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  • FRICA, LA MADRE ULTRAJADA

  • NDICE Exactamente 50 aos despus Prefacio. Fabricando una nueva mentira oficial, ejecutando otro linchamiento ms Introduccin. La gran farsa 1. frica, la madre ultrajada 2. Un gran proyecto criminal

    1 Una asociacin de grandes malhechores del gnero de los liberadores 2 La diplomacia criminal de Estados Unidos 3 La Gran Regin Unificada

    3. La aniquilacin de un pueblo 1 Un pueblo con una historia 2 Una revolucin social y poltica intolerable para los seores 3 El retorno de los inkotanyi: la prctica de la tierra quemada

    4. Colina Masaka, 6 de abril de 1994: la puerta del averno 1 El accidente que dio inicio a los 100 das 2 La cara ocultada de los 100 das

  • Exactamente 50 aos despus

    Un buf daire esfondr els castells de la mentida i la nua veritat brillar de llum vestida.1 Este poema del mallorqun Miquel Ferr est grabado en un monolito al pie de la antigua y sorprendente escalinata de 365 peldaos que une el municipio de Pollena con El Calvari, una pequea ermita del siglo XIV. Est dedicado por el Ayuntamiento a las vctimas de la intolerancia que se desencaden en Espaa a partir del 18 julio de 1936, fecha del inicio de la Cruzada de liberacin franquista que en menos de cuatro aos ocasion cientos de miles de vctimas mortales. Varias dcadas de resistencia y coraje fueron necesarias, pero finalmente se derrumbaron los castillos de la mentira. Pues como mentira debe ser calificado el intento de ocultar una parte importante de la verdad y de presentar la otra como si fuese el todo.

    Tambin un 18 de julio, en el ao 1994, los libertadores del FPR/EPR (Frente Patritico Ruands/Ejrcito Patritico Ruands), tras la conquista de Gisenyi el da anterior y la huida del Gobierno ruands legtimo hacia el vecino Zaire, pusieron fin a la guerra que haban iniciado haca menos de cuatro aos, dejando igualmente tras de s ms de un milln de cadveres y un pas arrasado. Slo dos aos despus ya se sentan lo suficientemente fuertes, con las espaldas bien cubiertas por sus importantes padrinos internacionales, como para iniciar su segunda cruzada, la que en realidad importaba a sus grandes protectores anglosajones: la conquista de Zaire. El saldo, por ahora, es de unos nueve millones de vctimas mortales: ms de tres millones de ruandases asesinados, ya sea en Ruanda o en el Congo, en su gran mayora hutus, y ms de cinco millones de congoleos. Sin contar una multitud igualmente impresionante de seres humanos profundamente heridos, fsica o psquicamente. Es especialmente escandalosa la cuestin de las violaciones masivas. Pero ambos pueblos no deben dudarlo: antes o despus, la desnuda verdad brillar de luz vestida.

    El hecho de que una parte importante de estas vctimas no hayan sido asesinadas con las armas, sino que hayan muerto por enfermedades, heridas o desnutricin en la inhspita selva en la que se adentraron huyendo de sus perseguidores o por otras causas relacionadas con las agresiones militares sufridas por ambos pases, no resta importancia a tan impresionantes cifras. Tambin el bloqueo sistemtico de los alimentos, los medicamentos y los otros productos que estaban destinados a asegurar la supervivencia de los refugiados hutus en el Zaire fue otro modo de genocidio. Un genocidio por inanicin, como fue ya calificado entonces, en 1996. Un genocidio tambin por causa de las epidemias que, como el clera, eran la consecuencia lgica de la situacin de vulnerabilidad a la que se les haba llevado. Frente a semejantes cifras, palidece la versin oficial masivamente impuesta sobre el genocidio de los tutsis, en el que fueron brutalmente asesinados cientos de miles de tutsis (en cualquier caso no ms de 400.000, segn los ms recientes y fiables clculos). El (nico) genocidio ya no es ni la nica realidad, ni tan siquiera la realidad central, de este gran conflicto. Durante aos, la doctrina del nico genocidio, el planificado por un gobierno y un pueblo hutus,

    1 Un soplo de aire derrumb / los castillos de la mentira / y la desnuda verdad / brillar de luz vestida.

  • intrnsecamente genocidas, ha dominado totalmente el panorama. Pero actualmente, hasta las investigaciones de la misma ONU, bloqueadas durante aos por las potencias anglosajonas, nos hablan de masacres masivas de hutus, masacres de carcter genocida, realizadas por los extremistas tutsis que componen el FPR/EPR.

    Estos extremistas tutsis formaban parte del ejrcito ugands, el NRA (National Resistance Army), y eran descendientes de los antiguos seores feudales de Ruanda. El 1 de octubre de 1990, haban iniciado desde Uganda la reconquista del pas de sus ancestros poniendo en marcha una violenta operacin de acoso y derribo del rgimen republicano de Juvnal Habyarimana, de mayora hutu. Unos poderosos padrinos occidentales los financiaron, los sostuvieron con todo tipo de apoyos encubiertos, incluido el militar, y ocultaron o justificaron esta grave agresin internacional en los grandes foros diplomticos mundiales. Finalmente, cuatro aos despus, con la inestimable ayuda de los grandes medios de comunicacin internacionales de los que disponen, estos poderosos lobbies y sus protegidos regionales alcanzaron el objetivo ltimo de toda su propaganda: presentar a los agresores como vctimas, presentar al FPR ante el mundo como el autntico representante y liberador de la perseguida etnia tutsi. Y consiguieron presentarlo no como un liberador cualquiera sino como el liberador que detuvo un genocidio. Y no un genocidio cualquiera sino un genocidio comparable, segn ellos, al genocidio llevado a cabo por los nazis tanto por su gravedad como por su planificacin: el genocidio de los tutsis.

    Efectivamente, tras casi cuatro aos de sufrir una feroz agresin y tras el asesinato el 6 de abril de 1994 del presidente ruands, el hutu Juvnal Habyarimana, los hutus ms exaltados y extremistas descargaron, durante la primavera de 1994, todo su miedo, furia y rencor contenidos, cometiendo un terrible genocidio. Sin embargo, impresiona el descubrir las pruebas de que durante los aos anteriores el FPR haba intentado a su vez el provocar esta reaccin descontrolada de los extremistas hutus y el caos generalizado. Impresiona tambin el descubrir las pruebas de que, con aos de antelacin a este genocidio de la primavera de 1994, el FPR intent reiteradamente el justificar sus graves crmenes de agresin internacional acusando ya de genocidio al rgimen Habyarimana.

    El estudio de las grades masacres posteriores al atentado presidencial revela que las circunstancias de ellas fueron de una gran complejidad, revela que los mviles y los autores fueron sumamente diversos: unos asesinaban a hutus o tutsis del interior de Ruanda sospechosos de complicidad con los agresores que venan del exterior, otros eliminaban a los oponentes polticos; unos aprovechaban para saldar viejas rencillas, otros para robar; unos violaban y asesinaban, otros torturaban y se vengaban. Era el caos tan buscado por el FPR para justificar su intervencin liberadora, un FPR aceptado tan slo por un sector minoritario de la poblacin, un FPR bien consciente de que con la llegada de la democracia, tan prxima ya, perdera cualquier opcin de conseguir el poder hegemnico al que aspiraba.

    Pero con el crescendo imparable de la ofensiva final del FPR, iniciada simultneamente al atentado presidencial, con el crescendo de sus masacres masivas de civiles hutus, con el crescendo de la barbarie blica generalizada, los milicianos extremistas hutus empezaron a descargar toda su violencia contra multitud de inocentes cuyo nico crimen era el de formar parte de la etnia tutsi, la etnia de los crueles agresores. Estos milicianos empezaron entonces a convertirse en los verdaderos protagonistas de estas masacres, obligando incluso a la gente comn a participar en ellas. Aunque tras tanta violencia generalizada haba un factor determinante, que no era precisamente el tnico, al que se ha intentado culpar de todo. El afirmar que se asesin a los tutsis por el mismo hecho de ser tutsis y slo por ello, es una explicacin totalmente insuficiente, segada y falsaria de su brutal exterminio. Sin tener en cuenta el factor realmente determinante al que me refiero, jams se podr entender lo que pas:

  • Y fue ante todo este temor a la vuelta del orden antiguo, este miedo a volverse a encontrar bajo un rgimen de opresin, lo que explicaba aquel furor extremo de un pueblo posedo por su desesperacin.2

    Dado que los agresores eran precisamente los antiguos seores feudales tutsis, la

    motivacin tnica de las masacres estaba sin duda indisolublemente ligada a esa desesperacin provocada por el pnico a recaer en la antigua opresin. Es por ello por lo que a todo lo largo de esta obra califico como genocidio a las grandes masacres realizadas en la primavera de 1994 por los extremistas hutus: las motivaciones tnicas, que son las que caracterizan el crimen de genocidio, estaban presentes en tales masacres. Sin embargo es una gran farsa el asimilar el genocidio de los tutsis al que es considerado el genocidio por antonomasia, el genocidio nazi3. Los judos no cometieron contra Alemania un crimen de agresin internacional, como lo cometieron contra Ruanda los extremistas del FPR; ni asesinaron al presidente alemn y a muchos otros altos cargos, como s lo hizo el FPR en Ruanda; ni buscaban el control absoluto del poder, como lo buscaba el FPR; ni se apoderaron del poder en Alemania y gestionaron el pas exterminando a cientos de miles de alemanes, como ha hecho el FPR en Ruanda; ni atacaron a continuacin a un pas vecino de Alemania para derrocar a su jefe de Estado, como ha hecho el FPR en el Congo4 Nos encontramos frente a una obra maestra de la desinformacin, una intoxicacin perfecta5, pero con fecha de caducidad, como toda mentira por sutil que ella sea. Es bien diferente el ser una minora oprimida que una minora que pretende oprimir a la mayora, como busca el extremismo tutsi.

    Segn muchos y poderosos medios de comunicacin internacionales, el genocidio de los tutsis fue un genocidio planificado con gran anterioridad. Sin embargo, gracias a la extraordinaria labor de los abogados defensores de las decenas de polticos y militares hutus acusados de ser los principales instigadores y responsables del genocidio y gracias tambin a algunos miembros de las Cmaras del TPIR (Tribunal Penal Internacional para Ruanda con sede en Arusha, Tanzania), ha quedado en evidencia que la doctrina de una tal planificacin genocida anterior al 7 de abril de 1994 es una teora artificialmente construida con unos objetivos bien precisos. Al TPIR se le haba encomendado subrepticiamente la misin de imponer al mundo la doctrina de un genocidio planificado con gran antelacin. Pero ha sido incapaz de probar tal planificacin, a pesar de tratarse de un organismo de la ONU financiado desde 1994 con cientos de millones de dlares anuales por una comunidad internacional inconsciente o cmplice de la agenda inconfesable, muy distinta de la oficial, que Estados Unidos y Gran Bretaa haban decidido para l.

    El 18 de diciembre del 2008, al trmino de un juicio histrico para Ruanda que haba

    2 Edouard Kabagema, Un pueblo descuartizado. Genocidio y masacres en Ruanda, 1994, pgina 112.

    Editorial Milenio 2005, Lleida. Esta frase es la nica que el autor ha destacado en cursiva a todo lo largo de su libro.

    3 Es una gran infamia, como denuncian el doctor y especialista en este conflicto Helmut Strizek, diversos abogados defensores del Tribunal Penal Internacional para Ruanda y otros analistas honestos, pretender convertir a este tribunal en un nuevo Nremberg, ocultando a la opinin pblica que el papel de grandes agresores internacionales, desempeado entonces por los nazis, corresponde ahora a los liberadores himas-tutsis y a sus grandes padrinos anglfonos, y no al rgimen de Juvnal Habyarimana.

    4 Augustin Ngirabatware, Rwanda. Le fate du mesonge et de linjustice, Sources du Nil, Lille pginas 233-234.

    5 Charles Onana, Ces tueurs tutsis. Au coeur de la tragdie congolaise, ditions Duboiris, Pars, 2009, pgina 24.

  • durado ms de seis aos, el TPIR emiti una condena contra el coronel Theoneste Bagosora como mximo responsable de la instigacin y organizacin del genocidio, junto al mayor Aloys Ntabakuze y al coronel Anatole Nsengiyumva. Un cuarto oficial, el general Gratien Kabiligi, fue exonerado. Lo importante y novedoso es que la sentencia absuelve a todos ellos de cualquier posible conspiracin para el genocidio realizada con anterioridad al atentado del 6 de abril de 1994. Destaquemos la importancia de esta sentencia, a la que intencionadamente no se ha dado suficiente trascendencia: los mismos que, segn el ncleo duro de los expertos de la doctrina oficial, fueron los cerebros planificadores del genocidio han sido absueltos de haberlo planificado!

    El TPIR fue creado el 8 de noviembre de 1994 mediante la resolucin n 955 del Consejo de Seguridad con el objetivo de juzgar no slo el genocidio de los tutsis sino todas las violaciones graves del derecho internacional humanitario cometidas por cualquiera de las dos partes del conflicto. Pero estas dos potencias occidentales han liderado el intento de hacer de l slo la escenificacin y consolidacin de la doctrina de el (nico) genocidio planificado de los tutsis, perpetuando as en el poder a sus liberadores del FPR y descabezando cualquier disidencia que en el futuro pudiese emerger contra ellos.

    Este incuestionable axioma sobre el noble papel de liberadores con que se ha investido a las gentes del FPR/EPR aparece an hoy, a pesar de ser absolutamente falso, como un estribillo inevitable e insoportable en casi todo lo que sobre este gran conflicto publican los medios de comunicacin de masas. Esta cantinela suena una y otra vez para restar gravedad y banalizar los crmenes masivos del FPR posteriores a aquella primavera de sangre e incluso para justificarlos y reclamar indulgencia hacia los comprensibles sentimientos de venganza que los motivaron. Esta cantinela suena siempre para minimizar estos crmenes posteriores al genocidio de la primavera de 1994, ya que sobre los anteriores y los simultneos casi nunca suele haber referencia alguna: es como si esos crmenes no hubiesen sucedido, como si el mismo FPR no hubiese aparecido en la escena hasta la primavera de 1994, como si incluso slo hubiese sido creado precisamente para detener ese genocidio. Tanto es el poder de distorsionar la realidad que tienen los grandes medios de comunicacin que, en la prctica, pueden hasta cambiar a su antojo la cronologa, as como minimizar hasta el lmite unos crmenes numricamente mucho mayores que los provocados por los extremistas hutus.

    Efectivamente el genocidio sufrido por cientos de miles de tutsis del interior de Ruanda finaliz cuando el FPR consigui la victoria y el control del pas. Pero est perfectamente documentado que la lite del FPR no tena el menor inters en detener el genocidio. A la cpula de esta organizacin criminal slo le importaba una cosa: alcanzar el poder lo ms rpidamente posible. Estn ms que documentados dos hechos: que todas sus estrategias se desentendan sistemtica y calculadamente de las masacres que realizaban en ese momento los extremistas hutus y que sus acciones militares estuvieron exclusivamente orientadas a la conquista del poder lo ms rpidamente posible y sin reparar en la criminalidad de los mtodos. As consta incluso a nivel judicial: en el auto en el que, el 6 de febrero de 2008, el juez de la Audiencia Nacional espaola Fernando Andreu Merelles dictaba orden de arresto contra cuarenta mximos cargos del FPR/EPR e imputaba tambin, a pesar de su inmunidad presidencial, a Paul Kagame, entonces lder del FPR/EPR y actualmente presidente de Ruanda. Los cargos son los ms graves posibles: delitos de genocidio, lesa humanidad, delitos contra las personas y bienes protegidos en caso de conflicto armado, integracin en organizacin terrorista, actos terroristas, pillaje de recursos naturales y el asesinato de nueve ciudadanos espaoles.

    Todo esto adquiere especial gravedad cuando se toma conciencia de que el FPR, para alcanzar el poder, opt por un modus operandi que haca de la provocacin y del caos las claves principales. Sus estrategias eran y son tan perversas que dejan inerme al ser humano comn, incapaz de imaginar tanta psicopata. Buscaba el caos y los motivos que justificasen la

  • opcin militar e hiciese imposible cualquier marco democrtico. En una democracia, que ya tena fecha, una fecha muy cercana, su grupo minoritario no tena ninguna posibilidad de alcanzar el poder, el poder absoluto que era su nica meta.

    En especial, opt por el magnicidio, con plena conciencia de que con l desataban el genocidio. El juez antiterrorista francs Jean-Louis Bruguire, tras investigar durante aos el atentado del 6 de abril de 1994 en el que fue derribado el Falcon 50 presidencial y perdieron la vida los presidentes hutus de Ruanda y Burundi junto a sus diez acompaantes, emiti el 17 de noviembre de 2006 una orden en la que se libra mandato de arresto contra nueve altos responsables del FPR/EPR. As mismo consider que, dada la clara responsabilidad en dicho atentado por parte de Paul Kagame, y dada su condicin de inmunidad presidencial que impeda y sigue impidiendo que sea juzgado por un tribunal nacional, deba ser entregado al TPIR, por el que s podra ser objeto de persecucin. Por lo cual, mediante una demanda transmitida por va diplomtica, inform oficialmente al secretario general de la ONU de los elementos pertinentes de la investigacin as como de los cargos recogidos contra Paul Kagame.

    La cpula del FPR no tena inters alguno en detener las grandes masacres sufridas por las gentes de su propia etnia que haban vivido en el interior de Ruanda durante las ltimas tres dcadas, gentes a las que esa lite tutsi extremista consideraba traidores por no haberse exiliado cuando la monarqua tutsi fue democrticamente rechazada en 1961. Ms an: esa cpula criminal hizo cuanto estuvo en su mano para impedir cualquier intervencin internacional que hubiese podido detener el genocidio. Saban que, al mismo tiempo, tal intervencin habra obstaculizado su marcha imparable a sangre y fuego hacia el poder. Y efectivamente lograron boicotear dicha intervencin.

    Aunque en realidad sus grandes padrinos internacionales, los poderosos lobbies fundamentalmente anglosajones que actuaban por medio de los gobiernos de Estados Unidos y del Reino Unido, estaban tanto o ms interesados que ellos mismos en evitar cualquier movilizacin internacional y en convertir disimuladamente a Ruanda, junto a la ya fiel Uganda, en el centro neurlgico y militar de su deseada nueva zona de influencia: la riqusima frica Central. Haba que lograr el control de esta regin expulsando de ella a la Francia de Fraois Mitterrand y cerrando el paso a China y otras potencias emergentes.

    En el da 1 de noviembre de 2009, fiesta de Todos los Santos, conclu esta obra. Se cumpla exactamente el 50 aniversario de unos importantes acontecimientos: aquellos con los que, en el da de Todos los Santos de 1959, se inici la llamada revolucin ruandesa. Una revolucin justificada e inevitable, pero en la que, como en toda otra revolucin, no estuvieron ausentes la violencia, el dolor y la muerte. A las vctimas ruandesas, a todas las vctimas, a las anteriores y a las posteriores a aquel 1 de noviembre de 1959, a las twas, a las hutus y a las tutsis, dedico sentidamente, en primer lugar, esta obra. Pero tambin a las vctimas del sufrido pueblo del Congo, un pueblo siempre hospitalario, pero que en pago slo ha recibido tantas veces la traicin y la violencia. Y, cmo no, a las vctimas del pueblo hermano de Ruanda, un pueblo que merece tambin ya, definitivamente, la paz: el pueblo de Burundi. Todas ellas, hermanadas ya para siempre, forman parte de esa multitud incontable de santos y santas cuya gran Fiesta celebramos en ese da.

    La dedico, por ltimo, a todos aquellos compaeros no africanos que, demostrando que an existe entre nosotros aquella virtud que puede salvar nuestro mundo, la generosidad, han marchado al igual que nosotros por este nada fcil camino de acompaamiento a las vctimas africanas. La dedico en especial a mi compaera y esposa Susana, sin cuya generosidad sostenida a lo largo de dcadas, no habra podido hacer este largo camino.

  • PREFACIO Fabricando una nueva mentira oficial, ejecutando otro linchamiento ms

    La amenaza del tcnico congoleo del Consejo de Seguridad de la ONU a nuestro compaero,6 conciudadano suyo, aquel domingo 15 de noviembre de 2009, no deba ser echada en saco roto. Unos das antes, dicho tcnico haba buscado a nuestro compaero, se haba presentado como Willy, sin ms, y haba mantenido con l una larga conversacin. Aunque, en realidad, sta slo haba consistido en una serie de acusaciones y amenazas, dirigidas tambin contra m. Das despus, aquel domingo 15 de noviembre, a travs de la siempre imprevisible red de telefona del Congo, le haba espetado:

    Veo que Juan Carrero ha escrito pblicamente en Mallorca7 sobre lo que t y yo hablamos en privado hace unos das aqu en Bukavu.8 Quiero que sepas que somos ms poderosos de lo que creis. Os podemos poner de rodillas cuando queramos. Te aviso de que maana se rene el Consejo de Seguridad y tratar sobre vosotros. Tal amenaza y los acontecimientos que la han seguido, as como todo lo que se esconde

    tras estas situaciones, son hechos ciertamente graves. Pero son adems episodios bien reveladores de las claves ocultas del actual conflicto del frica de los Grandes Lagos. Fue por ello por lo que, a pesar de que esta obra estaba ya concluida y en fase de correccin, consider oportuno convertir todo este asunto en el objeto de un prefacio que inicialmente no estaba previsto. En el citado encuentro, el tal Willy asegur adems que el grupo de expertos de la ONU, del que l mismo forma parte, trabaja conjuntamente desde hace tiempo con el Gobierno espaol, y que ste les tiene informados da a da de lo que hacemos. Aunque en principio todo esto pareca excesivo, como mnimo explicaba coherentemente el hecho de que el tal Willy tuviese una informacin tan exacta e inmediata sobre nosotros. No trascurrieron demasiados das antes de que los acontecimientos nos demostrasen la verosimilitud de lo que parecan simples fanfarronadas amenazadoras.

    El hecho es que el ultimtum, tan sorprendente y amenazador, vena de alguien que se presentaba como representante del ltimo grupo de expertos para la Repblica Democrtica del Congo creado por el Consejo de Seguridad.9 Se supona que unas pequeas ONG como las nuestras, cuyo nico crimen ha sido el de trabajar desde abril de 1994 en favor de la verdad, la justicia, la paz y la reconciliacin en Ruanda y el Congo, nada tenan que temer de una gran organizacin como la ONU, cuya misin consiste precisamente en velar por esos mismos nobles objetivos. Pero la situacin era extraa y perturbadora porque ese tcnico se comportaba ms como un matn mafioso que como un honorable representante de esa alta organizacin.

    Ya en su encuentro con nuestro compaero, anterior a la amenazante llamada telefnica del da 15, el tcnico congoleo haba lanzado las ms absurdas y graves acusaciones: deca poseer documentos con mi firma que probaban la existencia de una transferencia de 50.000 junto a otros que demostraban que nuestro compaero haba desviado tal cantidad hacia la

    6 Omito su identidad por cuestiones de seguridad. 7 Se refera a un artculo mo publicado en ltima Hora, el diario de mayor tirada de las Islas Baleares. A

    pesar de que haba sido publicado en papel slo dos das antes, el viernes 13, y de que no haba aparecido an en Internet, el citado tcnico congoleo ya conoca su contenido.

    8 Capital de Kivu Sur, provincia del este del Congo. 9 El 13 de enero del 2009, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, tras consultar al Comit del

    Consejo de Seguridad, firmaba la designacin de los siguientes expertos en virtud de la resolucin 1857 (2008): Raymond Debelle (Blgica, experto regional); Christian B. Bietrich (Estados Unidos, experto en aviacin); Claudio Gramizzi (Italia, experto en armas); Mouctar Kokouma (Guinea, experto en aduanas), y Dinesh Mahtani (Reino Unido, experto en finanzas y coordinador del grupo).

  • compra de armas para los genocidas hutus de las FDLR (Fuerzas Democrticas de Liberacin de Ruanda)!;10 deca conocer todo lo que se habl en la reunin mantenida a comienzos de mayo de 2009 en Mallorca para apoyar a los terroristas del FDLR que invaden y atacan al Congo!, etc. Es decir, nos acusaba de transferir y desviar hacia grupos genocidas el dinero de una subvencin oficial que, en realidad, no se nos haba concedido; converta el ltimo Dilogo Intra Ruands, dilogo que nuestra Red Internacional para la Verdad y la Reconciliacin en el frica Central viene organizando desde el ao 2004 y que ha recibido el apoyo unnime del Congreso de los Diputados,11 en una especie de oscuro y criminal complot internacional,12 etc.

    Estos autnticos disparates rayaban el esperpento, pero no nos sorprendieron en absoluto: ya el inicio de este asunto, al que luego me referir, haba sido absolutamente rocambolesco. Aunque lo preocupante no era que esas intrigas tuviesen tantos elementos grotescos. Lo realmente alarmante eran las inconfesables intenciones del grupo de expertos o de quienes lo manipulasen, intenciones que dichas intrigas revelaban: su determinacin para poner en marcha una poderosa propaganda internacional con el objetivo de desacreditarnos e incluso criminalizarnos, aunque fuese a partir de argumentos y pruebas totalmente insustanciales. Y el hecho de criminalizarnos frente al FPR/EPR, que gobierna actualmente Ruanda de modo totalitario, o ms exactamente, el criminalizarnos en colaboracin con l, no es algo en absoluto trivial: el FPR/EPR est considerado por muchos expertos honestos y con pleno conocimiento de causa como el mayor grupo criminal en activo de nuestro mundo. Sobre todo, el hecho de llevar a cabo semejante campaa contra nosotros, criminalizando igualmente, como veremos ms adelante, a miembros del clero nativo, a misioneros europeos que trabajan en la regin, a activistas ruandeses y congoleos por los derechos humanos y la democracia, o a miembros de ONG locales, es algo ms que una simple irresponsabilidad: es colaboracin directa en los crmenes que en estos momentos se estn cometiendo all contra ellos. Me resulta muy difcil de creer que estas intrigas sean tan slo reveladoras de una supuesta incapacidad de la ONU para darse cuenta de la manipulacin a la que lo est sometiendo el FPR.

    *

    Debo hacer aqu un inciso sobre las FDLR. Una poderosa y maliciosa propaganda,

    10 Las confidencias que yo haba hecho pblicas dos das antes, el viernes 13 de noviembre, y que tanto

    haban molestado a este matn del grupo de expertos, eran precisamente las acusaciones que haba lanzado a nuestro compaero sobre el supuesto desvo de esos 50.000 euros.

    11 El 25 de abril de 2007 aprobaba por unanimidad una resolucin en la que se acordaba lo siguiente: 1. Apoyar la iniciativa de un Dilogo Intra Ruands iniciada, auspiciada y facilitada en Espaa, en el que participan ya ruandeses representantes de distintas visiones y posiciones tnicas, polticas, militares y sociales de Ruanda (procedentes de Ruanda y de la dispora ruandesa), con inminente inclusin de ruandeses y congoleos del este de la Repblica Democrtica del Congo. Esta iniciativa internacional orientada a un dilogo altamente inclusivo, la resolucin pacfica del conflicto y la reconciliacin de los pueblos antes sealados aspira a aportar soluciones consensuadas, viables y duraderas para las generaciones actuales y futuras de estos territorios limtrofes y de toda la regin de los Grandes Lagos africanos. 2. Animar a ruandeses y congoleos a trabajar sinrgicamente, junto a los facilitadores espaoles, en un proceso de dilogo profundo y sincero que analice las races de la tragedia [] 3. Instar a las instituciones europeas, a sus Estados miembros y a las autoridades espaolas a cooperar y asistir tcnica, poltica, jurdica y diplomticamente, en todo aquello que fuera necesario para el proceso de Dilogo Intra Ruands, como una de las piezas claves para la pacificacin global en la regin de los Grandes Lagos Africanos.

    12 Inexplicablemente, una fotocopia casi ilegible de sus conclusiones figura como misterioso anexo-prueba del informe del citado grupo de expertos, cuando en realidad basta entrar en nuestra pgina www.veritasrwandaforum.org para poder acceder a las conclusiones de los sucesivos DIR (Dilogo Intra Ruands). Es sorprendente la pretensin del impresentable informe de convertir este dilogo, que ha recibido los mximos apoyos institucionales, en una especie de preparacin clandestina de una agresin internacional.

  • originada por el FPR y la gran red poltico-mafiosa internacional que avanza desde hace ya dos dcadas en su proyecto de control del frica Central, se empea en englobar bajo estas siglas a los ms dispares grupos que operan en el este del Congo. E incluso a aquellos que tan slo sobreviven all con sus familias, imposibilitados de retornar a su patria, Ruanda, donde impera la ms feroz de las dictaduras. Son los sobrevivientes de las increbles matanzas de refugiados, hutus en su prctica totalidad, que a partir de octubre de 1996 realiz el EPR y en las que participaron en menor medida los ejrcitos de Uganda y Burundi. Matanzas llevadas a cabo con el consentimiento de una comunidad internacional en la que Estados Unidos y el Reino Unido imponan sistemticamente su voluntad. Se trata, pues, de un colectivo tan heterogneo que, en realidad, ni tan slo puede ser considerado un colectivo. La nica caracterstica comn de estos grupos es la de ser molestos para el rgimen del FPR. ste se empea en englobarlos bajo las siglas del FDLR para, simplemente, poder criminalizarlos a todos con el peor de los calificativos, el de genocidas. Y ello a pesar de que un alto porcentaje de miembros de esos grupos familiares son jvenes que an no haba nacido durante el genocidio de 1994, o no llegaban ni a los diez aos.

    Nos encontramos de esta forma con terribles paradojas, como alguna que personalmente conozco bien. Segn esa perversa propaganda, Felicien Kanyamibwa, por ejemplo, que reside en Nueva Jersey (Estados Unidos), donde me acogi durante varias semanas, y que es el presidente del Congrs National pour la Dmocratie (CND),13 debe soportar estas acusaciones por causa de su oposicin a la actual dictadura ruandesa. Y ello a pesar de haber sufrido la prctica aniquilacin de su familia por parte del FPR:14 el 6 de abril de 1994 fueron masacrados decenas de sus miembros, cuarenta y tres considerando slo los adultos y el 2 de marzo de 1997 de nuevo otros cincuenta y siete. Sin embargo, Felicien Kanyamibwa sigue creyendo en la reconciliacin de las etnias en Ruanda y promoviendo su integracin. Mientras tanto, el FPR/EPR, el noble rbitro regional al que la ex secretaria de Estado estadounidense, Madeleine Albright, lleg a calificar, junto a su etnia, la tutsis, como la nia de nuestros ojos, sigue asolando y expoliando el Congo con total impunidad.

    Esta propaganda hace responsable a ese amplio y dispar colectivo de la situacin de caos y guerra que reina actualmente en el Congo mientras, al mismo tiempo, guarda silencio sobre lo realmente sustancial: en primer lugar, sobre las responsabilidades fundamentales y

    13 Una coalicin hutu-tutsi entre el Ralliement pour l'Unit et la Dmocratie (RUD-Urunana) y el

    Rassemblement du Peuple Rwandais (RPR). 14 A partir de ahora usar simplemente la sigla FPR para referirme a la organizacin o guerrilla rebelde

    que atac Ruanda en octubre de 1990. En su intervencin ante el Parlamento Europeo el 27 de noviembre de 1998, el historiador tutsi Antoine Nyetera afirmaba: El FPR fue siempre un partido de guerra. Es por ello que considero inexacto afirmar, tal y como se hace a veces, que tras su fundacin el FPR se dot de una rama militar, el EPR. El FPR que, bajo la mano frrea de Paul Kagame, conquist Ruanda era y es una organizacin totalmente militarizada, absolutamente controlada por l a travs del Alto Mando del EPR y, sobre todo, de la red paralela y secreta que representa el DMI (Directorate of Military Intelligence). El FPR era y es, insisto, una organizacin militarizada que, por aadidura, desprecia los criterios democrticos, que buscaba el poder absoluto en Ruanda y que saba que slo lo alcanzara por las armas. Esto es una realidad incuestionable ms all de que muchos de los simples miembros del FPR no fuesen conscientes de la agenda secreta de su cpula dirigente. A partir de la conquista del poder el 18 de julio de 1994 se hace necesario a veces, para formular los hechos con precisin, diferenciar esas dos caras de la misma moneda: el FPR y el EPR. Es decir, el rgimen que gobierna totalitariamente Ruanda hasta el da de hoy y el ejrcito regular ruands. Ejrcito que en junio de 2002 cambi de denominacin, convirtindose en las FRD, Fuerzas Ruandesas de Defensa. Sin embargo, dada la estrecha unidad en lo militar, usar simplemente la sigla FPR para referirme a la organizacin o guerrilla rebelde que atac Ruanda en octubre de 1990. Para aquella poca me parece artificiosa la designacin FPR/EPR que desdobla en dos una nica realidad, ya que sus representantes polticos de entonces no eran otra cosa que los emisarios de una guerrilla agresora. Tampoco usar la nueva denominacin de las fuerzas armadas, FRD, a fin de no confundir ms al lector.

  • directas de Ruanda y Uganda, permanentes agresores de un pas soberano; y en segundo lugar, sobre la subordinacin a Ruanda de un gran nmero de grupos armados de esas misteriosas FDLR, muchos de los cuales han sido incluso creados por Paul Kagame y el FPR. En todo caso, lo cierto es que la gran mayora de ellos transfiere siempre a Ruanda los minerales que obtiene con su pillaje en el Congo. A la vez, la existencia de estos grupos justifica, con la excusa de la seguridad, la permanente agresin e intervencin en el Congo por parte de Ruanda. Los misioneros Javerianos de Italia, tambin acusados como nosotros por el grupo de expertos de la ONU, explican magnficamente esta compleja y dolorosa realidad:

    Estos a los que, con mucha facilidad, llamamos FDLR, en realidad segn los que viven

    da a da sobre el terreno y encuentran a personas concretas en situaciones concretas no son slo un grupo armado, sino un pueblo de mujeres, hombres, viejos, nios, que viven en un pas que no es el suyo, generalmente en lo ms profundo de la selva, sin comida ni medicinas. Una ayuda humanitaria para comprar lonas plastificadas, frmacos y material didctico puede realmente considerarse una fuente de financiacin de un grupo rebelde? [] La ayuda a los pobres, el socorro de los desplazados y de los refugiados que viven en condiciones desesperadas, a menudo expuestos al fro, a la lluvia y sin tener dnde refugiarse, es un deber para los misioneros que trabajan sin hacer diferencias entre las personas.

    A menudo los misioneros trabajan en situaciones dramticas en las que se mezclan violencia, injusticia, violaciones de los derechos humanos, miseria, manipulacin de la informacin, intereses econmicos y polticos. En estas situaciones al lmite de la exasperacin se hace realidad la posibilidad de eventuales errores. Y aunque alguna vez ocurriera esto, el peligro est en quedarse largo tiempo ante el ratoncillo cado en la trampa y dejar pasar, mientras, la manada de dinosaurios cargados de millones.

    El deseo expresado repetidamente por las FDLR de regresar a su patria permanece todava sin posibilidades razonables. Que el Gobierno ruands no desea ese retorno lo demuestra la agresividad de la represin interna, parapetada detrs de una apariencia de democracia y de reconciliacin nacional. Y tambin la forma del ataque de las tropas ruandesas contra el FDLR: cada vez las estn empujando ms al interior del Congo, en direccin opuesta a las fronteras. La cuestin es que su presencia en el este de la RDC sirve al rgimen ruands para justificar su ocupacin del territorio congoleo y para disfrutar de los minerales extrados ilegalmente ya sea por las FDLR como por los militares mismos. De hecho, se constatan extraas colaboraciones entre grupos opuestos entre ellos y ya no se sabe quin es quin y a qu intereses obedecen.

    Es necesario vivir en esa regin para sentir desde dentro esa gran impotencia frente a situaciones que cualquier sencillo habitante de las aldeas congoleas puede comprender ms claramente que mil autoridades y expertos internacionales. Ruanda es un fuego que quema y nadie quiere que le echen ah dentro: el uso de la fuerza no conseguir nunca empujar al regreso de los grupos armados [].

    El documento de la ONU, o lo que hemos podido leer de l, da detalles de nombres de personas y grupos considerados implicados por dar apoyo a las FDLR y/o en el comercio ilegal de materias primas del este de la RDC. Las acusaciones se extienden a varios grupos y pases, pero se focalizan sobre todo en las FDLR. El efecto final es el de dar, una vez ms, la idea de que el nudo del problema del este de la RDC y de toda la Regin son los hutu ruandeses refugiados en Congo.

    [] hasta que no se acepte [] escuchar toda la verdad, considerar todo cuanto ha ocurrido en estos aos en Ruanda, desde 1990 hasta hoy, no habr paz en la regin. La paz no llegar con la MONUC,15 no llegar con los expertos, no llegar con las tropas de lite o con el escaparate de la mesa de la paz.

    Nosotros, misioneros, que estamos en la regin, pedimos a la comunidad internacional el coraje de la verdad. Y mientras, si tendemos una mano a un pueblo que est en la selva, si intentamos trabajar para que aparezca la verdad, es porque actuamos segn lo exige nuestra

    15 Misin de las Naciones Unidas en Congo.

  • conciencia. No somos perfectos, ni somos expertos en poltica, y nuestras intervenciones tal vez puedan, en algn momento, ser criticadas: pero entonces que la poltica de verdad ejerza su papel. Nosotros, misioneros, ya no nos sentimos capaces de hacer el papel de apagafuegos sin mirar tambin a las races de los males.16 Las FDLR son ahora la nueva coartada para mantener el expolio del Congo, la coartada

    que ha tomado el relevo a las que se utilizaron antes para la toma del poder en Ruanda en 1990 y en el Zaire en 1996, o para volver a invadir el Zaire-Congo17 en 1998. A pesar de que la minscula Ruanda se ha convertido en un gran exportador mundial de oro, diamantes, bauxita, casiterita... o del preciado y meditico coltn, indispensable en la electrnica de ltima generacin, sin casi disponer de ellos sobre su propio territorio, esa criminal propaganda tiene el descaro de silenciar las graves responsabilidades de la dictadura del FPR e incluso de presentarla como la garante del orden regional. Unas semanas despus de los hechos con los que he iniciado este relato, en diciembre de 2009, el poltico belga Alain De Brouwer, muy buen conocedor de la realidad ruandesa, incluso desde antes del genocidio de la primavera de 1994, publicaba un excelente documento titulado Lucha contra la impunidad en frica central: la brecha inesperada de la justicia espaola. Para explicar los motivos de este ataque que estamos sufriendo expona la trascendencia de las acciones de nuestro Frum y respecto a las FDLR deca lo siguiente:

    Estos ltimos son presentados por el rgimen de Kigali18 y por muchos rganos de

    prensa en Europa como una milicia de rebeldes ruandeses surgidos de los genocidas de 1994. [] la plataforma civil de las FDLR contiene dos elementos facilitadores para toda

    mediacin: - la obligacin para cada miembro de las ex FAR19 de responder individualmente de sus actos durante la guerra y el genocidio, pero ante una jurisdiccin independiente del rgimen del FPR; - la apertura de un autntico dilogo poltico inter-ruands, a fin de establecer el cuadro futuro de una democracia compartida en Ruanda y facilitar as el retorno de la mayora de exiliados (2010 ser un ao electoral).

    Es necesario, por tanto, que los grandes medios de comunicacin no olviden la realidad que se esconde tras las FDLR: : la de los supervivientes de las masacres masivas perpetradas por el FPR tras sus dos invasiones del Congo. La primera en 1996, con la destruccin de los campos de refugiados de los dos Kivu, puestos en principio bajo la proteccin del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. La segunda a partir de 1998, con la serie de agresiones del Ejrcito ruands que han provocado una autntica hecatombe en el seno de la poblacin congolea, en la que las vctimas se cuentan por millones.

    Los supervivientes ruandeses de estas dos invasiones han logrado sobrevivir en condiciones inhumanas, escondidos en la selva virgen, desconectados del mundo exterior. Gracias a la ayuda de los aldeanos y de ciertos cuadros sociales y religiosos surgidos de la sociedad civil congolea han podido, despus de largos aos, abandonar las regiones peligrosas y a veces alcanzar Europa [].

    Por qu poner el acento sobre las FDLR, juzgadas como obstculo principal para la

    16 Comunicado de la revista Red Paz para el Congo. 17 Usar el trmino Congo, sin ms, para designar al gran Congo, la actual Repblica Democrtica del

    Congo, llamada tambin a veces Congo-Kinshasa, en referencia su capital. No debe ser confundida con la Repblica del Congo, llamada tambin Congo-Brazzaville, por su capital, o a veces tambin simplemente Congo. La Repblica Democrtica del Congo fue rebautizada una vez ms en 1997 por el nuevo gobierno de Laurent Kabila, ahora con este nombre, el actual. Era el antiguo Congo belga que alcanz la independencia en 1960. En 1971 Joseph Mobutu impuso la denominacin de Zaire. De ah que a veces usar uno u otro nombre en funcin del perodo al que me est refiriendo, o ambos a la vez, Zaire/Congo, cuando los hechos a los que me refiera abarquen ambos perodos.

    18 Capital de Ruanda. 19 Fuerzas Armadas Ruandesas, el Ejrcito regular de la Ruanda que fue atacada por el FPR.

  • pacificacin de las dos provincias del Kivu? Y ello cuando el informe del grupo de expertos de la ONU debera apuntar a muchos otros actores, por otra parte ms peligrosos y ligados a los circuitos ilegales de exportacin de materias primas preciosas para los mbitos de negocios del FPR. No es extrao, en este sentido, ver a Paul Kagame, presidente de un pas que no produce coltn, aparecer en la City de Londres para discutir el precio de estos minerales estratgicos?20

    *

    Pero volvamos a nuestro relato. Todo comenz cuando, a finales de octubre de 2009, la

    Presidencia del Gobierno de las Islas Baleares y las instituciones financiadoras de las actividades de nuestra pequea Fundacin (principalmente el Fons Mallorqu de Solidaritat y, en menor medida, la Conselleria dAfers Socials del Gobierno de las Islas), recibieron una carta firmada por el coordinador del citado grupo de expertos, Dinesh Mahtani. En ella se les requera toda la documentacin sobre las subvenciones que nos haban concedido ya que, segn se afirmaba, y esto era lo sorprendente,

    [] el grupo ha recibido informacin fidedigna de varias fuentes independientes que

    sugieren que [la Fundaci SOlivar] podra haber prestado asistencia al grupo armado anteriormente citado. Nosotros sabamos bien que tales informaciones eran totalmente falsas, por lo que

    nuestra conclusin fue evidente: el hecho de recurrir ya inicialmente a falsos testigos indicaba que, como hace siempre el FPR (frecuentemente con la complicidad de la ONU) el dictamen ya estaba previamente decidido.

    Fue por ello por lo que decidimos tomar la iniciativa y anticiparnos a hacer pblicas las graves acusaciones que sabamos que llegaran pronto, a pesar de que en aquel momento an slo exista, en teora, una investigacin abierta. Desde haca aos yo haba podido conocer de primera mano la existencia y los mtodos de actuacin del llamado sindicato de delatores, profesionales de la falsa delacin, organizado por el FPR. De hecho, cuando sucedi todo esto ya tena elaborados los elementos esenciales para tratar, en el segundo volumen de esta obra, ese fenmeno tan sorprendente: la existencia de ese nutrido y estructurado colectivo de falsos testigos. Fenmeno que es sorprendente, sobre todo, por la actuacin sistemtica de estos delatores en el mbito de la ONU con absoluta tolerancia por parte de altos responsables de esta organizacin.

    Por aadidura, justamente ese mismo fin de semana se haba celebrado durante tres das en Holanda un histrico encuentro de ciento veinte expertos sobre Ruanda y abogados defensores en el TPIR (Tribunal Penal Internacional para Ruanda con sede en Arusha, Tanzania), patrocinado por veinte escuelas de derecho, colegios de abogados y grupos de derechos humanos de Europa, frica y Norteamrica. El programa inclua cuarenta intervenciones, dos de las cuales fueron realizadas por el representante legal de nuestro Frum Internacional para la Verdad y la Justicia en el frica de los Grandes Lagos,21 el abogado 20 Dossieres Encuentros para la Paz. 21 Plataforma internacional promovida por nuestra Fundacin, Fundaci SOlivar. Su principal objetivo

    es el desarrollo de las citadas acciones de justicia. Gracias a la magnfica tarea realizada por el abogado Jordi Palou Loverdos, han ido integrndose en ella, personndose en la querella, los familiares de las vctimas espaolas, personalidades, organizaciones, instituciones, etc.:

    Cynthia Ann McKinney, congresista afroamericana (EEUU) Adolfo-Mara Prez Esquivel , premio Nobel de la Paz 1980 (Argentina) Juan Carrero Saralegui, presidente de la Fundaci SOlivar (Mallorca) Josep, Mart, Nria, Pilar y Mara Antonia Vallmaj Sala (hermanos del misionero de la congregacin de los Padres Blancos Joaquim Vallmaj) Josep M. Sirera Fortuny (hermano de la enfermera de Mdicos del Mundo Flors Sirera)

  • cataln Jordi Palou Loverdos. Estaban desarrolladas a partir de las declaraciones de Carla Del Ponte, la antigua fiscal del TPIR apartada de su cargo por Estados Unidos y el Reino Unido cuando, en julio de 2003, anunci que tena muchas pruebas que incriminaban al FPR/EPR de graves crmenes y que abrira alguna causa contra algunos de sus miembros: declaraciones en las que denunciaba las graves manipulaciones de estas dos potencias para encubrir los crmenes masivos del FPR/EPR y asegurar de esta forma su impunidad. Ni uno slo de sus miembros ha sido investigado nunca mientras que, por el contrario, ms de ochenta hutus miembros del anterior Gobierno o de las FAR (Fuerzas Armadas Ruandesas) han sido ya o estn siendo juzgados por ese tribunal. Una de las ms enrgicas denuncias realizadas por este colectivo reunido en Holanda, y este es el motivo por el que me refiero ahora a ese encuentro, fue precisamente la de la utilizacin sistemtica de un sindicato de delatores por parte del FPR con la permisividad del TPIR.

    La campaa contra nuestra Fundacin y contra m mismo, as como contra otra pequea asociacin catalana, Inshuti (Amigos de Ruanda, Burundi y RD del Congo),22 y contra su presidente, Joan Casliva Barcons, se parece a muchas otras que, desde hace ya dos dcadas, vienen llevando a cabo algunos expertos, ONG y grandes medios de comunicacin que hacen el juego a las poderosas mafias poltico-econmicas que pretenden el control exclusivo de esa regin africana. Estas campaas han sido lanzadas con el objetivo el criminalizar a la gran mayora hutu ruandesa que, aunque terriblemente oprimida, podra hacer peligrar en algn momento el dominio absoluto de la situacin por parte del FPR. Asimismo, actualmente, estas campaas tienen otros objetivos: el de someter y controlar a un sector de la sociedad congolea que se resiste a esas grandes mafias expoliadoras de los ingentes y valiosos recursos naturales de su pas, as como el de seguir confundiendo a nuestras desinformadas sociedades occidentales.

    Fernando Valtuea Gallego (hermano de Luis Valtuea, periodista grfico de la agencia COVER, colaborador de Antena3 TV y El Pas, miembro del equipo de Mdicos del Mundo) Fernando Madrazo Osuna (hermano del doctor de Mdicos del Mundo Manuel Madrazo) gueda Uzcudun Pouso (hermana del misionero diocesano Isidro Uzcudun) Edesio Rodrguez de la Fuente, M de los ngeles Jorge de la Fuente (padres del misionero Marista Julio Rodrguez Jorge) Jess Mayor Garca (hermano del misionero Marista Servando Mayor) Cipriano y Gerardo Isla Lucio (hermanos del misionero Marista Miguel ngel Isla Lucio) Marie-Batrice Umutesi, sociloga, escritora y vctima refugiada ruandesa (en el exilio) Seis vctimas ruandesas (testigos protegidos) Asociacin de vctimas Assistance aux Victimes des Conflits en Afrique Centrale (Blgica) Asociacin de vctimas Pro Iustitia (Holanda) Asociacin Centre de Lutte contre lImpunit (Blgica) Asociacin Organisation For Peace, Justice and Development in Rwanda (EEUU) Ayuntamientos de Figueres, Manresa, Navata, Sevilla y Tremp Federacin de Comits de Solidaridad con el frica Negra de Espaa (12 comits) Centro de Recursos de la Coordinadora dONG Solidries (47 asociaciones) Asociacin Drets Humans de Mallorca Ciprano Isla Lucio y Gerardo Isla Lucio (hermanos del misionero Marista Miguel Angel Isla Lucio) Segismundo de la Fuente Gadea (padre del misionero Marista Fernando de la Fuente) Roco y Beln Madrazo Candel (hijas del doctor de Mdicos del Mundo Manuel Madrazo) Bernardette Mukamana, Eric Ntwali, Belise Songa y Bernard Ngezi (hija y nietos del presidente Grgoire Kayibanda a la vez que viuda e hijos de Emmanuel Gapyisi) Cyriaque Nikuze Sendashonga (viuda del ministro de Interior ruands M. Seth Sendashonga) Sindicat de Treballadores i Treballadors - Intersindical de les Illes Balears (STEI-i) Asociacin Grup Balear dOrnitologia i Defensa de la Naturalesa (GOB). 22 Asociacin de Manresa con la que nuestra Fundacin ha compartido multitud de luchas desde 1995.

    Su pgina web fue durante muchos aos, cuando an nadie se atreva a publicar ciertas cosas para no ser acusado de revisionista o incluso negacionista, una referencia para todas aquellas personas interesadas en este conflicto, incluidos los ruandeses.

  • Entre las ONG que estn al servicio del FPR y de los poderosos intereses que operan en esa regin hay que destacar la organizacin African Rights, con sede en Londres. Su presidenta es una conocida somal que trabaja para la dictadura ruandesa, Rakiya Omaar. En el segundo volumen de esta obra conoceremos el amplio currculo de esa activista del FPR que, ya antes de que ste conquistara el poder, era vista frecuentemente en Mulindi, el cuartel general de esta formacin. Durante aos se ha dedicado a calumniar y perseguir a lderes hutus inocentes, as como a difamar incluso a organizaciones tan moderadas como Amnista Internacional. Y lo ha hecho siguiendo una estrategia sistemtica y bien establecida: presentar a los militantes o a los propagandistas encubiertos del FPR como activistas de ideologa izquierdista que luchan por los derechos humanos.

    En este conflicto, quienes no han sido capaces de ver la realidad ms all de dualismos y esquemas prefijados (izquierdas-derechas, clero-laicismo, etc.) han sido engullidos por la propaganda pro FPR. En Francia, donde era especialmente importante confundir a la opinin pblica, dado que esta metrpoli era el mayor apoyo internacional del rgimen ruands que haba que derrocar, el del presidente Juvnal Habyarimana, proliferan este tipo de grupos intoxicadores supuestamente izquierdistas que, segn todos los indicios, trabajan en red para el FPR, o que han sido infiltrados por l y sus promotores: Survie France,23 Gnocide Made In France,24 Golias,25 SOS Racisme26 etc. Esta misma estrategia se puede ver asimismo reproducida en otro pas francfono clave, Blgica. O en el tambin francfono Quebec.

    Los documentos que certifican que el FPR ha pagado a Rakiya Omaar centenares de miles de dlares por la elaboracin de informes totalmente tendenciosos son de pblico conocimiento. El ltimo de ellos, de 320 pginas, publicado en diciembre de 2008, trata precisamente sobre los grupos armados FDRL y RUD, as como de sus ramificaciones en el extranjero.27 Todo indica que este informe ha sido la base sobre la que el grupo de expertos de

    23 Segn algunos buenos conocedores de esta realidad, como el antiguo embajador de Ruanda en Pars y

    despus ministro de Asuntos Exteriores de Ruanda Jean-Marie Vianney Ndagijimana, o el antiguo comisario del FPR para la Informacin y la Documentacin, Jean Barahinyuta, el presidente de Survie France hasta 1995, Jean Carbonare, era el hombre clave del FPR en Francia. Como veremos ms adelante, hay datos que difcilmente pueden ocultarse como, por ejemplo, que Carbonare dejase su cargo y, siendo presidente honorfico de Survie France, partiese para Ruanda, en donde empez a trabajar ya de un modo directo y evidente como consejero personal del que entonces era presidente de ese pas, Pasteur Bizimungu, y sobre todo del verdadero hombre fuerte del FPR, Paul Kagame. Por tanto, a pesar de las buenas relaciones de Survie France con movimientos altermundistas como ATTAC, ecologistas, anticolonialistas, etc. me posiciono, modestamente pero con decisin, entre la larga lista de expertos honestos que han denunciado la complicidad de esta turbia organizacin con el FPR: Filip Reyntjens, Stephen Smith, Pierre Pan, Charles Onana, Claudine Vidal o Andr Guichaoua.

    24 Este colectivo est constituido por un grupo de radicales disidentes de la asociacin Survie. Han optado por lo que ellos consideran actos de desobediencia civil. En realidad, se trata de actos muy agresivos e intimidatorios. En uno de ellos, por ejemplo, cubrieron de pintura roja al ex ministro Hubert Vdrine, sobre el cual han emitido ya, al igual que sobre otros muchos altos responsables polticos franceses, su propio e inapelable veredicto de responsabilidad en el genocidio.

    25 Esta extraa revista, supuestamente catlica y de ideologa izquierdista, se ha aliado con los descendientes de la oligarqua feudal tutsi y se ha erigido en inquisidora del clero hutu ruands. Sorprendentemente, jams ha molestado a ningn clrigo tutsi de los muchos que han sido y continan siendo estrechos colaboradores de la dictadura del FPR.

    26 Como ms tarde veremos, ha llegado incluso a promover unas graves denuncias judiciales contra el escritor e investigador Pierre Pan, quien ha sido absuelto en relacin a tales calumniosas acusaciones.

    27 Posteriormente a la edicin en papel de este libro recib la agenda de una reunin de trabajo sobre medidas polticas y judiciales contra las FDLR, convocada por Roeland van de Geer, representante especial de la Unin Europea para la Regin de los Grandes Lagos. Tuvo lugar el 9 de diciembre de 2010. Rakiya Omaar era la experta que present la cuestin de La dispora de las FDLR, incluyendo Europa y Norte Amrica. Queda en evidencia una vez ms la infiltracin de estos criminales del FPR en las ms altas instituciones polticas mundiales y las graves complicidades que existen desde el

  • la ONU ha fundamentado su penoso informe. Por todo ello, tras estos acontecimientos llegamos a la conclusin de que este ataque a nuestras ONG, organizaciones insignificantes pero que han despertado numerosas simpatas e importantes apoyos internacionales, era para nosotros una ocasin privilegiada para denunciar las retorcidas y sistemticas campaas de criminalizacin y linchamiento que de modo semejante sufren desde hace dcadas las verdaderas y olvidadas vctimas de esta tragedia.

    El hecho es que unos das despus de todas estas intrigas, el diario The New Times, la voz oficiosa del FPR, como si actuase coordinado con el grupo de expertos, filtraba lo ms sustancial de su informe. Joan Casliva y yo mismo estbamos en el centro de las acusaciones. Tras estudiarlas, ambos nos pusimos de acuerdo en el anlisis del contenido de la filtracin: el objetivo central de este ataque era nuestra Fundacin y yo mismo, su presidente. Seguramente Joan Casliva, que cada verano viaja a Tanzania, Kenia o el Congo, al igual que la comunidad de Frres de la Charit y el hermano Stan Goetschalckx, que tienen una casa de acogida en Kigoma (Tanzania), tambin acusados en el informe, son el nexo necesario para intentar demostrar la burda tesis de la financiacin de las FDLR por nuestra Fundacin. Unos das despus, el Congrs National pour la Dmocratie (CND), en una carta sobre el informe del grupo de expertos dirigida al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y firmada por Felicien Kanyamibwa, haca el mismo anlisis:

    Pensamos que los criminales en el seno del Gobierno de Ruanda, a travs del grupo de

    expertos de las Naciones Unidas, buscan intimidar al secretario general del RUD-Urunana y al mismo tiempo alcanzar y/o intentar hacer callar al principal objetivo del informe de los expertos de la ONU: la Fundaci SOlivar y el Sr. Juan Carrero.

    *

    Por qu toda esta parafernalia en torno a una pequea organizacin como la nuestra?

    La respuesta ya la di yo mismo en los dos artculos en los que trat este acoso por parte del grupo de expertos de la ONU, publicados tan pronto como supe que exista una investigacin abierta contra nosotros. El primero28 llevaba por ttulo La ONU en el Congo: gendarme de los grandes intereses mineros y, como subttulo, Complicidad y encubrimiento en los mayores crmenes habidos desde su creacin. Explicaba de esta manera la agresin contra nuestra pequea Fundacin por parte de la gigantesca ONU:

    El 6 de febrero de 2008 el juez Fernando Andreu Merelles emiti un auto en el que se

    dictaba orden de arresto contra cuarenta mximos cargos del FPR que gobierna Ruanda de manera totalitaria desde julio de 1994. Durante varios aos, en el marco de la querella interpuesta por el Frum internacional para la verdad y la justicia en el frica de los Grandes Lagos, el juez titular de la sala 4 de la Audiencia Nacional haba centrado su investigacin en las responsabilidades referentes a la muerte de millones de ruandeses y congoleos, as como a las del asesinato de nueve misioneros y cooperantes espaoles, testigos incmodos de algunas de las masacres del FPR. Pero a comienzos del presente ao 2009 dio un paso ms: se interes por el pillaje ilegal de los recursos naturales del Congo. El magistrado pidi al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, las pruebas que sirvieron de base a los tres informes de la misma ONU que atribuyen ese pillaje principalmente al presidente de Ruanda, Paul Kagame, a su entorno de multinacionales mineras y a tres altos procesados ms.

    Han pasado los meses sin que el juez haya recibido respuesta. Ahora la acaba de recibir directamente nuestra Fundacin, iniciadora de la querella: el secretario general ha constituido un

    mismo interior de stas.

    28 Publicado el 5 de noviembre en el diario regional ltima Hora y tambin en el digital de mbito nacional El Plural.

  • grupo de expertos para investigar la financiacin de las Fuerzas Democrticas de Liberacin de Ruanda, la guerrilla que sobrevive en el este del Congo y que segn el FPR y sus poderosos padrinos est compuesta, cmo no!, por genocidas. Las instituciones financiadoras de nuestra pequea Fundacin acaban de recibir una carta firmada por el coordinador de dicho grupo de expertos establecido en virtud de la resolucin 1857 (2009), Dinesh Mahtani. En ella se les insta a presentar toda la documentacin sobre las subvenciones que nos han concedido, ya que el Grupo ha recibido informacin fidedigna de varias fuentes independientes que sugieren que [la Fundacin] podra haber prestado asistencia al grupo armado anteriormente citado.

    Hace unos meses, el omnipotente jefe de Estado Mayor de Ruanda y nmero uno de los cuarenta buscados por la Audiencia Nacional, James Kabarebe, fue detenido en Sudfrica. Su detencin fue comunicada al juez espaol, quien puso en marcha inmediatamente los trmites para la extradicin. Pero veinticuatro horas despus de su detencin, semejante asesino, con cientos de miles de muertos a sus espaldas, fue liberado por no se sabe qu cmplices de la alta poltica internacional. Desde estos hechos estbamos esperando su contraataque: suponamos que los responsables del FPR empezaran a tomar conciencia de que esto va en serio y reaccionaran de alguna manera. Tambin el secretario de Estado ngel Lossada, en un viaje a Ruanda de hace slo unos das, ha recibido la enrgica queja de las autoridades ruandesas, ya que, segn dicen, estas rdenes de arresto son un gran problema para el Gobierno de Ruanda que est impidiendo que estos cuarenta servidores del pueblo desarrollen sus funciones con normalidad. Todo lo tratado en ese viaje ha girado en torno a la querella.

    Sabamos que los dirigentes del FPR estn seriamente preocupados por este proceso espaol. Pero que la ONU se preste a hacer de gendarme en este juego mafioso nos parece lamentable. Aunque esto no nos extraa. Es lo que, desde su creacin, la ONU ha hecho en frica Central bajo las directrices de los Estados Unidos. Las gravsimas responsabilidades de la ONU, como instrumento al servicio de esa gran potencia y de algunos de sus aliados anglosajones o belgas en el asesinato del primer ministro congoleo Patrice Lumumba y en el golpe de estado que dio el poder a Mobutu estn ya ms que probadas. Pero nada se ha hecho desde entonces. Por todo cuanto la ONU representa, su impunidad es la ms escandalosa de nuestro mundo. La historia se repite ahora. La impunidad de la que ha gozado tras aquellos crmenes hace ahora posible esta reincidencia.

    La ONU, y en especial Kofi Annan, galardonados en 2001 con el premio Nobel de la Paz, estn encubriendo desde hace aos informes como el Grsony que prueba la existencia de un verdadero genocidio contra la etnia hutu. U otros como el Informe Hourigan, que prueba que la autora del grave atentado terrorista que el 6 de abril de 1994 acab con la vida de los presidentes hutus de Ruanda y Burundi y la de los otros diez pasajeros del Falcon 50 presidencial y desencaden el genocidio de los tutsis, corresponde a Paul Kagame, el hombre fuerte de las potencias anglosajonas en esa regin. La ONU, dcadas despus del asesinato de Lumumba es de nuevo el instrumento de los Estados Unidos y de las grandes multinacionales en el pillaje del Congo, pillaje que ya ha ocasionado millones de muertos, pillaje en el que la ONU vuelve a archivar informes como el Garretn, pillaje del que se niega ahora a entregar las pruebas a la Audiencia Nacional espaola.

    Que la ONU pretenda acusar de la financiacin de la guerrilla de las FDLR a una pequea ONG mallorquina sin recursos, es ridculo. Que esa gran organizacin, sobre la que pesan tan graves responsabilidades, se dedique a perseguir a simples ciudadanos que no estn dispuestos a permanecer pasivos y silenciosos ante estos grandes crmenes, deja en evidencia el grado de su propio deterioro. Que se convierta en el gendarme que realiza trabajos sucios para estos criminales del FPR y para sus poderosos padrinos internacionales, es penoso. Aunque es cierto que la ONU ha elegido la mejor va para intentar desacreditarnos y para cortarnos de raz cualquier subvencin, asustando a las entidades pblicas que vienen financiando el Dilogo Intra Ruands y la accin de justicia que ha hecho posible estas rdenes de arresto que molestan cada vez ms a estos grandes criminales. Intenta tambin amedrentarnos, cosa que no le ser tan fcil como lo es el desacreditarnos.

    En la rueda de prensa que la ministra de Asuntos Exteriores de Ruanda, Rosemary Museminali, dio conjuntamente con el Sr. Lossada, anunci que durante la visita que har a Espaa el ministro Justicia, Tharcisse Karugarama, invitado por el Sr. Lossada, aqul se

  • encargar de demostrar claramente cmo las acusaciones de Mirelles tienen motivaciones polticas. Se vendr ya con el informe elaborado por el grupo de expertos de la ONU en el que se nos acusa a los querellantes de tener no ya motivaciones polticas sino de incluso estar financiando a la guerrilla? Pero creo que Ban Ki-moon y sus poderosos padrinos se han equivocado de jugada. No han tenido en cuenta una vez ms las ms poderosas fuerzas que mueven la historia: la verdad, la misericordia, la dignidad El fantasma del primer ministro Patrice Lumumba y el de los presidentes asesinados ms recientemente, Ndadaye, Habyarimana, Ntaryamira y Kabila, as como el de todos aquellos millones de vctimas que ellos han traicionado, perseguir a estos poderosos hasta su ltimo suspiro en su lecho de muerte. Una semana ms tarde, en un segundo artculo,29 al que ya me he referido al inicio,

    enmarcaba este acoso hacia nuestra organizacin en una ofensiva mucho ms amplia y violenta que incluye incluso chantajes, secuestros y ataques fsicos a personas. Su ttulo era Una gran red mafiosa internacional hacia el control del frica Central. Y su subttulo, Su gran aliado: la ignorancia de nuestro mundo respecto a lo que sucede en el frica subsahariana. Mis denuncias eran stas:

    Existe alguna mafia capaz de organizar en un pequeo pas del tamao de Catalua un

    poderoso ejrcito regional superior al de muchos de los ms importantes pases del mundo? O de servirse de la ONU para sus juegos diplomticos y de convertir a casi veinte mil cascos azules en sus propios gendarmes? O de lograr que, en la prctica, los grandes medios de masas slo traten tangencialmente conflictos con ms de ocho millones de vctimas? O de conseguir que Interpol no ejecute decenas de rdenes de arresto por los ms graves y masivos crmenes del ltimo medio siglo y que un poderoso pas, como es Espaa, no se atreva a perseguir a los asesinos de nueve de sus ciudadanos?

    Hoy slo existe una capaz de ello: la que desde hace ya dos dcadas se ha propuesto como objetivo el control de los inmensos recursos del frica Central y para ello utiliza, sobre todo, a la pequea pero militarmente fuerte Ruanda. Esta red tiene un poderoso aliado sin el que nada conseguira: la gran ignorancia de nuestro mundo respecto a lo que sucede en el frica subsahariana. La investigacin que la ONU ha iniciado sobre nuestra Fundacin, a partir de las declaraciones de testigos que forman parte del conocido sindicato de delatores profesionales al servicio del Frente Patritico Ruands (FPR), puede ser considerada un delito de calumnias y coaccin contra el principal demandante en una querella que implica a la misma ONU. El hecho de recurrir inicialmente a falsos testigos parece indicar que, como suele hacer el FPR, ya tienen el dictamen.

    Pero estos das estn sucediendo cosas mucho ms graves: 1 Parece haberse desencadenado una nueva ofensiva de Ruanda en el Este del Congo. Esta vez no se trata de una visible invasin militar sino de una encubierta, pero no menos efectiva, infiltracin masiva, con asesinatos selectivos de lderes autctonos y otras muchas actuaciones. 2 Hace slo un par de das, en una entrevista en Pars Match, el ministro belga de exteriores, Yves Leterme, manifestaba pblicamente el impacto que le produjo la descarada propuesta de un dirigente africano: le pidi que le ayudarse a detener e incluso asesinar a los disidentes de su pas que viven en Blgica. 3 La esposa del secretario general de la coalicin FDU-Inkingi cuya lder, Victoire Umuhoza, ser candidata a la presidencia de Ruanda en agosto de 2010, acaba de sufrir all un brutal atentado. Adems de sufrir graves traumatismos, fue envenenada. Est grave y amnsica: no reconoce a su familia. 4 Este nuevo atentado hay que aadirlo a otros igualmente graves: el sufrido por un testigo de nuestra querella, Cristophe Hakizabera; el envenenamiento de otro compaero africano cuyo nombre mantenemos en el anonimato; etc. ste ltimo, que ya ha superado su estado de gravedad gracias a que pudo ser tratado con un antdoto, tambin est siendo ahora investigado por un representante congoleo del grupo de cinco expertos de la ONU. En una reciente entrevista con l, lo amenaz, entre otras muchas cosas, con el hecho de tener las pruebas de que los 50.000 que le haba enviado Juan Carrero haban sido desviados

    29 Publicado tambin por el diario ltima Hora el 13 de noviembre.

  • por nuestro compaero hacia la compra de armas para las FDLR. Tras escucharlo pacientemente, nuestro compaero le respondi tranquilamente: Pero ustedes tiene un pequeo problema: ese proyecto de 50.000 para una casa de acogida de nias violadas y prostituidas, no lleg a ser aprobado por el Govern Balear, por lo que no soy capaz de entender como han podido ser desviados 50.000 que jams fueron concedidos. Sera largo de explicar el grado de desvergenza o de desconocimiento y chapuza con que actu este representante.

    A estos dos frentes hay que aadir el diplomtico. Es en ste en el que hay que enmarcar el reciente viaje del secretario de Estado de Exteriores, ngel Lossada, a Ruanda y la prxima venida del ministro de Justicia ruands a Espaa, donde se encargar de demostrar claramente cmo las acusaciones del juez Mirelles tienen motivaciones polticas. Sabemos que nuestro Gobierno est sufriendo en este conflicto presiones y chantajes tan graves como las que sufre en el caso del Alakrana, aunque mucho menos mediticas, como siempre ocurre en este gran conflicto. Sabemos que gracias a las cesiones protagonizadas por el seor Lossada se ha desbloqueado la grave y excesiva condena al cnsul honorario en Kigali, Luis Dueas, cuyo estado de salud en la prisin era preocupante. Nos alegramos por l y por su familia. Jams actuaremos con la bajeza de aquellos que estn aprovecha el secuestro del Alakrana para atacar al Gobierno socialista. Pero estamos moralmente obligados a recordarle las esperanzas que millones de ruandeses y congoleos avasallados tienen depositadas en esta querella.

    Toda esta ofensiva criminal del Gobierno del FPR responde a varios retos que se le plantean actualmente. Los ms altos responsables del FPR, adems de proporcionar un gran ejrcito regional son los subtratantes en el pillaje de los grandes recursos naturales del Congo. Y la ONU vuelve a ser un instrumento, como lo fue hace ya dcadas, en el momento del asesinato de Patrice Lumumba. La Fundaci SOlivar es acosada por jugar un activo papel en los ms importantes de estos retos: 1 La orden internacional de arresto contra cuarenta presuntos grandes criminales que forman parte de la cpula de su Gobierno: orden que es consecuencia de la querella interpuesta por el Frum que la Fundacin promovi. 2 El Dilogo Intra Ruands, promovido por la Red de organizaciones que tambin encabeza la Fundacin: Dilogo en el que se van integrando cada vez ms tutsis que repudian el Gobierno extremista tutsi de Kigali. 3 La candidatura de Victoire Umuhoza a la presidencia de Ruanda en agosto de 2010: la Fundacin es una de las contadas organizaciones que se atreve a dar apoyo, ms moral que de otro tipo, a una alternativa democrtica al gobierno totalitario y criminal del FPR.

    *

    Posteriormente a la publicacin de este segundo artculo, ciertas informaciones confidenciales provenientes de dos vas diferentes, ambas del mximo nivel poltico, nos confirmaron que es ese Dilogo Intra Ruands el que en este momento causa la mayor preocupacin e irritacin del FPR. Su temor es que contine amplindose como hasta ahora lo viene haciendo, que vaya recabando cada vez mayores apoyos internacionales y que el mismo FPR empiecen a recibir presiones cada vez ms fuertes por parte de la comunidad internacional en favor de la apertura de un verdadero espacio democrtico. Las rdenes de arresto emitidas por la Audiencia Nacional espaola, pueden impedir a los cuarenta imputados el salir y el entrar libremente en Ruanda. Pero el Dilogo Intra Ruands, podra desestabilizar en el mismo interior de Ruanda su dictadura totalitaria, si llegase a cohesionar y fortalecer a la sociedad ruandesa. El hecho de que se trate de una accin impecablemente encuadrada en el marco de la no violencia, moderada y auspiciada por personas que, como Jordi Palou y yo mismo, ofrecen un currculo de pertenencia a ese movimiento pacifista, parece descolocarles y dificultarles la aplicacin de su receta mgica con la que todo lo solucionan: las acusaciones de responsabilidad en el genocidio, de complicidades con los genocidas o incluso, simplemente, de sostener la ideologa genocida. Menos an pueden utilizar contra nosotros las otras grandes herramientas que estas gentes estn acostumbradas a utilizar fcil, eficaz y sistemticamente

  • contra sus conciudadanos ruandeses y sus vecinos congoleos: el kalashnikov30 y el terror. Las gentes del FPR, con estas estrategias que giran siempre en torno al genocidio y que

    lo utilizan como coartada desde la gran farsa que los presenta a ellos mismos como liberadores, han llegado a neutralizar incluso el fundamentado y slido informe del juez antiterrorista francs Jean-Louis Bruguire y sus nueve rdenes de arresto. Su investigacin dej en evidencia que el actual presidente Paul Kagame es el responsable ltimo del atentado en el que el 6 de abril de 1994 fueron asesinados los presidentes de Ruanda y Burundi. Pero en este momento es el FPR el que acusa a Francia de graves responsabilidades en el genocidio! Por ms insostenible que sea esta acusacin, lo que cuenta es la intensidad y amplitud de la propaganda internacional, no la relacin de sta con la realidad. Y, por supuesto, lo que tambin cuenta es la dejacin de responsabilidad a nivel poltico, dejacin que ms bien llega incluso a la complicidad. Cuenta hasta el punto de ser decisiva para que perdure esta especie de limbo judicial-policial internacional en el que no llegan a ejecutarse las rdenes de arresto mientra el FPR sigue actuando con la mayor impunidad y prepotencia.

    Es a partir de esta gran preocupacin por la creciente importancia del Dilogo Intra Ruands desde donde habra surgido la decisin del FPR de concedernos un lugar tan central en el citado informe del grupo de expertos, a pesar de que en el informe base, el de Rakiya Omaar del ao 2008, an no figurbamos. De ah las referencias, acusaciones y deformaciones que el informe introduce respecto al Dilogo Inter Runands. Es por ello por lo que el 15 de diciembre de 2009, el senador por las islas Baleares y antiguo vicepresidente del Gobierno de las Islas Baleares, Pere Sampol,31 quien con una gran entrega y generosidad nos ha acompaado durante estos aos en esta lucha y que tambin es citado en el informe del grupo de expertos, diriga a Ban Ki-moon una carta en la que manifestaba su sorpresa tras ver en los medios de comunicacin su nombre involucrado en una presunta trama de apoyo a grupos armados que operan en el frica de los Grandes Lagos.

    Pere Sampol manifestaba su profundo disgusto por sentirse acusado de dos increbles crmenes: haber asistido a final de abril de 2009 en Palma de Mallorca a un encuentro intraruands, encuentro apoyado unnimemente por el Congreso de los Diputados, y haberse encontrado en Kinshasa con el primer ministro y varios ministros congoleos en una visita oficial. Calificaba estas acusaciones hacia l mismo y hacia nuestras organizaciones como chismorreos ms propios de taberna que de un informe que ha hecho suyo el Consejo de Seguridad, as como de

    un conjunto de vaguedades, o directamente calumnias que slo provocan el descrdito de unas Naciones Unidas que, en lugar de trabajar por la paz, son cmplices de miembros del aparato poltico militar de lArmee Patriotique Rwandaise/Front Patriotique Rwandais, algunos de los cuales son o han sido miembros de la Administracin ruandesa, acusados por un magistrado de la Audiencias Nacional espaola y otro del Tribunal de Gran Instancia francs de genocidio, magnicidio, asesinato de nueve ciudadanos espaoles y pillaje de recursos naturales.

    Finalmente, Pere Sampol conclua as:

    Al respecto, seor secretario general, antes de acusar a ciudadanos inocentes que

    trabajan para el esclarecimiento de la verdad, no considera que debera colaborar con la justicia universal y atender la rogatoria del magistrado Fernando Andreu, que le remiti el pasado mes de febrero, requirindole las pruebas que figuran en tres informes de les propias Naciones Unidas, en los que se demuestra la veracidad de las acusaciones que han provocado un auto, del mismo magistrado, por el cual ordena internacionalmente el arresto de cuarenta altos cargos del

    30 Fusiles soviticos de asalto diseados por Mijal Kalashnikov. 31 Es senador por el Bloc, una Coalicin de partidos de la izquierda nacionalista y ecologista: PSM-

    Entesa Nacionalista, Alternativa Esquerra Unida-Els Verds i Esquerra Republicana.

  • FPR/APR? Seor secretario general, el Parlamento de las Islas Baleares, el Consell Insular de

    Mallorca, el Ayuntamiento de Palma, por unanimidad de todas las fuerzas polticas, han aprobado resoluciones de apoyo a la Fundaci SOlivar. Por su parte, el Gobierno de les Islas Baleares y el Fons Mallorqu de Solidaritat han presentado los justificantes de las subvenciones concedidas a SOlivar. No hay ni un solo euro que no est justificado. En la otra parte tenemos al Gobierno ruands, en el que varios de sus miembros estn acusados de los ms abominables crmenes contra la humanidad [...] Y qu hacen las Naciones Unidas?: investigar a dos pequeas ONG que han promovido la querella contra esos miembros del FPR.

    Seor secretario general, aqu no est en juego la honestidad de dos pequeas organizaciones: est en juego la credibilidad de las Naciones Unidas y su propia honestidad personal.

    As, tambin en nuestro caso se han confirmado nuestras previsiones: sabamos que,

    dado que Espaa ni tan slo ha tenido nunca relaciones institucionales dignas de consideracin con Ruanda y que ningn espaol jams podr ser acusado de implicacin alguna en el genocidio, y conociendo la obsesin del FPR por esa nica lnea argumental para criminalizar a cualquier persona u organizacin que sea un obstculo para su proyecto criminal, estbamos a la espera de comprobar cmo se las ingeniaban para contaminarnos relacionndonos con el genocidio. Como alertaba Londende Lokenge el 31 de octubre de 1998,

    [] durante los aos sesenta los norteamericanos utilizaban el espectro del comunismo

    para deshacerse de los lderes nacionalistas africanos. Hoy utilizan el espectro del genocidio, creacin local tutsi. Aunque la ONU a su vez, tiene tambin motivos propios para considerarnos elementos

    incmodos. Esta gran organizacin internacional no slo oculta informes demoledores para el FPR y para las potencias que lo sostienen, no slo encubre ciertos grandes intereses mineros de stas en el Congo mientras denuncia otros mucho menos importantes, sino que adems est directamente implicada en esta historia: varios de los cuarenta altos cargos ruandeses buscados por la justicia espaola ocupan o han ocupado a la vez cargos de alta responsabilidad en la ONU; el juez espaol ha denunciado tambin la complicidad del ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, en ingls HCR o UNHCR) en las grandes masacres de refugiados en el antiguo Zaire a partir de octubre de 1996; etc.

    *

    Unos das despus de la filtracin de los principales elementos del informe del grupo de

    expertos por parte de The New Times, en concreto el da 25 de noviembre, los diarios Pblico y El Pas iniciaban su propia campaa de linchamiento. Sin importarles lo ms mnimo los muchos y graves errores (o distorsiones conscientemente decididas?) que haban cometido durante aos en sus mediocres y turbios anlisis sobre este conflicto, sin la menor rectificacin, ambos diarios volvan ahora a la carga. Sus titulares podan competir en cuanto a manipulacin con los de las habituales campaas de intoxicacin de la prensa ms ultraconservadora nacional o estadounidense: Crmenes de guerra en el Congo financiados con dinero espaol, llenando casi totalmente la portada de Pblico el da 25 de noviembre; La ONU acusa a espaoles de apoyar a la guerrilla hutu como titular en las pginas interiores; Religiosos espaoles financiaron la guerra del Congo, segn la ONU, en El Pas el da 26 de noviembre; La Iglesia financia a la guerrilla hutu, en la portada de Pblico el da 26 y Curas catlicos desvan fondos para la guerrilla como titular en las pginas interiores.

    El artculo de El Pas, firmado por el joven periodista Oriol Gell, provoc cientos de comentarios de los lectores. Conociendo bien la imposibilidad que habamos tenido ya en 2008

  • para ejercer nuestro derecho a rplica en ese diario, decid limitarme a enviar un brevsimo comentario como uno ms de los cientos enviados por los lectores. Aproximadamente era ste:

    Soy Juan Carrero, magnfico titular, seor Oriol! Aunque es una lstima que yo no sea

    religioso ni haya financiado a ningn grupo armado. Pero eso seguro que ni a usted ni a su diario le debe interesar. Al igual que tampoco el hecho de que, el pasado fin de semana, 120 expertos en Ruanda y abogados defensores del Tribunal Penal Internacional para Ruanda, reunidos en Holanda bajo la presidencia de Ramsey Clark, attorney general (ministro de Justicia) de Kennedy y Johnson, y artfice de la ley de Derechos Civiles de los negros, hayan denunciado que una organizacin como la ONU acepte colaborar sistemticamente con el sindicato ruands de profesionales de la delacin y del falso testimonio. Semanas despus, una amiga me coment que lo haba ledo entre esos otros cientos de

    comentarios, muchos de los cuales slo eran la expresin del profundo y creciente rechazo que las instituciones eclesisticas estn provocan en nuestra sociedad, o, simplemente, acaloradas proclamas anticlericales. En todo caso, con tal titular se provoc un debate absolutamente perdido en algo que nada tena que ver con los hechos que nos ocupaban, un debate en el que los millones de vctimas africanas de este conflicto estaban completamente ausentes. Pero, publicadas o no mis lneas, para el caso es lo mismo: los comentarios han desaparecido de la red; lo que circula por ella es el artculo, o mejor dicho el titular, la calumnia. Por suerte, mi primer artculo ya llevaba ms de dos semanas en la primera pgina que, con una decena de enlaces, apareca en Google cuando se buscaba las palabras ONU y Congo. Y ello a pesar de que se abran entre tres y cinco millones de ellos.

    El diario Pblico efectu un tratamiento mucho ms extenso de la noticia: el da 25 empez por dedicarle prcticamente toda la portada ms las tres pginas siguientes ntegramente, y continu el da 26 con un amplio espacio de la portada y las pginas dos y tres en su totalidad. Aunque hay que decir que ese segundo da, en la tercera pgina, dedicaba un espacio a los apoyos institucionales que habamos recibido en esas fechas: una resolucin unnime del Parlamento de las Islas Baleares y una declaracin conjunta del Consell de Mallorca y del Fons Mallorqu de Solidaritat.32 Al tercer da, el 27, un amplio reportaje titulado 32 La reaccin de las instituciones de nuestras islas fue, efectivamente, extraordinaria. Las siglas ONU

    imponen respeto por s mismas. Sin embargo, dichas instituciones no cayeron en la trampa y apostaron con valenta por nosotros. Se puede decir, en verdad, que su posicin frente a esta gran tragedia ha sido y est siendo vanguardista internacionalmente. La labor callada y generosa de decenas de misioneros de nuestras islas desde hace ya ms de medio siglo en Burundi y Ruanda ha tenido indudablemente mucho que ver en ello. Das despus vendran los apoyos tambin unnimes de los mayores ayuntamientos de Mallorca, de la Federaci Catalana dONG, de UMOYA-Comits para el frica, de ACAT (Acci dels Cristians per lAbolici de la Tortura), etc. Y ya al inicio mismo habamos recibido el de Adolfo Prez Esquivel. Las nicas que de nuevo han desentonado totalmente de este conjunto social y poltico han sido dos o tres ONG mallorquinas sumamente intrigantes e inquisitoriales. Pretenden hablar siempre en nombre de las ONG de las islas Baleares por el slo hecho de haber iniciado y controlar la Coordinadora de ONG de Cooperacin al Desarrollo de las Islas Baleares. Aunque ya lo hacan incluso antes de la creacin de la Coordinadora. En realidad, el da en que todas las ONG elegimos a seis para que nos representaran en el Consell de Cooperaci ninguna de esas dos o tres obtuvo los votos necesarios. Fueron, por el contrario, elegidas Critas Mallorca, Drets Humans de Mallorca, Fundaci Deixalles, Metges del Mn, Saltra Senalla y Acci ciutadana per la Pau i lEquitat-OIKOS. An con las nuevas ONG que, como es lgico, se han ido integrando en la nica Coordinadora de las Baleares, no estn en ella ni una cuarta parte de todas las existentes en las islas. Sin embargo, han utilizado el hecho de que nuestra Fundacin no est integrada en dicha Coordinadora, controlada por gentes tan intrigantes, como algo ya de por s sospechoso. As lo han manifestado en un comunicado pblico. Saben bien que, ya en el ao 2000, con motivo de mi candidatura al Nobel de la Paz, llevaron a cabo contra mi persona una campaa meditica tan tremenda y denigrante que jams nos podremos integrar en su Coordinadora. Un alto responsable del Gobierno de las Islas Baleares para la Cooperacin les escribi un correo electrnico que titul

  • El expolio de minerales se dispara en el Congo ocupaba ntegramente las pgina 10 y 11. Isabel Coello era, a lo largo de los tres das, la autora de este amplio dossier. Lamentablemente, lo que en definitiva parece permanecer y rebotar en multitud de otras pginas de la red son los titulares tan nefastos como el de El Pas. Titulares que, segn se excus Isabel Coello, no los decida ella.

    La importancia decisiva de los titulares ya la habamos sufrido con un artculo de Matas Valls en el Diario de Mallorca. El senador Pere Sampol y yo mismo nos habamos acercado a ese diario, por propia iniciativa, unas semanas antes. Habamos solicitado al director, Pedro Pablo Alonso, su colaboracin para intentar anticiparnos precisamente a un titular como el que al final tuvimos que sufrir: La ONU acusa a ONG mallorquinas subvencionadas de apoyar al terrorismo.33 Pretendamos anticiparnos cuando todava se trataba nicamente de una investigacin y no de una acusacin. Aunque esta vez el titular no lo decidi el diario sino el mismo periodista, convencido de que la noticia y el motivo del artculo no podan ser otros que la acusacin de la ONU. Slo a partir de ah, nos dijo, se podra explicar nuestra versin. El problema es que demasiados lectores no van ms all de los titulares.

    Qu es lo que ha movido a esos dos medios progresistas de mbito nacional a llevar a cabo con tanto entusiasmo un linchamiento como ste? Pblico tiene an una corta vida. Sin embargo, como veremos a lo largo de esta obra, El Pas ha mantenido siempre la misma penosa lnea editorial respecto a este conflicto africano. Una lnea marcada por muchos de los elementos fundamentales de la propaganda pro FPR como son las mismas injustas y graves acusaciones al clero. Un clero profundamente odiado por los descendientes de la antigua lite feudal tutsi que crearon el FPR. Odiado por ellos a causa del activo papel desempeado por un importante sector de las iglesias cristianas en la revolucin ruandesa que entre 1959 y 1961 acab con la tirnica dominacin que ejercan sus antepasados.

    Esa propaganda pro FPR ha sabido muy bien tocar los resortes emocionales de un sector

    Estupefacto en que l deca: Buenos das, Ana. Te escribo como presidenta de la CONGDIB para manifestarte mi asombro por el comunicado que habis hecho en relacin a las acusaciones de la ONU hacia la Fundaci SOlivar. Cuando todas las instituciones de las islas (Parlament, Consell, Ajuntament de Palma, Fons Mallorqu y Govern) han dado su apoyo unnime a la labor de SOlivar, vosotros sals con un desmarque, sembrando dudas y pidiendo cosas que ya se han hecho hace semanas: aportar a la ONU todos los documentos justificativos de las ayudas recibidas por SOlivar. Sabis muy bien que SOlivar no realiza proyectos de cooperacin en terreno. Las ayudas recibidas desde las instituciones baleares han sido para apoyar la querella y para realizar el Dilogo Intra Ruands en Palma con participacin de hutus y tutsis. Por lo tanto, no tiene sentido realizar ninguna auditora porque los gastos estn clarsimos. Llama la atencin la actitud de la CONGDIB en relacin a este tema en contraste con el tono radicalmente diferente del manifiesto de la Federaci Catalana dONG.. Hasta el delegado del Gobierno, Ramn Socias, entiende que nos enfrentamos a una verdadera mafia y, a peticin de Drets