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CARTAS AL DIRECTOR 27 cartas al director Amigos Lectores: En nuestro Boletín número 100, enviado el día 9 de marzo del 2010, se publicó en la sección “Informes Coyunturales del CeRPI”, un trabajo titulado “La Política Exterior como problema” escrito por el coordinador del CERPI, Dr. Alejandro Simonoff . Con motivo de lo allí vertido, recibimos una misiva del Presi- dente del APSEN (Asociación Profesional del Cuerpo Permanente del Servicio Exterior de la Nación), Alberto Davérède, quien solicitó un espacio para contestar lo que entendió como una crítica al personal diplomático de la Cancillería. A su vez, el Director del Instituto, Prof. Norberto Consani , le respondió la carta. Por su parte, el Prof. Simonoff , realiza las observaciones pertinentes a la posición del Embajador Davérède. Todo ello fue publicado en el Boletín Nº 101, que fue enviado el día 16 de abril del corriente año. En ejercicio del espíritu abierto, amplio y democrático que el Instituto de Relaciones Internacionales ha tenido permanente- mente lo largo de sus veinte años de historia, como corresponde a la esencia de cualquier institución académica y republicana, es que presentamos a ustedes dicho intercambio epistolar, para que todas las posiciones, inclusive aquellas que presentan disiden- cias, sean conocidas por nuestros lectores. Juan Alberto Rial Secretario de Redacción IRI - UNLP

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CARTAS AL DIRECTOR 27

cartas al director

Amigos Lectores:

En nuestro Boletín número 100, enviado el día 9 de marzo del2010, se publicó en la sección “Informes Coyunturales del CeRPI”,un trabajo titulado “La Política Exterior como problema” escritopor el coordinador del CERPI, Dr. Alejandro Simonoff.

Con motivo de lo allí vertido, recibimos una misiva del Presi-dente del APSEN (Asociación Profesional del Cuerpo Permanentedel Servicio Exterior de la Nación), Alberto Davérède, quiensolicitó un espacio para contestar lo que entendió como unacrítica al personal diplomático de la Cancillería. A su vez, elDirector del Instituto, Prof. Norberto Consani, le respondió lacarta. Por su parte, el Prof. Simonoff, realiza las observacionespertinentes a la posición del Embajador Davérède. Todo ello fuepublicado en el Boletín Nº 101, que fue enviado el día 16 de abrildel corriente año.

En ejercicio del espíritu abierto, amplio y democrático que elInstituto de Relaciones Internacionales ha tenido permanente-mente lo largo de sus veinte años de historia, como correspondea la esencia de cualquier institución académica y republicana, esque presentamos a ustedes dicho intercambio epistolar, para quetodas las posiciones, inclusive aquellas que presentan disiden-cias, sean conocidas por nuestros lectores.

Juan Alberto RialSecretario de Redacción

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La Política Exterior como problema

Dr. Alejandro Simonoff (UNLP)*

* Coordinador del CERPI – IRI - UNLP

Es muy común escuchar que la Argentina no tiene políticaexterior o que la misma posee un erratismo como característica.Se escuchan reclamos por políticas de Estado, como otros paísesque las poseen.

De ser así estaríamos frente a un problema muy grave, enrealidad lo que ocurre es que existen muchos proyectos de paísque expresan cada uno un Interés Nacional distinto. A éste no loreducimos, como el realismo clásico, a un plano estratégico-militar-diplomático sino en combinación con otros como el eco-nómico y el cultural.

Existen, como diría Juan Carlos Puig, en la superficie elemen-tos que aparecen como contradictorios, determinados por lascreencias de los gobernantes, sus estructuras decisorias y losintereses que representan. Pero además siempre han existido, enel fondo, elementos estructurales, como el periodo entre lasegunda mitad del Siglo XIX y principios del XX, la adscripciónal área de influencia británica, durante la Guerra Fría, por lainestabilidad política, la puja por el modelo económico y laforma de vinculación con Washington, y desde 1983, con lacontinuidad democrática en la construcción de un triangulo quevincula a nuestro país con Estados Unidos y Brasil.

Obvio que no fueron todas iguales, por ejemplo estas últimasse construyeron con un interesante juego de equilibrios entre lastendencias autonomistas que privilegian a la región, como esce-nario principal de su agenda, y los de inserción restringida conla potencia hegemónica. Las diferencias entre ellas están en laelección de su alianza principal. Mientras los primeros apuntana generar márgenes de maniobra en el sistema internacionalsobre las alianzas con países con similares recursos y valoresaunque forme parte del bloque, como en los ochenta, losdependentistas optan acompañar acríticamente a la nación do-minante, sin tener en cuenta los propios intereses y valores,como en los noventa. Obviar algunos de estos lados, podríallevarnos a una mala política exterior que tenga como resultadoo un aislamiento, o una inserción excluyente.

Estos elementos nos permiten delinear una presencia de ciertaestructura triangular, donde el impacto de las tendencias auto-

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nomistas buscan centrar su prioridad en Brasil, y las otras, lasdependentistas en los Estados Unidos. De acuerdo a qué lado deltriángulo se apoye la estrategia principal de vinculación de laArgentina con el mundo, será el resultado que obtendremos.Existen fuertes condicionantes, como el endeudamiento que generóla necesidad de acercarse a Washington para conseguir apoyofinanciero, ya sea unilateral o de los organismos multilateralesque controla, lo que ocasiona una tensión en la búsqueda de unmayor marco autonómico. La primera opción también tiene susdificultades, ya sea por las transformaciones del sistema interna-cional, o los de algún actor relevante para ella, como por ejem-plo Brasil, y que nos puede llevar, como ha escrito GuillermoFigari, a una doble dependencia.

Pero lo que resulta obvio es que los actores políticos, burocrá-ticos y académicos hacen hincapié en la superficie y no en elfondo. Y es precisamente esto lo que nos interesa delinear aquísus focos de legitimación. Entendiéndolos como aquellos lugaresque irradian opiniones sobre un asunto y crean en la sociedaduna imagen sobre ello. Esto lejos de aportar una mejor compren-sión de nuestra política exterior, al expresar diversos intereses eideologías, lejos de convertirse en un círculo virtuoso que con-tribuya a entender el problema, funciona como uno vicioso,enturbiándolo.

En principio tenemos tres focos básicos de legitimaciónreconocibles: el político, el burocrático y el académico.

Las disputas existentes en el primero de los campos nos per-miten señalar que no hemos logrado constituir un espacio co-mún. Existen en nuestra sociedad diversos proyecto que involucranla forma del sistema político, el modelo de desarrollo y la per-cepción del sistema internacional que impiden la constitución depolítica de Estado, o de consensos básicos, en muchas materias,y de las cuales, la política exterior no es la excepción.

Estas posiciones se muestran irreductibles, tanto del oficialismocomo de la oposición -no importa cuáles fuesen sus actorescircunstanciales-, reducen al otro a la nada. Existe un privilegiodel mediano y corto plazo, llevando a reducir toda propuesta aplanteos tácticos y no estratégicos.

Así resulta muy difícil poder construir una estrategia queadopte las cuestiones positivas de una gestión y que sean mejoradasy continuadas por la siguiente, se pasa de un plumazo de unaforma de vincularse con el mundo a otra, como si nada, produ-ciendo problemas notorios en la inserción del país en el escena-rio internacional

Con respecto al burocrático, no escapa a esta lógica, peroposee dificultades propias. Primero la puja existente entre el

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personal político y el permanente de nuestro servicio exterior. Ladesconfianza reinante desde la conducción política hacia estaárea profesionalizada. Es un clásico desde la instauración delISEN.

Además, allí conviven una amplia gama de diversas formacio-nes que van desde los diplomáticos de viejo cuño, generalmentevinculados a grandes bufetes de abogados, y con percepcionesjuridiscista clásicas, hasta otro más reciente que emergen deestudios superiores de universidades privadas porteñas, muy se-guidoras de las modas académicas norteamericanas y bastantealejadas de los problemas del país.

En este marco resulta muy difícil constituir un poder adminis-trativo especializado, similar al de Itaramaty, ya que la forma deprofesionalización llevada a cabo incrementó numerosas patolo-gías de información que alejan de los elementos racionales ygenera caprichosos comportamientos burocráticos, muy lejos dela experiencia de Brasilia.

Y está el tercer sector, el académico que sujeto a fuertesdivisiones debido a la subsistencia de varias corrientes epistémicasque cuando opinan, si el gobierno no se ajusta a su modelodirectamente lo denostan.

En su recorrido disciplinar podemos identificar por lo menoscuatro conceptualizaciones teóricas distintas, tres desde un aná-lisis eminentemente político y otra, con una prevalencia de losocioeconómico. Dentro de las primeras encontramos a la puigianao autonómica clásica, la escudeana o noventista, otra de inspira-ción neoliberal o relacionalista, y la última expresada por laAsociación de Historia de las Relaciones Internacionales, encabe-zada por Mario Rapoport.

De ellas a nuestro entender solo dos llegaron a conformarsecomo instancias paradigmáticas: la puigiana y la escudeana. Enestas diferentes perspectivas de análisis existe un afán deslegitimadorde las otras y relegitimador de la propia que aportan más ele-mentos para la confusión La política exterior argentina constitu-ye tanto un objeto de estudio como de campo disciplinar. Y estaambigüedad da lugar a cierta tensión entre su contenido y suforma que lleva a caracterizarla como proceso carente de cohe-rencia, e incluso muchas veces denunciando su inexistencia.

Se habla del contenido desde sus formas, desnaturalizado aaquél, esto lleva a la proliferación de interpretaciones sobrenuestras vinculaciones externas que atraviesan el pasado, el pre-sente y el futuro.

Pero además de los problemas propios de cada núcleo existenserios problemas de articulación entre cada uno de ellos como sifuesen compartimientos estancos.

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Como vemos existen muchas actitudes para cambiar, la socie-dad aún se debe una discusión sobre todo de su modelo econó-mico que junto con la democracia recuperada y los valores queésta expresa, permitan una inserción internacional acorde a susintereses. Sólo la definición de nuestro interés nacional en sen-tido amplio garantizará políticas de Estado y no a la inversa.Pero además, una actitud sinérgica entre estos focos podría ser elinicio de una transformación que ayudaría a realizar este debatefranco que contribuyese enormemente en la cuestión principal yconstituir un círculo donde el poder, el hacer y el saber empiecena constituir un círculo virtuoso y con ello nuestra política exte-rior dejaría de ser problema

Alejandro SimonoffCoordinador del CERPI

IRI - UNLP

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Letra: APSENNota nro.: 176/10

Buenos Aires, 30 de marzo de 2010

Señor Director:

Me dirijo a usted en relación con un artículo publicado en elBoletín del Instituto de Relaciones Internacionales (IRI), titulado“La Política Exterior como problema”, del que es autor AlejandroSimonoff.

En el mismo, se realizan comentarios sobre el Cuerpo Perma-nente del Servicio Exterior que denotan una gran falta de infor-mación.

Tal vez, el párrafo que más sorprende es el que señala laexistencia de “patologías” y “caprichos” en la actividad delcuerpo diplomático, los que serían resultado de la formaciónrecibida y se habrían consolidado por el ejercicio de la carrera.

Esta descalificación agravia al profesionalismo con el que losdiplomáticos argentinos están formados y comprometidos y cuyofortalecimiento se defiende con empeño. La efectividad y losresultados de estos esfuerzos pueden ser considerados y evalua-dos desde distintas ópticas, pero cuestionamientos abstractosasociados a actitudes enfermizas y comportamientos infantilesinvalidan por sí mismos la seriedad del planteo.

Una situación similar se plantea al vincularse a los diplomáti-cos profesionales con estudios de abogacía privados o con uni-versidades privadas, planteando una mirada del servicio exteriorque sorprende por su reduccionismo.

Al respecto me gustaría destacar el esfuerzo que realiza añoa año el Instituto de Servicio Exterior de la Nación con miras adifundir la carrera diplomática a nivel nacional e interesar así acompatriotas de todo el país. En el momento actual, están repre-sentadas en nuestra carrera prácticamente todas las provinciasargentinas.

En lo que se refiere a las carreras universitarias habilitantespara ingresar al ISEN, su base se ha ampliado de tal forma que sonparte de esta Cancillería médicos, biólogos y físicos, a modo deejemplo. Es muy amplio también el número de Universidades queaportan profesionales a la carrera, siendo las públicas el origen dela mayoría de los aspirantes que ingresan a la carrera diplomática.

Sin intención de abrumarlo, adjuntamos a la presente estadís-ticas correspondientes a la última década, que avalan lo antesreferido.

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Adicionalmente, tengo a bien recordarle que desde hace yaprácticamente 20 años, el Servicio Exterior de la Nación recibióel aporte del entonces Servicio Económico Exterior argentino,absorbiendo la Cancillería la responsabilidad por las negociacio-nes económicas internacionales y la promoción del comercioexterior del país.

Sin dudas, un mayor conocimiento de los modos y actitudesde trabajo de los diplomáticos de carrera contribuirá a generaraportes constructivos que, al igual que toda crítica fundada, sonbienvenidos.

Mucho le agradeceríamos que se otorgara a la presente notala misma difusión que tuvo el artículo de referencia. Saludo austed muy atentamente.

Alberto DavérèdePresidenteA.P.S.E.N.

Asociación Profesional del Cuerpo Permanente del ServicioExterior de la Nación

Estadísticas de los funcionarios egresados del ISEN en losúltimos diez años

Por universidades:

Nacionales: 60%

Privadas: 40%

Universidades nacionales:

UBA: 64%

Universidad de Rosario: 6.4%

Universidad de La Plata: 3.9%

Universidad de Córdoba: 3%

Universidad de Tucumán: 2.6%

Otras: 20.1%

Universidades privadas:

USAL: 36%

UCA: 14.8%

Universidad Católica de Córdoba: 10.6%

UB: 10.6%

Otras: 28%

Por Carreras:

Lic. Relaciones Internacionales 29.87%

Abogados 28.57%

Lic. Ciencias Políticas 17.74%

Lic. Economía 7.79%

Lic. Administración de Empresas 2.59%

Lic. En Letras 2.16%

Contados Público 1.73%

Lic. Comercio Internacional 1.29%

Prof. de Historia 1.29%

Ingeniero Ind. 0.86%

Lic. Sociología 0.86%

Lic. Filosofía 0.86%

Lic. Comunicación Soc 0.86%

Traduc. Público 0.86%

Lic. Relaciones Públicas 0.43%

Lic. en Turismo 0.44%

Antropología 0.45%

Medicina 0.45%

Lic. en Física 0.45%

Ingeniería 0.45%

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CARTAS AL DIRECTOR 35

Señor Presidente: Por este medio me comunico con usted, disculpando la infor-

malidad por la urgencia, ya que la respuesta a su atenta nota defecha 30 de marzo saldrá en el mismo medio que motivo lamisma, el Boletín del IRI, hoy viernes 16 de abril, además deincluir tan sustantivo debate en la próxima Revista del Instituto:“Relaciones Internacionales”, en el mes de junio de 2010, a lacual esta suscripta la Cancillería.

Además quisiera hacerles llegar algunas aclaraciones: Que me une con varios de los miembros del Cuerpo Permanen-

te del Servicio Exterior de la Nación un gran amistad desde hacemuchos años, forjadas no solo por esos vínculos tan especialesque da la misma, sino también por nuestro trabajo en común enel área de las relaciones internacionales

Para no olvidarme de nadie y llegar a ser involuntariamente

injusto con algunos de ellos por la omisión respectiva, desearíasimbolizar solamente en dos de ellos, todo mi profundo recono-cimiento y gratitud a su amistad, su hombría de bien, su idoneidady compromiso con los superiores intereses de la patria sirviendoen el servicio diplomático, ellos son: Horacio Basabe (el actualDirector del Instituto del Servicio Exterior de la Nación) y Eduar-do Mallea (su predecesor en el cargo)

Por otra parte, el profesor Alejandro Simonoff, representa

todo un símbolo de la historia del IRI, ya que fue uno de losprimeros egresados tanto de la maestría como del doctorado enRelaciones Internacionales, además de ser actualmente parte desu cuerpo docente, en todos sus niveles y Coordinador del Centrode Reflexión en Política Internacional del Instituto (CERPI).

Sus cualidades personales, capacidad y honestidad intelectual

prestigian al Instituto y, por supuesto sus opiniones, se compar-tan o no, enriquecen cualquier debate, ya que como siempredecimos, «la Universidad debe ser la catedral de la libertad» y enel caso especifico de nuestro Instituto trabajamos todos sus inte-grantes para que la reflexión y la profundización en el estudiode la relaciones internacionales y la mejor inserción de nuestropaís en el escenario mundial estén enmarcadas en la mas amplialibertad y seriedad académica.

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Finalmente y para dar por concluida mi intervención en estacontroversia y agradeciéndole su interés en las actividades delIRI a través de sus publicaciones, reiterándole que el Instituto deRelaciones Internacionales de la Universidad Nacional de La Pla-ta, tuvo, tiene y tendrá siempre abiertas las puertas a todas lasopiniones de aquellos que respetando las reglas del juego demo-crático y republicano, quieran contribuir al propósito de aportarnuevos desarrollos al conocimiento de la comunidad internacio-nal como reza uno de nuestros fines desde el nacimiento mismode la institución en 1990.

Lo saluda cordialmente a usted y a todos los integrantes del

APSEN con la mayor consideración y respeto, en el VigésimoAniversario del IRI y en el Bicentenario de nuestra patria

Prof. Norberto Consani

Director del Instituto de Relaciones InternacionalesUniversidad Nacional de La Plata

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Respuesta del Prof. Simonoff

En función de la carta elevada por el Señor Alberto Daverede,como Presidente de la Asociación del Personal del Servicio Exte-rior de la Nación, al Director del Instituto de Relaciones Interna-cionales de la Universidad Nacional de La Plata, Prof. Dr. NorbertoConsani, donde realiza una serie de comentarios sobre algunosaspectos del artículo “La Política Exterior como problema” de miautoría1 , sobre las que quisiera hacer algunas reflexiones.

En la misiva se señala que mis comentarios sobre el CuerpoPermanente del Servicio Exterior “denotan una gran falta deinformación”, pero antes de entrar en el análisis particular delcontenido de la nota quisiera hacer algunas reflexiones genera-les.

En primer término es un artículo de opinión sobre los proble-mas que entiendo posee la construcción de nuestra política exte-rior, fijándome fundamentalmente en lo que he denominado focosde legitimación (el político, el burocrático y el académico). Lasideas expresadas en el texto son la emergencia de muchos años deestudio en esa materia, como lo avalan mis títulos académicos quevan desde mi Profesorado en Historia, hasta los de Especialista,Magíster y Doctor en Relaciones Internacionales (UNLP), además deser docente de esa misma temática tanto a nivel de Grado (UCALP)como de Posgrado (UNLP, UBA, UCSF).

Al ser un texto de tales características mis opiniones no cuen-tan con el soporte erudito correspondiente, pero lo tienen,como se verá a continuación. Creo que, en este caso, he sidovíctima de una lectura poco atenta.

Según se desprende de la nota, alguna de mis opiniones hanagraviado al profesionalismo de estos empleados de nuestraCancillería, cosa que lamento muchísimo, ya que esa no fue miintención al pensarlo y escribirlo sino generar un debate sobrenuestra proyección internacional, en la cual ese sector del Estadoresulta irremplazable.

Entiendo los motivos gremiales que llevan a realizar unadefensa cerrada de todo el personal, es uno de los objetivos dela agrupación sindical que preside el Sr. Davedere, pero no es micaso, ya que no tengo ningún interés corporativo que defender,ni a favor ni en contra del Servicio Exterior; sólo lo analizo. Mifunción como académico es relevar información (tanto datos

1 Aparecido en el Boletín del Instituto de Relaciones Internacionales N° 100, La Plata, marzo de2010.

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como bibliografía) para poder formarme una opinión sobre loque acontece para escribir y enseñar sobre ello.2

Por otro lado quiero aclarar que en el caso de equivocarme notendría problemas en reconocerlo, pero como veremos -inclusocon los datos aportados -, este no es el caso.

De los tres aspectos tratados en el texto con respecto a lapolítica burocrática: relación entre el personal profesional ypolítico; su incapacidad para construirse en un punto de referen-cia con respecto a las cuestiones referidas al hacer de nuestrorelacionamiento externo; y su formación, los dos últimos son losque el Sr. Daverede considera carentes de información.

Con respecto a la primera de ellas, donde en el artículo dereferencia señalé que:

… la forma de profesionalización llevada a caboincrementó numerosas patologías de información quealejan de los elementos racionales y genera capricho-sos comportamientos burocráticos, muy lejos de laexperiencia de Brasilia.

El Presidente de la APSEN señaló que:… la efectividad y resultados… pueden ser consi-

derados y evaluados desde distintas ópticas, perocuestionamientos abstractos asociados a actitudesenfermizas y comportamientos infantiles invalidanpor si mismos la seriedad del planteo.

En realidad es cierto que en el texto no abundan los ejemplos,ya que debí resumir mis posiciones al respecto, y en algún puntoel crítico tiene razón al señalar su carácter abstracto, ya que estaopinión se debe a la influencia teórica aportada por Ole Holsti-un importante internacionalista que analiza los procesos decisoriosen los Estados Unidos de los cuales me siento deudor en esecampo.3 Este autor, en su artículo “Modelos de relaciones inter-

2 Como un dato adicional puedo decir que he escrito 12 libros, 16 capítulos de libros y más de50 artículos en una amplia mayoría sobre política exterior argentina que han pasado por elriguroso escrutinio de mis pares para ser publicados.

3 Aprovecho la oportunidad para señalarle algunas de las obras realizadas por este autor deorigen finlandés que ha desarrollado su carrera académica en los Estados Unidos: A system ofautomated content analysis of documents (1963); Content Analysis a Handbook with Applicationsfor the Study of International Crisis, con Robert C. North, M. George Zaninovich y Dina A. Zinnes(1963); Theory of measurement of interstate behavior: a research application of automatedcontent analysis (1964); Violence and hostility: the path to world war (1964); The managementof international crises: affect and action in American-Soviet relations, October 1962 (1965);Content Analysis for the Social Sciences and Humanities (1969); Crisis, escalation, war (1972);Unity and disintegration in international alliances: comparative studies (1973); Global food problemsand Soviet agriculture (1976); The «operational code» as an approach to the analysis of beliefsystems (1977); Does where you stand depend on when you were born?: The impact of generationon post-Vietnam foreign policy beliefs (1978); Consensus and change in foreign policy: Opinionsamong American leaders (1982); American Leadership in World Affairs: Vietnam and the Breakdownof Consensus, con James N. Rosenau (1984); A widening gap between the military and civiliansociety?: Some evidence, 1976-1996 (1997); Making American Foreign Policy (2006); To SeeOurselves as Others See Us: How Publics Abroad View the United States after 9/11 (2008).

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nacionales y política exterior” publicada en español por la Revis-ta Foro Internacional del Colegio de México en 1989, señaló quesi bien la profesionalización tiene sus ventajas en cuanto a “in-crementar los elementos racionales y reducir los caprichos delcomportamiento burocrático”, no es menos cierto que “todas (ola mayoría) de las organizaciones complejas generan graves `pa-tología de información`”.

Es cierto que lo he reinterpretado, ya que Holsti se está refi-riendo al cuerpo diplomático norteamericano y no al argentino,por eso consideré que con respecto a su primera afirmación –respecto a los caprichos burocráticos-, no se ajustaba a nuestrocaso.

Tal vez el suscriptor de la carta piense que el Servicio Exteriorsea la excepción. De ser así, sería importante que pondere cuálesson esos elementos que le permiten escapar de esa lógicaorganizacional.

Pero para que no quede solo en una posición abstracta, dare-mos un ejemplo reciente de cómo funcionan estas patologías ycaprichos. Recordemos los serios errores evidenciados con moti-vo de la visita del dictador de Guinea Ecuatorial Teodoro ObiangNguema Mbasogo, a principios de la actual gestión:

… Invitado al país como gancho para hacer buenos negocios,su historial provocó la reacción de los organismos de derechoshumanos y obligó a Cristina Kirchner hacerle un planteo enpúblico. Los responsables del bochorno, que a Taiana le costó unreto de la Presidenta, fueron funcionarios de la Casa en quienesGarcía Moritán había delegado sus funciones en los últimostiempos.4

Las ansias de la promoción del comercio, no le permitieronver a quienes instrumentaron esa visita las dificultades de untrato con un gobierno que viola sistemáticamente los DerechosHumanos, cuando éstos han constituido una de las líneas recto-ras de nuestra diplomacia desde 1983. Esta situación puso entensión los lineamientos fijados desde el poder político, produc-to de una instrumentación defectuosa y contradictoria, a cargode la burocracia. Tal vez el Señor Daverede piense que eso no fueresponsabilidad del Cuerpo Diplomático y que las reflexionesteóricas de un prestigioso analista, como Ole Holsti sean pocoserias también por la utilización de tales formas de categorías.En tal caso, no se cuál es su formación, pero sería interesante querealice el desafío de escribir un aporte importante a la construc-ción de la Teoría Decisoria desde la perspectiva que plantea.

El segundo aspecto se refiere a la composición del CuerpoDiplomático, allí el autor de la carta señala que sorprende mi

4 Diario Página/12, 23 de marzo de 2008.

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“reduccionismo”, al entender que vinculo a los profesionalesdiplomáticos solo con dos grupos, cuando en realidad escribí losiguiente:

… allí conviven una amplia gama de diversas formaciones quevan desde los diplomáticos de viejo cuño, generalmente vincula-dos a grandes bufetes de abogados, y con percepciones juridiscistasclásicas, hasta otro más reciente que emergen de estudios supe-riores de universidades privadas porteñas, muy seguidoras de lasmodas académicas norteamericanas y bastante alejadas de losproblemas del país.

Como se observa, digo “amplia gama” que va desde un puntoa otro, no que son únicamente esos; pensar a la inversa, comohace el crítico, es sin lugar a dudas, reduccionista. Por lo si-guiente entiendo que lo que debo demostrar en este caso son losmotivos de mi elección de esos grupos y su existencia.

Reitero, no pienso que todos los miembros del Cuerpo Diplo-mático están incorporados dentro de esos dos grupos, obvio queexisten otros profesionales, de quienes he tenido la oportunidadde leer, y en algún que otro caso conocer personalmente, que memerecen el mayor de los respetos tanto en su tarea específicacomo por sus aportes al conocimiento de diversos aspectos denuestra política exterior. A modo de ejemplo puedo mencionara Lucio García del Solar, Carlos Ortiz de Rozas, Archibaldo Lanús,Mario Cámpora, Susana Ruiz Cerruti, Héctor Gosende, Julio Barbozay muchos más.

De hecho, la existencia de grupos en la Cancillería no es undato nuevo, para ello le recomiendo que lea el libro Generales yEmbajadores de Fabián Bosoer (2006), entre otros.

Desde 1983 el Servicio Exterior se ha ido modernizando, eincluso la actual gestión del Canciller Taiana no ha sido laexcepción; debo reconocer que ésta es una preocupación perma-nente de ella.

En el texto he señalado los dos casos extremos, lo que noexcluye otros que pudieran existir, pero que no he consideradosignificativos para mi análisis, y ello no quiere decir que repre-senten a la mayoría de los miembros del Servicio Exterior, cosaque parece entender el Sr. Davedere de mi texto. Son los puntosterminales de dos formas que por cuestiones vegetativas están aambos lados de la línea que trace, uno en retirada y otros, si nose revierte la situación, comenzando.

Uno de ellos, “los diplomáticos de viejo cuño”, es algo másque una mera impresión personal, sino que está extraída dellibro Modelos de política exterior argentina: alternativas parasalir del modelo conservador menemista de Héctor Gosende, queincluso es funcionario diplomático. Allí este autor señala, cuan-

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do se refiere a las tensiones existentes entre el personal de laCasa y la administración radical de 1983:

Hay que tener en cuenta que Caputo, Jorge Romero, JorgeSabat, etc. Eran mayormente Licenciados en distintas CienciasSociales o simplemente abogados. Por lo tanto el grupo tradicio-nal de diplomáticos de profesión abogados, pertenecientes aalgunos de los estudios tradicionales de Buenos Aires, que habi-tualmente intermediaban con las Compañías y grupos extranje-ros, quedaron en los primeros años del Gobierno de Alfonsín,fuera del proceso decisorio. (El resaltado es nuestro)

Eran el llamado “establishment diplomático”, cuyos últimosrepresentantes ingresaron en la dictadura y hoy algunos ocupanlos lugares más altos de la cadena jerárquica burocrática y próxi-mos a su retiro.

En el segundo grupo, “uno nuevo que emergen de estudiossuperiores de universidades privadas, muy seguidoras de las modasacadémicas norteamericanas y bastante alejadas de los proble-mas del país”, el dato lo veo confirmado en el anexo presentadocon la carta, ya que por ejemplo entre las Casas de EstudiosSuperiores citadas está la Universidad de Belgrano. Llama laatención que no aparezcan otras como San Andrés, o Di Tella,(tal vez estén incorporadas al rubro otras) que entrarían en esegrupo, cuando me consta el ingreso proveniente de ellas.5

Como se desprende de lo antedicho, debo aclarar que no merefiero al conjunto de universidades privadas, solo a aquellasque tienen ese rasgo, mal podría englobar a todas, ya que dictoregularmente cursos de grado y posgrado en algunas de ellas.Este consiste en presentar como única oferta para la formaciónen Relaciones Internacionales a autores norteamericanos, desco-nociendo, disminuyendo, cuando no ocultando la riquísima tra-dición que existe en esta materia en el Cono Sur y abusando delprincipio que ese campo académico es “una ciencia social anglosajona”.

Esta valoración y preocupación, no parece ser exclusivamentemía, ya que como indicó el actual Canciller Jorge Taiana, conmotivo de la clausura del Ciclo Lectivo 2009:

Queremos también funcionarios que tengan una vivencia fuertede su pertenencia a la Argentina y de su pertenencia a la región;funcionarios que no sean parte de esa Argentina que miraba deespalda a su región, sino de una Argentina que se sienta parteorgullosa de Latinoamérica, de su tradición y de su cultura.6

5 Esto se pueda deber también a que no veo consignados allí, si los ingresantes realizaronpreviamente estudios de posgrados, completos o incompletos.

6 Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto. Información para la PrensaN° 366/09. Buenos Aires, 11 de Diciembre de 2009.

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En un somero análisis de este párrafo observamos que lo queestá indicando por lo que no dice es que hay funcionarios que nose ajustan a esos parámetros, que son los que identifico en mitexto.

Incluso en los contenidos del “Plan Integral” para la Cancille-ría presentado por el Ministro a la Presidente, Cristina Fernándezde Kirchner en marzo de 2008 se indica que se busca entre otrascuestiones “apuntalar un cambio en la mentalidad de la Casa,con una mirada más latinoamericana y progresista.”7

No sé cuáles son las bases del Canciller para llegar a estasconclusiones, pero supongo que no deben diferir de las mías. Yno creo que el Sr. Davedere piense que el Canciller tenga faltade información que a mi me imputa, y al respecto no he escucha-do ninguna referencia, ni crítica.

Una cuestión más, la referida a los datos aportados por elPresidente de la APSEN, creo que piensa que son una muestra dela potencialidad de su argumento, a partir de una mala lectura demi trabajo. Como ya lo he señalado no es un problema de canti-dades, no lo he planteado de ese modo, sino de significación.

Y, como vimos, ellos no invalidaron mi posición, la reforza-ron. Pero con respecto específicamente a la información aporta-da, ésta me planteó una serie de cuestiones que quiero compar-tir. Primero, no se dice cuál es la fuente de donde se ha extraídoesa información, ya que ahí solo consta una media firma, por loque resulta inverificable. Para cualquier discusión seria seríafundamental, ya que no otorga al interlocutor la posibilidad deconfrontarla. En segundo lugar, se muestra incompleta, ya queasí presentada, me ha dejado muchas dudas, como por ejemplo¿cómo ha sido la evolución de esos parámetros a lo largo de esosdiez años que dicen contener los datos? Esto sería fundamental,ya que nos permitiría ver si ese 60/40 se muestra inalterable a lolargo de ese tiempo, cosa que me permito dudar, o si uno de esospolos crece a costa del otro. En tercer lugar, sería interesanteampliarla para poder observar cómo era la situación hace 20, 30o 40 años, y cuáles han sido sus cambios.

Para finalizar dos cuestiones que me parecen sumamente po-sitivas que están contenidas en la carta, y me parecen dignas deresaltar. La primera es el esfuerzo que se está haciendo porfederalizar el Servicio Exterior, con el reconocimiento de que“prácticamente” todas las provincias están presentes. Cosa queen mi artículo no se cuestiona.

Y que realmente me alegra que hoy se acepte al ServicioEconómico Exterior argentino, ya que cuando este sector se

7 Diario Página/12, 23 de marzo de 2008.

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CARTAS AL DIRECTOR 43

incorporó fue visto como una amenaza al poder burocrático(GOSENDE, 2007), y los cuales representan un verdadero ejemplocomo burócratas profesionales, a través del trabajo del Centro deEconomía Intencional de la Cancillería.

Agradeciendo al Director del IRI, Norberto Consani, la posibi-lidad de dar respuesta a las imputaciones de falta de informaciónde las que fui objeto -injustamente creo-, además de poderprecisar mis opiniones y contribuir, aunque sea mínimamente, aque desde todos los sectores pensemos, debatamos y tratemos demejorar nuestro Servicio Exterior.

Alejandro SimonoffCoordinador del CeRPI

IRI - UNLP

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