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AÑO I MADRID II DE OCTUBRE DE 1885 NÚM. 35 BANDERA SOCIAL Semanario Anárquico-Colectivista CONDICIONES DE LA SUSCRIPCIÓN Un Irimeslre: una peseta en la Región Española; número suelto, 5 céntimos; paquete de 30 ejem- plares, una peseta; para las demás Regiones, l'aO trimestre, y paquete l'oO pesetas. Las suscripciones se pagarán en sellos de 15 céntimos ó en papel y letras de fácil cebro.—Los remitidos á precios convencionales. Se admiten suscripciones: en Madrid, cn la Redacción y Adminislrición de esle Semanario: en lario del C. L. de la Federación, y en Montevideo, á Zacarías Rabas- Barcelona, dirigirse al Secretario sa, calle del Uruguay, número 4fl9. SE PUBLICA TODOS LOS DOMINGOS Consagrada esta publicación á la defensa de los principios anárquico colectivistas, todos los obreros tienen derecho á la inserción de cuantos documentos tengan relación con este fin, asi como á que se den á luz cuantos abusos y vejaciones se cometan en el taller siempre que lo ga- ranticen con su firma. ADMINISTRACIÓN Y REDACCIÓN: Calle de Fuencarral, núm. 94, duplicado donde se dirigirá toda la correspondencia á nombre de José Diaz. ADVERTENCIAS La Redacción y Administración de este Semanario se ha trasladado á la calle de Fuencarral, nüm. 94, duplicado, cuarto 4.% donde se dirigirá en lo sucesivo toda la co- rrespondencia á nombre de JOSÉ DIAZ. Las muchas persecuciones que venimos sufrien- do á causa de nuestras denuncias hace necesario é indispensable que no se demore el pago de nuestro Semanario. NUEVA DENUNCIA Y el domingo pasado fuimos denunciados. Y la causa de esta denuncia fué el Manifiesto de los compañeros de la Unión de constructores de edi- ficios. Y con esta denuncia son ya trece, puesto que las del número anterior fueroá tres. Y vamos por la catorce. Rogamos á los compañeros dispensen la irregu- laridad con que forzosamente han de recibir el nú- mero. Asimismo suplicamos á la prensa que nos favo- rece con su cambio no nos le retire si no recibe al- gunos números, dada la persecución encarnizada de que somos objeto. DOCTRINAL SIN REVOLUCIÓN NO HAY PATRIA Es innegable que las auras de la tierra donde se nace tienen sumo atractivo. Que aquellos primeros ecos, que aquellas prime- ras impresiones de nuestra existencia no se olvidan jamás. Pero que se llegue á amar el terruño en que uno ve la luz por vez primera más que toda la redondez de la tierra y que no se comprendan ni admiren los encantos de la Naturaleza, las magnificencias del arte y de la civilización, las dulzuras y halagos del trato humano, sino allí donde nuestros pulmones se pusieron en condición de respirar el aire atmosféri- co, si no fuese un sentimiento abultado y necio, se- ria una majadería ó una solemne aberración de nues- tro espíritu. Es todo lo contrario: siempre gusta y atrae más lo que no se ha visto nunca, y nuestras últimas im- presiones son las que más indelebles permanecen en nuestros sentidos. Si bien gozamos al recordar las primeras impre- siones de nuestra infancia, es innegable que nuestro insaciable espíritu necesita de la comparación, de la independencia, de la variación, y que todo esto re- unido es lo que contribuye á esparcirse, á conocer, distinguir y gozar. El que más ha podido desarrollar todas estas fa- cultades es porque ha visto más. Y el que más haya visto, comparado y distingui- do, tiene que conocer lo bueno y lo malo de cada cosa y amar y sentirse inclinado hacia lo bueno allí donde se encuentre, y odiar y huir del mismo modo de lo malo. Chateaubriand, al decir que «dichoso el que no habia salido nunca del sitio en que se había mecido su cuna,» habló en un sentido pesimista en absolu- to, lo que es y será siempre un absurdo, lo mismo que el optimismo. Del propio modo los que creen que sólo la patria es la buena y la magna y desean su engrandecimien- to deprimiendo á todo el género humano, son ge- nios inciviles que permanecerán siempre en estado selvático, siendo aptos además en su barbarie para todos los desafueros contra el derecho de gentes, y aun de cualquier crimen. Si en la universalidad de las naciones se creyese )or todos lo mismo; si tal concepto pudiera genera- izarse, no hubiera sido posible la vida del género humano, ni el comercio, ni el cambio de productos ni de ideas, ni todas aquellas ventajas inmensas que ha traído consigo la civilización y la unión de los pueblos. Los tiranos, los verdugos y despojadores de la humanidad han aprovechado bien esos instintos bes- tiales para hacer su negocio y satisfacer sus horri- bles ambiciones; pero el progreso llega, afortunada- mente á destruir por su base todo ese cúmulo de in- justicias y de ignominias que se llaman conquistas, anexiones, centralización, integridad de la patria; en una palabra, el dominio de la fuerza para opri- mir, vejar y explotar á los débiles, para dominar, en fin, á los pueblos y tenerlos sojuzgados por la arbi- trariedad, la degradación y la infamia. Además que es un error craso confundir la pa- tria, allá donde las brisas arrullaron nuestros pri- meros sueños, con la nacionalidad que nos asfixia y coarta, que estorba nuestros pasos y empobrece y arruina el lugar de nuestra cuna. Esa no es la idea de patria, esa es una idea bur- da fabricada por la horrible centralización, que re- duce á una vida precaria á las partes de un todo y que debe purificarse, pulimentarse y aquilatarse por la idea moderna de la solidaridad humana y econó- mica que estrecha á todos los pueblos é individuos entre si, no por la dependencia, sino por el propio interés y lu autonomía. El progreso llega, y por medio de la Revolución, su eterno vehículo, vienen á ser distintas las bases sobre que asentarse deben las sociedades, que no pueden ser otras que el derecho y la justicia; cam- bian las civilizaciones, se modifican los pueblos y los conceptos extraviados por la codicia de los que quieren perpetuar los privilegios y dividir á los pue- blos para medrar y reinar se reforman á impulso de los amplios y dilatados horizontes de las modernas ideas. Por la Revolución y por el Progreso aprenden los pueblos que la mezquina idea de patria, que no es más que la vinculación de todas las tiranías y irivilegios jurídicos, políticos y económicos, es la que os mantiene en el oprobio de la sumisión, y opo- nen, á esos estrechos e inverosímiles moldes de un odioso pasado, la patria universal del hombre, que es el mundo entero, y el trabajo, dueño y señor de sus obras, por las que todos los pueblos han de acercar- se y unirse los unos á los otros con recíprocos lazos de solidaridad para satisfacer ampliamente sus múl- tiples y crecientes necesidades, impulsados por los pactos que á éstas son anejos. Por medio de la Revolución los pueblos han de reivindicar sus derechos j»or si solos, emancipándose de todas las trabas y tutelas religiosas, políticas y so- ciales que les impiden entrar en la tranquila y per- fecta posesión de esa patria que verdaderamente po- demos llamar la prometida á los pueblos conscientes y viriles. Los pueblos inconscientes lucharán en vano, hora por hora, en la miseria y en el hambre, á pesar de llevar la razón y ser la única fuerza, sin qne la patria de los privilegiados haga ni pueda hacer otra cosa más sino esquilmarlos como vil ganado y lle- varlos al degolladero, como carne de cañón, en de- fensa de esos mismos privilegios. El Progreso y la Revolución han de concluir para siempre con tales infamias, y si no las conclu- yen es por dos cosas: ó porque los pueblos no tie- nen todavía formado el concepto revo ucionario y de progreso, ó bien que las revoluciones—así mal lla- madas, y esta es la verdadera causa—son iniciadas por los mismos privilegiados ó los que aspiran al privilegio, por sus fines, y no hacen de e las más que alharacas y entusiasmar á los pueblos con gri- tos y ridiculas manifestaciones para embrutecerlos y ponerlos cada vez más distantes de lo que les per- tenece, perpetuando las eternas causas de sus males, encubiertos con la máscara de una libertad ficticia para el pueblo, real para ellos. Pero la verdadera Revolución se impone por la necesidad, á fin de que libertad y patria sean bienes comunes, y esa es la que temen los propagandistas y corifeos de una Revolución de jarsa, que no va á otra cosa encaminada que á sustituir los amos y es- quilmadores de los pueblos Sin la Revolución verdad no hay derechos, no hay libertad, no hay patria. DEUDA SAGRADA Prometimos en nuestro número anterior ocupar- nos con alguna extensión del varonil cuanto signi- ficativo acto llevado á cabo por nuestras compañe- ras de Cataluña, y hoy vamos á cumplir nuestra pa- labra henchido de entusiasmo el corazón y con la inmensa satisfacción que produce todo acto noble, grande, sublime, determinado á contribuir al brillo y esplendor de una causa por todos conceotos justa. La importancia de este hecho no puede ocultár- senos, como no se le ocultará seguramente á todo el que saque un poco la cabeza del saco de vicios en que vive. Nuestras ideas y nuestras doctrinas han pene- trado indudablemente en el hogar doméstico, pode- roso baluarte de donde no es posible desarraigarlas. La mujer, ese ser envilecido por las depravadas costumbres del feudalismo laico y eclesiástico allá en la sombría noche de la Edad Media; La mujer, condenada al ostracismo, relegada á la condición de cosa y sirviendo única y exclusiva- mente como instrumento del capricho ó máquina de reproducción, al calor de nuestras doctrinas, á los arreboles de un nuevo sol de justicia, levántase re- suelta, apréstase á dignificarse y dignificar á esta sociedad parricida que se vuelve contra su origen; Ella, ayer vendida, despreciada, esclava del ha- rem, siente en su ser algo grande que no cabe en los moldes estrechos y egoístas de una organización cuya principal ley es la explotación inconsiderada é inhumana, la sangrienta explotación del hombre por el hombre; En una palabra: como miembro social y factor el más importante de la humanidad, reclama el puesto que de derecho le corresponde, á fin de poder ser hija que ayude á sus padres en la senectud, compa- ñera que labre la felicidad del por su libérrima vo- luntad elegido, y madre que, libre de las incerti- dumbres del porvenir y de la miseria que hoy la ro- dea, pueda criar y educar á sus hijos de modo que sean iudividuos sanos, robustos física y moralmen- te, y no esas criaturitas, deformes por lo prolonga- do y rudo del trabajo durante el periodo de la pre- ñez, enclenques y anémicos por la ausencia de los cuidados maternos; que no puede prestarlos por la precisión de acudir al taller ó por la falta de medios, y desprovistos á mayor abundamiento de todo cuan- to constituye la enseñanza más rudimentaria. Cria- turas errantes en esta humanidad, que recorren la escala de la vida sin la más ligera noción del por qué de todas las cosas que en el mundo existen. Estas han sido las ideas que en nosotros ha su- gerido la espontánea protesta de las compañeras de Cataluña, á la que indudablemente seguirán las de otras localidades, y que por sí sola bastaría á ani- marnos á recorrer esta interminable serie de atro- pellos de que venimos siendo objeto, con predilec-

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  • AÑO I MADRID I I DE O C T U B R E DE 1885 NÚM. 35

    BANDERA SOCIAL Semanario Anárquico-Colectivista

    CONDICIONES DE LA SUSCRIPCIÓN

    Un Irimeslre: una peseta en la Región Española; número suelto, 5 céntimos; paquete de 30 ejem-plares, una peseta; para las demás Regiones, l'aO trimestre, y paquete l'oO pesetas.

    Las suscripciones se pagarán en sellos de 15 céntimos ó en papel y letras de fácil cebro.—Los remitidos á precios convencionales.

    Se admiten suscripciones: en Madrid, cn la Redacción y Adminislrición de esle Semanario: en lario del C. L. de la Federación, y en Montevideo, á Zacarías Rabas-Barcelona, dirigirse al Secretario

    sa, calle del Uruguay, número 4fl9.

    SE PUBLICA TODOS LOS DOMINGOS

    Consagrada esta publicación á la defensa de los principios anárquico colectivistas, todos los obreros tienen derecho á la inserción de cuantos documentos tengan relación con este fin, asi como á que se den á luz cuantos abusos y vejaciones se cometan en el taller siempre que lo ga-ranticen con su firma.

    ADMINISTRACIÓN Y REDACCIÓN: Calle de Fuencarral, núm. 94, duplicado donde se dirigirá toda la correspondencia á nombre de José Diaz.

    ADVERTENCIAS

    La Redacción y Administración de este Semanario se ha trasladado á la calle de Fuencarral, nüm. 94, duplicado, cuarto 4.% donde se dirigirá en lo sucesivo toda la co-rrespondencia á nombre de JOSÉ DIAZ.

    Las muchas persecuciones que ven imos sufrien-do á causa de nuestras denuncias hace necesario é indispensable que no se demore el pago de nuestro Semanario .

    NUEVA DENUNCIA

    Y el domingo pasado fuimos denunciados . Y la causa de esta denuncia fué el Manifiesto de

    los compañeros de la Un ión de constructores de edi-ficios.

    Y con esta denuncia son ya trece, puesto que las del número anterior fueroá tres .

    Y vamos por la catorce.

    R o g a m o s á los compañeros dispensen la i r r e g u -laridad con que forzosamente han de recibir el n ú -mero.

    Asimismo supl icamos á la prensa que n o s favo-rece con su cambio no nos le retire si no recibe al-g u n o s números, dada la persecución encarnizada de que somos objeto.

    D O C T R I N A L

    S I N R E V O L U C I Ó N N O H A Y P A T R I A

    Es innegable que las auras de la tierra donde se nace t ienen sumo atractivo.

    Que aquellos primeros ecos , que aquellas pr ime-ras impresiones de nuestra ex is tencia no se olvidan jamás .

    Pero que se l l e gue á amar el terruño en que uno v e la luz por vez primera más que toda la redondez de la tierra y que no se comprendan ni admiren los encantos de la Naturaleza, las magnif icencias del arte y de la c ivi l ización, las dulzuras y halagos del trato humano , sino allí donde nuestros pulmones se pusieron en condición de respirar el aire atmosféri-co , si no fuese un sent imiento abultado y nec io , se -ria una majadería ó una so lemne aberración de nues-tro espíritu.

    Es todo lo contrario: siempre g u s t a y atrae más lo que no se ha v is to nunca , y nuestras úl t imas im-presiones son las que más indelebles permanecen en nuestros sent idos .

    Si bien g o z a m o s al recordar las primeras impre-s iones de nuestra infancia, es innegable q u e nuestro insaciable espíritu necesita de la comparación, de la independencia , de la variación, y que todo esto re -unido es lo que contr ibuye á esparcirse, á conocer , d is t inguir y gozar .

    El que más ha podido desarrollar todas estas fa-cul tades es porque ha v i s to más .

    Y el que más haya visto , comparado y d is t ingui -do, t iene que conocer lo bueno y lo malo de cada cosa y amar y sent irse incl inado hacia lo bueno allí donde se encuentre , y odiar y huir del mismo modo de lo malo.

    Chateaubriand, al decir que «dichoso el que no habia salido n u n c a del sitio en que se había mecido su cuna,» habló en u n sentido pesimista en absolu-to , lo que es y será siempre un absurdo, lo mismo que el opt imismo.

    Del propio modo los que creen que sólo la patria

    es la buena y la m a g n a y desean su engrandecimien-to deprimiendo á todo el género h u m a n o , son g e -nios incivi les que permanecerán siempre en estado se lvát ico , s iendo aptos además en su barbarie para todos los desafueros contra el derecho de g e n t e s , y aun de cualquier cr imen.

    Si en la universalidad de las naciones se creyese )or todos lo mismo; si tal concepto pudiera g e n e r a -izarse, no hubiera sido posible la vida del género

    humano, ni el comercio, ni el cambio de productos ni de ideas, ni todas aquellas ventajas inmensas que ha traído cons igo la civi l ización y la unión de los pueblos.

    Los tiranos, los verdugos y despojadores de la humanidad han aprovechado bien esos inst intos bes-tiales para hacer su n e g o c i o y satisfacer sus horri-bles ambiciones; pero el progreso l lega , afortunada-mente á destruir por su base todo ese cúmulo de in-just ic ias y de ignominias que se l laman conquistas , anex iones , central ización, integridad de la patria; en una palabra, el dominio de la fuerza para opri-mir, vejar y explotar á los débiles, para dominar, en fin, á los pueblos y tenerlos sojuzgados por la arbi-trariedad, la degradación y la infamia.

    Además que es un error craso confundir la pa-tria, allá donde las brisas arrullaron nuestros pri-meros sueños , con la nacionalidad que nos asfixia y coarta, que estorba nuestros pasos y empobrece y arruina el lugar de nuestra cuna.

    Esa no es la idea de patria, esa es una idea bur-da fabricada por la horrible centralización, que re-duce á una vida precaria á las partes de un todo y que debe purificarse, pulimentarse y aquilatarse por la idea moderna de la solidaridad humana y econó-mica que estrecha á todos los pueblos é individuos entre si , no por la dependencia, s ino por el propio interés y lu autonomía.

    El progreso l lega, y por medio de la Revoluc ión , su eterno vehículo , v ienen á ser distintas las bases sobre que asentarse deben las sociedades, que no pueden ser otras que el derecho y la just ic ia; c a m -bian las c ivi l izaciones, se modifican los pueblos y los conceptos extraviados por la codicia de los que quieren perpetuar los privi legios y dividir á los pue-blos para medrar y reinar se reforman á impulso de los amplios y dilatados horizontes de las modernas ideas.

    Por la Revolución y por el Progreso aprenden los pueblos que la mezquina idea de patria, que no es más que la v inculac ión de todas las tiranías y ir ivi legios jurídicos, políticos y económicos, es la que os mantiene en el oprobio de la sumisión, y opo-

    nen , á esos estrechos e inverosímiles moldes de un odioso pasado, la patria universal del hombre, que es el mundo entero, y el trabajo, dueño y señor de sus obras, por las que todos los pueblos han de acercar-se y unirse los unos á los otros con recíprocos lazos de solidaridad para satisfacer ampliamente s u s múl-tiples y crecientes necesidades, impulsados por los pactos que á éstas son anejos.

    Por medio de la Revolución los pueblos han de reivindicar sus derechos j»or si solos, emancipándose de todas las trabas y tute las religiosas, políticas y so-ciales que les impiden entrar en la tranquila y per-fecta posesión de esa patria que verdaderamente po-demos llamar la prometida á los pueblos consc ientes y viri les .

    Los pueblos inconsc ientes lucharán en vano , hora por hora, en la miseria y en el hambre, á pesar de llevar la razón y ser la única fuerza, sin qne la patria de los privilegiados h a g a ni pueda hacer otra cosa más sino esquilmarlos como vil ganado y l le-varlos al degol ladero, como carne de cañón, en d e -fensa de esos mismos priv i legios .

    El Progreso y la Revolución han de concluir para s iempre con tales infamias, y si no las c o n c l u -y e n es por dos cosas: ó porque los pueblos no t ie-nen todavía formado el concepto revo ucionario y de

    progreso , ó bien que las revoluciones—así mal l l a -madas, y esta es la verdadera causa—son iniciadas por los mismos privi legiados ó los que aspiran al privi legio , por sus fines, y no hacen de e las más que alharacas y entusiasmar á los pueblos con gr i -tos y ridiculas manifestaciones para embrutecerlos y ponerlos cada vez más distantes de lo que les per-tenece , perpetuando las eternas causas de sus males , encubiertos con la máscara de una libertad ficticia para el pueblo, real para el los .

    Pero la verdadera Revolución se impone por la necesidad, á fin de que libertad y patria sean bienes comunes , y esa es la que t emen los propagandistas y corifeos de una Revolución de jarsa, que no va á otra cosa encaminada que á sust ituir los amos y e s -quilmadores de los pueblos

    S in la Revolución verdad no hay derechos , no hay libertad, no hay patria.

    DEUDA SAGRADA

    Prometimos en nuestro número anterior ocupar-nos con a lguna extensión del varonil cuanto s i gn i -ficativo acto l levado á cabo por nuestras compañe-ras de Cataluña, y h o y vamos á cumplir nuestra pa-labra henchido de entus iasmo el corazón y con la inmensa satisfacción que produce todo acto noble , grande, sublime, determinado á contribuir al brillo y esplendor de una causa por todos conceotos justa .

    La importancia de es te hecho no puede ocultár-senos, como no se le ocultará seguramente á todo el que saque un poco la cabeza del saco de vicios e n que v ive .

    Nuestras ideas y nuestras doctrinas han pene-trado indudablemente en el hogar domést ico , pode-roso baluarte de donde no e s posible desarraigarlas.

    La mujer, ese ser envi lecido por las depravadas costumbres del feudalismo laico y eclesiástico allá en la sombría noche de la Edad Media;

    La mujer, condenada al ostracismo, relegada á la condición de cosa y sirviendo única y exc lus iva-mente como instrumento del capricho ó máquina de reproducción, al calor de nuestras doctrinas, á los arreboles de un nuevo sol de just ic ia , levántase re-suel ta , apréstase á dignificarse y dignificar á esta sociedad parricida que se v u e l v e contra su or igen;

    Ella, ayer vendida, despreciada, esc lava del ha-rem, s iente en su ser a lgo grande que no cabe en los moldes estrechos y ego ís tas de una organización c u y a principal l ey es la explotación inconsiderada é inhumana, la sangrienta explotación del hombre por el hombre;

    En una palabra: como miembro social y factor el m á s importante de la humanidad, reclama el puesto que de derecho le corresponde, á fin de poder ser hija que ayude á sus padres en la senec tud , compa-ñera que labre la felicidad del por su libérrima v o -luntad e l eg ido , y madre que , libre de las incerti-dumbres del porvenir y de la miseria que hoy la ro-dea, pueda criar y educar á sus hijos de modo que sean iudividuos sanos , robustos física y moralmen-te , y no esas criaturitas, deformes por lo pro longa-do y rudo del trabajo durante el periodo de la pre-ñez, enc lenques y anémicos por la ausencia de los cuidados maternos; que no puede prestarlos por la precisión de acudir al taller ó por la falta de medios, y desprovistos á mayor abundamiento de todo cuan-to const i tuye la enseñanza más rudimentaria. Cria-turas errantes en esta humanidad, que recorren la escala de la vida s in la más l igera noción del por qué de todas las cosas que en el mundo ex i s t en .

    Estas han sido las ideas que en nosotros ha s u -gerido la espontánea protesta de las compañeras de Cataluña, á la que indudablemente seguirán las de otras localidades, y que por sí sola bastaría á ani-marnos á recorrer esta interminable serie de atro-pellos de que v e n i m o s s iendo objeto, con predilec-

  • BANDERA SOCIAL

    ción marcada, desde que con ánimo resuelto, y cues -te lo que cueste , v inimos á defender los derechos de nuestros hermanos de taller, y por ende de infor-tunio .

    * * Pero aún tiene otro lado la protesta. Constante-

    mente los satisfechos, los que comen á dos carrillos, entre bocado y bocado suelen decirnos que nosotros somos enemigos de la familia, salvajismo á todas lu-ces salvaje, que demuestra hasta qué punto t ienen pervertido el buen sentido los que han encerrado la facultad de pensar en la región estomacal.

    Y ¿qué dirán ahora esos insensatos al ver que nuestras compañeras, indignadas ante el incalifica-ble acto llevado á cabo con una de los nuestros, se levantan á protestar, no tanto del hogar doméstico allanado, como de la profauación del seno materno, y se hacen solidarias del dolor inconmensurable qu6¡ sufrirla aquella compañera á quien la violencia bru-j tal hacia expulsar el feto á que daba albergue e a sus entrañas y vida con su vida?

    ¿Serán tan cínicos y lenguaraces que, después de este rasgo de nuestras hermanas, esposas, ma-dres é hijas, aún se atrevan, como la marica repeti-dora, á proferir tamaña herejía?

    Desde luego puede asegurarse que sí, porque la insolencia burgesa, en tanto tenga instrumentos que la defienda, no cejará ni un ápice en sus per-versos instintos y cínica osadía.

    No hemos de dejar la pluma sin felicitar con toda efusión y cariño á las dignas compañeras de Cata-luña, asi como á todas las que con el corazón ó con la pluma se hacen solidarias y l levan parte en los suirimientüs (aúu uo ext inguidos; de la que fué v ic -tima del atropello en cuest ión.

    ¡Adelante, pues, compañeras! Vuestro valioso concurso puede anticipar m u -

    chos años el ansiado momento de la emancipación social. ¡Ayudadnos, y antes de mucho habremos triunfado, y lejos de ser, por vuestro estado de mi-seria, una carga pesada para vosotras el niño que duerme en la cuna, será uu ángel á quien podréis besar cou la inmensa satisfacción de que al crecer ocupará en la sociedad uu sitio donde pueda ser li-bre, d igno y honrado!

    LA LEY DE LA GRAVEDAD

    Indudablemente en este país se ha perdido a lgo que no se compra, se vende ni se alquila.

    De otra suerte no se comprendo que un puñado de atrevidos, con fama de estadistas, que en país medianamente organizado á duras penas servirían )ara alcaldes de monterilla, j u e g u e n á mansalva, se mrlen impunemente y fustiguen uno y otro dia el

    rostro de ciudadanos honrados de todas clases , con-diciones, edades y sexos .

    Muchas veces se nos ha dicho que nuestras doc-trinas anarquistas eran el caos , la confusión, el des-bordamiento; vamos, el fiel reflejo de lo que es esta regióu eu tiempo de conservadores.

    Pero á estas horas estamos seguros que muchos habrán enmendado el entuerto y arrepentídose de haber dado asentimiento á tan irracional asevera-ción.

    Hasta ahora el s istema gobierno había servido, en manos de los reaccionarios, para coartar las l i -bertades todas; pero no se había convertido en red para cazar incautos . Era, si se quiere, inquisitorial, pero serio, y todo el muudo sabia á qué atenerse.

    Decir que estaba Narvaez y los moderados en el poder, equivalía á renunciar á escribir , á tener garantida la seguridad personal; y el que, profesan-do ideas liberales, quena conservarse en lioertad, ó tenia que callar sus opiniones, ó ir á predicarlas á otro país.

    Esto desde luego no era jus to ni lógico, pero al menos tenia la ventaja de no envolver una política odiosa de doble fondo como la que caracteriza á los actuales conquistadores de España.

    Asi es que si alguien se hubiese acercado á pro-)oner á aquél macareno moderado del espadón que mbiera establecido cierta libertad de imprenta, e s

    seguro que, como primer medida, le envía á Fil i-pinas.

    Si se le hubiera hablado de derecho de reunión y de asücioción, lo hubiera considerado un ultraje, y el atrevido lo habria pagado caro.

    Y lo mismo hubiera acontecido con el que hu-biera solicitado profesar otra rel igión que la católica apostólica romana.

    Pero estos conservadores, que t ienen una Cons-titución, s egún la cual, todo español puede emitir, por medio de la imprenta; sus ideas; reunirse para todos los fines morales humanos; profesar la rel igión que más le cuadre, e tc . , e tc . , son tan insensatos y

    tan cínicos, que parece t ienen á gala atrepellar todo aquello que se les confiara para que fueran sus cus -todios.

    N i n g ú n gobierno, por atrevido ó descocado que haya sido, ha osado llevar tan adelante la persecu-ción coutra la prensa de Madrid y de provincias.

    N unca como hoy se han visto las cárceles l lenas de periodistas.

    Jamás la seguridad individual ha estado menos segura que lo está hoy .

    Ni nunca, en fin, se enseñorearon de país a lguno tanta perfidia, tanto engaño , tanto maquiave ismo como el de estos últimos tiempos.

    Este es un gobierno á quien no es posible des-acreditar, porque él mismo hace cuanto puede por evitar este trabajo á los extraños.

    Compuesto de todas aquellas ramas que el otoño del decoro hiciera caer al ^uelo, mustias y sin savia, arrastra una existencia de perdonavidas, solamente comparable con esos tipos exagerados de comedias andaluzas.

    Corolario de esto, que, eu confianza, n i n g ú n con-servador se atrevería á negar, que ellos no se paren en barras, y crean no hay nada respetable aute su omnímodo poder, y atropellen leyes , derechos, pro-piedad; en fin, todo cuanto les v iene á mano, en tanto cuenten con el apoyo material de una de las clases en que se subdivide la sociedad.

    Verdad es , que salvo esa clase, á quien cont ie -nen los halagos ó respetos, no hay nadie que los pueda ver, y todo el mundo, al despertarse, lo pri-mero que pregunta es , no si han caído, sino si los huu enterrado ya; pero también es cierto qne á el los, hasta ahora al meuos, el odio de todas las clases les ha servido como el estiércol á los campos, y al pare-cer, s egún lo fuerte que atrepellan, t ienen vida para a lgunas horas más.

    Sin embargo, todo el mundo está convencido, los conservadores inclusive, de que esto no se puede prolongar más, puesto que han l legado al desiderá-t u m .

    Abierto á sus pies el abismo, la ley de la grave -dad ha de obligarles á buscar su centro.

    Con gran satisfacción hemos recibido las entre-g a s 13 y 14 de la Crónica de los Trabajadores de la Región Española.

    Los pedidos, reclamaciones y cambios dc perió-dicos se harán al editor J. Li. Bustamante, S. Nico-lás, 94, Alcoy.

    * « «

    Recomendamos-á los compañeros la suscripción á la Crónica, á fin de poder sosteneresta publicación, cuya utilidad es innegable para todos los federados. Los precios y condiciones los verán en s u lugar co-rrespondiente.

    Dice La Época: «Sí lodos los que tienen muchos hijos y pocos zapatos, y mu-

    chas bocas que tapar y poco pan para llenarlas salieran á la calle pidiendo la caída del gobierno, no habría en España un ministerio que durase veinticuatro horas.»

    Y si la burgesía no fuera tan avara y cruel, no habría quien anduviera desnudo, descalzo y sin c o -mer.

    Ya lo saben nuestros compañeros; el dia que el mayor número de explotados estemos unidos en es-trecho lazo, ne habrá posibihdad de que el actual estado de cosas dure veinticuatro horas.

    Esto dice la misma burgesia en su prensa.

    De varios puntos de Cataluña, y especialmente de Tarrasa, escriben á un periódico de esta localidad diciendo que van á reanudarse en muchas fábricas los interrumpidos trabajos.

    De todas veras nos alegramos que se reanuden. Pero nos alegraríamos mucho más si se reanu-

    daran en tan ventajosas condiciones como nosotros deseamos para las c lases trabajadoras.

    No peclimos más que lo jus to .

    Símil electoral: Dias atrás trabóse una descomunal batalla en la

    montaña de Requesens entre una piara de cerdos y tres lobos.

    Los cerdos salieron vencedores . N o nos extraña. ¡Son tantos y tan val ientes los cerdos!

    Ya no podrá negarse que hay obreros, que si no otra cosa, demuestran ser hombres de buen humor.

    Prueba al canto. La Asociación obrera de San Sebastián ha decla-

    rado al Sr. Moret padre adoptivo. ¡Padre adoptivo! Es bastante. Ahora falta que el Sr. Moret, que es tan modesto

    como oloroso, acepte la paternidad.

    Y si no acepta, ya puestos los obreros de San S e -bastián, es fácil le declaren tio adoptivo.

    En c u y o caso, aquellos sentimentales trabajado-res serian sobrinos del Sr. Moret, y primos todos.

    Un delegado del gobernador ha cerrado el A t e -neo de la Juventud de Linares.

    Pero la cosa tiene remedio. Si quieren no verse en ese trance otra vez, fun-

    den una archicofradia ó una Froebel taurómaca c o -mo la de Sevilla.

    Eso es lo que priva en la España conservadora. Frailes y toros.

    Un canard (vulgo camelo en castellano) llaman en Francia á lo qne hicieron en Madrid la noche del sábado los obligados del Sr. Moret.

    Estos recorrieron a lgunos templos de Baco y otros círculos invitando á todos los que quisieran ir á esperar al dia s iguiente , domingo, al Sr. Moret, con el aliciente de que se les proporcionaría v e h í -culo.

    Tu dixiste. Los aficionados á ir en pies ajenos vieron el cielo abierto.

    Así es que se llenaron todos los coches , ómnibus inclusive , y se pusieron en marcha, atravesando todo Madrid tras del carruaje que albergaba la inte-resante figura del exrepublicano, exdemócrata, e x -presideute de San Vicente de Paul, etc . , etc .

    Parecía el dia del santo ó que había reo. Pero en el pecado llevaron la penitencia, porque

    una vez l legada la comitiva á la puerta del protec-tor in parlmis de la clase obrera, los cocheros y la-cayos no se cuidaron de sus señores accidentales y éstos tuvieron que desandar el camino á pie.

    Esto es: que el duelo se despidió á la puerta. Si después de este ardid no le comisionan al s e -

    ñor Moret para la adquisición de a lgún buque, d i g a n ustedes que no hay Moleros en el mundo.

    Porque ¡cuidado que es travieso el Sr. Moret!

    Esto pica y a en castaño neocatólico. El mismo día que se cantaba en Callar el Te

    Deum por la desaparición del cólera, falleció un i n -dividuo de esta enfermedad.

    Al s iguiente dia otro. Nosotros no aseguramos que el Te Deum sea

    causa de estos fallecimientos; pero si creemos c o n -veniente tomar las de Villarrecaudador de contribu-ciones mieutras dura la fiesta.

    Como preservativo.

    Suma y s igue: En Belmente de Tajo (Madrid) se celebró el

    martes G una fiesta á la Virgen en acción de g r a -cias por la terminación de la epidemia y . . .

    Al dia s igu iente , miércoles, hubo OCHO inva-siones y TRES defunciones.

    ¿ i ¿ ¿ ¿ ¿ ¿ 6 ¿

    El Siglo Futuro dedica las s iguientes flores mís -ticas á su co lega de sacristía La Unión:

    «Vaciedades, insipiencias, malas y reprobadas artes, mentiras, absurdos, repugaancia, asco, abuso de con-fianza, maniobra indigna, estafa, medios Ilícitos é inde-centes, sucio, abyecto...»

    Digan ustedes ahora: ¿no es un dolor que los tahoneros pasen malas noches para estas g e n t e s que tan bien podían tomar la ración en crudo?

    Está en un error El Eco de los Peluqueros al atri-buirnos la paternidad del reglamento presentado á discusión por la Sociedad de oficiales peluqueros.

    Conste e asi.

    Esperamos los datos en definitiva para poder apreciar el resultado de las e lecc iones en Francia.

    El número de abstenciones ha sido grande, pues sólo en París ha habido más de 160.000.

    ADHESIONES Á L4 PROTFSTA DK I,AS .MACnKS DK FAMILIA.

    Aunque alejadas del lugar del suceso, hasta nosotras ha llegado también el eco angustioso de la madre atro-pellada, de la compañera conducida al borde del sepul-cro por el sólo delito de haber unido su suerte con la de un obrero.

    Pero si infame ha sido e s te acto cometido por los en-cargados, según dicen, de proteger la seguridad, grande ha .sido la reprobación que ha encontrado e n todo cora-zón honrado, noble y que abrigue sentimientos h u m a -nitarios.

    Tenéis raz()n, compañeras de Cataluña; asociemos nuestros esfuerzos para alcanzar el puesto que nos co-rresponde, á fin de libertar á nuestros queridos hijos de la penosa é insoportable situación á q u e la tradición l e s tiene relegados.

    Si; rompamos con mano firme la cadena que los su-j e t a á la esclavitud y eduquéinosles desde su infancia en el grandioso amor de la hnmanidad, una, igual y libre.

  • BANDERA SOCIAL

    ¡Viva la gran familia obrera del mundo! Tetuán de Cbamartín.—5 de Octubre de 1885. Juana Gamiz y Soldado.—Vicenta Ruiz.—Josefa

    Abad.—Isabel Alvarez.—Angela Parrondo.—María Ma-rín.—Juana Vargas.—María Calzada.—Catalina Nebre-ra.—Lopa Martínez.—Manuela Rubio.—Victoria Rubio. —Dolores Ángulo.—Petra Ángulo.—Liboria Ángulo.— Antonina Ángulo.—Josefa Romero.—Francisca Lugea. —Victoria Ruiz.—Emilia Alvarez.—Saturnina Pérez.

    T R I B U N A D E L T R A B A J O

    UNIÓN DE CONSTRUCTORES DE CALZADO Y OFICIOS SÍMILES DE LA REGIÓN ESPAÑOLA.

    Extracto de los acuerdos tomados por el cuarto Con-greso de la L'nión celebrado en Barcelona los días 30, 31 de Julio y 1." de Agosto.

    Acuerdos por temas que tomó el Congreso.

    1." Aprobó las actas de los delegados zapateros de Barcelona, Valencia, Valladolid, Sitges y la del dele-gado de la Cnión; el Congreso acuerda anular el acta de delegación enviada por la Sección de Zapateros de Reus, por carecer de sello y encontrarle uua forma más bien individual que colectiva.

    2.'' Se dieron lectura de ocho felicitaciones de dis-tintas colectividades, acordando devolverles el fraternal saludo que dirigen al Congreso.

    3." Por unanimidad se aprueba la Memoria del Con-sejo de la Unión.

    4." Por unanimidad fueron aprobadas. 5." Por unanimidad fué aprobada. 6." El Congreso acuerda que el Consejo de la Unión

    resida en Barcelona, eligiendo á la Sección de Zapateros de la misma localidad para la formación del mismo.

    7." El Congreso acuerda que en la fecha y punto que se tenga de celebrar el Regional, el Consejo comunica-rá si están conformes las Secciones de la Unión se cele-bre nuestro Congreso. Las Secciones que no estén con-formes que se celebre en el punto del Regional propon-drán en la localidad y fecha que estimen, para de ese modo pasar el escrutinio al Consejo y convocarlo en donde haya resultado mayoría de votos.

    8." El Congreso acuerda redactar un manifiesto-lla-mamiento, en nombre de los delegados, y que el Conse-jo dirija una circular á todos los Consejos Locales para (lue bagan esfuerzos para organizar Secciones de esta Unión en atención á la decadencia que ha sufrido.

    9." El Congreso por unanimidad acuerda rijan los mismos aprobados por el de Valencia en el 83, modifi-cando lo referente á las Secciones símiles á esta Unión que pueden formar parte de ella.

    10. El Congreso no ve otro medio, dado el estado eco-nómico que atraviesa la Unión, que se publiquen en forma de folleto en alguno de los periódicos anárquicos de la Región, en las condiciones que la Unión acepte.

    11. El Congreso acuerda que la Unión se adhiera á la proposición del de Sustancias Alimenticias sobre la celebración de un Congreso de un delegado de cada Unión, á fin de conciliar unas bases de resistencia para hacer frente al capital monopolizador, sin que ninguna de las Secciones tenga que abdicar un ápice de sus prin-cipios. '

    El Congreso presenta como tema de la orden del día, caso de aprobarse por la Unión, esta proposición: «¿Es conveniente que á pesar de las diferentes escuelas que nos dividen, formemos una sola Unión para la resisten-cia?» En Cuso afirmativo, formación de unas bases só-lidas que no atropellen á las Secciones en sus creencias socialistas y conserven ua lazo fraternal de Unión para hacer frente al capital.

    En el Congreso en medio del mayor entusiasmo, hi-cieron uso de la palabra la mayoría de los delegados, en-caminándose todos ellos á los deseos de que la Unión se desarrolle, por ser la fuente de nuestra emancipación, prometiendo todos emprender una activa propaganda á este fin y á los de los principios.

    Antes de dar por terminadas sus tareas, el Congreso acuerda saludar fraternalmnete á todos los proletarios de ambos mundos; saluda cariñosamente á los que por defender los grandes principios de Anarquía, Federación y Colectivismo sufren encarcelaciones ó presidios.

    Asimismo tributa un imperecedero recuerdo á todos los que por igual causa sucumbieron en manos del ver-dugo.

    Saluda á toda la prensa anarquista de ambos mundos. Al grito de ¡Viva la Federición de los Trabajadores!

    se dan por terminadas las tareas del Congreso. España 1." de Agosto de 1885.

    Desde este número comenzamos la inserción de los acuerdos tomados en el último Congreso de nuestra Federación celebrado en Barcelona, y que han sido pu-blicados en la Crónica de los Trabajadores:

    MANIFIESTO Á TODOS LOS TRABAJADORES DR LA REGIÓN ES-PAÑOLA, F.N PARTICULAR, V Á LOS DE AMBOS MUNDOS EN GENERAL.

    Hermanos de infortunio, salud:

    Incansables en la propaganda anárquico colectivis-ta, en estudiar los diferentes problemas que para la per-fectibilidad de la Sociedad del porvenir nos hace falta, y en poner de nuestra parte cuanto posible sea, como asimismo sacrificarnos en aras de la emancipación para ir remediando nuestros males de hoy por cuantos ms-dios estén á nuestro alcance, faltaríamos al más sagra-do de los deberes, al de la Fraternidad, si no os dirigié-ramos nuestra voz amiga y un cariñoso abrazo, una vez

    que cual nosotros^ los delegados, sois víctimas constan-tes de la explotación del hombre por el hombre.

    Desde la ciudad que un día fué víctima de refinadí-simo despotismo y con su sangre generosa en 18Jo pro-bó la necesidad de luchar por la emancipación del pen-samiento; desde esa dest-uctora de la Bastilla española llamada Cindadela, edificio que aún parece acusar los horribles crímenes que en su recinto"se efectuaron, y en fin, desde la misma población en que nació la Fede-ración de trabajadores, de glorioso recuerdo, nos dirigi-mos á todos en demanda de Unión y Solidaridad, como lo hicimos desde la hermosa Sevilla eu 1882 y desde la perla que en su seno guarda el Turia: Valencia.

    Hoy que la sociedad descansa en cimientos carcomi-dos y que la variedad en el turno de los gobiernos es constante, hemos reconocido una vez más que la vida de las asociaciones, su desarrollo y autonomía, tenían que adaptarse, por necesidad, á la influencia de las cir-cunstancias si querían conservar vigorosas su autono-mía y ponerse á largo alcance de sus continuos perse-guidores, que no son otros que los enemigos del Pro-greso. Y porque tal afirmación hacemos, hemos acor-dado derogar el acuerdo 4." del Congreso IV de la Fede-ración de Trabajadores, conocido por Regional Extraor-dinario, considerando que, hoy más que nunca, nos hace falta luchar aun viviendo en el estrechísimo y íiasta fan-tástico círculo de libertad que conceden las diferentes leyes que, legisladores no nombrados por el pueblo y códigos no sancionados por él, nos tienen o])riinidosé impiden trabajar con desenvolvimiento en pro de la más justa de las causas: la emancipación económico-social del proletariado.

    La historia de nuestra Federación Regional desde 1881 hasta el presente, ya pasando por aquella fantasía horrible que en su mente forjó la burgesía con el nom-bre de Mano negra, y á cuya sombra persiguió injusta-mente á nuestros hermanos de Andalucía, ya por las grandes luchus que contra el capital se iniciaron en Má-laga, Sevilla, Sabadell, Reus, Valladolid, Madrid, Fede-ración Papelera, Barcelona, etc., como asiniisino por las luchas intestinas, que con dolor confesamos exis-tían y con satitfacción anunciamos han terminado en nuestro Congreso, nos ha demostrado la necesidad de cambiar las diferentes impresiones de los trabajadores para venir á un acuerdo común y reformar por comple-to los Estatutos, á fin de que aparezca lleno de bondad, y s i n un leve ataque á la autonomía individual y colec-tiva, el principio anárquico, pues de lo contrario dejaría de ser lo que definido se halla por la moderna Filosofía.

    De nuevo, pues, hemos enarbolado la bandera de Anarquía, Federación y Colectivismo, en nombre de las Federaciones y Secciones de la Región Española; de nuevo es pública, como tal organización, la Federa-ción Regional de los Trabajadores.

    Hemos descentralizado la administración de nuestras Comisiones Comarcales, quitado las facultades que se concedían á la C. Federal, á fin de evitar toda sombra de parcialidad], y hemos procurado resolver cuantas cuestiones se nos han presentado, de modo que queden muertas toda clase de divisiones dentro de nuestra que-rida Federación.

    Así es que hemos acordado que el Congreso vería con gusto que las Federacione.s de la Comarca de Casti-lla la Nueva zanjaran sus diferencias por medio de un amplio Congreso Comarcal, habiéndose ya dado un fra-ternal abrazo los delegados del actual Congreso y los que concurrieron á Madrid, quedando así definitiva-mente zanjadas toda clase de diferencias.

    Asimismo declara el Congreso que la Federación es partidaria de la unión entre todas las escuelas socialis-tas por medio de las uniones de oficios eu la lucha con-tra el capital y el principio de autoridad, sin que se en-tienda por esto que abdiquemos ni uu ápice de nuestros principios.

    En lo referente á nuestros sacrosantos principios, el Congre.so se ha pronunciado de una manera categórica al tratar del mandato imperativo que darse debia á los delegados de la Región al Congreso Cosmopolita. Los principios de Anarquía, Federación y Colectivismo han sido sancionados y reconocidos de nuevo como bases de la próxima Revolución Social, y sí bien se ha acordado seguir una conducta de atracción, ha sido única y ex-clusivamente con objeto de estrechar los lazos que unir-nos deben á los desheredados de otras regiones, que parten de la base esencial de la abolición de la autori-dad, si bien algunas se diferencian eu la resolución del problema económico.

    La línea de conducta expansiva y fraternal que he-mos seguido al tratarse de la organización interior de la Federación de los Trabajadores de la Región Españo-la, la hemos observado también al tratarse de las demás Regiones, esperando será pronto un hecho la unión fra-ternal de todos los anarquistas de ambos mundos.

    No creáis, empero, que hayamos abdicado un ápice de nuestros principios ni de nuestra línea de conducta. Hemos, si, afirmado que, en vista de la autonomía, del distinto temperamento y de las aspiraciones distintas de las diferentes regiones, podíamos reconocer como á hermanos y trabajar de común acuerdo con todos aqué-llos que, partiendo de la anarquía, aspiraban á implan-tar dentro de su organización principios más ó menos variados, como variados son los caracteres de las dis-tintas razas, variadas las condiciones de las diferentes regiones, variadas, en fin, todas las manifestaciones de la Naturaleza.

    Compañeros: Las luchas contra el capital explotador, lejos de haber terminado, están aún en sus principios. Es preciso oponer á la organización ficticia y egoísta de los explotadores, la organización poderosa, verdadera y fraternal de los trabajadores. Si la balanza parece incli-narse aún del lado de la injusticia, es porque la socie-

    dad está encerrada dentro de un circulo vicioso, que nosotros, y sólo nosotros, podemos romper. De entre las mismas masas proletarias, que por razón natural de-bieran encontrarse á nuestro lado, saca la sociedad ca-pitalista los elementos de defensa en que escudarse pue-dan su avidez y coba-día. La religión, la patria, la dis-ciplina, conceptos imaginarios todos, pero hábilmente explotados por los explotadores de sangre humana, em-piezan ya á derrumbarse como se derrumban los edifi-cios que descansan sobre cimiento falso el día en que tienen que resistir á los primeros embates de la intem-perie y de los vientos.

    Así, pues, y para que la victoria sea más rápida y brillante, conviene en gran manera proseguir, fomen-tar y engrandecer nuestra importante organización, y proseguir la propaganda moral y material de nuestros salviidores principios. En el taller como en el campo, en el hogar de la familia como en el seno de la amistad, propa.^ad entre vuestros hermanos de infortunio las ideas científico económicas que nos han de redimir.

    Macedles comprender á los vacilantes q le el prin-cipio de autoridad es la base de toda injusticia, el punto de apoyo de la explotadora palanca del capital, el manto oscuro con que se embozan las religiones, el elemento defensor del uiilitarisuio, a la vez que el militarismo es también su único defensor; y á renglón seguido, cuando se hayan convencido de que esa autoridad es la serpien-te boa enroscada al cuerpo social, demostradles que la anarquía es la antítesis del priucii)io autoritario y el único pararrayo capaz de descargar la nube de plomo que, cual pesada losa, recubre las podredumbres del ca-dáver sociaL

    Empapaos vosotros mismos en los fundamentos del colectivismo, de ese gran principio económico, único que armoniza la equidad con la iniciativa individual y la producción con el usufructo correspondiente á cada productor. Cobremos ánimo al considerar ([ue la cien-cía, que nunca se equivoca, está por nuestra parte; y tanto es así, que la manifestación más potente de las ciencias, la invención de la maquinaria, no hace má.i que empeorar la situación de la inmensa mayoría de la humanidad, siendo asi que lo que debiera ser descanso y progreso real sólo nos trae retroceso aparente y mi-seria efectiva.

    A la organización, pues, proletarios, y que sea ésta tan potente que á su empuje no puedan resistir las car-comidas instituciones que rigen en la sociedad y nos ahogan.

    Procuremos que al celebrarse el próximo Congreso resulten triplicadas nuestras fuerzas y nos presentemos con la armonía que ha sido una de las más importantes obras del actual Congreso.

    El Congreso al terminar sus tareas acuerda dirigir un fraternal saludo á todos los que sufren persecucio-nes p or su grande amor á los principios de Anarquía, Federación y Colectivismo y un cariñoso recuerdo á to-dos los que han sucumbido en defensa de la Revolución Social.

    Salud, Federación, Anarquía y Colectivismo. España, 1885. En nuestros próximos números publicaremos los

    acuerdos del Congreso.

    CARTA TERCERA

    A ros OBREROS DE LA INDUSTRIA CORCHERA

    Compañeros proletarios: Por lo extenso de la carta segunda que hemos tenido ocasión de dirigiros, no pu-dimos incluir estos datos que creemos deber nuestro hacerlos constar, por los excéntrico, pero visible y lato, que por lo ya generalizado no los damos importancia.

    Con referencia á los taponeros sucede la particula-ridad de que como cada clase de cuadrados, clasificados á gusto y conveniencia de los burgeses, por los cuadra-dores tiene señalado, aunque no haya tarifa entre due-ños y operarios, el precio de elaboración, y cuanto más inferiores, más barato se elaboran; sucede, repetimos, que al precio de las inferiores, otras superiores del mis-mo calibre, viniendo expresamente así de los cuadrado- \ res ó después de clasificados los cuadrados, mezclan las dos clases para poder explotar uno ó más reales por cada mil á los obreros. }

    Resulta de esto que taponeros ha habido en diferen- i tes ocasiones que han abandonado su colocación por no , avenirse á esta especulación del burgés ó á la de querer valorar la elaboración á precio más bajo del de la ma-yoría de las demás fábricas de la localidad; habiéndose visto, sino todos, algunos de ellos, sin colocación, ya por escasez de trabajo, ya porque los demás fabricantes le miran con diferente aspecto, si ha sucedido la resis-tencia de los obreros en la fábrica de un expedidor, que con preferencia le compre sus mercancías, ó en fin, si los obreros solicitan colocación á los demás expedidores, por el pacto que pueden tener, ó se cree tienen según pruebas que indudablemente inducen á ello; que dando, no obstante, las vacantes ocupadas por otros que menos afortunados trabajasen en peor especulación ó que es-tuviesen sin trabajo.

    ¿No sabéis de qué depende esto, compañeros? Pues de pende de que trabajamos ó estamos obligados á trabajar demasiado; el trabajo supera al consumo; y siempre, ín-terin no se adopte una reforma, pero muy radical, par-ticularmente en los taponeros, sucederá lo que hasta ahora, si no peor.

    Otra cosa sucede y es que los burgeses, salvamos la excepción de la regla, se encargan de los jóvenes salidos del aprendizaje explotándoles un par de realejos de los precios corrientes de manufactura.

    Pues deberíais saber, compañeros, que consintiendo tamañas felonías no nos hacemos en manera alguna

  • BANDERA SOCIAL

    acreedores 4 lo que nos corresponde, porque si, por ejem-plo, trabajamos por diez reales y hacemos el trabajo que á este valor se da, ¿por qué deben darnos ocho? Esto es lo mismo que lo que hacen con los jóvenes taponeros: los burgeses los consideran aptos para hacer tapones, no in-ferimos la clase, porciue si no fuesen aptos no los que-rrían de ninguna manera; les admiten y en cambio les explotan dos ó más reales más que á los otros.

    Aquí hacemos punto final de lo que á los taponeros se refiere; poco extensos seremos para las demás seccio-nes de la industria, pues como no trabajan á destajo, no hay tantos obstáculos que se opongan á su regularidad en el orden de su pertenencia.

    De los cuadradores y los escogedores debemos decir en pro de los burgeses que la mayor parte no ocupan aposentos tan incómodos como los taponeros, de lo que encontramos fácilmente la lógica, y al mismo tiempo comprensible de momento. Sí tienen más comodidad en los locales, también la tienen en la preparación de la materia elaborable, y se comprende el objeto, y es que, como tienen el salario fijado, cuanto más bien prepara-do esté, más elaboración produce el operario, todo lo que resulta en provecho del patrono. Alegan el precio reducido que trabajan en vista de los imprescindibles gastos para guardar la existencia, añadiendo á los pri-meros, ó sean los cuadradores, la compra de las herra-mientas de trabajo, que son de vistoso valor, para lo que sin duda ganan aproximadameníe un real más dia-rio que los escogedores, de cuyas clases de operarios so-bran infinitos, lo que hace, cuando más cuando menos, haya que carecer de trabajo, y por lo tanto de pan.

    ¡Ojalá los taponeros quisieran aprestarse á abando-nar el trabajo á destajo, germen de miserias y quebran-tos, simplificando así la manera de poner cOto á tanta ambición y mutilamiento de que somos víctimas!

    Lo que produce las crisis no es otra cosa que el de-masiado trabajo que forzosamente debemos hacer para acudir, si podemos aún así, á los compromisos que la honradez y buena educación nos imponen, pese á quien pese.

    De los raspadores y peones debemos decir que su tra-bajo es el más pesado de la industria: los primeros por su particular posición corporal, y los últimos por estar destinados al trasporte de los bultos, ya de tapones, cua-drados ó de corcho, y también es muy poco retribuido, pues aunque no necesitan inteligencia para conocer la materia del corcho, en cambio necesitan fuerzas muscu-lares que no deben ser despreciables por ningún con-cei)to, y no obstante, regularmente son los que cobran más bajo salario.

    Hemos concluido esta breve reseña del estado del trabajo y condiciones higiénicas de la industria, y aun-que breve ha sido, por los datos que hemos omitido que se podrían recopilar, con objeto de que consideramos que en las columnas de un periódico, mayormente sien-do semanal, sería abusar querer resumir todos los datos precarios más insignificantes de los que dejamos anota-dos, y al mismo tiempo que damos las más expresivas gracias al Consejo de Redacción por su benevolencia, tal vez caeríamos en ridículo de nuestros compañeros por abusar de su amabilidad de leernos si fuéramos dema-siado extensos de correspondencias, como deberíamos efectuar, á los cuales pedimos nos dispensen igualmen-te sí somos impertinentes, pero el estado de la clase y del trabajo, lo que el caso requiere, y nuestro anhelo, nos instan á ello.

    {Continuará.)

    El Comité de la Sección de Fundidores y ModeüstaaÉ de Madrid presenta las cuentas siguientes á todos loa| compañeros de la misma: i

    Pagetaa. j

    Existencia en caja en fin del aflo 1884 173'25 Ingresos desde 1." de Enero de 188.^ hasta fln de Sep-

    tiembre del inismo año 108'35

    Suma 281'60

    GASTOS

    Por socorro á dos compañeros para trasladarse 6. otra localidad en busca de trabaio 48

    Por gastos ocasionados durante el mismo tiempo por varios conceptos 78'90

    Suma 126'90

    Importan los ingresos 281'60 Ídem los gastos 126'90

    Exiitenáa en caja hasta último de Septiembre.. 154' 70 Intereses vencidos á favor de esta Sección 58

    Esto es lo que este Comité pone en conocimiento de| todos los interesados para su satisfacción, y advir-tiendo á los compañeros que pueden revisar los libroá de contaduría, que se hallan en el local social, siempre que lo estimen conveniente.

    Madrid 1." de Octubre de 1885.—Por A. del C — ^ | Secretario.

    R E V I S T A I i N T E R N A C I O N A L

    ALEMANIA Uno de los anarquistas complicados en el proceso de

    Reinsdorf, el compañero Helzhauer, ha sido encontradq cadáver en su celda. I

    Aunque se aparenta que se ha suicidado, hay indi-cios vehementes y sospechas fundadas de que su muer-te ha sido causada por los malos tratamientos de que era objeto por parte de los carceleros.

    A U S T R I A Durante la noche del 21 de Septiembre fueron distri-

    buidas en la ciudad de Reichenleerg gran número de proclamas anarquistas.

    IRLANDA Nuestros compañeros no sabrán seguramente lo que

    es una eviccidu, pero sí les anticipamos que es una me-dida tomada por la colonizadora Inglaterra contra los colonos irlandeses, ya irán figurándose que es un cri-men social.

    Al efecto, citaremos un pasaje de la. ohra, Nacionali-zación del suelo, en la cual Mr. Wallaee la describe con su colorido natural y todos sus tan horrorosos cuanto vergonzosos detalles.

    Hele aquí: «Para el campesino irlandés la evicción equivale á una

    sentencia de muerte. (Evicción en Irlanda es parecida al desahucio de nuestroscaseros.)

    »Un testigo ocular, hombre por todos conceptos res-petable, nos ha referido últimamente el relato de una de esas ejecuciones en el condado de Ulster.

    )>Era—dice—una evicción cruel y bárbara que hace aún brotar sangre á mi corazón cuando la recuerdo.

    »En un solo dia setecientas criaturas humanas fue-ron arrancadas de sus hogares y abandonadas sin re-cursos á los caprichos de la fortuna.

    «Uno solo de aquellos desgraciados se había retra-sado en el pago de su arrendamiento.

    »Los agentes encargados de extender el fuego y de-moler las casas de estos honrados y laboriosos obreros, trabajaron vigorosamente hasta la caída de la tarde en esta infame y horrible tarea.

    »Comenzabaá oscurecer cuando undoloroso incidente vino á turbar aquella obra de destrucción. Las dos úni-cas casas que quedaban en pie estaban infestadas por el tifus, que se había cebado en todos sus habitantes. Su- | pilcaron al jefe respetara aquellas dos chozas, mejor que casas. Pero éste fué inexorable y dió órdenes para que la destrucción siguiera su curso.

    ))Las chozas fueron destruidas sin piedad de aquellosj infelices que en el interior se agitaban en lechos de paja, presa de horrible fiebre. ¡

    ))La lluvia helada que en aquella época del año cae' á torrentes durante semanas enteras estuvo calando ¡ toda la noche á aquellos infelices enfermos sin abrigo. ¡

    »Yo les visité á la mañana siguiente, á fin de llevar-les algunos recursos y palabras de consuelo. El aspecto de aquellos hombres, mujeres y niños, que salían de entre los escombros de sus chozas, tiritando de frío, de miseria y de enfermedad, presentaba el cuadro más des-garrador que es dable imaginar.

    «Parece increíble: los propietarios de los alrededo-res habian prohibido á sus locatarios, con fuertes ame-nazas, que recogiesen ó abrigasen, siquiera una noche, á uno solo de aquellos infortunados seres.

    "¡Qué situación la de aquellos infelices! "Arrancados sin piedad de sus hogares, veíanse en la

    imposibilidad de emigrar por falta de recursos, y en el suelo natal todo se volvía contra ellos.

    «Así, después de haber luchado en vano contra las privaciones y las enfermedades, debían fatal y necesa-riamente llegar á la más negra miseria, al workhouse y después á la muerte...»

    No puede darse mayor crueldad. Comparada la hiena con la burgesia, es un animal dócil y manso.

    « « Hace pocos dias algunas mujeres irlandesas arroja-

    ron gran cantidad de agua hirviendo sobre los delega-dos de policía que acababan de cometer un atentado de evicción, en el momento en que éstos pasaban por de-bajo de un puente.

    M O V I M I E N T O O B R E R O

    Alcalá de los Gazules.—Los compañeros de esta l o -calidad protestan enérgicamente contra el atropello de que ha sido víctima la esposa del compañero donde re-sidían los Consejos de Redacción y Administración de nuestro Semanario.

    También nos encargan hagamos pública su protesta contra la guerra.

    Granada.—Hubiéramos aún tardado algunos días en escribiros, nos dicen de esta ciudad, si no hubiésemos leído el artículo que con el epígrafe Atropello Inaudito publicáis en nuestro querido Semanario; su lectura nos ha causado vergüenza é indignación, como no habrá podido menos de sucederle á todo el que tenga sangre en el cuerpo.

    Ya que por ahora no se puede más que protestar de palabra, nosotros formulamos la más enérgica de las protestas.

    ¡Hay de ellos el día de la emancipación del paria del siglo xix!

    ¿Qué fruto debe recoger quien como ellos no siem-bran más que odio y llanto por todas partes?

    Un saludo al compañero ofendido en la persona de su compañera, y á ésta le desamos un feliz restableci-miento.

    /. l. Fonts.—EA oficio de papeleros de este punto está pasando una dolorosa crisis de trabajo, pues las fábricas, ó están cerradas, ó sólo trabajan medio jornal por semana los obreros de ellas.

    La fábrica de la «Sabastiana», de tejidos é hilados de algodón, parece que empezará muy en breve á fun-cionar, ocupándose por lo tanto bastantes obreros.

    Olot.—La Federación local de este pueblo ha orga-nizado en la localidad de Ambas y sus contornos una Sección de albañiles.

    ¡Bien por la Federación local de Olot! Valladolid.—Por la prensa burgesa tuvimos cono-

    cimiento, nos dicen de este punto, del atropello de que ha sido objeto el local de vuestra administración, y la verdad, nos costaba trabajo creer un hecho tan grave; pero al verlo confirmado en nuestro apreciable Sema-nario, nos causó gran indignación á todos los compa-ñeros de esta Federación local, y por lo tanto protesta-mos de tan grave suceso.

    Consolar á la compañera é hijos, que bien lo necesi-tan, y manifestarla la adhesión de sentimiento de todos los compañeros.

    BFEMÉRÍDES'^E'LA SEMANA

    11 Domingo, 1492.—Los tripulantes que mandaba Colón se sublevan y creen ilusorio ei Nuevo Mundo.

    12 Lunes, 1492.—Descubrimiento de América por el invicto Cristóbal Colón.

    13 Martes, 1.572.—Invención del microscopio por el eminente holandés Joseu.

    14 Miércoles, 1803.—Nace el honrado y consecuente republicano José María Orense.

    15 Jueves, 1760.—Establéoese en Barcelona la pri-mera prensa litográfica.

    16 Viernes, 1793.—La orgullosa reina María Anto-nieta es guillotinada en París.

    17 Sábado.—Nace Saint-Simón, célebre socialista francés.

    S E C C I Ó N D E A N U N C I O S

    CUADERNOS DEL

    CERT^MEIS- SOCIALISTA C E L E B R A D O E N R E U S

    SOCIEDAD CENTRO DE AMIGOS.—Convencidas las Jun-tas y Comisiones de esta Sociedad de la dificultad en que se hallan la mayor parte de los obreros de poder adquirir de una sola vez el libro del pí-imer Cer Amen Socialista, ha resuelto publicarlo poi cuadernos de 64 páginas, al precio de 30 céntimos de peseta cada cua-derno.

    La publicación se hará en periodos regulares de 15 Ó más días, al objeto de que se halle al alcance de to-dos los obreros.

    Los pedidos pueden dirigirse en Reus al Centro de Amigos, Plaza Castillejos; en Igualada, redacción de la Federación Igualadina; en Sabadell, redacción de Los Desheredados; en Barcelona, á E. Canibell, calle del Bou de la Plaza Nueva, 13, 4.", acompañando siempre el importe de uno ó más cuadernos.

    Á L O S J Ó V E N E S Este interesante folleto, escrito por Pedro Krapotkine y

    traducido de la segunda edición por Esteban Leprice, se vende al precio de 10 céntimos ejemplar, y paquete de 25 ejempla-res, 2 pesetas.

    Los pedidos pueden hacerse á nombre de Vicente Perales Reynaud, placeta de San José, núm. 5, Granada, ó á la admi-nistración de este Semanario.

    BIBLIOTECA OEL ¡VERÁN USTEDES!

    Á L O S H I J O S D E L P U E B L O VERSOS SOCIALISTAS

    POB

    F . S A L A Z A R Y T O M Á S C A M A C H O

    con un prólogo de

    E R N E S T O A L V A R E Z y un epilogo de

    ALEJANDRO SAWA Para esta obra, que se halla próxima á aparecer, se

    admiten pedidos en la calle deCastel ló, núm. 12, se-gundo, bajo las siguientes condiciones:

    Los pedidos que se hagan por conducto del ¡ Verán Ustedes\ Las Dominicales del Libre Pensamiento y la

    BANDERA SOCIAL obtendrán la obra por mitad de precio, esto es, .58 céntimos de pesetas.

    Todo pedido de 25 ejemplares tendrá un descuento del 25 por 100.

    Para el público, una peseta.

    LOS DESHEREDADOS Se publica todos los sábados.—Redacción y Adminis-

    tración, calle del Jardín, núm. 44, Sabadell. Precios de suscrición.—Sabadell, un mes, 2 reales,

    demás provincias, trimestr», 7; extranjero, 10; pago adelantado.

    M A D R I D IMPRENTA DK FERNANDO CAO Y DOMINGO DK VAL

    Pliteriade Martínez, núm. 1