rnalignidad€¦ · savanas, suhiendose y pascandose tnmb ien uiuy;'1 menudo sobre un gran...

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CAPiTULO XX:. 91 de que se quejan los mercaderes catalancs; pero sc pregunta ccual es el orfgen de este orlio pro- funda al regimen de las misiones, aun en las colonias espafiolas? 5i solo se calumniase it los ricos , los misioneros del alto Orinoco potlrian cscapar de los tiros de la rnalignidad , porque no poseen un caballo. una cabra, ni una vaca , al paso que sus herrnanos los capuchinos de las misiones de Carony tienen reba nos de 40:000 cabezas. ]';0 es pues contra la riqueza 6 como- didad de los ohservantes que se dirige el resen- timiento de la clase industriosa de los colo- nos, sino contra los principios excIusivos de su gobierno, contra esta obsti nada tendcncia it cerrar su territorio it los hombres blancos, y contra las trabas que ponen :l Ia ven ta 6 per- muta de las producciones. EI pueblo se irrita en todas partes contra los monopolies , no so- lamente contra los que influyen en el corner- cio y sobre las necesidades rnatcriales de la 'vida, sino tambien contra el dcrecho que sc abroga una casta, 6 UDa parte de Ia sociedad ;: de educar solo Ia juventud 0 de gobernar, pOl' no decir civiliz-rr I a los salvages.

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Page 1: rnalignidad€¦ · savanas, suhiendose y pascandose tnmb ien uiuy;'1 menudo sobre un gran gato que habia sido criado COil el en Ia casa del padre Zea. Despues de haber pasado dos

CAPiTULO XX:. 91de que se quejan los mercaderes catalancs; perosc pregunta ccual es el orfgen de este orlio pro-

funda al regimen de las misiones, aun en lascolonias espafiolas? 5i solo se calumniase it losricos , los misioneros del alto Orinoco potlriancscapar de los tiros de la rnalignidad , porqueno poseen un caballo. una cabra, ni una vaca ,al paso que sus herrnanos los capuchinos delas misiones de Carony tienen reba nos de 40:000

cabezas. ]';0 es pues contra la riqueza 6 como-didad de los ohservantes que se dirige el resen-timiento de la clase industriosa de los colo-nos, sino contra los principios excIusivos desu gobierno, contra esta obsti nada tendcnciait cerrar su territorio it los hombres blancos, y

contra las trabas que ponen :l Ia ven ta 6 per-muta de las producciones. EI pueblo se irritaen todas partes contra los monopolies , no so-lamente contra los que influyen en el corner-

cio y sobre las necesidades rnatcriales de la

'vida, sino tambien contra el dcrecho que scabroga una casta, 6 UDa parte de Ia sociedad ;:

de educar solo Ia juventud 0 de gobernar, pOl'

no decir civiliz-rr I a los salvages.

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92 LIBRO VII,

Los Indios atures son docilcs , moderados yncostumbrarlos por cl efecto de su pereza :i lasmayores privaciones; pero excitados en otro

tiempo al trahajo por los jesuitas , no careciande alimento. Los padres cultivaban maiz , fri-

soles y otras lcgu rnbrcs de Europa, plantnban

al redcdor de In "ilia naranjas dulces y tarnn-

rindos; poseian en las savanas de Atures y Ca-

richana de 20 {l 30 mil cabezas de caballos Yvacas : teuian a su servicio un gran numcro. decsclavos y peones para cuidar sus ganados; yhoy dia solo cultivau una pequeiia cant iclad deyucas y bananas. La fertiliclad del suelo es sinembargo tal, que yo he contado en Atures ell

u n solei regimen de rnusa , hasta cienlo ocho

frutos , bastando solo cuatro 0 einco de cllos

para el alimento diurio de un hombre. La cul-turn del mail. esta enternmente dcscnidada; loscaballos y las vacas han desapnrecido total-mente. Una parte de la costa inmcdinta alrmulal conserve auu el nombre de Paso delganado, micntras que Jos descendientcs de ('$-

los mismos Indios que 105 jcsuilas rcuuivron

ell miston hnblan de una bcstia de cucrnos

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CAPITUlO xx, ~f;como de un animal de raza perdida : y subicndo

n050tl'05 cl Orinoco hacia Sao Carlos del Rio

Negro vimos la ultima vaca en Carichana. Lospadres de In observancia , que actual mente go-

biernan estas vastas comarcas , no sucedieroniomediaturnente il los jesuitas; y durante un in-

teregno de diez y oeho auos, las misiones fuc-1'011de tiempo en tiempo visitadas por los ca-

puchinos. Los <lgentes del gobierno secular han

administrado bajo el nombre de comisariosreqios las quintas ri grangerias de los jesuitns

con una cui pable ncgligencia: mataron el ga··.

nado para vender sus pieles , muchas teroeras

fucron comidas pOI' los tigres y un mayor nu-

mero de elias pere cio de resultas de las heridas

hechas por los rnurcielagos de los raudules que

son mas pequeiios, pero mueho mas valientes

que los de los Lianos. Eo tiempo de la cxpedicion

de los limiLes, se transportaron caballos de laEncaramada , de Carichana y de Atures hasta

San Jose de Maravitanos , [t las margenes del

Hio Negro, en q,uc no podian los Portugueses

proporcionarsclos sino de inferior cali dad y des-

l)ues de una Iarga travesia pOl' cl rio de Ins

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94 LIBRO VII.

Amazonas y el Gran Para. El ganado de los je-suitas ha desaparecido enteramente desde elaiio de 1 jg5, qucdando solo en el diu, comotestigos de Ia antigua cultura de estas comarcasy de In industriosa actividad de los misioneros,algunos troncos de naranjos y tamuriudos ais-lados en las savanas y rodeados de arboles sil-

, vestres,Los tigres 6 jaguares, que son menos peli-

grosos para los ganados que los murcielagos,

vienen hasta la villa de Atures a comerse loscochinos de los pobres Indios. EI misionero noscito un chocante ejemplo de la familiaridad de

estes animales par otra parte tan feroces. Al-

gunos meses antes de nuestra lIegada, un ja-guar que creian joven, aunque de grande esta-tura , hahia herido a un nifio que jugnba canel , sirvome con seguridad de una expresion quedebe parecer extrafia, habiendo podido veri Gear

en los mismos lugares unos hechos que no sonsin interes para In historia de las costumbres i

de los ani males. Un nifio y una nifia de oeho a

nueve afios , ambos Indios. estaban sentados enla verba corea de la ,ilb de Atures, cn medic de

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CAPITULO X'(. 95una sa vana que nosotros heruos atravesarlo mu-

chas veces : sabre las des de la tarde. un ja-

guar sale del bosque, se aproxirna :'l los nifio s

dando saltos al rededor de elJos V ocultundosc"

unas veces entre las altas grnmineas, y saliendo

otras con [a eabeza haja y el cuerpo arqueado ala manera de nuestros gatos. EI much acho ig-nornba el peligro en que se halluba , pero pa-

recio eonocerle en el memento en que el ja-

guar Ie dio algunas patadas sobre la caheza , que,

aunque leves en cl principio, fuer on succsiva-

mente mas Iuertes , las uiias del jaguar hieren al

muchacho, y la sangre corre con fuerza; la nifia

entonces torna una rarna de un arbol y casliga al

animal que huye inmcdiatarnentc: a los grilos

de los niiios acuden los Indios y veu al jaguar

retirarse dando brineos sin haeer semblante de

poncrse en defensa.

Nos trajeron al niiio hcrido que parecia vivo

e inteligente : la garra del jaguar le habia qui-

tado la piel pOI' bajo de la frentc, y hechole una

segunda cicatriz encima de In caheza. ~ Que

quiere dccir aquel exceso de alegria en un ani-

mal que no es dificil de domar en nuestras ca-

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96 rmno vrr,

sas fieras , pero quc en el estado salvage 3C'

mucstra siemprc Lravio y cruel? Si quiere ad-

mitirse que, seguro el de su presa , jugaba con

cl nino como 10 hacen nuestros gatos con los

pajaros a quienes han cortado las alas, ~ como

cxplicar la paciencia de un jaguar de grande

tainafio que se ve perseguido pOl' una nina? Si

cl jaguar no estaba acosado poria hambrc, (1'01'-

que se Ie "C aproximarse a los nifios ? Hay ca-

sas m is teriosas en los afectos y odios de los ani-

males como 10 manifiestan repetidos ejemplos,l"osotros hemos visto algunos leones matar tres

(, cuatro perras que metieron en sus jaulas, yacariciar dcsde luego un quinto que, meuostimido, cogia al rey de los animales par Ia m e-

lena. He aqui instintos cuyo secreta descuno-

cen los hombres. Se diria que In debilidad ins-

pira tanto mas ill teres cuanto esta se rnanifiesta

mas confi3da.

Acabamos de hablar de los puercos domes-

tic.os atacados par los jag-narcs. Ell estas reg-jo-

nes hay, ademas de los puercos cornuncs de

raza CUI opea, diversns cspecics de pccaris' ().

I Cocl1inos u puercos del monte.

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97eochinos can gHlOdulns lornbnr ias , rlos de las

cuules SOil solarnen te conocid.is de los natura-

listas de Europa. Los Indios Hn~an en lcnguamaipure ( DicotUes iorquatus Cuv ..) chachn-:ro , al paso que Haman apida a un cochino ,

que cs mayor, pardusco, can quijada inferior yzona abdominal hlancas, El chacharo criado en

las casas se domestica como nuestros carneros

CAPITULO XX.

y corzos , y recuerda, pOl' Ia dulzura de sus cos-tumbres , las curiosas relaciones que los anato-

micas han observado entre los pecaris y los

rurninantes. El api~a, que participa de la <10-

mesticidad de nuestros coehinos de Europa,

marcha en grandes rcharios compuestos de rnu-

chos centenares de indiv iduos , los cuales se

anuucian desde lejos no solo pOI' sus sordos yroncos gruiiidos, sino tambien por Ia impetuosi-

dad coo que rompen los arbustos que encuen-

Iran. Advertido M. Bonpland par su guia indio,

en una herborizaclon , de ocultarse detras del

tronco de un arbol , via pasar a estos pccaris

muy cerca de s i. El rebano 0 manada marchaba

ell columna cerrada , los machos adelante , ycada marrana acompafiada de sus hijuelos. Los

)II. 7

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L1Dn.O VIJ.

cha diaros tienen ]a carne floja y poco ogr,l-

dable, pcro ofrecen sin embargo un alimcnto

abundante a los indigem.s , que los mat an con

unas lanzas atadas en cuerdas. Se nos ha ascgu-

rado en Attires que cl tigre teme SCI' a tacado y

arrollado par es tas manadas de cochinos salva-

ges, y que, pOl' no ser ahogado par elIos, tr.ita

de salvarse, su hiendose a un arb ol. t Es esto un

cuento de los cazador es , 0 la cxposicion de till

hecho bien observado ?Entre las monas que virn os en Ia rnision de

Atures, hallamos una nueva especie de la lribu

de los sais y sajus que los Espafioles america-

nos Haman vulgar mente mactvis , que es eI na-oua uapcvi. can pe lo gris y car a azulada, COil las

orbitas y frente blancas como la nieve , 10 que

la haec distinguir, a primera vista, del simiacapuctrui , del siniui a.pella del simiu. trepiday de otras monas lloronas , tan confusamenle

descr itas hasta aqui, Este animalito es tan do-

Gil como fco; y nosotros Ie hemos visto apode-

rarsc, todos los dias, en el patio del misionero ,

de un cochino sobrc c1 cual permanecia mon-ta do dcsde b maiio na fI la uo che cor riendo b~

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CAI>ITUI,O X'X. 99savanas, suhiendose y pascandose tnmb ien uiuy

;'1 menudo sobre un gran gato que habia sido

criado COil el en Ia casa del padre Zea.Despues de haber pasado dos dias cerca de la

catarata de Atures, quedarnos muy satisfechosde poder volver it cargar nuestra pirngua y de-

jar Ull sitio en que Ia tcm peratura del aire ern

geueralmcntc durante cl dia de 29°, Y la nochede 26° del term6metro centigrade. La falta deconcordancia entre los instrumentos y las sen-

saciones debe atribuirse a la irritacion con ti-

nua que los mosquitos excitan en la piel. Una

atmosfera llena de insect os vencnosos parecesiempre mas ardiente que no 10 es efectiva-mente. EI higr6metro de Saussure , obsprvado

como siem pre ala sombra ,marcaba a las tres

de la tarde cl mimimuan. 78° _~/,y el maximumen la noche 810 5', Las ca taratas y In. espesu ra

de los bosques contribuyeu it aumenlar la c.m-

tidad de vapol'es contenida en el aire. Estaba-

mos sumamente atormentados durante el dia

par ussmosquitos y el jejen. moscas pequeiias(',simtdies venenosos , y por la noche por Jos

z u n cu dos . cspecie de grandes mosquitos que

7*

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lOa LIBRO VII.

son temidos hasta de los indigcnas. Comcnzaba-

mos it tener muy h inc harlas las manos, y In

hinchazon aument o de <Iia en dia basta nuestra

lIegada a his rn argenes del 'I'emi, Los medias de

que se valen alii para librarse de estes animales

son rnuy extraordinarios. EI buen misionero

Bernardo Zca , que pasa su vida en los tormentos

de los mosquitos. se habia eonstruido cerca de

Ia iglesia, sabre un tablad o de troncos de pal-

mas, una pequefia habitacion donde se respi-

raba mas libremente, y a la eual sub iarnos no-

sotros de no che para secar alli nucstras yerbas

y redactor nuestro diario, £1 misionero ,babi;)

observado con razon que los insectos abu ndnn

comunmentc en la ,apa mas baja de la atmos-

fera. flue se acerca a la tierra, liasta uno s 12 6

15 pies de altum. Los Indios de i\Jilipure~ aban-

donan In ciudad de neche para ir a dormir a los

isloles en mcdio de las cataratas, AII[ gOZilU de

algun sosiego , pues que los mosqwitos pilrecen

huir dc Ull ai re sobrecargado de vapores; ycon ofccto uosotros hemos enconlr:ldo siempre

muchos mr uo s en cualquicr parte del medio

del rio que en sus orillas; esta es In rnzon pOI'

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cs rt rur.o x x, 101

la que so sufrc tanto bajando cl Orinoco, COIHO

cua nd o se sube en el bote.

Las personas que no han na vegarl o ell los

grandes rios de In America equmoccial , parejemplo en el Orinoco 0 en el Rio de la :\la3"da-

lena, no podran concebir cuan atormenta do

puede uno ser a cada paso de la vida y sin in-

terr upcion par los insectos que vuelan cn el aire ,

y como la multitud de estos anirnales puetlehacer casi inhabitables .llgunas vastas rcgiones.

Por mas acostu mbrado que se estc it sufr ir el do-

101' sin quejarse, y par mas interes que se tenga

en los exarnenes y observaciones , es imposrhlodejar de ser coostantemeote distraido pOl' los

mosquitos, los eancudos , losjejen y los teu/--7Jrane1'OS, qlle cubren Ins maBOS y la cara , ql]C

atraviesan los vestidos can su aglli)on y que

ilJlrodllciendose en las narices v la boca hacen to-•ser y estornudar tan luego como se hnbla a!

aire libre. Asi es que eo las misiones del Ori-

naco y en los pueblos situ ides eo las margenes

del rio, y rodcados de hosques inrnensos , In

pl:Jga de los mosca!' ofreee una materia inago-

table it la conservacion. Cuando por la manana

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102 LlBRO VII.

sc cncucntran dos personas, se hacen estas prc-

gunl,ls: " f. Que te han: parecido los eancudosde noclie ? ~ Como esta.mos hoy de mosquitos?Estas dos prcguntas haccn recordar una formula

de Ja cortcsia china que indica cI anliguo estaclo

sal vage del pais en que nacio, Sal uclabunse en otro

tiempo en el celeste imperio cou las palabrns

siguienles: Volt-to-holt que quieren deeir cha-be is estarlo incornodado esta neche pOl' las ser-

pientes ? Diell pronto verem os que en las orillas

de Toarnini , en el Hio de la ;\lagda1cna , y sobre

todo en el Chaco, pais del oro y ele la platina,

podria afiardirsc cI misrno cumpllmlcnto chino

sobre las ser pientes al de 105 mosquitos.Este es el luuar de hablar de Ia distribu cion:

u

geo[Jl·afica de los insectos tipularios que ofre-

cell fenornenos harto rcmarcablcs , Ia cual DO

pn roce depcnder unicameute del calor del clima.

IIi del ex ceso de humcdad 6 de la espcsura de

los hosques , sino de circunstancias locales di-

Iicilcs de caractcrizar. Puede deeirse desde I\lego

que cl torrnento de los mosquitos 6 zan ciulos

JlO es tan general hajo la zona torr ida como sc

·'ree generalmentc. En las mesetas clevadas mas

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C \ PtTULO ~ X. 103

de 400 toesas sohre e! nivc] del Ocenn o , ell las

muy secas llanuras distantes de los grandes

nos, pOl' cjemplo, en Cu mana y en Calnbozo,

no h:ly sensiblementc mas maringuillos I que

I'll la parte mas hahitada de la Europa; pero se

aumen lau cnormemente ell In Nueva Barcelona,

y mas al oeste sabre [a costa que se extiende

hacin eI cabo Co dera. Entre el pcquerio puerto

del HigaroLe y la embocadura del rio Unare,

los infcliccs habitantes acostumhran it tum-

harse eu cl suelo y pasal' la nocho enterrudos

en Ia arena il Ires 6 cuatro pulgaJas de pro-

fundidad , dcjando solo la cabeza Iuern , que

cubren tam bien con un panuelo. Sufrese de Ia

picadura de los insecros , pero de una rnancra

f[ICi! :i soportar, bajando cl Orinoco, desde Cn-

hruta hacia la AngostUl'a, y subiendolo desrlc

Cabruta Iiacia Uruana entre los 7° Y 8° de lat i-

tud; pero cuando se pasa el estrecho de Bara-

guan, al otro Jado de Ia cmbocadura del rio

Arauca, la escena muda de repente , y;'t partir

de cste punto ya no hay reposo para r l via-

I E'I'(,l'ic tic cinifc de Ja Allll'I1(;.1.

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LIDIIO \'1[.

gero. Si hay algunos recuerdos poeticos del

nan tc , se crecria haher ent rado en la citt« do-•

Lente y leer en las rocas de granito del Bal'aguan

cst os memorables versos del tercel' canto 1 •

Noi sem venun al luogo ovio rho dcttoChe tu vedrai lc genti dolorosc.

Las bajns ca pas de aire, desde el suelo hnsta 15o 20 pies de elevacion, cstan llenas de iuscctos

VCIlcn050S como de un vapor ccudensado. Po-

nienrlosc en un sitio obscuro , pOl' cjernplo , en

las grutas de las cataratas formadas pOl' masas de.granilo sobrepuestas , y dirigieudo los ojos hacia

la abertura, aclarada pOl' cl sol, seven nubes de

mosquitos mas 6 jnenos espcsas, seguo que estes

animalitos en sus m ovimicnto s lentos y caden- .

ciados se agrllpao 0 se dispersan.En In mision de

San Borja se sufre mucho mas de los mosquitos

queen Carichana , pcro en los raudales de Atu-

rcsy sobre torlo en ~laipures, este dolor alcanza

el ultimo perfodo. Dudo que hayn Cll cJ orhe un

pais donde cl hombre este expuesto en la csta-

cion de las lIuvias ., IllJS crueles tormclltos.Mas allil de 5° de latitud se sufre de Jas pic,,-

-I 111£. canto Ill, 16

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CA I'lTlLO XX. 10J

duras , pero en cl alto Orinoco son mas sClisi-

hles , porquc el calor y Ia [altn total <It' viento

vuelvcn ~J aire mas ardienle y mas irri tanto <1su contacto can 1,1 pirl.

• iCon quecomodidad debe vivirse en la lu na,

d-cia un Indio saliva a] padre Gumilla; parece

tan hermosa y tan clara que sin duda no ha-

bra zaucudos en ella .• ! Estas palabras que ex-

primen la -pr imera infaneia de un pueblo son

muy notables. En todas partes el satelite de la

tierra es, para el salvage americana, 1<1 mansion

de los bienaventurados y el pais de la abun-

daneia. EI Esquimo, que cuenta entre cl nu-

mero de sus riquezas una tabla de marlcr a , uu

tronco de arbol arrojado poria corriente sabre

UWl costa desuuda de vegetucion , ve en la luna

llanos cubiertos de bosques, eI l ndro de las sol-

vas del Orinoco, ve en ella prados .) savunas,

cUyGS habitanles j.lmas son picados pOl' los zan-cudos.

Ueg..:dos al punta Jande empiez.in it verse IdS

aguns de color de avellaua , que se Haman ge-

neralmentc fLg'UlLS ncgras, sobre I'-IS orillas del

Alnoapo, del Tcmi , del Tuamini y del Ilio Ne-

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LIBRa VIII.

gTO, gozamos de un reposo, mejor diria de una

fr-licidad inesperada. Estes rlos atraviesnn , como

..I Orinoco, hosques espesos, pero los inscctos

t ipulwI'ios, asi como los cocodrilos, huyen de laproximidad de las aguas negras. Estas aguas

;1130 mas frins y qu imica mente diferentcs de las

aguns bluucas , c son contrar ias [I las larvas y 1t

las niufas de los tipulwl'ios yde los zaucudos.que

pucden considerarse como verdaderos ani males

acuaticos P Algunos pequeiios rios , cUJ"as aguas

son de color azul obscuro 6 de avellana , elTo-

pal'o , cl :\hlaveni y el Zama hacen excepcion ala regia bastante general de Ia nuscncia de los

mosquitos sobre las a!Juas ne!p'cts. Estes tresI'

rio s estan cubicrtos de ellos, v los Indios mlS'

mos Ilarnaron nuestra atenciou sabre las cau-

sas problcuuiticas de este fenomcno. Bajando

rl Rio Negro respir-a ruos Iibremcntc en :.\Iaroa ,

en Da, ire y ell San Carlos, pueblos situados

sobre los Iimites del Brasil; pero cste mejora-

mienlo de nuestra posicion no duro mucho

ticmpo , y nuestros dolores volvieron :i cmpeztll'

:'1 nucstra entrarla en cl Casiquiarc. En la Esnlc-ralrlC\ y en In cxtrcmidad oriental del allo Ori.