semana de educaciÓn cristiana. hubo un tiempo en que los adventistas creían que la educación...
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SEMANA DE EDUCACIÓN CRISTIANA
Hubo un tiempo en que los adventistas creían que la educación cristiana era esencial para sus hijos. Pero hoy, a juzgar por las actitudes de algunas padres, la educación adventista se ha convertido sencillamente en una alternativa de la escuela pública
EDUCACIÓN CRISTIANA ¿UNA ALTERNATIVA?
Cuando a los padres les parece que sus escuelas públicas son inadecuadas, se inclinan por una alternativa. Cuando a un menor no le gusta un maestro de la escuela pública, sus padres consideran que la escuela adventista es una alternativa.
EDUCACIÓN CRISTIANA ¿UNA ALTERNATIVA?
¿Por qué hoy muchos padres adventistas prefieren las
escuelas públicas?
Para empezar, la educación pública es gratuita. Los niños van a la escuela y vuelven a casa sin costo alguno. Las escuelas públicas, con frecuencia, permiten a los padres desatender la educación de sus hijos, salvo que le echen un vistazo a las boletas de calificación de vez en cuando. Por otra parte, es probable que algunos padres hayan tenido una mala experiencia con la educación adventista.
Pero aceptar como válidas y suficientes estas razones para poner a un niño en la escuela pública, es ignorar el valor de la experiencia de una educación cristiana.
Su valor excede en mucho a los bolívares.
Si la educación cristiana fuera simplemente leer, escribir y aritmética,
además de una clase bíblica, entonces la educación adventista sería una
alternativa. Los padres podrían mandar a sus hijos a las escuelas públicas y
enseñarles en casa los principios de la Biblia. Y ellos recibirían así una
educación cristiana.
Sin embargo, la educación adventista es una actitud ante la
vida, hacia aquellos que nos rodean y hacia la iglesia.
Sin embargo, la educación adventista es una actitud ante la
vida, hacia aquellos que nos rodean y hacia la iglesia.
Enseñar una actitud tal no es fácil.
¿Por qué cree que las escuelas públicas luchan tanto para enseñar
valores como la lealtad, el patriotismo y la honestidad?
Porque sin la Biblia no es posible definir esos valores ni conocer su
estructura esencial.
¿Cómo se puede enseñar el significado del servicio
ignorando el cristianismo?
Si la filosofía del mundo es YO PRIMERO, ¿por qué habríamos de suponer que la filosofía
de una escuela sea diferente, toda vez que ella es sostenida por el
mundo?
¿Hay tiempo para el culto matutino? Si hay, excelente! Si no, pues lo tendrá en la
tarde, ¿verdad?
Algunos padres alegan que la enseñanza cristiana que dan a sus hijos en el hogar y la
que reciben durante los sábados es suficiente: sus hijos están siempre expuestos a Cristo y a
sus principios.
El niño pasa por lo menos cinco horas en la escuela y quizá usa otra para ir y venir, llega a su casa alrededor de la una de la tarde (primaria), tres de la tarde (bachillerato) y se acuesta a las ocho o nueve en promedio. De modo que el niño pasa seis horas en la escuela y entre cinco y seis despierto en su casa todos los días. ¿Quién cree que tendrá más tiempo para enseñarle su filosofía al niño? La escuela, por supuesto.
ESTADÍSTICA
Todos sabemos que hay cosas buenas y otras malas tanto en la escuela pública como en la
adventista.
El impacto esencial de la educación cristiana es la actitud que alienta en el
niño, no el sólo hecho de tomar una clase de Biblia, ni el estudio de la
doctrina, los rudimentos de la lectura y la escritura, el comportamiento social, la
semana de la creación o la Trinidad. Esta actitud contesta las preguntas más importantes que las personas se hacen
todos los días de su vida: ¿De dónde vengo? ¿Por qué estoy aquí? ¿Hacia
dónde voy?
El impacto esencial de la educación cristiana es la actitud que alienta en el
niño, no el sólo hecho de tomar una clase de Biblia, ni el estudio de la
doctrina, los rudimentos de la lectura y la escritura, el comportamiento social, la
semana de la creación o la Trinidad. Esta actitud contesta las preguntas más importantes que las personas se hacen
todos los días de su vida: ¿De dónde vengo? ¿Por qué estoy aquí? ¿Hacia
dónde voy?
Esta actitud no dice simplemente que Dios existe, sino que sabe que Dios existe. Que es amor. Que siempre ha estado allí. Que murió para salvarnos. Que a través de su poder no
tenemos por qué temer la soledad, las pruebas, la tentación, ni la guerra nuclear.
La educación adventista es un estilo de vida, no una alternativa. Está engranada en la vida del niño desde su primera infancia, afirmada los
sábados por la familia de la iglesia y fortalecida y reforzada cada día de la semana en la
escuela.
Todo niño adventista necesita una educación tal. Los niños en la iglesia son los niños de la iglesia. Debemos aceptar la filosofía de que los niños de la señora Pérez son nuestra responsabilidad, sea
que tengamos niños o no. Si aceptáramos esta filosofía, el costo de la educación cristiana no nos parecería tan
alto.
Todo niño adventista necesita una educación tal. Los niños en la iglesia son los niños de la iglesia. Debemos aceptar la filosofía de que los niños de la señora Pérez son nuestra responsabilidad, sea
que tengamos niños o no. Si aceptáramos esta filosofía, el costo de la educación cristiana no nos parecería tan
alto.
La iglesia fue organizada para servir.
Las escuelas adventistas fueron establecidas para
preparar a nuestros hijos para el servicio.
¿Es opcional el servicio para los Adventistas del
Séptimo Día?
La educación adventista no garantiza que salvará a nuestros hijos. Sólo es una salvaguardia y una orientación en su vida. Si es importante para nosotros, lo será
para nuestros hijos.
Tengo tres hijos. Las estadísticas dicen claramente que la mitad de todos los niños que asisten a las escuelas públicas abandonarán tarde o temprano la iglesia. ¿A cuál de ellos quiero perder? ¿A una de mis hijas o a mi hijo varón? Aquí me exige que decida. ¿Existe una alternativa?
¿Es Cristo esencial o algo prescindible?
El impacto esencial de la educación cristiana es la actitud que alienta en el
niño. Sin embargo la decisión está en mis manos
El impacto esencial de la educación cristiana es la actitud que alienta en el
niño. Sin embargo la decisión está en mis manos