sanchez belisario la docencia como vocacion revista educar hoy

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1 8 educar hoy 1 2 6 nal a una llamada (vocare) divina. María Zambrano, discípula de Ortega, habla de vocación como «llamada oída y segui- da». Para quienes así piensan, Dios no intervendría, por ejemplo, para llamar a las labores del campo. El profesor abnegado interpretado por Cantinflas en El pro- fe, de 1971, mantiene el siguiente diálogo: —¿Sigue usted siendo soltero, Sócrates?... No olvide que usted dice que la enseñanza es un sacerdocio. —Lo digo y lo sostengo. Por eso acepto, porque para comodi- dades hubiera yo estudiado para manicurista y nunca hubiera yo salido de la zona rosa. Lino, personaje de Peanuts, define la docencia como «sagra- da vocación», cuando dice en una viñeta: «¡Como todo buen profesor, a la señorita Othmar, la mueve un espíritu de entrega que la consagra a su vocación!». El papa Pío XII, dirigiéndose a maestros españoles en 1957, les expresó este convencimiento: «Vuestra vocación puede lo largo de la historia, en la medicina y en la enseñanza se ha hablado de vocación para su desempeño, al entender que estas profesiones precisaban de un alto grado de motivación, dedicación y servicio. Era muy normal es- cuchar que para ser maestro había que tener vocación. Aún hoy, Victoria Camps piensa que «la tarea del maestro exige vocación y oficio». Sin embargo, en las dos últimas décadas el tema de la voca- ción se ha convertido en uno de los puntos más debatidos por los especialistas en educación. Es más, la vocación de los docentes no universitarios anda de capa caída. Ha cambia- do plenamente la situación. Los profesores de Magisterio comprueban, curso tras curso, lo que afirman las estadísticas nacionales: «nueve de cada diez alumnos que estudian Magis- terio no tienen vocación para enseñar». Esto es lo mismo que afirmar que no todos los profesores incorporados al sistema educativo tienen vocación docente. LA MATRIZ RELIGIOSA En la medida en que la vocación se ha atribuido histórica y exclusivamente, como certeza y absoluto, a una minoría se- lecta de ocupaciones, por otra parte muy vinculadas a la mi- sión de la Iglesia, y antes de que los Estados asumieran su responsabilidad en determinados campos, se ha producido una sinonimia al definir estas seleccionadas profesiones desde el prerrequisito de «vocacionales», como el destino que Dios elige para esas personas o como respuesta perso- DE PROFESIÓN, DOCENTE DE PROFESIÓN, DOCENTE * * Toda profesión pide a la persona que la desempeña que disponga de determinadas competencias que le permitan un desarrollo eficaz de la misma. La voca- ción (vocatio), si la entendemos como inclinación ha- cia una actividad o conjunto de rasgos, capacidades y aptitudes que se poseen, es necesaria en el ejercicio de cualquier profesión. Vargas Llosa, al recibir el pre- mio Nobel de literatura de este año, empleó su fecun- do verbo para «agradecer el Nobel a su vocación». Pilar Hernán, Jefa de Bomberos de la CAM, afirmó: «Nues- tro trabajo es vocacional». Ana Torroja, cantante, ha- bló recientemente de su «vocación maternal» desde un ámbito distinto al de las profesiones. Y es que la vocación es un modo de expresar nuestra personali- dad y proyecto personal ante el mundo, o nuestra manera única e irrepetible de ser. A La tarea educativa es un proceso vivo de dedicación amorosa del educador a sus alumnos. Vivir la vocación es sacar de dentro lo mejor de nosotros mismos y dar vida a eso que cada uno «tiene que ser». La docencia como vocación

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La docencia como vocacion

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    nal a una llamada (vocare) divina. Mara Zambrano, discpulade Ortega, habla de vocacin como llamada oda y segui-da. Para quienes as piensan, Dios no intervendra, porejemplo, para llamar a las labores del campo.El profesor abnegado interpretado por Cantinflas en El pro-fe, de 1971, mantiene el siguiente dilogo: Sigue usted siendo soltero, Scrates?... No olvide que usteddice que la enseanza es un sacerdocio. Lo digo y lo sostengo. Por eso acepto, porque para comodi-dades hubiera yo estudiado para manicurista y nunca hubierayo salido de la zona rosa.Lino, personaje de Peanuts, define la docencia como sagra-da vocacin, cuando dice en una vieta: Como todo buenprofesor, a la seorita Othmar, la mueve un espritu de entregaque la consagra a su vocacin!.El papa Po XII, dirigindose a maestros espaoles en 1957,les expres este convencimiento: Vuestra vocacin puede

    lo largo de la historia, en la medicina y enla enseanza se ha hablado de vocacinpara su desempeo, al entender que estasprofesiones precisaban de un alto grado

    de motivacin, dedicacin y servicio. Era muy normal es-cuchar que para ser maestro haba que tener vocacin.An hoy, Victoria Camps piensa que la tarea del maestroexige vocacin y oficio.Sin embargo, en las dos ltimas dcadas el tema de la voca-cin se ha convertido en uno de los puntos ms debatidospor los especialistas en educacin. Es ms, la vocacin de losdocentes no universitarios anda de capa cada. Ha cambia-do plenamente la situacin. Los profesores de Magisteriocomprueban, curso tras curso, lo que afirman las estadsticasnacionales: nueve de cada diez alumnos que estudian Magis-terio no tienen vocacin para ensear. Esto es lo mismo queafirmar que no todos los profesores incorporados al sistemaeducativo tienen vocacin docente.

    LA MATRIZ RELIGIOSAEn la medida en que la vocacin se ha atribuido histrica yexclusivamente, como certeza y absoluto, a una minora se-lecta de ocupaciones, por otra parte muy vinculadas a la mi-sin de la Iglesia, y antes de que los Estados asumieran suresponsabilidad en determinados campos, se ha producidouna sinonimia al definir estas seleccionadas profesionesdesde el prerrequisito de vocacionales, como el destinoque Dios elige para esas personas o como respuesta perso-

    DE PROFESIN, DOCENTEDE PROFESIN, DOCENTE

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    Toda profesin pide a la persona que la desempeaque disponga de determinadas competencias que lepermitan un desarrollo eficaz de la misma. La voca-cin (vocatio), si la entendemos como inclinacin ha-cia una actividad o conjunto de rasgos, capacidades yaptitudes que se poseen, es necesaria en el ejerciciode cualquier profesin. Vargas Llosa, al recibir el pre-mio Nobel de literatura de este ao, emple su fecun-do verbo para agradecer el Nobel a su vocacin. PilarHernn, Jefa de Bomberos de la CAM, afirm: Nues-tro trabajo es vocacional. Ana Torroja, cantante, ha-bl recientemente de su vocacin maternal desdeun mbito distinto al de las profesiones. Y es que lavocacin es un modo de expresar nuestra personali-dad y proyecto personal ante el mundo, o nuestramanera nica e irrepetible de ser.

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    La tarea educativa es un proceso vivo de dedicacinamorosa del educador a sus alumnos.

    Vivir la vocacin es sacar de dentrolo mejor de nosotros mismos y dar vida

    a eso que cada uno tiene que ser.La docencia comovocacin

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    decirse que va ms all de lo pura-mente humano y terrenal, hacin-doos colaboradores del sacerdote yde la misma Iglesia de Cristo en esaedificacin de las almas. Esta matriz religiosa del trminovocacin es rechazada por quie-nes entienden la docencia comoun oficio o profesin ms, necesa-ria para el sustento, pero no comoconexin con los espacios espiri-tuales del ser humano. E. Morinafirma que en el mbito educati-vo, donde no existe amor no hayms que problemas de carrera, dedinero para el profesor, de fastidiopara el alumno. Siendo esta la si-tuacin, no podemos extraarnosde haber pasado de hroes a vi-llanos. La tarea educativa es unproceso vivo de dedicacin amo-rosa del educador a sus alumnos.Esta donacin personal no es po-sible sin unas determinadas dosisde vocacin.

    LA LAICIZACINLa docencia, muy sensible a loscambios sociales, polticos, cultu-rales y tecnolgicos, ha experi-mentado un proceso de seculari-zacin, lo cual no es negativo salvo quemalinterpretamos o vituperemos la seculariza-cin. Al querer purificar el trmino vocacin,por sus claras connotaciones religiosas, hemosafirmado un secularismo que, queriendo abs-traerse plenamente de Dios, se ha cargadohasta la categora moderna y humanista deltrmino vocacin, declarndolo obsoleto y cle-rical. El resultado de este proceso es que paraun sector amplio del profesorado, de la escue-la concertada y de la pblica, la enseanza esun camino profesional ms y la vocacin, unaamenaza o una invitacin a aceptar las condi-ciones laborales sin quejarse. El rechazo deltrmino vocacin, desde posturas laicistas, haconducido a una alta presencia en las aulas dedocentes sin vocacin, incluso en la educacincristiana, donde al docente se le pide coheren-cia con el Carcter Propio.La secularizacin no ha hecho otra cosa queayudarnos a desmitificar el concepto voca-cin y a purificar su dimensin idealista, no adebilitarlo. Nos ha ayudado a percibir la voca-

    cin como una bsqueda, comoun proyecto de vida, como unproceso abierto a lo largo de laexistencia que se va construyen-do y deconstruyendo. Este nuevo significado secular noes fcil transmitirlo en las escuelasuniversitarias del profesorado,dado que un buen nmero de estu-diantes se encuentra cursandounos estudios que no eligieron enprimer lugar o, al carecer de alter-nativas, la baja nota les enrol en laprofesin. La palabra vocacin se haconvertido en tab, y el trabajo do-cente, en un simple medio de sub-sistencia alejado de cualquier ideade proyecto existencial con senti-do. Es posible que esto sea igualpara quienes van a ejercer la do-cencia en una escuela laica que enuna confesional? Al docente de laescuela cristiana, no hemos de pe-

    Creemos en la educacin y estamos convencidos

    de que con ella contribuimos a un mundo mejor y ms humano.

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    dirle vocacin, que la viva desde la fe o que respete el mo-delo de escuela y comparta sus valores? Qu podemos ha-cer con los docentes que se han desembarazado de la voca-cin?Para los docentes en ejercicio y que afirman que lo suyo esun modo simple de subsistencia, les diramos con Lipo-vestky que han despojado a su profesin de toda dimen-sin humana y comunitaria y se han alejado de cualquierproyecto existencial con sentido.

    UNA EXPERIENCIA VITALAl hablar de vocacin, ms que hacer referencia al sentidoetimolgico del trmino y a su relacin con el concepto deprofesiones, oficios y tareas, hemos de intentar analizarlo ydefinirlo desde la experiencia personal intensa, satisfactoriay vivida con verdadera pasin. Expresar nuestra dedicacina la educacin porque creemos en ella y porque estamosconvencidos de que de esta manera contribuimos eficaz-mente a un mundo mejor y ms humano; es decir, la docen-cia la vivimos como un compromiso personal y una expe-riencia subjetiva.Ortega distingue entre lo que uno es, lo que debe ser y loque tiene que ser. Para l, esto ltimo es la vocacin.Misin, en cambio, significa lo que el ser humano tieneque hacer en su vida. Para Gasset, ni la vocacin ni la mi-sin son impuestas, sino propuestas. Por lo tanto, en nues-tras manos est el realizarlas como experiencia vital y pasio-nal o no. Este filsofo, para ejemplificar, presenta a DonQuijote como el paradigma de hombre con vocacin y conuna misin que cumplir.Vivir la vocacin es sacar de dentro lo mejor de nosotrosmismos y dar vida a eso que cada uno tiene que ser. La vo-cacin as comprendida no es un destino, sino un punto departida. Desde este inicio se construye toda una experienciade vida dedicada a la docencia. Es lo mismo que decir quemaestro no se nace, sino que se hace. Solo cuando somos

    capaces de imprimir a nuestro quehacer la singularidad quele es propia, podemos hablar de autnticos educadores.Si nos preguntamos cules son los componentes de la ex-periencia vocacional docente, podremos descubrir sietedimensiones en nuestra propia experiencia:Desde autores como Derrida y Foucault, la vocacin esuna bsqueda, que admite las posibilidades de explorary de crear. Sobre la docencia como vocacin, puesto quecreemos en ella, hemos de seguir reflexionando seria-mente y, desde luego, escribiendo nuestro pensamientodesde la experiencia personal y volviendo a reconside-rar su sentido en nuestra profesin. Si la idea de voca-cin a algunos colegas docentes les parece obsoleta, lestendremos que recordar que las demandas sociales per-manecen inalterables en esta exigencia.

    Nueve de cada diez alumnos que estudian Magisteriono tienen vocacin por ensear.

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