ser caballero; vivir entre armas, armaduras y letras
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Un ensayo acerca del oficio de caballero y de la importancia de las letras en ambos tomos de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha.TRANSCRIPT
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Efrainis R. Bravo __________________________________
Universidad Central de Venezuela
Facultad de Humanidades y Educacin
Escuela de Letras
Tradicin y Literatura
Prof. Erika Roosen semestre 2/2014
Ser caballero: vivir entre armas, armaduras y letras
"(...) ha de guardar la fe a Dios y a su dama;ha de ser casto en los pensamientos, honesto en
las palabras, liberal en las obras, valiente en los hechos, sufrido en los trabajos, caritativo con
los menesterosos, y, finalmente, mantenedor de la verdad, aunque le cueste la vida el
defenderla. De todas estas grandes y mnimas partes se compone un buen caballero andante;
porque vea vuesa merced, seor don Lorenzo, si es ciencia mocosa lo que aprende el caballero
que la estudia y la profesa, y si se puede igualar a las ms estiradas que en los ginasios y
escuelas se ensean" (Captulo XVIII, tomo II).
El ejercicio de la caballera es sin duda, desde el primer momento deEl Quijote,una empresa de empresas;o sea, es una misin ser caballero pero dentro de esta gran misin o
estilo de vida elegido, hay muchas otras pequeas misiones o aventuras. Cuando Don Quijote
llega a la primera venta (en el Tomo I) nos deja en claro que lo que l ms quera era ser
armado caballero;solventar agravios, hacer cumplir la justicia, llevar a cabo en su vida toda la
ficcin que antes haba ledo en las novelas de caballera y con ello, defender todo lo que la
caballera represente. Extraamente, aunque ese impulso del Quijote se ve realmente marcado
durante todo el primer tomo de la historia (no olvidemos episodios como el discurso que di a los cabreros sobre de las armas y las letras en el captulo XI), este valeroso caballero se
encuentra constantemente defendiendo lo que l es, ya no un apasionado lector de hazaas
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increbles sino un caballero en busca de aventuras ms externas que la aventuranza de leer,
observamos en el segundo tomo entonces, en citas como la que da pie a este ensayo, que la
necesidad en el Quijote de dar un discurso a todo aquel que piense que la caballera es una
locura, ha menguado. Ya no tenemos a un caballero que, a pesar de ser el de La Triste Figura,
se empee en dar correccin al que menosprecia o burla la caballera.
En el captulo XVIII (II tomo) se enfrentan, por decirlo de algn modo, don Lorenzo y
nuestro hroe, don Quijote, el peculiar suceso entre estos dos se da cuando don Quijote
termina de explicar por qu la caballera es una ciencia que encierra en s todas o las ms
ciencias del mundo y don Lorenzo se burla, pues le parece imposible que tal ciencia, con
tantas exigencias sea posible y, como anteriormente su padre -don Diego- le haba hecho la
peticin de averiguar si don Quijote estaba loco o no, ste determin que el Quijote s estaba
loco, pero no se lo dice al Quijote, lo que pasa inmediatamente es que Don Quijote no se
volvi ni reaccion como antes lo haca. Entre acometer brutalmente por dudar de la caballera
y dar un discurso para darle una leccin al equivocado, el caballero no eligi ninguna, en
cambio slo dijo que la mayor parte de la gente del mundo est de parecer de que no ha
habido en l caballeros andantes; y, por parecerme a m que si el cielo milagrosamente no les
da a entender la verdad de que los hubo y de que los hay, cualquier trabajo que se tome ha de
ser en vano, como muchas veces me lo ha mostrado la experiencia Si esto, lector, no te alerta o te parece, a lo menos, de lo ms raro que pudo haber hecho el Quijote, entonces no ests
poniendo atencin. No debe pasar nuestro caballero de la noche a la maana de ser un frente
duro en la defensa de la caballera a alguien que prefiere aceptar que no todo el mundo cree
que la caballera ha existido. No parece razonable, entonces qu ha pasado con el caballero
que ha cambiado su resolucin de defender la caballera? El libro no lo dice directamente, ni
en el inicio ni el fin pero, si ponemos atencin a la muerte del Quijote, podemos interpretar
que lo que ha pasado con El Caballero de los Leones es que quiz se vi intil ante la
salvacin lo que era el motivo de ser a sus andanzas: halagar a su dama. Cmo halagar a
Dulcinea si est encantada? pero no es eso en s lo que parece frustrar al caballero, en s, es el
hecho de no poderla liberar del encantamiento. La desesperacin le invade tan slo por no ver
salida factible, tanto as que darle unos cuantos azotes a su fiel escudero no le parece una idea
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tan descabellada. Sin su dama como motor de su caballera;no hay caballera, slo errancias,
entonces cmo defender la caballera si ahora, realmente, slo es un hombre desesperado por
encontrar la cura a su amada? parece que se vuelve un hombre errante, y ya no tan caballero. Si
al inicio de su historia probablemente nos dira algo como "Pero no creis que voy a induciros
a que corris esta arriesgada empresa ma, ni a vivir en una soledad semejante;la singularidad
de tales caminos hace que quien se aventura por ellos no encuentre a nadie a su paso. Nadie
acude en su auxilio;tiene que superar l solo todos los peligros, todos los azares, todas las
asechanzas y todos los temporales que le sobrevengan. El sigue un camino que es suyo, y ello
implica, como es lgico, que tenga que tragarse su amargura y a veces su despecho."
(Nietzsche, 1996) Quiz ahora nos dira algo como debis aceptar que en tu empresa no todo
saldr como esperas, y que eso de no tener quien te auxilie, porque t eres el auxiliador, la
mayora de las veces no te beneficiar, algunos se aprovecharn de ti y ni siquiera lo notars o
lo hars muy tarde, te arriesgaras y muy pocos lo agradecern, as que la caballera, mejor
djamela a m, que ya es tarde para retractarme. Probablemente est exagerando, pero ese
cansancio que se desata en el Quijote a partir del encantamiento de Dulcinea no obtiene
amortiguacin, no tiene cura, pues Dulcinea tampoco la tiene.
Errante o no, el Quijote no se detiene. Ese hombre que dice que para ser caballero hay
que ser casto en los pensamientos, honesto en las palabras, liberal en las obras, valiente en los
hechos, sufrido en los trabajos... no termina sus andanzas con el encantamiento de Dulcinea
sino que sigue adelante, con menos nimo -o con ninguno- pero no se detiene.
Inmediatamente prueba que no es slo El Caballero de la Triste figura, sino que tambin
puede ser El Caballero de los Leones y ms tarde podramos darle nosotros mismos, sus
lectores, los nombres de Caballero Razonable , por su participacin en las bodas de Bacilio y
los consejos que le da a Sancho;Caballero enamorado, pero de Dulcinea y slo de ella, y se
lo dej en claro a Altisidora y tambin estaba la hija de la duea Doa Rodrguez; Caballero
de los toros, bueno no hay que olvidar que tambin se enfrent -no tan valeroso como con
los leones, a una estampida de toros;Caballero de lo Natural, que la interperie es lo que ms
le acomoda y el mar lo que ms le maravilla; Caballero de caballeros.
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Si bien, un episodio que comienza muy agradable es el de Los Duques, pensamos que
estos le darn al Quijote una nocin de lo que es realmente ser caballero, y al principio lo
hacen. Lastimosamente aunque el Quijote declara ser la primera vez que se siente caballero,
realmente, lo hace porque esta vez no est todo en su imaginacin, jugarreta cruel de los
Duques, o no, esto no est sucediendo slo en su mente, no. Igual sucede cuando est con
Don Antonio en su casa en la ciudad;si bien este no quiere la diversin retorcida y cruel que
queran los Duques, el simple acto de ponerle un cartel al Quijote para que le reconozcan
puede verse como algo un tanto cruel porque mientras que Don Quijote se siente halagado
por tan grande fama que tiene y no saba, si no es por Don Antonio, probablemente nadie le
hubiera reconocido aunque le hubiere ledo.
Luego, el episodio ms relevante a la caballera de Don Quijote sera su enfrentamiento
con el Caballero de la Blanca Luna y una vez ms, no es la caballera en s lo que defiende Don
Quijote sino la belleza de Dulcinea, que sigue encantada. Es fatal la prdida de este duelo en el
que se ve envuelto nuestro caballero porque si bien nunca admiti que hubiera otra dama ms
hermosa que Dulcinea, perdi sus armas. Hasta aqu lleg el caballero. Podramos decir que as
como Dulcinea fue pie y motor de arranque para la corta vida caballeresca de Don Quijote de
la Mancha, tambin fue el fin de la aventura, ella por estar encantada logr que todo acabara.
Por la defensa de su belleza, Don Quijote se desprende de la caballera y de cierta forma, se
desprende de la vida, al menos de la que l quera. Quiz, aunque nunca se nos dice que
Dulcinea pueda desencantarse, la tortura a pagar para su liberacin del encantamiento no eran
tres mil trescientos azotes para Sancho, ni siquiera cinco;quiz el precio para su libertad era la
muerte del caballero que la cre y la apres en su imaginacin, la muerte del caballero que le
di vida y nunca pudo sacarla de su imaginacin al mundo real y, valga la redundancia, hacerla
real, y finalmente la muerte del hombre, del hidalgo soador.
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Referencias bibliogrficas
De Cervantes, M. S. (1916). El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Madrid.
Nietzsche, F. W. (1996). Aurora. Madrid: EDAF.