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Seguridad humana en América del Sur: una primera aproximación cuantitativa Santiago Sosa Asistente de Investigación del Grupo de Investigación en Estudios Internacionales Semillero de Investigación en Relaciones Internacionales Universidad EAFIT Introducción Los estudios sobre seguridad han continuado tomando importancia en las discusiones académicas globales debido a las dinámicas actuales de relaciones internacionales. En particular, la discusión se ha dinamizado en gran medida por dos acontecimientos: primero, por la introducción del concepto de seguridad humana por el PNUD (1994) y, segundo, por la guerra contra el terrorismo que se gestó después de los atentados terroristas del 11 de septiembre, la cual tuvo un fuerte impacto en las prácticas de seguridad global y dio paso a la concepción de Estados fallidos. El presente trabajo analiza la seguridad humana en América del Sur a través de un análisis comparativo cuantitativo entre los doce países que conforman la región usando bases de datos académicas sobre estatalidad y desarrollo. El artículo está dispuesto de la siguiente manera: primero, una breve discusión sobre el surgimiento de la seguridad humana y sus críticas. Segundo, se discutirá el estado actual de la seguridad en América del Sur, seguido de una breve discusión metodológica. Acto seguido, se muestran y analizan los resultados obtenidos y se presentan las conclusiones del estudio. La seguridad humana La gran cuestión de las Relaciones Internacionales ha sido siempre, desde su surgimiento, la guerra y su erradicación (Baylis, 2007). Sin embargo, el concepto tradicional de seguridad (ausencia de amenazas militares) comenzó a cambiar desde la década de 1980, cuando dicho concepto fue ampliado de tal forma que se comenzaron a considerar problemáticas no militares como parte de los asuntos de seguridad (Engerer, 2011). Más aún, después de la Guerra Fría, han surgido nuevas aproximaciones a la problemática de seguridad que han impactado significativamente la disciplina pues los académicos se han concentrado en diversas situaciones actuales: la intervención humanitaria, las migraciones internacionales, el problema de las identidades nacionales, la degradación ambiental, entre otros; y esto se puede resumir en tres líneas de investigación de los estudios en seguridad de hoy en día: globalización, gobernanza en la seguridad global y el análisis de estrategias específicas (Rasmussen, 2004). Si bien la ampliación del concepto de seguridad ha llevado a dificultades causadas por una multiplicidad de definiciones (Engerer, 2011), la que más ha sido usada y estudiada recientemente es la seguridad humana. Ella fue desarrollada por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en su Informe sobre Desarrollo Humano (1994) y posee cuatro características esenciales: primero, se trata de una preocupación universal; segundo, los componentes del concepto son interdependientes; tercero, se enfoca en la prevención por encima de la intervención o solución de conflictos; finalmente, su centro es el ser humano, el individuo. De igual forma, el PNUD definió

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Seguridad humana en América del Sur: una primera aproximación cuantitativaSantiago Sosa Asistente de Investigación del Grupo de Investigación en Estudios Internacionales Semillero de Investigación en Relaciones Internacionales Universidad EAFIT

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Page 1: Seguridad Humana en America del Sur

Seguridad humana en América del Sur: una primera aproximación cuantitativa

Santiago Sosa

Asistente de Investigación del Grupo de Investigación en Estudios Internacionales

Semillero de Investigación en Relaciones Internacionales

Universidad EAFIT

Introducción

Los estudios sobre seguridad han continuado tomando importancia en las discusiones

académicas globales debido a las dinámicas actuales de relaciones internacionales. En

particular, la discusión se ha dinamizado en gran medida por dos acontecimientos:

primero, por la introducción del concepto de seguridad humana por el PNUD (1994) y,

segundo, por la guerra contra el terrorismo que se gestó después de los atentados

terroristas del 11 de septiembre, la cual tuvo un fuerte impacto en las prácticas de

seguridad global y dio paso a la concepción de Estados fallidos.

El presente trabajo analiza la seguridad humana en América del Sur a través de un

análisis comparativo cuantitativo entre los doce países que conforman la región usando

bases de datos académicas sobre estatalidad y desarrollo. El artículo está dispuesto de la

siguiente manera: primero, una breve discusión sobre el surgimiento de la seguridad

humana y sus críticas. Segundo, se discutirá el estado actual de la seguridad en América

del Sur, seguido de una breve discusión metodológica. Acto seguido, se muestran y

analizan los resultados obtenidos y se presentan las conclusiones del estudio.

La seguridad humana

La gran cuestión de las Relaciones Internacionales ha sido siempre, desde su

surgimiento, la guerra y su erradicación (Baylis, 2007). Sin embargo, el concepto

tradicional de seguridad (ausencia de amenazas militares) comenzó a cambiar desde la

década de 1980, cuando dicho concepto fue ampliado de tal forma que se comenzaron a

considerar problemáticas no militares como parte de los asuntos de seguridad (Engerer,

2011). Más aún, después de la Guerra Fría, han surgido nuevas aproximaciones a la

problemática de seguridad que han impactado significativamente la disciplina pues los

académicos se han concentrado en diversas situaciones actuales: la intervención

humanitaria, las migraciones internacionales, el problema de las identidades nacionales,

la degradación ambiental, entre otros; y esto se puede resumir en tres líneas de

investigación de los estudios en seguridad de hoy en día: globalización, gobernanza en

la seguridad global y el análisis de estrategias específicas (Rasmussen, 2004).

Si bien la ampliación del concepto de seguridad ha llevado a dificultades causadas por

una multiplicidad de definiciones (Engerer, 2011), la que más ha sido usada y estudiada

recientemente es la seguridad humana. Ella fue desarrollada por el Programa de

Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en su Informe sobre Desarrollo Humano

(1994) y posee cuatro características esenciales: primero, se trata de una preocupación

universal; segundo, los componentes del concepto son interdependientes; tercero, se

enfoca en la prevención por encima de la intervención o solución de conflictos;

finalmente, su centro es el ser humano, el individuo. De igual forma, el PNUD definió

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siete tipos de amenazas contra la seguridad humana: económicas, alimentarias, de salud,

ambientales, personales, comunitarias y políticas.

Basándose en lo anterior, los académicos comenzaron a indagar sobre lo que hace que la

gente esté segura, por lo que la seguridad humana es considerada como un intento para

reconciliar los componentes de desarrollo al interior de los países y los componentes de

amenazas externas a ellos (Thomas & Tow, 2009). Más aún, de acuerdo con Ryerson

Christie (2010), la seguridad humana es consistente con los procesos de intervención

internacional, por lo que, en efecto, no representó un quiebre con las prácticas de

seguridad del Norte. Además, continúa el autor, debe entenderse entonces este concepto

como una herramienta de comprensión y gestión de soluciones de los nuevos conflictos

en la pos-Guerra Fría, particularmente frente a lo que el Norte global considera una

anarquía y creciente conflictividad del Sur global.

Sin embargo, no se ha alcanzado un consenso sobre lo que la seguridad humana

significa en el desarrollo y ejecución de la política exterior de los Estados que han

adoptado el concepto (McCormack, 2008). Más aún, los académicos críticos han

comenzado a sospechar que la adopción de la seguridad humana sea un discurso

hegemónico cooptado por el Estado (Newman, 2010). En efecto, Tara McCormack

(2008) afirma que este nuevo enfoque de seguridad desempodera a los desprotegidos (lo

contrario de lo buscado) pues despolitiza e idealiza la intervención: el marco de

referencia de la seguridad humana parece quitar responsabilidad a los Estados y

Organizaciones Internacionales (OI) por sus acciones pues no son evaluadas las

consideraciones materiales de las intervenciones.

Otra crítica de la seguridad humana es que tiene una gran limitación: los grupos que

toman las decisiones y definen las políticas de aplicación (policy community) no tienen,

salvo excepcionalmente, la capacidad para realizar análisis y resoluciones en los

microniveles que exige la seguridad humana (Thomas & Tow, 2009). Más aún, de

acuerdo Georg Sorensen (2008), sería equivocado considerar a todas las OI como

similares entre sí ni a los Estados como iguales: los cambios recientes en la estatalidad

(statehood) han producido unidades dispares (Estados). Así, Estados dispares

conforman regiones dispares y crean OI dispares. Se hace necesario, entonces, el

estudio de la seguridad regional.

Seguridad en América del Sur

Como afirma Benjamin E. Goldsmith (2006), las relaciones internacionales son

diferentes en cada región y, más aún, las relaciones al interior de las regiones son muy

distintas a otras interacciones internacionales. En efecto, continúa el autor, pueden

existir factores exclusivos de cada región que actúan complejamente y con ellos se

podría explicar la diferencia entre las relaciones entre variables clave y la presencia de

conflicto. Por tanto, las dinámicas regionales requieren especial atención en el análisis

de la seguridad.

De acuerdo con Robert E. Kelly (2007), el surgimiento del nuevo regionalismo puede

ser conducente a una explicación satisfactoria de los acontecimientos actuales en la

arena global. Más específicamente, el autor analiza tres factores que explicarían los

cambios recientes en el sistema internacional: primero, los subsistemas regionales

presentan una gran porosidad, por lo que una intervención desde arriba no puede

Page 3: Seguridad Humana en America del Sur

entenderse en términos jerárquicos; segundo, la proximidad entre actores al interior de

una región da un énfasis más marcado al dilema de seguridad en contraste con el

escenario global pues la mayor parte de los Estados sólo podrían resultar ser una

amenaza para sus vecinos, no para Estados muy distantes; y tres, las regiones

dominadas por Estados débiles generan dilemas comunes de seguridad en tanto las

amenazas, de origen interno a cada Estado, son compartidas.

Más aún, de acuerdo a Jennifer De Maio (2006), puede decirse que el dilema de

seguridad tradicional está siendo remplazado por múltiples dilemas regionales de

seguridad, lo cual permite a otros actores regionales tener más influencia sobre la

seguridad regional: las Organizaciones No Gubernamentales (ONG), asociaciones de

élites regionales, centros de pensamiento e individuos de la academia están teniendo

injerencia en las dinámicas de seguridad en sus regiones.

Con ello en mente, es posible analizar más detenidamente a América del Sur. De

acuerdo a Benjamin Miller (2001), a excepción de América del Norte, América del Sur

ha sido la región más pacífica en el siglo XX y ha mostrado una inclinación marcada

hacia la solución pacífica de controversias, usando arbitraje y tratados multilaterales

para ello. Sin embargo, esta estabilidad regional contrasta en gran medida con la

inestabilidad doméstica en varios de los países de la región.

A pesar de ello, la paz en la región se mantiene. Más aún, la formación de UNASUR y

posteriormente la del Consejo de Defensa Suramericano (CDS) soportan la tesis de

Miller sobre la estabilidad en América del Sur. ¿Pero qué tanto se ha avanzado en la

seguridad humana en la región con estos esfuerzos en conjunto? La siguiente sección

explica la metodología que se usó para intentar responder a esta pregunta.

Mediciones de estatalidad y desarrollo

Se realizó un análisis cuantitativo comparado utilizando tres bases de datos de

indicadores de estatalidad (o capacidades del Estado) y el Índice de Desarrollo Humano

(IDH) del PNUD.

La primera base de datos es del Correlates Of War project de la Universidad de

Michigan, las Capacidades Materiales Nacionales. En ella, a través de una ponderación

entre la producción de hierro y acero, el consumo de energía, el gasto militar, el

personal militar, la población total y la población urbana, se define el Índice Compuesto

de Capacidades Nacionales (CINC por su sigla en inglés), el cual se presenta ajustado

de acuerdo al peso relativo de cada Estado en el sistema internacional. Dichos datos

están disponibles (para la mayoría de Estados) desde el siglo XIX hasta el 2007.

Sin embargo, algunas de la variables por sí solas no permiten realizar una buena

comparación, por lo que se calcularon dos nuevos indicadores, de variables

relativizadas, basados en algunos componentes del CINC. El primero de ellos es la

calidad militar, definida como dólares invertidos por soldado, y se halla al dividir el

gasto militar por el personal militar. El segundo es el número de soldados por cada

10.000 habitantes, y se halla dividiendo el personal militar por la población y

multiplicando por 10.000. Estos dos nuevos indicadores permiten una comparación más

exacta pues, como se mencionó, se trata de valores relativos.

Page 4: Seguridad Humana en America del Sur

La segunda base de datos es el controversial Índice de Estados Fallidos, desarrollado

por Foreign Policy y el Fund for Peace. A través de la sumatoria de doce subíndices se

califica cada Estado. Los doce subíndices son: presión demográfica ascendiente;

movilización masiva de refugiados o desplazados; grupos que buscan revancha por

agravios; emigración crónica y sostenida; desarrollo económico dispar; pobreza o

declive económico; legitimidad del Estado; deterioro progresivo de servicios públicos;

violación de derechos humanos y el imperio de la ley; aparato de seguridad; surgimiento

de élites en facciones; e intervención externa. Mientras más alto el puntaje, peor será la

situación de un Estado. El índice está disponible (para casi todos los países de la región)

entre 2005 y 2011.

La tercera base de datos es la desarrollada por Brookings: el Índice de Debilidad Estatal

en el Mundo en Desarrollo. Éste indicador pondera, para 2008, la situación económica,

política, de seguridad, de bienestar social y de ingreso per cápita para evaluar a cada

Estado. Finalmente, el IDH, del PNUD, se encuentra en el Informe Mundial de

Desarrollo Humano, y se calcula mediante la ponderación de la expectativa de vida al

nacer, la media de años de escolaridad y los años esperados de escolaridad, y el ingreso

per cápita. En ambos indicadores, un mayor puntaje significa una mejor situación.

La siguiente sección presenta los resultados y su discusión.

Análisis de resultados

Capacidades Materiales Nacionales

Gráfico 1: CINC en América del Sur

Fuente: elaborado por el autor basado en Singer (1987, versión 4.0).

La distancia entre el Estado con el mayor CINC (Brasil) y el segundo (Colombia) es

enorme, tanto así que distorsiona en gran medida el promedio pues casi todos los países

quedan por debajo del mismo. Con ello, puede afirmarse que Brasil es, y por mucho, el

Page 5: Seguridad Humana en America del Sur

Estado más fuerte de América del Sur, pero ello no significa que el resto estén en

peligro de una invasión ni de intervenciones, como la historia reciente lo ha demostrado.

Gráfico 2: Calidad Militar en América del Sur (dólares corrientes invertidos por

soldado)

Fuente: elaborado por el autor basado en Singer (1987, versión 4.0).

Brasil es nuevamente el Estado con el mayor puntaje, seguido muy cerca de Chile. La

calidad militar de estos dos es tan alta que el promedio suramericano supera incluso al

tercer país (Venezuela). Sin embargo, parece no haber correlación entre alta o baja

calidad militar y presencia de violencia en los Estados.

Gráfico 3: Soldados por cada 10.000 habitantes en América del Sur

Fuente: elaborado por el autor basado en Singer (1987, versión 4.0).

Page 6: Seguridad Humana en America del Sur

Finalmente, la gráfica 3 muestra que, en términos relativos, el país más militarizado es

Uruguay, con 75 soldados por 10.000 habitantes en 2007. El segundo, Colombia, tiene

47 soldados por cada 10.000 habitantes. De nuevo, y así como ocurre con la calidad

militar, este indicador parece no estar correlacionado la presencia de violencia al

interior del Estado.

Los tres indicadores analizados anteriormente no son suficientes para una aproximación

a la seguridad humana, pues sólo muestran qué tan fuerte es el Estado nacional en todo

su conjunto.

Estados Fallidos

Gráfico 4: Índice de Estados Fallidos en América del Sur

Fuente: elaborado por el autor basado en Fund for Peace (2012).

De acuerdo con el gráfico 4, Colombia es el Estado con más posibilidades de fallar en

América del Sur, mientras que los Estados del Cono Sur son los más seguros y, junto

con Brasil, son los únicos por debajo de la media suramericana. Si se compara este

hallazgo con las capacidades materiales nacionales, es notorio que no necesariamente un

Estado poderoso está exento de fallar: en efecto, Colombia es el Estado puntero en este

indicador y el segundo en el CINC.

Algo importante que se aprecia en el gráfico es que, en general, la situación del

subcontinente mejora año tras año, con la excepción de Argentina, Chile y Ecuador, que

han conseguido aumentar este indicador en los últimos años o, en otras palabras, están

sufriendo un deterioro en sus condiciones. Adicionalmente, los países con más riesgo de

fallar están mejorando sus indicadores de manera muy lenta, por lo que la seguridad

humana podrá continuar sufriendo en ellos.

Debilidad Estatal en el Mundo en Desarrollo

Page 7: Seguridad Humana en America del Sur

Gráfico 5: Índice de Debilidad Estatal en América del Sur

Fuente: elaborado por el autor basado en Brookings (2008).

De acuerdo con el gráfico 5, Colombia es el Estado más débil en América del Sur. Los

únicos por encima del promedio suramericano son Chile, Uruguay, Argentina, Surinam

y Brasil. Es interesante que Surinam supere a tantos Estados en la región, por lo que los

resultados obtenidos en los indicadores pasados comienzan a relativizarse. Para

profundizar en el análisis, a continuación se presentan los subíndices del anterior

indicador.

Gráfico 6: Subíndice Económico en América del Sur

Fuente: elaborado por el autor basado en Brookings (2008).

Page 8: Seguridad Humana en America del Sur

Gráfico 7: Subíndice Político en América del Sur

Fuente: elaborado por el autor basado en Brookings (2008).

Gráfico 8: Subíndice de Seguridad en América del Sur

Fuente: elaborado por el autor basado en Brookings (2008).

Gráfico 9: Subíndice de Bienestar Social en América del Sur

Page 9: Seguridad Humana en America del Sur

Fuente: elaborado por el autor basado en Brookings (2008).

Gráfico 10: Subíndice de Ingreso per Cápita en América del Sur (en dólares)

Fuente: elaborado por el autor basado en Brookings (2008).

De los gráficos que muestran los subíndices desarrollados por Brookings (2008), se

puede apreciar una gran variación en los puntajes de los Estados. Tal es el caso de

Venezuela, por ejemplo, quien tiene un nivel bastante alto (respecto a los demás) de

ingreso per cápita, así como un puntaje alto en el subíndice económico y en seguridad y

bienestar social, pero su puntaje político es uno de los más bajos. Del mismo modo,

Colombia tiene un desempeño promedio salvo en el ingreso per cápita y, especial y

marcadamente, en seguridad. Es notorio, sin embargo, que su indicador de bienestar

social es más alto que la mayoría de los demás suramericanos.

Page 10: Seguridad Humana en America del Sur

Desarrollo Humano

Gráfico 11: IDH en América del Sur

Fuente: elaborado por el autor basado en PNUD (2012).

Gráfico 12: IDH ajustado por igualdad en América del Sur

Fuente: elaborado por el autor basado en PNUD (2012).

Page 11: Seguridad Humana en America del Sur

El índice de desarrollo humano (IDH) muestra a los países suramericanos bastante cerca

entre sí, pero se pueden ver tres grupos claramente: los mejores puntuados (Uruguay,

Chile, Argentina), los peores (Paraguay, Guyana y Bolivia) y el resto cerca al promedio

regional. En general todos presentan una mejora en el IDH.

Conclusiones

Se realizó una aproximación cuantitativa y comparativa entre los Estados suramericanos

para contrastar la realidad con el discurso de la seguridad humana. De los datos

hallados, puede inferirse que la seguridad en el subcontinente continúa muy apegada al

concepto tradicional (militar), pues el desempeño de América del Sur en componentes

sociales, políticos y económicos (que también hacen parte importante de la seguridad

humana) continúa en una situación precaria.

Del mismo modo, estos indicadores fallan en tanto son mediciones nacionales, y ello no

permite realizar un análisis de seguridad humana profundo. Dado que en ella el centro

es el individuo (es decir, que es una aproximación de abajo hacia arriba), las estadísticas

necesarias para evaluar situaciones de seguridad no pueden ser dadas a un nivel macro

sino micro. En otras palabras, debería evaluarse en el ámbito de comunidad, o por lo

menos en el de región al interior de cada país, pues los indicadores nacionales no

permiten identificar el desempeño de los Estados respecto a todos sus ciudadanos

Así pues, futura investigación debería tener lo anterior en cuenta para hacer

evaluaciones más acertadas de la situación de las diferentes poblaciones suramericanas

y que ello conduzca a una mejor perspectiva de desarrollo desde abajo hacia arriba

como lo propone la seguridad humana.

Referencias

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