sales albella

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34 art José Sales Albella: la plástica del secreto Tomás Caballero Roldán Frente a los conflictos de la imagen contemporánea, sin renunciar a la idea de invención artística, José Sales Albella aporta una produc- ción pictórica fresca en la que se funden géneros y acotan proble- mas centrales del arte, a partir de propuestas que van de lo íntimo a lo visible. Su pintura pone en rela- ción la intimidad y el arte univer- sal. Su obra nace de un sistema de producción económico que bebe de los métodos fotográfi- cos, el montaje y los ensayos. Mezcla su arte con experiencias táctiles a partir del dibujo, el pa- pel arrugado y plegado, entre otras técnicas. Elige su paleta de color entre los marrones y los sepias con irisaciones ver- dosas, los naranjas... Practica la indefinición y el descentrado, la composición de planos frag- mentados, y ameniza su inter- disciplinariedad con elementos históricos, de su mundo perso- nal y traídos del pensamiento literario y cinematográfico. El artista nos ofrece una pintura figurativa caracterizada por un estilo neobarroco, donde abun- da el diálogo entre la cultura del arte español y el presente actual. En su representación artística los objetos no son independientes en- tre sí: se incluyen en la misma tra- ma transhistórica de su mitología personal y familiar, cercana a la del alma española en el exilio. José Sales Albella admite en alguno de sus escritos que el im- pulso ininterrumpido de todo su trabajo artístico ha sido expresar de manera cuidada sus secretos, desvelar en forma de materia artís- tica lo escondido en su intimidad. Y es cierto que en su obra se ob- serva un cierto cuidado para que entre sus tejidos quede una par- te de todo ello, y no se pierda. El aderezo de la composición artísti- ca de cada pintura o dibujo señala su mundo interior, en la mediación entre su intimidad y la historia de todos, la cultura general y el len- guaje que nos ayuda a enten- dernos. En ese gran y elástico paisaje de su obra nos reúne a todos, en un espacio en el que coinciden nuestros libros secre- tos. El arte no puede ser solo una cuestión privada, y no debe serlo. En el desarrollo de la obra de José Sales, los hilos con el pasado no se han roto; incluso sin saberlo, han ido mostrando parcelas y trozos secretos de su mundo. El artista observa los mitos de su país y su lugar de origen, «lo pobre y lo rico mu- riendo juntos, lo grotesco y lo serio dándose la mano».Un fan- tasma que se concentró en la obra de Velázquez y en las imá- genes de un maestro que abrió su primer pasillo artístico entre El teatro de operaciones, arbre. 2009. José Sales Albella. Laps Clair. Tres-fantasmas. 2006.

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Sales AlbellaRevista Tossal Gros

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  • 34 art

    Jos Sales Albella: la plstica del secretoToms Caballero Roldn

    Frente a los conflictos de la imagen contempornea, sin renunciar a la idea de invencin artstica, Jos Sales Albella aporta una produc-cin pictrica fresca en la que se funden gneros y acotan proble-mas centrales del arte, a partir de propuestas que van de lo ntimo a lo visible. Su pintura pone en rela-cin la intimidad y el arte univer-sal. Su obra nace de un sistema de produccin econmico que bebe de los mtodos fotogrfi-cos, el montaje y los ensayos. Mezcla su arte con experiencias tctiles a partir del dibujo, el pa-pel arrugado y plegado, entre otras tcnicas. Elige su paleta de color entre los marrones y los sepias con irisaciones ver-dosas, los naranjas... Practica la indefinicin y el descentrado, la composicin de planos frag-mentados, y ameniza su inter-disciplinariedad con elementos histricos, de su mundo perso-nal y trados del pensamiento literario y cinematogrfico. El artista nos ofrece una pintura figurativa caracterizada por un estilo neobarroco, donde abun-da el dilogo entre la cultura del arte espaol y el presente actual.

    En su representacin artstica los objetos no son independientes en-tre s: se incluyen en la misma tra-ma transhistrica de su mitologa personal y familiar, cercana a la del alma espaola en el exilio.

    Jos Sales Albella admite en alguno de sus escritos que el im-pulso ininterrumpido de todo su trabajo artstico ha sido expresar de manera cuidada sus secretos,

    desvelar en forma de materia arts-tica lo escondido en su intimidad. Y es cierto que en su obra se ob-serva un cierto cuidado para que entre sus tejidos quede una par-te de todo ello, y no se pierda. El aderezo de la composicin artsti-ca de cada pintura o dibujo seala su mundo interior, en la mediacin entre su intimidad y la historia de todos, la cultura general y el len-

    guaje que nos ayuda a enten-dernos. En ese gran y elstico paisaje de su obra nos rene a todos, en un espacio en el que coinciden nuestros libros secre-tos. El arte no puede ser solo una cuestin privada, y no debe serlo.

    En el desarrollo de la obra de Jos Sales, los hilos con el pasado no se han roto; incluso sin saberlo, han ido mostrando parcelas y trozos secretos de su mundo. El artista observa los mitos de su pas y su lugar de origen, lo pobre y lo rico mu-riendo juntos, lo grotesco y lo serio dndose la mano.Un fan-tasma que se concentr en la obra de Velzquez y en las im-genes de un maestro que abri su primer pasillo artstico entre El teatro de operaciones, arbre. 2009.

    Jos Sales Albella. Laps Clair. Tres-fantasmas. 2006.

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    ASSESSORIA FISCALCOMPTABLE

    I CENTRE DE CLCUL

    INMACULADA MATEU GIRONA

    AGNCIA DASSEGURANCES

    C/Saragossa, 7 - Entr. BTel. 964 157 818 / Fax 964 157 819

    12185 LES COVES DE VINROM

    la intimidad-pasada y la comuni-cabilidad-cotidiana. En sus Pintu-ras librescas muestra su inmersin en los Siglos de Oro, jugando con la actualidad y con la sempiterna Edad Media que considera escla-recedora.

    Mediante la pintura, Jos Sa-les Albella combina el goce por un aprendizaje clsico, a partir de una obra que conoce bien (la de Velzquez), y el recuerdo de unas horas de infancia en las que ob-serv distorsiones de imgenes robadas de puntillas. La admira-cin del artista por clsicos como Zurbarn, El Greco y Goya le lleva a un gran respeto por lo acadmi-co que, unido a una bsqueda de los orgenes de la sociedad con el apoyo de la literatura, le induce a elaborar una escritura fragmenta-ria de imgenes, una reevocacin y una nueva representacin de obras clsicas. Por ello, en la serie Pinturas librescas, de 2005, el libro se postula como un lugar espacial, como medio, sujeto y fuente de inspiracin que abre la naturaleza muerta a una naturaleza viva.

    Esto se observa tambin en la serie Papeles arrugados, siglos,igualmente de 2005, donde elabora una metfora del conte-nido tapado en las ilustraciones de las representaciones clsicas, olvido que impide ver de manera limpia la dimensin de su legado y su traslacin al presente, y donde es necesario evocar la reapertu-

    ra fragmentaria de su arruga para poder volver a ver lo escondido en su seno. Enfrentarse al olvido es enfrentarse a la posibilidad de una nueva memoria, memoria que en gran medida es construida gracias a la imaginacin y a la reformula-cin de un presente capaz de ac-tualizar el pasado.

    En la introduccin a uno de sus libros de artista, Laps Clair (2007), Cristiano Gaussen nos habla de cmo la mentira es, sin duda, la primera manifestacin del desarro-llo del pensamiento independien-

    te en los nios. Es el poder de la imaginacin, capaz de cuestionar los lmites aprendidos. La mentira ofrece a los nios una oportunidad para decir no a los dems sin asu-mir un conflicto frontal. Tambin es la afirmacin de una nueva cons-truccin mental (la ficcin, la ima-ginacin y la invencin) que altera el crculo familiar de los hbitos y la espera de la satisfaccin. La in-vencin se encuentra entre las pri-meras lneas del dibujo infantil, en los borradores de un espritu que se va creando, de significado ms

    Comme un scarabe dans un bol et autres peintures. 2012.

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    profundo del que se conoce, pero que avanza en el nio por el des-plazamiento de su propia psique.

    Las imgenes construidas, el dibujo, el graba-do y la pintura, estn sujetas al conflicto de ver-dades que afecta a la abstraccin, del mismo modo que a la propia materialidad de la mente, la orde-nada y coherente representacin fi-gurativa de la rea-lidad. Este juego preocupa a adul-tos que buscan elementos fijos para hacer frente a la realidad, pero en las artes, don-de la abstraccin es gnero, exis-te una forma de mentir que cues-tiona los lmites de nuestro saber en transaccin con la realidad. La abstraccin es un alejamiento, un cambio que nos aleja de la in-quieta y renovada aparicin de lo real. La imagen mental permite escapar as desde lo ntimo, desde la singularidad.

    Aunque la ficcin es uno de los principales impulsores de los artis-tas, como de los nios, a ganar el mundo que les rodea, se ha vuel-to rara en una poca en la que ya no nos sorprende nada, ni la mis-ma ficcin. Es posible que la fic-cin ya no necesite de la realidad para campar a sus anchas, ni que su funcin sea ya apoyar a la rea-lidad, sino negarla. En la pintura, tanto como en el pensamiento en general, pervive un drama, el de la relacin de la humanidad con la ficcin, el de la crisis de la re-presentacin que parece abocar a una desmaterializacin compulsi-va y a una temporalidad evasiva. El medio se ha convertido en fin:

    el problema de la temporalidad pone en cuestin el lento y subje-tivo proceso pictrico, as como la frgil lectura que de ella suele ha-cerse. Y todo ello a pesar de que las dulces mentiras de la pintura en su confrontacin con la ficcin puedan aspirar, entre otras cosas, a mantener viva la imagen de lo que se sabe perdido para siempre. En este drama, el artista sabe que la imagen fotogrfica sirve como instantnea que intenta reconstruir el mbito de lo real donde la pintu-ra ha decidido desde hace mucho tiempo asumir la prdida. Tal vez sea esta la clave de la presencia implcita de la fotografa en la obra de Jos Sales Albella.

    En esta faceta de pintura teida de fotografa, en la cual la imagen tcnica interviene como elemento de la obra, en un intento de impul-

    sar la pintura a la reconstruc-cin de esce-nas que va-liden hechos histricos rea-les, aunque sea mediante realidades la-tentes o solo visibles des-de la ficcin, podemos in-cluir su serie Quijotes, de 2007, as como sus exposi-cionesTeatro de operacio-nes y Espaa al corazn, de 2009, y El l-timo adis, de 2011. En ellas, Jos Sales modelaba la materia histri-ca del periodo de lucha con-tra el fascis-mo, mediante pinturas al leo sobre papel. La pintura es para l un do-cumento, una historia que se combina con el arte, del mismo modo

    que lo hace la prensa. As com-pone, descompone, recompone y multiplica pictricamente, en bus-ca de una imagen cinemtica que pueda recuperar lo que el ojo del espectador perdi en los plie-gues de la decoracin de los me-dios impresos. Intenta restaurar la percepcin vana que se establece de forma permanente en las divi-siones de la temporalidad comuni-cativa. Un conjunto perceptivo que fragmenta nuestra relacin con la historia y con el movimiento de sus actuaciones.

    La utopa de la esttica enraizada en el corazn del hombre, la derro-ta del hombre cuando se convier-te en cuerpo aislado y vulnerable, puede personalizarse en la figura de Federico Garca Lorca. Entre los aos 2008-2011 surgi uno de los ltimos intentos por buscar su

    El color del aire. 2012.

    El ltimo adis. 2009.

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    fosa y otras fo-sas comunes cavadas du-rante una gue-rra en la que la poblacin fue dividida y todo moviliza-do, desde los instintos ms salvajes has-ta las virtudes ms sublimes. Espaa al co-razn y Teatro de operacio-nes, de2009, se ubican en los intentos, en Espaa, Fran-cia y otros pa-ses, por volver a visitar la historia de los crmenes contra la humanidad cometidos durante y despus de la Guerra Ci-vil Espaola.

    Segn Sales Albella, un grito se escuchaba en los campos de Aragn durante la Guerra Civil de 1936-1939: la palabra presente en la mente y el pincel del artista es Quijotes. Aquellos quijotes de tiempos modernos y su sueo de autogobierno, a la espera de la lle-gada de las hordas de lobos azu-les, aquellos quijotes intentaban, casi siempre sin recursos, a veces sin cultura, inventar un nuevo mun-do sin dios ni amo. En aquella his-toria todava sin resolver resuenan las canciones y los deseos de per-sonas que lucharon juntas. Frente a la autocensura del pasado, y el miedo al futuro, existe la llama de las utopas. Entre las multitudes cosmopolitas de hoy, a la sombra de crisis abstractas y guerras cada vez menos slidas, conviene re-cordar la fuerza de aquellas perso-nas muertas que pensaban nuevos mundos con absoluta conviccin.

    Aquellas barricadas eran frgiles ya mucho antes de que se afei-taran sus sueos. Cmo hacer que agricultores o vecinos lucha-ran contra su desesperacin ante soldados profesionales, o ante la criminalizacin segn la cual dios, el orden del mundo y la propiedad estaban siendo violados? El secre-to espaol se conoca y se sabe de antemano, pero la tragedia de aquellos hombres que preparaban

    nuevas ideas fue su asesinato, su crcel y su exilio, qu sabe de todo ello un ciudadano europeo del siglo XXI entre una muchedum-bre gris? Probablemente cree que sus barricadas fueron de pelcula o que sus hroes fueron de ficcin. No obstante, sus hroes fueron reales, tanto que, para alcanzar el lujo de su visibilidad, todava slo podemos usar imgenes y conno-taciones de ficcin.

    En El ultimo adis, de 2011, Jos Sales recreaba el ltimo principio utpico del final de la Guerra Ci-vil Espaola. Ante la retirada en Francia (como en otros pases) de las cuestiones polticas y de de-rechos humanos, buscaba en la memoria algunas de las imgenes que la precedieron. Hoy, el mun-do cambia, y ante el eco de pan-tallas, radios y peridicos no est demasiado claro quin puede ver. Ms all del fracaso, la angustia se hace optimista al pensar que cada momento es un desastre que nos puede llevar a una nueva estrofa potica. Cada movimiento es el l-timo, nunca se pierde, a pesar de los esfuerzos rituales del conjunto. En el momento ltimo, el cataclis-mo se hace plural, comn, concu-rrente, camarada, aparece en l la historia, con su gran dosis saluda-ble de ficcin. Gracias a ello pode-mos hacer preguntas renovadas a nuevos desastres.

    Normalmente, nuevas puestas en escena de la memoria alimen-tan un trabajoen forma de ciclos y

    series. Cada vez que afronta un proyecto nuevo, una pintura, el artista empie-za una nueva relacin que va creciendo poco a poco. La ima-gen toma cuer-po a partir de los colores, del dibujo, para ser finalmente una ilusin con su propio tono y su propio soplo ex-presivo. Sus pin-turas actuales gi-ran en torno a las connotaciones de lo cotidiano,

    de la pintura de todos los das. Su apasionamiento y su conciencia de lo efmero practican una es-critura parcial de imgenes, una representacin en busca de una tercera imagen obtenida mediante rupturas estilsticas.

    En los ltimos trabajos de Jos Sales se ha consumado un nuevo acercamiento a lo fotogrfico en la pintura. En Coloracin Permanen-te, de 2011, como eco del apren-dizaje del arte contemporneo, una especie de realismo mgico comenz a producir intenciones y formas frgiles y frescas que se mezclaban sin esfuerzo, con una humildad necesaria, aunque, a menudo, difcil. La literatura y un marcado tono potico han vuelto a formar parte de su trabajo, a fin de construir una vida esttica que cla-rifique los esfuerzos sin perder, por el contrario, su fuerza. La intencin es evitar que los hilos conduc-tores artsticos se entremezclen y puedan dispersarse en la vida, asesinados por el cielo...

    En El color del aire, de 2012, es-tablece un dilogo sobre los viejos sueos y sus grandes paralelismos actuales, sobre lo reconfortante de nuestras visiones cuando se acompaan de la misma deontolo-ga, en su relacin con lo remoto tanto como con la existencia. En lo artstico, para acceder a la lectura de otras pocas, la fotografa abre su vnculo de presente con la pin-tura, una forma de restaurar la co-nexin con los sueos del pasado

    Fumando. Quijotes. 2007.

    art

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    que ayuda a la pintura a alcanzar visibilidad en el presente. El mun-do cambi con la aparicin de la fotografa y con sus extensiones narrativas de vdeo y cine. Pintar abiertamente es fotogrfico, y la fotografa es, en su secreto, siem-pre un combinado pictorialista. El ltimo eslabn del arte pictrico es la relacin de la memoria con la huella fotogrfica, a pesar de todas las dificultades de comunicacin.

    En la actualidad, sus ltimos trabajos se ubican en el territorio comn de la crisis poltica, social, econmica y cultural actual. En Al igual que un escarabajo en un tazn, de 2012, reflexiona sobre el conjunto de su trabajo realiza-do hasta ahora, as como sobre el momento actual en que vivimos. La gran cosa que pareca anun-cirsele desde haca veinte aos ha precedido a una gran decep-cin. La escritura y la construccin de un mundo de imgenes no es ntima por s misma, sino social, pasa por lo social, tal vez un social demasiado dbil frente a las tomas de posicin de lo singular. As, Jos Sales no pretende ni intenta mi-rar la gloria o quedar en la memo-ria..., sino solo imaginar imgenes y, finalmente, dejar rastros reales de existencia. Esto se lo aclaran tal vez los fotomontajes, la narracin, la fotografa, en los cuales una se-rie de transiciones da lugar a otra forma, a una autorreflexin, a una renovacin de las intenciones ago-tadas por cualquier discurso pre-vio demasiado programado.

    La serie y los montajes le per-miten caminar entre la sociedad con los recuerdos y las evidencias que se le disparan. Cada pieza ter-mina siendo el resultado del pro-ceso, el fruto de su propio juego, convirtindose necesariamente en una realidad ms. A menudo vis-lumbramos un nuevo lugar, una nueva carretera, una nueva llama casi espontneamente: el aprove-chamiento de esas oportunidades nos rejuvenece por la perspectiva que pueden abrir. Completan lo que los patrones climticos tris-tes no habran tenido la fuerza de despertar.

    En la actualidad, Sales Albella se enfrenta al ro relativista actual. No tenemos ninguna forma de saber si algo est mal, pero no slo queda

    la identificacin. El tiempo est en el aire, lleno de ansiedad, lleno de imgenes, fotos... El lugar del artis-ta ante las imgenes y la comuni-cacin del arte debe trazar con sus temas una lnea hacia la naturaleza infinita. Una lnea que, si bien se disuelve en el instante, ms que en esencia, puede dejar estar al tiem-po, que las cosas sean, y volver con la imagen a pesar de que el tiempo se cuele por todas partes. Sales Albella compone sus obras con las circunstancias de su vida diaria, intenta hacer que su cuerpo

    y su corporalidad especifiquen los objetos. Mediante las fotos presen-tes en su casa, en su taller, en sus artculos de prensa y revistas, evita que las imgenes sean reclusas en la coleccin de cualquier bibliote-ca infinita, y busca que vuelvan de nuevo a su flujo sanguneo, al de su secreto pendiente de expresin.

    Article extret (cortesia de lautor) dels blogs del crtic dart i editor Toms Ca-ballero Roldn:edictica.comtomascaballeroeditor.wordpress.com

    art

    Jos Sales Albella, en la inauguraci duna exposici a les Coves sobre la seua obra, lagost de 2008.

    Quijotes. Puerta. 2007.