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Semana del 13 al 19 de Julio 2015 [E. Libro] [E.M.T] [R. Servicio] [Atalaya] Recuerda que haciendo clic en alguno de los anuncios donde descargaste este archivo, aportas al mantenimiento económico del servidor y hosting de la página y de futuros proyectos. www.ayudatj.com o www.epubteo.blogspot.com GRACIAS!! [Canción 75 ][E. Libro] [Inicio] [ 10 ][ 11 ][ 12 ][ 13 ][ 14 ][ 15 ][ 16 ][ 17 ][ 18 ] cl cap. 27 párrs. 10-18 10, 11. ¿Cómo revelan los sentidos la bondad divina? [ 10 ] [Textos] En su infinita bondad, Dios nos ha dotado con un cuerpo “maravillosamente hecho”, cuyos sentidos fueron concebidos para que percibiéramos Sus obras y nos complaciéramos en ellas (Salmo 139:14). Recordemos las escenas del principio del capítulo. ¿Qué deleita nuestra vista en tales momentos? Las mejillas coloradas de un niño feliz, los aguaceros que caen en los campos y los tonos rojizos, dorados y violáceos del ocaso. En efecto, los ojos perciben más de trescientos mil colores. Y el oído capta los matices de las voces amadas, el susurro del viento entre los árboles y la risa eufórica de un pequeñín. ¿Por qué podemos disfrutar de tales imágenes y sonidos? La Biblia da la respuesta: “El oído que oye y el ojo que ve... Jehová mismo ha hecho aun a ambos” (Proverbios 20:12). Pero estos son tan solo dos de los sentidos. [ 11 ] [Textos] El olfato es otra muestra de la bondad divina. Con la nariz distinguimos unos diez mil olores. Pensemos en algunos, como los que desprenden nuestra comida favorita cocinándose, las flores, las hojas muertas o el tenue humo de un fuego acogedor. El tacto, por su parte, hace posible que sintamos la caricia de la brisa en el rostro, el alentador abrazo de un ser amado o la placentera suavidad de la fruta que sostenemos en la mano. Cuando mordemos un pedazo, entra en juego el gusto. Al detectar las papilas los delicados matices de la composición química del fruto, nos sorprende una sinfonía de sabor. Efectivamente, tenemos sobradas razones para decirle a Jehová: “¡Cuán abundante es tu bondad, que has guardado cual tesoro para los que te temen!” (Salmo 31:19). Pero, ¿cómo la ha “guardado cual tesoro” para quienes le temen? Bondad que reporta beneficios eternos 12. ¿Qué dádivas de Jehová son las más importantes, y por qué? [ 12 ] [Textos] Jesús dijo: “Está escrito: ‘No de pan solamente debe vivir el hombre, sino de toda expresión que sale de la boca de Jehová’” (Mateo 4:4). Así es: las dádivas espirituales del Creador nos benefician aún más que las materiales, pues nos conducen a vida eterna. Como ya vimos en el capítulo 8 de este libro, durante los últimos días en que vivimos Dios ha utilizado su poder restaurador para establecer un paraíso espiritual, una de cuyas características más importantes es la abundancia de alimento espiritual. 13, 14. a) ¿Qué visión recibió el profeta Ezequiel, y qué significado tiene para nosotros? b) ¿Qué dones vivificantes ha hecho Jehová a sus siervos fieles? [ 13 ] [Textos] En una de las grandes profecías bíblicas de restauración, el profeta Ezequiel recibió la visión de un templo restablecido y glorificado del cual manaba una corriente que iba ganando anchura y profundidad hasta convertirse en un “torrente de doble tamaño”. A lo largo de su curso llevaba consigo bendiciones, y en sus orillas florecían árboles que brindaban alimento y curación. Aquel río llegaba a impartir vida y fertilidad a un lago salado y estéril: el mar Muerto (Ezequiel 47:1-12). ¿Qué significaba esa descripción? [ 14 ] [Textos] La visión indicaba que Jehová restablecería su sistema para la adoración pura,

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Semana del 13 al 19 de Julio 2015

[E. Libro] [E.M.T] [R. Servicio] [Atalaya]

Recuerda que haciendo clic en alguno de los anuncios donde descargaste este archivo, aportas al mantenimiento económico del servidor y hosting de la página y de futuros proyectos.

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GRACIAS!!

[Canción 75 ][E. Libro] [Inicio]

[ 10 ][ 11 ][ 12 ][ 13 ][ 14 ][ 15 ][ 16 ][ 17 ][ 18 ]

cl cap. 27 párrs. 10-18

10, 11. ¿Cómo revelan los sentidos la bondad

divina?

[ 10 ] [Textos] En su infinita bondad, Dios nos ha

dotado con un cuerpo “maravillosamente hecho”,

cuyos sentidos fueron concebidos para que

percibiéramos Sus obras y nos complaciéramos en

ellas (Salmo 139:14). Recordemos las escenas del

principio del capítulo. ¿Qué deleita nuestra vista en

tales momentos? Las mejillas coloradas de un niño

feliz, los aguaceros que caen en los campos y los

tonos rojizos, dorados y violáceos del ocaso. En

efecto, los ojos perciben más de trescientos mil

colores. Y el oído capta los matices de las voces

amadas, el susurro del viento entre los árboles y la

risa eufórica de un pequeñín. ¿Por qué podemos

disfrutar de tales imágenes y sonidos? La Biblia da la

respuesta: “El oído que oye y el ojo que ve... Jehová

mismo ha hecho aun a ambos” (Proverbios 20:12).

Pero estos son tan solo dos de los sentidos.

[ 11 ] [Textos] El olfato es otra muestra de la bondad

divina. Con la nariz distinguimos unos diez mil olores.

Pensemos en algunos, como los que desprenden

nuestra comida favorita cocinándose, las flores, las

hojas muertas o el tenue humo de un fuego acogedor.

El tacto, por su parte, hace posible que sintamos la

caricia de la brisa en el rostro, el alentador abrazo de

un ser amado o la placentera suavidad de la fruta que

sostenemos en la mano. Cuando mordemos un

pedazo, entra en juego el gusto. Al detectar las papilas

los delicados matices de la composición química del

fruto, nos sorprende una sinfonía de sabor.

Efectivamente, tenemos sobradas razones para

decirle a Jehová: “¡Cuán abundante es tu bondad, que

has guardado cual tesoro para los que te temen!”

(Salmo 31:19). Pero, ¿cómo la ha “guardado cual

tesoro” para quienes le temen?

Bondad que reporta beneficios eternos

12. ¿Qué dádivas de Jehová son las más

importantes, y por qué?

[ 12 ] [Textos] Jesús dijo: “Está escrito: ‘No de pan

solamente debe vivir el hombre, sino de toda

expresión que sale de la boca de Jehová’” (Mateo 4:4).

Así es: las dádivas espirituales del Creador nos

benefician aún más que las materiales, pues nos

conducen a vida eterna. Como ya vimos en el capítulo

8 de este libro, durante los últimos días en que

vivimos Dios ha utilizado su poder restaurador para

establecer un paraíso espiritual, una de cuyas

características más importantes es la abundancia de

alimento espiritual.

13, 14. a) ¿Qué visión recibió el profeta Ezequiel,

y qué significado tiene para nosotros? b) ¿Qué

dones vivificantes ha hecho Jehová a sus siervos

fieles?

[ 13 ] [Textos] En una de las grandes profecías

bíblicas de restauración, el profeta Ezequiel recibió la

visión de un templo restablecido y glorificado del cual

manaba una corriente que iba ganando anchura y

profundidad hasta convertirse en un “torrente de

doble tamaño”. A lo largo de su curso llevaba consigo

bendiciones, y en sus orillas florecían árboles que

brindaban alimento y curación. Aquel río llegaba a

impartir vida y fertilidad a un lago salado y estéril: el

mar Muerto (Ezequiel 47:1-12). ¿Qué significaba esa

descripción?

[ 14 ] [Textos] La visión indicaba que Jehová

restablecería su sistema para la adoración pura,

representado por el templo que observó Ezequiel.

Como el río simbólico, las disposiciones divinas para

la vida fluirían hacia sus siervos cada vez con mayor

abundancia. Desde que él restableció la adoración

pura, en 1919, ha bendecido a su pueblo con dones

vivificantes. ¿Cómo? Las Biblias, publicaciones

cristianas, reuniones y asambleas se han usado para

llevar verdades vitales a millones de personas. Con

tales medios, el Todopoderoso les ha explicado la

mayor dádiva que ha hecho para impartir vida: el

sacrificio redentor de Cristo, que permite que quienes

aman y temen a Jehová de todo corazón tengan una

condición limpia ante él y la esperanza de vida

eterna.*Nota En sentido espiritual, durante los

últimos días el mundo sufre hambre, pero el pueblo

de Dios goza de un banquete (Isaías 65:13).

Nota No hay mayor demostración de la bondad divina

que el rescate. De entre los millones de criaturas

espirituales que tenía a su disposición, Jehová eligió a

su amado Hijo unigénito para que muriera por

nosotros.

15. ¿En qué sentido recibirá la humanidad fiel la

bondad de Jehová durante el Reinado Milenario

de Cristo?

[ 15 ] [Textos] El río de la visión de Ezequiel no se

secará al terminar este viejo sistema de cosas. Por el

contrario, su caudal será cada vez mayor durante el

Reinado Milenario de Cristo. Jehová se valdrá del

Reino mesiánico para aplicar todo el valor del

sacrificio de Jesús y elevar gradualmente a la

perfección a la humanidad fiel. ¡Cuánto regocijo

sentiremos gracias a la bondad de Dios!

Otras facetas de la bondad de Jehová

16. ¿Cómo indica la Biblia que la bondad de

Jehová abarca otros atributos, y cuáles son

algunos?

[ 16 ] [Textos] La bondad del Creador no es solo

generosidad. Él le dijo a Moisés: “Haré que toda mi

bondad pase delante de tu rostro, y ciertamente

declararé el nombre de Jehová delante de ti”. El relato

luego añade: “Jehová fue pasando delante del rostro

de él y declarando: ‘Jehová, Jehová, un Dios

misericordioso y benévolo, tardo para la cólera y

abundante en bondad amorosa y verdad[’]” (Éxodo

33:19; 34:6). Por consiguiente, la bondad divina

abarca varios atributos magníficos. Examinemos tan

solo dos.

17. ¿Qué es la benevolencia, y cómo la ha

demostrado Jehová en el trato con simples

personas imperfectas?

[ 17 ] [Textos] “Benévolo.” Este adjetivo nos dice

mucho del trato que dispensa Jehová a sus criaturas.

En vez de ser —como tantos poderosos— brusco, frío

o tiránico, actúa con dulzura y suavidad. Por ejemplo,

dijo a Abrahán: “Alza los ojos, por favor, y mira desde

el lugar donde estás, hacia el norte y hacia el sur y

hacia el este y hacia el oeste” (Génesis 13:14).

Aunque muchas versiones omiten aquí la expresión

“por favor”, los biblistas reconocen que el original

hebreo emplea una partícula que transforma las

órdenes en peticiones corteses. Hay otros casos

similares (Génesis 31:12; Ezequiel 8:5).

Imaginémoslo: ¡el Soberano universal pide las cosas

“por favor” a simples seres humanos! En un mundo

donde predominan la rudeza y la agresividad,

¿verdad que nos reconforta pensar en la

benevolencia de nuestro Dios, Jehová?

18. ¿En qué sentido es Jehová “abundante [...] en

verdad”, y por qué resultan reconfortantes estas

palabras?

[ 18 ] [Textos] “Abundante en [...] verdad.” En la

actualidad, lo habitual es la falta de honradez. Pero la

Biblia nos recuerda que “Dios no es hombre para que

diga mentiras” (Números 23:19). De hecho, Tito 1:2

señala que “no puede mentir”. Sí, es tan bueno que le

resulta imposible hacerlo. Por consiguiente, sus

promesas resultan totalmente confiables, y el

cumplimiento de sus palabras está garantizado. A

Jehová se le llega a llamar “el Dios de la verdad”

(Salmo 31:5). No solo se abstiene de contar

falsedades, sino que prodiga la verdad. No es

reservado ni secretista; por el contrario, ilumina

generosamente a sus siervos fieles con su infinito

caudal de sabiduría.* Nota Hasta les enseña a vivir en

conformidad con las verdades que revela a fin de que

“sig[an] andando en la verdad” (3 Juan 3). Pues bien,

en líneas generales, ¿qué efecto debe tener en

nosotros la bondad divina?

Nota: Con razón se relacionan en la Biblia la verdad y la luz.

Por ejemplo, el salmista cantó: “Envía tu luz y tu verdad”

(Salmo 43:3). En efecto, Jehová derrama en abundancia su

luz espiritual sobre todos los que desean que él los ilumine, o

enseñe (2 Corintios 4:6; 1 Juan 1:5).

[E.M.T] [Inicio]

[P.S] [Nº1] [Nº2] [Nº3]

[P.S] Lectura de la Biblia: 1 Reyes 9 a 11 | Puntos Sobresalientes

Respuestas a preguntas bíblicas:

9:10-13. ¿Estaba en armonía con la Ley mosaica el que Salomón regalara veinte ciudades de la tierra de Galilea a Hiram, el rey de Tiro? Puede que el mandato de la Ley que se expone en Levítico 25:23, 24 solo fuera aplicable a la zona ocupada por los israelitas. Es posible que las tierras que Salomón dio a Hiram hayan estado habitadas por no israelitas, aunque se hallaban dentro de los límites de la Tierra Prometida (Éxodo 23:31). La acción de Salomón también pudiera ser una indicación de que él no estaba cumpliendo por completo con la Ley, como cuando ‗aumentó para sí caballos‘ y tomó muchas esposas (Deuteronomio 17:16, 17). Sea como fuere, Hiram no estaba contento con el regalo. Quizás los habitantes paganos de dichas ciudades las tenían en malas condiciones, o tal vez estaban en una ubicación poco conveniente.

11:4. ¿Se hizo infiel Salomón en su vejez debido a la senilidad? No parece que esa haya sido la razón. Salomón era bastante joven cuando empezó a gobernar, y aunque fue rey durante cuarenta años, no llegó a una edad muy avanzada. Además, no dejó de adorar a Jehová por completo. Aparentemente intentó practicar alguna forma de unión de fes.

Lecciones para nosotros:

11:9-14, 23, 26. Cuando Salomón se hizo desobediente en sus últimos años, Jehová levantó opositores contra él. ―Dios se opone a los altivos, pero da bondad inmerecida a los humildes‖, dice el apóstol Pedro (1 Pedro 5:5).

11:30-40. El rey Salomón procuró matar a Jeroboán por lo que Ahíya había profetizado acerca de este. ¡Qué diferente había sido la reacción del rey unos cuarenta años atrás, cuando rehusó vengarse de Adonías y los demás conspiradores! (1 Reyes 1:50-53.) Este cambio de actitud fue el resultado de haberse alejado de Jehová.

[Nº1] Núm. 1: 1 Reyes 9:24–10:3

24 Sin embargo, la hija de Faraón misma subió de la

Ciudad de David a su propia casa que él le había edificado. Fue entonces cuando él edificó el Montículo.

25 Y Salomón continuó ofreciendo tres veces al año

sacrificios quemados y sacrificios de comunión sobre el altar que había edificado a Jehová, y había un hacer humo de sacrificio sobre el [altar], que estaba delante de Jehová; y completó la casa.

26 Y había una flota de naves que el rey Salomón

hizo en Ezión-guéber, que está junto a Elot, sobre la orilla del mar Rojo en la tierra de Edom.

27 E Hiram

siguió enviando en la flota de naves a sus propios siervos, hombres de mar, que poseían conocimiento del mar, junto con los siervos de Salomón.

28 Y procedieron

a ir a Ofir y a tomar de allí cuatrocientos veinte talentos de oro, y a traerlo al rey Salomón.

10 Ahora bien, la reina de Seba oía el informe acerca de Salomón respecto al nombre de Jehová. Por lo tanto, vino a probarlo con preguntas de las que causan perplejidad.

2 Por fin llegó a Jerusalén con un séquito

muy impresionante, camellos que traían aceite balsámico y muchísimo oro y piedras preciosas; y procedió a entrar a donde Salomón y a hablarle todo lo que se hallaba junto a su corazón.

3 Salomón, a su vez,

fue declarándole todos los asuntos de ella. Resultó que no hubo asunto escondido al rey que él no le declarara.

[Nº2] Núm. 2: Seguir los consejos de la Palabra de Dios disminuye la ansiedad (igw pág. 24 párr. 4–pág. 25 párr. 2)

―¿Quién de ustedes, por medio de inquietarse, puede añadir un codo a la duración de su vida?‖

(Mateo 6:27)

―Nunca se inquieten acerca del día siguiente, porque el día siguiente tendrá sus propias inquietudes.‖

(Mateo 6:34)

―[Asegúrense] de las cosas más importantes.‖

(Filipenses 1:10)

―No se inquieten por cosa alguna, sino que en todo, por oración y ruego junto con acción de gracias, [den] a conocer sus peticiones a Dios; y la paz de Dios que supera a todo pensamiento guardará sus corazones y sus facultades mentales mediante Cristo.‖

(Filipenses 4:6, 7)

[Nº3] Núm. 3: Ciro. Tema: La Palabra de Dios siempre se cumple (it-1 págs. 485-488)

CIRO

Fundador del Imperio persa y conquistador de Babilonia. Ha pasado a la historia como ―Ciro el Grande‖, distinguiéndose así de su abuelo Ciro I.

Según un documento cuneiforme conocido como el Cilindro de Ciro, después de conquistar el Imperio babilonio, este rey dijo: ―Soy Ciro, rey del mundo, gran soberano, monarca legítimo, rey de Babilonia, rey de Sumer y Akkad, rey de los cuatro bordes (de la tierra), hijo de Cambises (ka-am-bu-zi-ia), gran soberano, rey de Anšan, nieto de Ciro [I], [...] descendiente de Teispes [...], de una familia (que) siempre (poseyó) realeza‖. (La Sabiduría del Antiguo Oriente, edición de J. B. Pritchard, 1966, págs. 244, 245.) En este registro Ciro aparece como descendiente real de los reyes de Anshan (Anšan), ciudad o región de ubicación incierta. Algunos la sitúan en las montañas que se encuentran al norte de Elam, pero por lo general se cree que estaba situada al E. Los reyes pertenecientes a este linaje reciben el nombre de aqueménidas, por Aquemenes, el padre de Teispes.

La primera parte de la historia de Ciro II es algo oscura, ya que se depende en buena medida de los relatos un tanto fantásticos de Heródoto (historiador griego del siglo V a. E.C.) y Jenofonte (otro escritor griego de más o menos medio siglo después). Sin embargo, los dos historiadores presentan a Ciro como el hijo del gobernante persa Cambises por su esposa Mandane, hija de Astiages, el rey de los medos. (Historia, de Heródoto, I, 107; Ciropedia, de Jenofonte, I, II, 1.) Ctesias, otro historiador griego del mismo período, niega esta relación consanguínea de Ciro con los medos, pero afirma en cambio que llegó a ser yerno de Astiages al casarse con su hija Amytis.

Ciro sucedió a su padre Cambises I en el trono de Anshan, que estaba sometido al rey medo Astiages. Diodoro (siglo I a. E.C.) sitúa el comienzo del reinado de Ciro en el primer año de la LV Olimpiada, es decir, 560-

559 a. E.C. Heródoto relata que Ciro se rebeló contra la autoridad meda, y, debido a la deserción de las tropas de Astiages, consiguió una victoria fácil y capturó Ecbátana, la capital de los medos. De acuerdo con la Crónica de Nabonido, el rey Ishtumegu (Astiages) ―convocó sus tropas y marchó contra Ciro, rey de Anshan, con el fin de en[frentarse a él en batalla]. El ejército de Ishtumegu [Astiages] se rebeló contra él y [le] lle[varon] en cadenas a Ciro‖. (Ancient Near Eastern Texts, edición de J. B. Pritchard, 1974, pág. 305.) Ciro consiguió la lealtad de los medos, después de lo cual medos y persas lucharon unidos bajo su mando. Con el fin de controlar el sector occidental del Imperio medo, en los años siguientes Ciro avanzó hasta el río Halys (Asia Menor), límite oriental del Imperio lidio.

Seguidamente derrotó al opulento rey Creso de Lidia y capturó Sardis. Luego subyugó las ciudades jónicas y anexionó todo el Asia Menor al Imperio persa. De esta forma, en tan solo unos cuantos años llegó a ser el rival más importante de Babilonia y su rey Nabonido.

Conquista de Babilonia. Ciro por fin se preparó para una confrontación con la poderosa Babilonia, y es en particular a partir de este momento cuando desempeña un papel importante en el cumplimiento de la profecía bíblica. En las palabras proféticas inspiradas registradas por Isaías concerniente a la restauración de Jerusalén y su templo se hizo mención de este gobernante persa como aquel que Jehová Dios había designado para derrocar a Babilonia y liberar a los judíos exiliados. (Isa 44:26–45:7.) Aunque esta profecía se registró más de un siglo y medio antes de que Ciro subiera al poder, y pese a que la desolación de Judá evidentemente tuvo lugar antes de que siquiera hubiera nacido, Jehová declaró que Ciro actuaría como su ―pastor‖ a favor del pueblo judío. (Isa 44:28; compárese con Ro 4:17.) En virtud de este nombramiento por anticipado, se llamó a Ciro el ―ungido‖ de Jehová (una forma de la palabra hebrea ma·schí·aj, mesías, y de la palabra griega kjri·stós, cristo). (Isa 45:1.) El que Dios ‗le llamara por su nombre‘ (Isa 45:4) con tanta antelación no quiere decir que le diera a Ciro su nombre cuando nació, sino, más bien, que sabía de antemano que un hombre llamado así se levantaría y que Él le llamaría, no de manera anónima, sino directa y específicamente, por nombre.

Así, sin que él mismo lo supiera, ya que con bastante probabilidad era un seguidor pagano del zoroastrismo, de manera figurada Jehová Dios había estado ‗asiendo su diestra‘ para dirigirle o fortalecerle, ciñéndole y preparando y allanando el camino para que llevase a cabo el propósito divino: la conquista de Babilonia. (Isa 45:1, 2, 5.) Al ser Aquel que ―declara desde el principio el final, y desde hace mucho las cosas que no se han hecho‖, el Dios Todopoderoso había conformado las circunstancias para realizar por completo su propósito. Había llamado a Ciro ―desde el naciente‖, desde Persia (al E. de Babilonia), donde se construyó su capital favorita, Pasargada, y Ciro habría de ser como un ―ave de rapiña‖, abalanzándose velozmente sobre Babilonia. (Isa 46:10, 11.) Es de destacar que, según The Encyclopædia Britannica (1910, vol. 10, pág. 454), ―los

persas llevaban un águila fijada en la punta de una lanza, y el Sol, como su divinidad, también estaba representado en sus estandartes, que [...] custodiaban con gran celo los más valientes del ejército‖.

¿Cómo desvió las aguas del Éufrates?

Las profecías de la Biblia relativas a la predicha conquista de Babilonia por Ciro anunciaron que se secarían sus ríos, se dejarían abiertas sus puertas, habría una invasión repentina de la ciudad y los soldados babilonios no ofrecerían resistencia. (Isa 44:27; 45:1, 2; Jer 50:35-38; 51:30-32.) Heródoto habla de un foso ancho y profundo que rodeaba Babilonia y dice que había numerosas puertas de bronce (o cobre) en los muros a lo largo del río Éufrates, que dividía la ciudad en dos partes. Según este historiador (I, 191), cuando Ciro puso sitio a la ciudad, ―por medio de un canal dirigió el río hacia el lago [el lago artificial que supuestamente había construido antes la reina Nitocris], que a la sazón era una ciénaga, logrando que el cauce primitivo se hiciera vadeable al descender el nivel del río. Cuando este fenómeno tuvo lugar, los persas que habían sido apostados a tal efecto penetraron en Babilonia por el cauce del río Éufrates, que había bajado de nivel hasta llegarle a un hombre como a medio muslo más o menos. Ahora bien, si los babilonios hubieran sabido de antemano lo que Ciro pretendía hacer o se hubiesen percatado de ello, hubiesen dejado entrar a los persas en la ciudad y hubieran podido causarles una terrible mortandad, pues, con cerrar todas las poternas que llevan al río y subirse ellos a los contramuros levantados a lo largo de las márgenes del mismo, los hubieran cogido como en un buitrón. Pero el caso es que los persas se les presentaron de improviso. Y, debido a la gran extensión de la ciudad, según cuentan los que en ella habitan, cuando ya habían sido tomados los arrabales de la misma, los babilonios que vivían en los barrios del centro no sabían que aquellos habían caído, sino que (como se daba la coincidencia de que estaban celebrando una fiesta) en aquel momento se hallaban bailando y se encontraban en pleno jolgorio, hasta que al fin se enteraron —y perfectamente— de lo que ocurría. [Compárese con Da 5:1-4, 30; Jer 50:24; 51:31, 32.] Así fue tomada, entonces, Babilonia por primera vez‖.

Aunque el relato de Jenofonte difiere en algunos detalles, contiene los mismos elementos básicos que el de Heródoto. Jenofonte dice que para Ciro era casi imposible tomar por asalto los poderosos muros de Babilonia, y entonces pasa a contar cómo puso sitio a la ciudad, desviando las aguas del Éufrates en canales. Mientras la ciudad celebraba una fiesta, envió sus fuerzas por el lecho del río, pasando los muros de la ciudad. Las tropas, bajo el mando de Gobrias y Gadatas, sorprendieron a los guardas desprevenidos y consiguieron entrar a través de las mismas puertas del palacio. En una sola noche ―la ciudad había sido tomada y el rey muerto‖, y los soldados babilonios que ocupaban las diversas ciudadelas se rindieron a la mañana siguiente. (Ciropedia, VII, V, 33; compárese con Jer 51:30.)

El historiador judío Josefo registra el relato que escribió el sacerdote Beroso (siglo III a. E.C.) sobre la conquista de Ciro, como sigue: ―En el año decimoséptimo de su reinado [de Nabonido o Nabonedo], Ciro el Persa lo atacó con un gran ejército; y luego de haberse apoderado de todo el Asia, invadió la misma Babilonia. Nabonedo le salió al encuentro, pero fue vencido; entonces con unos pocos buscó salvarse, encerrándose en la ciudad de Borsipo [un suburbio de Babilonia]. Ciro, una vez que se hubo apoderado de Babilonia, dispuso que se destruyeran las defensas exteriores de la ciudad, al ver que la ciudad era insegura de capturar por ser difícil su asedio. De ahí se dirigió a Borsipo, para atacar a Nabonedo, el cual, viendo que no podía soportar el asedio, se rindió. Ciro se portó humanamente con él, le entregó la Carmania para vivir allí, pero lo hizo salir de Babilonia. En cuanto a Nabonedo, habiendo pasado el resto de su vida en esta región, falleció‖. (Contra Apión, libro I, sec. 20.) Este relato difiere de los demás sobre todo en lo que concierne a la actuación de Nabonido y la actitud de Ciro para con él. Sin embargo, está en armonía con el registro bíblico, que muestra que Belsasar, no Nabonido, fue el rey asesinado aquella noche. (Véase BELSASAR.)

Aunque las tablillas cuneiformes que han hallado los arqueólogos no dan detalles precisos en cuanto a cómo se produjo la conquista de Babilonia, sí confirman su caída súbita a manos de Ciro. Según la Crónica de Nabonido, en el mes de Tisri (septiembre-octubre) del que resultó ser el último año del reinado de este monarca (539 a. E.C.), Ciro atacó las fuerzas babilonias en Opis y las derrotó. La inscripción continúa: ―El día 14 Sippar fue tomada sin combate. Nabonid huyó. El día 16, Gobrias (ugbaru), gobernador de Gutium, y el ejército de Ciro entraron en Babilonia sin combate. Después Nabonid fue apresado en Babilonia, a la que volvió [...]. En el mes de Arahšamnu [Marhesván (octubre-noviembre)], el día 3, Ciro entró en Babilonia‖. (La Sabiduría del Antiguo Oriente, pág. 241.) Gracias a esta inscripción se puede fijar la fecha de la caída de Babilonia en el 16 de Tisri de 539 a. E.C., con la entrada de Ciro diecisiete días después, el 3 de Marhesván.

Empieza la dominación mundial aria. Con esta victoria Ciro puso fin a la dominación de los gobernantes semitas sobre Mesopotamia y el Oriente Medio, y fundó la primera potencia mundial de origen ario. El Cilindro de Ciro, documento cuneiforme de tono muy religioso que los historiadores creen que se escribió para ser divulgado en Babilonia, presenta a Ciro atribuyendo su victoria a Marduk, el dios principal de Babilonia, con las siguientes palabras: ―Examinó y miró (a través de) todos los países, buscando un gobernante recto dispuesto a llevarle (a saber, a Marduk) (en la procesión anual). (Entonces) pronunció el nombre de Ciro (ku-ra-aš), rey de Anšan, declaróle (lit.: pronunció [su] nombre) para que fuese el gobernante de todo el mundo. [...] Marduk, el gran señor, un protector de su pueblo/adoradores, observó con placer sus buenas obras (a saber, las de Ciro) y su espíritu (lit.: corazón) recto (y, por consiguiente), le hizo marchar contra su ciudad de

Babilonia (Ká.dingir.ra). Hizo que emprendiera el camino de Babilonia (DIN.TIR

ki), yendo a su lado como un

verdadero amigo. Sus tropas desplegadas —cuyo número, como el del agua de un río, no puede indicarse—, anduvieron, sin utilizar las armas. Sin dar una batalla, le hizo entrar en su ciudad de Babilonia (Šu.an.na), evitando a Babilonia (Ká.dingir.ra

ki) toda

calamidad‖. (La Sabiduría del Antiguo Oriente, pág. 244.)

¿Por qué el Cilindro de Ciro explica la caída de Babilonia de manera distinta a como lo hace la Biblia?

A pesar de esta interpretación pagana de los acontecimientos, la Biblia muestra que cuando Ciro proclamó el decreto que autorizaba a los judíos exiliados a volver a Jerusalén y reconstruir el templo, reconoció: ―Todos los reinos de la tierra me los ha dado Jehová el Dios de los cielos, y él mismo me ha comisionado para que le edifique una casa en Jerusalén, que está en Judá‖. (Esd 1:1, 2.) Por supuesto, esto no significa que Ciro llegó a ser un converso judío, sino simplemente que conocía los hechos bíblicos con respecto a su victoria. En vista de la elevada posición administrativa en la que se colocó a Daniel, tanto antes como después de la caída de Babilonia (Da 5:29; 6:1-3, 28), sería muy raro que Ciro no estuviera informado de las profecías que habían registrado y pronunciado los profetas de Jehová, entre las que se contaba la de Isaías que mencionaba su nombre. En lo que respecta al Cilindro de Ciro, citado antes, se reconoce que otras personas además del rey pudieron haber participado en la preparación de este documento cuneiforme. El libro Arqueología bíblica (de G. Ernest Wright, 1975, pág. 293) habla del ―rey o la oficina que redactó la proclama‖ (compárese el caso similar de Darío en Da 6:6-9), mientras que el Dr. Emil G. Kraeling (Rand McNally Bible Atlas, 1966, pág. 328) llama al Cilindro de Ciro ―un documento propagandístico elaborado por los sacerdotes babilonios‖. En efecto, puede que se haya redactado bajo la influencia del clero babilonio (véase Ancient Near Eastern Texts, nota 1 al pie de la página 315), que así trataría de explicar el fracaso total de Marduk (también conocido como Bel) y los demás dioses babilonios en salvar la ciudad, llegando incluso al extremo de atribuir a Marduk las cosas que había hecho Jehová. (Compárese con Isa 46:1, 2; 47:11-15.)

El decreto de Ciro para el regreso de los exiliados. Al decretar el fin del exilio judío, Ciro cumplió su comisión como ‗pastor ungido‘ de Jehová para Israel. (2Cr 36:22, 23; Esd 1:1-4.) La proclamación se hizo ―en el primer año de Ciro el rey de Persia‖, lo que quiere decir en su primer año como gobernante de la recién conquistada Babilonia. El registro bíblico de Daniel 9:1 se refiere al ―primer año de Darío‖, que pudo transcurrir entre la caída de Babilonia y ―el primer año de Ciro‖ sobre esta ciudad. En tal caso, el escritor posiblemente consideró que el primer año de Ciro empezó en la última parte del año 538 a. E.C. No obstante, aun pensando que Darío fuese un virrey sobre Babilonia que hubiera gobernado a la vez que Ciro, la costumbre babilonia

hubiera sido considerar el primer año reinante de Ciro desde Nisán de 538 hasta Nisán de 537 a. E.C.

Según el registro bíblico, el decreto de Ciro de libertar a los judíos para regresar a Jerusalén probablemente se promulgó a finales de 538 o a principios de 537 a. E.C. Esto permitiría suficiente tiempo para que los exiliados judíos preparasen su salida de Babilonia, emprendieran el largo y difícil viaje a Judá y Jerusalén (un viaje que pudo durar unos cuatro meses, según Esd 7:9) y se establecieran ―en sus ciudades‖, en Judá, para el ―séptimo mes‖ (Tisri) de 537 a. E.C. (Esd 3:1, 6.) Este suceso señaló el final de los setenta años de desolación de Judá profetizados, que habían comenzado en el mismo mes de Tisri de 607 a. E.C. (2Re 25:22-26; 2Cr 36:20, 21.)

La cooperación de Ciro con los judíos contrastaba de forma notable con el trato que estos habían recibido de los gobernantes paganos anteriores. Les devolvió los utensilios sagrados del templo que se había llevado Nabucodonosor II a Babilonia, les otorgó permiso real para importar maderas de cedro del Líbano y autorizó el desembolso de fondos de la casa del rey para cubrir los gastos de construcción. (Esd 1:7-11; 3:7; 6:3-5.) Según el Cilindro de Ciro (GRABADO, vol. 2, pág. 332), el gobernante persa siguió en líneas generales una política humanitaria y tolerante para con los pueblos conquistados. De acuerdo con esta inscripción, dijo lo siguiente: ―Devolví a (estas) ciudades sagradas, del otro lado del Tigris, cuyos santuarios habían sido ruinas largo tiempo, las imágenes que (solían) vivir en ellas y establecí para ellas santuarios permanentes. (También) reuní todos sus habitantes (antiguos) y (les) devolví sus solares‖. (La Sabiduría del Antiguo Oriente, págs. 245, 246.)

Aparte de la proclamación real registrada en Esdras 1:1-4, en la Biblia se habla de otro documento de Ciro, un ―memorándum‖, que se archivó en la casa de los registros de Ecbátana, en Media, y que se descubrió allí durante el reinado de Darío el persa. (Esd 5:13-17; 6:1-5.) Con respecto a este segundo documento, el profesor G. Ernest Wright dice: ―Lleva el título explícito de dikrona, un término oficial arameo para designar un memorial en que se consignaba una decisión oral del monarca y que ponía en marcha una acción administrativa. No estaba destinado a la publicación, sino para que lo tuviera a la vista el funcionario correspondiente, después de lo cual era depositado en los archivos oficiales‖. (Arqueología bíblica, pág. 293.)

Muerte e importancia profética. Se cree que Ciro murió en una batalla en 530 a. E.C., aunque los detalles al respecto son algo oscuros. Antes de su muerte, su hijo Cambises II llegó a ser corregente con él, y le sucedió en el trono persa como único gobernante cuando Ciro murió.

Las profecías sobre la súbita caída de Babilonia la Grande registradas en el libro de Revelación recuerdan la descripción de la conquista de Ciro de la ciudad literal de Babilonia. (Compárese Rev 16:12; 18:7, 8 con Isa 44:27, 28; 47:8, 9.) Sin embargo, el rey que comanda las poderosas fuerzas militares a las que se hace

referencia inmediatamente después del relato de la caída de la Babilonia simbólica no es ningún rey terrestre, sino la celestial ―Palabra de Dios‖, el verdadero Pastor ungido de Jehová: Jesucristo. (Rev 19:1-3, 11-16.)

[R. Servicio] [Inicio]

Reunión de Servicio

Tema del mes: Vayamos y hagamos discípulos

(Mateo 28:19, 20).

Canción 17

10 min. Vayamos y hagamos discípulos. Discurso

basado en el tema del mes. Incluya algunos puntos de

las páginas 87 a 89 del libro “Ven, sé mi seguidor”.

Mencione brevemente algunas de las asignaciones

que se presentarán este mes en la Reunión de

Servicio y destaque qué relación tienen con el tema

del mes.

Capítulo 9 “Vayan [...] y hagan discípulos”

EL AGRICULTOR se encara con un grave problema. Algunos meses antes aró sus tierras y sembró las semillas. Bajo su atenta mirada aparecieron los primeros brotes, y con felicidad vio llegar las plantas a su madurez. Ahora ve recompensado todo su arduo trabajo, pues es el momento de cosechar. El problema es que no da abasto para recoger la cosecha. Y como el tiempo del que dispone para recolectar el valioso fruto es limitado, toma la acertada decisión de contratar trabajadores y enviarlos a los campos.

2 En la primavera del año 33, el resucitado Jesús se

encara con una dificultad parecida. Las semillas de la verdad que sembró durante su ministerio en la Tierra han producido una abundante cosecha, y hay que recoger a una gran cantidad de personas que desean ser sus seguidores (Juan 4:35-38). ¿Qué medidas toma? En una montaña de Galilea, poco antes de ascender a los cielos, Jesús encarga a sus discípulos que consigan más trabajadores, diciéndoles: ―Vayan, por lo tanto, y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos [...], enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado‖ (Mateo 28:19, 20).

3 Es en esta misión donde radica precisamente la

clave para ser un auténtico seguidor de Cristo.

Examinemos, pues, las siguientes tres preguntas: ¿Por qué mandó Jesús conseguir más trabajadores? ¿Cómo preparó a sus discípulos para que pudieran encontrarlos? ¿Qué tiene que ver eso con nosotros?

Por qué hacen falta más trabajadores

4 Cuando Jesús inició su ministerio en el año 29,

sabía que no completaría la obra que estaba emprendiendo. El corto tiempo que le quedaba en la Tierra limitaba la cantidad de territorio que podría abarcar, así como la cantidad de personas a las que llevaría el mensaje del Reino. Es verdad que predicó mayormente a judíos y prosélitos, ―las ovejas perdidas de la casa de Israel‖ (Mateo 15:24). Pero, aun así, aquellas ―ovejas perdidas‖ se hallaban dispersas por todo Israel, país con una extensión de miles de kilómetros cuadrados. Además, con el tiempo sería necesario anunciar las buenas nuevas en el resto del mundo (Mateo 13:38; 24:14).

10 min. Listos para empezar un curso de la Biblia.

Análisis con el auditorio basado en el Anuario 2015,

página 55, párrafo 1, a página 56, párrafo 1, y página

69, párrafo 2, a página 70, párrafo 1. Pida a los

presentes que hagan comentarios sobre las lecciones

aprendidas.

Un pequeño de seis años le enseña a su abuelo

Ilustración de la página 56

Paraguay: Gabriel hablando con su abuelo

Mientras Gabriel, un niño de seis años que vive en

Paraguay, volvía de la asamblea a su casa, pensaba en

lo importante que es anunciar el mensaje del Reino.

Entonces se dio cuenta de que había alguien muy

especial con quien él quería estar en el Paraíso: su

abuelo. Pero el abuelo de Gabriel nunca se había

interesado en la verdad y estaba en contra de que su

esposa y sus hijos fueran testigos de Jehová.

Ese mismo día, Gabriel les dijo a sus padres que

quería llamar por videoconferencia a sus abuelos, que

viven en la Argentina. Entonces, Gabriel le explicó a

su abuelo por qué es tan importante estudiar la Biblia

y le preguntó directamente: “Abue, ¿querés que te

enseñe algo de la Biblia?”. El abuelo le dijo que sí. De

modo que Gabriel le sugirió estudiar el folleto

Escuche a Dios y vivirá para siempre. A partir de ahí

estudiaron juntos el folleto por meses. Como a los dos

les costaba leer bien, practicaban la lectura antes de

estudiar. Gabriel se preparaba todas las lecciones, y

antes de cada sesión se ponía una camisa y una

corbata.

Más adelante, los abuelos decidieron visitar a la

familia de Gabriel por unas semanas. Durante el

tiempo que estuvo allí, el abuelo acompañó a la

familia a todas las reuniones. Al regresar a la

Argentina, siguió estudiando la Biblia con un

hermano y progresó hasta hacerse publicador no

bautizado. Además, ora con su esposa todos los días y

ha expresado el deseo de bautizarse. Gabriel, por su

parte, también ha progresado mucho, pues ya es

publicador.

Enseña la Biblia en el bosque

Ilustración de la página 68

Alemania: Margret dando clases de la Biblia en el

bosque

Todas las mañanas, Margret pasea con su perro por

un bosque de Alemania. “Intento conversar con la

gente que pasa —comenta—, y si veo que no tienen

prisa, empiezo a hablarles de la Biblia.”

Un día se encontró a una señora de unos 70 años que

también estaba paseando a su perro y empezó a

hablar con ella. A la señora le gustó la conversación, y

le dijo que ella le ora a Dios y lee la Biblia a diario.

Desde ese momento empezaron a hablar todos los

días de temas espirituales. En cierta ocasión, la

señora le preguntó a Margret: “¿Cómo sabe tanto de

la Biblia?”. Ella le explicó que es testigo de Jehová.

Margret se ofreció varias veces para ir a casa de la

señora a enseñarle la Biblia, pero ella siempre le

decía que no. Aun así, seguían conversando cada vez

que se veían. Meses más tarde, Margret volvió a

ofrecerle un curso de la Biblia, y en esta ocasión, la

señora le confesó que tenía miedo de ponerse a

estudiar porque al hombre con el que vivía no le

gustaban los testigos de Jehová.

La siguiente vez que Margret fue a pasear al bosque,

se llevó la Biblia y el libro Enseña. Cuando vio a la

señora, le dijo con valor: “Esta vez no le voy a ofrecer

estudiar la Biblia en su casa, sino estudiar la Biblia en

el bosque”. Con lágrimas en los ojos, la señora aceptó

encantada. Ahora estudian en el bosque seis días a la

semana. Dependiendo de la estación del año y del

tiempo, a veces necesitan un paraguas y una linterna.

10 min. “Centrémonos en hacer discípulos.”

Preguntas y respuestas. Entreviste brevemente a uno

o dos publicadores que sean eficaces al iniciar y

dirigir cursos bíblicos. ¿Cómo se han sentido al

ayudar a otros a aceptar la verdad?

Centrémonos en hacer discípulos

1. ¿Cómo pueden las personas salvarse?

1 El informe de servicio del 2014 demuestra que el

pueblo de Dios ha estado predicando las buenas

nuevas del Reino con entusiasmo y esfuerzo (Mat.

24:14). Gracias a la predicación de casa en casa, las

campañas especiales para distribuir hojas impresas o

invitaciones y los programas de predicación pública,

podemos llevar el mensaje de la Biblia a más

personas que nunca. Sin embargo, para que ellas

puedan salvarse, debemos ayudarlas a hacerse

discípulos de Jesús enseñándoles las verdades de la

Biblia (1 Tim. 2:4).

2. ¿Qué preguntas nos ayudarán a no olvidarnos

de ofrecer cursos bíblicos?

2 No olvidemos ofrecer cursos bíblicos. Si una

persona muestra interés, ¿intentamos obtener sus

datos de contacto y tratamos de comunicarnos con

ella lo más pronto posible para ofrecerle un curso de

la Biblia? ¿Cuándo fue la última vez que demostramos

en la primera visita cómo son nuestros cursos de la

Biblia? ¿Cuándo ofrecimos por última vez un curso

bíblico a una de las personas a las que les llevamos

las revistas? ¿Hemos mostrado los videos ¿Por qué

estudiar la Biblia? y ¿Cómo son nuestros cursos

bíblicos? a compañeros de trabajo o escuela, vecinos,

familiares y otros conocidos? Cuando damos

testimonio con un exhibidor de publicaciones, ¿nos

esforzamos por informar a todos los que se llevan un

manual de estudio que también pueden recibir un

curso bíblico gratuito?

3. ¿Qué necesitamos para enseñar eficazmente la

verdad a otros?

3 Ayuda de Jehová y de Jesús. Cuando Jesús dio el

mandato de hacer discípulos, usó la palabra “vayan”.

De esta manera, destacó la necesidad de esforzarse y

tomar la iniciativa. Ahora bien, no nos dejó solos.

Prometió que estaría con nosotros (Mat. 28:19, 20).

Además, Jehová no solo nos ha dado su espíritu santo,

sino también las herramientas y la capacitación que

necesitamos para enseñar la verdad a otros (Zac. 4:6;

2 Cor. 4:7). Podemos pedirle a Dios que nos dé tanto

el deseo como el poder para participar en esta

importante obra (Filip. 2:13).

4. ¿Por qué debemos centrarnos en hacer

discípulos?

4 Predicar las buenas nuevas nos hace muy felices.

Pero si logramos enseñar a alguien la verdad y le

ayudamos a andar con nosotros por “el camino que

conduce a la vida”, nuestra alegría todavía será

mayor (Mat. 7:14; 1 Tes. 2:19, 20). Y lo que es más

importante, si nos centramos en hacer discípulos,

agradamos a Jehová, quien “no desea que ninguno sea

destruido; más bien, desea que todos alcancen el

arrepentimiento” (2 Ped. 3:9).

Canción 16 y oración

Canción 81 [Atalaya] [Inicio]

[ 1 ][ 2 ][ 3 ][ 4 ][ 5 ][ 6 ][ 7 ][ 8 ][ 9 ][ 10 ][ 11 ][ 12

][ 13 ][ 14 ][ 15 ][ 16 ][ 17 ][ 18 ]

“Vieron” las cosas que Dios prometió

“No consiguieron el cumplimiento de las

promesas, pero las vieron desde lejos.” (HEB.

11:13)

Canción 134

¿LO PUEDE EXPLICAR? ¿Qué regalo nos ha dado Dios para fortalecer nuestra fe? ¿Cómo usaron la imaginación algunos siervos de Dios para fortalecer su fe? ¿Por qué es bueno hablar de las cosas que Dios ha prometido? 1. ¿De qué maneras nos ayuda la imaginación? (Vea la ilustración del principio.)

[ 1 ] [Textos] LA IMAGINACIÓN es un hermoso

regalo de Dios. Nos ayuda a hacer planes y a esperar

con ilusión el futuro. Jehová puede ver las cosas que

aún no han ocurrido, y algunas de ellas nos las ha

revelado en su Palabra. Así podemos verlas con los

ojos de la imaginación, lo cual alimenta nuestra fe (2

Cor. 4:18).

2, 3. a) ¿En qué tipo de cosas podemos concentrar

nuestra imaginación? b) ¿Qué preguntas se

responderán en este artículo?

[ 2 ] [Textos] A veces imaginamos cosas que nunca

ocurrirán. Por ejemplo, una niña podría imaginar que

está volando sobre una mariposa, pero eso es solo

una fantasía. En cambio, una mujer de tiempos

bíblicos, Ana, usó la imaginación para pensar en algo

que de seguro iba a llegar: el día en que llevaría a su

hijo, Samuel, a servir en el tabernáculo de Jehová.

Pensar en ese momento le dio fuerzas para cumplir el

voto que le había hecho a Dios (1 Sam. 1:22).

Nosotros tenemos que hacer algo parecido. Sabemos

que las cosas que Jehová nos ha prometido de seguro

se realizarán, así que es bueno que nos las

imaginemos (2 Ped. 1:19-21).

[ 3 ] [Textos] Sin duda, muchos siervos de Dios del

pasado imaginaron las cosas que él les había

prometido. ¿De qué modo los ayudó “ver” las

bendiciones que les esperaban? ¿Por qué es bueno

que nosotros pensemos en las cosas maravillosas que

Dios ha prometido hacer para sus siervos?

“VER” EL FUTURO LES DIO FUERZAS

4. ¿Cómo ayudaron a Abel las palabras de Génesis

3:15 a imaginar el futuro?

[ 4 ] [Textos] Abel fue el primer siervo fiel de Dios.

¿Habrá “visto” él las cosas que Jehová prometió?

Bueno, él sabía lo que Dios había dicho a la serpiente

en el jardín de Edén: “Pondré enemistad entre ti y la

mujer, y entre tu descendencia y la descendencia de

ella. Él te magullará en la cabeza y tú le magullarás en

el talón” (Gén. 3:14, 15). Aunque no sabía cómo se

cumplirían exactamente esas palabras, tuvo que

haber meditado mucho en ellas. Es probable que se

imaginara a alguien sufriendo un golpe en el talón y

llegara a la conclusión de que ese alguien tenía que

sufrir para que la humanidad recuperara la

perfección que sus padres habían perdido. Sin

importar lo que haya imaginado, Abel tenía fe en la

promesa de Dios, y por eso Jehová aceptó su sacrificio

(lea Génesis 4:3-5 y Hebreos 11:4).

5. ¿Cómo pudo ayudar la imaginación a Enoc?

[ 5 ] [Textos] Enoc, otro hombre fiel, mantuvo fuerte

su fe a pesar de que vivía entre gente mala que

ofendía a Jehová. Él profetizó que Dios vendría “con

sus santas miríadas, para ejecutar juicio contra todos,

y para probar la culpabilidad de todos los impíos

respecto a todos sus hechos [...] y respecto de todas

las cosas ofensivas que pecadores impíos hablaron

contra él” (Jud. 14, 15). Estas palabras inspiradas por

Dios de seguro ayudaron a Enoc a imaginar un

mundo sin maldad (lea Hebreos 11:5, 6).

6. ¿Qué pudo haber ayudado a Noé después del

Diluvio?

[ 6 ] [Textos] Noé sobrevivió al Diluvio debido a su fe

(Heb. 11:7). Una vez que salió del arca, esa fe lo

motivó a hacer un sacrificio de animales a Dios (Gén.

8:20). Al igual que Abel, Noé creía que la humanidad

sería liberada del pecado y la muerte. Ni siquiera

perdió la fe y la esperanza cuando el mundo de nuevo

se volvió violento y hombres como Nemrod se

rebelaron contra Jehová (Gén. 10:8-12). Imaginar la

época en que la humanidad viviría libre de problemas

tuvo que haberlo animado mucho. Nosotros también

podemos imaginar esa época, pues está más cerca

que nunca (Rom. 6:23).

“VIERON” LAS COSAS QUE DIOS PROMETIÓ

7. ¿Qué pudieron “ver” Abrahán, Isaac y Jacob?

[ 7 ] [Textos] Abrahán, Isaac y Jacob también

pudieron “ver” un mundo mejor gracias a la promesa

que Dios les hizo. Él les dijo que mediante la

descendencia de ellos, todas las naciones recibirían

grandes bendiciones (Gén. 22:18; 26:4; 28:14). Su

familia se convertiría en una gran nación y Dios le

daría un hermoso lugar donde vivir: la Tierra

Prometida (Gén. 15:5-7). La fe hizo que estos tres

siervos de Dios se imaginaran a sus descendientes

viviendo en aquella tierra. Desde el mismo momento

en que el hombre dejó de ser perfecto, Jehová les ha

asegurado a sus siervos una y otra vez que la

humanidad recuperará todas las cosas buenas que

Adán perdió.

8. ¿Qué ayudó a Abrahán a realizar

extraordinarios actos de fe?

[ 8 ] [Textos] Aunque no todas las cosas que Dios les

prometió a Abrahán y a otros se cumplieron mientras

estaban vivos, la Biblia dice que todos ellos “las

vieron desde lejos” (lea Hebreos 11:8-13). ¿Cómo las

vieron? Con los ojos de la imaginación. Abrahán tenía

tantas razones para confiar en Dios que era como si

pudiera ver las cosas que le había prometido aunque

aún no las había recibido. Eso lo ayudó a realizar

extraordinarios actos de fe.

9. ¿Cómo ayudó a Abrahán su fe en las promesas

de Dios?

[ 9 ] [Textos] La fe de Abrahán le dio las fuerzas que

necesitaba para obedecer a Dios. Con plena fe en sus

promesas, se marchó de la ciudad de Ur. Además se

negó a establecerse en las ciudades de Canaán, pues

tenían los días contados ya que sus reyes no servían a

Dios (Jos. 24:2). Durante el resto de su larga vida,

Abrahán esperó “la ciudad que tiene fundamentos

verdaderos, cuyo edificador y hacedor es Dios” (Heb.

11:10). En otras palabras, Abrahán pudo verse a sí

mismo viviendo en un lugar permanente gobernado

por Jehová. Abel, Enoc, Noé, Abrahán y otros creían

en la resurrección y esperaban vivir en la Tierra bajo

el Reino de Dios, “la ciudad que tiene fundamentos

verdaderos”. Meditar en lo que Jehová les tenía

reservado aumentó su fe (lea Hebreos 11:15, 16).

10. ¿Qué cosas pudo imaginar Sara gracias a la

promesa que Jehová le hizo a su esposo?

[ 10 ] [Textos] Ahora pensemos en la esposa de

Abrahán, Sara. Aunque era una mujer de 90 años y no

tenía hijos, creyó la promesa de Dios de que tendría

uno. ¿Qué le dio esa confianza? Imaginar el futuro. De

hecho, pudo ver con los ojos de la fe a sus

descendientes disfrutando de las cosas buenas que

Jehová había prometido (Heb. 11:11, 12). Esto fue lo

que Dios le dijo a su esposo: “[Yo] la bendeciré y

también te daré de ella un hijo; y ciertamente la

bendeciré, y ella de veras llegará a ser naciones; reyes

de pueblos provendrán de ella” (Gén. 17:16). Fiel a su

palabra, Dios hizo que Sara diera a luz a Isaac. Ese

milagro la convenció de que el resto de las promesas

que Jehová le había hecho a su esposo se harían

realidad. Nosotros también podemos fortalecer

nuestra fe imaginando las cosas que Jehová nos ha

prometido.

TENÍA LA VISTA FIJA EN EL PREMIO

11, 12. ¿Qué hizo crecer el amor de Moisés por

Jehová?

[ 11 ] [Textos] Otro hombre que tenía fe en Dios y

que llegó a amarlo profundamente fue Moisés. Como

Moisés creció en la familia del rey de Egipto, hubiera

sido muy fácil que lo sedujeran el poder y las

riquezas. Sin embargo, sus padres biológicos de

seguro le hablaron de Jehová y su promesa de liberar

a los hebreos de la esclavitud a Egipto y entregarles la

Tierra Prometida (Gén. 13:14, 15; Éx. 2:5-10). Cuanto

más pensaba en esa promesa, más crecía su amor por

Jehová y menos lo atraía la idea de ser alguien en

Egipto.

[ 12 ] [Textos] La Biblia dice: “Por fe Moisés, ya

crecido, rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón,

escogiendo ser maltratado con el pueblo de Dios más

bien que disfrutar temporalmente del pecado, porque

estimaba el vituperio del Cristo como riqueza más

grande que los tesoros de Egipto; porque miraba

atentamente hacia el pago del galardón” (Heb. 11:24-

26).

13. ¿De qué le sirvió a Moisés meditar en las

promesas de Dios?

[ 13 ] [Textos] Es muy probable que Moisés pasara

tiempo meditando en la promesa de Jehová. Al igual

que otros siervos de Dios, podía imaginar la época en

la que Jehová libraría a la humanidad de la muerte

(Job 14:14, 15; Heb. 11:17-19). Es lógico que se

encariñara con un Dios que sentía tanta compasión

por los hebreos y por la humanidad entera. La fe y el

amor fueron el motor que lo impulsó a lo largo de

toda su vida (Deut. 6:4, 5). Incluso cuando el rey de

Egipto lo amenazó de muerte, su fe y su amor le

dieron el valor que necesitaba en esos momentos. Él

sabía que le esperaba un futuro mejor; seguramente

ya lo había visualizado en su mente (Éx. 10:28, 29).

DEDIQUEMOS TIEMPO A IMAGINAR LO QUE HARÁ

EL REINO

14. ¿Qué fantasías imagina mucha gente?

[ 14 ] [Textos] Muchas personas se imaginan cosas

que nunca ocurrirán. Por ejemplo, aunque la Biblia

enseña que esta vida solo puede ofrecernos “penoso

afán y cosas perjudiciales”, sueñan con hacerse

millonarios y tener seguridad absoluta (Sal. 90:10).

Aunque la Biblia muestra que solo el Reino de Dios

puede solucionar los problemas del hombre, se

imaginan que algún día aparecerá un gobierno

humano que resolverá todos sus problemas (Dan.

2:44). Y aunque la Biblia asegura que Dios va a

destruir este mundo, se engañan pensando que no le

sucederá nada malo (Sof. 1:18; 1 Juan 2:15-17).

Quienes prefieren ignorar el propósito de Jehová para

el futuro están viviendo en un mundo de fantasía.

15. a) ¿Por qué es bueno imaginar el futuro que

Dios nos ha prometido? b) ¿Qué cosas se imagina

usted cuando piensa en el nuevo mundo?

[ 15 ] [Textos] Los cristianos, en cambio, hacemos

bien en imaginar las cosas que Dios ha prometido

darnos, sea que vayamos a vivir en el cielo o en la

Tierra. ¿Acostumbra usted a hacerlo? Seguro que eso

lo ayudará a ser más feliz. Imagínese en el nuevo

mundo, por ejemplo. Piense que está trabajando con

sus amigos para convertir la Tierra en un hermoso

paraíso. Todos sus vecinos aman a Jehová tanto como

usted. Tiene una salud de hierro, la fuerza de un roble

y un futuro maravilloso por delante. Los encargados

de dirigir las labores de restauración le hacen la vida

muy agradable, pues lo quieren de verdad. Y usted se

siente contento, muy contento, pues está usando sus

talentos y habilidades al máximo para el beneficio del

prójimo y la gloria de Dios. Es posible incluso que les

esté enseñando a unos recién resucitados quién es

Jehová (Juan 17:3; Hech. 24:15). No, no es ilusión.

Esto que acaba de imaginar se hará realidad; la Biblia

nos lo asegura (Is. 11:9; 25:8; 33:24; 35:5-7; 65:22).

¿Se puede ver en el nuevo mundo? (Vea el párrafo

15)

HABLEMOS ENTRE NOSOTROS DEL FUTURO QUE

NOS ESPERA

16, 17. ¿Cómo nos beneficia hablar entre nosotros

de la esperanza que tenemos?

[ 16 ] [Textos] Cuando conversamos con los

hermanos de lo que nos gustaría hacer en el nuevo

mundo, nuestra esperanza se hace más real. Es cierto

que no conocemos todos los detalles, pero es bueno

hablar de cómo imaginamos nuestra vida; esa es una

manera de expresar nuestra fe en las promesas de

Dios y de animarnos unos a otros. Cuando el apóstol

Pablo visitó a los hermanos de Roma, hubo un

“intercambio de estímulo” entre ellos, y todos sin

duda lo agradecieron (Rom. 1:11, 12). Nosotros

necesitamos lo mismo en estos tiempos tan difíciles.

[ 17 ] [Textos] Imaginar el futuro nos ayuda a pensar

menos en los problemas de hoy. En cierta ocasión, el

apóstol Pedro le dijo a Jesús: “¡Mira! Nosotros hemos

dejado todas las cosas y te hemos seguido; ¿qué

habrá para nosotros, realmente?”. Al parecer, su

comentario reflejaba la preocupación que él y otros

discípulos sentían. ¿Qué hizo Jesús para

tranquilizarlos? Los ayudó a imaginar el futuro que

les esperaba. Les dijo: “En la re-creación, cuando el

Hijo del hombre se siente sobre su trono glorioso,

ustedes los que me han seguido también se sentarán

sobre doce tronos y juzgarán a las doce tribus de

Israel. Y todo el que haya dejado casas, o hermanos, o

hermanas, o padre, o madre, o hijos, o tierras, por

causa de mi nombre, recibirá muchas veces más, y

heredará la vida eterna” (Mat. 19:27-29). De esta

manera, Pedro y los demás discípulos podrían verse

formando parte del gobierno mundial que derramará

incontables bendiciones sobre toda la humanidad.

¡Qué animador!

18. ¿Por qué es bueno que nos imaginemos el

momento en el que recibiremos todo lo que

Jehová ha prometido?

[ 18 ] [Textos] Los siervos de Jehová siempre han

pensado en el cumplimiento de las promesas de Dios.

Abel sabía lo suficiente como para tener fe y

esperanza e imaginar un futuro mejor. Abrahán

realizó extraordinarios actos de fe. ¿Por qué? Porque

alcanzó a “ver” el tiempo en el que se cumpliría la

profecía de Dios que habla sobre la descendencia

(Gén. 3:15). Moisés mantuvo la vista fija en el premio,

lo cual hizo crecer su fe y su amor por Jehová (Heb.

11:26). Nuestra fe y nuestro amor a Dios también

crecerán si imaginamos el maravilloso momento en el

que recibiremos todo lo que él nos ha prometido. En

el siguiente artículo descubriremos otra manera de

utilizar nuestra imaginación.

Textos del Libro

Párrafo 10

(Salmo 139:14) Te elogiaré porque de manera que inspira temor estoy maravillosamente hecho. Tus obras son maravillosas, como muy bien percibe mi alma.

(Proverbios 20:12) El oído que oye y el ojo que ve... Jehová mismo ha hecho aun a ambos.

Párrafo 11

(Salmo 31:19) ¡Cuán abundante es tu bondad, que has

guardado cual tesoro para los que te temen!, [que] has

proporcionado a los que se refugian en ti, enfrente de

los hijos de los hombres.

Párrafo 12

(Mateo 4:4) Pero en respuesta él dijo: ―Está escrito: ‗No

de pan solamente debe vivir el hombre, sino de toda

expresión que sale de la boca de Jehová‘‖.

Párrafo 13

(Ezequiel 47:1-12) Y gradualmente me trajo de vuelta a

la entrada de la Casa, y, ¡mire!, salía agua de debajo del

umbral de la Casa hacia el este, porque el frente de la

Casa daba al este. Y el agua descendía desde debajo,

desde el lado derecho de la Casa, al sur del altar. 2 Y

gradualmente me sacó por vía de la puerta del norte y

me llevó alrededor por el camino de afuera a la puerta

exterior que mira hacia el este, y, ¡mire!, agua que salía

en chorrillos del lado derecho. 3 Cuando el hombre salió

hacia el este con un cordel de medir en la mano,

también procedió a medir mil en codos y a hacerme

atravesar el agua, agua [que llegaba] hasta los tobillos. 4 Y continuó midiendo mil y entonces me hizo atravesar

el agua, agua [que llegaba] hasta las rodillas. Y continuó

midiendo mil y ahora me hizo atravesar... agua [que

llegaba] hasta las caderas. 5 Y continuó midiendo mil.

Era un torrente que yo no podía atravesar, porque el

agua había subido, agua [que permitía] nadar, un

torrente que no podía ser atravesado. 6 Ante eso me

dijo: ―¿Has visto [esto], oh hijo del hombre?‖. Entonces

me hizo andar y me hizo regresar [a] la margen del

torrente. 7 Cuando regresé, pues, ¡mire!, en la margen

del torrente había muchísimos árboles, en este lado y en

aquel lado. 8 Y pasó a decirme: ―Esta agua sale a la

región oriental y tiene que bajar a través del Arabá. Y

tiene que llegar al mar. Y debido a que es llevada hasta

el mar mismo, [su] agua también es realmente sanada. 9 Y tiene que ocurrir que toda alma viviente que

enjambra, en todo lugar al cual el torrente de doble

tamaño llegue, conseguirá vida. Y tiene que ocurrir que

habrá muchísimos peces, porque allí es adonde esta

agua ciertamente irá, y el [agua de mar] será sanada, y

todo estará vivo donde llegue el torrente. 10

‖Y tiene que

ocurrir que realmente habrá pescadores de pie a lo largo

de él desde En-guedí aun hasta En-eglaim. Llegará a

haber un secadero para redes barrederas. En sus

géneros sus peces resultarán ser, como los peces del

mar Grande, muchísimos. 11

‖Hay sus lugares

pantanosos y sus lugares cenagosos, y no serán

sanados. A sal ciertamente se los dará. 12

‖Y junto al

torrente subirán, a lo largo de su margen en este lado y

en aquel lado, toda suerte de árboles para alimento. Su

follaje no se marchitará, ni se consumirá su fruto. En sus

meses llevarán nuevo fruto, porque el agua para ellos...

esta sale del santuario mismo. Y su fruto tiene que servir

de alimento, y su follaje para curación‖.

Párrafo 14

(Isaías 65:13) Por lo tanto, esto es lo que ha dicho el

Señor Soberano Jehová: ―¡Miren! Mis propios siervos

comerán, pero ustedes mismos padecerán hambre.

¡Miren! Mis propios siervos beberán, pero ustedes

mismos padecerán sed. ¡Miren! Mis propios siervos se

regocijarán, pero ustedes mismos sufrirán vergüenza.

Párrafo 15

Párrafo 16

(Éxodo 33:19) Pero él dijo: ―Yo mismo haré que toda mi bondad pase delante de tu rostro, y ciertamente declararé el nombre de Jehová delante de ti; y ciertamente favoreceré al que favorezca, y ciertamente mostraré misericordia al que le muestre misericordia‖.

(Éxodo 34:6) Y Jehová fue pasando delante del rostro de él y declarando: ―Jehová, Jehová, un Dios misericordioso y benévolo, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa y verdad,

Párrafo 17

(Génesis 13:14) Y Jehová dijo a Abrán después que Lot se hubo separado de él: ―Alza los ojos, por favor, y mira desde el lugar donde estás, hacia el norte y hacia el sur y hacia el este y hacia el oeste,

(Génesis 31:12) Y continuó él: ‗Alza los ojos, por favor, y ve que todos los machos cabríos que se lanzan sobre el rebaño son rayados, moteados y manchados, porque yo he visto todo lo que Labán te está haciendo.

(Ezequiel 8:5) Y él procedió a decirme: ―Hijo del hombre, sírvete levantar los ojos en dirección al norte‖. Por lo tanto, levanté los ojos en dirección al norte, y,

¡mire!, al norte de la puerta del altar estaba aquel símbolo de celos en el paso de entrada.

Párrafo 18

(Números 23:19) Dios no es hombre para que diga mentiras, ni hijo de la humanidad para que sienta pesar. ¿Lo ha dicho él mismo, y acaso no lo hará, y ha hablado, y no lo llevará a cabo?

(Tito 1:2) sobre la base de una esperanza de la vida eterna que Dios, que no puede mentir, prometió antes de tiempos de larga duración,

(Salmo 31:5) En tu mano encomiendo mi espíritu. Me has redimido, oh Jehová el Dios de la verdad.

(3 Juan 3) Pues me regocijé muchísimo cuando vinieron los hermanos y dieron testimonio de la verdad que abrigas, así como sigues andando en la verdad.

Textos Atalaya

Párrafo 1

(2 Corintios 4:18) 18 mientras tenemos los ojos fijos, no

en las cosas que se ven, sino en las que no se ven.

Porque las cosas que se ven son temporales, pero las

que no se ven son eternas.

Párrafo 2

(1 Samuel 1:22) 22 En cuanto a Ana, ella no subió,

porque había dicho a su esposo: “Tan pronto como el

muchacho sea destetado, tengo que llevarlo, y tiene

que presentarse delante de Jehová y morar allí hasta

tiempo indefinido”.

(2 Pedro 1:19-21) 19 Por consiguiente, tenemos la

palabra profética [hecha] más segura; y ustedes hacen

bien en prestarle atención como a una lámpara que

resplandece en un lugar oscuro, hasta que amanezca el

día y el lucero se levante, en sus corazones. 20 Porque

ustedes saben esto primero, que ninguna profecía de la

Escritura proviene de interpretación privada alguna. 21

Porque la profecía no fue traída en ningún tiempo por la

voluntad del hombre, sino que hombres hablaron de

parte de Dios al ser llevados por espíritu santo.

Párrafo 3

Párrafo 4

(Génesis 3:14-15) 14 Y Jehová Dios procedió a decir a la

serpiente: “Porque has hecho esta cosa, tú eres la

maldita de entre todos los animales domésticos y de

entre todas las bestias salvajes del campo. Sobre tu

vientre irás, y polvo es lo que comerás todos los días de

tu vida. 15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y

entre tu descendencia y la descendencia de ella. Él te

magullará en la cabeza y tú le magullarás en el talón”.

(Génesis 4:3-5) 3 Y al cabo de algún tiempo aconteció

que Caín procedió a traer algunos frutos del suelo como

ofrenda a Jehová. 4 Pero en cuanto a Abel, él también

trajo algunos primogénitos de su rebaño, aun sus trozos

grasos. Ahora bien, aunque Jehová miraba con favor a

Abel y su ofrenda, 5 no miraba con ningún favor a Caín

ni su ofrenda. Y Caín se enardeció de gran cólera, y

empezó a decaérsele el semblante.

(Hebreos 11:4) 4 Por fe Abel ofreció a Dios un sacrificio

de mayor valor que el de Caín, por la cual [fe] se le dio

testimonio de que era justo, pues Dios dio testimonio

respecto a sus dádivas; y por ella, aunque murió,

todavía habla.

Párrafo 5

(Judas 14-15) 14 Sí, también profetizó respecto de ellos

Enoc, el séptimo [en línea] desde Adán, cuando dijo:

“¡Miren! Jehová vino con sus santas miríadas, 15 para

ejecutar juicio contra todos, y para probar la

culpabilidad de todos los impíos respecto a todos sus

hechos impíos que hicieron impíamente, y respecto de

todas las cosas ofensivas que pecadores impíos

hablaron contra él”.

(Hebreos 11:5-6) 5 Por fe Enoc fue transferido para que

no viera la muerte, y no fue hallado en ningún lugar,

porque Dios lo había transferido; porque antes de su

transferencia tuvo el testimonio de haber sido del buen

agrado de Dios. 6 Además, sin fe es imposible ser[le] de

buen agrado, porque el que se acerca a Dios tiene que

creer que él existe y que llega a ser remunerador de los

que le buscan solícitamente.

Párrafo 6

(Hebreos 11:7) 7 Por fe Noé, habiéndosele dado

advertencia divina de cosas todavía no contempladas,

mostró temor piadoso y construyó un arca para la

salvación de su casa; y por esta [fe] condenó al mundo,

y llegó a ser heredero de la justicia que es según fe.

(Génesis 8:20) 20 Y Noé empezó a edificar un altar a

Jehová y a tomar algunas de todas las bestias limpias y

de todas las criaturas voladoras limpias y a ofrecer

ofrendas quemadas sobre el altar.

(Génesis 10:8-12) 8 Y Cus llegó a ser padre de Nemrod.

Él dio comienzo a lo de hacerse un poderoso en la

tierra. 9 Se exhibió [como un] poderoso cazador en

oposición a Jehová. Por eso hay un dicho: “Como

Nemrod, poderoso cazador en oposición a Jehová”. 10

Y el principio de su reino llegó a ser Babel y Erec y Akkad

y Calné, en la tierra de Sinar. 11 De aquella tierra salió

para Asiria y se puso a edificar a Nínive y a Rehobot-Ir y

a Cálah 12 y a Resen entre Nínive y Cálah: esta es la

gran ciudad.

(Romanos 6:23) 23 Porque el salario que el pecado

paga es muerte, pero el don que Dios da es vida eterna

por Cristo Jesús nuestro Señor.

Párrafo 7

(Génesis 22:18) 18 Y mediante tu descendencia

ciertamente se bendecirán todas las naciones de la

tierra debido a que has escuchado mi voz’”.

(Génesis 26:4) 4 ‘Y ciertamente multiplicaré tu

descendencia como las estrellas de los cielos y

verdaderamente daré a tu descendencia todas estas

tierras; y por medio de tu descendencia ciertamente se

bendecirán todas las naciones de la tierra’,

(Génesis 28:14) 14 Y tu descendencia ciertamente

llegará a ser como las partículas de polvo de la tierra, y

ciertamente te extenderás hacia el oeste y hacia el este

y hacia el norte y hacia el sur, y por medio de ti y por

medio de tu descendencia todas las familias del suelo

ciertamente se bendecirán.

(Génesis 15:5-7) 5 Entonces lo sacó afuera y dijo: “Mira

hacia arriba, por favor, a los cielos, y cuenta las

estrellas, si es que se te hace posible contarlas”. Y pasó

a decirle: “Así llegará a ser tu descendencia”. 6 Y él

puso fe en Jehová; y él procedió a contárselo por

justicia. 7 Entonces le añadió: “Yo soy Jehová, que te

hizo salir de Ur de los caldeos para darte esta tierra para

que la tomes en posesión”.

(Hebreos 11:8-13) 8 Por fe Abrahán, cuando fue

llamado, obedeció, y salió a un lugar que estaba

destinado a recibir como herencia; y salió, aunque no

sabía adónde iba. 9 Por fe residió como forastero en la

tierra de la promesa como en tierra extranjera, y moró

en tiendas con Isaac y Jacob, herederos con él de la

mismísima promesa. 10 Porque esperaba la ciudad que

tiene fundamentos verdaderos, cuyo edificador y

hacedor es Dios. 11 Por fe también Sara misma recibió

poder para concebir descendencia, aun cuando había

pasado más allá del límite de la edad, puesto que

estimó fiel al que había prometido. 12 Por lo tanto,

también, de un solo [hombre], y este como si estuviera

muerto, nacieron [hijos] como las estrellas del cielo en

multitud y como las arenas que están a la orilla del mar,

innumerables. 13 En fe murieron todos estos, aunque

no consiguieron [el cumplimiento de] las promesas,

pero las vieron desde lejos y las acogieron, y declararon

públicamente que eran extraños y residentes

temporales en la tierra.

Párrafo 8

Párrafo 9

(Josué 24:2) 2 Y Josué pasó a decir a todo el pueblo:

“Esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel: ‘Fue al

otro lado del Río donde hace mucho moraron sus

antepasados, Taré padre de Abrahán y padre de Nacor,

y ellos solían servir a otros dioses.

(Hebreos 11:10) 10 Porque esperaba la ciudad que

tiene fundamentos verdaderos, cuyo edificador y

hacedor es Dios.

(Hebreos 11:15-16) 15 Y sin embargo, si

verdaderamente hubieran seguido acordándose de

aquel [lugar] de donde habían salido, habrían tenido la

oportunidad de volver. 16 Pero ahora procuran

alcanzar un [lugar] mejor, es decir, uno que pertenece al

cielo. Por lo tanto, Dios no se avergüenza de ellos, de

ser invocado como su Dios, porque les tiene lista una

ciudad.

Párrafo 10

(Hebreos 11:11-12) 11 Por fe también Sara misma

recibió poder para concebir descendencia, aun cuando

había pasado más allá del límite de la edad, puesto que

estimó fiel al que había prometido. 12 Por lo tanto,

también, de un solo [hombre], y este como si estuviera

muerto, nacieron [hijos] como las estrellas del cielo en

multitud y como las arenas que están a la orilla del mar,

innumerables.

(Génesis 17:16) 16 Y ciertamente la bendeciré y

también te daré de ella un hijo; y ciertamente la

bendeciré, y ella de veras llegará a ser naciones; reyes

de pueblos provendrán de ella”.

Párrafo 11

(Génesis 13:14-15) 14 Y Jehová dijo a Abrán después

que Lot se hubo separado de él: “Alza los ojos, por

favor, y mira desde el lugar donde estás, hacia el norte y

hacia el sur y hacia el este y hacia el oeste, 15 porque

toda la tierra que estás mirando, a ti y a tu

descendencia la voy a dar hasta tiempo indefinido.

(Éxodo 2:5-10) 5 Después de un rato la hija de Faraón

bajó para bañarse en el río Nilo, y sus criadas de

compañía iban andando por el lado del río Nilo. Y ella

alcanzó a ver el arca en medio de las cañas. En seguida

envió a su esclava para que la consiguiera. 6 Cuando la

abrió, pudo ver al niño, y resultó que el muchachito

estaba llorando. Ante esto, ella tuvo compasión de él,

aunque dijo: “Este es uno de los niños de los hebreos”.

7 Entonces la hermana de él dijo a la hija de Faraón:

“¿Quieres que vaya y que especialmente te llame una

nodriza de entre las hebreas para que te críe al niño?”.

8 De modo que la hija de Faraón le dijo: “¡Ve!”. Al

instante, la doncella se fue y llamó a la madre del niño.

9 Entonces la hija de Faraón dijo a esta: “Llévate a este

niño y críamelo, y yo misma te daré tu salario”. Por

consiguiente, la mujer se llevó al niño y lo crió. 10 Y

creció el niño. Entonces ella lo trajo a la hija de Faraón,

de modo que él vino a ser para esta un hijo; y esta

procedió a ponerle por nombre Moisés, y a decir: “Es

porque lo he sacado del agua”.

Párrafo 12

(Hebreos 11:24-26) 24 Por fe Moisés, ya crecido,

rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón, 25

escogiendo ser maltratado con el pueblo de Dios más

bien que disfrutar temporalmente del pecado, 26

porque estimaba el vituperio del Cristo como riqueza

más grande que los tesoros de Egipto; porque miraba

atentamente hacia el pago del galardón.

Párrafo 13

(Job 14:14-15) 14 Si un hombre físicamente capacitado

muere, ¿puede volver a vivir? Todos los días de mi

trabajo obligatorio esperaré, hasta que llegue mi relevo.

15 Tú llamarás, y yo mismo te responderé. Por la obra

de tus manos sentirás anhelo.

(Hebreos 11:17-19) 17 Por fe Abrahán, cuando fue

probado, ofreció, por decirlo así, a Isaac, y el que

gustosamente había recibido las promesas trató de

ofrecer a [su hijo] unigénito, 18 aunque se le había

dicho: “Lo que será llamado ‘descendencia tuya’ será

mediante Isaac”. 19 Pero estimó que Dios podía

levantarlo hasta de entre los muertos; y de allí lo recibió

también a manera de ilustración.

(Deuteronomio 6:4-5) 4 ”Escucha, oh Israel: Jehová

nuestro Dios es un solo Jehová. 5 Y tienes que amar a

Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y

con toda tu fuerza vital.

(Éxodo 10:28-29) 28 De modo que Faraón le dijo:

“¡Vete de mí! ¡Cuídate! No trates de volver a ver mi

rostro, porque en el día que veas mi rostro morirás”. 29

A lo cual dijo Moisés: “De esa manera has hablado. Ya

no trataré de ver tu rostro”.

Párrafo 14

(Salmos 90:10) 10 En sí mismos los días de nuestros

años son setenta años; y si debido a poderío especial

son ochenta años, sin embargo su insistencia está en

penoso afán y cosas perjudiciales; porque tiene que

pasar rápidamente, y volamos.

(Daniel 2:44) 44 ”Y en los días de aquellos reyes el Dios

del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a

ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro

pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos, y él

mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos;

(Sofonías 1:18) 18 Ni su plata ni su oro podrá librarlos

en el día del furor de Jehová; sino que por el fuego de

su celo toda la tierra será devorada, porque él hará un

exterminio, realmente uno terrible, de todos los

habitantes de la tierra.”

(1 Juan 2:15-17) 15 No estén amando ni al mundo ni las

cosas [que están] en el mundo. Si alguno ama al mundo,

el amor del Padre no está en él; 16 porque todo [lo que

hay] en el mundo —el deseo de la carne y el deseo de

los ojos y la exhibición ostentosa del medio de vida de

uno— no se origina del Padre, sino que se origina del

mundo. 17 Además, el mundo va pasando, y también

su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios

permanece para siempre.

Párrafo 15

(Juan 17:3) 3 Esto significa vida eterna, el que estén

adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios

verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo.

(Hechos 24:15) 15 y tengo esperanza en cuanto a Dios,

esperanza que estos mismos también abrigan, de que

va a haber resurrección así de justos como de injustos.

(Isaías 11:9) 9 No harán ningún daño ni causarán

ninguna ruina en toda mi santa montaña; porque la

tierra ciertamente estará llena del conocimiento de

Jehová como las aguas cubren el mismísimo mar.

(Isaías 25:8) 8 Él realmente se tragará a la muerte para

siempre, y el Señor Soberano Jehová ciertamente

limpiará las lágrimas de todo rostro. Y el oprobio de su

pueblo quitará de toda la tierra, porque Jehová mismo

[lo] ha hablado.

(Isaías 33:24) 24 Y ningún residente dirá: “Estoy

enfermo”. La gente que more en *la tierra+ constará de

los que habrán sido perdonados por su error.

(Isaías 35:5-7) 5 En aquel tiempo los ojos de los ciegos

serán abiertos, y los oídos mismos de los sordos serán

destapados. 6 En aquel tiempo el cojo trepará

justamente como lo hace el ciervo, y la lengua del mudo

clamará con alegría. Pues en el desierto habrán brotado

aguas, y torrentes en la llanura desértica. 7 Y el suelo

abrasado por el calor se habrá puesto como un

estanque lleno de cañas; y el suelo sediento, como

manantiales de agua. En el lugar de habitación de los

chacales, un lugar de descanso para [ellos], habrá hierba

verde con cañas y papiros.

(Isaías 65:22) 22 No edificarán y otro [lo] ocupará; no

plantarán y otro [lo] comerá. Porque como los días de

un árbol serán los días de mi pueblo; y la obra de sus

propias manos mis escogidos usarán a grado cabal.

Párrafo 16

(Romanos 1:11-12) 11 Porque anhelo verlos, para

impartirles algún don espiritual a fin de que se les haga

firmes; 12 o, más bien, para que haya un intercambio

de estímulo entre ustedes, por cada uno mediante la fe

del otro, tanto la de ustedes como la mía.

Párrafo 17

(Mateo 19:27-29) 27 Entonces Pedro le dijo en

respuesta: “¡Mira! Nosotros hemos dejado todas las

cosas y te hemos seguido; ¿qué habrá para nosotros,

realmente?”. 28 Jesús les dijo: “En verdad les digo: En

la re-creación, cuando el Hijo del hombre se siente

sobre su trono glorioso, ustedes los que me han seguido

también se sentarán sobre doce tronos y juzgarán a las

doce tribus de Israel. 29 Y todo el que haya dejado

casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o

hijos, o tierras, por causa de mi nombre, recibirá

muchas veces más, y heredará la vida eterna.

Párrafo 18

(Génesis 3:15) 15 Y pondré enemistad entre ti y la

mujer, y entre tu descendencia y la descendencia de

ella. Él te magullará en la cabeza y tú le magullarás en el

talón”.

(Hebreos 11:26) 26 porque estimaba el vituperio del

Cristo como riqueza más grande que los tesoros de

Egipto; porque miraba atentamente hacia el pago del

galardón.

Cántico 75

Los motivos de nuestro gozo

(Mateo 5:12)

1. El pueblo de Dios está alegre,

su gozo es mayor cada vez:

“las cosas deseables” del mundo

acuden a Dios con gran fe.

La base de tanta alegría

está en la divina verdad,

sustento precioso del alma

y guía segura al andar.

El gozo que Dios nos ofrece

es llama de luz celestial,

por duras que sean las pruebas,

jamás la podrán apagar.

(ESTRIBILLO)

Mi gozo es un don de Jehová,

la fuente infinita de paz.

No lo perderé, eterno será

si obro con fidelidad.

2. Con fascinación observamos

el libro de la creación:

los cielos, la tierra y los mares

que Dios con su mano formó.

El Reino triunfante anunciamos

con júbilo a la humanidad,

las nuevas de su nacimiento

llevamos a todo lugar.

Tal como la luz de la aurora

disipa la oscuridad,

Jesús, el Lucero del Alba,

hará la justicia brillar.

(ESTRIBILLO)

Mi gozo es un don de Jehová,

la fuente infinita de paz.

No lo perderé, eterno será

si obro con fidelidad.

(Véanse también Deu. 16:15; Isa. 12:6; Juan 15:11.)

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Cántico 17

¡Avancen, Testigos!

(Lucas 16:16)

1. ¡Firmes avancen, testigos de Jehová!

Defiendan con celo las nuevas de la paz.

El Diablo querrá silenciarlos,

no permitan que logre doblegarlos.

(ESTRIBILLO)

¡Avancen sin desmayar, siervos de Jehová!

Anuncien que pronto un paraíso habrá.

En él gozaremos de gran felicidad,

pues el mal y el dolor no serán más.

2. El aguerrido soldado del Señor

afronta las pruebas con gozo y con valor.

No deja que lo manche el mundo

y jamás se desvía de su rumbo.

(ESTRIBILLO)

¡Avancen sin desmayar, siervos de Jehová!

Anuncien que pronto un paraíso habrá.

En él gozaremos de gran felicidad,

pues el mal y el dolor no serán más.

3. Con arrogancia, los hombres de maldad

desprecian a Dios, su gobierno y su verdad.

Nosotros su nombre portamos

y su Reino orgullosos proclamamos.

(ESTRIBILLO)

¡Avancen sin desmayar, siervos de Jehová!

Anuncien que pronto un paraíso habrá.

En él gozaremos de gran felicidad,

pues el mal y el dolor no serán más.

(Véanse también Fili. 1:7; 2 Tim. 2:3, 4; Sant. 1:27.)

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Cántico 16

¡Huyan al Reino de Dios!

(Sofonías 2:3)

1. Oh mansos, busquen al Dios verdadero,

busquen justicia y sincera humildad;

tal vez así quedarán al abrigo

de la destrucción que vendrá.

(ESTRIBILLO)

Huyan al Reino, refúgiense en él,

denle su fiel adhesión.

Recibirán protección y cuidado,

no verán más aflicción.

2. Si tienen sed de verdad y justicia,

no hay por qué continuar en dolor;

sigan la senda que Dios ha trazado,

sométanse a Cristo, el Señor.

(ESTRIBILLO)

Huyan al Reino, refúgiense en él,

denle su fiel adhesión.

Recibirán protección y cuidado,

no verán más aflicción.

3. Alcen al fin la cabeza gozosos,

todo demuestra que el Reino nació;

busquen la luz procedente del cielo

y sirvan a Dios con fervor.

(ESTRIBILLO)

Huyan al Reino, refúgiense en él,

denle su fiel adhesión.

Recibirán protección y cuidado,

no verán más aflicción.

(Véanse también Sal. 59:16; Pro. 18:10; 1 Cor. 16:13.)

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Cántico 81

“Danos más fe”

(Lucas 17:5)

1. La falta de fe en Dios es un pecado

que nos enreda con facilidad.

El corazón es falso y traicionero;

por eso yo suplicaré a Jehová:

(ESTRIBILLO)

“Haz que mi fe aumente día a día,

ayúdame a hacer tu voluntad.

Sí, dame fe, Jehová, yo te lo ruego;

así podré andar en tu verdad.”

2. Sin fe jamás podremos agradarle;

de sus promesas nunca hay que dudar.

Confiando en Dios, su protección tendremos;

el porvenir no nos inquietará.

(ESTRIBILLO)

“Haz que mi fe aumente día a día,

ayúdame a hacer tu voluntad.

Sí, dame fe, Jehová, yo te lo ruego;

así podré andar en tu verdad.”

(Véanse también Gén. 8:21; Heb. 11:6; 12:1.) volver

Cántico 134

¿Te ves en el nuevo mundo?

(Revelación 21:1-5)

1. Me veo allí, te veo a ti.

Un mundo nuevo empieza a latir.

¡Qué gran placer vivir en paz

y disfrutar de la libertad!

No más dolor, no más crueldad,

tal como lo prometió Jehová.

No cabe en mi pecho la felicidad,

y como un torrente, mi voz te alabará:

(ESTRIBILLO)

“Por ti, oh Jehová, mediante Jesús,

un mundo nuevo ha visto la luz.

La gloria y el honor siempre tuyos serán.

Jamás dejaré de exaltar tu majestad”.

2. Me veo allí, te veo a ti.

Un mundo nuevo contemplo feliz.

Se fue el pesar, se fue el temor,

el mundo viejo por fin pasó.

No es ilusión, es muy real,

ya mora Dios con la humanidad.

Muy pronto, los muertos van a despertar

y junto a nosotros gozosos cantarán:

(ESTRIBILLO)

“Por ti, oh Jehová, mediante Jesús,

un mundo nuevo ha visto la luz.

La gloria y el honor siempre tuyos serán.

Jamás dejaré de exaltar tu majestad”.

(Véanse también Sal. 37:10, 11; Isa. 65:17; Juan 5:28; 2

Ped. 3:13.) volver

1 Reyes 9 a 11

9 Y aconteció que, tan pronto como Salomón hubo acabado de edificar la casa de Jehová y la casa del rey y toda cosa deseable de Salomón que él se deleitó en hacer,

2 entonces Jehová se apareció a Salomón por

segunda vez, lo mismo que se le había aparecido en Gabaón.

3 Y Jehová pasó a decirle: ―He oído tu oración

y tu petición de favor con que solicitaste favor delante de mí. He santificado esta casa que has edificado mediante

poner allí mi nombre hasta tiempo indefinido; y mis ojos y mi corazón ciertamente resultarán estar allí siempre. 4 Y tú, si andas delante de mí, tal como anduvo David tu

padre, con integridad de corazón y con rectitud, haciendo conforme a todo lo que te he mandado, y guardas mis disposiciones reglamentarias y mis decisiones judiciales,

5 entonces yo verdaderamente

estableceré el trono de tu reino sobre Israel hasta tiempo indefinido, tal como prometí a David tu padre, al decir: ‗Ni un solo hombre tuyo será cortado de [sentarse] sobre el trono de Israel‘.

6 Si ustedes mismos y sus hijos

definitivamente se vuelven de seguirme y no guardan mis mandamientos y mis estatutos que he puesto delante de ustedes, y realmente van y sirven a otros dioses y se inclinan ante ellos,

7 entonces yo

ciertamente cortaré a Israel de sobre la superficie del suelo que les he dado; y la casa que he santificado a mi nombre la arrojaré de delante de mí, e Israel verdaderamente llegará a ser un dicho proverbial y escarnio entre todos los pueblos.

8 Y esta casa misma

llegará a ser montones de ruinas. Todo el que vaya pasando junto a ella clavará la vista en ella con asombro, y ciertamente silbará y dirá: ‗¿Por qué razón hizo así Jehová a esta tierra y a esta casa?‘.

9 Y tendrán

que decir: ‗Por razón de que dejaron a Jehová su Dios que había sacado a sus antepasados de la tierra de Egipto, y procedieron a asirse de otros dioses y a inclinarse ante ellos y a servirles. Por eso Jehová trajo sobre ellos toda esta calamidad‘‖.

10 Y al cabo de veinte años, en los cuales Salomón

edificó las dos casas, la casa de Jehová y la casa del rey

11 (Hiram el rey de Tiro había él mismo ayudado a

Salomón con maderas de cedros y maderas de enebros y con oro, cuanto en ello se deleitó), aconteció que en aquel tiempo el rey Salomón procedió a dar a Hiram veinte ciudades en la tierra de Galilea.

12 Por lo tanto,

Hiram salió de Tiro para ver las ciudades que Salomón le había dado, y no fueron precisamente apropiadas a sus ojos.

13 Por lo tanto, dijo: ―¿Qué clase de ciudades

son estas que me has dado, hermano mío?‖. Y llegaron a ser llamadas la Tierra de Cabul hasta el día de hoy.

14 Mientras tanto, Hiram envió al rey ciento veinte

talentos de oro.

15 Ahora bien, esta es la relación de los que fueron

reclutados para trabajo forzado, una leva que el rey Salomón hizo para edificar la casa de Jehová y su propia casa y el Montículo y el muro de Jerusalén y Hazor y Meguidó y Guézer.

16 (Faraón el rey de Egipto

había subido él mismo y entonces tomado a Guézer y la había quemado con fuego, y a los cananeos que moraban en la ciudad los había matado. De modo que la dio como regalo de despedida a su hija, la esposa de Salomón.)

17 Y Salomón pasó a edificar a Guézer y a

Bet-horón Baja, 18

y a Baalat y a Tamar en el desierto, en el país,

19 y todas las ciudades de almacenamiento

que llegaron a ser de Salomón, y las ciudades de los carros y las ciudades para los hombres de a caballo, y las cosas deseables de Salomón que él había deseado edificar en Jerusalén y en el Líbano y en toda la tierra de su dominio.

20 En cuanto a toda la gente que quedó de

los amorreos, los hititas, los perizitas, los heveos y los

jebuseos, que no eran parte de los hijos de Israel, 21

los hijos de estos que habían quedado después de ellos en el país, a quienes los hijos de Israel no habían podido dar por entero a la destrucción, Salomón siguió haciendo leva de estos para trabajo forzado de esclavos hasta el día de hoy.

22 Y a ninguno de los hijos de Israel

constituyó Salomón en esclavo; pues ellos eran los guerreros, y los siervos de él, y sus príncipes, y sus adjutores y jefes de los que conducían sus carros y de sus hombres de a caballo.

23 Estos eran los jefes de los

comisarios que estaban sobre la obra de Salomón, quinientos cincuenta, los capataces sobre la gente que estaba activa en la obra.

24 Sin embargo, la hija de Faraón misma subió de la

Ciudad de David a su propia casa que él le había edificado. Fue entonces cuando él edificó el Montículo.

25 Y Salomón continuó ofreciendo tres veces al año

sacrificios quemados y sacrificios de comunión sobre el altar que había edificado a Jehová, y había un hacer humo de sacrificio sobre el [altar], que estaba delante de Jehová; y completó la casa.

26 Y había una flota de naves que el rey Salomón

hizo en Ezión-guéber, que está junto a Elot, sobre la orilla del mar Rojo en la tierra de Edom.

27 E Hiram

siguió enviando en la flota de naves a sus propios siervos, hombres de mar, que poseían conocimiento del mar, junto con los siervos de Salomón.

28 Y procedieron

a ir a Ofir y a tomar de allí cuatrocientos veinte talentos de oro, y a traerlo al rey Salomón.

10 Ahora bien, la reina de Seba oía el informe acerca de Salomón respecto al nombre de Jehová. Por lo tanto, vino a probarlo con preguntas de las que causan perplejidad.

2 Por fin llegó a Jerusalén con un séquito

muy impresionante, camellos que traían aceite balsámico y muchísimo oro y piedras preciosas; y procedió a entrar a donde Salomón y a hablarle todo lo que se hallaba junto a su corazón.

3 Salomón, a su vez,

fue declarándole todos los asuntos de ella. Resultó que no hubo asunto escondido al rey que él no le declarara.

4 Cuando la reina de Seba llegó a ver toda la

sabiduría de Salomón y la casa que había edificado, 5 y

el alimento de su mesa, y el sentarse de sus siervos, y la manera de servir la mesa sus mozos, y el atavío de ellos, y las bebidas de él, y sus sacrificios quemados que él con regularidad ofrecía en la casa de Jehová, entonces resultó que no hubo más espíritu en ella.

6 De

modo que dijo al rey: ―Verdad ha resultado ser la palabra que oí en mi propio país acerca de tus asuntos y acerca de tu sabiduría.

7 Y no puse fe en las palabras

hasta que yo hubiera venido para que mis propios ojos vieran; y, ¡mira!, no se me había referido ni la mitad. Has superado en sabiduría y prosperidad las cosas oídas a las que escuché.

8 ¡Felices son tus hombres!; ¡felices

son estos siervos tuyos que están de pie ante ti constantemente, escuchando tu sabiduría!

9 Llegue a

ser bendito Jehová tu Dios, que se ha deleitado en ti al ponerte sobre el trono de Israel; porque Jehová ama a Israel hasta tiempo indefinido, de modo que te ha nombrado rey para que ejecutes decisión judicial y justicia‖.

10 Entonces dio al rey ciento veinte talentos de oro y

grandísima cantidad de aceite balsámico y piedras preciosas. Nunca más vino semejante aceite balsámico, en cuanto a cantidad, como el que la reina de Seba dio al rey Salomón.

11 Y la flota de naves de Hiram, que traía oro de Ofir,

también trajo de Ofir maderas de árboles algum en muy grande cantidad, y piedras preciosas.

12 Y el rey

procedió a hacer de las maderas de los árboles algum apoyos para la casa de Jehová y para la casa del rey, y también arpas e instrumentos de cuerda para los cantores. Maderas de árboles algum así no han venido ni se han visto hasta el día de hoy.

13 Y el rey Salomón mismo dio a la reina de Seba

todo lo que la deleitó que ella pidió, además de lo que le dio a mano abierta, según la manera del rey Salomón. Después de eso, ella se volvió y se fue a su propio país, ella junto con sus siervos.

14 Y el peso del oro que vino al rey Salomón en un

año ascendió a seiscientos sesenta y seis talentos de oro,

15 aparte de los hombres viajantes y la ganancia de

los comerciantes y todos los reyes de los árabes y los gobernadores del país.

16 Y el rey Salomón pasó a hacer doscientos escudos

grandes de oro aleado (seiscientos [siclos] de oro procedió a poner sobre cada escudo grande),

17 y

trescientos broqueles de oro aleado (tres minas de oro procedió a poner sobre cada broquel). Entonces el rey los puso en la Casa del Bosque del Líbano.

18 Además, el rey hizo un gran trono de marfil, y lo

revistió de oro refinado. 19

Había seis escalones hasta el trono, y, detrás, el trono tenía un dosel redondo, y había brazos por este lado y por aquel lado junto al lugar de sentarse, y de pie al lado de los brazos estaban dos leones.

20 Y había doce leones de pie allí sobre los seis

escalones, por este lado y por aquel lado. Ningún otro reino tenía uno que estuviera hecho exactamente como este.

21 Y todos los vasos de beber del rey Salomón eran

de oro, y todos los vasos de la Casa del Bosque del Líbano eran de oro puro. No había nada de plata; en los días de Salomón esta se consideraba como nada absolutamente.

22 Porque el rey tenía en el mar una flota

de naves de Tarsis junto con la flota de naves de Hiram. Una vez cada tres años la flota de naves de Tarsis venía y traía oro y plata, marfil, y monos y pavos reales.

23 De modo que el rey Salomón era más grande en

cuanto a riquezas y sabiduría que todos los demás reyes de la tierra.

24 Y toda la gente de la tierra venía

buscando el rostro de Salomón para oír su sabiduría que Dios había puesto en su corazón.

25 Y traían cada

cual su regalo, objetos de plata y objetos de oro y prendas de vestir y armadura y aceite balsámico, caballos y mulos, como cosa de rutina cada año.

26 Y Salomón siguió reuniendo más carros y corceles;

y llegó a tener mil cuatrocientos carros y doce mil corceles, y los mantuvo estacionados en las ciudades de los carros y junto al rey en Jerusalén.

27 Y el rey llegó a hacer que la plata en Jerusalén

fuera como las piedras, e hizo que la madera de cedro fuera como los sicómoros que hay en la Sefelá, por su gran cantidad.

28 Y había la exportación de los caballos que

Salomón tenía de Egipto, y la compañía de los mercaderes del rey tomaban ellos mismos la manada de caballos a cierto precio.

29 Y un carro comúnmente subía

y se exportaba de Egipto por seiscientas piezas de plata, y un caballo por ciento cincuenta; y así era para todos los reyes de los hititas y los reyes de Siria. Era mediante ellos que hacían la exportación.

11 Y el rey Salomón mismo amó a muchas esposas extranjeras junto con la hija de Faraón, a moabitas, ammonitas, edomitas, sidonias [e] hititas,

2 de las

naciones de las que Jehová había dicho a los hijos de Israel: ―Ustedes no deben meterse entre ellas, y ellas mismas no deben meterse entre ustedes; verdaderamente inclinarán el corazón de ustedes a seguir a los dioses de ellas‖. A ellas se adhirió Salomón para amarlas.

3 Y llegó a tener setecientas esposas,

princesas, y trescientas concubinas; y poco a poco sus esposas le inclinaron el corazón.

4 Y al tiempo en que

envejeció Salomón aconteció que sus esposas mismas habían inclinado el corazón de él a seguir a otros dioses; y su corazón no resultó completo para con Jehová su Dios como el corazón de David su padre.

5 Y

Salomón empezó a ir tras Astoret, la diosa de los sidonios, y tras Milcom, la cosa repugnante de los ammonitas.

6 Y Salomón empezó a hacer lo que era

malo a los ojos de Jehová, y no siguió de lleno a Jehová como David su padre.

7 Fue entonces cuando Salomón procedió a edificar

un lugar alto a Kemós, la cosa repugnante de Moab, en la montaña que estaba enfrente de Jerusalén, y a Mólek, la cosa repugnante de los hijos de Ammón.

8 Y

así hizo para todas sus esposas extranjeras que hacían humo de sacrificio y ofrecían sacrificios a sus dioses.

9 Y Jehová llegó a estar enojado con Salomón,

porque su corazón se había inclinado a alejarse de Jehová el Dios de Israel, el que se le había aparecido dos veces.

10 Y respecto a esta cosa le mandó que no

se fuera tras otros dioses; pero él no había guardado lo que Jehová había mandado.

11 Jehová ahora dijo a

Salomón: ―Por motivo de que esto ha sucedido contigo, y no has guardado mi pacto y mis estatutos que te impuse como mandato, sin falta arrancaré el reino de sobre ti, y ciertamente lo daré a tu siervo.

12 Sin

embargo, no lo haré en tus días, por causa de David tu padre. De la mano de tu hijo lo arrancaré.

13 Solo que no

será todo el reino lo que arrancaré. Daré una tribu a tu hijo, por causa de David mi siervo, y por causa de Jerusalén que he escogido‖.

14 Y Jehová empezó a levantar un resistidor a

Salomón, a saber, a Hadad, el edomita, de la prole del rey. Este estaba en Edom.

15 Y cuando David derribó a

Edom, cuando Joab el jefe del ejército subió a enterrar a los que habían sido muertos, aconteció que él trató de derribar a todo varón de Edom.

16 (Porque seis meses

moró allí Joab, y todo Israel, hasta que él hubo cortado

[de la existencia] a todo varón de Edom.) 17

Y Hadad se fue huyendo, él y junto con él algunos edomitas de los siervos de su padre, para entrar en Egipto, mientras Hadad era un muchacho de poca edad.

18 De modo que

se levantaron de Madián y entraron en Parán, y tomaron consigo hombres de Parán y entraron en Egipto, a donde Faraón el rey de Egipto, quien entonces le dio una casa. También, pan le asignó, y tierra le dio.

19 Y

Hadad continuó hallando favor a los ojos de Faraón, a tal grado que este le dio una esposa, la hermana de su propia esposa, la hermana de Tahpenés la dama.

20 Con

el tiempo, la hermana de Tahpenés le dio a luz su hijo Guenubat, y Tahpenés llegó a destetarlo allí mismo en la casa de Faraón; y Guenubat continuó en la casa de Faraón, allí mismo entre los hijos de Faraón.

21 Y Hadad mismo oyó en Egipto que David había

yacido con sus antepasados y que Joab el jefe del ejército había muerto. Por lo tanto, Hadad dijo a Faraón: ―Envíame, para que me vaya a mi propia tierra‖.

22 Pero

Faraón le dijo: ―¿Qué te falta estando conmigo, para que estés procurando irte a tu propia tierra?‖. A lo que él dijo: ―Nada; pero debes enviarme sin falta‖.

23 Y Dios procedió a levantarle otro resistidor, a

saber, a Rezón hijo de Eliadá, que había huido de Hadadézer, el rey de Zobá, su señor.

24 Y este siguió

juntando hombres a su lado y llegó a ser jefe de una partida merodeadora, cuando David los mató. Por eso se fueron a Damasco y se pusieron a morar en ella y empezaron a reinar en Damasco.

25 Y él llegó a ser un

resistidor de Israel todos los días de Salomón, y eso junto con el perjuicio que Hadad ocasionó; y le tenía un aborrecimiento a Israel mientras continuaba reinando sobre Siria.

26 Y estuvo Jeroboán hijo de Nebat, efraimita de

Zeredá, un siervo de Salomón, y el nombre de su madre era Zeruá, una enviudada. Él también empezó a alzar la mano contra el rey.

27 Y esta es la razón por la cual alzó

la mano contra el rey: Salomón mismo había edificado el Montículo. Había cerrado la brecha de la Ciudad de David su padre.

28 Ahora bien, el hombre Jeroboán era

un hombre valiente y poderoso. Cuando Salomón llegó a ver que el joven era un trabajador muy asiduo, procedió a hacerlo superintendente sobre todo el servicio obligatorio de la casa de José.

29 Y en aquel

tiempo en particular aconteció que Jeroboán mismo salió de Jerusalén, y Ahíya el silonita, el profeta, llegó a hallarlo en el camino, y [Ahíya] estaba cubriéndose con una prenda de vestir nueva; y los dos se hallaban solos en el campo.

30 Ahíya ahora asió la prenda de vestir

nueva que traía sobre sí y la rasgó en doce pedazos. 31

Y pasó a decir a Jeroboán:

―Toma para ti diez pedazos; porque esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel: ‗Mira que voy a arrancar el reino de la mano de Salomón, y ciertamente te daré diez tribus.

32 Y una tribu es lo que continuará siendo

suya por causa de mi siervo David y por causa de Jerusalén, la ciudad que he escogido de todas las tribus de Israel.

33 La razón por ello es que me han dejado a

mí y han empezado a inclinarse ante Astoret, la diosa de los sidonios, ante Kemós, el dios de Moab, y ante

Milcom, el dios de los hijos de Ammón; y no han andado en mis caminos haciendo lo que es recto a mis ojos, y mis estatutos y mis decisiones judiciales, como David su padre.

34 Pero no tomaré de su mano todo el reino,

porque por principal lo estableceré todos los días de su vida, por causa de David mi siervo a quien escogí, porque él guardó mis mandamientos y mis estatutos. 35

Y ciertamente tomaré la gobernación real de la mano de su hijo y te la daré a ti, aun diez tribus.

36 Y a su hijo

daré una tribu, a fin de que David mi siervo continúe teniendo una lámpara siempre delante de mí en Jerusalén, la ciudad que yo me he escogido para poner allí mi nombre.

37 Y a ti te tomaré, y verdaderamente

reinarás sobre todo lo que tu alma desee con vehemencia, y ciertamente llegarás a ser rey sobre Israel.

38 Y tiene que suceder que, si obedeces todo lo

que yo te mande, y de veras andas en mis caminos y realmente haces lo que es recto a mis ojos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, así como lo hizo David mi siervo, entonces yo ciertamente resultaré estar contigo, y ciertamente te edificaré una casa duradera, tal como se la he edificado a David, y ciertamente te daré Israel.

39 Y humillaré a la prole de David a causa de

esto, solo que no para siempre‘‖.

40 Y Salomón empezó a buscar la manera de dar

muerte a Jeroboán. Por eso Jeroboán se levantó y se fue huyendo a Egipto, a Sisaq el rey de Egipto, y continuó en Egipto hasta la muerte de Salomón.

41 En cuanto al resto de los asuntos de Salomón, y

todo lo que hizo, y su sabiduría, ¿no están escritos en el libro de los asuntos de Salomón?

42 Y los días que

Salomón había reinado en Jerusalén sobre todo Israel fueron cuarenta años.

43 Entonces yació Salomón con

sus antepasados, y fue enterrado en la Ciudad de David su padre; y Rehoboam su hijo empezó a reinar en lugar de él.

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