serie guías didácticas - historia del oro en el man · el trabajo del oro,junto con el del cobre,...

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El oro que nos deslumbra desde los escaparates de nuestra ciudad,

lo mismo que aquel que se guarda en los sótanos blindados de los

bancos nacionales, ejerce la misma fascinación que tuvo desde el

principio. Las técnicas empleadas en la fabricación de joyas no han

cambiado sustancialmente desde que en el Egipto de Cleopatra o

en la Roma de Augusto hicieran posible la materialización de las

pasiones más sublimes, pero también de las más ruines y abyectas.

Los modernos avances en la mecanización e industrialización de

los procesos técnicos han tenido como resultado hacer accesible el

oro a un mayor número de personas. Pero también han producido

un empobrecimiento del trabajo del oro; por ejemplo, las técnicas

tradicionales del granulado y la filigrana han desaparecido de la

orfebrería industrial debido al coste que supone la mano de obra y

sólo se practican en contados centros artesanales a muy alto precio.

El balance entre orfebrería tradicional y orfebrería moderna es

difícil de evaluar porque cada persona puede rellenar a su gusto los

espacios del "haber" y del "debe". Hemos ganado en perfección téc-

nica, pero perdemos ingenuidad; ganamos diseño y originalidad,

pero perdemos tradición e inocencia. No creo que debamos lamen-

tarlo, pero conocer nuestro pasado es enriquecer el presente para

poder analizarlo ponderadamente.

La historia de la orfebrería es la propia historia del hombre, por-

que en este metal, que no se altera ni pierde brillo con el paso del

tiempo, que ha sido y es medida del valor, se forjaron todos los sue-

ños de amor, riqueza y poder.

3

..J.. .~i~~~~ia. .d.~I. .o:~ .e. ~ .e.',~ ~s~~ ~r~~~~I~.gi.CO. .~~~~~.~,~.I., .ecnrcas

extracción empleada durante toda la Pre-

historia. Con la llegada de los romanos a la

península ibérica se empezaron a explotar

los yacimientos primarios sobre roca, reali-

zando para ello costosas obras hidráulicas

que intentaban conseguir en poco tiempo la

acción que habían producido los ríos duran-

te milenios. Pero el bateo todavía se siguió

practicando y se practicaba en los ríos galle-

gos hasta hace muy pocos años.

La técnica más elemental para dar forma

ala masa metálica es golpearla con un mar-tillo,

porq~e el oro es el metal. más blando y

maleable. Esta técnica, denominada marti-

El trabajo del oro,junto con el del cobre, fue

una de las primeras técnicas metalúrgicas

practicadas por el hombre.

El oro es fácilmente identificable porque

aparece, en su estado nativo, en forma d~

pepitas en las arenas de los ríos auríferos. El

agua y la fuerza de estos ríos desmantela con

el paso del tiempo algunos yacimientos pri-

marios sobre roca, depositando las partículas

de oro en yacimientos secundarios que se

acumulan en las terrazas fluviales o de forma

libre en el lecho del propio río.

El bateo de las arenas auríferas en busca

de estas pepitas fue la única técnica de

Forma primitiva de trabajar el oro para fabricar una

lámina Martillado sobre yunque

4

Vaciado de una figura maciza a la cera perdida

liado o batido, se documenta ya desde los

inicios de la metalurgia para hacer peque-

ñas láminas. Pero si queremos hacer una for-

ma más compleja, o más grande y pesada,

habrá que recurrir a una fuente de calor para

fundir el oro en un crisol y verterlo sobre un

molde con la forma deseada hasta que se

solidifique. La pieza obtenida mediante el

vaciado en molde se puede despué? retocar

con el martillo.

Las técnicas del vaciado o moldeado lle-

garon a presentar gran complejidad, por

ejemplo, la de vaciado a la cera perdida, uti-

lizada sobre todo para conseguir formas

huecas. Básicamente consiste en realizar un

modelo de cera, recubrirlo con varias capas

de arcilla para hacer un molde, dejarlo secar,

derretir la cera y en su lugar verter el metal

fundido que adquiere exactamente la forma

del modelo, en este caso maciza.

A lo largo de la Edad del Bronce se experi-

mentaron y mejoraron estas técnicas, ade-

más de otras como la mezcla de distintos

metales para hacer aleaciones, y se inventa-

ron nuevas herramientas. Por ejemplo, las

láminas se podían decorar mediante repuja-

do,deformando su superficie con un punzón,

pero también se estamparon, golpeando la

lámina con una estampilla que reproducía el

motivo decorativo en negativo. Otros méto-

dos decorativos se conseguían mediante

incisiones cinceladas o grabadas sobre la

superficie del metal, con ayuda de cinceles y

buriles.

Los contactos de la Península con los

demás pueblos del Mediterráneo tuvieron

como consecuencia la aparición de nuevas

técnicas en el trabajo del oro. Entre ellas un

sistema' de unión basado en las diferentes

temperaturas de fusión de los distintos

5

~~~~~~~~~

Secuencia de la fabricación de un hilo hueco a partir

de una lámina

La filigrana al aire, que consiste en soldar

los hilos entre sí lateralmente, sin base lami-nar,

forma un encaje de oro de aspecto lige-

roy barroco a la vez. La orfebrería islámica de

época nazarí dominó esta técnica con la que

se fabricaron las joyas más suntuosas.

Una de las motivaciones que empujaron

al artesano a buscar nuevas soluciones téc-

nicas fue el ahorro de metal. Así surgieron el

chapado y el dorado; mediante el primero se

cubre con chapa de oro una pieza realizada

en otro metal más barato, como el cobre, el

bronce o la plata; y mediante el segundo se

cubre la pieza con una finísma lámina deno-

minada pan de oro. El dorado también se

utilizó como técnica decorativa al combinar

en un mismo objeto los distintos colores de

los metales.

El color es uno de los elementos que va

adquiriendo mayor importancia según

avanzamos en la historia de la orfebrería. Se

utilizaron piedras preciosas y semipreciosas

para ser engastadas en sortijas, y se incrus-

taron vidrios de distintos colores en la super-Algunas formas de combinar los hilos de filigrana

ficie del metal. También se empleó frecuen-

temente el esmalte tabicado, dispuesto en

celdillas formadas por pequeñas láminas o

"tabiques". El esmalte, o pasta vítrea, es una

mezcla de minerales e-n polvo, fundamental-

mente sílice y potasio junto con óxidos

metálicos colorantes, que se funde a deter-

minada temperatura y que adquiere el

aspecto del vidrio. Durante toda fa época

romana el color formaba parte importante

de lo que se consideraba una verdadera joya,

pero fue en la orfebrería visigoda donde

adquirió una dimensión realmente pictóri-

ca, hasta el punto deque el oro era un sim-

ple soporte para el color.

Estampado con estampilla simple

7

PLANTA BAJA

Casi todos los primeros ejem-

plos de trabajos en oro se han

encontrado en tumbas colecti-

vas de construcción megalítica

(grandes bloques de piedra

sin trabajar) que se utilizaron

como fugar de enterramiento

durante generaciones. En estas

tumbas, los cadáveres eran

descarnados previamente, y

los huesos se amontonaban

desordenadamente contra las

paredes. Los objetos del ajuar

funerario, con los que se ente-

rraban, aparecen también

esparcidos por todo el recinto;

no existe una asociación direc-

ta entre el individuo y su ajuar,

porque probablemente no

existia tampoco una idea clara

del concepto de individualidad,

y mucho menos de propiedad

personal.

Por el contrario, los objetos

de oro suelen aparecer asocia-

dos inequívocamente a un solo.individuo; {:uyo cadáver man-

tiene su posición anatómica

natural. Parece, por tanto, razo-

nable pensar que tal persona

gozaba de una posición supe-

rior, o al menos diferente, al

resto de la comunidad; que

poseía el derecho a ser enterra-

do manteniendo, aun después

de la muerte, su personalidad

diferenciada, en vez de sumer-

girse en el anonimato de los

ancestros.

Estos datos apoyan la hipó-

tesis de que estamos ante una

sociedad incipientemente jerar-

quizada, y que esa jerarquiza-

ción se expresaba a través de

unos símbolos de carácter

funerario, como son el ajuar

diferenciado y la posesión de

oro. Por ello hay que distinguir

entre el uso de estos objetos,

que es el adorno personal, y su

función social, que es la utiliza-

ción simbólica de! objeto den-

Edad del Bronce

Ámbito argárico

El Suroeste

.Fachada atlántica

8

DEL 3000/2500 AL 1800 A. C.)

o piel delgada. Este martillado

indIrecto, que denominamos

"batido", parece que fue el más

extendido porque con él se

conseguían láminas más finas

y se evitaba dejar marcas de

martillo sobre la superficie de

la lámina. Las huellas del mate-

rial interpuesto entre metal y

herramienta todavía son visi-

bles sobre la superficie de algu-

nas piezas.

para su sujeción, que debieron

ser utilizadas exclusivamente

durante los ritos funerarios,

pues carecen de huellas de des-

gaste por uso.

La fabricación de láminas

durante el Calcolítico se podía

realizar con dos técnicas. La pri-

mera consistía en golpear el

metal directamente con el

martillo; la segunda en marti-

.llar interponiendo una badana

Lámina y cuentas del dólmen 1 de Loma de Belmonte. Almería [sala 4. vitrina 11]

tro de una organización socioe-

conómica que le confiere un

significado específico; en este

caso, como distintivo de un

determinado estatus.

Pero no sólo el oro era el mate-

rial simbólico por excelencía.

Durante la fase que conocemos

como "de la cerámica campani-

forme", el ajuar que denotaba

una posición de privitegio frente

al resto del grupo estaba norma-

lizado y se componía de uno o

varios de los siguientes objetos:

cerámica de tipo campaniforme,

p,untas de tipo Palmela, puñales,

brazales de arquero, botones y,

eventualmente, oro.

Generalmente, los hallaz-

gós áureos son pequeñas lámi-

nas de revestimiento, lisas o

repujadas con algún motivo

decorativo de carácter geomé-

trico, anillos en forma de espi-

ral,o alguna cuenta de collar.AI

final de esta etapa pueden apa-

recer diademas formadas por

una lámina rectangular, con

perforaciones en los extremos

9

Como ejemplo para ilustrar

estos tres fenómenos hemos

elegido otros tantos objetos de

oro: 1. la diadema de Caravaca;

2. la espada de Guadalajara; 3.

el brazalete con espirales de

Menjíbar.

una elite o clase dominante,

como seguro para el manteni-

miento de unas inversiones en

cultivos e infraestructuras a me-

dio y largo plazo.

Uno de los rasgos de mayor

personalidad de la orfebrería

argárica es el empleo de la pla-

ta. En este metal se fabricaron

aros, espirales y diademas que

se depositaron en los ajúares

funerarios de los personajes

pertenecientes a la clase domi-

nante. El rito funerario es el de

inhumación individual en el

entorno de los poblados e inclu-

so en el subsuelo de las propias

habitaciones.

Pero existe una pieza excep-

cional fabricada en oro que

repite la misma tipología de

las diademas de plata. Se trata

de una diadema con apéndice

discoidal encontrada casual-

mente en Caravaca o Cehegín,

que no es seguro, en '925. Está

fabricada en una sola pieza de

lámina martiUada o batida,

posteriormente recortada, en

1. La incipiente organización

jerárquica que se podía apre-

ciar en los ajuares funerarios

durante el Calcolítico se fue

consolidando a lo largo de la

Edad del Bronce, dando lugar a

la aparición de sociedades

complejas. Una de estas socie-

dades es la que constituyó la

llamada "cyltura del Argar" en

el sureste de la Península.

El surgimiento de la cultura

argárica es el resultado de una

estrategia económica basada

en la introducción del regadío y

el control de los recursos hidráu-

licos para asegurar el rendi-

miento agrícola. Esta estrategia

implicaba la necesidad de una

organización social fuerte y es-

tructurada, con la aparición de

la Edad del Bronce es una larga

etapa durante la que se van a ir

definiendo unas características

sociales, económicas y tecnoló-

gicas que cuajarán durante el

llamado Bronce Final. Además,

es el momento de la regionaliza-

ción, en el que surgen y se

estructuran una serie de ámbi-

tos culturales diferenciados. Por

todoelloes un período complejo

y difícil de sistematizar.

Los fenómenos que pueden

caracterizar la Edad del Bronce

son los siguientes: l. consolida-

ción de la jerarquización social;

11. surgimiento de unas elites o

clase dominante, que adoptan

las armas como símbolo de su

poder político; 111. control social

y económico, por parte de esas

elites, mediante la acumulación

o destrucción de riqueza.

10

la que destaca un apéndice dis-

coide ornamentado mediante

puntillado,esto es, mediante gol-

pes de un punzón apuntado

dados por el reverso,yque que-

dan en resalte por el anverso.

Podemos deducir, casi con

total seguridad, que pertene-

ció a un ajuar funerario, pues-

to que todas las diademas

argáricas de plata que conoce-

mos se encontraron en ese

contexto.

2. La espada de Guadalajara fue

también un hallazgo casual y

excepcional. Se trata de una

espada semejante a las que

aparecen en el ámbito cultural

argárico, en la que la hoja se

une a la empuñadura median-

te remaches. Pero lo más sobre-

saliente es el revestimiento de

esa empuñadura, realizada en

lámina de oro con decoración

repujada. Probablemente fuera

un arma de parada más que un

arma de utilización real,ya que

ese rico revestimiento impedi-

ría su uso en combate. Desde el

punto de vista técnico, es un

trabajo sencillo y elemental,

puesto que no plantea ninguna

solución que no conocieran ya

los artesanos desde el Calcolíti-

co, salvo su tamaño.

Lo realmente interesante

de este objeto es su significado

social. Este tipo de espadas

Diadema de Caravaca o

Cehegín. Murcia

[sala 5. vitrina 9]

11

Pomo de la espada de Guadalajara

[sala S. vitrina 13]

damentales para el manteni-

miento de las redes de inter-

cambio de productos. Las armas

y el oro debieron jugar un papel

sancionador de esas alianzas y

relaciones. Sólo así adquieren

sentido piezas tan excepciona-

les como esta espada de Gua-

dalajara.

3. El brazalete con espirales de

Menjíbar se compone de un

grueso aro de sección circular,

que pesa 381 gramos, del que

penden tres grupos de espira-

les enganchadas entre sí. La

fabricación del aro o brazalete

marca una diferencia con los

objetos laminares que hemos

visto hasta ahora: se trata de

uno de los primeros objetos

macizos vaciados en molde,

aunque posteriormente se

retocó mediante martillado

para completar su forma. Las

espirales. son de alambre de

sección circular o poligonal,

con los extremos aguzados y

presentan hasta seis vueltas.

Es un hallazgo de carácter

complejo, cuyo significado to-

davía se nos escapa. Incluso su

cronología es incierta dentro

objeto aparezcan asociados dos

símbolos o indicadores sociales,

la propi'a espada y el oro de su

empuñadura, podría conferir a

este objeto un valor añadido de

significado político. Parece pro-

bable que, en una economía

como la argárica, las alianzas y

acuerdos entre dirigentes de los

distintos territorios fuesen fun-

son las primeras armas largas

que aparecen en la Península y

se asocian al entorno cultural

argárico. Aparecen formando

parte de ajuares masculinos, lo

mismo que las alabardas y las

hachas, como indicadores de un

alto estatus, e incluso de un

nivel económico privilegiado. El

hecho de que en un mismo

12

Brazalete con espirales

de Menjíbar. Jaén

[sala 6, vitrina 8]

Los hallazgos de espirales

parecen responder a lo que se ha

denominado "depósito ritual",

bien de carácter funerario, bien

de carácter votivo o religioso.

El brazalete asociado a espi-

rales podría tener este mismo

significado. Pero lo que nos

está indicando,en definitiva,es

que por parte de la clase domi-

nante existe una voluntad de

controlar la riqueza mediante

su acumulación en forma de

objetos de oro pe~ados o, alter-

nativa mente, retirándolos de la

circulación cuando su exhibi-

ción se ha hecho demasiado

frecuente y empiezan a perder

sign ificado o valor de excepcio-

nalidad.

de lo que es el largo período de

la Edad del Bronce.

Desde el punto de vista eco-

nómico, el brazalete supone

también un cambio notable

con respecto ajos objetos ante-

riores, debido a la gran canti-

dad de metal necesaria para su

fabricación.

Conocemos un solohallaz-

go similar procedente de la

zona del suroeste peninsular.

Por otro lado, son m uy frecuen-

tes los hallazgos de espirales

enganchadas unas a otras for-

mando una cadena que puede

llegar a tener hasta véinteespi-

rales. Ninguno de ellos presen-

ta contexto arqueológico, por

lo que se ha pensado que for-

maban depósitos u ocultacio-

ne~intencionales.

'3

despegueFINAL: DEL 1250 AL 700 A. c.)

timos a un despegue tecnológi-

co de importancia, y por otro, se

institucionaliza el metal como

mecanismo.cJe control socioeco-

nómico desde el poder. Estos

fenómenos se desarrollan a lo

largo de todo el territorio atlán-

tico peninsular y sus zonas inte-

riores de influencia; una zona de

gran actividad económica don-

de se desarrolló un productivo

comercio de materias primas y

productos elaborados.

El torques de Sagrajas, que

pesa algo más de dos kilogra-

mos, formaba parte de un

depósito u ocultación, junto

con cuatro brazaletes, un lingo-

te en forma de espiral y unos

fragmentos de alambre, todo

en oro. La pieza que ríos ocupa

está formada por la unión. de

dos torques anulares simples,

vaciados en molde, retocados

a martillo y decorados median-

te incisiones geométricas. La

El Bronce Final tiene un doble

significado desde la perspectiva

de la orfebrería. Por un lado, asis-

Torques doble de Sagrajas,

Badajoz [sala 6, vitrina 8]

14

Brazalete de Estremoz, Portugal [sala 6. vitrina 8]

unión de las dos piezas se reali-

zó mediante una incipiente

técnica de soldadura:vertiendo

metal fundido en la zona de

contacto.

La técnica de fabricación

del brazalete de Estremoz es

mucho más compleja. Esta pie-

za, que presenta una decora-

ción a base de molduras, púas

y calados, y que pesa 978 gra-

mos, fue realizada mediante la

técnica de la cera perdida. Pri-

mero se fabricó un modelo en

cera de abeja endurecida sobre

un torno de eje vertical, y se

trabajó la cera con ayuda de

cinceles y cuchillas calientes;

después se recubrió con distin-

esta etapa del Bronce Final: los

depósitos. Un depósito se puede

definir como la acción intencio-

nada de retirar de la circulación

materiales u objetos valiosos

con una finalidad económica,

religiosa, r.itual, funeraria o

social, cuando no se mezclan

varias motivaciones a la vez.

Por ejemplo, ahora se comprue-

ba el rito de arrojar espadas y

otros obj~tos a las aguas de

ríos o lagos en señal de duelo

por la muerte de un guerrero.

Pero también se ocultan bajo

tierra, como es el caso de los

dos ejemplos que hemos es-

cogido.Muchas veces es dificil inter-

pretar el significado de estas

acciones del pasado, pero pode-

mos decir que la sociedad que

ocultó las piezas basaba una

parte de su economía y organi-

zación social en la acumulación

y exhibición de riqueza, y que

una parte de ella estaba repre-

sentada por el metal, bronce y

oro.

tas capas de arcilla para for-

mar el molde exterior, dejando

canales de ventilación y un

cono de llenado. Derretida la

cera, se vertió el orofundidoen

el molde, y una vez enfriado, se

rompió para extraer el brazale-

te. El brillante pulido que pre-

senta la superficie de esta pie-

za excepcional probablemente

se consiguió utilizando en la

operación el mismo torno em-

pleado para la realización del

modelo.

Tanto el torques de Sagrajas

como el brazalete de Estremoz

representan distintos ejemplos

de un mismo fenómeno, que

tiene su momento de auge en

15

PLANTA DE ENTRADA

la tecnología de I~ metalurgia

del oro desarrollada durante el

Bronce Final en toda la fachada

atlántica va desapareciendo más

o menos rápidamente, según las

zonas, con la llegada y el progre-

sivo asentamiento de colonos

fenicios en las costas del sur

peninsular. Sin embargo, se man-

tuvieron ciertos reductos, como

el de! noroeste, donde se conser-

varon algunas tradiciones técni-

cas que resurgirían más tarde.

La orfebrería fenicia o colo-

nial tiene como fundamento

tecnológico tres técnicas: la

soldadura, el granulado y la fili-

grana, cuyos orígenes hay que

buscarlosen las antiguas cul-

turas del Mediterráneo y de

Oriente. Pero, además de una

nueva tecnología, los colonos

traen un nuevo concepto de

Edad del Hierro

Ámbito tartésico

Ámbito ibérico

Ámbito colonial

fenicio-púnico

joya enraizado en sus ideas del

valor y la estética.

Frente al carácter macizo,

pesado Y sólido.. de superficies

reflectantes, que mostraba la

producción del Bronce Final,

pasamos en el ámbito colonial

a la joya ligera, hueca,de super-

ficies matizadas, en donde la

ornamentación no es comple,

mento sino esencia.

Estas diferencias de concep-

to se manifiestan no sólo enlas

técnicas que acabamos de

mencionar sino en otra serie de

caracterlsticas que vamos a

resumir:

1. La pieza se fabrica siempre

en una base laminar, hueca o

rellena de alguna sustancia,

como arena, resinas, etc., que le

da consistencia.

2. El pequeño tamaño es la

tónica general de los objetos

en oro. Por ejemplo, cuentas de

collar, colgantes, medallones,

pendientes y aros.

3. Comienza la historia del

color enla orfebrería. Se combi-

16

Arracada circular, Cádiz[sala '9. vitrina ,]

nan distintos materiales en un

mismo objeto, como la pasta

vítrea en los amuletos o las pie-

dras duras engastadas en los

chatones de los anillos.

4. Aparece una rica iconogra-

fía de origen oriental. La ima-

gen se incorpora al objeto, unas

veces con carácter protector o

simbólico, como en los amule-

tos, y otras con carácter evoca-

dor o simplemente ornamen-

tal, como las roseta s, las flores

de loto, las palmetas y otros

motivos menos reconocibles.

5. Aparece por primera vez la

cadena formada por eslabones

unidos con muy distintas téc-

nicas que permiten gran varie-

dad de formas y aplicaciones.

Es un objeto emblemático de-la

orfebrería mediterránea.

El taller de Cádiz es el repre-

sentante más importante de

esta orfebrería colonial. Dos

ejemplos nos dan una idea de

lo que fue su producción a 10

largo de los siglos en los que

la ciudad se mantuvo como

enclave fenicio-púnico. El pri-

mer ejemplo es una estatuilla

del dios Ptah de origen egipcio,

realizada en bronce, pero con

mascarilla ritual en oro, proce-

dente probablemente de una

ofrenda votiva. El segundo es

un par de arracadas con deco-

ración en filigrana y granulado.

Entre ambos ejemplos hay

varios síglos de díferencia,

puesto que la estatuilla se

fecha en el sigloVll1 oVil a.C.y

las arracadas en el IV 0111 a. C.

17

ta rtés

seno de la sociedad del Bronce

Final a la llegada de los colo-

nos son muy complejas y no se

limitan a~ simple adopción

de unas técJ11cas, de unas for-

mas o de unos objetos nuevos,

sino que existe una dialéctica

en la que el mundo indígena

se transforma en la misma

medida en la que se transfor:-

ma el mundo colonial. De esta

dialéctica surge una nueva

sociedad, con personalid~d

propia que calificamos arqueo-

lógicamente con el apelativo

La llamada orfebrería tartésí-

ca es el resultado de la inte-

racción entre el mundo indí-

gena y el colonial fenicio, no

sólo en el ámbito de la tecno-

logia, sino sobre todo en el

ámbito ideológico, las trans-

formaciones sociales y econó-

micas que tienen lugar en el

Detalle del trabajo en filigranay granulado en la diademade Aliseda, Cáceres[sala '9. vitrina 1]

Broche del cinturón del ajuar funerario de Aliseda, Cáceres

[sala 19. vitrina 1]

de, tartésica, pero también de

orientalizante.

La producción de oro tarté-

sica presenta unas característi-

cas similares a la colonial en

cuanto al aspecto tecnológico,

puesto que adopta las tres téc-

nicas básicas de la soldadura,el

granulado y la filigrana sobre

piezas laminares huecas, pero

difiere en todo lo demás.

Si la orfebrería colonial se"centraba en los adornos de

18

dif2
Línea

que pervivirá, sin. cambios mor-

fológicos, durante tres siglos.

El segundo ejemplo que

proponemos tiene un carácter

muy diferente. Se trata de los

llamados "candelabros" de Le-

brija! en realidad seis soportes

para lámparas de aceite o que-

maperfumes, que se utilizarían

en alguna ceremonia religiosa

signos externos de identifica-

ción. que tomarían en parte de

la sociedad fenicia con la que

intercambiaban productos y

mercancias. Conjuntos como el

de Aliseda formaban probable-

mente el ajuar funerario de uno

o varios personajes importan-

tes que controlaban las rutas

comerciales hacia el norte de la

Soportes para quemaperfumes, conocidos como candelabros de Lebrija,

Sevilla [sala '9. vitrina 1]

o lugar sagrado. Estos objetos

destacan no-sólo por su diseño,

sino también por su gran ta-

maño lo que dificultaría enor-

memente su fabricación; de

hecho, algunos de ellos no re-

sistieron su propio peso y pre-

sentan en la actualidad una gran

rasgadura en la base con signos

de haber sido reparada.

Península. En él podemos ver

algunos de los mejores ejem-

plos de esta orfebrería tartési-

ca: cinturón, diadema articula-

da de extremos triangulares,

arracadas, sortijas, amuletos,

cadenas, etc. Hay que destacar

1a diadema porque es de un tipo

que va a tener gran éxito en la

sociedad del sur peninsular, y

pequeño tamaño, con una rica

yvarjadá iconografía de signifí-

cado simbólico, la producción

tartésica tiende al barroquis-

mo y a .la ostentación. Veamos

con detalle en qué consiste lo

que acabamos de decir:

1. Los objetos tienden a adop-

tar el mayor támaño posible

dada,su funcionalidad y, ade-

más, se crean formas nuevas.

2. Aparece la joya compleja,

compuesta porvarias piezas que

se unen de muy distintas mane-

ras. Por ejemplo, las arracadas de

complicáda construcción con

piezas que encajan unas en

otras, pestañas; clavos, ganchos,

charnelas, etc. Todo ello permite

la creación de la joya articulada,

como las diademas.

3. La filigrana y elgranulado se

utilizan de manera profusa,

cubriendo casi toda la superficie

del objeto, en patrones decorati-

vos de complicada realización.

4. Se adoptan algunos de los

motivos- iconográficos orienta-

les, aunque se utilizan de mane-

ra libre,se reinterpretanysurgen

otros nuevos. Pero, en definitiva,

el concepto ornamental está

siempre pOF encima del icono-

gráfico.

El surgimiento de una orfe-

brería tan sofisticada no es fácil

de explicar, perO-debió-de tener

su base en'un cambio en los

centros de poder indígenas. Las

nuevas elites necesitarían unos

'9

(PERíoDO IBÉRICO: DEL 550 AL 100 A. C.)

PLANTA DE ENTRADA

El rasgo que mejor define el

cambio de orientación en la

producción de oro de la Penín-

sula es la posibilidad de identi-

ficar distintos talleres artesa-

nales, y se produce dentro del

Arracada, con apéndice en forma

de racimo, de Galera, Granada

[sala 19. vitrina 14]

ámbito de la cultura ibérica, a

partir del siglo VI-Va. C.

Durante elCalcolítico y toda

la Edad del. Bronce.. el carácter

colectivo y rituali~ado de la

producción impedía la identifi-

cación de talleres, porque, en

definitiva, no existían manifes-

taciones de individualidad, tal

y como la entendemos hoy. La

norma y el rito presidían I~

mayor parte de las produccio-

nes artesanales, sobre todo de

aquellas que estaban destina-

das a la clase social dominante,

o se dotaban de un significado

simbólico.

En la producción indígena-

tartésica pudimos observar ya

una cierta libertad creativa que

probablemente no fuera ni

buscada ni consentida cons-

cientemente.A partir de la épo-

ca ibérica, el oro, además de un

significado simbólico en rela-

ción con el poder, tiene un sig-

nificado económico y la pro-

ducción empieza a adaptarse

incipientemente al juego de la

oferta y la demanda. Por ello, se

diversifica, se amplía y se adap-

ta a las modas dcl momento.

Una de las consecuencias de

esta situación es la aparición

de pequeños talleres locales

que cubren las necesidades de

un poblado de cierta importan-

cia,o de varios en una zona res-

tringída; por ejemplo, Villaricos

(Almería), El Cigarralejo (Murcia)

o Tugia (Granada). Son talleres

de producción muy reducida,

según los restos arqueológicos

que han llegado hasta noso-

tros, pero con unas caracterís-

ticas muy definidas qué los

hacen fácilmente identifica-

bles. Todos ellos, en mayor o en

menor medida, mantienen una

deuda morfológica y técnica

con la orfebrería tartésica y

colonial fenicia.

Uno de estos talleres estuvo

vigente hacia el siglo IV a. C. en

la zona del alto Guadalquivir y

creó un tipo de joya peculiar:

los pendientes y arracadas con

racimo de gránulos. El ejemplar

20

Así pues, tenemos una joya

con una morfología que res-

ponde a la tradición tartésica

más arraigada, con una deco-

ración que reproduce esque-

mas ornamentales griegos,

muy a la moda de hacia finales

del siglo V e inicios del IV a. C.,

y con unas características téc-

nicas propias, por no decir úni-

cas. La explicación podría estar

en la existencia de un taller

griego en el levante peninsu-

lar, o al menos de un taller en

el que trabajaban artesanos

griegos, cuya producción se

adaptaba a la demanda de una

clientela local.

procedente de Galera (Grana-

da) es uno de los más logrados.

Se trata de una pieza de gran

valor técnico. El racimo que

pende del cuerpo de la arraca-

da es de granulado al aire; esto

es, se compone de pequeñisi-

mas esferas de distintos tama-

ños soldadas lateralmente entre

sí, sin una base laminar.

El segundo ejemplo que trae-

mos para ilustrar este período

es la conocida diadema de

Jávea. Formaba parte de un

depósito perteneciente segura-

mente a algún orfebre, porque

presentaba lingotes y material

semielaborado, junto con un

medallón, un brazalete y varios

collares también de oro.

Pero, lo más interesante es la

diadema que pertenece al tipo

de extremos triangulares que

había sido creado por la orfebre-

ría tartésica. No obstante, este

ejemplar es algo especial ya que

presenta un patrón decorativo

con roseta s, ovas y roleos, for-

mando grecas que remiten indu-

dablemente a la estética griega

de estilo clásico. Por otro lado,

desde el punto de vista técnico, la

diadema presenta un granulado

dispuesto masivamente y una

filigrana trenzada que se aparta

totalmente de lo helénico.

Diadema de Jávea, Alicante

[sala 19. vitrina 1]

21

acuHIERRO: DEL 700 AL 19 A. C.)

producción se puede definir

como el resultado de la conjun-

ción de tres factores:

1. Unos recursos naturales

con abundancia de cobre y

estaño, pero sobre todo de oro.

2. Un entorno geográfico

que" formaba parte de una vía

de intercambios de materias

primas, objetos metálicos, tec-

nología y, probablemente, ide-

ologías, y que estuvo activa

durante toda la Edad del Bron-

ce, pero principalmente duran-

te el Bronce Final.

3. Finalmente, una socie-

dad y una economía capaces de

controlar cada vez mejor sus

propios recursos.

Tenemos que recordar que el

noroeste fue el último reducto

donde la tecnología del vaciado

a la cera perdida, que se había

desarrollado espléndidamente

durante el Bronce Final, se man-

tuvo en estado casi latente para

resurgir en un momento impre-

ciso hacia el cambio de la Edad

del Bronce a la Edad del Hierro.

El noroeste constituye una de

las áreas más ricas en yacimien-

tos de oro de la península ibéri-

ca. Este oro se recuperó a lo lar.

go de la Prehistoria mediante el

bateo de las arenas auríferas de

los ríos. Con la llegada de los

romanos, la explotación se con-

virtió en una empresa industrial

y se empezaron a beneficiar los

yacimientos sobre roca median-

te técnicas que implicaban cos-

tosas obras hidráulicas para

desmantelar las montañas que

ocultaban el oro.

La orfebrería castreña se

desarrolla desde los inicios de

la Edad del Hierro hasta la con-

quista de estos territorios por

los romanos, entre el 26 y el19

a. C., e incluso puede que su

vigencia se prolongue una vez

iniciada la romanización. Esta

Edad del Hierro

Ambitocastreño

22

Diadema o cinturón del depósito de Vegadeo-Ribadeo. Asturias[sala 7. vitrina 7]

tación es el tipo de hallazgo

más frecuente para casi todos

los objetos que conocemos de

esta orfebrería castreña. Ge-

r1eralmente incluyen material

troceado intencionadamente,

lo que indica que esas joyas

habían dejado de utilizarse con

anterioridad a la ocultación, y

que probablemente habían

perdido su significado simbóli-

co, siendo aprovechadas sim-

plemente como fuente de

materia prima valiosa. Esto es

lo que probablemente ocurrió

con los fragmentos de torques

que forman parte de este

hallazgo y que habían sido

fabricados a la cera perdida.

Otra de las joyas más espec-

taculares de Ribadeo-Vegadeo

es la diadema o cinturón, que

no sabemos con certeza su uso,

realizada en una delgada lámi-

na decorada mediante estampi-

llas que reproducen un motivo

de entrelazados geométricos.

Estos motivos se repiten sobre

otros soportes, como las estelas

de piedra, en todo el entorno

castreño, sin variar su diseño.

El último objeto del depósi-

to es un broche cuadrangular

con decoración en filigrana que

muestra el dominio que llegó a

alcanzar la orfebrería castreña

de las técnicas que se desarro-

llaron en el sur.

Desde el punto de vista téc-

nico, la cera perdida es uno de

los legados que recibió la orfe.

brería castreña de su pasado

más inmediato. El segundo

legado o aportación le llegó por

vía comercial desde el sur,a tra-

vés de la ruta que conectaba

los centros meridionales más

desarrollados en busca de!

estaño del noroeste. A través

de esta vía, y probablemente

desde Extremadura,se introdu-

jeron las tres técnicas tartési-

cas: la soldadura, la filigrana y

el granulado.

El depósito de Ribadeo-

Vegadeo es un ejemplo muy

característico, porque la ocul-

23

nea (soldadura, filigrana y gra-

nulado)y la rápida acumulación

de riqueza en la zona, que acele-

ró un proceso ded!ferenciación

económicocsocial, fuerol1l.os fac-

tores de desarrollo de una pro-

ducción orfebre destinada a las

elites emergentes. En poco tiem-

po,la producción etrusca se dotó

de un lenguaje formal que sor-

prende al investigador actual

por su acusada personalidad.

Pero el rasgo más notable es el

de su innovación tecnológica.

La técnica del granulado

tenía ya una larga historia en el

Mediterráneo oriental, pero en

Etruria se escribe uno de los

capítulos más interesantes. Los

orfebres etruscos son los crea-

dores de un tipo de granulado

denominado "pulviscolo", esto

es,en polvo, debido al diminuto

tamaño de las esferas, que se

distinguen apenas a simple

vista. La dificultad no sólo está

en la fabricación de esas esfe-

ras, sino en soldarlas a una

lámina sin que se deformen o

Hablar de orfebrería etrusca

es sinónimo de maestría y per-

fección técnica, sobre todo en

lo referente a la técnica del gra-

nulado. Esto no es un lugar

común, sino una realidad que

se puede comprobar a la vista

de la espectacular producción de

joyas que formaban parte de

los ajuares funerarios en sus

necrópolis.

Como en la península ibérica,

la frecuentación y posterior

asentamiento de comerciantes

fenicios y griegos en las costas

de la Italia tirrénica a lo largo del

siglo VIII a. C., tuvo un efecto

dinamizador tanto sobre la eco-

nomía local como sobre la orga-

nización social de los grupos que

estaban ocupando el territorio.

La tradición metalúrgica

local, la tecnologra mediterrá-

se fundan. Son muchas las hipó-

tesis que se han propuesto sobre

la técnica etrusca de s01dadura

del granulado en polvo; la más

aceptada es aquella que defien-

de el empleo de sales de cobre

aglutinadas con un adhesivo

orgánico, como resina o miel,

mezcla que permite sujetar los

gránulos a la base y tiene el

efecto de bajar la temperatu-

ra de fusión en la zona de con-

tacto.Se han distinguido dos esti-

los o escuelas de granulado. En

una de ellas, las esferas deli-

nean el contorno de la figura o

motivo decorativo. En la otra, el

granulado se dispone masiva-

mente, bien formando la silue-

ta de la propia figura sobre un

fondo laminar liso, bien relle-

nando el fondo de una lámina

con un motivo repujado que

sobresale.

Unode los ejemplos que pro-

ponemos es un medallón con la

figura de un grifo repujada, que

sobresale de un fondo granula-

24

producción mediterránea. El tra-

bajo de granulado se fue tla-

ciendo cada vez más escaso, se

combinaba con la filigrana,

hasta desaparec.er práctica-

mente de la producción del

siglo IV a. C., siendo sustituido

por piezas laminares volumi-

nosas, pero muy ligeras. de

superficies lisas que alternan

con una ornamentación repu-

jada o~stampada.

lógico Nacional cuenta con

varios de estos pendientes que

estuvieron de moda entre el

siglo VI y el V a. C. y cuyo rasgo

más sobresaliente es la decora-

ción con elementos plásticos

sobrepuestos, como flores, ani-

males o figuras humanas.

La ofebi'ería etrusca fue evo-

lucionando a la largo del tiempo

hasta fundirse con las corrientes

helenísticas que unificaron la

do. las esferas son de tamaño

muy irregular, pero el efecto del

granulado en polvo combinado

con la superficie lisa de la lámi-

na es casi pictórico.

Entre las joyas creadas por

los orfebres etruscos destacan

particularmente dos: la "bulla",

un amuleto protector que adop-

tarían después los romanos,

y los pendíentes "a baule". la

colección del Museo Arqueo-

Pendiente "a baule". Procedencia desconocida[sala ,8, vitrina 2]

Medallón con grifo repujado sobre fondo de granuladoen polvo. Procedencia desconocida [sala 18. vitrina 2]

25

cos pompeyanos, los retratos

funerarios egipcios de época

romana y algunas esculturas

en piedra de la zona orientalPLANTA DE ENTRADA

Anverso y reverso de un áureo de

Augusto acuñado probablementeen Córdoba

do. De esta manera se estable-

ce un patrón bimetálico basa-

do en el áureo, de oro, yel dena-

rio, de plata.

Uno de estos áureos, acuña-

do en el año '9 a. C., probable-

mente en Córdoba, presenta la

cabeza de Augusto laureada en

el anverso y en el reverso, una

Victoria volando.

Pasando ya a la producción

orfebre, hay que tener en cuen-

ta que durante la República se

dictaron leyes que limitaban el

uso de oro y joyas, como la Lex

Oppia del siglo I11 a. C. Más tar-

de, durante el Imperio, todavía

existían restricciones al abuso

de signos externos de riqueza.

Por ejemplo, los anillos de oro

estaban reservados para sena-

dores y caballeros, pudiendo

utilizarse sin restricción los de

plata o híerro. Según avanza el

tiempo estas costumbres se

van relajando, pero lo cierto es

que nuestro conocimiento de

la orfebrería romana procede

mayoritaria mente de los fres-

En el capítulo 7 habíamos deja-

do al ejército romano enzarza-

do en las guerras contra cánta-

bros y astures, entre los años 26

y 'ga. C. El interés romano por

las tierras de! noroeste estaba

principalmente en el propio

prestigio político de la conquis-

ta, pero además, allí estaban los

yacimientos de oro. El Imperio

tenía unas necesidades finan-

cieras a las que era necesario

hacer frente, sobre todo una

costosa administración y un

ejército profesional que había

que pagar.

Por esos mismos años,

Augusto acometió una ambi-

ciosa reforma con el fin de for-

talecer el sístema monetario,

algo que empezaba a ser nece-

sario para mantener un poder

que estaba siempre amenaza-

26

Pendiente

con decoración calada.

Procedencia desconocida

[sala 22, vitrina 7]

el repujado de una pequeña

lámina, para darle cierto volu-

men,y posteriormente se corta-

ron con cincel, para dejar zonas

en hueco formando un patrón

decorativo. Esta técnica se llegó

a refinar muchísimo con el

empleo del buril otaladrocon el

que se hacian perforaciones en

la lámina por el reverso que des-

pués se retocaban a cincel por el

anverso; es la técnica que elhis-

toriador Plinio el Viejo denomi-

na opus interrasile en el siglo l.

En cuanto a las formas,

habría que mencionar la "bulla",

un amuleto protector que lleva-

ban sobre todo los niños y que

es un legado de la orfebrería

etrusca. También la rueda y el

creciente eran formas dotadas

de propiedades mágicas.

Un último rasgo de perso-

nalidad enlaza con el oro mo-

netario, tema con el que abría-

mos el capítulo, y es el empleo

de monedas montadas como

sortijas o medallones. Se cree

que estás monedas de oro fue-

ron condecoraciones militares

impuestas en agradecimiento

a los servicios prestados al

Imperio.

Si el oro romano carece de

espectacularidad en su pro-

ducción, por lo menos en la

occidental, no es así en cuanto

a su significado social. A partir

de este momento el orfebre

deja de ser un personaje anó-

nimo y pasa a formar parte de

la historia: conocemos epita-

fios y tumbas de orfebres, e

incluso sabemos que se orga-

nizaban en agrupac)ones pro-

fesionales para defender la

pureza y calidad de su arte, y

sus intereses.

del Imperio, sobre todo de Pal-

mira en el desierto de Siria.

Existen una serie de rasgos

que podrían definir la joyería

romana: la policromía y la téc-

nica del cortado. El primero se

concreta en el empleo de per-

las, zafiros, aguamarinas, topa-

cios, etc., incluso aparecen ya

las esmeraldas y los brillantes

en bruto, sin tallar.

La técnica del cortado sobre

lámina de oro permite dar a las

piezas más simples el efecto de

un encaje. Los pendientes que

presentamos como ejemplo tie-

nen una forma muy común en

la producción romana de todo el

Imperio. Se fabricaron mediante

27

como ofrendas votivas. El teso-

ro se ocultó en Guarrazar, pro-

bablemente,durante.Ja invasión

árabe del 71,d. C. y no volvió a

recuperarse hasta el siglo pa-

sado.

Una de las joyas más espec-

taculares es la gran corona de

Recesvinto, que reinó entre los

años 653 y 672. Se trata de una

pieza cilíndrica, pesada, con

una cadena muy elaborada

que permitía colgarla, quizá en

una zona visible de la iglesia.

De su borde inferior cuelgan

unas letras de oro y pedrería

con el nombre del rey, y del

centro pende una cruz tam-

bién cubierta de piedras.

La idea fundamental que

transm ite esta corona, y todo el

conjunto en general,es la de un

nuevo concepto de orfebrería.

Si durante el período romano la

policromía había sido un rasgo

ornamental característico, du-

rante la etapa visigoda el color

no es presencia sino esencia de

la joya. El oro se convierte en un

El conjunto que proponemos

como ejemplo de la producción

orfebre visigoda es excepcio-

nal, no sólo por el número y

calidad de sus piezas, sinotam-

bién por su significado.

Este tesoro se descubrió

casualmente en 1858 y pasó

por grandes avatares y muchas

manos; fue recompuesto y se

perdieron para siempre algu-

nas de las joyas que lo integra-

ban. En la actualidad son tres

las instituciones que conser-

van piezas de este conjunto: el

Museo de Cluny, París, el Pala-

cio Real de Madrid y el Museo

Arqueológico Nacional. En este

último podemos disfrutar de

seis coronas y cinco cruces de

oro y pedrería que fueron

donadas por la realeza visigo-

da a alguna iglesia de Toledo

simple soporte para todo tipo

de piedras duras, vidrios y per-

las que cubren por completo

las superficies. Las técnicas de

engaste e incrustación, emplea-

das en la fabricación de cruces

y coronas están, por tanto, al

servicio de esta idea.

Las grandes piedras que

cubren las coronas se sujetan a

una base laminar mediante

engastes fabricados con una

"bata", o cinta de lámina moldu-

rada, que forma una caja donde

se sitúa la piedra. En otros casos,

como en la cruz de la corona de

Recesvinto, la piedra estáengas-

tada al aire mediante pestañas

de sujeción sobre un pedestal

calado, a modo de columna.

Otra de las técnicas más

e.mpleadas es la incrustación.

Por ejemplo, las letras que cuel-

gan de la corona de Recesvinto

están fabricadas mediante ta-

bicado o c/oisonné. La base de

esta incrustación es una celdi-

lla con tabiques interiores de

lámina que forman un patrón

28

,Inazar

El pueblo y lacu1tura islámica

arraigaron en la península ibéri-

ca desde el 7" hasta '492 y su

huella todavía está presente en

nuestros días. Conocemos con

bastante detalle su arquitectu-

ra, tanto religiosa como militar,

y algo menos la civil; conserva-

mos su cerámica, algunos de

sus mejores trabajos en madera

y metal; pero sobre todo, conta.

mos con un importante legado

literario y científico que todavía

hoy nos asombra. A través de él

nos hemos podido asomar al

desarrollo de la vida cotidiana y

al refinamiento de sus costum.

bres. Por todo ello, la cultura islá-

mica es para nosotros algo cer-

cano y comprensible, a pesar de

la distancia en el tiempo.

El oro formó parte de esa

cultura, sin embargo conoce-

se refleja en el empleo del oro

para producciones muy varia-

das, por ejemplo los textiles y

las artes del libro. Los hilos

de oropel, también 11amados

entorchados, con los que se

tejían ricas telas y brocados,

consistían en fibras de seda

sobre las que se enrollaba una

fina tira de oro o plata.

En ciertos manuscritos, sobre

todo en los coranes, los encabe-

zamientos de las suras o capí-

tulos se iluminaban con tinta

dorada y las encuadernadones

de piel se cubrían de pan de

oro. El empleo de oro no se lími-

taba a dar mayor riqueza al

libro sagrado sino que tenía un

significado simbólíco en rela-

ción con el espíritu que puede

ser iluminado por la luz de sus

versículos.

De la producción peninsular

de AI-Andalus conocemos par-

ticularmente bien la del reino

nazarí, entre el 1238 y 1492. Las

piezas más espectaculares que

se han conservado son las

mos poco de la producción

orfebre islámica por diversas

razones. No existía tradición

de depositarajuarenlas tum-

bas y, por otro fado, el oro

se refundía y reaprovechaba

constantemente; 10 mismo

ocurría con las piedras precio-

sas y perlas empleadas en su

ornamentación. Sabemos que

el Islam fue el heredero del

estilo y las técnicas de dos

mundos diférentes, el mundo

greco-romano de Siria y Egipto

y el mundo de la Persia sasáni-

da. Sólo a partir del siglo XI la

orfebrería islámica adquiere

una personalidad propia a tra-

vés de la ornamentación epi-

gráfica. Se emplearon, sobre

todo, el granuJado y la filigrana

como técnicas ornamentales,

destacando la producción pro-

cedente de Egipto, donde debió

existir un importante taller, pro-

bablemente, en la ciudad de

El Cairo.

El refinamiento con el que

vivían los grandes personajes

30

Collar con

colgantesde Bentarique,Almería[sala 3'. vitrina 6)

armas, sobre todo espadas con

ricas empuñaduras de oro, pla-

ta, esmaltes y marfiles. Pero

también conservamos algunos

adornos personales.

Uno de los conjuntos más

ricos e ilustrativos de lo que

podria haber sido el adorno de

las mujeres granadinas, a las

que según los relatos de la épo-

ca les gustaba cubrirse de

joyas, es el procedente de Ben-

tarique. lo componen colgan-

tes planos en forma de flor de

loto muy estilizada, que pen-

den de cadenas de aljófar o per-

las de forma irregular; ajorcas

de oro repujado; canutos cilín-

dricos ensartados en cadeni-

llas; cuentas ovoideas huecas,

etc. la mayor parte de estas

piezas están fabricadas en fili-

grana sobre lámina y en filigra-

na al aire, muy elaborada y

ba'rroca. También es posible ver

restos de esmalte, que en la

mayoría de los casos ha desa-

parecido. Estas joyas, junto con

los brocados que antes men-

cionamos, nos pueden dar una

idea del gusto colorista, refina-

do y barroco que se imponía a

la imagen personal.

Brazaletede Bentarique,Almería[sala 3'. vitrina 6]

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ST~ONG, D. E.: Greek and Roman Gold and Silverplate, Londres, 1979.

PRODUCCiÓN

Ediciones El Viso

COORDINACiÓN

Angela Garcia Blanco

DISEÑO

Adrian Tyler

DIBUJOS DE LAS TÉCNICAS

Rafael Aburto

FOTOCiRAFIAS

Antonio Trigo, Francisco Rodríguez,Ángel Martínez y E!1rique Sáenz

DIBUJO ORICiINAL DE LAS PLANTAS

Fernando Fernández

FOTOCOMPOSICIÓN y FOTOMECÁNICA

Cromotex

IMPRESiÓNJulio Soto

NIPO

301-96-oZ7-S

DEPOSITO LECiAL

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