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    SERMN DE LA MONTAA

    Traductor: Carlos Morn, OSA

    LIBRO SEGUNDO

    Explicacin de la ltima parte del sermn del Seor en elmonte,

    contenida en los captulos 6 y 7 del evangelio de San Mateo

    CAPTULO I

    LIMPIEZA DE CORAZN Y ALABANZA A DIOS

    1. Al libro primero, que termin con el tratado de lamisericordia, le sigue el tratado de la purificacin del corazn,on el que comienza este segundo. La limpieza del corazn esomo el ojo con el cual se ve a Dios; y para mantenerlo limpioe requiere tanta preocupacin cuanta exige la dignidad del se

    que con l se puede contemplar. No obstante, es difcil que eneste ojo, en gran parte purificado, no se insinenubrepticiamente algunas impurezas que suelen acompaar aas mismas buenas acciones, como puede ser la alabanzahumana. Ciertamente es pernicioso el vivir desordenadamentpero vivir con rectitud y no querer ser alabado, qu otra cosaes sino aborrecer las cosas humanas, que, ciertamente, sonanto ms miserables cuanto menos agrada la vida recta de lo

    hombres? Si, pues, aquellos en medio de los cuales vives, no alaban viviendo rectamente, ellos estn en error; pero, si tealabaran, t ests en peligro, a no ser que tuvieres un corazan sencillo y limpio, que todo lo que haces honestamente, noo hagas por las alabanzas humanas y te alegraras por los que alaban con rectitud, ya que tambin les agrada lo que est

    bien hecho, ms que congratularte a ti mismo; ya que vivirasectamente, aunque nadie te alabase; y adems comprendas

    que los mismos elogios que te tributan son provechosos para

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    os que te alaban, si pretenden no ensalzarte a ti por tu buenaonducta, sino que glorifican a Dios, cuyo templo santo es

    aquel que vive bien; cumpliendo de esta manera lo que diceDavid: En el Seor se gloriar mi alma, iganlo los humildes yconsulense 1. Pertenece, pues, al ojo puro en el actuarhonestamente, no mirar las alabanzas humanas al obrar bien,ni dirigir a ellas lo que haces, es decir, hacer una accin buenpara agradar a los hombres; porque as tambin podr fingirsel bien, si solamente se busca que lo alabe el hombre, el cualdado que no puede ver el corazn, puede alabar tambin lasosas falsas. Los que hacen esto, es decir, los que simulan

    bondad, poseen un corazn doble. En consecuencia, no tieneorazn sencillo, es decir, corazn limpio, sino quien trasciendas alabanzas humanas al vivir bien y busca solamente agradaa Dios, que es el nico en penetrar la conciencia. Lo queprocede de la conciencia pura es tanto ms digno de alabanzauanto menos ambiciona las alabanzas humanas.

    NECESARIA RECTITUD DE INTENCIN

    2.Guardaos bien, dice el Seor, de practicar vuestra justiciadelante de los hombres con el fin de que os vean 2, es decir,guardaos de practicar la justicia con el fin de que os vean loshombres y poner ah vuestra satisfaccin. De otra manera noecibiris el premio de vuestro Padre que est en los cielos. N

    dice el Seor si sois vistos de los hombres, sino si vivsectamente para que os vean los hombres. De otra manera,

    dnde quedara lo que se dijo al principio de estediscurso: Vosotros sois la luz del mundo? No se puede encubruna ciudad edificada sobre un monte, ni se enciende la luz paponerla debajo de un celemn, sino sobre un candelero, a fin dalumbrar a todos los de la casa. Brille as vuestra luz ante loshombres, de manera que vean vuestras buenas obras; y noermina con estas palabras, sino que aade: y glorifiquen a

    vuestro Padre que est en los cielos3

    . Ahora reprende esto, e

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    decir, si se pone all el fin de las obras buenas, o sea, si elmotivo de obrar bien es solamente para ser vistos de loshombres; despus que dijo: Guardaos bien de hacer vuestrasobras en presencia de los hombres, con el fin de ser vistos deellos 4, nada aadi. De todo esto se puede deducir que elSeor no prohibi que se acte rectamente delante de loshombres, sino que se obre rectamente delante de ellos con elin de que nos vean y lo pretendamos y pongamos en ello el f

    de nuestra determinacin.

    EJEMPLARIDAD SOBREHUMANA DE PABLO

    3. En efecto, dice el Apstol: Si todava siguiera agradando a

    os hombres, no sera ministro de Cristo5

    . Y en otro momentodice:Agradad a todos en todo, como yo agrado a todos enodo 6. Quienes no comprenden este pensamiento del Apstol

    encuentran ah una contradiccin, dado que haba afirmado nhaber agradado a los hombres, porque no haca las cosasectamente para no agradar a los hombres sino a Dios, a cuyo

    amor quera convertir los corazones de los hombres y en eso

    mismo les complaca. Por lo que deca rectamente de noagradar a los hombres, ya que lo demostraba el hecho mismode agradar a Dios y ordenaba que se complaciese a loshombres, no con el fin de que se apetezca esa complacenciaomo recompensa de las buenas obras, sino porque no podraomplacer a Dios quien no se ofreciese a la imitacin de

    aquellos que quera llevar a la salvacin. De ninguna manera

    alguien puede imitar a quien no le haya agradado. Como nohablara absurdamente quien dijese: en este trabajo con el qubusco una nave, no busco la nave, sino la patria; as el Apstodira lgicamente: por esta mi actividad, con la cual agrado aos hombres, no agrado a los hombres sino a Dios, ya que nodeseo esto ltimo, sino que pretendo que me imiten aquellosque quiero que sean salvados. Esto mismo dice de las ofrenda

    que se dan a los fieles: No porque busco ddivas, sino que

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    busco fruto 7, es decir: lo que busco con vuestra ofrenda no ea ofrenda en s misma, sino el fruto de ella. Con esta precisie podra poner de manifiesto cunto se podra haber

    progresado en el Seor, porque hacan libremente lo que se lepeda, no por la satisfaccin que provena del regalo, sino poromunin de la caridad.

    4. Tambin cuando aade lo que dice: De lo contrario noendris la recompensa junto al Padre que est en los cielos 8

    Con esto no quiere decir otra cosa sino que debemos evitar elexigir las alabanzas de los hombres como recompensa denuestras acciones, es decir, que pensemos que con ellasegaremos a ser felices.

    CAPTULO II

    EVITACIN DE LA HIPOCRESA

    5. Cuando, pues, hagas limosna, no vayas sonando la trompepor delante, como hacen los hipcritas en las sinagogas y en plazas, para ser glorificados por los hombres 9. No os queris

    hacer notar, dice, como los hipcritas. Es evidente que loshipcritas no tienen en el corazn lo que colocan ante los ojosde los hombres. En efecto, los hipcritas son simuladores,epresentando personas distintas a la manera de los teatros yas fbulas. En efecto, el que hace en la tragedia el papel deAgamenn, o de cualquier otro personaje histrico o fabulosoque represente, no es verdaderamente l mismo, sino que fin

    erlo y por eso se llama comediante. As sucede tambin en laglesia y en toda manifestacin de la vida humana, es hipcrit

    quien manifiesta lo que no es. Pues imita fingiendo al virtuosono lo representa, ya que pone todo el fruto en ser alabado poos hombres, lo que pueden recibir tambin los que disimulanen el hecho de engaar a quienes les parecen buenos y por louales son alabados. Pero estos tales solo reciben de Dios, qu

    escruta los corazones, como recompensa, la condena del

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    engao. Recibieron, pues, su recompensa de los hombres 10.Con toda razn se les dir:Alejaos de m, obreros falaces 11,porque habis llevado mi nombre con vosotros, pero no habipracticado mis obras. Recibieron su recompensa quienes dieromosna, no por otro motivo sino para que le alabaran los

    hombres; no precisamente porque sean alabados por loshombres, sino porque lo hacen de tal manera para ser alabadomo arriba se expuso. Aquel que obra bien no busca la

    alabanza humana, pero sta seguir a quien acta rectamentepara que sea de provecho a aquellos que pueden imitar aquelque alaban, y no porque l piense que ellos, alabndolo, saqualguna ventaja.

    6. Mas t, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierdo que hace tu derecha 12. Si entendieras que por izquierda seefiriese a los gentiles, sera evidente que no habra culpa el

    agradar a los fieles, mientras que nos est completamenteprohibido colocar como fruto y fin de cualquier obra buena laalabanza de cualquier persona. Pero en lo que refiere a que temiten aquellos a quienes les hubieran agradado tus buenas

    acciones, se debe mostrar no solo a los fieles, sino tambin aos gentiles, para que alabando nuestras buenas accioneshonren a Dios y lleguen a la salvacin. Pero si entendieses qupor la izquierda se refiere al enemigo, en el sentido que elenemigo no sepa cundo haces limosna, por qu el mismoSeor misericordiosamente san a personas estando presenteos judos enemigos?; por qu el apstol Pedro, compadecido

    del hombre cojo que estaba a la puerta Hermosa, lo san yambin atrajo sobre s y sobre otros discpulos de Cristo lasras de los enemigos? 13Y despus, si no conviene que sepa eenemigo cuando hacemos limosna, cmo haremos con elmismo enemigo para poder cumplir el precepto: Si tu enemiguviera hambre, dale de comer; y si tuviera sed, dale de

    beber? 14.

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    7. Hay adems una tercera opinin que suele ser de loshombres carnales; la cual es tan absurda y ridcula, que no lamencionara, si no fuera consciente de que no hay pocos quemantienen este error, que dice que la palabra izquierdaignifica la esposa. Dado que las mujeres en la gestin familiae preocupan ms del dinero, no deban saber, debido a las

    disensiones domsticas, cundo sus maridos dan algomisericordiosamente a los necesitados. Como si solo losmaridos fueran los cristianos y no hubiera sido dado esteprecepto tambin para las mujeres. Pues a qu izquierda debocultar la mujer las obras de su misericordia?; no ser acasoel marido la izquierda de la mujer? Naturalmente, esto esabsurdo. Si se pensase que uno es la izquierda del otro, de

    modo que siempre que uno distribuyese algo del patrimonioamiliar fuese contra la voluntad del otro, tal matrimonio noera cristiano. Pero es necesario que si uno de los dos quisier

    dar limosna, segn el mandato del Seor, cualquiera queestuviera en contra de ello, es enemigo del mandato del Seoy se le debe considerar entre los infieles. Pues es un mandatodel Seor, sobre el matrimonio, que el marido fiel conquiste a

    u mujer con buena conversacin y conducta y la mujerristiana al marido 15. Por esta razn no deben ocultarse el un

    al otro sus buenas acciones, con las cuales han de estimularsemutuamente, de tal forma que pueda uno estimular al otroambin en la profesin comn de la fe cristiana. No se debenometer robos para ganarse la bondad de Dios. Mas si se

    debiese ocultar algo, cuando la flaqueza del nimo del otrouera incapaz de mirarlo bien, ya que no se acta ni injusta ncitamente; sin embargo, de la consideracin de todo este

    apartado no aparece fcilmente que se pueda referir aqu a lamano izquierda; considerndolo a la vez con el otro seencontrar a qu se le llama la mano izquierda.

    MANO IZQUIERDA ES LA BSQUEDA DE LOA HUMANA

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    8. Guardaos bien,dice, de practicar vuestra justicia enpresencia de los hombres con el fin de que os vean; de otramanera no recibiris la recompensa de vuestro Padre que esten los cielos 16. Aqu nombra la justicia en general, despus lodesarrolla por separado. Forman parte de la justicia las obrasque se hacen mediante la limosna y por esto lo unediciendo: Cuando hagas limosna, no suenes la trompeta delande ti, como hacen los hipcritas en las sinagogas y por lascalles a fin de ser alabados por los hombres 17. A esto se refieo que se dijo ms arriba:Evitad practicar vuestra virtud delande los hombres para ser alabados por ellos. Sin embargo, loque sigue: En verdad os digo que ya recibieron su recompense refiere al pensamiento expresado precedentemente: De otr

    manera no tendris la recompensa de vuestro Padre que esten los cielos. Y contina: T, en cambio, cuando des limosna.Cuando dice: T, en cambio, qu otra cosa quiere decir sino:no como ellos? En efecto, qu me manda el Seor? Sinembargo, cuando t des limosna, que no sepa tu manozquierda lo que hace tu derecha 18. Luego los otros hacen de

    al forma que su mano izquierda sabe lo que hace su derechaPor consiguiente, se te prohbe hacer lo que en ellos eseprensible. En ellos es reprensible actuar de tal manera que

    acten buscando las alabanzas humanas. Por consiguiente,nada ms consecuente que se pueda entender por izquierda lmisma complacencia en las alabanzas. Por derecha, en cambie entiende la intencin de cumplir los preceptos del Seor.

    Cuando el anhelo de la alabanza humana penetra en laonciencia de quien hace limosna, se hace la izquierdaabedora de lo que hace la derecha. Que no sepa tu izquierdao que hace tu derecha 19, es decir: que no se mezclen en tuonciencia el anhelo de las alabanzas humanas, cuando al darmosna deseas cumplir el precepto del Seor.

    ELOGIO AL ANONIMATO DE LA LIMOSNA

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    9. Para que tu limosna quede en lo secreto 20. Qu significao secretosino en la misma recta conciencia que no se puedemostrar a la vista humana ni desvelar con las palabras? Enefecto, muchos mienten mucho. Por lo que si la derecha obranteriormente en lo secreto, pertenecen a la izquierda todas laosas externas, que son visibles y temporales. Que tu limosnaea realizada en el interior de la misma conciencia, en la cual

    hay muchos que dan limosna con buena voluntad, aunque noengan dinero o cualquier otro bien que se deba ofrecer al

    necesitado. Hay muchos que lo hacen en el exterior y no loealizan en el interior. Esos son los que quieren aparecer

    misericordiosos por ambicin o por amor de cualquier otrapreocupacin temporal, en los cuales hay que pensar que soloacta la izquierda. Otros ocupan un lugar como intermedioentre esos dos extremos y dan la limosna con la intencin deque la dirigen a Dios y, sin embargo, todava se insina en esbuena disposicin la ambicin de la alabanza humana o deseode alguna ventaja efmera y temporal. Pero Nuestro Seor comucha vehemencia prohbe que acte en nosotros solo lazquierda, cuando tambin prohbe que en ella se mezcle en laobras de la derecha; a fin de que no solo nos guardemos de dmosna nicamente por la codicia de bienes temporales, sinoambin a fin de que en esta obra no dirijamos nuestra

    atencin a Dios, de tal forma que haya mezcla o se aadaodicia alguna de comodidades. Se trata en todo esto de

    purificar el corazn, que, si no fuese sencillo, no estar limpioCmo puede ser sencillo si sirve a dos seores 21, y no purifia propia mirada con la nica intencin de los bienes eternos,ino que la oscurece con el amor de las cosas perecederas yrgiles? Haz la limosna en lo oculto de tu corazn y tu Padre

    que ve en lo oculto te recompensar 22. Absolutamente justo verdadero. Si, en consecuencia, esperas el premio de parte deaquel que es el nico que puede ver las conciencias, bstete

    para merecer el premio la misma conciencia. Hay muchos

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    dices latinos que dicen de esta manera: Y tu Padre, que ve o oculto, te recompensar abiertamente. Sin embargo, comono he encontrado en los cdices griegos, que son los msantiguos, abiertamente, he pensado que es mejor no tratarlo.

    CAPTULO III

    CONDENA DE LA ORACIN HIPCRITA...

    10. Y cuando oris, sigue diciendo, no seis como los hipcritque les gusta estar de pie en las sinagogas y en las esquinas as plazas para ser vistos de los hombres 23. Ni prohbe aqu eSeor el ser vistos de los hombres, sino el realizar estos actospara ser vistos de los hombres. Es superfluo repetir con tanta

    recuencia los mismos conceptos, dado que una sola regla deber observada; por la cual se sabe que no se debe temer o

    evitar que los hombres sepan estas cosas que hacemos, sinoque se ha de evitar hacerlas para buscar su recompensa, con ntencin de agradar a los hombres. Usa aqu el mismo Seoras mismas palabras, aadiendo como anteriormente: Enverdad os digo, recibieron ya su recompensa 24; dando aentender que l prohbe esto para que no se apetezca aquellaecompensa de la que gozan los necios al ser alabados por los

    hombres.

    ...Y ELOGIO A LA ORACIN INTERIOR

    11. Vosotros, al contrario, cuando oris, entrad en vuestro

    aposento25

    , dice el Seor. Qu son estos aposentos sino losmismos corazones, como viene indicado tambin en el salmo,uando dice: En el retiro de vuestros aposentos compungos das cosas que andis meditando en vuestros corazones? 26Ycerrando las puertas orad, dice, a vuestro Padre en loescondido 27. Es poco entrar en los aposentos si la puerta estabierta a los curiosos, ya que a travs de ella irrumpen dentro

    as cosas externas de forma desconsiderada y disturban nuest

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    nterioridad. Ya dijimos que estn fuera todas las cosasemporales y visibles, las cuales penetran por la puerta, es

    decir, por el sentido carnal, en nuestros pensamientos, y con multitud de vanos fantasmas perturban nuestra oracin. Sedeben cerrar las puertas, es decir, se ha de resistir al sentidoarnal, a fin de que la oracin espiritual vaya dirigida al Padre

    a cual se hace en lo ntimo del corazn, donde se ora al Padreen lo escondido. Y vuestro Padre,sigue diciendo, que ve en loescondido, os recompensar 28. Este argumento debiera habeerminado con esta clusula. Y, en efecto, con esto no nos

    amonesta para que oremos, sino cmo debemos orar; ni, comhizo ms arriba, no nos amonesta a dar limosna, sino con quntencin debemos darla 29. En efecto, nos manda purificar elorazn y no lo purifica sino la nica y simple intencin dirigid

    nicamente a la vida eterna por el puro y solo amor a laabidura.

    ORACIN SIN PALABRERA...

    12. Cuando oris, no digis muchas palabras, como los

    gentiles, que se imaginan que van a ser odos por usar muchapalabras 30. As como es propio de los hipcritas hacerse ver ea oracin, y no tienen otro fruto que la aprobacin de loshombres, as tambin es propio de los paganos, esto es, de logentiles, imaginar que a fuerza de palabras sern odos. Y, enverdad, el mucho hablar viene de los gentiles, que se esfuerzams en educar el lenguaje que en purificar la conciencia. Y se

    esfuerzan en aplicar este gnero de lenguaje frvolo en laoracin para convencer a Dios, juzgando que puede unoonvencerle con palabras, como se induce al juez humano a d

    una sentencia. No queris, pues, ser semejantes a ellos,dice nico y verdadero maestro; sabe vuestro Padre lo quenecesitis antes de pedrselo 31. Si la multitud de palabras seemplea para informar y ensear al ignorante, qu necesidad

    hay de ellas para aquel que conoce todas las cosas, a quien

    http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N28http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N29http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N30http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N31http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N31http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N30http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N29http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N28
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    odas las cosas que existen, por el hecho de existir, hablan y presentan como hechas por l? Y tampoco los acontecimientouturos estn ocultos a su capacidad creativa y sabidura,

    porque en ella estn presentes y no pasados todos losacontecimientos que han pasado y que pasarn.

    ...Y PALABRAS CARGADAS DE AFECTO13. Pero como l tambin nos ensea a orar con palabras,aunque pocas, sin embargo son palabras y l mismo nos lasdice, alguien se puede preguntar qu necesidad hay an deestas pocas palabras, ante aquel que sabe todas las cosasantes que sean hechas y conoce, segn hemos dicho, qu es que necesitamos antes de que se lo pidamos. En primer lugardebemos responder que, para obtener lo que deseamos, no ndebemos dirigir a Dios con palabras, sino con los sentimientosque tenemos en el nimo y con la direccin de nuestropensamiento, junto con un amor puro y afecto sencillo. PeroNuestro Seor nos ense con palabras las mismas cosas, a fde que, confindolas a la memoria, las recordemos al tiempo a oracin.

    ORACIN DE CONVERSIN Y GENEROSIDAD

    14. Pero se puede preguntar de nuevo, ya sea que se ore conobras o con las palabras: Qu necesidad hay de la mismaoracin, si Dios sabe ya antes lo que necesitamos, a no ser qua misma intencin de la oracin serena y purifica nuestro

    orazn y lo hace ms apto para recibir los dones divinos quenos son dados espiritualmente? En efecto, Dios no nos oyeporque ambicione nuestras plegarias, pues siempre est pronpara darnos su luz no visible, sino inteligible y espiritual; peronosotros no siempre estamos dispuestos a recibirla, porqueestamos inclinados a otras cosas y entenebrecidos por laodicia de los bienes temporales. En la oracin acontece la

    onversin de nuestro corazn a Dios, que est siempre

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    dispuesto a darse a s mismo, si recibimos lo que nos va dandy en la misma conversin se purifica el ojo interior, al excluiras cosas temporales que se apetecan para que el ojo delorazn sencillo pueda acoger la luz pura que irradia con el

    poder divino sin ocaso ni mutacin alguna y no solo recibirla,ino tambin permanecer en ella, no solo sin molestia alguna,

    ino tambin con gozo inefable, en el cual se realiza verdadery sinceramente la vida bienaventurada.

    CAPTULO IV

    EL "PADRENUESTRO",MODELO DE ORACIN DE ALABANZAY PETICIN

    15. Pero ya es el momento de considerar qu es lo que nos hmandado pedir en la oracin aquel que nos ense tambin loque hemos de pedir y por el cual conseguimos lo quepedimos: Vosotros, pues, orad as: Padre nuestro que ests eos cielos, sea santificado tu nombre; venga tu reino; hgase voluntad, como en el cielo, as en la tierra. Danos hoy nuestropan de cada da; y perdona nuestras ofensas, como tambin

    nosotros perdonamos a nuestros deudores; no nos dejes caeren la tentacin, sino lbranos de todo mal 32. En toda oracin primero que se debe ganar es la benevolencia de aquel a quiepedimos y despus decir lo que queremos pedir, lo cual seuele ganar con algn elogio a quien se dirige la oracin y este acostumbre colocar al principio de la oracin. Para ello,

    Nuestro Seor no nos mand decir otra cosa sino: Padre

    nuestro que ests en los cielos 33. Se han dicho muchas cosasen alabanza de Dios, las cuales cualquiera que lea las SagradaEscrituras podr encontrar varia y cumplidamente difundidaspor todos sus libros: pero nunca se encuentra un precepto daal pueblo de Israel, que diga: Padre nuestro, o dirigirse en laoracin a Dios como Padre; sino que se insinu a ellos comoSeor que manda los esclavos, es decir, a los que an vivan

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    bajo la carne. Esto lo digo en relacin con los que recibieron lopreceptos de la ley que se les mandaba observar; pues losprofetas muestran con frecuencia que el mismo Seor Diospodra tambin ser Padre, si no se apartasen de susmandamientos, segn aquello que se dijo: He criado hijos y lohe engrandecido: ellos mismos me despreciaron 34. Y en elalmo: Yo dije: Vosotros sois dioses e hijos del Altsimo 35. Y e

    otro lugar: Si soy vuestro Seor, dnde est mi temor?; y sioy vuestro Padre, dnde est mi honor? 36Y as otros muchugares, donde se les arguye a los judos porque pecando noquisieron ser hijos de Dios, exceptuados aquellos textosprofticos que hablan del futuro pueblo cristiano, el cual habr

    de tener a Dios como Padre segn lo dicho en el Evangelio: Ledio potestad de llegar a ser hijos de Dios 37. Y el apstol Pablodijo: Mientras el heredero es nio, en nada se diferencia de uniervo 38y recuerda despus que hemos recibido el Espritu de

    adopcin: el cual nos hace clamar: Abba, Padre 39.

    16. Y por cuanto la razn de nuestra vocacin a la herencia

    eterna para ser coherederos de Cristo y recibir la adopcin deos hijos 40, no se funda en nuestros mritos, sino en la graciade Dios, la misma gracia mencionamos al principio de la oraciuando decimos: Padre nuestro. Con este nombre se inflama aridad, pues qu puede ser ms querido para los hijos que

    padre? Cuando llaman los hombres a Dios: Padre nuestro, seaviva el afecto y cierta presuncin de obtener lo que debemos

    pedir, puesto que antes de pedir algo hemos recibido un donan grande, que nos atrevamos a decir a Dios: Padre nuestro.Qu no va a conceder a los hijos que piden, habindoles

    otorgado ya antes el ser hijos? Finalmente, con cunto cuidapreviene el interior del hombre, para que aquel que dice: PadNuestro, no sea indigno de tan gran Padre? Porque, si unplebeyo de edad madura fuera autorizado por un senador par

    amarle padre, sin duda alguna temblara y ni se atrevera

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    cilmente a hacerlo teniendo en cuenta la inferioridad de suestirpe, la indigencia de riquezas y la vileza de una personaplebeya: Pero cunto ms habr de temblar uno de llamar aDios Padre, si es tanta la fealdad de su alma y tanta la maldade sus costumbres, que provocan a Dios para que las aleje deu unin mucho ms justamente que aquel senador alejara la

    pobreza de cualquier mendigo? Despus de todo, el senadordesprecia en el mendigo lo que l puede llegar a ser por laragilidad de las cosas temporales. Sin embargo, Dios nuncaae en costumbres viciosas. Y demos gracias a su misericordia

    que nos exige solo aquello segn lo cual pueda ser padre y qua ningn precio se puede adquirir, sino solo con buenavoluntad. Tambin aqu se amonesta a los ricos o a los nobles

    egn el mundo que, cuando se hiciesen cristianos, no seensoberbezcan contra los pobres y plebeyos, porque con ellosdicen a Dios: Padre nuestro, que no pueden decirlo verdaderapiadosamente si no se reconocen como hermanos.

    CAPTULO V

    PADRE NUESTRO QUE ESTS EN EL CIELO DE LOS SANTOS YVIRTUOSOS

    17. Use, por tanto, de la palabra del Nuevo Testamento elnuevo pueblo, llamado a la herencia eterna y diga: Padrenuestro que ests en los cielos, es decir, en los santos yvirtuosos, ya que Dios no est limitado por el espacio csmicoLos cielos son los cuerpos ms excelentes del cosmos, pero, n

    obstante, son cuerpos, que solo pueden estar en un lugar. Pei alguno cree que la sede de Dios est en los cielos en cuanto

    que son las partes ms altas del mundo, estn en mejoresondiciones las aves, ya que sus vidas estn ms cerca de Dio

    No se ha escrito: El Seor est cerca de los hombres excelsosy de los que habitan en los montes, sino que est escrito: ElSeor est cerca de los contritos de corazn 41, y esto

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    pertenece a la humildad. As como el pecador es llamado tierrya que de l se ha dicho: Tierra eres y a la tierra irs 42, as spuede decir que el justo es el cielo. Pues se dice de losustos: El templo de Dios es santo, y ste sois vosotros 43. Poo tanto, si Dios habita en su templo y los santos son suemplo, que ests en los cielossignifica que ests en losantos. Es muy apropiado este smil para hacer ver que

    espiritualmente hay tanta diferencia entre los virtuosos y lospecadores como corporalmente hay entre el cielo y la tierra.

    ANALOGAS DEL CIELO U OMNIPRESENCIA DE DIOS

    18. Con la intencin de significar este pensamiento, cuando n

    ponemos en oracin, nos volvemos hacia oriente, donde senicia el cielo; no como si habitase all Dios, como si hubieseabandonado las otras partes del mundo, l que est presenteen todas las partes, no en el espacio fsico, sino con la fuerzade su majestad. Con el fin de que tome conciencia el alma de necesidad de convertirse a la naturaleza ms excelente, estoes, hacia Dios, puesto que su mismo cuerpo, que es terreno,

    onvierta en un cuerpo ms perfecto, es decir, en un cuerpoeleste. Es bueno esto para el progreso religioso y aprovechamucho para que todos los sentidos, pequeos y grandes,ientan bien de Dios. Y por esto aquellos que estn cautivos das bellezas terrenas y no pueden imaginar algo incorpreo, enecesario que estimen ms el cielo que la tierra. Es msolerable la opinin de aquellos que tienen todava una idea

    orprea de Dios, si creen que est ms bien en el cielo que ea tierra. Y esto a fin de que, cuando lleguen a saber que elvalor del alma es superior a un cuerpo celeste, lo busquen mbien en el alma que en un cuerpo, aunque sea celeste y cuandeguen a conocer cunta diferencia hay entre el alma de los

    pecadores y la de los virtuosos, como no se atrevan a colocarDios en la tierra, sino en el cielo, cuando lo intentaban todava

    egn la carne44

    , as despus con la fe ms madura y tambi

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    on la inteligencia lo busquen ms bien en el alma de losvirtuosos que en la de los pecadores. Por consiguiente, senterpreta correctamente diciendo que Padre nuestro que esten los cielos 45significa en el corazn de los justos, como en semplo santo. Al mismo tiempo, quien ora, quiere que tambi

    habite en l aquel a quien ora; y mientras aspira a esto,practique la justicia, ya que con esta finalidad es invitado Dioshabitar en el alma.

    SANTIFICADO SEA TU NOMBRE Y SUS SIGNIFICACIONES

    19. Veamos ahora qu es lo que se debe pedir. Se ha expuesya quin es a quien se pide y dnde habita. Lo primero que se

    ha de pedir es: Que sea santificado tu nombre46

    . No se pideomo si no fuera santo el nombre de Dios, sino para que seaenido por los hombres como santo, es decir, que de tal manee reconozca a Dios, que no se juzgue ninguna otra cosa com

    ms santa y a quien se tema ms ofender. Ni tampoco porhaberse dicho: Dios es conocido en Judea, en Israel y sunombre es grande 47, se debe entender como si en otro lugar

    ea Dios tenido por menor y en otro distinto por mayor; sinoque all ser tenido su nombre como grande donde se lenombre por su inmensa grandeza. All ser nombrado elnombre del Seor donde se le nombre con veneracin y conemor de ofenderle. Es esto lo que sucede ahora mientras el

    Evangelio, dndole a conocer por muchos pueblos, recomiendel nombre del nico Dios por mediacin de su Hijo.

    CAPTULO VI

    VENGA A NOSOTROS TU REINO MANIFESTADO,RECONOCIDO,FINAL

    20. Despus contina: Venga tu reino 48, como el mismo Seensea en el Evangelio; entonces el da del juicio futuro llegar

    uando el Evangelio haya sido anunciado a todas las gentes 49

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    esto pertenece a la santificacin del nombre de Dios. Niampoco se ha dicho aqu: Venga tu reino, como si en el

    momento presente el Seor no reinara. Quizs alguno diga qua palabra venga significa sobre la tierra: como si no reinarahoy en la tierra, ya que siempre ha reinado desde la creacindel mundo. El trmino vengase debe interpretar: que se

    manifieste a los hombres. Como, en efecto, la luz, aunquepresente, est ausente para los ciegos y para los que cierranos ojos, as el reino de Dios, aunque nunca abandona la tierraes invisible para aquellos que no le conocen. A ninguno le sercito ignorar el reino de Dios, porque su Unignito, no solo enel campo del pensamiento, sino tambin en la experiencia, havenido del cielo en la persona del Seor para juzgar a vivos y

    muertos. Y despus de este juicio, es decir, cuando suceda ladistincin y separacin de buenos y malos, Dios estar presenen los buenos de tal manera que no habr ms necesidad de enseanza humana, sino que todos, como tenemos en laEscritura, sern amaestrados por Dios 50. Despus la felicidader plenamente acabada como final en los santos paraiempre, al igual que ahora los ngeles del cielo, sumamenteantos y fieles, solo con la iluminacin del Seor, poseen la

    plenitud de la sabidura y de la felicidad, ya que tambin elSeor prometi todo esto a los suyos: En la resurreccinern,dice, como ngeles de Dios 51.

    HGASE TU VOLUNTAD ACEPTADA

    21. Despus de aquella peticin en la que decamos: Venga tueino, sigue: Hgase tu voluntad, como en el cielo, as en laierra 52; es decir, as como se hace tu voluntad en los ngele

    que estn en el cielo, de tal manera que estn tan unidos a ti en ti son felices, ya que ningn error oscurece la plenitud de spensamiento, ninguna infelicidad impide su felicidad, as suceen tus santos que estn en la tierra y han sido hechos de la

    ierra en cuanto se refiere al cuerpo, y aunque tiendan a un

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    ugar celeste e inmutable, siempre han de ser tomados de laierra. Se refiere a esto aquel anuncio de los ngeles: Gloria a

    Dios en lo alto de los cielos y paz en la tierra a los hombres debuena voluntad 53. Esto a fin de que cuando preceda nuestrabuena voluntad, que sigue al que es llamado, se cumpla ennosotros la voluntad de Dios, al igual que en los ngeleselestes, a fin de que ninguna adversidad turbe nuestra

    bienaventuranza, que es la paz. Y as hay que entender deorma recta hgase tu voluntad, que se obedezca a tus

    preceptos, as en el cielo como en la tierra 54, es decir, asomo por los ngeles, tambin por los hombres. El mismo

    Seor afirma que se cumple la voluntad de Dios cuando seobedece a sus mandamientos, cuando dice: Mi comida es haca voluntad de aquel que me envi 55, y con mucharecuencia: No vine a hacer mi voluntad, sino la voluntad de

    quien me envi 56. Y cualquiera que haga la voluntad de Dios mi hermano, mi madre y mi hermana 57. Quienes hacen lavoluntad de Dios, en ellos se cumple la voluntad de Dios, noporque ellos hagan que Dios quiera, sino porque hacen lo que

    l quiere, es decir obran segn su voluntad.22. Hay otra forma de entender: Hgase tu voluntad, como eel cielo, as en la tierra, es decir, como en los santos y justos,ambin en los pecadores. Y esto a su vez se puede entender

    de dos formas: bien sea que oremos tambin por nuestrosenemigos: se pueden considerar, en verdad, de otro modoaquellos contra cuya voluntad se dilata el nombre cristiano yatlico? Se ha dicho de tal menara: Hgase tu voluntad, com

    en el cielo, as en la tierra, como si pudiera decirse: Que hagau voluntad as como la hacen los justos, tambin los

    pecadores, para que se conviertan a ti. O tambin: Se haga tuvoluntad en el cielo como en la tierra, para que a cada uno see d lo suyo; se har en el ltimo juicio, de tal forma que a lo

    http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N53http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N54http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N55http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N56http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N57http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N57http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N56http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N55http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N54http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N53
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    ustos se les dar el premio y a los pecadores la condena,uando se separarn los corderos de los cabritos 58.

    CIELO Y TIERRA SON EL ESPRITU Y LA CARNE...

    23. Tampoco es absurdo, al contrario, muy de acuerdo con

    nuestra fe y esperanza, el que entendamos por cielo y tierra eespritu y la carne. Y dado que dice el Apstol: Con la menteirvo a la ley de Dios, con la carne a la ley del pecado 59, vem

    que la voluntad de Dios se hace en la mente, esto es, en elespritu. Mas cuando la muerte sea absorbida por la victoria yeste cuerpo mortal sea absorbido por la inmortalidad, y estouceder con la resurreccin de la carne y con la

    ransfiguracin, que ha sido prometida segn predicacin delmismo Apstol a los justos 60, entonces se har la voluntad deDios en la tierra como se hace en el cielo; es decir, as como eespritu no se resiste a Dios siguiendo sus mandatos y haciendu voluntad, as tampoco el cuerpo se oponga al espritu o al

    alma, la cual es ahora atormentada por la enfermedad deluerpo y est propensa a la costumbre de la carne. En la vida

    eterna ser propio de la paz perfecta que no solo nos atraiga querer, sino tambin el realizar el bien.Ahora me atrae elquerer el bien, dice el Apstol,pero no el cumplirlo 61, porqueodava no est cumplida la voluntad de Dios como en el cielo

    as en la tierra, es decir, todava no en la carne como en elespritu. Pues en nuestra miseria se hace tambin la voluntadde Dios cuando por la carne sufrimos todo aquello que

    orresponde por la condicin de mortalidad, que por el pecadomereci nuestra naturaleza. Pero debemos orar que, as comoen el cielo y en la tierra se cumple la voluntad de Dios, es decque, as como nos complacemos en la ley de Dios segn elhombre interior 62, as tambin, realizada la transfiguracin denuestro cuerpo, ninguna de nuestras partes, por dolores fsicoo por delectaciones terrenas, se oponga a esta nuestra

    elicidad.

    http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N58http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N59http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N60http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N61http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N62http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N62http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N61http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N60http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N59http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N58
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    24. Y no va en contra de la verdad interpretar laspalabras Hgase tu voluntad, como en el cielo, as en laierra 63, como en el mismo Seor Jesucristo, as tambin en glesia; como en el hombre que ha cumplido la voluntad del

    Padre, as tambin en la mujer, con la cual se ha casado. Enefecto, cielo y la tierra se puede convenientemente entenderomo el varn y la mujer, porque la tierra es fructferaertilizndola el cielo.

    CAPTULO VII

    PAN COTIDIANO ESPIRITUAL,SIN EXCLUSIN DEL MATERIALY SACRAMENTAL

    25. La cuarta peticin es: Danos hoy nuestro pan de cadada 64. El pan cotidiano se interpreta de diversas formas: o todaquello que sirve para el sostenimiento de la vida fsica; dehecho, exhortando a este respecto dice: No pensis en el da maana 65, y por esto aade: Danos hoy; o por el sacramentodel Cuerpo de Cristo, que diariamente recibimos; o por laomida espiritual, de la cual dijo el mismo Seor: Trabajad poa comida que no se corrompe 66; y tambin: Yo soy el pan devida, que ha descendido del cielo 67. Ahora se puede considerul de estas interpretaciones es la ms probable. Puede dars

    que alguien pueda estar preocupado por qu tenemos que orapara conseguir lo necesario para esta vida, como es la comidael vestido, dado que el Seor haba dicho: No estis

    preocupados por lo que vais a comer o con qu os vais avestir 68. Puede alguien no estar preocupado de las cosas poas cuales ora para conseguirlas, como que haya que dirigir laoracin con tanta atencin 69, ya que a esto se refiere todo loque se dice de cerrar las puertas de la habitacin70, y lo quedice: Buscad primero el reino de Dios y todas las dems cosase os darn por aadidura? 71No ha dicho: Buscad en primer

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    ugar el reino de Dios, y despus buscad todas estas cosas,ino:Todas estas cosas, dice, os sern dadas por aadidura,ncluso a los que no las pidan. Yo no s encontrar la maneramo se pueda decir con verdad que alguno no busca aquello

    que, para recibirlo, suplica a Dios con tanta atencin.

    26. Respecto del sacramento del cuerpo del Seor, para noentrar en cuestin con muchos en las regiones orientales, queno comulgan el Cuerpo de Cristo diariamente, aunque se hayadicho que este pan es cotidiano. Pues que se callen y que nodefiendan su opinin sobre este tema, bien sea con la autorideclesistica, ya que lo hacen sin escndalo, ni lo tienenprohibido por quienes presiden las distintas iglesias, ni que

    ean acusados los que as obran. De donde se prueba que enesos lugares no se pueda entender en este sentido el panotidiano; pues seran acusados de grandes pecados los que no recibieran diariamente. Pero para no discutir sobre ningunade estas opiniones, segn queda dicho, se debe ciertamenteecordar a los que reflexionan que hemos recibido del Seor

    una norma de oracin, la cual no se puede transgredir ni por

    aadidura ni por omisin. Siendo esto as, quin ha dicho quolo debemos recitar una vez la plegaria del Seor o si se recuna segunda y tercera vez, solo hasta la hora en que recibamel cuerpo de Cristo y que despus ya no se ha de orar asdurante el resto del da? En efecto, no podramos decir: Danohoy, lo que ya hemos recibido. O podra alguien obligar a quelebremos el sacramento en la ltima parte del da?

    27. Por tanto, solo queda el que podamos entender por panotidiano el pan espiritual: es decir, los mandamientos del

    Seor, que se necesitan meditar y observar todos los das. Pude estos mismos dijo el Seor: Procuraos la comida que no secorrompe 72. Se llama cotidiana esta comida aqu, mientrasesta vida temporal se desarrolla por das que pasan y se

    uceden. Mientras los afectos del alma se alternan dirigindos

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    unas veces hacia los bienes superiores, otras hacia losnferiores, es decir, unas veces hacia los espirituales, otrashacia los carnales, como aquel que unas veces toma elalimento, otras pasa hambre, pero todos los das necesitaomer pan para calmar el hambre y restaurar las fuerzas, asambin nuestro cuerpo, en esta vida y antes de la

    ransfiguracin, necesita alimentarse con comida, ya que sienel desgaste; tambin el alma, ya que a causa de los afectosemporales, sufre como una disminucin de fuerzas en laensin hacia Dios y se restablece con el alimento de los

    mandamientos. Dnoslo hoytambin se dice: mientras sedice hoy, se refiere a esta vida temporal. Despus de esta videremos saciados del alimento espiritual por toda la eternidad

    de tal manera que entonces ya no se llamar pan cotidiano,pues all no habr ms volubilidad del tiempo, que hace queunos das sucedan a otros, por lo que se llama cotidianamenteComo se ha dicho: Si oyerais hoy la voz del Seor 73, lo que enterpretado por el apstol Pablo en la Carta a losHebreos: Mientras dura el da que se dice hoy74, lo que ha deentenderse: Dnoslo hoy. Si alguno, por el contrario, quiereentender esta frase en relacin con el alimento necesario deluerpo o el sacramento del Seor, es conveniente que los tresignificados se entiendan de forma unida, es decir, que se pid

    al mismo tiempo el pan cotidiano, tanto el necesario para eluerpo como el pan consagrado visible y el pan invisible de la

    Palabra de Dios.

    CAPTULO VIIIREMISIN AMPLIA Y GENEROSA

    28. Sigue la quinta peticin: Y perdona nuestros pecados, comambin nosotros perdonamos a nuestros deudores 75. Es

    evidente que se llama deuda a los pecados o en el sentido queel mismo Seor indica: No saldrs de all hasta que no pagues

    http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N73http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N74http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N74http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N75http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N75http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N74http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N73
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    el ltimo cntimo 76, o tambin porque llam deudores aaquellos de quienes le fue anunciado que haban perecido, bieuera por la ruina de la torre o porque Pilatos haba mezcladou sangre con la del sacrificio77. Pues dijo que pensaban los

    hombres que aquellos eran deudores en gran manera, es decpecadores, y aadi: En verdad os digo, a no ser que hagispenitencia, pereceris igualmente78. Con estas palabras nourge a cualquiera a perdonar el dinero a los deudores, sinoodas las ofensas que el otro ha cometido contra l. Pues a

    perdonar el dinero, ms bien se nos manda en aquel otroprecepto que se ha dicho arriba: Si alguien te quiere llevar auicio para quitarte la tnica, entrgale tambin la capa 79.

    Tampoco aqu es necesario perdonar la deuda a cualquierdeudor pecuniario, sino a aquel que no quisiere devolverla,hasta el punto que quisiera incluso pleitear.Al siervo del Seono le conviene pleitear, dice el Apstol 80. Se le debe perdonaa aquel que ni por propia iniciativa ni por requerimiento quierdevolver el dinero debido. Por dos motivos no querr devolvea deuda: o porque no lo tiene, o porque es avaro y codicioso

    del bien ajeno. Ambos motivos pertenecen a la indigencia: Elprimero pertenece a la carencia de bienes materiales; elegundo a la pobreza de espritu. Quienquiera que perdona la

    deuda a un tal individuo, perdona a un necesitado y obraristianamente, manteniendo aquella regla que prescribe que

    est preparado a perder lo que se le debe. Mas, si modesta ymansamente actuara de tal manera que se le restituyese, no

    atendiendo tanto al inters de recobrar el dinero cuanto a quee corrija el hombre, al que es pernicioso el tener con questituir la deuda y no restituirla, no solo no pecar, sino que

    aprovechar muchsimo, a fin de que el otro no sufra dao enu fe, por el hecho de querer aprovecharse del dinero ajeno. Y

    esto es tanto ms grave en cuanto que no tiene comparacinalguna. A esta conclusin se llega en la misma peticin en la

    que pedimos: Perdnanos nuestras ofensas, como tambin

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    nosotros perdonamos a los que nos ofenden 81; que no se traexplcitamente del dinero, sino de todos los casos en los quealguien peca contra nosotros y por esto tambin del dinero.Peca, pues, contra ti quien rechaza el restituir el dinero que tedebe, cuando tiene con qu devolver. Si no perdonas estepecado, no puedes decir: Perdnanos nuestras deudas, comonosotros perdonamos. Pero si perdonas, ten en cuenta que aaquel a quien se le ordena pedir con esta oracin, se le exhora perdonar tambin la deuda monetaria.

    CORRESPONDENCIA ENTRE PERDN DIVINO Y FRATERNO

    29. Se puede, ciertamente, tratar este tema, porque

    decimos: Perdnanos, como tambin nosotros perdonamos;nos debemos dar cuenta que hemos actuado contra estemandato si no perdonamos a quienes piden perdn, ya quequeremos que el Padre misericordioso nos perdone a los que pedimos perdn. Pero en lo referente al precepto en que se nopide orar por nuestros enemigos 82, no se nos pide hacerlo poos que piden perdn. Estos tales ya no son enemigos. De

    ningn modo dira alguien con sinceridad que ora por aquel aquien no ha perdonado. Por tanto, se debe reconocer que sedeben perdonar todos los pecados cometidos contra nosotros,i queremos que nos sean perdonadas las culpas que hemosometido contra el Padre. Pues de la venganza, segn pienso,

    ya se ha hablado suficientemente.

    CAPTULO IX

    TENTACIN,NO INDUCCIN

    30. La sexta peticin dice: No nos dejes caer en la tentacin 8

    Algunos manuscritos dicen: no nos induzcas a la tentacin, quuzgo tenga el mismo significado; en efecto, de la mismapalabra eisengkesha sido traducida una y otra. Muchos al

    ezar dicen as: No permitas que seamos inducidos a la

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    entacin, mostrando de esta forma cmo ha sido introducidaraduccin induzcas a la tentacin. En efecto, Dios no nosnduce a la tentacin por s mismo, sino que permite seanducido alguien a quien le quit su ayuda por ocultos y justosdesignios o por hacerse merecedor de ello. Muchas vecesambin por causas manifiestas juzga que uno merece ser

    privado de su ayuda y le deja caer en la tentacin. Una cosa eer inducido a la tentacin y otra es ser tentado. Pues sinentacin nadie puede ser probado, ni para s mismo, como

    encontramos en la Escritura: Quien no ha sido tentado, qupuede saber? 84, ni para el otro, como dice el Apstol: Nohabis despreciado lo que era para vosotros una tentacin en carne 85. Precisamente por este hecho los reconoci fieles, yaque no se separaron de la caridad a causa de los sufrimientosdel Apstol padecidos en su fsico. Mas Dios nos conoce a todoantes de cualquier tentacin, ya que l conoce todo antes deque suceda.

    31. En lo escrito: El Seor, Dios vuestro, os tienta para sabere amis 86la expresinpara saberse ha de entender en el

    iguiente sentido: para que os haga saber; como cuandodecimos que un da est alegre, por un da que nos alegra; unro pesado, por un fro que entumece, y otras formas de habl

    que se dan en la jerga habitual, o en el lenguaje de los literaty en los libros de Sagrada Escritura. Lo cual no entienden losherejes que rechazan el Antiguo Testamento y juzgan que estes tachar de ignorante a aquel de quien se dijo: El Seor,

    vuestro Dios, os tienta, como si en el Evangelio no estuvieseescrito del Seor: Esto lo deca para tentarle. Pues l saba loque iba a hacer 87. En efecto, si conoca el corazn de aquel aquien tentaba, qu intentaba conocer tentndole? Ciertamene realiz esto para que se conociera a s mismo aquel que er

    probado y condenase su desconfianza, viendo a la

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    muchedumbre saciada con el pan del Seor, mientras que lhaba pensado que no tenan qu comer.

    TENTADOS,NO CADOS,OH MANIQUEOS

    32. Por consiguiente, no se pide aqu que no seamos tentadosino de no caer en la tentacin; como si alguno es obligado a

    pasar la prueba del fuego, no se pide el no ser tocado por eluego, sino que no le abrase el fuego. En efecto, en el horno s

    prueban los vasos de arcilla y en la tentacin de la tribulacinos hombres justos 88. Jos fue tentado con la tentacin deladulterio, pero no sucumbi a la tentacin89; Tambin Susanue tentada y tampoco fue arrastrada por la tentacin 90; y

    muchos otros de uno y otro sexo, pero sobre todo Job, de cuyadmirable fidelidad a Dios, su Seor, pretenden mofarseaquellos herejes enemigos del Antiguo Testamento conacrlegas expresiones, insistiendo sobre todo en aquel pasaje

    en que dice que Satans pidi tentarle 91. Preguntan a losgnorantes, absolutamente incapaces de entender algunasosas, de qu manera fue posible a Satans hablar con Dios,

    dndose cuenta -no pueden, por otra parte, ya que estnobcecados por la supersticin y la contienda- que Dios no ocuun lugar en el espacio con la dimensin de su cuerpo; de modque en un sitio est y en otro no est, o que tenga aqu unaparte de s mismo y en otro lugar otra, sino que est presenteen todas partes con su majestad, ni dividido en partes, sino eodo lugar perfecto. Y si entienden en sentido literal la frase:

    cielo es mi trono y la tierra peana de mis pies 92, a este lugare refiere tambin el Seor con las palabras: No juris ni por

    cielo, porque es el trono de Dios, ni por la tierra, porque es lapeana de sus pies 93, qu hay de extrao en que el diablo,ituado en la tierra, se pusiera a los pies de Dios, y que le

    hablara algo en su presencia? 94Cundo terminarn deentender estos tales que no hay un alma, aunque sea la ms

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    perversa, que pueda razonar de alguna manera, en cuyaonciencia Dios no hable? Quin sino Dios ha escrito en elorazn de los hombres la ley natural? De esta ley dice el

    Apstol: En verdad, cuando los gentiles, que no tienen ley,hacen por razn natural lo que manda la ley, estos tales, noeniendo ley, son para s mismos ley viva y ellos hacen ver qu

    o que la ley ordena est escrito en sus corazones, como se loatestigua su propia conciencia y las diferentes reflexiones queall en su interior ya les acusan o tambin les defienden, comoe ver aquel da en que Dios juzgar los secretos de los

    hombres 95.

    Por consiguiente, toda alma racional, aunque est obcecada p

    as pasiones, sin embargo, si todava piensa y razona, todo loque mediante su razonamiento es verdadero, no se le debeatribuir a ella, sino a la luz de la verdad, la cual la esclarece,aunque sea dbilmente, segn su capacidad, de tal forma quealgo verdadero encuentre en su razonamiento; qu tiene deextrao que el alma del diablo corrompida con perverso deseooiga la voz de Dios, es decir, la voz de la misma verdad, todo

    que pens de un hombre justo cuando quera tentarle? 96. Y aontrario, todo lo que era falso, se atribuye a aquella

    perversin de la que recibe el nombre de diablo. Puesto queambin, muchas veces, por medio de criaturas corporales y

    visibles habl Dios, tanto a los buenos como a los malos, comSeor y administrador de todas las cosas 97y ordenador deellas segn la capacidad de cada una; como asimismo se sirvi

    de los ngeles, que se aparecieron tambin con apariencia dehombres 98y por medio de los profetas diciendo: Esto dice elSeor 99. Por qu ha de asombrarse ahora uno, si se dice quDios ha hablado con el diablo, ciertamente no a travs delpensamiento, sino a travs de una criatura acomodada a esteometido?

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    33. Y no juzguen que es deferencia y casi mrito a su virtud ehecho de que Dios haya hablado con l, porque ha hablado coespritu anglico, aunque necio y apasionado, como si hablaseon un alma humana necia y apasionada. O si no digan ellos

    mismos de qu manera Dios ha hablado con aquel rico cuyaestpida avaricia quiso reprender diciendo: Necio, esta misma

    noche han de exigir de ti la entrega de tu alma: De quin sercuanto has almacenado? 100Ciertamente, esto lo dice el mismSeor en el Evangelio, al cual estos herejes, quiranlo o no,nclinan la cabeza. Mas si ellos se preocupan del hecho queSatans pide a Dios el tentar a un hombre justo, yo nopretendo explicar la razn de por qu sucedi esto, pero lesequiero que me aclaren por qu se dijo en el Evangelio a los

    discpulos: He aqu que Satans ha pedido cribaros como elrigo 101, y a Pedro le dijo: Pero yo he rogado para que tu fe n

    perezca 102. Cuando me expliquen todo esto, ellos a la vez sedan a s mismos la solucin de aquello que pretenden lesdeclare yo. Y si no son capaces de explicarlo, no se atrevan aeprobar temerariamente en libro alguno lo que leen en el

    Evangelio sin ninguna repugnancia.PROVIDENCIA DE LAS TENTACIONES HUMANAS PERMITIDAS

    34. Suceden, pues, las tentaciones de Satans, no por supoder, sino con permiso del Seor para castigar a los hombrepor sus pecados o para probarlos y ejercitarlos en referencia aa misericordia de Dios. Importa mucho distinguir en qu tipo

    de tentacin incurre cada uno. Pues no es lo mismo el tipo deentacin en que cay Judas, que vendi al Seor 103, que en que cay Pedro, que neg, atemorizado, a su Seor 104. Hay,pues, tentaciones humanas, creo, como sucede cuando uno cobuena intencin, segn los lmites de la humana debilidad, seequivoca en algn proyecto o se irrita contra algn hermanoon la intencin de corregirlo, pero un poco ms all de lo que

    pide la serenidad cristiana. A stas se refiere el Apstol cuand

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    dice: No os ha sobrevenido tentacin que no fuera humana, ymismo dice: Pero fiel es Dios, que no permitir que seisentados sobre vuestras fuerzas, sino que de la mismaentacin os har sacar provecho, para que podisosteneros 105. Con este pensamiento muestra suficientement

    que no debemos orar para no ser tentados, sino para que noaigamos en la tentacin. Caeremos, pues, si fueran de tal

    naturaleza que no pudiramos soportar. Pero dado que lasentaciones ms peligrosas, en las cuales es perniciosoumergirse e introducirse en ellas, tienen su origen en las

    prosperidades temporales o en las adversidades, nadie serabatido por la molestia de la adversidad, que no se deje llevapor los atractivos de la prosperidad.

    LIBERACIN DE TODO MAL PRESENTE

    35. La ltima y la sptima peticin es: Lbranos de todomal 106. Se debe orar para no solo no caer en el mal que noenemos -y esto se pide en el sexto lugar-, sino para queeamos tambin liberados del mal, en el que ya hemos cado.

    Pues, conseguido esto, ya no quedar nada que temer, ni sedeber ya temer alguna tentacin. Sin embargo, no se debeesperar que esto suceda en esta vida mientras llevemos connosotros esta nuestra condicin mortal a que nos condujo laeduccin de la serpiente 107; ms bien debemos esperar queegar algn da y esta es la esperanza que no se ve.

    Precisamente, hablando de esto el Apstol, dice: Una esperan

    que se ve, no es esperanza108

    . Sin embargo, no se debedesesperar de la sabidura que tambin en esta vida ha sidooncedida a los creyentes hijos de Dios. Consiste esta sabidur

    en huir con especial diligencia de todo aquello que porevelacin de Dios entendamos que debe evitarse; y

    apetezcamos con ardentsima caridad todo aquello que porevelacin de Dios entendamos que se ha de amar. Porque,

    uando la muerte despoje al hombre del restante peso de

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    mortalidad, de parte de todo componente del hombre, en eliempo oportuno, ser realizada como fin la felicidad que haomenzado ya en esta vida y que, para conseguirla

    definitivamente despus, se pone ahora todo el esfuerzoposible.

    CAPTULO XLAS TRES PRIMERAS PETICIONES SON TEMPORALES Y ETERNAS

    36. Pero se debe considerar y discutir la distincin que hayentre estas siete peticiones. Como nuestra vida actual sedesarrolla en el tiempo y se espera la vida eterna y como, porotra parte, los valores eternos son anteriores por dignidad, si

    bien es verdad que se pasa a ellos despus de haber realizadoos del tiempo. En efecto, la consecucin de las tres primeraspeticiones tiene su principio ya en esta vida, que se desarrollaen el tiempo; de hecho, la santificacin del nombre del Seorha comenzado a verificarse desde la venida del Seor ennuestra humildad; la venida del reino del Seor, en el cual lvendr en esplendor, no se manifestar despus del fin el

    iempo, sino al final del tiempo; y el cumplimiento de suvoluntad como en el cielo, as en la tierra, bien sea que porielo y por tierra se entiendan los justos y los pecadores, o el

    espritu y la carne, o el Seor y la Iglesia, o todos al mismoiempo, se completar con la perfeccin de nuestra felicidad y

    por tanto ser al final de los tiempos, aunque las tres cosaspermanecern eternamente. Porque efectivamente la

    antificacin del nombre del Seor es eterna, su reino noendr fin y se promete la vida eterna para nuestra perfectaelicidad. Permanecern unidas y perfeccionadas estas tresosas en aquella vida que se nos promete.

    TEMPORALIDAD DE LAS CUATRO LTIMAS PETICIONES

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    37. Las otras cuatro cosas que pedimos me parecen perteneca esta vida temporal. La que est en primer lugar: Danos hoynuestro pan de cada da 109. Por el hecho de ser llamado panotidiano, bien sea que se diga del pan espiritual o el delacramento o este visible del alimento, pertenece al tiempo

    presente, que se le llam hoy; no porque el alimento espirituano sea eterno, sino porque este pan, que en la Escritura ha sionsiderado como cotidiano, se ofrece al alma tanto con elonido de las palabras como con varios signos temporales.

    Todas estas cosas no existirn entonces, cuando, segn Sanuan, todos puedan ser instruidos por Dios 110y percibirn lanefable luz de la verdad no por movimientos de cuerpos que manifiesten, sino que la tocarn con un puro acto de la menteY quizs por esto ha sido llamado pan, y no bebida, porque elpan partindolo y masticndolo se convierte en alimento, asomo la Escritura, abrindola y meditndola, sustenta al alma

    mientras que la bebida preparada de antemano pasa al interiodel cuerpo, tal como es; de tal manera que en esta vida laverdad es el pan, que se llama cotidiano, mas en la otra es labebida, puesto que no habr trabajo alguno de discusin, ni dpalabras, como de partir y masticar, sino solamenteontemplacin pura y resplandeciente de la verdad. En eliempo presente nos sern perdonados los pecados y los

    perdonaremos, en lo que consiste la segunda de las restantesuatro peticiones; en la otra vida no habr perdn de los

    pecados, ya que no los habr. Las tentaciones infectan estavida temporal; despus ya no habr ms tentaciones y seumplir lo que dice el salmo: t les esconders en lo secreto

    de tu rostro 111. Y el mal, del que deseamos ser liberados y lamisma liberacin del mal pertenece tambin a esta vida, quepor la justicia de Dios hemos merecido estar sujeta a muerte de la cual por la misericordia de Dios seremos liberados.

    CAPTULO XI

    http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N109http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N110http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N111http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N111http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N110http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N109
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    CORRESPONDENCIA ENTRE EL SEPTENARIO DE PETICIONESY DE DONES DEL ESPRITU

    38. Tambin me parece que el nmero siete de las peticionese corresponde con el nmero siete de las bienaventuranzas,

    del que deriva todo el discurso. En efecto, si el temor de Dios

    es el que hace bienaventurados a los pobres de espritu porqude ellos es el reino de los cielos 112: pidamos que seaantificado entre los hombres el nombre de Dios con el temorasto, que permanece por los siglos de los siglos 113. Si la

    piedad es la que hace bienaventurados a los mansos, porqueellos poseern la tierra, pidamos que venga su reino, ya sea anosotros mismos para que nos amansemos y no le resistamos

    ya del cielo a la tierra con la gloria del advenimiento del Seoen el cual nos alegraremos y conseguiremos la gloria, porque dice: Venid, benditos de mi Padre, recibid el reino que os haido prometido desde la creacin del mundo 114; pues en el

    Seor, dice el profeta, se alegrar mi alma; oigan los humildey se alegrarn 115. Si es por la ciencia por la que son felices loque lloran, porque ellos sern consolados, oremos para que sehaga su voluntad as en el cielo como en la tierra, porqueuando el cuerpo, como tierra, se conforme con el espritu,omo cielo, con suma y completa paz, nosotros ya nooraremos; porque no hay otra razn para que lloremos en es

    vida, sino cuando entre ellos, el cuerpo y el espritu, luchen ynos fuercen a decir: Veo que hay en mis miembros una ley quesiste a la ley de mi espritu 116, y a confesar nuestra afliccion voz de llanto: Oh, qu hombre tan infeliz soy!; Quin mibrar de este cuerpo de muerte? 117. Si la fortaleza es la quehace que sean bienaventurados los que tienen hambre y sed da justicia, roguemos que el pan nuestro de cada da se nos dhoy para que, fortalecidos y sustentados por l, podamos llega aquella completsima hartura. Si el consejo es el que hace

    bienaventurados a los misericordiosos, porque ellos alcanzar

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    misericordia, perdonemos las deudas a nuestros deudores, yoremos para que se nos perdonen nuestras deudas. Si elentendimiento es el que hace que sean bienaventurados losmpios de corazn, porque ellos vern a Dios, oremos para qu

    no caigamos en la tentacin, para que no tengamos un corazdoble, no ordenando todo al verdadero bien al cual dirigir toda

    nuestras acciones, sino persiguiendo al mismo tiempo losbienes temporales y los eternos. La tentaciones, en efecto, quprovienen de las cosas, que parecen a los hombres molestas ydesastrosas, no tienen poder sobre nosotros, si no lo tienen laque provienen de los halagos de aquellas cosas que juzgan lohombres convenientes y dignas de regocijo. Si es la sabiduraque hace bienaventurados a los pacficos, porque ellos sern

    amados hijos de Dios, pidamos que seamos librados del mal,pues la misma liberacin nos hace libres, esto es, hijos de Diopara que con el espritu de adopcin clamemos: Abba,Padre! 118

    PREVALENCIA DEL PERDN EN LA ORACINDEL "PADRENUESTRO"

    39. Sin duda no se debe omitir por descuido que, de todasestas sentencias con las cuales el Seor nos ha ordenado orarha juzgado deber recomendar sobre todo aquella que se refieal perdn de los pecados, en la cual ha querido que fusemosmisericordiosos, que es el nico consejo para evitar las miseride la vida. En ninguna otra sentencia oramos as como si

    pactramos con Dios; pues decimos:perdnanos, comonosotros perdonamos. Si mentimos en este acuerdo, noacamos provecho alguno de la oracin. As dice: Pues si

    perdonareis a los hombres sus pecados, tambin vuestro Padrque est en los cielos os perdonar. Pero si no perdonareis aos hombres, tampoco vuestro Padre perdonar vuestrasculpas 119.

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    CAPTULO XII

    PURIFICACIN DEL CORAZN POR EL AYUNO ESCONDIDO

    40. Sigue ahora el precepto del ayuno, perteneciente tambina limpieza del corazn, de la cual estamos tratando. Tambinen este cometido se debe evitar que se insinen la ostentaciy deseo de alabanzas humanas que infecta la doblez delorazn y no le permite la pureza y sencillez necesarias para

    ver a Dios. As dice: Cuando ayunis, no os pongis tristescomo los hipcritas; desfiguran su rostro, para mostrar a loshombres que ayunan. En verdad os digo que ya recibieron sugalardn. Mas vosotros, cuando ayunis, perfumad vuestracabeza y lavad bien vuestra cara para que no vean los hombrque ayunis y solo vuestro Padre que ve en lo secreto; yvuestro Padre, que ve en lo escondido, os lo recompensar 12

    Est claro que en estos preceptos toda nuestra intencin estdirigida a las alegras interiores, para que no nos conformemoal mundo buscando en el exterior la recompensa, y perdamospromesa de la bienaventuranza, tanto ms segura y firme

    uanto ms interna, en virtud de la cual nos eligi Dios paraegar a ser conformes a la imagen de su Hijo.

    PELIGRO DE OSTENTACIN JACTANCIOSA AUN EN EL DESALIO

    41.En este apartado conviene tener en cuenta sobre todo quno solo en el brillo y pompa, sino tambin en el lastimosodesalio, puede haber jactancia, que es tanto ms peligrosa e

    uanto que engaa con la apariencia de servir a Dios. Quien sdistingue por el inmoderado cuidado de su cuerpo y vestido, oel esplendor de otras cosas, fcilmente es convencido por lasmismas cosas de ser partidario de las pompas del mundo y noengaa a nadie con una imagen aparente de santidad. Sinembargo, si alguien, en la profesin de cristiano, hace que seijen en l las miradas de los hombres con el extraordinario

    desaseo y miseria, si lo hace voluntariamente y no por

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    necesidad, por sus otras obras puede conjeturarse, si lo hacepor menosprecio del adorno superfluo o por alguna ocultaambicin, dado que el Seor nos ha mandado que nosguardemos de los lobos con piel de oveja: Por sus frutos,dice, los conoceris 121. Cuando en algunas pruebas seempezare a despojarles o a negarles aquellas mismas cosasque con este vestido haban conseguido o desean conseguir,entonces necesariamente aparecer si es un lobo con piel deoveja o una oveja con la suya. Por tanto, el cristiano no debeamar la atencin con adornos superfluos, porque tambin los

    hipcritas muchas veces usurpan el traje modesto para engaa los incautos; porque las ovejas no deben dejar sus pieles,aunque alguna vez los lobos se cubran con ella.

    LIMPIEZA Y ALEGRA INTERIOR Y EXTERIOR EN EL AYUNO

    42. Se acostumbra a preguntar qu significan laspalabras: mas vosotros, cuando ayunis, perfumad vuestracabeza y lavad vuestros rostros, para que no conozcan loshombres que ayunis 122. En efecto, nadie nos prescribir

    ectamente, aunque nos lavemos por costumbre todos los daque debemos tener perfumada la cabeza cuando ayunamos. Yaunque esto todos lo consideren como algo indecoroso, sinembargo, debemos entender que el precepto de perfumar laabeza y lavar la cara se refiere al hombre interior. De hecho,

    el perfumarse la cabeza se refiere a la alegra interior y elavarse la cara a la limpieza interior; y, por tanto, se unge la

    abeza quien se alegra interiormente con el espritu y la raznSe entiende convenientemente por cabeza la facultad quedomina el alma, con la cual se entiende que las otras facultadon orientadas y dirigidas. Esto es lo que hace quien no buscaa alegra externa, a fin de no gozar carnalmente de lasalabanzas de la gente. Pues la carne, que debe ser sometida,de ninguna manera es la cabeza de toda la naturaleza human

    Ciertamente, nadie ha odiado su propia carne123

    , como dice e

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    Apstol, cuando prescribe el amor que se debe a la esposa;ino que la cabeza de la mujer es el hombre y Cristo es cabez

    del varn124. En consecuencia, quien quiera tener perfumadaabeza, segn este precepto, se regocija interiormente en su

    ayuno, y por eso mismo, ayunando de esta manera, se apartade los placeres del siglo para someterse a Cristo. As tambinavar la cara, es decir, purificar su corazn, con el cual podver a Dios, sin el obstculo del velo producido por la flaquezadel pecado, sino con firmeza y estabilidad, ya que estar limpy unificado. Lavaos y purificaos, dice Isaas; alejad la maldadde vuestra conciencia y de mi vista 125. Se debe lavar vuestraara de los pecados que ofenden la mirada de Dios. Nosotros,

    contemplando a cara descubierta, como en un espejo, la gloride Dios, seremos transformados en la misma imagen 126.

    AMOR PROVENIENTE DE LA PUREZA DE CORAZN,BUENA CONCIENCIA Y FE AUTNTICA

    43. Con frecuencia, incluso el pensamiento de las necesidadepropias de esta vida temporal ofende y mancha el ojo interior

    a mayor parte de las veces causa doblez en nuestro corazn,de suerte que aquellas cosas que parecen hacernos bien a favde los hombres, no las hacemos con el corazn que Dios haquerido, es decir, no las hacemos porque les amamos, sinoporque queremos conseguir a travs de ellos algo provechosoomo necesario para la vida presente. Debemos hacerles el

    bien por su eterna salvacin y no para nuestro provecho

    personal. Que Dios oriente nuestro corazn a sus enseanzasno a la codicia! 127El fin del precepto es la caridad que proviede un corazn puro, de una buena conciencia y de una fe noingida 128. Aquel, pues, que auxilia a su hermano con miras aus necesidades materiales, ciertamente no lo ayuda poraridad, porque no le ama como a s mismo, sino que se ayud

    a s mismo, o mejor, ni siquiera a s mismo, ya que se hace a

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    mismo un corazn doble, que le impide ver a Dios, en cuyavisin est la felicidad cierta y duradera.

    CAPTULO XIII

    ATESORAR PARA S EN EL CIELO

    44. Quien insiste en la necesidad de purificar el corazn,ontina y ordena diciendo: No acumulis tesoros en la tierra,

    donde el orn y la polilla los consumen y donde los ladronesasesinan y roban; atesorad, ms bien, tesoros en el cielo,donde ni el orn ni la polilla los consumen y donde los ladroneno asesinan ni roban. En efecto, donde est tu tesoro, allestar tu corazn 129. De donde se sigue que, si el corazn es

    en la tierra, es decir, si alguien acta con el fin de conseguirbienes terrenos, cmo podr estar limpio lo que se mezcla coa tierra? Pero si acta en el cielo, estar limpio, ya que todosos seres del cielo son limpios. Se envilece una cosa cuando semezcla con otra de naturaleza inferior, aunque de por s no sevil, porque incluso tambin el oro degenera mezclado con lapura plata. As tambin nuestra alma se envilece con el deseo

    de las cosas terrenas, aunque la tierra sea limpia en su gnery en su rango. En este contexto, no se entiende el cieloorpreo, ya que todo cuerpo debe considerarse como tierra.

    En efecto, debe despreciar al mundo entero todo aquel quedesea atesorar para s en el cielo, en el cielo del que se dijo dl: El cielo de los cielos pertenece al Seor 130, es decir, elirmamento espiritual. No debemos colocar nuestro tesoro en

    que pasa, sino en aquello que siempre permanece:porque elcielo y la tierra pasarn 131.

    LA LUZ OCULAR,SMBOLO DE LA INTENCIONALIDAD

    45. Aqu manifiesta el Seor que todo lo preceptuado vadirigido a la limpieza del corazn, cuando dice: antorcha de tu

    cuerpo son tus ojos. Si tu ojo fuese sencillo, todo tu cuerpo

    http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N129http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N130http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N131http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N131http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N130http://www.augustinus.it/spagnolo/montagna/montagna_2_note.htm#N129
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    estar iluminado. Mas, si tu ojo est enfermo, todo tu cuerpoestar en las tinieblas. Y si la luz que est en ti es tiniebla,cun grandes sern las tinieblas? 132Esto se debe interpreta

    de tal manera que podamos comprender que todas nuestrasacciones son honestas y agradables en la presencia del Seorhan sido realizadas con un corazn sencillo, es decir, con lantencin dirigida hacia el fin superior que es la caridad, dadoque la plenitud de la ley es la caridad 133. En este pasodebemos entender por ojo la misma intencin con la quehacem