre Pablo y el autor de la doble obra (Porter, S. E., The Paul of Acts, Tübingen 1999), de manera que se debe atenuar la duda de que el autor hubiera sido acompañante de Pablo. En época de Irineo, cuando se consideraba que 2Tim era carta auténtica de Pablo, el pasaje 2Tim 4,11 debió ser clave para concluir que Lucas había sido acompañante de Pablo; el obispo, que sabía de la prisión de Pablo en Roma por Hch 28,17-31, escribía: Unde ostendit quod semper iunctus ei et inseparabilis ab eo, “Así (Pablo) da a conocer que (Lucas) estaba unido a él y no se le apartaba” Haer 3,14,1. Por la mención de Teófilo en el prólogo de Hch y en el del evangelio se debió deducir que este Lucas también debió haber sido el autor del evangelio.

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    Notas introductorias al Evangelio de Lucas El texto. El papiro p4, originado hacia el ao 200, atestigua de forma fragmentaria el evangelio: 1,58s; 1,62-2,1.6s; 3,8-4,2.29-32.34s; 5,3-8; 5,30-6,16. El texto completo se encuentra en los grandes pergaminos originados entre los siglos IV y V: 01 (sinatico), A02 (alejandrino), B03 (vaticano) y C04 (ephraemi, con vacos). En el orden en que van los libros la obra suele ocupar la posicin actual: el tercer lugar; slo se encuentra en cuarta posicin en el cdice D06 Claromon-tanus (Mt, Jn, Mc, Lc) y en el Cheltenham (Mt, Mc, Jn, Lc), ambos del siglo IV; en una y otra posicin le siguen las cartas de Pablo en los papiros y cdices. El evangelio y el libro de Hch no aparecen seguidos en ningn manuscrito ni en ninguna lista, de manera que debieron existir por separado desde el comienzo. A mediados del siglo II Marcin comprueba la existencia de un evangelio muy similar al de Lc, pero abreviado. Desde poca de la Iglesia antigua se piensa que Marcin mismo abrevi el evan-gelio. El autor. El evangelio es annimo, el autor no menciona su nombre; no obstante, el nombre de Lucas aparece en los grandes manuscritos de los siglos IV y V sobre (inscriptio) o debajo (subs-criptio) del texto, bien sea bajo la forma , evangelio segn Lucas o tambin , segn Lucas. Por primera vez aparece en el papiro p75 bajo la forma evangelio segn Lucas. Bajo estas dos formas se identifican tambin los dems evangelios; ta-les formas debieron originarse a mediados del siglo II cuando circulaban por lo menos dos evan-gelios y cuando a las obras ya les llamaba evangelios; claramente los cuatro evangelios se distin-guan uno de otro mediante esas formulaciones o ttulos. Irineo es quien por primera vez atribuye el tercer evangelio a Lucas hacia el 180. Et Lucas au-tem sectator Pauli quod ab illo praedicatur evangelium, in libro condidit. Pero Lucas, acompa-ante de Pablo, resumi el evangelio predicado por l en un libro Hear. 3,1,1. Esta atribucin tambin es constatada poco despus por el autor del Canon Muratoriano. Con estos dos testimo-nios concuerda la tradicin de la Iglesia antigua que le atribuye a Lucas, acompaante de Pablo, la autora del evangelio y del libro de los Hechos de los Apstoles. La atribucin del evangelio y del libro de los Hechos al mismo autor ya no se pone en duda; pero este autor, que se incluye en el nosotros en los pasajes de Hch 16,10-17; 20,5-8.13-15; 21,1-18; 27,1-8; 28,11-16), y el Lucas, acompaante de Pablo, mencionado en Col 4,14 ( , Lucas, el querido mdico); 2Tim 4,11 ( , slo Lucas est conmigo); Flm 24 (nombrado entre los colaboradores de Pablo) son la misma persona, fue realmente acompaante de Pablo como afirma la tradicin de la Iglesia antigua? Siempre se le reproch al autor de la doble obra desconocer la teologa de Pablo, constatar dife-rencias cronolgicas en comparacin con los datos que se deducen de las cartas del apstol, se comprueba que trae unas decisiones del Concilio de Jerusaln que se contradicen con lo que dice el apstol (cfr. Hch 15,20s.28s con Gal 2,6-10); por eso, entre otras cosas, se dudaba que hubiera sido acompaante de Pablo. Pero segn Wolter ltimamente se considera menos divergente la relacin entre Pablo y el autor de la doble obra (Porter, S. E., The Paul of Acts, Tbingen 1999), de manera que se debe atenuar la duda de que el autor hubiera sido acompaante de Pablo. En poca de Irineo, cuando se consideraba que 2Tim era carta autntica de Pablo, el pasaje 2Tim 4,11 debi ser clave para concluir que Lucas haba sido acompaante de Pablo; el obispo, que saba de la prisin de Pablo en Roma por Hch 28,17-31, escriba: Unde ostendit quod semper iunctus ei et inseparabilis ab eo, As (Pablo) da a conocer que (Lucas) estaba unido a l y no se le apartaba Haer 3,14,1. Por la mencin de Tefilo en el prlogo de Hch y en el del evangelio se debi deducir que este Lucas tambin debi haber sido el autor del evangelio.

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    Ahora bien, el hecho de que 2Tim y Col se consideren hoy cartas seudnimas cuestiona la his-toricidad de la tradicin que se examina; es probable que el nombre de Lucas mencionado en es-tos dos escritos haya sido tomado de la lista de colaboradores del apstol de Flm 24. Pero no se sabe si el Lucas mencionado en esta ltima carta realmente haya sido el redactor de la doble obra, quien segn Hch habra sido acompaante de Pablo. Plmacher (TRE 3,514,22s) sigue siendo quien mejor ha explicado el plural nosotros en los trozos Hch 16,10-17; 20,5-8.13-15; 21,1-18; 27,1-8; 28,11-16. El autor de un relato histrico puede escribir incluyndose l mismo en los acontecimientos descritos mediante el uso de la pri-mera persona plural. Este nosotros no remite meramente a Lucas y Pablo, sino al grupo del autor, Pablo y otros acompaantes. Sobre la cuestin del acompaamiento de Pablo en los viajes, Wol-ter seala que cronolgicamente los textos en primera persona se sitan antes de la redaccin de 1Tes en Atenas (Hch 17,16-33) y despus de redactarse la Carta a los Romanos (cfr. Hch 20,3); esta importante observacin atena los reproches que se le hacen al autor de desconocer la teologa de Pablo, de no concordar en datos cronolgicos con Pablo, de traer conclusiones con-tradictorias sobre el Concilio de Jerusaln en comparacin con Pablo, ya que las diferencias alu-diran a espacios de tiempo en los que habra estado separado del apstol, es decir, durante el tiempo de su produccin epistolar; esta tesis sera incluso correcta en el caso de que las cartas Fil y Flm hubieran sido escritas durante la cautividad de Pablo en Roma, situacin supuesta en Hch 28,16. El autor del evangelio de Lucas se encontr con Pablo en Troas (Hch 16,10) viajando con l a Filipos (16,11). All fue separado de Pablo, cuando ste fue encarcelado junto con Silas (16,22). Perdi de vista entonces a Pablo durante algunos aos, y se encontr con l otra vez en Filipos (20,5s). De all acompaa a Pablo entre otras cosas por Troas (20,6-12), Mileto (20,15-38), Tiro (21,3-6) y Cesarea (21,8-14) hacia Jerusaln (21,15). Aqu visita junto con l a Santiago, el her-mano del Seor (21,18). Por la detencin de Pablo en el templo (21,33) es separado otra vez de l. Slo en Cesarea en el mar se encuentra de nuevo con l (27,1) y lo acompaa en el viaje a Roma (27,1-28,14). Al llegar all se separa de Pablo no obstante ya al poco tiempo, despus de que ste ocupara una vivienda en donde estaba custodiado por un soldado (28,16) ... Permanece abierta la cuestin de si era idntico con el colaborador mencionado en Flm 24 y si se llamaba Lucas. (Wolter, Lukasevangelium 8-9). Con base en sus escritos es posible perfilar algunos detalles sobre la persona del autor. Suele considerrsele paganocristiano por desconocer la geografa de Palestina y por evitar conceptos semitas fuera del amn (Kmmel, Einleitung 118); tampoco parace interesarse por cuestiones cul-tuales (omisin de Mc 7,1-23), en su obra pierde relevancia la concepcin tpica de la expiacin (Broer, Einleitung I, 131). Segn Wolter estos elementos no fuerzan la supocin de que el autor fuera paganocristiano; hay otros factores que ms bien apoyan lo contrario: que era judeocris-tiano; p. ej., el conocimiento de la Biblia griega, de las diferencias entre fariseos y saduceos (Hch 23,6-8), la descripcin del medio judo (Lc 1-2), el inters en la cuestin de la separacin entre judos y cristianos. poca de redaccin. Wolter sugiere que la obra debi escribirse hacia el comienzo de los 80. El hecho de que el autor no mencione la muerte de Pablo da pie a la hiptesis, propuesta por algu-nos, de que la doble obra habra sido concluida antes de su muerte, de manera que habra que da-tarla muy pronto. En todo caso debi escribirse no antes de la redaccin de Mc, hacia el 70, Fi-nalmente, si el autor fue acompaante de Pablo en los viajes relatados en primera persona plural, entonces la obra tuvo que originarse varias dcadas antes de finales del siglo I.

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    Lugar de redaccin. Antioqua, Cesarea, feso, Corinto, Roma: en uno de estos sitios pudo haber-se escrito el evangelio. En favor de Roma est al menos la redaccin de Lc 1-2, pues el tema pas-toril es constatable en la regin romana. Fuentes. Esta cuestin sigue teniendo en la teora de las dos fuentes, Mc y Q, su mejor apoyo. En relacin con la primera fuente, Mc, la comparacin sinptica puso de manifiesto que la versin de Mc consultada por Lc y Mt debi ser un mejor texto que el que actualmente conocemos. Pues una serie de detalles menores en los textos que ellos tienen en comn con Mc, y que no se encuentran en el evangelio de Mc que lleg hasta nosotros, indica que los dos grandes evangelistas debieron disponer de otra versin mejor elaborada del segundo evangelio, cuya reconstruccin es ilusoria, aparte de que algunos de aquellos detalles pueden tener otra explicacin, como el influjo oral o sencillamente la casualidad. La fuente Q consta bsicamente de los textos en que concuerdan Mt y Lc que no se encuentran en Mc; es posible que los dos evangelistas hayan usado esta fuente tal como emplearon a Mc: no lo reprodujeron en su totalidad ni tampoco respetndolo literalmente; ambos, Mt y Lc, cambian la formulacin en la mitad de los textos que tienen en comn con Mc; unos cuantos textos de Mc son omitidos por los dos; es posible que de esta misma forma ellos hayan procedido con Q. No se debe perder de vista que de hecho hay cruces entre Mc y Q. Adems de las fuentes escritas se debe contar con tradiciones orales vivas, difundidas en las comunidades, que tambin debieron encontrar cabida en la redaccin de la obra, posibilidad que debe ponderar el exegeta a la hora de estimar la parte propia, la redaccin del evangelista. Aproximamente 550 versculos de los 1149 no tienen paralelo en Mc ni en Mt, se denominan material propio. Este material no tiene una proveniencia comn, no tiene la categora de una fuente, como Mc o Q; podra tratarse de material de Q omitido por Mt, tambin podran ser tradi-ciones orales puestas por escrito por el evangelista. Fuente: Wolter, M., Das Lukasevangelium, Tbingen 2008, pp.1-22

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    Dimensin teolgica (de la doble obra lucana) I. Camino proftico 1. Camino. El concepto del camino gua el razonamiento teolgico de la obra lucana; es un cami-no trazado por sus grandes personajes. Juan Bautista es preparador del camino; Mara est de ca-mino hasta dar a luz al salvador. Jess es el creador del camino de Dios, de la paz y de la vida. Lo recorre personalmente en su ministerio, que lo lleva a la resurreccin; lo ensea y es rechazado. Despus el resucitado camina con los discpulos y es gua del camino, que se hace obra y razn de ser de la Iglesia; es salvador, se ajusta al plan de salvacin divino. Misin de la Iglesia es ca-minarlo y anunciarlo a todos, para que enderecen a l sus pasos. Debido al rechazo de los judos Pablo se dirige a los gentiles. La parusa pone fin al camino. 2. Etapas del camino. Son dos: preparacin y cumplimiento; a su vez dentro de ste hay dos esta-dios: ministerio pblico y actuacin gloriosa del resucitado en y por la Iglesia. a) Tiempo de preparacin. Es el AT. El ltimo de sus profetas es Juan Bautista (Lc 16,16). Por medio de sus antecesores acta Dios, nico gua. Lc presenta tanto los pasos acertados, como los descarros del camino como cumplimiento de las promesas: p. ej., con Juan se cumple Is 40,3-5, con Jess, Is 61,1-2; con la Iglesia Joel 2,28-32; estn profetizados la descalificacin del templo; pasin, muerte y resurreccin; la traicin de Judas y la eleccin de Matas; persecucin de la Igle-sia, incredulidad juda y conversin de los gentiles. El camino est definido por el Padre. Juan prepara inmediatamente la siguiente etapa. No mezcla obra de Juan con la de Jess. b) El tiempo de Jess es la etapa del cumplimiento. Se inicia con su ministerio pblico, con su actuacin como profeta escatolgico. Su camino comienza en Galilea anunciando el hoy de la salvacin. Luego se encamina a Jerusaln (Lc 9,51), clmen de su camino con su exaltacin y glorificacin. Su camino termina con su asuncin mientras bendice a los discpulos. Prosigue con la Iglesia que anuncia que el cumplimiento del Reino ya ha comenzado en y por el resucitado, salvacin que se ofrece a todos hasta los confnes de la tierra (Hch 1,1-11). En su exaltacin recibe Jess la plenitud del Espritu que transmite al hombre, Espritu que lo transfor-ma en profeta. El camino de la Iglesia va de la asuncin a la parusa. La Iglesia tambin va cola-borando a someterlo todo a Cristo hasta el sometimiento pleno en la parusa. El camino va salien-do de Judea y se va abriendo al ncleo del mundo gentil (= los confines de la tierra). c) La parusa. Es el final del camino, manifestacin abierta del Mesas y salvador. II. Caractersticas del camino 1. Animado por el Espritu. Es la promesa del Padre, don enviado por el Padre. Su tarea es doble: ungir y capacitar a los profetas que recorren el camino; dirigir y confirmar el camino. a) Unge a los profetas del camino que se hace proftico. Juan Bautista fue lleno del Espiritu para actualizar el profetismo de Elas. El Espritu hace de Mara la virgen-madre; Isabel, Zacaras y Si-men profetizan inspirados por el Espritu. Jess es ungido por el Espritu de Dios, oye la Palabra de Dios y es enviado por l (Lc 3,21; 4,18s; Hch 10,38): es el profeta escatolgico prometido. Su profetismo consiste en transmitir con hechos y palabras la palabra de la paternidad de Dios, el co-mienzo del Reino (este hace posible la reconciliacin, el perdn, la vida filial y fraternal); la pala-bra se dirige a todos en especial a los pobres. El camino de la Iglesia es proftico. Las comunidades (Jerusaln, Samara, Cesarea, Efeso) reci-ben el Espritu que las convierte en profticas y las capacita para realizar signos y proclamar el mensaje. Es decir, tambin la Iglesia tiene la tarea proftica de transmitir la palabra ante todo de la muerte y resurreccin de Jess, realizando los signos que atestiguan la presencia del Reino. b) Don que garantiza los pasos del camino de Jess y de la Iglesia, que asiste a los apstoles y responsables de la comunidad. Garantiza la continuidad entre el camino de Jess y el de Iglesia.

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    c) Oracin es esencial para pedir la asistencia del Espritu. 2. Apostlico. Los Doce son los garantes de la continuidad entre pasado y presente, son testigos cualificados de toda la obra de Jess. Su eleccin y misin se ubica en la misma etapa incial de Jess. Despus el resucitado se les aparece (24,36-49). La eleccin y la instruccin de los Doce bajo la accin del Espritu se resume en Hch 1,2. Este mismo Espritu lo reciben en Pentecosts, que les permite dar testimonio de la resurreccin y de la obra de Jess con palabras, signos y se-ales; dirigen la comunidad. Los Doce son el ministerio fundamental creado por Jess, que crean otros ministerios como los 7 diconos (Hch 6,1-6). La Iglesia crece en torno a los Doce. Por eso la Iglesia es apostlica. Los Doce son el modelo de otros dirigentes elegidos por ellos. Pablo no es apstol segn Lc. Acta en comunin con los Doce; ellos lo reconocen y Pablo los consulta. Predica el mismo evangelio y acta de forma similar; Lc estima y defiende la obra de Pablo y legitma las comunidades fundadas por l. Por ltimo, adems de los Doce y Pablo estn los 72, que representan la misin universal de to-dos los cristianos. Para Lc todo el que camina con Jess ha de ser su apstol y testigo. 3. Camino recto e imparable. Es un camino que no retrocede, de Galilea a Jerusaln, de Jerusaln a Antioqua, de Antioqua a Roma. Este rasgo del camino cristiano se prefigura en una escena del de Jess: despus de predicar el hoy de la salvacin a sus paisanos, quisieron ellos despearlo, pero Jess se abri paso y sigui su camino (Lc 4,30). La persecucin no para sino que estimula el avance del camino. 4. Camino actual. Como cada poca (la preparatoria, la de Jess, la de primera generacin) asu-mi el camino, tambin lo debe hacer la generacin presente. Para ello Lc ajusta varias tradicio-nes a su situacin, como la predicacin de Juan (Lc 3,10-14), persecuciones y destruccin de Je-rusaln (Lc 21,12-24), el llevar la cruz (Lc 9,23), dar fruto (Lc 8,15; Hch 1,14). La tarea en el hoy de toda generacin es dar testimonio del Reino, realizando los signos que muestran que ya ha comenzado. III. Camino salvador Es tema dominante en la teologa lucana. Lo constatan vocabulario y sumarios. Jess es respuesta de salvacin, por una parte, para los judos, presentada por Lc como cumplimiento de la promesa de salvacin del Padre. Por otra, para los gentiles, para quienes se presenta como verdadero soter. 1. La salvacin. Tiene dos significados: 1) salvar del mal que amenaza, presente, custodiar de l, liberar de la presin sicolgica que causa; 2) dar un bien que lleva a una realizacin plena o inco-ar este bien y alegrar por l a quien lo recibe. La salvacin en Lc cubre esos significados: es librar de las tinieblas, del pecado, de la enfermedad, de la muerte, de la incredulidad. Es tambin el bien que se identifica con Dios mismo, con la felicidad escatolgica, o con su comienzo, logrados por el seguimiento de Jess dentro de su comunidad. 2. Salvacin radical y universal. Un presupuesto y, al mismo tiempo, realidad en la que conver-gen los significados anteriores es el perdn de los pecados (a;fesij tw/n a`martiw/n). Esta realidad salva radicalmente al hombre y conduce a la liberacin de todo tipo de esclavitud (Lc 4,16-22), tanto material como espiritual y, en definitiva, a la salvacin escatolgica. El Reino de Dios: mientras en Mc y Mt Jess empieza su ministerio anunciando el Reino, en Lc comienza con el anuncio de que la salvacin se cumple. Ciertamente el Reino se menciona 42 veces en la doble obra, y es parte central del anuncio, pero no ocupa el puesto que s tiene la sal-vacin. La salvacin as entendida se va realizando en las etapas del camino. Irrumpe con Juan Bautista, Jess y la Iglesia, sigue en nuestra historia y se completa en la parusa.

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    3. Agentes de la salvacin. Son Dios y Jess. Dios la promete, la prepara y la da al enviar a Jess. Y Jess es sencillamente el Salvador, que comunica la salvacin por su ministerio, su muerte y exaltacin y su don del Espritu. La misin de la Iglesia es recibir la salvacin de Jess y dar testimonio de ella. Estos dos aspectos se expresan en estos actos: recibir la palabra, convertirse, creer, bautizarse, recibir el perdn de los pecados y luego el don del Espritu (Hch 2,37s). La misin proftica de la Iglesia tiene como medio de comunicacin la Palabra: de gracia, de sal-vacin, que tiene poder, - aunque se responde a ella de acuerdo a la disposicin del corazn -, que se acoge con la conversin, que supone la fe. El bautismo sella la salvacin, que perdona el pecado e introduce en la comunidad. El don del Es-pritu lleva a trmino la realidad de la salvacin y hace del bautizado un testigo de la resurreccin y miembro de la Iglesia proftica. 4. Destinatarios de la salvacin a) Universalismo y privilegiados. La salvacin de Dios es universal, llega a todos, pero de forma preferencial a los marginados. Este alcance de la salvacin se presenta en todas las etapas del ca-mino. En la etapa preparatoria sus destinatarios primeros son el pueblo judo, aunque tiende a que sea toda carne = todos. En el camino del ministerio pblico de Jess son primero los hijos perdi-dos de Abrahn, pero en defintiva su obra se dirige a todos los pecadores (Lc 5,31s). En el cami-no de la Iglesia el resucitado ofrece la salvacin a todos por medio de sus testigos. Dentro de este universalismo hay destinatarios preferenciales de la salvacin. b) Los pecadores. Son los primeros. Jess los busca, los perdona, come con ellos, los llama. Esto slo se explica por la misericordia de Dios Padre que quiere congregar a todos sus hijos. c) Los pobres. Tres grupos: i) los pobres necesitados que por carencia de bienes o de salud viven excluidos. Dentro de ese grupo se cuentan pobres en sentido material, viudas necesitadas, mendi-gos, hambrientos, lisiados, cojos, mancos. Dios no quiere esta exclusin ni esta pobreza; les pro-mete la salvacin, urge a la cooperacin. ii) los pobres perseguidos por causa de la fidelidad al evangelio, cristianos que han caido en situacin precaria por esa causa. Dios tampoco quiere esta pobreza (Lc 6,20-23). iii) los pobres que viven con austeridad, que renuncian a confiar en dinero y optan por el Reino, por servir a Dios, por el tesoro del cielo, por ser ricos para Dios. Para Lc Jess es enemigo de la riqueza, pero amigo de los ricos: come, dialoga con ellos, deja que lo sigan. La riqueza es inicua porque aliena, esclaviza y cierra el corazn a Dios. d) Los samaritanos y las mujeres. Las mujeres son tambin marginadas preferenciales de Jess. Isabel y Mara son protagnistas; en Lc-Hch son muy importantes; participan del perdn, curacio-nes, el encomio, etc., por parte de Jess, a quien siguen (cosa rara en Palestina) y apoyan; son tes-tigos de la resurreccin y enviadas a anunciarlo. Perserveran con los discpulos en la oracin, es-tn entre los primeros convertidos de cada nueva comunidad. 5. La alegra. Es don de Dios relacionado con el don de la salvacin. Acompaa a las situaciones que la causan como nacimientos, logros, triunfos (resurreccin), tener parte en la salvacin, entrar a una comunidad, superar problemas; la alegra es respuesta a la evangelizacin. 6. Mara, modelo en el camino proftico salvador. Rasgos de Mara: i) recibe el encargo de ser madre del Mesas; ii) personifica a la hija de Sin; iii) da gracias en el magnificar por su mater-nidad virginal; iv) sirve a Isabel; v) camina en la fe; vi) persevera en la oracin con los discpulos cuando nace la Iglesia. Fuente: Rodriguez Carmona, A., Evangelios sinpticos y Hechos de los Apstoles, Navarra 1994, pp. 321-341

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    La anunciacin 26 Al sexto mes 26 fue enviado el ngel Gabriel por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazareth, 27 a una virgen desposada con un hombre 27 llamado Jos, de la casa de David; el nombre de la virgen era Mara. . 28 Y, entrando donde ella, dijo: 28 , Salve, llena de gracia, el Seor est contigo. , , . 29 Ella se sorprendi por estas palabras 29 y se preguntaba qu significara ese saludo. . 30 El ngel le dijo: 30 , No temas, Mara, , , porque has hallado gracia delante de Dios; . 31 quedars en embarazo y dars a luz un hijo 31 y le pondrs por nombre Jess. . 32 l ser grande, se le llamar Hijo del Altsimo 32 y el Seor Dios le dar el trono de David, su padre; , 33 reinar sobre la casa de Jacob por lo siglos 33 y su reino no tendr fin. . 34 Mara dijo al ngel: 34 , cmo ser esto, , puesto que no he tenido relaciones? ; 35 El ngel le respondi: 35 , El Espritu Santo vendr sobre ti y el poder del Altsimo te cubrir con su sombra; por eso el que va a nacer ser llamado santo, Hijo de Dios. . 36 Mira, tambin Isabel, tu pariente, 36 concibi un Hijo en su vejez, y ste es ya el sexto mes de la que se deca era estril, 37 porque no hay nada imposible para Dios. 37 . 38 Dijo Mara: Aqu est la esclava del Seor; 38 , hgase en m segn tu palabra. . Y el ngel la dej. . 1. Delimitacin Los datos de tiempo: al sexto mes y de lugar: una ciudad de Galilea llamada Nazaret; y la introduccin de nuevos personajes: una virgen: Mara y un hombre: Jos son signos que de-limitan claramente este pasaje del texto anterior, 1,5-25. Particularmente el dato del ocultamiento de Isabel embarazada por cinco meses en 1,24 concluye el texto anterior y, al mismo tiempo, en-gancha con este otro relato, temporalmente ubicado al sexto mes. El texto siguiente se distingue del presente relato por el dato de tiempo: en aquellos das y por el cambio de lugar: una ciudad de Jud en la sierra, en 1,39. 2. Contexto literario La anunciacin del ngel a Mara, su viaje y permanencia donde Isabel y el cntico de Mara constituyen una unidad; empieza en 1,26: Al sexto mes ..., y concluye en 1,56: Mara se qued

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    con ella (Isabel) como tres meses, y regres a su casa. Esta unidad, a su vez, se ubica en medio de otra unidad compuesta, por una parte, por la anunciacin del ngel a Zacaras, 1,5-25 y, por otra, por el relato del nacimiento de Juan y el cntico de Zacaras 1,57-79. Su punto conclusivo est en 1,80: El nio creca ... A continuacin retoma el autor el hilo de la unidad narrativa sobre Mara, 1,26-56, transmitiendo tradiciones relacionadas con el nacimiento de Jess, 2,1-7; su manifestacin 2,8-21 y su presenta-cin en el templo 2,22-38. Lucas concluye estas tradiciones en 2,39-40 anotando de nuevo en el ltimo versculo: El nio creca ... El captulo 2 concluye con el relato del nio en el templo, 2,41-51. 3. Cohesin del texto El ngel Gabriel, ya conocido por el contexto precedente de 1,5-25, se menciona en 1,26.30. 34.35.38; al ngel se refiere el autor mediante el pronombre personal tu palabra 1,38. El evangelista introduce e identifica a los otros personajes: Mara , se introduce como una vir-gen 1,27, en donde el autor, repitiendo el sustantivo la virgen la identifica por su nombre; se menciona adems en 1,30.34.38, 1 vez como la esclava del Seor 1,38; Lucas tambin se refie-re a Mara 9 veces (1,28.29.30.35[3 veces].36.38[2 veces]) mediante el pronombre personal o el artculo. El hijo que va a nacer 1,31, ser grande, llamado Hijo del Altsimo 1,32, Santo e Hijo de Dios 1,35; el evangelista se refiere a l mediante el pronombre personal en 1,31.32[3 ve-ces].33. Isabel, conocida por el contexto anterior, se menciona en 1,36; adems 3 veces se alude a ella con el pronombre personal en el mismo versculo. Dios se menciona en 1,26.30.37; adems se alude a l con el nombre Seor en 1,28, 1 vez como el Seor Dios en 1,32, 1 vez como el Altsimo en 1,35. La descendencia davdica del hijo se afirma por la repeticin de David como ascendiente de Jos 1,27 y del hijo 1,32. El autor emplea los vocablos , palabras y saludo como sinnimos textuales en 1,29. El Espritu Santo aparece en paralelismo con el poder del Altsimo en 1,35, se po-dran pues tomar tambin como sinnimos textuales. En la introduccin al relato, 1,26, hay el dato de el sexto mes, que se menciona de nuevo cuando el ngel se refiere a los meses de embarazo de Isabel en 136; En 1,26 tambin se introduce e identifica la ciudad de Nazaret; igualmente Jos en 1,27, cuya introduccin e identificacin se subordinan al personaje principal: Mara. El artculo definido, que llevan algunos sustantivos, es seal de que son realidades familiares al autor y a los lectores: el ngel Gabriel, conocido por el contexto anterior, la casa de David 1,27; el Seor 1,28; el trono de David 1,32; la casa de Jacob 1,33; Espritu Santo 1,35 (el adjetivo Santo determina a Espritu que aparece aqu sin artculo, como en 1,15). Conclusin: Las repeticiones ms numerosas a lo largo del texto, bien sean literales o bien me-diante pronombres, que se refieren a los mismos personajes: el ngel, Mara, el hijo, Dios, ponen de manifiesto la densa cohesin del texto; la apoyan adems los sinnimos textuales, el dato tem-poral que se repite en 1,26.36 y la repeticin relacionada con Isabel. Tres sustantivos aluden a contenidos anteriores. Primero, despus de or al ngel, en 1.34, Mara le objeta: cmo ser es-to? resumiendo en el pronombre demostrativo esto el contenido de las palabras pronunciadas por el ngel. Segundo, el ngel sustenta la veracidad del contenido de su anuncio en la seal del embarazo de Isabel, que se deca estril, resumiendo de forma explicativa que , todo, le es posible a Dios; tercero, a su vez Mara aprueba todo el anuncio del ngel, resumido en la

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    expresin tu palabra, mostrndose sumisa y dispuesta a acogerlo; de manera que estas tres retrospectivas, las de Mara y la del ngel, recalcan la cohesin del texto. 4. Tradiciones, conceptos, motivos El ngel es parte de los relatos de aparicin, en los cuales se identifica, cfr. p. ej. Tob 12,15.22; Jue 13,3-5. En la angelologa hebrea Gabriel es uno de los 4 arcngeles que estn en presencia de Dios, inmediatamente cercanos a l (cfr. Is 63,9; Ez 1,6), que tienen parte en su santidad y en su gloria. Al envo se alude por medio del verbo en pasivo , enviar denominado pasivo divino (cf. p. ej. Dan 10,11; Tob 12,14); Dios mismo es pues el que enva, en este caso a su ar-cngel. Desposorio. Dentro del judasmo una joven prometida a un joven segn el derecho judo se consideraba ya esposa; continuaba viviendo con sus padres (por un ao); durante este perodo la joven tena el status de desposada; por lo general antes de vivir juntos, las dos personas compro-metidas no tenan relaciones maritales. Lc y Mt coinciden en la tradicin de que Mara era la leg-tima esposa de Jos. es la expresin usual del saludo griego. Segn algunos exegetas (p. ej. Lyonnet), debido a que algunos profetas (Joel 2,21; Zac 3,14; Sof 9,9) abordan con l a (la hija de) Sin, tambin Lc abordara a Mara como hija de Sin. Quiz la expresin sencillamente sea saludo usual que in-troduce el mensaje del ngel. Expresiones tradicionales abordan la eleccin de Mara. llena de gracia es pasivo perfecto (bastante inusual) del verbo ; este pasivo anticipa la eleccin divina de Mara que se constata en las palabras posteriores en 1,30: , porque has hallado gracia delante de Dios. En el judasmo primitivo, mediante esta expresin se les co-munican revelaciones a personas elegidas o se les concede el conocimiento (cf. Ex 33,13; Sir 3,18s). La palabra , el Seor est contigo que sigue a la expresin llena de gracia, alienta de antemano la eleccin de Mara prometindole el amparo y la proteccin de Dios (cf. Gen 26,3; 28,14s; 39,3). Predicados de Jess. Su grandeza: , l ser grande puede apoyarse en 1,15, en donde esta cualidad se afirma de Juan bautista, pero referida a Dios; aqu, en 1,32, alude al poder y la dignidad de Jess, que se explican enseguida por ser Hijo del Altsi-mo, es decir, de Dios (cf. 1,35.76; 6,35; Hch 7,48). Este predicado le corresponde a Jess en vir-tud de su entronizacin mesinica como Hijo de Dios, la cual interpreta su resurreccin y exalta-cin (p. ej., segn Rom 1,3s); esa entronizacin probablemente retoma la profeca de Natn de 2Sam 7,12-14. Los tres predicados siguientes en 1,32c-33: a) , y el Seor Dios le dar el trono de David, su padre; b) , reinar sobre la casa de Jacob por lo si-glos, c) , y su reino no tendr fin, afirman la instauracin de Jess en su funcin como rey; primero es instituido como tal y, a con-tinuacin, se menciona la duracin de su reinado. El trono de David alude a la institucin del reinado en Israel (cf. 1Re 2,33.45; Is 6,9; Jer 13,13); la resurreccin y exaltacin de Jess le dan cumplimiento a estas palabras que lo instituyen como seor y rey de Israel. Hch 2,30; 13,23; Jn 7,41; Rom 1,3; 2Tim 2,8 afirman la ascendencia davdica de Jess; en Lc 18,38s se le llama Hijo de David. La casa de David es sinnimo de Israel (cf. Ex 19,3; Is 48,1). La duracin eterna del reinado de Jess supera las expectativas tradicionales judas: por una parte, la expectativa, basada en la pro-

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    mesa de Natn de 2Sam 7,12-14, de una continuidad eterna de la dinasta de David, definitiva-mente se cumple en Jess; por otra, hasta ahora slo de Dios se deca que su reinado no tendra fin (cf. Ps 145,13; Mi 4,7; Dan 2,44; etc.), si bien tambin se haba dicho de el Hijo del Hom-bre y de el Pueblo de los santos del Altsimo (Dan 7,14.27); ahora este predicado se le trans-fiere al reinado de Jess, que se explica porque desde el comienzo de su existencia es Hijo de Dios. La pregunta de Mara: , ; cmo ser esto, puesto que no he tenido relaciones? La expresin , conocer varn, referida al campo de las relaciones sexuales, es bblica: Gen 19,8; Jue 11,39; 21,12. Esta pregunta ha planteado muchos problemas de interpretacin; pero algunos puntos importantes podran evitar concepciones inadecuadas. Propiamente Mara no plantea una objecin, sino que pregunta por el cmo se realizar el anuncio; el acento de su pregunta no estara entonces en poner en primer plano su virginidad, pues objetivamente este aspecto biolgico no sera impe-dimento para que ella concibiera y tuviera a su hijo en cuanto tuviera vida comn con su esposo. Otros dos puntos muy importantes: Primero, la formulacin de la pregunta tiene bsicamente la finalidad de darle oportunidad al ngel para que contine explicando la filiacin divina del hijo de Mara. Lc recurre con frecuencia a preguntas de este tipo, por parte de interlocutores en sus relatos, que tienen la funcin de posibilitar la prosecucin explicativa de un tema, cf. 2,48; 3,10; 10,29.40; 12,41; 22,9; Hch1,6; 2,37; 8,34; 19,3; 21,38. Segundo, la razn aducida por Mara en la pregunta: ; ... puesto que no he tenido relaciones bien puede sugerir que Mara va a engendrar al hijo sin concurso de su esposo, es decir, no por el medio acostumbrado. Respuesta del ngel: al cmo en cuanto tal el ngel no da respuesta, pues la pregunta no se formula para que se le d respuesta exacta, sino, como se deca, para que el ngel lleve a trmino la explicacin de la filiacin divina de Jess. Filiacin divina de Jess. Como el predicado grande en 1,32 pudo haberse apoyado en 1,15, tambin el Espritu y el poder pueden haberse apoyado en 1,15.17. El Espri-tu Santo se relaciona con la filiacin divina de Jess porque su resurreccin y exaltacin se inter-pretaron muy pronto como obra del Espritu Santo (cf. Rom 1,4; 8,11; 1Cor 15,45; 1Tim 3,16; 1Pe 3,18); tambin en Mc 1,10s Jess es proclamado Hijo de Dios al descender el Espritu sobre l; Jess es pues constituido Hijo de Dios ya desde su concepcin por obra del Espritu. Lc aborda la accin de venir el Espritu sobre las personas en Hch 1,8; tambin Lc 24,49; en Hch 2,4 describe esta accin en Pentecosts, cuando los creyentes se llenaron del Espritu. Por otra parte, la accin de cubrir con la sombra designa la manifestacin de la presencia y de la accin salvfica de Dios, como en Ex 40,35 (Moiss no poda entrar en la tienda porque la nube la cubra; cf. tambin Num 9,18.22; 10,36), Mc 9,7; en Hch 5,15 la sombra parece tener significado metafrico: el poder, la gloria o el Espritu Santo. La parte final, 1,35c, concluye que Jess parti-cipa de la santidad divina y que le corresponde el status de Hijo de Dios. De estas observaciones se puede concluir que ni el venir del Espritu Santo sobre Mara, ni la idea de que el poder del Altsimo la cubre (con su sombra) tienen un sentido semejante al de una unin real (fsicamente) o ficticia que obre una concepcin, sobre todo teniendo en cuenta que este tipo de concepciones era familiar en la antigedad. Ms bien, el cmo Mara haya concebido queda abierto; sobre ello Lc no dice nada. La seal. El ngel aduce el embarazo de Isabel como seal para que Mara corrobore mediante tal seal la certeza y la grandeza del anuncio. significa en general pariente, sin especi-ficar el grado de parentesco entre las dos protagonistas; dado que Isabel es aaronita (1,5) tampoco insina el dato que tambin Mara lo sea. La comprobacin de la seal dada por el ngel motiva el viaje de Mara a Judea y su estada donde Isabel; de esa manera Mara, la primera en saberlo, constata la vejez y el embarazo de Isa-

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    bel. Pero esta constatacin no tiene la finalidad de evacuar la duda o de corroborar la fe de Mara, pues antes del viaje ella expresa su aceptacin y su disposicin a acoger el anuncio del ngel; ms bien tiene la finalidad de engrandecer la realidad del anuncio. Para Dios no hay nada imposible. Esta palabra se puede apoyar en Gn 18,14; ella resume la experiencia de Isabel y, por supuesto, se aplica al anuncio de la concepcin y el embarazo de Ma-ra. Desde la antigedad se supone que Mara qued embarazada en el momento de pronunciar su asentimiento. No obstante, el texto no dice nada sobre el punto de su embarazo. Ms bien llama la atencin la comparacin de estos datos: los dos anuncios, a Zacaras y a Mara, los concibe el autor en tiempos del rey Herodes el Grande (1,5), que muri en el ao 7 a.C. Y la poca en que el autor sita el nacimiento de Jess es durante el censo de Quirino (2,1s), en el ao 5 d.C. Mara figura modlica de fe. Mara cree en el anuncio del ngel y, en este sentido, es modelo de fe para los creyentes; tambin es figura ideal del israelita que acoge la palabra; su respuesta contrasta con la de la mayora de los israelitas que rechazaron el mensaje de salvacin. Dios es la figura principal de los dos relatos, enva dos veces al mismo ngel a distintos lugares: al templo y a Nazaret. Ambos textos se refieren a la esperanza escatolgica de salvacin de Is-rael, describen el cumplimiento de estas esperanzas. 5. Tipo de texto El texto es un relato de aparicin: sus elementos son los siguientes: a) Aparicin del enviado y susto de la persona receptora de la aparicin, contado por el relator (1,29: ella se sorprendi ...). b) Palabra de confianza del enviado y razn por la que la persona recibe la aparicin (1,30: no temas, has hallado gracia ...). c) Discurso del enviado de Dios (1,31-33: quedars en embarazo ...); el discurso, a su vez, se compone de tres partes: anuncio del nacimiento de un nio, 1,31; encargo de ponerle el nombre dado por el enviado, 1,31; relacin con Dios y misin del que va a nacer, 1,32-33. d) En ste y en el texto anterior la persona que recibe la aparicin plantea una objecin (1,34: cmo ser esto ...?), a la que responde el enviado (1,35-37). La palabra de asentimiento de Mara (1,38) no necesariamente es parte de este tipo de texto. 6. Texto redactado libremente o sujeto a tradiciones? Hay varias posibilidades relacionadas con la transmisin de los relatos de infancia de Juan y de Jess. Primero: el relato de Juan ya exista, Lucas habra redactado libremente el relato de Jess incorporndolo en el del nacimiento de Juan, siguiendo el modelo de este ltimo. Segundo: los dos relatos ya estaban integrados antes de llegar a manos de Lucas. Tercero: el relato de Jess sigue el esquema del de Juan, de manera que no habra existido antes de forma independiente; Lucas habra sido quien le habra dado la forma literaria con que ha lle-gado hasta nosotros, pero lo ms importante es que Lucas se habra basado en tradiciones cristo-lgicas y en tradiciones sobre los orgenes de Jess para redactar el texto, por tanto el autor no habra redactado el texto libremente, sino basado en la tradicin. Argumentos: 1. Elemento singular dentro del gnero es el saludo del enviado , , , Algrate, llena de gracia, el Seor est contigo. Mara no se asusta por la aparicin del enviado, sino que se sorprende por el saludo. El elemento reflexivo, , y se preguntaba qu significara ese saludo tambin es singular en el g-nero, ya que la reaccin normal ante una aparicin es el miedo, no la reflexin. Parece que estos elementos ms bien sirven de introduccin al mensaje del ngel.