roldán, gustavo - el monte era una fiesta

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El monte era una fiesta Gustavo Roldn

Gustavo Roldn

El monte era una fiesta

Para Alan Sillitoe

y Ernest Hemingway,

con su permiso.[33] De este lado del ro el monte era grande y verde, las flores crecan llenas de colores, y los pjaros caminaban debajo de los rboles, saltaban en medio de los rboles y volaban arriba de los rboles.

Y del otro lado del ro el monte era grande y verde, las flores crecan llenas de colores, y los pjaros caminaban debajo de los rboles, saltaban en medio de los rboles y volaban arriba de los rboles.

De este lado del ro vivan el coat y el tigre y el zorro y la iguana y el quirquincho y mil animales ms.

[34] Y del otro lado del ro vivan el mono y el len, y el zorro y la iguana y el quirquincho y mil animales ms.

Y en el medio del ro haba una isla de arena finita y amarilla, con un naranjo grande grande.

El tigre y el len vivan discutiendo hasta ponerse verdes, porque cada uno deca que era el nico dueo de dormir la siesta bajo ese naranjo.

El coat corredor viva de este lado del ro. Corra y corra y la tierra se le acomodaba a sus pasos y los troncos cados estaban en el lugar justo para dar un gran salto y otra vez seguir corriendo.

Qu hacs, coaticito? le preguntaban sus amigos.

Estoy corriendo contestaba.

Y deca "estoy corriendo" como [35] con una risa de estar muy contento.

Todos los animales lo vean pasar por la maana yendo para ninguna parte, o para todas, que a veces es lo mismo.

Todos los animales, y el tigre tambin.

Y una maana el tigre lo llam:

Amigo coat, el len que vive del otro lado del ro anda diciendo que ah vive un monito tan pero tan ligero, que nadie le puede ganar a correr.

Muy pero muy ligero? pregunt el coat.

S, s.

Ese es un amigo mo. Muchas veces jugamos juntos.

S, s dijo el tigre, pero yo creo que vos sos ms ligero.

Bah, yo me muevo y me muevo y la tierra corre para atrs para [36] que yo vaya ms rpido. Y entonces estoy contento.

S, s dijo el tigre, pero hay que terminar con las pretensiones de ese len de la otra orilla que siempre quiere dormir la siesta bajo el naranjo de la isla, y le hice una apuesta.

Qu apostaron?

Que haramos una gran carrera con un Gran Premio, y como vamos a ganar nosotros, ese len de la otra orilla tendr que buscarse otra isla para dormir, y el monte ser una fiesta.

Qu lindo, una carrera del tigre contra el len!

No, no. Van a correr vos y el monito. Y le vamos a mostrar que nosotros somos los mejores. Y habr un Gran Premio para vos.

Y lleg el da de la carrera.

Todos los animales estaban en[37]tusiasmados. El tigre y el len se decan:

Vamos a ver quin duerme la siesta en la isla!

Y el tigre lo abrazaba al coat y le deca:

Vamos a mostrarle que somos los mejores.

Y el len abrazaba al monito y le deca:

Vamos a mostrarle que somos los mejores.

Pero era el momento de empezar a correr y el avestruz dio la seal de partida. Era una carrera larga y los dos comenzaron a buscar el paso justo para no cansarse.

El monito corra lindo, saba lo que estaba haciendo.

El coat dej que sus patas corriesen solas. Siempre haca as, y entonces se pona a pensar. Pero esos pensamientos eran como los sueos, donde todo es posible, y [38] entonces soar que corra y estar corriendo eran y no eran una misma cosa.

Y se acord cmo jugaba con el monito, trepando a los rboles un da de cada lado del ro, y ello haba sido una alegra y haba sido una fiesta.

Pero ahora haba que correr y ganar. El monito corra lindo y ligero, pero ya estaba un poco cansado, y el coat se senta casi tan fresco como al comienzo. Y se puso contento porque ahora s estaba seguro que ganara el Gran Premio y le pondran una corona de flores y todas las coaticitas lo miraran suspirando y ya veran los de la otra orilla quin dormira la siesta bajo el naranjo de la isla.

Y entonces sinti como una cosquilla en la oreja y que se le pona colorada. Pareca que a su oreja no le importaba quin dormira la [39] siesta bajo el naranjo. La cuestin era entre el tigre y el len pero el que estaba corriendo era l. Corriendo como un tonto contra un monito con el que tena ganas de ponerse a jugar.

Y le entr una rabia por todos lados y se le puso colorada la otra oreja y corri ms rpido y pens en el Gran Premio que haba para el ganador y l se haba entusiasmado con las cosas que dijo el tigre, que todos lo aplaudiran, que lo llevaran en andas, que le pondran una corona de flores, y todas las coaticitas lo miraran suspirando.

Mir para atrs y vio al monito que ya no podra alcanzarlo y pens en el Gran Premio que le daran para que despus el tigre pudiera dormir la siesta en la isla, y el tronco estaba ah, al costado del camino, y entonces se sent.

[40] El monito tard quince metros en frenar y volvi para atrs.

Qu te pas? pregunt con la patita levantada, listo para seguir corriendo. Por qu tens las orejas tan coloradas?

Se me ponen coloradas porque no les importa quin quede dueo de la isla.

El monito baj la pata y se toc la oreja.

Me parece que a la ma tampoco le importa.

Lo que voy hacer es bss bss bss dijo el coat.

Eso me gusta y bss bss bss.

S pero...

Claro y bss bss bss.

Y hablaron algunas cosas ms.

Ya se oan los gritos de protesta del tigre y el len, pero no les hicieron caso.

Se dieron vuelta y se fueron con[41]tentos para ninguna parte, o para todas, que a veces es lo mismo.

Y aunque los dos perdieron la carrera y el Gran Premio, ahora que el tigre y el len estaran arrancndose los bigotes y revolcndose de rabia sin saber qu hacer, ahora s que el monte era una fiesta.

(En Roldn, Gustavo: El monte era una fiesta. Buenos Aires: Colihue, 1984)

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