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El Génesis y el cosmos: ¿Una visión unificada? Mart de Groot ¿Cómo debieran relacionarse mutuamente la Biblia y las ciencias naturales? Al menos dos posiciones parecen posibles. Por un lado están los que sostienen que no hay manera de armonizar los descubrimientos de la ciencia con la Biblia entendida en forma conservadora. Por el otro lado están los que creen que la conclusiones de ambas disciplinas pueden ser armonizadas en una visión general del mundo. Muchos en el segundo grupo se basan en la convicción de que Dios es el Creador tanto de la Biblia como del mundo natural, y que ambos tienen un papel que desempeñar en nuestra comprensión de la creación de Dios. El presente ensayo se propone presentar un modelo científico y otro bíblico del origen del mundo natural inanimado y explorar cómo se pueden integrar ambos. El modelo científico La ciencia de hoy pretende entender cómo se originó y desarrolló el universo. Esta pretensión es uno de los capítulos más fascinantes en la historia de la cosmología moderna. Es la historia de lo que se conoce con el nombre del Big Bang (la gran explosión).1 Según esta teoría, el universo se originó hace casi 14 mil millones de años. Uno de los aspectos atractivos de la teoría del Big Bang es su explicación de la procedencia de los elementos que se emplearon en la construcción de todo lo que existe en el universo, incluyendo la vida. Si bien los elementos químicos que se formaron en los tres primeros minutos siguientes a la gran explosión eran simples (mayormente hidrógeno y helio), los átomos más complejos aparecieron mucho más tarde. Fueron sintetizados dentro de las estrellas como producto de reacciones nucleares que dan a las estrellas su brillo. Por lo tanto, esta teoría requiere que las estrellas hayan sido formadas de modo tal como para producir los elementos químicos que componen todo lo demás. Para que se formen estrellas y se produzcan los diversos elementos químicos, las condiciones físicas del universo y los parámetros físicos básicos tienen que haber poseído valores muy precisos. Por ejemplo, para hacer átomos a partir de las partículas nucleares formadas en los primeros minutos siguientes al Big Bang, el número de protones y neutrones tiene que haber caído dentro de límites muy estrechos. De otro modo, o bien no se hubieran formado los átomos necesarios o bien todas las estrellas del universo se hubieran desplomado formando estrellas neutrónicas o agujeros negros hace ya mucho tiempo.

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El Génesis y el cosmos: ¿Una visión unificada?Mart de Groot¿Cómo debieran relacionarse mutuamente la Biblia y las ciencias naturales? Al menos dos posiciones parecen posibles. Por un lado están los que sostienen que no hay manera de armonizar los descubrimientos de la ciencia con la Biblia entendida en forma conservadora. Por el otro lado están los que creen que la conclusiones de ambas disciplinas pueden ser armonizadas en una visión general del mundo. Muchos en el segundo grupo se basan en la convicción de que Dios es el Creador tanto de la Biblia como del mundo natural, y que ambos tienen un papel que desempeñar en nuestra comprensión de la creación de Dios.El presente ensayo se propone presentar un modelo científico y otro bíblico del origen del mundo natural inanimado y explorar cómo se pueden integrar ambos.El modelo científicoLa ciencia de hoy pretende entender cómo se originó y desarrolló el universo. Esta pretensión es uno de los capítulos más fascinantes en la historia de la cosmología moderna. Es la historia de lo que se conoce con el nombre del Big Bang (la gran explosión).1Según esta teoría, el universo se originó hace casi 14 mil millones de años. Uno de los aspectos atractivos de la teoría del Big Bang es su explicación de la procedencia de los elementos que se emplearon en la construcción de todo lo que existe en el universo, incluyendo la vida. Si bien los elementos químicos que se formaron en los tres primeros minutos siguientes a la gran explosión eran simples (mayormente hidrógeno y helio), los átomos más complejos aparecieron mucho más tarde. Fueron sintetizados dentro de las estrellas como producto de reacciones nucleares que dan a las estrellas su brillo.Por lo tanto, esta teoría requiere que las estrellas hayan sido formadas de modo tal como para producir los elementos químicos que componen todo lo demás. Para que se formen estrellas y se produzcan los diversos elementos químicos, las condiciones físicas del universo y los parámetros físicos básicos tienen que haber poseído valores muy precisos. Por ejemplo, para hacer átomos a partir de las partículas nucleares formadas en los primeros minutos siguientes al Big Bang, el número de protones y neutrones tiene que haber caído dentro de límites muy estrechos. De otro modo, o bien no se hubieran formado los átomos necesarios o bien todas las estrellas del universo se hubieran desplomado formando estrellas neutrónicas o agujeros negros hace ya mucho tiempo.Además, a menos que el número de electrones presentes en el universo fuera igual al número de protones con una tolerancia no mayor de 1/1037 (una parte entre un 1 seguido de 38 ceros), las fuerzas electromagnéticas hubieran superado las fuerzas gravitatorias, de modo que nunca se hubieran formado las galaxias, las estrellas y sus planetas. Y sin estrellas no hubiera habido elementos químicos complejos.También, para que se formen estrellas y galaxias, el universo no debería haberse expandido ni muy rápido (porque eso desintegraría la materia antes de que se formaran las estrellas) ni demasiado lento (porque eso llevaría a que se desplomara el universo antes de que las estrellas tuvieran tiempo para producir los elementos químicos complejos). Para lograr esto, la expansión cósmica tiene que estar afinada precisamente con una tolerancia no mayor de una parte en 1060, que es ciertamente una precisión muy grande.De hecho, el número y la precisión de los afinamientos2 de los distintos parámetros físicos y cósmicos es tan increíble que uno debe aceptar que el universo fue diseñado con el propósito específico de mantener la vida humana. Aquí encontramos evidencia para la existencia no sólo de diseño sino del Diseñador mismo. Este es un argumento basado en el diseño para apoyar la existencia y actividad de Dios, quien se revela no sólo en su carta de amor a la humanidad, la Biblia, sino también en la obra de sus manos, la naturaleza (Salmo 19:1; Isaías 40:26).La teoría del Big Bang también ofrece una explicación para muchos procesos que habrían ocurrido después de que el universo cumpliera los 300.000 años. Los mejores modelos de lo que ocurrió antes de ese tiempo también parecen explicar el universo como lo conocemos hoy. Sin embargo, como ninguno de esos procesos se puede verificar mediante la observación, siguen en el área especulativa de la construcción de modelos.

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Una dificultad más radical con los modelos puramente científicos es que la ciencia declara que todos los fenómenos sólo pueden tener causas naturales. De ese modo, Dios como el Sustentador de su creación queda descartado como agente activo en la historia del universo. Pero para el cristiano creyente en la Biblia hay muchos fenómenos para los cuales la ciencia no tiene explicación. Piense el lector, por ejemplo, en relatos bíblicos como las cabezas de hacha que flotan, la alimentación de 5.000 personas con cinco panes y dos peces, la resurrección de la muerte, y la virgen que da a luz a un niño (2 Reyes 6:1-7; Juan 6:1-13; 11:38-44; Lucas 1:26-38). ¿Podemos esperar que la ciencia sea un día capaz de explicar exactamente cómo sucedieron estas cosas?Es importante la manera en que respondemos a esta pregunta. El cristiano acepta la existencia de Dios como una realidad y entiende que las leyes de la ciencia son una descripción humana de cómo Dios dirige su creación.

El modelo bíblico de la creaciónEl primer capítulo de la Biblia parece presentar un relato del origen del universo. Si bien la curiosidad humana puede no quedar del todo satisfecha, el primer versículo responde a cinco preguntas fundamentales. “Cuándo” queda respondida con “en el principio”; “Cómo” con “creó”. “Quién” con “Dios”. “Qué” con “los cielos y la tierra”. El “Por qué”está contestado en el resto del libro.

Necesitamos decir algo más acerca de estas palabras.“Los cielos y la tierra” es una frase que se denomina merismo,3 o sea un término que incluye todo lo comprendido entre los extremos de cielo y tierra. Esto parece indicar la totalidad de la materia creada.“En el principio”. En hebreo, esta expresión puede denotar un período de tiempo anterior a lo que sigue, es decir, un período anterior a la semana de la creación de Génesis. “En el principio” nos da algún tiempo —tal vez bastante— antes de la semana de la creación.“Creó”. El término hebreo bara (“creó” en Génesis 1:1) siempre tiene a Dios por sujeto; sólo él puede verdaderamente crear. El término asah se traduce generalmente “hizo” en Génesis 1 y en más de otros 70 lugares en la Biblia. Sólo Dios puede crear (bara), los humanos pueden hacer (asah). En Génesis 1, el término bara se usa en el versículo 1 cuando Dios creó toda la materia de la nada, en el 21 cuando creó los peces y aves dándoles el aliento de vida como sólo él puede hacerlo, y en los versículos 26, 27 para la creación de Adán y Eva cuando los creó a su imagen.4

En los otros días de la semana de la creación —según la versión bíblica que se consulte— Dios “separa”, “produce”, “hace salir” o “hace”. En todas estas ocasiones, Dios origina nuevas formas a partir de materia previamente creada. Cuando se usa bara generalmente se alude a la aparición de algo enteramente nuevo que no existía antes en ninguna forma. De este modo, “en el principio creó Dios los cielos y la tierra” significa que Dios creó de la nada la materia del universo antes de que comenzara su obra creativa de Génesis 1:3 en adelante. En su creación de toda la materia, Dios se proveyó de materiales para futuras construcciones. Esta manera de obrar es similar a su uso de la tierra seca para producir la vegetación (1:11), los animales (1:24) y a Adán (2:7).

Sabemos que ya existía algo creado antes de la semana de la creación. Los ángeles y probablemente otros mundos habitados existían con anterioridad a la creación que se describe al comienzo del libro de Génesis (ver Job 38:7). Gordon Gray5 propone otra manera de mostrar que el planeta Tierra existía antes de la semana de la creación. El lo llama “el método de sustracción”, que consiste en comenzar al final del capítulo 1 de Génesis e ir retrocediendo en el tiempo, descartando lo creado en cada una de las etapas hasta llegar al comienzo del Día 1.Así, comenzando el viernes de tarde, Eva, la última en llegar, es descartada primero, después Adán, y así sucesivamente. Procediendo de esta manera, ¿qué encontramos en vísperas del primer día? En ningún momento durante nuestro viaje a la inversa se menciona la creación del planeta o del agua. La Tierra, entonces, tiene que haber sido hecha antes de la semana de la creación. Sin embargo, estaba

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oscura, cubierta de agua y sin vida. Esta es exactamente la descripción que encontramos en Génesis 1:2. Pareciera que esta Tierra informe y deshabitada había sido creada antes del Día 1, y que un informe muy breve acerca de esa creación y de la condición en que había quedado aparece en los primeros dos versículos de Génesis 1.

Es interesante notar que, cuando Dios revela su poder creador a Job, se refiere a la Tierra envuelta en oscuridad por espesas nubes (Job 38:9). Este versículo ofrece la posibilidad de decir algo más definido sobre la creación del Sol, la Luna y las estrellas.En Génesis 1:16 (“la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas” RV) no hay palabra que corresponda a “hizo” en el texto hebreo. De hecho, también puede traducirse el pasaje así: “la lumbrera menor para que señorease en la noche junto con las estrellas”. El registro del cuarto día simplemente dice que las estrellas habían de “señorear en la noche” junto con la Luna. Esta lectura elimina el argumento de que las estrellas fueron creadas el cuarto día y también evita el problema de la luz de estrellas distantes que llega a la tierra dentro del tiempo de vida del universo. No hay por tanto necesidad de recurrir a la interpretación artificial que nos pide que creamos que las estrellas fueron creadas con su luz llenando ya el universo entero.Para explicar cómo podía estar en tinieblas la tierra cuando el Sol ya existía es suficiente leer Job 38:9 otra vez. La cubierta de nubes antes del primer día era tan espesa que la Tierra estaba en oscuridad. Entonces, el Día 1, Dios dice: “Sea la luz”. La espesa cubierta es levantada lo suficiente como para traer luz al mundo, pero sigue siendo suficientemente espesa como para ocultar el Sol, así como no vemos el Sol en un día densamente nublado pero no nos caben dudas si es de día o de noche. Entonces, el Día 4, las nubes son levantadas todavía más y las lumbreras celestiales se presentan en toda su gloria.

En lo que tiene que ver con la obra creadora de los seis días, creo que fue realizada en seis días literales y consecutivos de 24 horas. Otros investigadores han presentado amplia evidencia de que el modo en que el texto hebreo enumera los días en Génesis 1 sólo puede entenderse como denotando períodos de 24 horas.6 En cuanto al tiempo que precedió a la semana de la creación —el tiempo entre “en el principio” y el “día uno”— la Biblia no da una respuesta precisa. Sin embargo, en esta área la ciencia tiene algo que decir. La teoría del Big Bang, por ejemplo, coloca el origen del universo hace casi 14 mil millones de años. La Biblia coloca la semana de la creación hace unos seis mil años o poco más.7 Es evidente que, aunque tengamos nuestras reservas sobre algunos aspectos de la teoría del Big Bang, puede haber habido mucho tiempo antes de la semana de la creación durante el cual Dios pudo operar con la materia ya formada para hacer muchas galaxias, estrellas, planetas (algunos tal vez habitados) en torno a otras estrellas e incluso también el Sol, la Tierra y la Luna de nuestro sistema solar.

SíntesisEstamos ahora en condiciones de sintetizar lo precedente en una descripción general de cómo pueden haberse desarrollado los procesos creativos teniendo en cuenta algunos aspectos de la teoría del Big Bang.

En un momento no especificado “en el principio”, Dios creó toda la materia y energía contenidas hoy en el universo. Al hacerlo, no utilizó una materia preexistente y su palabra fue suficiente para traer todo a la existencia en un instante (Salmo 33:6, 9; 148:5; Hebreos 11:3).

Dios operó con la materia primordial para formar, primero, las partículas elementales y después los átomos simples, mayormente hidrógeno y helio, en los primeros tres minutos.

De acuerdo con la teoría del Big Bang, cuando el universo tenía 300.000 años de edad, se formaron las galaxias y, en esas galaxias, estrellas. Parece que Dios tenía en mente un papel especial para que

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desempeñaran las estrellas. Podríamos decir, metafóricamente, que fueron las ollas donde se cocinaron la mayor parte de los elementos químicos que más tarde él usó al formar la Tierra.

Junto con las estrellas se formaron planetas. Según la teoría del Big Bang, hace 4,5 mil millones de años esto llevó a la formación de nuestro Sol y sus planetas. El planeta Tierra estaba compuesto mayormente de los elementos químicos más complejos que son importantes para la vida. Sin embargo, la Tierra todavía se encontraba informe y vacía, cubierta por agua y envuelta en espesas nubes.

Entonces, hace aproximadamente 6.000 años, Dios visitó la Tierra para realizar su plan para este planeta y sus habitantes. Dedicó seis días literales para dar forma a la Tierra como habitat para la vida que entonces creó para ocuparla. Así trajo a la existencia el firmamento, la vegetación, los peces, las aves, los animales terrestres y nuestros primeros padres. Algunos de éstos fueron producidos con material terrestre, otros fueron dotados de características especiales. La diferencia está reflejada en el uso de las palabras bara y asah.Por supuesto, el proceso que acabamos de presentar es sólo una posibilidad. No ofrece un cuadro completo. Quedan muchas preguntas sin respuesta simplemente porque no estuvimos presentes para presenciar lo que sucedió. Con todo, es una descripción que permite armonizar nuestra comprensión actual de la ciencia con nuestra fe en el relato de la Biblia, integrando ambas en una visión unificada.En un estudio como este es muy importante utilizar un paradigma correcto. Las conclusiones obtenidas por los científicos a partir de sus observaciones de la naturaleza cambian radicalmente cuando se emplea otro paradigma. El aceptar o no a Dios como Creador y Sustentador afecta de manera fundamental nuestra comprensión del universo y de la vida. En la Biblia Dios no sólo nos ofrece una manera diferente de comprender el universo material, sino que también nos invita a tener una relación personal con él. Cuando comparamos nuestra limitada existencia actual con la eternidad en su compañía que nos ofrece, ¿aceptaremos su generosa invitación?Mart de Groot (Doctor en Ciencias Naturales, Universidad de Utrecht) dedicó la mayor parte de su vida a la astronomía y posteriormente se desempeñó como pastor adventista en Irlanda del Norte. Recientemente jubilado, continúa investigando, dictando conferencias y redactando artículos. Su dirección electrónica: [email protected]. Mart de Groot, “El modelo del Big Bang: Una evaluación”, Diálogo Universitario 10:1 (1998), pp. 9-12.2. Hugh Ross, en su libro The Creator and the Cosmos (Colorado Springs, Colorado: NavPress, 2001)

enumera 35 evidencias de afinamiento preciso del universo (p. 154) y 66 más del afinamiento preciso del sistema Galaxia-Sol-Tierra-Luna (p. 188).

3. Gordon Gray, The Age of the Universe (Washougal, Washington: Morning Star Publ., 2000), p. 172.4. Le debo al Dr. Carlos Steger la sugerencia inicial del uso de bara y asah en Génesis 1.5. Gray, pp. 28, 30.6. Richard M. Davidson, “En el principio: Cómo interpretar Génesis 1”, Diálogo Universitario 6:3 (1994):9-

12; Gerhard F. Hasel, “The Days of Creation in Genesis: Literal Days or Figurative Periods/Epochs of Time?” en John Templeton Baldwin, ed., Creation, Catastrophe, and Calvary (Hagerstown, Maryland: Review and Herald Publ. Assn., 2000), pp. 40 ss.

7. L. T Geraty, “The Genesis Genealogies as an Index of Time”, Spectrum, 6 (1984):5-18.

El diluvio: ¿Una catástrofe solamente local?William H. Shea

Un examen de las evidencias arqueológicas, lingüísticas y de las tradiciones literarias demuestra que una inundación local fluvial de la Mesopotamia no puede ser una explicación adecuada del diluvio bíblico.

Los creacionistas y los evolucionistas están en desacuerdo con respecto al diluvio. Los creacionistas argumentan que la Biblia es un documento de inspiración divina y que el relato del diluvio es un evento histórico real, de naturaleza universal. Por otro lado, los evolucionistas han respondido a la narración bíblica en diferentes maneras. Algunos lo han rechazado desde el punto de vista histórico y

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lo han considerado indigno de ser examinado seriamente. Otros, sin embargo, han proporcionado una explicación que no está de acuerdo con el punto de vista creacionista. Sugieren que hubo un evento histórico que proveyó la base para el relato, pero la historia fue exagerada fuera de las proporciones del evento original. Piensan que hubo en verdad una inundación local muy seria del río Tigris o del Eufrates (o de ambos), pero que la historia aumentó en proporciones tales, que para el tiempo cuando llegó a oídos de los escritores bíblicos, ésta ya había sido exagerada hasta el punto de convertirla en un diluvio universal.

La teoría de la inundación localEsta teoría comenzó con un arqueólogo. Sir Leonard Wooley se encontraba excavando en Ur, en el sur de Iraq, a fines de la década de los años veinte, cuando en una zanja particularmente profunda sus ayudantes llegaron hasta un depósito estéril de arcilla que no mostraba ningún vestigio de civilización. Sir Wooley dio órdenes de que sus ayudantes continuaran excavando por debajo de ese nivel. Al alcanzar más profundidad, encontraron otra capa de ocupación. Parado junto a la zanja con uno de sus asistentes y su esposa, le hizo la pregunta: “¿Sabe usted qué es esto?” El asistente lo miró en forma enigmática, pero la esposa respondió prontamente: “¡Es el diluvio de Noé!”. Y así fue como nació la teoría de la inundación local de Mesopotamia como explicación del diluvio bíblico.

Después de la segunda guerra mundial, mientras Sir Max Mallowan estaba excavando en Nimrud (Cala, en la Biblia) propuso una revisión a la teoría de Wooley. El quiso asignar al diluvio bíblico un nivel diferente de inundación, depositado en los parajes de Mesopotamia. Mientras que la inundación de Wooley fue fechada aproximadamente en 3500 a. C., en las fechas de la arqueología convencional, el profesor Mallowan propuso la fecha de 2900 a. C. para el estrato que dio nacimiento a los relatos de la Mesopotamia acerca del diluvio y después al bíblico.

Nuestro propósito en este artículo no es el de evaluar o endosar estas fechas arqueológicas, sino usarlas como base de comparación. La teoría de la inundación local crea muchos problemas, los cuales pueden ser examinados desde tres perspectivas diferentes que abarcan las tradiciones arqueológicas, lingüísticas y literarias. Un examen tal determinará si el diluvio bíblico finalmente se remonta a la historia de una inundación fluvial local en Mesopotamia o a la Biblia, como un registro histórico de un diluvio universal.

La prueba arqueológicaDesde el punto de vista arqueológico, en varias ciudades, cuando se trata de encontrar el estrato correcto que tenga conexión con el diluvio bíblico, hay una considerable dificultad en encontrar el estrato correcto que tenga conexión con el diluvio bíblico. Esto se debe a que en las diferentes ciudades de Mesopotamia hay distintos niveles de inundación, mientras que en otras ciudades no hay vestigio alguno de que haya tenido lugar una inundación. Se podría decir que el cuadro de las inundaciones locales en Mesopotamia es como una colcha de retazos en la que muchos de los retazos difieren.Considera los depósitos del período temprano que Woolley favorece para proveer una explicación para el diluvio. Estos fueron encontrados solamente en dos lugares, a saber, en Ur y en Nínive. Y se debe tener en cuenta las diferencias entre esos dos lugares. Nínive está localizada sobre el Tigris, al norte de Iraq. Ur está localizada en un canal que sale del río Eufrates, al sur de Iraq. Por lo tanto, estas dos ciudades están en lados opuestos del país y están localizadas sobre ríos

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diferentes. Ninguno de los otros lugares entre ellas que han sido excavados, han presentado la misma “capa de inundación”. La evidencia presentada por Woolley muestra que la inundación no cubrió ni aun toda la ciudad de Ur. Los habitantes de la región seguramente consideraron la inundación como grave, pero difícilmente fue el tipo de inundación que alcanzó proporciones universales.Y bien, ¿qué se puede decir acerca del nivel de la inundación del período posterior, cerca de 2900 años a. C.? Aquí, por lo menos, tenemos cuatro ciudades involucradas, a saber Kish, Shurupak, Uruk (la Erec bíblica), y Lagash. Kish es la ciudad situada más al norte de las cuatro y está cerca de Babilonia. Shurupak estaba localizada en un canal, en el centro del sur de Mesopotamia. Es famosa en la tradición literaria por ser la ciudad de la cual partió navegando Atra-hasis, el héroe de la inundación. Uruk está situada en el mismo canal que Shurupak, pero se halla un poco más hacia el sur. Lagash está localizada en un canal más hacia el oriente, al sur de Mesopotamia. El suelo estéril de Lagash probablemente no se debe a una inundación de un río local o de un canal, sino más bien a los cimientos de uno de los templos de Lagash, de acuerdo con Andre Parrot, quien, excavó a Telloh entre 1930 y 1931.Las excavaciones en Kish mostraron cuatro niveles diferentes de arcilla, los cuales se extienden a lo largo de un período de aproximadamente cuatro siglos, según los excavadores. Las fechas más tempranas se ubican hacia 3300 a. C., y las más tardías hacia 2900 a. C. El último nivel, o el más alto, fue de 30.5 cm (aproximadamente un pie) de espesor. Consecuentemente, la pregunta a contestar es: ¿Cuál de estos cuatro niveles locales de inundación debe escogerse como base para crear una leyenda de un diluvio para el texto bíblico? Ninguno de ellos parece tener significado y los niveles múltiples disipan el entusiasmo necesario para identificar a cualquiera de ellos con la historia bíblica.Los otros dos lugares parecen ser opciones mejores. Shurupak, la moderna Tell Fara, fue excavada por Eric Schmidt. En sus excavaciones entre 1930 y 1931, Schmidt encontró un depósito de aluvión de 61 cm, (aproximadamente dos pies) de espesor que data de los comienzos del tercer milenio antes de Cristo. Uruk estaba situada en el mismo canal pero a una distancia más considerable, hacia el sur. Julius Jordan encontró en sus excavaciones de 1929 en este sitio un estrato estéril de 152 cm (aproximadamente cinco pies) de espesor. Así que de las cuatro localidades que se relacionan con este período, una tenía depósitos de niveles múltiples que son el resultado de una inundación local, otra no tenía depósito alguno de inundación y dos tenían solamente un nivel de depósito. Esto concuerda más o menos con las dos localidades del período temprano, que también tenían depósitos. De esta manera se cancelan por igual una a la otra, es decir, la inundación temprana y la tardía. Las inundaciones han continuado ocurriendo hasta los tiempos modernos. Hubo una inundación extensa, por ejemplo, en el centro de Iraq, en 1948.Es interesante notar que la mayoría de estas localidades fueron excavadas más o menos al mismo tiempo, entre 1929 y 1932. Así como se dan las cosas, pareciera que la teoría de una inundación local estuvo en boga alrededor de 1930, inspirada por la sugerencia de Woolley.Sin embargo, si se considera el modelo en su totalidad, hay muy pocas pruebas arqueológicas para una teoría tal. Los depósitos debidos a la inundación de los ríos fueron casuales, algunas veces afectando una ciudad y dejando otra en la vecindad sin consecuencia alguna. De las seis localidades estudiadas desde este punto de vista, sólo una de ellas estaba localizada en un río mayor, a saber, Nínive, sobre el Tigris. El resto de ellas estaban situadas en canales localizados en brazos de los ríos, y no en los ríos mismos. Por lo tanto, podríamos llamar probablemente a esta teoría, la teoría local del diluvio del canal de Mesopotamia.

La prueba de la lingüísticaLos habitantes que vivieron en esta región durante las inundaciones provocadas por estos ríos estaban bien familiarizados con ellas, y consecuentemente las describen en formas diversas. Ellos tenían otra palabra para el gran diluvio. Esta palabra era abubu, en el idioma acadio. Este término fue reservado para el gran diluvio por el cual el héroe de la inundación trajo a su familia en un arca. El término nunca fue usado para referirse a inundaciones locales producidas por los ríos. Sin embargo, también se lo usó para describir la embestida violenta del ejército asirio bajo el comando de ciertos reyes. En estas ocasiones, el ejército asirio arrollaba a sus enemigos como el abubu. Esta analogía adquiere más sentido cuando se la compara con el gran diluvio de la tradición mesopotámica, que cuando se la

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compara con la inundación de una llanura producida por un río local. Era una expresión de grandeza de los reyes asirios cuando querían proclamar y comparar su fortaleza. El hebreo bíblico hace algo semejante al referirse por medio de un término especial al diluvio de Noé. La palabra mabbul es usada solamente en dos ocasiones especiales, a saber, en Génesis 6-9 y en el Salmo 29. El Salmo 29 dice: “Jehová preside en el diluvio, y se sienta Jehová como rey para siempre” (v. 10, Valera revisada, 1960). Esto significa el diluvio de Noé, y no cualquier inundación producida por un río que corre por un valle. Este es un salmo acerca de “la tormenta” del gran poder de Dios. Baal no es el dios tempestuoso, sino Jehová. Y él controla los elementos de la naturaleza para llevar a cabo sus propósitos. Y esto fue así aun cuando se produjo la mayor erupción de la naturaleza que el mundo haya visto en el pasado, el diluvio de Noé. De la misma manera en que los reyes de Asiria comparaban las fuerzas de sus ejércitos con el poder más grande jamás visto en la naturaleza, Jehová comparó su poder sobre la naturaleza con la demostración más grande de poder jamás vista antes sobre la tierra.Podría haber una relación entre estas dos palabras, si la del semítico oriental añadió las consonantes al traspasarse al semítico occidental, o viceversa, si el término se propagó en la dirección opuesta. Esto daría cabida al término compuesto (m)abubu(l). El original etimológico de la palabra es oscuro en ambos idiomas, pero su aplicación es muy clara: en ambos idiomas designaba exclusivamente el gran diluvio y no fue usada para ninguna inundación fluvial local.

La

prueba de las tradiciones literariasEstos relatos de los diluvios tienen dos elementos principales. Uno se refiere a la extensión de la inundación en términos descriptivos, y el otro a sus resultados.

En ambos casos, en ambas culturas, y en ambos idiomas, la diferencia entre el gran diluvio y las inundaciones locales era bien conocida y aceptada. El primer aspecto de ello es el tema de una terminología inclusive, como se da en el relato bíblico. La pregunta que se levanta es: ¿Cuán inclusive era ese idioma?

El Dr. Gerard Hasel ha tratado este tema en su artículo titulado: “El punto de vista bíblico del alcance del diluvio” (ver la bibliografía). Como Hasel lo señala, se usa la frase: “la faz de toda la tierra”, 46 veces en Génesis 6-9. La frase: “toda carne”, 13 veces. La frase: “toda cosa viviente” es empleada en

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tres ocasiones, y Génesis 7:19 usa la expresión: “bajo todo el firmamento”. Todas estas frases se refieren al alcance del diluvio. Es cierto que en hebreo la palabra todo no siempre significa el cien por ciento, pero si en Génesis 6-9 está respaldada por la multiplicidad de tales expresiones, ciertamente debe significarlo.

Ilustración:

La versión del diluvio de acuerdo con el Gilgamesh dice lo mismo, a saber: “toda la humanidad ha retornado a la arcilla” (XI:133). Utnapistim, el héroe del diluvio, abrió la compuerta de su arca y buscó tierra seca. También es interesante notar que no fue la creciente de los ríos como consecuencia de la nieve que se derritió en Anatolia lo que causó el diluvio. De acuerdo con Utnapistim, fue la tempestad lo que causó la inundación: una tormenta que se avecinaba, acompañada de relámpagos en el firmamento. Cuando él estuvo listo para examinar las posibilidades de salir del arca, envió también pájaros hacia afuera, tal como lo hizo Noé. Los dos primeros pájaros, una paloma y una golondrina, regresaron al arca porque “no había lugar visible donde posarse” (XI:148, 151). Según este hecho, no hay duda alguna de cuán vasta y abarcante era la extensión de esta inundación.En el relato descripto en la tabla del Génesis Sumerio Eridu y en la Epica de Atra-hasis, falta la parte relacionada con la tempestad. Pero las porciones de ellas que sobrevivieron nos relatan acerca de los desastrosos resultados en el panteón. Se suscitó una extraordinaria controversia entre los dioses. La mayoría de ellos lamentaron haber provocado el diluvio y destruido la humanidad. Sin embargo, Enlil, el dios identificado como el primer ministro, el cual era la suma autoridad para ordenar el diluvio, reaccionó en forma opuesta. Supo que algunos escaparon y sobrevivieron al diluvio, lo cual lo airó mucho, porque el propósito del diluvio había sido precisamente el de eliminar a toda la humanidad, y el hecho de que algunos hubieran escapado era totalmente contrario a su propósito. Y esta fue la causa de su enojo. Había sido engañado por Enki (Ea), el dios de la sabiduría, quien le había dicho al héroe del diluvio que construyera una embarcación para escapar de la inundación.Algo del diálogo relacionado con esta dicotomía puede entreverse en la épica de Atra-hasis. La diosa de los nacimientos, que había dado forma al ser humano, se arrepintió de la decisión de causar el diluvio: “En la asamblea de los dioses, ¿cómo ordenaré junto con ellos la destrucción total?” Ella lamenta que Anu, el dios principal, haya estado de acuerdo con esta decisión, exclamando: “¿El, quien no tuvo consideración sino que causó el diluvio y encomendó a la gente a la destrucción? De nuevo ella pregunta acerca del paradero de los dioses: “¿Ellos, que no consideraron pero que produjeron el diluvio y entregaron a la gente a la destrucción? Tú has decidido sobre esta destrucción total” (Atra-hasis, pp. 95, 97, 99). Se revela la ira de Enlil cuando cuestiona: “¿A dónde escapó la vida? ¿Cómo sobrevivió el hombre a la destrucción?” (Id., p. 101). Enki tiene que confesar que él fue el “responsable de salvar la vida”.Se transmite la misma idea en la información que Enki le dio al héroe del diluvio, Ziusudra, en el relato sumerio. Al amonestarlo para que se prepare para la llegada del diluvio dice: “La decisión de que la humanidad sea destruida, ha sido tomada; un veredicto, una orden dada por la asamblea (divina), no puede ser revocada” (Journal of Biblical Literature 100 [1981]: 523).De todo esto nos queda claro que Enil intentó destruir a toda la humanidad por medio del diluvio. Los dioses en la asamblea votaron para apoyarlo en esto, arrepintiéndose más tarde de ello. Pero cuando algunos seres humanos escaparon, el propósito de Enlil se frustró y se airó porque él había ordenado la destrucción de toda la humanidad viviente, y solamente debido a que Enki lo engañó algunos lograron escapar.El relato bíblico del diluvio se parece a éste pero hace una distinción moral que la versión mesopotámica no hace. Dios estaba disgustado a razón de la iniquidad de la humanidad, pero decidió rescatar a los pocos justos en el mundo por medio del uso del arca de Noé (Génesis 6:4-8). Esto no se podía lograr ni en el relato bíblico ni en el relato mesopotámico con sólo una escala de una inundación fluvial local. Se necesitó un diluvio universal para destruir a la humanidad. ¿Inundaciones en Marte?

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¿Cómo pudo Marte experimentar una inundación? Es más, ¿cómo podrías explicar la presencia de sistemas de valles conectados entre sí, gigantescas marcas de cauces, paredes de cráteres erosionadas y canales gigantescos? Pareciera que ocurrió alguna vez una gran inundación en el “planeta rojo”, con ríos gigantescos de más de 100 km (60 millas) de ancho, de probablemente una profundidad mayor de 500 m (1.500 pies), con agua moviéndose a una velocidad superior a los 200 km (120 millas) por hora.1 Es posible que Marte haya tenido un océano que contenía más agua que el mar Caribe y el mar Mediterráneo juntos. Se ha calculado que las inundaciones han llenado el océano marciano en pocas semanas. ¿De dónde vino esa agua y dónde está ahora? Parece haber salido con gran fuerza, a borbollones, como “fuentes de la profundidad”, de las inmensas grietas de la superficie de Marte. La razón de por qué brotaron repentinamente y hacia dónde se fueron son preguntas que han quedado sin contestar. Pero la evidencia de la inundación está allí. Uno se puede dar una idea de la magnitud, al visitar el Scabland Canalizado al este del Estado de Washington, el cual fue formado también por una inundación catastrófica sobre un territorio volcánico.2 Tal vez alguno de los experimentos espaciales a Marte en el futuro nos revelen algunos de los misterios de los diluvios marcianos.1.   V. R. Baker, “The Spokane Flood, Controversy and the Martin, Outflow Channels”, Science 202 (1979):

pp. 1249-1256.2.   V. R. Baker et al, “Ancient Oceans, Ice Sheets and the Hydrological Cycle in Mars”, Nature 352 (199):

pp. 589-594. 

 La evidencia geológica del diluvio del GénesisSería de esperar que un evento tal como el diluvio relatado en el Génesis haya dejado evidencias significativas en los estratos rocosos de la tierra. Cuando se examinan esos estratos, un buen número de importantes descubrimientos sugieren una interpretación diluvial. Durante la acción de un diluvio universal, podría esperarse una rápida y extensa actividad catastrófica, cuyas evidencias estarían al descubierto. Sin embargo, tenemos que tener en cuenta que al considerar un evento pasado como el diluvio, tratamos con interpretaciones en lugar de hacer observaciones directas.A continuación, presentaré algunas características de las rocas, lo cual denota la existencia de un diluvio universal.1. Los sedimentos marinos en los continentes. Alrededor de la mitad de los sedimentos encontrados en los continentes actuales, son de procedencia marítima. ¿Cómo ha llegado tanto material marino a posarse en los continentes? Esperaríamos que se mantuvieran en el océano. La extensa distribución de los océanos en los continentes es ciertamente una situación diferente de la presente, pero es consistente con el concepto de un diluvio universal.2. La abundante actividad submarina en los continentes. Se han visto evidencias de ésta en grandes y antiguos “helechos submarinos” y otros depósitos submarinos tales como la turba, encontrados sobre los continentes. La turba está formada por masas rocosas, cieno, arena y partículas de arcilla almacenados en capas submarinas. Los estudios acerca de las turbas han demostrado que se pueden almacenar inmensos depósitos de varios metros de espesor y que cubren hasta 100.000 kilómetros cuadrados en los océanos en cuestión de horas después de un terremoto. Hoy se interpreta que miles de capas de sedimentación sobre los continentes, de las cuales se pensó en una ocasión que fueron depositadas durante un largo período de tiempo en aguas poco profundas, son depósitos de turba de sedimentación rápida, como era de esperarse de un diluvio como el descripto en el Génesis.3. Sedimentos peculiares distribuidos extensamente. Muchas capas geológicas de sedimentos terrestres peculiares cubren un área tan vasta que es difícil de creer que fueron depositadas lentamente sin la acción de ninguna condición catastrófica. Por ejemplo, en el occidente de los Estados Unidos, el conglomerado Shinarump, de un grosor aproximado de 30 metros, cubre casi 250.000 kilómetros cuadrados. La Formación Morrison, de un grosor de 100 metros y que contiene muchos residuos de dinosaurios, se extiende sobre 1.000.000 de kilómetros cuadrados, y el grupo de los bosques petrificados de Chinle cubre una superficie de 800.000 kilómetros cuadrados.4. La carencia de erosión en la brecha de las capas sedimentarias. Frecuentemente hay brechas en la secuencia de las capas sedimentarias de la tierra. Podemos identificar estas brechas al compararlas con otra serie de capas y fósiles encontrados en otros lugares. A menudo, una capa

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geológica extensa, asignada a un tiempo particular por medio de la escala geológica de tiempo patrón, está por debajo de una que es considerada millones de años más joven. Las capas que serían las más antiguas, no están presentes en estos sitios en particular. Sin embargo, en estas brechas las capas más profundas presentan poca evidencia de la erosión que seguramente habría tenido lugar, si éstas hubieran existido por millones de años. De hecho, de acuerdo con las ratas típicas de erosión en el presente, las capas involucradas y muchas más, deberían haber sido eliminadas por la erosión durante este largo período de tiempo. La escasez virtual de erosión en la mayoría de estas brechas sugiere un depósito hecho rápidamente, como se esperaría en el diluvio, durante el cual había poco tiempo para que ocurriera erosión.5. Sistemas ecológicos incompletos. En algunas capas que contienen fósiles, tales como en la piedra arenisca de Coconino en la región del Gran Cañón y la Formación de Morrison, en el oeste de los Estados Unidos, encontramos buenas evidencias de animales pero ninguna señal de residuos de plantas. Los animales requerirían de plantas para alimentarse y a pesar de ello, se encontraron unas pocas plantas en esta formación, la cual contiene gran abundancia de restos de dinosaurios. Curiosamente, no se han encontrado plantas en Coconino a pesar de los cientos de huellas de animales registradas. ¿Cómo pudieron estos animales sobrevivir millones de años, como se sugiere por los depósitos de estas formaciones geológicas, sin tener una nutrición adecuada?La actividad clasificadora y la acción rápida que se espera de las aguas del diluvio parecen ser una explicación más plausible.—Ariel A. Roth, Ph.D., Geoscience Research Institute William H. Shea, (M.D., Loma Linda University; Ph.D., University of Michigan), es un director asociado del Instituto de Investigación Bíblica en la Asociación General. Su dirección es: 12501 Old Columbia Pike; Silver Spring, MD 20904-6600; EE. UU. de N.A.

BibliografíaCon referencia a las inundaciones locales de los ríos de Mesopotamia y las evidencias geológicas que

han dejado, ver Lloyd R. Bailey, Noah: The person and the story in History and Tradition (Columbia: University of South Carolina, 1989), pp. 28-37.

Con referencia a la historia de la inundación sumeria, ver Thorkild Jacobsen, “The Eridu Genesis”, Journal of Biblical Literature 100 (1981): 513-529.

Con referencia a la historia de la inundación de la antigua Babilonia, ver W.G. Lambert y A. R. Millard, Atra-hasis: The Babylonian Story of the Flood (Oxford: Clarendon, 1969).

Con referencia a la historia de la inundación neo-asiria, ver J. B. Pritchard. ed. Ancient Near Eastern Texts Relating to the Old Testament (Princeton: Princeton University, 1955), pp. 93-96.

Con referencia al lenguaje bíblico relacionado con la extensión del diluvio, ver

La hora de triunfo de CalebRoy GaneNació esclavo. Y le pusieron un nombre que significaba “perro”.—¡Eh, tú! Muchacho, esclavo... ¿Cómo te llamas?—Me llamo Caleb, señor.—Bah, “perro”... Bien te queda.Pero Dios había liberado a Caleb y a su pueblo.

La mayoría de los israelitas nunca habían tenido una idea cabal de lo que significaba la libertad. Pensaban que era leche y miel, en lugar de un poco de carne con cebollas. Creían que el hombre de la vara mágica seguramente los dirigiría a la tierra prometida, confortablemente y sin pérdida de tiempo. Pero cuando observaron que los obstáculos se asomaban sobre el horizonte, que la comida y el agua se agotaban y que el hombre de la vara había desaparecido allá arriba en la montaña desde hacía varias semanas, su libertad embrionaria se convirtió en caos y sus florecientes gustos dieron paso al recuerdo de las carnes deshilachadas de Egipto. Codiciaron su esclavitud debido a que todavía eran esclavos de alma.

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Caleb era diferente. El entendió que la libertad implicaba servir a un nuevo Patrón, uno divino. Los otros miraban alrededor y se quejaban ante Moisés, pero Caleb miraba hacia arriba, a esa radiante columna de nube, alabando al Dios que lo había hecho un hombre libre.Tarde o temprano, la diferencia entre la actitud de Caleb y la de su pueblo iba a terminar en un fuerte choque de ambos. Y esto ocurrió en Kadesh-barnea, en el desierto de Parán, cuando volvió de observar la tierra de Canaán junto con otros once espías. Coincidieron unánimemente en afirmar que la tierra fluía leche y miel y para probarlo trajeron fruta deliciosa, incluyendo un racimo de uvas de dimensiones sencillamente espectaculares.

Pero diez de los espías acentuaron los aspectos negativos. Los habitantes de la tierra eran muy fuertes, tenían ciudades bien fortificadas y eran gigantescos. Escuchar esa descripción era como para desmayar. Súbitamente, la tierra prometida se tornó muy poco prometedora. Perdiendo de vista su experiencia previa, impacientes, los israelitas murmuraron: “Porque Jehová nos aborrecía, nos ha sacado de tierra de Egipto, para entregarnos en mano del amorreo para destruirnos” (Deuteronomio 1:27). El perfecto temor echa fuera el amor, paradójicamente. (En claro contraste con 1 Juan 4:18.)Moisés trató de animar a la gente, pero la única respuesta que recibió fue un acrecentado clamor de quejas. Fue entonces cuando un hombre, dando un paso al frente, gritó: ¡Has!, lo que en hebreo quiere decir “¡Silencio!” Ese hombre era Caleb de Judá. No era un orador pulido y persuasivo, pero las palabras que pronunció a continuación pasaron a ser el lema y la declaración de misión de todo el que desea entrar en el descanso del Señor, a la tierra mejor que él ha prometido. Caleb los urgió: “Subamos luego, y poseámosla. Más podremos nosotros que ellos” (Números 13:30).

¿Irreal?“Más podremos nosotros que ellos”. ¡¿Irreal?! Caleb, a diferencia de la mayor parte del pueblo, sabía que las fortificaciones y los gigantes eran reales porque él mismo los había visto. El pueblo no tenía nada. Adolecía del personal, los recursos, la infraestructura y el presupuesto para superar esos obstáculos. Pero cuando Caleb dijo “podremos”, había incluido al Señor en ese “podremos”, porque Dios estaba con su pueblo.Ahora bien, ¿por qué Josué, el otro espía disidente, no pronunció su discurso? Estaba de acuerdo con Caleb, pero había sido asistente de Moisés. Cualquiera sabía que tenía intereses creados. La gente que no había querido oír a Moisés no iba a querer escuchar a Josué. Pero Caleb no tenía esos antecedentes. Podía ponerse cómodamente del lado de los otros diez espías. Después de todo, ¿no eran la mayoría?Era la teocracia y no la mayoría la que regulaba el corazón de Caleb. La democracia es buena, pero ni siquiera el voto abrumador de la mayoría podría haber desplazado la tenaz determinación de Caleb de seguir la voluntad del Señor. Quizá por un fugaz, un luminoso momento, el valor de Caleb encendió una chispa de esperanza en el pueblo. Pero ésta fue rápidamente sofocada, cuando la mayoría audiblemente tomó control del escenario y comenzó a responder de modo peyorativo. Determinados a desanimar al pueblo, los otros espías no dudaron en desacreditar la misma tierra que habían ponderado momentos antes, diciendo que “devora a sus habitantes”. Exageraban, describiéndose a sí mismos como langostas en la presencia de los habitantes de Canaán. Hasta adujeron haber visto a Nefilim, descendiente de los renombrados gigantes que vivieron antes del diluvio. Irónicamente el pánico había transformado a Canaán en un Parque Jurásico poblado por humanosaurios...Toda esa noche los israelitas regaron con sus lágrimas el desierto de Parán y al amanecer se levantaron para rebelarse contra sus líderes, Moisés y Aarón. Josué y Caleb, rasgando su ropa, les rogaban pero no consiguieron nada con sus intentos, a no ser amenazas. “Entonces toda la multitud habló de apedrearlos” (Números 14:10).Fue entonces cuando Dios proclamó para toda la generación adulta de Israel una sentencia a la medida del crimen. Porque rechazaron entrar a Canaán, iban a morir en el desierto sin llegar a la tierra prometida. A excepción de Caleb y Josué. Y el Señor destacó la lealtad de Caleb con una mención especial: “Empero mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y cumplió de ir en

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pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró, y su simiente la recibirá en heredad” (Números 14:24).Al romper el alba de la siguiente mañana el pueblo se levantó, listo para partir: “Henos aquí para subir al lugar del cual ha hablado Jehová; porque hemos pecado” (versículo 40). Una confesión sin arrepentimiento. Habiéndose negado previamente a llegar donde Dios los guiaba, ahora querían ir donde él no los quería llevar. Contrariando la advertencia de Moisés, ellos “se obstinaron en subir a la cima del monte”(versículo 44). Así se sorprendieron a sí mismos deambulando por todo el sur de Palestina, retrasados por detrás, apresurados por delante, totalmente despistados.En nuestra casa, que hemos comenzado a llamar la Tierra del Canino, tenemos dos perros medianos. Cuando salimos a dar una caminata, no les resulta natural a Sombra y Príncipe mantener el paso. Ambos tiran todo lo que pueden sus respectivas correas para llegar a ser el perro puntero, pero se distraen fácilmente por un potencial bocado de caza a la vera del camino o por algún aroma delicioso para ellos, repelente para nosotros. Para ejercer algún control, Connie, mi esposa, decidió llevar a Sombra a tomar clases de obediencia. Y aún cuando él y Connie tienen serios desacuerdos de vez en cuando, pareciera que el canino está aprendiendo a mantenerse a nuestro lado en nuestras caminatas. Es algo que lleva su tiempo. También llevó tiempo para que los israelitas aprendieran a mantenerse cerca del Señor. El los entrenó conduciéndolos a través del desierto, lejos de las distracciones.Ahuyentando gigantesCuarenta años no convirtieron a Caleb en más fuerte físicamente y tampoco disminuyeron su confianza en Dios. Cuando llegó finalmente el momento de tomar la tierra, Caleb, con sus 85 años a cuestas, reclamó el territorio que tenía el vecindario más intimidante: Hebrón, allí donde vivían los gigantes más descomunales. Sentando un ejemplo para los israelitas, y con el fin de probar que era verdad lo que había dicho en Kadesh-barnea, Caleb voluntariamente hizo suyo el desafío más grande y expulsó a esos gigantes fuera de la ciudad (Jueces 1:20). Porque seguía al Señor los gigantes eran su presa natural.Así estableció su herencia Caleb. Pero luego volvemos a oír de él una vez más. Tenía una hija llamada Axa y quería que se casara con un hombre de veras. De modo que, como en los cuentos de hadas, publicitó una suerte de justa guerrera por la cual él le daría su hija al hombre que fuese capaz de culminar una acción heroica. En este caso, debía tomar la ciudad de Kiriat-sefer, que significa “ciudad del libro”. Otoniel ganó el premio y se casó con Axa, a quien Caleb le dio una parcela de tierra.Ahora bien, Axa estaba muy agradecida por la tierra, pero para criar a su familia allí necesitaba agua para el regadío. Así que le insistió a Otoniel que consiguiera una tierra con fuentes de aguas. Pero Otoniel se sentía algo reticente para pedirle algo más a su poderoso suegro. Hasta podemos escuchar a Axa diciendo: “¡Oh! Vamos, Oto. Mi papá es un buen hombre. Tú le conquistaste una ciudad entera, ¿y ahora tienes temor de hablarle?” Axa terminó conversando por su cuenta con su padre sobre lo que necesitaba, y Caleb le respondió con generosidad otorgándole una tierra con dos vertientes (Josué 15:19; Jueces 1:15).La hora de triunfo de Caleb¿Cuál fue el mejor momento de la vida de Caleb? ¿Quizá aquel discurso suyo en Kadesh-barnea, cuando se plantó frente a todo el pueblo congregado? ¿O cuando decidió expulsar a los gigantes de Hebrón? Yo sugeriría otra posibilidad. El momento culminante de la vida de Caleb fue cuando se quedó 40 años junto a ese mismo pueblo, errando por el desierto. Ese fue un heroico tiempo de espera. Si alguien tenía derecho a quejarse, ése era Caleb. A causa de los errores ajenos fue privado de 40 años de su propia vida en la tierra prometida. La misma en la que podría haber disfrutado de leche y miel, sentado a la sombra de su parral o de su higuera. El no necesitaba esos años de entrenamiento adicional; estaba listo para cruzar el Jordán desde el primer momento. Pero en lugar de apresurarse por conquistar a Canaán por su cuenta, se quedó junto a su Señor y ese pueblo complicado.Sabemos por la historia posterior de Otoniel, que Caleb no anduvo holgazaneando por el desierto. Contribuyó a educar a la siguiente generación para que actuara con su misma coherencia. Esto es, seguir al Señor de todo corazón, esperar grandes cosas y sentir la seguridad de que Dios proveerá lo necesario, tal como él mismo proveyó lo que le hacía falta a su hija. La siguiente generación entró a

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la tierra prometida, y en un momento de crisis que vivieron, fue Otoniel el juez que llevó a Israel a su liberación.Muchos de nosotros estudiamos o trabajamos en ámbitos académicos, o en la “ciudad del libro”. Hubo guerras intelectuales en el pasado y las habrá mayores en el futuro. No obstante, hoy nos hallamos en la posición de Caleb durante esos 40 años. Estamos enseñando o aprendiendo cómo seguir al Señor de todo nuestro corazón, sin reparar en fortificaciones, gigantes y tribulaciones, con el propósito declarado de llegar donde “el Cordero. . . los pastoreará, y los guiará a fuentes vivas de aguas: y Dios limpiará toda lágrima de los ojos de ellos” (Apocalipsis 7:17).En el libro Primeros escritos, en un punto clave, inmediatamente antes de describir su primera visión, Elena White dejó escrito en la página 14: “He procurado traer un buen informe y algunos racimos de Canaán, por lo cual muchos quisieran apedrearme, como la congregación amenazó hacer con Caleb y Josué por su informe (Núm. 14:10). Pero os declaro, hermanos y hermanas en el Señor, que es una buena tierra, y bien podemos subir y tomar posesión de ella”.Roy Gane (Ph.D., University of California, Berkeley) enseña hebreo bíblico y lenguas muertas del Medio Oriente en el Seminario Adventista de Teología, Universidad Andrews. Su dirección postal es: Andrews University; Berrien Springs, Michigan 49104; EE. UU.

¡Las piedras aún claman!Gerald A. KlingbeilPolvo, sí. Calor, demasiado. Discusiones acaloradas, no podría haber más. Pero éstas no son lo que convierten a la arqueología en una especialidad llena de emociones y desafíos. Es la búsqueda de significado, la comprensión de toda una cultura, y permitir que la Biblia cobre vida, lo que transforma el polvo de la excavación en un castillo de comprensión. Una pieza de cerámica, algunos huesos quebrados y deteriorados, la porción de un muro o la inscripción desfigurada de una moneda —éstos y otros elementos claman desde los escombros del pasado y con frecuencia confirman la historicidad y la autenticidad de las Escrituras.Los comienzos de la investigación arqueológica se caracterizaban más por la participación de aventureros temerarios que por la de científicos analíticos y serenos.1 Después esta mentalidad fue reemplazada por el cuidadoso análisis estratigráfico y la concentración en los métodos en lugar de los artefactos. Esta renovada discusión metodológica ha caracterizado el trabajo de los expertos en el campo durante los últimos 20 años. Un aspecto de este debate ha sido el desafío de William Dever, profesor de la Universidad de Arizona, para los arqueólogos y los teólogos, de redefinir la relación entre los estudiosos de la fe y los de la arqueología científica.2 Como resultado, el adjetivo “bíblico” fue eliminado de la “arqueología” y fue remplazado por el rótulo geográfico “Siriopalestino”. Esta controversia acerca de “meros nombres” demuestra los desafíos que afronta la disciplina, arraigada más en presuposiciones filosóficas que en diferencia de métodos. Podemos observar desarrollos similares en otras áreas de investigación, tal vez como resultado del asalto posmodernista a lo absoluto.3¿Cómo afecta todo esto al cristiano creyente en la Biblia al leer comentarios, periódicos y libros que contienen referencias a hallazgos arqueológicos recientes? ¿Aún sigue siendo verdad que la pala confirma las Escrituras o esto es algo para una edad menor en que una cosmovisión positivista basada sobre el fundamento del cristianismo dogmático determinó la agenda de la investigación para la arqueología bíblica? Para contestar estas preguntas, considera tres áreas en las cuales la arqueología bíblica del siglo XXI puede hacer una contribución a nuestra comprensión de la Palabra de Dios. Nota cómo el texto bíblico y los artefactos tienen que unirse para formar un todo útil.4

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Eventos y personalidades históricasPrimero, la arqueología confirma eventos y personalidades históricas específicas mencionadas en el texto bíblico. Un ejemplo reciente es la inscripción de Tell Dan.5 El 21 de julio de 1993, un equipo de excavación descubrió en Tell Dan6 una piedra de basalto inscripta. El hallazgo inspiró muchos escritos de eruditos bíblicos y confirmó el relato bíblico.7 La estela (una especie de bloque de piedra vertical con una inscripción, frecuentemente usada para marcar un límite o conmemorar un evento importante en la vida de su creador, por ejemplo, una victoria militar) era parte de un muro, datada por su excavador, el profesor A. Biran del Colegio Hebreo Unión en Jerusalén, de mediados del siglo IX a. de C. De manera que sería contemporánea del rey Acab de Israel o el rey Josafat de Judá. La parte emocionante de este descubrimiento tiene que ver con el contenido de la estela, que menciona a “Israel”, y —por primera vez en un material extra-bíblico — a “la casa de David”, que muy probablemente estaba precedida por una referencia a un rey específico (en la línea 9 de esta inscripción). Algunos fragmentos adicionales hallados en 1994 sugieren que la estela se refiere a la muerte de Joram de Israel y Ocozías de Judá por Hazael (compara con 2 Reyes 9). La referencia a la “casa de David” es clara y más allá de toda discusión. En el Antiguo Testamento la “casa de David” se refiere no solamente a la familia o personas que vivían bajo el techo del rey David (1 Samuel 19:11; 20:16), sino también a sus descendientes que ocuparon el trono en Jerusalén y reinaron sobre Judá (2 Samuel 3:19; 1 Reyes 12:19, 20). Parece razonable argumentar que la “casa de David” es una referencia al reino de Judá y que la mera referencia a David —fuera de la Biblia— despeja el campo de numerosos desafíos a la historicidad del rey David.8

La vida diaria en tiempos antiguosSegundo, la arqueología nos cuenta acerca de la vida diaria en tiempos antiguos, haciendo real y significativa nuestra predicación y enseñanza de la Palabra de Dios. Esta es una de las razones por las cuales los modernos equipos de excavación incluyen una gran variedad de especialistas en antropología, biología, paleozoología/botánica, arquitectura, etc. De hecho, muy raramente se conectan los hallazgos arqueológicos directamente con el texto bíblico. La inscripción que menciona a un rey conocido de la Escritura es un evento extraordinario. Un sello inscripto con el nombre de un oficial de la corte mencionado en el registro bíblico es una excepción encantadora. Sin embargo, el lado menos fascinante (y más polvoriento) de la arqueología, que ayuda a reconstruir la vida diaria en tiempos antiguos, representa una contribución mayor en nuestra búsqueda de sentido en la Palabra de Dios.Un buen ejemplo de este tipo de investigación es el trabajo de Øystein S. LaBianca, un antropólogo de la Universidad de Andrews y uno de los codirectores del proyecto de Madaba Plains, patrocinado por las universidades de Andrews y La Sierra, y los colegios superiores de Walla Walla y Canadá. El foco principal del proyecto ha sido el estudio de los sistemas alimentarios como barómetro de la organización social local. 9 Esa agenda de investigación suena realmente bastante seca e irrelevante para el estudiante de la Biblia. Sin embargo, cuando comenzamos a pensar acerca de las veces que la Biblia menciona “comiendo y bebiendo”10 y la importancia conectada con la comida comunitaria, el significado del acceso al agua, el uso de la tierra y los patrones de colonización, y el importante rol que la agricultura en general desempeñaba en los tiempos del Antiguo Testamento, inmediatamente comprendemos la significativa tarea emprendida en esa área. Aquí hay dos ejemplos:1 Reyes 18:1 agrega un giro interesante a la historia del encuentro entre Yahveh y Baal (representados por Elías y los sacerdotes de Baal) cuando el profeta le dice al rey Acab, después que el fuego había descendido del cielo: “Sube, come y bebe; porque una lluvia grande se oye”. ¿Por qué sugerir al rey antagónico una fiesta durante una sequía y después de la triste actuación de sus sacerdotes favoritos? “Comer y beber” es otro ladrillo de la historia, anticipando las características de

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pacto de una comida comunitaria. Yo sugeriría incluso que es otra invitación a entrar (de nuevo) en un pacto con el Señor de Israel (como se puede ver en Éxodo 24:11, donde el comer y el beber es parte del ritual del pacto). Dios no solamente es soberano para hacer descender fuego; sino que él es quien realmente está a cargo de la naturaleza. Él traerá lluvia y con la lluvia vienen las bendiciones de la cosecha, alivio y vigor renovado. La referencia a la comida significa tanto la declaración final de la victoria del profeta de Dios sobre Baal, como también el esfuerzo de último minuto de un amante Dios creador para acercar a un hijo rebelde, es decir, al rey Acab.Rut 1:1 describe el hambre en Belén, que irónicamente significa “casa del pan”. Elimelec, su esposa Noemí y sus dos hijos tienen que encontrar su comida en otra parte, y en un intento desesperado de vencer las probabilidades (y en contra de una buena razón bíblica) se mudan a la vecina Moab, al otro lado del valle del Jordán. El viaje no es muy largo, tal vez unos dos días viajando con niños y todo el equipo doméstico. Pero en términos de la dimensión interna de esta decisión, el viaje bien podría haber sido de miles de kilómetros. La experiencia física del hambre en Belén aparentemente es evitada en Moab, aunque la Biblia no describe las circunstancias materiales del traslado. Sin embargo, la dimensión espiritual del hambre se hace aún más clara cuando uno continúa leyendo la historia de Noemí y Ruth. En una combadura literaria de tiempo muere Elimelec y mueren los dos hijos y ahora hay tres viudas. Noemí expresa esta desolación cuando, a su regreso a Belén, aconseja a sus parientes que ella debiera ser llamada “Mara”, lo que significa “amarga”, “porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso” (Rut 1:20). La Biblia señala dos importantes puntos: primeramente, las hambrunas parecen haber ocurrido localmente y no siempre en gran escala. Una hambruna podría haber sido causada por una peste local que invadió los campos de Belén destruyendo toda la cosecha y las simientes para el año siguiente. Una hambruna destruye vidas, reduciendo opciones, algo que apenas puede ser apreciado por un lector de la Escritura que vive cómodamente en los Estados Unidos o en Europa a comienzos del siglo XXI. Sin embargo, supongo que alguien que viva en Africa, al sur del Sahara o en el Oriente Medio fácilmente puede vincularse con esta realidad. En segundo lugar, la interacción económica entre regiones puede ser apreciada de una mejor manera. Israel no era un enclave aislado, protegido como una isla. Tenía fronteras que cambiaban permanentemente, una interacción real con regiones cercanas, con lo cual llegaba el desafío religioso de mantenerse enfocados en Yahveh en lugar de las siempre presentes divinidades de la fertilidad. ¿Cambia esto nuestra opinión de la historia de Rut (o de Elías y Acab en esta cuestión)? Sugiero que en realidad lo hace. Nos ayuda a conectar la vida real con los caracteres bíblicos. Uno de los puntos principales que los autores del Antiguo Testamento (y también del Nuevo Testamento) señalan cuando describen los actos divinos en la historia es éste: Dios es un Dios activo, no está allá, lejano. Él interviene directamente en la historia humana y está en control.

Realidades religiosasFinalmente, la arqueología nos ayuda a comprender mejor las realidades religiosas. En la cultura del Cercano Oriente antiguo, la religión, la política y la vida diaria no estaban tan bien clasificadas en compartimentos como lo están ahora en nuestra cultura occidental. Para ilustrarlo: considera un importante hallazgo de Betsaida (et-Tell), un sitio que los lectores de la Biblia conectan mayormente con el ministerio de Jesús. Sin embargo, como lo han demostrado algunas excavaciones recientes, el lugar ya existía durante el tiempo de la monarquía dividida (lo que los arqueólogos describen como Edad del Hierro II).En junio de 1997, algunos arqueólogos de la Universidad de Nebraska, Omaha, descubrieron una estela icónica (una estela con una imagen grabada en ella) muy cerca de la entrada de la puerta de la ciudad.11 La estela se hallaba sobre un tipo de podio (alrededor de 1 metro de alto) junto

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con una palangana y tres copas para incienso. De acuerdo con los editores de la primera publicación, la divinidad en la estela representa a la diosa luna.12 La construcción definidamente tenía un carácter religioso y yo pienso que provee una excelente ilustración de un texto frecuentemente pasado por alto en 2 Reyes 23:8.13 Cuando Josías comenzó lo que llegaría a ser la reforma religiosa final en Judá, el texto nos informa del siguiente detalle intrigante. “Derribó los altares de las puertas” como parte de una lista de las medidas de reforma que también incluian la destrucción de otros lugares altos. En realidad, es bastante sorprendente que los arqueólogos no encontraran muchos ejemplos más de estos altares de las puertas,14 porque en el antiguo Israel la puerta era uno de los puntos focales de la ciudad y de la sociedad. Nos referimos al lugar donde sucedían las cosas, donde se tomaban las decisiones y donde comenzaban las grandes reformas —en el umbral de la sociedad en su aspecto público. Es, precisamente, esta conexión que necesita hacer la teología y la arqueología.Cuando yo estaba participando en las excavaciones del proyecto de las planicies de Madaba, en 1996, pasé una tarde inolvidable con William Dever , uno de los grandes catedráticos de la arqueología Sirio-palestina moderna. Estábamos recostados en nuestras literas en un dormitorio, platicando acerca de arqueología, teología, textos y artefactos, cuando, repentinamente, Dever me dijo: “Ustedes los adventistas llevan a cabo una gran obra. Sigan excavando, sigan teniendo una visión amplia de la conexión entre la vida real y el texto bíblico. Sigan leyendo la Biblia a la luz de la arqueología”. A lo que solamente puedo agregar un caluroso Amén.Gerald A. Klingbeil (D. Litt., University of Stellenbosch, South Africa), es profesor de Antiguo Testamento y estudios del antiguo Cercano Oriente en la Universidad Adventista del Plata, Entre Ríos, Argentina. Su e-mail: [email protected]

Notas y referencias:1.   Ver, por ejemplo, la descripción de los métodos de H. A. Layard, quien excavó Nínive, en P. R. S.

Moorey, A Century of Biblical Archaeology (Louisville: Westminster/John Knox Press, 1990), pp. 8, 9. Puede encontrarse otro buen resumen en S. Schroer y T. Staubli, Der Vergangenheit auf der Spur. Ein Jahrhundert Archäologie im Land der Bibel (Zürich: Freunde des Schweizer Kinderdorfes Kirjath Jearim in Israel, 1993), p.11.

2.   Ver W. G. Dever, “Retrospects and Prospects in Biblical and Syro-Palestinian Archaeology”, Biblical Archaeologist (1982) 45:103-107; y “What Remains of the House that Albright Built?” Biblical Archaeologist 56 (1993)1: 25-35.

3.   Ver A. E. McGrath, “The Challenge of Pluralism for the contemporary Christian Church”, Journal of the Evangelical Theological Society 35 (1992) 3: 363; también R. McQuilqin y B. Mullen, “The Impact of Postmodern Thinking on Evangelical Hermeneutics”, Journal of the Evangelical Theological Society 40(1997) 1:69-82.

4.   Para un estudio más detallado de la relación entre el texto y el artefacto, ver mi capítulo titulado, “Methods and Daily Life in the Ancient Near East: Understanding the Use of Animals in Daily Life in a Multi-Disciplinary Framework” en R. Averbeck et al, eds., Daily Life in the Ancient Near East, que publicará CDL Press en Bethesda, Maryland, EE.UU.

5.   Para un estudio más detallado acerca del significado del hallazgo de Tell Dan, ver mi artículo “La ‘casa de David’ y la arqueología reciente: o ¿qué viene primero, las piedras o nuestra fe?”, Revista Adventista, septiembre, 1996, pp. 30, 31.

6.   Tell Dan es una ciudad en el territorio danita norte, el moderno Tell el-Qadi o Tell Dan, cerca de una de las nacientes del Jordán. Su primer nombre fue Lais (Jueces 18:29; llamada Lesem en Josué 19:47), apareciendo como Lus(i) en textos egipcios de cerca de 1850-1825 a.de C. Era la ciudad israelita más norteña, de ahí la frase “desde Dan a Beerseba” (por ejemplo, Jueces 20:1). El lugar sagrado establecido aquí bajo el sacerdocio de Jonatán, nieto de Moisés, y sus descendientes (Jueces 18:30), fue elevado (juntamente con Bet-el) al estatus de santuario nacional por Jeroboam I (1 Reyes 12:29 y sigtes.), y permaneció así hasta “el cautiverio de la tierra” bajo Tiglat-pileser III.

7.   Ver A. Biran y J. Naveh, “An Aramaic Stele Fragment from Tel Dan”, Israel Exploration Journal 43(1993)2/3: 81-98 y también su artículo, “The Tell Dan Inscription: A New Fragment”, Israel Exploration Journal 45(1995)1:1-18.

8.   Ver, por ejemplo, N. P. Lemche y T. L. Thompson, “Did Biran Kill David? The Bible in the Light of Archaeology”, Journal for the Study of the Old Testament 64 (1994): 3-22. El artículo sostiene que el relato bíblico de David (y Saúl, Salomón y todos los otros personajes históricos) no es un registro histórico que nos cuenta acerca de la vida y experiencias de estos hombres, sino más bien ideales de Israel que fueron creados por algún erudito (muy creativo y sumamente ingenioso) algún tiempo después del exilio.

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9.   Ø. S. LaBianca y R. W. Younker, “The Kingdoms of Ammon, Moab and Edom: The Archaeology of Society in Late Bronze/Iron Age Transjordan (ca. 1400- 500 BCE)”, en T. E. Levy, ed., The Archaeology of Society in the Holy Land (London and Washington: Leicester University Press, 1995), pp. 399-415.

10. Comparar el importante artículo de A. W. Jenks, “Eating and Drinking in the Old Testament”, en D. N. Freedman, ed., Anchor Bible Dictionary, 6 vols. (New York: Doubleday, 1992), 2:250-254.

11. M. Bernett y O. Keel, Mond, Stier und Kult am Stadttor. Die Stele von Betsaida (et- Tell), OBO 161 (Fribourg/Göttingen: Universitätsverlag/Vandenhoeck & Ruprecht, 1998).

12. Ibid., pp. 34-41.13. En Ezequiel 8:3-5, y tal vez en Salmos 121:8, también se describen construcciones y prácticas

similares.14. Sin embargo, hay varios ejemplos de Tell Dan y otros sitios en Palestina. Ver Bernett y Keel, Mond,

Stier und Kult am Stadttor, 47-66.

En el Principio: Cómo Interpretar Génesis 1Richard M. Davidson

"En el principio Dios creó los cielos y la tierra". --Génesis 1:1Tal es la belleza, majestad y simplicidad con que comienza el relato de la creación registrado en Génesis. Sin embargo, un análisis del capítulo 1 del Génesis no es tan simple y directo como puede sugerir la lectura casual del texto bíblico. La interpretación moderna de la cosmogonía bíblica (comprensión de los orígenes) en Génesis 1 es extremadamente complicada. Se la clasifica en no literal y literal. Describiremos brevemente siete de las interpretaciones y evaluaremos cada una de ellas a la luz de la información bíblica.

Interpretaciones más relevantes de Génesis 1Interpretaciones no literalesLos eruditos que sostienen una interpretación no literal de Génesis tratan el tema de diferentes maneras. Algunos consideran Génesis 1 como mitología1; otros lo ven como poesía2; algunos lo consideran como teología3; y aún otros lo ven como un simbolismo.4Todos estos puntos de vista no literales tienen en común la suposición de que el relato de la creación de Génesis no es un relato literal directamente histórico de la creación.Interpretaciones literalesLos que aceptan una lectura literal del relato de la creación también difieren en cuanto a la cosmogonía bíblica de Génesis 1. Señalaremos tres de ellas.Perspectiva de la brecha activa. Este punto de vista es conocido también como teoría de la "ruina-restauración". De acuerdo con esta perspectiva,5 Génesis 1:1 describe una creación originalmente perfecta que tuvo lugar en algún momento desconocido del pasado (hace millones o billones de años). Satanás era el soberano de este mundo, pero a causa de su rebelión (Isaías 14:12-17), entró el pecado en el universo. Dios juzgó la rebelión y redujo el mundo al estado caótico y arruinado descripto en Génesis 1:2. Los partidarios de esta perspectiva traducen Génesis 1:2 como "la tierra se volvió desordenada y vacía".Para esta postura, Génesis 1:3 y los versículos subsiguientes presentan una descripción de una creación posterior en la cual Dios restauró lo que había sido arruinado. Generalmente intercalan la columna geológica entre el período de tiempo de la primera creación (Génesis 1:1) y el caos subsiguiente, y no en conexión con el diluvio bíblico.Perspectiva de una pre-creación "desordenada-vacía". De acuerdo con esta interpretación, los términos hebreos tohu ("desordenado") y bohu ("vacío") en Génesis 1:2 describen el estado "informe-vacío" de la tierra. El texto se refiere al estado anterior a la creación de la que se habla en la Biblia. Esta perspectiva tiene dos variaciones principales basadas en dos análisis gramaticales diferentes.La primera variación considera a Génesis 1:1 como una cláusula dependiente, comparando los antiguos relatos de la creación extra-bíblicos del Cercano Oriente.6 De esta manera la traducción propuesta es: "Cuando Dios comenzó a crear los cielos y la tierra". Por lo tanto Génesis 1:2 equivale a un paréntesis en el que se describe el estado en que se encon-traba la tierra cuando Dios comenzó a

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crear ("estando la tierra...") y Génesis 1:3 en adelante describe la obra real de la creación ("Y dijo Dios...").La otra variación importante considera a Génesis 1:1 como una cláusula independiente, y como una declaración resumida o introducción formal o título, que es elaborado después en el resto del relato.7 Se considera Génesis 1:2 como una cláusula circunstancial conectada con el versículo 3: "Y la tierra estaba desordenada y vacía... Y dijo Dios: Que sea la luz".En el caso de la perspectiva pre-creacionista desordenada y vacía, apoyada por cualquiera de los análisis gramaticales ya mencionados, Génesis no presenta un comienzo absoluto de tiempo para el cosmos. No está implicada la creación de la nada y no hay indicación de la existencia de Dios antes de la materia. No se menciona nada de la creación de la materia original descripta en el versículo 2. La oscuridad, el abismo y el agua de Génesis 1:2 ya existían al comienzo de la actividad creadora de Dios.De paso, podríamos notar otra perspectiva pre-creacionista. Esta toma el versículo 2 como una cláusula dependiente "cuando.."., lo cual difiere de la primera variante al interpretar las palabras tohu y bohu, y los términos para "oscuridad" y "abismo", todo como significando "nada". De esta manera el versículo 1 es visto como un resumen; el versículo 2 dice que inicialmente había "nada", y el versículo 3 describe el principio del proceso creador.8Perspectiva inicial "informe-vacía". Una tercera interpretación literal de la cosmogonía bíblica es la perspectiva inicial "informe-vacía". Esta es la perspectiva tradicional, que goza del apoyo de la mayoría de los intérpretes judíos y cristianos a través de la historia.9 De acuerdo con esta comprensión, Génesis 1:1 declara que Dios creó de la nada la materia original llamada cielos y tierra en el momento de su principio absoluto. El versículo 2 aclara que en el principio cuando la tierra fue creada, estaba en un estado de tohu y bohu, informe y vacía. El versículo 3 y los subsiguientes describen el proceso divino de formar lo no formado y de llenar lo vacío.Esta interpretación tiene dos variantes. Algunos ven todo el versículo 1 y el 2 como parte del primer día de la semana de la creación de siete días. Podríamos llamar a esto la interpretación de "no brecha".10 Otros ven los versículos 1 y 2 como una unidad cronológica separada por una brecha en el tiempo del primer día de la creación descrita en el versículo 3. Esta perspectiva es denominada comúnmente como de la "brecha pasiva".11

EvaluaciónEl espacio no nos permite una evaluación detallada de todos los pros y contras de cada perspectiva que hemos resumido, pero presentaremos los contornos básicos de la información bíblica en lo que concierne a las teorías acerca del origen de la materia y de la vida, y su existencia primitiva.Interpretaciones no literalesConsiderando todas las interpretaciones no literales, no históricas, debemos tomar en cuenta dos hechos bíblicos significativos:1. El género literario de Génesis capítulos 1-11 indica la intención de la naturaleza literal del relato.12 El libro de Génesis está estructurado por la palabra "generaciones" (hebreo toledoth) en conexión con cada sección del libro (13 veces). Esta es una palabra utilizada en otros lugares en el contexto de genealogías interesadas en el cómputo exacto del tiempo y la historia. El uso de toledoth en Génesis 2:4 muestra que el autor tenía la intención de que el relato de la creación fuera tan literal como el resto de las narraciones del Génesis.13 Otros escritores bíblicos consideran que los capítulos 1-11 de Génesis son literales. De hecho, todos los escritores del Nuevo Testamento se refieren afirmativamente a Génesis 1-11 como historia literal.14

2. La evidencia interna también indica que el relato de la creación no debe tomarse simbólicamente como siete largas edades conformándose con el modelo evolucionista, como lo sugieren muchos críticos y eruditos evangélicos. Los términos "tarde y mañana" significan un día literal de 24 horas. En otros lugares de la Escritura, la palabra día con un número ordinal es siempre literal. Si los días de la creación son simbólicos, Exodo 20:8-11 el conmemorar un sábado literal no tiene sentido. Las referencias a la función del sol y la luna para las señales, estaciones, días y años (Génesis 1:14), también indican tiempo literal, no simbólico. Por lo tanto, debemos concluir que Génesis 1:1-2:4a indica que la creación se llevó a cabo en siete días literales y sucesivos, de 24 horas.15

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Aunque las interpretaciones no literales deben ser rechazadas en lo que niegan (específicamente, la naturaleza histórica y literal del relato del Génesis), sin embargo tienen un elemento de verdad en lo que afirman. Génesis 1-2 afecta a la mitología, no para afirmar una interpretación mitológica, sino como una polémica en contra de la antigua mitología del Cercano Oriente.16 Génesis 1:1-2:4 está estructurado muy probablemente de una manera similar a la poesía hebrea (paralelismo sintético),17 pero la poesía no niega la historicidad (ver, por ejemplo, Exodo 15, Daniel 7, y alrededor de 40 por ciento del Antiguo Testamento, los cuales están en forma de poesía). Los escritores bíblicos a menudo escribieron en poesía para enfatizar la historicidad.Génesis 1-2 presenta una teología profunda: la doctrina de Dios, la creación, la humanidad, el sábado y podríamos continuar así. Pero la teología en las Escrituras no se opone a la historia. En verdad, la teología bíblica está enraizada en la historia. De la misma manera, existe un profundo simbolismo en Génesis 1. Por ejemplo, el lenguaje del Jardín del Edén y la ocupación de Adán y Eva, aluden claramente a la imaginería del santuario y a la tarea   de los levitas (ver Exodo 25-40).18 Por eso el santuario del Edén es un símbolo o tipo del santuario celestial. Pero el hecho de señalar más allá de sí mismo no quita mérito a su propia realidad literal.Aun Gerhard von Rad, erudito crítico que rehúsa aceptar lo que afirma Génesis 1, confiesa honestamente: "Lo que se dice aquí [Génesis 1] intenta sostener la verdad completa y exactamente como se da".19

Por lo tanto, nosotros afirmamos la naturaleza histórica, literal, del registro del Génesis. Pero, ¿cuál de las interpretacio-nes literales es la correcta?Interpretación literalPrimero, debemos rechazar inmediatamente la teoría de  la brecha activa o ruina-restauración basada puramente sobre una base gramatical. Génesis 1:2 claramente contiene tres oraciones sustantivas --y el significado fundamental de las oraciones sustantivas en hebreo expresa algo fijo--, un estado,20 no una secuencia o acción. De acuerdo con las leyes de la gramática hebrea, debemos traducir "la tierra estaba desordenada y vacía", y no "la tierra se volvió desordenada y vacía". Por lo tanto, la gramática hebrea no deja lugar para la teoría de la brecha activa.¿Qué diremos de la interpretación de la pre-creación informe-vacía en la cual el estado tohu-bohu de Génesis 1:2 viene antes de la creación divina? Algunos sostienen esta interpretación traduciendo el versículo 1 como una oración dependiente. Pero las líneas más importantes de evidencia favorecen la lectura tradicional de Génesis 1:1 como una oración independiente: "En el principio, Dios creó los cielos y la tierra". Esto incluye la evidencia de los acentos en hebreo, de todas las versiones antiguas, léxico/gramaticales, consideraciones sintácticas y estilísticas, y los contrastes con relatos antiguos del Cercano Oriente.21 El peso de la evidencia me guía a aceptar la postura de la lectura tradicional.Otros sostienen la perspectiva de la pre-creación informe-vacía interpretando Génesis 1:1 como un resumen del capítulo completo (comenzando la creación real sólo en el versículo 3). Pero si Génesis 1 comienza solamente con un título o resumen, entonces el versículo 2 contradice al versículo 1. Dios creó la tierra (versículo 1), pero la tierra pre-existe a la creación (versículo 2). Esta interpretación simplemente no puede explicar la referencia a la existencia de la tierra ya en el versículo 2. Rompe la continuidad entre el versículo 1 y el versículo 2 en el uso del término tierra.22 Por lo tanto yo concluyo que Génesis 1:1 no es simplemente un resumen o título de todo el capítulo.En contra de la sugerencia de que todas las palabras en Génesis 1:2 simplemente implican "la nada", se debe señalar que los versículos 3 y siguientes no describen la creación del agua, pero suponen su existencia previa. La palabra tehom "abismo", combinada con tohu y bohu juntas (como en Jeremías 4:43) no parece referirse a la nada, sino más bien a la tierra en un estado informe-vacío cubierta por agua.Esto nos guía a la posición inicial de informe-vacía. Una lectura directa de la corriente del pensamiento en Génesis 1: 1-3 ha guiado a la mayoría de los intérpretes judíos y cristianos en la historia de la interpretación a esta posición, por lo que se la conoce como la perspectiva tradicional.

El flujo natural de Génesis 1-2Yo concuerdo con esta perspectiva, porque encuentro que sólo esta interpretación sigue coherentemente el flujo natural de estos versículos, sin contradicción u omisión de ningún elemento del texto.

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El flujo de pensamiento en Génesis 1-2 es el siguiente:a. Dios existe antes de toda creación (versículo 1).b. Hay un comienzo absoluto de tiempo con respecto a este mundo y las esferas celestes que lo rodean (versículo 1).c. Dios creó los cielos y la tierra (versículo 1), pero al comienzo eran diferentes que ahora, estaban "informes" y "vacíos" (tohu y bohu; versículo 2).d. En el primer día de la semana de la creación de siete días, Dios comienza a formar y llenar el tohu y bohu (versículos 3 y subsiguientes).e. La actividad creadora de Dios de "formar y llenar" se lleva a cabo en los seis días literales y sucesivos de 24 horas.f. Al fin de la semana de la creación, los cielos y la tierra están terminados (Génesis 2:1). Lo que Dios comienza en el versículo 1 está completo ahora.g. Dios descansa en el séptimo día, bendiciéndolo y santificándolo como un recordativo de la creación (2:1-4).

La ambigüedad de cuándoLos puntos anteriores aparecen en forma clara en el flujo de pensamiento de Génesis 1-2. Sin embargo, hay un aspecto crucial en este proceso de creación que el texto deja abierto y ambiguo: ¿Cuándo ocurrió el comienzo absoluto de los cielos y la tierra en el versículo 1? ¿Fue al comienzo de los siete días de la creación o en algún momento anterior? Es posible que las "materias primas" de los cielos y la tierra en su estado informe-vacío hayan sido creadas mucho antes de los siete días de la semana de la creación. Esta es la teoría de la "brecha pasiva". También es posible que las "materias primas" descriptas en Génesis 1:1,2 estén incluidas en el primer día de la semana de la creación de siete días. Esta es la llamada teoría de la "no brecha".Esta ambigüedad en el texto hebreo tiene implicaciones para interpretar el Precámbrico de la columna geológica, si uno equipara aproximadamente el Precámbrico con las "materias primas" descriptas en Génesis 1:1-2 (por supuesto, esta evaluación es discutible). Existe una posibilidad de un Precámbrico joven, creado como parte de la semana de la creación de siete días (quizás con la apariencia de mucha antigüedad). También existe   la posibilidad de que la "materia prima" fuera creada en un momento del comienzo absoluto de esta tierra y las esferas celestes que la rodean, hace probablemente millones o billones de años. Este estado inicial informe-vacío es descripto en el versículo 2. Luego el versículo 3 y los siguientes describen el proceso de formar y de llenar durante la semana de la creación de siete días.Concluyo que el texto bíblico de Génesis 1 da lugar para cualquiera de estas teorías: (a) un Precámbrico joven (creado como parte de los siete días de creación), o (b) rocas terrestres pre-fósiles mucho más antiguas, con un largo intervalo entre la creación de lo inanimado "materia prima" sobre la tierra descriptas en Génesis 1:1 y 2 y los siete días de la semana de la creación, descripta en Génesis 1:3 en adelante. Pero en cualquiera de los dos casos, el texto bíblico requiere una cronología corta para la vida en la tierra. No se da lugar para ninguna brecha de tiempo en la creación de la vida sobre esta tierra: ésta apareció entre el tercero y sexto días literales y sucesivos de 24 horas de la semana de la creación.Richard M. Davidson (Ph.D, Andrews University) es el director del Depto. de Antiguo Testamento en el Seminario Teológico Adventista, Andrews University, Berrien Springs, Michigan. Es autor de varios artículos y libros, incluyendo Typology in Scripture (Andrews University Press, 1981), Love Song for the Sabbath  (Review and Herald, 1987), e In the Footsteps of Joshua  (Review and Herald, 1995).

Notas y referencias   1. Ver, por ejemplos, Hermann Gunkel, Schöpfung und Chaos (Göttingen: Vandenhoeck & Ruprecht,

1895); B.S. Childs, Myth and Reality in the Old Testament, Studies in Biblical Theology, 27 (London: SCM Press, 1962), pp. 31-50.

   2. Ver, por ejemplos, D. F. Payne, Genesis One Reconsidered (London: Tyndale, 1964); Henry Blocher, In the Beginning: The Opening Chapters of Genesis (Downers Grove, II.:Inter-Varsity Press, 1984), pp. 49-59.

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   3. Ver, por ejemplos, Conrad Hyers, The Meaning of Creation: Genesis and Modern Science (Atlanta: John Knox, 1984); Davis Young, Creation and the Flood: an Alternative to Flood Geology and Theistic Evolution (Grand Rapids: Baker, 1974), pp. 86-89.

   4. Ver, por ejemplos, Derek Kidner, Genesis: An Introduction and Commentary, Tyndale Old Testament Commentaries (Downers Grove, II.: Inter-Varsity Press, 1967), pp. 54-58; P. J. Wiseman,   Creation Revealed in Six Days (London: Marshall, Morgan, y Scott, 1948), pp. 33-34; Robert C. Newman y Herman J. Eckelmann, Jr., Genesis One and the Origin of the Earth (Downers Grove, II.: Inter Varsity Press, 1977), pp. 64,65.

   5. Ver, por ejemplos, Arthur Custance, Without Form and Void (Brockville, Canada: By the Author, 1970): y la Scofield Reference Bible (1917, 1967).

   6. Ver, por ejemplos, las siguientes traducciones modernas de Génesis 1:1-3: la New Jewish Version (NJV), la New American Bible (NAB) católica, y la New English Bible; ver también E. A. Speiser, Anchor Bible: Genesis (Garden City, N.Y.: Doubleday, 1964), pp. 3, 8-13.

   7. Ver, por ejemplos, Gerhard von Rad, Genesis: A Commentary, Old Testament Library (Philadelphia: Westminster, 1972), p. 49; Bruce Waltke, "The Creation Account in Genesis 1:1-3; Part III: The Initial Chaos Theory and the Precreation Chaos Theory", Bibliotheca Sacra 132 (1975), pp. 225-228.

   8. Ver, por ejemplo, Jacques Doukhan, The Genesis Creation Story: Its Literary Structure, Andrews University Seminary Doctoral Dissertation Series, 5 (Berrien Springs, Mich.: Andrews University Press, 1978), pp. 63-73.

   9. Por una lista mayor de defensores, y una defensa más detallada de esta posición, ver Gerhard Hasel, "Recent Translations of Genesis 1:1", The Bible Translator 22 (1971), pp. 154-167; e ídem, "The Meaning of Gen. 1:1", Ministry (Enero 1976), pp. 21-24.

10. Ver, por ejemplo, Henry Morris,   The Biblical Basis for Modern Science (Grand Rapids, Mich.: Baker, 1984); e ídem, The Genesis Record (Grand Rapids, Mich.: Baker, 1976), pp. 17-104.

11. Ver, por ejemplo, Harold G. Coffin, Origin by Design (Hagerstown, Md.: Review and Herald, 1983), pp. 292-293, una posibilidad. Además Clyde L. Webster, Jr., "El Génesis y la edad de la Tierra: Qué nos dice la datación radiométrica", Diálogo Universitario 5:1 (l993), pp. 5-8.

12. Ver Walter Kaiser, "The Literary Form of Genesis 1-11", en New Perspectives on the Old Testament, J. Barton Payne, ed. (Waco, Texas: Word, 1970), pp. 48-65.

13. Doukhan, pp. 167-220.14. Ver Mateo 19:4, 5; 24:37-39; Marcos 10:6; Lucas 3:38; 17:26, 27; Romanos 5:12; 1 Corintios 6:16;

11:8, 9, 12; 15:21, 22, 45; 2 Corintios 11:3; Efesios 5:31; 1 Timothy 2:13, 14; Hebreos 11:7; 1 Pedro 3:20; 2 Pedro 2:5; 3:4-6; Santiago 3:9; 1 Juan 3:12; Judas 11, 14; Apoc. 14:7.

15. Por mayores evidencias ver Terrance Fretheim, "Were the Days of Creation Twenty-Four Hours Long? YES", en The Genesis Debate: Persistent Questions About Creation and the Flood, Ronald F. Youngblood, ed. (Grand Rapids, Mich.: Baker, 1990), pp. 12-35.

16. Ver Gerhard Hasel, "The Polemic Nature of the Genesis Cosmology", The Evangelical Quarterly   46 (1974), pp. 81-102; idem, "The Significance of the Cosmology in Genesis 1 in Relation to Ancient Near Eastern Parallels", Andrews University Seminary Studies 10 (1972), pp. 1-20.

17. Ver Gordon J. Wenham, Word Biblical Commentary: Gen 1-15 (Waco, Texas: Word, 1987), pp. 6-7, para encontrar un diagrama de la simetría comparada de los días de la creación.

18. Ver Gordon Wenham, "Sanctuary Symbolism in the Garden of Eden Story", Proceedings of the World Congress of Jewish Studies 9 (1986), pp. 19-25.

19. Von Rad, p. 47.20. Ver Gesenius' Hebrew Grammar, E. Kautzsch y A. E. Xowley, eds. (Oxford:Clarendon Press, 1910,

1974), 454 [par. 141 i]; R. L. Reymond, "Does Genesis 1:1-3 Teach Creation Out of Nothing?" Scientific Studies in Special Creation, W. E. Lammerts, ed (Grand Rapids, Mich.: Baker, 1971), pp. 14-17.

21. Ver Hasel, "Recent Translations", y "The Meaning of Gen. 1:1".22. Gesenius' Hebrew Grammar, p. 455 (par. 142 c), que identifica el vs. 2 como una frase circunstancial

contemporánea con la oración principal del vs. 1 (no del vs. 

Tres hombres se encuentran con JesúsMark A. FinleyTres hombres se encuentran con Jesús. El primero lo encuentra en su senda hacia el Calvario, el segundo, cuando pende de la cruz y el último, al pie de la misma.

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Tres hombres se encuentran con Jesús. Tres hombres que proceden de contextos diferentes: un agricultor africano, un ladrón y un centurión romano.Tres hombres se encuentran con Jesús. Simón, compelido por los soldados; el ladrón, crucificado a su lado y el insensible centurión romano.Tres hombres se encuentran con Jesús. Sus circunstancias son diferentes a las nuestras, pero las lecciones que nos enseñan sus vidas son siempre nuevas y vigorosas y relucen como el rocío de la mañana. Su historia se convierte en la nuestra y al seguir tras sus huellas, emprendemos el camino rumbo al Gólgota. Observamos que, después de todo, sus vidas no son muy diferentes de las nuestras: sus dolores, sus aflicciones y sus anhelos son también los nuestros. Sus deseos son nuestros propios deseos. Se encontraron con él en ese entonces y allá, y nosotros podemos encontrarlo aquí y ahora.Aunque nuestra vida se desarrolle lejos de aquel lugar y aunque hayan transcurrido casi 2.000 años desde entonces, estas historias bíblicas continúan siendo nuevas y vigorizantes. Son poderosas, dinámicas. Hablan a nuestro corazón.

Simón, compelido por los soldados“Cuando salían, hallaron a un hombre de Cirene que se llamaba Simón: a éste obligaron a que llevase la cruz” (Mateo 27:32). ¿Quién era este Simón? Marcos nos proporciona una pista: “Y obligaron a uno que pasaba, Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, que venía del campo, a que le llevase la cruz” (Marcos 15:21). Inferimos, entonces, que Simón era un hombre casado y tenía dos hijos. Marcos menciona sus nombres porque seguramente Alejandro y Rufo deben de haber sido conocidos dentro de la comunidad cristiana en el tiempo cuando escribió su Evangelio. Elena White provee más datos: “Simón había oído hablar de Jesús. Sus hijos creían en el Salvador, pero él no era discípulo” (El Deseado de todas las gentes. p. 691).Podemos imaginar que Alejandro y Rufo, judíos que vivían en Jerusalén, habían oído que Cristo había alimentado milagrosamente a los 5.000. Habían oído que Jesús daba vista a los ciegos y hacía oír a los sordos. Sabían del perdón ofrecido a la mujer adúltera y escucharon otras historias de ese perdón ofrecido. Se asombraban al ver la transformación producida en los endemoniados por el poder de Cristo y se convirtieron en seguidores de Jesús. Estuvieron presentes en el Sermón del Monte y le acompañaron por las atestadas calles de Jerusalén. Y comenzaron a contarle a su padre. “Papá, creo que lo hemos encontrado”, le escribió Alejandro. Y Rufo: “Papá: Sin duda, él es el Mesías prometido. El que sana a los enfermos y resucita a los muertos. El que camina sobre las aguas. Papá: creo firmemente que él es el Mesías”.Llegan las cartas a Cirene, un pueblecito de Libia, en el norte de África. Y Simón se preocupa por sus hijos. “¿No será que mis hijos están siguiendo a algún fanático extremista? ¿Se habrán adherido a algún culto sectario? ¿Habrán elegido un camino de muerte? Parece que han abandonado la fe de nuestros padres y la ortodoxia judía. ¡Más vale que haga un viaje a Jerusalén y los ponga en línea!” Y, en medio de esa confusión de ideas, lleno de curiosidad y dudas, Simón emprende viaje a Jerusalén.Las calles de Jerusalén están llenas de adoradores. Es la estación de la Pascua. Toda Jerusalén está alborotada con la inminente crucifixión de un hombre que ha sido juzgado: un supuesto Mesías que ha sido condenado a muerte. Al doblar una esquina en una transitada calle de la ciudad, Simón se encuentra de pronto frente a frente con Cristo, abrumado bajo el peso opresor de la cruz. Y la mirada de Jesús se encuentra por un instante con la de Simón. El corazón de Simón se conmueve y se llena de ternura y amor. Y un rudo soldado romano dice, señalando a Simón: “Si le tienes tanta compasión, llévale su cruz. Cárgala sobre tus hombros”.Las Escrituras dicen que Simón no cargó la cruz por su propia elección. Ese peso abrumador y angustioso de la cruz le fue impuesto sobre sus hombros.Encorvándose, levantó la cruz y se tambaleó bajo su peso al ascender juntos el monte llamado Calvario. Me imagino que las astillas de la cruz hirieron en carne viva sus hombros. Puedo ver su espalda encorvada, oír su respiración jadeante e imaginar las gruesas gotas de sudor brotando de su frente. Escucho sus gemidos y roncos quejidos de agonía. Observo sus rodillas que flaquean y lo veo tropezar. Noto entonces que Jesús le sonríe y Simón queda fortalecido para llevar la cruz del

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Salvador. Simón se encuentra con Jesús ese día, al llevar la carga más pesada de su vida. Pero esa carga se transforma en una bendición, en un puente para encontrarse con Dios.¿Llevas tú una carga pesada sobre tus hombros? ¿Hay cosas en tu hogar o en tu trabajo que no están marchando bien? ¿Hay una carga que te hiere los hombros desnudos? ¿Llevas acaso la carga de un itinerario de trabajo que te mantiene constantemente cansado? ¿Llevas sobre tus hombros la carga de un problema de salud? ¿Son muy pesados tus estudios y un desafío para tu fe? ¿Encuentras difícil observar el sábado al ir en pos de tus objetivos? ¿Te sientes desanimado o solitario? ¿Te sientes obligado a llevar una cruz? Llévala con dignidad, como lo hizo Simón. Tómalo como una oportunidad, porque las cruces que la vida impone sobre nuestros hombros se convierten en bendición si Jesús está cerca de nosotros. Nuestras heridas se vuelven sus heridas. Nuestras tribulaciones se convierten en triunfos, porque es en los dolores de esta vida donde nos encontramos con él.Aun cuando Simón llevaba su cruz, había Alguien caminando a su lado. Había Alguien sonriéndole para animarlo durante la jornada. Cuando Simón dejó finalmente su carga en el Calvario, Jesús la llevó solo. Por lo tanto, puedes simplemente depositar tu carga en Aquel que la llevó entonces y que continúa llevándola ahora.

El ladrón crucificado a su ladoEl ladrón se encuentra con él. La cruz de Jesús fue colocada entre dos ladrones. Los dos ladrones representan a toda la humanidad y toda la humanidad debe hacer una elección con respecto a este Cristo. Uno de los ladrones dice: “Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros” (Lucas 23:39). Un ladrón piensa sólo en sí mismo y en el momento presente. El otro ladrón piensa en la eternidad. Mientras uno de los ladrones se burla de Jesús, el otro dirige su mirada hacia él y le dice: “Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino” (Lucas 23:42).¿Quién era ese ladrón? Obviamente no era romano. Si hubiera sido un ciudadano romano no habría sido crucificado. Ese ladrón debe haber sido judío. De hecho, Elena White, en el libro El Deseado de todas las gentes, nos proporciona algunos datos interesantes sobre este personaje. Probablemente era un seguidor de Barrabás, el falso mesías que intentó derrocar al gobierno romano en Palestina. Me imagino que este ladrón se crió en un hogar judío que respetaba la noche del viernes y observaba el sábado bíblico. Posiblemente de joven asistió a una escuela rabínica. Su dieta era por demás ortodoxa; absolutamente exenta de cerdo. Esperaba también la venida del Mesías. El problema principal de este ladrón era su descuido espiritual. El haber crecido en un ambiente religioso no tenía para él gran significado. Un compromiso se sucedía al otro. El descuido lo comprometía con el pecado, del que se derivaba la culpa y la vergüenza. Ese ladrón pendiendo de la cruz representa para mí el descuido y la indiferencia espirituales.Puedo identificarme con ese ladrón. Charles Swindoll, en su libro Intimacy with God, narra el siguiente caso: Estaba él a punto de predicarle a un grupo de pastores y uno de ellos le dio una palmada en el hombro, diciéndole: “Amigo. Necesito hablar contigo después de la reunión”. Así que se reunió con este pastor y esto fue lo que él confesó: “Nadie de quienes me conocen lo sabe, pero estoy operando ya sin combustible, solamente con el humo. Me siento solo, vacío y esclavizado a un programa de vida cuya tensión no disminuye”.La necesidad actual más desesperada, tanto en la iglesia como en el mundo en general, no es la de una gran cantidad de personas inteligentes o llenas de talentos, sino de personas espirituales. El descuido espiritual conduce a ciertos compromisos sutiles de carácter y eventualmente a la deshonra y la culpa. Pero, no pierdas la esperanza; aun dentro de ese descuido espiritual, avergonzado por esos compromisos internos, el ladrón encontró gracia y perdón y la seguridad de la vida eterna en Cristo. De la misma manera, arrójate al pie de la cruz, contémplate a ti mismo renovado y escucha la tierna voz de Jesús dándote perdón, nuevo poder y nueva esperanza.

El encallecido centurión romanoDe pie ante la cruz, un centurión romano se encontró con Jesús. ¿Quién era este soldado romano? Puedo imaginarme la orden oficial que llegó a su despacho esa mañana: “Ejecute a este hombre de la manera usual. Pero asegúrese de que no haya ningún disturbio hoy en las calles de Jerusalén. Por lo tanto, ya sea que requiera 200 ó 500 soldados, sepa que están a su disposición. ¡Deshágase de él!” Era parte de su tarea del día. Y mientras el Hijo de Dios moría por el mundo, un encallecido

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centurión permanecía enhiesto al pie de la cruz. La insensibilidad hacia las cosas divinas es uno de los más grandes pecados.Todos nosotros corremos el riesgo de que al tratar con las cosas divinas, el hábito se vuelva una rutina tal que perdamos la emoción y la energía espirituales. Es posible comportarse en forma rutinaria, insensible y ordinaria al pie mismo de la cruz; ser indiferentes como el centurión romano que observaba fríamente al Hombre crucificado. Es posible cantar con los labios himnos cristianos durante el servicio de adoración y dejar vagar la imaginación pensando en los negocios, los estudios, o el almuerzo que se aproxima. Es posible leer la Biblia medio adormecidos justamente antes de quedarnos dormidos. Es posible ser insensibles e indiferentes y permitir que la rutina eclipse lo sublime.Pero al escuchar el centurión el diálogo entre Cristo y el ladrón por encima de los gritos y denuestos de los enemigos del Salvador, al escuchar su oración agonizante y al observar la densa oscuridad que cubrió repentinamente el Calvario, experimenta algo misterioso, algo maravilloso. Nos dice Marcos: “Y el centurión que estaba frente a él, viendo que después de clamar había expirado así, dijo: Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios” (Marcos 15:39).Al colocarme al pie de la cruz junto a Simón, recibo de Jesús fortaleza para llevar mi carga. Al contemplar al ladrón muriendo perdonado, desaparecen mi culpa y mi vergüenza. Al estar de pie junto al centurión, tengo una nueva visión de Jesús. Al romper Jesús la rutina percibo en mi vida su toque divino y recobro la energía espiritual. El cristianismo es algo más que una rutina. Es algo más que simplemente la circunstancia diaria. Es conocer a Jesús. Es el quebrantamiento de mi propio corazón junto al suyo. Es amarlo con vehemencia.