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Sembradoras Anuario del Grupo de Mujeres de la Iglesia Evangélica [Paseo de la Estación, 32] COORDINADORA: Jacqueline Alencar Polanco CONSEJO DE REDACCIÓN: Lidia González, Elena Gil, Dori Alonso, Carmen Criado, Élide Tapia y Matilde Rolhaiser DIBUJOS DE CUBIERTA: Miguel Elías DISEÑO: Javier Torre MAQUETA: Noelia Rodríguez EDICIÓN: Betesda Ediciones ASESOR EDITORIAL: A. P. Alencart IMPRESIÓN: Kadmos CONTACTO C/ Abastos, 7 portal 6 1º B 37008 Salamanca (España) Telf. 923 192349 Depósito Legal: S. 889-2007 Editorial JACQUELINE ALENCAR Empezamos este editorial diciendo: ¡Hasta a quí nos ha ayudado, Dios! Queremos ex presarle nuestra gratitud por estos y a cuatro años de siembra anual que vemos va germinando poco a poco, de acuerdo a Sus tiempos; pero vamos con el arado bien seguro entre las manos y el paso firme, esquivando las piedras que puedan aminorar la marcha. En esta tarea de di semi nar l a pal abra no debemos ol vidar que unos escriben, otros reciben y otros tienen la visión y la llevan a cabo, perseverando siempre. Tres objetivos refundados en uno, queriendo emular a esa otra Tríada para alcanzar los corazones a través de torrentes de palabras vivas. Palabras que necesitan de voces proféticas que den voz a los que no la tienen (Isaías 58). Y esas voces se pueden oír en este número de Sembradoras, donde obreros incansables y comprometidos con l a sal ud i ntegral del hombre, y que no acostumbran a pasar de lar go ante el clamor de los sufrientes del mundo, nos dan su visión acerca de lo que representa la Acción Social para el mundo evangélico, donde fe y acción se aúnan a t ravés del amor para i rradi arse sobre l os menos privilegiados. Es el evangelio unido a su demostración. En esto mucho ha tenido que ver aquel Pacto firmado en Lausana en el año 1974, donde se redescubrió que la misión de Jesús, la de la Iglesia, era integral. Había que repartir peces pero también Pan de vida. Ésas son las pautas que nos dejó hace dos mil años y que deberían seguir vigentes, ya que no nos habl a de abrogaci ón si no de conti nuaci ón. Como saborearemos en las próximas páginas, algunos se han decantado por Su programa de desarrollo integral, como se diría hoy , el hoy de los marginados y hambrientos: mil millones destacan las estadísticas. El a p artado sobre Acción S ocial se complementa con una gama de artículos sobre temas varios como la financiación de la Iglesia, el perdón y las relaciones interpersonales, el gozo en medio de la prueba, la importancia de la Enseñanza Religiosa Evangélica, la Obra Pionera, para concluir con un testimonio conmovedor de una madre, entrevistas y un atractivo rincón de libros. Expresamos nuestra grat i tud a l os que continúan acompañándonos en esta labor . 1 editorial (Información más amplia sobre nuestros objeti - vos y actividades, pueden verse en: http://www.lapalabraenel surco.blogspot.com) COLABORACIÓN: 5 (más gastos de envío)

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Page 1: SEMBRADORAS Nº 4

SembradorasAnuario del Grupo de Mujeres

de la Iglesia Evangélica

[Paseo de la Estación, 32]

COORDINADORA: Jacqueline Alencar Polanco

CONSEJO DE REDACCIÓN: Lidia González, Elena Gil, Dori Alonso, Carmen Criado, Élide Tapia y Matilde Rolhaiser

DIBUJOS DE CUBIERTA: Miguel Elías

DISEÑO: Javier Torre

MAQUETA: Noelia Rodríguez

EDICIÓN: Betesda Ediciones

ASESOR EDITORIAL: A. P. Alencart

IMPRESIÓN: Kadmos

CONTACTOC/ Abastos, 7 portal 6 1º B37008 Salamanca (España)Telf. 923 192349

Depósito Legal: S. 889-2007

Editorial

JACQUELINE ALENCAR

Empezamos este editorial diciendo: ¡Hastaaquí nos ha ayudado, Dios! Queremosexpresarle nuestra gratitud por estos yacuatro años de siembra anual que vemos vagerminando poco a poco, de acuerdo a Sustiempos; pero vamos con el arado bien seguroentre las manos y el paso firme, esquivandolas piedras que puedan aminorar la marcha. En esta tarea de diseminar la palabra nodebemos olvidar que unos escriben, otrosreciben y otros tienen la visión y la llevan a cabo, perseverando siempre. Tres objetivosrefundados en uno, queriendo emular a esaotra Tríada para alcanzar los corazones a través de torrentes de palabras vivas.

Palabras que necesitan de voces proféticas que den voz a los que no la tienen (Isaías 58).Y esas voces se pueden oír en este númerode Sembradoras, donde obreros incansables y comprometidos con la salud integral del hombre, y que no acostumbran a pasar delargo ante el clamor de los sufrientes del mundo, nos dan su visión acerca de lo que representa la Acción Social para el mundo evangélico, donde fe y acción se aúnan a través del amor para irradiarse sobre losmenos privilegiados. Es el evangelio unido a su demostración.

En esto mucho ha tenido que ver aquel Pacto firmado en Lausana en el año 1974, donde se redescubrió que la misión de Jesús, la de la Iglesia, era integral. Había que repartir peces pero también Pan de vida. Ésas son las pautas que nos dejó hace dos mil años y que deberían seguir vigentes, ya que no noshabla de abrogación sino de continuación.Como saborearemos en las próximas páginas, algunos se han decantado por Su programa dedesarrollo integral, como se diría hoy, el hoyde los marginados y hambrientos: mil millonesdestacan las estadísticas.

El apartado sobre Acción Social se complementa con una gama de artículos sobretemas varios como la financiación de la Iglesia, el perdón y las relaciones interpersonales, el gozo en medio de la prueba, la importancia de la Enseñanza Religiosa Evangélica, la Obra Pionera, para concluir con un testimonioconmovedor de una madre, entrevistas y unatractivo rincón de libros.

Expresamos nuestra gratitud a los que continúan acompañándonos en esta labor.

1e

dito

rial

(Información más amplia sobre nuestros objeti-

vos y actividades, pueden verse en:

http://www.lapalabraenel surco.blogspot.com)

COLABORACIÓN: 5 € (más gastos de envío)

Page 2: SEMBRADORAS Nº 4

Mendigo

MARÍA GLORIA SÁNCHEZ

Mendigando comprensión

Y encontrando sinsabores,

Llegué a tus plantas, mi Dios,

Luz que mi noche alumbró

Disipando mis temores.

Océanos tormentosos y profundos

Que arrebatan traicioneros, mi sosiego

Me persiguen sinuosos por el mundo

Y camino en tinieblas, cual un ciego,

Hasta hallar tu resplandor, mi Dios del cielo.

Sentimientos y emociones no descritas,

De un otoño que tatuado en mi mente

Arremete contra mí, muy lentamente

Descubriendo las palabras aún no escritas

Busco amparo a tus pies, calladamente.

Mi buen Dios, que me escuchas cuando te hablo

Si es mi lucha batallar contra gigantes,

Si el cristiano ha de luchar, aunque sea salvo,

Contra huestes celestiales de maldad,

Vísteme con tu coraza diariamente,

Y en la guerra que me afrenta, dame paz.

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Page 3: SEMBRADORAS Nº 4

Las iglesiasevangélicas y la

obra social.Unos apuntes

históricos

TIMOTEOTT GO LASSCOCK

Es un hecho lamen-

table que con cierta

frecuencia se ha esta-

blecido una falsa dicoto-

mía entre la misión de

la iglesia de proclamar

el evangelio de Jesu-

cristo por una parte, y

la responsabilidad de

la iglesia de mostrar de

forma práctica el amor

de Dios hacia los marginados y los necesitados

por otra. Escribiendo en 1992, John Stott ha

afirmado: “Durante por lo menos los últimos

treinta años, comenzando en la comunidad ecu-

ménica, pero más recientemente en el sector

evangélico también, ha habido un desacuerdo

considerable acerca de estas dos responsabili-

dades. Se ha formulado de distintas maneras:

como la tensión ‘entre la acción de Dios en y por

medio de la iglesia y todo lo que Dios hace en el

mundo aparentemente de forma independiente

de la comunidad cristiana’; ‘entre la interpreta-

ción vertical del evangelio como esencialmente

centrada en la acción salvadora de Dios en la

vida de individuos, y su interpretación horizontal

como básicamente orientada hacia las relacio-

nes humanas en el mundo’; ‘entre Dios bus-

cando la justificación de pecadores y Dios bus-

cando la justicia en y entre las naciones’; ‘entre

redención y providencia, la salvación del alma y

la mejora de la sociedad” (The Contemporary

Christian, 1992, p. 337).

Esta tensión no está reflejada en las páginas

de la Biblia. Cuando Jesucristo describe la misión

de sus discípulos en términos de ser sal de

la tierra y luz del mundo (Mt. 5:13-15), añade,

“Así brille vuestra luz delante de los hombres,

para que vean vuestras buenas acciones y glo-

rifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”

(Mt. 5:16). El que “vino a Galilea proclamando

el evangelio de Dios, y diciendo: El tiempo se

ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado:

arrepentíos y creed en el evangelio” (Mr. 1:14-

15), es el mismo que enfatizó que el segundo

mandamiento en una escala de importancia,

después de amar a Dios con todo el corazón,

el alma, la mente y la fuerza, “es éste: Ama-

rás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro

mandamiento mayor que éstos” (Mr. 12:29-31).

El apóstol Pablo nos recuerda que “por gracia

habéis sido salvados por medio de la fe, y esto

no de vosotros, sino que es don de Dios; no por

obras, para que nadie se gloríe”, pero añade a

renglón seguido, “Porque somos hechura suya,

creados en Cristo Jesús para hacer buenas

obras” (Ef. 2:8-10).

En la historia de las iglesias protestantes

desde la Reforma hasta el momento actual, se

observa que las épocas de más vitalidad espiri-

tual en las comunidades evangélicas (los tiem-

pos de avivamiento o de despertar espiritual,

para utilizar dos de las metáforas que aparecen

en la Biblia) han coincidido con los momentos

de mayor involucración en la sociedad con el

anhelo de demostrar de forma práctica el amor

de Cristo y su preocupación por los más desva-

lidos y desamparados.

Un ejemplo de esta realidad en la Inglate-

rra del siglo diecisiete, desde el sector más

radical de la reforma protestante, fue la labor

de George Fox (1624-1691), fundador de la

Sociedad de Amigos, más conocido como los

Cuaqueros. Su profunda conversión personal a

Cristo dio lugar a un empeño, no sólo en conducir

a otros de una religión falsa y meramente formal

a una experiencia nueva y vital del Salvador, sino

también en abogar por los pobres y pedir una dis-

tribución más justa de la riqueza. Esto le condujo

con frecuencia a conflictos con las autoridades,

y fue detenido y encarcelado en varias ocasio-

nes. Insistió en la necesidad de la intervención

del gobierno en el cuidado sistematizado de los

pobres, en lugar de dejar este cuidado a la inicia-

tiva privada, y fue una de las primeras voces que

denunciaba los grandes males del sistema de

esclavitud en las colonias británicas.

En el mismo siglo en Alemania el pietismo,

un movimiento religioso protestante enfatizando

“la práctica de la piedad”, ganaba fuerza dentro

de círculos luteranos, debido principalmente a la

influencia de Philipp Jakob Spener (1635-1705) y

la publicación de su libro Pia Desideria en 1675, a

en el que expresaba sus anhelos de reforma

espiritual dentro del luteranismo y su programa

para el movimiento pietista. Su discípulo August

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Hermann Francke (1663-1727), profesor de len-

guas orientales en la Universidad de Halle, fun-

dada por Spener en 1692, dio un nuevo impulso

al movimiento, difundiendo su influencia no sólo

en Alemania sino en Inglaterra, Escandinavia,

Rusia y Norte América. La labor de Francke al

crear una serie de instituciones que incluían un

orfanato, un hospital, una biblioteca y un centro

misionero, transformó la ciudad de Halle en

un modelo de reformas sociales y culturales,

combinando la renovación de una verdadera

espiritualidad con una preocupación práctica por

buscar soluciones a la ignorancia, la pobreza y la

injusticia social.

Una de las personas más impactadas por

las iniciativas de Francke fue Cotton Mather

(1663-1728), ministro muy influyente de una

iglesia evangélica en Boston, en la entonces

colonia británica de Nueva Inglaterra (América

del Norte). Viendo la expansión en Alemania de

aquel movimiento de renovación tanto espiritual

como social, elaboró desde una perspectiva

más calvinista una estrategia para impulsar la

transformación de la sociedad no a través de

la coerción estatal, como había sido el patrón

desde tiempos de Constantino, sino mediante

las iniciativas libres de individuos y grupos de

creyentes. Por una parte, insistía en el esfuerzo

máximo de cada cristiano para cumplir la voca-

ción que había recibido de Dios por medio de

actos benevolentes, y, por otra, la agrupación

de creyentes en sociedades para impulsar la

reforma social y cultural. Mather mismo dio

ejemplo de este enfoque fundando una escuela

para niños pobres y otra para la educación de

negros, y organizando su parroquia en células

que tenían la misión de suplir no sólo las necesi-

dades espirituales, sino también de las materia-

les, de los asistentes, a la vez que difundía sus

ideas mediante la publicación de casi 450 obras

escritas.

Un año antes de la muerte de Mather, Jona-

than Edwards (1703-1758), la figura más desta-

cada del Gran Despertar en su faceta norteame-

ricana, comenzó su ministerio en la iglesia de

Northampton, no muy lejos de Boston. Su serie

de sermones sobre “La Justificación por la Fe

Sola”, predicada en 1734, dio lugar a un gran

avivamiento en su iglesia, y preparó el terreno

para el avivamiento evangélico que sacudió pro-

fundamente las colonias británicas de América

del Norte en 1740-41, y en el que otros grandes

predicadores como George Whitefield y Gilbert

Tennant tuvieron también un papel principal. La

convicción de Edwards de que el avivamiento

espiritual debía ir siempre acompañado por

la acción social se refleja en la siguiente cita:

“Algunos hombres muestran un amor hacia

otros en cuanto a su hombre externo, son gene-

rosos en compartir sus bienes materiales y

con frecuencia dan a los pobres; pero no tie-

nen amor o preocupación por las almas de los

hombres. Otros alegan un gran amor hacia las

almas de los hombres, pero no demuestran

compasión y caridad hacia sus cuerpos. El hacer

un gran espectáculo de amor, misericordia y

angustia por las almas no les cuesta nada; pero

para demostrar compasión a los cuerpos, tienen

que sacar el dinero de sus bolsillos. Pero un ver-rr

dadero amor cristiano hacia nuestros hermanos

se extiende tanto a sus cuerpos como a sus

almas” (2).

Paralelamente con los inicios del ministerio

de Edwards en Northampton, un graduado de

la Universidad de Halle, el Conde Nikolaus Lud-

wig von Zinzendorf (1700-1760), creó en tierras

de su propiedad “Herrnhut”, una comunidad

para refugiados moravos que habían abando-

nado su país en busca de la libertad de culto.

Frente a tensiones surgidas en el seno de la

comunidad, Zinzendorf comenzó una vigilia de

oración continua para la comunidad que llegó a

durar más de cien años y condujo en 1727 a un

gran avivamiento espiritual que sacudió no sola-4

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Page 5: SEMBRADORAS Nº 4

mente a los estados alemanes, sino también a

Inglaterra, mediante la influencia de los mora-

vos en la conversión de John Wesley (1703-

1791), uno de los predicadores más conocidos

y bendecidos del Gran Despertar en su dimen-

sión británica. La importancia de Zinzendorf

en el mundo evangélico radicó no sólo en su

contribución al nacimiento y extensión del Gran

Despertar en Europa, sino en su interés por

cuestiones sociales, su creación de Herrnhut y

otras comunidades semejantes, y su propaga-

ción de una teoría de educación muy avanzada

para sus tiempos, y que puso en práctica en la

escuela y el orfanato que fundó en la comuni-

dad. En Herrnhut todos los miembros asumían

la responsabilidad de contribuir al bienestar

económico de la comunidad, poniendo a la dis-

posición de otros sus posesiones en momen-

tos de especial necesidad. Este modelo se

extendía a las comunidades formadas en otros

países como resultado de las actividades misio-

neras de los moravos, y en las cuales se practi-

caban los mismos principios de cuidado de los

enfermos, educación de los niños y atención a

las viudas, los ancianos y los huérfanos. Este

énfasis ha dado como resultado la práctica

de la obra social en distintos aspectos que ha

caracterizado las misiones evangélicas hasta el

tiempo presente, siguiendo la pauta marcada

por Halle y por Herrnhut, siendo notables en

España las escuelas fundadas por los primeros

misioneros protestantes en varios pueblos y

ciudades donde comenzaron su labor.

Otra faceta muy llamativa de la preocupa-

ción social de los líderes evangélicos fue la

oposición frontal a la práctica de la esclavitud.

Influenciado por los escritos de los cuaqueros,

Wesley publicó en 1774 su “Thoughts upon

Slavery” (“Pensamientos sobre la Esclavitud”),

que estableció la preocupación por la abolición

del comercio de esclavos como uno de los prin-

cipales temas de la agenda evangélica durante

las primeras décadas del siglo diecinueve.

Otros abusos sociales que atacó fueron el

alcoholismo y las condiciones en las cárceles.

El impacto de sus predicaciones en las clases

trabajadoras de Gran Bretaña fue muy conside-

rable, y condujo a la presencia de destacados

líderes evangélicos en los inicios del movi-

miento laborista.

Otro de los líderes del Avivamiento Evan-

gélico y contemporáneo de Wesley fue John

Newton (1725-1807), amigo también del poeta

William Cowper. Newton había llegado a ser

capitán de un barco negrero, pero experimentó

una conversión genuina a Cristo en una tem-

pestad en el mar en 1748. Se retiró del mar,

tomó contacto con Whitefield y Wesley, y llegó

a ser pastor de la iglesia anglicana en Olney,

donde escribió muchos himnos muy conoci-

dos, entre ellos “Sublime Gracia”. Más tarde

se trasladó a una iglesia en Londres, donde

sus predicaciones ejercieron una influencia

muy potente sobre William Wilberforce (1759-

1833), el político y filántropo más influyente en

la lucha de conseguir la abolición del tráfico de

esclavos, sobre todo a partir de su conversión

a Cristo en 1785. Como miembro del parla-

mento británico, Wilberforce aprovechó todas

las oportunidades para denunciar los horrores

de este tráfico, y fue debido a los esfuerzos

constantes suyos y de un nutrido grupo de

otros parlamentarios evangélicos que en 1807

se aprobó la ley que terminó con el tráfico de

esclavos en el imperio británico. Veintiséis

años más tarde, un mes después de la muerte

de Wilberforce, otra ley dictó la emancipación

de todos los esclavos.

La labor de Wilberforce fue continuada por

Anthony Ashley Cooper (1801-1885), un aristó-

crata evangélico inglés quien dedicó su vida y

sus medios económicos a la continuación de la

campaña política a favor de las mejoras sociales

en el Reino Unido. Sus convicciones evangé-

licas influyeron fuertemente en su comporta-

miento en el parlamento británico. Comentó a

su biógrafo que la fe cristiana que profesaba, “si

vale para algo, debe entrar en cada esfera de la

vida, y gobernar la conducta en cada relación”.

Para él su fe era mucho más importante que

sus ambiciones, y le condujo a consagrar su vida

parlamentaria a la causa de la reforma social.

Sus esfuerzos se concentraban en cinco objeti-

vos principales: la mejora de las condiciones en

los manicomios, en las fábricas, en las minas de

carbón, y en el área de la salud pública, sobre

todo en lo relativo a la provisión de viviendas

adecuadas y agua corriente a las familias más

pobres, y la provisión de una educación para los

niños más desaventajados. Sus discursos en el

parlamento denunciando los abusos terribles en

estas áreas eran tan conmovedoras que en una

ocasión un oponente tenaz a sus campañas le

saludó al final de la sesión parlamentaria, dicién-

dole: “Nunca en el transcurso entero de mi vida

ha sido tan fuertemente impactado mi estado

anímico como ha ocurrido por medio de su dis-

curso”. Otras figuras públicas como el novelista

Charles Dickens, muy crítico con las condicio-

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nes sociales de la Inglaterra de su época, reco-

nocieron las reformas de Cooper como de las

más altruistas de aquel tiempo.

Otra iniciativa en la que se interesó fue la

fundación de la Asociación Cristiana de Hom-

bres Jóvenes (Y.M.C.A.), un movimiento inter-rr

nacional en el cual colaboró también el suizo

Jean Henri Dunant (1828-1910). La familia de

éste fue muy influyente en la ciudad de Gine-

bra, combinando su calvinismo devoto con un

trabajo social infatigable entre huérfanos, pre-

sos, enfermos y pobres. El joven Dunante cre-

ció en medio del despertar religioso conocido

como “le Revéil” (el avivamiento). En 1859 pre-

senció la batalla de Solferino, en la que 38.000

soldados heridos, agonizantes o muertos que-

daban en el campo de batalla. La casi total falta

de medios para aliviar los sufrimientos de los

heridos causó tal impacto en el joven suizo que

publicó un libro, “Una Memoria de Solferino”.

El amplio interés generado por este libro le llevó

en 1863 a crear un comité para ayudar a los

heridos en tiempos de guerra, que más tarde

se transformó en el Comité Internacional de la

Cruz Roja.

El interés evangélico en los huérfanos tuvo

su fruto en el siglo XIX en la labor de una serie

de personas que crearon orfanatos siguiendo

una línea marcadamente humanitaria. Entre

éstas destacaron George Müller, Thomas

Barnardo y el gran predicador inglés Charles

Haddon Spurgeon. Otro nombre digno de des-

tacar es el de William Booth (1829-1912), el

fundador del Ejército de Salvación. De joven

fue aprendiz de un prestamista, y el contacto

que este trabajo le proporcionó con la pobreza

y la miseria provocó una indignación fuertísima

frente al estado de degradación en la que

vivían tantos seres humanos en la Inglaterra

de aquella época, y una pasión por la justicia

social. En 1844 se convirtió a Cristo, y llegó a

ser un evangelista itinerante muy respetado.

Su deseo era alcanzar con el evangelio a las

clases más empobrecidas de la población, y

centró sus esfuerzos en uno de los barrios

más pobres de Londres. Pero no se limitó a

predicar, sino creó una misión cristiana (“El

Ejército de Salvación”) que se dedicaba a aliviar

la pobreza, proporcionar ayuda para alcohólicos

y abrir residencias para los que no tenían hogar,

centros para la formación de emigrantes des-

tinados a otros países, casas de acogida para

mujeres y muchachas en peligro moral y para

presos excarcelados.

Todos estos esfuerzos evangélicos para

lograr la reforma social en el siglo XIX recibie-

ron un impulso fuerte del avivamiento conocido

como el Segundo Gran Despertar que tuvo lugar

a partir de las primeras décadas de aquel siglo,

y cuyos efectos perduraron muchos años. En

el siglo XX el Congreso de Lausana celebrado

en 1974, y específicamente las aportaciones

de destacados líderes evangélicos de América

Latina como Samuel Escobar y René Padilla,

condujo a la reafirmación de la relación estrecha

que debe existir entre el evangelismo y la activi-

dad socio-política. Es de esperar que un nuevo

congreso evangélico a celebrarse en Cuidad del

Cabo este próximo octubre siga recalcando que

la predicación del evangelio y la preocupación

por la justicia social continúen siendo aspectos

fundamentales y estrechamente unidos del tes-

timonio evangélico.

(*) Licenciado en Derecho por la Oxford Univer-rr

sity. Nacido en Inglaterra (1947) y con más de treinta

años de ministerio pastoral en España, primero en

Marín (Pontevedra) y ahora en Salamanca como

Anciano de la Iglesia Cristiana Evangélica (Paseo de

la Estación, 32). En nuestro país son conocidas sus

reflexiones publicadas en “Edificación cristiana”,

“Andamio” y “Notas diarias”.

Page 7: SEMBRADORAS Nº 4

Alianza Solidaria:“juntos podemos”

FRANCISCAFF CACC PAPP E IE RENE DE E FE EFF DERICO

En América Latina el

60% de los niños entre

0 y 12 años y el 50%

de los adolescentes de

13 a 19 años, es decir,

118 millones de niños,

viven en condiciones de

pobreza. Esto equivale,

aproximadamente, a la

suma de las poblacio-

nes de España, Francia

y Suiza juntas. ¿Realmente habría tanta indife-

rencia en el mundo si toda la población de estos

países fueran niños desnutridos, sin acceso a una

educación y atención sanitaria dignas? Examine-

mos primero en qué consiste el desarrollo normal

de un niño.

Con frecuencia olvidamos que Jesús fue

también un niño y que Lucas nos describe cómo

fue su infancia. Al hacerlo, y de forma muy con-

densada, el evangelista nos dice cuáles son los

componentes del desarrollo de una infancia salu-

dable. Después de relatar cómo el niño Jesús

enseñó en el templo, Lucas resume su infancia

de esta manera: “Y Jesús crecía en sabiduría y

en estatura, y en gracia para con Dios y con los

hombres”. (Lc. 2: 52).

Lucas nos dice que el niño crecía en sabi-ii

duría, es decir, en conocimiento, o lo que es lo

mismo en su faceta intelectual. También nos dice

que crecía en estatura, es decir, tenía un buen

desarrollo físico. Muchos hubieran parado aquí,

pero Lucas introduce dos componentes más que

son esenciales para el desarrollo íntegro y com-

pleto de una persona: Jesús crecía en gracia para

con Dios y con los hombres, es decir, tuvo un

adecuado desarrollo espiritual, se cuidó su relall -

ción con Dios, y emocional, desarrolló relaciones l

saludables con las personas de su entorno.

Siendo muy conscientes de que el déficit en

alguna o varias de estas áreas suponen un obs-

táculo evidente en el desarrollo integral de los

niños es que desde la Comisión de Obra Social

de la Alianza Evangélica Española (ahora Alianza

Solidaria) pusimos en marcha Moisés, nuestro

programa de apadrinamiento, que contempla

todos los aspectos que hemos mencionado.

Pero al mismo tiempo somos también muy cons-

cientes de que la diferencia entre Alianza Solida-

ria y cualquier otra ONG no cristiana viene dada

por nuestra cosmovisión, que es lo que en último

término define qué hacemos y por qué hacemos

nuestro trabajo.

Nosotros sabemos que “del Señor es la tierra

y todo cuanto hay en ella, el mundo y los que en

él habitan” (Sal. 24:1). Es decir, que este mundo

no nos pertenece, no somos sus dueños, sólo

somos sus mayordomos, meros administrado-

res. Sabemos que las personas son valiosas, no

por lo que tienen, no por lo que aparentemente

son, sino porque han sido hechas a imagen y

semejanza de Dios.

También sabemos que vivimos en un mundo

caído, dominado por el pecado. ¿O no están la

soberbia, la envidia, la codicia, el egoísmo, el

engaño, etc. en la base de las estructuras de

injusticia que dominan nuestro mundo? ¿Y no

son estas actitudes las que están detrás de tanta

pobreza, marginalidad, sufrimiento y, muchas

veces, desesperación? Pero también sabemos

que Cristo Jesús ha venido a instaurar un Reino

de Justicia, el Reino de Dios, que ya se ha acer-rr

cado, que ya está entre nosotros. Y que un día se

manifestará en toda su gloria cuando Cristo vuelva

a por los suyos: “Él enjugará toda lágrima de sus

ojos, y no habrá ya muerte, ni lamento, ni llanto, ni

dolor, porque las primeras cosas (el mundo en que

vivimos) habrán dejado de existir” (Ap. 21: 4).

Somos llamados a compartir esta esperanza,

y mientras Cristo vuelve, a trabajar para ser bue-

nos administradores de los recursos que Él ha

puesto en nuestras manos para hacer que su

reino se extienda.

Es por todo esto que como organización cris-

tiana evangélica que somos, comprometida con

los principios bíblicos de justicia, solidaridad y amor

al prójimo, luchamos para combatir la pobreza y

sus causas a través del desarrollo integral de la

infancia y la promoción del desarrollo autososte-

nible de colectivos en situación de alto riesgo de

exclusión social, sin ninguna discriminación por

raza, género, religión o ideología política.

Áreas de actuación y ubicación de los progra-

mas

Actualmente, los programas y proyectos que

llevamos a cabo a favor de la infancia y los colec-

tivos en situación de alto riesgo social se ubican

en Latinoamérica, concretamente en Colombia,

Perú, Honduras y Bolivia.

Con el fin de cumplir nuestra misión centra-

mos nuestro trabajo especialmente en las áreas

de Educación, Desarrollo de capacidades pro-

ductivas, Salud y como eje transversal en todo

programa la Educación en valores cristianos y

Evangelización.

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Page 8: SEMBRADORAS Nº 4

¿Cómo trabajamos?

Desde Alianza Solidaria trabajamos a través

de y junto con contrapartes locales cristianas, es

decir, de entidades locales (organizaciones, igle-

sias o misiones) con las cuales compartimos una

misma misión y visión.

Nuestro papel en relación a las diferentes

entidades locales con las que trabajamos en el

Sur consiste fundamentalmente en apoyo ecor -

nómico para el sostenimiento y funcionamiento

de los programas y proyectos; así como el de

realizar un seguimiento de los mismos (comuni-

cación constante con los responsables y visitas

periódicas al terreno).

Programas

Programa Moisés: Moisés es un programa s

de apadrinamiento que surge con el objetivo

de proveer una educación integral a los niños

más desfavorecidos de Latinoamérica, dado el

enorme déficit educacional que existe en esa

región. Es por ello, y con el propósito de brin-

dar una educación de calidad que permita a los

niños romper el círculo vicioso de la pobreza en

el que han nacido, se trabaja con proyectos edu-

cativos ubicados en zonas de extrema pobreza

y entre población con Necesidades Básicas

Insatisfechas en los países de Colombia, Perú,

Honduras y Bolivia.

En los centros que apoyamos no solamente

se brinda una educación formal, sino una edu-

cación basada en principios y valores cristianos,

por lo que en estos momentos y a través de este

programa más de 2.000 niños están teniendo una

nueva oportunidad de tener una educación y de

conocer del amor de Dios.

En este programa, además de los niños,

hay dos agentes que consideramos clave en el

entorno. En primer lugar, los docentes y en genes -

ral el personal que atiende de una u otra forma a

los niños. Es en este colectivo en el cual también

invertimos a través de capacitaciones poniendo

especial énfasis en la capacitación pedagógica

docente con el fin de garantizar que los niños

reciban una educación de calidad en todos los

sentidos. Esto lo hacemos a través de jornadas

pedagógicas así como de la certificación docente

en colaboración con organizaciones cristianas

reconocidas en el ámbito de la educación como

son JuCum (Juventud con una Misión), APEEN

(Alianza Pro-Educación Espiritual del Niño) y ACSI

(siglas en inglés de Asociación Internacional de

Escuelas Cristianas).

Y en segundo lugar, los padres. El entorno

familiar es un pilar fundamental para la transfor-rr

mación integral de los niños, dado el entorno de

violencia y desestructuración familiar en el que

viven y trabajamos. Para ello se ha puesto en

marcha el Programa de Escuela de Padres que,

en estos momentos, está en funcionamiento en

algunos proyectos.

A través de Moisés:

En Colombia apoyamos a 12 Escuelas cristia-

nas en áreas marginales que brindan educación

en Pre-escolar y Primaria.

En Perú apoyamos: 2 centros de Pre-escolar,

que también ofrecen refuerzo escolar para los

niños que cursan Primaria en un centro estatal;

1 comedor infantil, donde además de brindar

una ración nutritiva diaria a niños que provienen

de familias con escasos recursos, se brinda

refuerzo escolar, atención sanitaria y apoyo a

las madres de estos a través de capacitaciones

en artesanía textil para que puedan tener una

fuente de ingresos; 1 Centro de Día para niños

del Ejército de Salvación.

En Honduras un Centro Educativo y de For-

mación Profesional.

En Bolivia una Casa-Hogar (orfanato) también

en colaboración con el Ejército de Salvación.

Programa Turmanyé

Turmanyé (arco iris en quechua) es un proé -

grama que se inició en la ciudad de Huaraz, en el

departamento de Ancash, Perú, en el año 1.999.

En este programa, la Comisión de Obra Social,

ahora Alianza Solidaria, además de prestar apoyo

económico, es uno de los socios de la Asociación

Arco Iris – Turmanyé (nombre con el cual está

registrado en Perú) junto con la Asociación Nueva

Vida de Santander, que ha financiado proyectos

puntuales a través de subvenciones presentadas

a organismos locales y regionales de Cantabria;

Latin Link (Reino Unido) y la iglesia local de Huaraz.

Todos los que estamos implicados en Tur-rr

manyé buscamos la transformación integral de

la población en alto riesgo de exclusión social

facilitando procesos de cambio espiritual y

material orientados a un desarrollo equitativo8

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y autosostenido. Para ello desde Turmanyé setrabaja en cinco programas que se han puestoen marcha progresivamente desde que se inició el ministerio, dentro de los cuales se trabaja lassiguientes áreas: i) Salud; ii) Educación; iii) Desa-rrollo de Capacidades Productivas; iv) Defenso-ría; v) Evangelismo y Discipulado.

1) Casa Hogar I y II (orfanatos) donde seatiende de forma integral a una media de 30 niñosen situación de abandono o cuyos padres han perdido la tutela. Mientras los niños permanecenen el hogar, además de todo el cariño y amor delpersonal, se les brinda alimentos, ropa, educación,atención médica y guía espiritual. El objetivo es proteger la integridad física y emocional de formaque los niños puedan crecer sanos hasta que unafamilia les adopte o se reinserten en la suya y pue-dan ser restauradas las múltiples heridas físicas yemocionales con las que llegan.

2) Comedor Infantil (vinculado al Programa de Apadrinamiento Moisés), a través del cual se pretende contrarrestar la desnutrición infantil complementando la alimentación de alrededor de50 niños y adolescentes con signos de desnutri-ción, ofreciéndoles una comida diaria equilibradaevitando así que su salud y crecimiento se veanafectados. Junto al apoyo en alimentos, se ofrecea los pequeños apoyo escolar diario, reforzando lo que están aprendiendo en el colegio así comoatención sanitaria y consejería familiar (tanto a ellos como a sus familias).

3) Centro de Formación Ocupacional con el objetivo de capacitar a mujeres y a adolescentesy jóvenes trabajadores de la calle. Actualmentehay en marcha 3 Talleres:

• Taller de Artesanía Textil donde varias l

madres de los niños que asisten al Come-

dor Infantil han recibido formación acerca

de cómo elaborar distintas piezas de ropa

(tejidas a mano y a máquina) confecciona-

das con lana de alpaca y otros materiales.

Con este taller y las diferentes capacita-

ciones que se hagan a un mayor número

de madres se pretende que ellas, una vez

capacitadas, puedan crear una microem-

presa y así poder autosostenerse (a ellas y

a sus familias). Actualmente se ha empe-

zado a comercializar los productos en Hua-

raz, algunas tiendas de Lima y se han aten-

dido algunos pedidos internacionales.

• Taller de panadería y pastelería a través del a

cual se capacitaron varios adolescentes

y jóvenes para que, aprendiendo un ofi-

cio, puedan optar a un mejor trabajo que

les permita salir de la pobreza. Posterior-rr

mente se ha puesto en marcha “Café Tur-rr

manyé”, una pequeña cafetería en la ciu-

dad que, junto con el Taller que es donde

se produce lo que se vende en la cafetería,

pretende formar a los jóvenes, por un lado

poniendo en práctica todo lo aprendido

en el taller y, por otro, en la gestión de un

negocio propio. De hecho, la Cafetería ha

propiciado la creación de algunos puestos

de trabajo y, además, es un canal de venta

de los productos que elaboran algunas

mujeres en el Taller de Artesanía Textil.

Cabe mencionar que los beneficios gene-

rados en Café Turmanyé se reinvierten

en los demás programas sociales que se

llevan a cabo en la ciudad (casa-hogar,

comedor infantil, talleres de formación a

adolescentes, etc.).

• Taller de informática donde periódica-

mente se imparten clases a jóvenes y

adultos para que puedan adquirir los cono-

cimientos informáticos básicos que les

facilite una posterior inserción laboral.

4) Niños de la Calle. Desde el 2004 se viene

trabajando con niños, adolescentes y jóvenes de

la calle que deambulan largas horas por las calles

de la ciudad de Huaraz mendigando o trabajando

como limpiabotas o vendedores ambulantes.

Desde el principio y semanalmente se hacen sali-

das para conocer a estos menores, cultivar rela-

ciones de amistad y confianza con ellos, así como

predicarles la Palabra. En los últimos años, además

de la oferta formativa del Centro de Formación

Ocupacional, se han realizado diversas actividades

con este colectivo enfocadas a mejorar y estimular

su educación y capacidades como talleres de for-rr

mación, charlas de orientación vocacional, promo-

ción de salud como campañas médicas (revisiones

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generales, dentales, oftalmológicas) y de higiene,

así como actividades lúdico-culturales y evangelís-ticas como campamentos, excursiones, torneosde fútbol, concursos de dibujo y pintura, etc.

Una novedad importante es que desde fina-les del 2009, gracias a Dios, se cuenta con un local en alquiler, cuya financiación por el primer año está cubierta, donde poder desarrollar las actividades de una manera más estructurada y ordenada que en las calles, siendo además unlugar que los niños y adolescentes de la calle puedan sentir como suyo y se sientan con liber-rrtad y confianza para acudir.

5) Programa Comunitario Rural. A 30 Km deHuaraz, en la comunidad quechua “24 de Junio”siguen en marcha el Centro Rural de Salud y los centros de Pre-Escolar en Canchakuta y Chincay y refuerzo escolar en Primaria. Actualmente, otros proyectos están en marcha en la comuni-dad con el objetivo de mejorar los ingresos y la alimentación de la población, como por ejemplo,un proyecto de cultivo y comercialización de cereales, con el apoyo de Antamina, la mayorcompañía minera del país.

Retos a corto y medio plazo

Estamos profundamente agradecidos por todo lo que Dios ha hecho a través de cada una de las personas involucradas en este ministerio, tanto en los países en los que trabajamos en terreno como en España; agradecidos por el inte-rés y compromiso que Él ha puesto en el corazón de muchas personas que nos apoyan, tanto eco-nómicamente como en oración y sin el cual todo lo mencionado no hubiera sido posible. Pero los retos aún son más grandes.

En el marco del Programa Moisés tenemos spor delante la construcción de un nuevo colegio en Riohacha, en la Invasión de La Lucha (Colombia) enel que, si logramos los recursos para construirlo,podrían estudiar y almorzar más de 200 niños. También varios de los colegios que apoyamosnecesitan mejorar y ampliar sus infraestructurascon el fin de atender a un mayor número de niños y hacerlo en mejores condiciones, así como poder implementar la Escuela de Padres y un servicio de atención psicológica (para niños y padres) en los colegios en los que todavía, por falta de recursos,no se puede ofrecer este servicio tan necesario.

En el marco del Programa Turmanyé, se requieren apoyos estables que permitan soste-ner a todos los niños de la segunda Casa-Hogar que, a mediados del 2009, se tuvo que habilitar debido al aumento de niños en situación de abandono que tuvimos que acoger, así como poder implementar y darle continuidad al Centro

Recreativo para los niños de la calle.

¿Qué puedes hacer como creyente?

No elegimos dónde nacemos, ni quiénesserán nuestros padres, ni cuáles las circunstan-cias de nuestra vida. Pero sí qué haremos con ella. Todos poseemos tiempo, habilidades, recur-rrsos, etc. ¿Qué estamos haciendo con este capi-tal que Dios ha depositado en nuestras manos? Cuando pensemos en los más desfavorecidos pensemos en la Regla de Oro que nos dejó Jesús en el Sermón de la Montaña: “Así que todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros haced vosotros con ellos” (Mt. 7: 12).

Empecemos a mirar a los demás como nos gustaría que nos miraran a nosotros. Cambiar estas circunstancias es posible, sólo requiere queestemos dispuestos a poner nuestro granito dearena y dejar que el Señor haga el resto. Anímatey únete a apoyar algún proyecto porque Juntos Podemos…

Visita nuestra web en:

www.alianzasolidaria.orgContacta con nosotros: c/ Santa Otilia 27-29, Esc. A, Local08032 Barcelona93.420.80.72 [email protected]

(*) Francisca Capa, nacida en Barcelona y resi-iidente en Valladolid. Es miembro del Comité Ejecutivo de GBU desde 1984. Actualmente es Presidenta de la Comisión de Obra Social, ahora denominada Alianza Solidaria desde 1991. Irene de Federico, nacida en Barcelona, es licenciada en Ciencias Políticas y de la Administración (Universidad Pompeu Fabra).Post-ttgrado en Dirección y Gestión de Entidades No Lucra-tivas y de Economía Social (Universidad Ramón Lull). Máster en Globalización, Cooperación y Desarrollo (Universidad de Barcelona).

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lAbrirás tu mano

a tu hermano, al pobre

y al menesteroso en tu tierra

MAMM BEL MORALES

El porqué de la obra

social en la iglesia

La obra social es un

ministerio especializado

de la iglesia que tiene

como finalidad obe-

decer el mandato de

Cristo de llegar a toda

criatura, en este caso,

a quienes viven preca-

riamente. Es una forma

práctica y efectiva de evangelizar. Con este minis-

terio tenemos la oportunidad de reflejar activa-

mente la misericordia de Dios y ser un testimonio

de esperanza sembrando el amor de Dios entre

los más débiles. Hoy asistimos a un desarrollo

de dicha obra entre la generalidad de las iglesias

evangélicas. Pero ¿por qué el ministerio de obra

social en la iglesia? Por varias razones:

1. Porque son muchas las personas de nues-

tro entorno más próximo que viven precaria-

mente: jubilados sin ingresos y pensionistas con

ingresos mínimos; enfermos incapacitados labo-

ralmente y disminuidos físicos cuyos salarios son

insuficientes para cubrir las necesidades básicas;

viudas o mujeres solas, con cargas familiares,

muy vulnerables social y económicamente; inmi-

grantes; ex-drogadictos en procesos de rehabi-

litación y otros colectivos en riesgo de exclusión.

Como cristianos somos responsables de satisfa-

cer sus necesidades materiales, con los medios

a nuestro alcance y en la medida de nuestras

posibilidades, y de facilitar su integración social,

en reconocimiento de su dignidad humana y en

obediencia a la Palabra de Dios: “Sin falta le darás

(…) abrirás tu mano a tu hermano, al pobre y al

menesteroso en tu tierra” (Dt 15:10-11; ver tam” -

bién Dt 10:17-19; 24:19-21).

2. Porque, con un profundo respeto por valo-

res como la justicia, la solidaridad, la libertad y la

igualdad, y convencidos de que la situación de las

personas necesitadas puede mejorar, estamos

comprometidos en lograrlo. La Palabra de Dios

nos enseña los valores del Reino y nos demanda

compromiso para cambiar la sociedad. Tanto en

el Antiguo como en el Nuevo Testamento Dios

exhorta a su pueblo a atender las necesidades de

los débiles (huérfanos, viudas, pobres y meneste-

rosos, los que sufren…): “dejad de hacer lo malo,

aprended a hacer el bien, buscad el derecho,

socorred al agraviado, haced justicia al huérfano,

amparad a la viuda” (Is 1:16b, 17). “” Abre tu boca,

juzga con justicia, y defiende la causa del pobre

y del menesteroso” (Pr 31:9). “Hombre, él te ha

declarado lo que es bueno, lo que pide Jehová de

ti: solamente hacer justicia, amar, misericordia y

humillarte ante tu Dios” (Miq 6:8).”

3. Porque nuestro deseo es ser instrumen-

tos en las manos de Dios para llevar fe donde

hay duda; esperanza, donde hay desesperación;

luz, donde hay oscuridad; alegría, donde hay

tristeza y amor, donde hay soledad. Dios quiere

usarnos y debemos poner nuestras vidas a su

servicio: “Como el Padre me envió, así yo os

envío” (Jn 20:21).”

4. Porque es un privilegio. Quienes colabora-

mos en este ministerio tenemos, de una parte, la

oportunidad de compartir generosamente lo que

nos ha sido dado previamente por la gracia de

Dios: tiempo, conocimiento y capacidades. “Todo

es tuyo y, de lo recibido de tu mano, te damos”

(1ª Crónicas 29:14). De otra parte, vivir tan de

cerca la necesidad y la pobreza, y el sufrimiento

que se deriva de ellas, nos recuerda la responsa-

bilidad que tenemos ante Dios de administrar con

sabiduría los bienes materiales que recibimos y

nos lleva a reconsiderar nuestra forma de pensar

y de vivir: “No os afanéis diciendo: ¿qué come-

remos o qué beberemos, o qué vestiremos?

Vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesi-ii

dad de todas estas cosas. Mas buscad primera-

mente el reino de Dios y su justicia, y todas estas

cosas os serán añadidas” (Mateo 6:31-33).

5. Porque lo hacemos como para el Señor:

“De cierto os digo, en cuanto lo hicisteis a uno

de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo

hicisteis” (Mateo 25:40).

Departamento de Obra Social de la Iglesia

Evangélica Cristo Vive

En los estatutos de la iglesia consta como un

fin, entre otros: “Ayudar a cualquier ser humano

que lo desee, en respuesta al compromiso cris-

tiano, procurando el íntegro desarrollo de su per-rr

sonalidad, subviniendo a sus necesidades físicas,

materiales y espirituales, en la medida de las posi-ii

bilidades y medios de los que la iglesia disponga”.

La iglesia Cristo Vive tiene dos locales: uno en

el barrio de Canillejas, en la zona metropolitana

de Madrid, y otro en San Fernando de Henares, a

unos 20 km del centro de la ciudad. En ambos se

desarrolla este ministerio.

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Qué hacemos y cómo trabajamos

Damos ropa y comida, pero no sólo esto. Nose trata sólo de caridad. Perseguimos la promo-ción de valores, la proposición de un estilo de vida diferente basado en los principios éticos del Reino de Dios, que transforman el corazón humano y despiertan la esperanza y la justicia.

Todas las actividades se llevan a cabo conpersonas que prestan su tiempo, conocimiento, capacidades y, en ocasiones, sus medios mate-riales de forma voluntaria, sin cobrar retribuciónalguna.

Provisión de alimentos, ropa y otros pro, p y p -ductos.- Como centro asistencial asociado alBanco de Alimentos de Madrid, nos proveemosde los alimentos procedentes del Fondo Social de la Comunidad Europea y de excedentes deempresas alimentarias. Además, contactamoscon empresas que puedan proveernos, gratuita-mente o a menor coste, de alimentos, produc-tos de higiene, limpieza y alimentación infantil,juguetes, material educativo, etc. Aceptamos donativos y donaciones de particulares. Progra-mamos campañas que nos permitan recogeralimentos de forma gratuita.

Distribución de alimentos y productos higiéy p g -nicos.- Cada viernes, de 17:00 a 19:30 h., repar-rrtimos los productos disponibles a 70 familias carentes de recursos económicos. Repartimos alimentos envasados y, en general, no perecede-ros. Los alimentos se almacenan por corto espa-cio de tiempo con el fin de que puedan ser distri-buidos dentro del plazo de consumo preferente. Según el número de integrantes de cada familia, su cultura, religión y condiciones de salud, se personalizan los lotes de comida. También repar-rrtimos, según disponibilidad, productos de aseo personal y limpieza, productos infantiles, libros, material escolar y juguetes.

Distribución de ropa, calzado y complemenp , y p -tos.- Conscientes del impacto que un vestua-rio adecuado y limpio tiene en la autoestima personal, la aceptación social y la opción a un puesto de trabajo, aceptamos donaciones de

ropa procedentes de particulares o excedentes de empresas. Las prendas de ropa se entregan limpias y en buen estado y se aconseja a los perceptores que tomen conciencia de la necesi-dad de mantenerla limpia y cuidada.

Asistencia psicológicap g .- El año pasado una psicóloga llevó a cabo un programa de atención a mujeres y menores y se pudieron hacer algu-nas actuaciones con mujeres maltratadas. Este año, la psicóloga tiene un programa más amplio. Se habilita un aula de la escuela dominical como despacho para atender de forma personal y reservada a quienes demandan sus servicios.

Asistencia social.- Con el apoyo de una asistente social, podemos derivar a quienes lo necesiten a los organismos públicos o asocia-ciones privadas que dan soporte en asuntos relacionados con alojamiento, comedores colec-tivos, trámites de extranjería, empadronamiento, asesoría jurídica gratuita, centros de serviciossociales, homologación de títulos académicos, prestaciones sanitarias, solicitud de la tarjeta sanitaria y atención a mujeres maltratadas. A este fin, se habilita la biblioteca de la iglesia, con orde-nador y conexión a Internet y, por tanto, acceso ala documentación e información necesaria.

Orientación laboral.- Éste es un servicio que hemos empezado este año y supone todo un reto dada la situación actual de crisis y la consiguiente destrucción de empleo. Damos apoyo y asesora-miento a los demandantes de empleo con el fin de definir su perfil y delimitar las ofertas de trabajo alas que pueden optar y les sean favorables.

Bolsa de trabajoj .- Es también un proyecto de reciente implantación. Es gestionado por las orien-tadoras laborales, quienes estudian y valoran el perfil personal y profesional del demandante de empleo. Introducen su currículum en una base de datos creada al efecto. Esos datos los cruzan con los que disponen en otra base de datos de empre-sas con las que están en contacto y que ofertan empleo.

Equipo y organización

La coordinación de la asistencia psicosocial prestada y los procesos de recogida de alimentos, ropa, y otros productos de primera necesidad, almacenaje, distribución y seguimiento de los mis-mos, requiere que la organización de las diferentes actividades se centre en la correspondiente ges-tión económica y logística de los recursos huma-nos, materiales y financieros disponibles.

La persona responsable del Departamento de la Obra Social gestiona la actividad en el local de calle Talía y se coordina con la persona que está al frente de la actividad en el local de San Fernando de Henares.

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lLas actividades se llevan a cabo de forma coor-rr

dinada, planificada y comprometida por volunta-

rios, en su mayoría miembros de la iglesia.

El equipo se compone de cincuenta y cinco

voluntarios. En campañas puntuales se suman

otros veinte colaboradores.

Los servicios profesionales prestados por la

psicóloga (2 h/semana) y la asistente social (4

h/semana) son financiados conjuntamente por

organismos públicos y por la iglesia.

Recursos materiales.- Contamos con las ins-

talaciones y locales de la propia iglesia. En ellas

disponemos de almacén, cocina con cámara fri-

gorífica y congelador; teléfono, fax, fotocopiadora

y ordenador con conexión a Internet; espacios

para la atención personalizada prestada por los

profesionales (psicólogo, asistente social, asesor

laboral, etc.); salón para la recepción y atención a

las personas necesitadas que acuden semanal-

mente y una sala dotada con armarios y mesas

para clasificar, acondicionar y entregar la ropa.

También disponemos de bienes y servicios

cedidos puntualmente, según necesidad, por

miembros de la iglesia, particulares y empresas:

un ordenador con impresora/escáner (adicionales

a los existentes en la iglesia), un camión, un con-

ductor de camión, dos furgonetas y tres coches.

Recursos financieros.- Disponemos de la

partida presupuestaria de la propia iglesia y

otros donativos de particulares y empresas.

Solicitud de colaboración con el ministerio

Buscamos y contactamos personas y/o

empresas que se sientan identificados con

nuestro espíritu de servicio y compromiso, y les

proponemos diferentes formas de colaboración

porque necesitamos:

Iniciativas: queremos que nos hagan partíci-

pes de ellas.

Tiempo: aun no teniendo un tiempo fijo, con

periodicidad concreta, todo el que quiera puede

colaborar en actividades puntuales.

Donación de alimentos, productos dehigiene, juguetes, etc., no sólo a título indivi-dual, también sugerimos organizar, por ejemplo,colectas de productos y “operaciones kilo” enentornos familiares, profesionales, vecinales…

Bienes y servicios: Muchas PYMEs y em-presas familiares tienen asumida una respon-sabilidad social corporativa y la desarrollanmediante donación de activos usados, donaciónde excedentes de productos, venta de produc-tos a precios especiales, cesión temporal de ins-talaciones, bienes y/o servicios, aportación dedonativos puntuales para objetivos concretos,cesión de espacios publicitarios, etc.

Aportaciones económicas, de suma impor-rrtancia para financiar los proyectos.

***

Tras lo expuesto, es obvio que para llevara cabo nuestro ministerio se necesita tiempo,dinero, dones y oración, mucha oración. Somosconscientes de lo mucho que recibimos, perotambién somos conscientes de lo mucho quequeda por hacer.

Damos gracias al Señor porque, por su graciay poder, está edificando una obra preciosa; por sufidelidad en la provisión de recursos materiales;por la disposición de cuantos trabajan con ilusión,responsabilidad, entrega y compromiso; y por lasmuchas bendiciones derramadas en el ejercicio deese ministerio. Nuestro profundo agradecimientoa todos los que, con su ayuda y donativos, hancontribuido de una forma u otra al desarrollo de laobra social. No podemos dejar de expresar nues-tro reconocimiento a todos los miembros de laiglesia Cristo Vive, por sus constantes oracionesy sus expresiones de cariño y apoyo, que son deestímulo y aliento para todo el equipo.

No cesamos de orar para que, como iglesia,nos mantengamos fieles, leales y constantes eneste ministerio.

(*) Mª Isabel Morales Díaz es miembro de la Iglesia

Cristo Vive y responsable de su Departamento de Obra

Social.

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Obra social evangélica.

Misión Urbana de Madrid

JUAN SN IMARRO FO ERNÁNFF DEZ

1.- La O- bra Social Evangélica no es una simple opción. La obra social evangé-lica no es una opción

a la que se pueden

acoger o no las igle-

sias o los creyentes.

Es algo más. Está en

el centro de la viven-

cia de la espiritualidad

cristiana. La práctica de la misericordia y de

la projimidad, el amor al prójimo, no es una

opción que podemos tomar o no. Es una nece-

sidad. Está en el centro del mensaje y de la

vida de Jesús. Nace de la vivencia de una fe

viva que tiene que actuar por el amor. La fe

necesita de la acción social, de misericordia y

de amor al prójimo para no morirse y dejar de

ser. Por tanto, la acción social de las iglesias no

es sólo una cuestión social, una actividad social

a la que me puedo acoger para reforzar el tes-

timonio de la Iglesia, sino que es, en el fondo,

una cuestión espiritual, una cuestión teológica.

Nace de la vivencia de la fe. La fe viva nece-

sita del amor en acción para poder respirar. Se

puede hablar, así, de la Teología de la Acción

Social.

2.- Hay que tener en cuenta todo el texto -

bíblico. Para orientar y planificar la obra social

de la Iglesia, se debe tener en cuenta la Biblia.

En el Antiguo Testamento hay alusiones con-

tinuas acerca de la responsabilidad que se

debe tener para con los colectivos marginados

representados por los huérfanos, las viudas

y los extranjeros, también excluidos de todo

bien social, oprimidos y despojados. En nues-

tra sociedad, en nuestro momento histórico

en donde las viudas y huérfanos pueden tener

coberturas sociales, habría que ampliar y diver-

sificar estos colectivos, habría que hablar de

los extranjeros, especialmente los inmigrantes,

de los “sin techo”, de las mujeres de la calle,

de los niños en focos de pobreza, de los des-

empleados de larga duración, de los enfermos

mentales que deambulan en marginación por

los centros urbanos, de los solitarios, de los

ancianos abandonados y los jóvenes que, sin

posibilidad de empleo, deambulan marginados

y, en un gran porcentaje, atrapados por las dro-

gas y presa de las toxicomanías.

3.- Asumir la denuncia profética es parte de -

la obra social evangélica. También, para orientar

el trabajo social evangélico hay que tener en

cuenta el uso de la voz en la denuncia, la bús-

queda de la justicia y la concienciación y sensi-

bilización de los creyentes y de la sociedad en

su conjunto. En general, en las Escrituras, se

está gritando contra la opresión, la injusticia, la

acumulación y el no compartir. Aquí se situaría

toda la denuncia profética, siendo todos estos

conceptos vigentes en la sociedad de hoy, y

los que dan lugar a todos los colectivos margi-

nados que hemos nombrado. Pero se habla de

algo más: Los creyentes no pueden pasar de

largo, ni priorizar el ritual frente a la ayuda mise-

ricordiosa al prójimo tirado al lado del camino.

Recordad la Parábola del Hijo Pródigo.

4.- La obra social se desprende de la viven- -

cia de una fe viva. La obra social se tiene que

ver como una necesidad del cristiano, de la

vivencia de la fe. La Iglesia tiene, necesaria-

mente, que entrar por líneas de servicio, por

líneas diacónicas como parte imprescindible

de su misión. La misión de la iglesia no es sólo

litúrgica, sino de servicio. Es la misión diacó-

nica de la Iglesia. La conclusión de los profetas

es que es imposible que nuestras alabanzas

lleguen a Dios, si nos estamos olvidando de

los necesitados. Es incompatible dirigirse a

Dios en oración o alabanza y ser indiferente

al clamor del pobre. Todo servicio de culto o

todo rito religioso es vano si no estamos cum-

pliendo con el precepto de ayuda, solidaridad y

justicia con el pobre. Dios cierra sus oídos y no

nos oye. Es imposible acercarse o permanecer

cerca de Dios, si no estamos cerca del prójimo

necesitado. Si no estamos partiendo el pan con

el hambriento, liberando a los quebrantados y

soltando las cargas de opresión, no podemos

acercarnos a Dios. (Ver, por ejemplo, Isaías 1

e Isaías 58). Así, a Dios, según los profetas, le

molesta que nos dirijamos a Él, si no estamos

reconciliados con el prójimo en necesidad.

5.- La obra social puede ser un condicio- -

namiento previo para el culto. De la misma

manera es importante ver que bíblicamente

se nos da a entender que la obra social de la

Iglesia, el hacer y buscar justicia, es como un

condicionamiento para el culto, para el autén-

tico ritual. En Isaías capítulo 1, el Señor rechaza

todo tipo de ofrenda, todo tipo de asamblea,

de día de reposo o de fiesta solemne, cerrando

los oídos a toda oración o clamor, si no se hace

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lel bien, se busca el juicio, se restituye al agra-

viado, se hace justicia al huérfano y se ampara

a la viuda. Es como si en el incumplimiento de

estos requisitos levantara un muro entre Dios

y el hombre, impidiendo toda posibilidad de

comunicación. “Venid luego” -cuando hayáis

hecho justicia y ayudado a los huérfanos y a

las viudas-, dice el Señor. No antes, o mientras

sois indiferentes y oprimís. Si la Iglesia no se

involucra a tope en la acción social es porque

no ha recogido de forma clara y contundente

estas doctrinas. Es todavía un capítulo olvidado

o una asignatura pendiente para el pueblo

evangélico español. En el discurso de la Iglesia

han entrado más las realidades del más allá, lo

espiritual, lo metafísico y lo escatológico.

6.- Acción asistencial, proceso de integra- -

ción social y denuncia. La obra social de la igle-

sia va más allá de lo que sería una simple acción

asistencial, que hay que tenerla. No todo acaba

con el dar alimentos, tener un ropero y ayudar

con otras asistencias económicas, médicas o

informativas. Hay que pasar por las líneas de la

integración social de las personas, integrarlas

en la vida de la iglesia, del trabajo, de la familia,

de las redes de trabajo social si es necesario...

por restaurar a la persona y volver a darle su

autoestima. Pero hay algo más: La iglesia tiene

que ser una voz de denuncia, al igual que los

creyentes, una voz profética que clama por jus-

ticia, que denuncia toda estructura de pecado

que margina y excluye a tantas personas de los

bienes de la tierra a los que tienen derecho.

Tenemos que acostumbrarnos que también

el uso de la voz es parte de la obra social, y de

la búsqueda de justicia porque la Biblia anima

a los creyentes a que sean una voz profética

en busca de justicia, a que denuncien los gran-

des desequilibrios que hay en el mundo en el

reparto de los bienes del planeta tierra, a que

se unan al grito del Señor que dice a través

de sus profetas: “¡Ay de los que juntan casa a

casa, y añaden heredad a heredad hasta ocu-

parlo todo! ¿Habitaréis solos en medio de la

tierra?” Is. 5:8. ”

7.- El ejemplo y compromiso de la Misión -

Evangélica Urbana de Madrid. Los textos bíbli-

cos que se podrían enumerar para fundamentar

la necesidad de una obra social estructurada

en las iglesias son innumerables. No podemos

entrar en ello en este pequeño espacio. Desde

Misión Urbana de Madrid han salido cantidad

de textos y artículos que analizan muchos de

estos textos orientando, concienciando y sen-

sibilizando a los creyentes para que sigan las

pisadas del Maestro, los estilos de vida y las

prioridades de Jesús. Misión Urbana también

es una voz de denuncia.

Misión Evangélica Urbana de Madrid es una

Entidad Evangélica, una Federación de Iglesias

en el ámbito interdenominacional que quiere

ser un ejemplo de obra social que, depen-

diendo de las iglesias, actúa en estas áreas de

pobreza y de marginación en la Comunidad de

Madrid. Intentamos cubrir las áreas menciona-

das, o sea, la ayuda asistencial, los programas

de integración social de las personas y toda

una faceta de concienciación, sensibilización y

denuncia de las situaciones de injusticia. Que-

remos abarcar estas tres áreas con la misma

intensidad. La Misión Evangélica Urbana de

Madrid no es la única Misión que, con estas

características, está actuando en España. De

su promoción de la obra social han surgido

otras Misiones en España: la de Zaragoza,

Valencia, Sevilla, Málaga y Vigo. Todas ellas

están actuando con unas metas y fines simila-

res.

Me han pedido que hable un poco en este

artículo sobre las actividades de Misión Evan-

gélica Urbana de Madrid. La Misión de Madrid

ha ayudado a muchos miles de familias en los

veinticinco años que lleva de funcionamiento,

familias con las que trabaja cada año con unas

mil trescientas familias con las que va cum-

pliendo con una intervención social que va

desde lo más asistencial, como el uso de nues-

tros roperos y la distribución de alimentos, al

hecho de tener programas de Búsqueda Activa

de Empleo tendentes a la integración social,

Campamentos para mujeres y para niños, inter-

vención con inmigrantes de muy diferentes

y variados países del mundo, pasando por un

Taller Interactivo de Integración Social. Todas

estas actividades se están llevando a cabo en

dos Centros que dispone la Misión en Madrid:

uno para personas adultas y niños mayores de

tres años y otro para la mujer y la infancia, para

niños de 0 a 2 años. Este último es un pro-

grama Pro-vida, pero que, además, está atento

a toda una ayuda asistencial y de integración

social de las madres de estos niños. El cen-

tro que atiende a la mujer y a la infancia lleva

todo un programa que llamamos “DA VIDA”

en donde se están atendiendo, actualmente, a

unos cuatrocientos niños de 0 a 2 años y a sus

madres. Muchos miles de bebés han nacido

y se han atendido desde su nacimiento en la

Misión. Cada año nacen en contacto con nues-

tro Programa Da Vida unos cien niños a los que

se les atiende desde su primera canastilla.

Page 16: SEMBRADORAS Nº 4

Además, y entre otras actividades en la

línea de integración social que se desarrollan

en estos centros, en donde se conocen todos

los servicios sociales, tanto públicos como pri-

vados de la Comunidad de Madrid, destacan

las siguientes:

1.- Detectar y/o prevenir situaciones de

exclusión social.

2.- Favorecer el proceso de integración

socio-cultural.

3.- Realizar intervenciones socioeducativas

con menores.

4.- Favorecer la integración laboral.

5.- Informar, orientar y asesorar de forma

especializada.

6.- Proveer de las ayudas asistenciales bási-

cas y urgentes.

A todo esto habría que agregar todo nues-

tro trabajo de concienciación y sensibiliza-

ción social usando siempre que podemos los

modernos medios de comunicación. Aparte de

nuestras publicaciones y documentación social

en formato de libro, tenemos nuestra colabora-

ción semanal en protestante Digital y estamos

siempre abiertos a participar en radio o en

televisión, a dar conferencias, participar desde

los púlpitos de las iglesias... para crear un

ambiente solidario a favor de los más pobres

de la tierra.

Trabajamos también en la concienciación e

involucración de voluntarios en todos nuestros

programas y actividades, siendo un canal soli-

dario en donde se pueden involucrar miembros

de las iglesias en el ámbito interdenominacio-

nal.

Juan Simarro Fernández es Licenciado en Filoso-

fía, escritor y director de Misión Evangélica Urbana

de Madrid. Nació en Villacañas (Ciudad Real), en

1945. Su conversión tuvo lugar de muy joven en

la Iglesia Evangélica de Valdepeñas (Ciudad Real).

Estudió en el Colegio Evangélico El Porvenir y se

licenció en Filosofía y Letras en la Universidad de

Madrid. Posteriormente se dedicó a un activo y múl-ll

tiple ministerio cristiano. Es miembro de la Iglesia

de la FIEIDE en Móstoles (Madrid) en la C/ Avda. de

la ONU, 22. Entre sus libros publicados están: Dia-

conía o las Obras de la Fe; Jesús, Evangelio de Dios

a los pobres; Desde el corazón de la ciudad (CLIE);

Cristianos ante la pobreza (CLIE); Inmigrantes. El

multiforme rostro de Dios (Consejo Evangélico de

Madrid).

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lMil millones

de estómagos piden comida

JUAN AN NTONIO MO ONROY

La d i rectora de

esta revista, Jacque-

line Alencar, señora

a la que en otra oca-

sión dije que tiene la

exquisita sensibilidad

de Gabriela Mistral, la

imaginación desbor-

dante de Aurora Dupin

(George Sand) y la

espiritualidad profunda

y clara de una Teresa de Ávila, me ha pedido

un artículo sobre la obra social. Además, dice

que dedique “una parte del artículo donde nos

hable del trabajo que en este sentido usted

viene realizando”. Cuestión delicada. Tendré

que escribir en primera persona del singular, yo,

y este género literario suele rozar el ego. El ego

de los periodistas tiende a la autovaloración. La

humildad es el antídoto, pero esta medicina no

se vende en farmacias, es cosa del alma.

El hambre en el mundo

Retenga, si puede y quiere, estas cifras. Son

cifras duras, amargas, negras. Estadísticas de

infarto. Pero absolutamente reales.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA),

agencia especializada de Naciones Unidas, acaba

de decir que el número de personas que pasan

hambre en el mundo ha superado este año, por

primera vez en la historia, los mil millones.

Alrededor de 24.000 mueren cada día de

hambre o de causas relacionadas con el hambre.

Un diez por ciento de los niños en países

pobres mueren antes de cumplir cinco años.

Significa esto que cada seis segundos mueren

de hambre 4.400 niños.

Para el año 2015 el África subsahariana aco-

gerá alrededor del treinta por ciento de pobla-

ción desnutrida.

Peter Power, ministro de Cooperación irlan-

dés, dio este aviso a los asistentes a una reunión

en Roma para tratar del problema: “El hambre

es un tsunami silencioso mucho más grave que

el de 2004 y ello requiere una respuesta global;

hoy tenemos grandes avances tecnológicos,

pero no damos de comer a todos”.

La iglesia y la obra social

Por muchas vueltas que demos a los textos,

en el Nuevo Testamento sólo se señalan tres

misiones específicas de la Iglesia en la tierra.

Anunciar el Evangelio de salvación en Cristo:

“Id y haced discípulos a todas las naciones, bau-

tizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del

Espíritu Santo” (Mateo 28:19).

Estimular el crecimiento espiritual de los ya

convertidos: “Creced en la gracia y el conoci-

miento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”

(2ª de Pedro 3:18).

Atender a las necesidades materiales de

los pobres y hambrientos: “Dadles vosotros de

comer” (Lucas 9:13).

He citado esos versículos sólo como referen-

cia. Pero, fuera de dudas, hay otros muchos en

el Nuevo Testamento que apoyan las tres misio-

nes citadas.

Lo que hoy llamamos conservadurismo pro-

testante surgió hace un par de siglos en Estados

Unidos y de aquí se extendió por todo el globo.

En su forma de entender el Nuevo Testamento,

esta corriente evangélica, que sigue fuerte en

nuestros días, da prioridad al alma sobre el

cuerpo. Afirma que los cristianos estamos aquí

para salvar vidas con destino al cielo, no para

asegurar su alimento en la tierra.

Sin embargo, la obligación social de la Igle-

sia tiene un valor incalculable en la doctrina

cristiana. El hilo conductor de esta doctrina se

encuentra en Mateo capítulo 25. En el cuadro

del juicio final que Jesús presenta en este dis-

curso escatológico el Maestro destaca la impor-rr

tancia de la obra social: “El rey dirá a los de su

derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad

el reino preparado para vosotros desde la funda-

ción del mundo. Porque tuve hambre, y me dis-

teis de comer; tuve sed, y me disteis de beber;

fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo,

y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la

cárcel, y vinisteis a mí” (Mateo 25:34-36).

Se llama “Padres de la Iglesia” a hombres

que escribieron sobre el cristianismo entre los

siglos primero y séptimo. Eran grandes teólo-

gos, de vida santa, con profundos conocimien-

tos de toda la Biblia. Un autor católico, Restituto

Sierra Bravo, que fue doctor en Derecho y soció-

logo, publicó en 1967 un libro de 1050 páginas

titulado Doctrina social y económica de los

padres de la iglesia, en el que explica la impor-rr

tancia que aquellas eminentes figuras de los

primeros siglos del cristianismo concedieron a la

tarea social encomendada por Cristo a la Iglesia.

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El protestantismo español

El protestantismo español de nuestros días

mantiene un activo programa de ayuda a los

necesitados.

Todas las grandes denominaciones tienen

secciones especiales dedicadas a esta tarea.

Las Iglesias locales, en su mayoría también

están involucradas. Dedican parte de la ofrenda

dominical a remediar la pobreza de miembros y

no miembros. Desarrollan un programa de distri-

bución de alimentos. Estos les llegan principal-

mente a través de la Cruz Roja y del Banco de

Alimentos. Cuando faltan, el fondo económico

de la congregación suple la carencia.

Más de 30 ONGs evangélicas permanecen

activas en la obra social. Entre ellas, Misión

Urbana, Diaconía Evangélica, Fundación Médica

Buen Samaritano, Puertas Abiertas, Centro de

Ayuda Social Nisi, Centro Inmigrantes La Puerta,

Centro Cristiano de Ayuda Social, Compromiso

y Misión, Fundación Cristiana Visión, Asociación

Evangélica Manos Extendidas, Asociación Evan-

gélica Benéfico-Asistencial, Ayuda Humanitaria

Cívica y Social, La Semilla de Trigo, Entidad de

Obra Social, Asociación Evangélica Darse, Arco

Iris de Esperanza, Hogar el Buen Samaritano,

Ríos de Agua Viva, Ayuda Evangélica, Asocia-

ción Social Maná, Asociación Betania, Comedo-

res Sociales, Asociación Sordos Comunicación y

otras más.

Contamos con importantes organismos que

ejercen una extraordinaria labor atendiendo y

curando a personas afectadas de distintas toxi-

comanías, principalmente drogadictos y alcohó-

licos. Entre ellas figuran Remar, Betel, Ebenezer,

Centro de Rehabilitación, Centro Desintoxica-

ción Ejército de Salvación, El Faro, Filadelfia,

Cristo Alfarero, Centro de Rehabilitación Peniel,

Centro de Rehabilitación Toxicómanos y otras

más.

Existen unas 20 residencias para Ancianos

en Cataluña, Andalucía, Islas Canarias, Madrid,

Comunidad Valenciana, Extremadura, etc. En

estas residencias se cuidan y hasta miman a

hombres y mujeres que no encuentran cobijo

entre sus familiares.

Sólo he dado una visión muy somera de la

acción social que lleva a cabo el protestantismo

español de nuestros días. Podría haber docu-

mentado otras muchas actividades. Pero esto

no es un libro, sólo un artículo escrito con la

intención de constatar que el espíritu social está

muy presente en las iglesias y organismos evan-

gélicos de España.

Una nota personal

Es aquí donde entra el testimonio personal

que me ha pedido la directora de SEMBRADORAS.

Hasta donde alcanza mi memoria, la ayuda a

otras personas la he practicado desde niño. Nací

así. Con esa inclinación. Después de convertido,

y tras leer el Nuevo Testamento, mi compro-

miso social formó parte oficial de las nuevas

creencias.

Refiero este episodio. Yo tenía entonces 28

años. Era pastor de la Iglesia Bíblica en Tánger,

Marruecos. Un día recibimos la visita de un líder

de las Asambleas de Hermanos en Málaga.

No recuerdo qué catástrofe había ocurrido en

su ciudad, pero había afectado a miembros de

la Iglesia. Pedía dinero y ropa. Le dimos una

cantidad que para aquellos tiempos era consi-

derable. Una vez en el púlpito dije que nuestros

hermanos en Málaga también necesitaban ropa.

Uní la acción a la palabra. Me quité la chaqueta

que llevaba puesta, una de esas americanas de

cuadritos, muy bonita, y la entregué. A mi gesto

siguió el de un joven llamado Luis. También

entregó su chaqueta. Luego otro, y otro. Aquella

tarde salimos todos en camisa de la Iglesia.

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A la primera Iglesia que fundé en Madrid le

inculqué el mismo espíritu. Hemos traído a fami-

lias y a niños de El Salvador y Perú, con todos

los gastos a nuestro cargo. Hemos ayudado a

hermanos nuestros en Isla Mauricio. Y cada vez

que se ha producido una catástrofe natural en

cualquier lugar del mundo, nuestra Iglesia se ha

volcado en ayudar. Hoy día la Iglesia tiene dos

departamentos bien definidos. Un fondo social,

presidido por un Anciano de la congregación, y

un centro de distribución de alimentos a cargo

de las mujeres. Reciben grandes cantidades

de comida del Banco de Alimentos, preparan

bolsas y las distribuyen a personas de todas las

nacionalidades, principalmente inmigrantes de

diferentes credos o de no credos. A la hora de

dar comida no se le pregunta a la persona en

qué cree.

También me he involucrado, hasta donde he

podido, en países fuera de España.

Cuando he tenido noticia de catástrofes

naturales en alguna zona del planeta he acudido

para ayudar en lo posible. Desde el terremoto en

Managua, Nicaragua, en diciembre de 1972, que

dejó 18.000 muertos y 50.000 heridos, hasta el

día de hoy, he estado en otros países damnifi-

cados por terremotos, huracanes, maremotos,

lluvias torrenciales y mares embravecidos: dos

veces en El Salvador. De nuevo en Nicaragua,

en Honduras, en Guatemala, en Venezuela,

en México, en Sri Lanka y en otros países que

tengo arrinconados en la memoria. Mi forma

de trabajar es siempre la misma: acudo con el

dinero que puedo reunir, con gastos de viaje y

de hoteles pagados con fondos propios, entro

directamente en contacto con los damnificados

o con responsables designados, llevo consuelo

espiritual y la Palabra de Dios, organizo reunio-

nes de evangelización donde me es posible y

entrego la cantidad que me ha sido confiada. En

ocasiones, como hice en Venezuela, en Chiapas

y en Sri Lanka, con ayuda de voluntarios preparo

bolsas de alimentos, las cargo en camiones y

las distribuyo por lugares donde se hacinan los

damnificados.

En el día del juicio Cristo no me dirá a mí,

refiriéndose al compromiso cristiano con el

prójimo necesitado: “En cuanto no lo hicisteis

a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo

hicisteis”.

¿Qué te dirá a ti?

J. A. Monroy es escritor y conferenciante inter-rr

nacional. Nació en Rabat (1929). Fue convertido en

Tánger en octubre de 1951, donde fundó la revista

“Luz y Verdad”, que dirigió hasta 1959, y el programa

semanal de radio “La Estrella Matutina”. Desde

entonces gestó la aparición de buen número de

publicaciones. En Madrid fundó la Iglesia de Cristo.

Ocupó cargos destacados del protestantismo espa-

ñol, entre ellos presidente de la Federación de Enti-ii

dades Religiosas Evangélicas de España (FEREDE).

Ha escrito 25 libros y publicado más de tres mil artí-íí

culos, que están siendo recogidos en distintos volú-

menes.La Asociación Cultural “Jorge Borrow” de la

Iglesia de Paseo de la Estación, acaba de concederle

el I Premio de Divulgación Bíblica “Jorge Borrow, en

un acto celebrado el 19 de mayo en el Aula Miguel

de Unamuno de la Universidad de Salamanca, y den-

tro del I Encuentro Cristiano de Literatura “Vivencia

de lo Sagrado”.

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Es Cuestión de Amor…

EVAVV MÁRQUEZMM GZ ARCÍAGG

En los últimos años

tenemos una palabra

que ronda nuestras

mentes, oídos, bocas

e incluso corazones,

la palabra CRISIS. Esa

palabra que no dejan

de recordarnos cada

día en todos los tele-

diarios, periódicos, y

medios varios.

Estamos asistiendo a una crisis de valores, a

una crisis familiar, crisis económica, crisis labo-

ral, etc. Y parece que nos hemos parapetado

detrás de una sola palabra para agazaparnos y

no dejarnos ver demasiado, por si acaso nos

alcanza de una manera o de otra. La palabra cri-

sis no pasa de largo de la iglesia, porque somos

personas, porque estamos en este mundo, y

aún gozando de la misericordia y gracia de nues-

tro Señor, en este mundo tenemos aflicción.

Hacer el bien es cuestión de AMOR, no es

para ganar puntos, ni para pretender conseguir

la salvación por méritos, de hecho, hacer el bien

a tu prójimo no es susceptible de ser instrumen-

talizado, como herramienta para conseguir algo

que anhelo. Es única y exclusivamente cuestión

de AMOR. “Amarás al Señor tu Dios con todo

tu corazón, con toda tu mente y con todas tus

fuerzas, y al prójimo como a ti mismo”, dice el

Señor Jesús en su Palabra. Ayudar y hacer el

bien conlleva interesarse, no sólo por la nece-

sidad, sino por la persona que la sufre. No se

trata de limpiar conciencias respondiendo exclu-

sivamente a necesidades, se trata de amar a la

persona que está pasando por esas crisis, sea

ésta quien sea, la conozcamos o no, asista a

nuestra congregación o no. Como aquel sama-

ritano que ayudó al judío, pueblo que les tenía

discriminados. Consiste en ayudar a la persona

a salir de su situación dándole las herramientas

adecuadas o procurando que algo o alguien se

las dé. Como decía una famosa precursora del

Trabajo Social, “no hay que darles el pescado,

sino enseñarles a pescar”.

La Iglesia Evangélica, celosa por intentar

cumplir este mandamiento, históricamente ha

iniciado proyectos grandes y pequeños de ayuda

a los más necesitados. Todos conocemos gran-

des obras centenarias como el Ejército de Sal-

vación, o la Fundación Federico Fliedner. Otras

más recientes pero no menos importantes en

nuestro país, como las Misiones Urbanas, Betel,

etc.

En el año 1997, por iniciativa de la FEREDE

(Federación de Entidades Religiosas Evangé-

licas de España), nace Diaconía con el fin de

dotar a la obra social de las iglesias y entidades

evangélicas en España de las herramientas

adecuadas para el desempeño de su trabajo, así

como coordinar proyectos y obras sociales con

el fin de ser más efectivas y de mayor impacto

en el ámbito en el que actúan. El trabajo desde

esta entidad es intenso a la vez que gratificante,

aunque eso muchas veces signifique ir contra

corriente. Desde aquí hemos podido conocer

historias asombrosas y trabajar con gente que

ha entregado completamente su vida a servir a

Dios y al prójimo, todo POR AMOR. Yo, como

persona joven aún, me admiro al ver cómo

gente de mi edad, hijos de grandes emprende-

dores, han vivido su vida de manera peculiar,

compartiendo su pan, su casa, su cama con per-rr

sonas desechadas por la sociedad. Me cuentan

cómo sus padres tenían ese amor tan escaso en

estos tiempos por el que eran capaces de traer

a su hogar y familia a drogadictos, presos recién

salidos de la cárcel o en libertad condicional,

prostitutas a las que evangelizaban por la calle

y decidían aceptar al Señor y no tenían donde

acudir.

Siendo pleno SXXI yo me pregunto: ¿sería

yo capaz de hacer algo similar? Es cierto que

los tiempos han cambiado, que ahora hay más

peligros que entonces, que actualmente hay

más recursos dedicados a ayudar a este tipo de

personas, pero ¿realmente sería capaz de impli-

carme hasta ese punto? Me analizo y veo cómo

cada día, al dar gracias a Dios por la comida,

repito una y otra vez: “Señor, dales a los que no

tienen”, y me doy cuenta que, en ocasiones, al

dejarle esa carga al Señor, yo me despreocupo

demasiado. Está bien que soñemos con un

mundo más justo y que deseemos de todo cora-

zón acabar con la pobreza, con el sufrimiento,

con el dolor, etc., pero no debemos olvidar a

lo que hemos sido llamados. Tenemos que

movilizarnos, tenemos que mojarnos por hacer

el bien al prójimo, no sólo desearlo. Y todo por

amor… porque alguien nos amó primero. Se

trata de pararnos en nuestro camino y reparar

en aquel judío que está tirado en la cuneta, aun-

que nosotros seamos samaritanos… se trata de

querer mejorar nuestras habilidades y forma-

ción para poder dar una ayuda más adecuada a

las necesidades de las personas que tenemos

a nuestro alrededor, se trata de dar parte de

nuestro tiempo para dedicarlo a detectar nuevas

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lnecesidades, a escuchar, a abrazar, en definitiva,

necesitamos invertir más en AMAR.

Cualquier tipo de ayuda e implicación al nivel

que sea es importante para el Reino de Dios,

sin olvidar que nosotros tenemos algo más

que ofrecer aparte de pan. Como nos recuerda

el Evangelio, las palabras del profeta Isaías en

boca de Jesús: “El Espíritu del Señor está sobre

mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas

nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a

los quebrantados de corazón; a pregonar liber-rr

tad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner

en libertad a los oprimidos; a predicar el año

agradable del Señor”. Éste es también nuestro

llamado.

Dicho todo esto, y como persona que tra-

baja en Diaconía, quiero compartiros algunas

de las opciones de implicación en la extensión

del Reino de Dios. No son ni las mejores ni

las únicas, son simplemente recursos que el

Pueblo de Dios de España pone al servicio de

la sociedad y, a su vez, oportunidades que tene-

mos los cristianos de ejercer nuestro amor por

el prójimo, insisto, no es ni la única, ni la mejor

manera, sólo son opciones muy válidas.

PROGRAMA APADRINA: Una vez oí a un

pastor decir desde el púlpito: “No entiendo

por qué dedicamos tanto tiempo en orar por la

pobreza del mundo, por los niños que pasan

hambre y somos incapaces de, por ejemplo,

apadrinar a uno de esos niños”. Entendí que

nuestro amor al prójimo no puede ir separado

de un compromiso real. Este compromiso no

radica únicamente en el hecho de soltar dinero,

pues cierto es que algunos no podrían hacerlo,

sino de hacer lo que se pueda, en la medida que

se pueda. Este programa se puso en marcha

a finales de 2008, y consiste en apoyar desde

Diaconía a proyectos de entidades evangélicas

españolas que trabajan con la infancia desfa-

vorecida en países en vías de desarrollo, a tra-

vés del apadrinamiento. Si algo consideramos

esencial en este punto es la atención integral

que nos consta que estas entidades prestan a

los menores y sus familias, incluyendo la ense-

ñanza bíblica y educación en valores cristianos

aparte de educación, alimentación, ropa, etc.

Existen muchos programas de apadrina-

miento y todos son buenos, pero desde Dia-

conía sí queremos potenciar los esfuerzos de

las entidades evangélicas de nuestro país, que

están sacando a mucha gente adelante con el

doble de esfuerzo y la mitad de recursos.

Y el “quid” de la cuestión radica en menos

de 67 céntimos de euro diarios. ¿Seríamos capa-

ces de renunciar a la caña de media mañana,

o a la barra de pan diaria, o a uno de los cafés

que me tomo al día por poder dar un futuro a

estos niños y niñas? La otra vertiente del pro-

grama APADRINA consiste en apadrinar progra-

mas sociales evangélicos, comprometiéndonos

con una cantidad mensual (desde 10 €) para

apoyar el trabajo de hermanas y hermanos en

respuesta de las necesidades sociales que les

rodean. Toda la info en www.diaconia.es. Si

quien lea esto estuviera interesada/o en pro-

mocionar este programa en su ciudad, que se

ponga en contacto con Diaconía.

PROGRAMA SOLIDARIDAD EN RED: Otra

manera de expresar nuestro amor, si tenemos

dificultad en dar apoyo económico, es invertir

nuestro tiempo en beneficio de los demás. El

capital humano es igual o más importante que el

capital económico a la hora de desarrollar y man-

tener programas de ayuda a las personas vulne-

rables, y es un gesto sencillo que cambia vidas.

En este programa lo que os proponemos es el

perfeccionamiento de nuestra acción voluntaria

dotándoos de las herramientas adecuadas para

ayudar a diferentes problemáticas. Esto lo lleva-

mos a cabo concretamente desde la Escuela de

Diaconía España (EDE) poniendo al servicio de la

Iglesia y la sociedad una cartera de cursos, bási-

cos y especializados, para ayudar a las personas

en su necesidad de una manera correcta. Más

info en www.diaconia.es/ede.

PROGRAMA CRISOL DE CONVIVENCIAINTERCULTURAL: La realidad de nuestras igle-

sias hoy en día es una realidad intercultural.

Tenemos el gran privilegio de disponer de espa-

cios comunes donde poder desarrollar relacio-

nes a diferentes niveles con personas de dife-

rentes nacionalidades, culturas, comportamien-

tos, etc. En nuestro deseo de integrar a estas

personas a veces no caemos en determinadas

cuestiones en las que tenemos que reflexionar

puesto que no siempre ponemos en marcha

procesos de integración de manera correcta, ni

en nuestras iglesias, ni en nuestra obra social,

ni siquiera en nuestro barrio o vecindario. Por

eso hemos creado este programa que promo-

ciona la convivencia intercultural como seña de

identidad del pueblo evangélico, y que además,

desarrolla un curso para todas las personas que

lo deseen acerca del Voluntariado Intercultural y

la Gestión de la Diversidad. Si estás interesado

en cursarlo tú o un grupo de tu iglesia puedes

pedir información en 917643269.

PESE (Plataforma Evangélica para Situa-ciones de Emergencia): Éste es un gran

esfuerzo unido de intervención en situaciones

de crisis o catástrofes humanitarias. Es cierto

que cuando se produce un terremoto, huracán,

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o cualquier otro desastre, suelen proliferar multi-

tud de campañas en apoyo a esos lugares. Esto

está muy bien, porque toda ayuda es poca, y

teniendo en cuenta la rapidez con la que hay que

actuar, todo lo que se haga siempre resultará

poco.

El pueblo evangélico y las grandes obras

sociales del mismo tienen presencia en prácti-

camente todos los países del mundo, y es por

eso que desde el 2003 se decidió crear esta

plataforma que tiene como objetivo principal

el de intervenir unidos ante la crisis, ya que la

proliferación de campañas en nuestro ámbito

evangélico en algunas ocasiones provoca

muchos esfuerzos dispersos y de poco impacto,

mientras que actuando todos unidos podemos

impactar mucho más y nuestra ayuda será más

efectiva. Muestra de esto es la campaña de

Haití, donde a través de la PESE se han recau-

dado casi 300.000 €, cantidad sin precedente

y fruto del esfuerzo de las iglesias y personas

particulares. Sin la unidad, esto nunca hubiera

sido posible. De todo lo recaudado, un 10% se

destina a material bíblico en el idioma local. Las

entidades que están empleando este dinero

en la reconstrucción de Haití son el Ejército de

Salvación, Caravanas de Esperanza (ministerio

de las Asambleas de Dios) y la Sociedad Bíblica,

quien ha distribuido miles de Biblias en Creolé.

Más info en www.diaconia.es/pese.

Podría seguir dándoos ejemplos de cómo

ejercer nuestro amor de una manera práctica,

esto tan sólo es una pincelada, pero algo tene-

mos que tener claro, todo conlleva un sacrificio.

Intentar involucrarnos en la vida de nuestro

prójimo para atenderle en sus tribulaciones no

puede dejarnos indiferentes. Si estamos espe-

rando a estar muy desahogados económica-

mente para colaborar con algún proyecto, nunca

lo haremos, porque siempre nos surgen nece-

sidades nuevas. Si estamos esperando a tener

mucho más tiempo para poder invertir alguna

hora a la semana para colaborar con algún pro-

yecto, nunca lo haremos, porque siempre habrá

algo que nos robe minutos. ES CUESTIÓN DE

AMOR, y el amor, como decía Pablo, ya sabe-

mos cómo es: sufrido, benigno…

El momento es AHORA…

Licenciada en Antropología Social y de la Cul-ll

tura por la Universidad Complutense de Madrid.

Además es Diplomada en Trabajo Social (UCM)

y cuenta con el título de “Experto en Gestión

Directiva de Organizaciones No Lucrativas”

(UNED). Ha cursado los tres años de formación

bíblico-teológica del Proyecto Éfeso y lleva tra-

bajando en Diaconía, plataforma de acción social

de las iglesias y entidades evangélicas, desde

agosto de 2005.

Page 23: SEMBRADORAS Nº 4

Un proyectoen África

JORDI SI ALSS VAVV DOR

“Para que el mundo crea que tú me enviaste”

Jn.17:21b

Quizás ésta no sea una forma muy utilizada de empezar un artículo sobre lo que es o debe ser para nosotros, los hijos de Dios, la obra social. Textos como “Más bienaventurado es dar que recibir” Hch. 20:35 o “Amarása tu prójimo como a ti

mismo” Mt. 22:30 pudieran ser más propicios,sin olvidar las extensas referencias en la Biblia al cuidado de las viudas, huérfanos o extranjeros.

No podemos olvidar tampoco el tiempo queel mismo Jesús dedicó a los más desfavoreci-dos, a aquellos que por su deficiencia o enfer-medad la sociedad discriminaba. Gran canti-dad de ciegos fueron sanados, cojos curados y leprosos limpiados, entre otros…

Pero lejos de pensar que esto es algo pasado, hoy la sociedad actúa de la mismamanera e incluso a los pobres se les llama“excluidos sociales”, qué casualidad, ¿verdad?

Como bien dijo Jesús, “a los pobres les ten-dríamos siempre”, pero ¿cuál es nuestra actitud ante esta realidad?

En la palabra de Dios desde el principio hasta el final se habla de cuidar de los más necesita-dos. Ya en el libro de Levítico, Dios nos exhorta en el capítulo 19, por medio de leyes de santidady justicia, a ocuparnos de los pobres y extranje-ros como, de igual manera, a no maldecir alsordo ni poner tropiezo al ciego (Lv. 19:1-15). Los mismos apóstoles designaron a un grupode hermanos que se encargaran de servir las mesas ocupándose de las viudas (Hechos 6:1-7), no como una carga, como algo que hay quehacer, sino por amor, por misericordia, por com-pasión. Observamos así mismo cómo el pueblode Dios en Macedonia y Acaya se movilizó paralevantar una ofrenda para los pobres que había en Jerusalén (Rom. 15:26), ofrenda que era elfruto de vidas que ante todo se habían dado al Señor primero y luego a los hermanos por la voluntad de Dios (2ª Cor. 8:5), vidas que sufren y

piden por darse a otros (2ª Cor. 8:3).

En los primeros tiempos de la iglesia, el

cristianismo se caracterizó por su trabajo social

y otorgó al ser humano la dignidad que su sexo,

posición social o sus carencias le habían quitado

y eso es justamente una de las razones por la

que debemos movernos, darle a la persona la

dignidad, el trato y el respeto que merece aquel

que es creado a imagen de Dios.

La obra social siempre ha acompañado al

evangelio desde los albores del cristianismo,

históricamente la iglesia evangélica ha respon-

dido a las necesidades más apremiantes que

encontraba a su alrededor. Así nacieron institu-

ciones como Cruz Roja o Amnistía Internacional,

promovidas e impulsadas por creyentes que

querían vivir su fe siendo parte de este mundo

que sufre, pero viéndolo desde una óptica dife-

rente, con los ojos de Jesús.

Hoy, debido a los grandes medios de comu-

nicación, internet y otros, tenemos la oportuni-

dad de ver la realidad que se vive en muchos

lugares, desconocidos quizás para muchos de

nosotros, con lo cual la ayuda a nivel internacio-

nal está avanzando a gran velocidad, grandes

ONG’s actúan de forma encomiable en muchos

lugares del mundo cubriendo todo tipo de nece-

sidades, pero ¿qué de nosotros?

En muchas ocasiones nos escudamos en

que carecemos de los recursos que estas mul-

tinacionales de la ayuda humanitaria disponen,

olvidando que disponemos de algo mucho

mayor, el poder de Dios.

Hay algo de vital importancia que nos dife-

rencia de todos los demás, el propósito por el

cual actuamos. Dios ha depositado en nuestras

manos un mensaje de vida, transformador, la

verdadera esperanza para el hombre; y es ahí

donde conectar con el texto que encabezaba

este artículo: “Para que el mundo crea que tú

me enviaste” Jn.17:21b. Es de vital importancia

alimentar al hambriento, vestir al desnudo, dar

asistencia médica a los enfermos, formar a las

personas para que puedan aspirar a un futuro

digno… pero todo ello con un propósito: que

conozcan a Jesús o por lo menos que sepan que

tienen que decidir a quién entregar sus vidas. En

nuestra labor social, habla más quiénes somos

y lo que hacemos, que lo que decimos, pero

eso no hace nada más que dar solidez a lo que

predicamos.

Nuestro trabajo en medio de una sociedad

sufriente debe ir más allá de suplir las primeras

necesidades, debe ir enfocado a dar herramien-

tas para que las personas puedan salir de su

situación y puedan enfrentar su futuro de una

manera más digna.

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Page 24: SEMBRADORAS Nº 4

Es algo precioso ayudar y ver a gente levan-

tarse, pero es una alegría mayor aún ver cómo la

gente pasa de muerte a vida.

La obra social es una gran herramienta para

compartir el amor de Dios, no lo desaprove-

chemos, y tengamos cuidado en no perder el

propósito, ya que si perdemos de vista nuestra

gran comisión nos convertiremos en personas

simplemente buenas.

Debemos aprender a ver los tiempos como

oportunidades, sin duda nuestro país está

pasando por una difícil crisis, pero lejos de que-

jarnos o de ver sólo los problemas que esto

conlleva, actuemos y veamos las oportunidades

de servicio que Dios pone delante de nosotros.

Para finalizar quería dejaros con tres textos

que nos animen a entregarnos a otros por amor, a

atrevernos a compartir nuestra vida con otros, con

aquellos que aunque no tendrán nada con qué

pagarnos (situación que nunca debemos buscar),

ganaremos su corazón agradecido para siempre.

“Porque tuve hambre, y me disteis de comer;

tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero y

me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis;

enfermo, y me visitasteis; en la cárcel y vinisteis

a mí… Señor, ¿Cuándo te vimos hambriento, y te

sustentamos, o sediento y te dimos de beber?,

¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos,

o desnudo y te cubrimos?, ¿O cuándo te vimos

enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?

Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os

digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos

mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicis-

teis” Mt. 25:35-55 40.

“La religión pura y sin mácula delante de

Dios el Padre es ésta: Visitar a los huérfanos y

a las viudas en sus tribulaciones y guardarse sin

mancha del mundo” Stg. 1.27.

CercÁfrica

CercÁfrica es una asociación cristiana de

cooperación al desarrollo que centra su ministe-

rio entre los más desfavorecidos de la región de

Man (Costa de Marfil).

Costa de Marfil es un país situado en la parte

oeste de África, limita al norte con Burkina Faso

y Mali; al este con Ghana; al oeste con Liberia y

Guinea Conakry; y al sur con el océano Atlántico.

Datos del país:

Capital Yamussukro

Superficie 322.462 Km2

Población 18.914.000 Hab.

Moneda Franco CFA 1 =655,957

Idioma Francés + 78 lenguas activas

Densidad (Hab/Km2) 58,7 hab/Km2

Crecimiento anual (2005-2010) 1,8%

Mortalidad infantil (2005-2010) 116,9 por 1000

Esperanza de vida (2005-2010) 48,3 años

Población urbana 45%

Analfabetismo 39,2% en hombres y 61,4% en mujeres

Escolarización de tercer grado 6,5%

Internet 11 por cada 1000 hab.

(Datos procedentes de “El estado del mundo 2008”, Ediciones Akal)

Costa de Marfil es principalmente un país

agrícola y ganadero, teniendo como principal

fuente de ingresos el cacao y el café. La gran

cantidad de lenguas existente hace muy difícil

un trabajo global en el país ya que, aunque el

francés es la lengua oficial, cada provincia tiene

sus propios idiomas, siendo estos últimos los

más utilizados en los pueblos y pequeñas aldeas

que encontramos en la selva.

La región de Man, donde CercÁfrica centra

todos sus esfuerzos, cuenta con una población

de 1.236.510 habitantes, y se encuentra ubicada

en un paraje precioso lleno de montañas y selva.

Man fue la provincia que más sufrió los devasta-

dores efectos de la reciente guerra civil (2000-

2005). Su posición fronteriza con Liberia hizo que

fuera un lugar idóneo para la entrada constante

de mercenarios. El conflicto dejó en Man unas

cifras desgarradoras, más de 40.000 huérfanos,

15.000 niños soldado y un número sin determinar

de niñas y adolescentes violadas.

El conflicto armado estuvo precedido por

5 años de una profunda crisis, en la que ya las

escuelas en la región cerraron sus puertas. Los24

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Page 25: SEMBRADORAS Nº 4

niños en Man empezaron a combatir a una edad

muy temprana, con tan sólo 8 años. Es nuestra

oración que Dios toque y transforme las vidas

de todos estos jóvenes, que, sin buscarlo, fue-

ron protagonistas en algunos casos y en otros

espectadores de primera línea de todo tipo de

brutalidades.

Desde el año 2007, y en un principio con

la cobertura de dos asociaciones cristianas de

Burgos, invitados por las iglesias evangélicas de

la región de Man, empezamos a trabajar en la

voluntad del Señor en la preparación del primer

campamento realizado después de la guerra,

evento que tuvo lugar en el verano de 2008 con

una asistencia de 800 participantes entre 6 y 18

años, de los que muchos de ellos tuvieron que

andar hasta 70 Km para poder asistir al campa-

mento. Como dijo una de las coordinadoras del

proyecto: “Fue una fiesta de siete días”. Todo

ello junto a una visita a un orfanato, evange-

lismo en la selva y reuniones con pastores de la

región.

Durante este primer campamento las pala-

bras del representante de los niños de la región

se nos clavaron en el alma: “Quisiera deciros

que la guerra ha dejado entre nosotros huér-

fanos, analfabetos y maltratados. Os pido en

nombre de todos los niños de la región que nos

ayudéis a formarnos en diferentes profesiones y

aspectos de la vida profesional, para poder tener

la oportunidad de un futuro mejor y digno”.

En el verano de 2009, acudimos a tres cam-

pamentos repartidos por la región con una asis-

tencia total de 1500 participantes, combinado

con visitas a hospitales y pequeños ambulato-

rios en pueblos de la selva. De forma paralela a

la preparación de estos campamentos, durante

los años 2008-09 realizamos:

- Campañas de escolarización, con un

resultado de más de 100 niños escolari-

zados.

- Recogida y entrega de gran cantidad de

medicamentos y material sanitario donado

por la multinacional farmacéutica Wyeth.

- La compra de una moto a Jean (obrero

encargado del trabajo con los niños en la

región de Man).

- Ayuda económica para que Esther, una

pequeña de 6 años enferma de tifus, fuera

hospitalizada y curada de su enfermedad.

Nuestra experiencia en Man en estos dos

años nos ayudó a realizar un exhaustivo estudio

de la situación de la infancia y la juventud en la

región, mientras poníamos en oración el hecho

de que el Señor nos estuviera mostrando un

trabajo permanente allí.

Dios está abriendo puertas de forma sorpren-

dente, contactándonos con personas clave para

el desarrollo del proyecto. En este momento

estamos trabajando en el Proyecto Man, éste se

divide en 4 partes o áreas:

- Centro de formación profesional (albañi-

lería, pintura, electricidad, costura, pelu-

quería…). Formación que dé esperanza

de futuro a los jóvenes.

- Formación y cuidado de huérfanos.

- Trabajo con viudas y madres solteras

(a través de micro-créditos, darles una

ayuda para que puedan abrir un pequeño

negocio que les permita trabajar y ganar

su sustento por sí mismas).

- Formación de monitores (ámbito de

tiempo libre).

Todo ello combinado con asistencia espiritual;

queremos fomar a estos jóvenes, pero ante todo

queremos que oigan hablar de Jesús, que ten-

gan la oportunidad de escuchar el mensaje del

evangelio. Nos gustaría ver cómo estos jóvenes

se convierten en grandes profesionales, pero aún

más convertirse en hijos de Dios. A día de hoy

estamos en conversaciones con la alcaldía de

Man para la donación de un terreno que albergue

el proyecto, terreno que nos permitirá, poco a

poco, y fase a fase ir desarrollando las diferentes

áreas. Necesitamos de vuestras oraciones, inter-

cediendo por nosotros ante el trono de la gracia

para que nuestro Dios nos dirija y supla para

todas las necesidades del proyecto.

Para cualquier consulta podéis contactar

con nosotros en los teléfonos: 654.535.651/

610.406.336; o por mail a: [email protected]

* Secretario General de la Asociación CercÁfrica.

Coordinador General del Proyecto Man. Miembro de la

Iglesia Evangélica de Burgos que se reúne en C/ Caja

de Ahorros Municipal 9-99 11. Actualmente trabaja como

monitor en un centro de menores africanos en Burgos.

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Page 26: SEMBRADORAS Nº 4

Manos Extendidasdesde la iglesia

JUAN JN OSÉ SÁNCHEZSS FZ ERNÁNFF DEZ

Viv imos en una

época de profundas

desigualdades. La tie-

rra, convertida cada

vez más en una aldea

global, es un lugar de

pobreza para unos

mientras que otros

amasan grandes rique-

zas.

Esta desigualdad no sólo se ve a nivel indivi-

dual, se ve también entre las naciones. Mientras

medio mundo muere de hambre el otro medio

tira comida a la basura. Aunque las escrituras

nos alientan a no acumular riquezas y a ser

compasivos y generosos, el ser humano con su

egoísmo ha formado una sociedad consumista y

competitiva, que ha terminado por arrastrarle y

absorberle a él mismo.

Con este panorama de desigualdad, no es

de extrañar que miles de personas emigren

lejos de su hogar en busca de un futuro mejor,

de su tierra prometida. Hombres, mujeres,

familias… Personas que son acuciadas por

la miseria y parten hacia una nueva tierra, sin

saber dónde se encuentra ésta, ni el precio que

deberán pagar para poder llegar a ella. Perso-

nas que tienen que desprenderse de lo único

que poseen: el amor y la calidez de los brazos

de sus seres queridos.

Nadie puede quedar indiferente ante las con-

diciones tan terribles que experimentan estas

personas, no debemos olvidar que es nuestra

obligación como Iglesia promover su bienestar

y continuar la misión encomendada por Dios a

favor de los inmigrantes. Y esto debemos hacerlo

no sólo de palabra sino con hechos.

No se exime a los Gobiernos de su respon-

sabilidad respecto a la inmigración, ya que es su

cometido distribuir y gestionar con sabiduría y

equidad los impuestos y tributos que se le con-

fían. Pero no sólo es labor del Gobierno o las ins-

tituciones hacerse cargo de los inmigrantes, sino

que cada cristiano debe ser solidario con ellos. El

Señor está hablando a su pueblo, a su iglesia. Es

a ella a quien confía que corrija las desigualdades

sociales existentes, no se lo demanda a las auto-

ridades locales, al gobierno, sino que lo encarga a

su pueblo (Deu. 15:7-11).

Tengamos presente que en el momento en

que no somos solidarios con el sufrimiento de

los necesitados, en el momento en el que nos

aprovechamos de su precaria situación, nos

convertimos en abusadores a los ojos de Dios

(Exo. 22:21; Zac. 7:10).

No puede el hijo de Dios cerrar sus ojos a la

realidad que le está rodeando, ya que ha sido

llamado a ser la luz del mundo, la sal de la tierra,

la mano extendida que es usada como canal de

bendición a los más desfavorecidos.

Tanto para la iglesia como para la sociedad,

acoger a estos nuevos vecinos es un reto, pero

es importante esforzarse por dar lugar a una

convivencia de las diferencias, centrándonos en

los valores comunes a toda cultura, los valores

propios del ser humano, que son los valores que

Dios ha puesto en nosotros, los que unen en

vez de dividir. No debemos olvidar que todo ser

humano es creación del único Padre Celestial, ni

tampoco que Dios ama y protege a los foraste-

ros (Deu. 10:18; Sal. 146:9).

Cuando nos abrimos a las personas nece-

sitadas, cuando los tratamos con el debido

respeto y dignidad, cuando vemos a nuestro

prójimo como a nosotros mismos, se favorece

la cultura de paz. Juntos podemos construir

esta cultura de paz, para ello debemos dejar de

lado nuestro egoísmo y nuestros prejuicios y

seguir la enseñanza de Dios. Tengamos siempre

presente, que es deseo de Dios que su pueblo

ame a los forasteros (Deu. 10:19; Lev. 19:34 “Al

forastero que reside junto a vosotros le miraréis

como uno de vuestro pueblo, y lo amarás como

a ti mismo pues forasteros fuisteis vosotros en

la tierra de Egipto”).

Siguiendo este llamado de Dios, la Asocia-

ción Evangélica Manos Extendidas lleva más de

25 años ayudando a los más desfavorecidos.

Todo comenzó cuando resonaron en el cora-

zón del fundador de la Asociación las palabras

dichas por Jesús en Mateo 5:42 “Al que te

pida, dale”. Desde entonces la Asociación ha

ido creciendo. En la actualidad contamos con

3 casas de acogida, 2 para varones y una para

mujeres.

Sabemos del amor de Dios, que conocedor

de cada necesidad y de cada injusticia proveyó

para ellos un lugar de cobijo, aún antes de que

tuvieran que salir de sus países de origen.26

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En estas casas no buscamos sólo cubrir las

necesidades básicas de los inmigrantes que lle-

gan hasta nosotros, como son el tener un lugar

donde dormir, comida, o vestido, también bus-

camos que se sientan acogidos, que se sientan

en su hogar. Éste es sin duda el pilar básico de

la labor de Manos Extendidas (Mat. 25:35 “Por-rr

que tuve hambre y me disteis de comer, tuve

sed y me disteis de beber, era forastero y me

acogisteis”).

No obstante, la labor de Manos Extendidas

no se limita a la simple acogida. Queremos que

los inmigrantes se integren en nuestra sociedad

y lleguen a ser miembros valiosos de ella. Para

ello contamos con un Centro de Integración

donde impartimos clases de español e informá-

tica, y donde les ayudamos y orientamos en la

búsqueda de empleo.

También realizamos charlas, coloquios, cír-

culos de lectura, talleres ocupacionales y de

tiempo libre, actividades lúdico-recreativas…

No debemos olvidar que Dios quiere que el

inmigrante sea incluido en la vida en comunidad

(Deu. 16:14).

Manos Extendidas es un proyecto que

requiere mucho esfuerzo y que sólo es posible

gracias a todas las personas que cada día extien-

den sus manos con nosotros, ayudándonos a

continuar con la labor que Dios ha puesto en

nuestros corazones.

Desde esta Asociación cada día buscamos

reflejar el amor que Dios siente hacia cada uno

de nosotros y desde estas páginas queremos

animaros a que cada uno de vosotros busque

en su corazón la forma de reflejar el amor y la

misericordia de Dios en los demás. Bienaventu-

rados los misericordiosos porque ellos alcanza-

rán la misericordia (Mat. 5:7).

Juan José Sánchez Fernández, fundador y respon-

sable de la Asociación Evangélica Manos Extendidas,

responsable y promotor del proyecto Cuba de ayuda

a iglesias en la isla, pastor en la Iglesia Evangélica de

Mieres, ministro de culto en el Centro Penitenciario de

Villabona por FEREDE durante más de 14 años.

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El Ejércitode Salvación

AMBROSIO AYO CYY ÓN

El Ejército de Sal-vación es una Organi-

zación Internacional

Cristiana. Nace en Ingla-

terra y es fundada por

William Booth en el año

1865, en respuesta a

la situación de pobreza

extrema en la que vivían

cientos de personas en

la ciudad de Londres.

Rápidamente empieza a extenderse, llegando a

actuar, un siglo después, en más de 90 países.

Actualmente, el Ejército de Salvación trabaja en

120 países de los cinco continentes, realizando

esta labor de forma incondicional, sin que afecte

para ello el pasado de cada individuo. “Cuando un

caballo cae en la calle, solía decir Booth, todo el

mundo va a ayudar a levantarlo sin preguntar quién

fue el culpable de la caída. Cuánto más nuestro

Ejército ayudará a levantar a la gente sin preguntar

cuál es su religión o color de su piel”.

Los miembros del Ejército de Salvación pro-

ceden de muchas razas y culturas distintas,

que forman una comunidad internacional en la

cual la palabra “extranjero” no existe. Todos los

miembros son considerados como hermanos y

hermanas, unidos en la fe en Dios y su lealtad al

Ejército de Salvación.

Actividades de evangelismo, educación y

una multitud de servicios de Acción Social son

mantenidas por oficiales y empleados a tiempo

completo, así como por soldados (Miembros) y

voluntarios que dan parte de su tiempo; más de

100 personas voluntarias que ayudan en la rea-

lización de las actividades en nuestros centros,

todos ellos miembros de nuestras iglesias, com-

prometidos con esta visión de hacer realidad el

acercamiento del Reino de Dios.

El Ejército de Salvación depende del apoyo

que recibe de sus miembros y muchos amigos

que colaboran con sus contribuciones financie-

ras y apoyo práctico. Como entidad mantiene

una posición completamente apolítica. Esta

posición, combinada con su membresía indí-

gena y multicultural, le permite colaborar con

agencias de ayuda social internacionales y con

los gobiernos en muchos países a través del

mundo entero.

A España llega en el año 1971 y además de

ser Iglesia Evangélica, así inscrita en el Ministe-

rio de Justicia, también está reconocida como

entidad religiosa sin ánimo de lucro, inscrita en

los Registros de Entidades de acción social y

servicios sociales de la Comunidad de Madrid,

del Gobierno de Canarias y de la Xunta de Gali-

cia.

Misión del ejército de salvación

El Ejército de Salvación es un movimiento

internacional, una parte evangélica de la Iglesia

Cristiana Universal. Su mensaje está basado en

la Biblia. Su ministerio es motivado por amor

a Dios. Su misión es predicar el Evangelio de

Cristo Jesús y tratar de cubrir las necesidades

humanas en Su nombre, sin discriminación

alguna.

Iglesias y centros:

Los lugares donde nos encontramos son:

Madrid, Arganda del Rey (Madrid), Valdemoro

(Madrid), La Coruña, Barcelona, Alicante, Denia

(Alicante), Palma de Mallorca, Palma Nova

(Palma de Mallorca), Santa Cruz de Tenerife y

Las Palmas de Gran Canaria.

En respuesta a la misión de predicar el Evan-

gelio de Jesús y a la vez atender las necesida-

des de todo tipo de las personas, en cada ciudad

donde estamos presentes tenemos iglesia, 12

en total, con una asistencia aproximada de unas

700 personas. Desde ellas realizamos gran parte

de la labor social, con la que atendemos a unas

3.000 personas al año.

No obstante, tenemos centros especiali-

zados dedicados exclusivamente a la atención

social como son:

1 Centro de Día y Comedor Social para Per-rr

sonas sin Hogar (A Coruña).

2 Pisos de Emergencia Social (A Coruña).

1 Centro de Retiros y Conferencias (Denia –

Alicante).

1 Residencia de Ancianos (Arganda del Rey

– Madrid).

1 Taller de capacitación laboral para mujeres

inmigrantes (Las Palmas de Gran Canaria).

3 Tiendas benéficas de ropa y enseres de

segunda mano.

Como objetivos sociales pretende:

- Ofrecer una atención integral (biopsicoso-

cial) a personas en situación de riesgo y/o

exclusión social.

-Potenciar su reinserción social.

-Potenciar su implicación en la resolución de

las situaciones que les afecta.

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lColectivos de atención y actividades

- Personas sin hogar.

- Familia y menores.

- Mujeres.

- Población drogodependiente y alcohólica.

- Población reclusa.

- Tercera Edad.

- Inmigrantes.

- Programa de apadrinamiento de niños en

Bolivia, Ecuador, Perú, Chile y Sri Lanka.

- Tiendas benéficas de ropa y enseres usa-

dos.

- Intervención en situación de emergen-

cias y desastres.

Las actividades que realizamos con cada uno

de ellos varía en función de sus necesidades:

repartimos alimentos y ropa a familias, perso-

nas mayores que viven solas y con problemas

de movilidad, y personas sin hogar. Para este

último colectivo también damos desayunos y

disponen de un lugar donde asearse y lavar su

ropa. También ofrecemos orientación laboral

y ayuda en la búsqueda de empleo, clases de

español para mujeres marroquíes, etc. Con los

niños realizamos talleres con actividades lúdi-

cas que aprovechamos para educar en valores.

Además, como apoyo a sus padres en su trabajo

y labor educativa, les damos clases de refuerzo

escolar, clases de informática, música e inglés.

En nuestro deseo de que cambie la situación

de exclusión social o el riesgo de caer en ella en

la que muchos se encuentran, procuramos ofre-

cerles recursos que les ayuden a mejorar esa

situación o derivarles a otras entidades cuando

nosotros no disponemos de ellos.

Es cierto que muchas personas que acuden

a nuestras iglesias y son extranjeras, ya habían

oído hablar del Ejército de Salvación en sus

países de origen, pero también, en una gran pro-

porción, son personas que han sido atendidas

en necesidades básicas como las que hemos

mencionado y que han sido impactadas por el

amor de Dios a través de esa atención.

Como hemos explicado, tenemos la clara

convicción de que para cumplir íntegramente

con el mensaje de Jesús en los evangelios

debemos hablar a la gente de su amor, pero

también hacer explícito ese amor a través de

acciones encaminadas a satisfacer el resto de

necesidades que muchas de ellas tienen.

Nació el 8 de Agosto de 1956 en Fresia (Chile).

Tras cursar sus estudios en el Seminario del Ejército

de Salvación en Santiago, fue ordenado como Minis-

tro de Culto en 1978. Vino a España como misionero

en el año 1991, y trabajó cinco años en Madrid, como

pastor de la iglesia principal del Ejército de Salva-

ción. Tras este período, fue transferido para ejercer

las mismas funciones en La Coruña. En enero de

2002 fue trasladado nuevamente a Madrid. En la

actualidad es uno de los Representantes Legales

de la Entidad y su nombramiento es como Oficial de

Administración y Negocios. También es Secretario de

Diaconía-Madrid y Secretario de actas del Consejo

Evangélico de Madrid.

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Algo del trabajo deDecisión:

La Operación Niño de la Navidad

en el Sahara

EQUIPO DECISIÓN

Misión cumplida. La primera edición de la

Operación Niño de la Navidad (ONN)p ( ) “versión

española” ha dado por concluida su última etapa, ”

con el reparto de las 5.033 cajas con regalos

recogidos en Madrid, Barcelona y algunos otros

lugares, durante el mes de Diciembre 2009.

Coordinadas por Decisión, en colaboración

con Samaritan´s Purse, más de 100 iglesias

locales participaron en la promoción, recogida

y envío a los dos puntos de recogida en Madrid

y Barcelona, donde equipos de voluntarios se

encargaron de revisar las cajas y prepararlas

para que cumplieran con las normas y objetivos

del proyecto. En total, fueron 5.033 las cajas

de zapatos con material escolar, artículos de

higiene y juguetes, recogidas y enviadas a los

campos de refugiados en el Sahara occidental.

El envío de las cajas se realizó, en realidad,

a finales de Diciembre, nada más concluir la

campaña de recogida en Navidad. Las cajas se

trasladaron primeramente de Madrid a Valencia,

y de ahí fueron por transporte marítimo a

Orán, Argelia. Desde Orán, fue la Media Luna

Roja la encargada de transportar la mercancía

por camión, primero a Tindouf y Raboni, y

posteriormente al campamento de refugiados

de El Aaiún, donde se realizó el reparto.

De Raboni a El Aaiún, por las wilayas y dairas saharauis

Quince cooperantes se desplazaron desde

España a los campamentos de refugiados

saharahuis, del 10 al 17 de abril, para repartir

personalmente las cajas. Sabían que no iba a

ser tarea fácil. A las carencias y limitaciones

logísticas propias de la región, y la dureza del

clima del desierto, se añadiría el lastre de las

imprevisibles cuestiones burocráticas, que en

algún momento pudieron haber afectado al

normal desarrollo de la misión. Finalmente,

gracias a Dios, todas esas cuestiones pudieron

solventarse, y el reparto se llevó a cabo de

acuerdo con lo previsto.

El trabajo efectivo comenzó en Raboni, la

wilaya (campamento) donde está la sede del

Gobierno del Frente Polisario. Toda la ayuda

humanitaria para los campamentos se distribuye

desde allí. En total hay seis wilayas, subdivididas

en dairas (distritos). En cada daira hay un colegio s

para niños de 6 a 12 años (algún colegio también

tiene niños mayores), y una guardería para niños

de 3 a 6 años.

Uno de los colegios más grandes de El

Aaiún está en la daira de Angala. Ésa fue la

primera parada para el camión, lleno de cajas

con regalos, desde donde se empezaría el

“navideño” recorrido. Angala fue el banco de

pruebas para el equipo de voluntarios, quienes s

tuvieron que emplearse a fondo para mantener

el orden y realizar un reparto equitativo.

Payasos, títeres y canciones, para mostrar el amor de Dios

Los niños disfrutaban extasiados de los

payasos, del espectáculo de títeres (en lengua

Hassani que previamente se había grabado i

en España), de las canciones y la música

interpretada por los músicos que integraban

el grupo, entre ellos David Tapiap , un músico

evangélico comprometido con distintos

proyectos de cooperación a favor de África.

Cada acto con el que se introducía el reparto de

las cajas, en las distintas dairas, repetía más o

menos el mismo programa, que era introducido

por unas palabras del director del proyecto, José

Pablo Sánchez, explicando el origen de las cajas

y su propósito como señal del amor de Dios –y

de los españoles– por el pueblo saharaui.

Siguiendo las costumbres locales, los

integrantes del equipo de voluntarios se

separaban para la comida. Los hombres con

los hombres y las mujeres con las mujeres.

El respeto por las costumbres locales fue un

comportamiento que el equipo mantuvo todo el

tiempo y en cada actividad.

En El Aaiún funciona el Centro ADAS (Ayuda

Dominica al Sahara); una entidad que ofrece a los

niños, jóvenes y mujeres del campamento clases

de castellano, de béisbol, de arte dramático y

pintura. El reparto de cajas de Operación Niño de

la Navidad se hizo en colaboración con ellos. Las

cooperantes de dicha organización invitaron a las

mujeres de España a hospedarse en su centro,

invitación que éstas aceptaron gustosamente,

aunque comían con una familia saharaui todos los

días para estar cerca de las personas que viven

en los campamentos.

El recorrido por los colegios, centros sociales

y hospitalarios de las distintas dairas (Agunia,

Bucra, Gilda, etc.), ocupó el resto del itinerario

hasta acabar el reparto.

Page 31: SEMBRADORAS Nº 4

Recepción al más alto nivel

En Raboni , sede del Gobierno del

POLISARIO, el equipo de Operación Niño

de la Navidad fue recibido por la Ministra de

Cultura Khadija Hamdi, esposa del presidente

Mohamed Abdelaziz, a quien entregaron una

caja de zapatos con regalos, de las que se

habían repartido en la wilaya de El Aaiún. La

recepción fue posible gracias a la gestión de

Gabriel Flores, un cooperante mejicano que

trabaja en los campos y que es amigo personal

de Hamdi.

La Ministra recibió la caja con gran

entusiasmo y pidió a los visitantes que, en otra

ocasión, le avisen de su visita con anticipación,

“para poder recibirles como se merecen”, dijo.

Con esta entrevista institucional concluyó el

viaje, aunque para despedirse, David Tapia dio

un concierto en el Centro de Protocolo de El

Aaiún, con la asistencia de unas 200 personas.

De regreso a casa, los voluntarios de

ONN volvieron con la satisfacción del deber

cumplido, con un montón de anécdotas y

exóticas experiencias para contar a sus amigos,

conmovidos por la hospitalidad y cariño de

los saharauis, y –sobre todo– emocionados

y agradecidos a Dios por el recuerdo de una

imagen que tardarán mucho tiempo en olvidar:

la de miles de pequeños, aferrados a sus cajas,

con una amplia sonrisa y un brillo de emoción y

gratitud en sus inocentes ojos de niños.

Su esperanza y oración es que Operación

Niño de la Navidad haya servido para sembrar

en el corazón del sufriente pueblo saharaui un

puñado de semillas del amor eterno de Dios,

que puedan con el tiempo florecer y fructificar,

para la Gloria de Dios y para bendición de ese

pueblo.

«Yo volvería otra vez»

Uno de los integrantes más veteranos del

equipo –que realizaba su segundo viaje a los

campos saharahuis–, aún cansado físicamente

y afectado por las incomodidades del viaje,

confesaba sin dudar: “Yo volvería otra vez”. Podrá

hacerlo –Dios mediante– porque Operación Niño

de la Navidad ha llegado a España para quedarse,

y el año que viene volverá a llevar sus cajas a

cualquier rincón del mundo donde haya niños a

los que aún no les haya llegado la Navidad, con

su mensaje de amor, de esperanza y de alegría.

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Page 32: SEMBRADORAS Nº 4

Geoff Tunnicliffe:“Hay que involucrarse más en la

acción social, con voces proféticas que

clamen contra las injusticias”

JACQUELINEJJ AE LENCAR

No sabíamos demasiado de Geoff Tunni-

cliffe antes de su visita, más que su posición

como secretario general de la Alianza Evangé-

lica Mundial, y unas pocas referencias persona-

les con las que contábamos. Su visita nos pro-

porciona el perfil de una persona afable, con un

discurso sólido y una sincera preocupación por

escuchar antes de responder. En esta charla

nos acercamos a las inquietudes principales de

la AEM, y descubrimos los planes de la orga-

nización a la que representa para los próximos

años.

1.- ¿Cuál cree que es el reto de los evangéli- -ii

cos en los próximos años?

Uno de los desafíos es que al crecer la comu-

nidad evangélica, puede que tengamos que vol-

ver a evangelizar a la misma iglesia evangélica.

Muchas veces los evangélicos han estado al

margen de la sociedad, pero al crecer llegan

más al centro, a los pasillos del poder, a tener

influencia. Ése es el peligro de convertirse en

cristianos culturales en lugar de convertirse en

verdaderos seguidores de Cristo.

Otro gran desafío es la falta de unidad cris-

tiana. Muchas veces nos dividimos; creo que es

otro reto.

El tercer reto es que al involucrarnos más en

cuestiones de acción social, pues necesitamos

voces proféticas que clamen contra las injusti-

cias, que es algo necesario y correcto; es impor-rr

tante que construyamos una base teológica

firme para esta acción social. Nuestra acción

social debe salir de una convicción bíblica.

2.- ¿Qué papel realiza la Alianza Evangélica -

Mundial con el fin de lograr una mayor apertura

para la causa evangélica por parte de institucio-

nes políticas y sociales a nivel internacional?

¿Podría ser impulsando la aprobación de leyes

sobre libertad religiosa donde no las hay?

Creo que la gente se está dando cuenta del

papel que tiene la AEM. Como dije en mi charla

de esta mañana, hay tres grandes cuerpos en el

mundo cristiano: el Vaticano, el Consejo Mundial

de Iglesias y la AEM. A nivel internacional la

gente está descubriendo la AEM, y a nivel glo-

bal hay muchas puertas abiertas para nosotros.

Donde nos tratan al mismo nivel que a los otros

cuerpos.

Hay una relación directa entre libertad reli-

giosa, Derechos Humanos y democracia. Por lo

tanto, creemos que se ayuda a la sociedad si se

promueve la libertad religiosa. Porque desarro-

lla una comprensión más sana de lo que es la

sociedad.

En un mundo donde la religión es una herra-

mienta para el conflicto, creo que hay un reco-

nocimiento mayor de que a veces la fe es una

herramienta efectiva para resolver conflictos.

Por ejemplo, hemos tenido representantes

nuestros en el diálogo con los musulmanes.

Hay otros temas, como el tráfico de personas, la

pobreza global. El desafío Miqueas, que enfoca

en los objetivos del Milenio, es ahora la cam-

paña más grande del mundo en cuanto a esos

objetivos, eso dice la ONU. Esto nos abre puer-rr

tas al nivel más alto de gobiernos, o en institu-

ciones como el Banco Mundial.

Una de las cosas que buscamos siempre

es la reciprocidad. En Europa cualquier religión

puede construir sus templos, sus iglesias o

sus mezquitas. Quisiéramos pedir lo mismo a

los países de origen de esas personas de otras

comunidades de fe, para que se puedan cons-

truir iglesias en sus países y la posibilidad de

compartir nuestra fe.

3.- En el plano personal, ¿qué teólogos le -

han influenciado cimentándole las razones de

su fe?

Leslie Newbiggin, C.S. Lewis o Cristopher

Wright son algunos de los teólogos que más me

han marcado.

4.- A pesar de que la A.E.E. no es una alianza -

grande y fuerte, ¿se podría decir que dentro de la

Alianza Evangélica Europea y Mundial puede ser

considerada como una alianza saludable, por su

buen hacer en cuanto a una buena administración

de recursos, impacto en los medios y en las agen-

cias públicas, lucha contra la pobreza, etc.?

No vemos si una alianza es saludable o no de

acuerdo al tamaño, hay otras formas de medirlo.

Una pregunta es si su cobertura alcanza a toda

la familia evangélica del país. O si administra

bien los recursos al servir a las iglesias y al tener 32

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impacto en la sociedad. Y mi balance es que la

Alianza Evangélica Española es una alianza salu-

dable. “Aunque sea pequeña, da golpes como si

fuera más fuerte”.

5.- Cree que después de Cape Town 2010 -

(Movimiento de Lausana) habrá un mayor com-

promiso con el cumplimiento de la Gran Comi-ii

sión?

Una pasión para la evangelización mundial

tiene que ser obra del Espíritu Santo. Por un

lado trabajamos a nivel técnico, para facilitar

la evangelización mundial. Pero si sólo trabaja-

mos en ese aspecto técnico, y no intentamos

tocar el corazón de las personas, no haremos

mucho. Tenemos que impactar sus mentes

y sus corazones. Hay que juntar corazón y

mente, y eso es obra del Espíritu. Nuestra ora-

ción es que el Espíritu de Dios esté presente

en Cape Town, al igual que estuvo en Lausana

y tuvo un gran impacto. Volviendo al tema de

los teólogos, algunos son de allí: Samuel Esco-

bar, René Padilla, John Stott. Me han influen-

ciado en cuanto a la Misión integral. Son todos

de este movimiento. Formaron el pensamiento

de toda una generación de líderes. Nuestra

esperanza es que esta conferencia haga lo

mismo con la nueva generación de líderes, y el

Espíritu les transforme.

6.- ¿Qué expectativas tiene del encuentro -

con el gobierno español?

Igual que con cualquier gobierno, quiero

transmitirles que como evangélicos queremos

ser buenos ciudadanos, queremos formar fami-

lias fuertes, ser buenos trabajadores, y que

estamos dispuestos a trabajar juntos con el

gobierno para afrontar sus necesidades. Quere-

mos animar al gobierno español a que siga apo-

yando el pluralismo religioso y la convivencia,

porque creemos que es bueno para la sociedad

y para los individuos. Queremos también traer

saludos de la comunidad evangélica mundial.

Sabemos que los evangélicos son una minoría

en España, pero queremos ayudarle al gobierno

español a ver que el movimiento evangélico en

el mundo es muy grande. Y como organización

queremos utilizar nuestros recursos para alcan-

zar las necesidades mundiales. Con la base de

una ética fuerte, basada en nuestra fe.

7.- ¿Cree usted que el Bienestar europeo -

ha conllevado una suerte de inercia a la hora de

difundir el Evangelio?

Es difícil que hable sobre Europa donde los

evangélicos son una minoría. Sí existe el peligro

de que seamos demasiado cómodos y que en

nuestra prosperidad perdamos de vista el origen

de ella. Y la usemos para nosotros mismos y

no para las necesidades de otros. Se nos llama

a un discipulado integral, es decir, conectar el

domingo y el lunes. Vivir nuestra fe el lunes por

la mañana, puede que les ganemos. Éste es el

desafío.

Entrevista publicada inicialmente en Protestante

Digital (Núm. 323, del 26 de febrero de 2010). Tra-

ducción de Jonathan Dawson. Edición de Daniel

Hofkamp.

Page 34: SEMBRADORAS Nº 4

Lindsay Brown:“Debemos combinar reflexión

teológica y praxis evangélica”

JACQUELINEJJ AE LENCAR

Así opina el director internacional de Lausana

2010, el mayor evento que celebrará el mundo

evangélico en esta década. El encuentro, cuyo

lema es El evangelio, el mundo y la Iglesia, no

puede dejar de interesar al evangelismo espa-

ñol. Hemos hablado con él, aprovechando su

presencia como expositor del II Fórum Apo-

logética, organizado por la Alianza Evangélica

Española y GBU, y celebrado en El Escorial del

7 al 9 de este mes de mayo. Lindsay Brow es

Licenciado en Historia por la Universidad de

Oxford y realizó estudios de Teología en París.

Por largos años fue secretario general del IFES

a nivel mundial.

¿Qué significa ser el encargado de comuni-ii

car la visión internacional del Congreso de Lau-

sana III, a celebrarse el mes de octubre venidero

en Ciudad del Cabo, Sudáfrica?

Bueno, no estoy sólo, somos un equipo

integrado por unas quince personas de todo el

mundo. Nuestro objetivo es reunir a un grupo

de líderes evangélicos de aproximadamente

doscientos países para que hablen de los temas

más relevantes a nivel mundial, en lo que atañe

a la comunicación del Evangelio. Los desafíos

son, entre otros, cómo comunicamos el Evan-

gelio a los musulmanes o a personas influen-

ciadas por el nuevo ateísmo; cómo trabajamos

en comunión con la Iglesia del sur, una Iglesia

que crece tan rápidamente o, también, cómo

trasmitimos un Evangelio basado en la Palabra

en un mundo donde la comunicación suele ser

visual.

En este congreso de Lausana III queremos

lograr varias cosas: 1) Tener un espacio donde los

líderes evangélicos puedan debatir estas inquie-

tudes sobre el evangelio en el mundo. 2) Saber

que de allí saldrán amistades y posibilidades de

trabajar juntos. 3) Encontrar nuevas formas de

presentar el Evangelio, donde un español pueda

comunicarse con alguien de Francia o de México

con las mismas inquietudes.

Yo sólo soy un facilitadorff entre este grupo der

personas. La agenda de las reuniones no la ha

organizado este pequeño grupo, sino que viene

de todos los continentes y es el resultado de

unas veinte reuniones que se han mantenido en

distintos lugares. Sale de abajo hacia arriba, en

lugar de arriba hacia abajo. Habrá expositores y

ponentes de todas partes del mundo.

¿Dónde radica la importancia de lo que lla-

mamos el Movimiento de Lausana?

Lausana es un movimiento de pensadores

prácticos, personas comprometidas con dos

cosas: Reflexionar acerca de los desafíos que la

iglesia de esta generación tiene y, también, estar

implicados de manera práctica en la resolución de

lo planteado en la reflexión. Es teología y praxis.

Muchos evangélicos tienen excesiva energía y

poca reflexión, o viceversa. Lausana es una red

de personas que tienen comunicación y compro-

misos comunes a la hora de evangelizar. Quieren

aprender los unos de los otros. Y, luego, es un

movimiento catalizador; por ello esperamos que

salgan iniciativas nuevas del comité de las redes.

Quede claro que no es una organización de mem-

bresía, como la Alianza Evangélica Mundial. No

queremos formar alianzas nacionales en diferen-

tes países; ése es el rol de la Alianza Evangélica.

¿Participarán mujeres? ¿Cuál es el porcen-

taje de su participación?

Sí, bastantes. Entre ellas, Rut Padilla, Becky

Piper, varias de África, otra de China… Una de

las sesiones plenarias tratará del trabajo que

pueden hacer hombres y mujeres juntos. Quere-

mos crear espacios para que mujeres que llevan

ministerios puedan desarrollar amistad con her-rr

manas de otros países. Por ejemplo, uno de ellos

tratará sobre el desarrollo de pequeños proyectos

que ayuden a las mujeres a autosostenerse,

especialmente para países pobres. Otro grupo

de mujeres abordará el trabajo con prostitutas;

otro sobre la evangelización pública; y por último

habrá una reunión que tratará sobre cómo traba-

jar con los discapacitados. Un 30 % de los partici-

pantes serán mujeres, unas mil. Es el porcentaje

más alto de mujeres en una reunión internacional

evangélica. Nunca ha habido más de 20%. En

el de Lausana 1974 hubo cerca de 20%. Se ha

dicho a todos los países que sus comisiones

deben tener por lo menos 30 % de mujeres. Y

un 60% del total debe tener menos de cincuenta

años, pues en caso contrario se rechaza su lista.

Y tratándose de países, ¿cómo están repre-

sentados?

El crecimiento evangélico más rápido está

fuera de Europa. El número de personas que irá

al encuentro está en proporción al número de

evangélicos en su respectivo país. Por orden,

serían China, India, Nigeria, Estados Unidos, 34

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Page 35: SEMBRADORAS Nº 4

Brasil y Corea del Sur. Son más grandes que la

iglesia europea. Aquí el crecimiento es más lento.

Hay países donde, proporcionalmente, la iglesia

está creciendo muchísimo, como es el caso

Argelia…

¿Puede haber evangelización sin una

reflexión teológica anterior? ¿Cuál el panorama

teológico del que parte el próximo encuentro de

Cape Town?

Estamos pidiendo a los países que, quienes

estén en las listas de las comisiones, sean pen-

sadores prácticos que combinen reflexión teo-

lógica y praxis evangélica. En África se ofrecen

pocos recursos escritos y más dinamismo. En

Europa hay más reflexión y menos dinamismo.

En términos generales, el mundo es muy grande

y no se puede generalizar, porque si lo aplicas a

España sería muy injusto, pues hay de todo. Y

es que en todo lugar existen pensadores prác-

ticos y muy reflexivos al mismo tiempo. Sin

embargo, éste es un problema mundial: se ha

dado un crecimiento rápido sin la profundidad

suficiente. En los últimos veinte años la Iglesia

global ha aumentado mucho, pero suele haber

bastante superficialidad. Por ejemplo, en Amé-

rica Latina prolifera el Evangelio de la Prosperi-

dad y eso propicia que mucha gente entre por la

puerta de adelante y salga por la de atrás, insa-

tisfecha, pues no les han enseñado una teología

del sufrimiento o de la adversidad. Les han dado

la impresión de que si crees en Jesús se resol-

verán todos los problemas, cuando Él en reali-

dad promete gracia en medio de los problemas.

En la Comisión Mundial de la Misión, que

forma parte de la AEM, es una de las preocu-

paciones más importantes. Se está llamando la

Necesidad de discipulado a un nivel profundo, y

eso se logra al desarrollar una mente cristiana

aplicando la verdad bíblica a cada área de la

sociedad. Desde 1989 ha habido un crecimiento

espectacular a nivel global; es probable que

nunca haya habido un crecimiento tan rápido

como lo ha habido en los últimos veinte años

en la historia de la iglesia, pues el Evangelio ha

entrado en países donde nunca hubo testimo-

nio, como Albania, Mauritania, Mongolia, Uzbe-

kistán. Pero también nos enfrentamos a nuevos

desafíos, como pueden ser el fundamentalismo

islámico, el nuevo ateísmo y la nueva era tec-

nológica. Hace veinte años no había teléfonos

móviles, lo que implica retos pero también nue-

vas oportunidades para comunicar el Evangelio.

¿Estamos en condiciones de llevar a cabo

cambios profundos en una sociedad tan alejada

de los valores del Reino de Dios?

Varios de los problemas son muy antiguos,

como la pobreza, el tráfico de personas, la corrup-

ción pública o la injusticia. No sé si son peores

ahora o si tienen un perfil más destacado por los

medios de comunicación. Debemos preocupar-rr

nos, pero teniendo en mente que no podemos

terminar con todo esto; tampoco tirar la toalla.

Jesús dijo: “Los pobres siempre los tendremos

con nosotros”. Nuestro llamamiento es a ser fie-

les, en la medida de lo posible, dentro de nuestra

generación. El llamamiento es a todos los creyen-

tes de todas las generaciones, para que combi-

nen proclamación con compasión.

Algunos evangélicos son pocos realistas en

cuanto a los problemas del mundo que pode-

mos erradicar. Hay una razón sencilla y la Biblia

lo llama La caída. Muchos creyentes tienen una

perspectiva poco realista en cuanto al impacto

de la caída y se desaniman cuando no se resuel-

ven los problemas en veinte años. Por ejemplo,

Jesús dijo que todos esos problemas estarían

cuando él vuelva. Algunos dicen: “Da igual no

hacer”. El modelo es Jesús y los cinco mil: pre-

dicó el Evangelio y, al terminar, los discípulos

le dijeron: “Ya que has predicado, despídelos”.

Jesús en cambio dijo: “Aliméntalos”.

Hay dos peligros entre los evangélicos: pre-

dicar sin compasión o tener compasión y no

proclamar la Palabra. Como he dicho a ciertos

amigos latinoamericanos: vosotros nos desafiáis

a los europeos a ensuciarnos las manos con

los problemas del mundo, pero os olvidáis de

aplicaros mi desafío para vosotros, que es tener

cuidado porque vais a demostrar compasión a

muchos pobres que podrían ir al infierno porque

nunca les habéis compartido el Evangelio. No

debemos tirar la toalla aunque el crecimiento sea

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muy lento. Samuel Escobar dijo: “La única cosa

que el hombre del siglo XX ha descubierto es la

velocidad; queremos todo y ya. Pero eso no es el

panorama que tenemos en la Biblia; la Biblia nos

dice que el discipulado cristiano es un camino

largo hacia una dirección, con perseverancia”.

Si realizamos un balance de estos 35 años

que han pasado desde aquel encuentro de 1974

donde se firmó y redactó el Pacto de Lausana,

¿cuáles serían las conclusiones?

Pienso que las tres conclusiones más

importantes del 74 son: 1) Claridad sobre la

Misión integral, es decir combinación de la

evangelización y la acción social. 2) La gesta-

ción de proyectos de trabajo en conjunto entre

líderes de diferentes países. 3) El ‘redescubri-

miento’ que el NT dice que hay que llevar el

Evangelio no a cada país sino a cada etnia. Y

es que se usaba el término nación para ejem-

plificar esto, pero tras el 74 el enfoque es más

fuerte: llevar el Evangelio a gente que nunca lo

había oído. Esto se trató porque en el Concilio

Mundial de Iglesias de 1973 se había acordado

que si había una iglesia en cada país ya no

debíamos implicarnos en la misión. Dicho de

otra manera: ya podíamos cerrar y apagar la luz.

En el 74 se concluyó que en realidad la Biblia

no habla de Iglesia en cada Nación-Estado, sino

en cada pueblo o etnia. Y hay más de mil pue-

blos que no tienen un versículo en su idioma,

ni nunca han oído el nombre de Jesús ni han

visto a un misionero, pues no tienen iglesia.

Para dar datos más precisos al respecto: en el

mundo hay unos 330 grupos étnicos sin iglesia

y que cada uno está integrado por más de cien

mil personas. Se ha avanzado pero falta, pues

queda mucho trabajo por hacer.

En cuanto a la evangelización y a la acción

social ha habido bastantes avances, pero hoy los

problemas son peores. En el 74 no había SIDA.

Hoy es probable que haya más tráfico de perso-

nas y más esclavitud que cuando se abolió. No

es para desanimar pero debemos ser realistas:

aunque lleguemos a resolver estos problemas,

otros aparecerán en el mundo caído. Yo enfati-

zaría en que nuestro llamamiento es a ser fieles

en nuestra generación en la medida de nuestras

posibilidades. Pero nunca debemos decir: Ya se

acabó nuestra misión.

En aquel primer gran congreso se constató

que la misión de la iglesia era integral. Al día de

hoy, ¿podemos decir que el mundo evangélico

ha comprendido que la Gran Comisión tiene

como componente esencial la vertiente social?;

sustentada bíblicamente, claro.

Cada nueva generación tiene que reafir-

mar esto, porque hay una nueva generación de

creyentes que se está levantando. Por eso el

papel de los líderes es ayudar a otros creyentes

a mantenerse enfocados en la comunicación

verbal del Evangelio, a vivir en santidad e impli-

cados en la compasión. Estos son principios

bíblicos que no son temporales. Nunca debe-

mos decir que los hemos aprendido y que ahora

podemos empezar con otra cosa. Son centrales

al llamamiento a que hemos sido convocados.

Algunas generaciones pasadas pensaron

que habían llegado al equilibrio, y no fue así.

La Iglesia suele ir de un extremo a otro, y el

papel de los líderes es mantener el equilibrio. Yo

tengo amigos que tienen un compromiso con el

Evangelio integral, pero no comparten el Evan-

gelio. Dicen que sólo debemos enfocarnos en

alimentar a los pobres, que debemos escuchar a

los musulmanes sobre cómo perdieron las Cru-

zadas. Han perdido la dimensión de proclamar

el Evangelio. Pero otros muchos, la inmensa

mayoría, dan énfasis a la proclamación y se olvi-

dan de la compasión. El modelo de Jesús com-

bina ambas cosas.

¿Deben aunarse los potenciales del Norte

y del Sur para llevar con éxito el Evangelio por

todo el mundo? ¿Europa debe estar abierta a

otras maneras de alcanzar a otros para Cristo?

En primer lugar, tenemos que dialogar, escu-

charnos los unos a los otros y preguntarnos:

“¿Qué estamos aprendiendo acerca de compar-rr

tir con las personas de tu país o sociedad?”. La

Iglesia en cada lugar tiene fortalezas y debilida-

des. Debemos compartir las fortalezas y reco-

nocer las debilidades, regocijarnos los unos con

los otros y preguntarnos qué podemos aprender

de ellos. Las iglesias del Norte y del Sur debe-

mos considerarnos como hermanos honrables,

valorándonos iguales delante del Señor, afir-

mándonos, escuchándonos, amándonos, com-

partiendo recursos, literatura, dinero, ideas, etc.

Y buscando maneras prácticas de trabajar en

conjunto.

Hablando de globalización, habría que glo-

balizar también la justicia social, el reparto equi-ii

tativo de la riqueza, la denuncia profética? ¿Se

hablará de esto en Cape Town?

Ruth Padilla hablará de eso. Habrá dos ple-

narias sobre el tema, tituladas “Globalización y

las ideas” y “Globalización e impacto sobre la

riqueza y la pobreza”. Una tercera plenaria tra-

tará sobre “Globalización, los medios de comu-

nicación y la tecnología”, y una cuarta abordará

el tema “Globalización y el reparto de los recur-rr

sos entre el Norte y el Sur”. Este asunto estará

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presente durante todo el congreso, además de

otras problemáticas, como el tráfico de seres

humanos.

¿Estamos dispuestos, los cristianos de hoy,

al sacrificio y compromiso, como el de aquellos

hermanos de la iglesia primitiva, que lo dieron

todo, incluso la vida, para cumplir con el man-

dato de Cristo? Lo digo porque sólo hablamos

de números rojos cuando se habla de evan-

gelización, obra social, plantar iglesias, enviar

misioneros a distintos puntos de la geografía

mundial…

Debemos tener en cuenta que la iglesia pri-

mitiva tenía problemas. Mira Corintios. No era

perfecta, era una iglesia viva en un contexto

caído. Lo que ves es una mezcla de cosas: ves

sacrificio, ves compromiso, pero también hay

personas cayendo en el ámbito de la sexualidad.

Vemos a Ananías y Safira robando dinero del

Señor. No tenemos que ser idealistas en cuanto

a la iglesia primitiva. Aun así vemos modelos ahí.

Hay el mismo llamado en cada generación, pues

debe haber sacrificio, pasión y, a la vez, sabiduría.

Debemos tener equilibrio entre preocuparnos por

la propia cultura y la comisión de llevar el Evan-

gelio a los confines del mundo. El papel de los

líderes es estar en evaluación continua.

Con respecto al dinero, digo dos cosas: en

primer lugar, hacernos la pregunta correcta,

que no es ¿cuánto de mi dinero debo dar a

Dios?, sino ¿cuánto del dinero de Dios me

puedo quedar? Es una pregunta mucho más

radical. En segundo lugar, quizás podríamos

seguir el modelo de Wesley, quien calculaba

cuánto dinero necesitaba para sobrevivir al año.

Su límite se basaba no en su sueldo y sí en sus

necesidades; puso el techo y lo demás lo daba.

Para alguno esto sería un 70% de su salario y

para otros el 90%, dependiendo de sus ingre-

sos y necesidades familiares. En segundo lugar,

tener un equilibrio apropiado.

No debemos estar en un plan excesivo en

cuanto a cómo nos vestimos o el perfume que

nos echamos. Debemos tener preocupación

equilibrada, pero también vidas de gozo y grati-

tud de poder vivir en el mundo de Dios. Debe-

mos desafiarnos los unos a los otros, vivir vidas

sacrificadas, sí, pero por otro lado vivir también

vidas de gozo en el mundo de Dios. No se debe

caer en los dos extremos: o el legalismo, donde

las iglesias dicen: “Tu falda debe llegar hasta

aquí”, lo cual no es relevante porque se juzga

por lo exterior. Y por otro lado, el liberalismo

con todas las licencias, donde no hay diferencia

entre los de dentro y los de fuera. En México,

hace tres semanas, unas chicas me preguntaron

si podían llevar vaqueros o hasta donde debía

llegar su falda. Inquiriendo en el por qué de esa

pregunta, me contestaron que el pastor opinaba

sobre esto.

La belleza interna es más importante que

la belleza externa. Cuida tu apariencia de una

manera apropiada. La modestia es importante,

pero la Biblia no explica lo que significa esto en

cada cultura. No hagas nada para hacer caer a

tu hermano. Usa lo que tengas de manera apro-

piada y vive una vida de gozo. Muchas iglesias

están paralizadas y no tienen gozo.

En pleno siglo XXI, ¿deberíamos hablar de

una re-visión de nuestro modelo a seguir por

excelencia: el que nos dejó Jesús, no sea que

con el paso del tiempo se haya arrugado, des-

gastado… impidiéndonos ver con exactitud su

diseño? ¿No habremos distorsionado su misión?

Algunos tienen conciencias muy blandas y

enseguida se sienten culpables; otros tienen

conciencias muy duras y no se sienten culpa-

bles por nada; entonces debemos ser sensibles

los unos con los otros. Algunos ven a Dios como

Padre amoroso; otros no son capaces de verlo

así, quizás porque tal vez tuvieron un padre

malo y por eso ven a Dios como un juez severo.

Hay que desarrollar una visión de Dios que sea

bíblica.

Yo nunca he escuchado un sermón sobre el

versículo que dice que Dios es el dador de toda

buena dádiva para disfrutarla de manera abun-

dante. He escuchado miles acerca del sacrificio:

Debe haber equilibrio entre los dos. Debemos

procurar ser atractivos para los otros, ver inte-

reses en muchas cosas, llenos de gozo, impli-

cándonos en variedad de ministerios. Si somos

obsesivos en cuanto a cosas pequeñas, como

las apariencias, no somos felices y nos senti-

mos culpables.

Usted ha realizado viajes por numerosos

países. ¿Cuál es su balance personal en relación

a la implicación evangélica en la sociedad en la

que se inserta?

He conocido a muchos creyentes maravi-

llosos alrededor del mundo, implicados en la

sociedad; pero suelen ser minoría. Es un desa-

fío que enfrentamos, pues aunque tenemos la

visión de ser sal y luz en la sociedad, lo cierto es

que contamos con un número pequeño, todavía

desproporcionado, de creyentes implicados en

la sociedad donde viven y trabajan.

(Entrevista publicada inicialmente en Protestante

Digital). Traducción de Jo Wilson (Asesora de

los Grupos Bíblicos Universitarios en Castilla y

Léon).

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Miguel Díez:

“En los hogares de REMAR se

atiende a los más pobres y marginados”

EQUIPO REMARO

Entrevista realizada a Miguel Díez, casado,

con 7 hijos, presidente de Remar Internacional

y Pastor de la iglesia evangélica Cuerpo de

Cristo, sirve al Señor los últimos 20 años

de su vida, desde su conversión, trabajando

especialmente en favor de los marginados y

más desfavorecidos de la tierra, y predicando el

evangelio a toda criatura, siguiendo el mandato

de Jesús para hacer discípulos a todas las

naciones.

¿Cómo fue su conversión?

Nací en una familia abocada al desastre, mi

padre con la mentalidad de militar de la época

de Franco, y después funcionario de prisiones,

era lo más opuesto a mi madre quien, culta y

muy avanzada para su época, no se sometió al

sistema matrimonial que se le imponía, por lo

que después de años de problemas y cuatro

hijos, mis padres se separaron para siempre,

dejándonos a los cuatro marcados en diferentes

áreas de nuestra vida, con huellas que

después reflejaríamos cada uno según nuestra

personalidad. En mí, prendió la pasión por el

juego del póquer ya que desde niño veía jugar

a mi padre, y colocado detrás de él participaba

de sus partidas, aprendiendo de los errores que

él cometía; esa vida emocionante del jugador

me atrapó y fue una constante en mi vida hasta

que Cristo me libertó. Abandoné la facultad de

medicina y marché a París donde empapado de

la filosofía existencialista, especialmente de las

ideas de Sartre, ideas que empujaron a tantos

jóvenes al suicidio, escribí una obra de teatro en

la que se hacía un canto a la muerte, tratando

de demostrar lo absurdo de la existencia del

hombre, y con la firme idea de suicidarme yo

mismo en su representación. Volví a Madrid con

la intención de estrenar dicha obra y comencé

la formación del grupo de actores. En aquel

tiempo la escuela de danza y teatro estaban

juntas en el edificio que hoy es el Palacio de la

Ópera y el personaje de la amante, la mujer que

a través del amor intenta evitar el suicidio del

protagonista, encajaba en una de las alumnas

de dicha escuela de danza, Mari Carmen. Le

propuse el papel y aceptó, enamorándonos en

la realidad y haciéndome olvidar mi cita con la

muerte.

Nos casamos y entramos en la vida de trabajo

y formación de un hogar, pero la adicción antigua

del juego brotó en mí con tremenda fuerza, en la

rutina de la vida cotidiana, y nuestro matrimonio

también con cuatro hijos, seguía el mismo

camino directo hacia el desastre que había

seguido el de mis padres. En los primeros años

de matrimonio, Mari Carmen tuvo su encuentro

personal con Jesús y gracias al cambio que

Dios obró en su vida pudo recibir la gracia para

amarme y sujetarse, siendo un canal del amor de

Dios hacia mí, que dio su fruto después de ocho

años de oración y espera. Durante este tiempo

el Espíritu Santo me reargüía de pecado y me

mostraba vez tras vez mi incapacidad para dejar

el juego por mí mismo, ya que ni el amor por mi

mujer y mis hijos me daba la fuerza para dejarlo,

hasta que un día y después de muchos toques

quebrantadores del Señor, le rendí mi vida y fui

libre en un instante del juego, del tabaco, alcohol

y de todo lo que conlleva ese tipo de vida. Así,

en 1981 comenzó una luna de miel para mí y mi

familia con el Señor, en la que comía con avidez

la palabra de Dios y buscaba cómo agradarle y

serle útil, agradecido por sacarme de aquel pozo

tan hondo y darme su libertad y amor.

Coméntenos sobre los inicios de REMAR

Consciente de que Dios no me había

rescatado de aquella vida para quedarme sentado

en un banco del local de culto, visitaba en los

hospitales a drogadictos que se desintoxicaban

y los podía comprender porque yo también

había sido uno como ellos, así que con mis

cuñados, que como jóvenes habían ya tanteado

las drogas, y también convertidos es ese tiempo

al Señor, compramos una granja en la que hacer

práctico el evangelio de Jesús, llamados a ser

como buenos samaritanos para atender al

necesitado, al malherido, al desechado, y sanar

sus heridas con el amor de Cristo, ofreciéndoles

nuestra ayuda material y espiritual, acogiéndoles

en nuestro hogar, compartiendo con ellos lo que

teníamos y predicándoles el evangelio de Jesús

del perdón de los pecados. Así comenzaron a

llegar los primeros drogadictos, en octubre de

1982, y hemos tenido el privilegio de haber

atendido en estos años alrededor de cien mil

sólo en España.

El comienzo del ministerio fue marcado

por el libro de los Hechos, sus capítulos 2

y 4 sobresalieron de una manera especial,

llevándonos como los primeros cristianos a

compartir lo que teníamos con los necesitados y

a no considerar nada como propio, y se cumplió

y se cumple, lo mismo que en aquellos primeros

Page 39: SEMBRADORAS Nº 4

39e

ntre

vistas

tiempos, que no había ningún necesitado entre

ellos. Hoy, años después, la familia de REMAR

alcanza a más de 35.000 personas que viven

en comunidad, sin contar los miles que desde

sus casas reciben del ministerio ayuda de todo

tipo. Es importante tener en cuenta que en los

hogares de REMAR se atiende a los más pobres

y marginados, y todos tienen cubiertas sus

necesidades, viviendo de una forma real, hoy

día, el milagro de la multiplicación de los panes

y los peces.

¿Cuáles son los fines de REMAR?

REMAR es la abreviatura de Rehabilitación

de Marginados y es un ministerio que está

edificado sobre la roca que es Cristo, y sobre

este cimiento sólido cuatro columnas para

facilitar la extensión del Reino de Dios: 1)

Evangelismo, 2) Discipulado, 3) Trabajo Social y

4) Economía del Reino.

EVANGELISMO. Éste es el primer pilar que

da significado a los otros tres. Jesús dio la Gran

Comisión de “Id por todo el mundo y predicad

el evangelio a toda criatura” (Marcos 16.15).

Así, desde sus comienzos, este ministerio

ha estado predicando en las calles, cárceles,

prisiones, hospitales, haciendo sólo en España

campañas evangelísticas en las calles de casi

todas las capitales de provincias, alrededor de

50 campañas al año, en los últimos 18 años,

así como en todo Sudamérica, Centroamérica

y, recientemente, en tres países de África.

Asimismo las puertas de las cárceles de

diferentes países africanos se nos abren, ya que

alimentamos a sus presos. Esto nos permite

predicar el evangelio a cientos de musulmanes

y animistas que agradecidos por quitarles el

hambre escuchan con respeto y muchos se

convierten. Hoy, Dios nos ha dado un medio

muy importante y eficaz a través de la radio y

la TV, teniendo canales de televisión locales así

como emisoras de radio, siendo estos medios

de una gran bendición para llegar a todos los

estamentos de la sociedad, ya que esperamos

un tiempo de bendición para España como

nunca antes ha habido.

DISCIPULADO. Es la segunda columna en

este ministerio. Jesús en Mateo 28.19 y 20

dice: “Por tanto id y haced discípulos a todas las

naciones, bautizándoles en el nombre del Padre

y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles que

guarden todas las cosas que os he mandado; y

he aquí yo estoy con vosotros todos los días,

hasta el fin del mundo”. Jesús no mandó hacer

creyentes, porque los demonios también creen

y tiemblan. Un discípulo está dispuesto a seguir

a Cristo hasta las últimas consecuencias, y

en el evangelio de Lucas 14, desde el verso

25-33, explica lo que cuesta seguir a Cristo,

y concluye el verso 33 diciendo: “Cualquiera

que no renuncia a todo lo que posee, no puede

ser mi discípulo”. Éste es el lema de nuestra

escuela de discipulado, de la que al salir para

servir en cualquiera de las columnas de REMAR,

se recibe el título de siervo inútil, Lucas 17.7.

TRABAJO SOCIAL. Es la columna en la que

queremos cumplir el mandato de Jesús escrito

en Mateo 25 de dar de comer al hambriento,

vestir al desnudo, visitar al preso en las

cárceles, alojar a los forasteros, dar de beber

a los sedientos, visitar a los enfermos, etc.;

practicar la verdadera religión como está escrito

en Santiago 1.27: “La religión pura y sin mácula

delante de Dios el Padre es ésta: Visitar a los

huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones y

guardarse sin mancha del mundo”. Así, REMAR

atiende a necesitados de todo tipo en los 51

países en los que desarrolla su ministerio; es

hogar para drogadictos, alcohólicos, jóvenes de

las calles, niños huérfanos, mujeres maltratadas

o abandonadas, enfermos de SIDA y un largo

etcétera. Abriendo también comedores en las

calles de las ciudades más pobres de la tierra, y

en sus cárceles, así como colegios gratuitos en

África, Centro y Sudamérica adonde acuden los

niños pobres que no tendrían ni la más mínima

oportunidad para acceder a la educación.

ECONOMÍA DEL REINO. Es la columna que

sostiene económicamente todas las demás,

sabiendo que es tan importante el trabajo que

un obrero de REMAR realiza en una empresa

en la que todos los beneficios los destina al

desarrollo de las columnas del ministerio, como

el del misionero que trabaja en un hogar de

niños, o el del pastor que predica el evangelio

a través de la radio y la televisión, ya que a

los ojos de Dios el mayor valor viene dado

por la verdadera y única motivación de buscar

primeramente su reino y su justicia. En el

desarrollo de esta columna, con la creación de

empresas surgen los talleres ocupacionales

en los que multitud de jóvenes, que antes no

tenían otra alternativa que la delincuencia y la

cárcel, ahora aprenden oficios para restaurar sus

vidas y ser útiles para los demás.

¿Cómo surgió Cuerpo de Cristo como

entidad Evangélica?

En estos años, mult itud de amigos

y familiares de jóvenes rehabilitados se

han convertido por el testimonio de ellos,

integrándose en las iglesias evangélicas de

toda la geografía española, y muchos también

han venido a congregarse con nosotros sin

integrarse por ello en la vida de comunidad

que es escogida voluntariamente. Así surgió

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40

en

tre

vist

as

la necesidad de legalizar ante el gobierno las

reuniones de culto y alabanza al Señor, en locales

destinados para ello, por lo que adoptamos el

nombre que consideramos apropiado, “Cuerpo

de Cristo”, no “ El cuerpo...”, ya que no somos

los únicos sino solamente una parte de Él. Es

por ello que estamos abiertos a servir a todos

los ministerios ofreciéndonos a ellos en la

recogida de necesitados, y a compartir los

medios que Dios nos ha dado, radio, televisión

etc, a fin de extender el Reino de los cielos

de una forma más eficaz y poderosa en esta

tierra. Participamos en reuniones de pastores

de multitud de países colaborando y sirviendo

a la Iglesia de Jesús en la medida de nuestras

fuerzas.

¿Qué recepción o trato recibe REMAR de las

instituciones gubernamentales en el mundo?

Por la gracia de Dios tenemos el respeto

de los gobiernos en los países en donde

estamos, de tal manera que en algunos como

en Guatemala, es el mismo gobierno que

nos ha pedido que dirijamos las cárceles de

menores, con los delincuentes más conflictivos,

adolescentes de las calles que son asesinos,

ladrones, violadores, etc. En estas prisiones

no se utilizan armas y Dios hace milagros cada

día cambiando las vidas más destruidas, hasta

el punto que muchos jóvenes sacados de

estas cárceles son hoy misioneros enviados a

servir al Señor en otros países. En otros como

en Angola somos la mayor ONG del país y

muy considerados, cediéndonos el gobierno

propiedades donde alojar a los necesitados.

¿Cuál cree REMAR que es la situación actual

de la pobreza en el mundo?

La pobreza está en crecimiento constante

e incontrolable, debido a la corrupción de

los gobiernos, al insaciable capitalismo que

cada vez hace más ricos a los muy ricos, a

costa del empobrecimiento de los más

pobres; por el aumento de los cataclismos y

desastres naturales, por las guerras, por las

plagas y la aparición de cepas virulentas, por la

desertización y degradación del planeta como

fruto de la avaricia, etc. Todo esto hace que

más de las tres cuartas partes de la humanidad

pasen hambre, por lo que si hemos de predicar

el evangelio a todas las naciones y la mayoría de

ellas tienen necesidad de cubrir sus necesidades

más básicas, hemos de llevarles el evangelio

acompañado de pan para sus estómagos, ropa

para sus cuerpos, etc. Por eso las palabras de

Jesús al joven rico cobran hoy la misma fuerza

que entonces: “Ve, vende lo que tienes, dáselo

a los pobres y sígueme” (Lucas 18.22); y el

consejo a la manada pequeña en Lucas 12.33:

“Vended lo que poseéis y dad limosna (hacer

justicia), y haceos tesoros en el cielo donde el

ladrón no puede llegar”.

¿Qué pensamiento escatológico tiene

REMAR sobre la miseria y la marginación social

en el mundo en un futuro próximo?

Considerando que estamos en cumplimien-

tos proféticos apocalípticos, podemos prever

que el quebrantamiento mundial va a ir en pro-

gresión “geométrica” con el propósito de que

los seres humanos se vuelvan a Dios y se des-

prendan del amor a las cosas del mundo, y

sean salvados. También para que los creyentes

suelten el lastre que les ata a este mundo y

dediquen sus vidas a extender el reino de Dios

y su justicia, y a predicar el evangelio a todas las

naciones antes que venga el fin. Debemos apro-

vechar este tiempo, con todas sus posibilida-

des, con un llamado de urgencia a la Iglesia de

Cristo a que cumpla su propósito en esta tierra

de preparar calzada al Rey, que está por venir.

Page 41: SEMBRADORAS Nº 4

41e

ntre

vistas

Annette Zingbé: “Siempre he tenido el deseo

de trabajar con niños”

ELIZABETH CH LARK WICWW KHAMKK

Proyecto Man (CercÁfrica) es una iniciativa

que se lleva a cabo desde España para ayudar

a la juventud de Man, Costa de Marfil, desde

el 2008. Esta ciudad de más de un millón de

habitantes ha sido azotada severamente por la

guerra civil que comenzó oficialmente en 2002

y duró hasta 2007, pero los marfileños cuentan

diez años de conflicto. Quince mil niños fueron

obligados a ser soldados en las fuerzas rebel-

des. Cuarenta mil perdieron a sus padres.

Hoy hablamos con Annette Zingbé, mar-

fileña residente en España, que, junto con su

marido español, Paco Castillo, es el corazón que

late detrás del Proyecto Man, apoyado princi-

palmente por iglesias protestantes en Madrid,

Segovia, León y Burgos.

Annette, eres de Man, Costa de Marfil. ¿Qué

nos puedes contar sobre la devastación que ha

sufrido esta región?

Durante la guerra civil que asoló mi país, la

región de Man fue secuestrada por los rebeldes, y

la ciudad de Man fue la capital rebelde durante el

conflicto. Los niños han estado directamente invo-

lucrados en la guerra como reclutas del ejército

rebelde, muchos con la condición de que así no

verían la muerte de sus familiares o amigos. Otros

han pasado meses de su vida escondidos en el

bosque. La guerra duró diez años, cinco de los

cuales fueron una locura absoluta. Esta generación

se ha criado sin ir al colegio, y ahora los jóvenes

de entre 14 y 26 años, que han participado en

el conflicto, sólo se interesan por las drogas y la

delincuencia, sin haber disfrutado de su infancia.

Muchas niñas fueron violadas durante el conflicto;

ahora son madres solteras con bebés, y no tienen

salida. ¿Qué van a hacer dentro de 25 años?

Mencionáis seis países africanos en los que

se reclutan niños soldados. ¿Qué es lo que típi-ii

camente sufren estos niños y niñas, y por qué?

Normalmente son niños de la calle y los

reclutan en pueblos por un poco de arroz o 150

dólares, aunque algunos son reclutados a la

fuerza en sus aldeas para luchar en un clan de

cualquier señor de la guerra. Son niños desubi-

cados y analfabetos.

Por poner un ejemplo, después de vivir en

otros países, volví a Man para asistir al entierro

de uno de mis tíos. En un control rebelde, se me

acercó un niño soldado de 14 años, y me pre-

guntó por qué estaba llorando. “Se ha muerto

su tío”, le explicó la mujer que me acompañaba.

Él niño soldado me miró fijamente y me dijo,

“La muerte es mi tío”.

Todos podemos hundirnos ante el sufrimiento

humano, pero tiene que pasar algo para que

uno dedique sus recursos y su vida a paliarlo.

¿Qué es lo que ocurrió en tu caso y cuándo?

Siempre he tenido el deseo de trabajar con

niños. Durante mi infancia he visto sufrir mucho

a los niños y siempre pedía a Dios que me diese

la oportunidad de poder ayudarlos. De hecho,

cuando viajaba a Man, ya llevaba 10 años traba-

jando como educadora con este tipo de niños.

¿Con qué paso concreto empezasteis a ayu-

dar a los niños y jóvenes de Man?

Después de mis estudios, estuve trabajando

con los niños de la calle de mi ciudad. Luego

viajé a Burkina Faso a trabajar en un centro

con niños de la calle. Posteriormente, con mi

marido, estuvimos trabajando en Benín con

niños sin hogar a través de la ONG Casa Grande

de Burgos. Más adelante, ocurrió la guerra en

mi país, que siempre ha estado en mi corazón.

Estuvimos pidiendo a Dios por la región durante

cinco o seis años, pero sin la oportunidad de

hacer nada hasta que el año pasado se abrieron

las puertas para hacer un campamento de niños.

¿Qué es lo que habéis contribuido hasta la

fecha a través de Proyecto Man?

El Proyecto Man tiene casi tres años. El 2008

celebramos un campamento de reencuentro para

más de 800 niños, el primero de la post-guerra,

en el que disfrutaron de juegos, enseñanza y

esperanza toda la semana. Fue muy grato para

nosotros y ocurrieron muchas anécdotas. Un niño

me dijo que lo que más le gustó del campamento

fue ver a muchos niños juntos riéndose.

Muchos habían asistido a campamentos de

verano antes del con-

flicto; al volver a encon-

trarse años después,

quizás sin haberse

visto desde la guerra

civil, se fundían en

abrazos llorando y bai-

lando. Durante todos

estos años no han

tenido la oportunidad

de asistir a nada pare-

cido. También logra-

Page 42: SEMBRADORAS Nº 4

mos escolarizar durante un año a 70 niños y algu-

nos a formarse en diversas profesiones como

carpintería y electricidad. Nos damos cuenta de la

gran necesidad de invertir a largo plazo en la vida

de estos niños y jóvenes. También ayudamos en

la compra de una motocicleta para el coordinador

que trabaja con los niños en la zona de Man.

En vuestro blog escribís que no os consi-

deráis profesionales y que no pretendéis hacer

un trabajo psicológico con niños para el cual no

estáis preparados. Pero decís que entendéis

que “el amor de Dios es la base de toda sani-ii

dad”. ¿Podrías ampliar este concepto?

Hay grupos involucrados en atender a esta

juventud, como Save the Children, la ONU,

Unicef, que proveen ayudas muy buenas pero a

través del gobierno o coordinado por éste. Como

cristianos, entendemos que el amor de Dios sana

muchas heridas. El mostrarte cercano y com-

prensivo hacia niños que han sufrido tanto es una

gran oportunidad de reconstruir una vida. Sólo

Dios puede sanar estas heridas tan profundas.

Hablamos de un trato personal, un trato de valor,

de autoestima. Digamos que preparamos el cora-

zón para que la psicología haga su trabajo.

Estos niños tienen una gran necesidad de

hablar, aunque son temas que por lo reciente,

nadie comenta por miedo a represalias, y

muchos no están listos para hablar todavía. Os

podría contar historia tras historia; por ejemplo la

de Julien, que vio cómo mataban a su hermano

delante de sus propios ojos. Los rebeldes que-

rían violar a su madre, su hermano gritó, y por

eso lo mataron.

¿Cuáles son algunas de las aspiraciones de

Proyecto Man a corto plazo?

Nuestro plan es continuar realizando cam-

pamentos. En éstos, se ríen, juegan, aprenden

sobre el amor de Dios, y también tienen la

oportunidad de desahogarse, recibir abrazos y

consolación. Queremos visitar suburbios donde

se esconden los que han combatido, además de

cárceles y hospitales.

También queremos establecer un centro de

formación profesional que dé una alternativa a

la vida en la calle. Queremos hacer durante un

viaje un estudio económico de lo que costaría

la formación profesional y por cuánto tiempo.

Qué supondría económicamente que una familia

pudiera coordinar todo esto desde la zona, para

establecer las bases del posible centro, contac-

tos, permisos, etc.

Entendemos que inculcar valores a estos

niños es fundamental para poderse respetar y

convivir con las otras etnias. El cristianismo es

la base de esta educación. La dura realidad es

que la mayoría de estos niños y jóvenes tienen

una gran falta de esperanza hacia el futuro que

les espera. Muchos son analfabetos sin ninguna

formación profesional. Queremos apoyarles e

introducirles en talleres donde puedan aprender

oficios. Un sueldo ganado honradamente evita

el ocio excesivo y dignifica a la persona.

¿Cómo se pueden involucrar los lectores?

Con tan sólo 20 euros, pueden hacer que

un niño asista a uno de nuestros campamen-

tos. Pueden ayudarnos ingresando esta suma

o lo que deseen en la cuenta 2100 5984 41

0200020569. Estamos dispuestos para dar

cualquier respuesta a quien nos pregunte

(www.proyectoman.org), y a la vez darles la

oportunidad de colaborar en lo que realmente

se sientan útiles o bien con su tiempo o con

los medios que puedan poner al alcance del

proyecto.

Además con 50 € se puede escolarizar

durante un año a un niño. Esto supone matrí-

cula, material didáctico y hasta el uniforme

escolar. Tres años de formación profesional en

diferentes oficios viene a costar 500 €, el precio

varía dependiendo del oficio. Como veis, hay

mucho que hacer, pero de momento los recur-rr

sos son pocos.

Gracias por tu tiempo, Annette, y por acer-rr

carnos a los niños de Costa de Marfil y sus

necesidades a través de este proyecto.

(Entrevista publicada inicialmente en MujerDeHoy.

org).

(*) Elizabeth Clark Wickham nació en Zaragoza de

padres estadounidenses. Licenciada en Periodismo

(John Brown University, USA), es coordinadora de

las revistas en Internet MujerDeHoy.org y Cristiana-

DeHoy.com. Está casada y tiene dos hijos pequeños.42

en

tre

vist

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43e

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rtícu

los

La solidaridad en la Iglesia

POR JR EAN-PIERRE BORY Y FRANFF ÇOIS-JEAN MN ARTINMM 1

SOLIDARIO viene

del latín solidus que

significa: todo de una

pieza, entero; firme,

digno de confianza. La

SOLIDARIDAD es una

dependencia mutua

de los hombres entre

el los; es un senti -

miento que les empuja

a concederse una

ayuda mutua, porque han tomado conciencia de

que lo que le pasa al vecino, les afecta también

a ellos mismos.

La solidaridad está en boca de todos, en

todos los periódicos, y en el programa de todos

los partidos y sindicatos. Estos últimos tiem-

pos España y Francia, así como otros muchos

países, hicieron esfuerzos para ser solidarios

con el pueblo de Haití alcanzado por un terrible

terremoto. La Unión Europea es solidaria con el

Estado griego en bancarrota. Se hacen todos los

esfuerzos para llevar a cabo una manifestación

solidaria de los sindicatos y estos últimos se feli-

citan por haberla logrado, esto prueba que no es

fácil ser solidario, hace falta renunciar a algunos

puntos, encontrar compromisos (y no dije esta

última palabra en su sentido de traición de princi-

pios, sino en su sentido de terreno de encuentro

aceptado por todas las partes). En la ley francesa

los hijos son solidarios con los padres cuando

estos últimos llegan a cierta edad avanzada y no

pueden cubrir sus necesidades; pero fue necesa-

ria una ley para obligar a algunos a que lo sean.

Ahora bien, los hombres no son los primeros que

se preocuparon por este problema.

A. Ejemplo elocuentes

1. En el Antiguo Testamento. Os propongo

algunos ejemplos pero hay otros.

a) Las tribus de Rubén y Gad) y : La solidaridad

no siempre caracterizó a Israel: los Rubenitas y

los Gaditas tuvieron que aprenderla, ellos que

1 Este estudio fue preparado en 1989 con mi cole-

ga y amigo Jean-Pierre Bory que había sido el confe-

renciante de esta parte, de modo que he seguido con

bastante fidelidad su presentación, pero he hecho su-

presiones y transformaciones. Asumo, claro está, toda

la responsabilidad de dichos cambios.

pensaban ahorrarse la travesía del Jordán y dejar

a las demás tribus hacer la guerra en Canaán.

Habían tenido el proyecto de instalarse en las

riberas orientales del Jordán; ¡pero entendieron

rápido su deber al escuchar a Moisés! He aquí

lo que declararon: «… dijeron: Edificaremos aquí

majadas para nuestro ganado… y nosotros nos

armaremos, e iremos con diligencia delante de

los hijos de Israel, hasta que los metamos en su

lugar… hasta que posean cada uno su heredad».

Moisés les confirmó que sólo a esta condi-

ción serían «libres de culpa delante de Jehová y

para con Israel» (Núm 32.16ss). El Señor mismo

velaba para que todo Israel permanezca solidario

hasta el final de la conquista de Canaán. Y fue

conquistado Canaán.

b) El pueblo de Lais) p : En cambio, la falta de

solidaridad fue la perdición de los habitantes de

Lais (Jueces 18). Eran buena gente, apacibles

agricultores que vivían «tranquilos y despreo-

cupados», aislados en sus colinas: «No tenían

relaciones con nadie», «vivían alejados de los

Sidonios» y, sin embargo, tenían actividades y

un modo de vida comunes a las asambleas de

hermanos, perdón, quería decir a los Sidonios.

De tal modo que fueron presa fácil para unos

cuantos Danitas necesitados de tierras. No eran

solidarios con nadie, nadie se preocupaba o se

interesaban por ellos y sus intereses. Y nadie

les socorrió, todos fueron exterminados y su

pueblo fue quemado.

c) Los extranjeros en nuestro país (y los) j p (y

pobres, las viudas y los huérfanos).p , y ) Al elegir

este grupo, destacamos un aspecto importante

de la solidaridad en Israel dado que se trata de

inmigrantes, esto es, de personas que en princi-

pio no proceden de Israel.

Hubiéramos podido también desarrollar este

tema partiendo del hecho que todos los hom-

bres, sin excepción, han sido creados a imagen

de Dios y por lo tanto gozan de la plena dignidad

como persona. Pero sabemos que la caída intro-

dujo las consecuencias del pecado, esto es el

abuso, la violencia, el autoritarismo, la dictadura,

la esclavitud, los asesinatos… De modo que

Dios presenta un marco legal para proteger a los

más débiles, y un marco moral que asentaba en

el principio de todo, la situación de los Hebreos

sobre la tierra, como huéspedes de paso. Es

también el caso para nosotros, pues somos

“inmigrantes y huéspedes” sobre esta tierra.

Así que Dios presenta una ética que vamos a

ver a continuación.

«Amarás al extranjero (o inmigrante) como a

ti mismo»

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44

en

say

os

y a

rtíc

ulo

sSer inmigrante es a menudo estar en posi-

ción de debilidad, objeto de la injusticia de los

hombres (Sal. 94:6; Eze. 22:7, 29; Zac. 7:10).

Lo que supone que tenemos deberes para con

ellos, como para con los pobres, las viudas y

los huérfanos. Es la razón por la que la Torá les

protege. Dios siempre se preocupa de los que

tienen que soportar en mayor medida el peso de

las consecuencias del pecado. Y Dios recuerda

constantemente a los Israelitas, por interés

pedagógico y moral, que se pueden adherir

plenamente a estas leyes porque ellos mismos

fueron inmigrantes. Pueden entonces entender

y «experimentar lo que los extranjeros experi-

mentan» (Ex. 23:9).

Los profetas recordaron estas leyes al

pueblo denunciando la opresión que padecían

los residentes (Ez. 22:7.29; Zac. 7:10), anun-

ciando incluso la venida del Señor en persona

para castigar a los que pisotean el derecho

del inmigrante (Mal. 3:5). En la ley, estas

diferentes categorías son concebidas como

representando «los olvidados» de la sociedad,

de manera que Dios, conociendo el corazón

humano, les protegerá constantemente en su

ley. Incluso los inmigrantes, que eran general-

mente pobres, estaban asimilados a los indi-

gentes, a las viudas y a los huérfanos; por lo

tanto, a todos los «económicamente débiles»

para quienes se recomendaba a los Israelitas

la caridad.

De allí que era necesario dejarles recoger

las frutas caídas, coger las olivas olvidadas en

los árboles, rebuscar en las viñas y después de

la cosecha (Lev. 19:10; 23:22; Deut. 24:19-21;

Jer. 7:6; 22:3; Ez. 22:7; Zac. 7:10). Tomaban

parte en el diezmo trienal (Deut. 14:29), y en los

productos del año sabático (Lev. 25:6). En los

juicios debían ser tratados con la misma justicia

que cualquier Israelita (Deut. 1:16) pero estaban

sometidos también a las mismas penas que

ellos (Lev. 20:2; 24:16, 22).

En la vida cotidiana no había barreras entre

extranjeros residentes e Israelitas. Era también

el caso para las fiestas nacionales. De manera

que todos los inmigrantes que tenían su suerte

unida a la de Israel, al circuncidarse, podían

participar de la Pascua. Estaban asociados a la

alianza (Deut. 29:10; Jos. 8:33) y se comprome-

tían a respetar las leyes (Deut. 31:12; Jos. 8:35).

De hecho, nuestras leyes republicanas fran-

cesas (y con toda probabilidad las leyes españo-

las), sobre la situación del extranjero residente

legal, son parecidas, si bien, desgraciadamente,

no siempre localmente aplicadas.

2. Jesucristo y la solidaridad

Jesús la enseñó: El Samaritano de la pará-

bola practicó la solidaridad de manera ejemplar

(Luc. 10). En beneficio del viajero desplumado

en la carretera, se despojó a sí mismo de parte

de sus provisiones de viaje, le cedió su asno

para el trayecto hasta la posada y pagó con su

dinero los gastos de pensión del herido. Hasta

se comprometió a pagar los posibles gastos

suplementarios a su vuelta.

Jesús se consideraba solidario de los des-

afortunados (Mt. 25.35-46). Recordemos sus

propias palabras: cuando habréis recogido a un

niño desamparado, habréis visitado a un prisio-

nero, acogido a un inmigrante, todo aquello «a

mí lo habéis hecho».

Jesús vivió la solidaridad de la manera más

absoluta: depositó sus prerrogativas divinas para

tomar la condición de un humilde pueblerino

sometido a las vicisitudes de la vida, la «condi-

ción de esclavo, una situación de hombre» (Fil.

2.7-8). Su meta era de llegar a ser, «en todo

semejante» a los que consideraba como sus

hermanos, y esto hasta la muerte, para salvarles

(Heb. 2.17-18). La solidaridad de Jesucristo con

la humanidad es la fuente de nuestra salvación.

B. La solidaridad en la Iglesia. El apóstol

Pablo emplea la imagen del cuerpo

para hablar de la solidaridad que debe

vivirse en la Iglesia:

1. La imagen del cuerpo

a) Cada miembro tiene su especificidad:

Sería estúpido pensar que todos los miembros

son polivalentes e intercambiables; ¿acaso se

puede ver con las orejas u oír con el ojo? (1 Cor.

12.16-17). ¡Claro que no! Lo cual implica los

puntos siguientes:

b) Cada miembro es indispensable: El ojo no

puede prescindir por mucho tiempo de la mano,

ni la cabeza de los pies (v. 21). Basta hacer un par

de experimentos para darse cuenta de la utilidad

de tener dos manos: con una sola mano, intenta

descorchar una botella de vino (vengo de Alsacia,

una región de viticultura), o cortar una rebanada

de pan, o untar mantequilla sobre ella. Hasta los

miembros más débiles son necesarios (v. 22).

c) Cada miembro es solidario con los demás:

Los miembros del cuerpo deben preocuparse

por los demás y manifestarles igual solicitud (v.

25); los pies transportarán la cabeza (v. 21); los

ojos y las orejas informarán a las demás partes

del cuerpo (v. 17-20); el sufrimiento de una parte

afecta a las demás, el bienestar de una parte

alegra a las demás (v. 26). Esta pluralidad y esta

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45e

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los

complementariedad deseada por Dios son una

de las características de un cuerpo (v. 20).

La «división» en el cuerpo es fuente de sufri-

miento.

d) Es necesaria la coherencia entre los

miembros: Sus ligazones deben ser sólidas, y

sus gestos bien coordinados, armoniosos, desa-

rrollados lógicamente. No hay nada más conmo-

vedor que los movimientos espasmódicos de

un niño discapacitado, sus manos que no obe-

decen a su voluntad, y que se agitan sin nunca

asirse del juguete deseado. La «división» (v. 25)

en el cuerpo es fuente de sufrimiento porque

priva a una parte de los órganos del servicio

indispensable de las demás.

¿De qué sirve la mano que no quiere trans-

cribir el pensamiento mediante la escritura, o

que no quiere llevar el alimento a la boca? Los

demás miembros sufren porque no desempeña

su papel; sufren por sus movimientos autóno-

mos, desordenados y no funcionales. No sólo

es totalmente inútil para el cuerpo, sino que es

gravoso soportarla.

2. La solidaridad en la Iglesia local

La conclusión que saca Pablo es sencilla: la

Iglesia vive y funciona como un cuerpo humano

(1ª Cor. 12.25); cada uno de sus miembros es

útil, necesario, específico (v. 29): ¡pensar que

cualquier creyente, con tal que tenga una buena

disposición, puede desempeñar cualquier fun-

ción, o que la calificación viene con el uso es un

error! No es monitor de escuela dominical quien

quiere, como tampoco anciano, evangelista,

tesorero o… pianista.

Los miembros son complementarios; cada

creyente debe desempeñar sus funciones en

armonía, preocupándose de los demás (Ef. 6.22;

Fil. 2.25-28), coordinando su acción con la de los

demás, considerando el buen desarrollo, la edifi-

cación (Rom. 15.1-2; 1ª Cor. 10.24) y el bienestar

del conjunto de la Iglesia (1ª Cor. 14.12, 31).

No se trata, como en Corinto, de buscar ser

jefes de fila en la Iglesia y de arrastrar un grupo

detrás de sí (1ª Cor. 3.3; 4.8); ni de organizar ága-

pes costosos, sin preocuparse por los creyentes

humildes que no pueden pagar su parte (1ª Cor.

11.21-22). Estas actitudes son contrarias a la

solidaridad. En cuanto al ejercicio de los dones

de palabra, para los Corintios fueron necesarios

nada menos que tres capítulos para volver a

poner las cosas en su sitio.

La iglesia puede, desgraciadamente, muti-

larse a sí misma: un don sólo es útil al conjunto

de la Iglesia... si se ejercita (Ved el ejemplo de

Priscila y Aquila: Rom. 16.3-4). Ahora bien, ¿se

busca, se animan las habilidades de los jóvenes

creyentes, o la de los creyentes en plena madu-

rez que a veces se quedan inactivos en nuestras

asambleas? La iglesia sufre de esta privación,

tanto como un hombre a quien se le vendarían

los ojos. Pero ¿estamos convencidos de esto?

3. Una solidaridad más extendida

a) Cuando Pablo habla de solidaridad en la

Iglesia, ¿sólo contempla la iglesia local?

- Ef. 4.4-5: Hay un solo cuerpo, un solo

Espíritu... En este texto, ¿no subraya que

la iglesia de la que habla es ÚNICA, como

lo es el Espíritu Santo, o el único Dios y

Padre? Lo que Pablo dice del funciona-

miento de los miembros, de su necesi-

dad, de su solidaridad concierne a toda

la iglesia-Cuerpo de Cristo.

- Ef. 4.11: ¿Había apóstoles en cada iglesia

local? ¿Y en Éfeso en particular? (Hechos

20 en todo caso no menciona nada sobre

el particular). ¿No contempla otra vez el

versículo 11 el conjunto de las iglesias

locales: el cuerpo de Cristo?

- 1ª Cor. 12.13: «Judíos, Griegos, esclavos,

libres... TODOS hemos sido bautizados

en un solo Espíritu para formar un solo

cuerpo»: aquí se trata de una alusión

clara a la Iglesia universal, que hizo acto

de presencia en la tierra desde Pentecos-

tés en las diversas iglesias locales.

Todas las iglesias del mundo entero for-rr

man en su conjunto el Cuerpo de Cristo.

- Rom. 12.5: «Somos un (solo) cuerpo en

Cristo». Aquí, otra vez, la expresión sugiere

más de un grupo local de creyentes.

Pablo habla, pues, del tipo de relaciones que

deben existir a la vez entre los miembros de

una iglesia local, y también de la solidaridad que

debe ser la impronta del conjunto del cuerpo

de la Iglesia sobre la tierra, en un país, una

región específica, sea en el imperio romano del

1er. siglo, en Francia (NdT: o España) hoy, o de

manera más extendida, en todo el mundo.

b) ¿Reino o república? No encontramos en

el Nuevo Testamento rasgo de una federación

de iglesias, de una asociación o de una alianza

de las primeras comunidades. (Sí que se habla

de organización, pero a nivel local: nominación

de ancianos, de diáconos, de su sustento, de

los deberes mutuos de los miembros y de sus

privilegios: 1ª Tim. 3; 5.7; Tit. 1; etc.).

Por tanto, se habla a veces de la «INDE-

PENDENCIA» de la iglesia local. ¿Puede apli-

carse legítimamente este término a una iglesia?

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en

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ulo

sSegún el diccionario, independencia significa

«situación de una persona o de una colectividad

que no está sometida a ninguna autoridad».

Pero ¿no es Cristo jefe de la Iglesia ? (Ef. 1.22).

Decir: «¡Jesús es el Señor!» es reconocer

que tiene derecho de dar órdenes, ministerios

y que coordina las actividades del pueblo sobre

el que reina; y es lo que hace (ver Ef. 4.11-13; 1ª

Cor. 12.11). La Iglesia ni es una república, ni una

democracia, ¡es un REINO (Ap. 1.6)!

Se habla también de «AUTONOMÍA» de la

iglesia local. Se la pide para su iglesia; y esto jus-

tifica a veces el hecho de ir por su propio camino

sin preocuparse mucho por los problemas de

los demás, y menos aún por los consejos de

los demás. Ahora bien, el diccionario define la

AUTONOMÍA como la libertad para gobernarse

por sus propias leyes. Pablo contempló lo que

resultaría en un cuerpo humano si los miembros

decidiesen ser autónomos, actuar según sus

propios deseos: este hombre sería un mons-

truo moviéndose de forma incontrolable (1ª Cor.

12.14-21). Pero el conjunto de las iglesias loca-

les forma un cuerpo (Rom. 12.5).

c) Un solo Señor y una ley común

Los creyentes están sometidos a una ley

común, la que propone el Señor, y no la de

Pablo, de Apolos, de Pedro entonces (1ª Cor. 2),

o del hermano Martín hoy (si no fuera el caso,

¡vaya… cuántas discusiones!). Esta ley de liber-rr

tad, vivida en el amor, conduce a convertirnos

en siervos los unos de los otros (Gál. 5.13). Esta

ley se aplica a toda la Iglesia.

¿No debemos entonces plantearnos ciertas

preguntas?

1. ¿Soy consciente, aquí, en mi comunidad,

de ser miembro de un cuerpo local?

2. ¿Soy consciente que mi comunidad local

forma parte de un Cuerpo mucho más grande

que incluye numerosas otras comunidades-

hermanas?

3. ¿Se siente implicada mi comunidad por

la existencia, el desarrollo y las dificultades de

otras asambleas en España? ¿O de otras igle-

sias evangélicas en el mundo?

4. ¿Lleva a una verdadera solidaridad esta

toma de conciencia?

C. La solidaridad y la interdependencia de

las primeras comunidades cristianas

- La iglesia de Jerusalén da el primer ejem-

plo en este particular (Hech. 11.22); se

entera que un grupo de jóvenes conver-rr

tidos se reúne en Antioquía; enseguida

delega a dos ancianos para ir y enseñar-rr

les: se siente responsable de esta joven

comunidad, cuyos progresos sigue con

interés (Hech. 21.17ss).

- Los detalles del contenido de la ense-

ñanza que Pablo y Bernabé imparten a

la Iglesia de Antioquía no son menciona-

dos. Pero el primer fruto conocido será

la preocupación de esta joven Iglesia por

otras Iglesias: una colecta «para los her-

manos de Judea» (1ª Tim. 5.8 y Ef. 2.19).

La iglesia de Antioquía de Siria se siente

implicada por las necesidades de la de

Jerusalén; como lo fueron más tarde las

de Macedonia, de Corinto y seguramente

de Galacia (1ª Cor. 16.1ss) para con los

hermanos de Judea (2ª Cor. 8-9).

- La iglesia de Antioquía se sentirá también

implicada por las necesidades espiritua-

les del mundo: enviará a Bernabé y a

Pablo en misión (Hech. 13.2-3).

- Al regreso de su primer viaje, Pablo y

Bernabé organizan una reunión misionera

para dar cuentas y dar noticias de su tra-

bajo y de las nuevas iglesias: la suerte de

las nuevas iglesias interesan a la iglesia

de Antioquía (Hech. 14.27) tanto como

las comunidades de Fenicia y Samaria

(Hech. 15.3).

- Se organiza un segundo viaje misionero,

luego un tercero, y en cada caso, la moti-

vación es la preocupación de saber cómo

van las jóvenes iglesias (Hech. 15.36) y el

deseo de confirmarlas (Hech. 18.23).

- La famosa conferencia de Jerusalén (Hech.

15) tuvo lugar en razón de un desacuerdo

teológico que dividía la iglesia de Antio-

quía. Se da un estancamiento total porque

cada uno campa en sus posiciones. ¿Se va

a pudrir así la situación? No. Sabemos que

la iglesia no está sola, que tiene numero-

sas iglesias-hermanas, y en particular, la de

Jerusalén, que de una forma es su «madre

espiritual». Se forma una delegación para

buscar en ella ayuda y consejos espiritua-

les, y más aún: ¡preguntarles qué decisión

los hermanos de Jerusalén piensan que

debería tomarse en Antioquía!

Los ancianos de Antioquía eran lo suficiente-

mente humildes para ello (y, sin embargo, ¡con-

taban con personas tan cualificadas, conocidas

y experimentadas como lo podían ser Pablo y

Bernabé!). Vuelven de allí con una carta; y van

acompañados por hermanos con autoridad para

implementar en las Iglesias de Antioquía, Siria

y Silicia las decisiones tomadas en Jerusalén.

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47e

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los

En Antioquía, lejos de sentirse humillados por

estos hermanos venidos de fuera para restable-

cer el orden, ¡«se alegran por este ánimo»! ¡Y

los hermanos que no pertenecen a la iglesia de

Antioquía (Silas y Judas) toman aún la libertad

de pronunciar «numerosos discursos» en una

iglesia que no es la suya! Las iglesias del primer

siglo eran solidarias unas con otras. ¡Cuán lejos

estamos de una actitud de independencia o de

autonomía locales! Desde el principio del libro

de Hechos, el conjunto de las iglesias formaba

un cuerpo cuyos miembros cooperaban y se

sentían solidarios unos con los otros. Y hay más:

- A lo largo de Hechos y de las Epístolas

comprobamos la preocupación de Pablo

por las iglesias: se siente responsa-

ble de ellas como si fueran sus hijas.

Llora por causa de ellas, se alegra, envía

mensajes: desde Éfeso a Macedonia,

desde Corinto a Tesalónica, desde Éfeso

a Corinto, envía formadores a Creta, a

Éfeso... Algunas cartas debían ser leídas

por varias iglesias (establecimiento de

una conducta común), y Pablo da órde-

nes precisas para ello (Col. 4.16; Gál.

1.2).

- La actitud de una iglesia puede causar la

caída de otras iglesias locales, miembros

del Cuerpo universal de Cristo (1ª Cor.

10.32). A la inversa, puede ser de ánimo

para otras comunidades (1ª Tes. 1.7;

2Tes. 1.4), e, incluso, «para el mundo

entero» (Rom. 1.8).

Las iglesias, en su conjunto, no constituían

por cierto ni una federación ni una asociación

(esta forma legal no existía en este tiempo),

pero los lazos que les unían eran probablemente

más fuertes todavía que un reglamento aso-

ciativo. Eran vínculos vivos: los que unen los

miembros para dar un CUERPO que vive y crece

saludablemente. Une solidaridad espontánea,

voluntaria, que se desarrollaba en el gozo. Hoy

día, vivimos en países democráticos cuyas leyes

en general nos protegen y nos permiten gozar

de la libertad de culto y de pensamiento. En el

marco de estas leyes somos llamados a asociar-rr

nos o a federarnos. Es también un testimonio

ante nuestros conciudadanos. El espíritu que

nos anima es un espíritu de orden.

¿Qué se sabe hoy de las demás asambleas

que se reúnen en la misma aglomeración que

la nuestra? ¿Experimentamos el gozo de vol-

ver a encontrarnos con los miembros de las

comunidades vecinas en un encuentro regional?

¿Acaso participamos en dichos encuentros?

¿Nos preocupa tal asamblea que tiene proble-

mas para comprar un local indispensable para

su desarrollo? ¿Por esta otra que busca desde

hace mucho tiempo un obrero a pleno tiempo,

y que no se atreve a contratar por no tener los

recursos suficientes en la actualidad? ¿Sabemos

si necesitan de nuestras oraciones? ¿Cómo va la

librería de fulano? ¿Necesita un cocinero el cam-

pamento de jóvenes de julio? ¿Y las asambleas

del Chad, de Madagascar...?

¡Que nuestras asambleas sean un cuerpo

bien ordenado y coherente que saque su creci-

miento de Cristo, y se edifique en amor!

François-Jean Martin- es doctor en Biogeografía,

consejero del rector de l’Academie de Strasbourg

y responsable de Misiones de la Coordinadora de

Asambleas de Hermanos de Francia, de cuya Comi-ii

sión de Servicio y Referencia forma parte.

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48

en

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ulo

s¿Exclusión o abrazo?

SAMUELSS ESCOBARBB

Uno de los teólo-

gos más leídos en el

mundo evangélico de

habla inglesa actual es

el croata Miroslav Volf,

profesor en la Facultad

de Teología de la Uni-

versidad de Yale, en Estados Unidos. Cuando lo

conocí en 1991, Volf era profesor del Instituto

Bíblico de Osijek, un hermoso pueblo en lo que

era entonces Yugoslavia. Unos meses después

me sorprendió ver en la televisión cómo ese

pueblo había estallado, destrozado por la tra-

gedia de la división de ese país entre croatas,

serbios y bosnios. Siguió una cruel guerra fra-

tricida en la cual se dieron extremos increíbles

de genocidio y destructividad. El odio racial y

la exclusión llevaron a estos europeos del Este

a cometer las mismas barbaridades que luego

vimos repetirse entre los grupos étnicos de

Rwanda, en el este de África.

El libro más conocido de Miroslav Volf es un

tratado teológico que lleva por título Exclusión

y abrazo, en el cual el autor nos propone una

exploración teológica de los temas de la identidad

propia, la de “los otros”, y la reconciliación. Volf

propone que la comprensión del mensaje cris-

tiano y la misión de la Iglesia hoy tiene que tomar

en cuenta estos temas porque alrededor de ellos

están algunos de los más serios desafíos a la fe

que enfrentaremos en las próximas décadas.

Volf examina el papel que cumple nuestra

manera de referirnos a los demás seres huma-

nos en el proceso de afirmación de nuestra pro-

pia identidad. Como seres humanos formamos

parte de familias, pueblos, razas, naciones, rea-

lidades de las cuales se nutre nuestra identidad.

Y también como humanos tomamos conciencia

de que hay otros seres humanos que pertene-

cen a otras familias, pueblos, razas y naciones.

Hay un momento inicial de exclusión que pasa

por descubrir, afirmar y disfrutar aquello que es

exclusivamente nuestro y que nos diferencia de

“los otros”. Cuando ese proceso de exclusión

se intensifica y exagera llegamos a concebir

como único modo de vida posible el separarnos

de los demás afirmando nuestra propia iden-

tidad y excluyendo a los otros. Sin embargo,

las realidades sociales como la migración o la

formación de naciones nos imponen la convi-

vencia con otros que son diferentes a nosotros.

Entonces la actitud excluyente termina por

hacer imposible esa convivencia y se manifiesta

en formas de exclusión como fueron la segrega-

ción racial en los Estados Unidos o el apartheid

en Sudáfrica. En estos sistemas quienes tienen

el poder organizan la sociedad en forma que

excluye a los que son diferentes. La exclusión

lleva consigo el desprecio, el reducir a los otros

a una vida inferior, el cortarles oportunidades de

avanzar en la vida, el multiplicar los privilegios

para “los nuestros” a costa de sacrificios y des-

ventajas para “los otros”.

Volf cree que en el centro mismo del men-

saje del Evangelio de Jesucristo hay una crítica

a la exclusión y una invitación a abandonar esa

actitud. La cruz de Cristo que es central en su

obra y su mensaje, es una invitación a reconsi-

derar nuestra actitud sustituyendo la exclusión

por el abrazo fraternal, la receptividad al otro a la

luz de una nueva identidad que ahora proviene

de nuestra relación con Cristo.

Exclusión y abrazo en el Nuevo Testamento

En realidad, si leemos con cuidado el Nuevo

Testamento, notamos que Jesús y los apóstoles

confrontan la tensión propia de la sociedad de

su tiempo entre exclusión y abrazo. Así resulta

evidente que por detrás de los hechos que

narran los Evangelios y el libro de Hechos, y

de las enseñanzas de las epístolas, hay una

invitación a cambiar de actitud. La exclusión

se veía en esa forma de conducta tan humana

que caracterizaba, por ejemplo, a los judíos

frente a los samaritanos y los gentiles. Y parece

que los evangelistas se empeñan en contarnos

que Jesús superó esa exclusión y abrazó a los

samaritanos. Ese abrazo era, por así decirlo, una

evidencia de que la realidad del Reino de Dios

se había manifestado en la vida y ministerio de

Jesús entre los seres humanos. Jesús elogió

la fe y la gratitud del leproso samaritano (Lucas

17:11-19), atravesó barreras de raza y género

para conversar con la samaritana (Juan 4:4-39),

y cuando contó una parábola para enseñar lo

que era el verdadero amor al prójimo puso a

un samaritano como modelo de buen prójimo,

digno de imitarse (Lucas 10:33).

La actitud exclusivista iba a ser una tentación

constante para la Iglesia naciente. Lo vemos en

el libro de Hechos donde primero surgen ten-

siones en la Iglesia de Jerusalén, entre judíos

de Jerusalén y judíos de la dispersión (Hechos

6). Luego nos damos con la realidad de que

la conversión de los gentiles al Evangelio no

parece entusiasmar mucho a los más celosos

cumplidores de la Ley (Hechos 11:1-3). Contra

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los

ese trasfondo se entiende la radicalidad de

la enseñanza de Pablo acerca del significado

de la cruz de Cristo para las relaciones huma-

nas entre aquellos que eran antes dos pueblos

mutuamente excluyentes y han pasado a formar

parte de un nuevo pueblo, sin exclusiones. Éste

era un aspecto central de la novedad de vida

que trae el Evangelio y Pablo va al meollo de la

experiencia cristiana cuando afirma que por su

muerte en la cruz Cristo ha roto la pared que

antes dividía a unos de otros (Efesios 2:11-16).

La reconciliación de los seres humanos con

Dios se manifiesta en la existencia de un pueblo

nuevo de seres reconciliados en Cristo.

Los brotes de racismo y los sistemas de

exclusión se advierten en las nuevas socieda-

des europeas pese a sus ideales democráticos

e igualitarios. Algunas formas de tribalismo se

manifiestan frente a la presencia indispensa-

ble pero no siempre bien recibida de una masa

de trabajadores inmigrantes. Dentro de este

ambiente las iglesias del Señor hoy en día tie-

nen un constante y singular desafío a poner en

práctica el abrazo en lugar de la exclusión. Pero al

igual que las iglesias del Nuevo Testamento, par-rr

tiendo de su teología, de la verdad de su mensaje

expresada en su forma de vivir, las iglesias de

hoy tienen que responder con una actitud dife-

rente a la de la sociedad ambiente. En el camino

de la nueva convivencia surge una miríada de pro-

blemas pastorales a los cuales hay que abocarse

de manera creativa y valiente. El hecho de que

Cristo nos llama a una vida de comunidad recon-

ciliada, superando las exclusiones, practicando

el abrazo, trae aparejados en la práctica muchos

interrogantes y desafíos nuevos.

La recepción al “otro” como centro de la misión

Varias veces en el texto de Romanos nos

encontramos con la palabra recibir como desr -

cripción de una actitud que está en la raíz de la

vida cristiana. El contexto, recordemos, es el

del encuentro entre personas de razas, nacio-

nalidades y culturas diferentes. En el capítulo

15 está la exhortación “Recibíos los unos a los

otros, como también Cristo nos recibió, para

gloria de Dios” (Ro. 15:7). El contexto inmediato

anterior es el de las relaciones entre personas

espiritualmente fuertes y personas débiles, y lo

que tenemos es el consejo pastoral del apóstol

respecto a la aceptación de quienes son dife-

rentes a nosotros, en el seno de la iglesia de

Cristo. El tono general del capítulo 14 es lo que

podríamos llamar una pastoral de la receptividad

o de la aceptación mutua, y lo que encontramos

en las líneas citadas del capítulo 15 es el fun-

damento teológico en que se basa el consejo

pastoral. Que Cristo nos haya recibido a todos,

judíos y gentiles por igual, ha sido dicho de

muchas otras maneras en la epístola. Dios nos

ha hecho hijos, nos ha justificado, nos ha adop-

tado, nos ha dado la seguridad de la relación con

él y hemos recibido como anticipo de la plenitud

de sus dones la presencia del Espíritu Santo en

nuestras vidas. Así que la práctica de recibir al

otro y aceptarlo se fundamenta en verdades

centrales del Evangelio.

Este recibir al otro no se queda en lo que

podríamos llamar un lirismo teológico idealista.

La pastoral de Pablo en su carta aparece como

consejo concreto y práctico con toda claridad en

el comienzo del capítulo 16: “Os recomiendo

además a nuestra hermana Febe, diaconisa de la

iglesia en Cencrea. Recibidla en el Señor, como

es digno de los santos, y ayudadla en cualquier

cosa en que necesite de vosotros, porque ella ha

ayudado a muchos y a mí mismo” (Ro. 16: 1-2).

Así pues, esta epístola que siempre ha sido

considerada la explicación más clara y detenida

de la buena noticia del Evangelio, tiene como

trasfondo una situación pastoral determinada

por los movimientos migratorios que han lle-

vado a judíos y gentiles, creyentes en Cristo,

desde diferentes rincones del imperio hasta la

capital. Dios en su misericordia y su designio

salvador ha querido usar esas corrientes migra-

torias de personas y de pueblos para darles el

encuentro a personas de trasfondos muy varia-

dos y la tarea apostólica es explicar lo que es

el núcleo central de la fe evangélica y al mismo

tiempo responder a las situaciones pastorales

que crea la convivencia de personas muy dife-

rentes entre sí.

Creo que es importante destacar que esta

manera de comprender la iglesia y su misión

en Pablo, como en el resto del Nuevo Testa-

mento, muestra que los apóstoles no adoptaron

el recurso de resolver la crisis de la migración

y el multiculturalismo aconsejando la creación

de lo que algunos misionólogos llaman “unida-

des homogéneas”1. De ser así el consejo del

apóstol habría sido, “separaos para que no os

enfrentéis y formad iglesias diferentes, una para

migrantes judíos y otra para gentiles”. De una

1 El término proviene de la llamada “escuela de

Iglecrecimiento”, cuyos promotores más insistentes

fueron Donald McGavran y Peter Wagner. Sostiene

esta escuela que dado que a las personas no les gusta

atravesar barreras culturales y raciales, si se busca el

crecimiento numérico hay que tener iglesias que sean

homogéneas en lo social, racial y cultural. René Padilla

ofrece una discusión cuidadosa del tema en su libro Mi-ii

sión integral (l Buenos Aires, Nueva Creación, 1985).

Page 50: SEMBRADORAS Nº 4

u otra manera en la variedad y el encuentro de

personas muy diferentes dentro de su experien-

cia común de haber sido aceptadas por Cristo,

en la convivencia mutua y la receptividad recí-

proca, hay un testimonio del poder de Dios para

crear una nueva humanidad.

Samuel Escobar es catedrático emérito

de Misionología en el Seminario Teológico

Palmer de Pennsylvania, EEUU; y profesor del

Seminario Teológico de la UEBE en Madrid.

Nació en Arequipa (Perú). Estudió en las

Facultades de Letras y Educación de la

Universidad Nacional Mayor de San Marcos

de Lima, obteniendo el título de Profesor de

Educación Secundaria en 1966. Doctorado

en filosofía y ciencias de la educación por la

Universidad Complutense de Madrid. En 1997 la

Universidad MacMaster de Canadá le concedió

un doctorado honorario en Teología. También

formó parte de la Comisión de Programa del

Congreso de Evangelización de Lausana (1974).

Entre 1983 y 1984 fue profesor multicultural en

el Calvin College de Grand Rapids (Michigan,

EE.UU.). En 1985 asumió la cátedra Thornley B.

Wood de Misionología, que ocupo hasta junio

de 2005.Fue miembro de la junta de gobierno

de varias entidades misioneras y Presidente

de las Sociedades Bíblicas Unidas de 1986 a

2004. También fue Presidente de la Comunidad

Internacional de Estudiantes Evangélicos

(IFES) entre 1985 y 2003. Es miembro de la

American Society of Missiology, que presidió

en 2002. Colabora regularmente en revistas en

castellano como El Eco Bautista, Andamio y

Boletín Teológico; y revistas especializadas en

inglés. Entre sus libros podemos citar: Diálogo

entre Cristo y Marx (1967); Decadencia de la

religión (1973); Irrupción juvenil (1978); Evangelio

y realidad social (1988); La fe evangélica y las

teologías de la liberación (1987); Paulo Freire:

una pedagogía latinoamericana (1993); Tiempo

de misión (1999); Changing Tides: Latin America

and Christian Mission (2002); The New Global

Mission (2003); La Palabra: vida de la iglesia

(2006). Está casado desde 1958 con Lilly Artola

Díaz.

50

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Page 51: SEMBRADORAS Nº 4

51e

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los

La madera del reyy el pan

del gobernador

Reflexiones personales en torno al

aprovechamiento de los recursos del

Estado en la edificación del reino de Dios

RUBÉN LUGILDE YEYY PESPP

En los días que

estoy redactando este

artículo aparece una

noticia en Protestante-

Digital.com, según la

cual en el marco del

proceso de elabora-

ción de la nueva Ley

de Libertad Religiosa,

“el Gobierno planea

negociar asignación tri-ii

butaria a las confesiones de notorio arraigo”.

Durante los últimos años uno de los temas

candentes en nuestros ámbitos evangélicos

es el de la recepción por parte de las iglesias y

organismos evangélicos de ayudas del Estado.

En la actualidad existen diferentes procedimien-

tos por los cuales como evangélicos podemos

percibir ayudas públicas e incluso fondos a tra-

vés de la Fundación Pluralismo y Convivencia. Y

es probable que en un futuro no muy lejano las

iglesias evangélicas podamos ser perceptoras

también de un porcentaje de los impuestos de

los ciudadanos que así lo deseen a través de la

“casilla” en la declaración de la Renta. ¡Estu-

pendo!, dicen algunos. ¡Espantoso!, expresan

otros. Como muestra de esa diversidad de opi-

niones, en una encuesta abierta por el mismo

medio digital evangélico sobre la posibilidad de

que las confesiones no católicas reciban dinero

a través del IRPF, el porcentaje de defensores

y detractores de la idea es muy similar. Sin

embargo, hace algunos años, cuando la Iglesia

Católica era la única confesión que recibía ayu-

das públicas, recuerdo que en nuestro entorno

se asumía como un principio fundamental que

la separación Iglesia-Estado implicaba que las

iglesias, ninguna confesión, fuesen financiadas

por el Estado. De hecho para muchos era parte

de nuestras señas de identidad frente a los pri-

vilegios y la tradicional vinculación de la Iglesia

Católica con el Estado español durante siglos.

Hoy parece que ese “Dad a César lo que es

de César y a Dios lo que

es de Dios” no tiene una

aplicación tan unánime.

Acabo de referirme

al que probablemente

sea el texto central en

el debate sobre las rela-

ciones entre la Iglesia y

el poder temporal. No

obstante, dicha frase de

Jesús, aunque aporta

importantes principios,

no constituye un tratado

completo sobre cómo

armonizar la convivencia

entre el reino de Dios y los reinos de los hom-

bres a lo largo de la Historia. En otros lugares

del Nuevo Testamento encontramos también

alusiones a las relaciones con el poder civil,

pero las circunstancias de las iglesias del cristia-

nismo inicial en este tema se alejan bastante de

nuestro contexto sociopolítico actual. ¿Estamos

entonces sin orientación bíblica? Seguro que no,

pero probablemente este tema exija de noso-

tros una reflexión más intensa para identificar

cuál sea la mejor aplicación de los principios

bíblicos en nuestra situación contemporánea. Y

por no existir una enseñanza explícita sobre ello,

los creyentes deberíamos reconocer que nues-

tras conclusiones tienen un grado de certidum-

bre menor que en temas doctrinales claramente

revelados, y por lo tanto respetar aún más si

cabe las conclusiones legítimas que con limpia

conciencia y coherencia alcancen otros herma-

nos. Claro que el problema se agudiza cuando

las decisiones de unos pueden condicionar a

todos.

Desde esta convicción de fidelidad a la Pala-

bra y humildad en las conclusiones, hay un

relato de la historia de Israel que nos puede ayu-

dar para identificar algunos principios valiosos,

aunque sin duda comprometedores.

En tiempos de Nehemías “los que se libra-

ron del destierro y se quedaron en la provincia

están enfrentando una gran calamidad y humi-ii

llación. La muralla de Jerusalén sigue derribada,

con sus puertas consumidas por el fuego” (Neh. ”

1.3). Fueron sin duda tiempos críticos en la

historia del pueblo de Dios. A lo largo de su

historia, Israel primero y la Iglesia después han

sufrido a manos de los gobiernos humanos. A

veces como resultado de un juicio anunciado

por Dios y otras como parte de la guerra que el

“dragón” desarrolla a lo largo de los siglos con-

tra los que guardan los mandamientos de Dios

y son fieles al testimonio de Jesús (Ap. 12.17),

los creyentes han sufrido a un Estado opresor y

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sperseguidor, con niveles de intensidad muy dife-

rentes. En nuestra historia los evangélicos espa-

ñoles tenemos sobrados ejemplos de persecu-

ción, humillación, expolio y opresión. Ha habido

tiempos en los cuales el Señor ha permitido que

nuestra nación nos viera como enemigos y en

los cuales el Estado en lugar de castigar al malo

perseguía al justo. Sin duda ha habido épocas,

no muy lejanas, en las cuales nuestras murallas

han estado derribadas y nuestras puertas que-

madas.

En medio del exilio de Israel, Aquel que pone

reyes y quita reyes, hizo llegar un nuevo impe-

rio en oriente. A los babilonios les sucedieron

los medo-persas, y a la política de dispersión e

intransigencia le siguió una nueva estrategia de

tolerancia religiosa y restitución. Y en esa corte

el Señor había puesto a sus hijos.

Si durante años en nuestra España fue nece-

sario denunciar los abusos del régimen dictato-

rial-nacionalcatólico, y el Señor levantó a líderes

capaces de crear una “Comisión de Defensa”,

con el acceso de España a una Monarquía Cons-

titucional y un régimen de libertades equiparable

al resto de los países occidentales (que en buena

medida habían alcanzado como resultado de la

influencia de la Reforma protestante, dicho sea

de paso), los evangélicos obtuvimos no sólo

derechos y libertades, sino que en 1992 se firma-

ron acuerdos de cooperación con el Estado como

confesión de “notorio arraigo”, y eso a pesar de

siglos de esfuerzos por lograr nuestro desarraigo.

Regresemos a Nehemías. Si antes el “Estado”

había oprimido y expoliado, ahora se presentaba la

oportunidad de revertir la situación. El rey le ofrece

la ocasión, y Nehemías la aprovecha. Sin duda

su testimonio personal de servidor íntegro, leal y

capaz allanó el camino. Con una total dependencia

de Dios Nehemías hizo su petición: “Si le place al

rey, que se me den cartas para los gobernadores

al otro lado del río, para que me franqueen el paso

hasta que llegue a Judá; y carta para Asaf guarda

del bosque del rey, para que me dé madera para

enmaderar las puertas del palacio de la casa, y

para el muro de la ciudad, y la casa en que yo

estaré. Y me lo concedió el rey, según la benéfica

mano de mi Dios sobre mí. (Neh. 2.7-8). íí

¿Qué pide Nehemías? Fundamentalmente

protección legal y recursos materiales. Este pre-

cedente junto con el de Pablo en Filipos o ante

el gobernador Félix, nos muestra que puede

ser legítimo hacer uso de la legalidad vigente

en materia de derechos y libertades, para que

los creyentes demandemos que se nos abran

puertas que, por reminiscencias del pasado o

intransigencias del presente, todavía algunos

mantienen cerradas. Pienso en permisos muni-

cipales y otras trabas con las que iglesias en

España todavía se enfrentan. Pero Nehemías

pide también la madera del bosque del rey, es

decir, que pueda utilizar recursos materiales del

“Estado” para reconstruir Jerusalén e incluso

su propia vivienda oficial. Su esfuerzo fue una

inversión productiva que fortaleció al pueblo de

Dios y permaneció por varias generaciones.

¿Podemos aplicar esto también? Creo que si

el Señor permite épocas de expolio también per-rr

mite momentos de restitución. Y quizás seríamos

poco sabios si no sabemos reconocer los recursos

que Dios pone a nuestro alcance para la edifica-

ción de su Reino aquí y ahora. Sin duda vendrán

tiempos en los cuales de nuevo sufriremos la per-rr

secución, pero ahora tenemos una puerta abierta

que debemos aprovechar. Ahora bien, Nehemías

empleó esos recursos con lealtad al rey, indepen-

dencia y responsabilidad. Y en eso también debe

ser un ejemplo para nosotros. Si ahora tenemos

exenciones fiscales, acceso a instalaciones públi-

cas, cesiones de suelo público e incluso subven-

ciones para proyectos, debemos estar seguros de

que su aplicación sea la más eficaz para la edifica-

ción de la Iglesia, que su uso sea siempre el que

la ley señala y que su gestión sea absolutamente

fiel. Pero además nuestra lealtad principal es con

el Reino de Dios, por ello tendremos que ser muy

prudentes para que nuestra misión no se vea com-

prometida o “descafeinada” por no perder esa

madera del rey.

Pero hay algo más en la historia de Nehe-

mías que me sugiere la importancia de mar-

car ciertos límites. Si bien estuvo dispuesto a

emplear los recursos disponibles, se negó a

hacerlo para su beneficio personal. Aprovechó la

madera del rey, pero “nunca reclamó el pan del

gobernador” (Neh. 5.18). Aunque por su cargo

tenía ciertos derechos, por consideración hacia

las necesidades de su pueblo se negó a ejercer-rr

los. En su servicio ejemplar no hubo ningún tipo

de ambición personal, favoritismos ni privilegios.

Ostentar un cargo y disponer de fondos no fue

nunca una excusa para crear una estructura de

poder a su alrededor. Y creo que de nuevo su

ejemplo presenta un gran desafío para nosotros.

Uno de los grandes peligros de las interac-

ciones estrechas entre las iglesias y el Estado

es que, imperceptiblemente, las primeras aca-

ben asumiendo las formas y estructuras que el

poder político diseña para su propio funciona-

miento. Intentaré explicarme con un ejemplo

aparentemente inocuo. Un Estado se organiza

territorialmente para administrar con mayor efi-

cacia; en España tenemos Comunidades Autó-

nomas, Provincias y Municipios. Ahora bien,

¿esa estructura territorial legítima y necesaria

Page 53: SEMBRADORAS Nº 4

debe condicionar las relaciones y comunión

del pueblo de Dios? Y sin embargo, podemos

observar que a menudo las iglesias tienden a

reproducir en sus pautas de relación y organiza-

ción dicho modelo, de manera que se pueden

dar situaciones tan curiosas como que una

congregación estreche lazos con iglesias distan-

tes cientos de kilómetros, por ser de la misma

Comunidad, que con otras más próximas pero

de diferente autonomía.

Pero más preocupante puede ser la sutil

atadura que los fondos públicos pueden crear

en nuestras iglesias. La multiplicación de orga-

nismos, comités, cargos y trabajadores evangé-

licos que dependen de la financiación del Estado

puede llevarnos a un progresivo distanciamiento

entre “el pueblo” evangélico y las estructuras

representativas y denominacionales. El incre-

mento de presupuestos puede crear una red

burocrática de dependencias en la cual los repar-rr

tos dependan de complejas operaciones de

recuento de personas, lugares y votos, o más

sencillamente de afinidades de diverso tipo. Y

esperemos que en la España evangélica sepa-

mos desarrollar una ética genuinamente “pro-

testante”, contraria a la picaresca tradicional his-

pana, en la gestión de las “cosas públicas”. Por

otro lado, si nuestros ministerios, organismos

y estructuras denominacionales dependen más

de la financiación pública que del sostenimiento

espiritual, ¿cómo podremos cumplir fielmente

con nuestra labor profética en un mundo alejado

de Dios? Quizás mis temores sean infundados,

pero sinceramente creo que hacer uso del “pan

del gobernador” es hoy una tentación a la que

debemos hacer frente. Nehemías supo discernir

entre lo que era lícito y lo que era conveniente, y

hoy el desafío se repite para nuestra generación.

Por eso, el tema va más allá de “casilla sí

o casilla no”. ¿Realmente hemos reflexionado

sobre las implicaciones espirituales en el uso de

los recursos públicos disponibles antes de soli-

citarlos? ¿Sabemos cuáles son los límites que

debemos aplicar para no perder ni un ápice de

nuestra independencia frente al Estado y man-

tener nuestras prioridades como ciudadanos del

Reino? ¿Quién está marcando el camino a seguir:

las decisiones y conveniencias del Estado o nues-

tras convicciones bíblicas? Y finalmente, ¿hemos

valorado las repercusiones que todo esto tiene

en nuestro testimonio ante la sociedad?

Que el Señor levante nuevos Nehemías que

sepan aprovechar la madera del rey sin reclamar

el pan del gobernador.

Nacido en Vigo (1967). Licenciado en His-

toria por la Universidad de Salamanca, profe-

sor de Instituto y director del Proyecto Éfeso

de Formación Bíblica. Es Anciano de la Iglesia

Cristiana Evangélica (Paseo de la Estación 32)

y presidente de la Asociación Cultural “George

Borrow”.

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sLas relaciones

interpersonales yel perdón

S. STUART PARK

La Directora de la

Revista me solicita un

artículo sobre las rela-

ciones interpersonales

y el perdón, y acepto

su invitación gusto-

samente, pero no sin

cierta reserva, por los

motivos que adelanto a

continuación. Primero,

porque el tema cae

fuera de los habituales límites de mi «habita-

ción» teológica, ya que suelo ocuparme en

cuestiones de hermenéutica bíblica; y segundo,

porque temo no decir todo lo que posiblemente

se espera de mí. Las relaciones interpersona-

les son fluctuantes por naturaleza, intensas o

relajadas, distantes o íntimas, según el caso u

ocasión. No entraré aquí en el aspecto humano

o psicológico de esta cuestión; otros hay más

cualificados que yo. Lo que haré es abordar

el asunto en el ámbito de la iglesia, donde la

complejidad de las relaciones interpersonales

desemboca, a veces, en conflicto, y por lo que

surge, en consecuencia, la necesidad imperiosa

del perdón. Hablaré desde mi experiencia como

Anciano, en el marco de la Palabra, «lámpara

a mis pies, / Y lumbrera a mi camino» (Salmo

119:105).

El asunto, en el fondo, es claro y sencillo. Si

yo tengo la culpa de la ruptura de las relaciones

interpersonales, y mi falta es moral, o se debe

incluso a un malentendido, debo pedir perdón.

Si he sido agraviado, y el otro reconoce su falta,

y pide perdón, debo perdonar. Si no, el «perdón»

es una quimera, una hipocresía, y una falsifica-

ción. El creyente perdona por naturaleza, y no

estar dispuesto a perdonar indica una grave con-

tradicción. Pero perdonar por perdonar no tiene

sentido, y es perjudicial.

Desavenencias entre las personas

El sufrimiento producido por las desave-

nencias entre las personas es uno de los

más intensos y dolorosos que el hombre

pueda padecer. La complejidad de los

problemas, su difícil y a veces imposi-

ble solución, exponen al hombre a una

experiencia de desgaste y preocupación.

La pérdida de confianza y comunión, la

acumulación interminable de acusación y

exculpación, el cuestionamiento de acti-

tudes y motivaciones, la multiplicación

de palabras que oscurecen y entorpecen

más que aclarar o resolver; todo ello per-rr

tenece a uno de los aspectos más tristes

de la relación entre las personas.

Cuando es viable la reconciliación, es

preciso llevarla a cabo. Cuando es posible

perdonar, es nuestro deber hacerlo. Pero

cuando en uno o en otro no hay arrepen-

timiento y no es posible la reconciliación,

el creyente se suma a la experiencia de

Job, se une al dolor de Cristo, y cumple

en su carne «lo que falta de las afliccio-

nes de Cristo por su cuerpo, que es la

iglesia» (Colosenses 1:24).

Escribí estas palabras hace más de 20 años

en Desde el torbellino, una reflexión sobre el

libro de Job, y las suscribo y ratifico, si cabe

con mayor convicción aún. La historia de Job es

ilustrativa: un hombre justo y recto, falsamente

acusado por sus «amigos», que ni entienden

ni simpatizan con su situación, mantiene firme

hasta el final su integridad, hasta recibir la vin-

dicación de Dios. Debería haber pedido per-

dón —según sus amigos—, y debería haberse

derrumbado, arrepentido, ante Dios. Pero si Job

lo hubiese hecho, habría traicionado las propias

bases de su integridad, las mismas que le gran-

jearon el odio del Acusador. Afortunadamente

para nosotros, Job no sucumbió a la satánica

tentación (sí, la tentación de pedir perdón), y en

esto se convirtió para siempre en un ejemplo

para el creyente, y en un precursor ilustre de

Jesús.

Las relaciones interpersonales proporcio-

nan el tejido fino de nuestras vidas, y aportan

confianza y respeto, felicidad y gracia, riqueza

y comunión, pero cuando se tuercen y se rom-

pen, producen dolor y confusión. En mi propia

experiencia, la ruptura de las relaciones inter-

personales en el ámbito de la iglesia resulta más

dolorosa que cualquiera que se pueda dar en

el mundo, y su solución, a veces, resulta más

complicada aún.

La razón no es difícil de encontrar. La iglesia

—en su manifestación más miserable— puede

ser un lugar de rivalidad y envidia, de ansia de

poder, de oscuras motivaciones disfrazadas de

«amor», de «diálogo», o de «verdad», donde

personas ignorantes y frustradas en su vida

personal se crecen, rechazan la autoridad ajena,

y no aceptan la corrección. El apóstol Pablo des-

cribió su relación con ellos así: «Porque no nos

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atrevemos a contarnos ni a compararnos con

algunos que se alaban a sí mismos; pero ellos,

midiéndose a sí mismos por sí mismos, y com-

parándose consigo mismos, no son juiciosos» (2

Corintios 10:12). ¿Qué debería haber hecho el

apóstol? ¿Pedirles perdón?

Conozco algunos foros evangélicos donde la

conducta reprobable de algún creyente encuen-

tra esta precisa reacción: «Deberíamos apro-

vechar la circunstancia para preguntarnos qué

hemos hecho mal nosotros». Me imagino esta

misma pregunta planteada en el aposento alto

cuando salió Judas, ya entrada la noche, para

traicionar a Jesús.

Principios bíblicos

Parte de nuestro problema consiste en la

nula comprensión de los principios bíblicos,

la aplicación de una ética floja que consiste

en darse palmaditas en la espalda los unos a

los otros, por personas que sólo aspiran a ser

«majas» y «encantadoras», y que a toda costa

quieren llevarse bien. Pero la realidad bíblica es

más recia, ajena a la superficialidad evangélica

actual.

Una de las experiencias más hermosas que

he conocido en la iglesia es el abrazo sincero

de reconciliación entre hermanos. En la iglesia

valoro mucho más que el oro, el cariño de quie-

nes aman de verdad, que respetan sin doblez,

cuyo amor es sin fingimiento, y cuyo compro-

miso espiritual es auténtico y vital. Ellos son

roca y pilar, cimiento estable y fortaleza, y en

ellos uno puede confiar. Los otros son como

arenas movedizas que socavan y desestabili-

zan. Son desleales: tiran la piedra y esconden la

mano, acusan y exigen que se les pida perdón.

El autor bíblico retrató a uno de ellos así:

Aconteció después de esto, que Absalón

se hizo de carros y caballos, y cincuenta

hombres que corriesen delante de él.

Y se levantaba Absalón de mañana, y

se ponía a un lado del camino junto a la

puerta; y a cualquiera que tenía pleito y

venía al rey a juicio, Absalón le llamaba y

le decía: ¿De qué ciudad eres? Y él res-

pondía: Tu siervo es de una de las tribus

de Israel. Entonces Absalón le decía:

Mira, tus palabras son buenas y justas;

mas no tienes quién te oiga de parte del

rey. Y decía Absalón: ¡Quién me pusiera

por juez en la tierra, para que viniesen a

mí todos los que tienen pleito o nego-

cio, y yo les haría justicia! Y acontecía

que cuando alguno se acercaba para

inclinarse a él, les extendía la mano y

lo tomaba, y lo besaba. De esta manera

hacía con todos los israelitas que venían

al rey a juicio; y así robaba Absalón el

corazón de los de Israel (2 Samuel 15:1-

6).

La escena duele a cualquiera que ama a la

iglesia, o ha sufrido en su propia carne los enga-

ños del usurpador. La culpa la tienen los ancia-

nos, claro está, que no escuchan, no dialogan,

no pastorean, y estorban en la iglesia. El propio

rey David, por motivos que no vienen aquí a

cuento, transigió con Absalón, «perdonó» su

falta, y sufrió las consecuencias de su error. Él

mismo, sin embargo, valoró como nadie la dicha

del perdón.

La dicha del perdón

El perdón nace del corazón de Cristo y cons-

tituye el centro absoluto del Evangelio. La base

del perdón es la justicia —no hay otra posi-

ble— y su condición indispensable, el arrepenti-

miento. David lo expresó así:

Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu

misericordia;

Conforme a la multitud de tus piedades

borra mis rebeliones,

Lávame más y más de mi maldad,

Y límpiame de mi pecado.

Porque yo reconozco mis rebeliones,

Y mi pecado está siempre delante de mí.

Contra ti, contra ti solo he pecado,

Y he hecho lo malo delante de tus ojos;

Para que seas reconocido justo en tu

palabra,

Y tenido por puro en tu juicio.

(Salmo 51:1-5).

El apóstol Pablo vio en la experiencia de

David el fundamento mismo de la salvación:

Page 56: SEMBRADORAS Nº 4

Como también David habla de la bienaventu-

ranza del hombre a quien Dios atribuye justicia

sin obras, diciendo:

Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades

son perdonadas,

Y cuyos pecados son cubiertos.

Bienaventurado el varón a quien el Señor no

inculpa de pecado.

(Romanos 4:6-8).

El perdón es un valor sagrado, y cualquier

simulacro de perdón, o el perdón por convenien-

cia, o para mantener las apariencias, es falso. El

perdón que tenemos en Cristo satisface plena-

mente la justicia de Dios, ya que Él murió para

pagar nuestra culpa en la Cruz, y Dios ofrece su

perdón a todo aquel que acude a Cristo en arre-

pentimiento y con fe. Escribió el apóstol:

Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifes-

tado la justicia de Dios, testificada por la ley

y por los profetas; la justicia de Dios por

medio de la fe en Jesucristo, para todos

los que creen en él. Porque no hay dife-

rencia, por cuanto todos pecaron, y están

destituidos de la gloria de Dios, siendo

justificados gratuitamente por su gracia,

mediante la redención que es en Cristo

Jesús, a quien Dios puso como propicia-

ción por medio de la fe en su sangre, para

manifestar su justicia, a causa de haber

pasado por alto, en su paciencia, los peca-

dos pasados, con la mira de manifestar en

este tiempo su justicia, a fin de que él sea

el justo, y el que justifica al que es de la fe

de Jesús (Romanos 3:19-26).

En el ámbito evan-

gélico, a veces, se es -

grime el perdón como

arma arrojadiza contra

el que es agraviado,

con o sin razón: «Her-rr

mano, hay que per-

donar». Se exonera,

así, el culpable de

cualquier fechoría, y

se le disculpa de cual-

quier responsabilidad.

Pero quienes hacen

alarde de este tipo de espiritualidad no sienten

ninguna necesidad de perdonar, ni entienden,

en el fondo, lo que la palabra quiere decir. Si

hemos hecho mal, pidamos perdón al her-

mano. Si nos piden perdón, perdonemos de

corazón. Todo lo demás es vano, e indigno de

la iglesia de Dios.

(*) Nacido en Inglaterra (1946). Es licenciado en

Filología Románica por la Universidad de Cambridge

y doctor en Literatura Española en la Temple Univer-rr

sity (EE.UU.). Vino a España por vez primera en 1967.

Bajo los auspicios de Operación Movilización y con

la ayuda de David F. Burt, participó en los inicios de

los Grupos Bíblicos Universitarios (GBU). Es Anciano

de la Asamblea de Hermanos de Valladolid –donde

vive desde 1976- y profesor del Instituto Bíblico y -

Seminario Teológico de España (Barcelona). Entre

sus muchos libros están: Desde el torbellino (1991),

¿Cómo interpretar la Biblia? (1993), ¿Resucitó Jesús?

(1993), En el valle de la Sombra (2010) y Las hijas del

canto (2010).

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Page 57: SEMBRADORAS Nº 4

ERE: una gran oportunidad de

presentar el Evangelio

ELENA GIL

La ERE comienza su andadura de modo muyirregular, según comuni-dades y dependiendo de muchos factores. En algu-nos casos no se entiendesu razón de ser, ni porparte de las autoridades,ni por parte de los padres.

Pero ¿qué es la EREy por qué le tenemos tan

poco apego a ejercer nuestro derecho a unaeducación más completa e integral?

Las siglas nos dan una sencilla y clara defini-ción: Educación, Religiosa, Evangélica, que a travésde algunos acuerdos con el Estado, se ha podidoimplantar en los Colegios Públicos según demanda.

Por otro lado, algunos esgrimen que es úni-camente competencia de la Iglesia el ofrecer ydar ese tipo de formación. Ciertamente la iglesiatiene responsabilidad en ello, sobre todo dada ladiversidad que ha ido desarrollándose en nuestro país a lo largo de los últimos años. No obstante,no se le escapa a nadie que la responsabilidad primera corresponde a la familia, y es ésta quepor múltiples razones y especialmente por estarinmersa en una sociedad tan compleja y deman-dante no alcanza a llevar a cabo su tarea total, entonces la desplaza al Estado, la Escuela y laIglesia en todas las disciplinas.

Hoy más que nunca, por los cambios tangrandes habidos en la filosofía de la familia, porsu desestructuración: rupturas, mezclas, exigen-cias económicas demasiado fuertes, los niñosson los grandes desasistidos y el Estado tienealgunos medios que no debemos rechazar.

La educación integral del individuo es un dere-cho humano que los evangélicos españoles esta-mos dejando escapar. Además, hoy hay otros grupos incluidos en nuestra sociedad como losinmigrantes, que no encuentran fácilmente la for-rrmación que quisieran para sus hijos, tomando loque hay porque no están en condiciones de exigir.

Mención aparte merece el pueblo gitano, por elque se está haciendo un gran esfuerzo de integra-ción social por parte del Estado y muchos de ellospertenecen a la Iglesia Evangélica de Filadelfia.Estos últimos sí se están beneficiando de lo toda-vía poco que hay, y puesto que viven más aglutina-

dos a efectos prácticos es más fácil poner en mar-rrcha las aulas de Enseñanza Religiosa Evangélica.Lo que es realmente una pena es que los demásno valoremos esta posibilidad luchando por ella almenos en los colegios de nuestros hijos.

La ERE vino a representar para mí un sueño,que mi padre alimentó sin hostigar, con un... “tenpaciencia”... Él había vivido más de un espectropolítico y sabía cuándo se podía avanzar y cuándono. La Ley de Libertad Religiosa estaba a laspuertas de ponerse en marcha y yo comencé aprepararme para ese día. Cuando llegó, las cosasno fueron tan rápidas como mi edad me lo exigía;para aquel entonces no podía comprender cómouna ley ya aprobada no se ponía en marcha deun modo natural. Había que pelear cada centí-metro de un derecho y, a pesar de ser ciudadanaespañola por todos los costados, había un fuerterechazo a una doctrina, que aunque cristiana seconsideraba herética y extranjera.

Al día de hoy, teniendo esta oportunidad,me gustaría poner ante vosotros visión a favorde la ERE. Es éste un buen momento que hay que aprovechar porque ¿quién sabe lo que serámañana?

En primer lugar, se necesitan maestros tantospara primaria como para secundaria, por lo quequisiera animar a los jóvenes a capacitarse paraesta labor, sobre todo aquellos que tienen en sucorazón el servicio a los demás. Éste no es untrabajo cualquiera, es un ministerio fructífero, quevale la pena y aunque es trabajoso los resultadosson visibles y compensatorios.

En segundo lugar, me gustaría pediros ora-ción para que la implantación sea factible en todonel territorio español donde haya necesidad.

Y finalmente me gustaría decir a cada padre, acada madre, el bien que he visto florecer con mispropios ojos, en los centros donde se implantóla Enseñanza Evangélica. No sólo los niños pro-gresan en seguridad y estabilidad, ya que se dancuenta de que están acompañados y que no estánsolos a pesar de ser una minoría, sino que apren-den así el valor de las diferencias. Además, hay allí una presencia testimonial desconocida en mediode los compañeros de trabajo, un modo formida-ble de echar luz sobre quiénes somos los cristia-nos evangélicos. Por lo tanto, mi última peticiónsería que los padres no quedemos indiferentes ante las posibilidades que tenemos a mano.

“Enseña al niño el camino en que debe andar,y aun cuando sea viejo, no se apartará de él”.

Proverbios 22:6

Nacida en Galicia. Es Profesora. Ofrece charlas a

grupos de mujeres en distintas iglesias evangélicas,

sobre todo de Castilla y León. Junto con su esposo,

Timoteo Glasscock, realizan labores de pastorado en la

Iglesia de Paseo de la Estación en Salamanca.

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Page 58: SEMBRADORAS Nº 4

Flores en invierno

LOIDADD PAZ

Hace unos meses

recibí una carta de

una amiga que com-

partía conmigo algo

muy especial: tras un

largo tiempo de difi-

cultades al fin parecía

sentirse bien. Durante

esa época dura un her-rr

mano había predicado

en su iglesia acerca de

un texto del libro de Cantares que hablaba del

fin del invierno y la llegada de la primavera. Así

se sentía ella, llegando al fin de sus dificultades

y viendo florecer las alegrías. “Todo es tempo-

ral” me decía. Yo me alegré por ella, pero a la

vez no podía dejar de pensar en lo poco que

dura una primavera.

La Biblia esta llena de ejemplos de perso-

nas cuyas pruebas se alargaron en el tiempo.

Abraham esperó veinticinco años la promesa de

su hijo; Rebeca, Raquel y Ana esperaron varios

años para ser madres; Lea esperó ser amada

por su esposo… quizá toda la vida. Lo cierto

es que como creyentes somos probados y aún

no he encontrado a nadie a quien le gusten las

dificultades, especialmente cuando se trata de

aquellas que más tememos y que Dios nos per-rr

mite pasar.

Algunas pruebas son de duración corta.

Pueden ser muy intensas pero Dios envía una

solución rápidamente, en respuesta a nuestras

oraciones, a veces incluso podemos ver una

intervención sobrenatural. También las llama-

mos milagros. Dentro de lo que cabe es el tipo

de prueba que no nos molesta tanto pasar. Sin

duda en ellas se puede ver el poder de Dios

y renuevan nuestra fe en lo extraordinario de

nuestro Señor. Son las que mejor encajan en el

tipo de vida que llevamos: me duele la cabeza,

me tomo una aspirina; quiero una bebida, aprieto

un botón y la consigo; con un mando a distancia

pongo música, escojo entre varios programas

de televisión o me descargo vídeos de youtube,

todo sin moverme del sofá. Algunas personas

incluso convierten este tipo de pruebas en toda

su experiencia con Dios y no aceptan que las

cosas no salgan como esperaban. Llevándolo a

un extremo podríamos convertirnos en cristia-

nos inmaduros que buscan en Dios soluciones

para tener una vida cómoda y sin complicacio-

nes. En este caso el gozo es intenso pero casi

siempre pasajero.

Hay otras pruebas que no pasan tan rápido.

Pueden durar incluso años aunque finalmente

terminan. Muchos de los ejemplos de la Biblia

son así. Sirvieron para moldear el carácter y llegar

a un fin a veces aún mejor del que la persona

pudiera haber soñado. Es el caso de José. Bueno

él sí que lo soñó, pero su prueba fue tan dura

que puede que en algún momento sus sueños le

parecieran una broma de pésimo gusto. Vendido

por sus propios hermanos acabó en la cárcel por

obedecer a Dios. Claro que el José que salió de

la cárcel, tras trece años de esclavitud, para ser el

segundo después de faraón era un hombre reno-

vado, moldeado conforme al carácter de Dios.

Estas pruebas no suelen gustarnos mucho pero

todos podemos reconocer su beneficio en nues-

tras vidas en cuanto a cómo fortalecen nuestra

fe y confianza en Dios y cómo nos van haciendo

más parecidos a Jesús. Es decir, nos acercan al

proceso de la santificación que Dios quiere para

nosotros. Cuando llega su fin podemos ver el

resultado y gozarnos en ver cómo nuestro Padre

Celestial nos cuida a cada uno en particular y nos

ama en especial.

Con todo creo que aún hay otro tipo de prue-

bas más duras. No diré que duran para siempre

porque gracias a Dios mi amiga tiene razón y

no hay mal que cien años dure. Pero este tipo58

en

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os

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rtíc

ulo

s

Page 59: SEMBRADORAS Nº 4

de prueba solo se acaba con la muerte o con la

llegada de la nueva vida en la eternidad. Nadie

quiere estas pruebas porque no nos sentimos

capaces de sobrellevarlas. Enfermedades incu-

rables que nos limitan, incapacidades físicas

causadas por un accidente o tener un hijo con

una discapacidad que le va a acompañar toda

la vida. Hay que aprender a vivir con ellas día

a día y siempre surgen nuevas situaciones que

afrontar en las que aparecen los puntos vulne-

rables de cada uno. Existe la certeza de que no

se puede hacer nada para cambiar la situación.

No cabe esperar que llegue la primavera. En un

sentido siempre será invierno.

¿Qué pues? ¿Resignación? Algo mucho

mejor: abrir bien los ojos para poder ver aque-

llas flores que florecen en invierno. Algunas

plantas tienen su mejor momento en la peor

época. Desafían al viento y al frío y nos mues-

tran su belleza contra todo pronóstico. Pensa-

mientos, brezos, tulipanes, acebo… Ahí están

para mostrarnos que es posible ser hermosos

en medio de las condiciones menos favorables.

Para poder tener gozo en medio de situaciones

tan difíciles hace falta cambiar algunas cosas

y poner otras en su sitio. De hecho uno de los

efectos de las pruebas es que todo se tambalea

y queda patas arriba. Así empezamos a recono-

cer qué cosas estaban bien puestas y cuáles

no. Cuando afirmamos que Jesús es nuestro

59e

nsa

yo

s y a

rtícu

los

Señor no siempre pensamos hasta dónde esta-

mos dispuestos a admitir su dominio. Si Él es

el Señor, tiene el control. Sabe lo que hace y

nuestra experiencia con Él debe llevarnos a

concluir que todo lo hace bien. Podemos rebe-

larnos, quejarnos y protestar como lo hace un

hijo al que no le gusta lo que su padre le acaba

de ordenar, pero finalmente siempre llegaremos

al punto de tener que aceptar que lo que Él

permite bueno me es. No hay que verlo como

un castigo merecido por nuestra forma de ser

o comportarnos, pues si Dios nos diera todo lo

que nos merecemos no quedaríamos ninguno

en pie (especialmente en este punto hemos

de cuidarnos mucho de juzgar la prueba por la

que está pasando mi hermano dándola por bien

merecida). Se trata más bien de dejarse de rei-

vindicaciones y autocompasión delante de Dios

y bajar la cabeza en señal de humildad. Mientras

el suelo aún se mueve bajo nuestros pies hay

una roca que siempre permanece: nadie puede

arrebatarme mi posición como hija de Dios.

Cuando todo pierde su sentido en el dolor de

la prueba siempre puedo agarrarme al amor de

Dios que nunca cambia.

Y desde aquí bien arraigados se produce el

milagro. El invierno sigue pero se alza la vista y

se ven las flores: experimentamos una mayor

cercanía de Dios, ya que al sentirnos incapaces

para sobrellevar lo que nos está pasando apren-

demos a depender más de Él, comprobamos

que la fe aunque atacada no se apaga, descubri-

mos a los verdaderos amigos que de veras nos

aman y permanecen a nuestro lado (a veces en

silencio, otras veces actuando), los valores se

renuevan y lo verdaderamente importante pasa

a ocupar el lugar que le corresponde, se agu-

diza la sensibilidad, se acercan los corazones.

Incluso podríamos decir que algunas flores sola-

mente florecen en invierno.

Al principio de este año escuché una frase

para animarnos en nuestro día a día: “la vida

no consiste en esperar a que pase la tormenta

sino en aprender a bailar bajo la lluvia”. Sin duda

todavía hemos de aprender a vivir con lo que

Dios permite. Con gozo. No es un camino fácil,

pero es la senda por la que hemos de seguir

hasta el momento en que ya no haya más tor-rr

mentas porque brillará el verdadero sol de justi-

cia. Mientras tanto disfrutemos de las hermosas

flores del invierno. Santiago 1:2-3

(*) Nacida en Galicia. Es licenciada en Filolo-

gía Hispánica y diplomada en Filología inglesa y

profesora de la ERE (Enseñanza Religiosa Evan-

gélica). Es miembro de la Iglesia de Paseo de la

Estación y esposa de Anciano.

Page 60: SEMBRADORAS Nº 4

Guadix: Luz en medio de

una ciudad llena decontrastes

ANTONIO GO ONZÁLEZ Y AZ NA JIMÉNEZ

Tras un buen paseo y una empinada subida

se llega al mirador del Cerro de la Bala, desde

donde se contempla como en un cuadro de

Monet un deleite de impresiones para nuestros

sentidos: a nuestra espalda Sierra Nevada, con

sus frías y altas cumbres cubiertas de un manto

blanco como el armillo dibujadas sobre el fondo

azul intenso de un cielo despejado; al frente los

bad-lands, con sus cárcavas ocres y marrones

resquebrajadas, dejando ver las entrañas de

una tierra rojiza que parece agonizar de sequía;

en primer plano las chimeneas encaladas de las

cuevas, que se levantan al cielo como fantas-

mas que la tierra exhala; y allá en lo profundo de

la hoya, la abigarrada y caótica ciudad de Guadix,

con sus tejados de teja árabe y fachadas de un

blanco impoluto, edificios mezcolanza del paso

del tiempo, siglos de historia que nos sugieren

los restos de la antigua ciudad íbera de Acci, o

las ruinas de la colonia romana de Iulia Gemella,

o la alcazaba como símbolo del poderío árabe, o

la sinagoga que nos habla de la presencia judía,

o la Catedral como alarde del todopoderoso

señorío católico... y allí más adelante, allí, en

medio de aquella larga avenida se encuentra,

“como una pequeña llama” el local de la Iglesia

Evangélica de Guadix. Un hito en medio de la

ciudad llena de contrastes.

Sí, después de siglos sin tener una presencia

bíblica, gracias a nuestro Dios, ahora hay una luz

en medio de tanta tiniebla espiritual. Nos han

pedido que escribamos una breve reseña de lo

que ha sido la historia de la Iglesia en Guadix y

nos pareció una buena idea pararse y reflexionar

y compartir con vosotros las maravillas que Dios

ha hecho con unos instrumentos tan débiles.

Mucho ha llovido, y también nevado desde que

el Señor nos trajo a Guadix, una pequeña ciudad

al noroeste de Granada, a los pies de Sierra

Nevada, con unos 20.000 habitantes. Al llegar,

una fría tarde de febrero, sábado 28, para más

señas, con las calles vacías por ser la fiesta de

la Comunidad, a un piso más frío y vacío aún

si cabe que la ciudad, no pudimos por menos

de contrastar lo que habíamos dejado atrás:

una casa hecha por nosotros, una ciudad como

Salamanca, grande y cosmopolita, una iglesia

llena de hermanos y ... buenos amigos... no

sé si podéis imaginar nuestro sentimiento en

aquel día al exclamar: ¡¿A dónde nos has traído,

Señor?! (versión suavizada). Y siguiendo con los

contrastes, no sé si podréis haceros una idea del

sentimiento que hoy nos embarga al exclamar:

¡¡Gloria a Dios por su gran obra!! Entre estas

dos expresiones hay 12 largos años de avatares.

Permitidme compartir con vosotros algunos, a

modo de ejemplo, de entre los muchos por los

que el Señor nos ha permitido pasar.

Sinceramente, Guadix sigue siendo el mismo

pueblo frío y vacío espiritualmente que encontra-

mos al llegar, pero lo primero que hizo el Señor

fue cambiar nuestro corazón. Vinimos aquí por

amor a Dios, en respuesta de obediencia a una

llamada de evangelizar en un lugar árido y seco,

sin ninguna otra motivación. Pero pronto el

Señor nos tuvo que recordar Juan 3:16. ¡Vaya

incongruencia, después de tres años en el semi-

nario teníamos que aprender el primer versículo

que nuestros niños aprenden de memoria en la

escuela dominical! ¡Si ya lo sabemos, Señor! Y

el Señor respondía - Sí, pero vuestro corazón no

late como el mío por los accitanos, la Sangre de

mi Hijo fue derramada también por ellos!

Tuvimos que aprender que los accitanos no

son estadísticas frías, números sin más. Son

personas con nombre propio a quienes Dios

ama y le duele que cada día mueran sin espe-

ranza de vida. Hoy podemos decir, que estamos

aquí, sí, en la voluntad de Dios, pero también

porque nos importan los accitanos y nuestro

corazón está lleno de pasión por arrebatarles de

las garras de la muerte segunda.

Entender esto y poner nuestro corazón en

sintonía con el de Dios no hizo el camino más

fácil, sí más firme, pero no más fácil. Tener el

objetivo claro y la motivación centrada es un

buen principio, pero cuando trabajas, evangeli-

zas, haces campañas, conciertos, exposiciones,

etc. y no tienes el resultado esperado, las expec-

tativas no son cumplidas... viene el derrumbe.

Seguíamos siendo solo una familia ante “un

gran ejército”. Jeremías 1:18-19 * “He aquí, yo

te he puesto hoy como ciudad fortificada, como

columna de hierro y como muro de bronce con-

tra toda esta tierra... Pelearán contra ti, pero no

te vencerán, porque yo estoy contigo –declara el

SEÑOR– para librarte”. Sí, la Palabra de Dios es

nuestra guía y consuelo, pero eso no cambiaba

nuestra frustración cuando veíamos que los

años pasaban y las metas y objetivos no se cum-

plían. Es fácil decir que “somos una columna de

hierro o un muro de bronce”, lo difícil es vivirlo

cuando estás en la brecha, y la presión del día a

día es tan fuerte que pareces retroceder...60

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Page 61: SEMBRADORAS Nº 4

61la

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nd

oComo en una escuela, nuestra vida parecía

ir de lección en lección, unas veces con apro-

bado, otras repitiendo curso. Llegó uno de esos

ataques especialmente duros a los cinco años

de estar en Guadix donde el Señor nos tenía

preparada otra lección de vital importancia para

un nuevo cambio en nuestra actitud: Ezequiel

2:5 * “Y ellos, escuchen o dejen de escuchar,

porque son una casa rebelde, sabrán que un

profeta ha estado entre ellos”. “Obedece”,

nos decía el Señor. El verdadero fruto es estar

donde el Señor quiere que estés y hacer lo que

Dios quiere que hagas. Aquello que tan bien

sabíamos en teoría, el Señor nos lo tuvo que

mostrar en la práctica para nuestra vergüenza:

“Tu trabajo es obedecerme a mí, no convertir a

la gente, eso sólo lo hago Yo -YHWH- que Soy el -

que Soy”.

En seis meses, después de mucho trabajo

y oración, se levantó un grupo de 17 creyentes

que nos reuníamos para adorarle. “Bien, Señor”

-ahora nos sentíamos orgullosos de tener una

incipiente iglesia, era el premio a nuestra obra.

Todo ilusión y falacia. En menos de tres meses

el grupo desapareció, por motivos de cambio

de trabajo, de jubilación, de casamiento..., en

fin, esas cosas normales de la vida, y volvimos

a quedarnos solos, como decían nuestros hijos:

“Papá, hoy volvemos a tener culto familiar, no

va a venir nadie”. Fue entonces cuando deja-

mos de pensar en la conversión como el único

fin de nuestro trabajo, sino más bien como el

fruto que Dios nos daría en su Voluntad. El

nos demostró que en unos meses podía levan-

tar una iglesia y en el mismo tiempo hacerla

desaparecer. La obra no era nuestra, sino del

Señor Jesucristo. Nosotros únicamente debía-

mos hacer lo que Dios nos pedía. Entender su

Voluntad y sus Tiempos era nuestro problema y

a la vez el reto más grande que desde entonces

tenemos. Cuando ya pensábamos que está-

bamos en el curso de nuestra graduación en

lecciones aprendidas aún había una cosa más

que el Señor quería mostrarnos antes de ver las

maravillas de su poder: el precio que toda obra

tiene. Dios es el que pone el precio. Y el precio

para Guadix fueron 10 años de perseverancia sin

ver fruto de convertidos. Lucas 8:15 * Pero la

semilla en la tierra buena, éstos son los que han

oído la palabra con corazón recto y bueno, y la

retienen, y dan fruto con su perseverancia.

¿Quién somos nosotros para poner precio

a la salvación de los accitanos? ¿Quién murió

por ellos? Nosotros no. ¿De quién fue la sangre

derramada en rescate por sus vidas? Nuestra

no. Entonces ¿cómo nos atrevíamos a exigir

a Dios que se cumpliese su voluntad?, ¿no

era más bien la nuestra? Entendimos que la

perseverancia era entonces el precio que Dios

había puesto para los accitanos. Perseverancia

fue entonces nuestra lucha, y la perseverancia

resulta fácil sólo cuando entendemos Su volun-

tad.

Desde ese momento nuestro ministerio

cambió. Entendimos que el único objetivo de

estar nosotros en Guadix éramos nosotros mis-

mos. ¡Menuda Paradoja! Dios puede levantar

iglesias con nosotros, sin nosotros y aún... a

pesar de nosotros. Pero su principal objetivo

en todo el proceso de levantar una iglesia en

Guadix ha sido y sigue siendo moldear nuestras

vidas, hacernos más a la imagen de su Hijo, en

esta lucha que es la vida del creyente. Hemos

sido humillados hasta el límite por el enemigo,

pero entonces el poder de Dios lo ha superado

y hemos visto victorias increíbles para nuestros

ojos y nuestra razón. Las lágrimas han llegado a

ser tan amargas que hemos estado a punto de

tirar la toalla en muchas ocasiones donde nos

hemos sentido abandonados, pero entonces

nuestro Dios ha recogido los pedazos de nues-

tra muralla derribada y la ha vuelto a reconstruir

de forma milagrosa.

Las circunstancias no han cambiado, segui-

mos teniendo problemas y la lucha a veces se

vuelve cruenta, Guadix y los accitanos tampoco

han cambiado, siguen siendo fríos y vacíos espi-

ritualmente, pero nosotros sí. Nuestro corazón

cambió en un momento y fue entonces cuando

comenzamos a ver cómo el Señor tocaba los

corazones de las personas. Empezamos con una

célula, la cual tuvimos por tres años en nuestra

casa, y de ahí el Señor nos dio el privilegio de

inaugurar el local de la iglesia el 10 de mayo

del 2008, donde ahora nos reunimos un grupito

de unas 40 a 50 personas. El 16 de septiembre

del 2007 tuvimos los primeros bautismos, y el

Señor cada día va añadiendo aquellos que han

de ser salvos y Su Iglesia va creciendo poco a

poco.

Sólo doce años después de aquel 28 de

febrero, podemos decir que aquellas columnas

de hierro no han sido quebradas y aquellos

muros de bronce han resistido los ataques del

enemigo, aunque no sin dejar huella los dardos

incendiarios. En nuestra perseverancia hemos

sido grandemente recompensados al ver las

maravillas del Señor actuando. Y todo ello única

y exclusivamente por la Misericordia de nues-

tro Dios que está más interesado en su Obra

que nosotros mismos, y que aún siendo tan

imperfectos nos ha permitido ser parte de este

trabajo. ¡¡A Él y sólo a Él sea la Gloria de la obra

en Guadix!! (Antonio González y Ana Jiménez;

Zara, Izhar y Asiel).

Page 62: SEMBRADORAS Nº 4

62

test

imo

nio

Un ángel de 18 meses, sin

alas para volarCarolina Wickham

Delgado

Me llamo Carolina y tengo 29 años. Mi

historia es la de una mujer joven, felizmente

casada, y contenta con su profesión. Sin

embargo, desde hace 18 meses soy madre

de un bebé muy especial. Su nombre es

Samuel (cuyo significado es “Dios escuchó

mi oración”) nombre por el que nos decidi-

mos -teníamos varios- el día antes de cono-

cer que nos íbamos a enfrentar a una prueba

que a día de hoy nos acompaña.

Al estudiar me preparé para trabajar con

niños con dificultades de aprendizaje, o difi-

cultades en su desarrollo, por lo que siempre

fui muy consciente de todo lo que podía ir

mal durante el embarazo, en el mismo parto,

y después. Por esta razón, mi esposo Rubén

y yo le pedíamos a Dios por un niño sano. No

teníamos predilección por el sexo del bebé,

simplemente le pedíamos que todo fuera

bien. Al quedarme embarazada pensamos

que era una respuesta muy clara del Señor a

nuestra petición de poder tener hijos.

Sin embargo, esta oración vio un claro

NO como respuesta. En el control rutinario

que se realiza en el segundo trimestre del

embarazo -Doppler de 2º trimestre-, diag-

nosticaron una hidrocefalia severa. Es decir,

una grave afectación cerebral que según

los médicos podía impedir que el embarazo

llegara a término o que el bebé pudiera vivir

por sí mismo. En este último caso, la pers-

pectiva sería la de ser “un vegetal, como una

plantita” -tal como nos dijeron-, y de morir

pronto.

Ante esto, lo primero que sentimos

Rubén y yo fue una enorme desolación.

No entendíamos nada. No comprendíamos

qué había pasado. Habíamos seguido todas

las recomendaciones, no habíamos hecho

“nada malo”, habíamos orado por este

niño… No comprendíamos cómo el Señor

podía permitir que nos ocurriera esto.

Comenzamos con un periplo médico que

nos llevó en las primeras semanas de hos-

pital en hospital, de prueba en prueba, y el

diagnóstico era cada vez más contundente.

“Incompatible con la vida. En estos casos lo

normal es interrumpir el embarazo. Abortar”.

Sin embargo, Rubén y yo tuvimos claro

desde un primer momento que Samuel era

nuestro pequeño y que el Señor tendría sus

planes y Su propósito con esta situación.

Nos consolaba saber que Él tenía el control

sobre nuestras vidas, y que sólo Él podía dar-rr

nos las fuerzas para el momento que estába-

mos viviendo. En contra de lo que esperaban

los médicos, no quisimos abortar y segui-

mos con el embarazo, cosa que muchos no

entendían.

Llegó un momento en que estando en

casa un día, orando y llorando, comencé

a pensar que en vez de “¿Por qué a mí,

Señor?”, tenía que preguntarme “¿Por qué

no a mí?” ¿Qué tenía yo de especial que

no tuviesen otras personas? ¿Que era cre-

yente? Eso no me garantizaba el no pasar

por dificultades, sufrimiento o tentaciones.

Sin embargo, me reconfortaba tener al Señor

en mi vida, tener una esperanza real, y saber

que todo lo que estábamos viviendo era

temporal y que en un futuro, cuando estuvié-

semos con Dios, no habría sufrimiento, no

habría lágrimas. Empecé a aceptar más esa

situación, con ese pequeño que llevaba den-

tro y que el Señor nos había dado a Rubén y

a mí.

No voy a entrar en cómo vivimos las

semanas hasta que nació Samuel. Sólo diré

que aunque fue un embarazo triste, en el

que realmente no podía estar feliz o disfrutar

como otras embarazadas pues no sabíamos

qué iba a ocurrir cuando naciese Samuel,

Dios me dio muchísimas fuerzas para no

hundirme. Y todo el mundo alrededor nues-

tro también nos ayudó.

Samuel nació el 12 de noviembre de

2008 a las 22.47h, por cesárea. A los dos

días de nacer le hicieron una Resonancia

Magnética que nos dio un nuevo y más con-

tundente diagnóstico: hidranencefalia. Era

un caso excepcional, no tenía corteza cere-

bral, sólo tronco del encéfalo y un pequeño

cerebelo. La expectativa de vida empeoraba

con este diagnóstico, pero nuestro pequeño

ángel fue superando cada día, y al mes de

haber nacido nos lo llevamos a casa sin

necesidad de estar conectado o depender

de ninguna máquina.

A los dos meses de edad le operaron

para implantarle una válvula de derivación.

Page 63: SEMBRADORAS Nº 4

63te

stimo

nio

Esto evitaba que le fuera creciendo la cabeza

de manera desproporcionada, y como dijo

el neurocirujano, le daba “calidad de vida”.

De ahí en adelante ha sido otro ir y venir de

médicos, rehabilitación, ingresos...

Desde un primer momento comenzamos

a recibir muestras de apoyo de muchísima

gente. Nos mandaban mensajes diciendo

que estaban orando por nosotros, y desde

que ha nacido Samuel, no han cesado estos

mensajes. Al Señor no lo podemos ver físi-

camente, pero sí vemos a toda la gente que

está a nuestro lado, orando por nosotros. Él

nos cuida por medio de nuestros familiares,

amigos y hermanos en la fe.

Al carecer de corteza cerebral, Samuel

no puede interpretar los estímulos que le

llegan. No ve, no oye, no nos reconoce, y no

realiza movimientos voluntarios. Es como un

pequeño ángel, sin alas para volar, que de

vez en cuando siente algo -sobre todo por el

tacto (reflejo)- y te retira la mano, se despe-

reza o llora si tiene dolor o molestias. Tiene

otros problemas -respiratorios, de termorre-

gulación, y derivados de su hipotonía-, con

los que intentamos vivir cada día, pero aún

con todo es un bebé precioso.

He sentido cómo el Señor me ha dado

fuerzas cada día. Tengo mis momentos

malos, y si por mí fuera, habría días en que

me quedaría en la cama o sin salir de casa,

pero de alguna manera, consigo levantarme

y ponerle una sonrisa al día. Sigo sin enten-

der esta situación, y creo que jamás podré

comprender qué necesidad había de tener

que pasar por esto. Pero Rubén y yo sabe-

mos que el Señor está removiendo corazo-

nes con este caso. Como familia estamos

aprendiendo a vivir el día a día, intentando no

pensar demasiado en el mañana, confiando

que el Señor sabe todas las cosas, y que

en cualquier situación que se presente Él va

a estar a nuestro lado para ayudarnos a no

caer en el hoyo (Sal. 103:4).

Desde este testimonio, quisiera animar

a quienes están pasando por situaciones

difíciles a dejar sus cargas en el Señor, a no

dejarse desfallecer, a luchar, sabiendo que

“Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro

pronto auxilio en las tribulaciones…” Sal.

46:1.

Mayo 2010

Page 64: SEMBRADORAS Nº 4

Atravesando el Jordán

(Antología de Frank Estévez Guerra)

ASUN QUINTANA

Ha sido un verdadero

goce y disfrute tener que

adentrarme y bucear en la

poesía de Frank Estévez

Guerra. Y lo ha sido porque

una de mis grandes voca-

ciones es la Filología, así es que como la misma

palabra expresa en su etimología, amo la lengua

española, amo la literatura, especialmente la

poesía, y me gustan la lingüística y la gramática,

que son las matemáticas de las lenguas.

Pertenezco pues, al reducido grupo de lec-

tores y aficionados a la poesía. Ahora bien, ha

sido un gran reto, apasionante, pero al fin reto,

desafío. Primero porque es poesía a lo que

me enfrento y segundo porque a Frank Esté-

vez, poeta conocido y reconocido, apenas yo lo

conocía. Lo cual me libera de compromisos y

me hace ser más objetiva en la valoración. Me

he asomado a su poesía sin prejuicios, limpia-

mente, sin conocer mucho de su vida, lo cual te

hace absorber, bucear en sus versos sin dejar ni

un rincón sin escudriñar. Me he asomado al bal-

cón de su alma El resultado es que ya conozco

bastante más a Frank, porque como sabemos,

la poesía nos muestra el mundo del autor desde

su intimidad. La poesía muestra “las vísceras

del alma”, como expresa nuestro autor en su

obra En el espejo de la memoria (Madrid, 2000). a

La poesía en definitiva, como decía Cervantes

“es la herramienta por donde se escapa el

alma”. A posteriori he conocido datos impor-

tantes de su vida, de su carácter, lo cual ha enri-

quecido y ampliado el significado de su poesía.

Por eso les invito a que conozcan más a Frank

Estévez Guerra a través de sus libros.

Enfrentarnos a la poesía no es fácil, por lo

que es la poesía. Muchos se han aventurado a

definirla, desde los estudiosos hasta los mismos

poetas. Según los griegos, la poesía era el men-

saje de los dioses, inspiración divina plasmada

en el poema. Poema, en griego, es literalmente

creación estética, arte. Expone el apóstol Pablo,

en su misiva a los efesios, que somos “hechura

suya, creación suya, poema suyo”, la palabra

en griego es la misma, refiriéndose a la nueva

creación que somos cuando Dios nos regenera

a través de su Espíritu. En este sentido nuestro

poeta, el que ha escrito esta antología, es nueva

creación de Dios, ya que es una persona que ha

experimentado una auténtica conversión y cuya

Fuente de Vida, Manantial y Provisión es Dios.

Sus poemas por eso tienen “el toque de Dios”.

Ahora bien, si hay algo que impacta al penetrar

en su poesía y que la define es el trabajo: cada

poema ha sido creado con imaginación pero con

trabajo, mucho trabajo, horas de dar vueltas al

lenguaje, a las palabras, a las estructuras.

Para Frank, como verdadero poeta, la poesía

es una necesidad. Allí donde no llega el lenguaje

cotidiano, donde las palabras o los gestos son

insuficientes, allí él construye un poema, hace

un verso con los materiales que la vida le va

dando y “golpeando en el yunque al son tenaz

de la palabra escrita”, “golpeando con la letra

que acaricia, derramando sutiles transparencias

que descubran el tácito versículo, escondido

en las vísceras del alma”. (En el espejo de la

memoria). La comunicación que se establece

entre el poeta y el lector es íntima, peculiar.

Parte del oficio del poeta es una exploración de

lo insondable, “se adentra en la espesura, del

bosque blanquecino que sortea, se torna explo-

rador de los espacios y excava monumentos del

pasado” (En el espejo de la memoria). Quien,

como lector, tiene cierta afición a la poesía

guarda en su interior pensamientos o sensacio-

nes oscuras, insondables para él mismo, que

encuentra iluminadas, sacadas a la luz desde

el arcano personal, por la escritura del poeta,

mago del lenguaje que sabe decir lo que otros

sienten. La emoción compartida, el sentimiento

cómplice entre autor y lector, la identificación

íntima que se establece, ese invisible cordel,

permítanme la expresión, es magia. Esto se da

en la poesía de Frank Estévez Guerra.

La presente Antología, Atravesando el Jor-rr

dán, nos habla de la última etapa de su vida, pero

sabemos que su andadura poética comenzó a

los veintitrés años, obteniendo un premio en el

IV Certamen de Poesía Canaria en 1985 (Centro

de la Cultura Popular Canaria, Tenerife). Desde

entonces, hasta ahora, su vida ha sido un no

parar, de calmas y tempestades, lo que se refleja

en sus libros. Los primeros libros Como del mar

las olas (Tenerife, 1992) os Del barco del recuerdo

(Las Palmas, 1998) evocan nuestras queridas

y entrañables tierras canarias: volcanes, acanti-

lados, arenas negras y cómo no, nuestro mar.

Un canario nunca puede deshacerse del mar, lo

llevamos dentro. Otros títulos como Alas para

no volar (Las Palmas, 1997), Ayer que fuimos 64

rese

ña

s

Page 65: SEMBRADORAS Nº 4

65re

señ

as

(Madrid, 1999) y En el espejo de la memoria

(Madrid, 2000), aluden al tema del tiempo, siem-

pre presente en su poesía. Y algunos responden

a premios literarios obtenidos.

El libro Atravesando el Jordán (Noufront,

Valls -Tarragona-, 2009) incluye tanto poemas

publicados como otros de una nueva etapa del

autor. En total contiene seis poemarios: Con-

vidado a vivir (Barcelona, 1998),r Vino nuevo

en odres tiernos (Barcelona, 1999) y Décimas

teocéntricas (Barcelona, 2000) por una parte

-contenidos en Peregrino hacia el Jordán (Las

Palmas, 2001), así como Confesiones para el

retorno, Pastor, Plagiarios y otros poemas inédi-

tos. Son estos últimos los que forman parte de

la travesía del Jordán, como muy bien expresa

el título de la Antología. Reflejan una nueva

etapa vital en la que, después de encuentros y

desencuentros, el centro vuelve a ser Dios.

En Convidado a vivir nos transmite las exper -

riencias de su personal encuentro con Dios,

de la felicidad y plenitud del nuevo estado,

frente a la sequedad y miserias hasta “el día

que Dios le dio su mano”. Frank se muestra

aquí un buscador de lo profundo, y como todo

hombre: “He buscado caminos en el mundo/

persiguiendo veredas superiores/ y ocultando

lo vano y sus temores/ he intentado llegar a lo

profundo.// He querido la gloria de lo humano/

y el humano quería aquella gloria/ por lo tanto

encontré no sólo escoria/ sino sangre y dolor en

lo mundano.// Herido, desnutrido y desangrado/

vi mi cuerpo alejarse de lo sano/ y volverse

lamento provocado.// Como espiga de trigo sin

su grano/ coseché soledad en este prado/ hasta

el día que Dios me dio su mano”. El Jordán

es la Vida: “He llegado al Jordán arrepentido,/

polvoriento, sudando y maloliente,/ procedente

del mundo y consumido/ y arrastrando un vivir

indiferente…// Hoy, que llego a la orilla de este

río,/ sumergirme quisiera en su agua pura/ des-

echando lo inerte y lo baldío”.

Después de experiencias agradables o duras,

de dar algunas vueltas por el desierto, el Jordán

es la plenitud de Cristo mismo, la conquista, la

siega y la realidad de las promesas de Dios en

su vida. Por eso quiere sumergirse y atrave-

sarlo. En Vino Nuevo en odres tiernos el poeta s

introduce las relaciones personales nuevas en

Cristo, y más concretamente las relaciones de

pareja, de matrimonio: “Lo que fui ya no seré/

aunque olvide los recuerdos./ Si con Cristo

somos nuevos/ al ayer no he de volver”.

Especialmente bella es la composición que

tiene como fondo el Cantar de los Cantares, en

forma de romance popular (páginas 33 y 34): “Si

tú fueras de repente/ la morena del Cantar…”,

así como aquél en el que describe el momento

del casamiento, al que dedica un romancillo o

endecha de versos asonantes y heptasílabos

(páginas 37 y 38).

Las Décimas teocéntricas (Barcelona, 2000), s

como su título indica, se centran y se recrean

en Dios mismo. Son veinte décimas, pequeñas

reflexiones sobre su existencia y sus huellas

en la vida. Nos quiere hacer pensar, reflexionar,

partiendo él mismo de la duda (porque el cris-

tiano también duda) para mostrar finalmente y

con rotundidad su existencia y sus beneficios.

Por eso en estas décimas utiliza la interroga-

ción retórica al principio, para dar respuesta a

continuación: “¿Es Dios acaso una idea/ o una

sonora campana/ que prorrumpe en la mañana/

y nuestro oído recrea?/ ¿No será lucha o pelea/

esta erosión de la roca (…)?/ ¿Es Dios historia

pasada/ que habló a profetas y al mundo/ o

acaso un sol iracundo/ que deniega su mirada?/

¿No será razón burlada (…)?/ ¿Quién habló de

Dios sin duda? ¿Quién no dudó por un día?”.

Las Confesiones para el retorno son bellísio -

mos poemas de reconocimiento y expresión del

dolor por el alejamiento de Dios cuando ya se le

ha conocido. Empieza este poemario con uno

introductorio dedicado al pueblo cristiano, en

el que expresa su vergüenza: “Querido pueblo

cristiano: / vergüenza traje a tu seno…”. Son

versos que expresan la tristeza y el arrepenti-

miento de haber abandonado a Dios, y el estado

de esclavitud y sinsentido en el que se cae, cre-

yéndonos más libres (II, III, VIII, IX y X). Termina

Estévez este libro con el poema Pastor,rr versos

del poemario Plagiarios y tres poemas inéditos.

Pastor es un poema extenso que nos dueler

e incomoda, aunque no por eso dejan de ser

ciertas muchas de sus afirmaciones, cruda

realidad y confrontación para todos aquellos y

aquellas que estamos al frente de una grey. La

crítica es buena si nos sirve para escudriñar-

nos, reconocer y cambiar. Utiliza una estructura

recurrente, paralelística, con anáfora al princi-

pio y al final de la estrofa, una rima asonante

y endecasílabos, de ritmo lento, expresión de

pensamiento denso, con lo que consigue el mar-rr

tilleo sobre nuestra conciencia: “Quiero ser el

pastor/ (………………………)/ el dolor criminal

de mis pecados”. Con estos versos, de encabe-

zamiento y final de cada estrofa, se repiten en

veinte estrofas seguidas.

Plagiarios, como el mismo autor comenta,

es un homenaje a la literatura española, y los

tres últimos poemas son el broche perfecto para

concluir el libro: expresión sincera y profunda del

infinito amor y perdón de Dios, reconocimiento

de su soberanía: “Señor, si abres la puerta que

Page 66: SEMBRADORAS Nº 4

yo cierro,/ será porque es mejor dejarla abierta,/

porque tienes un plan sin que lo advierta/ la

propia sinrazón a que me aferro”; de su perfec-

ción y nuestro error: “No fallaste, Señor, tú no

fallaste,/ nuestro libre albedrío nos traiciona”.

Y del valor del sacrificio de Cristo en la cruz,

extensible a todo aquel que lo tome para sí: “En

la sangre de Jesús/ hay poder y autoridad/ y un

amor de eternidad/ que revela con su luz/ que

sufrir en una cruz/ no es una muerte cualquiera,/

sino la acción más sincera/ de quien desdeña su

herida/ por ofrecer nueva vida/ para que el vivo

no muera”.

Dejo para el final este comentario sobre el

lenguaje poético de Frank Estévez, acerca de

los recursos que utiliza. Tengo que confesar mi

perplejidad cuando empecé a leer sus poemas.

Mi impresión fue evocar la poesía de nuestros

clásicos, de nuestros poetas del siglo de oro. El

dominio del soneto es impresionante. La mayo-

ría de sus composiciones son sonetos llenos de

armonía, sobre todo en Convidado a vivir. En rr Vino

nuevo en odres tiernos introduce otros temas

aparte de la experiencia espiritual, vemos redon-

dillas y estrofas que se aproximan a los roman-

cillos o a las endechas, muy apropiados para

los temas amorosos en tono popular que toca.

Décimas perfectas y algunas estrofas libres.

Domina la rima consonante y la asonante, pero lo

mejor es descubrir la rima interna que utiliza en

algunos poemas; es decir, la rima final que enlaza

con la rima a principio del verso siguiente y, a su

vez, la rima final que no falta, ABAB: “Queda el

desierto atrás, llego a la orilla// y brilla con desa -

tello el agua clara// que separap esta muerte de a

la Vida// por la herida que ayer aún sangraba…”

(de Convidado a vivir, página 23). rr Obcecado de

afanes que alimento// ya no intento afanar la algag -

rabía// pues se enfría, al buscar algún sustento,/,/ el

momento de alzar la voz que hervía…” (de ” Vino

nuevo en odres tiernos, página 35).

Este es un recurso apenas utilizado en la

literatura española (Garcilaso, Fray Luis de León

y Rubén Darío). Los recursos literarios son con-

tinuos, siendo las figuras de repetición y de pensamiento las más frecuentes: paralelismos

estructurales (en Pastor es perfecto) y anáforas r

(páginas 28, 31, 67, 71, 72) al comienzo de los

versos, con insistencia, lo cual contribuye a resal-

tar lo que quiere que impresione nuestra mente.

Prefiere el abuso de conjunciones –polisíndeton–

(p. 73) que la omisión de ellas –asíndeton–.

No hay mucho colorido, utiliza poca adjeti-

vación, muchos sustantivos y los verbos nece-

sarios. Es decir, una poesía muy conceptual,

ya que la mayoría de los temas que presenta

en esta antología son experiencias espiritua-

les. Maneja el quiasmo (p. 21), la paranoma-

sia, cuando juega con palabras fonéticamente

parecidas, pero diferente significado (p. 68), la

paradoja (muerte vital), la redundancia (callado

silencio), la interrogación retórica (Décimas

teocéntricas). No podemos dejar de evocar el

conceptismo del siglo XVII, abanderado por Gra-

cián y Quevedo.

(*) Nacida en Tenerife, 1961, es Licenciada en

Filología por la Universidad Autónoma de Madrid y

Diplomada en Teología por el Instituto Bíblico Euro-

peo. Ha ejercido la enseñanza y ha sido profesora

de griego en un Instituto bíblico, así como directora

de la revista “Ventana Abierta”. Actualmente es

miembro del Consejo editorial y colaboradora de la

revista Protestante Digital y de la Agencia de prensa

ACPress. Formó parte del Comité de trabajo del VII

Congreso Evangélico Español e impartió el seminario

“Ministerio de la Mujer: pasado, presente y futuro”.

Imparte conferencias en diferentes retiros de ámbito

nacional, aulas de cultura y colabora en colegios con

Escuelas de padres. Es pastora de una iglesia evan-

gélica de Vallecas (Madrid). El presente texto sirvió

de presentación oficial del libro en la Casa de Cana-

rias en Madrid, el 15 de mayo del año 2009.

Misión y diálogo teológico global

(Un libro de Samuel Escobar)

JACQUELINE ALENCAR

¿Cómo diseminar la fe

cristiana hasta lo último de

la tierra? Ésta es la pregunta

que sin lugar a dudas se han

hecho miles de cristianos a lo

largo de la historia del cristia-

nismo desde que Jesús soltó aquel contundente:

Id y predicad… En su libro Cómo comprender la

misión (Certeza Unida, Buenos Aires, 2007, pp.

254), el teólogo peruano Samuel Escobar nos va

a ir dando, a lo largo de 11 capítulos, respuesta

a tal interrogante, desvelándonos aspectos rele-

vantes en esta tarea de invitar a otros al gran

banquete de Jesús, ya que la iglesia existe para

la misión; y si se limita a mirar hacia adentro no

es verdaderamente la iglesia. Escobar no sólo es 66

rese

ña

s

Page 67: SEMBRADORAS Nº 4

un teórico en el tema que aborda, pues es amplio

su curriculum en el campo misionero ya desde

1959, cuando, junto a su esposa Lilly, se dedicó a

formar a estudiantes universitarios en varios paí-íí

ses latinoamericanos, España y Canadá.

Me remito a sus palabras cuando dice que

su libro es como una brevísima introducción al

estudio de la misión cristiana; pretende ofrecer

una panorámica de los desafíos que se plantean

y de algunos de los recursos disponibles para

tal cometido. Esta disciplina es muy compleja y

dinámica, viva. Aun así, el autor proporciona a los

interesados ciertas pautas pero con un calado

profundo, que permiten atisbar la punta del ice-

berg, el mismo que luego debemos desentrañar

por nuestra cuenta. Y ya es bastante.

En primer término, define la Misionología

como un enfoque interdisciplinario para com-

prender la acción misionera. Ella examina los

hechos misioneros desde la perspectiva de

las ciencias bíblicas, la teología, la historia y

las ciencias sociales… Es una reflexión crítica

de los cristianos comprometidos en la práctica

misionera, a la luz de la Palabra de Dios. Y es lo

que él se propone con su libro, argumentando,

además, que gran parte de los escritos del após-

tol Pablo van en esta línea.

Nos refresca la memoria contándonos, desde

su perspectiva, en cuanto a enfoques y autores

citados, haciéndonos un repaso de veinte siglos

de historia misionera, presentándonos una iglesia

enmarcada dentro de las tradiciones judías, con

ese mensaje aún del Antiguo Testamento, pero

que atrajo a personajes como Cornelio y Lidia.

Luego pasa a una segunda etapa, marcada por

el paso de una cultura a otra: de la judía a la gre-

corromana. La persecución imperial, la llegada

de Constantino y los cambios producidos. El

establecimiento del cristianismo como religión de

Estado. Algo que será el preámbulo de la imposi-

ción forzada del Evangelio en América por parte

de los españoles en el siglo dieciséis. Surgen las

sombras. Conversión colectiva de los bárbaros al

cristianismo, luego de una etapa de decadencia y

modelos obsoletos. Fusión constantiniana entre

iglesia y Estado, con el consecuente uso de la

fuerza militar obedeciendo a estrategias políticas

del emperador. Las cruzadas, que pretendían

recuperar la Tierra Santa de manos de la domina-

ción musulmana, aunque detrás conllevaban sen-

dos intereses políticos y económicos. Factores

contrarios al modelo de misión de Jesús, que, sin

embargo, no impiden el crecimiento del cristia-

nismo coadyubado por un factor relevante, como

fueron las grandes órdenes misioneras que sur-rr

gieron en Europa. Asociación entre la misión y la

empresa imperial de las naciones europeas: Por-rr

tugal y España protagonizan el descubrimiento y

la conquista del Nuevo Mundo allende los mares.

La religión se torna un instrumento para justificar

los métodos utilizados por el Estado para la con-

quista y explotación forzosa de los nuevos terri-

torios. Sometimiento de los nativos para sobre-

vivir. Surgen los dominicos con una propuesta de

evangelización pacífica que no prospera, abriendo

el camino a una cristiandad colonial.

El siglo diecinueve se convierte en el siglo

de las misiones protestantes. El imperio britá-

nico es el telón de fondo de la empresa misio-

nera. Sin embargo, la alianza entre imperio y

misión ya no es tan sólida. Esto, gracias a la

influencia modernizante, como dice Escobar, del

protestantismo, y a la pérdida de poder social y

político de la iglesia. En Europa también pode-

mos hablar de expansión misionera y colonial,

además de movimientos independentistas cla-

ramente propiciados por una amplia cooperación

entre estas fuerzas. Como se dio en África, Asia

y América Latina.

La obra misionera desde los Estados Unidos

ha sido predominante durante buena parte del

siglo veinte. Con sus luces y sus sombras. Entre

las luces nos quedamos con las metodologías

y estrategias eficaces para difundir el Evangelio

que lograron que muchos aceptáramos a Cristo

en nuestras vidas, aunque hayamos de replan-

tearnos más tarde ciertas premisas. Por último,

llegamos a la etapa de finales del siglo veinte y

principios del veintiuno donde el autor apuesta,

sustentado por su propia experiencia, por las

iglesias locales y los movimientos juveniles como

fuente de vocación misionera. Sus vivencias

dentro de la Comunidad Internacional de Estu-

diantes Evangélicos lo confirman como testigo

del surgimiento de una generación de misioneros

transculturales. Estudiantes que sintieron el lla-

mamiento mientras estaban en la universidad…

en Argentina, Brasil, Perú, India… Gente que

luego se desplazará a lugares remotos de sus

propios países o atravesará sus fronteras.

Hoy, la misión cristiana es una empresa en

la que están embarcadas millones de personas,

donde se expresa la tensión y la paradoja entre

lo humano y lo divino como ya lo expresa el

apóstol Pablo, el fundador de la misión cristiana

transcultural y la persona que ha tenido más

influencia sobre su desarrollo posterior. Escobar

recalca que no nos olvidemos del sentido pau-

lino de la misión que la considera en sus dos

dimensiones: la divina y la humana, algo que sin

querer muchas veces olvidan los misioneros y

promotores de misioneros.

Y en el camino cronológico misionero nos

encontramos con que los medios de una nueva

67re

señ

as

Page 68: SEMBRADORAS Nº 4

era nos intercomunican de tal manera que acer-rr

can puntos tan distantes como Filipinas y Perú.

Los intercambios de información, relaciones eco-

nómicas, políticas, religiosas, etc., se acentúan y

nos encontramos con la era de la globalización,

que tiene como promotores esenciales la econo-

mía y el mercado. ¿Podemos considerarla como

un factor positivo? Sí, mientras mantengamos

una actitud crítica. Si bien la globalización aporta

modernidad, progreso, también genera, según

Escobar, confrontación entre lo global y lo local,

y también pobreza... Los misioneros deben tener

presente que a veces son portadores de herra-

mientas materiales o vehículos intelectuales del

proceso de globalización. El respeto por lo local

y lo autóctono es indispensable y los misioneros

pueden ser capacitados para mostrar sensibi-

lidad ante otras culturas, siguiendo el modelo

del mismísimo Jesús, el misionero de Dios por

excelencia y que incorpora a sus seguidores en

Su misión. Me admira la valentía del autor cuando

dice que la misión incluye compasión, el alimen-

tar a la multitud con peces para la vida además de

compartir el Pan de vida. Y más: se deben utilizar

los recursos del sistema pero sin caer presos del

espíritu de éste. Y esto va tanto para los que pro-

vienen de países ricos como para aquellos que

provienen de países pobres.

Dios está formando un nuevo pueblo global

compuesto por personas de distintas razas,

costumbres, culturas, colores… que conforman

el multiforme rostro Suyo. La perspectiva bíblica

de la misión tiene un componente global que

viene de la fe en el Dios creador y su deseo de

bendecir a toda la humanidad a través de los

instrumentos que Él escoge; entonces a este

pueblo no le queda más opción que tener una

visión global, pero sin perder la visión local del

lugar donde Dios les ha puesto.

Saltos de un lugar a otro, con todo un bagaje

de costumbres, experiencias, estrategias que

incidirán en cómo transmitir el evangelio. ¿El

que va debe imponer su impronta? A esto res-

ponde Escobar cuando nos habla de contextua-

lización; en este caso se puede entender, dice,

como un movimiento que busca afirmar las

culturas locales, en su búsqueda de autonomía

y plena expresión como una reacción frente a la

globalización.

La misión ha acompañado a la globalización

en su desarrollo. Lo mismo que ha hecho con la

contextualización; de hecho, lo podemos cons-

tatar a través de los efectos altamente “renta-

bles” en términos de preservación y afirmación

de las culturas. Aunque conviene recordar que

no se debe caer en la trampa de sacralizar nues-

tra propia cultura y lengua hasta convertirlas en

ídolos en pro de una lucha frente a la globaliza-

ción y escudándonos en una crisis económica

y social que, a pesar de ser real, no justifica los

extremos.

Escobar también menciona que la nueva

actitud frente a la religión y la proliferación de

prácticas religiosas son parte de una revuelta

contra la modernidad. Las ideologías modernas

de progreso indefinido y utopía social que movi-

lizaban a las masas han fracasado y caído, tra-

yendo con ello una toma de conciencia respecto

a la capacidad de la razón humana para darle

sentido a la vida y proveer respuestas… Esto ha

generado la búsqueda de alternativas.

El estudio y análisis de Escobar en su libro

se extiende a lo largo de sus doscientas cin-

cuenta páginas, pero nosotros nos detendremos

para pasar a señalar que si bien se detectan

imperfecciones en el modelo de misión a lo

largo de veinte siglos, también se habla de un

nuevo modelo, utilizando el ya existente como

base. Hay que reconstruir, quitando y poniendo

según se necesite, con miras a volver al modelo

misionológico por excelencia, como mencio-

nábamos al principio, que no es más que ése

que nos dejó Jesús. Un modelo que no podría

entenderse si no consideramos intrínseco en él

la compasión de Dios y su cuidado por toda la

humanidad, tanto en juicio como en gracia, algo

clave en la existencia de Israel y en la misión de

Jesucristo. Hay un lado humano en la misión,

pero no debemos olvidarnos que la Misión es de

Dios, empieza en su corazón y es su iniciativa.

Nosotros sólo somos instrumentos que Él utiliza

para realizar Su misión. Por lo tanto, debemos

tener una actitud de dependencia y humildad.

Destaca la continuidad en la fidelidad a la

Palabra, pero también una continuidad de una

vida que fluye del Espíritu. La comunidad de

Jesús vive bajo su inspiración. Esto se nota en

la vida y la misión diarias de la iglesia. El Espí-

ritu sigue llenando como antaño a personas

sencillas y por medio de ellas bendice a toda la

humanidad.

Olvidaba comentar que en el capítulo once

aconseja hacer un repaso al Pacto de Lausana.

Y es que gracias a este movimiento, cuyo ger-rr

men fue el Congreso de Evangelización Mundial

realizado en Lausana (Suiza) en el año 1974, se

cambió la forma de ver la evangelización; se

llegó a entender que la misión era integral, no

implicaba sólo la salvación de las almas; la sal-

vación tenía que ver con el Reino de Dios. Su

influencia ha sido positiva en cuanto a llevar a

evaluar y reflexionar acerca de cómo se estaba

llevando la actividad misionera en occidente

y en Europa, y mirar hacia otros lugares del 68

rese

ña

s

Page 69: SEMBRADORAS Nº 4

mundo, donde se observan nuevas formas de

evangelizar: hablamos de Asia, África y Amé-

rica Latina. Desde estas latitudes se exportan

misioneros que nos traen nuevos aires de reno-

vación; ¿podríamos llamarlo la nueva Reforma?

Afirma que los cristianos del Tercer Mundo leen

actualmente la Escritura con ojos nuevos. Se

está dando un novedoso redescubrimiento de la

verdad bíblica característica de la Reforma. Y yo

pregunto: ¿Tenemos que volver a los orígenes,

digo, a los albores del Nuevo Testamento para

que pueda darse un avivamiento? ¿Debemos

estar dispuestos a revisar antiguas formas de

realizar la misión y a desarrollar nuevas estruc-

turas, acordes con los nuevos tiempos? Algu-

nos ya lo han hecho. Ha terminado la época del

monopolio europeo y occidental. En este nuevo

siglo, dice, la participación global de las iglesias

será indispensable para la misión.

Y vamos más allá todavía. Debemos redes-

cubrir que la misión de Jesucristo era una misión

integral. Nos interpela el autor recordándonos

que éste alimentaba a las multitudes, sanaba a

los enfermos y hacía amistad con los marginados;

pero también predicaba y enseñaba. Estamos en

un mundo donde la riqueza está en manos de un

20 % de la humanidad; un mundo con cerca de

mil millones de hambrientos. Por tanto, la misión,

desde la perspectiva cristológica, debe consistir

en servicio, servicio tanto a lo espiritual mediante

la proclamación de la palabra, como a lo físico

mediante la solución de las necesidades huma-

nas. El reto está servido. Confiamos que desde

Cape Town recibamos buenas noticias de reno-

vación y, consecuentemente, de “movimiento

lausaniano”. Que así sea.

El aguijón en la carne

EVA LVV ÓPEZ CAÑASPP

El título del libro El agui-ii

jón en la carne. Encontrando

fuerza y esperanza en medio

del sufrimiento (Andamio,

Barcelona, pp. 255), de

Pablo Martínez Vila, ya nos

arroja suficiente luz sobre

cuál va a ser el contenido: un estudio del sufri-

miento desde un punto de vista bíblico a lo que

se añade la perspectiva psicológica. Para desa-

rrollar este tema el autor parte de las palabras

del apóstol Pablo en 2º Cor 12:7-10, donde usa

la palabra “aguijón” para describir su propia

situación de sufrimiento. Pablo Martínez es claro

en su exposición, profundo en sus contenidos,

lo avala su propio “aguijón en la carne” después

de haber sufrido más de 14 operaciones en su

vista y su trabajo como psiquiatra que le hace

cada día estar cerca de personas que sufren.

La definición que el autor usa para la pala-

bra “aguijón” es la siguiente: “una situación

de sufrimiento crónico en la que encontramos

cinco rasgos distintivos”:

1.- Es dolorosa: te hace sentir roto por den-

tro.

2.- Es limitativa: te hace sentir inútil.

3.- Es humillante: te hace sentir débil y

pequeño.

4.- Es prolongada: la situación dolorosa no

mejora con el tiempo, suele durar años, a veces

toda la vida...

5.- Implica lucha: es una lucha contigo

mismo, con las circunstancias y con Dios.

En total son seis capítulos de los cuales me

gustaría destacar el dedicado a la “aceptación”

del sufrimiento, donde tras explicar qué no es,

el autor nos dice: “Aceptar es llegar a tener la

serena convicción de que Dios puede usar mi

vida no sólo a pesar de mi aguijón, sino precisa-

mente a través de él”.

El libro se completa con dos apéndices, uno

dedicado a testimonios personales de personas

que están atravesando por situaciones de sufri-

miento, y el segundo dedicado a ampliar la lista

de posibles “aguijones” relacionados con enfer-rr

medades.

Un libro MUY necesario para cualquier per-rr

sona que esté experimentando el sufrimiento

en su vida. (¿Hay alguien que se libra...? No te

preocupes, léelo también... todo llega).

Termino con una imagen gráfica que el autor

menciona: “En la oscuridad de la noche del

sufrimiento hemos de aprender a descubrir la

luz de las estrellas”.

(*) Nacida en Linares (Jaén). Vive en Azuqueca de Henares (Guadalajara).Actualmente realiza un programa de radio semanal llamado “Destellos del Gospel” y escribe en la revista femenina Mujer de Hoy, un blog dedicado a la música gospel. Tiene un blog personal: http://elimp // -eloasisdeeva.blogspot.g pcom// donde comparte muchas de sus experiencias /como ama de casa y como cristiana. Casada con Víc-tor Casero, dos hijos: Josué (9) y Nora (6).

69re

señ

as

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as

ac

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Charla

de Josefina Martín

I Encuentro Cristiano

de Literatura

Desayunos y estudios bíblicos

Conferencia de Margarita Burt

en la Universidad

Page 71: SEMBRADORAS Nº 4

71o

tras a

ctivid

ad

es

Mercadillo solidario 2009

Retiro de Iglesia 2009,

en Toral

Retiro de matrimonios 2009,

en Villaescusa

Villancicos

en Residencia de Ancianos

Page 72: SEMBRADORAS Nº 4

Oración de Lidia

ParaPP Antonio Romero

Entre la vida y el cielo

va la voz de Lidia

como un pétalo no extraviado

o noticia del amor

que se siente

desde el concierto de la fe

sacudiendo su corazón

a Jesús siempre entregado.

Así le sobra oxígeno

para silabear algún milagro;

así alcanza el nivel

donde pernocta lo divino;

así resiste, asombrada

tras la gracia.

Ella aguarda la señal

y ora

-desde lo profundo-

los frutos de su Relación

en alma viva.

Digo su nombre sólo una vez,

como quien saluda

al reino entero del amado

Galileo.

A. P. Alencart

72

po

esí

a