segunda edición historias de frontera

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Boletín electrónico del Programa Trinacional de Conservación y Desarrollo Sostenible del Corredor de Áreas Protegidas La Paya (Colombia), Cuyabeno (Ecuador) y Güeppí (Perú) DE © Camilo Ortega P. www.programatrinacional.com

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El Boletín Electrónico del Programa Trinacional, para mayor información, visite www.programatrinacional.com

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Boletín electrónico del Programa Trinacional de Conservación y Desarrollo Sostenible del Corredor de Áreas Protegidas La Paya (Colombia), Cuyabeno (Ecuador) y Güeppí (Perú)

DE

© Camilo Ortega P.www.programatrinacional.com

DRA. JULIA MIRANDA LONDOÑODIRECTORA

SISTEMA DE PARQUES NACIONALES NATURALES DE COLOMBIA

DR. PEDRO GAMBOA MOQUILLAZAJEFE SERNANP

SERVICIO NACIONAL DE ÁREAS NATURALES PROTEGIDAS POR EL ESTADO

CATALINA VARGASTROPENBOS INTERNACIONAL COLOMBIA

KJELD NIELSEN

WWF PERÚ

RODRIGO DURÁN BAHAMÓNPARQUES NACIONALES NATURALES DE COLOMBIA

ISABEL ENDARADIRECTORA

DIRECCIÓN NACIONAL DE BIODIVERSIDADMINISTERIO DEL AMBIENTE DE ECUADOR

JEFERSON ROJASJEFE DE ÁREA

PARQUE NACIONAL NATURAL LA PAYA

LUIS BORBORJEFE DE ÁREA

ZONA RESERVADA DE GÜEPPÍ

TEOFILO TORRESJEFE DE ÁREA

RESERVA DE PRODUCCIÓN FAUNÍSTICA DE CUYABENO

PROGRAMA TRINACIONAL

DIANA CARRERASECRETARIA TÉCNICA

PROGRAMA TRINACIONAL

CAMILO ORTEGA P. M. ScCOORDINADOR PUTUMAYO TRES FRONTERAS

JOSÉ LUIS CONDORICOORDINADOR FRONTERAS DE CONSERVACIÓN

FERNEY DÍAZ CASTAÑEDACOMUNICACIONES

PROGRAMA TRINACIONAL

ANA ISABEL MARTÍNEZ

PATRIMONIO NATURAL COLOMBIA

HUMBERTO CABRERAPROFONANPE

“La presente publicación ha sido elaborada con la asistencia de la Unión Europea. El contenido de la misma es responsabilidad exclusiva de los autores de los textos y en ningún caso debe considerarse que refleja los puntos de vista de la Unión Europea”

EDITORIALDr. Pedro Gamboa Moquillaza

INFORME ESPECIALInformación local para decisiones locales

HISTORIATitulación de Tierras, una oportunidad para las comunidades

EVENTOSEncuentro Trifronterizo

Avances por el complejo lagunar binacional

Conversatorio de acción ciudadana

HISTORIAViaje a los monos, un recorrido en busca del cacao nativo

FOTO DEL MES

DE

© Camilo Ortega P.

EVENTOS

EVENTOS

DISEÑO, DIAGRAMACIÓN Y COORDINACIÓN EDITORIAL

Jefe Sernanp

Boletín electrónico del Programa Trinacional de Conservación y Desarrollo Sostenible del Corredor de Áreas Protegidas La Paya (Colombia), Cuyabeno (Ecuador) y Güeppí (Perú)

EDITORIAL

Este 2012 hemos cumplido cerca de once años, desde la gestación de la idea de consolidar un corredor de áreas protegidas entre Colombia, Perú y Ecuador, como parte de los orígenes del Programa Trinacional, y sin duda alguna han sido años intensos en los que se han superado importantes desafíos y avanzado en el manejo de áreas protegidas fronterizas.

La voluntad de identificar mecanismos y espacios de gestión coordinada de estos tres países y sus zonas de influencia directa, nos ha proporcionado un guión para establecer, manejar y financiar prioridades para sistemas nacionales de áreas protegidas, dada la cercanía entre el Parque Nacional Natural La Paya-Colombia, la Zona Reservada de Güeppí-Perú y la Reserva de Producción Faunística del Cuyabeno- Ecuador. Iniciativa que detalla un camino a seguir, con objetivos claros para muestra un botón.

Estos avances obtenidos por los Sistemas de Áreas Protegidas de los tres países, se pueden resumir en el fortalecimiento del Corredor de Conservación, una mejora sustancial en el Control y Vigilancia que ha permitido reforzar la presencia Institucional de tres países en sus fronteras, la promoción del ecoturismo; la investigación y monitoreo, el desarrollo de iniciativas referidas a Servicios y Bienes Ambientales, la Zonificación, el Saneamientos Físico-Legal, conjuntamente con el Manejo Sostenible de Recursos Naturales y el fortalecimiento de las capacidades de operación, todo ello gracias a la coordinación conjunta de las Autoridades Nacionales de Áreas Protegidas (AP) de estos tres países. También se ha logrado el beneficio directo por parte de las comunidades locales (autoridades locales, organizaciones sociales, poblaciones indígenas, colonos, mestizos,operadores de turismo, comerciantes e investigadores) que viven y trabajan al interior de las Áreas Protegidas y en sus zonas de amortiguamiento a través de resultados de las actividades de planificación regional, capacitación y aprovechamiento sostenible de los recursos naturales, que de esta manera ven una gestión más integrada, efectiva e inclusiva de las áreas naturales protegidas fronterizas.

Dr. Pedro Gamboa MoquillazaJefeServicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado-SERNANP

Financiado por:

Financiado por:

Implementado por:

EN EL MARCO DE LOS PROYECTOS:

Y

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[email protected]

© Camilo Ortega P.

PROYECTO DE APOYO AL PROGRAMA:

Rodrígo Durán/ PNN Colombia

En este contexto, debe ser adecuadamente resaltado el Componente de Sostenibilidad Financiera que permitirá el fortalecimiento y continuidad a las actividades de manejo sostenible de recursos naturales, turismo, investigación, y finalmente llegar a una gestión integral conjunta de las autoridades nacionales de AP en esta región; en donde los planes de estos tres países se conviertan en políticas a nivel local, regional y nacional.

No es fruto de la casualidad, que la conservación y el aprovechamiento sostenible de la diversidad biológica en el Bioma Amazónico, en especial en el Refugio del Pleistoceno de la Región del Putumayo, sea complementada y acompañada por un modelo innovador de gobernabilidad que trata de compartir una visión regional del proyecto y una acción coordinada y colaborativa de todos los actores de los países vecinos buscando mejorar las capacidades locales, mitigar los impactos negativos de las actividades antrópicas, y con ello convertirse en un referente a ser replicado en otras partes de la región.

Tampoco se pueden explicar estos avances sin considerar, además del trabajo coordinado de estos tres países, el de sus mecanismos financieros a través de sus Fondos Ambientales y la participación de socios y colaboradores en este campo que han permitido aprovechar esta oportunidad para que la integración se convierta en una herramienta necesaria y oportuna para la conservación de la región amazónica.

Asimismo, podemos resumir como un pequeño recuento las principales acciones desde el año 2010 donde se comenzó a apreciar los avances técnicos para la Consolidación del Corredor tales como: la generación de acciones conjuntas para el manejo de recursos y actividades coordinadas de control y vigilancia en la zona fronteriza, igualmente se registró un mayor nivel de involucramiento de las comunidades locales a las acciones del Proyecto Putumayo Tres Fronteras y otras del Corredor.

Como una de las acciones importantes logradas por las autoridades de los Sistemas de Áreas Protegidas y las organizaciones involucradas con la consolidación del Corredor, se identificó el posicionamiento del Programa Trinacional ante el Convenio de Diversidad Biológica (CDB).

Asimismo, luego de dos años de labores coordinadas entre los equipos técnicos y jurídicos de los Sistemas de Áreas Protegidas y de las Cancillerías de los tres países, se da la aprobación del texto final del Memorando de Entendimiento por parte de los Directores de Sistemas de Áreas Naturales Protegidas; esto en el marco del Comité Coordinador del Programa Trinacional realizado en Lima (Perú).

En junio de 2011, se firmó el Memorando de Entendimiento por parte de la Ministra de Ambiente de Ecuador , el Ministro de Ambiente de Perú y la Ministra de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Terrritorial de Colombia .

En este mismo año la Unidad de Parques Nacionales Naturales de Colombia hizo entrega de la Secretaría Técnica del Programa, a la Dirección de Biodiversidad del Ministerio de Ambiente de Ecuador en cumplimiento de lo acordado en el marco del Memorando de Entendimiento. Esto con el objetivo de rotar la responsabilidad cada dos años con miras a favorecer el proceso de integración interinstitucional y garantizar la participación equitativa de todos los actores del Programa.

Finalmente, un punto importante en esta agenda ha sido la coincidencia en la necesidad de fortalecer la gestión de las tres áreas protegidas fronterizas, mejorando su cobertura, la eficacia de la gestión y la conectividad, creando corredores y redes ecológicas en el ámbito de la región.

Roberto Maldonado. WWF Alemania

© Camilo Ortega P.

De izq. a der. Teofilo Tórres, Jefe de la ZR de Güeppí, Luis Borbor Jefe de la RPF de Cuyabeno y Jeferson Rojas, Administrador PNN La Paya, en un encuentro trinacional en el puesto de control del SERNANP, ubicado en Lagartococha, frontera Perú-Ecuador

SEGURIDAD TERRITORIAL

La titulación de los territorios comunales que viene siendo apoyada en el marco del proyecto Putumayo Tres Fronteras, ha generado entre comuneros y comuneras una sensación de seguridad y complacencia al sentirse final-mente dueños o poseedores de un espacio de territorio al que siempre con-sideraron como un escenario ancestral suyo, despejando toda clase de incertidumbre, zozobra y temor, como lo sentían antes, de ser despojados de sus tierras en algún momento o ser invadidos por personas extrañas. La obtención del correspondiente título de propiedad significa por lo mismo, disponer de un documento que les hará valer sus derechos ante cualquier circunstancia.

Los comuneros de Peneya, posiblemente son la expresión más clara de lo señalado. El territorio que ocupan no es muy extenso. Seguramente por eso fue, que el día que se hicieron los trabajos de campo, le pusieron interés en demarcar sus linderos en el terreno, colocando sus postes a manera de hitos y haciendo sus trochas en el bosque, para que todos supieran que hasta ese lugar se prolongaba la propiedad de la Comunidad. En un momento de los trabajos se escucho la voz de una comunera que dijo: “hemos esperado por largos años la titulación de nuestra comunidad. Ahora, no importa que nues-tro territorio sea grande o pequeño. Lo que me alegra es que esto es ya para nosotros y nuestros hijos en forma segura”.

En todas las comunidades hubo mucha decisión y participación durante los trabajos de campo, se percibió mucha colaboración con los técnicos, guián-dolos por el bosque para el trazado de los linderos, desplazándose en sus botes de un lugar a otro, aportando los “shungos” o postes para marcar cada hito y terminar la jornada sorbiendo el conocido y refrescante masato preparado por las mujeres comuneras. Había en cada rostro expresiones de alegría y complacencia.

La aprobación del Estatuto y la reorganización y elección de la Junta Direc-tiva en cada Comunidad significó algo así como “poner las cosas en su lugar”. Es decir, manejar la Comunidad de manera más ordenada, haciendo que cada comunero reconozca y asuma sus responsabilidades y derechos, sabiendo cómo atender la incorporación de un nuevo miembro como comunero, identificando las responsabilidades de cada uno de los miembros de la Junta Directiva, visibilizar claramente el poder que tiene una asamblea como autoridad máxima de la Comunidad y otros aspectos más que están ligados con el funcionamiento y manejo de la Comunidad. Bien decía por lo mismo un comunero de San Martín de Porres: “ahora podemos resolver nuestros problemas hay otros asuntos internos teniendo a nuestro Estatuto como herramienta de consulta”.

HISTORIA

CEDIA

CEDIA

© Camilo Ortega P.

La titulación es un proceso que re- quiere del trabajo decidido de las comunidades y los técnicos para poder establecer los linderos de cada resguardo.

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INFORMACIÓN LOCAL PARA DECISIONES LOCALES

ROCÍO POLANCO OCHOATropenbos Internacional Colombia

En el resguardo Samaritana, municipio de Puerto Leguízamo, los días 18 a 21 de septiembre de 2011 se celebró una reunión, con el fin de analizar la información generada localmente para la elaboración de planes de manejo de recursos. Participamos los socios en Colombia del proyeto Putumayo Tres Fronteras (PNN la Paya y Tropenbos), la Asociación de Autoridades Tradicionales y Cabildos Indígenas del Municipio de Puerto Leguízamo y Alto Predio Putumayo, ACILAPP, en representación del pueblo murui, los gobernadores de los resguardos de Agua Negra, Tukunare y Lagarto Cocha y, las personas que durante el 2010 participaron en el proyecto como investigadores locales.

El día 20 tuvo lugar la bienvenida y palabras de instalación por parte de ACILAPP, las autoridades tradicionales, los goberna-dores, el consejero mayor, el PNN la Paya y Tropenbos. La agenda se estructuró para escuchar primero las revisiones hechas por los investigadores locales y luego realizar algunos análisis de información, plantear propuestas, acuerdos y conclu-siones. Al final se contó, en las horas de la noche, con un espacio tradicional, esto es, el mambeadero de la maloca.

INFORME ESPECIAL

Los investigadores locales y las personas que llevaron el moni-toreo de los recursos utilizados expresaron gran satisfacción por participar en el proceso, formarse en escribir o dibujar sus conocimientos propios, aprender a llevar y reanalizar los regis-tros de monitoreo e intercambiar conocimientos sobre historias de origen y poblamiento. Igualmente, se aplaudió que el proceso motivara a los niños a participar en el monitoreo, a compartir su conocimiento de nombres en lengua Murui, a conocer en cifras reales cuánto se consume de peces, yuca u otros recursos, entre otros aprendizajes. Todos los investigadores locales presentes coincidieron en que el proceso fue interesante y manifestaron su deseo de continuar, además sugirieron a las autoridades apoyar y ampliar el proceso.

En el mambeadero, los abuelos, máximas autoridades tradicionales, resaltaron las ventajas de mantener esa práctica como un espacio para la «palabra dulce»

Rocío Polanco O. Tropenbos Internacional Colombia

INFORME ESPECIAL

HISTORIA

EVENTOS

EVENTOS

EVENTOS

© Camilo Ortega P.

La participación activa de las comunidades en este proceso es fundamental para la elaboración de los Planes de Manejo. Aquí, comunidades del resguardo Samaritana.

Esteban Francisco Morales Cama

Las posteriores intervenciones analizaron, desde una perspectiva externa, la investigación propia y plantearon las ventajas y las dificultades. Fue muy claro que la investigación propia es consi- derada como un proceso que genera sentido de pertenencia, conocimiento y apropiación del territorio, valoración del cono-cimiento propio, unión familiar, conocimiento de vacíos lingüísti-cos, identificación de especies, relacionamiento comunitario, concienciación del manejo de recursos e identificación de la pérdida de algunos recursos, entre otras ventajas.

En cuanto a las debilidades se identificaron los puntos clave para mejorar aún más y se evidenció la problemática que generó en las comunidades la ausencia de acompañamiento en el proceso, debido los problemas relacionados con los grupos armados ilegales. Igualmente se precisó tener en cuenta para futuros procesos la dificultad de saber la escritura correcta de los de nombres en lengua, las variantes de dialécto, el desconocimiento de la lengua materna, la imprecisión en algunas medidas de animales o peces y las dificultades en la interpretación para las transcripciones o los cuadros de monitoreo.

En lo local se entiende la importancia de generar información y de fortalecer un proceso de generación de conocimiento propio. En ese sentido los participantes propusieron ampliación del proceso a las 23 comunidades y todas las familias asociadas a ACILAPP, además de profundizar en los temas ya iniciados; «Queremos realizar un trabajo en grande», mencionaron en más de una opor-tunidad. Se recalca la necesidad de tener un trabajo coordinado entre instituciones y autoridades indígenas y la importancia de que Tropenbos continúe apoyando el proceso.

Se propuso también la elaboración y publicación de un libro murui con la historia y cosmogonía del pueblo, la historia y el territorio ancestral y actual, el mapa tradicional murui y el calen-dario ecológico tradicional y de hoy.

Por otro lado, Tukunare, el resguardo con mayor tiempo de vinculación y, por lo tanto, con mayores avances en el tema de investigación propia, propuso la profundización y publicación de su historia de poblamiento y manejo actual del territorio, como aporte inicial al libro Murui.

Por otro lado y dado el potencial de los procesos realizados, se habló de la posibilidad de generar materiales didácticos para las escuelas y los materiales guía para la elaboración posterior de los planes de manejo de recursos. Ante esta posibilidad, ACILAPP propuso la publicación de dos cartillas para primer y segundo grado con dos ejes fundamentales: recuperación del territorio y, chagras, especies y calidad de vida.

En el mambeadero de la noche del 20, los abuelos, máximas autoridades tradicionales, resaltaron las ventajas de mantener esa práctica como un espacio para la «palabra dulce», para el mantenimiento cultural, para aclarar los pensamientos y analizar desde el corazón y el espíritu las propuestas hechas en espacios más técnicos. Se resaltaron los sentimientos de haber crecido en las relaciones interinstitucionales e interpersonales y confir-maron el interés por continuar con este proceso.

Esperamos, entonces, que los procesos de relacionamiento local y generación de conocimiento para la toma de decisiones, fructi-fiquen. Las semillas que sembramos durante el 2010 a través de la investigación propia han generado las ventajas, dificultades y propuestas expuestas hoy. En este sentido, las propuestas con-cretas por parte de ACILAPP y las autoridades locales constituyen un reto para nosotros como ejecutores del proyecto en Colombia, pues las iniciativas gestadas desde lo local tienen mayores posi-bilidades de éxito. También consideramos que sacar adelante estas propuestas es una forma de llevar a hechos concretos y perdurables los procesos iniciados a través del Proyecto Putu-mayo 3 Fronteras.

© Rocío Polanco O. Tropenbos Internacional Colombia

© Camilo Ortega P.

La maloca es el lugar de encuentro, sagrado para las comuni-dades, allí además de ser el mambeadero, está implícita su tradición cultural. Aquí, Maloca del resguardo Samaritana.

EVENTOS PASADOS

Durante el mes de noviembre, en Puerto Leguízamo, Putumayo, se llevó a cabo el encuentro Trifronterizo, donde delegaciones de los tres países compartieron durante tres días de distintas actividades deportivas y culturales. Así mismo, en este marco se llevó a cabo el segundo foro ambiental, el cual estaba liderado por los funcionarios del PNN La Paya, al cual asistieron funcionarios del municipio, representantes de comunidades e invi-tados especiales. Este evento fue también la oportunidad para que algunos niños asistentes pintaran dibujos alusivos al Programa Trinacional.

Encuentro TrifronterizoPuerto Leguizamo (Putumayo)Octubre 25 a noviembre 1 de 2011

Avances por el complejo lagunar binacionalLagartocoha, frontera Perú-EcuadorEnero 25 a febrero 2 de 2012Durante la ultima semana de enero y principios de febrero se llevó a cabo un pre mues-treo de especies de peces, aves y del�nes de río que busca apoyar la designación del com-plejo lagunar de la cuenca Lagartococha, frontera entre Ecuador y Perú, como nuevo sitio Ramsar; el primero designado en zona de frontera dentro de esta región amazónica. Esta primera salida permitió concertar las futuras estaciones de muestreo, las instituciones de los tres países que apoyaran en el proceso, así como avanzar en la obtención de los per- misos de investigación cientí�ca, necesarios para realizar las caracterizaciones biológicas (junio 2012). La riqueza de aves (106 especies), peces (más de 100 especies) y abundancia de del�nes de río (32 del�nes en 295 km) registrados en esta primera salida, demuestran la alta biodiversidad de este complejo de humedales y permitirán de�nir los criterios para la designación internacional, lo cual redundará en un impacto positivo en la conservación y en la disminución de presiones sobre el área.

La primera reunión de preparación con miras al Conversatorio de Acción Ciudadana, se llevó a cabo con la participaron de 42 líderes representantes de organizaciones indíge-nas, campesinos, antiguos habitantes del Caucaya, grupos locales, y representantes del Estado. El Conversatorio está de�nido como un “mecanismo de resolución de con�ictos respaldado y fundamentado en la exigibilidad de derechos ciudadanos colectivos, rati�-cado en las leyes nacionales y materializadas a través del uso de mecanismos e instru-mentos legales y de política pública para la participación e incidencia en la política pública”.

Conversatorio de acción ciudadanaPuerto Leguizamo (Putumayo)Febrero 28 a marzo 4 de 2012

© Camilo Ortega P.

© Ferney Díaz C.

© Ferney Díaz C.

© Ferney Díaz C.

© Ferney Díaz C.

La estimación de abundancia de delfines hizo parte de esta primera salida, en la cual se contaron 32 ejemplares

Jefersona Rojas, Administrador del PNN la Paya, hizo su presentación sobre el trabajo de la institución

Los participantes trabajaron por grupos donde definieron los temas prioritarios para la negociación

SALIDA DE PUERTO LEGUIZAMO A LA TAGUAPrevio alistamiento de todos los equipos y demás elementos para el viaje, salimos de Puerto Leguízamo a las cuatro de la mañana del día 13 de noviembre con el fin de avanzar en la mañana con el viaje desde la Tagua aguas abajo por río Caquetá.

RECORRIDO PREDIO DEL SEÑOR JAIME VÁZQUEZ Tras realizar el registro de salida en el puesto militar de La Tagua, salimos al recorrido, haciendo la primera parada en el predio del señor Jaime Vázquez, situado sobre la margen derecha a una hora de La Tagua. Allí, su propietario nos mostró un árbol de cacao montuno, de fruto pequeño, localizado sobre un paraje bajo, en área de inundación; él nos manifestó que estos árboles en época de cosecha, son de carga abundante desde el tallo prin-cipal hasta las ramas. No fue posible con la información de este Señor, ninguna precisión en cuanto a la cantidad de producción, ni una idea de la poca o nula incidencia de enfermedades como la monilia y otras limitantes de la producción. Tampoco manifiesta ningún conocimiento sobre otras variedades nativas de cacao, ni de otras semillas de interés para la soberanía alimentaria.

VISITA AL PREDIO DEL SEÑOR ARCADIO RAMIREZ. CAZADORAvanzando aguas abajo, encontramos que subía con la velocidad a toda máquina, una balsa de mineros, nos miramos con inquietud, pero no dijimos nada y seguimos sin distracciones hasta arribar a una casa a la vista, donde encontramos al señor Arcadio Ramírez, sobre la margen izquierda del río. Él nos comentó que en las jornadas de cacería, persiguiendo los puercos saínos o manaos (Tayassu pecari), ha encontrado en la selva variedades de frutas y cacaos, entre ellas una variedad de cacao de mazorca delgada, larga, cascara fina y rugosa con semillas grandes. Nos prometió la posibilidad de hacer un recorrido en otro momento, en el mes de mayo cuando los arboles están cargados, para buscar e identificar estos materiales. También nos indicó la existencia de un tipo de cachama negra de gran tamaño (Hasta 4 arrobas), conocida en la zona como cachama cabeza de piedra, en la laguna Peregrino, cercana a este predio, en tierras del departamento del Caquetá.

RECORRIDO DEL PREDIO SEÑORA GRACIELA MARTINEZMás abajo, en el territorio de Umancia, llegamos al predio de la señora Graciela Martínez, quien no dudó en enseñarnos sus árbo-les de cacao silvestre. Dado que ésta no es la época de cosecha, no fue posible identificar claramente las características de los frutos de los árboles que observamos. Al despedirnos nos ofre-

*…El cacao nativo, de suave sabor y de reconocida calidad, llamado así por los españoles durante la época colonial, ya no existe a nivel comercial. Este cacao no se adaptó a otras regiones fuera de la zona de su origen ancestral, en la franja del Napo, Putu-mayo, Caquetá y oriente de Venezuela, por esta razón fue reempla-zado por los tipos amazónicos traídos de Sur América desde tiem-pos de la colonia; éstos árboles eran más robustos y mejor adapta-dos, pero de calidad inferior debido a su alto contenido de taninos que los hace más amargo y astringente comparado con el criollo genéticamente puro de cotiledones blancos. El cacao nativo se distingue por tener frutos alargados de cáscara suave, con 10 surcos, combinando un surco profundo con otro de menor profun-didad. Los lomos son brotados y borroñosos y terminan en una punta delgada. Las semillas son dulces y de color blanco a violeta. De esta variedad se produce el cacao fino o de mejor calidad. Actualmente no existe cacao criollo puro, sino variedades acriolla-das ya que han tenido varios cruces con otras variedades.

A comienzos del siglo XX allá por 1917, las compañías bananeras Cuyamel y United Fruit Company introdujeron cacaos amazónicos y posteriormente por los años 40 y 50 introdujeron cacaos mejora-dos tipo trinitario, seleccionados por ésta última transnacional y semillas provenientes del Centro de Cacao del IICA en Costa Rica (actualmente 23 CATIE). En la década de los 50 un programa de asistencia técnica creado con el apoyo financiero del gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, conocido como Servicio Técnico Interamericano de Cooperación Agrícola STICA, distribuyó estos mismos materiales entre los productores de la zona atlántica de Honduras. De manera que la situación con relación al material genético del cacao nativo fue cambiando gradualmente en las últi-mas décadas con nuevas introducciones. Programa para el Desar-rollo Rural Sostenible en el Municipio El Castillo, (ProDeSoc). 2.006. Cultivo del Cacao en Sistemas Agroforestales. Río San Juan, Nicaragua.

¿Por qué buscar el cacao nativo?

La historia de un recorrido en busca del cacao nativo, un fruto del que muchos hablan pero pocos conocen. Una crónica de anécdotas y travesías contada por quinenes estuvieron allí.

VIAJE A LOS MONOS

EDUARDO LOZANOARTURO RIASCOSHERALDO VALLEJOParque Nacional Natural La Paya

© Camilo Ortega P.

ció plátanos y yucas para acompañar el pescado o la cacería que íbamos a encontrar en Umancia, el caserío próximo donde reside una comunidad Huitoto.

DIÁLOGO CON EL SEÑOR ABRAHAM LOPEZEn horas de la tarde arribamos al puerto de la comunidad de Umancia. Desde el bote, nuestro compañero Eduardo Lozano reconoció al señor Abraham López y pegó con alborozo el grito de saludo, como indicando la alegría de encontrar un amigo en terri-torio desconocido. El señor López, muy amable, nos recibió con prontitud, dispuesto a colaborar con todo lo que estuviera a su alcance. Nos mostró su territorio, nos presentó su gente, su trabajo comunitario, a su anciano padre, Cacique de la comunidad y al gobernador con quienes pedimos audiencia para conversar un momento; ésta fueaceptada sin ningún reparo. Nosotros reflexionábamos en silencio, ¡Qué tal si nosotros tuviéramos la capacidad de atender a la gente, como lo hacen ellos!

REUNIÓN EN LA MALOCAAl comienzo de las horas de la noche, estuvimos reunidos en la maloca con el Cacique de la comunidad, el abuelo Julio César

López y unos jóvenes, quienes al calor del mabe, compartieron su diálogo amable con nosotros.

En general, compartimos la coincidencia por la conservación de las semillas nativas para la soberanía alimentaria, la necesidad de la pervivencia cultural y el acompañamiento de las instituciones que orienten su acción en el sentido de la conservación y el apoyo a sus iniciativas. Nos dijeron que su territorio es tierra de cacao, nos describieron la historia de la extracción del cacao del medio natural y la diversidad de los materiales, los cuales solamente se pueden distinguir con claridad por el fruto en época de produc-ción. Abraham López, se expresó en tono de agradecimiento por nuestra presencia diciendo: “Nos dicen que no nos trajeron nada, pero nos dejan bultos de enseñanzas”. Uno de los participantes nos informó que en Villa Azul, área del PNN de CAHUINARÍ, las comunidades cultivan ese cacao en sus huertos, otro indígena presente, el joven gobernador de la comunidad de Puerto Pizarro, un centro poblado localizado más abajo de Umancia, en tierras del vecino departamento del Amazonas, nos dio señales seguras de la existencia de la variedad de cacao que buscamos y nos invitó a su territorio. Con esta motivación al día siguiente, 14 de noviem-bre, con la compañía del Gobernador de Pizarro y las recomenda-ciones del cacique Julio Cesar López, nos embarcamos con rumbo a Pizarro y acercarnos a Los Monos. El Cacique nos dijo, “si alguien les pregunta algo, digan que van de parte mía, en cualquier caso no naveguen por el rio en horas de la noche”. Tam-bién nos dimos cuenta de que nadie toma agua del río Caquetá, la gente toma este líquido vital de otras fuentes naturales independi-entes del río, como moyas o nacimientos

VISITA AL PREDIO DEL SEÑOR PORTILLA. GANADEROPor medio del gobernador de Puerto Pizarro, compartiendo la ruta, nos informamos que más abajo está el señor José Eliberto Portilla, conocido como “el pastuso”, quien lleva mucho tiempo viviendo en la zona y por su experiencia podría tener cono-cimiento sobre la existencia de poblaciones de la variedad de cacao solicitada.

Don Gilberto nos recibió al principio con actitud expectante, casi desafiante, que cambió por la sonrisa y la camaradería de gran amigo, al escuchar atentamente nuestra voz clara sobre nuestra identidad y nuestros objetivos. Nos invitó a entrar en su casa invadida por la bulla de sus gallinas y protegida por listos canes. Nos ofreció como licor para la tertulia, un guarapo especial, pero como descubrió nuestro miedo por la bebida, nos invitó a moler cañas para sacar el jugo que bebimos casi con exceso de placer. Pasamos por un cultivo de caña (Saccharum officinarum), bien plantada, con matas de porte alto, gruesas y erectas, repletas de cañas y rebrotes, a dos metros de distancia entre plantas y casi

cuatro entre surcos o hileras. Allí, parecía verse lo que le falta, los surcos cubiertos de ramio para que coman las gallinas que como si fueran de lujo, pastorean el cultivo.

Hablamos de muchas cosas y del cacao, reconoce su condición de colono dedicado de tiempo completo a la transformación del medio natural, pero vale recordar bien el tema que tiene que ver con la sostenibilidad de su ganadería bovina, su agricultura y sus gallinas. Se mostró muy motivado por la conservación y el aprove-chamiento sostenible de las potencialidades del territorio, nos invitó a volver, reclama el acompañamiento técnico, pero tuvo que comprender nuestras limitaciones institucionales.

VISITA AL SEÑOR ALONSO PEREZ. Más abajo, llegamos al puerto de un señor que parecía horrorizarse por nuestro asomo sorpresivo, que rápidamente se hizo sonriente y amable al descubrir que nos acompañaba el gobernador de Puerto Pizarro, quien llegó en su bote propio empu-jado por la fuerza de un “peque peque” súper grande que estaba estrenando. Este señor, se dedica a todo trabajo y cuidar el rancho de su patrón. No conoce de cacao, pero sí sabe de la captura de peces ornamentales, como parece ser común a lo largo de la ruta Tagua – Cueimaní. Hasta aquí, ya tenemos una idea más clara sobre las diferencias entre las comunidades bióticas de la cuenca del rio Caquetá y las del rio Putumayo.

REGISTRO DEL LIMITE PUTUMAYO – AMAZONASGuiados por nuestro amigo, el Gobernador de Puerto Pizarro, llegamos al predio que cruza la línea limítrofe de Putumayo y Ama-zonas. El profesor puso cara de resistencia y temor, al ver que íbamos a sacar una foto para registrar el lugar, ciertamente histórico para nuestra humilde existencia. Tuvimos que explicarle

quiénes éramos y cuál era nuestro objetivo, inofensivo para su trabajo y su posesión, a fin de recuperar su tranquilidad, que logramos hasta tal punto, que él mismo nos tomó la foto, para quedar los tres: Arturo, Eduardo y Heraldo, también tomamos la de él.

LLEGADA A PUERTO PIZARRO.A Puerto Pizarro, llegamos primero que el gobernador, anuncia-mos su llegada y arrimamos nuestras maletas. Entramos en diálogo con las personas que encontramos, nos dijeron que no era tiempo de cosecha de cacao, Según ellos, después de la creciente del rio todo el cacao de la vega (Montuno de fruto pequeño), comienza la floración que sigue con una carga abun-dante. Analizamos varios puntos: el cacao se daña con el exceso de humedad, los niveles freáticos altos y las inundaciones. Tam-poco se puede precisar con el lenguaje de las comunidades, cuánto es abundante, la incidencia es significativa o no de las enfermedades limitantes como la moniliasis y la “escoba de bruja”.

LLEGADA A LOS MONOSSalimos de Pizarro el 15 de noviembre con rumbo a Los Monos, acompañados esta vez, por un profesor de Puerto Pizarro. Nueva-mente, ya nos acostumbramos a la amabilidad de la gente y su dialogo picaresco. En Los Monos, encontramos a un señor no indígena, Don Raúl, un negro del Valle del Cauca, quien con un permanente “sí señor”, “como no”, “si señor” estaba listo a recibirnos y ofrecernos su hospitalidad y su ayuda incondicional.

RECORRIDO POR EL RIO NONOMANÍAsegurada la posada y de una vez acordada la preparación de la comida, en compañía del profesor de Puerto Pizarro, salimos para

el caño Nonomaní, en busca de lo que sentimos, el cacao dulce, cacao nativo de la calidad en el mundo, en esta oportunidad es nuestro perseguido tesoro. Ya en el caño, un mono aullador (Alouatta seniculus) que cruzaba de una orilla a la otra, no tuvo inconveniente en subirse a nuestra canoa y de allí saltar nueva-mente para seguir su ruta. Con estos y otros sobresaltos llegamos al hábitat de los cacaos, encontrando que después de los cinco años que el profesor no había regresado al lugar, el paraje ha cam-biado tanto, que no fue posible encontrar los árboles de cacao. En la mañana siguiente, distraídos por las características del paisaje lugareño, un señor con aspecto de abuelo bien conservado y estilo diplomático, se presentó como el cacique de Los Monos, por supuesto, de la comunidad indígena de este lugar. Compren-sivo con nuestro propósito, señala con su índice que en la isla del frente, había toda clase de cacao, “ahora tienen que estar los retoños, porque tumbaron el bosque para sembrar maíz”.

REGRESO DE LOS MONOSAl día siguiente, con el fiambre en la olla, emprendimos solos nuestro regreso, convencidos de que al menos, abrimos un camino, conocedores de las reglas para estar bien: no navegar en la noche, no tomar agua contaminada del rio Caquetá y nunca negar el servicio que la gente nos pida e en el camino.

ESTANCIA DONDE EL SEÑOR YAISEntre vueltas y más vueltas, temiendo perdernos del rumbo de regreso, por los brazuelos, caños y afluentes, se acabó la luz del día y como entraba la noche, crecía nuestra preocupación casi hasta el límite del espanto, ¡¿qué haremos ahora¡, entre la oscuri-dad y bajo la lluvia? Por fin, una linterna alumbró un par de veces en el costado opuesto de donde nos encontrábamos. ¡Vámonos para allá!, dijo Arturo, sí contestamos al tiempo. Llegamos a la orilla, no había nada y nadie respondía. Seguimos por la orilla hacia arriba, así fue, para llegar a un sitio que parecía más claro, era un puerto. Sin pensarlo y sin permiso: arrimamos. Un camino nos llevaba cuesta arriba; salió una mujer mediana, robusta y con larga cabellera, le preguntamos: Señora, ¿dónde estamos? En el rio, contestó con voz burlona y la alternativa no fue otra que reír todos, pues lo que no sabíamos era en cual río.

Entramos a la cocina, tomamos tinto y se instaló la amistad por el compañero Riascos, con quien había compartido profesores, escuela y pronunciaba una que otra palabra Murui, combinada con muinane y algo más; le pedimos el favor que nos prepare comida, bajamos al puerto por la maleta y los alimentos. Luego al subir, !cuidado¡ gritó Eduardo, nos obligamos a declararle la muerte a un enemigo natural, una culebra, Arturo dijo que era rabo de ají.

Allí, con el señor Yais y su esposa conversamos de varios temas, nos escuchamos todos, cenamos y por último, nos despedimos de la familia y cada uno de nosotros acomodamos nuestro nido. Al día siguiente el 18 de noviembre, continuamos la ruta, aguas arriba, seguros de que vamos por el río Caquetá, sigue lloviendo, nadie reniega e intentamos recordar las ganancias de la excursión.

LLEGADA A LA TAGUAHabíamos salido sin desayuno, almorzamos con agua de cebada y pan, pero cuando llegamos a la Tagua, sin pensarlo mucho, pagamos el alquiler del bote y nos embarcamos en dos motostaxi para llegar a Puerto Leguízamo con lecciones aprendidas y las ganas de seguir buscando el preciado cacao nativo.

© Camilo Ortega P.

© Equipo PNN la Paya

La búsqueda del cacao nativo pretende encontrar una especie que se adapte a la zona y sea de primera calidad

ció plátanos y yucas para acompañar el pescado o la cacería que íbamos a encontrar en Umancia, el caserío próximo donde reside una comunidad Huitoto.

DIÁLOGO CON EL SEÑOR ABRAHAM LOPEZEn horas de la tarde arribamos al puerto de la comunidad de Umancia. Desde el bote, nuestro compañero Eduardo Lozano reconoció al señor Abraham López y pegó con alborozo el grito de saludo, como indicando la alegría de encontrar un amigo en terri-torio desconocido. El señor López, muy amable, nos recibió con prontitud, dispuesto a colaborar con todo lo que estuviera a su alcance. Nos mostró su territorio, nos presentó su gente, su trabajo comunitario, a su anciano padre, Cacique de la comunidad y al gobernador con quienes pedimos audiencia para conversar un momento; ésta fueaceptada sin ningún reparo. Nosotros reflexionábamos en silencio, ¡Qué tal si nosotros tuviéramos la capacidad de atender a la gente, como lo hacen ellos!

REUNIÓN EN LA MALOCAAl comienzo de las horas de la noche, estuvimos reunidos en la maloca con el Cacique de la comunidad, el abuelo Julio César

López y unos jóvenes, quienes al calor del mabe, compartieron su diálogo amable con nosotros.

En general, compartimos la coincidencia por la conservación de las semillas nativas para la soberanía alimentaria, la necesidad de la pervivencia cultural y el acompañamiento de las instituciones que orienten su acción en el sentido de la conservación y el apoyo a sus iniciativas. Nos dijeron que su territorio es tierra de cacao, nos describieron la historia de la extracción del cacao del medio natural y la diversidad de los materiales, los cuales solamente se pueden distinguir con claridad por el fruto en época de produc-ción. Abraham López, se expresó en tono de agradecimiento por nuestra presencia diciendo: “Nos dicen que no nos trajeron nada, pero nos dejan bultos de enseñanzas”. Uno de los participantes nos informó que en Villa Azul, área del PNN de CAHUINARÍ, las comunidades cultivan ese cacao en sus huertos, otro indígena presente, el joven gobernador de la comunidad de Puerto Pizarro, un centro poblado localizado más abajo de Umancia, en tierras del vecino departamento del Amazonas, nos dio señales seguras de la existencia de la variedad de cacao que buscamos y nos invitó a su territorio. Con esta motivación al día siguiente, 14 de noviem-bre, con la compañía del Gobernador de Pizarro y las recomenda-ciones del cacique Julio Cesar López, nos embarcamos con rumbo a Pizarro y acercarnos a Los Monos. El Cacique nos dijo, “si alguien les pregunta algo, digan que van de parte mía, en cualquier caso no naveguen por el rio en horas de la noche”. Tam-bién nos dimos cuenta de que nadie toma agua del río Caquetá, la gente toma este líquido vital de otras fuentes naturales independi-entes del río, como moyas o nacimientos

VISITA AL PREDIO DEL SEÑOR PORTILLA. GANADEROPor medio del gobernador de Puerto Pizarro, compartiendo la ruta, nos informamos que más abajo está el señor José Eliberto Portilla, conocido como “el pastuso”, quien lleva mucho tiempo viviendo en la zona y por su experiencia podría tener cono-cimiento sobre la existencia de poblaciones de la variedad de cacao solicitada.

Don Gilberto nos recibió al principio con actitud expectante, casi desafiante, que cambió por la sonrisa y la camaradería de gran amigo, al escuchar atentamente nuestra voz clara sobre nuestra identidad y nuestros objetivos. Nos invitó a entrar en su casa invadida por la bulla de sus gallinas y protegida por listos canes. Nos ofreció como licor para la tertulia, un guarapo especial, pero como descubrió nuestro miedo por la bebida, nos invitó a moler cañas para sacar el jugo que bebimos casi con exceso de placer. Pasamos por un cultivo de caña (Saccharum officinarum), bien plantada, con matas de porte alto, gruesas y erectas, repletas de cañas y rebrotes, a dos metros de distancia entre plantas y casi

cuatro entre surcos o hileras. Allí, parecía verse lo que le falta, los surcos cubiertos de ramio para que coman las gallinas que como si fueran de lujo, pastorean el cultivo.

Hablamos de muchas cosas y del cacao, reconoce su condición de colono dedicado de tiempo completo a la transformación del medio natural, pero vale recordar bien el tema que tiene que ver con la sostenibilidad de su ganadería bovina, su agricultura y sus gallinas. Se mostró muy motivado por la conservación y el aprove-chamiento sostenible de las potencialidades del territorio, nos invitó a volver, reclama el acompañamiento técnico, pero tuvo que comprender nuestras limitaciones institucionales.

VISITA AL SEÑOR ALONSO PEREZ. Más abajo, llegamos al puerto de un señor que parecía horrorizarse por nuestro asomo sorpresivo, que rápidamente se hizo sonriente y amable al descubrir que nos acompañaba el gobernador de Puerto Pizarro, quien llegó en su bote propio empu-jado por la fuerza de un “peque peque” súper grande que estaba estrenando. Este señor, se dedica a todo trabajo y cuidar el rancho de su patrón. No conoce de cacao, pero sí sabe de la captura de peces ornamentales, como parece ser común a lo largo de la ruta Tagua – Cueimaní. Hasta aquí, ya tenemos una idea más clara sobre las diferencias entre las comunidades bióticas de la cuenca del rio Caquetá y las del rio Putumayo.

REGISTRO DEL LIMITE PUTUMAYO – AMAZONASGuiados por nuestro amigo, el Gobernador de Puerto Pizarro, llegamos al predio que cruza la línea limítrofe de Putumayo y Ama-zonas. El profesor puso cara de resistencia y temor, al ver que íbamos a sacar una foto para registrar el lugar, ciertamente histórico para nuestra humilde existencia. Tuvimos que explicarle

quiénes éramos y cuál era nuestro objetivo, inofensivo para su trabajo y su posesión, a fin de recuperar su tranquilidad, que logramos hasta tal punto, que él mismo nos tomó la foto, para quedar los tres: Arturo, Eduardo y Heraldo, también tomamos la de él.

LLEGADA A PUERTO PIZARRO.A Puerto Pizarro, llegamos primero que el gobernador, anuncia-mos su llegada y arrimamos nuestras maletas. Entramos en diálogo con las personas que encontramos, nos dijeron que no era tiempo de cosecha de cacao, Según ellos, después de la creciente del rio todo el cacao de la vega (Montuno de fruto pequeño), comienza la floración que sigue con una carga abun-dante. Analizamos varios puntos: el cacao se daña con el exceso de humedad, los niveles freáticos altos y las inundaciones. Tam-poco se puede precisar con el lenguaje de las comunidades, cuánto es abundante, la incidencia es significativa o no de las enfermedades limitantes como la moniliasis y la “escoba de bruja”.

LLEGADA A LOS MONOSSalimos de Pizarro el 15 de noviembre con rumbo a Los Monos, acompañados esta vez, por un profesor de Puerto Pizarro. Nueva-mente, ya nos acostumbramos a la amabilidad de la gente y su dialogo picaresco. En Los Monos, encontramos a un señor no indígena, Don Raúl, un negro del Valle del Cauca, quien con un permanente “sí señor”, “como no”, “si señor” estaba listo a recibirnos y ofrecernos su hospitalidad y su ayuda incondicional.

RECORRIDO POR EL RIO NONOMANÍAsegurada la posada y de una vez acordada la preparación de la comida, en compañía del profesor de Puerto Pizarro, salimos para

“Nos invitó a entrar en su casa invadida por la bulla de sus gallinas y protegida por listos canes”

el caño Nonomaní, en busca de lo que sentimos, el cacao dulce, cacao nativo de la calidad en el mundo, en esta oportunidad es nuestro perseguido tesoro. Ya en el caño, un mono aullador (Alouatta seniculus) que cruzaba de una orilla a la otra, no tuvo inconveniente en subirse a nuestra canoa y de allí saltar nueva-mente para seguir su ruta. Con estos y otros sobresaltos llegamos al hábitat de los cacaos, encontrando que después de los cinco años que el profesor no había regresado al lugar, el paraje ha cam-biado tanto, que no fue posible encontrar los árboles de cacao. En la mañana siguiente, distraídos por las características del paisaje lugareño, un señor con aspecto de abuelo bien conservado y estilo diplomático, se presentó como el cacique de Los Monos, por supuesto, de la comunidad indígena de este lugar. Compren-sivo con nuestro propósito, señala con su índice que en la isla del frente, había toda clase de cacao, “ahora tienen que estar los retoños, porque tumbaron el bosque para sembrar maíz”.

REGRESO DE LOS MONOSAl día siguiente, con el fiambre en la olla, emprendimos solos nuestro regreso, convencidos de que al menos, abrimos un camino, conocedores de las reglas para estar bien: no navegar en la noche, no tomar agua contaminada del rio Caquetá y nunca negar el servicio que la gente nos pida e en el camino.

ESTANCIA DONDE EL SEÑOR YAISEntre vueltas y más vueltas, temiendo perdernos del rumbo de regreso, por los brazuelos, caños y afluentes, se acabó la luz del día y como entraba la noche, crecía nuestra preocupación casi hasta el límite del espanto, ¡¿qué haremos ahora¡, entre la oscuri-dad y bajo la lluvia? Por fin, una linterna alumbró un par de veces en el costado opuesto de donde nos encontrábamos. ¡Vámonos para allá!, dijo Arturo, sí contestamos al tiempo. Llegamos a la orilla, no había nada y nadie respondía. Seguimos por la orilla hacia arriba, así fue, para llegar a un sitio que parecía más claro, era un puerto. Sin pensarlo y sin permiso: arrimamos. Un camino nos llevaba cuesta arriba; salió una mujer mediana, robusta y con larga cabellera, le preguntamos: Señora, ¿dónde estamos? En el rio, contestó con voz burlona y la alternativa no fue otra que reír todos, pues lo que no sabíamos era en cual río.

Entramos a la cocina, tomamos tinto y se instaló la amistad por el compañero Riascos, con quien había compartido profesores, escuela y pronunciaba una que otra palabra Murui, combinada con muinane y algo más; le pedimos el favor que nos prepare comida, bajamos al puerto por la maleta y los alimentos. Luego al subir, !cuidado¡ gritó Eduardo, nos obligamos a declararle la muerte a un enemigo natural, una culebra, Arturo dijo que era rabo de ají.

Allí, con el señor Yais y su esposa conversamos de varios temas, nos escuchamos todos, cenamos y por último, nos despedimos de la familia y cada uno de nosotros acomodamos nuestro nido. Al día siguiente el 18 de noviembre, continuamos la ruta, aguas arriba, seguros de que vamos por el río Caquetá, sigue lloviendo, nadie reniega e intentamos recordar las ganancias de la excursión.

LLEGADA A LA TAGUAHabíamos salido sin desayuno, almorzamos con agua de cebada y pan, pero cuando llegamos a la Tagua, sin pensarlo mucho, pagamos el alquiler del bote y nos embarcamos en dos motostaxi para llegar a Puerto Leguízamo con lecciones aprendidas y las ganas de seguir buscando el preciado cacao nativo.

© Camilo Ortega P.

© Equipo PNN la Paya

ció plátanos y yucas para acompañar el pescado o la cacería que íbamos a encontrar en Umancia, el caserío próximo donde reside una comunidad Huitoto.

DIÁLOGO CON EL SEÑOR ABRAHAM LOPEZEn horas de la tarde arribamos al puerto de la comunidad de Umancia. Desde el bote, nuestro compañero Eduardo Lozano reconoció al señor Abraham López y pegó con alborozo el grito de saludo, como indicando la alegría de encontrar un amigo en terri-torio desconocido. El señor López, muy amable, nos recibió con prontitud, dispuesto a colaborar con todo lo que estuviera a su alcance. Nos mostró su territorio, nos presentó su gente, su trabajo comunitario, a su anciano padre, Cacique de la comunidad y al gobernador con quienes pedimos audiencia para conversar un momento; ésta fueaceptada sin ningún reparo. Nosotros reflexionábamos en silencio, ¡Qué tal si nosotros tuviéramos la capacidad de atender a la gente, como lo hacen ellos!

REUNIÓN EN LA MALOCAAl comienzo de las horas de la noche, estuvimos reunidos en la maloca con el Cacique de la comunidad, el abuelo Julio César

López y unos jóvenes, quienes al calor del mabe, compartieron su diálogo amable con nosotros.

En general, compartimos la coincidencia por la conservación de las semillas nativas para la soberanía alimentaria, la necesidad de la pervivencia cultural y el acompañamiento de las instituciones que orienten su acción en el sentido de la conservación y el apoyo a sus iniciativas. Nos dijeron que su territorio es tierra de cacao, nos describieron la historia de la extracción del cacao del medio natural y la diversidad de los materiales, los cuales solamente se pueden distinguir con claridad por el fruto en época de produc-ción. Abraham López, se expresó en tono de agradecimiento por nuestra presencia diciendo: “Nos dicen que no nos trajeron nada, pero nos dejan bultos de enseñanzas”. Uno de los participantes nos informó que en Villa Azul, área del PNN de CAHUINARÍ, las comunidades cultivan ese cacao en sus huertos, otro indígena presente, el joven gobernador de la comunidad de Puerto Pizarro, un centro poblado localizado más abajo de Umancia, en tierras del vecino departamento del Amazonas, nos dio señales seguras de la existencia de la variedad de cacao que buscamos y nos invitó a su territorio. Con esta motivación al día siguiente, 14 de noviem-bre, con la compañía del Gobernador de Pizarro y las recomenda-ciones del cacique Julio Cesar López, nos embarcamos con rumbo a Pizarro y acercarnos a Los Monos. El Cacique nos dijo, “si alguien les pregunta algo, digan que van de parte mía, en cualquier caso no naveguen por el rio en horas de la noche”. Tam-bién nos dimos cuenta de que nadie toma agua del río Caquetá, la gente toma este líquido vital de otras fuentes naturales independi-entes del río, como moyas o nacimientos

VISITA AL PREDIO DEL SEÑOR PORTILLA. GANADEROPor medio del gobernador de Puerto Pizarro, compartiendo la ruta, nos informamos que más abajo está el señor José Eliberto Portilla, conocido como “el pastuso”, quien lleva mucho tiempo viviendo en la zona y por su experiencia podría tener cono-cimiento sobre la existencia de poblaciones de la variedad de cacao solicitada.

Don Gilberto nos recibió al principio con actitud expectante, casi desafiante, que cambió por la sonrisa y la camaradería de gran amigo, al escuchar atentamente nuestra voz clara sobre nuestra identidad y nuestros objetivos. Nos invitó a entrar en su casa invadida por la bulla de sus gallinas y protegida por listos canes. Nos ofreció como licor para la tertulia, un guarapo especial, pero como descubrió nuestro miedo por la bebida, nos invitó a moler cañas para sacar el jugo que bebimos casi con exceso de placer. Pasamos por un cultivo de caña (Saccharum officinarum), bien plantada, con matas de porte alto, gruesas y erectas, repletas de cañas y rebrotes, a dos metros de distancia entre plantas y casi

cuatro entre surcos o hileras. Allí, parecía verse lo que le falta, los surcos cubiertos de ramio para que coman las gallinas que como si fueran de lujo, pastorean el cultivo.

Hablamos de muchas cosas y del cacao, reconoce su condición de colono dedicado de tiempo completo a la transformación del medio natural, pero vale recordar bien el tema que tiene que ver con la sostenibilidad de su ganadería bovina, su agricultura y sus gallinas. Se mostró muy motivado por la conservación y el aprove-chamiento sostenible de las potencialidades del territorio, nos invitó a volver, reclama el acompañamiento técnico, pero tuvo que comprender nuestras limitaciones institucionales.

VISITA AL SEÑOR ALONSO PEREZ. Más abajo, llegamos al puerto de un señor que parecía horrorizarse por nuestro asomo sorpresivo, que rápidamente se hizo sonriente y amable al descubrir que nos acompañaba el gobernador de Puerto Pizarro, quien llegó en su bote propio empu-jado por la fuerza de un “peque peque” súper grande que estaba estrenando. Este señor, se dedica a todo trabajo y cuidar el rancho de su patrón. No conoce de cacao, pero sí sabe de la captura de peces ornamentales, como parece ser común a lo largo de la ruta Tagua – Cueimaní. Hasta aquí, ya tenemos una idea más clara sobre las diferencias entre las comunidades bióticas de la cuenca del rio Caquetá y las del rio Putumayo.

REGISTRO DEL LIMITE PUTUMAYO – AMAZONASGuiados por nuestro amigo, el Gobernador de Puerto Pizarro, llegamos al predio que cruza la línea limítrofe de Putumayo y Ama-zonas. El profesor puso cara de resistencia y temor, al ver que íbamos a sacar una foto para registrar el lugar, ciertamente histórico para nuestra humilde existencia. Tuvimos que explicarle

quiénes éramos y cuál era nuestro objetivo, inofensivo para su trabajo y su posesión, a fin de recuperar su tranquilidad, que logramos hasta tal punto, que él mismo nos tomó la foto, para quedar los tres: Arturo, Eduardo y Heraldo, también tomamos la de él.

LLEGADA A PUERTO PIZARRO.A Puerto Pizarro, llegamos primero que el gobernador, anuncia-mos su llegada y arrimamos nuestras maletas. Entramos en diálogo con las personas que encontramos, nos dijeron que no era tiempo de cosecha de cacao, Según ellos, después de la creciente del rio todo el cacao de la vega (Montuno de fruto pequeño), comienza la floración que sigue con una carga abun-dante. Analizamos varios puntos: el cacao se daña con el exceso de humedad, los niveles freáticos altos y las inundaciones. Tam-poco se puede precisar con el lenguaje de las comunidades, cuánto es abundante, la incidencia es significativa o no de las enfermedades limitantes como la moniliasis y la “escoba de bruja”.

LLEGADA A LOS MONOSSalimos de Pizarro el 15 de noviembre con rumbo a Los Monos, acompañados esta vez, por un profesor de Puerto Pizarro. Nueva-mente, ya nos acostumbramos a la amabilidad de la gente y su dialogo picaresco. En Los Monos, encontramos a un señor no indígena, Don Raúl, un negro del Valle del Cauca, quien con un permanente “sí señor”, “como no”, “si señor” estaba listo a recibirnos y ofrecernos su hospitalidad y su ayuda incondicional.

RECORRIDO POR EL RIO NONOMANÍAsegurada la posada y de una vez acordada la preparación de la comida, en compañía del profesor de Puerto Pizarro, salimos para

el caño Nonomaní, en busca de lo que sentimos, el cacao dulce, cacao nativo de la calidad en el mundo, en esta oportunidad es nuestro perseguido tesoro. Ya en el caño, un mono aullador (Alouatta seniculus) que cruzaba de una orilla a la otra, no tuvo inconveniente en subirse a nuestra canoa y de allí saltar nueva-mente para seguir su ruta. Con estos y otros sobresaltos llegamos al hábitat de los cacaos, encontrando que después de los cinco años que el profesor no había regresado al lugar, el paraje ha cam-biado tanto, que no fue posible encontrar los árboles de cacao. En la mañana siguiente, distraídos por las características del paisaje lugareño, un señor con aspecto de abuelo bien conservado y estilo diplomático, se presentó como el cacique de Los Monos, por supuesto, de la comunidad indígena de este lugar. Compren-sivo con nuestro propósito, señala con su índice que en la isla del frente, había toda clase de cacao, “ahora tienen que estar los retoños, porque tumbaron el bosque para sembrar maíz”.

REGRESO DE LOS MONOSAl día siguiente, con el fiambre en la olla, emprendimos solos nuestro regreso, convencidos de que al menos, abrimos un camino, conocedores de las reglas para estar bien: no navegar en la noche, no tomar agua contaminada del rio Caquetá y nunca negar el servicio que la gente nos pida e en el camino.

ESTANCIA DONDE EL SEÑOR YAISEntre vueltas y más vueltas, temiendo perdernos del rumbo de regreso, por los brazuelos, caños y afluentes, se acabó la luz del día y como entraba la noche, crecía nuestra preocupación casi hasta el límite del espanto, ¡¿qué haremos ahora¡, entre la oscuri-dad y bajo la lluvia? Por fin, una linterna alumbró un par de veces en el costado opuesto de donde nos encontrábamos. ¡Vámonos para allá!, dijo Arturo, sí contestamos al tiempo. Llegamos a la orilla, no había nada y nadie respondía. Seguimos por la orilla hacia arriba, así fue, para llegar a un sitio que parecía más claro, era un puerto. Sin pensarlo y sin permiso: arrimamos. Un camino nos llevaba cuesta arriba; salió una mujer mediana, robusta y con larga cabellera, le preguntamos: Señora, ¿dónde estamos? En el rio, contestó con voz burlona y la alternativa no fue otra que reír todos, pues lo que no sabíamos era en cual río.

Entramos a la cocina, tomamos tinto y se instaló la amistad por el compañero Riascos, con quien había compartido profesores, escuela y pronunciaba una que otra palabra Murui, combinada con muinane y algo más; le pedimos el favor que nos prepare comida, bajamos al puerto por la maleta y los alimentos. Luego al subir, !cuidado¡ gritó Eduardo, nos obligamos a declararle la muerte a un enemigo natural, una culebra, Arturo dijo que era rabo de ají.

Allí, con el señor Yais y su esposa conversamos de varios temas, nos escuchamos todos, cenamos y por último, nos despedimos de la familia y cada uno de nosotros acomodamos nuestro nido. Al día siguiente el 18 de noviembre, continuamos la ruta, aguas arriba, seguros de que vamos por el río Caquetá, sigue lloviendo, nadie reniega e intentamos recordar las ganancias de la excursión.

LLEGADA A LA TAGUAHabíamos salido sin desayuno, almorzamos con agua de cebada y pan, pero cuando llegamos a la Tagua, sin pensarlo mucho, pagamos el alquiler del bote y nos embarcamos en dos motostaxi para llegar a Puerto Leguízamo con lecciones aprendidas y las ganas de seguir buscando el preciado cacao nativo.

“Tuvimos que explicarle quienes éramos y cual era nuestro objetivo, inofensivo para su trabajo y su pos-esión, a fin de recuperar su tranquilidad, que logramos hasta tal punto, que él mismo nos tomó la foto, para quedar los tres: Arturo, Eduardo y Heraldo, también tomamos la de él”.

© Camilo Ortega P.

© Equipo PNN la Paya

De izq. a der. Arturo Riascos, Heraldo Vallejo y Eduardo Lozano, colabora-dores del PNN La Paya.

FOTO DEL MES

Niños y niñas de Puerto Leguízamo (Colombia) participaron en la actividad que se realizó para ellos en medio del Foro sobre medio ambiente citado por el Parque Nacional Natural la Paya en marco del Encuentro Trifronerizo realizado en este municipio. Además de pintar, los niños pudieron conocer sobre el Pro-grama Trinacional y sobre el delfín rosado, una especie emblemática y muy querida por ellos.

© Camilo Ortega P.

© Ferney Díaz C.

© Rafael Yunda

www.programatrinacional.comLagunas de Cuyabeno