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“SABER HACER EN LOS ANDES DEL PERÚ: EXPERIENCIA DE

INCLUSIÓN DE KAMAYOQS”

Especialización y experticia de la entidad realizadora de la buena práctica El Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa –SINEACE- es una entidad constituida como organismo técnico especializado, adscrita al Ministerio de Educación. Tiene la finalidad de garantizar el derecho que tiene todo peruano de recibir una educación de calidad; así como instalar en el país una cultura que promueva la mejora continua de las instituciones educativas, contribuyendo con la formación integral del capital humano y de ciudadanos comprometidos con el desarrollo sostenible del país. Para ello, el SINEACE impulsa la mejora de la calidad en todo el sistema educativo, tanto en instituciones públicas y privadas, en la Educación Básica como Superior a través de dos ejes complementarios: Acreditación de la calidad del servicio que ofrecen las instituciones educativas y, Certificación de Competencias de las personas. Elabora participativamente estándares de aprendizajes para la educación básica que contribuyan a la mejora de la calidad educativa. Estos estándares son elaborados a través de Mapas de Progreso del aprendizaje para que los maestros desarrollen en los estudiantes las competencias esperadas.

El SINEACE a través de sus sistemas de información comunica los avances y resultados en la acreditación y certificación de competencias: al Estado, para orientar la implementación de políticas y focalización de recursos; y a la sociedad en general para fortalecer su capacidad de elegir y demandar calidad en el servicio educativo que se ofrece. Asimismo, recomienda acciones que optimicen los factores que inciden en los aprendizajes y en el desarrollo de las destrezas y competencias necesarias para alcanzar mejores niveles de calificación profesional y desempeño laboral.

Durante la ejecución de la propuesta, el SINEACE eligió como estrategia la realización de experiencias piloto con el propósito de validar herramientas, técnicas y procedimientos sustentados en la realidad, y generar las mejores condiciones para que las personas logren la certificación de sus competencias adquiridas a través de diversos niveles y formas establecidas en el sistema educativo. El enfoque descentralista de las políticas y acciones del SINEACE permite que sus propuestas de certificación respondan a la diversidad étnica y cultural del país, a sus demandas de desarrollo y a las particularidades de cada localidad. Por eso su interés en fortalecer las capacidades institucionales por regiones y de acercar los procesos de certificación a las demandas locales y regionales del sector productivo, y a poblaciones aisladas y con dificultades para acceder a mejores niveles educativos.

a. Periodicidad (año de inicio y etapa de realización de la buena práctica)

Año de inicio: 2010 Marzo a Julio 2010- Elaboración de Mapa funcional, perfil y Normas de competencia validadas por Mesa Técnica Nacional y Mesa de expertos en Cajamarca, Cusco y Puno.

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Agosto 2010- Solicitud de la Asociación Macroregional de Kamayoqs del Sur- Amarkas para incorporarse al Piloto y aprobación como Entidad Certificadora. Setiembre 2010 – Capacitación de evaluadores de AMARKAS y Soluciones Prácticas – ITDG.

Setiembre- Octubre- Noviembre 2010: Evaluación de Extensionistas en Cajamarca, Cusco y Puno. Diciembre 2010: Ceremonia de certificación en Cusco de 188 Extensionistas. Abril 2011- Concluye la experiencia piloto, sistematizando las lecciones aprendidas e incorporando aportes al Procedimiento de Evaluación y Certificación de Competencias. Mayo 2011- El SINEACE aprueba el Procedimiento de Evaluación y Certificación de Competencias, incorporando el enfoque intercultural.

b. Descripción general de la Buena Práctica Intercultural La experiencia de Certificación de Competencias a kamayoqs de Cajamarca, Cusco y Puno, sustentada en enfoques de equidad, diversidad, pertinencia e inclusión, constituye una manera diferente de prestar servicios públicos a poblaciones que hablan idiomas distintos al castellano. Los kamayoqs son campesinos extensionistas rurales, que han adquirido dominio en las labores agrícolas y pecuarias y se dedican a brindar asistencia técnica a sus pares, otros campesinos. Son quechua hablantes y buscan recuperar los saberes ancestrales incorporando tecnologías intermedias. Mediante rigurosa evaluación de competencias, SINEACE reconoció oficialmente las competencias de estos campesinos, aplicando metodologías de evaluación respetuosas de su identidad y cultura.

En la primera etapa –Normalización- Mesas y equipos técnicos regionales aportaron en la elaboración del perfil y normas de competencia de extensionistas rurales en ganadería de bovinos. Haciendo uso de metodología de Análisis Funcional, identificaron y ordenaron las funciones de la ocupación, teniendo como producto el mapa funcional y el perfil ocupacional. Las normas de competencia fueron luego validadas en talleres regionales en Cajamarca y Cusco.

AMARKAS y Soluciones Prácticas-ITDG, cumplieron los requisitos para constituirse en Entidades Certificadoras y fueron autorizadas por SINEACE. Se seleccionó al equipo de evaluadores, en base a su experiencia y dominio del manejo de bovinos, así como conocimientos del proceso de evaluación de competencias. Tras un período de inducción y capacitación en elaboración de instrumentos de evaluación, los evaluadores aprobados fueron autorizados por SINEACE, constituyendo ésta una experiencia inédita que incorpora evaluadores de competencias laborales quechua hablantes.

La segunda etapa - evaluación de competencias- se inició con un amplio

proceso de difusión y convocatoria en zonas rurales, a través de estrategias comunicacionales apropiadas. Los inscritos recibieron información previa acerca de la evaluación en que participarían.

La evaluación de conocimientos y desempeño, fase clave en el proceso, se desarrolló en predios especialmente preparados, en los distritos de Layo y Huanoquite, durante cuatro días, generando un clima de confianza a los evaluados.

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Las pruebas de conocimiento se aplicaron en quechua y en el caso de personas analfabetas, se realizó en forma oral, conversando con ellos en su lengua materna. La prueba de desempeño se desarrolló con actividades en campo respetando los usos y costumbres de la zona, permitiendo prácticas como el pago a la tierra o la invocación a los apus. Al finalizar la prueba, los evaluadores consensuaron y registraron los puntajes finales, y procedieron a comunicarlos a los candidatos evaluados, concluyendo el acto administrativo con la firma del acta de evaluación. En esta experiencia se registraron 188 personas certificadas en Apurímac, Cajamarca, Cusco y Puno. SINEACE supervisó el proceso.

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La Ceremonia de entrega de Certificados se realizó en la ciudad del Cusco, en la sede del Gobierno Regional. Significó un acto de justicia social, inclusión y reconocimiento a peruanos comprometidos con el desarrollo de sus comunidades, quienes demostraron ser competentes en el manejo de ganado bovino. Participaron funcionarios del gobierno regional, locales, del SINEACE, de las comunidades, Entidades Certificadoras. Los kamayoqs certificados están registrados en el SINEACE y la sociedad puede acceder a través de la web institucional para informarse sobre ellos.

c. Objetivos de la misma • Validar los procesos de normalización y certificación de competencias de

productores pecuarios para dar legitimidad social, técnica y política a los procedimientos y herramientas del SINEACE para evaluar y certificar las competencias profesionales y laborales.

• Incorporar el enfoque intercultural al proceso de certificación de competencias ofrecido por el SINEACE.

• Promover la inserción en el mundo productivo y laboral de los kamayoqs, al certificar sus competencias laborales.

• Facilitar la inserción del extensionista certificado en el Sistema Educativo para ampliar su trayectoria educativa a lo largo de la vida.

d. Identificación de beneficiarios

La población beneficiaria de la práctica está constituida por 188 kamayoqs certificados en la ocupación de “Extensionista rural especialista en ganadería de bovinos”. Los beneficiarios tienen como características principales el ser personas adultas, oriundas de zonas rurales andinas que hablan lenguas originarias, y pertenecen a comunidades con cultura y tradiciones arraigadas, teniendo niveles educativos variados. Desarrollan actividades productivas ligadas a los recursos naturales existentes, con actividades económicas vinculadas a los mercados regionales de comercialización de ganado bovino criollo y comercio en pequeña escala. Se comunican en idiom a español, mezclado con dialectos nativos o el quechua.

Indirectamente, la práctica benefició también a:

• El personal de instituciones formadoras, lo que contribuyó a reconocer el valor de la formación por competencias, así como a identificar los puntos de mejora de la capacitación. La práctica se constituyó así en un referente para mejorar la calidad y pertinencia de sus propuestas formativas.

• Las empresas que internalizaron los beneficios potenciales de la certificación de competencias para contar con personal competente que aporte a su productividad.

• La Entidades Certificadoras y evaluadoras, por la oportunidad de innovar el trabajo institucional, en un campo con valor agregado y futuro por su incidencia en el desarrollo regional y local, generando sostenibilidad institucional.

• El personal directivo, técnico, especialistas e integrantes de las Mesas Temáticas, quienes instauraron una nueva forma de trabajo participativo, acorde al contexto regional, tanto para la elaboración de perfiles y normas

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de competencia, como para el establecimiento de procedimientos de evaluación y certificación de competencias.

• Al SINEACE, ya que la experiencia le ha permitido afinar y enriquecer el enfoque intercultural, así como los procedimientos de certificación y trazar nuevas rutas para nuevas experiencias.

e. Proceso de formulación de la propuesta (incluyendo descripción metodológica de la misma) La estrategia aprobada por el Equipo Directivo del SINEACE en materia de certificación, al inicio del proceso, fue el desarrollo de un piloto de certificación de competencias profesionales en sectores estratégicos para el desarrollo, decidiéndose la intervención en el sector agrario, en Cusco y Puno, fundamentalmente por la fuerte demanda de trabajadores calificados en este campo, además como el aporte a esfuerzos institucionales por dar a la formación profesional un enfoque de interculturalidad y desarrollo sostenible. El Equipo Técnico de la Dirección de Evaluación y Certificación de Competencias en Educación Básica y Técnico Productiva diseñó participativamente el modelo de intervención: Se identificó y ordenó las funciones de la opción ocupacional a partir de la descripción que hicieron los expertos, usándose como herramienta metodológica el análisis funcional, teniéndose como producto el mapa funcional. A partir del mapa funcional se definió el perfil del extensionista rural, agrupando las unidades de competencia en competencias técnico productivas, generales y específicas, en competencias pedagógicas, de mejoramiento rural y de investigación e innovación. Establecida la competencia general, las unidades de competencia y realizaciones – ajustadas por el equipo técnico- se procedió a elaborar las normas de competencia, que fueron luego validadas en talleres regionales, en los que se obtuvieron también propuestas para la evaluación de cada norma. Como fase complementaria al trabajo central de formulación de perfiles y normas de competencia, se elaboró una propuesta de instrumentos de evaluación estandarizada, incluyendo un modelo de instrumento de evaluación para cada una de las normas. Estos instrumentos permitieron que la experiencia piloto cuente con el soporte técnico para efectuar el proceso de certificación. A fin de garantizar los procesos de evaluación, así como la imparcialidad y alto grado de credibilidad de las entidades evaluadoras, se convocó a instituciones vinculadas con la opción ocupacional, que reunieran requisitos establecidos en el Reglamento de la Ley N° 28740 –tales como disposición de instrumentos para la evaluación; contar con un equipo estable y disponible de especialistas en evaluación de competencias; disponer de infraestructura para la evaluación del desempeño– para constituirse en Entidades Certificadoras. Las instituciones que cumplieron con los requisitos para ser seleccionadas como Entidades Certificadoras fueron Soluciones Prácticas –ITDG y AMARKAS.

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Luego, para fines de la experiencia piloto, se definieron requisitos que deberían tener los candidatos a evaluadores; comunicándoselos a las instituciones respectivas para que presentaran una información detallada en una Ficha de datos. Estos especialistas fueron a su vez capacitados y evaluados por especialistas del SINEACE para evaluar las competencias de los candidatos quechua hablantes en su lengua materna, en talleres orientados al desarrollo de instrumentos de evaluación, que se constituyeron en una experiencia gratificante y aleccionadora para evaluadores y evaluados, superando los participantes sus limitaciones en el aspecto pedagógico. Finalizada la capacitación, se certificó a los evaluadores que aprobaron el proceso. Esta fase fue muy provechosa en materia de transferencia metodológica, como base para la mejora de los procesos formativos de algunos de los participantes. El proceso de certificación de competencias laborales de los kamayoqs, tuvo como partida un profundo respeto por su cultura así como un principio de igualdad de oportunidades, por lo que se elaboraron las normas en quechua y el proceso de evaluación incorporó la cosmovisión, su sentido del tiempo, de lo sagrado así como el respeto a la sabiduría ancestral.

El proceso de evaluación incluyó las etapas de información y convocatoria, autodiagnóstico en relación a las normas de competencia estandarizadas, inscripción de candidatos, y la evaluación de desempeño. La evaluación, planteada en forma individualizada, integró distintas modalidades de evaluación (conocimiento y desempeño), respetando la autoestima del candidato y el principio de equidad. Para las pruebas de conocimiento se utilizó como formato las pruebas objetivas de elección múltiple, oral o escrita, de acuerdo al nivel de alfabetización de los participantes. Igualmente, en castellano o en la lengua materna del candidato. Su peso fue de 20 puntos sobre 100 en el resultado final de la evaluación. La prueba de desempeño fue de carácter práctico, donde el candidato demostró las evidencias requeridas en las normas de competencia. Esta prueba tuvo un peso 80 puntos sobre 100 en el resultado final de la evaluación. El candidato es certificado si obtiene 90 puntos o más en el cómputo final de la evaluación. Los resultados de la evaluación fueron comunicados a los candidatos al finalizar cada jornada de evaluación, retroalimentando al candidato en relación a sus

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fortalezas y debilidades, y animándolo a presentarse nuevamente al proceso en caso de no haber aprobado. El acto administrativo de la evaluación concluyó con la firma del acta de evaluación, por parte del candidato y de los dos evaluadores. El evento protocolar de certificación de competencias, cerró el proceso de certificación, con participación de diversas instituciones regionales y locales; evidenciando en todo momento las personas certificadas su satisfacción por los logros alcanzados.

f. Actividades específicas realizadas

La fase de concertación previa, fue crucial, porque en ella se acordaron los términos, condiciones y responsabilidades de los involucrados; empleadores, trabajadores, entidades de formación, entidades gubernamentales y de la sociedad civil que participaban en el proceso. En ella se suscribieron los acuerdos de cooperación y colaboración, se comprometieron los recursos necesarios, se elaboró el plan de trabajo y se socializó la metodología de trabajo mediante talleres. Definido el campo ocupacional se establecieron los aspectos fundamentales por investigar: las características socioeconómicas, geográficas, productivas y educativas de la zona donde vive y desarrolla su actividad el extensionista rural en ganado bovino; las tendencias y estructura del campo ocupacional en el cual se enmarca la opción a normalizar. Este estudio permitió caracterizar y conocer con precisión la naturaleza de la opción ocupacional, establecer los límites de la normalización y analizar la prospectiva para identificar los puntos que se deben tener en cuenta para garantizar la vigencia de las normas. Los procesos de validación del perfil y elaboración de las normas de competencia se desarrollaron en regiones con la activa participación de los integrantes de las Mesas técnicas, expertos, productores y representantes de la Dirección Regional de Agricultura, Instituto Nacional de Investigación Agraria-INIA, Servicio Nacional de Sanidad Agraria-SENASA, SOLUCIONES PRÁCTICAS-ITDG; Fundos Los Tréboles, Fauce y Quinta Rebeca; Unidad de Gestión Educativa Local de Sicuani, Institutos Superiores Tecnológicos como los de Vilcanota y El Descanso, Municipalidades distritales de Kunturkanki y Checca, Colegios Agropecuarios de Sicuani y La Salle y la ONG Casa Taller Arariwa. En la fase de convocatoria, la Entidad Certificadora se encargó de proporcionar al interesado una descripción detallada del proceso de evaluación y certificación de competencias en relación a aspectos como: Requisitos exigidos y costo de la evaluación y certificación de competencias; fases del proceso de evaluación, sus derechos como candidato y sus deberes como persona certificada; normas de competencia aprobadas por SINEACE, a partir de las cuales se elaborarán las pruebas de evaluación; y beneficios de la certificación. La Entidad Certificadora Practical Action - Soluciones Prácticas- ITDG, facilitó los insumos, seleccionó a los candidatos, determinó las sedes para la certificación y financió los costos de la evaluación de competencias.

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La Asociación Macro-Regional del Sur-AMARKAS y sus líderes comunales facilitaron la identificación de los candidatos, seleccionaron los fundos modelos como sedes de evaluación y algunos de los integrantes de AMARKAS fueron capacitados como evaluadores. Contribuyeron con el financiamiento del proceso. El Gobierno Regional del Cusco financió la movilidad de los candidatos a las sedes de la evaluación. Así también, los Municipios de Layo, Kunturlanqui y Canas, ofrecieron facilidades en sus locales para la inscripción de los candidatos. La evaluación, en su fase inicial de planificación, comprendió la elaboración del plan de evaluación en el que se consignen las normas de competencia a ser evaluadas, las evidencias de desempeño que se van a observar, el tipo de prueba a emplear y los lugares y fechas de las evaluaciones expresadas en un cronograma de evaluación. La evaluación se desarrolló a través de pruebas de conocimiento y de desempeño, a cargo de dos evaluadores por cada candidato, desarrolladas en horarios establecidos para satisfacer las necesidades del ganado: alimentación, control sanitario, ordeño, salida al campo. Concluido el desarrollo de las pruebas, y consensuados los puntajes por los evaluadores, se hizo saber al candidato los resultados de la evaluación firmándose el acta respectiva; para posteriormente remitir la documentación completa al SINEACE y proceder a la Certificación respectiva.

g. Principales resultados y logros obtenidos por la Buena Práctica • Validación de la metodología aplicada ( participativa y de consulta con

expertos) • Establecimiento de lineamientos generales de los procedimientos a seguir. • Reconocimiento formal y público del buen desempeño en una determinada

función evaluada bajo estándares establecidos promoviendo mejoras en el acceso al mercado laboral.

• Aseguramiento de la calidad educativa, como mecanismo de reinserción al sistema educativo para ampliar niveles de aprendizaje.

• Incorporación del enfoque de interculturalidad consensuando y contextualizando en las diferentes etapas del proceso saberes tradicionales con tecnología moderna.

• Identificación de necesidades de mejora curricular incorporando aprendizajes significativos y pertinentes en los procesos de formación.

h. Alcances positivos de la intervención en relación a la calidad de vida de los

beneficiarios. • Los kamayoqs certificados han percibido que han sido revalorados por su

comunidad, porque ahora cuentan con un “certificado” que acredita su sabiduría. Son respetados por la comunidad.

• Las municipalidades de la zona han incorporado en sus términos de referencia para la contratación de extensionistas, la posibilidad de presentar el certificado de competencias otorgado por el SINEACE, ampliando las posibilidades de trabajo a los kamayoqs certificados.

• Algunos kamayoqs han participado en convocatorias a cursos de especialización y/o maestrías, accediendo a mayores niveles educativos.

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• Las autoridades regionales y locales han valorado el proceso de certificación como garantía de la calidad educativa al poder contar con información sobre qué trabajadores, campesinos o profesionales son realmente competentes.

• Creciente interés personal de los kamayoqs certificados en la mejora de sus procesos productivos ganaderos e incremento en la aplicación de buenas prácticas productivas.

• Valoración del saber hacer de los kamayoqs en los campos en los que han logrado certificar sus competencias, frente a los “ingenieros o técnicos”.

i. Carácter sostenible de la buena práctica.

La experiencia de certificación de los Extensionistas Rurales especializados en ganadería de bovinos fue evaluada por el equipo técnico y directivo del SINEACE, acordándose oficializar la Norma del Extensionista Rural e iniciar acciones para escalar la experiencia y registrarla. Su carácter de sostenibilidad se expresa en: • Incorporación de nuevas Entidades Certificadoras para la evaluación de esta

ocupación: GLORIA S.A. en Cajamarca, DESCO en la región Sur, y la Facultad de Zootecnia de la UNALM, a nivel nacional.

• Creciente demanda de los productores de cara a la experiencia Piloto con expectativas de mejora, trascendiendo intereses meramente económicos.

• La sistematización de la experiencia, que incluyó el recojo de testimonios, ha evidenciado que para los kamayoqs la certificación es un estímulo potente con impacto en su calidad de vida, ya que los Municipios rurales los convocan para puestos que solo eran ocupados por técnicos egresados de institutos, reconociendo y poniendo en valor sus saberes.

• La promoción de liderazgos y capacidades en los evaluados. Experiencias como la de Isidro Ayala y Felícita Pucho, convocados para presentar sus experiencias en Foros nacionales e internacionales; tuvieron la oportunidad de seguir estudios de Diplomado a partir de becas de estudios; y se han constituido en líderes de su comunidad, dando cuenta de este logro.

• La promoción de la certificación como mecanismo para la formación continua de los certificados, para seguir aprendiendo a lo largo de la vida.

• El relacionamiento interinstitucional y la promoción de espacios de concertación entre instituciones de formación, empresas, organizaciones de trabajadores, gobierno y candidatos al proceso de certificación, como base para el desarrollo de capacidades y fomento de liderazgos.

• El desarrollo, desde el SINEACE, de actividades de articulación con el sector Educación, para a partir de las normas de competencia, incorporar cambios en los diseños curriculares, que actualicen la oferta formativa en el país.

El enfoque intercultural permite que surjan demandas de certificación de grupos

ocupacionales que tradicionalmente no han sido considerados en la formación profesional ni en la certificación que han realizado otras entidades – como el caso de los kamayoqs- y que responden a requerimientos regionales de desarrollo. Esto ha devenido en una demanda cada vez mayor de certificación de competencias en esta ocupación, habiéndose desarrollado posteriormente procesos de evaluación a Extensionistas rurales especialistas en ganadería de bovinos, en las regiones de Apurímac, Arequipa. Cajamarca, Cusco y Puno.

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Los resultados del Proceso de Certificación de Competencias dan cuenta a la

fecha de 21 normas o estándares de competencia elaborados; 18 Entidades Certificadoras autorizadas, 506 personas certificadoras, y 194 evaluadores de competencias, en ocupaciones en los sectores Agricultura e Industria principalmente.

j. Carácter innovador de la buena práctica.

El valor agregado de la experiencia de certificación de competencias, tiene que ver con el enfoque intercultural. El SINEACE optó por la intervención en procesos de reconocimiento de las competencias profesionales en zonas rurales alejadas, escasamente atendidas. La práctica es creativa e innovadora como proceso de certificación en cuanto reconoce saberes y aprendizajes adquiridos en cualquier modalidad educativa, consensua saberes tradicionales y experiencias del mundo rural con avances tecnológicos; pone a disposición de la población rural los perfiles y normas de competencia en idioma quechua; difunde y traduce al quechua las normas de competencia y las convocatorias a procesos de evaluación y certificación de competencias haciendo uso de medios y estrategias locales de comunicación tales como el perifoneo y cuñas radiales de amplia cobertura en zonas rurales; y desarrolla los procesos de evaluación valorando la lengua materna de los candidatos.

Se asumió la certificación como una estrategia de recuperación de saberes ancestrales, conjugados con los aportes de la modernidad. Este enfoque descentralizado que sustentó la experiencia, permitió un acercamiento a la diversidad del país con propuestas más flexibles que se puedan adecuar a diversos escenarios, dándoles el contenido regional y local necesario para asegurar pertinencia a los procesos de certificación de competencias.

k. Recuento de herramientas identificadas, recursos, metodología y en general,

lecciones aprendidas de la misma. • A partir de esta experiencia, el SINEACE validó de manera participativa su

Procedimiento de evaluación y certificación de competencias, incorporando el enfoque de interculturalidad, consensuando y contextualizando saberes tradicionales con tecnología moderna en las diferentes etapas del proceso, y aprobando un procedimiento de alcance nacional y aplicable a otros sectores económicos.

• Se retroalimentó al Sistema Educativo con las Normas de Competencia aprobadas, para lograr mayor pertinencia en los procesos formativos y desarrollo curricular, incorporando saberes ancestrales y características culturales que enriquecen las competencias técnicas identificadas.

• Se ha publicado la sistematización de la experiencia “Saber hacer en los Andes del Perú: Sistematización de la certificación de competencias de extensionistas en ganadería de bovinos 2011”, que presenta los resultados del proceso de Certificación, en base a documentos oficiales e instrumentos de evaluación (Fichas de inscripción, Actas de los procesos de evaluación, pruebas de conocimientos y desempeño) que dan cuenta en forma cuantitativa y cualitativa del desarrollo de la práctica en su integridad.

• El desarrollo de capacidades en la sociedad rural, ofertada por los mismos integrantes en una prestación de servicios de “campesino a campesino”,

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permite salvar la brecha cultural, brindando mayor probabilidad de entendimiento entre proveedor y demandante; la certificación de competencias permitió “hacer visible” estas relaciones así como formalizar el papel del promotor, su capacidad adaptativa y abrir un camino para tener información y transparencia entre oferta y demanda de trabajo.

• Los promotores o extensionistas campesinos certificados asumen un rol de agentes de cambio en sus propias comunidades, que plantea un reto en el sentido de articulación con los sectores públicos regionales y locales para que se vayan incorporando los beneficios que traen el avance de la ciencia y la tecnología, tejiéndose con las diferencias que plantean la ruralidad que demanda igualdad y presencia en las decisiones nacionales.