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ARISTÓTELES Y EL RENACIMIENTO 1

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Schmitt ha sido el investigador contemporáneo más dedicado a lareconstrucción de la historia de las ideas del Renacimiento. Su inesperadamuerte en Padua, el 15 de abril de 1986, truncó una prometedora carreraintelectual, colmada de expectativas y proyectos académicos.

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  • ARISTTELES Y EL RENACIMIENTO

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  • Charles B. Schmitt

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    ARISTTELES Y EL RENACIMIENTO

  • Charles B. Schmitt

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    ARISTTELES Y EL RENACIMIENTO

    Charles B. Schmitt

    Prlogo de Francisco Bertelloni

    Traduccin de Silvia Manzo

    Eplogo de Salvador Rus Rufino

    UNIVERSIDAD DE LEN Secretariado de Publicaciones

    2004

  • Charles B. Schmitt

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    PRLOGO

    La obra de Charles Schmitt y la historiografa del Renacimiento

    Francisco Bertelloni

    Desde la segunda mitad del siglo XIX hasta hoy la historiografa del Renacimiento ha sido abundante. Si consideramos como trmino a quo de su desarrollo los estudios de Jacob Burckhardt y como trmino ad quem los ms recientes de Charles Schmitt, podremos verificar que entre ambos tuvo lugar un movimiento creciente hacia intentos cada vez ms decididamente orientados a poner de manifiesto la presencia en el Renacimiento de expresiones de la cultura definidas por su marcado inters en la filosofa.

    En efecto, los trabajos pioneros de Burckhardt transmiten una tipologa del Renacimiento en la que abundan los recursos a la literatura y el arte, pero en la que es escasa la presencia de la cultura filosfica. Ya en la primera mitad del siglo XX Ernst Cassirer se propuso corregir la lectura de Burckhardt mediante un modelo que logr transformarse en un canon consagrado de la historiografa. Cassirer subray dos notas especficas del Renacimiento: en primer lugar, la presencia de la filosofa, perceptible en su fuerte marca platnica, y en segundo lugar su carcter humanista, manifiesto en el locus renacentista del retorno al hombre entendido como protagonista de la fractura del cerrado cosmos medieval y como artfice de un movimiento de bsqueda del infinito1. Tambin Eugenio Garin insisti en una lectura humanista del perodo. Garin procur mostrar que no ha perdido vigencia el carcter emblemtico del locus irrupcin del hombre, propio de los estereotipos del Renacimiento como ruptura con el medioevo. Al mismo tiempo que adverta acerca de la necesidad de no olvidar la

    1 Individuum und Kosmos in der Philosophie der Renaissance, (Leipzig, 1927).

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    presencia del texto aristotlico en el medio intelectual humanista2, Garin mostraba que el Renacimiento haba enarbolado una imagen del hombre erigida contra la metafsica medieval en la que el hombre careca de todo espacio3. Y poco despus Walter Ullmann continu con la misma lectura humanista, pero en lugar identificar su contextura terica con el platonismo, busc sus races en el movimiento de recepcin del aristotelismo de la baja edad media. Ullmann interpret ese fenmeno de recepcin del aristotelismo como un ingreso en el mundo intelectual latino medieval de los recursos filosfico-conceptuales necesarios para recuperar el homo naturalis. Para Ullmann el Renacimiento tuvo su origen en el despertar de la conciencia medieval a la necesidad de recuperar -con ayuda de la filosofa de Aristteles- el homo naturalis secularmente oculto por la figura del homo christianus surgido del bautismo, es decir del acto que durante siglos la edad media entendi como neutralizante de la vieja criatura natural y, al mismo tiempo, como origen del hombre nuevo paulino4.

    Esta rpida reconstruccin de la historiografa del Renacimiento exige una respuesta al problema planteado por la evidente existencia de lecturas diferentes del perodo: aunque en todas ellas est presente el locus del humanismo, mientras algunas se apoyan en el clsico modelo del predominio platnico, otras presentan al Renacimiento como el resultado de una renovatio introducida por la recepcin del aristotelismo. La coexistencia de dos modelos interpretativos tan distantes origina, por lo menos, el problema de su compatibilidad. Paul Kristeller intent una solucin a las dificultades implcitas en esta suerte de desconcertante pendant de la historiografa entre aristotelismo y platonismo. Segn Kristeller ninguna lectura del Renacimiento limitada a la extrapolacin de un sistema filosfico convertido en protagonista excluyente de su vida intelectual puede pretender dar cuentas de l de modo satisfactorio. En su interpretacin, el platonismo y el aristotelismo del Renacimiento no habran sido filosofas rivales, sino solo campos de inters coexistentes. Ms an, 2 Le traduzioni umanistiche di Aristotele nel secolo XV en Atti e memorie dellAccademia fiorentina di scienze morali `La Colombaria`, NS 2 (1947-50), 55-104. 3 "La storia nel pensiero del Rinascimento", en Rivista critica di storia della filosofia, 1951, fasc. 2 (cito aqu la versin publicada en E. Garin, Medioevo e Rinascimento, Roma-Bari, 19803, 187) 4 The Individual and Society in the Middle Ages, (Baltimore, Maryland, 1966) y Medieval Foundations of Renaissance Humanism, (Londres, 1977).

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    el platonismo renacentista no solamente habra dependido de la tradicin platnica clsica, sino tambin de la escolstica aristotlica5.

    En la misma direccin que Kristeller, pero ms claramente orientado a recuperar la presencia de Aristteles en el Renacimiento ha trabajado Charles Lohr6. En un estudio que ya es clsico propuso un esquema de fuerte valor pedaggico para entender el proceso de recepcin e interpretacin occidental del corpus aristotlico entre el siglo VI y el Renacimiento. Lohr estructur ese proceso en tres perodos. El primero, desde Boecio hasta el ao 1120, conoci slo Categoras y Per Hermeneias. El segundo se extiende desde 1120 hasta fines del siglo XV. Mientras que durante los seis siglos correspondientes al primer perodo el medioevo conoci solamente dos tratados aristotlicos, ya desde el comienzo del segundo perodo y en apenas un siglo y medio -entre 1120 y 1265- aparecieron en Occidente casi todos los restantes libros aristotlicos. Lohr explica las causas de esas diferencias cuantitativas entre textos recibidos en el primer y en el segundo perodo mediante el recurso a lo que llama el paradigma cientfico que defini el trabajo de los intelectuales de cada perodo. As, por ejemplo, mientras en el primero predomin un modelo de conocimiento orientado hacia la explicacin de la realidad mediante la exgesis bblica, en el segundo apareci una nueva mentalidad, impregnada de un inters ms cientfico que el del primer perodo. Esta mentalidad habra puesto en movimiento un proceso de bsqueda de lo que faltaba conocer del corpus aristotlico. Los resultados

    5 Renaissance Thought and its Sources (Nueva York, 1979) (cito la trad. espaola El pensamiento renacentista y sus fuentes, Mxico, 1982, 17-8 y 54 ss.) 6 "The medieval interpretation of Aristotle", en N. Kretzmann, A. Kenny, J. Pinborg (eds.), The Cambridge History of Late Medieval Philosophy, (Cambridge, 1982), 80-98; "Die Rezeption der aristotelischen Philosophie im lutherischen Deutschland (Ein Vergleich mit der scholastischen Entwicklung)", en Ecclesia Militans. Studien zur Konzilien- und Reformationsgeschichte, Bd. II, hrsg. von W. Brandmller, H. Immerktter, E. Iserloh (Wrzburg, 1988), 179-192; "The Sixteenth Century Transformation of the Aristotelian Natural Philosophy", en Aristotelismus und Renaissance (Wolfenbtteler Forschungen, Bd. 40 (1988), 89-99; "Metaphysics", en Ch. B. Schmitt, Q. Skinner, E. Kessler, J. Kraye (eds.), The Cambridge History of Renaissance Philosophy (Cambridge, 1988), 537-638; "Del aristotelismo medieval al aristotelismo renacentista (La transformacin de la divisin aristotlica de las ciencias especulativas en el siglo XVI)" en Patristica et Mediaevalia XVII (1996), 3-15.

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    de este proceso fueron rpidos: entre 1120 y 1265 Occidente conoci -con excepcin de la Potica- casi todo el resto de ese corpus7.

    Qu sucedi con Aristteles en el tercer perodo que coincide con el Renacimiento? A diferencia de los dos primeros perodos, ste no mostr un inters unitario ni homogneo en la obra de Aristteles, sino mltiple y cualitativamente distinto de ellos. Esta multiplicidad de diversos intereses en el texto aristotlico permite hablar de distintos aristotelismos. Tal como haba sucedido en los dos primeros perodos, tambin en el tercero cada aristotelismo se defini a travs de un paradigma de conocimiento que determin lo que merece ser conocido, es decir que defini las propias opciones cientficas de cada perodo. De esta manera, hubo un aristotelismo cultivado por los jesuitas, con objetivos teolgicos y gran inters en la Metafsica; otro aristotelismo, sin la Metafsica, fue cultivado por Melanchton en la Alemania protestante; los juristas franceses se interesaron en la Lgica como instrumento de interpretacin de la dogmtica jurdica; y el humanismo italiano se orient hacia la filosofa moral y la Potica, desconocida en el medioevo. Esta desintegracin temtica de la enciclopedia aristotlica tuvo como consecuencia la fractura de la unidad de la cosmovisin que el medioevo haba forjado gracias a su fidelidad a la unidad total de la obra del Filsofo8.

    Este fenmeno permite anotar una importante conclusin sobre la tipologa del aristotelismo renacentista: cuando la historiografa insiste en interpretar el Renacimiento como perodo de ruptura respecto del medioevo, esa ruptura -dice Lohr- no debe entenderse como un olvido del pasado, sino solamente como un aniquilamiento de la unidad del modelo cientfico del aristotelismo medieval, sustituido por la multiplicidad de diversos aristotelismos. Por ello, no fue Aristteles el que desapareci en el Renacimiento, pues de hecho los estudiosos del pensamiento renacentista han encontrado ms cantidad de comentarios a obras de Aristteles escritos durante el siglo y medio que corre entre Pietro Pomponazzi y Galileo que durante los mil aos que corren desde Boecio a Pomponazzi. Lo que realmente desapareci fue la enciclopedia aristotlica entendida como modelo cientfico unitario.

    7 "The medieval interpretation of Aristotle", ut supra, nota 6, 80 ss. 8 ibid., 97.

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    Precisamente ste es el aspecto sobre el cual ms habra de insistir Charles Schmitt en sus investigaciones sobre el aristotelismo en Italia e Inglaterra: mientras para muchos estudiosos el trnsito de la cultura medieval a la renacentista haba sido sinnimo de sustitucin de la filosofa de Aristteles por la de Platn, segn Schmitt sucedi exactamente lo contrario: independientemente del acuerdo o desacuerdo de los hombres del Renacimiento con Aristteles, su influencia no solo no declin, sino que aument sensiblemente respecto de la edad media9. Schmitt analiz la utilizacin de los instrumentos de enseanza entre fines de la edad media y el siglo XVII para mostrar en qu consisti la persistencia del inters por Aristteles en el Renacimiento. De ese anlisis concluye que ese inters constituy una situacin paradjica, ya que al mismo tiempo que los intelectuales del perodo se apartaban de los contenidos de la obra aristotlica, sin embargo no lograban prescindir de ella. Segn Schmitt uno de los motivos de la dependencia renacentista respecto de Aristteles residi en la misma naturaleza de la enciclopedia aristotlica, organizada como sistema de conocimiento por las causas. La facilidad implcita en la transmisin y enseanza de esas causas hizo que Aristteles pudiera ser gilmente transmitido, que por ese motivo su obra haya sido privilegiada como texto de enseanza en la Universidad y que, consecuentemente, como texto pedaggico, ella se impusiera sobre la de Platn. Ms an, hasta fines del siglo XVI la enseanza filosfica consisti en la lectura de versiones latinas de Aristteles o compendia de sus obras. En el siglo XVII por insatisfaccin a causa de su contenido o porque Aristteles no cubra todas las reas del conocimiento aparecen los primeros intentos de bsqueda de sustitutivos. Pero la influencia que predomin en la enseanza del Renacimiento fue Aristteles concluye- "who remained the central philosophical authority"10.

    Schmitt ha sido el investigador contemporneo ms dedicado a la reconstruccin de la historia de las ideas del Renacimiento. Su inesperada muerte en Padua, el 15 de abril de 1986, trunc una prometedora carrera intelectual, colmada de expectativas y proyectos acadmicos. Su inters por el Aristteles del Renacimiento se remonta a su tesis de doctorado de

    9 La tradizione aristotelica: fra Italia e Inghilterra, (Npoles, 1985), 11 ss. 10 The Rise of the Philosophical Textbook, en Ch. B. Schmitt, Q. Skinner (eds.), The Cambridge History of Renaissance Philosophy (Cambridge, 1988), 803.

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    1960 sobre Gianfrancesco Pico della Mirandola (1469-1533) and His Critique of Aristotle11. Poco despus, en 1963, public su primer artculo en la revista Medieval Studies sobre un tema comn al medioevo y al Renacimiento: el problema de la iluminacin en Enrique de Gante, Duns Scoto y Gianfrancesco Pico. A partir de entonces y durante casi un cuarto de siglo desarroll su brillante periplo intelectual como investigador de la historia y de la evolucin de las ideas. Hilo conductor de sus investigaciones es la tesis que afirma que el aristotelismo constituye un vasto y unitario fenmeno extendido en el tiempo, desde Atenas hasta la respublica litterarum del humanismo, cuya caracterstica principal fue su ininterrumpida continuidad en la recepcin e interpretacin de la tradicin clsica12. Por ello Schmitt considera improcedente la dicotoma radical entre medieval y moderno y afirma la necesidad de reformular esa periodizacin sobre la base de un nico bloque filosfico-cultural que se extiende entre los siglos XII y XV, dentro del que se habra verificado la mayor asimilacin de textos y tradiciones de la antigedad13.

    Schmitt ha expuesto sus ideas en numerosos libros y en ms de cien artculos reunidos luego en volmenes sobre la ciencia y la filosofa del Renacimiento14, sobre la recepcin de la filosofa aristotlica en la Universidad renacentista15 y en una miscelnea que abarca desde ediciones de textos referidos a la historia de la medicina hasta una erudita reconstruccin histrica de la evolucin del escepticismo y su recepcin en la filosofa moderna16. Una particular expresin de sus ideas acerca de la tipologa de la cultura renacentista es un texto que Schmitt haba escrito como Introduccin a The Cambridge History of Renaissance Philosophy, pero que su muerte prematura mantuvo oculto e impidi que fuera publicado en ese volumen. Ese texto fue luego rescatado por Charles Lohr del Nachlass de Schmitt y publicado con el ttulo de Towards a History of Renaissance Philosophy en un volumen dedicado a su memoria que rene 11 Publicada luego por Martinus Nijhoff (The Hague, 1967). 12 Aristotle and the Renaissance (Harvard, 1983), 112 ss. (hay traduccin italiana de Antonio Gargano, Problemi dellaristotelismo rinascimentale, Napoli, 1985). 13 La tradizione aristotelica..., ut supra, nota 9, 44 ss. 14 Studies in Renaissance Philosophy and Science (Londres, 1981). 15 The Aristotelian Tradition and Renaissance Universities (Londres, 1984). 16 Reappraisals in Renaissance Thought (Londres, 1989) y Cicero Scepticus, en International Archives of the History of Ideas (The Hague, 1972).

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    conferencias pronunciadas en la Herzog-August Bibliothek de Wolfenbttel sobre Aristteles en el Renacimiento17. Se trata de un escrito de especial inters para evaluar la concepcin histrica con que Schmitt haba pensado la organizacin y el contenido de ese importante volumen de Cambridge. En ese texto sintetiz algunos criterios que deberan guiar todo programa de investigacin sobre el perodo que extendido entre Ockham y Descartes es, segn Schmitt, todava terra incognita, aunque hoy dispongamos de mayor cantidad de material textual de este perodo que de la edad media. Despus de una breve reconstruccin de la historiografa renacentista inaugurada en el siglo XIX y retomada en nuestro siglo por Giovanni Gentile y especialmente por Ernst Cassirer -el primero que vio en el Renacimiento un fenmeno intelectual de dimensiones internacionales- Schmitt llama la atencin sobre dos desviaciones historiogrficas: la primera consider al Renacimiento solamente como un perodo de precursores de ideas posteriores especialmente en el campo de la teora de la ciencia, pero sin valor propio; la segunda estudi la filosofa renacentista acentuando su carcter conceptual y sistemtico, pero descuidando el marco histrico y las nuevas circunstancias culturales que constituyen su contexto. Schmitt destaca adems el cambio de la funcin de la filosofa en el nuevo medio social renacentista. En este nuevo contexto la figura que ocupa el filsofo deja de ser la del intelectual necesariamente vinculado a instituciones; si bien es verdad que en el Renacimiento la filosofa se ense en las universidades, reaparece despus de siglos la figura del filsofo como personaje independiente de toda filiacin universitaria; este fenmeno implica un cambio cualitativo respecto del carcter predominantemente institucional de los intelectuales que cultivaban la filosofa en la edad media18. Con todo, la nota que Schmitt considera como la ms importante para definir el perfil de la contextura intelectual del Renacimiento es que ste constituye el primer ejemplo de lo que puede ser considerado un fenmeno cultural ntegro, que abraza toda la vida intelectual de una poca. Segn su propia caracterizacin, el fenmeno del humanismo durante el Renacimiento ofrece el primer ejemplo del modo como la filosofa estuvo vinculada con la historia, el derecho, la

    17 Wolfenbtteler Forschungen, Bd. 40 (Aristotelismus und Renaissance), (Wolfenbttel, 1988) 9-19. 18 ibid., 14.

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    literatura, la ciencia, el estudio de la tradicin clsica, el pensamiento medieval y las artes. Por ello la historia de la filosofa de este perodo no puede limitarse a ser la historia de un inters puramente tcnico en la filosofa, sino que debe incluir todo el mundo intelectual del Renacimiento en todas sus ramificaciones19.

    Aunque las investigaciones de Lohr y Schmitt se complementan, quiz sea este ltimo texto el que permite percibir con ms precisin las diferencias entre el trabajo que cada uno de ellos ha realizado acerca del mismo perodo de la historia del pensamiento. Lohr, interesado en la historia del aristotelismo como fenmeno global, se ha ocupado de interpretar histricamente las corrientes filosficas del Renacimiento procurando encontrar el espacio intelectual del aristotelismo dentro de ellas. Schmitt, en cambio, ha abordado el perodo renacentista como fenmeno integral de la cultura, del que la filosofa inclusive la aristotlica es solo una de sus dimensiones, pero no la nica. Por ello su programa de trabajo puede resumirse en su permanente empeo en mostrar que la naturaleza de la cultura renacentista solo puede ser entendida como un gran y unitario complejo al que fue totalmente extraa la concepcin del saber compartimentado en diferentes disciplinas. En consecuente correspondencia con su objeto de estudio, la innovacin de su mtodo ha consistido en aferrar con criterios hermenuticos unitarios todos los aspectos de la cultura renacentista como fenmeno global y en realizar una reductio ad unum metodolgica de toda la variedad temtica del pensamiento del Renacimiento considerado como perodo en el que, por primera vez, aparece la absolutizacin del ideal de un saber interrelacionado.

    Aristteles y el Renacimiento, el libro que presentamos aqu en la excelente traduccin de Silvia Manzo, es el primero de una serie de trabajos de Schmitt que sern publicados en castellano. De los numerosos libros de Schmitt, Aristteles y el Renacimiento se encuentra entre los que mejor resumen su pensamiento. En l tipifica las caractersticas y las consecuencias de la asimilacin e irradiacin de la influencia de los textos aristotlicos hasta el siglo XVII. Esa irradiacin -dice- no atenta ni contra la variedad de los aristotelismos renacentistas ni contra su especificidad.

    19 ibid., 13.

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    Schmitt coincide con Lohr cuando sostiene que el Renacimiento no consisti en un aristotelismo, sino en diversas y diferentes interpretaciones de Aristteles, la mayora de las cuales no generaron un aristotelismo puro, sino un aristotelismo eclctico. Pero al mismo tiempo procura mostrar que cada una de esas mltiples interpretaciones tuvo su propia tipologa, marcadamente diferente de la medieval. Esa diferencia se percibe, en particular, en el mtodo de anlisis introducido por el humanismo. En la edad media se estudiaron los argumentos de Aristteles de modo estrictamente terico, sometindolos a una suerte de diseccin filosfica y sin sentido histrico, como si se tratara de argumentos de un contemporneo. En el Renacimiento, en cambio, que no fue un perodo de recepcin sino de interpretacin y filologa del texto aristotlico, ya a partir de Leonardo Bruni se comienza a percibir la presencia de la dimensin histrica del anlisis textual. Esta dimensin nueva, como programa metodolgico, haba estado totalmente ausente de la mentalidad de los hombres de la edad media. Para ello los humanistas atendieron al significado filolgico de los trminos y procuraron colocar en riguroso contexto histrico las obras y los textos que analizaban .

    En sntesis, Schmitt se ha ocupado de ofrecer nuevos mtodos y valiosos instrumentos, materiales y documentos hasta hoy ignotos que constituyen un punto de partida obligado para poner en marcha una investigacin completa i.e. histrica, filolgica y sistemtico-doctrinal del significado y de la evolucin del pensamiento aristotlico en el Renacimiento. Salvo excepciones, su obra no ha consistido tanto en la exposicin o en la interpretacin puramente sistemtica de doctrinas filosficas20, sino sobre todo en la reconstruccin histrica de la gnesis y

    20Una de esas excepciones es su clebre trabajo "Experience and Experiment: a comparison of Zabarellas View with Galileos in De Motu" en Studies in the Renaissance XVI (1969), 80-138, en el que reconstruye los antecedentes del mtodo experimental en el Renacimiento antes de Newton y Locke.

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    el desarrollo de las corrientes filosficas del pensamiento renacentista. De all que su obra, en particular sta que aqu se ofrece al lector, deba ser evaluada como la de un historiador de las ideas del Renacimiento.

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    A F. Edward Cranz y Charles H. Lohr, pioneros del estudio del aristotelismo renacentista como fenmeno internacional

    PREFACIO

    Me complace agradecer al Comit Martin de Conferencias Clsicas del Oberlin College por su gentil invitacin a dar estas conferencias durante la semana del 7 de abril de 1980. Fue un gran placer tener la oportunidad de comunicar mis opiniones sobre un tema que me interes durante algunos aos a una vida audiencia en el campus Oberlin. Si bien el tema era demasiado extenso como para ser tratado satisfactoriamente en cuatro conferencias, esta circunstancia me oblig a resumir algunas de mis ideas sobre Aristteles y el Renacimiento; tambin me benefici con los asistentes a la conferencia, cuyas importantes preguntas tom en consideracin al preparar el manuscrito. El libro ha sido provisto con referencias y notas, varios apndices explicativos y una bibliografa bsica de trabajo que debe servir como gua para estudios posteriores sobre este tema. Procur no extender las conferencias ms de lo debido, con la esperanza de que el presente volumen, que no aspira a ser tomado como el tratamiento definitivo de la cuestin, ofrezca un panorama introductorio.

    Para realizar de la investigacin sobre la que estn basadas las conferencias fueron necesarios largos viajes a bibliotecas de muchas partes de Europa y Norteamrica. La oportunidad de llevar adelante este trabajo se debe en gran parte a la generosidad de la Sociedad Filosfica Estadounidense, al Merton College (Oxford), al Fondo Central de Investigaciones de la Universidad de Londres, a la Academia Polaca de Ciencias, a la Fundacin John Simmon Guggenheim, a la Fundacin Nacional para las Humanidades y al Instituto Warburg. La preparacin intelectual de esta investigacin fue sustentada en gran medida durante los dos aos (entre 1961 y 1963) que he podido pasar en Italia gracias a la Comisin Fulbright. Las conferencias mismas y consecuentemente tambin este volumen son el resultado de un trabajo comenzado en 1973, y continuado hasta el presente, sobre la fortuna de Aristteles en la Edad Media y el Renacimiento, que eventualmente ser presentado en el Catalogus translationum et commentariorum.

    En un aspecto ms personal estoy en deuda con el Comit Martin de Conferencias Clsicas, especialmente con Nathan A. Greenberg y Marcia Colish, quienes hicieron que cada da de mi estada en Oberlin fuera agradable y fecundo. Constance Blackwell, Brian Copenhaver, Anthony Grafton y Jill Kraye aportaron tiles consejos y sugerencias relativos a la preparacin de la

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    publicacin de las conferencias. Paul Kristeller y Charles Lohr leyeron una versin en borrador del libro con un cuidado y una crtica tan constructivos que causaron muchas mejoras en la versin final y sugirieron vas para el estudio futuro de la materia. Los escritos de Edward Cranz y las conversaciones que mantuve con l tambin han constituido un gran aporte a estas pginas. Finalmente, agradezco al Director y a los bibliotecarios del Instituto Warburg por brindar una atmsfera adecuada para la investigacin, an en estos tiempos de reduccin de las instituciones acadmicas promovida por el poder poltico. Confo en que la incorporacin de Aristteles en la historia de la tradicin clsica sea ms clarificadora que ofuscante y que el estudio de los textos filosficos renacentistas, al igual que las pinturas decorativas que suelen ser ms tenidas en cuenta, pueda ayudar a iluminar algunos aspectos del perodo dignos de atencin.

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    INTRODUCCIN

    El elemento clsico en la civilizacin occidental fue una fuerza dominante a lo largo de muchos siglos y sin duda debe ser considerado como una caracterstica dominante todava en el presente. Esto no significa negar la importancia del judasmo o del cristianismo, de los desarrollos vernculos medievales, de las caractersticas salientes de la cultura moderna tales como el nacionalismo, el capitalismo y la revolucin cientfica, o del impacto del mundo no occidental sobre nuestra cultura. Sin embargo, una rpida mirada sobre la historia occidental muestra la marca indeleble de la civilizacin clsica tanto en el arte como en la arquitectura, en la literatura como en las instituciones legales. La tradicin cientfica y filosfica de Grecia, que incluye a la matemtica, la filosofa poltica, la moral, la medicina, la lgica, la retrica, y el espectro de las ciencias, nos ha llegado a travs de relativamente pocos libros que sobrevivieron a la cada del mundo antiguo. Del puado de autores cuyos escritos fueron salvados ninguno ha tenido una fortuna ms brillante que Aristteles, ya que, de todos los autores que perduraron desde la antigedad, slo l puede aspirar a ser ubicado en la cima de la filosofa y en la ciencia.

    Aristteles (384-322 A.C.)1, originariamente alumno de Platn, con el tiempo eclips a su maestro en la amplitud de sus iniciativas y de su influencia pstuma. Partiendo de una posicin no muy diferente a la de Platn, su desarrollo intelectual maduro tom direcciones apenas imaginadas por su distinguido maestro. En verdad, las escuelas platnica y aristotlica de las pocas posteriores fueron vistas como dos tradiciones intelectuales rivales provenientes de la antigedad. Mientras que los escritos de Platn se limitaron a unas pocas ramas de la filosofa (principalmente filosofa moral, gnoseologa y metafsica), Aristteles escribi sobre una cantidad mucho mayor de temas que incluyen la lgica, la retrica, la fsica, la zoologa y otras ramas de la ciencia natural. An cuando una gran parte de las obras de Aristteles no sobrevivi, lo que ha permanecido es una obra impresionante, especialmente si tomamos en cuenta que fue l mismo quien estaba sentando las bases de muchas de las 1 La literatura sobre Aristteles es, por supuesto, vasta. Entre las introducciones tiles que se pueden recomendar se encuentran W. Jaeger, Aristotle: Fundamentals of the History of His Development, trad. R. Robinson, 2 da. ed. (Oxford, 1948); W.D. Ross, Aristotle, 5 ta. ed. (Londres, 1949); M. Grene, A Portrait of Aristotle (Londres, 1963) y G. E. R. Lloyd, Aristotle: The Growth and Structure of His Thought (Cambridge, 1968).

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    disciplinas que trat2. Debido a la direccin seguida por los estudios filosficos actuales y a la orientacin bastante especial que por lo general se le ha dado a la enseanza de Aristteles, a los estudiantes de hoy rara vez se les ofrece una muestra del verdadero alcance de la filosofa aristotlica. En la medida que se les propone un acceso al Estagirita desde una perspectiva o bien filosfica, o bien histrica o bien literaria, se les ofrece solamente un aspecto muy recortado de la obras aristotlicas. Sin embargo, este no fue siempre el caso y puede sorprender que textos hoy poco ledos como Fsica, De Coelo, Parva Naturalia o Meteorolgica, hayan sido ejes de la enseanza en otros tiempos y otros lugares3.

    Si bien el estudio de Aristteles es intrnsecamente interesante e importante, la relevancia del lugar de Aristteles en la historia occidental en verdad reside en el modo muy peculiar en que su obra sirvi tanto de piedra angular como de piedra de toque para casi dos milenios de historia. Los griegos antiguos y medievales, como as tambin las civilizaciones cristianas e islmicas de la poca medieval y de los comienzos de la modernidad fueron todos deudores de los escritos de Aristteles en un grado que resulta tanto ms asombroso cunto ms se conocen sus circunstancias. El pblico conocedor en general sabe y reconoce que la infraestructura intelectual de las civilizaciones medievales deriv en gran parte de la filosofa y de la ciencia aristotlicas. El aristotelismo de Dante y de Toms de Aquino, y el dominio de ese saber en las universidades medievales apenas necesitan ser destacados. Tambin es verdad, aunque sin embargo rara vez ha sido advertido por la mayora de los libros de historia cultural, que el dominio de Aristteles en Europa Occidental y en las colonias europeas sigui siendo tan fuerte a lo largo de los siglos XV, XVI, y la mayor parte del siglo XVII como lo haba sido antes, a pesar de los numerosos y a menudo salvajes ataques dirigidos en su contra desde varios frentes. Lorenzo Valla, Lutero, Coprnico, Ramus y Bruno se encuentran entre los crticos ms destacados, pero en el siglo XVII Bacon, Galileo y Descartes lograron librar un ataque que si bien sera fatal para el sistema aristotlico no tuvo las mismas consecuencias en cada uno de sus componentes.

    El tema central del presente libro es Aristteles durante el Renacimiento. A pesar de que el trmino Renacimiento es bastante vago y cuestionable, lo usar a lo largo de este volumen porque se ha instalado en el vocabulario comn, aunque creo que tal denominacin ha causado ms problemas que los que resolvi y ha oscurecido al extremo los temas y las estructuras cronolgicas. 2 Para la cuestin de las obras de Aristteles ver P. Moraux, Les listes anciennes des ouvrages dAristote (Lovaina, 1951). 3 Ver Apndice C para una lista de las obras de Aristteles recibidas en el Renacimiento.

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    Aqu usar simplemente Renacimiento para referirme a un perodo de la historia europea que se extiende desde fines del siglo XIV hasta mediados del siglo XVII. Soy plenamente consciente de que si se quiere dar algn sentido a un trmino cualquiera, es necesario hacer distinciones cronolgicas y geogrficas precisas. Yo no lo har, sino que usar el trmino slo en un sentido puramente cronolgico para denotar los aos sobre los cuales proyecto concentrar mi atencin. De un modo indirecto mi periodizacin tiene un significado adicional: es precisamente el perodo que ha sido ms descuidado por los historiadores de la filosofa en general y del aristotelismo en particular. El perodo menos estudiado de la historia de la filosofa y, en general, tambin de la historia de la ciencia son los aos que separan a Ockham y Oresme de Galileo y Descartes. As, unos trescientos aos de la tradicin aristotlica, durante los cuales la actividad intelectual fue ms intensa y las publicaciones ms numerosas que nunca, fueron muy desatendidos. Difcilmente se puede sostener que la vasta literatura aristotlica de aquel perodo es en su totalidad digna de escrupulosa atencin, pero debera hacerse un intento de delimitar su mbito, sealar algunos de sus rasgos sobresalientes y describir algunas de sus caractersticas generales. As, el Renacimiento, an en mi dbil definicin del trmino, adquiere un significado particular como un gran perodo apenas advertido a lo largo de la continuidad de la tradicin clsica.

    Hay otros dos trminos que uso frecuentemente y tambin requieren un breve comentario: humanismo y escolstica. Con ms o menos frecuencia contrasto estas dos tradiciones (o movimientos), especialmente en cuanto se relacionan con el tema principal del libro, la fortuna de Aristteles en el Renacimiento.

    Al humanismo lo tomo en un sentido similar al propuesto por Kristeller4. Si bien no estoy completamente de acuerdo con todos los aspectos de su definicin, en especial en lo que se refiere al siglo XVI y a los siglos posteriores, esta proporciona un marco til de trabajo. Su definicin enfatiza el elemento clsico del humanismo, mientras que elimina casi por completo cualquier compromiso ideolgico o filosfico especfico por parte de los humanistas. El rasgo comn de los humanistas es su devocin por y su competencia en ciertas partes del legado de la antigedad clsica. Los ejes del humanismo renacentista fueron la gramtica griega y latina, la historia, la retrica, la literatura y la filosofa moral. Si bien ciertos humanistas se interesaban en la medicina, la matemtica, el derecho, la metafsica, la filosofa natural y la lgica, incluso las ejercieron 4 Esta posicin ha sido manifestada varias veces. Ver P.O. Kristeller, The Classics and Renaissance Thought (Cambridge, Mass., 1955), especialmente cap. 1, varias reimpresiones.

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    como profesionales, stas disciplinas estaban fuera del ncleo de actividades humanistas. El humanismo, de acuerdo con esta definicin, abarca un conjunto de recursos intelectuales e intereses que podan usarse en numerosas disciplinas independientes o podan ser tilmente combinados con otras reas de inters. Consecuentemente, no se les puede asignar a los humanistas en general ninguna filosofa antigua en especial, an cuando algunos de ellos eran platnicos, aristotlicos, estoicos, epicreos o incluso escpticos. Mi nfasis recaer en un grupo bastante considerable de individuos con fuertes intereses en la filosofa de Aristteles. Estos hombres eran capaces de tratar problemas gramaticales, filolgicos e histricos en virtud de su educacin humanista y tales destrezas en definitiva fueron aplicadas a sus intereses filosficos: muchos de los humanistas aristotlicos fueron editores y traductores.

    En el contexto de este libro, la escolstica es frecuentemente contrapuesta al humanismo. Uso aquel trmino para significar el tratamiento del estudio de la filosofa desarrollado en las universidades medievales, esto es, en una particular situacin de enseanza. Estaba caracterizado por formas literarias especficas, tales como los comentarios y las cuestiones. Si bien este es un tratamiento tpicamente medieval del estudio de Aristteles (y de la filosofa y de la teologa en general), durante el Renacimiento continu dominando las universidades en toda Europa y tiempo despus todava dominaba ciertas disciplinas en algunas reas geogrficas. En general, el enfoque escolstico de Aristteles fue ms filosfico y menos histrico que el humanista. Es decir, la validez filosfica de las ideas fue el principal punto en cuestin por encima del contexto histrico del que surgieron. Naturalmente, con el paso del tiempo los dos enfoques interactuaron en varios sentidos, pero esto es adelantarnos a nuestra historia.

    El intenso inters en Aristteles continu durante el Renacimiento, sin embargo este hecho recibi poca atencin por parte de los estudiosos de nuestro tiempo. Las races de tal descuido y desatencin (en parte, al menos, merecida) se remontan por lo menos al siglo XVII. Desde los comienzos medievales del dominio aristotlico en las escuelas ha habido una corriente crtica oculta y a veces no tan oculta: Bernardo, Buenaventura, tienne Tempier, Petrarca, Lorenzo Valla, Gianfrancesco Pico y muchos humanistas y filsofos independientes del siglo XVI criticaron uno o varios aspectos centrales de la tradicin aristotlica. Fue, sin embargo, la crtica de comienzos del siglo XVII la que finalmente dictamin el juicio sobre Aristteles como Maestro di color che sanno (el Maestro de aquellos que saben). Varios de los principales filsofos y cientficos desde la generacin de Bacon y Galileo hasta la de Hobbes y Descartes fueron determinantes en el destino del aristotelismo como filosofa

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    coherente, si no enteramente desde un punto de vista histrico al menos desde un punto de vista intelectual. Los cuatro pensadores por caminos diferentes y mediante el uso de mtodos retricos distintos encarnaron enrgicamente la destruccin de muchas de las doctrinas centrales de la filosofa peripattica. Las doctrinas de Aristteles sobre la forma y la materia, las causas finales, el movimiento y el vaco fueron cuestionadas. Una nueva filosofa, que utilizaba la matemtica de un modo no previsto por Aristteles y sus seguidores, y aplicaba mtodos empricos y basados en la observacin en mayor medida que los peripatticos, estableci los cnones de una nueva era.

    Mientras que la actitud de Galileo hacia los escritos y el mtodo de Aristteles mismo fue compleja y es difcil caracterizarla brevemente, su opinin sobre los peripatticos de su tiempo estaba caracterizada por un desprecio casi absoluto. Los acus de ocultarse detrs de la autoridad de Aristteles en lugar de enfrentar los problemas cientficos honestamente con la ayuda de los medios y recursos a su disposicin5. Eran, en verdad, filsofos del papel cuya principal autoridad yaca en los libros de Aristteles antes que en la experiencia bruta sobre la cual los libros se basaban o en el mtodo practicado por Aristteles6. La polmica de Galileo, a diferencia de casi todos los crticos anteriores de la filosofa peripattica y de muchos de los posteriores, estaba acompaada por una alternativa viable a la filosofa criticada, o al menos a una parte significativa de ella. Pero no fue la nica figura destacada en emerger en los primeros aos del siglo XVII como crtico de Aristteles y como fuerza intelectual capaz de ser reconocida por derecho propio.

    Francis Bacon, cuyo Novum Organum (1620) es un intento consciente de brindar un nuevo instrumento para reemplazar el anticuado discurso cientfico de Aristteles que haba dominado los siglos anteriores, tambin tena algo que decir sobre esta cuestin. Un comentario tpico se encuentra en De augmentis scientiarum (1623), donde dice que la filosofa escolstica constitua una persistente degeneracin de la filosofa de Aristteles7. En el Novum Organum Bacon rechaza muy puntualmente la lgica y la filosofa natural aristotlicas como claves para desenmaraar los secretos de la naturaleza, hasta dice que Aristteles es todava ms culpable que los escolsticos del abandono completo de la confianza en la experiencia8. La obra de Bacon est llena de comentarios similares por doquier y no por nada es considerado una de las principales figuras 5 Le opere di Galileo Galilei, ed. A. Favaro et al. (Florencia, 1929-1939), VII, 136-137. 6 Ibid., V, 190. 7 The Works of Francis Bacon, ed. J. Spedding, R. L. Ellis y D. D. Heath (Londres, 1857-1874), I, 453. 8 Ibid., I, 174.

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    responsables de la destruccin de la confianza en la validez del mtodo aristotlico.

    El denuesto de Thomas Hobbes quiz se resume mejor en su Leviathan (1651), donde al referirse a las universidades dice burlonamente: el estudio no es propiamente filosofa,...sino aristotela.9 Por aquel tiempo la reputacin de Aristteles era tan mala que, al menos en algunos crculos, ya no poda ser considerado un filsofo. En verdad, segn Hobbes, pocas cosas de valor podan encontrarse en aquellos textos que haban sido la base de la enseanza filosfica precedente. Las universidades se haban equivocado al tomar a Aristteles como base de la instruccin: Ya que ninguno de los escritos de los antiguos filsofos, sostiene, son comparables a los de Aristteles por su capacidad para crear enigmas y enredar a los hombres con palabras, y generar disputas.10

    En la poca en que fueron escritas las opiniones de Hobbes el dominio peripattico en las escuelas estaba siendo seriamente vulnerado e iba a prolongarse slo alrededor de una generacin ms. Descartes, Gassendi y muchos otros se sumaron a la corriente crtica. Esa fue la principal tendencia de la crtica del uso de Aristteles en las escuelas del Renacimiento hasta el da de hoy. La Encyclopdie del siglo XVIII todava contena una seccin Des philosophes rcens Aristotllico-scholastiques!11 bastante severa con respecto a la escolstica del siglo XVI, aunque otras secciones del artculo sobre el aristotelismo eran ms favorables12. La valoracin negativa de los seguidores latinos de Aristteles persisti hasta el restablecimiento del neoescolasticismo en el siglo XIX. A partir de entonces, el aristotelismo medieval ha sido reevaluado en terminos ms positivos. Sin embargo, todava falta que el estudio de Aristteles en el Renacimiento un asunto que rara vez ha sido considerado digno de seria atencin sea escrutado del mismo modo.

    Prcticamente todos los estudiosos del perodo reconocen la presencia ininterrumpida de Aristteles en la vida cultural e intelectual del Renacimiento, pero tal presencia ha sido interpretada casi siempre como el background tradicional y estable con respecto al cual deben ser evaluados los elementos nuevos y progresistas. Aqu espero demostrar cuatro tesis principales: (1) que el

    9 The English Works of Thomas Hobbes, ed. W. Molesworth (Londres, 1839-1845), III, 670 (Leviathan IV, 46). 10 Ibid., VI, 215 (Bethemoth I). ! (N.del T: Los recientes filsofos aristotlico-escolsticos) 11 Encyclopdie (Pars, 1751-1780), I, 662-665. 12 Ibid., I, 665-673: Des philosophes qui ont suivi la vritable philosophie dAristote.

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    estudio de Aristteles durante el Renacimiento no fue meramente una continuacin ciega del aristotelismo de la Edad Media; (2) que las obras de Aristteles y sus seguidores continuaron influenciando y frecuentemente de un modo positivo y creciente a algunos de los pensadores claves y progresistas del Renacimiento; (3) que el aristotelismo de los siglos XV, XVI y XVII tena un desarrollo interno propio y dependa a su vez de influencias externas para su persistente eficacia; (4) que durante el Renacimiento, en contra de la opinin general, dentro del grupo de los aristotlicos existi una gran diversidad de actitudes, mtodos y vnculos con respecto al Corpus Aristotelicum.

    Mi tratamiento del tema est muy lejos de ser completo, algunos de los tpicos principales ni siquiera son tocados. Una sntesis comprehensiva se har en algunos aos en el futuro. Tampoco he intentado dar un tratamiento cronolgico de las tendencias principales de los estudios aristotlicos durante el Renacimiento. Ms bien, he concentrado mis reflexiones en torno a estos cuatro temas, que creo no han sido tratados adecuadamente por la literatura, intentando al mismo tiempo ilustrar varias de las caractersticas que considero principales. Si bien se ha escrito bastante sobre el platonismo renacentista, sus cualidades e influencias, el aristotelismo del mismo perodo no ha gozado de semejante atencin. Por otro lado, se han hecho y se siguen haciendo muchas conjeturas sobre la naturaleza de la tradicin peripattica renacentista. Espero mostrar que algunas de ellas no estn justificadas y al mismo tiempo espero abrir el panorama a los lectores presentando evidencias en favor de una perspectiva ms adecuada y equilibrada del significado de Aristteles en la vida cultural del Renacimiento en Europa. Una de mis principales tesis ser que el aristotelismo del Renacimiento, tanto como el de la Edad Media, era un fenmeno internacional. Por ms que se pueda hablar del aristotelismo en Italia o en Inglaterra, de una variante protestante o catlica, o del aristotelismo universitario en contraste con el de la corte, es siempre de fundamental importancia tener en cuenta que el fenmeno fue verdaderamente internacional. La gran fuerza unificadora fue la lengua latina en la cual estaba escrita la mayor parte de la literatura sobre el aristotelismo, incluso el aristotelismo vernculo era examinado cuidadosamente a travs del latn. Esto se debe tener en cuenta, ya que a pesar de la corriente creciente para usar las lenguas vernculas en el Renacimiento, el latn an funcionaba como medio de comunicacin acadmica internacional. Consecuentemente, los filsofos y cientficos en Oxford, Coimbra o Cracovia podan leerse unos a otros y, a su vez, ser ledos tanto en Roma, en Pars o Uppsala. Considerar la vida intelectual europea hasta el siglo XVII a la luz de estas circunstancias es esencial. Si bien las lenguas vernculas iban creciendo progresivamente durante el perodo que vivi la declinacin de la tradicin aristotlica en la filosofa y la ciencia, con respecto a los aos que

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    estamos considerando aqu el latn era el idioma convencional de la investigacin y la enseanza de la ciencia, la filosofa, la medicina, el derecho y la teologa.

    Este libro es, segn tengo entendido, el primero en dedicarse a hacer un examen particular del problema de Aristteles en el Renacimiento en sus variantes geogrficas, cronolgicas e intelectuales. Los estudios previos se han concentrado en un mbito ms estrecho, en temas ms limitados o en una determinada regin geogrfica. Quiero que este volumen sea una introduccin a un tema complejo y difcil de abordar. Al intentar presentar una explicacin general y relativamente fcil de seguir, frecuentemente hice simplificaciones y dej de lado las excepciones de las reglas generales que he detectado. Indudablemente, una consideracin ms extensa y detallada revelar que muchas de las generalizaciones fueron demasiado apresuradas, que muchas facetas importantes del tema fueron ignoradas o consideradas imperfectamente. Sin embargo, mi trabajo podr ofrecer por lo menos un marco general que luego otros podrn criticar y mejorar.

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    I

    ARISTOTELISMOS RENACENTISTAS

    Este ttulo tal vez confunda a algunos lectores. Sin embargo, no se trata de un error tipogrfico y el nmero plural de las palabras es correcto. Lo que quiero decir es que la expresin singular aristotelismo no es adecuada para describir la serie de supuestos, actitudes, enfoques de estudio, confianza en la autoridad, utilizacin de fuentes y mtodos de anlisis distintos que se encuentran entre los seguidores renacentistas de Aristteles. La mayora de las discusiones sobre esta materia disponibles actualmente dan pocos indicios de la pluralidad de perspectivas discernibles dentro de los lmites de la tradicin peripattica.13 Sin embargo, ms all de su tratamiento en los libros de texto, descubrimos que una mirada sobre algunos tratados filosficos del siglo XVI, por rpida y superficial que sea, manifiesta una gran distancia entre los distintos tipos de autores aristotlicos.

    Esta divergencia puede ser ilustrada mejor si comparamos la actitud de dos aristotlicos contemporneos de Galileo, que fueron tambin seguidores de la escuela de Padua, sobre la cual se ha escrito mucho. El primero es Jacopo Zabarella (1533-1589), cuyos tratados sobre lgica, metodologa y filosofa natural fueron muy ledos en toda Europa a fines del siglo XVI y durante todo el siglo XVII. Se ha sugerido que su obra tal vez tuvo influencia en el mtodo de prctica cientfica de Galileo14. El segundo es Cesare Cremonini (1552-1631), durante largo tiempo colega de Galileo en Padua, quien se hara famoso en la posteridad como el filsofo que no quiso mirar a travs del telescopio de

    13 Esto incluye la mayora de los estudios en diccionarios y enciclopedias: DSB, Enciclopedia of Philosophy y muchos otros. The Dictionary of the History of Ideas, por ejemplo, tiene un artculo separado sobre Platonismo en el Renacimiento, pero ninguno sobre aristotelismo. Los libros de texto estndares, tales como D. Hay, The Italian Renaissance in Its Historical Background (Cambridge, 1961; 2da. ed., Cambridge, 1976) y S. Dresden, Humanism in the Renaissance (Londres, 1968), son especialmente deficientes a este respecto. 14 Especialmente por J. H. Randall, The Development of Scientific Methodology in the School of Padua, Journal of the History of Ideas, I, (1940), 177-206, reimpreso y revisado en J. H. Randall, The School of Padua and the Emergence of Modern Science (Padua, 1961), 13-68. Ahora ver E. Garin, Aristotelismo veneto e scienza moderna (Padua, 1981).

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    Galileo15. Ambos se ganaron la vida la expresin es de Cremonini enseando los textos aristotlicos preestablecidos en la Universidad de Padua para los estudiantes de la Facultad de Artes y si buscamos un nico trmino descriptivo para identificarlos, sin duda debe ser aristotlicos. Pero una vez que comenzamos a observar con ms cuidado sus enseanzas, escritos y carreras, comparando y contrastando sus actitudes y doctrinas filosficas, descubrimos que a pesar de las semejanzas, tambin existen grandes diferencias en el modo en que estudiaron la naturaleza y la realidad. Zabarella hizo hincapi enrgicamente en la observacin del mundo externo como fuente de conocimiento, mientras subrayaba que la razn no Aristteles es el fundamento ltimo del conocimiento vlido. Tal posicin est claramente expresada en la conferencia introductoria de su curso correspondiente al ao acadmico 1585: Para establecer algo nunca estar satisfecho con la sola autoridad de Aristteles, sino que siempre confiar en la razn; tal cosa es verdaderamente natural y filosfica para nosotros, y adems parecer imitar a Aristteles al usar la razn, ya que de hecho no parece haber propuesto nunca una posicin sin haber utilizado la razn.16 Si bien Aristteles es depositario de una gran autoridad, sta es aceptable solamente en la medida en que se deriva de la razn. La fuente final de apelacin es la razn, no Aristteles.

    Cremonini, por otro lado, no quiso mirar a travs del admirable telescopio de Galileo, conformndose con confiar en las palabras de Aristteles. Se consideraba a s mismo como un simple intrprete de la verdad que ya haba sido recogida por Aristteles. En una ocasin en que responda a las acusaciones de heterodoxia realizadas por la Inquisicin, expres con una franqueza y claridad admirables exactamente cmo conceba su rol de maestro de filosofa: No puedo ni quiero retractarme de mis exposiciones sobre Aristteles, ya que entiendo que son como yo las interpreto y me pagan para

    15 Segn la tradicin, Cremonini no quiso mirar a travs del telescopio de Galileo porque hacerlo le dara dolor de cabeza! La ancdota se origina en la Vita di Galileo de Vincenzo Viviani en Le opere di Galileo Galilei, XIX, 610. Ver tambin A. Favaro, Galileo Galilei e lo Studio di Padova (Florencia, 1883), I, 394, 430-431. 16 Nunquam etiam sola Aristotelis authoritate ad aliquid comprobandum contentus ero, sed rationem semper adhibebo; hoc enim vere ingenium [ingenuum?] ac philosophicum est et hac quoque ratione videbor Aristotelem imitari, quippe qui nihil unquam sine ratione pronuntiasse videtur. Cita del MS. Milano, Ambrosiana D.48. inf., publicado en Una Oratio programmatica di G. Zabarella (a cura di Mario dal Pra), Rivista critica di storia della filosofia, 21 (1966), 290. Sobre Zabarella ver W. F. Edwards, The Logic of Iacopo Zabarella (1533-1589) (Ph. D. Diss., Columbia University, 1961) y A. Poppi, La dottrina della scienza in Giacomo Zabarella (Padua, 1972).

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    exponer a Aristteles tal como yo lo entiendo.17 As, crea que su responsabilidad resida en la interpretacin correcta de Aristteles, no, como crea Zabarella, en ir ms all de la autoridad de Aristteles remitindose a la razn misma.

    El contraste entre los dos podra ser tratado con ms extensin: Zabarella se bas frecuentemente en el conocimiento basado en la observacin (si no experimental), Cremonini prcticamente nunca lo hizo; en su investigacin de la verdad Zabarella estaba dispuesto a buscar materiales fuera de la tradicin aristotlica, Cremonini por lo general no. La corriente que destac la observacin y la experiencia condujo directamente a William Harvey, quien haba estudiado all unos pocos aos despus de la muerte de Zabarella, cuando Cremonini todava enseaba. Avanzado en su carrera, despus de haber transformado el estudio de la fisiologa con la publicacin de su De motu cordis (1628), Harvey todava poda hablar de Aristteles como de un lder.18 La tendencia de Cremonini, por otro lado, desemboc en la esterilidad escolstica propia de los siglos siguientes. Galileo la caracteriz, con el agudo ingenio satrico del cual era un maestro, como el tipo de argumento usado por los hombres que no queran levantar sus ojos de las pginas.19 Estos dos modos de interpretacin podran contraponerse como el textual literal, por un lado, y el crtico, por otro. Tales ejemplos se pueden multiplicar fcilmente, pero ste solo es suficiente para demostrar claramente que, an dentro de la escuela de Padua cuya coherencia ha sido destacada durante ms de un siglo20, la uniformidad esperada est lejos de ser real.

    No estoy muy seguro de cundo fue introducida por primera vez la expresin aristotelismo renacentista o alguna similar, pero su circulacin como 17 Non posso n voglio retrattare le espositioni dAristotile poich lintendo cos, e son pagato per dichiararlo quanto lintendo. Citado en E. Renan, Averroes et laverroisme, 2da. ed. (Pars, 1861), 479. Sobre Cremonini ver L. Mabilleau, tude historique Sur la philosophie de la Renaissance en Italie: Cesare Cremonini (Pars, 1881) y la resea de A. Favaro en Archivio veneto, 25 (1883), 430-450; M. A. del Torre, Studi su Cesare Cremonini (Padua, 1968); Lohr en Renaissance Quarterly , 28 (1975), 728-739 y C. B. Schmitt, Cesare Cremonini: Un aristotlico al tempo di Galilei, Centro tedesco di studi veneziani, quaderni-16 (Venecia, 1980). 18 Aristotelem ex antiquis ... sequor ... tamquam ducem. W. Harvey, Excercitationes de generatione animalium (Londres, 1651), fol. C3 v. Cf. abajo, cap. IV, n. 45. 19 En una de las cartas sobre las manchas del Sol de 1612 critic a los peripatticos como aquellos quienes non vogliono sollevar gli occhi da quelle carte, quasi che questo gran libro del mondo non fosse scritto dalla natura per essere letto da altri che da Aristotele. Galileo, Le opere, V, 190. 20 Esta visin de la Escuela de Padua comienza con Renan y contina hasta el presente con Randall y otros.

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    trmino comn es muy reciente. Ernest Renan, Pietro Ragnisco, Francesco Fiorentino y Ernst Cassirer reconocieron claramente un elemento aristotlico importante en la cultura renacentista, an cuando no parecen haberlo distinguido como un tema de estudio especfico y sistemtico21. Su iniciativa fue seguida por los estudios de Pierre Duhem y Peter Petersen y, ms tarde, por el trabajo de John Herman Randall, Bruno Nardi y Eugenio Garin, quienes tendieron a concentrarse en el aristotelismo de un pas o de una localidad en particular22. Uno de los primeros, si no el primero, en considerar el tpico en un contexto ms general seguramente debe haber sido Paul Kristeller, quien habl de la tradicin aristotlica bajo el ttulo general Los clsicos y el pensamiento renacentista23. En aquella conferencia, ofrecida por primera vez en 1954, Kristeller distingui el aristotelismo renacentista como un fenmeno europeo antes que como un movimiento filosfico limitado a un nico pas o regin. Su perspectiva24 contrasta fuertemente con la de los manuales estndares, que reconocen el platonismo renacentista como una filosofa histrica especfica, pero no hacen lo mismo con el aristotelismo renacentista. En general, son consideradas slo unas pocas corrientes del aristotelismo escolasticismo, averrosmo u ockhamismo habitualmente de un modo algo catico y desorientador. Cuando el aristotelismo es considerado como una escuela o tendencia unitaria, la mayora de las veces se evala de forma algo peyorativa y condescendiente.

    21 Renan, Averroes; F. Fiorentino, Pietro Pomponazzi (Florencia, 1868) y Studi e ritratti della Rinascenza (Berlin, 1906-), vol. I. Para los escritos desperdigados de Ragnisco ver L. Malusa, Pietro Ragnisco, storico della filosofia patavina, Quaderni per la storia dellUniversit di Padova, 5 (1972), 107-144. 22 P. Duhem, tudes sur Lonard de Vinci (Pars, 1906-1913) y Le systme du monde (Pars, 1913-1953), P. Petersen, Geschichte der Aristotelischen Philosophie im Protestantischen Deutschland (Leipzig, 1921; reimpr. Stuttgart, 1964); Randall, The School of Padua; B. Nardi, Sigieri di Brabante nel pensiero del Rinascimento italiano (Roma, 1945); Saggi sull aristotelismo padovano dal secolo XIV al XVI (Florencia, 1958); Studi su Pietro Pomponazzi (Florencia, 1965) y otros. Para muchas de las dispersas contribuciones de Garin, algunas de las cuales sern citadas cuando llegue la ocasin, ver Bibliografa degli scritti di Eugenio Garin, 1929-1979 (Bari, 1979). 23 P. O. Kristeller, The Classics and Renaissance Thought (Cambridge, Mass., 1955), 24-27. 24 El trabajo ms reciente de Kristeller sobre el aristotelismo renacentista incluye Paduan Averroism and Alexandrism in the Light of recent Studies, en Aristotelismo padovano e filosofia aristotelica (Florencia, 1960), 147-155; La tradizione aristotelica nel Rinascimento (Padua, 1962), publicada en ingls como Renaissance Aristotelianism, Greek, Roman, and Byzantine Studies, 6 (1965), 157-174; Le thomisme et la pense italienne de la Renaissance (Montral, 1967); The Myth of Renaissance Atheism and the French Tradition of Free Thought, Journal of the History of Philosophy 6 (1968), 233-243.

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    En la dcada de 1940, Garin y Kristeller desde una perspectiva, y Randall y Nardi desde otra, comenzaron una reevaluacin de los escritos aristotlicos del Renacimiento italiano. Garin y Kristeller enfatizaron los vnculos del humanismo italiano con un mtodo de estudio nuevo y renovador de los textos aristotlicos, utilizado por figuras como Leonardo Bruni, Joannes Argyropolus y Ermolao Barbaro, quienes pusieron de manifiesto la relevancia de los escritos aristotlicos sobre moral para los intereses prcticos de la Italia de su tiempo. Randall y Nardi destacaron el incesante vigor de la lgica, la filosofa natural y la psicologa aristotlicas, intentando vincular la obra de los aristotlicos italianos con los filsofos y los cientficos modernos a travs de figuras como Pietro Pomponazzi y Jacopo Zabarella.

    Durante la ltima generacin el inters en el tema ha crecido tanto que a la nocin de aristotelismo renacentista hoy da ya no se la considera extraa. An cuando no ha ingresado todava en todos los manuales generales y en las exposiciones ms populares del Renacimiento y de la historia de la filosofa, gradualmente se est ganando un lugar en la lista de las expresiones histricas aceptables. Estamos comenzando a tener bibliografas y repertorios, artculos de interpretacin general, monografas considerables sobre figuras individuales y estudios detallados sobre varias doctrinas especficas25. En suma, el tema del aristotelismo renacentista se ha convertido en un campo especfico, si bien menor, de investigacin histrica. As, la gran mayora de las investigaciones sobre este tema se han concentrado correctamente en los aspectos parciales del todo, mientras que se dirigi poca atencin especfica a considerar las consecuencias ms generales.

    Ya que este campo ha sido tan poco estudiado en comparacin, por ejemplo, con el platonismo renacentista, la literatura verncula o la ciencia del siglo XIV o del siglo XVII, gran parte de mi discusin ser necesariamente muy provisonal. Sin embargo, creo que en este momento la investigacin est lo suficientemente avanzada y los fundamentos bibliogrficos estn adecuadamente sentados como para garantizar un intento de interpretacin general. Espero extender el trabajo de Kristeller, haciendo uso de la literatura acadmica que se ha acumulado en estos veinte aos. Adems, hay que destacar que nuestro tema es vasto y, si bien disponemos de unas pocas guas que nos ayudan, todava no ha sido delineado el marco general en la literatura existente. Para dar una idea de la tarea podra mencionar que fueron publicadas alrededor de tres o cuatro mil ediciones de Aristotelica entre la invencin de la 25 Adems de la obra de Cranz y Lohr ver la bibliografa recogida en C. B. Schmitt, A Critical Survey and Bibliography of Studies on Renaissance Aristotelianism, 1958-1969 (Padua, 1971).

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    imprenta y el ao 160026. En cambio, las ediciones relevantes de Platn fueron menos de quinientas27.

    El problema de los aristotelismos renacentistas se puede considerar ms adecuadamente si nos concentramos en el contraste existente entre algunas actitudes hacia Aristteles e interpretaciones de su obra. Los diferentes mtodos y usos de los escritos de Aristteles y las tradiciones asociadas con ellos deben ser vistos como aspectos sumamente variados dentro de una unidad que abarca todas las tentencias. As, quisiera argumentar que hubo fuertes elementos aristotlicos en figuras tan dismiles como Leonardo Bruni, Pietro Pomponazzi, Philip Melanchon, Francisco Surez, William Harvey y Galileo Galilei. La variedad es tan grande que a veces la denominacin unificadora aristotlico, parece a punto de dejar de funcionar como instrumento til para tratar la cuestin. Ms all de la variedad, hay una unidad funcional vinculando estos y muchos otros pensadores, por cuanto todos ellos se apoyaron en los textos aristotlicos para entender al menos algunos aspectos de la realidad. La variedad podra extenderse desde una adhesin casi servil al ipse dixit del maestro hasta poco ms que la adopcin como punto de partida de ciertas premisas lgica y metodolgicamente claves. Algunos aceptaron todo el Corpus Aristotelicum como parte esencial; otros aceptaron la filosofa moral sin la lgica, la filosofa natural o la metafsica; otro grupo tom las obras cientficas y lgicas como punto de partida para sus propias investigaciones, profesando poco o ningn inters por la tica, la poltica o la econmica; otros conscientemente tomaron de los escritos aristotlicos lo que consideraban valioso, sintetizndolo con materiales de otras filosofas, lo cual produjo una mlange bastante alejada de las ideas del Estagirita. Ms an, las distintas corrientes protestante, catlica, humanista o aristotlico-escolstica interactuaron produciendo un espectro casi ininterrumpido de diferentes posiciones sobre la mayora de los tpicos tratados en las obras.

    Primero vamos a dirigirnos al humanismo y la escolstica, para usar un par de trminos introducidos en la discusin por Kristeller hace muchos aos28.

    26 552 items impresos en el siglo XV estn recogidos en Flodr, Incunabula classicorum (Amsterdam, 1973), 18-70. Cranz enumera aproximadamente 1000 ediciones del siglo XVI, pero este nmero probablemente representa slo alrededor de un tercio de todas las ediciones que tienen que ver con Aristteles. 27 Flodr recoge dieciocho tems. Hay probablemente varios centenares del siglo XVII. 28 Ver el influyente artculo de Kristeller titulado Humanism and Scholasticism in the Italian Renaissance, Bizantino 17 (1944-45), 346-374. Ha sido reimpreso en varias recolecciones de sus obras, incluso en Studies in Renaissance Thought and Letters (Roma, 1956), 553-583.

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    Esta distincin reconoce el contraste entre, por un lado, el estudio tradicional de la filosofa en las universidades italianas centrado en la lgica y la filosofa natural y, por otro lado, el cultivo de la filosofa moral aristotlica como parte del curriculum de los studia humanitatis que comprende gramtica, retrica, poesa e historia. As, una serie de humanistas renacentistas incluyendo a los ms distinguidos como Leonardo Bruni, Ermolao Barbaro y Angelo Poliziano promovieron los estudios aristotlicos, pero de modo bastante diferente de aquel practicado por los escolsticos de la poca tales como Paulo Veneto, Cayetano de Tiana o Pietro Pomponazzi. Esta distincin sirve para clarificar la situacin en la Italia del siglo XV, pero no puede aplicarse exactamente en los mismos trminos a otros tiempos y lugares. No estoy seguro de que podamos encontrar conflictos similares en Cracovia, Praga, Pars u Oxford durante el siglo XV. Cada uno de estos centros y otros ms tuvo una historia propia que no tiene paralelos en el escenario italiano. En Cracovia, por ejemplo, el mpetu de la filosofa escolstica medieval mantuvo su vigor a lo largo del siglo XV y las tendencias humanistas comenzaron a penetrar en un nivel significativo slo a comienzos del siglo siguiente.

    Si bien en Francia durante el siglo XIV existi lo que podra denominarse una cultura humanista, sta difera significativamente de la de Italia. En Francia el estudio del griego, mediante la traduccin de textos clsicos del griego y del latn, y el uso de nuevos mtodos crticos humanistas no estaba tan avanzado y en verdad slo lleg a ser predominante a finales del siglo XV, en gran parte directamente a travs del contacto con Italia y de su influencia. Cosas ms o menos semejantes podran decirse de los centros intelectuales de toda Europa. La relacin especial de las tcnicas e ideales humanistas con los estudios aristotlicos, que en el siglo XVI se hizo caracterstica de la mayor parte de Europa, era propia de Italia en el Quattrocento.

    No puede haber duda de que la metodologa y las aspiraciones de los humanistas aristotlicos italianos del siglo XV tuvieron claras resonancias en la mayor parte de Europa durante el siglo XVI. Esto es verdad tanto con respecto a los editores e intrpretes humanistas (Lambin, Turnbe, Prion, Sturm y Vettori) como con respecto a los filsofos universitarios tradicionales (Schegk, Case o Montecatini). Frecuentemente las diferencias entre los dos grupos giraron en torno a puntos menores, la interpretacin de una palabra particular o una cuestin de nfasis, pero tambin estaban en juego otros asuntos de mayor envergadura. El comentario escolstico tradicional, que ha sido el sostn del mtodo interpretativo medieval con todas sus distinciones, contra argumentos, cuestiones, artculos y conclusiones, se sigui practicando especialmente en las facultades de medicina italianas, pero no solamente all. El mtodo bsico de

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    explicacin usado por Nifo, Pomponazzi, Zabarella o los comentadores de Coimbra no es radicalmente diferente del mtodo de comentarios de Toms de Aquino, Juan Buridan o Walter Burley. El objetivo era la comprensin filosfica con la intervencin de cuestiones filolgicas o histricas a intervalos relativamente frecuentes y en general slo cuando era relevante para el punto en cuestin. El nuevo mtodo humanista, frecuentemente presentado con el nombre adnotationes, era bastante diferente: se prestaba mucha atencin al anlisis filolgico de palabras y de oraciones, se buscaban paralelos histricos clsicos, se ilustraba el texto ms bien recurriendo a autores clsicos que a filsofos medievales y, quiz lo ms importante de todo, el incisivo modo polmico de la quaestio escolstica estaba casi extinguido.

    La nueva tcnica humanista de interpretacin fue fundada en gran medida por Leonardo Bruni, quien durante el primer tercio del siglo XV propuso un nuevo mtodo tanto para traducir como para interpretar los textos de Aristteles. Hablaremos ms del trabajo de Bruni como traductor en el captulo III, por el momento su importancia reside en su intento de aadirle una dimensin histrica a la comprensin de Aristteles. Concentrndose principalmente, si no totalmente, en los escritos morales de Aristteles, Bruni sostuvo que la filosofa est histricamente condicionada por el tiempo, el lugar y la cultura, y que tales consideraciones deben ser tenidas en cuenta a la hora de interpretar textos de perodos previos. En cambio, el mtodo de anlisis escolstico tratara a un antiguo, por ejemplo a Aristteles, como si no fuera esencialmente distinto de un contemporneo. La va de Bruni para entender los Econmicos consista en iluminar la obra en el contexto de su propio tiempo y lugar. Se ofrecen pocas polmicas y argumentos en contra de autoridades escolsticas anteriores o contemporneas y no se advierte ningn esfuerzo por hacer un anlisis filosfico genuino de la obra. Ms bien, se trata de una apelacin inmediata a la antigedad para esclarecer el significado del texto, unida a la intencin de advertir al lector la permanente relevancia del significado antiguo.

    El mtodo y el programa de interpretacin de Bruni alcanzaron gran apoyo y popularidad, y sirvieron como fuente de mucho de lo que se escribi sobre Aristteles en los siglos siguientes. Si bien las universidades al principio dudaban en aceptar sus traducciones y su nuevo mtodo, a comienzos del siglo XVI su propuesta estaba comenzando a imponerse en Francia, Italia y Alemania, al menos en lo que concierne a la filosofa moral. El mtodo de Bruni se convirti progresivamente en la perspectiva de estudio de la filosofa moral predominante a fines del XV y durante el siglo XVI. Su liderazgo fue aceptado primero en la Italia del Quattrocento por Donato Acciaiuoli y otros. En el siglo siguiente se

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    traslad al Norte de los Alpes y fue acogido por Prion, Lambin y Turnbe en Francia, por Sturm en Alemania, por Case en Inglaterra, y por Giphanius y Heinsius en los Pases Bajos.

    Sin embargo, al mismo tiempo el modo escolstico de estudio de la lgica y la filosofa natural continuaba existiendo, con frecuencia influenciado significativamente por los nuevos mtodos de los humanistas, pero algunas veces mostrando pocas repercusiones de la innovacin posmedieval. An cuando los vnculos con el humanismo fueron bastante fuertes, como lo fueron para Zabarella y para los comentadores conimbricenses, era muy evidente la conexin con los intereses filosficos medievales y tradicionales dictados por el currculo universitario. As, Zabarella todava debata cuestiones en trminos establecidos por Toms de Aquino, Alberto Magno, Buridan y Juan de Jandun29. Sus obras dejaban ver pgina a pgina la herencia universitaria; tanto la forma como la estructura de la exposicin son las tradicionalmente requeridas por el currculo de artes usado en Italia. Por otra parte, tena una buena educacin humanista, conoca bien el griego, era muy versado en la literatura clsica y, en verdad, hasta podra decirse que tena un cierto grado de sofisticacin filolgica. Si bien en lo que respecta a su conocimiento del griego no era un Poliziano, un Lambin o un Vettori, sin embargo reflexion frecuentemente sobre el texto, su significado y los medios por los cuales tal significado poda ser transmitido de la mejor manera posible a sus lectores. Cuando era necesario poda analizar los trminos griegos o aplicar su formacin clsica30.

    Otros filsofos contemporneos, tales como Girolamo Borro y Francesco Buonamici (que estaban enseando en Pisa durante la dcada de 1580, cuando Galileo era all un joven estudiante) trabajaron de otro modo. Enfrentaron los mismos problemas que Zabarella, usaron en general las mismas formas de exposicin y tambin dependieron de la tradicin y de la tcnica medievales. Sin embargo, a diferencia de Zabarella, mostraron escasos vestigios de refinamiento humanista, hicieron pocos intentos de lidiar con el texto griego de Aristteles y se esforzaron poco por relacionar los textos clsicos no peripatticos con la exposicin. En resumen, en tanto ellos como Zabarella se enraizaban en la tradicin universitaria medieval italiana, sus exposiciones permanecan

    29 Esto se aplica, por ejemplo, a su De rebus naturalibus (Venecia, 1590; reimpr. Frankfut, 1966) e In III Aristotelis libros de anima (Venecia, 1605; reimpr. Francfort, 1966). 30 Esto es enfatizado por W. F. Edwards, Iacopo Zabarella: A Renaissance Aristotelians View of Rhetoric and Poetry and Their Relation to Philosophy en Arts libraux et philosophie au moyen ge (Montreal-Pars, 1969), 843-854.

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    prcticamente inalteradas por la revolucin humanista y sus consecuencias en los estudios clsicos.

    A fines del siglo XVI, los escritos sobre Aristteles formaban un espectro casi completo desde el desdeable medievalismo de Borro hasta la impecabilidad filolgica de varios comentadores de la tica, la Retrica y la Potica. Por entonces, un acercamiento tal como el de Borro, que difera poco de aquel del siglo XIV31, era ms bien inusual. Ms comn, an entre los filsofos de universidades conservadoras, era un acercamiento a Aristteles a travs del griego y a travs de un conocimiento bastante considerable de los textos e instituciones clsicas. Esto no significa que su anlisis evaluado en trminos puramente intelectuales fuera superior a lo mejor que la Edad Media haba producido, ya que frecuentemente no lo era. Pero, en cuanto a la sofisticacin histrica el conocimiento detallado del texto, la capacidad para relacionar diferentes partes del corpus entre s y para desarrollar un vasto recorrido del contexto histrico de Aristteles hasta los escritos bsicamente escolsticos de fines del siglo XVI estaban mucho ms adelantados de lo que haba sido habitual uno o dos siglos antes. Habiendo alcanzado su cumbre en manos de Lambin, Pacius o Heinsius, el producto del aristotelismo humanista de fines del Renacimiento resulta bastante impresionante todava hoy32.

    Tarde o temprano el tratamiento filolgico se torn ms especializado y los individuos particulares dedicaron su atencin slo al trabajo textual. Uno de los predecesores de esta corriente en el siglo XIII es Guillermo de Moerbeke, quien fue un traductor simple y llano, extremadamente capaz para esta tarea33. Tal mtier fue comn durante el siglo XVI. Ciertos fillogos y editores profesionales trataron al texto aristotlico como uno de los tantos textos antiguos de los que se ocupaban. Entre quienes trabajaron en tal sentido se encuentran Erasmo, Sylburg, Casaubon, Lambin y Vettori.

    31 En mi opinin E. A. Moody fue demasiado lejos al decir Borro, ciertamente, pudo haber vivido en el siglo XII si tomamos en consideracin los materiales e ideas de su libro. E. A. Moody, Studies in Medieval Philosophy, Science and Logic (Berkeley, 1975), 279. 32 Algunas de las consideraciones de Pacius sobre la Fsica, por ejemplo, todava eran tomadas en consideracin en la edicin y comentario sobre la obra por W. D. Ross (Oxford, 1936). Ver p. 749 para una lista de referencias. 33 Sobre la obra de Moerbeke como traductor ver especialmente el artculo de L. Minio-Paluello in DSB, IX, 434-440. Debera sealarse, sin embargo, que si bien sus traducciones siguieron fielmente el griego, ya que eran ad verbum el latn es torpe y a veces confuso. Para captar completamente su significado debemos frecuentemente referirnos al texto, al cual, por supuesto, sus lectores no tuvieron acceso.

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    Erasmo en 153134, Sylburg en 1584-158735 y Casaubon en 159036 produjeron ediciones griegas de Aristteles en principio no como especialistas en filosofa aristotlica sino como editores profesionales de textos griegos, tal como lo haba hecho antes Aldus Manutius37. Lambin edit y tradujo la tica y la Poltica, y Vettori la Poltica, la Potica y la Retrica38. El propsito de sus trabajos era asegurar que se empleara un alto nivel de competencia filolgica y editorial para establecer buenos textos, que pudieran luego ser sometidos a agudos anlisis filosficos por parte de quienes poseyeran entrenamiento e inters en esa direccin.

    Aqu, como en otras disciplinas, el siglo XVI fue escenario de un creciente grado de especializacin, pero esto no debera oscurecer el hecho de que los resultados de tal trabajo especializado y detallado fue til para muchos, algunos de los cuales ms tarde se convertiran en adeptos del mtodo filolgico. De hecho muy pocos escolsticos del siglo XVI se separaron completamente de l, siendo tal vez Borro la nica excepcin. Hay muchos ejemplos de filsofos universitarios con grandes deudas no slo con la reforma humanista de la educacin sino tambin con el mtodo de estudio especficamente humanista de Aristteles.

    Un ejemplo llamativo de la interaccin de mtodos humanistas y escolsticos durante el Renacimiento puede encontrarse en la reaparicin del tomismo. Como es bien sabido, Toms de Aquino haba basado la mayor parte de su interpretacin y de sus comentarios sobre Aristteles en las traducciones latinas de Guillermo de Moerbeke. Sin embargo, en el siglo XV se combinaba cada vez ms el comentario tomista con las nuevas traducciones de Leonardo Bruni y de otros traductores humanistas39. Esto comenz en los manuscritos y continu en la poca de la imprenta. Se lleg a un estado de cosas bastante peculiar en el cual el comentario, con sus lemmata, estaba basado en un texto distinto de aquel impreso para uso del lector. Generalmente tal procedimiento no

    34 IA. 107.928. Fue impreso en 1539 (IA.107.980) y 1550 (IA.108.174). 35 IA.108.664. 36 IA.108.708. Sobre esta edicin ver J. Glucker, Casaubons Aristotle, Classica et Mediaevalia 25 (1964), 274-296. 37 Flodr, N 1. Sobre esta edicin ver M. Sicherl, Handschriftliche Vorlagen der Editio princeps des Aristoteles, Akademie der Wissenschaftlichen Klasse, Jahrgang 1976, N 8 (Maguncia, 1976). 38 Para la obra de Lambin y de Vettori ver las ediciones recogidas en Cranz IA, ad indicem. 39 Ver F. E. Cranz, The Publishing History of the Aristotle Commentaries of Thomas Aquinas, Traditio 34 (1978), 157-192.

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    acarrea grandes diferencias, pero hay casos en que la divergencia puede ser bastante alarmante. Si bien durante el Renacimiento los comentarios de Toms de Aquino no fueron impresos con los textos griegos de Aristteles, frecuentemente estaban acompaadas por las traducciones latinas de Bruni, Argyropolus y otros que vivieron ms de un siglo despus de la muerte de Toms40 de Aquino. Esto desencaden una situacin en la cual las traducciones humanistas y se debe tener en cuenta las crticas habituales y vehementes que los humanistas dirigieron a la filosofa medieval y a las traducciones filosficas acompaaron los comentarios del siglo XIII41. Esta prctica no les pareca inconsistente ni a los editores renacentistas ni a sus sucesores de los siglos posteriores. Slo en tiempos muy recientes esta cuestin ha sido rectificada con la nueva edicin crtica de las obras de Toms de Aquino, que imprime sus comentarios junto con las traducciones aristotlicas que l de hecho us42.

    Tales inconsistencias no se limitaron solamente a las ediciones de Toms de Aquino, sino que se difundieron considerablemente en el siglo XVI. Por ejemplo, la obra aristotlica llamada ! ! ! fue conocida con el ttulo De generatione et corruptione en la Edad Media; pero sobre la base del refinamiento filolgico humanista unido a la tendencia de clasicizar, en el siglo XVI comenz progresivamente a ser llamada De ortu et interitu. Los comentarios medievales, cuando eran reimpresos, contenan la vieja terminologa. Sin embargo, frecuentemente las traducciones nuevas eran reimpresas con comentarios anteriores. El resultado debe haber sido algo desconcertante para el lector. El texto usa el trmino ortus y varios de su misma raz, pero el comentario discurre constantemente sobre la generatio. Este es un caso bastante extremo de las dos metodologas en conflicto o, ms bien, es quiz un ejemplo de cmo una innovacin choca con la tradicin.

    Una cosa es segura: el aristotelismo escolstico que surgi a partir de la Reforma tanto del lado catlico como del protestante inclua muchos elementos reconocibles de la Edad Media. Si bien haba habido alguna eliminacin por ejemplo, la doctrina escolstica de la variacin de las

    40 Ibid. 41 Lo mismo tambin vale con respecto a la publicacin renacentista de otros comentarios medievales sobre Aristteles, incluso aquellos de Grosseteste y Burley. Ver IA.107.881. 42 Lo que es ms sorprendente es que todas las ediciones posteriores del comentario [de Toms de Aquino] a la Poltica hasta 1971, excepto por cambios menores, reimprimen este texto muy revisado de la edicin de 1492 ... pero en 1971 la edicin leonina ... nos ofrece finalmente un modelo propio de edicin erudita; aqu Toms renace en su verdadera forma medieval. Cranz, The Publishing History 173.

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    cualidades (intensio et remissio formarum) haba fracasado rotundamente43 el ncleo de la filosofa aristotlica en los comentarios y manuales de fines del siglo XVI y comienzos del siglo XVII, era el mismo que el de la Edad Media. El jesuita Toledo, el anglicano Case, el luterano Magirus y el calvinista Timpler, entre muchos otros, dan testimonio de este hecho44. Tambin es verdad, sin embargo, que el mtodo, las tcnicas y las fuentes usadas para resolver las cuestiones tradicionales, si no las cuestiones mismas, le deban mucho a las renovaciones e innovaciones de los humanistas. Los cuatro escritores mencionados discutan el texto griego, conocan una gran cantidad de literatura clsica, una buena parte de la cual no estaba disponible en la Edad Media, y se ocupaban de algunas otras cuestiones de un modo que no hubiera sido posible dos siglos antes. As, lo mejor de la escolstica aristotlica de fines del siglo XVI cualquiera fuera su procedencia religiosa o nacional constitua una slida y, a su manera, progresista fusin de la escolstica medieval con el humanismo renacentista.

    Ciertas cuestiones medievales fueron consideradas obsoletas, otras fueron reformuladas a la luz de informacin y fuentes nuevas, y as se dio una especie de eliminacin de los materiales superados y superfluos. De esta manera, por ejemplo, la lgica sumamente intrincada e intelectualmente sofisticada de la Edad Media se fue debilitando gradualmente para terminar siendo reemplazada por una nueva lgica aristotlica, que estaba ms cerca de la interpretacin griega que de la interpretacin latina de Aristteles. La pregunta cmo sucedi el cambio? es excesivamente compleja y todos los detalles necesarios para contestarla todava no han sido inspeccionados, pero a partir de la Dialectica ludrica (1521) de Agostino Nifo resulta claro que a principios del siglo XVI se reconoca un conflicto de interpretaciones, si bien pudo haber pasado inadvertido alrededor de una generacin despus45. Si los historiadores de la lgica y de la ciencia unnimemente consideran la humanizacin de la

    43 Para una discusin del conocimiento muy limitado de este material ver C. Lewis, The Merton Tradition and Kinematics in Late Sixteenth- and- Early Seventeenth-Century Italy (Padua, 1980). 44 Estos cuatro autores entre otros continuaron usando numerosas formas escolsticas en sus escritos, aunque tambin haban incorporado nuevos elementos. Para una discusin de Case ver mi John Case and Aristotelianism in Renaissance England (Montreal, 1983). 45 Agostino Nifo, Dialectica Iudicra tyrunculis atque veteranis utillima peripatheticis consona ... (Venecia, 1521). Para una discusin de esta obra y su significado ver E. J. Ashworth, Agostino Nifos Reinterpretation of Medieval Logic, Rivista critica di storia della filosofia 31 (1976), 355-374.

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    lgica como un desastre46, los historiadores de las letras y de la cultura tienden a verla como algo positivo47. Lo que resulta evidente es que el tratamiento general de la materia cambi y que la lgica del siglo XIV tal como fue recogida en la obra de Paulo Veneto Logica magna, escrita al terminar el siglo XV pero impresa cien aos despus, perdi vigencia definitivamente a partir del segundo tercio del siglo XVI48. Si bien el humanismo no predomin completamente, hizo sentir su presencia en casi todos lados, y, an cuando la escolstica nunca fue aniquilada, recibi muchas modificaciones a travs de varias incursiones humanistas. Incluso los jesuitas quiz principalmente los jesuitas, que fueron los adalides de la segunda escolstica, fundieron eficazmente el mtodo escolstico con el humanista de un modo que hubiera sido imposible en el siglo XV.

    El mismo fenmeno de contraste de metodologas, moderado por la interaccin parcial de la escolstica medieval y el clasicismo renacentista, puede encontrarse en el uso de los comentarios destinados a la interpretacin del texto aristotlico. En los siglos XV, XVI y XVII la variedad de comentarios disponibles desde tiempo atrs constitua un mosaico de notable complejidad. Junto con el restablecimiento del tomismo y del escotismo todava estaban presentes Alberto Magno, Juan de Jandun, Guillermo de Ockham, Grosseteste y otros latinos medievales49, para no hablar de Averroes, quien fue objeto de un 46 Por ejemplo, W. y M. Kneale, The Development of Logic (Oxford, 1962); I. Bochenski, History of Formal Logic, trad. I. Thomas (Notre Dame, Ind., 1961) y E. J. Ashworth, Language and Logic in the Post-Medieval Period (Dordrecht, 1974). 47 Por ejemplo, W. S. Howell, Logic and Rhetoric in England, 1500-1700 (Princeton, 1956); W. J. Ong, Ramus, Method and the Decay of Dialogue (Cambridge, Mass., 1958); C. Vasoli, La dialettica e la retorica dellumanesimo (Miln, 1968). 48 Sobre este punto ver especialmente E. J. Ashworth, The Eclipse of Medieval Logic, en The Cambridge History of Later Medieval Philosophy ed. N. Kretzmann, A. Kenny y J. Pinborg (Cambridge, 1982) 787-796. 49 Esto resulta evidente a partir del material recogido por Lohr. La literatura sobre estos temas es extensa pero para una orientacin sobre tomismo ver Cranz, The Publishing History; sobre escotismo ver especialmente: Problemi e figure della scuola del Santo (Padua, 1966); Storia e cultura al Santo di Padova fra il XIII e il XX secolo (Vicenza, 1976) y Regnum hominis et regnum Dei, ed. C. Brub (Roma, 1978), vol. I. Para Alberto ver Albertus Magnus and the Sciences: Commemorative Essays 1980, ed. J. A. Weisheipl (Toronto, 1980). Sobre Ockham desde dos diferentes perspectivas ver H. A. Oberman, The Harvest of Medieval Theology: Gabriel Biel and Late Medieval Nominalism (Cambridge, Mass., 1962) y H. S. Matsen, Alessandro Achillini (1463-1512) and His Doctrine of Universals and Transcendentals: A Study in Renaissance Ockhamism (Lewisburg, 1974) y Alessandro Achillini and Ockhamism at Bologna (1490-1500), Journal of the History of Philosophy 13 (1975), 437-451. Todas ellas contienen bibliografas sobre el tema.

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    restablecimiento distinto, y de los numerosos comentarios griegos cada vez ms accesibles merced a las traducciones latinas. Para acotarnos a nuestro tema, dejar de lado por ahora la tradicin latina y me concentrar en el contraste y la interaccin entre el restablecimiento del averrosmo y la reasimilacin de los intrpretes griegos de Aristteles. L