Filemón

De las trece cartas que el apóstol Pablo escribió, solo cuatro de ellas están dirigidas a personas específicas (1 y 2 Timoteo, Tito y Filemón). Pero la más personal de todas es Filemón. Aunque es cierto que en esta carta hay saludos para la iglesia que se reunía en la casa de Filemón, todo el contenido de esta carta no contiene ninguna instrucción general o consejo para la iglesia. Mas bien, tiene un acercamiento totalmente personal del aposto Pablo para Filemón, el líder de la iglesia. La carta gira mayormente alrededor de un asunto principal: la petición especial que Pablo le hace a Filemón para que reciba de nuevo al esclavo fugitivo a quien Pablo enviaba de regreso a Roma a Colosas. Cabe mencionar que la epístola de Pablo a Filemón es una compañera natural de la carta a los Colosenses. Filemón y Colosenses fueron escritas al mismo tiempo, enviados a un mismo destino y con el mismo mensajero. La epístola a Filemón fue dirigida a un cristiano de Colosas del que sabemos muy poco. Pablo lo llama “amado Filemón, colaborador nuestro”. Entendemos por la carta que Filemón debió haber sido convertido al cristianismo por Pablo, ya fuera directa o indirectamente. Filemón se convirtió en un miembro muy activo de la congregación de Colosas. Había abierto su casa para que allí se llevaran a cabo los servicios. Filemón se había ganado la fama de ser un creyente generoso, amable, un creyente hospitalario y un trabajador entregado por el Señor y su iglesia. Es por esto que Pablo conociendo quien era Filemón le escribe esta carta para interceder por Onésimo, su esclavo. Vamos a los primeros versos…

SESIÓN 1: EL AMOR QUE DA OTRA OPORTUNIDAD

Saludos y agradecimientos “Yo, Pablo, prisionero por predicar la Buena Noticia acerca de Cristo Jesús, junto con nuestro hermano Timoteo, les escribo esta carta a Filemón, nuestro amado colaborador”. Filemón 1:1 (NTV) Al dirigirse a Filemón, Pablo no está destacando su autoridad apostólica, sino al hecho de que es prisionero por causa del evangelio. Pablo no considera su encarcelamiento como una desgracia sino como un honor, porque es consecuencia de su fiel servicio al Señor. Pablo tiene la confianza de que todos los detalles de su encarcelamiento, incluido el resultado final, están en las manos del Señor. Y Pablo inicia esta carta así para hacerle entender a Filemón que la petición que le va a hacer en esta carta viene de uno que estaba tan profundamente comprometido con la causa de Cristo que hasta había entregado su libertad por esta causa. “Yo, Pablo, prisionero por predicar la Buena Noticia acerca de Cristo Jesús, junto con nuestro hermano Timoteo, les escribo esta carta a Filemón, nuestro amado colaborador”. Le expresa un aprecio especial a Filemón. Pablo llama a Filemón “amado Filemón, colaborador nuestro”. Esto significa que el amor por el Señor Jesús unió a Pablo, a Filemón y a Timoteo y a toda la familia de creyentes de una forma muy especial. La petición que Pablo hace en su carta tiene como base el amor. Al llamarlo “colaborador” Pablo se refiere a la manera en que Filemón había dado evidencia de su fe. Mas adelante nos dice cuáles son estas evidencias. Pero por el momento, Pablo le muestra su respeto por la forma en que lo reconoce. “a nuestra hermana Apia, a Arquipo, nuestro compañero en la lucha, y a la iglesia que se reúne en tu casa.” Filemón 1:2 (NTV) La amada hermana Apia y Arquipo estaban tan estrechamente asociados con Filemón que el apóstol los incluye en el mismo saludo. Parece ser que Filemón era la cabeza de la familia a la que Apia y Arquipo también pertenecían. Se supone que Arpia era la esposa y Arquipo probablemente era el hijo de este matrimonio. Aunque es claro que Filemón es la persona a la que se dirige esta carta, ya que solamente él es quien tenía la autoridad para tomar la decisión sobre el asunto que Pablo va a mencionar, el apóstol quiere que los que están cerca de Filemón también escuchen lo que tenía que decirles.

Finalmente, Pablo también saluda a la iglesia que se reúne en la casa de Filemón. Durante el primer y el segundo siglo prácticamente no existían los edificios que hoy conocemos como iglesias, las familias usualmente tenían sus servicios de adoración en sus casas. Parece ser que Filemón tenía una casa grande que él ofrecía como un lugar de adoración para los creyentes en Colosas. Esta fue una de las muchas formas en las que Filemón mostró su amor por el Señor y por sus compañeros en la fe. Pablo le dice que ora por él en verso 4: “Filemón, siempre le doy gracias a mi Dios cuando oro por ti porque sigo oyendo de tu fe en el Señor Jesús y de tu amor por todo el pueblo de Dios. Pido a Dios que pongas en práctica la generosidad que proviene de tu fe a medida que comprendes y vives todo lo bueno que tenemos en Cristo. Hermano, tu amor me ha dado mucha alegría y consuelo, porque muchas veces tu bondad reanimó el corazón del pueblo de Dios”. Filemón 1:4-7 (NTV) Siguiendo la costumbre de Pablo en sus cartas, después de los saludos venía siempre una acción de gracias y una oración. Siempre que Pablo pensaba en Filemón le daba gracias a Dios. Epafras el fundador de la iglesia de Colosas, que ahora estaba en Roma, así como también otros, incluyendo a Onésimo, debieron haberle contado a Pablo acerca de la fe ejemplar de Filemón y de su vida cristiana. Esta mención de aprobación que Pablo le hace a Filemón no era con el propósito de adularlo, sino que era un reconocimiento genuino hacia él. Pero sin duda alguna Pablo quería que sirviera también para otro propósito. Porque al recordarle a Filemón las muchas formas en las que su fe se había mostrado en amor, el apóstol quería preparar a su amigo para la gran petición que estaba por hacerle. En otras palabras, estaba por hacerle una petición para que su amor cristiano diera un paso mas. Con mucho tacto Pablo prepara a Filemón para la gran petición. Aplicación Difícilmente nos podemos imaginar un ejemplo más grande de tacto cristiano que el que muestra aquí el inspirado apóstol cuando prepara a Filemón para su petición especial. Que recordatorio impresionante son las palabras del apóstol para todos nosotros. También nuestra vida como cristianos debe ser un desarrollo constante en la fe y como consecuencia un amor que nos capacitará para dar mayores pasos de amor en el trato que tenemos unos con otros.

Súplica de Pablo por Onésimo “Por esta razón me atrevo a pedirte un favor. Podría exigírtelo en el nombre de Cristo, porque es correcto que lo hagas; pero por amor, prefiero simplemente pedirte el favor. Toma esto como una petición mía, de Pablo, un hombre viejo y ahora también preso por la causa de Cristo Jesús.” Filemón 1:8-9 (NTV) Con el versículo 8 el apóstol comienza a tratar directamente el asunto que lo llevó a escribir esta carta. La súplica que le hace a Filemón a favor de Onésimo es un modelo de intercesión porque tiene su fundamento únicamente en el amor cristiano. En los versículos anteriores Pablo estableció la base para apelar al corazón de Filemón, ahora lo hace de una forma abierta y directa. Pablo era el apóstol del Señor, y como tal Pablo tenía la autoridad especial en la iglesia, si hubiera querido hacer uso de esta autoridad, simplemente hubiera tenido que darle órdenes a Filemón para que hiciera lo que estaba a punto de pedir. Sin embargo, en este caso Pablo no quería actuar de esa forma, no quería que su petición fuera como una obligación o como un deber que se tenía que cumplir, sino que deseaba que fuera un asunto de amor cristiano. Así que se presentó a Filemón no como un apóstol con toda la autoridad, sino como un hombre viejo y como prisionero de Jesucristo, que apelaba al amor de Filemón. Aplicación Pablo quería un cambio de corazón y no un cambio por obligación. Nosotros podemos aprender mucho de la forma en que Pablo hace su petición aquí. Vivimos en una sociedad en la que las exigencias son más comunes que las peticiones. Pero la fuerza más poderosa de la tierra no es la intimidación ni la amenaza ni la seguridad de lo que uno percibe como sus propios derechos, sino el amor. Y es con base en este amor Jesús constantemente intercede por nosotros ante el Padre. “Te suplico que le muestres bondad a mi hijo Onésimo. Me convertí en su padre en la fe mientras yo estaba aquí, en la cárcel.” Filemón 1:10 (NTV) Pablo escoge sus palabras con mucho cuidado. Como un intercesor fiel, se pone a si mismo entre la persona por quien pide y la persona a quien le escribe la carta. Con tierno afecto y con bello tacto al decir que el esclavo fugitivo es “mi hijo Onésimo, a quien engendre en mis prisiones”, Pablo pone el tema de Onésimo directamente ante Filemón. “Onésimo no fue de mucha ayuda para ti en el pasado, pero ahora nos es muy útil a los dos.” Filemón 1:11 (NTV)

Usando un juego de palabras que se relacionan con el nombre del esclavo, describe el cambio maravilloso que el Señor llevó a cabo en el corazón y la vida de Onésimo. Onésimo era un nombre común para un esclavo y significa “provechoso” o “útil”. Anteriormente Onésimo no le había hecho honor a su nombre, había sido un fugitivo y había robado, siendo así inútil para Filemón, quizá a Filemón se le ponía la carne de gallina ante la sola mención de Onésimo. Pero ahora, Pablo le dice a Filemón que el Onésimo que había sido instruido en el evangelio y convertido al cristianismo había llegado a ser verdaderamente útil. Ya le había sido de utilidad a Pablo, y también ahora le sería nuevamente útil a Filemón, si es que él lo recibía. Pablo además le hace saber de su afecto por Filemón al inclusive decirle que lo recibiera como si fuera él mismo.

“Te lo envío de vuelta, y con él va mi propio corazón. Quería retenerlo aquí conmigo mientras estoy en cadenas por predicar la Buena Noticia, y él me hubiera ayudado de tu parte; pero no quise hacer nada sin tu consentimiento. Preferí que ayudaras de buena gana y no por obligación.” Filemón 12-14 (NTV)

Pablo enviaba a Onésimo de regreso a Filemón, y Onésimo regresaba ahora voluntariamente a su amo a quien había robado, porque ambos estaban convencidos de que eso era lo mas apropiado. Después de su conversión, Onésimo se había convertido en un amigo fiel y en un ayudante útil del encarcelado apóstol. En realidad, Onésimo se había convertido de tanta utilidad para Pablo que en mas de una ocasión había pasado por la mente del apóstol la idea de conservar a Onésimo con el. Pero Pablo sabía que lo apropiado era regresar a Onésimo a Filemón, y si él quería hacer algo más, tal vez enviar a Onésimo de regreso a Pablo como un préstamo hasta que el apóstol fuer puesto en libertad, esa decisión sería exclusivamente de Filemón. No es que Pablo fuera esclavista ya vamos a ver por qué. “Parece que perdiste a Onésimo por un corto tiempo para que ahora pudieras tenerlo de regreso para siempre. Él ya no es como un esclavo para ti. Es más que un esclavo, es un hermano amado, especialmente para mí. Ahora será de más valor para ti, como persona y como hermano en el Señor.” Filemón 1:15-16 (NTV) Cuando Pablo le devuelve a Onésimo a su amo Filemón, el apóstol no intenta disculpar la antigua conducta del esclavo que había sido tan inútil. Sin embargo, al animar a Filemón a que perdonara y recibiera a Onésimo. El apóstol le pide al amo que se fije en las varias formas en las que el Señor había anulado lo malo que Onésimo había cometido y había hecho que sirviera para algo bueno.

1. Onésimo se había puesto en contacto con Pablo y había llegado a ser convertido al cristianismo. Pablo había ganado a un devoto amigo cristiano y un ayudante para su ministerio.

2. Cuando Onésimo escapó, Filemón se había visto privado de un esclavo y de sus servicios. Por un tiempo había sufrido esta pérdida. Pero ahora, si recibía nuevamente a Onésimo, Filemón lo podía conservar permanentemente, y mantendría con él una relación nueva y totalmente mejor. Como un esclavo cristiano Onésimo ahora le iba a servir a Filemón de una manera más gozosa y eficiente de lo que antes le había servido.

3. Además, Filemón y Onésimo iban a compartir un precioso lazo espiritual que antes no habían tenido, el lazo de una fe común. Aparte de una relación de esclavo y amo, ahora iban a compartir como hermanos en Cristo.

En Cristo siempre hay un lugar para la reconciliación y una segunda oportunidad para las personas. “Así que, si me consideras tu compañero, recíbelo a él como me recibirías a mí. Si te perjudicó de alguna manera o te debe algo, cóbramelo a mí. YO, PABLO, ESCRIBO ESTO CON MI PROPIA MANO: «YO TE LO PAGARÉ». ¡Y NO MENCIONARÉ QUE TÚ ME DEBES TU PROPIA ALMA!” Filemón 1:17-19 (NTV) Por lo tanto, con base en esto, Pablo resume su petición y le dice: recíbelo a él como si fuera yo mismo. El apóstol sabía que si el mismo, en persona, fuera a Filemón, su amigo lo recibiría con alegría y lo haría disfrutar de su hospitalidad. Y ahora, por la fe, Pablo, Onésimo y Filemón eran hermanos en la Cristo. Había otra cosa que Pablo sentía que tenía que mencionar, ya que presentaba una amenaza en potencia para un recibimiento cálido a Onésimo. Y ésta era la pérdida económica que Filemón había sufrido como consecuencia de las antiguas acciones de Onésimo. Aunque el apóstol no lo menciona explícitamente, es muy probable que Onésimo robara dinero de Filemón antes de escapar a Roma. Además, estaba también la cuestión del servicio del que Filemón había sido privado durante todo el tiempo que Onésimo estuvo ausente. Todo esto era una suma considerable. Pablo no quería que esto fuera un obstáculo para que Filemón recibiera a Onésimo. Así que Pablo me dice: Ponlo en mi cuenta. Pablo se había convertido en el padre espiritual de Onésimo, y estaba listo para asumir sus responsabilidades como padre. ¿Habría podido pagar Pablo la deuda? No lo sabemos. Pero Pablo estaba muy en serio con su compromiso y no quería ningún obstáculo para esta reconciliación.

Aplicación Esta es la historia de nuestras vidas. Nosotros somos Onésimo. Debíamos mucho, pero Jesús pagó con su propia sangre. La intercesión de Pablo por Onésimo nos refleja el amor intercesor de nuestro Señor por nosotros. Como Onésimo, nosotros los pecadores hemos hecho lo malo y hemos escapado de nuestro amo celestial. No merecíamos sino su ira y condenación. Pero, así como Pablo encontró y rescato a Onésimo, Jesús igualmente nos encontró y nos rescató, se colocó entre el Padre y nosotros. Se identificó plenamente con nosotros cuando asumió nuestra naturaleza y se convirtió en nuestro sustituto. No solo se ofreció a pagar lo que nosotros debíamos, sino que lo hizo en la cruz para satisfacer la justa ira de Dios. Ahora, como nuestro gran Sumo Sacerdote, intercede por nosotros, cada vez que pecamos. El Padre no se puede negar a escuchar la intercesión de su Hijo ni se puede negar a perdonar a los que por fe son hermanos y hermanas de Cristo y son sus propios hijos. “Sí, mi hermano, te ruego que me hagas este favor[c] por amor al Señor. Dame ese ánimo en Cristo.” Filemón 1:20 (NTV) Nuevamente Pablo pide generosamente que Filemón haga esto, sabiendo que la petición no era fácil, pero sí posible por amor al Señor.

Preguntas para dialogar En esta carta personal a Filemón, Pablo, aboga por un esclavo prófugo que huyó a Roma llamado Onésimo. Menciona que él había cambiado, ya no era el Onésimo que Filemón conocía. Dios lo había transformado. En el pasado no había sido útil, pero ahora podía ser de bendición. En Filemón versículos 10 y 11 “Te suplico que le muestres bondad a mi hijo Onésimo. Me convertí en su padre en la fe mientras yo estaba aquí, en la cárcel. Onésimo no fue de mucha ayuda para ti en el pasado, pero ahora nos es muy útil a los dos”. ¿Soy yo, alguien que está dispuesto a dar nuevas oportunidades, cuando las personas cambian?

Para Orar: Jesús, gracias por darme nuevas oportunidades, por seguir creyendo en mí, por ver más allá de mis errores. Gracias por buscarme, perdonarme y pagar por mis pecados. Sé que intercedes por mí ante Dios, cuando yo fallo. Ayúdame a ver a otros como tú los ves, a amarlos y tratarlos de acuerdo a ello. En el nombre de Jesús. Amén.

Para hacer: Piensa: ¿Qué es lo que Dios me quiere hablar hoy, a través de éstos versículos?

SESIÓN 1: EL AMOR QUE DA OTRA OPORTUNIDAD