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u andera Semanario Anárquico-Colectivista CONDICIONES DE LA SUSCRIPCIÓN ün trimestr*: un» p«»et» en 1« Región Espefiolt; nvjmero suelto. 5 cíntimos; pa- quete d« 3o eiemplare». una peseta; para las demás Regiones, i'5o trimestre, y paque- te i>5o pesetas. " •} y ^ Las »u»cripcionef M pagarin en icUos de 1 5 céntimo» ó en papel y letra» de fácil cobro.—I.os remitido» i precio» convencionales. Se admiten suscripción*»: en Madrid, en la Redacción y Administración de e»tc Semanario; cn Barcelona, dirigirse al Secretario del C. L. de la Federación MADRID 23 DE OCTUBRE DE 1886. Año ir.—rvúm. 83. SE PUBLICA TODOS LOS JUEVES Consagrada etta publicación á la defensa de los principios anárquico colectivuu» todos los obreros tienen derecho á la inserción de cuantos documentos tengan rela- ción con este fin, asi como á que se den á luz cuantos abusos y vejaciones se cometan en el taller siempre que lo fraranticen con su firma. Administración y Redacción Calle de San Vicente, núm. 65, piso tercero, donde se dirigirá toda la correspo»- denci» á nombre del ADMIMS rkADOR. JUSTIFICACIÓN DEL NIHILISMO Los hechos que más abajo citamos son de esos 2 ue no tienen calificación posible en el lenguaje estinado á designar las cosas. Todo el mundo sabe que el origen de los dis- turbios ocurridos en Bulgaria se debe á ese abor- to de la especie humana llamado czar. El es el ánima vilis do cuanto ha ocurrido; él ba proporcionado el dinero para sobornar y co- rromper lo mismo al ejército queá los campesinos búlgaros. Los planes puestos en juego en Bulgaria han debido ser fraguados en el palacio imperial del czar de todas las Rusias y ejecutados por agentes á servicio de éste, mejor dicho, por bandidos des- almados buscados entre la hez y escoria de los hombres sin pudor, sin dignidad, sin conciencia. Seres mercenarios, vendidos ó seducidos por la influencia imperial rusa, dispuestos á hacerse paso por medio del asesinato, de la traición más inicua y de los medios más reprobados, son los que han recibido el encargo de encender la tea de la guerra civil primero, para dar lugar después á que el benigno y magnánimo czar, con su ejér- cito dc hunos, restaurara el orden, afirmara la li- y consolidara la nacionalidad búlgara. *^slo3 repugnantes criminales no lo consiguie- n a la primera tentativa, débeseá quo... pero no ron lo digamos nosotros; tomémoslo de los siguientes despachos de El Imparcial, que será menos sos- pechoso: «Londres 12 (8,35 mañana) ^Cuatro <je los principales jefes de la revolución búlgara, precisamente los que prendieron y depusie- ron al príncipe Alejandro, han llegado á San Peters- burgo. nSon los capitanes Demetrieff, Tyankoff y Kcvaloff y otro. nEl corresponsal del Times ha tenido ocasióii de hablar con ellos y de conocer las causas que impidie- ron el triunfo definitivo de la conspiración. «Los cuatro jefes han declarado á una que el triun- fo dc la contrarrevolución se debió muy principal- mente á que uno de los conspiradores más influyen- tes, Gruetf, se opuso resueltamente á todo derrama- miento de sangre; cuando á juicio de los demás conjurados debió empezarse por matar á los principales partidarios del principe y sembrar el terror en todo el pais.» «Londres 12 (2,25 mafiana.) «Anoche sc recibió un telegrama anunciando que los Individuos del partido ruso habían asesiajido al prefecto de Dubnitza. ji Ahora acaban de llegar nuevos despachos relatan- do circunstanciadamente lo ocurrido. nMovidos porlos agentes rusos, veinte'campesinos armados se apostaron á las puertas del colegio elec- toral de Dubtniza, amenazando con matar á todo el que se atreviese á entrar para emitir su voto. »E1 prefecto, acompañado de algunos notables, sc presentó entonces en el colegio mandando dispersar i los campesinos. »Pero no bien había pronunciado las primeras pa- labras, cuando éstos arrojándose sobre él y sus acom- pañantes, asesinaron al prefecto, á los eidipuudps al maestro de escuela. • Después arrastraron los cadáveres por las calles eti medio de gran algazara y por último os arrojaron al río.» ¿Se quiere mayor justificación de los actos deL nihilismo quo las que encierran las palabras refe^j íidas al Times por los capitanes consortes del czar? . Ellos lo han dicho bien claro: sin la oposición de Grueff, hubieran empezado por asesinar á los principales partidarios del principe y sembrar el terror en todo el pais. Y como el terror no se siembra sino producien- do víctimas, los partidariosOel czar se proponían, por lo que se ve, no haber economizado sangre para hacer triunfar la conspiración. Sin embargo de esto, que resulta un crimen frustrado con todas las circunstancias agravantes de alevosía, traición, refinamiento, crueldad y en- sañamiento, la prensa burguesa ha dado la noticia sin ninguna clase de comentarios, y los futuros asesinos han entrado en Rusia, donde habrán sida indudablemente recibidos con agasajos y repren- didos por sus escrúpulos en no haber asesinado á Gruetf, que fué el que se opuso á sus planes de asesinato y de terror. ¿Con qué derecho, pues, entregará á la horca mañana á los nihilistas, que sólo aspiran á ia li- bertad, el que, porambicición, alimenta una insu- rrección, cuyos principales jefes estaban dispues- tos á asesinar cobardemente á sus compañeros de ejército, en primer término, y después á aquellos que considerasen les estorbaban? 3O0OOO0O00G LA IGUALDAD DE LA MUJER (Continuación.) Parece que tal ex abrupto sólo debiera ocurrír- sele á la burguesía, que ni ve, ni oye, ni en- tiende , ni reconoce otros lazos que los que le proporcionan aumentar algo más el capitalito ga- nado á fuerza de trabajos y sudores de otros. Pero aun hay más: hemos presentado el ojcm- )lo del hijo y la madre , porque así debía ser si , habíamos de comenzar por el principio. : Dejemos á un lado hermanas y demás. para I venir á la cuestión capital: marido y mujer. Demos de barato que el hijo á quien antes en- ' centramos en .su camino vuelvo á aparecer para ! ayudarnos á dar cima á nuestro trabajo. Es natural suponer no se ha convencido, pues es sabido que el error se aprende con tantí^ faci- lidad como es difícil á la razón abrirse paso. Así, pues, nuestro hombre, si así puede lia- marse, sigue en sus trece, si no ha llegado í * á veintiséis ó más. ! Está casado, como Dios manda, lo cual os una desgracia en los tiempos burgueses que corremo*,, Por consiguiente, tiene mujer, os suya (pues nq . queremos pensar mal), como manda los cánones. ; Ha pasaao eso que se llama la luna de miel j cviando la volvemos á encontrar. I .Después do la cortesía del saludo , tratamos de ; explorar su voluntad en distinta forma que lo hi- I cimos anteriormente. ' Al efecto damos comienzo á la información. —¿Te has casado? —Sí. —¿Y qué tal es, no tu futura, sino tu pre- senten —Hasta ahora no marcha mal. —¿Es instruida? —Hombre, nacida de padres que apenas te- i nían para comer con lo que trabajaban, tuvieron ' qup ponerla á oficio desde muy niña : así que : sólo na aprendido á guarnecer botas. —¿De modo que do enseñanza? —Solamente na aprendido lo que enseñaban ! en una escuela dominical, que es poco ó nada. —Y mañana, cuando tenga hijos ¿qué les va á •nseñar? i —Ella nada. Yo haré todo lo posible porque • vayan á una escuela. —¿Del ayuntamiento? —Claro; no tengo medios... —¿Y no sabes que en esas escuelas lo que aprenden, según están montadas, es muchas cosas de las que no debían aprender? —No tengo otro remedio. Harto lo siento. —Aunque no soy rencoroso, voy á recordarte lo que me decías ha ya tiempo al preguntarte si eras partidario de que la mujer tuviera los mismos derechos del hombre... —jY qué tiene que ver eso con mis hijos y...? —Lo verás. Guando yo te preguntaba eso, no te queria decir lo que generalmente se entiende por igualdad de la mujer. Los anarquistas creemos que ésta, mitad ó más del género humano, no debe ser una bachillera, que, como hoy se prac- tica en muchas vecindades, se lleva todo ^1 día de aquí para allá charlando como un sacamuelas y abandonando, por esa hidrofobia de exhibirse. SHs atenciones para con la familia y sus deberé? como esposa y como madre. —Pues ¿qué queréis entonces? —Queremos que, en lugar de eso que piensan muchos cerebros obtusos, la mujer tenga mucha instrucción, con lo cual no ea temible la libertad; queremos, que así como hoy tiene que enviar sus hijos á la escuela al cuidado de maestros más aten- tos á cobrar su asignación (salvo alguna rarísima e.xcepción") que á alumbrar la inteligencia de 40 ó ;>0 niños que asisten á las escuelas por término inodio, pueda educar á sus hijos en los primero pasos de la vida y prepararlos á mayores estudies, f queremos que habiendo desarrollado sus conoci- I mientes, no solo sea el pedagogo dol niño, sino j el galeno provisional que, mercé á su ilustración, S ueda, con ayuda de manuales especiales, aten- ^ er á los cuidados primeros que requiere la salud i del pequeñuelo cuando ésla se quebrante... —Eso me parece bien; pero lo croo mucho. —No lal, puesto que nuestra pretensión no es ; qué nosea en absoluto todas las ciencias, sino que aquella cuyos prematuros cuidados maternales le imjpidan adquirirlos en mayor eklensión, tenga ru- dimentarios principios de cuanto es necesario que la^ mujer que ha de constituir familia necesita. De ese modo no cabo duda que ítjrá buena hija, bue- na esposa y bueña madre.'.! " ' —Hasta ahi estamos de acuerdó: pero y6» b' [ oftjtp hablar ^e arnor libre y dé no sé cuántas co- sas más. —Iremos llegando poco á poco. Lo primero he- mos convenido, hoy que lo tocas prácticamente, que es conveniente que la mujer sepa algo mAs qtie barrer, remendar, espumar el puchero, y no tenga otras luces que las que se necesitan para cqnversar con las vecinas, quo como también ca- r ^ n de oonocimientos, sus conversaciones, tarde I 6 temprano, han de degenerar en eso que vulgar- mente so denominan chismes de vecindad, origi- nados por lo común á disgustos sin cuento. Oue si tuvieran má^lnoes^ quizá aprovecharían ol tiem- po en cosa más útil, por ejemplo, en excogitar los medios de venir en ayuda de la vecina cuyo hijo, hermano ó padre sa encontrara en el lecho del dolor, ó en mstruir á los niños fine hoy, después de ir á clase, sólo viven en la calle, ó en el patio, oyendo lo (jue no debieran oir. —Eso lo entiendo. Pqro deseo me orientes res- pecto 4 los otros puntos que te hé preguntado. (Continuará.) LA PROPIEDAD ESJJN PRESIDIO SUELTO Algunos periódicos de provincias vienen cla- mando contra la criminal inmoralidad que se ejer- ce por los expendedores de artículos de primera necesidad adulterando éstos con sustancias noci- vas y perjudiciales á la salud.

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Page 1: Semanario Anárquico-Colectivista...u andera Semanario Anárquico-Colectivista CONDICIONES DE LA SUSCRIPCIÓN ün trimestr*: un» p«»et» en 1« Región Espefiolt; nvjmero suelto

u andera

Semanario Anárquico-Colectivista

CONDICIONES DE LA SUSCRIPCIÓN

ü n trimestr*: un» p«»et» en 1« Región Espefiolt; nvjmero suelto. 5 cíntimos; pa­quete d« 3o eiemplare». una peseta; para las demás Regiones, i'5o trimestre, y paque­te i>5o pesetas. " •} y ^

Las »u»cripcionef M pagarin en icUos de 15 céntimo» ó en papel y letra» de fácil cobro.—I.os remitido» i precio» convencionales.

Se admiten suscripción*»: en Madrid, en la Redacción y Administración de e»tc Semanario; cn Barcelona, dirigirse al Secretario del C. L. de la Federación

MADRID 23 DE OCTUBRE DE 1 8 8 6 . Año ir.—rvúm. 83.

SE PUBLICA TODOS LOS JUEVES

Consagrada etta publicación á la defensa de los principios anárquico colectivuu» todos los obreros tienen derecho á la inserción de cuantos documentos tengan rela­ción con este fin, asi como á que se den á luz cuantos abusos y vejaciones se cometan en el taller siempre que lo fraranticen con su firma.

Administración y Redacción Calle de San Vicente, núm. 65, piso tercero, donde se dirigirá toda la correspo»-

denci» á nombre del ADMIMS rkADOR.

JUSTIFICACIÓN DEL NIHILISMO

Los hechos que más abajo citamos son de esos

2ue no tienen calificación posible en el lenguaje estinado á designar las cosas.

Todo el mundo sabe que el origen de los dis­turbios ocurridos en Bulgaria se debe á ese abor­to de la especie humana llamado czar.

El es el ánima vilis do cuanto ha ocurrido; él ba proporcionado el dinero para sobornar y co­rromper lo mismo al ejército queá los campesinos búlgaros.

Los planes puestos en juego en Bulgaria han debido ser fraguados en el palacio imperial del czar de todas las Rusias y ejecutados por agentes á servicio de éste, mejor dicho, por bandidos des­almados buscados entre la hez y escoria de los hombres sin pudor, sin dignidad, sin conciencia.

Seres mercenarios, vendidos ó seducidos por la influencia imperial rusa, dispuestos á hacerse paso por medio del asesinato, de la traición más inicua y de los medios más reprobados, son los que han recibido el encargo de encender la tea de la guerra civil primero, para dar lugar después á que el benigno y magnánimo czar, con su ejér­cito dc hunos, restaurara el orden, afirmara la li-

y consolidara la nacionalidad búlgara. *^slo3 repugnantes criminales no lo consiguie-

n a la primera tentativa, débeseá quo... pero no ron lo digamos nosotros; tomémoslo de los siguientes despachos de El Imparcial, que será menos sos­pechoso:

«Londres 12 (8,35 mañana)

^Cuatro <je los principales jefes de la revolución búlgara, precisamente los que prendieron y depusie­ron al príncipe Alejandro, han llegado á San Peters­burgo.

nSon los capitanes Demetrieff, Tyankoff y Kcvaloff y otro.

nEl corresponsal del Times ha tenido ocasióii de hablar con ellos y de conocer las causas que impidie­ron el triunfo definitivo de la conspiración.

«Los cuatro jefes han declarado á una que el triun­fo dc la contrarrevolución se debió muy principal­mente á que uno de los conspiradores más influyen­tes, Gruetf, se opuso resueltamente á todo derrama­miento de sangre; c u a n d o á j u i c i o d e l o s d e m á s c o n j u r a d o s d e b i ó e m p e z a r s e p o r m a t a r á l o s p r i n c i p a l e s p a r t i d a r i o s d e l p r i n c i p e y s e m b r a r e l t e r r o r e n t o d o e l pa i s .»

«Londres 12 (2,25 mafiana.) «Anoche sc recibió un telegrama anunciando que

los Individuos del partido ruso habían asesiajido al prefecto de Dubnitza.

ji Ahora acaban de llegar nuevos despachos relatan­do circunstanciadamente lo ocurrido.

nMovidos p o r l o s agentes rusos, veinte'campesinos armados se apostaron á las puertas del colegio elec­toral de Dubtniza, amenazando con matar á todo el que se atreviese á entrar para emitir su voto.

»E1 prefecto, acompañado de algunos notables, sc presentó entonces en el colegio mandando dispersar i los campesinos.

»Pero no bien había pronunciado las primeras pa­labras, cuando éstos arrojándose sobre él y sus acom­pañantes, asesinaron al prefecto, á los e i d i p u u d p s al maestro de escuela.

• Después arrastraron los cadáveres por las calles eti medio de gran algazara y por último os arrojaron al río.»

¿Se quiere mayor justificación de los actos deL nihilismo quo las que encierran las palabras refe^j íidas al Times por los capitanes consortes del czar? .

Ellos lo han dicho bien claro: sin la oposición de Grueff, hubieran empezado por asesinar á los principales partidarios del principe y sembrar el terror en todo el pais.

Y como el terror no se siembra sino producien­do víctimas, los partidariosOel czar se proponían, por lo que se ve, no haber economizado sangre para hacer triunfar la conspiración.

Sin embargo de esto, que resulta un crimen frustrado con todas las circunstancias agravantes de alevosía, traición, refinamiento, crueldad y en­sañamiento, la prensa burguesa ha dado la noticia sin ninguna clase de comentarios, y los futuros asesinos han entrado en Rusia, donde habrán sida indudablemente recibidos con agasajos y repren­didos por sus escrúpulos en no haber asesinado á Gruetf, que fué el que se opuso á sus planes de asesinato y de terror.

¿Con qué derecho, pues, entregará á la horca mañana á los nihilistas, que sólo aspiran á ia li­bertad, el que, porambicición, alimenta una insu­rrección, cuyos principales jefes estaban dispues­tos á asesinar cobardemente á sus compañeros de ejército, en primer término, y después á aquellos que considerasen les estorbaban?

3 O 0 O O O 0 O 0 0 G

LA IGUALDAD DE LA MUJER

(Continuación.)

Parece que tal ex abrupto sólo debiera ocurrír-sele á la burguesía, que ni ve, ni oye, ni en­tiende , ni reconoce otros lazos que los que le proporcionan aumentar algo más el capitalito ga­nado á fuerza de trabajos y sudores de otros.

Pero aun hay más: hemos presentado el ojcm-)lo del hijo y la madre , porque así debía ser si

, habíamos de comenzar por el principio. : Dejemos á un lado hermanas y demás. para I venir á la cuestión capital: marido y mujer.

Demos de barato que el hijo á quien antes en-' centramos en .su camino vuelvo á aparecer para ! ayudarnos á dar cima á nuestro trabajo.

Es natural suponer no se ha convencido, pues es sabido que el error se aprende con tantí faci­lidad como es difícil á la razón abrirse paso.

Así, pues, nuestro hombre, si así puede lia-marse, sigue en sus trece, si no ha llegado í * á veintiséis ó más.

! Está casado, como Dios manda, lo cual os una desgracia en los tiempos burgueses que corremo*,,

Por consiguiente, tiene mujer, os suya (pues nq . queremos pensar mal), como manda los cánones. ; Ha pasaao eso que se llama la luna de miel j cviando la volvemos á encontrar. I .Después do la cortesía del saludo , tratamos de ; explorar su voluntad en distinta forma que lo hi-I cimos anteriormente. ' Al efecto damos comienzo á la información.

—¿Te has casado? —Sí. —¿Y qué tal e s , no tu futura, sino tu pre­

senten —Hasta ahora no marcha mal. —¿Es instruida? —Hombre, nacida de padres que apenas te-

i nían para comer con lo que trabajaban, tuvieron ' qup ponerla á oficio desde muy niña : así que : sólo na aprendido á guarnecer botas.

—¿De modo que do enseñanza? —Solamente na aprendido lo que enseñaban

! en una escuela dominical, que es poco ó nada. —Y mañana, cuando tenga hijos ¿qué les va á

•nseñar? i —Ella nada. Yo haré todo lo posible porque • vayan á una escuela.

—¿Del ayuntamiento? —Claro; no tengo medios... —¿Y no sabes que en esas escuelas lo que

aprenden, según están montadas, es muchas cosas de las que no debían aprender?

—No tengo otro remedio. Harto lo siento. —Aunque no soy rencoroso, voy á recordarte

lo que me decías ha ya tiempo al preguntarte si eras partidario de que la mujer tuviera los mismos derechos del hombre...

—jY qué tiene que ver eso con mis hijos y...? —Lo verás. Guando yo te preguntaba eso, no

te queria decir lo que generalmente se entiende por igualdad de la mujer. Los anarquistas creemos que ésta, mitad ó más del género humano, no debe ser una bachillera, que, como hoy se prac­tica en muchas vecindades, se lleva todo 1 día de aquí para allá charlando como un sacamuelas y abandonando, por esa hidrofobia de exhibirse. SHs atenciones para con la familia y sus deberé? como esposa y como madre.

—Pues ¿qué queréis entonces? —Queremos que, en lugar de eso que piensan

muchos cerebros obtusos, la mujer tenga mucha instrucción, con lo cual no ea temible la libertad; queremos, que así como hoy tiene que enviar sus hijos á la escuela al cuidado de maestros más aten­tos á cobrar su asignación (salvo alguna rarísima e.xcepción") que á alumbrar la inteligencia de 40 ó ;>0 niños que asisten á las escuelas por término inodio, pueda educar á sus hijos en los primero pasos de la vida y prepararlos á mayores estudies,

f queremos que habiendo desarrollado sus conoci-I mientes, no solo sea el pedagogo dol niño, sino j el galeno provisional que, mercé á su ilustración,

Sueda, con ayuda de manuales especiales, aten-^ er á los cuidados primeros que requiere la salud i del pequeñuelo cuando ésla se quebrante...

—Eso me parece bien; pero lo croo mucho. —No lal, puesto que nuestra pretensión no es

; qué nosea en absoluto todas las ciencias, sino que aquella cuyos prematuros cuidados maternales le imjpidan adquirirlos en mayor eklensión, tenga ru­dimentarios principios de cuanto es necesario que la mujer que ha de constituir familia necesita. De ese modo no cabo duda que ítjrá buena hija, bue­na esposa y bueña madre.'.! " '

—Hasta ahi estamos de acuerdó: pero y6» b' [ oftjtp hablar ^e arnor libre y dé no sé cuántas co­

sas más. —Iremos llegando poco á poco. Lo primero he­

mos convenido, hoy que lo tocas prácticamente, que es conveniente que la mujer sepa algo mAs qtie barrer, remendar, espumar el puchero, y no tenga otras luces que las que se necesitan para cqnversar con las vecinas, quo como también ca-r ^ n de oonocimientos, sus conversaciones, tarde

I 6 temprano, han de degenerar en eso que vulgar­mente so denominan chismes de vecindad, origi­nados por lo común á disgustos sin cuento. Oue si tuvieran má^lnoes^ quizá aprovecharían ol tiem­po en cosa más útil, por ejemplo, en excogitar los medios de venir en ayuda de la vecina cuyo hijo, hermano ó padre sa encontrara en el lecho del dolor, ó en mstruir á los niños fine hoy, después de ir á clase, sólo viven en la calle, ó en el patio, oyendo lo (jue no debieran oir.

—Eso lo entiendo. Pqro deseo me orientes res­pecto 4 los otros puntos que te hé preguntado.

(Continuará.)

LA PROPIEDAD E S J J N PRESIDIO SUELTO

Algunos periódicos de provincias vienen cla­mando contra la criminal inmoralidad que se ejer­ce por los expendedores de artículos de primera necesidad adulterando éstos con sustancias noci­vas y perjudiciales á la salud.

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BANDERA SOCIAL

De estos periódicos, el que no tiene pariente, amigo, correligionario ó deudo empleado en los laboratorios municipales, pide que se supriman, por inútiles, estos laboratorios.

Que no está mal pensado, si no Rán de servir más que para lo que sirven hoy.

# * A propósito de este asunto, hace algunos días

publicó La República un artículo, en el oqul, .con la inocencia más sinalagmática, pedía se castiga­ran estas falsificaciones.

Y lo pedía al ayuntamiento. Oue era, poca naenos, que pedir uvas' al alcor­

noque. Porque debe s a b e r l a República que los conce­

jales, los diputados provinciales, los diputados á Cortes, las autoridades judiciales, hasta cierto gra­do, se componen de esos industriales que tienen almacenes de vinos, tahonas, tiendas de comesti­bles, etc.; y aunque ya suponemos que ninguno de los que desempeñan esos cargos es capaz, cla­ro que no, de cometer la más pequeña infracción, sin embargo, tienen que estar bien con la gente honrada... que corresponde á estas deferencias con alguna muestra de atención y da su voto. . .

Pero, ya oímos á La República exclamar: eso no sucederá mañana cuando venga el pacto y esas otras cosas que se le ban metido al Sr. Pi en la cabeza como Pedro por su casa.

Pues, mire usted; ciudadana República (perdone usted si somos imprudentes, pues hemos obser­vado que eso de ciudadano sólo lo usa el colega en la correspondencia administrativa, que en las comunicaciones dirigidas al jefe del directorio pone señor don Francisco Pi y Margall), aunque nosotros no somos capaces de desmentir á nadie, creemos que cuando venga la repúbhca, si viene, sucederá lo mismo que ahora.

Los burgueses republicanos ni tienen más ni menos conciencia que los burgueses monárquicos.

Y si no, recuerde usted, ciudadana República, un juez nombrado, creemos que en el distrito de la Latina, en los buenos tiempos republicanos.

Kl primer día, como son muy pocos los que no roban algunos tahoneros, decomisó todo el pan del distrito y lo dio á los pobres.

Muchos dijeron: esto si quo va bien. Ahora si que no nos robarán los panaderos.

Y así debió ser sin duda. Al dia siguiente se le presentó una comisión de

tahoneros, y ya le convencieran éstos al juez re­publicano ó" él á los tahoneros ladrones, no se de­comisó más el pan.

Conque... para üarse. *

# * Sucede con esto de las adulteraciones, falsifica­

ciones, é Ítem más, disminución fraudulenta de peso y medida, lo que con la propiedad oculta.

Muchos catastros se han hedió ó pretendido ha­cer para descubrir toda la riqueza sujeta al im­puesto, pero ni se ha conseguido ni conseguirá hasta que los anarquistas nos encarguemos de li­quidar la propiedad.

Entonces será cuando se sepa en definitiva las hectáreas de tierra que cuenta España, así como toda su riqueza pecuaria, etc. Lo demás, ni* los carlistas, progresistas, con­servadores, republicanos, ni el sur svm cordam, en forma de partido poUtico, es capaz de acometer esta empresa.

El mal está muy arraigado. Nadie puede tirar la primer piedra, porque en

España la propiedad, gráficamente calificada, es un presidio suelto.

Misce láneas Según una estadística de fecha reciente sólo en

España hay 4.2048 curas, 1.106 frailes [este dato deoe estar equivocado) y 14.725 monjas.

Ahora, y ésta no hay quien la forme, faltaba otra estadística que señalara las cifras de los tra­bajos útiles que realiza tanto sotana.

Porque, para vivir de gorra, nos parece mucha gente.

A todos foá^ t fais la presente vieren y ent«ndi^ ren, sabed:

Que en la capital de España, una de las ciuda­des del mundo donde hay más vagos, se ha for­mado una sociedad... preguntan ustedes si cientí­fica, literaria, económica, etc . , no, señor; es mu­cho más que lodo eso: es una sociedad para descu­brir... quién ha adquirido cédula de menor precio que la que le corresponde.. .

.\sí lo ha dicho la prensa burguesa. No sabeitios si estos descubridores tendrán la

humorada de retratarse. Pero si les da por ahí, van á sacar wn capital.

Se han recogido los padrones repartidos á do­micilio para hacer la inscripción de los perros que encierra esta localidad.

X , .S i ,ektas padrones sé hubieranllejiadií con wic:: 'tilAjd, era un buan medio para saber apro.ximaaa-mente el número de burgueses que hay en Madrid.

Ya que no pudo ser el número pasado, lo deci­mos en éste, porque la frescura de los periódicos conservadores no tiene nombre. : •

El lunes llegó á Madrid su (aquí todos los re­milgos de la adulación más humjllaate) jefe, señor Cánovas del Castillo.

Que dijeran que bajó toda la cuadrilla conserva­dora, pase.

Pero que añadieran «que bajaban en apiñados grupos los comités de los distintos barrios, com­puestos de honrados hijos del trabajo...» ; ¡Voto á Molero que es cinismo!

Si hubiéramos bajado los honrados htjos del tra-bajo á recibirle, es seguro que no nos lo agradece el Sr. Cánovas.

Ya lo creo que no.

Con verdadero dolor—dice La República del día 13—leemos en un colega:

«Anoche, á las nueve, fué auxiliado en la calle de Hor-taleza un sujeto llamado Antonio Utrllla, que se hallaba desfallecido de hambre.

»En la Casa de Socorro del distrito se le administró al­gún alimento, y después de repuestas sns fuerzas, fué con­ducido á su domicilio.»

Y después añade el siguiente comentario: «Pero esas innumerables asociaciones benéficas; esas se­

ñoras que dan beneficios en los teatros; esas corporaciones que celebran corridas de beneficencia, ¿dónde están?

)>En Madrid no puede darse un paso sin tropezar con un mendigo: hemos llegado al caso de que la gente se muera de inanición por las calles (!!].

»¿Qué es esto?»

Pues esto es un mal incurable, tanto en las re ­públicas como en las monarquías.

La única recela que puede salvarle es esla: A partes iguales, toda la cantidad posible de Re­

volución social y liquidación. Lo demás es hacer bombas de jabón.

Noticia importante. El primero del mes próximo se celebrará una

junta en el palacio arzobispal, á la que asistirán industriales y comerciantes para construir la igle­sia de Santa Cruz en el sitio que ocupa hoy la de Santo Tomás.

Si no fuera por lo mal que huele el asunto, pre­guntaríamos á esos caballeros: ¿no sería más hi­giénico y decoroso emplear esa suma en construir alcantarillado, dotar de faroles, aceras y fuente» públicas á infinidad de calles que carecen de or­nato, establecer bibliotecas en todos los distritos y abrir más escuelas, que no gastar tanto dinero en inútiles iglesias.

Porque por muy devotos que sean ustedes, mi­ren que es una vergüenza, que, al paso que va­mos, va á haber tantas iglesias en Madrid como carros de Sabatini.

Se ha descubierto una vasta falsificación de bi­lletes de Banco. ' *

Los falsificadores—dice un periódico burgués^ —formaban una sociedad industrial ea toda re-' gla. El socio capitalista, que también ha caído e n '

{loder de la justicia, era un sujeto natural de Má- \ aga. El negocio hecho debe haber sido de impor-1

lancia, habiendo puesto en circulación muchos bl-j tictes falsos, especialmente en los pueblos de l a ' región valenciana,, jowes todos ios complicados ejer-'* cían alguna industria ó comercio, y hadan sus pagos en papel falso.

Merece repetirse y en letras gordas: a... PUES TODOS LOS COMPLICADOS EJERCÍAN ALGUNA'^ INDUSTRIA O COMERCIO Y HACÍAN SUS PAGOS^ EN PAPEL FALSO.» 1

]Qué honradota es la gente honrada.'

Según parece está terminado el reglamento á que ha de sujetarse la organización del proyectado cuerpo de policía y redactada la minuta del decre­to creando la Direccióa ó Inspección general de dicho ramo.

• El general Daban será el hermano mayor de esta nueva institución, que desde luego debiera titularse nueva Inquisición militar-civil.

jCÍtro... gazapo en puerta. En un comunicado publicado por L. Diluvio de

Barcelona tratando de su gestión municipal, el au­tor promete «dará conocer algún expediente frau­dulento que contribuye d la horrible deuda de

^ rtfeintat^iUónes, y lo que vale el adoquinado de • • tnaáéra de la Rambla.»

¿Quién será el encargado de trasmitir á la pos­teridad Jas historias de nuestros tiempos?

~|~ Porque la tarea es fácil. Bastadeeip;-. .; *i ' i. , «España era un país donde existían más ban­

didos que árboles.»

S e c c i ó n Bi lñ iográñca Con un retraso que no nos explicamos hemos re­

cibido el número correspondiente á Septiembre de la Revue Littéraire et edrtistique, que se publica en Burdeos y París.

El índice de trabajos que contiene cs el siguiente: Vna carta de su director Charles Fuster, autor de

de los Snsayos de crítica, obra que ha llamado la atención.—Un encantador Idilio, de Eduardo de Au-bram.—Un largo y notable estudio sobre la Litera­tura griega, de José Douvillard.—á^/ Toeta del Ar-tois: M. Jules "Bretón, por Gabriel Marc.—Detalles inéditos sobre los Últimos momentos de Jelicien T)a-vid, por Eugenio Cienille.—Los artistas románticos: "Preault, por Julio Salmson.—Numerosas poesías de autores conocidos.—Crónica artística.—Una sección de noticias interesantes. j

Los que desecan adquirir números especiales pue-;den dirigirse á las oficinas de la 1{evista, rué Lagran-ge, 1 7 , Bordeaux, ó la rué Druot, 18, París .

Se publica los días i5 de cada mes, por entregas de ;72 á 80 páginas, y cuesta 12 francos en Francia y i.^ en los demás países.

¡Qué de recuerdos trae á nuestra imaginación esta última sagasta-moretadal

POR UN COCHINILLO

En Delhi (posesión inglesa de la India) estalló el 8 del corriente una sangrienta lucha entra mahometanos ó indígenas, que tuvo todos los ca­racteres de una encarnizada batalla, puesto que fueron muchos los muertos y heridos de una y otra parte.

El origen de la tal colisión es la prueba más concluyente de lo que puede el fanatismo religio­so y las ridiculas farsas á que obligan todas las rehgiones.

Es el caso que la religión de los indígenas prohibe á estos en absoluto comer carne de cerdo.

Antojóseles que la manteca de vaca se falsifica­ba añadiéndole manteca de cerdo, y celosos por salvar á su rehgión de aquellas reminiscencias co­chinas, comenzaron á agitarse.

No se dice de quién partió la idea, pero ello es que los indígenas se encaminaron á una mezquita y colocaron, atado con una cuerda, un lechon-cillo.

Casu^ belli para los mahometanos. Ver éstos el cochinillo haciendo compañía en el templo á Maho­ma y recurrir a las armas para vengar aquella co­chinada, fué obra de un momento.

Los telegramas no dicen si uno de los bandos gritaba ¡viva el cochinillo! y el otro ¡muera el co­chinillo! pero sí manifiestan que se zurraron de lo lindo, hasta el punto de que los ingleses tuvieron que pedir refuerzos para sofocar aquellos espíritus belicosos ante la presencia del cochinillo.

Despachos posteriores anuncian que aún sigue la gresca.

S e c c i ó n V a r i a A LOS TRABAJADORES DE MÁLAGA

Compañeros trabajadores dc Málaga, salud: Vuestra morosidad y retraimiento nos mueve á di­

rigiros nuestra pobre y humilde voz, pero siempre hi)a del mejor deseo, á fin de que de nuevo volváis á organizaros en secciones de oficio para poner coto á la infame explotación del hombre por el hombre.

Así, pues, compañeros, habiéndose reorganizado la Federación malagueña y quedado constituida la Sección de oficios varios, creeríamos faltar á un deber sagrado no participándolo para que aquellos que sientan amor por la causa del Proletariado vengan á engrosar nuestras lilas y á ensanchar nuestra organi­zación federativa.

Nosotros no podemos menos de preguntaros: ¿Qué adelantos tenéis fuera de la asociación? ¿Recibís al­gún provecho? ¿Sois acaso más económicos? ¿Os res­petan más vuestros burgueses? Y por úhimo, ¿os ha­céis más dignos para con vuestra familia? ¡Desgra­ciados!...

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BANDERA S O G I A I 4 /

Va veis como venimos tocando las consecuencias, (uesto que el despotismo en nuestros amos y maestros P demuestra perfectamente; que de ser así, pronto los mandarán con látigo en mano, como los mayo-Hles de los ingenios en Cuba, haciéndonos imitar á tis pobres y desgraciados negros esclavos. Y todo este lal trato y la precaria situación que venimos atrave-mdo es hija de nuestra desunión, de la apatía y tar-anza en asociarnos. , Para conseguir nuestra verdadera libertad, se ne­

rita de unión; hay perentoria é imprescindible ne-esídad de asociarse para que nos respeten como hom-,^ •"es, y no nos miren como cosa. , ¿Os acordáis de aquella fuerte organización que le,,

uitó el sueño á los Larios en ésta, y á todos los de-pás burgueses de la Región Española? Pues así como fitonces, es menester recuperar fuerza. Los que crean Ptán bien en su casa, están en un error, pues sin mo­lerse es imposible adelantar las vias progresivas que bn las que llevan el bien á los pueblos: la quietud, la l«)adez es madre del oscurantismo, y el oscurantismo IS la perdición del trabajador.

Sí, compañeros; ante la miseria cada vez tnás te-ribJe, cada vez más sañuda, y amenazando cor-

el hilo de nuestra existencia con suahlada guada-'a, nosotros, los trabajadores, debemos organizamos nte la terrible burguesía, que es la que tiene la cul-a de nuestra desgracia. • Así, pues, todos los que sientan amor por la causa

el Proletariado deben acudir al local de la Sección donde les esperan con los brazos abiertos sus her­íanos y compañeros de trabajo.

Por acuerdo de la Sección.—<£^/ Secretario. Málaga 6 de Octubre de t886.

Tribuna del Trabajo f¡L CONSKJO DE LA UNIÓN BE CONSTRLT.TORES DE B D l -

PICIOS DE LA REGIÓN ESPA.*501.A .V TODAS LAS SEC­

CIONKS DE LA MISMA.

Cicrular núm. 8.

Compañeros, salud. ^ La mayoría de Secciones han acordado que el 8.* -ongreso se celebre en Reus jen loa días 3o y 3 i de octubre y i."de Noviembre], por lo tanto no duda­dlos del interés de todos que mandaréis sus delegados 61 mismo, que con el concurso de los mismos, si to-tíos asisten ó se hacen representar, puede^ sin duda ^-íuna hacerse una importante manifestación y tomar

losos y acertados acuerdos; si atienden á las espe-- lies circunstancias en que se encuentra la política española y el movimiento obrero que se nota en to­da» parces , bastará para que todas las Secciones acu-

"} ^ . * engrandecer, fortificar y trabajar para a L mon de todos.

El día ig del pasado fueron invitadas por este Con­tejo todas las Secciones del llano de Barcelona adheri­das á esta Unión. A ella asistió una comisión del Consejo para ponerse de comtin acuerdo y para en­cerarse más de cerca de los sucesos ocurridos algunos días anteriores con los albañiles, y pudo ver y obser­var la energía de los dignos compañeros presos y el Fran entusiasmo de los demás asociados; después de reunirse con las secciones pertenecientes á la Unión y tomar importantes acuerdos y volver á su punto de 'alida'hemos creído conveniente y de suma necesidad,

BOSQUEJOS HISTÓRICOS

E S P A R T A C O .

si la fortuna no les hiciera tropezar en el camino ! con unas carretas cargadas de armas, consignadas á \ otros infelices, que, como ellos, estaban destinados \ á sacrihcarse en holocausto de sus señores. i

Poco tardaron en apoderarse de aquellas armas. | ¡Oh misteriosos arcanos de la fortuna! ¡Aquellas ;

armas adjudicadas por los tiranos para que los escla- ' vos se destrozaran mutuamente á fin de solazarles, i habían llegado á su destino!

Pero ¡de cuan distinto modo! Ya no iban á esgrimirse de víctima á víciima. Eran, i

por el contrario, las víctimas las que iban á utilizar­las contra sus verdugos.

Trocaron, pues, los asadores, hachas y demás uten-«ilios adquiridos en los primeros monientos por las ! aceradas y bruñidas armas que conducían las carre- j las, y comenzaron su excursióu de aldea cn aldea,; dando libertad á cuantos esclavos existían y muerte i.' los señores. !

* * # . Pazguatos escritores hay que califican estos actos de

justicia de monstruosos crímenes. ¿Por ventura se les había enseñado otra cosa? ¿No les había acostumbrado al espectáculo de lo» com«'

"ates, á presenciar impávidos los charcos de sangre, ^asesinar á sus hermanos, á ser crueles, á no tener P'edad, compasión, sentimientos ni instintos hu­éllanos? ''

¿Qué otra cosa que odio se podía exigir á los qtie *ran maltratados diariamente por estúpido capricho, Privados de continuo de los goces filiales, maternos, Ptlernos y sociales?

aconsejar por medio de la presente circular, que lo-ii das las secciones practiquen el gran principio de So- i lidaridad con los albañiles presos y manufactureros! en huelga forzosa de S. Martín de Provensals. Sí, i compañeros, á unos y otros debemos auxiliar remi-; tiéndoles todo lo que nuestras fuerzas permiten, de-l; mostrando á la faz del mundo que sabemos cumplirij la misión que como Socialistas nos corresponde; de-a mostremos con nuestra linea de conducta que no es-a tamos conformes con el proceder de los que titulán-a dose conservadores de la propiedad y del orden y re-i! presentantes de la , que coartando las libertades que todo trabajador puede disfrutar de adherirse ó no á las injustas pretensiones de sus explotadores, atro-peljan á los compañeros que con mis entusiasmo sos­tienen la lucha con sus verdugos.

En dicha conferencia se reconoció de suma nece­sidad que todas las Secciones particularmente del lla­no de Barcelona estén en el Congreso directamente representadas, y este Consejo espera de ellas que aun­que tengan que imponerse sacrificios no dejarán de cumplir lo que tanto por el buen régimen de la Unión, como por las actuales circunstancias con­viene. • Compañeros: por defender los intereses que á todos nos corresponden ó sea que la jornada de trabajo sea de OCHO HORAS, se encuentran encarcelados en inmundos calabozos honrados compañeros pertene­cientes á la Sección de albañiles de Barcelona. Este Consejo, en nombre de las Secciones que componen la Unión, protesta del proceder de los que están ejer­ciendo el falso y prostituido principio de que sin respetar los derechos que la injusta S o c i e d a d actual concede á los proletarios nos están calumnian­do de criminales, sembrando el desconsuelo en el seno de nuestras familias. Ya lo veis, trabajadores todos. ¡La clase burgesa y sus mandarines, dueños absolu­tos de todos los privilegios, siempre en el mismo pro­ceder con la clase proletaria!

Pero no importa, la lucha de clase á clase hace años está empezada: grande y encarnizado será el combate. ¿Quién vencerá? La razón está de nuestra parte y temprano ó tarde será nuestra la victoria. Ellos pueden hoy atropellarnos, encarcelarnos, reducirnos á la más espantosa miseria, deshonrar nuestras fami­lias, hacernos servir de carne de cañón si así les cua­dra; pero estos injustos procedimientos es precipitar más y más el deseado día en que debemos hacer ba­lance de todos sus desatinos y de cuantas injusticias hayamos sido víctimas.

Compañeros, hay que tener en cuenta quiénes son los que dirigen tamaño proceder, por tanto, á la pri­mera ocasión que se presente, unidos y compactos, manos á la obra.

También recibimos una Circular excitándonos á contestar pronto sobre la petición de las OCHO HO­RAS. Este asunto tan debatido en anteriores Con­gresos y aprobado en los mismos, no dudamos que las Secciones resolverán lo que crean más convenien­te sobre la indicada Circular, que estamos seguros que la habrán recibido ó leído en algún periódico obrero.

Insistimos, pues, en que las Secciones se ocupen de ella y den mandato sobre lo mismo á sus delegados.

Al Congreso, pues, compañeros, que allí es donde el obrero prospera y se acerca más al triunfo dc la Li­bertad, la Moral y la Justicia, porque sin una Unión fuerte y poderosa que ponga al oprimido en condicio­nes de batirse con sus opresores, no puede redimirse; por esto nuestro enemigo está unido y armado para

¿Cómo habían de amar los que sólo conocían el desprecio y la infamia; tener humanidad los que cre­cieron á la vista de la crueldad más refinada, y tener duelo los que nunca oyeron sino la voz despótica y brutal del amo?

Los tiranos recogieron en aquellos días el fruto de su tiranía.

Los opresores pagaron el precio de su opresión. Los malvados burgueses fueron por poco tiempo

las víctimas de sus maldades. La cosecha correspondía al fruto sembrado. Quizá entonces, en un momento de terror, apare­

ció á su vista el terrible espectro de sus continuados crímenes é infamias; pero no para impregnarles el arrepentimiento—que la burguesía de ayer como la de hoy ni se ent«ienda ni corrige—sino para pro­rrumpir en lastimeros ayes y obtener por conmisera­ción lo que habían perdido en seiscientos años de ini­quidades.

jEllos, que tan sin piedad habían matado y asesi­nado, con la sangre fría del desalmado ó la furia del demente, se estremecían ante las consecuencias de su propia obra!

¡Siempre la burguesía fué tan menguada! *•

* *• Los esclavos, como hemos dicho, armados, aunque

no convenientemente, salvaron la distancia que los separaba del Vesubio, y allí construyeron el primer campamento, avituallado con todo lo que habían en­contrado de provecho á su paso.

Durante el trayecto que recorrieron untéronseles bastantes más, que antes dc abandonar sus mazmo-^ rras, daban muerte á sus amos y se apoderaban de^ cuanto podían llevar consigo.^

Ocurrían estos sucesos el año 73 de nuestra era, ¿poca de memorable recuerdo puesto que en ella tuvo comienzo la famosa guerra de la esclavitud que ate-

atacarnos y explorarnos má? y más, por lo tanto re­comendamos la Unión á todos los desheredados, no ya de la Unión de Constructores de Edificios de la Región Española, si que también de todos los obre­ros de ambos Mundos, porque la causa del trabajador no es de uno solo ni de una Unión determinada, es de todos, absolutamente de todos, f Este Consejo espera no serán desatendidas las ob-',' kervadones que en la prese,nte Circular se hacen, y' ique el día 29 de Octubre por la noche estarán los de-Segados en la localidad que debe celebrarse el Con­greso. Las Secciones que se encuentren lejos de Ca­taluña y por falta de recursos no les sea posible man­dar delegado directo, procurarán algunos días antes feniitir la credencial j .uaiOito» cl ^c^andato impe-.Tativo. • .': i Al mismo tiempo suplicamos á'todas las Secciones, Consejos é individuos que hayan prestado cantidades" á esta Unión y no se les hayan devuelto, manden afi­les del 29 dc Octubre una nota detallada de las canti­dades prestadas, junto con el número del recibo y nota de las cantidades que hayan recibido del Consejo á fin de que el próximo Congreso pueda, con cono­cimiento de causa, orientarse de todo el régimen ad­ministrativo y saber á que atenerse para devolver si alguna cantidad se debe.

Este Consejo se despide al grito de ¡Viva la Revo­lución Social!

Por el Consejo.—^/ Secretarto.

España i . ' de Octubre de 1886.

R e v i s t a Internac ioaal

I m p e r i o f e d e r a l a l e m á n .

La semana antepasada se ha desplegado la bandera roja en Leipzig, paseada por los socialistas que acom­pañaban á la estación á uno de sus camaradas expul­sado, Schumason.

La policía atacó á los socialistas, pero éstos recha­zaron la agresión entablándose una lucha violenta, de la que resultaron bastantes heridos de una y otra parte.

Nuevos bismares, llegados de refresco, consiguie­ron dispersar á los sublevados y recoger sus heridos.

Ultima palabra. Se detuvieron varias personas, en­tre ellas á Schumason.

Y eso que el canciller alemán tiene, como Moret, el hilo del socialismo.

M o n a r q u í a c o n s t i t u c i o n a l i n g l e s a Esta vez ha tocado en turno sublevarse á los escla­

vos de las minas contra sus amos. El hecho ha tenido lugar el úUimo día de septiem­

bre en la parte septentrional del-país de Galles (con­dado Denbigshire).

Había estallado una huelga de mineros. Los de Plaspower, creyendo que es ridículo hacer la guerra con os brazos cruzados, atacaron á la mina.

Todos los utensilios, planchas de hierro, vagone­tas, etc., fueron arrojados á los pozos. En seguida sc dirigieron al cuarto de las lámparas y le demolieron completamente.

De allí partieron los huelguistas á la oficina central, que fué saqueada del todo; los libros de asientos, un­tados de brea, bajaron al pozo á unirse con las vago­netas y demás utensilios allí arrojados.

rrorizó y puso espanto en el ánimo de aquellos or­gullosos déspotas, á quienes jamás se les hubiera pa­sado por las mientes que los viles esclavos, no sólo vencerían á sus más aguerridos cónsules y pretores, sino que llegarían hasta el extremo de amenazar á la señora del mundo.

Dejemos por un momento á los esclavos en el Ve­subio entregados á los naturales trasportes de alegría que debió producirles el encontrarse libres de la oprobiosa tutela de sus amos, y trasladémonos á Ca-pua, de donde había partido el grito de sedición.

Vueltos del estupor que les produjera tan súbito como inesperado movimiento, los burgueses capuanos se armaron, y, reuniendo todas las fuerzas disponi­bles, salieron en persecución dc los esclavos acaudi­llados por Espartaco.

Este, lejos dc huir cobardemente, á pesar de la poca confianza que podía tener en un ejército cuyas naéstes eran tan heterogéneas, esperó á pie firme la acometida.

Los esclavos pelearon con un valor digno de todo encomio. Espartaco animaba durante el combate á sus compañeros de infortunio, multiplicándose en los sitios donde era mayor el peligro.

El éxito de la lucha parecía indeciso; tal era el empuje de los que atacaban y la tenacidad de los que resistían.

Poco tardó, empero, en decidirse la victoria. Espartaco acometió á sus perseguidores, derrotán­

doles completamente. Esta derrota le proporcionó lo quc carecía: buen

armamento para todos. Además de esto, que era muy importante, consi­

guió robustecer la parte moral de los que debían li­brar nuevos combates con los que les disputaban la libertad adquirida.

Las dotes de valor dc que diera pruebas inequívo-

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BANDERA SOCIAL

Todavía hubiera continuado el destrozo si no lle­ga un fuerte destacamento de policía.

República unitaria francesa Los electores de Arles, que ascienden á un buen

número, fueron invitados á las últimas elecciones municipales complementarias.

Fué tal el entusiasmo y prisa que se dieron por acu­dir al llamamiento, que ni aun siquiera pudo consti­tuirse la mesa.

¡Ni candidatos ni electores! A cuántos se les hará la boca agua.

* * Los compañeros de Narbona, convencidos que U

Revolución del porvenir no será un hecho si no tie­ne carácter internacional, han formado la. Liga de lo$ antipatriotas.

#

Las anarquistas de Argel no cejan un momento en su propaganda abstencionista.

Hace pocos días fijaron en casi todas las esquinas una proclama en este sentido que contenía párrafos como estos:

tCamaradas: He aquí que se aproximan las elec­ciones con su séquito obligado de mentiras é injurias.

«¿Iréis una vez más á escuchar las vanas promesas ó las teorías de circunstancias de los candidatos de todas las opiniones? ¿Cuántas veces es preciso aún seáis engañados para comprender que esta pretendida arma que se pone en vuestras manos—la cédula elec­toral—no es otra cosa que un juguete con que se os entretiene en tanto que los elegidos trabajan A vues­tra espalda para edihcar su propia fortuna?

"¿Flasta cuándo creeréis en los mandatos electora­les? ¿No veis que el más honrado é inteligente de los hombres está muy por debajo de la inmensa tarea que le encomendáis? ¿Cómo ha de poder por sí sólo representar el buen sentido, la suma de inteligencia y apdtudes múltiples repartidas entre la masa del pue­blo?

»S¡ se nos considera con talento suficiente para sa­ber elegir el hombre que ha de representarnos, ¿por qué no hemos de tener las mismas condiciones para gobernarnos por nosotros mismos?

«¿Hemos mejorado nuestra suerte desde que se ha establecido el sufragio universal? Con el derecho do votar se nos ha concedido también el de morirnos de hambre sin recursos. En otros tiempos, el amo cui­daba á su esclavo en la misma proporción que á su caballo, tenía interés en su conservación. Fíoy, con su dinero y las maravillosas máquinas que habéis construido, no necesita apenas vuestros brazos, y os arroja á la calle cuando no espera obtener algún be­neficio de vuestro trabajo.

»No olvidéis, camaradas, que al emitir vuestro voto perdéis todo derecho á la revolución. Si vuestro ele­gido os engaña, y os lanzáis á la calle para protestar, el mismo es quien envía contra vosotros el ejército, vuestros hermanos é hijos, y no podéis alegar nada puesto que sois vosotros mismos los que habéis pedi­do ese amo.

"Es preferible á esto que estudiemos los medios que nos han de conducir á vivir libres y conscientes.

•'¡Obreros! Los que los republicanos y los reaccio­narios hayan elegido solos no os gobernarán peor que los que elijáis de vuestras filas y por lo menos no ha­bréis perdido el tiempo y la energía que debéis em­plear en uniros é InstriflroSpafa lá lucha.

«¡Abandonad, pues, las luchas estériles de la polí-uca! ¡Basta de amos! ¡Trabajemos, unamos nuestros esfuerzos para emanciparnos de la opresión del diñe-ro j borrar hasta el recuerdo de la servidumbre en que vivimos. Preparemos juntos la gran Revolución Social que dará libre curso al desarrollo de todas nuestras facultades y la libertad y bienestar de nues­tros hermanos!»

<•

# * Los compañeros Hayard y Xixonet, detenidos por

la policía en el acto de fijar estos manifiestos, fueron puestos después en libertad.

Es plausible de veras la propaganda que hacen los compañeros de Argel contra los ambicioso que quie­ren apoderarse del poder.

A p u n t e s H i s t ó r i c o s El 14 de Octubre de t856 dióse un baile Pala­

cio. Isabel bailó un vals con Narvaez y al día si­guiente el ministerio O'Donnell presentóla dimisión,

?|ue fué aceptada, quedando encargado Narvaez de ia ormación del nuevo gabinete.

Apenas constituido con los hombres más impopu­lares del moderantismo, hizo el ministerio tabla rasa de todo lo que aún existía del período revoluciona­rio y manifestóse deseoso de tener ocasión de saciar sil saña contra los liberales.

Presentósela bien pronto lá ertergíá y entuSiaímo democráticos de Andalucía. Varias partidas republi­canas se presentaron en la provincia dc Jaén. En Sé-villa, verificóse un levantamiento republicano; los in-surriectos, después de algunas horas de combate, aban­donaron la población, dirigiéndose á Utrera y Ara^ hal, dónde fueron alcanzados y derrotados. Muchos pudieron escapar hacia Portugal; innumerables fue­ron sacrificados bárbaramente sobre el tcrrer»o, y de

los prisioneros 1 1 2 fueron inmolados por el consejo de guerra.

Una vez olfateada la sangre, Narváez no pudo con­tenerse; necesitaba más víctimas y volvió á su predi­lecto sistema de las deportaciones.

Formáronse depósitos en Leganés, y sin formali­dad legal alguna conducíanse allí los hombres más ó menos significados por su amor á la libertad, junta­mente con los vagos y criminales, y allí pasaban me­ses y meses, siempre esperando el momento de ser entregados al pelotón de ejecución para ser fusilados, consumiendo así su vida moral y materialmente.

Cayó Narváez, sustituyéndole varios ministerios moderados, y todos fueron impotentes para sostener­se y para adoptar un modus vivendi que les permitie­ra resistir las intrigas palaciegas y la influencia de la opinión.

La actividad revolucionaria de Andalucía á que nos acabamos de referir vino á dar apHcación odiosa á una colonia española en las costas de África.

Nos referimos á Fernando Póo, isla situada en el golfo de Biafra, á quince leguas de la costa de la Gui­nea superior, cubierta de frondosos y espesos árboles. Reinan allí constantemente los calores propios de la línea equinoccial y una extremada humedad. Habita aquella isla una raza particular que no tiene seme­janza alguna con la de los indígenas de la costa, dis­tinguiéndose por su tranquilidad, aunque vive en es­tado salvaje y cs muy refractaria á la civilización.

La capital, Santa Isabel, única población civiliza­da de la isla, fórmanla unas cuantas casas de madera y una docena únicamente de aspecto moderno. Cons­tituyen su población los empleados, unos cuantos es­peculadores ingleses, algunos españoles y un corto número de africanos. No existe fonda, café, casa de huéspedes, ni industria, ni comercio, porque no pue­de darse este nombre al tráfico á que se dedican va­rios especuladores con los habitantes de islas cer­canas.

Cada tres meses va un vapor español y cada mes uno inglés que mantiene las relaciones de aquellos desterrados con Europa y con la metrópoli.

La flora y la fauna es la que naturalmente puede producir un país tropical que no ha senddo los efec­tos de la civilización, sobresaliendo innumerables es­pecies de insectos perjudiciales y monstruosos rep­tiles.

A aquel país donde la dominación española no ha sabido explotar las inmensas riquezas naturales que contiene, donde domina una vergonzosa inercia que pone al hombre bajo la acción poderosa dc las fuer­zas naturales desterraron los gobiernos á los que tu­vieron el valor de sacrificarse en aras de su amor á la Justicia y á la Libertad.

Allí fueron conducidos 3i i n d i v i d u o s procedentes de la insurrección de Loja, 19 comprometidos en los sucesos del 22 de Junio de 1860 y i5o de la Habana en la misma época, de los cuales murieron más de la mitad y muchos de los que volvieron á su patria mu­rieron á consecuencia de las enfermedades que con­trajeron en aquella inhospitalaria tierra.

Aquello no es una colonia, en la verdadera acep­ción de la palabra; no cs tampoco una colonia peni- ' tenciaria; es únicamente un lugar de casñgo que el Estado reserva á los que tengan virtud bastante para rro aceptar como buena la pacífica sumisión al poder constuuído, aunque este sea tiránico, y la bandera española en aquel apartado rincón del mundo s irvt para cubrir una indignidad. • v . . v

EFEMÉRIDES

Hasta aquí los apuntes históricos tomados de la in­teresante obra titulada Gártbaidi. Por ellos vendrán en conocimiento,nuestros compañeros de que los obreros han sembrado con sus huesos aquella inhos­pitalaria colonia por defender las ideas republicanas;' loy han variado los tiempos y si vuelve alguna vez '

la clase obrera ó sus más decididos partidarios á ser desterrados á dicho punto, lo serán por defender la Revolución Social.

S e c c i ó n Científica

En el ferrocarril de Chicago y St. Paul se ha efectua­do el experimento de poner en comunicación tele­gráfica un tren ordinario de pasajeros en marcha, con^ ^ las estaciones de la línea.

El experimento ha tenido el éxito más completo, y gracias al célebre Edison, el problema está resuelto de este modo: Con un aparato telegráfico ordinario colocado en uno dc los vfagones, del que parte un alambre que se fija en el techo metálico de éstos, se trasmiten perfectamente despachos á las estaciones y de ésta» al tren en marcha. La comunicación eléctri­ca entre los techos de los carruajes y los alambres tendidos á los lados de lo vía, se establece, como es sabido, por inducción.

Si las Compañías de ferrocarriles adopun este sis­tema de establecer comunicación constante entre lot'J trenes en marcha y las estaciones laí. Janeas, los choques »e harán ca»i imposibles.

21 Jueves, 1824.—José Aspdin, albañil, obtiene en Leed, en el condado de York (Inglaterra), privilegio para hacer piedra artificial (inventa el cemento de Portiand).

22 Viernes, i685.—Luis XIV revoca el edicto de Nantes, revocación que hizo abandonar la Francia á más de 200.000 calvinistas.

23 Sábado, 1 8 7 1 —Celébrase eñ el teatro de los Campos Elíseos de Madrid una reunión de más de 4.000 personas para protestar contra las calumnias vertidas en las Cortes contra la Asociación Interna­cional de los Trabajadores.

24 Domingo, 1862.—Inauguración del ferrocarril de Cartagena á Murcia.

25 Lunes, 1866.—Muere en Madrid el célebre crí­tico é historiador Modesto Lafuente, conocido con el nombre de Fray Gerundio.

26 Martes, 1861 .—John Mac Donel Stuart sale de Adelaida para explorar el condnente australiano, llegando al Océano Indio cl 25 de Julio de 1 8 6 2 .

27 Miércoles, 1870.—La plaza de Metz se rinde á los alemanes con 178.000 hombres, antes que secun­dar el movimiento revolucionario del pueblo de París.

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Alcoy.—F. Casa.—Recibida libranza de 23'65 pesetas y tendremos sumo cuidado en serviros en todo cuanto nos pedís,—Desde el presente número recibiréis los paquetes con más puntualidad.—La Lucha Obrera, no debe publi­carse, pues nosotros tampo la recibimos.

Bilbao. — C . C. Vasca.—Veremos de buscar las influen­cias que en la vuestra nos indicáis.

Coronil.—M. N. 10.—Se recibió la libranza y queda sus­pendido el envío de! periódico.

Málaga.—C. G.—l.os retratos se os remitirán de nuevo-'—Rafael Olmedo tiene ¡lagada su suscripción.

Sans.—C. L.—Haremos lo posible por que recibáis la B A N D E R A á su debido tiempo.—Los ejemplares se remiten completos.

Reus.—F. Freixa.—La suscripción para Viüafranca del Panadés está servida.

Sevil la. —S. Corresponsal.—Recibida libranza dc 11 pe-8eta.s, distribuidas en esta forma: pesetas por los paciue-tes desde el mímero 71 al 80 inc lus iTe; 1 p o r l a •u«cripción de Arjona: otra por la de Jurado; otra por la de .Soto; olí» por la de Paez y 2 por la de Monteros.—Tendremos en cuenta la observación que nos hacéis en vuestra carta.

Tolón (Francia).—J. B. G.—Descuidad que haremos lu que nos indicáis.

Valencia.—Comisión Administrativa.—Recibida librtin-za de 18'57 pe.'ietas; IfiTiO por los paquetes desde el niim(!-ro 72 al 78; y tres pesetas por tres suscripciones, de Galle­go, Jorge y Esplá.

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S e c c i ó n de A n u n c i o s FUERA POLÍTICA.—Demostración de la justicia

y de la conveniencia de que los trabajadores se se­paren de la utopía política para dedicarse al positi­vismo social, por A- Lprenzo, ediudo porla Agru­pación de Propaganda Socialista.—El producto de la venta de este folleto, deducidos sus gastos, se destina á la comisión de suscripción de los presos á consecuencia de la huelga de albañiles de Barce­lona.— Ejemplar suelto 25 céntimos; paquete de 3 3 ejemplares 5 pesetas. Los pedidos que se hagan por conducto de asociaciones obreras se servirán á i-a-zón de 3o ejemplares 5 pesetas.—Los pedidos dirí­janse á Francisco Fó, calle de Illa, núm. 19, Saba­dell.—En Barcelona á Antonio Serra Furnells, Se­púlveda, 190, 2.*, 2."—Pago anticipado.—El giro de letras á Barcelona.

A G R A C I A (Revista sociológica).—Se publica men­sualmente, constando de ocho ó más página» al j>rec¡o dc una peseta semestre, más el exceso dc franqueo para otras regiones.—Los pedidos á nom-•bre de Bienvenido Rius, San Olegario, 2, prin-idpal, Barcelona, y á la Administración dc este Se­manario.

D I O S A N T E E L S E N T m O COMÚN.—P r e c i o para los no suscritores, 2 pesetas; i '5o para los que ha­gan cl pedido á nuestra Administración, más el ^ c e s o de franqueo,

j E L S O G I A L I S H O . — Q u i n c e n a r i o socialista, eco de la prensa universal.—En la región española, un tri­mestre, 5o céntimos de peseta.—Para las demás regiones, 75 céntimos de peseta.—Los pedidos á Andrés de Neira Barragán, Encarnación, 3 3 , Cádir.

Madrid 18S6.—Imprenta da José Gil j Navarro, Saata Engracia, 7,

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