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LAS HISTORIOGRAFÍAS HISPANISTAS, EUROPEÍSTAS Y LA ARQUITECTURA VIRREINAL PERUANA POR ANTONIO SAN CRISTÓBAL Se hace un recorrido crítico por las distintas corrientes historiográficas que abordan las manifestaciones arquitectónicas en Hispanoamérica. Estos enfoques siempre han visto la arquitectura americana sometida a la europea. Se reivindican las aportaciones propias de los arquitectos peruanos en los diseños y modelos. This work includes a scientific joumey across the diferent historical views about architecture in Hispanic America. From these views, American architecture has been ever depending on European. So, this essay vindicate the originality of Peruvian architects desings and models. 1.- LAS HISTORIOGRAFÍAS HISPANISTAS Desde hace algunos arios hasta el presente han estado proponiendo algunos escritores una versión historiográfica de la arquitectura virreinal hispanoamericana de carácter europeísta no ibérica. La denominamos europeísta a secas, para contra- ponerla a otra interpretación usualmente calificada como hispanista. Ambas tienen de común la tendencia a subordinar la arquitectura virreinal hispanoamericana respecto de otras arquitecturas cultas a las que consideran como proveedoras de los modelos aplicados en los centros receptores hispanoamericanos. Difieren obviamente las dos interpretaciones en lo que atañe a la localización de los centros considerados como primarios y emisores de las influencias arquitectónicas. No prestan atención preferencial al conocimiento de las fuentes documentales históricas, o de los alarifes que construyeron los monumentos virreinales. Investigan en cambio con detenimiento todo lo que en las arquitecturas hispanoamericanas manifiesta real o presuntamente la huella dé unas influencias transmitidas desde los centros europeos. LABORATORIO DE ARTE 11 (1998) 195-213

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  • LAS HISTORIOGRAFAS HISPANISTAS,EUROPESTAS Y LA ARQUITECTURA

    VIRREINAL PERUANA

    POR ANTONIO SAN CRISTBAL

    Se hace un recorrido crtico por las distintas corrientes historiogrficas que abordan las manifestacionesarquitectnicas en Hispanoamrica. Estos enfoques siempre han visto la arquitectura americana sometidaa la europea. Se reivindican las aportaciones propias de los arquitectos peruanos en los diseos y modelos.

    This work includes a scientific joumey across the diferent historical views about architecture in HispanicAmerica. From these views, American architecture has been ever depending on European. So, this essayvindicate the originality of Peruvian architects desings and models.

    1.- LAS HISTORIOGRAFAS HISPANISTAS

    Desde hace algunos arios hasta el presente han estado proponiendo algunosescritores una versin historiogrfica de la arquitectura virreinal hispanoamericanade carcter europesta no ibrica. La denominamos europesta a secas, para contra-ponerla a otra interpretacin usualmente calificada como hispanista. Ambas tienende comn la tendencia a subordinar la arquitectura virreinal hispanoamericana respectode otras arquitecturas cultas a las que consideran como proveedoras de los modelosaplicados en los centros receptores hispanoamericanos. Difieren obviamente las dosinterpretaciones en lo que atae a la localizacin de los centros considerados comoprimarios y emisores de las influencias arquitectnicas. No prestan atencin preferencialal conocimiento de las fuentes documentales histricas, o de los alarifes queconstruyeron los monumentos virreinales. Investigan en cambio con detenimientotodo lo que en las arquitecturas hispanoamericanas manifiesta real o presuntamentela huella d unas influencias transmitidas desde los centros europeos.

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    Los orgenes de la historiografa hispanista se remontan a los tratados de mediadosdel presente siglo. La obra de ngulo-Marco Dorta-Buschiazzo en tres volmenes,para toda la arquitectura hispanoamericana en su conjunto; y para la peruana en especialel libro del norteamericano H. E. Wethey 1 . Nos interesa destacar que, en realidad,las historiografas hispanistas presentan dos versiones de distinto nivel epistemolgico:la formulacin de carcter experimental, que se propone segn la descripcin de losmonumentos arquitectnicos concretos; y la formulacin de carcter metafsico que,elevndose por encima de los hechos arquitectnicos existenciales, se expresa enconceptuaciones teorticas e ideolgicas no constatables en s mismas, como es porejemplo, la teora de los invariantes.

    Adems de estas diferencias estrictamente gnoseolgicas, las dos versioneshispanistas profesan una idea diferente acerca de la misma arquitectura virreinalhispanoamericana, que no consiste slo en acentuaciones de unos u otros maticesdel mismo concepto acerca de esta realidad objetiva, sino que expresa el resultadoconceptual de aplicar distintas categoras interpretativas. En la historiografa hispanistadesempea una funcin determinante la categora de las escuelas. Designa el conceptode escuela unos caracteres comunes atribuidos a la arquitectura de una zona geogrfica,y bajo este aspecto corresponde adecuadamente a la epistemologa positivista de loshistoriadores clsicos que se atenan a los hechos objetivos constatables. En este sentidopre-crtico utilizaba Wethey el concepto de escuela para designar la escuela del estilomestizo, la del barroco del Cuzco, y la escuela de Cajamarca, estas dos ltimasconsideradas por Wethey como escuelas de arquitectura hispnica, por contraposicina la surperuana arequipeo-collavina. _La categora de escuela conlleva en estahistoriografa positivista el contenido conceptual de la multiplicidad de manifestacionesarquitectnicas dentro de un concepto genrico no muy explcito de la unidad dela arquitectura hispnica que englobaba la de Espaa y las escuelas hispanoamericanas.

    No se trata de que la historiografa hispanista metafsica de los invariantes dejede reconocer la existencia de las escuelas y la aplicabilidad de esta categora dentrode la arquitectura hispanoamericana. Lo que sucede es que las escuelas quedanrelegadas a un plano muy secundario e irrelevante, en cuanto que sobre ellas se haceprevalecer la categora de la unidad de la arquitectura hispanoamericana expresablemediante los invariantes que la caracterizaran propuestos por Chueca Goitia 2.

    1. Diego ngulo Iiguez, Enrique Marco Dorta y Mario J. Buschiazzo, Historia del arte hispanoa-mericano, Barcelona, 1945-1956. Harold E. Wethey, Colonial architecture and sculpture in Peru, CambridgeMassachusetts, 1949; acerca del concepto de escuela en Wethey puede verse mi artculo "Vigencia de laobra Colonial Architecture and sculpture in Peru" en Laboratorio de Arte, n3, Sevilla, 1990, pgs. 162-165.

    2. Fernando Chueca Goitia, "El barroco hispnico y sus invariantes", en Simposio Internazionale sulbarocco Latino Americano, vol I, Roma, 1982, pgs. 189-190. La ponencia de este simposio correspondea la segunda parte del trabajo publicado en Revista de Occidente, n 38, Madrid, 1966, y reiterado en elBoletn del Centro de Investigaciones Histricas y Estticas,n 7, Caracas, 1967, pgs. 106-120; ver tambinen el mismo Boletn "El mtodo de los invariantes", n 9, Caracas, 1968, pg. 54.

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    Podramos definir el hispanismo metafsico como la profesin de fe en una nicaarquitectura difundida por toda Hispanoamrica que estara regida por los mismoconceptos invariantes y preponderara, unificndolas, sobre las variaciones localesirrelevantes.

    En la ponencia presentada al Simposio de Roma sobre el barroco, pretendiexponer Chueca Goitia los invariantes comunes a todo este barroco hispanoamericanounitario. Otro problema distinto es que haya logrado demostrar su tesis, porque sucedeque el mayor nmero de los invariantes aducidos han sido tomados del barrocomexicano, y consiguientemente no son aplicables en modo alguno a las escuelasregionales peruanas; mientras que los pocos que pudieran convenirlas, lo son en unmodo radicalmente distinto de como se emplearon en la arquitectura virreinal mexicana.Nos excusamos de insistir en el uso de los estpites, de las cpulas con tamboroctogonal, etc.

    Sin descender ahora al anlisis crtico de estas dos versiones historiogrficashispanistas, sealamos que ellas dejan planteada la tensin dialctica entre las categorasde la unidad de toda la arquitectura virreinal hispanoamericana y de la pluralidadde las escuelas regionales. Se trata de una tensin categorial propuesta dentro dela misma historiografa hispanista. No ha sido resuelta crticamente, acaso porquelos mtodos epistemolgicos de las dos versiones hispanistas no eran los ms adecuadospara comprender su urgencia. Esa tensin categorial ha quedado latente, no resuelta.

    2.- LAS RUPTURAS DE LA UNIDAD ARQUITECTNICA

    Como reaccin contra la inicial historiografa hispanista en su conjunto, se gestaronalgunas interpretaciones de la arquitectura virreinal hispanoamericana que, en diversonivel, afrontaron los dos conceptos de la unidad arquitectnica antes delimitados.

    Se public en 1968 el estudio magistral de Palm en el que se resuma el estadoa que se haba llegado hasta entonces en el estudio del tema. Slo al final del amplioestudio, y a modo de esquema formal vaco en el que cada cual pudiera encuadrardentro de una perspectiva sistemtica a los historiadores que hasta entonces habantratado de la arquitectura hispanoamericana, propuso los modelos genricos queestableceran algn orden en la mltiple y desvinculada produccin literaria de loshistoriadores e historigrafos. Dice as el texto: "Los modelos por medio de los cualesse ha tratado de organizar la historia de la arquitectura hispanoamericana se reducena tres: la integracin en una historia nacional americana, la integracin en una historianacional europea (la de Espaa), la integracin en una historia de las ideas estticassupranacional" 3.

    3. Erwin Walter Palm, "Perspectivas de una historia de la arquitectura colonial hispanoamericana",en Boletn del Centro de Investigaciones Histricas y Estticas, n 9, Caracas, 1968, pgs. 21-37, citade la pg. 32.

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    No se detuvo Palm en proponer una explicitacin concreta de los tres criterios.En realidad, el mismo estudio de Palm encajaba a la perfeccin dentro del tercermodelo, pero l no encuadr a los diversos estudios dentro de los otros dos modelos.

    Constatamos que no haba cobrado todava consistencia propia una historiografaeuropesta no-ibrica que pudiera ser incorporada como un cuarto criterio exegticodistinto de los tres sealados por Palm, aunque Kubler lanz el manifiesto deconstitucin del europesmo no-ibrico en el mismo Seminario en que se ley laponencia d Palm. Tampoco pudieron incorporarse en 1968 otros planteamientoshistoriogrficos que pugnan por superar las limitaciones de los precedentes.

    Los dos estudios sealados por Palm como representantes de esta tendencianacionalista no cumpliran ciertas condiciones mnimas: la tesis de Mc Andrew sobrelas capillas abiertas atae a una manifestacin parcial de la arquitectura mexicana;y por su parte Kubler se encarg de privar de valor cientfico a la obra de Kelemena la que considera como un ensayo de segunda mano basado en ngulo, Neumeyery Wethey.

    Los intentos ms consistentes de interpretacin historiogrfica como escuelasautnomas de algunas arquitecturas regionales hispanoamericanas, y consiguientementecomo esfuerzos serios para resquebrajar tanto la unidad imperial como la unidadregional hispanoamericana de la arquitectura virreinal, son el de la formulacin delultrabarroco mexicano y el de la diferenciacin del llamado estilo mestizo sutperuano-collavino-potosino, a los que inexplicablemente no dedic Palm alguna atencinpreferencial en su erudito trabajo. La voluntad de diferenciar la arquitectura mexicanadel siglo XVIII como una escuela autnoma respecto del barroco europeo es no menosconocida en los historiadores del ultrabarroco mexicano 4.

    La integracin de estas arquitecturas regionales hispanoamericanas en una historianacional americana, por seguir la terminologa propuesta por Palm, las eleva al rangode escuelas *arquitectnicas especficas propiamente dichas. La doble unidad sobrela que disertaban los historigrafos hispanistas: la unidad regional hispanoamericana,primero; y en profundidad, tambin la unidad imperial con la arquitectura espaola,han resultado profundamente fragmentadas por estas dos versiones historiogrficas.El replanteamiento directo de las historiografas hispanistas constituye un pasodialctico ulterior, que se ha acrecentado a partir de 1968 por el desarrollo de lasversiones historiogrficas del europesmo.

    4. Puede verse una clasificacin actualizada de las etapas del barroco mexicano en Martha Fernndez,Retrato hablado: Diego de la Sierra un arquitecto barroco en la Nueva Espaa, Mxico, 1986, pgs.118-123. Teresa Gisbert, "El barroco andino y el estilo mestizo", en Simposio..., vol. II, pg. 147. Sobreesta ltima escuela puede verse mi libro Arquitectura planiforme y textilogrfica virreina! de Arequipa,Arequipa, 1997.

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    3.- LAS HISTORIOGRAFAS EUROPESTAS

    Prevea Palm que llegara a fragmentarse la unidad de la interpretacin de laarquitectura virreina] hispanoamericana a manera de un desarrollo posterior de ciertastensiones latentes en la propia arquitectura espaola de la que aquella proceda.Consideraba Palm que en la arquitectura espaola confluyeron algunas transformacio-nes de temas italianos o franceses en un proceso de adaptacin al arte espaol, ydeduca de ello que "el mapa por confeccionar del arte hispnico nos ensea que,en Amrica, vuelven a presentarse aquellos mismos factores que determinan el aspectodel arte de la pennsula ibrica. No importa que ahora se trate de una adaptacin ensegundo grado, producida sobre adaptaciones pasadas... Tambin en otro aspectonos ilumina la proyeccin retractiva del desarrollo artstico en ultramar. En las distintasprovincias americanas los elementos conjugados en el proceso histrico de la madrepatria pueden disyuntarse y buscar nuevas combinaciones. Es esta la base de ladiferenciacin regional" 5 . Se trataba de anticipar lo que podra suceder en la historio-grafa sobre la arquitectura hispanoamericana, no de describir un proceso realizadoefectivamente.

    Las interpretaciones europestas constituyen la tercera etapa en la evolucin dela historiografa acerca de la arquitectura virreinal hispanoamericana, y son posterioresa la exposicin de Palm en 1968. Han tratado de manifestar las influencias directasllegadas desde las arquitecturas europeas no-ibricas sobre la arquitecturahispanoamericana, sin pasar por la mediacin de la arquitectura espaola. Hablamosde historiografas europestas, porque son varias e independientes sus formulaciones.

    En un afn muy loable por investigar la participacin de algunos pases europeosno-ibricos en la epopeya misional y evangelizadora realizada en Hispanoamrica,se ha estudiado la presencia de religiosos llegados al nuevo continente desde otrasnaciones europeas distintas de Espaa. La erudita ponencia de M. Batllori al Simposiode Roma ofreca una informacin general sumaria acerca de esta clase de investigacio-nes. El tema desbordaba el tratamiento estrictamente arquitectnico, pues atae ala amplia gama de todas las actividades culturales vinculadas con la evangelizacina las que se dedicaron los religiosos europeos no-ibricos en Hispanoamrica. Otrasponencias del mismo Simposio de Roma aportaron estudios centrados en religiososparticulares o en grupos de religiosos llegados a algn pas determinado, como alParaguay, a Chile, y a la Argentina. Presentan todas ellas datos valiosos desde el puntode vista histrico, pero no inciden en planteamientos historiogrficos sobre laarquitectura hispanoamericana en particular 6.

    5. E. W. Palm, "Perspectivas...", pg. 34.6. M. BatIlori, "Confluencia de culturas en el barroco religioso iberoamericano", en Simposio..., vol. II,

    pgs. 463-467; H. Storni, "El internacionalismo de la provincia jesutica del Paraguay", ibid. pgs. 191-195;C. A. Ferrari Pea, "La influencia de los jesuitas bavarios en la arquitectura y el arte chilenos del sigloXVIII", ibid. Pgs. 211-227; R. Trevi de Trevigiano, "Consideraciones en tomo a la arquitectura duranteel siglo XVIII en Chile", ibid. Vol. I, pgs. 419-427; P. Stepanek, "Arquitectos de Bohemia en Amrica

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    Llev a cabo Santiago Sebastin la investigacin ms acuciosa acerca de lainfluencia directa de modelos europeos no-ibricos, especialmente italianos, sobrela arquitectura hispanoamericana. En el estudio acerca de la influencia de los modelosde Serlio 7 , destaca en primer lugar la limitacin geogrfica de las investigacionesal rea de Centroamrica, Nueva Granada y Quito. Describe documentalmente lahuella italiana en Colombia y Ecuador ejercida por los tratados, los grabados y tambinpor la presencia de artistas de esa nacionalidad.

    El tono expositivo, no polmico, de los escritos de Sebastin no elude las reper-cusiones crticas que desde ellos se proyectaban sobre las historiografas hispanistas, ylas correcciones que impona a las categoras de la unidad imperial y de la unidadregional.

    La historiografa europesta propuesta por George Kubler 8 , aunque apuntabaa quitar la mscara imperial de los invariantes hispnicos, rectificaba a su modo lasdos unidades categoriales que venimos analizando. De los mltiples ejemplos aducidospor Kubler, tomados unos de la obra de ngulo Iiguez, y propuestos otros comocorrecciones y rectificaciones de su propia obra, deduca Kubler esta conclusinabarcadora: "En general una amplia discusin de estas fuentes bastantemente extendidasde Alemania, Francia e Italia habra hecho surgir un conflicto con las tesis de losinvariantes y auto-suficiencia hispnicas y tambin con la interpretacin hispanistade la arquitectura espaola del mismo siglo XVII considerado como estilo nacionalel cual no debe nada a fuentes externas a la pennsula" 9 . La revisin de las fronterasde los imperios arquitectnicos efectuada por Kubler no neg de plano la categorade la unidad imperial espaola, sino que hizo aparecer junto a ella otra unidad imperialeuropea no-ibrica extendida por los centros alemanes, franceses, italianos ycentroeuropeos y que abarcaba algunas regiones arquitectnicas hispanoamericanas,aunque no a todas. Ella coexista con la primera en cuanto que se extendaprimeramente por la misma arquitectura espaola y luego por la hispanoamericanaal menos en algunas de sus regiones provinciales. Kubler fue ms all de SantiagoSebastin en la bsqueda de algunos otros aportes europeos no-ibricos, adems delos italianos, y tambin extendi la unidad europea no-ibrica a otras regionesarquitectnicas no exploradas por Sebastin.

    La historiografa europesta de Kubler no defini con claridad y de manera explcitael problema de la categora de la unidad regional hispanoamericana. En concordanciacon el resultado de los estudios de Sebastin, escribi Kubler con precisin: "La NuevaEspaa estaba ms estrechamente ligada a la Pennsula y se parece ms a esta ltima

    Latina: el caso de Juan Kraus de Pilsen/Plzen", ibid. Vol. I, pgs. 245-248.7. Santiago Sebastin, "Influencia de los modelos ornamentales de Serlio en Hispanoamrica", en

    Boletn del CINE, Caracas, n6, 1968, pgs. 30-67; "La huella italiana en la arquitectura colonial de Colombiay Ecuador", ibid. n 12, 1971, pgs. 45-75.

    8. Vase George Kubler "El problema de los aportes europeos no ibricos en la arquitectura colonialhispanoamericana", en Boletn del CIHE, Caracas, n 9, 1968, pgs. 104-116.

    9. Ibid. pgs. 110-111.

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    que Amrica del Sur con sus mltiples conexiones europeas" I . Por un lado dejabaen claro el resquebrajamiento de la unidad regional hispanoamericana en dos ncleosbastante amplios. Debido a que la unidad imperial europea no-ibrica slo extendasu influencia a Amrica del Sur, pero no a la Nueva Espaa. Por otro lado, no precisabaKubler qu tipo de unidad o de heterogeneidad pudiera regir entre las otras regionesvirreinales de Amrica del Sur subordinadas simultneamente a la influencia de lasdos unidades imperiales: la espaola y la europea no-ibrica. Quedaba tambin oscuroen su planteamiento la clase de relaciones que seguiran rigiendo entre el sector todavahispanizado de todas las regiones hispanoamericanas y la arquitectura de Espaa.

    4.- EL ULTRAEUROPESMO DE GASPARINI

    La tesis que ahora denominamos ultraeuropesmo constituye la cuarta etapa en laevolucin dialctica de la historiografa de la arquitectura virreinal hispanoamericana.

    En los diversos trabajos de Gasparini se encuentra desplegada la crtica en susentido ms qumicamente puro. Es la crtica por la crtica, disparada simultneamentedesde todas las posiciones posibles, y sin que muchas veces detrs de ella aparezcaen claro una posicin sustitutoria de la criticada. Puesto que prevalece la crtica conmayor nfasis que la exposicin doctrinal y sistemtica, es necesario realizar un ciertoesfuerzo de sntesis para organizar los conceptos fundamentales que aparecenfragmentados y dispersos por todos sus escritos. Podra decirse que los argumentosfundamentales de la crtica historiogrfica desplegada por Gasparini son los mismosque propusieron Palm, Sebastin y Kubler, citados a veces textualmente o resumidosen exposiciones libres. Adems, se constata que asume conjuntamente las ideas bsicasde estos historigrafos, sin haberse percatado de la evolucin teortica operada desdela posicin de Palm hasta la de Kubler. Observamos tambin un cambio de orientacinen los escritos de Gasparini respecto de los historigrafos de los que asumi susrecursos crticos. Mientras que en sus exposiciones se dedicaban estos hitorigrafosa revisar las relaciones entre la arquitectura virreinal hispanoamericana y lasarquitecturas europeas, Gasparini, sin dejar de utilizar todos estos materiales asumidosde los historigrafos europestas, emprende la reconsideracin de lo que, a su modode entender las cosas, sea la arquitectura virreinal hispanoamericana en s misma.

    Presentamos primero la reiterada repeticin que hace Gasparini de los plantea-mientos ya clsicos en los primeros europestas. Menciona las dos conocidas historio-grafas hispanistas: "En cambio, la arquitectura latinoamericana ha sido interpretadacomo hispanoamericana o como extensin provincial espaola". Considera estasinterpretaciones como una costumbre etnocntrica, cuyo origen "no es fcil de indicar,pero posiblemente es una consecuencia del amplio alcance, as como de la notablehomogeneidad de los modelos culturales del Imperio Ibrico". Contrapone a los dos

    10. Ibid. pg. 114.

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    conocidos hispanismos el argumento tan reiterado por los europestas de que "no seda en Amrica hispana esa homogeneidad formal con la madre patria, porque otrosaportes no ibricos modificaron los supuestos invariantes de la hispanidad"

    Es importante anotar que en la polmica y agresiva ponencia presentada al Sim-posio sobre el "Barroco en Amrica", celebrado en septiembre de 1966 y publicado en1967, es decir, con anterioridad a los escritos de Palm, Sebastin y Kubler antes anali-zados, no mencion Gasparini para nada el tema de los aportes europeos no-ibricos,a pesar de que estaban propuestas las historiografas hispanistas 12 . El ensamblajeentre el primer punto de vista de Gasparini y el segundo asumido de los escritos deSebastin y Kubler, acusa ciertos desajustes y contradicciones conceptuales quepondremos luego de manifiesto.

    Un estudio del historiador Justino Fernndez planteaba entre otros temas unoque parece gozar de alguna aceptacin en la historiografa mexicana: el de la diferenciaentre el barroco virreinal de la Nueva Espaa y el de Amrica del Sur 13 . Correspondeel planteamiento de este al problema de la unidad regional hispanoamericana en laarquitectura virreinal antes mencionado. Pues bien, todava en la etapa pre-kublerianade su pensamiento, Gasparini admiti explcitamente contra la tesis de JustinoFernndez la unidad de toda la arquitectura virreinal hispanoamericana 14.

    En una segunda etapa de su pensamiento, netamente post-kubleriana, variGasparini diametralmente de posicin, pues afirma la tesis contraria, y reitera ladiferencia entre la arquitectura de la Nueva Espaa y la de toda la Amrica del Suren conjunto, siguiendo textualmente las palabras de Kubler, y aduciendo la mismarazn de la existencia de los aportes europeos no-ibricos propuesta por este 15.

    Constatamos de primer momento cmo en la fase post-kubleriana de la historio-grafa de Gasparini reaparecen las mismas limitaciones y omisiones que sealbamosen la posicin de Kubler acerca del problema de la unidad regional hispanoamericana.Si bien destaca la arquitectura mexicana por su originalidad y su notable extensin,tambin ocupa una posicin relevante la arquitectura virreina] de las escuelas regionalesperuanas. Por eso es de lamentar la ausencia de un planteamiento explcito acercade la unidad o diferenciacin de la arquitectura virreina] peruana dentro del ampliocontexto de la arquitectura virreinal de Amrica del Sur, al menos de un modo seme-jante a como se planteaba acerca de la Nueva Espaa.

    11. G. Gasparini, "La arquitectura barroca latinoamericana: una persuasiva retrica provincial", enSimposio..., vol. 1, pgs 391-393. Vase tambin "La arquitectura colonial como producto de la integracinde grupos", en Boletn del CINE, Caracas, n 12, 1971, pgs. 28-29; Amrica. Barroco y arquitectura,Caracas, 1972, pgs. 22-23, 179-180, 190-201 y 300-301.

    12. G. Gasparini, "Anlisis crtico de la historiografa arquitectnica del barroco en Amrica", en Boletndel CINE, Caracas, n 7, 1967, pgs. 9-25.

    13. Justino Fernndez, El retablo de los Reyes. Mxico, 1959.14. G. Gasparini, "Anlisis crtico...", pgs. 23 y 10-11.15. Ibid. "La arquitectura colonial...", pg. 29. Vase el desarrollo amplio de la idea de Kubler en Amrica,

    barroco..., pgs. 24, 178-180: "Las diferencias entre Nueva Espaa y Amrica del sur no tienen ningunarelacin ...", pgs. 180-181, 300-301. "La arquitectura barroca latinoamericana...", pgs. 394-395.

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    Plante tambin el historiador Justino Fernndez en el estudio antes citado elproblema de la diferencia entre el barroco mexicano y la arquitectura europea en suconjunto. Reviste el tema especial importancia, porque puede planterarse del mismomodo tal problema acerca de la arquitectura virreinal peruana por razones especficasde ella. Abord Gasparini desde el comienzo este problema suscitado por el ultraba-rroco mexicano. Y puesto que en su historiografa no aparece ningn concepto ocategora propios, asumi para afrontarlo la idea de laprovincializacin del arte hispa-noamericano, que haba sido elaborada por Palm, aunque variando por su propia cuentala extensin y duracin de este proceso 16 . En la etapa post-kubleriana insisti Gasparinien afirmar que mientras el barroco europeo haba sido producido por personalidadescreadoras, "por el contrario, en Hispanoamrica, el aspecto que lo diferencia deleuropeo, no es creativo; deriva de su concepcin receptora, de la falta de personalidadesy de la imitacin y reinterpretacin de los modelos europeos" 17 . De estos presupuestosderiva la siguiente definicin: "El barroco en Amrica es una extensin del europeo,una manifestacin provincial, esencialmente repetitiva que no puede considerarsecomo arte "barroco americano" tanto menos es, en su arquitectura, una "arquitecturabarroca americana" 18 . Aplic Gasparini el concepto formal, genrico y aprioristade la provincializacin a toda la arquitectura virreinal hispanoamericana en general,sin excepcin alguna, y sin necesidad de realizar estudios analticos especiales, yde este modo crey resolver el caso peculiar del barroco mexicano.

    Resulta que Kubler no estudi ni se plante este problema especfico de ladiferenciacin del barroco de la Nueva Espaa respecto del barroco europeo, fuerade hacer alguna alusin de pasada a la vanidad de los nacionalismos. Ya que Gasparinino pudo emplear ningn concepto asumido de Kubler para resolver este problemaespecfico, no le qued otra solucin que la de seguir empleando el concepto ampliadode la provincializacin en sus escritos post-kublerianos. Lo reitera sin hacer ningnajuste conceptual o rectificacin, a pesar de que la introduccin por la historiografade Kubler de la tesis de los aportes europeos no-ibricos fragmentaba de hecho laarquitectura virreinal hispanoamericana en los dos sectores antes sealados: elsuramericano y el de la Nueva Espaa. El sector dependiente de la arquitectura espaolay el dependiente de las arquitecturas europeas no-ibricas.

    Otra contradiccin que salta a la vista en la historiografa de Gasparini derivade aplicar el concepto de la provincializacin a toda la arquitectura virreinal hispanoa-mericana en su conjunto, sin anotar excepcin alguna. Notemos que el concepto de laprovincializacin implica unos procesos de reelaboracin, simplificacin, exageracin

    16. E. W. Palm, "El arte del Nuevo Mundo despus de la conquista espaola", en Boletn del CIHE,Caracas, n 4, 1966, pgs. 37-50. Sin embargo hay una diferencia radical entre Palm y Gasparini, puesel primero slo aplica la provincializacin a "las zonas americanas marginales" y la localiza "hacia finesy tambin a principios de la poca colonial", ibick pgs. 42-43; mientras que Gasparini la atribuye a todaHispanoamrica durante toda la poca virreinl.

    17. G. Gasparini, "Anlisis crtico...", pgs: 24 Sr 11.18. Ibid., pg. 11.

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    e incomprensin formal de los modelos recibidos con retardo de los centros cultosprimarios y creadores, y todo ello supone que entre los modelos europeos y laarquitectura provinciana intercede la mediacin de las sucesivas reelaboraciones queharan de toda la arquitectura hispanoamericana una versin indirecta, secundariay mediata de los modelos cultos europeos. Expresaba as Gasparini esta misma idea:"La arquitectura colonial.., tampoco es una extensin reproductiva que mantiene unasimilitud formal homognea e inmutable con los modelos europeos. Es reproductiva,pero ocasiona unas variaciones en los modelos del arte dominante que no se puedenignorar" 19 . Ahora bien, es manifiesto que la influencia italiana y las copias de losmodelos de Serlio estudiadas por Sebastin y Kubler son realizaciones directas,ejecutadas en muchos casos por artfices europeos no-ibricos, por usar las mismaspalabras de Gasparini, cabe decir que la arquitectura de Colombia y de Quito estudiadapor Santiago Sebastin "mantiene una similitud formal e inmutable con los modeloseuropeos"20. En esta arquitectura no acaeci ningn proceso de sucesivas transforma-ciones derivadas y secundarias, se aade que en muchos casos su ejecucin denotaesmerada perfeccin artesanal. Sin embargo de todo ello, puesto que no se ha puestoninguna limitacin a la vigencia de la categora de la provincializacin, tambin esosaportes europeos no-ibricos deben ser calificados como deformaciones e incompren-siones provinciales de los modelos europeos, ya que estn comprendidos dentro dela arquitectura virreina] hispanoamericana, que para Gasparini es esencialmente unaexpresin constitutivamente provinciana sin excepcin alguna. A no ser, que paraeludir el problema, el conjunto de los monumentos con aportes europeos no-ibricosdeje de ser considerado como parte integrante de la arquitectura hispanoamericana.En realidad, no ha llegado Gasparini a tal extremo, que sera la consecuencia evidentede sus anlisis, porque, a pesar de destacar la alta calidad de los monumentos de Quito,reitera sobre ellos Gasparini la acusacin de "falta de creatividad, retardo en laaceptacin de los elementos formales y propensin a aceptar, combinndolos, aportesde diversos orgenes"; de tal suerte que el arte italianizado de Quito le parece tambin"vinculado al provincialismo" 21.

    Si conectamos la tesis de la provincializacin universal e irrestricta con la ideade que la arquitectura virreina] hispanoamericana es slo decorativa y ornamental,pero no estructural, a diferencia del barroco europeo preocupado por las solucionescrticas espaciales y volumtricas, reiterada insistentemente por Gasparini, aparecerclaro cmo la historiografa de Gasparini incide en la desvalorizacin total de la arqui-tectura virreina] hispanoamericana respecto de las arquitecturas europeas identificadascon el barroco de Borromini y el centroeuropeo n.

    19. lbid., Amrica..., pg. 171.20. Ibid.21. Ibid., pg. 277.22. Ibid., pg. 25.

  • Las historiografas hispanistas, europestas y la arquitectura virreina! peruana 205

    5.- POSICIONES ANTITTICAS DE LAS HISTORIOGRAFAS

    Han adoptado los interpretes dos posiciones antitticas. Los historigrafos, queatribuyen a priori a las arquitecturas virreinales la condicin de zonas receptoras delas transmisiones estilsticas europeas, enfrentan la dificultad de explicar cmo hanllegado a generarse algunas expresiones arquitectnicas virreinales tan especficasy diferenciadas de las europeas, sin debilitar por ello aquella presunta situacin dedependencia estilstica.

    Desde otra posicin diametralmente opuesta, los interpretes no comprometidoscon presuposiciones aprioristas y dogmticas reconocen el valor primario de laespecifidad y autonoma que las arquitecturas virreinales han alcanzado en losmomentos ms destacados de su desarrollo histrico, y tratan de explicar desde estefundamento objetivo constatable la autoformacin independiente que la ha generado,sin necesidad de recurrir a hipotticas transmisiones europeas que la invalidaran.

    Contrapuso el historiador mexicano Jorge Alberto Manrique en el Simposio deRoma dos modos antitticos de entender el origen de la arquitectura virreinalhispanoamericana. Como fundamento previo para cualquier interpretacin, formulel reconocimiento inequvoco y preciso de la especifidad autnoma de la arquitecturavirreinal: "Cuando decimos 'barroco americano', no estamos slo refirindonos aobras de estilo barroco producidas en Amrica, ni slo dando salida a nuestra necesidadideolgica nacionalista, estamos indicando, ms o menos conscientemente, que setrata de un barroco que no es igual al que supone su modelo conceptual, sino de talmodo peculiar, que nos vemos necesitados de calificarlo de 'americano' para poderseguir llamndolo 'barroco" 23 Conviene tener presente que el expositor Manriqueno limita slo al barroco mexicano la afirmacin tan clara de la autonoma de laarquitectura virreinal, pues la propone como vlida para toda la misma arquitecturaen su extensin hispanoamericana.

    Sin referirse en particular a ninguna formulacin historiogrfica, presenta endilogo antittico, dos versiones interpretativas. Define del siguiente modo la quepropone como "esquema tradicional": "El estilo barroco se crea en Europa, pasa aAmrica y ah empieza a transformarse, a alterarse, hasta que se americaniza. Ensu transformacin intervienen dos factores capitales: el paisaje americano, con suflora y fauna, y el indio que introduce vocablos de su propio lenguaje hasta hacerotro idioma artstico" 24 . Consideramos que se trata de una manera muy peculiar depresentar compendiadamente las tesis historiogrficas imperiales. La definicin aspropuesta del "esquema tradicional" no pierde vigencia por el hecho de mencionarel influjo diferenciador de dos factores que, en lo que atae a la arquitectura virreinal

    23. J. A. Manrique, "La formacin de la arquitectura barroca americana", en Simposio..., vol. I, pgs.297-304; vase pg. 299.

    24. Ibid.

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    peruana en particular, slo explicaran la formacin de la escuela arequiperio-collavina,pero en manera alguna la de los restantes ncleos arquitectnicos regionales.

    Despus de haber descartado, mediante una crtica certera, la validez de esteesquema historiogrfico imperial, formula su propia interpretacin del mismo problema:"Lo que propongo frente al esquema tradicional, es que el barroco americano -loque llamamos barroco americano- surge en Amrica, se forja en Amrica, aunquede ninguna manera desligado del europeo, como la realidad social y cultural americanatampoco lo estaba. Desde el primer momento el barroco aqu fue diferente, porqueproceda de antecedentes y situaciones diferentes" 25.

    Evidentemente, esta interpretacin est formulada en una amplia perspectivade extensin universal, como tambin era comn en las versiones historiogrficasimperiales. Alguien pudiera objetar que por tal motivo, no corresponde a la situacinhistrica concreta de ninguna arquitectura virreinal en particular. Sin entrar ahoraen el desarrollo extensivo de este planteamiento, anotamos algunas observacionespara precisar las bases metodolgicas en que se sustenta la tesis de Manrique. Porlo pronto, es fundamental dejar claro que la comprobacin de la especificidad autnomade la arquitectura virreinal no ha de estar basada en presupuestos aprioristas o ideo-lgicos, sino en el recurso constante al conocimiento histrico ampliado, ya los anlisiscrticos, no meramente empiristas, de las arquitecturas regionales en sus monumentosms representativos. En segundo lugar, la consolidacin de una historiografa comnpara toda la arquitectura virreina] hispanoamericana ha de proceder desde la inicialinterpretacin objetiva del desarrollo histrico de cada arquitectura virreinal regional,hasta llegar finalmente a la sistematizacin de los conocimientos especializados enuna interpretacin global que asuma lo que todas las arquitecturas regionales muestrantener en comn.

    La extensa y valiosa investigacin realizada por el arquitecto Ramn Gutirrezacerca de la arquitectura del altiplano peruano, de la del Valle del Colca, de las iglesiasrurales de las tierras altas de Apurmac y Chumbivilcas, y de la evolucin urbanade Arequipa, se ha concentrado en el anlisis de "aquellos elementos que tienenvinculacin concreta con la obra en si' 26, en lugar de dedicarse a formular teorashistoriogrficas. En la ponencia presentada al Simposio de Roma recopilaba ycomentaba con el ms certero enjuiciamiento las mltiples categoras metodolgicasempleadas para el anlisis de la arquitectura virreinal hispanoamericana. Entresacamosde su acuciosa enumeracin crtica lo que concierne a los planteamientos de loshistorigrafos. Lo resume de este modo: "La metodologa utilizada hasta el momentoes bsicamente unidireccional, trata de explicar nuestra arquitectura vindola desdeEuropa y con parmetros de anlisis europeos" 27.

    25. Ibid. pg. 301.26. Ramn Gutirrez, "Reflexiones para una metodologa de anlisis del barroco americano", en

    Simposio..., vol. I, pgs, 369-385, ver pg. 371; Evolucin histrico-urbana de Arequipa, Lima, 1992.R. Gutirrez y otros, Arquitectura del altiplano peruano, Resistencia, 1979.

    27. "Reflexiones...", pg. 378.

  • Las historiografas hispanistas, europestas y la arquitectura virreina( peruana 207

    No slo ha prescindido Ramn Gutirrez para la elaboracin de sus estudios delempleo de esta metodologa, sino que adems manifiesta su radical discrepancia deella, teniendo en cuenta los resultados a que conduce: "El eurocentrismo que hemosestado practicando ha distorsionado el problema y nos ha llenado de interrogantespara finalmente inducirnos a utilizar los calificativos descalificativos para paliar lascontradicciones" 28 . Fundndose en esta comprobacin, propone el cambio radicalde la direccin que permita explicar la arquitectura virreinal hispanoamericana desdeella misma, y desde su autonoma especfica. "Creemos que a esta altura de los estudios,la arquitectura americana tiene un lugar, su lugar, que poco tiene que ver con el lugarque pueda ocupar en esa suerte de ranking no escrito de la arquitectura comparadauniversal. Nos parece mucho ms importante vincular las obras de arquitectura consus circunstancias concretas" 29.

    La multiplicidad y variedad de las escuelas arquitectnicas regionales peruanas hacesingularmente compleja la tarea de anlisis propuesta por Ramn Gutirrez, que lmismo ha cumplido sobre algunas de las mismas arquitecturas regionales. Me permitodesglosar dos momentos consecutivos, y de suyo independientes, que Gutirrez hainvolucrado en su propuesta metodolgica: el primero en orden consecutivo ha deconsistir en conocer en s mismas las arquitecturas regionales, en su historia y ensu proceso formativo. El segundo habr de consistir en vincular las obras arquitectnicasconocidas con sus circunstancias concretas. Para el propsito de la revisin teorticade las historiografas imperiales aprioristas, basta cumplidamente con la comprensinde la especificidad autnoma que compete a las mismas arquitecturas regionales.

    6.- LAS HISTORIOGRAFAS Y LA ARQUITECTURA VIRREINAL PERUANA

    Es achaque generalizado de todas las historiografas sin excepcin acerca de laarquitectura virreina] hispanoamericana el haber dejado al margen la interpretacinparticular de la arquitectura virreina] peruana, o el haberla enjuiciado de pasada ydesde categoras derivadas de contextos extraos a ella.

    Como requisito previo a toda dilucidacin, consideramos necesario precisar laidoneidad de los conceptos historiogrficos con los que sera interpretada. Establecemosla distincin entre conceptos de contenido objetivo, y conceptos de carcter formaly procesual. Referidas ambas clases de conceptos a la arquitectura, tendran la siguientesignificacin: Los conceptos objetivos expresan aspectos concretos de los monumentosexistenciales, como son las plantas de las iglesias, los diseos de las portadas, elvolumen, el espacio, los motivos ornamentales, etc., y esto no en abstracto o en general,sino referidos a monumentos particulares y a sus caractersticas propias objetivas.Estos conceptos objetivos son constatables por el recurso a la experiencia, y se adquiere

    28. Ibid. pg. 380.29. Ibid. pg. 379.

  • 208 Antonio San Cristbal

    su conocimiento mediante la percepcin. Los conceptos formales y procesuales noexpresan caracteres arquitectnicos objetivos de los monumentos reales concretos,sino abstracciones genricas de los procesos o dinamismos referentes a relacionesde influencia entre unos monumentos y otros, pero desprovistos de todo contenidoreal, como son los conceptos de simplificacin de formas, combinacin de elementos,reelaboracin y reinterpretacin dejos modelos, abstraccin del contenido, y otrosprocesos semejantes cuyo repertorio especfico constituye la idea de la provincializacinde la arquitectura.

    Las historiografas hispanistas han trabajado siempre con conceptos objetivos.Desde luego, ello es manifiesto en el hispanismo positivista, al que se critica habersedetenido en la descripcin emprica de los monumentos virreinales. Pero-tambinconstatamos como el hispanismo metafsico de los invariantes asigna carcter decategoras invariantes a ciertos caracteres concretos y objetivos de algunos monumentosconsiderados como paradigmticos de toda la arquitectura virreinal hispanoamericana,tal como lo formula Chueca Goitia en uno de sus ltimos estudios ". El historiadorBernales Ballesteros, a quin podemos considerar como el ltimo representante dela escuela hispanista de Sevilla, sealaba los caracteres de monumentos concretosde los que, a su juicio, habran derivado las portadas y los retablos limeos de la etapabarroca31 . Los defensores de las historiografas nacionalistas clsicas: el ultrabarrocomexicano, y el estilo mestizo, aplicaban el mismo mtodo empirista para describircon conceptos objetivos los monumentos de tales arquitecturas, aunque la afirmacinde su especifidad trascienda a veces los alcances de la percepcin experimental. Lashistoriografas europestas clsicas precisaban con conceptos objetivos los aporteseuropeos no-ibricos recibidos en la arquitectura virreinal hispanoamericana y lasinfluencias concretas de procedencia italiana de la arquitectura colombiana y quitea.

    Ya desde sus escritos de la etapa pre-kubleriana, combata Gasparini lashistoriografas hispanistas y nacionalistas mediante el concepto categorial de laprovincializacin, y lo prosigui empleando para la misma finalidad en los escritosde la etapa post-kubleriana. Contrapuso, pues, Gasparini a las historiografas basadasen conceptos objetivos una crtica historiogrfica formulada exclusivamente conconceptos formales y procesuales. Pero a su vez, la historiografa formal de Gaspariniaparece propuesta en sus escritos con un mtodo epistemolgico de formalizacintotal, lo que la desvincula de toda referencia a los conceptos objetivos y a lascaractersticas reales de la arquitectura expresadas por estos mismos conceptos. Lahistoriografa de Gasparini, centrada en las ideas de la provincializacin y de ladependencia, viene a resultar una ideologa formal en tercera potencia: primero, porqueslo emplea los conceptos formales de los procesos antes sealados; segundo, porqueen lugar de haber sido comprobada objetivamente mediante la experiencia del desarrollo

    30. F. Chueca Goitia, "El barroco hispnico...", pgs, 191-200.31. J. Bemales Ballesteros, "Portadas y retablos en Lima durante los siglos XVII y XVIII", en Simposio...,

    vol. I, pgs. 523-533.

  • Las historiografas hispanistas, europestas y la arquitectura virreina( peruana 209

    histrico y existencial de alguna arquitectura concreta, se formula nicamente endefiniciones genricas de toda la arquitectura virreina] hispanoamericana, y en alusionesa los escritos de Palm, pero sin tener ninguna vinculacin efectiva con las arquitecturasreales y sus caractersticas objetivas; tercero, porque esa historiografa se aplicahomogeneamente a toda la arquitectura virreina] hispanoamericana que es tan mltipley diferenciada en sus manifestaciones, y tan asincrnicas en cuanto al desarrollo efectivode los centros arquitectnicos regionales. Resulta, pues, manifiesto que la historiografade la provincializacin y la dependencia, de valor formal en tercera potencia, nodetermina en forma alguna las caractersticas objetivas de las obras arquitectnicasvirreinales existenciales, y, por consiguiente, habla un lenguaje epistemolgico abstractoe inadecuado para enfrentar crticamente las historiografas de validez fundada enconceptos objetivos.

    Cuando Kubler y Sebastin trataban de restringir la vigencia de las historiografashispanistas, no emplearon contra ellas la crtica formal, ni insistieron en conceptosprocesuales como el de la provincializacin o el de la dependencia, sino que opusierona los conceptos objetivos hispanistas otros conceptos igualmente objetivos, comolos de las influencias italianas constatables, la influencia de los modelos de Serlio,y los aportes europeos no-ibricos, todos los cuales expresan caractersticas realesy concretas de los hechos arquitectnicos. Por esta razn, al no encontrar Kubler pruebasobjetivas que oponer, debi contentarse con reconocer que la arquitectura de la NuevaEspaa estaba ms estrechamente ligada con la de la Pennsula que la de Amricadel Sur con sus mltiples expresiones europeas 32 . Slo mediante un lenguaje objetivoeuropesta podra entenderse dialcticamente con el lenguaje objetivo de los hispanistasmientras que le resultaba inadecuado un lenguaje formal.

    Las disertaciones precedentes simplifican la discriminacin de las historiografasaptas para interpretar las caractersticas objetivas de las arquitecturas virreinales, yen especial las de la arquitectura peruana. Descartamos para nuestro intento lahistoriografa del ultraeuropesmo.

    Reconocemos que la historiografa europesta ha definido conceptos objetivosacerca de la arquitectura virreinal de Amrica del Sur, que es la circunscripcinhispanoamericana a que se atiene despus de segregar metdicamente la arquitecturade la Nueva Espaa. Este carcter de objetividad nos permite evaluar con precisiny mediante comprobaciones constatables, que pueden resultar verdaderas o falsas,hasta qu punto haya logrado explicar tambin la arquitectura virreinal peruana.Analizaremos en detalle los fundamentos de la historiografa europesta.

    Primero, uno de los fundamentos invocados por la historiografa europesta esel de la presencia de religiosos europeos no-ibricos que estuvieron activos en la arqui-tectura suramericana. Pues bien, resulta que los estudios hasta ahora realizados nohan detentado otros casos en el Per virreina] de religiosos europeos no-ibricos que

    32. G. Kubler, ,t`E1 problema...", pg. 114.

  • 210 Antonio San Cristbal

    el del jesuita Egidiano en el Cuzco", se acepta actualmente con fundamento documentalque esa portada fue diseada y dirigida por el ensamblador, cuzqueo de procedenciay formacin, Diego Martnez de Oviedo, hijo del tambin ensamblador SebastinMartnez, mientras que el jesuita Egidiano no desempe otra actividad que la deobrero mayor de las obras, es decir, la de administrador econmico de los trabajos'''.Del jesuita Reher se sabe que se dedicaba a la enseanza de las matemticas, y quecon ocasin de las ruinas ocasionadas por el terremoto de 1746 present junto conel alarife Santiago Rosales unos planos para reedificacin de la Catedral de Lima, perono intervino para nada en la arquitectura limea anterior o posterior a ese terremoto.

    En cuanto a las restantes escuelas regionales de la arquitectura peruana, no hay elmenor indicio de la presencia de religiosos europeos no-ibricos que hubieran actuadocomo alarifes o como arquitectos en Cajamarca, en el ncleo de Trujillo, en el ncleode Ayacucho, en el del Sur de Lima, en la escuela planiforme de Arequipa, en la delCollao, en el gran barroco cuzqueo, en las tierras altas de Apurmac, Chumbivilcasy el altiplano puneo. Conocemos detalladamente con nombres y apellidos, fechasy obras realizadas todos los alarifes que trabajaron en Lima durante el siglo XVII,y no figuran entre ellos ningn personaje europeo no-ibrico, religioso o seglar 35.

    Segundo. Los dibujos de Serlio fueron copiados en la arquitectura suramericanacon mayor o menor intensidad en cada regin. El minucioso estudio de Santiago Sebas-tin slo ha detectado en el Virreinato del Per como modelos serlianos los artesonadosde San Francisco y de Santo Domingo en Lima, la portada de una casa en la calle delMesn de la Estrella en el Cuzco, y la mujer de los cuatro senos en la portada delHospital de Mujeres de Cajamarca. El nmero insignificante de las copias serlianascomprobadas, su dispersin geogrfica y su distancia cronolgica no prestan fundamentopara caracterizar como manierista, italianizante o serliana la arquitectura de los ncleosregionales donde se encuentran. Como tampoco lo prestaban los modelos serlianoscopiados en ciudades europeas o espaolas.

    Tercero. Los aportes europeos no-ibricos. He analizado el tema en otro estudio,por eso me permito resumir que de los anlisis histricos y morfolgicos aducidosen lo que atae a la arquitectura virreinal peruana se desprende que tales elementosconsiderados como aportes europeos no-ibricos estaban utilizados en esta arquitecturaperuana antes e independientemente de las fechas y de los autores a que se han atribuido,y que se deban a la iniciativa de los propios alarifes peruanos virreinales. Adems,no han aparecido otros indicios de aportes europeos de esta naturaleza en la arquitecturavirreinal peruana.

    El balance final de estos anlisis muestra resultados extraordinariamente parcos,por no decir casi inexistentes, acerca de las transmisiones externas europeas no-ibricas

    33. G. Kubler-M. Soria, Art and architecture in Spain and Portugal and their American dominions,1500-1800. Baltimore, 1959, pg. 91.

    34. J. Bemales Ballesteros, "Portadas y retablos...", pg. 529.35. Antonio San Cristbal, "Los alarifes de la ciudad de Lima durante el siglo XVII", en Laboratorio

    de Arte, n6, Sevilla, 1993, pgs. 129-155.

  • Las historiografas hispanistas, europestas y la arquitectura virreina! peruana 211

    en cuanto a los alarifes, a los motivos copiados de los tratados manieristas, y a losaportes arquitectnicos presuntamente recibidos en la arquitectura virreinal peruana.La situacin de la arquitectura peruana en lo que respecta a los aportes europeos no-ibricos recibidos en ella no es menos independiente y libre de lo que se ha reconocidohaberlo sido la arquitectura de la Nueva Espaa. En consecuencia, deducimos quelas historiografas europestas, en lugar de considerar toda la arquitectura de Amricadel Sur como rea sometida a la influencia de la unidad imperial europea no-ibricacomo un conjunto unitario e indiferenciado, han de aceptar como un presupuestometodolgico para sus anlisis el desglose en dos zonas suramericanas de distintotratamiento: la zona del virreinato del Per carente significativamente de influenciasarquitectnicas europeas no-ibricas, y la de los restantes pases de Amrica del Suren los que tales influencias determinaron en distinto grado sus arquitecturas virreinales.

    El problema de las historiografas hispanistas ha de ser enfrentado desde puntos devista distintos de los usuales. Ponderamos en primer lugar el tema de los alarifes. Laafluencia hacia el Per de alarifes espaoles y con formacin profesional peninsular, queadems hubieran podido aportar los modelos espaoles, ces prcticamente desdemediados del siglo XVII, tanto para la arquitectura de obra firme como para la deensamblar retablos de madera. La arquitectura peruana de la segunda mitad delsiglo XVII y la del siglo XVIII fue realizada por alarifes que no conocieron perso-nalmente la arquitectura espaola y menos an la europea no-ibrica. Fueronprecisamente los alarifes de procedencia y de formacin peruana los que comenzarona diferenciar evolutivamente las escuelas regionales en la arquitectura peruana barroca.

    Han advertido algunos investigadores el contrasentido de que se comenzarana desarrollar las historiografas antes de contar con la suficiente y confiable informacinhistrica que las sirviera de sustento. En el caso concreto de los alarifes y arquitectosvirreinales peruanos, todas las historiografas han desbordado y contravenido la realidadhistrica. Hemos sealado antes cmo los historigrafos europestas proponan lapresencia activa de alarifes europeos no-ibricos en toda Amrica del Sur sindiscriminacin geogrfica alguna; cuando en realidad, independientemente de lo quehaya sucedido en otras regiones suramericanas, consta fehacientemente que desdeel ltimo tercio del siglo XVI hasta finales del siglo XVIII no trabajaron en laarquitectura virreinal peruana alarifes o arquitectos, seglares o religiosos, de origeneuropeo no-ibrico. Los arquitectos italianos que cita Ramn Gutirrez en Arequipacorresponden slo a la etapa del neoclsico post-virreinal. De igual modo, loshistorigrafos hispanistas alentaban sin base documental alguna la creencia de quelas arquitecturas virreinales suramericanas continuaron dependiendo durante su periplohistrico completo de la afluencia de alarifes o arquitectos procedentes de Espaa,los que habran transmitido los modelos espaoles. Con ingenuo entusiasmo afirmabaChueca Goitia que la arquitectura americana habra sido realizada "no slo con losmismos maestros sino con los mismos artesanos", que la espaola.

    Lo que puede ser cierto en algn caso concreto, no debe convertirse en normageneral para toda la arquitectura suramericana. Al menos en lo que atae a la arquitectura

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    virreinal peruana, la presuposicin de los hispanistas no slo carece de respaldo histricosino que tambin contrasta con las informaciones documentales para el perodopropiamente barroco que corri desde mediados del siglo XVII hasta finalizar la etapavirreinal. En efecto, los ltimos alarifes ibricos que trabajaron en el Per fueronel portugus Alonso de las Nieves, constructor de la iglesia de la Compaa de Trujillo,que muri en esa ciudad hacia 1644; el jerezano Jos de la Sida que trabaj unospocos arios en Lima y falleci a principios de 1638; y el maestro Juan de Aldana quedespus de construir unas portaditas en la iglesia de Ntra. Sra. del Prado de Lima,en 1638, pas a Arequipa donde perdi el uso de la razn y falleci poco tiempodespus. Los tres cultivaron el postrer renacimiento virreinal anterior al desarrollodel barroco peruano.

    Consta tambin histricamente que ningn alarife espaol, anterior o posteriora la dcada de 1640, transmiti a la arquitectura virreinal peruana modelos que,propagndose por sucesivas transformaciones, generaron algn proceso de provin-cializacin arquitectnica. Estos mismos alarifes virreinales de extraccin peruanafueron los que impulsaron y desarrollaron las diversas arquitecturas regionales enel Per desde la segunda mitad del siglo XVII y durante todo el siglo XVIII.

    Otro punto a considerar es el de la capacidad creadora de los alarifes virreinales.Ha insistido reiteradamente Gasparini en una idea fija suya: "Hispanoamrica recibey luego reinterpreta y relabora, pero no crea" 36 . No es ciertamente la arquitecturaperuana la expresin plstica de grandes personalidades creadoras que hayan cambiadobruscamente con nuevas innovaciones la faz de los monumentos virreinales. Perono hay fundamento alguno para limitar el acto creativo slo a las personalidadesexcepcionales. Tambin quienes introdujeron y desarrollaron pequeos detalles contri-buyeron al proceso creador por el que se renueva la arquitectura. El alarife dominicoFray Diego Maroto 37 , de origen peruano, innov desde mediados del siglo XVII enLima los soportes de pilastras con modillones en lo alto a modo de capitel, y tambinel volumen lateral de las portadas por escalonamiento de pequeos planos quebradosdescendentes. Estos nuevos componentes arquitectnicos hicieron posible la formacinde la escuela barroca limea desplegada desde el ltimo tercio del siglo XVII y laprimera mitad del siglo XVIII. No se puede negar que esta escuela limea muestra unaespecifidad creadora que la distingue tanto de las otras escuelas regionales peruanas,como de las arquitecturas suramericanas y de las europeas en general.

    La existencia de diseos y de volumetras de portadas tan diferentes entre s comoson las de Lima, las del Cuzco barroco, las planiformes de Arequipa'', las planiformesdel Collao y las barrocas de Cajamarca, demuestran que, a pesar de la opinin dealgunos historigrafos europestas, los alarifes virreinales peruanos ejercitaron una

    36. G. Gasparini, "Anlisis crtico...", pg. 11.37. Antonio San Cristbal, Fray Diego Maroto, alarife de Lima. 1617-1696. Lima, 1996.38. Antonio San Cristbal, Arquitectura planiforme y textilogrfica virreinal de Arequipa. Arequipa,

    1997.

  • Las historiografias hispanistas, europestas y la arquitectura virreinal peruana 213

    verdadera y autntica libertad creadora en sus modelos especficos. El resultado deesta creatividad est a la vista de todos.

    Pero hay que notar todava que ni el hispanismo metafsico ni el positivistahan prestado atencin al proceso autogenerador de los modelos especficos de cadaescuela regional peruana. Ambos cultivan una metodologa descriptiva, no genticani evolutiva, an cuando el conocimiento del proceso formador de los modelos seatan importante como el anlisis de los elementos particulares. Lo que cuentadecisivamente no son los elementos concretos o los motivos decorativos de detalle,sino la estructura completa del diseo de las portadas virreinales y sus modalidadesde expansin volumtrica. Pero hasta ahora no han sealado ninguno de los eventualescentros transmisores de tales diseos. Bastar recordar que la portada de la capillade Oxford de St. Mary The Virgin, aducida por Gasparini en sustitucin de la portadade la iglesia espaola de San Miguel de los Reyes en Valencia propuesta por Kubler",no tiene la menor semejanza estructural y volumtrica con la portada de la catedralde Cuzco; pues una cosa es un comn y difundidsimo frontn curvo partido, y otramuy distinta es la cornisa del primer entablamento abierta en arcos verticales porla calle central de la portada.

    39. G. Gasparini, Amrica..., pg. 241. Palm conclua: "al examinar ms de cerca el sello flamencode cierta arquitectura peruana y especialmente la del Cuzco resulta que en ninguna parte de Flandes existeuna arquitectura que pueda haber servido de modelo", en "El arte del Nuevo Mundo...", pg. 43.