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Rio Verde, Nature and Explore Magazine

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PortadaFigura antropomorfa Valencioide.Origen Prehispánico.Archipiélago de Los Roques.Foto: Javier Mesa.

Directorio

EDITOR EN JEFE: Alberto Blanco Dávila.DIRECTOR EJECUTIVO: Ender Jáuregui / Francisco Cuahonte.DIRECTOR DE LOGÍSTICA: Bernd Kroening.DIRECTOR EDITORIAL: Charles Brewer-Carías.DIRECTOR GRÁFICO: Fernando Batoni ([email protected]).MONTAJE: Reinaldo Acosta.COORDINADOR DE OPERACIONES: Efraim Torres.INFOGRAFÍA: Nicolás Ramallo.CONSEJERA EDITORIAL: Bianca Castillo.COORDINADOR FOTOGRÁFICO: Javier Mesa / Gaby Carías.STAFF Y COLABORADORES: Charles Brewer-Carías, Norelys Rodríguez, ÁlvaroMontenegro, Luis F. Navarrete, Javier Mesa, César Barrio-Amorós, David Ascanio,Oscar M. Lasso-Alcalá, Juan M. Posada, Alejandro Luy, Maria Magdalena Antczak,Andrzej Antczak, Suyin Bandres, Miguel Lentino, Rafael Tavares, Gaby Carías, Ale-xander Blanco, Ernesto O. Boede,Alexander Blanco, Guillen Chacón, Saúl Gutiérrez,Drai Cabello, Orlando Corona, Frida Ayala, Carynel Guzmán, Jayka Zalzman, Ge-rardo Barreto, Lorenzo Calcaño, Marieta Hernández, Freddy Vergara, Iván Calderón,Alejandro Buzzo, Fanny Brewer, Karen Brewer, Carlos L. Capriles, Alfredo Guada-rrama, Edward Marshall, Inacio Fernandes, Colección Ornitológica Phelps,Fundación Tierra Viva, Fundación Científica Los Roques, Ecopets, BioReptilia, Na-turalistas Sin Fronteras, Instituto de Biodiversidad Tropical, Ascenso CA, Conbive,Revista Xtrema, Fundación Wonkén.RR.PP: Paula Martínez.VENTAS: María Gabriela Bermúdez, María Eugenia Bermúdez.PASANTÍAS: Fabiola Viera Alfaro.ASESORÍA LEGAL: Karel Bentata / Glenn R. Morales.FOTOGRAFÍA DE PORTADA: Javier Mesa.FOTOGRAFÍAS EN ESTA EDICIÓN: Charles Brewer Carías, Javier Mesa, Gaby Carias, Ricardo de Matos, Alexander Blanco, Ernesto O. Boede, Brigitte Diez,Maria Magdalena Antczak, Andrzej Antczak, Lorenzo Calcaño, Pablo Santacata-lina, Andrea Spada, Lorgia Quintero, Roland Edler, Luis Fernando Navarrete,César Barrio-Amorós, Alberto Blanco Dávila. PREPRENSA E IMPRESIÓN: Altolitho, C.A.IMPRESIÓN DIGITAL: Corpoprint.DISTRIBUCIÓN: Diario El Universal.PRODUCCIÓN GENERAL: Grupo Creativo Río Verde.INFORMACIÓN: [email protected] / [email protected]. FACEBOOK: Río Verde, Nature and Explore Magazine.TWITTER: @revistaRioVerde.

RIF: J–2989426-7DEPÓSITO LEGAL: pp201002DC3408

Río Verde es una revista y marca registrada que se publica trimestralmente, producida por Grupo Creativo Río Verde, C.A. Estimado lector su opinión es muyvaliosa para nosotros, si usted desea suscribirse o comunicarse con nosotros hágalo a través del siguiente correo electrónico:[email protected] Río Verde no es responsable por las opiniones o teorías expresadas en el conte-nido de los artículos de esta publicación, el contenido es responsabilidad de cadaarticulista. Prohibida la reproducción total o parcial de los artículos de esta revistasin la autorización previa de su Editor en Jefe.

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Carta del editor12.2011

Amigas y amigos lectores, es un gusto muy grande presentarles nuestra sexta edición, última de este año2011. Para Río Verde fue un año lleno de satisfacciones; gracias a todos ustedes en cada edición nos hemosconsolidado cada vez más. De igual manera, debemos agradecer muy profundamente a todo nuestroequipo de colaboradores y articulistas, es por ellos que podemos ofrecer trimestralmente a todo el paísuna publicación del nivel de contenido y gráfico que es Río Verde, una publicación sin precedentes en Ve-nezuela. Fundamental es el apoyo que en cada número nos brindan nuestros anunciantes, sin ellos estehermoso proyecto tampoco podría salir adelante, nuestra mayor gratitud a todos ellos por confiar en nos-otros y por acompañarnos en este camino de la divulgación, documentación y educación para crear unaconciencia verde y responsable en aras de la conservación de nuestro planeta. Por nuestra parte, Río Verdese compromete a seguir siendo la revista de exploración, geografía y naturaleza más importante, no sólode Venezuela, sino de toda Latinoamérica, ¡de eso pueden estar seguros!

Revista Río Verde fue creada para fungir como medio de difusión para todos aquellos proyectos, accio-nes e iniciativas dirigidas a promover el conocimiento y el respeto por los ecosistemas y la biodiversidadde nuestro país, así como para la generación de un desarrollo sostenible y duradero. Servimos de plata-forma para brindar apoyo a proyectos ecológicos y de conservación que protejan nuestra naturaleza ytodo lo que ella encierra, con especial énfasis en temas sobre la variedad de ecosistemas, protección de es-pecies animales en peligro, y todas aquellas ideas que favorezcan la protección de nuestros ecosistemas yla divulgación del conocimiento científico, biológico y geográfico de Venezuela.

En esta sexta edición se unen a nuestro equipo los profesores y arqueólogos María Magdalena Antczak yAndrzej Antczak, es un orgullo para Río Verde contar con estos especialistas de tan alto nivel y gran tra-yectoria. Ellos nos dan un paseo fascinante sobre la historia arqueológica del Archipiélago de Los Roquesdónde llevan 25 años excavando y descubriendo tesoros de la época prehispánica de la Venezuela insular.Muchas otras sorpresas tenemos, Charles Brewer-Carías nos adentra en una de las zonas más remotas ybiodiversas del planeta, en una expedición que ha sido catalogada como la más interdisciplinaria y que haarrojado más datos nuevos para la ciencia en los últimos tiempos. Seguimos abocados al importante temade los Bosques, en esta ocasión la profesora Alicia Villamizar nos trae un artículo sobre los ecosistemasde manglares, y nos explica porqué constituyen uno de los sistemas de bosques más productivos delmundo y su importancia para combatir el cambio climático.

Norelys Rodríguez nos ofrece, una vez más, un extraordinario viaje, esta vez por los Andes Tropicales de Venezuela y nos revela porqué la cataloga como la región turística por excelencia de nuestro país. Los espe-cialistas en fauna silvestre Ernesto O. Boede y Alexander Blanco nos traen un par de muy educativos artículossobres dos especies íconos de nuestra fauna venezolana: La Tonina del Orinoco y el Águila de Penacho.

Amigas y amigos lectores, y a todo nuestro equipo de articulistas, colaboradores, aliados y anunciantes, elequipo de Río Verde reitera su compromiso para con ustedes de seguir llevándoles la mejor publicacióngeográfica y de naturaleza del país, desde nuestro corazón les deseamos una muy Feliz Navidad y un Prós-pero Año Nuevo Verde 2012.¡Hasta nuestra próxima edición!

Alberto Blanco DávilaEditor en Jefe – Director General

De izquierda a derecha:Ender Jáuregui, Francisco Cuahonte,Bernd Kroening y Alberto Blanco Dávila.

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REVÉLANOS TU HISTORIALa hoja de Nalca, tesoro etnobotánico de ChileLuis Manuel Briceño.

HISTORIAS VERDESLa Biodiversidad Urbana. Drai Cabello

NATURALMENTE NORELYSUn viaje por los Andes Tropicales de Venezuela. Norelys Rodríguez

EXPLORANDO MARAVILLASLa Etnozoología, una ventana a la cosmovisión de los pueblos sobre la fauna.Imarú Lameda

PLANETA SALVAJEEl ecosistema de Manglar: Un resort de lujo tropical.Alicia Villamizar

TESOROS DE NUESTRA BIODIVERSIDAD Las grandes Águilas de Venezuela.Alexander Blanco / Iván Tepedino / Alberto Blanco Dávila

CRÓNICAS DE LA SELVA La Neblina, el tepuy más alto y remoto.Charles Brewer-Carías

SECRETOS DEL REINO ANIMALLas Toninas del Orinoco y del AmazonasErnesto O. Boede

HÉROES POR NATURALEZALumar GuittardBianca Castillo

VESTIGIOS DEL PASADOLos secretos de la Concha ReinaMaría Magdalena Antczak / Andrzej Antczak

AVENTURA Y VIDAEl reto a la costaOrlando Corona

MUNDO SUBMARINOArrecifes artificialesJulio Salvatori

A TRAVÉS DEL LENTEViviendo de la naturalezaFotografías e historia de Leopoldo García

Sumario

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79RINCONES Y REFUGIOS

Posadas Aerotuy y La Bravera.Álvaro Montenegro

Fotografía: Brigitte Diez.

De ti venimos, oh MadreNos das la vida,

El sol, el aire, el agua,Y de ti vivimos.

Somos parte de tiY como Madre amorosa

Nos das todo sin pedir nadaY con dulces ojos nos

Observas en nuestra vidaDe día en día.

Como hijos inconscientesTe explotamos, te usamos,

Te maltratamosSin saber que cuando tu mueres

También morimos.Morir si,

Un suicidio lento, inconsciente,Soberbio

Nos creemos Dioses que podemos contro-larte, hacer y deshacer.

Pero pocos saben que tú nos observasNos amas y nos castigas

Nos haces regresar a nuestro lugar Y reconocer que sin ti

No podríamos vivir un solo segundoDe nuestra efímera vida.

Dios, Naturaleza, universo infinitoMisterios sin respuestas

Vivir amándote, respetándote, yDevolviéndote con amor todo lo que

Tú nos has dado.

La Naturaleza Por: Dalgi De Berardinis

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Staff

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1. CHARLES BREWER-CARIASExplorador, escritor, fotógrafo y descubridor. Autor de 10 libros, director y líderde más de 200 expediciones a las tierras altas de Guayana. Descubrió en elAutana la primera cueva de cuarcita en un tepuy, en Sarisariñama las Simas dehundimiento, en Chimantá la caverna de cuarcita más grande del mundo y,también llevan su nombre 25 especies de plantas y animales, entre las cente-nares que él personalmente y sus compañeros de expedición han encontradocomo nuevas para la ciencia. Se le atribuye haber dirigido la mayor expediciónmultidisciplinaria en la historia de las ciencias naturales que lo convierte en elexpedicionario más importante de la región de la Guayana y el Amazonas.

2. MARIA MAGDALENA ANTCZAk Y ANDRZEJ ANTCZAk Arqueólogos y antropólogos. Estudiaron Etnografía en el Instituto de Etnolo-gía de la Universidad de Poznań, Polonia. Antropólogos de la UniversidadCentral de Venezuela (1995) con PhD’s en Arqueología Prehistórica del Insti-tuto de Arqueología de la Universidad de Londres (1999 y 2000). Pioneros deinvestigaciones arqueológicas sistemáticas en las Islas del Caribe Venezolano(Dependencias Federales de Venezuela). En 1982 iniciaron el Proyecto Arqueología de las Islas de Venezuela que hasta el presente abarcó más de 60islas. Actualmente son profesores del Departamento de Diseño, Arquitecturay Artes Plásticas e investigadores de la Unidad de Estudios Arqueológicos(IERU) de la Universidad Simón Bolívar.

3. NORELYS RODRIGUEZActriz, animadora, modelo internacional, activista. Voluntaria de causas huma-nitarias y ambientales. Norelys es una viajera apasionada que ha mostrado almundo las maravillas naturales y culturales de más de 30 países. Presentadoradel programa Wild On Latino en el canal E! Entertainment Television, pro-grama transmitido hoy en día en más de 27 países de Latinoamérica. Tambiénfue conductora del programa televisivo “Muévete” que mostraba en unaforma aventurera y extrema las maravillas de su país Venezuela.

4. ERNESTO O. BOEDEMédico veterinario graduado en la Universidad Central de Venezuela. Ejerce me-dicina y manejo de fauna silvestre. Ex veterinario en los Zoológicos de Las Deliciasy del Aquarium de Valencia, propietario del Centro Veterinario Los Colorados, Va-lencia. También es veterinario contratado e investigador asociado de FUDECI. Hapublicado trabajos científicos en libros y revistas científicas divulgativas sobre el cai-mán del orinoco, caimán de la costa, tortuga arrau, tonina, manatí, jaguar, ademássobre testimonios históricos y gráficos del deshielo de los glaciares de la SierraNevada de Mérida y del Camino de los Españoles en San Esteban. Miembro dela Sociedad de Ciencias Naturales La Salle, de los Grupos de Especialistas en Co-codrilos y Tortugas Continentales de Venezuela, Sociedad de Mamíferos Acuáticosde Venezuela y Asociación Venezolana de Parques Zoológicos y Acuarios.

5. ALEXANDER BLANCOMédico Veterinario egresado de la Universidad Central de Venezuela, Especia-lización en Medicina y Cirugía de Aves Silvestres. Master en Biología de laConservación y Manejo de Vida Silvestre. Director Nacional del Programa deConservación del Águila Harpía en Venezuela. Director General del Zooló-gico Las Delicias. Investigador Asociado de Earthmatters Org. Miembro delGrupo de Especialista en Tapires, Grupo de Especialistas en Cocodrilos y delGrupo de Especialista Veterinarios de la Unión Mundial para la Conservaciónde la Naturaleza (IUCN). Ha participado como investigador asociado y vete-rinario en diferentes proyectos de investigación y conservación de faunasilvestre amenazada en Venezuela y a nivel internacional.

6. IMARU LAMEDA CAMACAROLicenciada en Estudios Ambientales (Universidad Yacambú, Venezuela) con un Di-plomado en Manejo y Conservación de Fauna Silvestre (UCLA, Venezuela) yMagister en Recursos Naturales y Medio Ambiente con Orientación faunística dela Universidad Nacional de Salta - Argentina. Trabaja en pro de la conservación delOso Frontino (Tremarctos ornatus) desde el año 2002. Creadora y moderadorade la Red Oso Andino, Red 2.0 dedicada a informar y asesorar sobre el oso an-dino. Forma parte del equipo de investigadores del "Proyecto Juco" dedicado alestudio sobre la historia natural y distribución actual del oso andino en la Selva Tu-cumano - Oranense del Noroeste de Argentina.

7. ALVARO MONTENEGROIngeniero Mecánico y M.B.A. de la escuela de negocios #1 en Europa: HEC Paris.Profesor de la cátedra de Marketing Turístico en la Universidad Nueva Esparta.Fue presidente de Hoteles Concorde Internacional y del Casino Casablanca, enAruba. Fue representante en Venezuela de Trump Hotels International y BestWestern Hotels. Productor ejecutivo y conductor del programa "Los Viajes deMontenegro", que se transmite por Televen. También se encarga de la redaccióndel suplemento de turismo "Agarra tus maletas", que circula los domingos con eldiario Ultimas Noticias.

8. DRAI CABELLOEmprendedor Ambiental. Estudia Biología en la Facultad de Ciencias UCV. Pre-side la ONG ConBiVe – Asociación Civil para la Conservación de laBiodiversidad Venezolana, en la que coordina iniciativas socio-ambientales comoProyecto Parape, de investigación y conservación de tortugas marinas en la CostaCentral de Venezuela. Se formó desde muy joven en el Terrario del Parque delEste, participando además en los Programas Juegos Ecológicos y Guías Ambien-tales de INPARQUES. Trabajó para el Zoológico el Pinar y en la SociedadConservacionista Audubon de Venezuela.

9. JULIO SALVATORIMaster Instructor de Buceo PADI, especialista en creación de arrecifes artificialesy exploración de barcos hundidos. Instructor de Trainer de Primeros auxilios EFRy Care for Children, entre otros. Gerente General del Centro de Formación deInstructores de Buceo Épsilon Dive Center, además es instructor de buceo de laEscuela Naval de Venezuela y del Cuerpo de Operaciones Especiales de la Guar-dia Nacional y de 17 especialidades más. Es poseedor de varios reconocimientosde excelencia por parte de PADI.

10. BIANCA CASTILLOLicenciada en Traducción de la Escuela de Idiomas Modernos de la UC V. Se des-empeña como traductora de textos, escritura creativa, voiceover y atención adelegaciones extranjeras, además de impartir clases de idiomas (inglés y francés).Ha trabajado para el Instituto Jane Goodall para la conservación de la vida sal-vaje. Fue Coordinadora Nacional de la Coalición Internacional Antipieles enVenezuela (International Antifur Coalition). Es productora y locutora del pro-grama radial BioEstigmas: Señales de la Tierra. Actualmente se desempeña comoactivista independiente por la liberación animal.

11. ALICIA VILLAMIZARBiólogo egresado de la Universidad Simón Bolívar (USB,1987), con Magíster enCiencias Biológicas (1994). Doctorante en Desarrollo Sostenible (USB) desde2009. Actualmente trabaja como profesor e investigador en el Departamentode Estudios Ambientales de la USB. Su área de interés está vinculada a la ecolo-gía de manglares y estudios espacio-temporales en humedales costeros; impactoambiental; cambio climático (impactos, vulnerabilidad y adaptación). Autor Líderen el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (OMM/UN/IPCC)desde 1998. Conferencista nacional e internacional. 20 publicaciones; 3 proyec-tos de investigación activos. Directora del Instituto de Recursos Naturales USB.Miembro del Comité Académico de la Cátedra Libre sobre Cambio ClimáticoUCV, desde 2009.

12. ORLANDO CORONA SEGURAIngeniero en Computación egresado de la Universidad Simón Bolívar. Montañista,Fotógrafo, Productor Audiovisual y Director de Ascenso Centro de Aventura.Desde pequeño su vinculo con la montaña ha marcado su camino profesional, esasí como en diversas expediciones a través de las principales cumbres de losAndes Suramericanos descubre su pasión por el video y contar historias, esas ex-periencias cuajan al cabo de los años y tiene oportunidad de participar en lacreación del Festival de Fotos y Videos de Aventura Ascenso, proyecto al que lededica su energía para inspirar a otros a contar y documentar sus historias.

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11Revélanos tu historia

La hoja de NalcaTesoro etnobotánico de Chile

Fotografía e historia: Luis Miguel Briceño “Yarum”.

La precordillera andina al Sur de Chile es un lugar prodigioso

por su bella naturaleza. En uno de mis viajes por este increíble

lugar, llegué a una reserva natural a pie de montaña llamada

Cóndor Blanco, bañada por un río que nace a 2800m en un gla-

ciar que, incluso en los calurosos veranos, no llega a derretirse

por completo.

Esta reserva repleta de árboles de distintas especies y majes-

tuosos Cóndores Andinos se vio afectada por la furia de las

maquinas y hombres que sin control talaron y quemaron millo-

nes de hectáreas para sacar provecho de los árboles y la

vegetación del lugar en las décadas de los años 30 y 40. Afortu-

nadamente, esto ya no sigue ocurriendo gracias a que la

conciencia llegó a los lugareños quienes, con sentido de conser-

vación, ahora apoyan la reforestación de toda la región.

Las estaciones bien marcadas son uno de los atractivos más pin-

torescos del Sur ; justamente la transición de invierno a

primavera es uno de los escenarios fotografiados en donde el

color verde se apodera de casi todo.

Los nombres comunes de la hoja en la fotografía son nalca y

pangue, provienen del nombre de su pecíolo y de su hoja res-

pectivamente, que son préstamos de las palabras en

mapudungun: nalka y pange que también designan a estos órga-

nos y a la planta completa. La nalca es una planta que tiene uso

medicinal y culinario, sus pecíolos se comen frescos, en merme-

lada o licor y sus hojas se usan para envolver el curanto y la

mella, dos comidas típicas de la gastronomía de Chile.

La fotografía nos muestra un detalle de la hoja de nalca a todo

color y devorada por algún tipo de insecto, su tamaño es increí-

blemente grade y permite utilizarla incluso como parasol. Esta

fotografía fue tomada con una Nikon D90.

Yarum

@yarumphotos

www.yarumphotos.com

REVÉLANOS TU HISTORIAConviértete en parte del equipo de Río Verde

enviándonos tu mejor fotografía contando su

historia.

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LA BIODIVERSIDAD URBANATan cotidiana como tu día a día

Drai Cabello / Consevación de la Biodiversidad [email protected]

HISTORIAS VERDES

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La diversidad biológica está presente en muchas

de las cosas que hacemos todos los días, como la

amplia y muy interesante variedad de especies

asociadas a los espacios urbanos de la capital,

aunque tiendan a pasar inadvertidas, solamente

en la ciudad de Caracas se han contabilizado cerca

de 380 especies de árboles y más de 300 de aves.

Para muchos de los que vivimos en grandes ciudades, la ideade biodiversidad corresponde a algo que está lejos de nosotros,fuera de nuestra urbe, tal vez en la montaña o en el llano, o qui-zás en una playa o arrecife de coral. Pero basta únicamente conmirar un poco más a detalle por nuestra ventana, o incluso den-tro de nuestros mismos hogares, para darnos cuenta de que ennuestro país hay biodiversidad por todos lados, incluso en lasgrandes ciudades.

Una de las formas más sencillas de entender la biodiversidad esverla como la variedad de seres vivos que existe en un territoriodeterminado. Este lugar puede ser una laguna, un parque nacional,una ciudad, una bioregión, un país o el continente entero.

La diversidad biológica está en muchas de las cosas que hace-mos todos los días, aunque probablemente no hemos tomadoconsciencia de la mayoría de estas interrelaciones. Tanto el ca-fecito por la mañana, como la típica arepa del desayuno, o elalgodón de la camisa que vestimos, e incluso la guacharaca quenos despierta con su canto, todo ello forma parte de la biodi-versidad a la que también pertenecemos nosotros.

Resulta raro o inesperado para muchos saber que en nuestrasciudades existe una amplia y muy interesante variedad de es-pecies asociadas a los espacios urbanos. Especies de plantas,animales y otros organismos que se han adaptado a las condi-ciones de vida impuestas por los humanos, algunas de las cualeslogran prosperar de forma notoria.

La mayor parte de la población de Venezuela se encuentra es-tablecida en la región norte costera del país. Y las principalesciudades están ubicadas en zonas como la cordillera de la costao la andina, regiones en las que se ha reportado una gran canti-dad de especies de flora y fauna. Los linderos de las ciudadessiguen en expansión, afectando zonas donde anteriormente co-existían organismos de forma natural y cambiando las reglas desupervivencia de las especies que logran mantenerse.

Aun así, a pesar de todo este crecimiento no planificado, lasáreas urbanas se presentan como espacios llenos de vida, par-ticularmente nuestra capital, donde se han contado cerca de380 especies de árboles.

Otro dato desconocido por muchos es que en Caracas se hancontado más de 300 especies de aves, según estudios realiza-dos por Rodney Fuentes y David Ascanio. Sólo en el MunicipioEl Hatillo cohabitan más de 215 especies, según lista hecha porAlberto Blanco. La Sociedad Conservacionista Audubon de Ve-nezuela editó una guía llamada “Aves de Caracas” en la que semuestra buena parte de las especies que están presentes en la

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capital. Algunas de estas aves han logrado adaptarse a las con-diciones locales a pesar de no pertenecer originalmente a estaslatitudes. Un buen ejemplo es el caso de la guacamaya azul yamarilla (Ara ararauna), una de las especies de psitácidos que halogrado establecerse e incluso reproducirse exitosamente ennuestra ciudad. Es normal salir a pasear un día por las zonasverde de Caracas y tener la sorpresa de encontrarse una pe-reza (Bradypus variegatus) cruzando una calle, o trepando unareja o un árbol y, si te fijas muy bien, en las copas de los árbolesde Yagrumo de seguro podrás tener la dicha de observar unode estos simpáticos mamíferos. Igualmente, en los jardines delas casas es común, o en los parques, poder ver ardillas (Sciurus

granatensis) buscando los frutos de las palmas para su alimen-tación. Mucho cuidado debemos tener cuando vamos a lamontaña cerca de la casa o a nuestro Cerro El Ávila a hacerejercicios o en nuestros propios jardines porque es frecuenteencontrarnos una peligrosa serpiente de mapanare (Bothropssp), Cascabel (Crotalus sp) o Coral (Micrurus sp), y muy comúnes toparnos con las inofensivas, pero agresivas, Tragavenados(Boa constrictor).

La biodiversidad urbana tiene un papel muy importante en laidentidad sociocultural e incluso socioeconómica de cada región,aunque en muchos casos no hayamos tomado consciencia deello. Cada ciudad venezolana se caracteriza por algún producto,subproducto, creencia o costumbre típica que la hace particu-lar ; si revisamos algunas de ellas, rápidamente nos damos cuentade que están asociadas a la diversidad biológica. La diversidad

biológica también está presente en la música local, muy pocasson las canciones criollas en las que no se hace referencia a alguna planta o animal de la zona. Además, la biodiversidad haservido siempre como fuente de inspiración para pintores, escultores y otros artistas. Como lo fue el Ávila para el pintorcatalán Manuel Cabré, una montaña que es mucho más que undecreto de parque nacional, ya que en ella se han contado más de 120 especies de mamíferos, 20 anfibios, 30 especies dereptiles y poco más de 500 especies de aves, aproximadamenteel 35 porciento del número total de especies de aves reporta-das para Venezuela.

Algunos dicen que somos lo que comemos, y lo que comemoses biodiversidad. Basta con dar una mirada a nuestra alacena oa la nevera para descubrir que casi toda nuestra dieta está com-puesta por elementos provenientes de la biodiversidad. Tambiénpodemos evidenciarlo con una visita al supermercado, dondeencontraremos una gran cantidad de productos y subproduc-tos provenientes de la diversidad biológica, algunos de ellos sonde origen local y otros externos que hemos incorporado anuestras vidas. De cualquier modo, estos elementos formanparte importante de nuestra economía y sustento, una valiosarazón para interesarnos más por la biodiversidad urbana.

En cuanto a intereses, debería tomarse más en cuenta los elementos de la biodiversidad asociados a temas de la salud,sobre todo al momento de planificar desarrollos urbanísticos yagrícolas. Algunos de los aspectos más resaltantes en esta área

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incluyen a vectores de enfermedades tropicales como el cha-guas o dengue, especies venenosas o ponzoñosas y también aelementos alergógenos como el capín melao (Melinis minuti-flora), una hierba de origen africano que se extiende por lasfaldas del Ávila, a cuyo polen le atribuimos las alergias y estor-nudos cercanos al mes de diciembre.

Son muchas las bondades de conocer la biodiversidad local,sobre todo porque representa beneficios potenciales para eldesarrollo sostenible de nuestra sociedad. Aunque parecieraque nos esforzamos cada día más por permanecer aislados ennuestra burbuja urbana, en la que el contacto con lo natural esasociado por algunos como algo inseguro, peligroso, y hastadesagradable; los elementos que componen nuestra rica biodi-versidad urbana forman parte importante de nuestra vida, porlo que deberían ser objeto de estudio, seguimiento y difusión.Debemos procurarnos el desarrollo del sentido de pertenenciaciudadana por los elementos locales de nuestra diversidad bio-lógica, lo que debería facilitar la investigación y conservación delas especies y ecosistemas venezolanos.

Todavía queda mucho trabajo por hacer en este tema en el quetodos tenemos un rol importante por pequeño que parezca.Comencemos por conocer, deleitarnos y disfrutar de la inmensavariedad de especies que coexisten en nuestras ciudades, el pri-mer paso para conservar nuestra diversidad biológica.

Asociación Civil para la Conservación de la Biodiversidad Venezolana – ConBiVe.

6

www.conbive.org

@conbive

@proyectoparape

Leyendas fotográficas

1. Pereza de tres dedos (Bradypus variegatus) encontrada en el Hatillo.Fotografía: Alberto Blanco Dávila.

2. Guacharaca del Norte (Ortalis ruficauda), muy común en los jardines caraqueños.Fotografía: Javier Mesa.

3. Pereza de tres dedos común (Bradypus variegatus).Fotografía: Gaby Carías.

4. Guacamaya azul y amarilla (Ara ararauna).Fotografía: Alberto Blanco Dávila.

5. Ardilla común (Sciurus granatensis) en Caracas.Fotografía: Alberto Blanco Dávila.

6. Coral rabo de candela o montañera (Micrurus mipartitus), especie muy venenosa encontrada en un jardín en La Trinidad, Caracas.Fotografía: Alberto Blanco Dávila.

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EXPLORANDO MARAVILLAS

LA ETNOZOOLOGÍAVentana a la cosmovisión

de los pueblos sobre la faunaImarú Lameda Camacaro / Lic. Estudios ambientales

Manejo de fauna silvestre (UCLA)[email protected]

Cachicamo común (Dasypus novencinctus). / Fotografía: Gaby Carías.

Page 26: Rio Verde 06

34

“Es necesario profundizar a lo largo del

territorio venezolano investigaciones con equipos

interdisciplinarios sobre la etnozoología para así

aplicar estrategias de conservación de los

hábitats y la fauna al mismo tiempo en que se

respetan las creencias de los pobladores que

conviven con ella”.

En la actualidad, los conocimientos indígenas, tradicionales o lo-

cales, están siendo considerados de gran importancia a pesar del

estatus de la cientificidad dentro del campo del conocimiento.

Los saberes tradicionales con instrumentos de la ciencia occi-

dental podría pasar de un saber “difuso” hacia uno “objetivo”, y la

validez de lo “local” pasaría a un ámbito “universal”. La necesidad

de legitimar, sistematizar, escribir y convalidar los saberes tradicio-

nales se hacen necesarios para así comprender y generar

acciones a favor de la conservación del ambiente. Campos que

abordan los estudios sobre el conocimiento tradicional son la et-

nología, la antropología, la antropología médica, la etnoecología,

la agroecología, la sociología y la filosofía.

El estudio sobre los saberes populares ha recibido muchos nom-

bres a lo largo de la historia entre ellos se encuentran:

conocimiento campesino (Toledo, 1994), sistemas de conoci-

miento tradicional (Seminario Internacional, 1996) o sistemas de

saberes indígenas (Argueta, 1997), ciencia de lo concreto (Lévi-

Strauss, 1972: 11), conocimiento popular, ciencia del pueblo (Fals

Borda, 1981), ciencia emergente y más recientemente episte-

mologías locales o epistemologías alternativas (Descola y Palsson,

2001: 24). En la literatura anglosajona se les ha denominado local

and indigenous knowledge systems (LINKS, 2005) y Non wes-

tern knowledge. En los textos sobre temas ambientales se les

denomina: conocimiento ecológico tradicional, conocimiento

ambiental y traditional ecological knowledge (Johnson, 1992;

Perez y Argueta, 2011).

H. Conklin (1954) y C. Lévi-Strauss (1972) presentan ante la cien-

cia la existencia de saberes indígenas sobre la naturaleza y sus

sociedades, a los que el segundo autor denominó “ciencias de lo

concreto”; estos autores no fueron los primeros en plantear los

sistemas de saberes tradicionales, parte de la información que

ofrecieron se basaba en sus hallazgos, pero también recogieron y

sistematizaron conocimientos y sistemas que habían sido devela-

dos desde finales del siglo XIX, así como la información

proveniente del siglo XVI, acumulada por exploradores, frailes y

cronistas europeos durante los procesos de conquista y coloni-

zación sobre los otros cuatro continentes, ya en siglos XVII y XVIII

(Pérez y Argueta, 2011).

Las etnociencias de la naturaleza son disciplinas construidas bajo la

base de la antropología, la biología y la etnografía, que abordaron

estudios de las relaciones entre las sociedades y su ambiente.

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35Explorando maravillas

Mono Capuchino (Cebus olivaceus). / Fotografía: Alberto Blanco Dávila.

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36

El desarrollo de las diversas etnociencias contribuyó a cuestionar y

relativizar la racionalidad universalista del conocimiento occidental

y a crear una vía de acercamiento y de valoración positiva hacia los

conocimientos indígenas. La adjetivación “etnos”, se mantiene im-

plícita la connotación de referirse a los conocimientos generados

por “otros”, por los diferentes, que son a fin de cuentas los coloni-

zados, y que siguen siendo estudiados y pretendidamente validados,

desde los conocimientos y las disciplinas científicas occidentales.

Dentro del campo de la etnociencias se encuentra la etnobiología,

etnobotánica, etnoecologia y la etnozoología. La gestación de las

subdisciplinas ocurrió sobre la base de dos perspectivas metodo-

lógicas, consistente la primera en “recortar” objetos reales o

“naturales” para convertirlos en objetos de trabajo, dando lugar a

la Etnozoología (Pérez y Argueta, 2011).

Se han generado una serie de conceptos para definir las relacio-

nes existentes entre la cosmovisión de las comunidades con

respectos a sus recursos naturales, entre ellos encontramos:

El Patrimonio Biocultural (PBc) es la herencia cultural (tanto tan-

gible e intangible, incluyendo leyes consuetudinarias, folclor,

valores espirituales, conocimientos, innovaciones y prácticas) y la

herencia biológica (diversidad de genes, variedades, especies,

aprovisionamiento y regulación del ecosistema, y servicios cultu-

rales) de los pueblos indígenas, sociedades tradicionales y

comunidades locales, que suelen estar inextricablemente relacio-

nados a través de la interacción entre la gente y la naturaleza,

inmersos dentro de contextos socio-ecológicos y económicos,

incluye el paisaje como dimensión especial en la que la evolución

de la herencia biocultural indígena tiene lugar y es transmitida de

generación en generación, desarrollada, poseída y administrada

de forma colectiva por las comunidades (IIED y AA 2005; SIE,

2006; Argumedo, 2007; Vargas – Clavijo, 2008).

En cuanto a Patrimonio Zoocultural Inmaterial (PZcI) y Patrimo-

nio Zoocultural Material (PZcM) se define el primero como la

herencia patrimonial intangible de las relaciones humanas con la

fauna, y el otro, como el legado de elementos físicos perceptua-

les asociados a la misma. El Patrimonio Zoocultural Inmaterial

desde la visión técnico-científico puede ser acogido, estudiado,

trabajado y aplicado de la siguiente manera:

• Tradiciones y expresiones orales: refranes, dichos, máximas,

apodos, voces, poemas, cantos, coplas, trabalenguas, adivinan-

zas, mitos, cuentos, leyendas, fábulas, oraciones, conjuros.

• Artes y Espectáculo: danza, mímica, teatro infantil, títeres, per-

formances.

• Usos sociales, rituales y actos festivos: gastronomía a partir de

animales silvestres, actos rituales mágico-religiosos de inicia-

ción espiritual, de cacería, de fortalecimiento social; festivales

de música, danza, copla, zooterapia.

Zorro común (Cerdocyon thous). / Fotografía: Javier Mesa.

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37Explorando maravillas

teger especies vulnerables o en peligro de extinción, enfocándose a

la conservación de la especie como la cultura (Coperías, 1989; Cha-

vasassus – au – Louis, 2000; Zabala & Saloña, 2005).

Bases de la etnozoologia

La etnozoología se basa en mostrar el conocimiento tradicional

y cultural de las comunidades en cuanto a la visión que tienen

estas sobre la fauna silvestre con la que conviven, ayuda a com-

prender la influencia ejercida por los animales sobre los las

comunidades, ya que mediante las representaciones culturales se

puede observar la importancia que tienen estos dentro de la cos-

movisión de las mismas.

El conocimiento de los pobladores de una comunidad respecto

a los animales que conviven con ellos deriva de la capacidad de

observación y experiencia que tienen desde temprana edad, vin-

culándolos con su entorno natural. Dicho conocimiento articula

algunas nociones etnozoológicas como el comportamiento y ca-

rácter del animal, sus hábitos y preferencias, su apariencia externa,

su ubicación en su medio ambiente natural, los beneficios y peli-

gros que presenta al hombre, su potencialidad como recurso

productivo, las creencias sobre sus capacidades y poderes, su valor

y utilidad como recurso productivo.

• Conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el uni-

verso: creencias hacia los animales, integración del

conocimiento ecológico y tradicional; la biología y ecología

comportamental de las especies.

• Técnicas artesanales tradicionales: técnicas y estrategias de

cacería, pesca y colecta; elaboración de productos zooterapéu-

ticos, pócimas, alimentos, artesanías o cualquier otro objeto.

Etnozoología

La etnozoología es una rama de la ciencia moderna que estudia

las relaciones tradicionales entre las culturas y los animales

de su entorno, la utilización de los seres vivos con fines medici-

nales, culturales, rituales y mágicos, como las creencias míticas

y supersticiones que rodean a los mismos, así como el posible

origen de cada creencia y sus semejanzas y relaciones entre

culturas.

Es una ciencia de marcado carácter interdisciplinario relacionada

con la cultura popular, los usos y creencias que rodean a muchos

seres vivos que son característicos de determinadas culturas, dando

idea de originalidad y concepción del mundo de la misma. Presenta

una vertiente relacionada con la gestión y conservación de estas

especies, dado que su interés es aplicado de argumento para pro-

Morrocoy sabanero (Chelonoidis carbonaria). / Fotografía: Gaby Carías.

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Qué compone la etnozoologia

Los saberes y la cosmovisión sobre la fauna que tienen las comu-

nidades aborígenes y campesinas de un lugar a partir de la

oralidad y las practicas demostrativas ancestrales, que llegan a for-

mar parte de las tradiciones folklóricas de un lugar, ya que es la

representación de la cosmovisión, saberes y cultura de los pobla-

dores con respecto a la fauna con la que conviven.

Importancia de la etnozoologia

• Fortalecimiento de la identidad cultural de los pueblos.

• Manejo de las áreas protegidas, respetando la cosmovisión

que tienen las comunidades con respecto a la fauna que ha-

bitan dentro de ellas.

• Los resultados de estudios etnozoológicos pueden ser usa-

dos dentro de las políticas de manejo y gestión de recursos

faunísticos, conociendo la cosmovisión que tienen las comu-

nidades con respecto a la fauna silvestre que convive los

investigadores pueden abordar de manera más rápida y efi-

caz estrategias para el manejo del recursos como en el caso

de comunidades que viven de la cacería de subsistencia

• Conseguir una interrelación entre los conocimientos folklóri-

cos y los científicos en base a la fauna silvestre, de manera de

impulsar los procesos de intercambio entre la comunidad

científica y los poseedores de los saberes tradicionales.

• Rescatar las ideas de conservación de comunidades origina-

rias en donde especies de fauna y sitios donde estas habitan

eran consideradas sagradas para las comunidades.

Investigación y conservación

Es necesario profundizar a lo largo del territorio venezolano in-

vestigaciones con equipos interdisciplinarios sobre la

etnozoología para así no sólo conocer la cosmovisión que tienen

las comunidades aborígenes y criollas en relación a la fauna vene-

zolana, sino aplicar estrategias de conservación de los hábitats y

la fauna en sí, al mismo tiempo en que se respetan las creencias

de los pobladores que conviven con ella.

Iguana (Iguana iguana). / Fotografía: Gaby Carías.

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39Explorando maravillas

Hembra de chigüire (Hydrochaeris hydrochaeris) con sus crías. / Fotografía: Gaby Carías.

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EL ECOSISTEMA DEL MANGLARResort de lujo tropical

Alicia Villamizar / BiólogoInvestigadora Dpto. Estudios ambientales (USB)

[email protected]

PLANETA SALVAJE

Fotografía: Alberto Blanco Dávila.

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Fotografía: Alberto Blanco Dávila.

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43Planeta salvaje

Cada manglar representa un ambiente único, unasuerte de resort natural con ocupación total a lolargo del año. Sólo los mangles pueden presumirde ser uno de los cinco ecosistemas más benefi-ciosos del planeta y de mayor productividad netade carbono.

Al hablar de manglar casi siempre evocamos la imagen decierto tipo de vegetación arbórea de llamativas raíces protube-rantes, extensas y torcidas que crecen –desafiantes- enambientes inundados por el mar. Ciertamente esa imagen reflejados de los rasgos más conocidos de los mangles (en Guaraní,árbol retorcido): por un lado, los zancos o raíces magníficamenteextendidas sobre el sustrato semejando una sinuosa alfombra y,por el otro, su capacidad singular para soportar ambientes dealto estrés salino, como son los ambientes costeros.

Precisamente esa extrema y dinámica condición –aunque pa-rezca extraña- constituye la fuerza que impulsa la extraordinariadiversidad biológica que resguarda el ecosistema de manglar, elmás exclusivo resort del trópico costero y de Venezuela. Un re-sort natural localizado en las mas hermosas playas del planeta,donde a lo largo del año –24 horas, todo incluido- es habitadoy visitado por cientos de especies animales y también por otrosvegetales, que en perfecto orden y respeto, disfrutan de sus ser-vicios, comodidades y resguardo, en un único e insustituiblearreglo habitacional, donde todos tienen su reserva asegurada ytodos quedan satisfechos. La estructura del manglar, nuestro re-sort, está tan bien construida –no podíamos esperar menos dela naturaleza- que es capaz de soportar los embates de la ener-gía del frente marino y de las inundaciones desde tierra, seconstituye en una barrera natural que ayuda a estabilizar la líneade costa, nos protege así de los riesgos asociados a desastres, yasea por eventos naturales como huracanes, tsunamis, o por de-sastres inducidos, como deslaves e inundaciones que ocurran enáreas costeras alteradas por nuestras actividades, o por el au-mento del nivel del mar.

Podemos afirmar que el manglar vive y reina en los ambientes cos-teros tropicales, gracias a la capacidad de adaptarse – como muypocas formas vegetales lo pueden hacer- a los cambios que per-manentemente experimentan la hidrología, la geomorfología y elclima costero-tropical. Nuestro exclusivo resort resulta ser unconjunto de hábitats únicos e insustituibles de numerosas y diver-sas especies, asiento de una alta productividad biológica.Considerado uno de los cinco ecosistemas más productivos delplaneta, y el de mayor productividad neta de Carbono (C), puedeaportar hasta 40 Kg C/día/ha y capturar hasta 17 toneladas deCO2/ha/año, frente a la capacidad de un bosque amazónico prís-tino, que captura 1Ton de CO2/ha/año. Es, por además, unrequerimiento fundamental para el balance entre la emisión y laabsorción de carbono en áreas marino-costeras, por lo que tieneun papel fundamental en el equilibrio del clima global.

Federico Pannier, el padre de la ecología de manglares en Vene-zuela, considera al manglar como “un ecosistema abierto al flujode materia y energía con los ecosistemas terrestres y acuáticos

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44

asociados, que se establece en estuarios, ensenadas, lagunas, albu-feras, restingas”, así como también, en las desembocaduras de ríosy quebradas. Del concepto de Pannier, podemos deducir otra delas extraordinarias cualidades de nuestro resort: Su conectividadpermanente con otros ecosistemas que también están – o pue-den estar- en el sistema marino-costero. A través de dichaconectividad, se establece la transición natural hacia y desde eco-sistemas marinos, como los pastos marinos y los arrecifes de coral–extralujos de la naturaleza que también podemos disfrutar ennuestras hermosas costas- y que, junto al manglar, constituyen la trí-ada ecológica fundamental de la diversidad biológica en ambientesmarino-costeros tropicales, incluyendo el Caribe venezolano.

Para el país se han reportado siete especies de manglar, pertene-cientes a los géneros Rhizophora (R. mangle, R. racemosa y R.harrisoni), Avicennia (A. germinans y A. shaueriana), Lagunculariaracemosa y Conocarpus erectus. Las especies mas comunes sonel mangle rojo (R. mangle), el mangle negro (A. germinans), elmangle blanco (L. racemosa) y el mangle de botoncillo (C. erec-tus). También hay otras especies arbóreas frecuentementeasociadas a los bosques de manglar y con cierta tolerancia a la sa-linidad. Entre las especies herbáceas predomina el helechoAcrostichum aureum. De igual manera, es común la hierba de vidrio (Sesuvium portulacastrum y Batis marítima), la batatilla deplaya (Ipomoea ssp.), cactáceas como los cardones y leguminosascomo el cují yaque (Prosopis juliflora) y el dividive (Caesalpinia co-riaria). En cuanto a la fauna, el manglar mantiene unaextraordinaria riqueza de organismos acuáticos y de muchos terrestres, zooplancton de la fauna incrustante y del bentos, así

como invertebrados (crustáceos, moluscos, bivalvos) y peces.Gran parte de estas especies constituyen la base de la alimenta-ción de las comunidades costeras y la forma de sustentación depesquerías comerciales tanto artesanales como industriales. En elambiente terrestre, habita gran variedad de insectos (termitas,hormigas, mosquitos, mariposas, abejas), arañas y vertebrados (an-fibios, reptiles, aves y pequeños mamíferos) y hongos.

Pocos ecosistemas pueden presumir de albergar tantos ilustrese importantes huéspedes y de suministrar tantos beneficios.Además de lo que ya hemos referido, cumple funciones críticasrelacionadas con la regulación del agua dulce, nutrientes y sedi-mentos hacia las áreas marinas y desde tierras adentro. Esexcepcionalmente importante en el mantenimiento de las redesalimentarias y de las poblaciones de animales que lo habitan du-rante su etapa adulta o que dependen de éste en algúnmomento de su ciclo de vida, como pequeños mamíferos, aves,reptiles, peces y crustáceos. Asimismo, juegan un papel impor-tante en el control de la contaminación a través de su capacidadde absorber contaminantes orgánicos y nutrientes. Es funda-mental para el mantenimiento de bancos genéticos. Por si fuerapoco, aun nos brinda mucho más, el manglar forma parte de lacultura de pueblos costeros, que lo veneran, lo aprovechan y loprotegen, en reconocimiento a sus valores ambientales y, en par-ticular, por su valor patrimonial para las comunidades locales, alproveer fuentes naturales de energía, facilitar el transporte depersonas y productos (como los de las pesca artesanal) y sus-tentar la economía local tradicional. A la vez, este magníficohábitat posee valores científicos, estéticos e incluso religiosos,

Fotografía: Javier Mesa.

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45Planeta salvaje

Los manglares constituyen hábitat importante para la supervivencia de muchas especies de aves. / Fotografía: Alberto Blanco Dávila.

que constituyen atractivos de primer orden, por la riqueza bio-lógica que nos muestra y nos permite conocer y admirar, por laexhuberancia de su vegetación, y por el solaz que transmite aladentrarnos en sus intrincados pasadizos que se abren sinuososa través de su exuberante follaje, en interminables y laberínticoscaños de aguas salobres. Podemos apreciar que el valor del eco-sistema de manglar trasciende lo ecológico y lo ambiental paraconstituirse así en un referente de fuerte significancia social.

Distribución

Los humedales de manglar, que normalmente conforman bos-ques y asociaciones vegetales siempreverdes en zonas bajas,ocupan las áreas estuarinas (áreas donde predominan aguas ysuelos salobres) de aproximadamente dos tercios de las costastropicales. Las fluctuaciones de las mareas, del oleaje y de la con-centración de sal, así como un sustrato inestable, definen elambiente físico óptimo sobre el cual la vegetación de manglardesarrolla extraordinarias adaptaciones –anatómicas, fisiológicasy reproductivas- que le permiten colonizar y dominar múltiplesy diferentes ambientes costeros, y desarrollar diversas estructu-ras vegetales. De esta forma, podemos conseguir manglar enBermuda hasta Victoria en Australia. En el continente americano,se extienden de forma irregular a lo largo de las zonas costerasdel Pacífico, entre Baja California hasta el Sur en Perú y hasta elSur de Brasil, en el Atlántico. En Venezuela, los manglares se dis-tribuyen de forma discontinua, desde la laguna de Cocinetas enla Península de la Guajira (Edo. Zulia), hasta el Delta del Orinoco

(Edo. Delta Amacuro). A través de un laborioso y excepcionaltrabajo sobre ecosistemas terrestres del país, Huber y Oliveira-Miranda (2010), aportan cifras confiables y recientes sobre lasuperficie aproximada de manglares: 8530 Km, distribuidos a lolargo de las costas y zonas estuarinas de trece Estados y de lasDependencias Federales. En el territorio insular, la mayor super-ficie de manglar se encuentra en la isla de Margarita y en elarchipiélago de Los Roques, mientras que, en el resto, se ex-tiende en pequeños parches (Isla de Aves, La Orchila, La Tortuga,La Blanquilla, Los Hermanos y Los Testigos).

¡Un privilegio que podemos perder!

Una importante proporción de áreas de manglar, así como los va-lores del ecosistema de manglar, han resultado paulatinamentedegradados por prácticas insustentables de explotación y aprove-chamiento de sus recursos. Para el año 2010, un informe de laOrganización de las Naciones Unidas para la Alimentación y laAgricultura (FAO por sus siglas en inglés) reportó la pérdida de 3,6millones de hectáreas de manglar en los últimos 30 años, lo queequivale a un 20 porciento del área total. Un hecho preocupantees que la tasa de pérdida es significativamente más alta que la pér-dida de cualquier otro tipo de bosques. Ello se ha traducido en ladestrucción y reducción del hábitat para cientos de especies; cam-bios en el delicado equilibrio de la hidrología del manglar, porefecto de la alteración de cursos de agua y sustratos de manglarpara irrigación, construcción de represas y camaroneras, principal-mente; la contaminación de aguas y sustratos de manglar, por las

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Colonia de corocoras escarlatas (Eudocimus ruber) en el ecosistema de Manglar. / Fotografía: Luis Fernando Navarrete.

Fotografía: Alberto Blanco Dávila.

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47Planeta salvaje

descargas de efluentes domésticos e industriales, provenientes delagua no tratada de centros urbanos y turísticos, del agua de lastrede embarcaciones y de los derrames crónicos y accidentales depetróleo. En particular, el manglar resulta vulnerable al aumento dela erosión costera, al aumento acelerado en el nivel del mar y a laintensificación de eventos naturales como huracanes, tsunamis yheladas. En conjunto o por separado, estas prácticas y eventos na-turales, conforman una seria amenaza para la supervivencia delecosistema y, por tanto, para la diversidad biológica que resguarda.

Protegidos, pero bajo amenazas.

Los objetivos de conservación y protección del ecosistema demanglar están orientados principalmente a resguardar el hábitatde especies amenazadas o en peligro de extinción como avesacuáticas y reptiles de importancia cinegética (especies que pue-den aportar alimento, pieles, entre otros, por medio de la caza).Una de cada seis especies de manglar está en peligro de extincióndebido a los desarrollos costeros, el cambio climático, el dragadoy la agricultura. De acuerdo con la primera Evaluación Global delEstatus de Conservación de Manglares realizado por la IUCN enel año 2009. El 16 porciento (11 de 70) especies evaluadas po-drían ser incluidas en la Lista Roja de Especies Amenazadas. Por lomenos el 40 porciento de las especies de manglares consideradasen esta condición, se encuentran en las costas Atlántica y Pacíficade Centroamérica. La consideración de los ambientes vitales aso-ciados en la legislación específica para manglar constituye, per se, elreconocimiento de éste como ecosistema abierto y la necesidadde conservar las vías –espaciales y funcionales- que permiten elintercambio permanente de nutrientes con el resto de los eco-sistemas marinos y terrestres que, ya sabemos, es condiciónfundamental para el mantenimiento de su diversidad biológica.Aun así, los manglares del país se encuentran permanentementeamenazados, incluso, estando bajo alguna de las siete distintas fi-guras de áreas bajo régimen de administración especial (ABRAE)a las que han sido adscritos para brindarles protección. Un casoparticular que refleja de manera lamentable esta situación se pre-senta en los manglares de la Reserva de Fauna SilvestreHueque-Sauca, en el estado Falcón.

Los manglares se ven igualitosen todas partes, pero ¿son realmente iguales?

Aún cuando las especies sean pocas y casi siempre las mismasen todos los ambientes óptimos para su desarrollo (en Vene-zuela solo tenemos 7 especies, de las 75 que existen en elplaneta), las áreas de manglar del país nos muestran múltiplescombinaciones florísticas que pueden expresarse en bosquesmono (una especie) o heteroespecíficos (varias especies). Lospodemos apreciar como grandes desarrollos estructurales -conportes de hasta 40m de altura en el extremo de la costa atlán-tica venezolana- o en formas enanas de apenas 1m de altura, enel extremo occidental de la costa caribeña. Los desarrollos máscomunes pueden alcanzar alturas entre los 7 y 15 metros. Si nosfijamos bien al viajar por nuestras carreteras de la costa Caribe,podremos ver manglar en muchos pequeños ríos o quebradasque desembocan al mar, a veces simplemente unos pocos man-

gles o en angostos bosques que se adentran tierra adentro, lle-gando a perdérsenos de vista. En contraste, los ríos quedesembocan en la costa Atlántica son inmensos y los mangla-res, los más desarrollados del país. Si nos aventuráramos aseguir alguno de éstos cursos estuarinos, podríamos constatarlas grandes diferencias que en tamaño, cobertura y composi-ción florística, presentan los parchitos y pequeños bosques demanglar, incluso a lo largo del mismo río. A pesar de ser peque-ñas extensiones y, al contrario de lo que pudiéramos pensar, sonextraordinariamente importantes. Su importancia radica enque son los vestigios (en muchos casos, incluso son relíctos) degrandes extensiones que se perdieron debido al desarrolloanárquico de nuestras costas, un precio muy alto que pagamospor desconocer sus valores y beneficios, hoy reducidos a unnivel que nos hace extremadamente vulnerables ante los im-pactos de eventos naturales o de nuestras propias actividades.

Si hay algo que un ecólogo de manglares reconoce, es que cadamanglar es un ambiente único que responde a la combinaciónlocal dominante de fuerzas hídricas, climáticas, geomorfológicas (lahuella energética de Odum), y en particular de la humana, cuandoésta se hace presente y se impone, frecuentemente de forma ar-bitraria. Por ello, cada vez que tengo la fortuna de estudiar unanueva área de manglar – en particular si no hay evidencias de in-tervención humana- pongo en el tintero a reposar el conceptorígido de zonación (disposición o distribución espacial de las es-pecies en respuesta a un gradiente del ambiente físico natural),para poder interpretar la “sabia decisión” que los mangles coloni-zadores “tomaron” para aprovechar al máximo la mas mínimaoportunidad de establecerse en esos ambientes cambiantes y al-tamente estresados que les son óptimos para su crecimiento,desarrollo y permanencia. A medida que conocemos más áreasde manglar – en particular para El Caribe- podemos reconocerun proceso de colonización y desarrollo que es único de ese lugary que puede estar en la antípodas del “librito” que reza: “la coloni-zación la inicia el mangle rojo, la sigue el mangle negro y másadentro en tierra firme y más seca, el mangle de botoncillo”, paraindicarnos que esa es la “típica” zonación de un bosque de man-glar. ¡El manglar no es así de aburrido! La diversidad de tiposfisiográficos de manglar presentes en las costas del país, respondea la heterogeneidad costera en términos de relieve, clima, energíadel oleaje, amplitud de mareas, sedimentación y salinidad, es decir,a la huella energética predominante en cada lugar. Cada tipo fisio-gráfico puede tener un potencial diferente, desde servir paraaprovechamiento maderero si los manglares son de gran porte ysi se hace bajo un estricto plan de manejo, hasta sólo para estudio,contemplación y protección de su naturaleza, si se identifica comohábitat de especies amenazadas o en extinción; también puedetener uso turístico de bajo impacto.

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TESOROS DE NUESTRA BIODIVERSIDAD

LAS GRANDES Á GUILASde Venezuela

Alexander Blanco / Médico veterinario de fauna [email protected]

Juvenil de Spizaetus ornatus en el Delta del Orinoco. Fotografía: Lorenzo Calcaño.

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El Águila de Penacho es una de las águilas más hermosas del mundo. Luce,entre otras cualidades, un copete largo y eréctil de color negro que la haceportadora del título de Águila Elegante. Además, es excelente indicador dela estabilidad de los hábitats naturales.

El Águila de Penachoelegancia y majestuosidad de las selvas venezolanas

Alexander Blanco

El Águila de Penacho (Spizaetus ornatus) es una especie neotropical que depende de extensasáreas de bosque para sobrevivir. A pesar de su amplia distribución, que comprende cerca de 10millones de km2, esta especie ha entrado en un peligroso descenso de sus poblaciones debido ala drástica reducción y fragmentación de los bosques tropicales. Se conoce muy poco sobre labiología y ecología de esta especie. Sin embargo, dentro del Programa Nacional de Conservacióndel Águila Harpía y Otras Grandes Rapaces de Venezuela, se está trabajando en la investigaciónsobre las causas de la declinación de las poblaciones en la naturaleza y las consecuencias de la ac-tividades antrópicas que afectan a esta rapaz, en la recolección de información científica demonitoreos periódicos de poblaciones remanentes en diferentes estados del país, y en la recopi-lación de información esencial para establecer metas que ayuden a su conservación.

La Spizaetus ornatos o Águila de Penacho también llamada Águila Elegante es considerada unade las águilas más hermosas del mundo. Esta rapaz fue descrita por primera vez por el zoólogofrancés Francois Marie Daudin en el año 1800, clasificándola con el nombre de Falcon ornatus. ElÁguila de Penacho es un ave rapaz de tamaño mediano y puede llegar a tener una longitud de 55a 67 cm, un peso de 1,2 a 1,8 kg y una envergadura de 200 cm; las hembras son más grandes quelos machos. El adulto presenta a nivel del dorso y parte superior de las alas una coloración ne-gruzca parda; lateralmente en la cabeza, nuca y lados del cuello posee una coloración marróncastaña. Los ojos son de color naranja o amarillo intenso. La garganta y la región central del pechoson de color blanco marginadas lateralmente con unas bandas de color negro. La corona es negray se prolonga en un copete largo y eréctil del mismo color. La cola también es negra y presentatres bandas grisáceas. Sus tarsos son emplumados con los dedos de color amarillo. Los individuosjóvenes o inmaduros son similares pero con la cabeza, cuello y partes inferiores de color blanco,cresta corta y fusca, y adquieren el plumaje de adulto a los dos o tres años de edad. El pico esnegro en ambos casos.

Son aves diurnas y de hábitos solitarios. Se les observa frecuentemente posadas sobre las copas deárboles muy altos o sobrevolando ocasionalmente a grandes alturas y en áreas muy abiertas, gene-ralmente en las faldas de montañas o en la cercanías a cuerpos de agua (ríos, canos, lagunas, zonasinundables) bien sean de tipo permanente o intermitentes. Frecuentan selvas y bosques de transición,bosques nublados, semideciduos, siempreverdes, ribereños y sabanas cerradas. Se les ha registradodesde los 0 hasta los 1 500 msnm. Cazan principalmente dentro del bosque, donde asechan a sus pre-sas posadas en las ramas de los árboles. Vuelan sigilosas y de forma rápida entre las ramas al momentode capturar a sus presas.

Se alimenta principalmente de aves (como loros reales, arrendajos, pericos cara sucia, pavas de monte, entre otros), también mamíferos de tamaño mediano (como ratones silvestres, ardillas,picures, entre otros) y reptiles (como iguanas, lagartijas, y serpientes venenosas y no venenosas).

Su nido consiste en una plataforma voluminosa, de aproximadamente un metro de diámetro y 50cm de profundidad, hecha de ramas delgadas. Presenta retoños de hojas verdes en la superficie y

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51Tesoros de nuestra biodiversidad

Ejemplar juvenil de Águila de Penacho en la Sierra de Imataca, Edo. Bolívar. / Fotografía: Alexander Blanco.

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Un ejemplar adulto de Águila de Penacho mostrando su imponencia, Sur del Orinoco. / Fotografía: Alexander Blanco.

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53Tesoros de nuestra biodiversidad

Un Águila de Penacho adulto, considerada una de las aves rapaces más bellas del mundo. / Fotografía: David Ascanio.

Juvenil de Spizaetus ornatus (Águila de Penacho). / Fotografía: Lorenzo Calcaño.

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en el borde. El nido se encuentra ubicado generalmente en unatrifurcación secundaria de árboles grandes emergentes de las fa-milias Meliaceae, Moraceae y Bombacaceae, a una alturapromedio de 20 a 30 metros.

La fabricación y mantenimiento del nido lo realizan tanto elmacho como la hembra, actividad que forma parte del cortejode apareamiento. Posterior a la copula, la hembra pone unhuevo blanco con manchas tenues y salpicaduras de color caférojizo. En algunos casos se ha observado la presencia de doshuevos en nido, pero generalmente sólo es viable uno. La incu-bación toma de 48 a 52 días. Los pichones permanecen en elnido por un lapso de tres a cinco meses, donde empiezan a rea-lizar sus primeros vuelos dentro del árbol; poco después realizanvuelos a otros árboles cercanos. Permanecen en el área cercanaal árbol nido por un lapso no mayor de un año.

El Águila de Penacho (Spizaetus ornatus) es natural del continenteamericano. Su distribución se extiende desde el sur de Méxicohasta el norte de Argentina. En Venezuela se ha reportado al surdel Orinoco (estados Amazonas y Bolívar), Sierra de Perijá, Cordi-llera Andina (estados Mérida y Táchira), Cordillera de Central(estados Carabobo, Aragua, Miranda), Llanos (estados Apure, Guá-rico y Cojedes) y en los estados Sucre, Monagas y Delta Amacuro.

Importancia ecológicay conservación en Venezuela

Es un controlador de las poblaciones de muchos animales gran-des y pequeños en los ecosistemas donde habita. Por tal motivo,es considerada un excelente indicador para determinar la esta-bilidad de un hábitat natural.Es considerada una especie amenazada debido a la pérdida delhábitat por la deforestación y la cacería furtiva. Categoría y cri-terio UICN: LC: Preocupación menor.

En el Marco del Programa Nacional de Conservación del ÁguilaHarpía y Otras Grandes Rapaces en Venezuela, se ha realizadoel seguimiento de los ciclos reproductivos de diferentes parejasen diversos estados del país. Hasta la actualidad, se han monito-reado 12 nidos entre el Parque Nacional Henri Pittier (03) y laReserva Forestal de Imataca (09). El trabajo ha consistido en larevisión periódica de los nidos; se han obtenido datos muy im-portantes sobre su biología y comportamiento reproductivo. Sehan colocado radios de telemetría convencional para estimar elrango hogareño, patrones de dispersión y tasas de mortalidad,tanto de animales adultos como juveniles en áreas fragmenta-das y poco intervenidas.

Pichón en el nido esperando por su alimento. / Fotografía: Alexander Blanco.

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55Tesoros de nuestra biodiversidad

Igualmente se ha continuadocon los censos en diferentesregiones del país para esta-blecer una estimaciónpoblacional más precisa, ade-más se están implementandoprogramas de educación am-biental en las localidades ycomunidades donde habita yse reproduce la especie.

Como consideraciones finalesse debe tomar en cuenta quela deforestación y la falta decaracterización de la masa ve-getal son las principalescausas de la disminución deesta y de otras especies delOrden de los Falconiformes.El Águila de Penacho (Spizae-tus ornatus) y otras grandeságuilas necesitan de extensasáreas para su supervivencia,las cuales deben de mantenersu cobertura vegetal queofrezca condiciones para suanidación. Por ello se hacefundamental la preservaciónde los fragmentos de bos-ques y aquellas áreas de pocoo ningún impacto donde laespecie se reproduce. Sedebe combatir la desforesta-ción predatoria y orientar alcorte selectivo en aquellosbosques donde se realiza unmanejo sustentable del re-curso forestal.

Alexander Blanco en sus labores de investigación del Águila de Penacho en el sur del Orinoco. / Cortesía: Alexander Blanco.

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El Águila MoneraRapaz imponente

Iván Tepedino / Guía en observación de aves

Una de nuestras especies de aves rapaces másraras de encontrar es el Águila Monera, quienpodría hacerse pasar por el Águila Harpía de no ser por su menor tamaño y otras pequeñasdiferencias que aquí revelamos.

Corrían los primeros días del mes de abril y la neblina delamanecer comenzaba a disiparse con los primeros rayos delsol. Ensayábamos un nuevo camino, esta vez sumergidos en laselva primaria para observar la avifauna una vez más. Sus can-tos llenaban el ambiente, pero pocas dejaban ver sus coloridosplumajes, por lo que sólo lográbamos identificar a la mayoría através de sus vocalizaciones. Cuando de súbito, un silbido largoy penetrante, no conocido por nosotros, nos pone en acción.Tony Crease guarda la evidencia en su equipo de grabación,mientras yo escaneo el dosel del bosque. De pronto, vimosvolar de un árbol emergente un raptor oscuro y de gran ta-maño. Con gran emoción nos dimos cuenta de la presenciade un enorme nido en la bifurcación principal del árbol (Baliziapedicellaris) a más de 20 metros de altura. El nido tenía másde un metro de diámetro y casi igual grosor.

No nos tomó mucho tiempo descubrir que se trataba de unÁguila Monera (Morphnus guianensis), un poco de menor esta-tura que el Águila Harpía, pero menos común y estudiada. Estaespecie es residente del Neotrópico, y habita principalmente enselvas primarias de tierras bajas y, a veces, como en este caso, amayores elevaciones. Caza efectuando vuelos cortos entreramas, dentro del dosel y en algunas oportunidades llega hastael piso. Durante la incubación y cría, la hembra se mantiene en elnido o en las ramas del árbol y el macho se encarga de traer ali-mento tanto para la hembra como para el polluelo.

Después del primer avistamiento realizamos visitas periódicasal nido, monitoreamos durante días completos para conocermás sobre los hábitos de esta especie. Decidimos limitarnos aun monitoreo desde el piso y no construir una plataforma deobservación en los árboles para no interrumpir el normal pro-ceso de desarrollo de la cría y evitar llamar la atención decazadores locales. Observamos que se trataba de una hem-bra, de la poca reportada fase oscura y un macho de la fasebarrada. Tres meses después del descubrimiento, y por pri-mera vez, divisamos el polluelo.

Este hallazgo fue posible gracias a la activa exploración orni-tológica que hemos realizado en la zona desde hace más dediez años. Vivimos en la población de El Paují, en la Gran Sa-bana en el estado Bolívar en frontera con Brasil y tenemosuna gran pasión: las aves y sus cantos. Tony Crease es un inge-niero que, desde su jubilación, se ha dedicado a la ornitología,ha registrado más de 500 especies en el sur de la Gran Sa-bana y publicado artículos en varias revistas ornitológicas. Pormi parte, yo soy un tour líder profesional de observación deaves, además de ser uno de los guías de Tepuyes con mayorexperiencia en la zona.

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La imponente Águila Monera, la segunda en tamaño y poder de Suramérica. / Fotografía: Lorenzo Calcaño.

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La Morphnus guianensis es una de las especies de ave rapaz más raras y menos estudiada de Venezuela. / Fotografía: Lorenzo Calcaño.

La asombrosa

Morphnus guianensisAlgunos datos técnicos

Alberto Blanco Dávila@revistaRioVerde

El Águila Monera es quizás una de nuestras especies de avesrapaces más raras de encontrar, por lo menos en Venezuela esbastante difícil localizarla, muy pocas personas han tenido ladicha de observar a esta imponente ave en su hábitat natural.Esta gran Águila del Orden de los Falconiformes pertene-ciente a la Familia Accipitridae cuya nomenclatura en Latín esMorphnus guianensis, se distribuye en nuestro país al norte enla Cordillera de la Costa en los Parques Nacionales Henri Pit-tier y San Esteban (Estados Aragua y Carabobo), y quizástambién en el P.N. Guatopo en el estado Miranda. Se le en-cuentra igualmente en la Sierra de Perijá en el estado Zulia yPenínsula de Paria en el estado Sucre. Su población másgrande se localiza al sur del Orinoco en los estados Amazo-nas, Bolívar y Delta Amacuro. Se mueve en los pisosaltitudinales entre los 500 y 1 600 msnm en el dosel más altodel bosque, en la parte emergente de nuestras selvas húmedas.

En mi caso, en los 15 años que llevo como guía de naturalezay explorando todos los rincones de nuestro país, solamenteen dos ocasiones he logrado encontrarme a esta hermosa,

soberbia y rara especie. La primera ocasión fue guiando a ungrupo de observadores de aves ingleses por la cuenca del ríoCataniapo muy cerca de Puerto Ayacucho en el estado Ama-zonas. Nos encontrábamos en la camioneta andando muydespacio cuando de repente del lado izquierdo de la carreterasalió volando al otro lado un ave rapaz de gran tamaño, de pri-mera impresión pensé que era una Águila Harpía por eltamaño, coloración y por las bandas de la cola. Pero al bajar-nos del vehículo pudimos identificarla mejor y nuestra gransorpresa fue que era una Morphnus guianensis, ¡Fue mi pri-mera Águila Monera! ¡Vaya alegría! La segunda oportunidad detener la fortuna de verla nuevamente fue en la Reserva Fo-restal de Imataca entre los estado Bolívar y Delta Amacuro,me atrevo a decir que esta es la zona dónde relativamente esmás factible tener la suerte de encontrarla.

Es muy fácil confundir al Águila Monera con la Águila Harpía,pues son muy similares. Se diferencian en que la Monera es li-geramente de menor tamaño que su pariente la Harpiaharpyja, la hembra llega a medir entre los 80 y 90 cm, su colaes más larga y cuenta con tres bandas anchas de color gris, sucabeza es blanca y su lomo es negro, y su parte superior delpecho es blanca; al contrario de la Harpía que su pecho es decolor negro. Esta es la mejor clave para su identificación.

El Águila Monera es un ave solitaria y se le ve en pareja sóloen época reproductiva, se alimentan de mamíferos arbóreoscomo pequeños monos y perezas, aves, serpientes e iguanasque encuentran en el estrato superior del bosque.

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59Tesoros de nuestra biodiversidad

Esta ave, como toda gran rapaz,necesita de grandes extensio-nes de selva, por lo menosnecesita de 30 km2 de selva vir-gen para su supervivencia, asíque la fragmentación y pérdidade bosques es la primera causaque está llevando a esta impor-tante especie casi a suextinción, otra causa de la dis-minución de sus poblaciones sedebe a la caza indiscriminada.Según la Unión Internacionalpara la Conservación de la Na-turaleza (UICN) se encuentraen el estatus de “Casi Amen-zada” y en el Libro RojoInternacional aparece comoespecie en vía de extinción.

Es de vital importancia la con-servación de esta especie yaque juega un papel clave en elequilibrio y funcionamiento denuestros ecosistemas. Prote-giéndola a ella y su hábitatprotegeremos a todas las espe-cies que con ella cohabitan.

Nótese el porte de la imponente Águila Monera. / Fotografía: Lorenzo Calcaño.

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CRÓNICAS DE LA SELVA

LA NEBLINAel tepuy más alto y remoto

Charles Brewer-Carías / Fundación [email protected]

Fotografías: Charles Brewer Carias

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1. En 1954 el botánico Basset Maguire, descubridor del Cerro de

la Neblina, encontró esta hermosa planta familia del té que cul-

minaba en rosetas del diámetro de un balón de fútbol y la nombró

Neblinaria celiae en honor de su esposa Celia. Durante la expedi-

ción de 1985 encontramos que la densidad de población de esta

planta, que solo crece en esas cumbres, se debe a que su gruesa

corteza le permite sobrevivir a los incendios naturales que ocurren

allí con frecuencia por culpa de los rayos. La línea del horizonte se

muestra quebrada como la joroba de un camello formada por el

Pico Phelps (izq) y el Pico da Neblina (der). Hacia el extremo

izquierdo se aprecia el Pico Maguire.

El Cerro de La Neblina es un tepuy con aspecto de

meseta formado por capas de arena y cantos roda-

dos muy antiguos. Tiene un promontorio que se

eleva sobre los 3.000 metros, por lo que además de

ser la montaña más alta de Brasil, se le considera la

mayor cumbre en Suramérica fuera de los Andes.

Esta meseta se encuentra a caballo sobre la diviso-

ria de aguas que define a la frontera de Venezuela

y Brasil, debido a que separa la cuenca del río Ca-

siquiare que es un río afluente del Río Negro

situado en Venezuela, de la cuenca del río Caua-

burí, que también es afluente del río Negro pero

por el lado brasileño.

El descubrimientodel Cerro de La Neblina

Nadie, excepto los indígenas de las selvas circundantes, pensa-ron que pudiera existir alguna montaña en medio del Amazo-nas, hasta que algunos pilotos quienes volaban sobre la selvaque tapiza la frontera entre Venezuela y Brasil durante la Se-gunda Guerra Mundial, vieron un extraño promontorio aso-mándose entre las nubes. Recomendaron entonces incluir enlos mapas de navegación una advertencia para que los avionespasaran por esa zona por encima de los 10.000 pies de altitud(3.000 metros). Recuerdo también que fue durante la guerracuando apareció un librito ilustrado para niños, de los llama-dos “gorditos,” en el cual se mostraba que el Pato Donald y sussobrinitos habían encontrado una ciudad formada por cubos depiedra al estilo Macchu Pichu en medio de la selva, y que esaciudad había estado completamente escondida entre la niebla.Pero todas las dudas y mitos se despejaron cuando el 10 deabril de 1953 el botánico Bassett Maguire, acompañado por suesposa Celia y el también botánico John Wurdack, subieron ala Piedra del Cocuy que queda cerca del punto triple donde seencuentran las fronteras de Venezuela, Colombia y Brasil a ori-llas del Río Negro, y apreciaron como, justo antes de la puestadel sol, aparecía por el horizonte del naciente un brillo extraño.Sin lugar a dudas –pensaron ellos- que aquel habría sido elmismo brillo que había visto el gran botánico y explorador Ri-chard Spruce exactamente cien años antes, cuando desde esamisma atalaya de granito notó una lejana montaña brillandocomo el pez Pirapucú (Spruce 1908).

Basset Maguire, Julian Steyermark y Charles Brewer-Carias

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63Crónicas de la selva

2. El 19 de Julio de 1853 el botánico Richard Spruce se encon-

traba colectando plantas sobre la Piedra del Cocuy cuando notó

hacia el sureste una montaña que brillaba como las escamas del

pez Pirapukú. Un mes mas tarde casi muere en San Carlos de Río

Negro, debido a que fue picado por unas “Hormigas Venticuatro –

Paraponera clavata- ” (Spruce 1908, p. 361 y 364).

3. La Piedra del Cocuy es un domo de granito de 300 m de altura

que surge en medio de la penillanura del Río Negro y se encuentra

cerca del hito donde se encuentran las fronteras de Venezuela,

Colombia y Brasil. En 1853 el botánico Richard Spruce subió a su

cumbre y pudo ver desde allí un largo brillo en el horizonte del

sureste y, justo cien años mas tarde, el botánico Bassett Maguire

vio desde el mismo lugar el mismo brillo y supo que en Guayana

aún faltaban montañas por descubrir.

Pero Maguire, curador del New York Botanical Garden, consi-

derado el más tenaz de los exploradores de las selvas de Gua-

yana no se contentó con seguir los pasos de Spruce y decidió

organizar de inmediato una expedición con el propósito de co-

lectar las plantas que pudiera encontrar en aquella montaña

que nadie había visitado antes. Siete meses mas tarde, junto a

su esposa, Wurdack y el botánico George S. Bunting, Maguire

emprendió una larga expedición que duraría 149 días en la que

logró abrirse paso hacia las cabeceras del río Yatúa (afluente

del Pacimoni) cargando con un equipaje de 4.500 kilos. Desde

allí hizo una pica para alcanzar la cumbre del flanco norte de

esta meseta aún sin nombre el día del año nuevo de 1954.

Se establecieron en el campamento de “La Cumbre” durante

24 días y faltando apenas cuatro días para finalizar la expedición,

llegaron hasta ellos los ornitólogos William H. Phelps Jr. y su es-

posa Kathy. Los acompañaba el geólogo Charles Reynolds quien

empleó su teodolito para dibujar el primer mapa de esa “nueva”

montaña que llamaron “Cerro de la Neblina” (Maguire 1955).

4. Maguire y Wurdack remontaron los ríos Casiquiare, Pacimoni y

Yatúa, hasta alcanzar la base de la montaña y bajo lluvia diaria

abrieron una pica que les tomó 18 días para alcanzar la cumbre

plana a 1.800 metros el día de año nuevo de 1954. Este mapa

del geólogo Charles D. Reynolds permite apreciar como vieron en-

tonces al “Cerro de la Neblina“ (Maguire, 1955 p. 41)

En el campamento de la cumbre los tres botánicos lograron

colectar centenares de muestras que resultaron completa-

mente desconocidas para la ciencia. Entre estas se destacó una

planta maravillosa de la familia del té que ocupaba largas ex-

tensiones de la cumbre y que Maguire bautizó con el nombre

de su esposa: Neblinaria celiae. Pero no fue sino hasta 1985

cuando visitamos un lugar de la cumbre poblado exclusiva-

mente por Neblinarias que habían sobrevivido a un incendio

provocado por un rayo, cuando dedujimos que estos rodales de

Neblinaria habrían sobrevivido (por selección natural), gracias al

espesor de la corteza de sus troncos y por el agua que retie-

nen en sus rosetas terminales; ya que esto les había servido

para protegerse y resistir los incendios mejor que las demás

plantas (Givnish et al. 1986).

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5. El agua que colecta la roseta de la Neblinaria celiae le permite

a esta planta sobrevivir los incendios de vegetación espontáneos.

Pero aún no se conoce la función, ni el beneficio, que ofrece las

hojas en forma de saco a la planta Saccifolium bandeirae.

Otra planta importante colectada por Maguire durante otra

expedición, la cual realizó el 3 de diciembre de 1965, fue una

representada por no mas de un centenar de individuos dis-

persos entre las grietas de la pared del Pico Phelps, a 2.800 me-

tros de altitud. Seguramente allí crecían relativamente

protegidas del viento y de las heladas. Maguire nombró esta

planta como Saccifolium bandeirae en reconocimiento al gene-

ral Ernesto Coelho Bandeira quien le había ayudado a colec-

tarla. Es importante referir que esta planta no se ha vuelto a

encontrar y que representa una nueva familia que el botánico

llamó Saccifoliaceae, debido a que sus hojas tienen forma de

sacos (Maguire 1978).

La topografía general

La forma general de la meseta del Cerro de La Neblina es la

de una estrecha herradura que se extiende sobre un eje ge-

neral Noreste- Suroeste de 55 kilómetros de largo por 20 Km.

de ancho, abierta por una garganta por donde corre el Río

Baría. Las escarpas del Suroeste de la meseta se encuentran

avenadas por los ríos Ariabú, Tucano y Maricibuei, que son

afluentes del río Cauaburí el cual a su vez es afluente del Río

Negro. Esta montaña pertenece completamente a la cuenca

del Río Amazonas. El primer mapa que hizo Reynolds basado

en su visión desde la cumbre de la montaña y sus cálculos con

el teodolito mostraba lo que faltaba por explorar. Después de

la segunda expedición de Maguire en 1965 se pudo ver mejor

su perímetro alargado. Durante la campaña de demarcación de

límites de 1965, el astrónomo Pantchenko logra hacer un dibujo

a lápiz para mostrar la topografía del cerro que estaban de-

marcando (Pantchenko 1965), pero solo después de 1972 y

luego de la llegada de las imágenes de Radar Lateral SLAR, es

cuando se logra entender la topografía de la montaña. Esa ima-

gen fue publicada por vez primera en el libro “Vegetación del

Mundo Perdido” y 10 años después, en el capítulo sobre la Ge-

ografía del Cerro de la Neblina (Brewer-Carías 1978 b, 1988).

Sin embargo, las imágenes satelitales que se pueden ver ahora

permiten ver el relieve de lo que ya imaginábamos en 1988

(ver nuestro mapa de línea oblicuo).

Según nuestros cálculos esta montaña tiene una superficie de

46.337 hectáreas. La mitad la constituyen tres superficies cu-

biertas por sabanas anegadizas y turberas situadas entre 2.000

y 2.500 m.s.n.m, donde se originan los ríos de aguas negras que

avenan la montaña. Las 23.052 has restantes están represen-

tadas por escarpas y pendientes pronunciadas que son ma-

yormente avenadas por el río Baría, que corre embaulado por

una estrecha garganta que maravilló a Maguire y que él llamó

el “Cañón Grande del Baría”. Considerándolo como “una de

las maravillas naturales del mundo” que supera al Gran Cañón

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65Crónicas de la selva

del Colorado en profundidad (Maguire, 1959, Brewer-Carias

1978 b, 1988).

6. En esta imagen fotográfica lograda por un satélite de la NASA

al amanecer, se puede apreciar la forma del Gran Cañón del Baría

y como lucen las superficies planas del Cerro de la Neblina. Nos

resulta particularmente emocionante apreciar como hacia la de-

recha del centro del macizo se encuentra completamente aislada

la “Meseta de Titiricó”, donde estuvimos estudiando como se ali-

mentaban las plantas carnívoras Heliamphora. En la parte interior

se puede ver la pista de aterrizaje de la Misión de Maturacá y el

curso del Río Cauaburí.

7. El equipo de la expedición viajando en el bongo por el río negro

rumbo al Cerro La Neblina al fondo se divisa la Piedra del Cocuy

en la triple frontera (Venezuela, Colombia y Brasil).

El Pico Da Neblina,el Pico Phelps y los otros picos

Lo que hemos considerado como tres explanadas que forman

la superficie general del Cerro de La Neblina no son continuas,

porque se encuentran interrumpidas por una serie de picos

que descuellan por sobre el nivel general del altiplano. Se des-

tacan entre estos el Pico Phelps, el Pico Zuloaga y el Pico Car-

dona, los cuales fueron bautizados así por Bassett Maguire y

John Wurdack durante la segunda expedición que hicieron

1959. En vista de que no se había hecho un reconocimiento

geográfico para el descubridor de esta montaña, años después

Brewer-Carías bautizó a uno de los picos destacados en la cum-

bre y aún sin nombre para aquella época, como “El Pico Ma-

guire” (Brewer Carias 1988).

8. Este es un dibujo que hicimos copiando una fotografía hecha

mientras volábamos dentro del “Gran Cañón del río Baría”. Se

muestra con claridad cuál fue la posición de nuestro “Campa-

mento V” y como se relacionan los picos principales que coronan al

Cerro de la Neblina (Brewer Carias 1988). El Pico Zuloaga se en-

cuentra hacia la izquierda y Esqueda fuera de este dibujo.

Cuando la Comisión Binacional de Límites entre Brasil y Vene-

zuela realizó nuevas mediciones y observaciones de la línea divi-

soria hidrográfica de las cuencas de los ríos Casiquiare y Cauaburí

en 1965, determinó que El Pico Phelps, tal como fue descrito

por Maguire lucía como la joroba doble de un camello. Poco des-

pués se determinó que quedaba “a caballo” sobre la línea “parte

aguas” y era dividido en dos por la línea de la frontera. Así, los

promontorios que están separados entre sí por 687 m queda-

ron ubicados en dos países diferentes. Uno de los picos con

3.014 m de altura quedó del lado del Brasil y el otro promon-

torio un poco mas bajo, alcanzaba 2.992 m sobre el nivel del mar,

quedó del lado de Venezuela, (Pantchenko 1965).

Como resultado de esta observación, la parte brasilera del lla-

mado “Pico Phelps” según Maguire, en 1965 fue rebautizado por

la Comisión de Limites del Brasil como: “Pico da Neblina”, ya

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67Crónicas de la selva

9. Esta es una proyección oblicua del Cerro de la Neblina que

imaginé a partir de una imagen de Radar Lateral (SLAR) que fue

contratada por CODESUR en 1972. A partir de aquella imagen

SLAR hice una escultura en barro para comprender mejor la mon-

taña y poder hacer este dibujo donde muestro mi idea de su

topografía general y así poder señalar la ubicación de cada uno

de los 12 campamentos que establecimos en la cumbre durante

las expediciones que dirigimos durante los años 1983 y 1985.

Claro que nos resultó muy gratificante ver como aquel dibujo que

hicimos con tanto esmero, correspondía con extrema precisión a

la topografía que mostró la fotografía satelital que obtuvo la NASA

veinte años después.

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68

que este correspondía a la altura culminante de todo el terri-

torio de Brasil, además de conformar el pico más alto del con-

tinente suramericano fuera de las cumbres andinas. El otro

promontorio de la joroba fue también despojado de su nom-

bre original (Phelps) y en los mapas brasileños aparece como

“Pico 31 de Marzo” … ! En vez de haber respetado el nombre

original propuesto por Maguire y Wurdack al publicar su trabajo

“The Position of Cerro de la Neblina”. Quienes justificaron la

razón para nombrarlo “Phelps” con las siguientes palabras:

“ Además de fijar rasgos de importancia dándoles nombre,

quisimos también asociarlos con los nombres de hombres,

todos venezolanos, quienes han contribuido de una ma-

nera sobresaliente a la historia natural de Venezuela. Es

nuestra señal de respeto para ellos, por consiguiente,

hemos formalmente dado el nombre de Pico Phelps por

William H. Phelps, y William H. Phelps Jr., ornitólogos; Pico

Zuloaga por Guillermo Zuloaga, geólogo; y Pico Cardona

por Félix Cardona, geógrafo (todos de Caracas)” (Maguire,

B. y J. Wurdack, 1959 p. 566).

10. Este es el lugar del “Campamento II” situado a 2100 m de al-

titud en la base del Pico Maguire. Detrás y a la izquierda se

encuentra el “Pico da Neblina”. Hacia la derecha se encuentra el

cañón del río Baría. Este lugar estaba completamente anegado y

durante la permanencia allí hubo una falla en la logística del trans-

porte, por lo que tuvimos que alimentamos en parte con las

gruesas lombrices de tierra sancochadas. En este Río Roy (en

honor al herpetólogo Roy McDiarmid), el investigador Paul Span-

gler colectó el “Neblinagena prima”, que quiere decir : el primer

animal que resultó nuevo para la expedición y el mundo.

La información publicada por ciertos medios de divulgación al

referirse al Cerro de la Neblina, indican que existe una confu-

sión sobre el área que ocupa la montaña dentro de los territo-

rios de Venezuela y Brasil. El análisis que hicimos sobre la

superficie de las cuencas de colección de los ríos venezolanos y

brasileños que drenan la cumbre, dio como resultado que de las

46.337 hectáreas de la superficie total de la montaña, solo una

cuarta parte de ella (11.767 ha.) se encuentra en territorio del

Brasil. Esta superficie corresponde a las cuencas de colección de

los altiplanos de los Ríos Ariabú y Titiricó los cuales drenan sus

aguas hacia los Ríos Cauaburí y Negro en Brasil, en vez de hacerlo

hacia el Río Baría de Venezuela. Esta confusión sobre la dimensión

de montaña surge por el desconocimiento general de la región

y porque las fuentes de información confunden al “Pico da Ne-

blina”, que es solo una de las cumbres con las que culmina esta

meseta, con el “Cerro de la Neblina” que es el nombre para

toda la montaña.

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69Crónicas de la selva

hadada expedición del Coronel Percival Fawcett quien des-

apareció en 1925 cuando buscaba una ciudad perdida en la

selva, decidí organizar en 1961 lo que llamé: “La Expedición Uni-

versitaria al Alto Paragua”. Nuestro objetivo era alcanzar la fron-

tera con Brasil siguiendo el curso del río Paragua (afluente del

río Caroní), para ubicar cerca de sus nacientes el lugar donde ha-

bría estado el mítico fuerte de San José de Guirior, construido

en 1775 para proteger a los exploradores que pasarían por allí

en busca de la ciudad de Manoa, la capital del reino del Hom-

bre Dorado, y eso, nos resultaba muy interesante.

11. Manoa, la capital del reino del Hombre Dorado situada en la

orilla del Lago Parime o el Mar Blanco, tal como fue descrito Sir

Walter Ralegh según lo que le contó Antonio de Berrío en 1595.

Dibujo de Hulsius en 1599.

Ya sobre el Cerro de La Neblina

Durante el mes de Octubre de 1970, fuimos invitados por el as-

trónomo George Pantchenko de la “Comisión Demarcadora de

Limites”, para que participáramos en la campaña de 1970 para

la demarcación de frontera con Brasil, acompañado por mis ami-

gos el orquideólogo G.C.K. Dunsterville y el botánico Julian Ste-

yermark. Podríamos llegar finalmente a la cumbre de aquella

misteriosa montaña y ver que cosas nuevas encontraríamos. Des-

pués de entrevistarnos con los representantes brasileños quienes

Razón de nuestra entradaa Guayana

Nosotros habíamos puesto mucha atención a lo que decía Gus-

tavo Heny (quien salvó a Jimmie Angel después de su fallido ate-

rrizaje en el Auyantepui) y a Carlos Freeman (explorador y

geólogo de la Gran Sabana), cuando hablaban en la oficina de mi

padre sobre montañas, aviones y ciudades perdidas en la selva.

Recuerdo claramente que, cuando en 1959 me preparaba para

unas competencias de natación, leí en una Revista El Farol, que

el ornitólogo Billy Phelps, quien también era amigo de mi padre

fue uno de los que acompañó a Maguire durante la expedición

hacia una misteriosa montaña amazónica que se encontraba casi

siempre cubierta por nubes y que debido a eso Maguire la había

bautizado como: “El Cerro de la Neblina” (Maguire 1959).

Hay que tener presente que cuando se hicieron estas expedi-

ciones no había satélites con cámaras fotográficas en el espacio,

ni mapas que mostraran el lugar donde estaría aquella montaña.

Por lo que la única manera de dar a conocer su ubicación, fue

mediante un sextante y un teodolito con el cual se pudiera de-

terminar la altura sobre el horizonte a la que se encontraban al-

gunas estrellas, para así estimar las coordenadas geográficas del

lugar. Me empeñé entonces en aprender a manejar el sextante

y el teodolito, esperando que en cualquier momento alguien me

invitara a participar en alguna expedición hacia lugares remotos.

Pero como nadie me invitó y me inspiró la lectura sobre la mal-

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se encontraban en la Misión de Maturacá a orillas del Río Caua-

burí, fuimos transportados hasta una de las explanadas de la cum-

bre para que comenzáramos allí “nuestro trabajo”.

12. Los miembros de la Expedición Universitaria al alto Paragua

de 1961-62, empeñados en encontrar el sitio donde estuvo el

fuerte de Guirior que fue contruído en las cabeceras del río Para-

gua como protección para los que iban en busca de Manoa, pero

solo encontraron una campana. De Pie, de izq. A Der: Luis Eduardo

Paul, Julian Steyermark, Rómulo Lander, Julio Lescarboura y Werner

Ulmer. Agachados Charles Brewer-Carías y Lionel Jugo.

13. Aquí estamos tomando té el orquideólogo G.C.K Dunsterville,

el botánico Julian Steyermark y Charles Brewer-Carías en el cam-

pamento que hicimos sobre el valle de la meseta del Río Titiricó

situada del lado de Brasil, durante la expedición que hicimos en

1970. Al fondo el promontorio del Pico da Neblina.

Si bien aquella fue una oportunidad extraordinaria para los tres

compañeros de la expedición, ni el piloto del helicóptero, ni los

jefes de las Comisiones delimitadoras de la frontera, se entera-

ron que, debido a la hora en que despegó el helicóptero y lo

inclinado del lugar, habríamos de quedar aislados y sin agua du-

rante una semana. Fue así como diariamente lográbamos sub-

sistir gracias a nuestro empeño por recoger con un pañuelo el

rocío que amanecía adherido a las plantas y por beber el agua

que encontrábamos depositada en el “estómago” de las plan-

tas carnívoras del género Heliamphora.

14. En el primer campamento que hicimos sobre el Cerro de la

Neblina en 1970, quedamos aislados y sin agua durante una se-

mana, por lo que diariamente lográbamos subsistir gracias a

nuestro empeño por recoger con un pañuelo el rocío que amane-

cía adherido a las plantas y por beber el agua que encontrábamos

depositada en el “estómago” de las plantas carnívoras del género

Heliamphora.

Durante aquel viaje extraordinario en el cual hicimos sendos

campamentos en el “Plan alto del río Baría” y en la “Meseta de

Titiricó”, logramos resultados muy importantes, como lo reflejan

los dibujos que hizo Dunsterville sobre las orquídeas que en-

contramos en la meseta de Titiricó (Dunsterville 1972), la colec-

ción de varias docenas de plantas nuevas para el mundo por

parte de Steyermark, así como mis observaciones en vivo sobre

los mecanismos de trampa que eran empleados por tres plantas

carnívoras diferentes, con referencia especial a la atracción, di-

gestión y al mantenimiento del nivel del agua de las Heliamphora

nutans. Lo cual resultó que era la primera vez que se estudiaba

y se publicaba, ya que aquello habría sido imposible deducir es-

tudiando los ejemplares secos y prensados que se encuentran

en los herbarios (Brewer-Carías 1972, 1973 a, 1973 b y 1978 a).

Además de esto logramos colectar e identificar con la ayuda de

Steyermark, cuales plantas alucinogénicas empleaban los indí-

genas Yanomamö que vivían por el Río Cauaburí (Brewer-Carías

y Steyermark 1976).

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especialistas, sería suficiente para comprender las dimensiones

de este programa explicar que los 144 investigadores que par-

ticiparon representando todas las ramas de la ciencia, reco-

rrieron 12 campamentos ubicados a diferentes alturas a lo

largo de 2 años.

Considerando solamente el trabajo de los 27 botánicos, estos

lograron colectar 53.172 muestras y duplicados representadas

por 13.986 números de colección. Pero para tener una mejor

idea del volumen y la logística que fue necesaria para la movi-

lización de esas muestras hasta el Instituto Botánico de Vene-

zuela, basta decir que el peso de esa colección de muestras de

plantas sobrepasó las 14 toneladas…!

De igual forma se logra entender mejor la dimensión de lo

que se obtuvo durante la expedición al Cerro de la Neblina,

explicando que las plantas colectadas solo en esa montaña du-

rante los dos años que duraron las expediciones, resultó mas

del doble de la todas las plantas que fueron colectadas a lo

largo de 54 años de exploraciones botánicas por en todo el

Territorio Amazonas. Y para tener una idea superficial sobre la

biodiversidad encontrada, bastaría mencionar que entre las

1.028 muestras de líquenes y musgos que fueron colectadas

por el botánico William Buck, él estimó que en su colección

pudiera haber entre un 75 y un 90 % de especies nuevas para

la ciencia …! (Brewer-Carías 1988).

15. Este es G.C.K. “Stalky” Dunsterville, sin dudas el mayor estu-

dioso de las orquídeas venezolanas, y un dibujante extraordinario,

quien publicó su trabajo en seis tomos. Aquí, mientras dibujaba en

la Misión de Maturacá, una especie de Maxillaria que colectó en

la meseta del Titiricó en 1970 (Dunsterville, 1972).

La gran expedición

Quizás la mayor expedición para el estudio de la biodiversidad de

un área en el mundo hasta entonces, según testimonio de Roy

McDiarmid del Smitsthonian Institution y de Julian Steyermark, fue

la que organizamos para la Fundación para el Desarrollo de las

Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales (FUDECI) durante los

años 1983-1987 al Cerro de La Neblina. Los resultados de esta

expedición fueron de tal magnitud, que el Dr. Paul Spangler, un

entomólogo quien describió el primer nuevo ejemplar colectado

en dicha expedición como Neblinagena prima (Spangler 1985), le

dijo a un reportero que lo entrevistó en 1985:

“Muchos de los especialistas que van a estudiar y clasificar

el copioso material que hemos colectado en la expedición al

Cerro de la Neblina, aún no han nacido...!”

Debido a esto y a que publicamos un libro de 922 páginas

para informar sobre el material colectado durante las diez ex-

pediciones que se organizaron, nos parece que solo con pre-

sentar una lista parcial del material obtenido por los

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73Crónicas de la selva

16. Esta es uno de los diez grupos de investigadores que repre-

sentando múltiples instituciones y especialidades, participaron en

las expediciones al Cerro de la Neblina entre 1983 y 1985. Se en-

cuentran allí los esposos Spangler especialistas en insectos

acuáticos, el herpetólogo Roy McDiarmid y el mastozoólogo Alfred

Gardner del Smisthsonian, Brian Boom, Michael Knee, Joe Beitel y

Bill Buck del New York Botanical Garden, Alfredo Paolillo del Insti-

tuto de Zoología Tropical de la UCV, Adele Conover quien se perdió

en la selva y otros. Hacia el extremo derecho mi esposa Fanny

quien me acompañó y apoyó durante algunas de las campañas.

17. Este es el Campamento Base de las expediciones del Neblina

durante los años 1983-85, antes de que unos innombrables co-

mandantes de la Guardia Nacional de Venezuela, consideraran

que nuestra presencia allí interfería con sus negocios de contra-

bando, por lo que acusaron a la expedición de ser “una cortina de

humo” para esconder actividades mineras y que los 144 partici-

pantes eran unos garimpeiros de cuello blanco…!. (Ver : Brewer,

1988 para los detalles)

Para concluir esta presentación sobre la gran expedición del

Cerro de la Neblina, debo dejar constancia que mientras diri-

gíamos las exploraciones en el Alto Orinoco y después en el

Cerro de la Neblina del lado venezolano, se encontraba dibu-

jando plantas al pie de la misma montaña y en el río Maturacá

pero del lado brasileño, la extraordinaria pintora inglesa Mar-

garet Mee (Mee, 1988). Después nuestros amigos Uwe George

en 1987 (George, 1997) y el insuperable dibujante de fauna

Jan Dungel en el año 2004 (Dungel, 2006), entraron por el Río

Pacimoni y por el río Baría alcanzaron el canal de Maturacá. Los

tres exploradores han legado su obra en magníficas publica-

ciones dignas de ser atesoradas.

18. Mientras preparábamos el Campamento 2 en la base del Pico

Maguire y a un lado del río Roy encontramos que el piso estaba

formado por una turba que se hundía. Al fondo se aprecia la cara

del Pico Phelps que forma parte del Pico de Neblina considerado

el más alto del Brasil (3.014 m) y frente a las tiendas de campaña

se encuentran Roy Mc Diarmid y Alfredo Paolillo.

19. Entre el 11 y 13 de enero de 1981 organizamos una expedición

botánica en la que se lograron numerosas especies nuevas para la

ciencia al explorar varios tepuyes. Durante esta expedición nos acom-

pañaron Celia Maguire y Bassett Maguire descubridores del Cerro de

la Neblina, junto con Julian Steyermark y mi hija Carla (entre otros), en

cuyo honor fue nombrado el río Carla, que fue donde hicimos este

campamento del Cerro Marutaní que hasta entonces era un tepuy

inexplorado de 1150 de altura, que se encuentra en las cabeceras

del río Paragua. (Brewer, 1990)

18

19

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74

Referencias bibliográficas

Brewer-Carias, Charles (1972) "Observaciones sobre el nicho ecoló-gico de Heliamphora, Planta Carnívora del Cerro de La Neblina".Natura (48-49): 4-7.

Brewer-Carias, Charles (1973 a) "Plantas carnívoras del Cerro de LaNeblina. Estudio y fotografías sobre tres mecanismos de trampas" Re-vista Defensa de la Naturaleza, (6):17-26

Brewer-Carías, Charles. (1973 b) "Plantas Carnívoras del Cerro de LaNeblina" Revista Dinners (44):18-20 Caracas. (14 fotografías)

Brewer-Carias, Charles and Julian A. Steyermark (1976) "Hallucinoge-nic snuff drugs of the Yanomama Caburiwe-teri in the Cauaburi River,Brazil" Economic Botany, 30(1):57-66 .

Brewer-Carías, Charles. (1978 a) Plantas Carnívoras (Heliamphora,Drosera y Utricularia) pp.194-223 en: "La Vegetación del Mundo Per-dido". Cromotip, Caracas. 248 p.

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Brewer-Carías, Charles (Ed). (1988) “Cerro de la Neblina, Resultadosde la Expedición” Caracas. 922 p.

Brewer-Carías, Charles (1990) "With Bassett Maguire on the Islands ofTime" Memoirs of the New York Botanical Garden 64: 34-44, Dec 1990.

Dungel, Jan (2006) “Painting The Jungle” 240p.Academia, Prague.

Dunsterville, G.C.K. (1972) Algumas orquideas das mais altas regiöesdo Brasil. BRADEA 1(12):83-121.

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Maguire, Bassett (1955) Cerro de la Neblina, Amazonas, Venezuela. Anewly discovered sandstome mountain” The Geographical Review44(1):27-51.

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Maguire, Bassett (1959 b) “Exploración Botánica en Guayana” RevistaEl Farol (185):7-11. Noviembre.

Maguire, Bassett (1978) “Saccifloliaceae, New Monotypic Family of theGentianales”. Memoirs of the New York Botanical Garden. 29:230-245.June.

Mee, Margaret (1988) “In Search of Flowers of the Amazon Forest”Nonesuch Expeditions Ltd. 303 p. England.

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Spruce, Richard (1908) Notes of a Botanist on the Amazon and Andes.Edited By Alfred R. Wallace. 2 vol. London.

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Catamarán de Aerotuy anclado en uno de los cayos de Los Roques. / Fotografía: Brigitte Diez.

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RINCONES Y REFUGIOS

LOS MEJORES LODGESde Venezuela

Álvaro Montenegro / Los Viajes de [email protected]

@alvaromont

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Los Roques es el único atolón en el Océano

Atlántico y es humedal de importancia interna-

cional. La salud de su ecosistema es vital para la

supervivencia de más de 90 especies de aves,

4 especies de tortugas marinas, 4 especies de

manglar, 57 especies de corales y aproximada-

mente 300 de peces. Sin duda alguna, uno de los

ecosistemas marinos más biodiversos del Caribe

y lo tenemos aquí, muy cerquita de nosotros,

¡no dejes de visitarlo! Compartimos el mejor

itinerario de viaje para ti.

Posadas de Aerotuyen el archipiélago de los roques

El Archipiélago de Los Roques fue declarado Parque Nacional el9 de agosto de 1972, para conmemorar los 100 años del primerParque Nacional del mundo: Yellowstone, en los Estados Unidosde Norteamérica. El parque tiene unas 221 120 hectáreas com-puestas de aguas cristalinas y más de 50 cayos, islotes, arrecifescoralinos y bancos de arena.

Los Roques está considerado como el único atolón en el Océ-ano Atlántico y está formado por dos barreras de arrecifes, un

Avión de la línea Turística Aerotuy. / Fotografía: Brigitte Diez.

conjunto de pequeñas islas de origen coralino dispuestas enforma de anillo alrededor de una gran laguna central de aguaspoco profundas y transparentes. También fue declarado comositio RAMSAR, es decir, es un humedal de importancia interna-cional, que debe ser protegido como ecosistema vital para lasupervivencia de muchas especies, entre ellas, más de 90 espe-cies de aves, 4 especies de tortugas marinas, 4 especies demanglar, 57 especies de corales y aproximadamente 300 depeces, sin duda alguna, uno de los ecosistemas marinos más bio-diversos del Caribe.

Famosos como Harrison Ford, George Bush, Antonio Banderas,Sharon Stone, Francis Ford Coppola, Donna Summer, Ron Silver yel alcalde de Alabama han viajado al Archipiélago de Los Roques,para conocer este exótico lugar que está tan “trendy”, como laisla de Mikonos lo fue en la década del 70, Mustique en los 80, oIbiza en los 90. Es que en Los Roques se consigue la naturaleza ensu estado más puro, y las playas más bellas que uno pueda soñar;arenas blancas como la nieve y aguas tranquilas con tantas tonali-dades del color azul, que parecen un lienzo.

En las posadas y los cafés de El Gran Roque, la isla más impor-tante del archipiélago, se escucha hablar italiano e inglés, mezcladocon alemán y español. Por eso la célebre revista norteamericanade turismo “Conde Nast Traveler”, ha bautizado a Los Roquescomo la nueva torre de Babel. Allí precisamente es donde se en-cuentran las posadas de la operadora Aerotuy.

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81Rincones y refugios

Los Roques es ideal para no hacer nada, tumbarte en la playatodo el día y leerte un buen libro. Pero si quieres exaltar tus sen-tidos, entonces puedes hacer submarinismo diurno y nocturno,pesca de Macabí, practicar windsurf, kitesurf, snorkeling, remar enkayak, observar aves o caminar hacia el Faro Holandés. Al finalizarel día, te sentirás como regresando de un cuento fantástico, en elcual el protagonista fuiste tú. No olvidarás esos momentos nunca.

En Los Roques hay casi 50 posadas y todas tratan de ofrecer unservicio honesto, cálido y familiar. Como Aerotuy vuela desdehace décadas a Los Roques, hace años se integró aguas abajo ydecidió tener varias posadas para sus pasajeros que deseaban alo-jamiento. La recepción de huéspedes se hace en una sola de ellas:en la posada La Plaza, ubicada frente a la Plaza Bolívar. El horariode recepción es de 6:00am a 8:00pm y allí los amables guías ex-plican con mucha destreza a todos los pasajeros, el itinerario dela estadía. La oficina de Aerotuy está al lado de esa posada, y esees el lugar a donde se lleva el equipaje para el vuelo de regreso.La posada La Plaza es sencilla, pero impecable.

Unos pasos más allá, al lado de la Concha Acústica de Los Roques,se encuentra la posada Las Palmeras también de Aerotuy, pre-ciosa y dotada con una arquitectura típica caribeña. Uno entra enun largo y estrecho pasillo al aire libre que parece sacado de unapelícula de otros tiempos, y camina entre las fachadas pintadas deblanco con bordes verdes de las habitaciones. Al lado de esta po-sada está la tienda Botuto, donde venden recuerdos y objetos

diversos. La posada más pequeña de Aerotuy es Macabí, ubicadaentre la plaza y la playa, muy cerca del muelle.

Yo la última vez que fui y con mis amigos de Río Verde, nos aloja-mos en la posada Vistalmar, también de Aerotuy y quedamos muy,pero muy satisfechos. Está muy bien ubicada frente a la playa allado del muelle de El Gran Roque. Todas las habitaciones tienenaire acondicionado y la que me asignaron fue la número 1, que es-taba a metros del agua. Casi podía tocar el mar desde mi ventana.Posee una maravillosa terraza con vista infinita al mar, ideal paratomarte un rico coctel junto a tu ser querido disfrutando de losmás bellos atardeceres y del espectáculo de las aves marinas re-voloteando sobre los peñeros. El servicio fue muy correcto, lascomidas se hacían en el restaurante “El Muelle” y lo mejor fue queme inspiré profundamente durante las noches, observando las es-trellas en la terraza de la posada.

Los guías de Aerotuy son una maravilla, muy bien preparados,atentos, cordiales y siempre haciendo que tu estadía sea lo mejorposible. Nuestros guías fueron Patricia Canepa, Jesús Hernándezy Ricardo Kowalsky, debemos agradecerles muy profundamentelo excelente que se portaron con nosotros y lo bien que nos hi-cieron pasar esos tres días inolvidables. Pregunten por elloscuando vayan a Los Roques y tendrán a los mejores guías.

Los Roques es, sin lugar a dudas, un sitio con un encanto muy par-ticular. Cada día es más fácil conocer Los Roques, porque en baja

Laguna interna de mar en el Gran Roque, isla principal del archipiélago. / Fotografía: Brigitte Diez.

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Parte del equipo de guías de Aerotuy compartiendo con Norelys Rodríguez. / Fotografía: Brigitte Diez.

Posada Las Palmeras de Aerotuy. / Fotografía: Brigitte Diez.

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83Rincones y refugios

Impuestos

Los Roques es un Parque Nacional. Al bajarse del avión en elGran Roque hay que pagar una tasa de BsF.76 si es venezolanoBsF.152 si es extranjero.

Dónde reservar

En su agencia de viajes de confianza afiliada a AVAVIT, o directa-mente en Aerotuy, www.tuy.com.

Actividades

Buceo con la escuela Ecobuzos, teléfono (0414)791.93.80,www.ecobuzos.com

Pesca de macabí o pez ratón con Cristóbal Yrazabal, que es el ve-nezolano que más sabe de estas técnicas, y quién mejor organizalos viajes de pesca deportiva. Su compañía se llama Sight Cast ytiene una página Web: www.sightcast.org .Llámalo al (0414)239.13.28 que la vas a pasar buenísimo.

Kite y Windsurf en Francisquí con Elías, y su compañía Vela WindSurf. Llámalo al (0414) 225.28.04, para que aprendas todos los se-cretos de las velas con él.

temporada siempre hay ofertas. No permitas que te cuentencómo son estos cayos, ven con tu pareja y verás de lo que te hasperdido todos estos años. La vida es bella, disfrútala con delica-deza y romanticismo en Los Roques.

Cómo llegar

La Línea Turística Aerotuy (LTA), teléfono (0212) 212.31.10 tienemás de 20 años volando diariamente a Los Roques con unosaviones Dash-7 de 48 puestos y es la línea con más experienciaque va al Archipiélago. El vuelo dura unos 30 minutos desde Mai-quetía y los aviones son muy seguros.

Paquetes

La Línea Turística Aerotuy, página web: www.tuy.com ofrece unospaquetes muy buenos: • Day Tour incluyendo pasaje aéreo desde Maiquetía, paseo en

Catamarán y almuerzo, incluyendo refrescos.• Tour dos días, una noche incluyendo pasaje aéreo desde Mai-

quetía, alojamiento, todas las comidas y paseo en Catamarán.

Pero mi recomendación es que se queden por lo menos dos díasy una noche, y puedan disfrutar dos días en esos maravillosos Ca-tamaranes de Aerotuy visitando los diferentes cayos.

Catamarán de Aerotuy y al fondo el Gran Roque. / Fotografía: Brigitte Diez.

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Niños roqueños pescando en un muelle del Gran Roque. / Fotografía: Brigitte Diez.

Pelícano, Boba marrón y Guanaguanare, parte de la avifauna que habita en el archipiélago de los Roques. / Fotografía: Alberto Blanco Dávila.

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85Rincones y refugios

No olvides

No dejes de visitar Cayo deAgua, que es el único sitio que tiene agua dulce en el archipiélago. Los indios arahuacos se proveían de aguadulce en Cayo de Agua,hace más de mil años cuandovenían a cazar botutos. Pueden contratar allá directoa un lanchero o los guías de Aerotuy pueden ayudarlosen eso.

Tampoco dejen de visitar la Isla de Dos Mosquises Surdónde se encuentra la Estación Biológica de la Fundación Científica Los Roques y podrán disfrutar decientos de tortugas marinasque allí crían para luego ser liberadas a su hábitat natural,allí les ofrecen una charla muy interesante sobre estasespecies que están en peligrode extinción, y pueden hastaadoptar una tortuga verde o carey.

No olvides llevar mucho protector solar y untárselohasta en los pies, el sol en Los Roques es más brillanteque en cualquier lado.

Los Viajes de Montenegro radio

se transmiten de lunes a viernes

a las 11:00 am por la 100.7

fm., la Radio del Ateneo

de Caracas

www.ateneofm.com.

El famoso faro en la colina del Gran Roque. / Fotografía: Brigitte Diez.

El equipo de revista Río Verde en el PN. Archipiélago de Los Roques. / Fotografía: Brigitte Diez.

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Entrada de Posada La Bravera en medio del bosque nublado. / Fotografía: Alberto Blanco Dávila.

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87Rincones y refugios

Estancia La Bravera Santuario de la naturaleza y de la cordialidad

La Estancia La Bravera es el Jardín Botánico Satélite del estado Mérida y el paraíso de loscolibríes, por lo que prácticamente no debes ni salir de la posada para conocer las maravillasdel bosque nublado. Si tu preferencia es la naturaleza, el trato amable y la comodidad, nolo pienses dos veces para hospedarte en esteextraordinario santuario.

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El otro día un amigo que noviaja por Venezuela desde hacetiempo me preguntó: “Cómoestán las posadas en Mérida?” ydespués de que le expliquéque están mejor que nunca,que son muchísimas y que enel Estado hay posadas paratodos los gustos y presupues-tos, me dijo: “¡Qué buenanoticia! ¡Recomiéndame enton-ces una para la observación deaves y que sea un verdaderosantuario para la naturaleza!”.

Enseguida pensé en la EstanciaLa Bravera, ubicada en un bos-que nublado hermoso llamadoSan Eusebio, en la carreteraque conduce de Jají a La Azu-lita, a más de 2 300 metrossobre el nivel del mar, muycercano al Parque NacionalSierra de La Culata. La posadaestá enclavada en una de laszonas con mayor diversidadde aves en Venezuela, conaproximadamente 456 espe-cies registradas, de las cualesunas 200 especies se reportanen La Bravera y sus alrededo-res, y algunas de ellas sonendémicas, es decir que sóloallí se encuentran.

Le comenté a mi amigo quepasé unos días maravillosos enLa Bravera, compartiendo consus propietarios, el sereno e in-teligente ingeniero Jorge Bravo,y su adorable esposa Ivón. Lecontaba que al entrar en estemundo mágico, lo primero queuno encuentra es una subidafuerte rodeada de vegetación,que tiene a los lados unas ca-bañas preciosas. Arriba está lacasa principal de la posada, conun gran patio y un agradablecaney sin paredes, que sirve de comedor, bar, cocina y escomo un gran palco para observar las 12 especies decolibríes que allí habitan.

Le explicaba que yo no podíacreer la cantidad de estos pajaritos que revoloteaban al-rededor de unos envasesespeciales para alimentarlosque Jorge colocó a un lado del Cabaña. / Fotografía: Alberto Blanco Dávila.

Una de las acogedoras cabañas de La Bravera. / Fotografía: Alberto Blanco Dávila.

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89Rincones y refugios

comedor para deleitar a sus huéspedes, pudimos contar hastamás de 40 ejemplares de tucusitos volando y posados a tan sólodos metros o menos de distancia. Le conté que conversando fe-lices, sentados en la mesa con un café bien caliente paracompensar los 11ºC de temperatura que había en el ambiente,contamos más de diez especies de colibríes volando como en-loquecidos por el jardín. Alberto Blanco, quién sabe muchísimode eso, anunciaba los nombres de cada una de las especies -“esees el colibrí coludo azul, ese otro es el terciopelo, aquél es el incaacollarado, ese otro es el ángel del sol cuelliocre, aquel es el ore-jivioleta verde…” y así prosiguió hasta contar más de diezespecies. Jorge le anotaba que el que estaba más alejado era elestrella cuellirojo y que el ángel sol de Mérida se acababa de ir.Mientras la conversación de los expertos se complicaba, EnderJáuregui y mi persona (casi hipnotizados por esa especie deaquelarre que nos brindaba la naturaleza) nos dedicamos atomar fotografías de los colibríes muy de cerca, en las posicio-nes más extrañas, casi tocándolos con el lente.

Nunca supe si esa ausencia de temor en los colibríes era por elhambre, por el ambiente virgen y a la vez mágico en el cualviven, o por la costumbre de estar cerca de las personas. Locierto es que los pajaritos se nos acercaban y nos rozaban consus alas en un espectáculo fascinante que parecía sacado de uncuento imposible.

Absortos con tanta emoción, y después de disfrutar de los ex-quisitos platos que el mismo Jorge e Ivón preparan, nos fuimos ahacer una excursión a la Sabana del Suare, allí mismo dentro de

la hacienda. Pasamos por un sendero de interpretación de bos-que nublado que acomodaron los propietarios con la ayuda delprograma Bio Andes de la ULA y los profesores Dra. MichelleAtaroff y Dr. Pascual Soriano. El recorrido es precioso, repletode bromelias, helechos, musgos, orquídeas y calas, con una pe-queña cascada incluida. Al final del sendero salimos a una sabanamuy abierta llena de colinas y frailejones, al pie del páramo delTambor. Como el día estaba despejado pudimos ver a lo lejos laSierra Nevada de Mérida, con sus cinco Águilas Blancas llenitasde nieve como en un cuento de niños, y por el otro lado el im-ponente Lago de Maracaibo, plácido a los pies de la cordillera.

Otro de los regalos naturales de La Bravera es que, por un Con-venio firmado con la Fundación Jardín Botánico de Mérida, laEstancia La Bravera (desde el año 2010) es Jardín Botánico deSelva Nublado. Lo que la convierte en Jardín Botánico Satélite delestado Mérida. Los visitantes podrán apreciar la identificación detodas las plantas de los alrededores de la posada, en dónde losespecialistas han registrado 121 especies de plantas superiores.

Para esbozar una idea de la joya natural que representa este má-gico lugar, mencionaré algunas de sus bondades: se hanidentificado 456 especies de aves en su entorno. Posee 12 hec-táreas de Bosque Nublado Andino para su conservación comoReserva Privada (se pueden visitar sin salir de la estancia). Se en-cuentra al pie del Páramo El Tambor, lugar de especies animalesy vegetales únicas en el mundo. Este entorno es el hábitat de laendémica Ranita Amarilla de La Carbonera considerada proba-blemente extinta. La zona constituye el primer lugar del planeta

Vista del patio central de la posada, a muy poca distancia está el Páramo El Tambor. / Fotografía: Alberto Blanco Dávila.

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con mayor diversidad y densidad de plantas epífitas, con más de100 especies de orquídeas y bromelias. Por si fuera poco, cuentacon la presencia del Oso Frontino, única especie de oso de Amé-rica del Sur, y por ello pueden verse sus rastros de vida.

La recomendación a mi amigo concluyó con unas palabras delobservador internacional de aves David Fisher: “La Bravera es elúnico lugar de Venezuela donde puedes observar aves dentrode la posada”. En fin, pasamos dos días en uno de los lugares másmágicos y deliciosos que he visitado en Venezuela, es uno deesos lugares que obligatoriamente hay que ir a visitar.

Cómo llegar

Desde la ciudad de Mérida se toma la vía al pueblo de Jají. Unavez que llegas a la bomba de la entrada a Jají, tienes que seguirpor la vía al pueblo de La Azulita. Son 18 kilómetros desde allí,pero debes ir despacio porque la carretera no permite apuros.En total, el trayecto desde la ciudad de Mérida hasta la posadatoma un poquito más de una hora.

Coordenadas

La Estancia La Bravera es una posada bella, sin pretensiones, en-cantadora y enclavada en un lugar mágico. La arquitectura de lascabañas está en perfecta armonía con el entorno.

GPS: N 08º 38’ 29,4” – W 71º 23’ 1,0”Reservaciones: (0212) 978.26.27Website: www.estancialabravera.com.

Les recomiendo su página, es el sitio web de posada más completo que he visto, con muchísima información técnica de la zona.

No olvides

Tu cámara fotográfica, porque los paisajes y las aves son idealespara capturarlos con el lente. Llevar pantalones largos, franelas,camisas manga larga y un buen suéter para la noche, y si te hacefalta más abrigo en la posada te proveen de unas ruanas que tequitarán todo el frío. Trae dos pares de zapatos, unos cómodosque sirvan para estar en la posada, y unas botas para caminarpor los alrededores. Mete en tu equipaje una linterna, binocula-res -si tienes- y protector solar.

Álvaro contemplando la gran variedad de especies de colibríes que allí habitan.

El hermoso comedor de La Bravera. / Fotografía: Alberto Blanco Dávila.

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91Rincones y refugios

Álvaro Montenegro y Jorge Bravo disfrutando de una deliciosa comida. / Fotografía: Alberto Blanco Dávila.

Parte de la cocina de La Bravera, armoniosamente integrada a la naturaleza. / Fotografía: Alberto Blanco Dávila.

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LA TONINA DEL ORINOCOy del Amazonas

Ernesto O. Boede / Médico veterinarioSociedad de Ciencias Naturales La Salle

[email protected]

SECRETOS DEL REINO ANIMAL

1

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En contraste con otras actividades humanas que laamenazan, la tonina, o delfín de río, es protago-nista de numerosas leyendas que la ensalzan yprotegen a nivel local. Conocer sus secretos esamarla, por ello aquí te detallamos sus apasionan-tes conductas y características únicas que ladiferencian por completo del resto de los delfines.

La distribución de la Inia abarca en Suramérica los grandes ríoscon sus afluentes en los llanos de la cuenca del Orinoco de Vene-zuela y Colombia, donde la conocemos como “tonina”. Tambiénse encuentra en la Amazonía brasileña donde la denominan“boto”. En Ecuador y Perú se le dice “bufeo” e internacionalmentese le conoce como “delfín rosado” o “delfín del río Amazonas y delOrinoco”. Existen dos especies diferentes, como sugieren las in-vestigaciones de estudios moleculares, genéticos y morfométricos.Inia boliviensis de Bolivia, en los ríos Guaporé, Mamore y Beni de lacuenca del río Madeira, el cual es afluente del río Amazonas. Laotra es Inia geoffrensis de Brasil, Perú, Ecuador, Colombia y Vene-zuela. El río Orinoco se comunica con el río Amazonas por mediodel Brazo Casiquiare, que desemboca en el río Negro y este a suvez en el Amazonas. Esa comunicación fluvial permitió el inter-cambio genético entre los botos y bufeos amazónicos y las toninasorinoquenses. En cambio, el bufeo boliviano quedó prácticamenteaislado por millones de años de la población amazónica por losraudales y cascadas de Teotonio en el alto Madeira, barrera geo-lógica que resultó ser infranqueable para estos cetáceos.

Biología y costumbres

El nombre científico de Inea de la tonina proviene de la denomi-nación que le daban los aborígenes amazónicos Guarayos a losdelfines, en cambio geoffrensis fue nombrado por Geoffrey St. Hi-laire, el cual capturó un ejemplar y lo transportó a Portugal comoregalo para Napoleón Bonaparte. El nombre vulgar y criollo paranosotros de tonina viene de la palabra castellana “toñina”, queera como los navegantes españoles denominaban a los grandesatunes y a los delfines marinos, creyendo erróneamente queestos entraban del océano Atlántico al río Orinoco.

La tonina es longeva, puede alcanzar los 40 años de edad, es uncetáceo que no vive en grupos familiares como los delfines ma-rinos, ya que los machos adultos viven el mayor tiempo ensolitario. Se juntan con las hembras únicamente en la época deapareamiento, aunque existen hipótesis que sugieren que losapareamientos y nacimientos pueden ocurrir también en cual-quier época del año. En este período se pueden observar a másde un macho peleándose con otros por copular con las hembrasen celo. Estas últimas pueden comenzar a reproducirse cuandollegan a la madurez sexual, a los siete años, los machos la alcan-zan un poco más tarde a los nueve años aproximadamente. Elintervalo entre partos es de alrededor de cuatro a cinco años, entoninas más viejas hasta de seis a ocho años. Las crías mayorespueden permanecer con el grupo materno hasta los siete años.La gestación dura alrededor de 11 meses, y paren una sola cría,

de un tamaño promedio de 75 cm, siete kilogramos de peso ycolor gris oscuro, la lactancia puede durar hasta el año y medio.

Se pueden observar en los ríos, en la mayoría de los casos, gru-pos de dos a seis toninas, que serían las hembras con sus críaslactantes y juveniles destetados de años anteriores. Las investi-gaciones siguen, pero lo que se conoce hoy día es que su cicloreproductivo es estacional, ocurren los partos a finales de laépoca de lluvia, pero según investigaciones recientes, también acomienzos y durante la época de sequía, cuando las aguas enlos ríos y caños están bajando y luego están en sus niveles másbajos del año. Es decir, que la reproducción ocurre en la épocadel año cuando existe mayor oferta de alimento, por la altaconcentración de peces durante la bajada de aguas de las sa-banas y bosques inundados. Esta restricción en los movimientosde los cardúmenes de peces, facilita a las toninas recién paridascomer en abundancia y garantizar una adecuada lactancia a lacría. Las toninas parturientas buscan aguas llanas, someras y re-mansos con poca corriente. Los sitios propicios para losnacimientos son los caños que atraviesan las sabanas y las co-munican con los grandes ríos. Allí cuentan con bosques degalería y árboles caídos dentro del agua, formando las conoci-das “caramas” en donde las toninas paren con tranquilidad y serefugian con sus crías recién nacidas. Defienden de manera te-naza a sus cachorros de intrusos, pegan fuertes coletazos sobrela superficie del agua cuando se acerca una embarcación. Eneste época de nacimientos incluso se aproximan a los bongosque se les acercan, salpicando con sus fuertes aletas caudales alos navegantes, sobre todo al motorista, que va atrás en la em-barcación, tratando de ahuyentar a los intrusos.

En el pasado el enemigo que tenían que combatir en la épocade nacimientos eran los grandes caimanes o cocodrilos del Ori-noco (Crocodylus intermedius), peligro hoy día prácticamenteinexistente en la mayoría de los ríos, ya que fue casi extinguido.Pero de un enemigo si deben cuidar muy bien actualmente asus crías, y es de los caribes o pirañas (Serrasalmus spp). Revi-sando la literatura antigua, cuando las toninas tenían quecompartir su hábitat con los otrora abundantes caimanes deOrinoco, tenemos por ejemplo los relatos de Alexander vonHumboldt, de su viaje en 1800 del río Apure al Orinoco y alBrazo Casiquiare: “restableció la calma y el silencio, y al mo-mento se agitaron en la superficie del agua numerosos grandescetáceos de la familia de los sopladores, semejantes a los delfi-nes de nuestros mares y que los españoles llaman toñina. Elcachazudo y perezoso caimán parecía temer la presencia deaquellos seres turbulentos, y le veíamos sumergirse cuando seacercaban a él”.

Durante la época de sequía las toninas están restringidas a los ca-nales principales de los ríos, caños y lagunas profundas. En estaépoca se pueden observar con mayor facilidad en las desembo-caduras de los ríos y caños en donde les es más fácil capturar lospeces. En la época de lluvia los peces migran hacia las sabanas in-undadas para reproducirse, las tradicionales ribazones osubiendas, buscan también alimentarse en los bosques ribereñosy palmares inundados. Las toninas, al seguir los cardúmenes depeces, entran también a estas zonas inundadas, encontrándoselesmuchas veces nadando entre los árboles, arbustos y palmeras. Se

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les puede observar cuando salen a respirar, pues dejan escucharsu característico resoplido, asoman por cortos instantes la cabezacon su melón en la frente y el lomo con su pequeña aleta dorsal,antes de desaparecer de nuevo en las turbias aguas. Interesante estambién citar las observaciones que hizo Humboldt de esta cu-riosa conducta para un delfín de aguas continentales: “en lo másespeso del bosque oímos de repente un ruido singular, y arma-mos nuestras carabinas, cuando apareció una manada de estoscetáceos, de cuatro pies de largo, que rodearon nuestra embar-cación. Aquellos animales estaban ocultos debajo de la rama deun árbol; atravesaban el bosque acuático, y lanzaban al aire los cho-rros de agua que les han valido en todas las lenguas el nombre desopladores. Extraño espectáculo ofrecían todos aquellos cetáceosen medio de las tierras, a 300 o 400 millas de la desembocaduradel Orinoco y del río Amazonas”. El científico alemán había ob-servado y registrado para la ciencia, la singular conducta de unaespecie de delfín de río, de merodear en los bosques de tierras in-undadas tan lejanas del océano Atlántico, como son las tierras delOrinoco medio, del río Guaviare y del caño Casiquiare, ubicadasno muy lejos del centro del continente Suramericano.

Se alimentan básicamente de peces pero también de pequeñastortugas y crustáceos. En plena época de sequía venezolana, di-ciembre-abril, se pueden encontrar en el bajo Apure y enArismendi estado Barinas, toninas con sus cachorros, en los me-andros y lagunas de los antiguos cauces de los ríos, conocidoscomo “madres viejas”, de los ríos Apure, Arauca, Guanare y Por-tuguesa, inclusive tan al norte como en el río Cojedes. También

encontramos toninas en los ríos Capanaparo, Cinaruco y Meta.En el estado Guárico, en el río Aguaro, en el estado Bolívar enlos ríos Caura y en el bajo Caroní, en su desembocadura con elOrinoco, también en la parte baja de los ríos Cuchivero, Soa-pure y Parguaza. Se llegan a ver inclusive hasta en el DeltaAmacuro, en el ramal del río Grande cerca de Sacupana y otroscaños del delta orinoquense. En el Orinoco medio en el estadoAmazonas, las encontramos por encima de los raudales de Atu-res y Maipures en los ríos Ventuari, Sipapo, Autana, BrazoCasiquiare, y tanto más arriba aún en la época de lluvias, en elalto Orinoco, en los ríos afluentes Cunucunuma, Ocamo, Ma-vaca y hasta los raudales de Guajaribos, Hacia la vertiente oestelas encontramos también en los ríos Vichada y Guaviare afluen-tes colombianos del Orinoco respectivamente.

¿De dónde vino la tonina, cómo apareció en medio de las tierras de Suramérica, cómoevolucionó en el transcurso del tiempo, por quées tan diferente a los otros delfines, cómo es?

Los machos llegan a medir 2,50 m y pesar 170 kg, con una co-loración gris clara y rosada, mientras más viejos más claros yrosados son, de allí el nombre que se le da también de delfín ro-sado. Se cree que una de las razones de su coloración es la grancantidad de cicatrices que presentan los machos, originadas enlas peleas por las hembras. Otra hipótesis es por el consumo decaroteno o provitamina A, que adquieren de los crustáceos y

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peces de los cuales se alimentan. El caroteno es absorbido y al-macenado en el tejido graso y piel, originando la coloración.También influye probablemente en la coloración la irrigaciónsanguínea en la piel.

Las hembras un poco más pequeñas pueden llegar a medir 2,20m y pesar 140 kg, presentan una coloración más grisácea en lacabeza, dorso, y rosada hacia los flancos y el abdomen. Los ju-veniles y crías son completamente grises, los primeros másclaros que los segundos, que son mucho más oscuros. La ca-beza, en su parte frontal, tiene una pronunciada protuberanciadenominada melón, la cual funge como antena parabólicacuando emiten y reciben las ondas acústicas, con las cuales secomunican y orientan por ecolocación en las turbias y oscurasaguas. El hocico es alargado y cilíndrico con sendas hileras depequeños y puntiagudos dientes; sus ojos son muy pequeños, loque ha hecho pensar a los científicos que se trataba de delfinescasi ciegos, pero se demostró que ven muy bien. La aleta dorsales alargada y escasamente desarrollada, las aletas pectorales songrandes, largas y anchas en su base, con cinco falanges óseas pa-recidas a las de la mano humana, el cuerpo termina con unaancha y fuerte aleta caudal. A diferencia de los delfines marinos,su cuello y cuerpo son muy flexibles, lo que les permite cazarentre la vegetación de terrenos inundados. Generalmente susmovimientos son tranquilos y pausados y no tienen la agilidadpara hacer los grandes saltos de los delfines marinos, quienesson muy diferentes a estos.

El ancestro de los cetáceos, los delfines, marsopas y ballenas seoriginó después de la desaparición de los dinosaurios hace 50 mi-llones de años. Era un carnívoro terrestre con pezuñas, elPakicetus, invadió el medio acuático de los antiguos océanos y dioorigen a los cetáceos, muy relacionados estos con los artiodácti-los como los hipopótamos y los cerdos. El ancestro fuedesarrollando los miembros delanteros como aletas pectorales,atrofiándoseles las patas traseras para desarrollar, en cambio, unaaleta caudal al final de la columna vertebral. El hocico se le fuealargando, esto les facilitó la captura de peces; las fosas nasales, elespiráculo, se ubicó dorsalmente más hacia atrás. Evolución ycambio anatómico apropiado para vivir en el agua.

La tonina posee una especializada adaptación a las aguas conti-nentales y se diferencia mucho de otras especies de delfines,inclusive una que también convive con ella en los ríos Amazo-nas y Orinoco, se trata del pequeño delfín gris o tucuxi (Sotaliafluviatilis). En cambio en el Orinoco las investigaciones siguenpara definir la especie de Sotalia y diferenciarla posiblementede la tonina costera o delfín estuarino (Sotalia guianenesis), queentra del mar al delta del río.

El linaje de la tonina vino del oeste, del océano Pacífico, cuandosu ancestro entró hace 15 millones de años al Amazonas, quese comunicaba en ese entonces con este océano, antes de for-marse la cordillera de los Andes. La formación de las altasmontañas andinas impidió posteriormente al río Amazonas se-guir drenando sus aguas al Pacífico; se formó un inmenso lago

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continental que incluía a la Orinoquía, lo que creó las condicio-nes para el aislamiento y evolución de la tonina. Diez millonesde años más tarde, hace cinco millones de años, el inmenso lagocontinental se comunicó hacia el este con el océano Atlántico, alsubir también el nivel de los mares. Fue cuando entró a la Ama-zonía y Orinoquía la Sotalia con su cuerpo más parecido a losdelfines marinos, pero con menos tiempo de adaptación a lavida fluvial que la Inia.

El Llano venezolano es geológicamente bastante joven. Se des-arrolló entre el macizo Guayanés y el altiplano de los Andes.Con el tiempo estas llanuras se llenaron de sedimentos prove-nientes de la erosión andina y de la cordillera de La Costa, asítambién, de los sedimentos dejados por el mar que alguna vezlas cubrió y se retiró al elevarse el norte y el oeste montañoso.A partir de entonces se experimentaron movimientos de la su-perficie hacia el este, lo que posteriormente creó el panoramade los planos aluviales del propio Llano.

Sus peligros y amenazas

Las alteraciones de su hábitat, ya sea por el tráfico fluvial intenso,la deforestación de los bosques en los estados Bolívar y Ama-zonas por la minería del oro, la destrucción de la vegetación delas sabanas inundables y la deforestación de los bosques ribe-reños con fines agrarios, produce una merma en la oferta dealimentos de la población piscícola y fuente principal de ali-

mento para las toninas. La sobrepesca acaba también con laoferta alimentaria para ellas. Además, los grandes chinchorroso redes de pesca artesanales representan una grave amenazapara ellas, ya que se enmallan y mueren ahogadas. La construc-ción en los caños de los llanos inundables, de tapas, pequeñosdiques y compuertas con fines agropecuarios, impiden la librecirculación de las toninas hacia los ríos, lo que las hace quedarvaradas luego en la época de sequía. Pero, sobre todo, las gran-des represas hidroeléctricas que fragmentan sus hábitats, estoles impide el flujo e intercambio genético, les ocasiona proble-mas de endogamia o consanguinidad y la desaparición a largoplazo de esa población local aislada.

Otra amenaza es la contaminación de los ríos por aguas cloaca-les de las ciudades y pueblos, aguas tratadas deficientemente dela industria petrolera y metalúrgica, metales pesados como elmercurio proveniente de las actividades mineras legales e ilega-les, los insecticidas y otros químicos de alta toxicidadprovenientes de los fertilizantes y fumigaciones en los cultivosde arroz, maíz y algodón, sembrados en las vegas de los ríos yzonas de sabanas inundables.

De las toninas muertas accidentalmente por enmallamiento enlas redes de pesca, no se desperdician sus órganos como losojos, pene y dientes que son utilizados como fetiches, sobretodo la grasa para usos medicinales, y que son vendidos enPuerto Ayacucho en el Mercado Indígena. En el Amazonas pe-ruano estos productos también son ofrecidos abiertamente en

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los mercados de la ciudad de Iquitos. Según datos de la Funda-ción Omacha, en algunas partes del río Amazonas se estáncazando los botos para ser utilizados como carnada para lapesca del bagre zamurito (Calophysus macropterus), ellos hanregistrado muertes por esta causa de 1600 botos/año en Brasil.Lamentablemente en Venezuela también está aumentando enlos últimos tiempos la cacería de toninas con arpones en el Ori-noco medio, para después de haber sido descuartizadas, utilizarsu carne como carnada para la pesca del bagre, conocido porestos lares como mapurite (Calophysus macropterus), muy co-tizado en la hermana República de Colombia.

Referente a los peligros relacionados con el tráfico fluvial intenso,y el riesgo de atropellamientos de toninas por embarcacionesdeportivas, sobre todo por las hélices de sus potentes motoresfuera de borda. Una actividad motonáutica venezolana, el rallyde velocidad “Nuestros Ríos Son Navegables”, tomó auge haceya muchos años en los ríos con poblaciones de toninas, comoson el Cojedes, Portuguesa, Apure, Cunaviche, Payara, Arauca,Meta, Capanaparo, Caroní, Parguaza, Caura y Orinoco. En esterally, participan en cada mes de agosto, en la época de lluvia, másde 120 lanchas rápidas, muchas de ellas con uno o dos motoresfuera de borda de hasta de 250 HP respectivamente. No esconveniente, sobre todo en los ríos más angostos y menos pro-fundos y afluentes del Orinoco y del Apure, permitir estaactividad deportiva y la navegación de este tipo de potentes lan-chas. El riesgo y peligro que corren estos cetáceos, más otrosanimales también amenazados, como caimanes del Orinoco (ríoCapanaparo) y manatíes, de ser golpeados mortalmente, por al-

guna de estas lanchas que circulan a altas velocidades en los ríosllaneros, es alto.

También los crecientes peligros inminentes por poblaciones humanas, ya que en las zonas rurales existen crisis sociales yeconómicas que facilitan y estimulan la cacería ilegal y el tráficode productos de la fauna silvestre incluyendo a las toninas. Enel futuro también se van a intensificar los conflictos y por endelos problemas entre la pesca artesanal fluvial y las toninas, ori-ginado por el incremento de la población humana en los llanosy en el Amazonas.

A largo plazo habrá que considerar también los efectos del calen-tamiento global. Problemas potenciales que predicen, por mediode la simulación de datos computarizados en su publicación, el Mi-nisterio del Ambiente y de los Recursos Naturales (MARN), elPrograma de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) yel Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF) (2005), en lospróximos 50 años podremos ver los efectos y consecuencias delcalentamiento global. Las predicciones para la Amazonía y los lla-nos de la cuenca del río Orinoco describen que serán épocas mássecas con menos pluviosidad. En otras palabras, el Llano venezo-lano, el colombiano y parte de los estados Amazonas y Bolívar enVenezuela, sufrirán épocas de sequía más prolongadas. Esto traerácomo secuelas una disminución de agua en los cauces de los ríos,caños, lagunas y una merma de las inundaciones periódicas en losllanos inundables, este factor incidirá negativamente sobre el há-bitat de las toninas y, sobre todo, en la seguridad nacional y calidadde vida de nosotros mismos.

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Conservación, folklore y leyendas

La tonina no es una especie catalogada en peligro de extinción,pero si clasificada por la Unión internacional para la Conserva-ción de la Naturaleza (UICN) y el Libro Rojo de la FaunaVenezolana, como vulnerable, el Ministerio del Ambiente la tieneen veda indefinida. Trabajos de investigación de May-Collado andAgnarsson (2011), de la Universidad George Mason, USA y dela Universidad de Puerto Rico, sugieren que hay una necesidadurgente, a nivel mundial, de datos básicos sobre mamíferos acuá-ticos amenazados, y especial interés en aquellos de agua dulce.Según esta publicación, hay todavía para Inia geoffrensis defi-ciencia de datos y, por tanto, el estatus poblacional real,catalogado por la UICN, es desconocido actualmente.

Inia tiene una ventaja poblacional y es que se encuentra amplia-mente distribuida en varios países suramericanos, en donde secuenta todavía con vastas zonas naturales poco intervenidas porlas actividades humanas. En cambio en Venezuela los ríos Coje-des, Portuguesa, Apure, Arauca, Caura y Caroní son ambientesconsiderados como amenazados por los peligros anteriormentedescritos. Últimamente, también en el Orinoco medio, en eltramo del río entre Puerto Ayacucho y Puerto Páez, realizan lacacería de toninas para utilizarlas como carnada.

A pesar de los problemas y peligros existentes y potenciales, latonina es un animal respetado sobre todo por el llanero vene-zolano. Los pescadores más viejos opinan que las toninas son

enamoradizas y hay que tenerles respeto, salen de noche en lospueblos transformándose en esbeltos galanes a enamorar a lasbellas mujeres y si se descuidan se las llevan al río, las ahogan yse transforman en preciosas toninas. Se sabe que muchas veces,cuando alguna persona se está ahogando en un río, las toninasla ayudan y la salvan empujándola hacia la orilla. En la región delrío Amazonas, por ejemplo, existe la creencia de una ciudad den-tro del río llamada “El Encanto”, los botos son los habitantes deesta ciudad sumergida en el gran río, y salen de noche, especial-mente cuando hay fiestas en los pueblos, a robarse a las mujeres.Para los indígenas en cambio, los botos y toninas son parte dellegado histórico. Los chamanes le dan poderes sobrenaturales yaseguran que les ayudan a curar a los enfermos. Por estas leyen-das, son consideradas animales místicos.

No se puede negar que estas creencias y leyendas han ayudadoen algo a protegerlas de la cacería despiadada que sufren, encambio, otros animales de los ríos, como por ejemplo el manatíTrichechus spp., muy cotizado por su carne, lo que en Venezuelalo ha llevado al borde de la extinción.

Centro Veterinario Los Colorados C.A., Valencia, [email protected]

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Leyendas fotográficas

1. Las toninas cuando migran o se trasladan contracorriente, para alternar elgran esfuerzo en desplazarse nadando, realizan también grandes saltos haciaadelante. Fotografía: Roland Edler

2. Una pareja de Inia geoffrensis jugando en el río Portuguesa, estado Guárico.Fotografía: Lorgia Quintero.

3. Un ejemplar adulto de tonina en el río Portuguesa, estado Guárico.Fotografía: Lorgia Quintero.

4. Según el censo de delfines de río, realizado en Suramérica entre mayo de 2006y agosto de 2007 por la Fundación Omacha, Faunagua y la Fundación La Salle, fi-nanciado por el Word Wildlife Fund (WWF), con el apoyo The Whale and DolphinConservation Society (WDCS) y Wildlife Conservation Society (WCS), llegaron aunos datos estimativos de 2.225 toninas en la Orinoquía, 4.500 botos y bufeos en laAmazonía y 3.000 bufeos bolivianos en la cuenca del río Madeira. Existe por lo tantocierta preocupación, en el ámbito científico, por la aparente baja población de to-ninas en la cuenca del río Orinoco, que comparten Venezuela y Colombia. Fotografía: Roland Edler.

5.Tonina saltando en el río Portuguesa.Fotografía: Lorgia Quintero.

6. La mayor densidad poblacional en Venezuela se ha registrado en el río Apure yen el brazo Apurito, donde se han reportado hasta 1,15 toninas/km de río, en cam-bio en el propio río Orinoco, se reportaron densidades menores de 0,03 a 0,50toninas/km de río, y en el caño Casiquiare aún menores de 0,02 toninas/km de río.En el 2007 la Fundación Omacha registró en el Orinoco 143 toninas/380 km de río(0,37 toninas/km de río).Fotografía: Roland Edler.

7. La evolución de millones de años la adaptó con sus grandes aletas, la flexibilidaddel cuerpo y el órgano tipo melón en su cabeza en la frente, emisor y receptor delas ondas acústica, a la vida en las turbias aguas de los bosques y llanos inundables. Fotografía: Ernesto O. Boede.

8.Tonina en un río en los llanos bajos del estado Apure, cuenca del Orinoco.Fotografía: César Barrio-Amorós.

9. Los pelos táctiles del hocico en las toninas, representan algunos de los vestigiosdel pelaje de su ancestro, el carnívoro terrestre Pakisetus. En las crías como en estafoto, se detallan claramente. Fotografía: Ernesto O. Boede.

10. En cualquier hato o finca ganadera venezolana, en donde se encuentre en laépoca de sequía alguna tonina varada en un estero o caño que se esté secando, seagotarán con seguridad, todos los esfuerzos para liberarla de su difícil situación y de-volverla al río más cercano. Fotografía: Ernesto O. Boede.

11. El color de las toninas es grisáceo pero cuando se encuentran en mucha actividad sus vasos sanguineos circula mucha más sangre, por lo cual toman también el color rosado que a veces presentan.Fotografía: César Barrio-Amorós.

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HÉROES POR NATURALEZA

LUMAR GUITTARDEl mar: su libertad y su pasión

Bianca Castillo / [email protected]

Lumy Guittard en un campeonato en Puerto Rico. / Fotografía: Ricardo de Matos.

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En Hawai. / Fotografía: Ricardo de Matos.

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107Héroes por naturaleza

Forma parte del IBA World Tour, está entre las10 mejores bodyboarders del mundo, medallistade oro en los juegos panamericanos de 2001, se-lección nacional FVS, emprendedora, profesional,visionaria y ahora se lanza a la conquista del top5 mundial.

“Cuando haces lo que te apasiona nunca pensarás que estas cometiendo errores porque estarás seguro de lo que quieres. Si elobjetivo es ser profesional lo más importante es creer en uno mismodesde el principio, eso nos hace sólidos. Creer en mí ha sido algo quegané con la experiencia, al principio dudaba mucho”. Lumar Guittard.

No se sabe a ciencia cierta sobre cómo y dónde comenzó lahistoria del surf en el mundo, pero algunos historiadores re-montan sus inicios al norte de Perú donde se han hallado restosde cerámicas preincaicas que evidencian a hombres deslizán-dose sobre las olas y valiéndose de algo muy parecido a unmadero. Sin embargo, fueron los polinesios, con su cultura degrandes viajes, los que -se cree- introdujeron la práctica de des-lizarse sobre las olas a lugares remotos como Hawái. En laactualidad, el surf es una disciplina que se práctica, o al menos seconoce, alrededor del mundo.

Entre otras clasificaciones, el surf se divide en dos modalidadesdependiendo del tamaño y tipo de tabla utilizada, “longboard”(tabla larga) y “shortboard” (tabla corta). Dentro de la modali-dad de tablas cortas encontramos el “bodyboarding” (otablacuerpo) que se basa en deslizarse sobre la superficie de lasolas aun sin reventar, la tabla tiene una longitud aproximada deun metro y se elabora de espuma sintética. Aunque la autoría delprimer prototipo de bodyboard de goma la tiene el estadouni-dense Tom Morey en 1971, existen registros que describencómo los hawaianos cabalgaban las olas sobre tablas tipo paipopara el remoto año de 1778.

En Venezuela contamos con nuestra propia campeona mundialde este deporte de riesgo controlado, ella es Lumar Guittard,profesional del bodyboarder, selección nacional FVS, puesto 8en el Ranking Mundial Bodyboard y además atleta IBA 2010. Lumar Guittard nació en una familia numerosa y de valores in-quebrantables. Todo comenzó cuando su padre llegó aVenezuela con tan sólo ocho años de edad en plena SegundaGuerra Mundial; su abuela pudo proporcionarle a su padre edu-cación y todo lo necesario mediante sus habilidades para cosery tejer. -“Mi abuela le inculcó valores a papá, principios que reci-bimos mi hermana gemela y yo, quienes desde pequeñas hemospracticado el deporte”.

Sus padres nunca se opusieron a ninguna de sus decisiones pormuy arriesgadas que pudieran sonar, por el contrario, siempreconfiaron en su capacidad para lograr sus metas. -“Desde que nacíhe tenido el ejemplo de cómo salir adelante. Mi mamá ha criadosiete hijos y todos somos graduados. Su esfuerzo por cada uno denosotros es un ejemplo de valor, fuerza y sabiduría que he apli-cado en todos los campos de mi vida”.

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Compitiendo en México. / Fotografía: Ricardo de Matos.

Lumy en Hawai. / Fotografía: Ricardo de Matos.

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109Héroes por naturaleza

Lumar tiene una visión muy mística del mar, -“el mar es libertad,no tiene límites, es infinito, te provee de una conexión que tehace imaginarlo todo, da la sensación de que puedes ampliartoda tu vida, te abre a todo, no encuentras ni un obstáculo en elmedio, no hay nada que te frene”.

No se puede hablar con ella sin que aflore de su piel una gran fi-losofía de vida que, al fin y al cabo, es lo que la ha llevado aconquistar las olas y sus propios sueños. Sentarse a conversarsobre su carrera es definitivamente como surfear en un mar deideas y emprendimiento.

Lumar nos confiesa que haber estudiado Ingeniería Química fuesu mayor pasatiempo. Se graduó hace siete años e inmediata-mente comenzó a trabajar. Pero no pudo continuar porquedebía ausentarse constantemente por las competencias del TourMundial. Ese fue el momento cumbre de su vida, porque fue allícuando decidió convertirse en atleta profesional.

El primer año del Tour Mundial se lo financiaron sus padres, tal fueel grado de apoyo y credibilidad puesto en ella. El sacrificio valió lapena, pues al año siguiente (2000) ya Lumar Guittard había ga-nado ranking mundial y su primer patrocinador: Panafot. Agradececon el corazón en la mano a la Sra. Marisabel, -“es como una se-gunda mamá para mí; ella me abrió las puertas como atleta y hoydía patrocinan el Campeonato Mundial de Bodyboard Pro Festi-val, la escuela de surf, y también me apoyan en una fundación queinstituimos el año pasado para la donación de tablas y artículosdeportivos para niños de bajos recursos”.

Recientemente pasó a formar parte del Sport Team Directv, conquienes asume una nueva responsabilidad personal y para su ca-rrera. Gracias a este nuevo apoyo, y a la marca de ropa Vagos,podrá costear la realización del Tour Mundial completo. Lumar nosconfiesa que sólo pudo hacer el Tour completo en el año 2002, -“nunca se me olvidará ese año, combiné el deporte con losestudios universitarios, ya estaba a punto de graduarme y llevabalos libros a donde fuera”. Y es que Lumar ni siquiera notó que es-taba estudiando pues asegura que -“todo lo que te guste siemprese te va a hacer fácil. Muchas personas le tienen pavor a las `tresmarías´ (química, matemática y física), se les hace complicado por-que tal vez no les gusta. Yo ni cuenta me di de que las estudié".

El secreto del éxito para Lumar radica en la credibilidad en símisma -“mi mayor fuente de inspiración es mi propia imagina-ción, los momentos gloriosos, la lucha por alcanzar los sueños ytodo lo que uno quiera”.

Esta atleta venezolana tiene una sonrisa increíblemente fácil y lacapacidad de tratar a otros como si fueran amigos de toda lavida, lo que da la sensación de que efectivamente ama y disfrutalo que hace. Compartimos con ella un rato muy ameno, y estasson las preguntas que contestó en exclusiva para Río Verde:

¿En qué piensas cuando tienes que salir del mar?

“¡Ay no!” (risas) “tengo que salir a hidratarme, tengo que salir aponerme protector solar, ¡pero ya vuelvo!(…) Pienso en volver”.

¿Qué significado tienen las olas para ti?

“Cada ola significa algo, cada ola es diferente, disfruto cada unade las que agarro. El mar es una lectura. A las olas hay que sa-berlas leer y dependiendo de cómo revienten, haces lamaniobra que toque. Si la ola es muy hueca tocará hacer unamaniobra más radical, más hacia figuras de aire”.

¿Cómo te anticipas a las olas?

“Con visualización. Antes de entrar al agua me quedo de 10 a 15minutos viendo el mar, veo cómo rompen las olas, las imagino enmi mente y me imagino surfeándolas. Entonces, dependiendodel tipo de ola que haya, me imagino allí. Sin embargo, hay olasque revientan muy rápido y debes reaccionar sin pensarlo. Deuna baja haces el fondo que es el cruce de la ola y ya despuéshaces la maniobra. Mientras que otras que tardan en reventar sepueden pasear, mediante maniobras de giros de 360, esperandoque formen el túnel, el tubo, que es cuando va cerrado total-mente el amplio de la ola”.

¿Cuánto ha sido el mayor periodo de tiempo quehas pasado sin visitar el mar?

“Como tres semanas. Y pude aguantarlo porque por primera vezsalgo de Venezuela a practicar el segundo deporte que más meapasiona, la bicicleta de montaña. Fue este año, en Madrid. Ya queVenezuela es un país que no tiene constantemente olas, co-mencé a rodar bicicleta por las noches e hice un grupo de amigospara hacer diferentes excursiones. Así que también compitomountain bike. Este año, por tres semanas, nos fuimos un grupode diez venezolanos a Madrid para hacer el camino de Santiago¡750 kilómetros en ocho días! Luego pasamos como cuatro díaspara podernos recuperar (risas). Eso ha sido lo más largo que hedejado de surfear. Siempre bajo a la playa así sea para remar deun lado al otro si no hay olas. Me encanta muchísimo ir a la playa,porque nada más de ver el mar te relajas, sientes tranquilidad.Bajo por lo menos una vez a la semana. Eso si ¡si hay olas no paro!Ahí sí que bajo casi todos los días a entrenar”.

¿Cómo te defines a ti misma?

“Me defino como una persona divertida, me encanta mucho reír.Veo las cosas muy sencillas. Desde la misma felicidad de los logrosde mi vida hasta lo más complicado pienso que si se puede. Mesiento muy positiva. No existe nada a lo que se le pueda decir queno. Siempre podemos conseguir lo que nos propongamos”.

¿Cómo dominas los nervios antes de cada competencia?

“Con música. Amo la música, me transporta y me hace olvidar elmomento o los sentimientos que tenga. Es lo único que me puedecambiar el estado de ánimo muy rápido. Así que antes de entraral agua escucho música que sea muy alegre, que me haga reír. A míme gusta divertirme así que opto por la música movida, ya seaelectrónica o reggaetón, todo lo que es vida, alegría, salsa, todo esoes lo que me guasta escuchar para reír y disfrutar de las olas”.

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¿Cómo te preparas para cada competencia?

“Si es ciclos, a nivel de entrenamiento, cambio de forma radicalmi alimentación, paso a consumir mayor cantidad de carbohi-dratos que generan más energía. A nivel ya de competición, metomo mi tiempo una hora antes para analizar las condiciones delmar y estirar, hago un poco de yoga y visualización, para entrarmás relajada. Me desconecto de todo. Por otro lado, las compe-tencias duran tan sólo 20 minutos, por lo que el factor suerte esfundamental. Si en esos 20 minutos entra un oleaje seguido¡estas hecho!, pero a veces uno pasa hasta diez minutos sin olas.Así que es importante observar varios hits de la competenciapara uno estar preparado, de manera de que no hayan sorpre-sas. El mar es un ciclo y siempre se repite, nos anticipamos a loque ocurrirá cada cierto tiempo con la ayuda de un reloj”.

Lumy confiesa que ha tenido que sacrificar mucho de su tiempolibre, en los que ha tenido que priorizar el deporte antes de salir abailar o compartir un rato con sus amistades, -“cuando estaba enla universidad mi vida era estudiar y hacer ejercicios (…) pero havalido la pena, cuando haces ejercicios ganas años de vida, tengo32 años pero nadie se lo imagina, ¡y si me ven en la playa con milycra menos! Vale la pena, porque he vivido mi vida al máximo, heconocido otras culturas, otro tipo de personas (…) todo eso valemás que una noche de trasnocho. He conocido muchas historiasy me llena de alegría aprender. Por eso, aunque se le llame “sacrifi-cio” no lo veo como tal, pues ha sido un gusto dejar de hacerciertas cosas por el bien de mis metas”.

Lumar Guittard fundó en 2006 la escuela de surf Lumy SurfSchool, en donde se realizan campamentos de fines de semanay prometen que desde el primer día ya todos los participantesalcanzan sus metas, el segundo día realizan competencias; loscampamentos son en Cuyagua, Todasana y Patanemo. Para co-municarte con ella aquí te dejamos sus coordenadas:@lumysurfschool y [email protected].

-“Mi más grande agradecimiento se lo dedico a mi familia, me hanapoyado de manera incondicional, especialmente mi hermanagemela Annabelle, quien es también una excelente deportista, es-tamos juntas en todo. También agradezco el apoyo que me habrindado el Instituto Nacional de Deportes, ahora Ministerio delPoder Popular para el Deporte, me hago eco de la noticia de queentramos al comité olímpico este año, vamos hacia una nueva dirección. Tenemos toda la posibilidad de entrar en las próximasolimpiadas -así sea como deporte de exhibición- con muy bue-nas posibilidades ya que en los juegos bolivarianos de 2001 enEcuador gané medalla de oro para mi país”.

Lumar también dirige el proyecto “Rescata tu Playa”, se trata deuna fundación sin fines de lucro que busca recuperar la con-ciencia sobre el cuidado del medio ambiente y garantizar laseguridad y los buenos servicios en las playas. Para formar partede este emprendimiento síguelos en twitter : @rescatatuplaya

Lumar entrenando. / Fotografía: Ricardo de Matos.

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Los secretos deLA CONCHA REINA

VESTIGIOS DEL PASADO

Ma. Magdalena Antczak & Andrzej AntczakUnidad de estudios arqueológicos (USB)

[email protected] / [email protected]

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Nuestras investigaciones arqueológicas revelaron

que hace casi 1000 años, las pequeñas y arenosas

islas coralinas del archipiélago de Los Roques vi-

braban con acción, resonaban con voces de gente

y sonidos de flautas, maracas y silbatos. Los intré-

pidos y audaces navegantes del Caribe Meridional

invistieron estas islas con significados cuyo enten-

dimiento ha perturbado nuestras mentes desde el

inicio de nuestras instigaciones. Las excavaciones

sistemáticas revelaron la presencia de centenares

de figurinas que los amerindios transportaban

consigo desde el continente, además de alimentos

y numerosos otros artefactos de cerámica, piedra

y hueso. ¿Qué función tenían las figurinas? ¿Qué

papeles jugaban en la vida cotidiana de los remo-

tos campamentos insulares, alejados de las aldeas

permanentes y tierras ancestrales?

Te invitamos hacer la empatía con los visitantes

prehispánicos de la isla Dos Mosquises y explorar

el mundo insular por ellos habitado, experimen-

tado y cargado con múltiples significados.

Esperamos que este texto sea tan solo un aperi-

tivo que te incentive a conocer más sobre el

fascinante mundo de la arqueología prehispánica

de Los Roques, revelado y reconstruido por los

arqueólogos.

Hoy en día, la belleza escénica de los paisajes naturales del archi-piélago de Los Roques atrae oleadas de visitantes nacionales einternacionales quienes se deleitan con las playas de arena blanca,las aguas cristalinas de diferentes tonalidades de color turquesa ylas espectaculares puestas del sol. En este paisaje insular, en varioscayos emergen enormes amontonamientos de conchas ennegre-cidas por la acción del tiempo. Se trata de la Concha Reina, el grancaracol marino cuyo nombre científico es Lobatus gigas (anterior-mente Strombus gigas) y que en Venezuela comúnmente sedenomina botuto, guarura o vaca. Aquellas de las conchas quecerca de su ápice tienen una abertura redonda, son los vestigios deactividades de los tiempos prehispánicos, relacionadas con la ob-tención de la carne de este molusco. Sin embargo, otras actividadesvinculadas con estas conchas involucraban el uso de las figurinas opequeñas estatuas humanas en cerámica. ¿Qué relación puedeexistir entre una figurina y una concha de botuto? Para respondera esta pregunta, debemos empezar la narración desde el principio.

Los intrepidos navegantes

Hace casi 1000 años, las pequeñas y arenosas islas oceánicas delarchipiélago de Los Roques, vibraban con acción, resonaban convoces de gente y sonidos de flautas, maracas y silbatos. Estagente eran los habitantes de la tierra firme venezolana que vi-vían permanentemente en la costa centro-occidental y en lacuenca del Lago de Valencia quienes se atrevieron a cruzar 135

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115Vestigios del pasado

km de alta mar remando a Los Roques en canoas monóxilas, enuna travesía de no menos de 48 horas de duración.

Los primeros quienes arribaron a Los Roques al comienzo delsegundo milenio de nuestra era eran los portadores de la cerá-mica Ocumaroide. Los Ocumaroides eran agro-alfareros ypescadores provenientes de las bahías de la costa central de Ve-nezuela. Al llegar a Los Roques los Ocumaroides escogieronpara su asentamiento la pequeña isla Domusky Norte y en laBoca de Sebastopol. Venían en grupos familiares y explotabanuna amplia gama de recursos naturales, predominantemente elbotuto. Traían consigo recipientes y budares de cerámica, herra-mientas de piedra, granos y/o tubérculos y algunos adornospersonales. También traían pequeñas figurinas humanas tosca-mente elaboradas en cerámica, representaciones tanto dehombres como de mujeres.

Alrededor del año 1300 D.C. el campamento Ocumaroide enDomusky Norte fue abandonado y al mismo tiempo en la ad-yacente isla Dos Mosquises instalaron su campamentomultifuncional los portadores de la cerámica Valencioide. Losdatos arqueológicos sugieren que los Valencioides fueron ‘intro-ducidos’ a Los Roques por los Ocumaroides. Los nuevosvisitantes eran los más cercanos vecinos continentales de losOcumaroides y al parecer representaban sociedades de una or-ganización más compleja que la de los Ocumaroides. LosValencioides tomaron el liderazgo de la empresa insular y co-

menzaron la exploración sistemática del archipiélago. Ambosgrupos humanos convivían en el campamento en Dos Mosqui-ses y cooperaban para alcanzar el éxito de una empresa común.

Durante los viajes que se repetían hasta la época de la Con-quista, los Valencioides convirtieron las islas oceánicas en zonaseconómicas de extracción y procesamiento de recursos mari-nos poco comunes en la costa continental, principalmente elbotuto, la sal, las tortugas y los peces de arrecife. Dichos recursosfueron exportados desde las islas hacia la Cuenca del Lago deValencia por medio de los intermediarios establecidos en lospueblos costeros.

Dos mosquises, isla “sagrada” de la venezuela prehispánica

La búsqueda de los significados de la gente del pasado nos con-dujo a realizar decenas de campañas de trabajo de prospección yexcavación en varias islas del archipiélago. En Dos Mosquises en-contramos el más importante de los yacimientos arqueológicosprehispánicos de todas las islas que conforman hoy el TerritorioInsular Miranda (anteriormente las Dependencias Federales) deVenezuela. Después de pasar casi tres años viviendo en Dos Mos-quises compenetrándose con su medioambiente y ritmo de suscambios estacionales, no nos cuesta mucho imaginarnos comoeste lugar vibraba en el pasado con acción, resonaba con voces de

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gente y sonidos de flautas, ma-racas y pitos. Aquí, la brisa de latarde levantaba los olores de lacomida y los mezclaba con elhumo de la leña, del tabaco, yde resinas olorosas quemadasen los incensarios cerámicos.De noche, la luz del fogón pro-yectaba largas sombras dequienes estaban sentados a sualrededor, mientras las canoasmonóxilas descansaban en laplaya como grandes tiburonessacados a la orilla por diestrasmanos del pescador. Los auda-ces ‘argonautas’ del CaribeMeridional invistieron esta islacon significados cuyo entendi-miento ha perturbado nuestrasmentes desde el inicio de nues-tras investigaciones. DosMosquises es, sin duda, un fe-nómeno único dentro delpanorama arqueológico delCaribe, por lo esta isla la hemosdenominado como Isla Sagradade Venezuela Prehispánica. Paraprofundizar en la excepcionali-dad de Dos Mosquises,invitamos a los interesados a lalectura de nuestro libro “LosÍdolos de las Islas Prometidas:Arqueología Prehispánica delArchipiélago de los Roques”(Antczak y Antczak 2006).

Las excavaciones arqueológi-cas sistemáticas en DosMosquises comenzaron en elaño 1982. Hasta el presente sellevaron a cabo más de 60campañas de trabajo decampo de entre 2 semanas y 3meses de duración cada una.Se han excavado un total de470 metros cuadrados, esdecir, un 63% del área total del yacimiento (750 m2). Las excavaciones prosiguieronen seis grandes trincheras, 43pozos de prueba y 75 pozosde pala. En total se excavaron95 metros cúbicos del depó-sito cultural de lo cual 57 metros cúbicos fueron ta-mizados con malla metálica de un milímetro cuadrado de

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aberturas. El tamizaje permitió recuperar casi 100.000 restos deanimales consumidos y/o procesados en el sitio, así como tambiéncuentas de collar, microlascas de piedra y otros objetos de pequeñadimensión. También, las excavaciones arrojaron más de 20.000 artefactos elaborados en cerámica, piedra, hueso y concha.

En Dos Mosquises se han identificado varios tipos de contextosarqueológicos que indican las diferentes actividades llevadas acabo en el pasado. Los más extensos son los ́ basureros´, dondeabundan deshechos alimenticios, fragmentos de ollas de cocinay restos de fogones. En tres lugares específicos del yacimiento seencontraron acumulaciones de objetos de valor excepcionalpara los Amerindios. En estos contextos rituales o ceremonia-les fueron aglomeradas vasijas antropo- y zoomorfas, incensarios,flautas de hueso, silbatos de concha, pipas y ocarinas de cerá-mica, microhachas líticas, colgantes de conchas terrestres,mineral de ocre, trozos de oleoresinas, puntas de proyectil dehueso y pendientes de piedra. De estos depósitos proviene lamayoría de las figurinas humanas encontradas en Dos Mosqui-ses. También se descubrió un contexto de entierro humano quecontiene un esqueleto casi completo de un hombre adulto. Estees el único entierro humano prehispánico excavado hasta elpresente en las islas de las Dependencias Federales de Vene-zuela. Una figurina humana desarticulada, un pendiente deserpentinita, un guijarro grande de cuarzo y una microvasija, fue-ron encontrados íntimamente asociados con el esqueleto. Ungrupo de figurinas y recipientes puestos en la proximidad tam-bién fue interpretado como ofrenda mortuoria.

Los campamentos Valencioides se esparcían entre al menos seisislas del archipiélago. Sin embargo, el diminuto cayo Dos Mos-quises fue escogido por los Valencioides como centro logísticoy ceremonial. ¿Por qué esta isla baja y arenosa y de reducida su-perficie ha merecido tanta atención por parte de las sociedadesamerindias de la cuenca del lago de Valencia, separada de las islaspor más de 160 kilómetros de distancia en línea recta? ¿Sería porsu privilegiada posición geográfica dentro del archipiélago o poralgún, hoy en día desconocido, significado simbólico relacionadocon creencias, mitos o eventos ancestrales?

Sin lugar a dudas, este campamento temporal de carácter multi-funcional, jugo un papel especial en cuanto a lo organizacional yritual de la empresa amerindia en todo el archipiélago. Por con-siguiente, el sitio pudo haber percibido como un domus, unmundo artificial, domesticado y seguro, en contraste con el sal-vaje y lleno de peligro mundo pelágico circundante (agrios).

Cualquiera que fuera la causa de la excepcional atención que laisla Dos Mosquises había recibido por parte de los Amerindios,podemos afirmar que su riqueza arqueológica tan grande, di-versa y compleja, así como el evidente carácter ceremonial desus contextos arqueológicos la sitúan entre las islas más ‘sagra-das’ del Caribe y de América prehispánica en general.

Significado de las figurinas

¿Qué es una figurina? Es un objeto figurativo tridimensional, an-tropo- o zoomorfo, una estatua de un tamaño portátil, que no

es parte de otro artefacto; por ejemplo, un adorno no es unafigurina. Es una pequeña estatua que denota un ser humano; esportátil, manejable. En el sitio de Dos Mosquises se han recu-perado casi 200 estatuillas individuales. ¿Qué papeles jugabanlas figurinas en la vida cotidiana de este remoto campamentoinsular? ¿Cómo podemos atribuirles significado?

Ante todo es necesario enfatizar que las figurinas, al igual como elresto del ajuar cerámico recuperado, fueron elaboradas en el con-tinente, más específicamente en la Cuenca del Lago de Valencia.Todos estos artefactos fueron primeramente seleccionados de untotal de los objetos que circulaban en las aldeas permanentes delos Valencioides. Posteriormente, los objetos fueron transporta-dos a través de la Cordillera de la Costa hasta la costa del mar.Finalmente, desde la costa fueron llevados hacia Dos Mosquises abordo de grandes canoas monóxilas.

Las figurinas cerámicas son los más conocidos productos de losValencioides. Hasta el presente hemos examinado un millar deestas estatuillas dispersas entre colecciones públicas y privadasen Venezuela y en exterior. Casi todas son femeninas, muchascon cabezas alargadas y cubiertas con ‘gorros’ rectangulares.Sólo algunas de estas figurinas han sido profesionalmente exca-vadas, mientras que la gran mayoría ha sido extraída por lossaqueadores a lo largo de los últimos 150 años.

Es un hecho sorprendente que un 25% de todas las figurinas Va-lencioides conocidas hasta el presente fueron depositadas en ladiminuta isla de Dos Mosquises. El hecho de encontrar un nú-mero tan significativo de figurinas en un campamento temporales un fenómeno sin igual en la arqueología del Caribe. En LosRoques, las figurinas Valencioides también han sido excavadas enlas islas de Krasky y Cayo Sal, sin embargo, los especimenes deDos Mosquises son mucho más numerosos y provienen de losdepósitos arqueológicos más complejos. Las imágenes de las fi-gurinas y sus fragmentos excavados en Dos Mosquises,asemejan mujeres sentadas o de pie, algunas de ellas con signosde embarazo. Varias figurinas son sonajeros. Las figurinas se en-contraron en los depósitos arqueológicos, acompañadas conflautas de hueso de venado, pitos y caracoles terrestres, incen-sarios cerámicos para quemar las resinas olorosas, pipas detabaco, sonajeros hechos en cerámica y huesos de mamíferostraídos desde continente. Estos depósitos también incluían ungran número de recipientes decorados, microvasijas, recipientesantropo- y zoomorfos, pendientes y cuentas de collar elabora-das a partir de conchas terrestres y marinas; pequeñas hachas ypendientes de piedra. La forma en la cual estaban dispuestas lasfigurinas en los depósitos culturales y su íntima asociación espa-cial con varios de los objetos arriba mencionados, así comotambién con grandes y no-perforadas conchas de botuto, sugie-ren que pudieron haber sido utilizadas como ofrendas votivasy/o importantes accesorios en actividades rituales.

Sin embargo, para hablar del significado de las figurinas debemossaber primeramente quiénes eran la gente que actuaban en estaisla, tratando de “resucitar” las categorías de los actores socialesdel pasado que han visitado Los Roques, reconstruir las tareas

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que llevaban a cabo y las relaciones sociales que existían entreellos. Solo después podemos plantearnos las preguntas sobre elpapel de las figurinas en este particular contexto social, arqueo-lógico y ambiental. Pero, ¿cómo pudimos atrevernos areconstruir el contexto social de Dos Mosquises?

Gracias a las extensas excavaciones efectuadas en Dos Mosqui-ses se recuperaron miles de artefactos y se obtuvo un caudal devaliosa información acompañante que permitió la reconstruc-ción de los aspectos sociales de este campamento. Así, sabemosque el campamento era principalmente visitado por hombresadultos y adolescentes, entre los cuales se encontraban chama-nes y otros personajes de alto rango social, posiblementecaciques y/o guerreros. En la isla se procesaban, consumían y/opreservaban los peces del arrecife, tortugas marinas y los botu-tos. Algunos artesanos indígenas elaboraban in situ las diminutascuentas de concha y adornos personales. La vida del campa-mento en Dos Mosquises era impregnada con la actividad ritual.

Es aquí donde volvemos nuevamente a la Concha Reina. Entre1270 y 1450 d.C. los visitantes amerindios explotaron en Los Ro-ques unos 7 millones de botutos solamente en la diminuta isla LaPelona. Durante este tiempo extraían solamente de esta isla almenos 5 toneladas de carne de botuto cada año. En nuestro libroantes mencionado (Antczak y Antczak 2006), sugerimos que enla taxonomía amerindia los botutos fueron concebidos más pró-ximos al hombre que otros moluscos y por ende no se

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recolectaban de una manera pasiva: se mataban. La matanza demillones de estos animales tuvo que tener un impacto sobre lavida de quienes creían en un mundo animado, en donde existíanespíritus protectores que velaban por la vida de los animales.¿Cómo esta creencia pudo haber impactado a un grupo de hom-bres que acampaban en una isla ubicada tan lejos de sus aldeaspermanentes y separada del poder protector de las tierras an-cestrales? Los espíritus protectores de los botutos estabanfuriosos y su furia tenía que ser aplacada por medios rituales. Porconsiguiente, hemos hecho una conexión de significado entre eldomus, el agrios, los botutos, la ausencia de las mujeres y la pre-sencia de las figurinas femeninas y objetos de uso ritual. En losrituales propiciatorios dirigidos a aplacar la furia de los espíritus,los amerindios necesitaban de la asistencia de sus mujeres. Ellas,sin embargo, estaban ausentes en los campamentos insulares. Porlo tanto, los audaces pescadores amerindios acudían a las repre-sentaciones femeninas en cerámica que metafóricamentesustituían a las mujeres de carne y hueso y ayudaban a suprimir lasamenazadoras fuerzas sobrenaturales. Por medio de las prácticasde magia simpática, las figurinas activadas por los chamanes en-carnaban a las mujeres reales y actuaban sobre los presentes enla isla de manera multisensorial. Recordemos que al ser sacudidas,las figurinas sonajeras - visiblemente semejantes a las mujeres -emitían el sonido el cual seguía sus movimientos en las manos delchamán. La presencia de las figurinas en Dos Mosquises era en-tonces esencial para sustentar la vida diaria de este campamento.A los visitantes de Dos Mosquises les unía la fe en la eficacia de

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las ceremonias en las que los chamanes manipulaban las peque-ñas figurinas de cerámica, fumaban pipas de tabaco, quemabanresinas olorosas en incensarios cerámicos, tocaban flautas, silba-tos y ocarinas, muy probablemente cantaban y bailaban. Esprobable que algunas de las figurinas emularan a los seres queri-dos de sexo femenino, tales como las esposas, madres o hijas,que los navegantes dejaron temporalmente en las aldeas per-manentes en el continente. Protegidos de las amenazas de losespíritus, los Valencioides y Ocumaroides, convivían en el cam-pamento de Dos Mosquises y cooperaban para alcanzar el éxitode una empresa común. El botuto era para ellos el alimento, lamateria prima y un poderoso símbolo cuyo significado no po-demos comprender plenamente. Lo que sí sabemos es que estesímbolo había sido muy estrechamente vinculado con el signifi-cado de las pequeñas figurinas en cerámica y el motivo principalde toda la epopeya insular.

Epílogo

En el arco de las islas del Caribe Venezolano el hombre prehis-pánico había cargado a la isla Dos Mosquises con unexcepcionalmente amplio rango de significados sociales, econó-micos, políticos y simbólicos. El proceso de la atribución delsignificado a las figurinas de Dos Mosquises es un ejercicio inte-lectual riguroso y abierto a la re-interpretación. La arqueologíainterpretativa y contextual que profesamos es un proceso

abierto que nunca termina, siempre se puede añadir algo másy/o ver las mismas cosas desde una perspectiva diferente. Elpunto de partida y del constante retorno en el proceso de tejerlas interpretaciones es el contexto en el cual fueron encontra-das las evidencias materiales del pasado.

Sin duda, es una satisfacción ir encontrando nuevas evidencias.Es una emoción inigualable encontrar una figurina, vasija o he-rramientas en el contexto en el cual fueron abandonadas porlos indígenas, pero aún más fascinante es emprender la aventuraintelectual en la cual uno trata de responder las preguntas: ¿Porqué? ¿Cómo? ¿De cuál manera? Desde el inicio fuimos cons-cientes que queremos devolverle el lugar en la historia apequeños grupos anónimos de pescadores amerindios quienesrealizaban estas extraordinarias hazañas en el archipiélago sepa-rado del continente por 135 kilómetros del mar abierto. Lo quehicieron estos indígenas hace mil años está afectando nuestrasvidas. Estamos hablando aquí por lo que ellos hicieron y éste esuno de estos elementos con los que tú también puedes empe-zar a tender puentes para entretejer el pasado en el presente. Hoy en día Los Roques atrae a oleadas de visitantes que se de-leitan con las playas blancas, con las aguas color turquesa y conlas espectaculares puestas de sol. Estos visitantes se encuentranen el final de una larga cadena de seres humanos que han visi-tado estas islas, las han ́ vivido´ e investido con un amplio rangode significados creando un rico palimpsesto patrimonial.

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Bibliografía

Antczak, M. M. y A. Antczak 2006 Los Ídolos de las Islas Prometi-das: Arqueología Prehispánica del Archipiélago de Los Roques.Caracas: Editorial Equionoccio.

Leyendas fotográficas

1. Con temor y curiosidad los ojos del botuto examinan el desconocido mundofuera del agua.Fotografía: Andrzej Antczak.

2. Gracias a su extraordinario pasado prehispánico, la diminuta isla Dos Mosquisesha sido bautizada como la Isla Sagrada de Venezuela Prehispánica.Fotografía: Paolo Gasparini.

3. Millones de conchas de botuto desechadas por los Amerindios entre ca. 1200 y1500 d.C. contribuyeron a la formación del islote La Pelona.Fotografía: Andrzej Antczak.

4. Excavación de la transecta dentro de uno de los concheros de botuto en la islaDos Mosquises. Fotografía: Archivo MM&A Antczak.

5. Excavación de la Trinchera C en la isla Dos Mosquises.Fotografía: Archivo MM&A Antczak.

6.Vista parcial de la excavación en la Trinchera C en la isla Dos Mosquises.Fotografía: Archivo MM&A Antczak.

7. Un micro contexto con una figurina y un pequeño recipiente zoomorfo asocia-dos con vertebras de peces, fragmentos de recipientes y conchas.Fotografía: Archivo MM&A Antczak.

8 a 13. Cada figurina humana fue encontrada dentro de un microcontexto parti-cular, asociada con vasijas de varios tamaños, artefactos de hueso, concha y piedray rodeada por las omnipresentes conchas de botuto.Fotografía: Archivo MM&A Antczak.

14. El enterramiento de un Amerindio adulto en Dos Mosquises, acompañado porofrendas mortuorias, constituye el único contexto arqueológico funerario prehis-pánico excavado sistemáticamente en el territorio insular venezolano(anteriormente Dependencias Federales).Fotografía: Archivo MM&A Antczak.

15. Un micro contexto con una figurina que se asoma entre varios recipientes ce-rámicos.Fotografía: Archivo MM&A Antczak.

16. Algunas de las figurinas Ocumaroides de la isla Domusky Norte.Fotografía: Archivo MM&A Antczak.

17. Cada figurina es un universo de variables morfológicas y representacionales quedeben ser estudiadas de manera sistemática e interdisciplinaria.Fotografía: Archivo MM&A Antczak.

18. Un micro contexto con un conjunto de figurinas colocadas dentro y al lado derecipientes cerámicos.Fotografía: Archivo MM&A Antczak.

19. Las benignas arenas de Los Roques permitieron que en algunas de las figurinasse preservara el engobe rojo y hasta el pulido de la superficie.Fotografía: Archivo MM&A Antczak.

20 a 23. Figurinas Valencioides acompañadas por una vasija antropomorfa, isla DosMosquises.Fotografía: Archivo MM&A Antczak.

24. “Familia” de figurinas Valencioides de Dos Mosquises.Fotografía: Archivo MM&A Antczak.

25. Una de las mejor preservadas figurinas Valencioides de Dos Mosquises.Fotografía: Archivo MM&A Antczak.

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RETO A LA COSTAde Venezuela

Orlando Corona Segura / Ascenso Centro de Aventurawww.ascenso.org.ve

@ascensoac

AVENTURA Y VIDA

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Vive la maravillosa experiencia de recorrer nues-

tras costas venezolanas a bordo de un kayak y

acompañado por las personas más maravillosas

que podrías conocer a lo largo de una travesía sin

parangón.

Esta es la tercera historia que compartimos con los lectores de

la revista Río Verde, un hecho que nos complace porque nos

permite trascender a un público más amplio, las aventuras de un

grupo de venezolanos emprendedores que, a través de su pa-

sión, nos inspiran a alcanzar nuestras metas. Para quienes leen

por primera vez esta revista quisiera contarles que cada año en

Caracas en el mes de junio llevamos a cabo un concurso de fo-

tografías y videos donde participan aventureros venezolanos

que nos cuentan sus más recientes retos, viajes y aventuras. Cada

uno de los videos representa una oportunidad de conocer a al-

guien especial, de vivir experiencias que nos conectan con

nuestra naturaleza, con nuestra identidad y con los valores im-

plícitos en estas actividades. Estas fotos y videos compiten por

premios en distintas categorías y luego se muestran en diferen-

tes espacios en algunas ciudades de Venezuela y del exterior, en

esta página queremos compartir algunas de las historias que más

nos han conmovido e inspirado a ser mejor personas.

Es el video ganador del premio en la categoría agua del año

2009 tiene la esencia de las travesías históricas, por ejemplo

Marco Polo, Cristóbal Colón y Magallanes, navegaron por los

mares para traernos conocimiento, nuevos destinos y emocio-

nantes historias, David Botome, Aramis Mateo y Pablo

Santacatalina hicieron lo mismo para la comunidad de Kayakis-

tas, demostraron que sí es posible hacer esa ruta en Venezuela y

abrieron el camino para que este reto se repita para las más jó-

venes generaciones. Ellos se propusieron cruzar toda la Costa

venezolana en Kayak, hasta ese momento nadie lo había reali-

zado, aunque si hubo algunos intentos previos. Los protagonistas

de esta historia ya tenían suficiente experiencia previa nave-

gando largas distancias en varios días en la costa, pero nada

como los casi 1 700 Km de costa venezolana, este reto se les

presentaba como algo importante, novedoso y con muchas im-

plicaciones logísticas a coordinar.

Fueron 63 días de expedición, 5.06 km/h de velocidad prome-

dio, un total de 1 012 500 paladas por persona para recorrer 1

680 Kilómetros desde el Este el estado Sucre hasta el estado

Zulia de Venezuela.

El video comienza en un pequeño balneario “Caurantica” en las in-

mediaciones de Güiria del estado Sucre en la Península de Paria,

rodeado de algunos pescadores de la zona, este lugar fue elegido

porque el estatus legal de los kayaks no es muy claro y para evitar

complicaciones se decidieron por un lugar discreto. El 21 de Junio

de 2008 Pablo fue el primero en lanzarse al agua seguido por

David y luego Aramis. El arranque de esta travesía fue un desahogo

para ellos, porque la logística y preparativos implicó mucho trabajo

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133Aventura y vida

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y el estar definitivamente en el

agua se transformó en un acto

de liberación, ahora si estaban

en lo que querían hacer, ahora

el cansancio físico era por pa-

lear en el kayak y no por los

detalles de la organización, para

ellos esos primeros kilómetros

eran el comienzo del disfrute.

Algo importante que nos

transmite la historia en esos

primeros minutos es que

David, Aramis y Pablo son

hombres maduros y que el

deseo de realizar la travesía es

auténtico, nos transmiten se-

guridad y que el desafío que se

proponen está a la altura de

sus condiciones físicas y psico-

lógicas. El video nos involucra

en la experiencia de manera

suave, sin sobresaltos, inclusive

el punto de mayor preocupa-

ción “Boca de Dragón” (entre

la Península de Paria y la Isla de

Trinidad) lo cruzan con agili-

dad en las primeras horas de

la mañana en que las olas aún

no se convierten en paredes

infranqueables de agua. Justo

en este cruce se encuentran

con unos pescadores que, in-

crédulos de lo que ellos

quieren hacer, les preguntan: -

“¿Para dónde van?” y ellos con

gracia les responden: -

“pa´Cuba, un poquito lejos”.

Después de las primeras sema-

nas de recorrido ya estaban

bastante sincronizados, cada

uno sabía qué hacer y los equi-

pos ya estaban ajustados

plenamente. Pablo nos co-

menta que el cansancio físico

se manifestaba en sueño, así

que cualquier momento que

tenían para descansar lo apro-

vechaban para dormir.

Lo especial de esta historia es

que, a pesar que la travesía im-

plicaba un gran esfuerzo, los

Kayakistas nos transmiten

tranquilidad y disfrute, además

nos muestran un retrato muy

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135Aventura y vida

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136

especial de una Venezuela apacible llena de hermosos paisajes y

de gente sencilla pero generosa que se emocionan al verlos y les

ayudan en todo lo que necesiten. Al respecto David nos co-

menta:-“Mientras más remoto el sitio, más se apegaba la gente

a nuestra expedición. Nos ayudaron en todo sentido y escucha-

ron nuestros cuentos. Yo diría que la mitad de los pescaditos

fritos que nos comimos en la costa, nos lo sacaron del mar y nos

lo dieron(…)´fríanle estos pescaditos a los muchachos´”.

En medio de tantos kilómetros de costa Aramis nos relata que le

es difícil elegir una playa o lugar especial, toda la Costa esta llena

de lugares mágicos de particular belleza:-“Paria es una zona in-

dudablemente bella, el color del agua, la forma en que se

desarrolló ese paisaje, los acantilados, la selva, los chorros de

agua, agua dulce en casi todas las playas y mar azul profundo(…)

¡espectacular!, si sigues avanzando, Araya no es menos bella den-

tro de su concepto, es muy árida pero igualmente bella, luego

continúas por Mochima que es un Parque que te deja sin pala-

bras, luego sigues por el Litoral Central y es muy triste ver cómo

quedó después del deslave, aún no se ha recuperado(…) Ara-

gua es un mar más caprichoso y caótico pero lleno de lugares

especiales, Cata, Chuao, Choroní, Cuyagua todas esas playas son

espectaculares y exuberantes. Luego llegas al Parque Nacional

Morrocoy que está muy deteriorado pero aún continúa siendo

agradable a la vista, con aguas de color turquesa y las islas de

arese vuelve marrón, cambia la pigmentación por la sedimenta-

ción de los ríos. Cada sitio, ya sea por la comunidad, o por las

poblaciones, o por el entorno, tiene una magia diferente”.

Para muchos pobladores nuestros kayakistas eran extranjeros

llegando a sus tierras pero, al darse cuenta de lo que venían ha-

ciendo, se involucraban y se las acercaban espontáneamente,

eso hizo más llevadero su recorrido. En la Costa Central se en-

contraron con dos pescadores flotando en tripas de caucho y al

preguntarles sobre las chapaletas que tenían puestas, con picar-

día responden: -“Estos son los motores”.

Cuando pasaron por Punto Fijo, rumbo al Lago de Maracaibo,

el territorio era totalmente desconocido para ellos, mucho

viento y playas desérticas, pero no dejaban de sorprenderse

por la belleza salvaje de esos lugares. Al pasar esta zona, sabían

que el viaje estaba llegando a sus últimos días y sus ganas de se-

guir remando no diminuían. Entraron al lago por una ciénaga, la

de los “Olivitos”, muy cercana a los Palafitos. Al cruzarla, podían

ver a lo lejos el puente sobre el Lago, en ese momento sabes

que van a llegar. Pablo menciona: “Se está acabando este sueño

y no quiero despertar”. David continúa: “El sentimiento más pa-

recido que experimentas es el luto porque se acababa, porque

la verdad nosotros estábamos listos para seguir remando otro

dos meses más”.

Los últimos kilómetros fueron escoltados por diferentes em-

barcaciones que los llevaban hasta un punto en que serían

recibidos por familiares, amigos y prensa, para celebrar el feliz

término de ésta ambiciosa aventura.

6

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137Aventura y vida

8

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138

Llegar a la orilla implicaba volver a su rutina fuera del agua, un

nuevo reto, porque después de dos meses de navegación por la

costa tu vida cambia y esa transformación la vemos en sus ros-

tros al llegar conmovidos por el recibimiento y por la satisfacción

de haber alcanzado su sueño.

Pablo comenta para cerrar : “Jamás pensé que iba hacer este

viaje (conociendo) a un promedio de cinco personas por día,

por sesenta días, (y que) iba a dejar un promedio de trescientos

nuevos amigos en la playa, porque sé que si vuelvo estarán allí”.

Este video es un homenaje a los habitantes de la costa de Vene-

zuela que llenan de vida los hermosos paisajes de nuestra

geografía costera, que también enfrentan el reto de conservar

plenamente esos lugares. Buena parte de la costa está llena de

basura, pero aún estamos a tiempo de crear la conciencia nece-

saria para mantener estos lugares prístinos y disfrutar por

muchas más generaciones de tan especial belleza.

Agradecemos a David, Pablo y Aramis tan hermoso retrato de

nuestra costa venezolana.

Hasta la siguiente historia,

www.ascenso.org.ve

Leyendas fotográficas

1. El equipo integrado por David, Aramis y Pablo en la costa de Aragua.Fotografía: Orlando Corona Segura.

2. Parte del equipo de Reto a la Costa.Fotografía: Orlando Corona Segura.

3, 4, 5. El equipo durante su travesía de 63 días, recorriendo las costas de Venezuela.Fotografías: Orlando Corona Segura.

6. David en su llegada a un punto de la costa venezolana.Fotografía: Pablo Santacatalina.

7. David Botome con los niños de un pueblo de la costa venezolana.Fotografía: Jerry Gorisek Sever.

8. Pablo Santacatalina, David Botome y Aramis Mateo.Fotografía: Cortesía del equipo de Reto a La Costa.

9. Hermoso atardecer en el P.N. Mochima.Fotografía: Pablo Santacatalina.

9

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ARRECIFES ARTIFICIALESnuevos hábitat para la vida marina

Julio C. Salvatori / Instructor de buceo [email protected]

Fotografías: Gaby Carias.

MUNDO SUBMARINO

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Los barcos viejos e inservibles pueden convertirse en hábitat importante para la vida marina. Barco “Caribe Soy” hundido en Caraballeda, La Guaira. Edo. Vargas.

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143Aventura y vida

Todo inicia de noche, una llamada me despierta y

me informa que capitanía de puerto nos ha dado

permiso para hundir el barco. Solo tenemos lo que

queda de la noche para hacerlo, meses de prepara-

ción, cálculos, limpiezas arduas y permisos llegan a

término, es momento de ponerse las aletas y crear

un nuevo arrecife artificial.

¿Qué es un arrecife artificial?

Un arrecife artificial es el posicionamiento estratégico de es-

tructuras de diversos materiales (barcos de acero y/o fibra,

estructuras metálicas y de cemento), acondicionadas para pro-

veer hábitat y refugio a diversas especies de flora y fauna marina.

El 70% del oxígeno del planeta es generado por el fitoplancton y

las algas marinas, los arrecifes coralinos naturales y/o artificiales

son pilar fundamental dentro del correcto funcionamiento de

este ciclo. Sin contar con un sinfín de benéficos como:

1. Disminución de presión sobre arrecifes naturales.

2. Generación de espacios para nueva vida submarina.

3. Beneficios económicos a la población local por medio del

ecoturismo.

4. Disminución de pesca ilegal dificultando el uso de redes

de arrastre.

5. Fuentes de ingreso para pescadores artesanales y asocia-

ciones ambientalistas.

El acto de crear un arrecife artificial no es algo que se pueda

tomar a la ligera, el factor que más impacto tiene sobre los be-

neficios de los arrecifes artificiales, es la elección del sitio de

hundimiento. Una buena elección del lugar es indispensable para

obtener los mayores beneficios de un proyecto.

El sitio de hundimiento debe de ser electo a través de un pro-

ceso de selección, en donde se deben de tomar en cuenta

factores como profundidad, presión parcial del oxígeno a esa

profundidad, cantidad de luz que llegara a la estructura, tipo de

fondo, canales de navegación, etc. Por ejemplo para crear arre-

cifes artificiales con barcos en la bahía de La Paz México se

llevaron a cabo talleres con las diferentes tiendas de buceo, con

grupos ecologistas, con el gobierno, y juntos decidieron la mejor

opción para conseguir los mayores beneficios.

A lo largo del mundo la siembra de arrecifes artificiales es una

práctica común, y Venezuela no es la excepción de la regla. En

nuestras costas existen arrecifes artificiales creados por particu-

lares en aras de generar puntos de buceo para buzos recreativos

y técnicos.

Desde 1996 la Asociación sin fines de lucro Coral, en colabora-

ción con Epsilon Dive Center ha creado más de 10 arrecifes

artificiales en el área de Caraballeda, y uno en Higuerote frente

a Puerto Francés, la estructura: un avión Glenn Martin, logrando

sobre todo, luego de la tragedia del estado Vargas rescatar el

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144

fondo marino frente a las cos-

tas Varguenses, teniendo

dentro de su haber un arre-

cife artificial que se encuentra

en el Top 10 como punto de

buceo en el sur del Mar Ca-

ribe. Obteniendo galardones

como el premio TOY y el pre-

mio IDEA, así como

reconocimientos a nivel Inter-

nacional por parte de la

famosa asociación de conser-

vación Projec AWARE.

El último arrecife artificial cre-

ado en Venezuela con la

intención expresa de ser un

refugio para la vida marina, se

encuentra en la zona de Ca-

raballeda y su nombre:

“El Eusebio, un yate trasatlán-

tico abandonado luego de la

tragedia de Vargas de 1999 en

la marina de Caraballeda; fuera

del agua tan solo un amasijo

de acero y un cúmulo de ba-

sura, para nuestros ojos un

posible arrecife artificial”.

Su historia es algo particular,

llena de misterio y un poco de

burocracia. Se necesitaron per-

misos, saber quién era el dueño,

como se llamó el barco alguna

vez, etc. Finalmente luego de

algunos meses de conversacio-

nes con la marina de

Caraballeda y el Ministerio de

Turismo, se nos otorgó la pro-

piedad del barco, tan solo con

el compromiso de sacar el

barco del patio de lanchas y lim-

piar todo el desperdicio que el

generara durante su traslado.

Como es usual en estos pro-

yectos, designamos a una

cuadrilla para su limpieza y

preparación, conformado por

buzos colaboradores, lastimo-

samente luego de algunas

semanas solo quedarían pocas

personas dispuestas a conti-

nuar con tan ardua misión,

limpiar un barco de acero bajo

el sol inclemente de la Costa

de la Guaira.

También estas estructuras viejas sirven de refugio para la biodiversidad marina.

Barco hundido por Epsilon Dive en la costa del estado Vargas.

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145Aventura y vida

Nótese algunas de las especies dónde encuentran protección y refugio en estos arrecifes artificiales.

El buzo Julio Salvatori dentro del barco “Caribe Soy”.

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146

En paralelo con las labores de limpieza se encontraba el diseño de

la colocación del nuevo punto, basados en proyectos similares a

nivel internacional, tomamos la decisión de colocarlo alrededor

de un área muy popular entre los buzos pertenecientes a Epsilon

Dive Center.

Lo que esperábamos era colocar el nuevo punto en el medio de

tres puntos creados con anterioridad, que ya se encontraban

sobre poblados; a una profundidad suficiente para que la canti-

dad de luz y Oxigeno pudiera acelerar la creación de nuevos

corales sobre el casco y a la vez lo más profundo posible para

poder protegerlo de los pescadores submarinos.

Luego de algunas semanas de mucho pensar se logró diseñar el

plan de hundimiento lo que conllevaría a poder cumplir con el

objetivo de colocar el barco en el área deseada y en la profun-

didad ideal.

Quedaba tan solo esperar por el resto de los permisos, El Euse-

bio estaba listo para ser hundido, así que “Todo inicia de noche,

una llamada me despierta y me informa que capitanía de puerto

nos ha dado permiso para hundir el barco. Solo tenemos lo que

queda de la noche para hacerlo, meses de preparación, cálculos,

limpiezas arduas y permisos llegan a término, es momento de

ponerse las aletas y crear un nuevo arrecife artificial”.

Con el barco ya en el agua, los nervios durante la operación son

que el barco pueda resistir, que no se hunda durante el traslado,

que nadie salga lesionado, que todo salga como se planeó, que

el mar decida colaborar y que el clima se mantenga hasta que el

barco este en posición.

En las operaciones está involucrado el remolcador NORMAN-

DIA, y por nuestra parte la embarcación de buceo EPSILON I,

a bordo del EUSEBIO estaría el Buzo Alejandro Rodríguez y en

el agua esperando para colocar el barco en poción otro Buzo,

quién les escribe, Julio Salvatori.

Luego de algunos inconvenientes motivados a que las condicio-

nes meteorológicas el buzo del agua logra hacer la conexión

entre el Eusebio y el punto de anclaje, así que el NORMANDIA

cumple con su misión y se retira. Lo que dejaría la operación, tan

solo, a cargo del personal de la EPSILON I y los buzos. Tras una

última inspección a los anclajes, se decide que ambos buzos re-

tiren los tapones del barco por dentro y por fuera y se retiraren

a la seguridad de la EPSILON I. una vez más solo queda esperar.

Según como se había planificado el barco debería hundirse en

aproximadamente media hora, lo que terminó por convertirse

en una hora y veinte minutos, motivado a que al limpiar el barco

disminuimos su peso.

A las 11:28 pm del 4 de Marzo del 2011, el mar decidió acoger al

EUSEBIO en su regazo. Y tan solo días después del hundimiento,

la visión que meses a tras un puñado de buzos habíamos tenido

se hacía real, ese amasijo de acero y basura renacía en el fondo

del mar, dando lugar a un NUEVO ARRECIFE ARTIFICIAL.

Barco “El Eusebio” antes de proceder a sumergirlo en las aguas de Caraballeda en la Guaira.

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147Aventura y vida

“El Eusebio” ya en su sitio en el fondo marino listo para convertirse en un arrecife artificial.

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A TRAVÉS DEL LENTE

VIVIENDO DE LA NATURALEZALeopoldo García

[email protected]

Puma en los llanos de Barinas,

Hato Garza

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Garcero en el Hato el Cedral, estado Apure

La barretera del estado Apure

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153A través del lente

Llaneros recogiendo la monta

Lirios en flor en el Hato Garza, estado Barinas

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Páramo de Piedras Blancas, estado Mérida

Ceiba en amanecer llanero, estado Apure

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155A través del lente

Ser pionero:viviendo de la naturaleza

Leopoldo García

Desde muy temprana edad mi curiosidad por la natura-

leza fue la fuerza motivadora de gran parte de mi vida.

Investigar: Que, cuando, como, donde, quien y porque

eran y siguen siendo, lo que más mueve a mi persona, la

verdad es que aprender algo nuevo es un estímulo fabu-

loso contra el tedio y la rutina. La biología siempre fue

mi materia favorita y en la actualidad, en este mundo de

especializaciones en que vivimos, la ecología suplantaría

a mi primera afición, solo por nombre o moda. Sin em-

bargo, el término que reúne a todas mis aficiones en una

sola función es el de Naturalista Profesional, enten-

diendo, que vivir ganándome la vida como intérprete de

la naturaleza, es un compromiso y estilo de vida y la ver-

dad es, que enseñar a otros a apreciar lo que nuestro

entorno nos ofrece, es lo que más me mueve y motiva.

Fue en esa búsqueda de vivir de la naturaleza la que me

motivó a invitar a otros amantes de la naturaleza, a mon-

tar la primera empresa de Turismo de Interpretación de

la Naturaleza de Venezuela en los años 80. Fue así, que

nos convertimos en pioneros en un turismo totalmente

desconocido para el país para esa fecha. Allí, en Turven

Tropical Travel Services, empezó mi vida como natura-

lista profesional. En esos tiempos de pioneros, el término

Ecoturismo no existía y a mi parecer, el término que usá-

bamos “Turismo de Nicho” como que explicaba mejor

nuestras actividades. Con Turven empezamos el Circuito

Aventura donde se realizaron los primeros circuitos de

interpretación de la naturaleza y de Birdwatching, hoy

conocido como observación de aves. De esta iniciativa

Hato Piñero (Cojedes), Hato Cedral (Apure), Posada

Punta Bahareque (Morrocoy), Hotel Los Frailes y Posada

Monte Carmelo (Mérida) y los Campamentos Canaima

y Shaliliko en Bolívar junto a la Estación Biológica Racho

Grande y Posadas Cotoperix en Aragua se convirtieron

en los primeros receptores de Ecoturistas de Venezuela.

También hicimos alianzas estratégicas con otras empre-

sas pioneras como Aerotuy (hoy LTA) y se realizaron

circuitos turísticos aéreos que no han sido superados

por ninguna aerolínea hasta el momento. Luego, adquiri-

mos una de las últimas chalanas de madera que

navegaban el Apure y la convertimos en campamento

flotante. La Chalana Santa María nos convirtió en los pri-

meros operadores comerciales de cruceros turísticos

del eje Apure-Orinoco Medio. Vivimos las aventuras más

increíbles del mercado turístico y como pioneros, hici-

mos de rompe-hielos para los que nos siguieron con

nuevas propuestas de turismo de nicho. Al final de mis

trabajos, que por mas de 10 años realicé, guiando a per-

sonas, manejando posadas y promoviendo el ecoturismo

en Venezuela, podemos decir que lo que empezó con un

poco menos de 30 posadas turísticas de entonces, hoy

día, ya es una realidad maravillosa, que ya hay más de

1.000 posadas y campamentos funcionando en todo el

territorio nacional.

Ahora, más que nunca, estoy convencido que 7 mil mi-

llones de habitantes en la tierra van hacer muy difícil

mantener las regiones silvestres del mundo, ya que tener

la capacidad adecuada de sustentación para la humani-

dad, significa sacrificar el consumismo exagerado en que

vivimos, para mantener lo poco que nos queda de natu-

raleza prístina por un tiempo indefinido. Oponerse al

desarrollo es convertirse en “comeflor”, y el no hacerlo,

nos condena, como especie, a sufrir la autorregulación

de la naturaleza. Y a pesar que gritamos a oídos sordos

muchas alertas, solo cuando nos enfrentemos a los he-

chos, es que haremos conciencia, de que podemos vivir

con mucho menos y que cargarnos continuamente de

cosas, es hacernos de un lastre con un costo incalculable

para la naturaleza. La humanidad, para la cual, el consumo,

mantenido por la obsolescencia, permite esclavizar a los

humanos nos aleja cada vez más, a entender, que no es

tan malo vivir de la naturaleza y ser pionero es un estilo

de vida lleno de emociones las cuales nos llenan de retos,

altibajos y aprendizajes que superan la vida cómoda por

la que el hombre se desvive hoy en día.

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