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  • 7/25/2019 REVISTA PLADES

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    ed i tor i a l

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    trabajo &desarrollo

    EGiovanna Larco DrouillyDirectora

    n estos ltimos meses la problemtica laboral del pas ha estadoen el centro de la agenda poltica en varias oportunidades. La im-portante movilizacin del 11 de julio convocada por la CGTP y a laque se sumaron otras centrales sindicales y muchos gremios enconflicto, fue una muestra del descontento social acumulado enrelacin a los pocos avances que ha mostrado este gobierno en eltema laboral y a las cada vez mayores ganancias de las empresasde diversos sectores del pas. El crecimiento de la brecha entre las

    ganancias empresariales y los salarios de los trabajadores es lamejor expresin de un modelo econmico y laboral excluyente queno ha sido puesto en cuestin por el actual gobierno.

    En materia laboral el gobierno ha demostrado carecer de una pro-puesta clara y de la voluntad poltica suficiente para implementarlos cambios que se ofrecieron en la campaa electoral. La actua-cin frente al conflicto de Casapalca y frente a las exigencias delCongreso norteamericano para la firma del TLC, demuestran quees la coyuntura la que ha marcado la accin gubernamental en ma-teria laboral. Mientras tanto, el proyecto de Ley General del Trabajo

    que debera consolidar en una sola norma la dispersa legislacinlaboral e iniciativas para regular la intermediacin y la terceriza-cin siguen sin ser abordados por el Congreso.

    Este segundo nmero de Trabajo & Desarrolloaborda la compleji-dad de este nuevo escenario laboral. Comenzamos el nmero conun anlisis de la coyuntura poltica y laboral a un ao del gobier-no aprista. Varios artculos y entrevistas tratan el tema de la LeyGeneral de Trabajo, tanto desde la perspectiva poltica como desdeel ngulo jurdico. Dos reportajes enfocan los problemas del tra-

    to laboral que reciben los trabajadores en una importante empre-sa textil exportadora y otra de la rama de telecomunicaciones. Entorno a los denominados costos laborales circulan ideas diversasy hasta mitos, que son materia de un sustancioso artculo. Los de-safos que han afrontado los sindicatos y los nuevos retos que lesplantea hoy el capitalismo merecen en este nmero un anlisis his-trico. Finalmente, las promesas presidenciales de metas de creci-miento y de reduccin de la pobreza son sometidas a acucioso exa-men, ilustrado con diversos cuadros y grficos.

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    Juan Carlos Callirgos

    Antroplogo e historiador de laUniversidad Catlica del PerContenido

    ntenidoContenid

    Contenidenido Contenido

    trabajo &desarrollo

    3

    trabajo &desarrollo

    LLA FLEXIBILIZACIN

    RESULTA CARACostos laborales no

    salariales

    Presidenta Ejecutiva

    GIOVANNA LARCO DROUILLY

    Directores

    BENANCIO AGUILAR A.

    PIERA CARRERAS M.

    HERNN BENITES V.EDUARDO BALLN E.

    Comit Editorial

    Juan Carlos Vargas M.

    Paul Castellanos C.

    Hernando Burgos C.

    Limberg Chero S.

    EdicinHernando Burgos C.

    RedaccinArlene Villanueva V.

    Colaboradores

    Santiago Pedraglio M.

    Jaime Sanchez A.

    Francisco Verdera V.

    Jorge Bernedo A.

    Diseo y DiagramacinErnesto Lau Luy

    ImpresinSOLOGRAFICA S.A.C.

    Programa Laboral de Desarrollo (PLADES)

    Av. General Crdova 1198, Jess Mara

    Telf: (511) 471 0188 / 2659232

    Email:[email protected]

    www.plades.org.pe

    SEIS MESES

    APAGANDO EL FUEGOEl APRA y los conflictossociales

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    SOBERANIA, TRABAJODECENTE Y EL TLC

    1717

    EDITORIAL 1

    LIBERTAD SINDICAL Y DERECHOS PARA TODOS 5

    AVANCES Y RETROCESOS EN EL PROYECTO DE LEY

    GENERAL DEL TRABAJO 14

    DERECHOS LABORALES? Turururu... 20

    POBREZA Y CRECIMIENTO EN EL PER 25

    LOS SINDICATOS PERUANOS EN ESTOS DIAS 36

    99

    os conflictos sociales de losltimos meses han tenido b-sicamente cuatro fuentes deorigen: movimientos regiona-les, por demandas de mayorpresupuesto y obras; movi-mientos locales en pugna conempresas mineras, por razo-nes medioambientales; parosy huelgas gremiales, en espe-cial de mineros y docentes; ymarchas y paros en cuencascocaleras, contra la erradi-cacin de cultivos de hoja decoca.

    Las protestas no han tenidocomo propsito suscitar unacrisis de la institucionalidaddemocrtica en el pas. Salvoen algn discurso muy ais-lado, la cada del gobiernono ha sido punto de agendade las protestas. En su granmayora, las personas mo-vilizadas quieren participarms activamente de los r-ditos del crecimiento econ-

    mico logrado por sexto aoconsecutivo, que no se reflejade un modo equitativo. Porello, presionan por un mayory ms acelerado gasto fis-cal, ms an cuando se sabeque hay abundantes recursospblicos paralizados; exigenobras en sus regiones y lo-calidades; y reclaman mejo-ras salariales y condicionesde trabajo ms dignas (elcaso de la empresa mineraCasapalca es paradigmtico).

    Transcurrido el primer trimes-

    tre de gobierno, las autorida-des gubernamentales supu-sieron que el crecimiento dela economa, el ligero aumen-to de la demanda interna, elmanejo ms hbil de la agen-da pblica y de la imagenpresidencial (en comparacincon Alejandro Toledo), y lafalta de una oposicin pol-tica nacional medianamenteunificada, bastaran para ad-

    Santiago PedraglioAnalista poltico

    ministrar las tensiones socia-les y negociar con los deman-dantes selectivamente y porseparado.

    Sobre la base de esta excesi-va confianza, el gobierno noatin a lanzar iniciativas po-lticas serias dirigidas a re-giones como el sur del Per,que se manifestaron abierta-mente, en las elecciones del2006, a favor de un cambioradical del rumbo poltico yeconmico del pas.

    Ms an, pronto el gobiernoen particular el presidenteAlan Garca perdi el controlde la agenda poltica a partirdel fracaso del shock de in-versiones y de las denunciaspor la compra de patrullerosen el Ministerio del Interior,el uso de recursos estatalesen publicidad ilegal e irregu-laridades de congresistas delpartido de gobierno.

    13 de Julio. El gobierno

    endurece su actitud.

    El Apra y los conflictos sociales:

    SEIS MESES

    APAGANDO EL FUEGOEN LA CANCHA DEL

    CONGRESOLey general del trabajo

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    trabajo &desarrollo

    L

    Desatados los conflictos so-ciales, la inmoderada reac-cin del Presidente, saturadade adjetivos y hasta insultoscontra los manifestantes y susdirigentes, parece haber esta-do dirigida a dar seales deconfianza a los grandes inver-sionistas privados y a limitarla capacidad de negociacinde los sectores movilizados.En el mismo sentido va el dis-positivo que penaliza la par-ticipacin de las autoridadesregionales y locales en las pa-ralizaciones. Pero lo cierto esque el gobierno, simultnea-mente, acept negociar con

    la mayor parte de las regio-nes y localidades en conflicto,para lo cual se constituyeron

    sendas mesas de dilogo confuncionarios estatales. Es elcaso, por ejemplo, del parocampesino en Andahuaylas,donde se instal una mesa decon la presencia del premier,Jorge del Castillo, y del minis-tro de Agricultura.

    La actitud ms dura del go-bierno tuvo como objetivo lahuelga del Sindicato nico deTrabajadores en la Educacindel Per (Sutep). La antago-nista actitud inicial del go-bierno se comprende porque,entre otros factores, le resultaimportante mantener a rayaal sindicato magisterial, dadode que es uno de los pocosgremios sindicales con capa-

    Ley General del Trabajo

    LIBERTAD SINDICAL YDERECHOS PARA TODOS

    Pal CastellanosPlades - Abogado laboralista

    a necesidad de aprobar una

    Ley General del Trabajo (LGT)no responde, como algunosdicen, a las presiones depolticos extranjeros. Menosan a los intereses de unaminora. Por el contrario, y enprimer lugar, la aprobacinde una LGT es parte de la 14Poltica de Estado, estableci-da por consenso en el Forodel Acuerdo Nacional (AN),el 2002, donde participaronEstado, empresarios, sindica-tos y el propio partido de go-bierno. En segundo lugar, noes una norma que respondaa los intereses de pocos sinoque establece condicioneslaborales mnimas para todoslos trabajadores, sin discrimi-nacin de tipo alguno.

    Lo que si rompe el consenso

    establecido en el AN es lapretensin del gobierno deestablecer un rgimen laboralespecial permanente paramicro y pequeas empresas.El AN sealaba un rgimenlaboral especial, pero transi-torio y slo para microempre-sas. ste se expres en la Ley28015, del 2003, que debaexpirar a fines de ao, peroque, pese a su evidente fra-

    cial del proyecto de LGT, que

    lleg al Congreso con el 85%de acuerdos adoptados en elConsejo Nacional del Trabajo.Responde a la indemostra-ble lgica de que a mayoresderechos y proteccin laboralmayor informalidad y menorempleo; y a menor proteccinlaboral mayor competitividadde las empresas.

    Por el contrario, la LGT res-ponde a una lgica de igual-dad. Parte de la premisa queasegurar un trabajo digno, esdecir con derechos, permiteverdaderamente competitivi-dad y sostenibilidad a la em-presa. Surge de la certezaque garantizar a los traba-jadores el pleno ejercicio desus derechos individuales ycolectivos, posibilita a la em-

    presa no slo crear riqueza,sino tambin distribuirla ade-cuadamente entre todos losque contribuyen a generarla,lo que crea verdaderas condi-ciones para el desarrollo y elprogreso de toda la poblaciny no solo para una minora.

    El trasfondo de estosregmenes especiales labo-rales para microempresa

    caso en la formalizacin delsector, fue ampliado por diezaos ms en julio del 2006.

    La propuesta del gobiernocontradice los consensos delAN, niega la legitimidad so-

    cidad de movilizarse nacional-mente. Iniciada en oposicinal proyecto de ley de carre-ra magisterial, la medida delSutep centr su cuestiona-miento en el artculo que abrela posibilidad del despido siun docente desaprueba portercera vez consecutiva unaevaluacin; ste fue el factormovilizador, junto con una su-puesta prdida de la gratui-dad de la enseanza. Sin em-bargo, especialistas de distin-tas posiciones polticas afir-man que la ley ya aprobadaignorando los cuestionamien-tos sindicales es positiva yrepresenta un avance para lo-grar una carrera pblica basa-da en la meritocracia. En estecaso la medida se suspendiluego de dos semanas (co-menz el 5 de julio, aunque lafaccin ms radical la empezel 19 de junio), previa instala-cin de una mesa de dilogo(tambin) entre el Sutep y elMinisterio de Educacin.

    No obstante, el proceso deresolucin prctica de las de-mandas sigue siendo lento, loque mantiene latente la posi-bilidad de que los conflictosse reaviven. Las duras condi-ciones de vida, las expectati-vas creadas por el crecimien-to econmico sostenido, lafalta de anticipacin del go-

    bierno y la inexistencia de ca-nales polticos que vinculen alos sectores en conflicto conaqullos que tienen injerenciaen su resolucin resultan unacombinacin fcilmente in-flamable. Esto, sin perder devista que se tratara tambinde hogueras aisladas, msque de una conflagracinconcertada y peligrosa parala gobernabilidad del pas.

    Segn esta lgica,el Per sera el pas

    ms competitivode Amrica Latinaen materia textil,pues el costo dela remuneracinpor hora en esesector es el msbajo de la regin:US$ 2,02. Seran

    menos competitivosArgentina, con US$

    3,10, y Brasil, conUS$ 3,27.

    Chiclayo

    Tumbes

    SANMARTNConflictos activos: 1Conflictos latentes:2

    CAJAMARCAConflictos activos: 3Conflictos latentes:6

    PIURAConflictos activos: 2Conflictos latentes:0

    LAMBAYEQUEConflictos activos: 1Conflictos latentes:1

    LA LIBERTADConflictos activos: 1Conflictos latentes:1

    ANCASHConflictos activos: 2Conflictos latentes:6

    HUANUCOConflictos activos: 0Conflictos latentes:2

    PASCOConflictos activos: 1Conflictos latentes:2

    JUNIN

    Conflictos activos: 0Conflictos latentes:2

    LIMAConflictos activos: 3Conflictos latentes:1

    HUANCAVELICAConflictos activos: 0Conflictos latentes:3

    AYACUCHOConflictos activos: 3Conflictos latentes:4

    ICAConflictos activos: 1Conflictos latentes:1

    UCAYALIConflictos activos: 1Conflictos latentes:1

    AREQUIPAConflictos activos: 0Conflictos latentes:1

    LORETOConflictos activos: 0Conflictos latentes:1

    MOQUEGUAConflictos activos: 2Conflictos latentes:3

    TACNAConflictos activos: 2Conflictos latentes:0

    PUNOConflictos activos: 3Conflictos latentes:5

    APURIMACConfilctos activos: 1Conflictos latentes:0

    CUSCOConflictos activos: 0Conflictos latentes:3

    CONFLICTOS ACTIVOS Y LATENTES POR DEPARTAMENTOS

    Al 31 de Julio del 2007

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    (y segn parece ahora tam-bin pequea empresa), ex-portaciones no tradiciona-les, agroexportacin, y delpropio Decreto Legislativo728 (Ley de Productividady Competitividad Laboral,

    LPCL), es que a menoresderechos laborales (mal lla-mados sobrecostos) una em-presa es ms competitiva.Establece una relacin inver-samente proporcional entrelos intereses empresarialesy la necesidad de mejorarla calidad de vida de la po-blacin trabajadora.

    Segn esta lgica, el Persera el pas ms competi-tivo de Amrica Latina enmateria textil, pues el cos-to de la remuneracin porhora en ese sector es el msbajo de la regin: US$ 2,02.Seran menos competitivosArgentina, con US$ 3,10, yBrasil, con US$ 3,27. Perslo sera superado en com-petitividad por los pases

    asiticos como China conti-nental (US$ 0,55) y Vietnam(US$ 0,46), entre otros.

    El sector textil para exporta-cin utiliza la modalidad decontratacin laboral especialpara el rgimen de exporta-ciones no tradicionales, quepermite renovar los contratoslaborales temporales cuan-tas veces sea necesario. Es

    decir, mantiene la tempo-ralidad en la contratacin demodo indefinido.

    Segn la lgica de la quehemos hablado, esta flexibili-dad hara al sector ms com-

    petitivo. Sin embargo, ha sidola causa de conflicto recien-te entre los trabajadores yjvenes sindicatos del sectortextil, que han reclamado me-joras de sueldos y el derechoa sindicalizarse pues las em-presas, aprovechando la tem-poralidad en la contratacin,en represalia, despiden (norenuevan el contrato) a lostrabajadores sindicalizados.

    Tambin en el sector de laagroexportacin, donde seaplica el rgimen especialpara el trabajo agrario, re-cientemente se han presen-tado fuertes conflictos labo-rales. El 22 y 23 de junioparalizaron unos diez miltrabajadores de la empresaCamposol. Reclamaban elrespeto a condiciones mni-mas de trabajo digno: jorna-da mxima de trabajo, el findel acoso sexual, condicionesde salud y seguridad, herra-mientas de trabajo adecua-das, fin a la excesiva carga detrabajo, entre otros puntos.

    Segn ltimas estadsticasdel Ministerio de Trabajo, dejunio a diciembre del 2006

    el sueldo de los empleadossubi mientras que el salarioobrero cay. Asimismo, el sa-lario en el sector agrcola es-taba por debajo del promedio.

    Pues bien al parecer la pro-ductividad y la competitivi-dad que estaran generandoestos regimenes especialescon menos derechos labo-rales en cada sector, benefi-cian a otros menos a los tra-bajadores que los tienen quesoportar. Habra que pregun-tarse entonces a quines be-nefician, a todos (empleados,desempleados, subemplea-

    dos) o, como lo demuestra larealidad, a una minora?

    Hablemos ahora de la LPCL,piedra angular del sistemade relaciones laborales esta-blecido por el rgimen fuji-montesinista, y su impactonegativo en el ejercicio delderecho al trabajo y la liber-tad sindical.

    La LPCL legaliz el despidoarbitrario (artculo 34), esdecir, la posibilidad de des-pedir sin causa justa algunaal trabajador. Con esto el em-pleador poda, segn su vo-luntad unilateral, despediral trabajador entregndole acambio una indemnizacintasada por la ley.

    El Tribunal Constitucionalconsider que este artculoes inconstitucional, por loque dispuso su inaplicacinen un caso concreto, el deTelefnica, sentencia Exp. N1124-2001/AA, del 11 de ju-lio del 2002. El fallo puedeser aplicado como precedentejurisprudencial en otros ca-sos. Sin embargo, el artculo34 en mencin sigue vigente.

    As, una empresa puede pre-sionar a un trabajador sindi-calizado a que acepte la in-demnizacin que establecela ley. Si el trabajador aceptaesto por escrito no podrusar la jurisprudencia del TC,con lo que la mayora de tra-bajadores, y an muchos diri-gentes que no gozan de fuerosindical, quedan expuestos aperder su puesto de trabajopor el hecho de su afiliacinsindical. Un ejemplo biendocumentado es el caso delos trabajadores de Snacks.

    La LPCL (artculos 53 al83) asimismo flexibiliz alextremo la cantidad de mo-dalidades de contratacin:estableci o reconoci docemodalidades. Este ha sidoun gran lmite para la afilia-cin sindical, pues ante laamenaza de la no renovacindel contrato los trabajadoresoptan por no sindicalizarse.Cuando se forma un sindica-to, los trabajadores contrata-dos bajo estas modalidadesque se afilian son separadosde la empresa mediante lano renovacin del contrato.Ese es el caso, por ejemplo,de los trabajadores de Ajepery Zeta-Gas. Actualmente lostrabajadores con contrato detrabajo a plazo indetermina-do son una minora respecto

    a los contratados bajo las di-versas modalidades que estanorma permite.

    La LPCL tambin implant elmecanismo de los ceses col-ectivos (artculos 46 al 52)bajo diversos supuestos. Sibien esto requiere aprobacinadministrativa previa, actual-mente la Autoridad de Trabajono tiene capacidad legal para

    evaluar si dentro del cese seincluyeron de modo discrimi-natorio dirigentes sindicaleso afiliados. De ese modo esteprocedimiento se ha presta-do igualmente para encubrirdespidos antisindicales, yaque el fuero sindical tampocoprotege frente a estas prc-ticas. Un caso de esta ndolees el de Coca Cola, que des-pidi a afiliados, dirigentes yal secretario general del sin-dicato .

    La LPCL ha establecido comocausas justas de despido lasrelacionadas con la conductay la capacidad del trabajador

    (artculos 22 al 28). Losempleadores han utilizadoestas causales para fabricarsupuestas faltas graves a losdirigentes sindicales y afi-liados a fin de sacarlos dela empresa. Si el trabajadorlogra probar que la falta noes real la norma slo le otor-ga el pago de una indemni-

    zacin, mas no la reposicin.

    Para ello el trabajador debealegar despido nulo (artculo29). Sin embargo, la ley leotorga a ambas partes igualcarga probatoria, por lo queen la prctica resulta muydifcil al trabajador probarque el despido tuvo comomotivacin una discrimi-nacin antisindical. Mas an

    cuando el empleador tiene elpleno control en el centro detrabajo y, por tanto, puedecon mucha l ibertad fabricar,fraguar o esconder pruebas.

    Sobre esto tenemos innu-merables ejemplos de des-pidos, algunos de los cualesson: el del secretario gen-eral del Sindicato Unificadode Trabajadores de laElectricidad y ActividadesConexas de Lima y Callao

    SUTREL, quien trabajabaen la empresa Luz del Sur;de las multinacionales deEstados Unidos, PSEG Globaly SEMPRA Energy; el de afi-

    liados, dirigentes y del sec-retario general del Sindicatodel Banco del Trabajo, delgrupo chileno Altas Cumbres;el del secretario general y delsecretario de estadsticas delSindicato de Trabajadoresde Petrotech, multinacionalpetrolera de Estados Unidos;el del secretario general de la

    Federacin de TrabajadoresPetroleros (FENUPETROL),quien trabajaba en laRefinera la Pampilla, dela multinacional EspaolaRepsol; el del secretario deInternacionales del CentroFederado de Empleadosdel Banco Continental, dela multinacional espaolaBBVA; el de los secretariosgeneral, de defensa y de or-

    ... de junio a diciembre del 2006 el sueldode los empleados subi mientras que elsalario obrero cay. Asimismo, el salario

    en el sector agrcola estaba por debajo delpromedio.

    ... la ley le otorga a ambas partes igualcarga probatoria, por lo que en la prctica

    resulta muy difcil al trabajador probarque el despido tuvo como motivacin una

    discriminacin antisindical.

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    ganizacin del Sindicato deObreros de Gloria, del GrupoNacional Gloria; el del secre-tario de defensa del SindicatoNacional de Trabajadoresde Nestl, de la multinacio-nal suiza Nestl; el de sietedirigentes del Sindicato deTrabajadores Empleados deOwens Illinois, multinacionaldel sector vidrios de EstadosUnidos; el de los afiliadosy dirigentes del Sindicatode Trabajadores de ITETE,transnacional contra-tistade la multinacional espaolaTelefnica.

    Mediante el establecimientode mejores condiciones parael ejercicio de la LibertadSindical, la LGT, segn el ob-jetivo del AN, pretende re-ducir estas situaciones que laLPCL ha favorecido.

    El proyecto de dictamen de lacomisin de trabajo para laLGT considera nulo el despidoincausado; reduce a cinco lasmodalidades de contratacintemporal, aunque no eliminalas modalidades establecidasen regimenes especiales; es-tablece una indemnizacinen caso de ceses colectivosy para el caso de dirigentesdemanda justificacin ex-presa de su cese; en el casodel fuero sindical (hoy tutela

    especfica), permite que encaso de despido el juez, a so-licitud del afectado, ordene lasuspensin del acto impug-nado trasladando la carga dela prueba al empleador quiendeber demostrar que el actono es antisindical; adems,aumenta los supuestos detrabajadores bajo esta protec-cin. Asimismo, fija mejorescondiciones para la licencia

    sindical y el derecho de infor-macin para los sindicatos.

    Aunque evidentemente la LGTno va solucionar todos losproblemas y conflictos, va acontribuir mucho en equili-brar las posiciones de poderentre trabajadores y emplea-dores, que la LPCL y su legis-lacin conexa haba inclinadoa favor de estos ltimos.

    Contra lo que creen algunos,el pleno ejercicio de la liber-tad sindical ser una formaimportante de componer demodo pacfico los conflictoslaborales y sociales, que hoyson inocultables, a travs delos mecanismos de la ne-gociacin colectiva. sta,adems, permitir una mejorredistribucin de la riqueza,de los beneficios de la pro-ductividad y competitividad.

    Hoy se levantan nuevamentevoces que anuncian leyes es-peciales para favorecer a lamayora de subempleadosy desempleados, pero queno favorecen ms que unospocos. Se promociona conbombos y platillos un nuevopacto social, pero se olvidanlos compromisos sociales ypolticos asumidos. Mientrastanto, se posterga la apro-bacin de una ley discutida yconsensuada por ms decuatro aos, con acuerdos enun 85%.

    Por eso es que cabe concluiren el gobierno y en el sectorfavorecido con la legislacinactual no existe la voluntadreal de aprobar una LGT, queno les resta productividad ycompetitividad, sino poderesarbitrarios.

    Sin embargo, la aprobacinde una LGT que permita elejercicio pleno del derechoa la libertad sindical a todoslos trabajadores como requi-sito indispensable para gene-rar un trabajo digno quees el trabajo que realmenterequiere el pas para lograreliminar la pobreza y el sub-desarrollo, es hoy un asuntode primera importancia.

    ... el pleno ejerciciode la libertad

    sindical ser unaforma importantede componer de

    modo pacfico losconflictos laboralesy sociales, que hoyson inocultables,

    a travs de losmecanismos dela negociacincolectiva. sta,

    adems, permitiruna mejor

    redistribucin dela riqueza, de losbeneficios de laproductividad ycompetitividad.

    Ley General del Trabajo

    EN LA CANCHADEL CONGRESO

    A pesar que la mayor parte del proyecto cuenta con la

    aprobacin de las partes trabajadores, empresarios,

    Estado, el proyecto de Ley General del Trabajo no se

    convierte aun en norma. Los gremios empresariales se

    oponen a incluir determinadas demandas de los traba-

    jadores y el dilogo ha llegado a un punto muerto.

    Mientras tanto, en el propio Congreso hay representan-

    tes que tampoco tienen mayor inters en la aprobacin

    de una ley que permita la recuperacin de los derechos

    laborales que ech por la borda la dictadura fujimorista.

    Nuestros entrevistados proponen una salida poltica:

    que el Congreso discuta de una vez el proyecto de ley y

    adopte decisiones.

    Vctor Mayorga Miranda

    Congresista de la

    Repblica

    Por qu es importantetener una Ley General delTrabajo?

    Porque creara un cuerpoorgnico que sistematizaralas instituciones principa-les del derecho del trabajo

    y su legislacin. Regulara,por ejemplo, aspectos rela-cionados con el contrato deltrabajo, la negociacin co-lectiva, el derecho de huel-ga. Sistematizara en un solocuerpo el derecho individualdel trabajo y el derecho co-lectivo. Se trata de crear uninstrumento que tenga vigen-cia por un buen tiempo.

    En qu medida es posibleconseguir consenso para laaprobacin de la Ley Generaldel Trabajo?

    El Derecho del Trabajo esuna de las disciplinas delDerecho que est ms cer-ca de la economa de unpas, de la poltica generalde un gobierno determinado.

    Entonces, es lgico que hayaintereses contrapuestos. Apartir de 1991 asistimos aun proceso de flexibilizacin,de desregulacin de la legis-lacin laboral, que favorece alsector empresarial.

    Existe un choque de intere-ses entre las aspiraciones ylas justas reivindicaciones deltrabajador, y los intereses del

    AL PLENODE UNA VEZ

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    11

    trabajo &desarrollo

    empleador que cada vez ms,pretende nicamente mayo-res ganancias sin importarlela situacin del trabajador.

    Esto rompe el equilibrio. Laslegislaciones que han flexibi-lizado o desregulado el de-recho del trabajo han creadouna nueva desigualdad, peroen favor del empleador y enperjuicio permanente de lostrabajadores.

    Esta contradiccin se reflejatambin en el Congreso de laRepblica. No todos los con-gresistas estn a favor de la

    proteccin de los derechoslaborales. Mas bien actanen funcin de los interesesempresariales. Esto hace di-fcil llegar a un acuerdo equi-valente al cien por ciento entorno a la Ley General delTrabajo. Ante esta situacin,cul es el ente que debe in-tervenir para mejorar las re-laciones laborales? Tiene queser el Estado, a travs delCongreso. Sin embargo, aho-ra lamentablemente escucha-mos voces que pretenden,una vez ms, postergar laaprobacin de la Ley Generaldel Trabajo.

    Qu debera hacer elEstado para cumplir conlos estndares laboralesinternacionales?

    Es necesario que desde el

    Congreso se persista en el pro-

    yecto de ley, que ya est con-

    sensuado en un 85%. El 15%

    restante, que reclama el sector

    empresarial, se refiere a la es-

    tabilidad laboral, a la negocia-

    cin colectiva por rama.

    La legislacin inclusive man-tiene la flexibilizacin en

    cuanto al despido injustifica-do. Si bien es cierto admitela reposicin, al final, si elempresario tiene la potestadde reincorporar al trabajador;se le da la opcin para quediga no acepto a tal o cualtrabajador que gane un jui-cio de reposicin. Durante elao pasado esto mereci demi parte una oposicin firmeen la comisin de trabajo. Enel pleno se tiene que seguirpersistiendo. Debe corres-ponder al trabajador, comoun derecho, aceptar su repo-sicin o dar por concluida larelacin de trabajo.

    La Ley General del Trabajo nodebe volver a comisiones, sinoque debe debatirse en el ple-no del Congreso. Obviamentetenemos que ver la legislacininternacional, sobre todo laemitida por la OIT, en lo querespecta a los principios delderecho del trabajo. Por ejem-plo, el derecho a garantizar lasindicalizacin, la negociacincolectiva, la eliminacin deltrabajo infantil. La realidaddemuestra en el pas que enel sector empresarial minero,textil, entre otros se desco-noce el derecho de sindicali-zacin y el derecho de nego-ciacin colectiva.

    En cuanto a la intermedia-cin laboral y los services,se requiere legislar de ma-nera que se beneficie a lostrabajadores.

    El Estado debera promo-ver la sindicalizacin parael fortalecimiento de lostrabajadores?

    El Estado Peruano ha ra-tificado los ConveniosInternacionales 87 y 98, que

    precisamente garantizan elderecho de sindicalizacin yel derecho a la negociacincolectiva. Pero no se hace ab-solutamente nada de esto.Muchas organizaciones sindi-cales esperan indefinidamen-te el inicio del trato directoluego de presentar su plie-go de reclamos. Cuando trasiniciadas las negociacionesrealizan una paralizacin, losempresarios despiden a lostrabajadores. De l a mismaforma actan cuando estosltimos organizan un sindi-cato, el despido se produce apesar que supuestamente es-

    tn protegidos.

    El Ministerio de Trabajo y elEstado Peruano hace muypoco para garantizar estosderechos. Ah tenemos los ca-sos de Casapalca, Doe Run ode Shougang, donde los em-presarios hacen y deshacencomo les viene en gana.

    Entonces, la negociacincolectiva y el derecho a lasindicalizacin, pese a quetambin se exige a partir delTratado de Libre Comercio,no estn suficientemente ga-rantizados en el pas.

    Cul es la situacin actualde los regmenes especialesen la legislacin nacional?

    El sector minero y sus tra-bajadores gozan de una le-gislacin especial, sobre todoen materia de remuneracio-nes, pero all hay otro tipo deproblema: la tercerizacin demuchos de los servicios, queno est debidamente tipifica-da. Muchas de las empresascontratan trabajadores proce-dentes de cooperativas o deempresas de servicios para

    que realicen labores de natu-raleza permanente. De estamanera, trabajadores que tie-nen contrato a plazo indefi-nido en las empresas se venseriamente perjudicados, seles despide.

    De qu manera la LeyGeneral Trabajo podra bene-ficiar a los empresarios?

    En el sector empresarial sehabla de la competitividad.Un trabajador o un poltico,en su sano juicio, no se pue-de oponer a la competitivi-dad, que es un elemento im-

    portante para lograr el desa-rrollo. Pero competitividada cambio de qu? A costade bajas remuneraciones?Competitividad a cambio deuna precarizacin cada vezmayor de los trabajadores acambio de la reduccin delperiodo vacacional o de la eli-minacin de la compensacinpor tiempo de servicio? Deninguna manera.

    Para que el trabajador entrerealmente en el proceso deproduccin y de competiti-vidad necesita ganar una re-muneracin que le permitasatisfacer sus necesidadespersonales y familiares y serun factor de consumo dentrodel pas.

    Cuando llegaron los sena-dores demcratas de losEstados Unidos y seala-ron que se debe modificarla legislacin laboral y ga-rantizarse la negociacin co-lectiva y el derecho de sin-dicacin, qu dijeron losprincipales representantesde la Sociedad Nacional deIndustrias, de ADEX y deotros gremios empresariales?

    Que no iban atolerar la inge-rencia externaen los asun-tos internos elpas.

    Estamos anteun problemaverdaderamen-te serio: la ex-plotacin de lostrabajadores,que no cuentancon adecuadasremuneracio-nes, carecende las debidas

    prestaciones deseguridad so-cial, no cuentancon las debidasprestacionespensionarias.Se ha acabadocon la expecta-tiva de empleoque animaba al trabajadorcuando se pona al serviciode una empresa, la prcticaes ahora la de su constantesustitucin, su inestabilidadlaboral crnica. Si se mantie-ne esa situacin el TLC no vaa representar ningn benefi-cio para los trabajadores.

    Qu opinin tiene sobrelos pedidos y comentariosque hicieron los congresis-tas norteamericanos con res-

    pecto a la legislacin laboralperuana?

    Las declaraciones del pre-sidente de la Confiep y deADEX fueron sumamente op-timistas. Pero no s si loscongresistas norteamerica-nos se han ido convencidos.Al debatir el TLC con el Per,ellos tendrn que considerarun hecho objetivo: el desco-

    nocimiento, la inaplicacin enel pas de los principios fun-damentales reconocidos porla OIT.

    Cul cree que deberaser el primer paso para lo-grar una adecuada Ley delTrabajo?

    Lo primero es empezar adebatir en el pleno el proyec-to de Ley General del Trabajo,para su pronta aprobacin.

    Lo segundo, es que se emi-ta una legislacin que reguleadecuadamente, si no es ladesaparicin, los services, laintermediacin y el outsour-sing. Hay un tercer aspecto,relacionado a los derechoslaborales de quienes trabajanen la agro exportacin, en elsector minero y en el sectortextil, Son los sectores msafectados por el uso de la

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    Mario Huamn

    Secretario general de la

    CGTP:

    Por qu es importantetener una Ley General delTrabajo? Cmo beneficiarasta a los trabajadores?

    Contar con una Ley Generaldel Trabajo es una demandajusta de los trabajadores pe-ruanos, que procuran recu-

    de la negociacin colectiva;debe garantizar la permanen-cia en el empleo; debe respe-tar la jornada de las 8 horas;debe ratificar y garantizar elderecho a la sindicalizacin;debe garantizar el pleno de-recho de huelga. En buenacuenta, debe permitir que segenere empleo digno con de-rechos, tal como norman losConvenios de la OIT de loscuales el Per es suscriptor.

    Considera que la necesi-dad de esta ley justificara suaprobacin sin consenso oque el Estado sacrifique pun-tos en discusin para lograrel consenso?

    Durante los casi seis aosque se viene discutiendo laLey General del Trabajo entrelos trabajadores, empresariosy el Estado en diversas ins-tancias de dilogo como elConsejo Nacional del Trabajo,creado en el 2001 por elGobierno del PresidentePaniagua, y en la Comisinde Trabajo del Congreso de laRepblica, se ha consensua-do un 90% de la misma. Hayalgunos aspectos medularesen la propuesta de los traba-jadores que los empresarioshan rechazado, como son laexistencia de la negociacincolectiva por rama, el ampa-ro a los despidos sin causa

    justificada, entre otros.

    Al respecto nuestra posi-cin es que el Congreso dela Repblica sea quien deci-da y apruebe la Ley Generalde Trabajo. El dilogo con losempresarios est en puntocero, porque los que ms seoponen a una justa ley de tra-bajo son los gremios, comola CONFIEP, que representana la gran empresa.

    Con respecto a los tratadosde comercio, qu apreciacintienen de los mismos, particu-larmente en el tema laboral?

    Los trabajadores tenemosuna visin ms integral acer-ca de los tratados de comer-cio. Siendo importante paranosotros el tema laboral, sinembargo las implicanciaseconmicas y polticas gene-rales para los intereses delPer pesan ms que lo estric-tamente laboral. Es decir, enestos tratados no solamentedebe darse igual trato a losbienes, servicios y finanzassino tambin a los temas la-borales, seguridad social yprevisionales.

    Considerando las exigen-cias internacionales, el TLCcon los Estados Unidos po-dra mejorar las condicioneslaborales actuales?

    Puntualmente no mejoraranlas condiciones laborales, porlo que no estamos de acuer-do con el TLC con los EstadosUnidos. Los TLC no son la so-lucin para generar puestosde trabajo. La presin de loscongresistas demcratas delos Estados Unidos obedecea intereses nacionales norte-americanos, entre ellos los de

    sus propios sindicatos.

    Cmo afectara la sin-dicalizacin al comerciointernacional?

    En absoluto. Lo que afecta-ra sera a los intereses sobreexplotadores de las transna-cionales, puesto que los sindi-catos exigiran trabajo dignocon derechos. Es decir, juga-ran un rol de contencin con-tra los abusos de las transna-cionales. Pero esto dependeen gran medida de la legisla-cin laboral existente.

    Qu opina sobre el pedi-do de los congresistas norte-americanos con respecto a lalegislacin laboral en el Per?

    Es una posicin principis-ta y de salvaguarda de losintereses de los propios tra-bajadores norteamericanos.Resulta paradjico que lospadres de la patria del em-porio capitalista le estn exi-giendo al Estado peruano quese garanticen los derechos la-borales y de sindicalizacin,mientras que los fundamen-talistas neoliberales nativosy nuestros congresistas asu-men una postura ruin antelos trabajadores peruanos.

    Qu medida inmediata de-bera adoptarse para solucio-

    nar la insatisfaccin de lostrabajadores con la terceriza-cin y los services?

    Prohibir a las empresasprincipales el uso de empre-sas de intermediacin laboralen sus actividades principa-les. Asimismo, el Estado debeimplementar mecanismossancionadores para aquellasempresas que desnaturalicen

    este tipo de contratos.

    La reciente huelga minera hadesenmascarado la situacinen el sector de punta, dondelas utilidades anuales estnbordeando el 80%. Tambinpuede revisarse lo que pasaen la exitosa agro exporta-cin peruana donde algunasformas de trabajo son del si-glo XIX: enganche de traba-jadores por terceros que secobran el servicio con uno odos jornales semanales delenganchado; ausencia decontrato de trabajo; despido

    de las mujeres embarazadas;cero sindicalizacin.

    Igualmente en confeccionesy textiles para la exportacin,donde algunas empresas tie-nen sindicato reconocido, lesestn haciendo la vida im-posible a los sindicalizados,mientras las condiciones enla que est el conjunto de lostrabajadores de este subsec-tor (en su mayora mujeres)son tremendamente negati-vas: bajos salarios, jornadasextras sin pagos adicionales,hacinamiento, etc. Todo ello apesar del auge de las exporta-ciones de estos productos.

    Algo por el estilo puede decir-se de los servicios: bancos,

    elctricos y telefona. Tal vezpensaramos diferente si fue-ra que todos los que estnteniendo xito dieran el ejem-plo, empezando por la intro-duccin de un sistema labo-ral que se aproxime al de lospases donde estn instaladaslas matrices de las empre-sas transnacionales o a losrangos de los convenios de laOIT. Pero eso no ocurre.

    nueva tecnologa, que generaun mayor desempleo.

    En lo que respecta al proble-ma del empleo, cabe sealarque la Ley General de Trabajono es la que va a crear lospuestos de trabajo. Esto tie-ne que ver con el desarrollo

    econmico, con el desarrolloempresarial y con una parti-cipacin mucho ms activadel Estado, que debe conver-tirse en un Estado fuerte. ElEstado no debe limitarse a unrol subsidiario, sino que debeparticipar en el proceso pro-ductivo del pas, en la admi-

    perar y normarlos derechoslaborales y sin-dicales quefueron concul-cados por ladictadura fuji-morista. Estaimpuso un pro-yecto neolibe-ral, que tuvo supunto de parti-da en el golpede Estado de1992. Los tra-bajadores as-piramos a quecon la LGT enel Per se ga-rantice el cum-plimiento de

    los derechos en materia la-boral establecidos por la OIT,como el caso de los derechosde sindicalizacin, negocia-cin colectiva y huelga, dere-chos que en nuestro pas es-tn recortados.

    Cul es la posicin de laCGTP con respecto a la LeyGeneral del Trabajo? Qu as-pectos cree que debera cubrir?

    La Ley General del Trabajodebe impedir la sobre explota-cin de parte de los emplea-dores, tanto del sector priva-do como del propio Estado;debe reconocer la vigencia

    QUE ELCONGRESODECIDA

    nistracin de empresas. Ni si-quiera Chile, que se liberalizbrutalmente en la poca dePinochet, se ha deshecho desu empresa minera; mas biencuenta con un Estado fuertecapaz de negociar de igual aigual con cualquier Estado.Eso no sucede ac.

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    AVANCES Y RETROCESOSEN EL PROYECTO DELEY GENERAL DE TRABAJO

    Jaime SnchezAbogado laboralista

    a regulacin de las relacio-nes laborales es un tema dela agenda pblica que vienegenerando opiniones encon-

    tradas entre los diferentesactores involucrados y dela sociedad civil. Si bien lossectores organizados de losempleadores y trabajadoreshan realizado un esfuerzo im-portante para elaborar unapropuesta consensuada, estono ha impedido que expresensus expectativas respecto asu pertinencia, contenido yalcances.

    El sector empresarial, como sino hubiese existido antes unareforma laboral flexibi lizado-ra que precariz el empleo en

    el pas, insiste en que la ni-ca manera de incrementar laproductividad y la competitivi-dad de las empresas y lograrla creacin de puestos de tra-bajo es terminar con la rigi-dez de las normas que regu-lan el mercado de trabajo.

    Las centrales sindicales, co-nocedoras de los efectos masperversos de la reforma labo-

    ral implementada en el pas,sostienen la urgencia de con-tar con una norma que regu-le de manera eficaz las rela-

    ciones laborales, a fin de ga-rantizar la restitucin de losderechos laborales perdidosy su goce efectivo.

    En efecto, no se trata de ri-gidez en el mercado de tra-bajo, sino de derechos huma-nos fundamentales estableci-dos en tratados y conveniosinternacionales que el Estadotiene la obligacin de respe-

    tar como miembro de la co-munidad internacional.

    La productividad y la compe-titividad de las empresas nonecesariamente dependende precarizacin del empleoy de la eliminacin o media-tizacin de los derechos delos trabajadores.

    En realidad, estn ms liga-das a la implicacin de lostrabajadores en el procesoproductivo y a su participa-cin en los beneficios del xi-to empresarial. Sin embargo,esto no es posible en un con-

    texto de desconocimiento dederechos y de desequilibrioen las relaciones laborales enla que todo el poder ha sidootorgado los empleadores.

    Por ello, contrariamente aldiscurso de ciertos sectoresempresariales en contra de laregulacin de las relacioneslaborales, es de imperiosanecesidad para el desarrolloeconmico y social del pascontar con una regulacin la-boral que proteja de maneraeficaz los derechos laboralesy promueva la implicacin delos trabajadores en el proce-so productivo.

    Vamos a ocuparnos de algu-nos aspectos del Proyectode Ley General de Trabajo de

    Trabajo (PLGT) que nos pa-recen relevantes en el trata-miento de las relaciones co-lectivas de trabajo.

    Retrocesos

    El artculo 332 del PLGT, re-lativo a la libertad sindical,reconoce el derecho de lostrabajadores a constituir lasorganizaciones que permitela ley.

    Estimamos que esta normapuede abrir las puertas paralimitar el derecho que tienenlos trabajadores de constituirlas organizaciones sindica-les que estimen conveniente,como de manera mas acordecon la autonoma sindical loseala el Anteproyecto de laComisin de Expertos.

    El inciso 1 del artculo 336establece como uno de losfines y funciones de las orga-nizaciones sindicales, ejercerla representacin de los tra-bajadores afiliados en lascontroversias de naturalezacolectiva.

    Esta disposicin, relativa a lafuncin de representacin delos sindicatos, es un retroce-so con respecto a lo estable-cido en el artculo 8 inciso ade la ley vigente, que disponeque las organizaciones sindi-cales representan el conjun-

    to de trabajadores compren-didos dentro de su mbito,como lo ha reconocido tam-bin el Anteproyecto de laComisin de Expertos.

    Asimismo, el PLGT introdu-ce un elemento de valoracinsubjetiva al referirse a par-ticipar en la vida poltica nopartidaria, que eventualmen-te podra limitar el ejerciciodel derecho a tomar parte enla vida poltica de la nacin.

    El Comit de LibertadSindical y la Comisin deExpertos de la OIT han sea-

    lado que esta prohibicin de-bera limitarse con claridad aasuntos puramente polticos,debiendo tener las organiza-ciones sindicales el derechode expresar sus puntos devista sobre la poltica econ-mica y social del gobierno.

    La Comisin de Expertos haprecisado mejor este derechoal sealar que consiste enparticipar en la vida polti-ca, econmica y social de lanacin.

    El PLGT dispone que paraser miembro de la JuntaDirectiva de un sindicato deempresa se requiere tenervinculo laboral vigente.

    Somos de la opinin que

    esta disposicin constituyeuna limitacin de la autono-ma sindical por cuanto limi-ta el derecho de los traba-jadores a elegir librementea sus dirigentes con la solaobservacin de los estatutossindicales.

    Al respecto, es preciso re-cordar que el Comit deLibertad Sindical de la OIT

    ... no se trata derigidez en el mercado

    de trabajo, sino dederechos humanos

    fundamentalesestablecidos en

    tratados y conveniosinternacionales queel Estado tiene la

    obligacin de respetarcomo miembrode la comunidad

    internacional.

    Relaciones colectivas de trabajo

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    SOBERANIA,TRABAJO DECENTEY EL TLC

    as voces ms insospechadas1se han levantado en las l-timas semanas para denun-ciar al imperio por tratarde imponer al Estado y a laNacin Peruana cambios enla legislacin laboral interna,en la direccin de los com-promisos ya aceptados en lafamosa adenda laboral2.Se ha reivindicado la defensade la soberana nacional y seha expresado el rechazo anteun acto que interferira conlas facultades y atribucionessoberanas del Congresoperuano.

    El discurso nacionalista,que pareca ser monopolio deOllanta Humala, suele ser in-vocado tambin por sectoresconservadores para tratar demantener un estado de cosasque ven amenazado.

    Este nacionalismo sbitono resulta coherente con elacuerdo y beneplcito de es-tos mismos sectores frentea la reduccin del Estado, laprivatizacin de las empresaspblicas y la desnacionaliza-cin (o transnacionalizacin)de sectores claves para elPer. Cuando el consensode Washington campeaba yel Banco Mundial era quiendaba las pautas para las po-

    lticas econmicas en la re-gin, nadie se acordaba de lasoberana nacional y menosde las atribuciones soberanasdel Congreso de la Repblica.En pases como los nues-tros la palabra soberana3

    Un repentino antiimperialismo afecta hoy a un sec-

    tor del espectro poltico, empresarial y periodstico na-

    cional. Se trata de un nacionalismo de ocasin, para

    negarse a implementar los estndares laborales inter-

    nacionales que ahora demanda el comercio interna-cional. El caso de Topy Top demuestra que los trabaja-

    dores pueden recurrir a la solidaridad sindical interna-

    cional y a normas presentes en el intercambio mundial

    para hacer valer sus derechos.

    Juan Carlos VargasPLADES - Programa trabajo Decente y Comercio

    1El periodista Jaime de Althaus y el economista Fritz du Bois, dos entusiastas y convencido promotores del libre comercio y la libreempresa, escribieron artculos denunciando la intencin proteccionista e imperial de los congresistas demcratas de exigir cambiosen la legislacin laboral nacional como condicin de continuar con la aprobacin del TLC en el congreso norteamericanos.2Su denominacin oficial es Pr otocolo de Enmienda del TLC.3Poder que dispone el Estado de mandar, prohibir y reprimir. Calidad del poder poltico de un Estado u organismo, que no est so-metido al control de otro Estado u organismo. Definicin tomada del Diccionario Enciclopdico Larousse.

    ha observado que disposi-ciones de este gnero puedenimpedir que personas califi-cadas, tales como personasque trabajan para el sindica-to a tiempo completo o jubi-lados, ocupen cargos sindica-les, privando a los sindicatosde la experiencia de ciertosdirigentes y sindicalistas re-comendando que la legisla-cin permita a los trabajado-res ejercer sin trabas el dere-cho de sindicacin y de libreeleccin de sus dirigentes.

    La Comisin de Expertos haprocurado un punto medio alestablecer que tal requisi-to no ser exigible respectode las dems organizacionessindicales.

    El PLGT indica que paraconstituirse y subsistir unsindicato de empresa se re-quiere afiliar por lo menos aveinte trabajadores; o a cin-cuenta tratndose de sindica-tos de otra naturaleza. Es de-cir, solo se pueden constituirsindicatos en empresas que

    tengan ms de veinte traba-jadores, pues es improbableque todos los trabajadores deuna empresa se sindicalicen.Esto significa que un impor-tante sector de trabajadoresde las empresas privadas nopodr ejercer su derecho asindicalizarse a nivel de em-presa. La comisin de exper-tos, por su parte, haba pro-puesto un nmero mnimo dediez afiliados cuando la em-presa tenga hasta cincuentatrabajadores y veinte cuandola empresa tenga ms de cin-cuenta trabajadores.

    y avances

    La ley vigente establece quesi no existe un convenio co-lectivo las partes decidirn,de comn acuerdo, el nivelde negociacin; pero a fal-ta de acuerdo impone que lanegociacin se lleve a nivelde empresa. El PLGT ha su-perado esta limitacin a lafacultad de negociar de lasorganizaciones sindicales alreconocer la necesidad de un

    acuerdo de partes y que, ensu defecto, son los trabajado-res los que deciden autno-mamente el nivel en el que laentablarn.

    Si los sindicatos decidieranvariar el nivel de negociacin,el PLGT supera el puntomuerto originado en la leyvigente cuando dispone quede no haber acuerdo de par-tes el nivel no se puede esta-blecer por acto administra-tivo o laudo arbitral. En esecaso la controversia ser so-metida al arbitraje.

    El PLGT ha precisado el de-recho de informacin de lostrabajadores en la negocia-cin colectiva. Si bien recono-ce este derecho, la norma vi-gente lo hace prcticamenteinviable al establecer que esun deber de la empresa en lamedida en que la entrega detal informacin no sea perju-dicial para sta y que la in-formacin a proporcionar sedetermina de comn acuer-do entre las partes.

    El PLGT suprime ambas li-mitaciones y propone quela parte empresarial debeproporcionar la informacinnecesaria relacionada conel mbito negocial y queen caso de incumplimientolos trabajadores la solicita-rn a travs de la AutoridadAdministrativa de Trabajo; depersistir el incumplimiento seaplicar la multa respectiva.

    Sin embargo, como no podaser de otra manera, se dejaabierta la posibilidad paraque por convenio colectivo sepueda establecer reglas so-bre la oportunidad y el conte-nido de la informacin.

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    tiene connotaciones impor-tantes y desata sentimientosencontrados.

    Se han puesto de manifies-to nuevamente ahora quela situacin planteada en elCongreso norteamericanofrente al TLC con el Per sus-cita algunas preguntas. Lasoberana peruana se veramellada por la intencin delos congresistas demcratasde supeditar la aprobacindel TLC a cambios inmedia-tos en la legislacin laboralperuana? Es hacerle el juegoal imperio el aceptar que

    congresistas de otro pas tra-ten de influir la agenda delCongreso peruano? Tema di-fcil sobre todo para los po-lticos que siempre piensanen los efectos que estos de-bates pueden tener ante losfuturos votantes.

    La promocin del TrabajoDecente parece enfrentar enel Per nuevos e insospecha-dos retos a raz del TLC conEE.UU. Es claro para todoslos analistas que la AdendaLaboral reforz an msel peso del captulo Laboraldentro del TLC y coloc ma-yores y ms especficas exi-gencias ante posibles incum-plimientos. Este hecho slorefleja una tendencia inter-nacional4. Algunos aconte-cimientos recientes brindanalgunos ejemplos donde lasoberana adquiere otraconnotacin.

    En un artculo anterior5se in-form sobre un caso emble-mtico del dficit de TrabajoDecente en Per, el de la em-

    presa exportadora de Textilesy Confecciones Topy Top.sta busc eliminar al sindi-cato recin creado, primeromediante la reduccin del n-mero de afiliados va renun-cias voluntarias, y luego,ante el fracaso de esta inicia-tiva, a travs del despido dems de 70 trabajadores, en-tre ellos los propios dirigen-tes sindicales.

    Este hecho fue ampliamentedifundido por la propia CGTP,que asumi desde el inicioel apoyo a este nuevo afilia-do. Se busc tambin la in-

    tervencin del Ministerio deTrabajo para la solucin delproblema.

    Estos primeros intentos notuvieron resultado alguno. Laempresa se negaba aceptarla reposicin de los trabaja-dores pese a la claridad delas pruebas en su contra.

    Ante ello se produjo la difu-sin del problema en el ex-terior, lo que motiv la inter-vencin de varios actores sin-dicales internacionales quedemostraron la utilidad y elpotencial enorme de una ac-cin internacional articulada.

    La CGTP de Per y suFederacin Textil, laFederacin de TrabajadoresTextiles Espaoles (FITEQA-CCOO), la Federacin SindicalInternacional de TrabajadoresTextiles FITTVC, elevaroneste caso ante dos empresasclientes internacionales deTopy Top: Inditex, de Espaa,y Gap, famosa marca norte-americana de ropa.

    A partir de all, como expre-sin de la tendencia del co-mercio internacional y losestndares laborales en la ca-dena de produccin mundial,la situacin dio un giro sor-prendente. La respuesta fueinmediata y contundente6.

    Sin mediar ninguna invoca-cin a la soberana nacionalpara la definicin de sus po-lticas internas de personal(que incluira su derecho aacabar la relacin laboralcon todos los despedidos),la empresa Topy Top, se alla-

    n a un proceso de nego-ciaciones con la presenciade Neil Kearney, secretariogeneral de la FITTVC, JavierChrcoles, responsable deResponsabilidad social cor-porativa de Inditex, y NancyContreras, Project Managerde Responsabilidad socialcorporativa de Gap, junto conlos dirigentes del sindicatode Topy Top.

    Tras las mismas se logr unacuerdo que contempla laplena reincorporacin a laempresa de 93 jvenes des-pedidos, el reconocimientodel sindicato como interlo-cutor por los trabajadores, laasignacin de un local sindi-cal dentro de la empresa y laapertura de negociaciones en-tre la empresa y el sindicatopara la adecuacin de las con-diciones de trabajo a las nor-mas de OIT y a los Cdigos deConducta de Inditex y Gap.

    La empresa Topy Top no rei-vindic en ningn momento lasoberana nacional para dete-

    4Ver notas en Boletn Trabajo Decente, 1 y 2 (www.plades.org.pe/trabajodecente)5Ver Alerta informativoN 1 y Boletn Trabajo DecenteN 2 (www.plades.org.pe/trabajodecente)6Ver Labor, N 26 Lima, julio 2007, peridico quincenal de la CGTP.

    ner la injerencia extranjerade sus clientes en sus polti-cas internas de personal.

    Las empresas compradoras(Inditex y Gap) se allanarona participar en las negocia-ciones porque el mercadolas poda sancionar por te-ner contratos con empresasque utilizan estndares la-borales no compatibles conel Trabajo Decente. Y a TopyTop no le qued otra salidaque aceptar las demandas la-borales, pues de otro modoperda a dos clientes interna-cionales importantes.

    De modo que quienes quie-ran beneficiarse del comer-cio exterior debern cumplircon cada vez ms exigentesestndares laborales interna-cionales, sino el compradorcambiar de proveedor.

    Cada vez ms los ciudadanosrecurrimos no slo a las nor-mas y instancias locales, sinotambin a un conjunto de ins-trumentos e instancias inter-nacionales que brindan ma-yor seguridad a la solucin deconflictos en materia laboral.

    El efecto disuasivo de la san-cin comercial (como es elcaso de Topy Top) obliga aun cambio sostenido de ac-titud empresarial. El sindica-to lleg para quedarse y lasempresas deben respetar yver en esto una opor tunidadpara el ejercicio efectivo deun dilogo social mutuamen-te productivo.

    Lo que en realidad parecebastante embarazoso para el

    Per es que sea a partir delas exigencias externas y elpoder que tienen estas, queel Estado peruano (o las em-presas) muestre una mayordiligencia y sensibilidad res-pecto al cumplimiento de de-rechos laborales en Per.

    Estos temas no han sido yaplanteados y exigidos por lasorganizaciones de trabajado-res?7Pues si. Sin embargo,las demandas sindicales nomerecen a las autoridades lo-cales el respeto que pareceninspirarles los congresistasdemcratas o las empresascompradoras de nuestrosproductos, que ponen condi-ciones al gobierno peruano.La propia Adenda es unaprueba de ello.

    La soberana nacional

    se reivindica aqu para evi-tar asumir compromisosmas concretos en materialaboral y afectar interesesempresariales.

    La implementacin de lasdimensiones del TrabajoDecente en el Per pasarpor enfrentar muchas veces alas posiciones conservadorasdel Estado y los empresarios,quizs en alianza con acto-res internacionales, de formaque se incorpore la mirada yobjetivos de los trabajadoresperuanos. El caso Topy Topda pruebas de ello.

    Los ciudadanos peruanos tie-nen derecho a exigir un traba-jo decente y una vida digna.La soberana no puede seruna excusa esgrimida parapostergar este objetivo.

    7El proyecto de Ley General de Trabajo lleva aos debatindose sin lograr su aprobacin definitiva.

    Ica, paradero El Alamo. Trabajadores agrcolas, en la madrugada,

    rumbo a la campia. Trabajo excesivo, pago menguado.

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    H

    Tercerizacin en Telefnica

    DERECHOS LABORALES?TURURUR

    Salarios irrisorios, psimas condiciones laborales, ago-

    tadoras e interminables jornadas de trabajo y carencia

    de los ms elementales derechos laborales caracte-

    rizan la labor que desempean miles de trabajadores

    del rea tcnica de telefona y cable.

    ace ms de un ao el enton-ces candidato y ahora pre-sidente Alan Garca ofrecaa quien quisiera creerle elacabar con el abuso de losservices. Pero en telefonala contrata y subcontrata encircunstancias precarias esmoneda corriente. Cualquierreclamo se tropieza con lanegativa de atencin tanto deTelefnica del Per como dede contratistas y subcontra-tistas, tal como si los traba-jadores llamasen a una lneaocupada o escucharan el co-nocido mensaje: TurururEn este momento no podemos

    atenderle

    Unos cuatro mil trabajadorestcnicos realizan labores de

    planta externa en instala-cin, mantenimiento y repa-

    racin de equipos y cablea-do para Telefnica del Per,las mismas que constituyenun aspecto muy importan-te del servicio que ofrece latransnacional espaola.

    Este trabajo, sin el cual nosera posible la expansin ydesempeo adecuado de lared, es de naturaleza perma-nente y debe realizarse coti-

    dianamente. Sin embargo, lainmensa mayora de quienes

    lo llevan a cabo no tienen vn-culo laboral con Telefnica.

    Para ahorrarse costos sala-rios, seguro, previsin social,etc., sta ha tercerizado esalabor, la encarga a services,que a su vez tambin optanpor obtener apreciables be-neficios con la explotacinde los trabajadores a los quecontratan.

    El crecimiento de la red detelecomunicaciones y el desa-rrollo de mltiples servicios,adems de telefona TV ca-ble, cablenet, teleemergen-cia, comunicacin empresa-rial, etc, ha incrementadola labor de los tcnicos y haobligado a las empresas con-tratistas a tomar un nmeromayor de ellos.

    Sin embargo, el monto quereciben las empresas con-tratistas de Telefnica porlos contratos que tienen consta, se mantiene constantedesde hace mucho tiempo.Es decir, la misma masa dedinero se reparte ahora entremucha ms gente y paga unvolumen de trabajo muchomayor.

    Naturalmente, l as contratis-tas no pierden. No solo pa-gan salarios nfimos a sustrabajadores, sino que con-tratan a su vez a subcontra-tistas que desarrollan su ac-tividad de forma bastante in-formal y en las peores condi-ciones para los trabajadorestcnicos. La empresa contra-tista, que recibe de Telefnicaun monto por el contrato,paga a la subcontratista unaparte y se queda con el dife-rencial. A su vez, el subcon-tratista cotiza el trabajo del

    tcnico con una tarifa msbaja que la del contratista.

    En esa cadena de explota-cin de mltiples eslabones,los nicos desafortunadosson los trabajadores: ingre-sos que no cubren sus mselementales necesidades b-sicas; carencia absoluta dederechos como seguro, vaca-ciones y gratificaciones; em-

    pleo precario; jornadas largasy duras.

    La picaresca espaola

    Esta historia comenzen 1994 con el arribo deTelefnica, recibida por elgobierno del hoy prfugoAlberto Fujimori con el arra-samiento de elementales de-rechos de los trabajadores.

    Hasta entonces el serviciode telecomunicaciones esta-ba en manos de la CompaaPeruana de Telfonos (CPT),una empresa con participa-

    cin del Estado y de los pro-pios usuarios de telefona.Hasta antes de 1994 era co-mn ver en los postes de te-lefona instalados en las ca-lles a tcnicos que vestan eluniforme de aquella. El 95%de ellos estaba en planilla dela CPT, los trabajadores con-tratados mediante tercerasempresas eran una minora.

    La situacin se invirti a par-tir del arribo de la empresaibrica. Deseosa de desha-cerse de los trabajadores dela CPT y de aligerar la pla-nilla, opt por fomentar elretiro o el despido de losmismos y por nuevamentetomarlos a su servicio peromediante empresas contratis-tas. Actualmente, el 95% deltrabajo tcnico de planta ex-terna est tercerizado.

    As como Pizarro llegal Per acompaado deAlmagro y de los trece dela Isla del Gallo, vidos deloro de l os incas, Telefnicalo hizo en compaa de lasempresas espaolas Itete,Avanzit y Cobra, viejas cono-cidas suyas que en Espaa le

    sirven para tercerizar ciertaslabores.

    A ellas se sumaron casi 200otras empresas, la mayoranacionales, algunas de lascuales estaban constituidaspor ex trabajadores de CTP alos cuales Telefnica anima renunciar con la promesade recontratarlos a travsde services que se multipli-caron como hongos en lahumedad.

    Rpidamente se produjo ladecantacin de estas com-paas y hacia 1998 apenas

    quedaban unas diez, entreellas las tres hispanas an-tes mencionadas, que conta-ban con las preferencias dela contratante debido a quecotizaban ms bajo en laslicitaciones convocadas porsta. Su secreto estaba en lasobreexplotacin laboral.

    As, por ejemplo, qued delado una empresa grandecomo Graa y Montero quecumpla con ciertos estnda-res de calidad y, en cambio,prosperaron aquellas cuyascostumbres cicateras paracon sus trabajadores pareceninspiradas en el ciego de ElLazarillo de Tormes.

    Desde 2001 o 2002 las con-tratistas de Telefnica soncinco empresas. A las tresespaolas se han sumadolas peruanas Lari y Cepesa.Pero alrededor de las mis-mas hay decenas de peque-as y medianas empresassubcontratistas.

    Itete Per, que desarrolla sulabor slo en Lima, operacon ms o menos 700 a 800trabajadores tcnicos, de los

    Hernando BurgosSocilogo

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    trabajo &desarrollo

    cuales apenas unos 150 es-tn en planilla. El resto sonsubcontratados.

    Las dems, algunas de lascuales, como Avanzit, sedesempean tambin enprovincias, trabajan con 800a 900 tcnicos. Igualmente,la inmensa mayora de ellosbajo el sistema de subcon-trata. Se estima que entre el80 por ciento de los traba-jadores de estas empresasno estn en la planilla de lasmismas.

    Cabe aclarar que eso de fi-gurar en planilla tiene unaparticularidad: se trata decontratos que se renuevan(o no) cada tres meses. Deese modo, los trabajadoresviven una permanente sen-sacin de incertidumbre einestabilidad.

    Sistema perverso

    En las empresas contratis-tas aquellos pocos trabaja-dores que figuran en plani-lla reciben una paga bsicade 500 soles (o de 250 si sucontrato es a medio tiempo).Asimismo, una bonificacinpor produccin, que se pagaa partir del cumplimiento decierto lmite.

    Sin embargo, el conjunto de

    la paga lo es por trabajo aldestajo. Para hacerse mere-cedores a los 5 billetes azu-les los trabajadores debencumplir un mnimo de 170reparaciones (cada una escalificada como un punto obaremo) o 70 instalaciones(cada una calificada con 2.43puntos). Superada esa cuota,reciben 8 soles por cada pun-to adicional.

    Sin embargo, el sistema esperverso: llegar al mnimode 170 puntos implica tra-bajar ms de 8 horas dia-rias e incluso sbados ydomingos. Si el trabajadorno alcanza esa meta, que-da en deuda con la empre-sa. En los meses siguientes,en cuanto la sobrepase, laempresa le descontar desu bono de produccin elmonto correspondiente alos puntos que no completanteriormente.

    En consecuencia, para cum-plir con el mnimo, que no al-canza ni siquiera para cubrirlas necesidades bsicas deltcnico, ste debe renunciaral descanso al que tienen de-recho todos los trabajadores.Con mayor razn an si pre-tende obtener un ingreso ma-yor que el mnimo.

    A diferencia de quienes es-tn en planilla en las empre-sas contratistas, quienes nolo estn y los trabajadoresde las subcontratas carecende vacaciones, gratificacio-nes, seguro y otros derechos.Tambin de un salario mni-mo. Las subcontratistas co-tizan en 5 soles cada punto.De ese modo, estos tcnicosson completamente destajis-tas. Un buen porcentaje deellos no han realizado los es-tudios correspondientes, sonempricos dispuestos a traba-jar por cualquier pago.

    Libertad de trabajoMuchos tcnicos prefierentrabajar bajo esa modalidad,donde aparentemente pue-den obtener ms dinero. Sinembargo, ellos deben aportarel vehculo en el que se trans-portan, las herramientas conlas que trabajan y deben pa-gar por los uniformes y la es-calera que utilizan.

    Asimismo, deben acostum-brarse a los retrasos en suspagos y a poner de su propiodinero para el combustible ymantenimiento del vehculo,ya que muchas veces los sub-contratistas aducen no tenerliquidez debido a que la em-presa contratista no les hapagado.

    Para sobrevivir en esas condi-ciones hay quienes optan porrealizar su trabajo de maneramuy rpida lo que tiene con-secuencias sobre la calidaddel mismo o por recursear-se: ofrecen a los clientes lainstalacin no contratada dealgunos servicios.

    En realidad a Telefnica pa-

    rece no preocuparle mayor-mente el pirateo de cable TV.Mas bien ganara con eso:cuando hace propaganda desu cobertura, lo que le sirvepara elevar las tarifas que co-bra por publicidad en los ca-nales de cable, incluye tantolos televisores con instalacinformal como aquellos coninstalacin clandestina. Losnicos perjudicados son losusuarios, seala Hctor DazChvez, secretario generaldel sindicato de trabajadoresde Itete Per

    Tanto quienes estn en pla-

    nilla como quienes no, tantoaquellos que trabajan direc-tamente para las contratascomo los que trabajan paralas subcontratas, deben so-bre exigirse fsica y mental-mente para lograr un ingre-so que contribuya en parte asostener a sus familias.

    Esto los somete a estrs yagotamiento que afecta susalud fsica y mental. Debidoa ello se producen acciden-tes tanto en el mismo traba-jo como en la conduccin delos destartalados vehculosque conducen. Las empresascontratistas y subcontratistasno se hacen cargo de estospercances.

    Mala caraLos problemas que tiene lacalidad del servicio que ofre-ce Telefnica, que va a con-trapelo de sus elevadas ta-rifas, problemas que tienenrelacin con el trato que re-ciben quienes trabajan paraella, han afectado su imagenentre los usuarios. Pero quie-nes pagan por la misma sonlos tcnicos, a quienes los

    Demanda

    urgente

    Por la misma laborque realizamosun trabajador deTelefnica recibe8 o 9 veces msque nosotros y

    beneficios de los

    que carecemos.Nos gustaraentablar dilogocon Telefnica ysolicitarle que sepreocupe por el

    cumplimiento de lasleyes laborales y porlas condiciones de

    trabajo y salarialesen las empresas

    que contrata. Es suobligacin exigirle

    a las empresascontratistas que

    incorporen a planillaa su personal.

    Hctor Daz Chvez,Secretario general del sindicato de

    Itete Per

    Trabajadores de los diversos servicesdebaten la formacin de un sindicato nico.

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    trabajo &desarrollo

    L

    primeros se quejan cada vezque acuden a reparar algunaavera.

    Para el usuario nosotrosaparecemos como trabajado-res de Telefnica, no de unacontratista. Somos entoncesla imagen de Telefnica. stadebera darse cuenta de elloy preocuparse por que mejo-ren nuestras condiciones detrabajo, ya que ello contribui-ra a que mejore la calidad denuestra labor, sostiene DazChvez.

    Hasta el momento la empre-

    sa espaola no parece muypreocupada por la calidad desu servicio, sino ms intere-sada la ganancia que le pro-porciona la sobreexplotacinde los trabajadores contrata-dos a travs de services.

    Confa en la posicin domi-nante que tiene en el merca-

    SINDICALIZACIN DIFCIL

    La organizacin de los trabajadores pertenecientes a empresas

    contratistas y subcontratistas de Telefnica es una labor difcil

    debido tanto a la constante rotacin de los tcnicos su inesta-

    bilidad en el trabajo, como a las represalias que toman stascontra aquellos que buscan agremiarse.

    El 2005 los tcnicos pertenecientes a la planilla de Itete Per

    lograron constituir un sindicato, pero la empresa opt por norenovar los contratos de muchos de los afiliados y por tomar a

    otros trabajadores. Al poco tiempo el sindicato haba perdido ala mayora de sus miembros.

    Ms difcil an resulta la organizacin de los trabajadores sub-contratados, que carecen de vnculo laboral con aquellas empre-

    sas a las que ofrecen sus esfuerzos.

    La agremiacin de los trabajadores de los services constituye

    todo un reto para el sindicalismo peruano, que tendr que en-contrar frmulas creativas para organizar y canalizar sus recla-

    mos laborales.

    do, en el enorme techo quetodava tiene para la expan-sin de sus servicios y enel poder de sus millonariascampaas publicitarias y deimagen.

    Pero stas ltimas ocultan ladura realidad que viven mi-llares de trabajadores quehacen posible la operacinde Telefnica. Tambin susprotestas, que son desaten-didas: Telefnica le dice quecomo no son sus trabajado-res se vayan a quejar con suscontratistas; a su vez, estosles dicen que si no estn con-tentos pueden retirarse, des-pus de todo hay muchosotros haciendo cola paraentrar. El mensaje patronalsuena como la odiosa musi-quita que escuchan por tel-fono los usuarios que no sonatendidos.

    Beneficios?

    Segn el empresariado, laflexibilizacin de la legisla-cin laboral debe promover elempleo, la produccin y, porlo tanto, el chorreo de losbeneficios del sistema hacialos ms pobres. Por ello pro-mueve la tercerizacin y laintermediacin.

    Sin embargo, el resultado

    est a la vista: empleo preca-rio y en condiciones indignas,cada en la calidad de la pro-duccin y empobrecimientode los trabajadores. Es decir,todo lo contrario de lo queofrece un discurso que enrealidad solo ve la gananciadel capital, a cualquier cos-ta, incluyendo la dignidad, laseguridad y la propia vida delos trabajadores.

    POBREZAY CRECIMIENTOEN EL PERos anlisis gruesos de elasti-cidad producto-pobreza rea-lizados a partir de las cifrasdel Producto Interno Bruto(PIB) peruano y de pobreza yniveles de vida correspondien-tes a la Encuesta Nacional del

    Hogares (ENAHO), reciente-mente publicada por el INEI,indican que cada punto por-centual de crecimiento delPIB peruano redujo la inci-dencia de pobreza en 0,33%aproximadamente duranteel trienio 2004-2006. En eselapso el PIB creci en 15%,en tanto que la pobreza se re-dujo en 4%.

    Abusando de este somero cl-culo, podemos proyectar quela meta de reducir la inciden-cia (el porcentaje) de pobre-za nacional a 30% para losprximos cuatro aos, seala-da por el presidente Garca ensu mensaje de fiestas patrias,

    necesitara que en ese pero-do se tenga un crecimientode 9,7% anual en promedio.La otra opcin es 7% en losprximos 61 meses.

    Para cerrar la feria de da-

    tos aparentes, reducir la po-breza a la mitad de lo quees actualmente, necesitaraotros 3.6 trienios similares alactual (es decir, de 15% decrecimiento).

    La cifra dada por Garca com-promete al gobierno en unesfuerzo sin precedentes enel pas. Llama poderosamen-te la atencin cmo es queesta cifra lleg al mensaje,pues los estimados presen-tados por el propio minis-tro de Economa1, y los n-meros puestos en el MarcoMacroeconmico Multianual(MMM) 2008-2011 sealabanotra cosa (Cuadro 1).

    Limberg Chero

    Plades - Economista

    Pobreza

    Es un trmino muy usado en la actuali-

    dad para definir la falta de recursos.

    Usualmente est asociado a muchasiniciativas y esfuerzos gubernamen-

    tales, privados, sociales y otros quebuscan erradicarla. Todos entende-mos lo que es pobreza y, por compa-racin relativa, muchos de nosotrosnos consideramos pobres en determi-

    nadas circunstancias.

    Lo cierto es que el trmino tiene mu-chos significados y formas de perci-

    birla. Por eso, cuando nos referimosa ella debemos de tener presente elsignificado consensuado al respecto.

    Segn el Banco Mundial, pobreza eshambre, carencia de abrigo, incapa-cidad para ir al mdico o a la escuela;es no poder leer; es el miedo al fu-

    turo, es vivir un da a la vez, es estarexpuesto a enfermedades por la malacalidad del agua, es falta de repre-sentacin, es la falta de libertad.

    As, la pobreza es un concepto multi-dimensional y complejo que describela incapacidad de las personas de te-ner una vida digna.

    Los aspectos que componen una vidadigna son mltiples: Llevar una vidalarga y saludable, tener acceso a la

    educacin y disfrutar de un nivel devida confortable, adems de otroselementos como la libertad poltica,el respeto de los derechos humanos,la seguridad personal, el acceso al

    trabajo productivo y bien remune-rado, y la participacin en la vidacomunitaria.

    Con tal definicin, medirla se vuelveun reto. Este reto fue respondido es-tableciendo mnimos en indicadorescomo los niveles de ingreso, de con-sumo, de vulnerabilidad, y de acceso

    poltico-social que describan una si-tuacin aceptable para un individuo,ciudadano y persona.

    Sin embargo, queda claro que ningnmtodo puede darnos una medidacompleta de cunta pobreza existe.1

    1Al respecto el mismo Banco Mundialintenta resaltar formas ms completas(con mayores dimensiones) para me-dir la pobreza, en lo que denomina ladimensiones de pobreza que no sloconsideran ingreso (non-income dimen-sions of poverty); de ellas, una de las msconocidas es la del ndice de DesarrolloHumano (IDH) que anualmente se pre-senta en el reporte de desarrollo hu-mano publicado por el Programa delas Naciones Unidas para el Desarrollo(PNUD).

    1Ver declaraciones del ministro de Economa dadas ante el Club de la Banca y Comercioel 3 de julio de 2007. Diario Gestin, 4 de julio, titular de pgina 12.

    1986

    1987

    1988

    1989

    1990

    1991

    1992

    1993

    1994

    1995

    1996

    1997

    1998

    1999

    2000

    2001

    2002

    2003

    2004

    2005

    2006

    Evolucin del PIB y Pobreza: 1986 - 2004

    41.6

    18.4

    55.1 53.4

    23.9 19.0

    50.7

    14.7

    54.3

    24.4

    48.9

    18.2

    60

    50

    40

    30

    20

    10

    0

    %poblac. Var.%PIB

    15

    10

    5

    0

    -5

    -10

    -15

    Pobreza Pobreza Extrema Variacin % PIB (eje derecho)

    Grfico 1

    Fuente: BCRP, INEI, Instit. CUANTO Elaboracin: Csar Pearanda C.

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    trabajo &desarrollo

    Cuadro 12: Objetivos Econmicos y Sociales de la Administracin2006-2011 (a julio 2011)

    Objetivo Variable MetaLinea de

    base*Avance**

    Crecimientoeconmico basadoen la inversin

    Inversin pblica (% PBI) Mayor o igual a 4.5% 2,9 2,8

    Incremento de lapresin tributaria

    Pres in tribut ar ia (% PBI) Mayor o igual a 16% 13,6 14,9

    Reestructuracindel gasto pblico

    Crecimiento del gasto de ca-pital del gobierno central (%)

    15% en promedio 12,1 20,4

    Sostenibilidad fiscalen el mediano yargo plazo

    Resultado econmico(%PBI)

    Menor o igual a -1% -0,3 2,0

    Deuda pblica (% PBI) Igual o menor a 30% 36,3 32,6

    Garantizar laestabilidad de lamoneda y el ahorro

    Coeficiente de dolarizacindel Sistema Bancario (%)

    Menor a 40% 55 51

    Tasa de inflacin (%)2,0% con unatolerancia de +/- 1%

    1,5 1,1

    Poltica de lucha

    contra la pobreza***

    Pobreza (%) Menor o igual a 40% 50,4 n.d.

    Desnutricin crnica infantil(en menores de 5 aos) Menor o igual a 19% 24,1 n.d.

    * Informacin correspondiente al cierre de 2005.** Informacin correspondiente al cierre de 2006.

    *** Lnea de base. Fuente Herrera (2004),INEI (ENAHO-ENDES) y censo escolar 2005corresponde a los ltimos datos disponibles.Fuente: MEF

    nio con 20 ciudades, hacien-do nfasis en aqullas que elINEI identifica como con ma-yor incidencia de pobreza. Enuna segunda etapa, hacia elao 2009, el sistema estaren 243 distritos cuya pobla-cin no sea menor de 20 milhabitantes.

    A la par de SISFOH, en el sec-tor rural el programa Juntosse encargar de un empadro-namiento bajo los mismosparmetros. Se espera quepara 2009 entre ambos setengan empadronados a 19millones de personas (no to-

    dos pobres desde luego).

    El gobierno se ha puesto una

    valla muy alta. Realizar la ta-

    rea requiere de un fino trabajo

    previo sobre la dimensin de

    la pobreza, que demanda un

    trato sincero de la situacin,

    si de verdad se quiere avanzar.

    En esta tarea el InstitutoNacional de Estadstica eInformtica (INEI) juega unrol importante porque mar-ca la pauta de cmo va la si-tuacin. Al respecto, el 19de julio pasado, present elinforme de estadsticas ofi-ciales de pobreza4en el cualtextualmente seala que enel perodo 2004-2006, la in-cidencia de la pobreza dismi-nuy en 4,1 puntos porcen-

    tuales al pasar de 48,6% enel 2004 a 44,5% en el 2006.Esta disminucin en los ni-veles de pobreza se observaen mayor proporcin en LimaMetropolitana, en donde lapobreza disminuye en 6,7puntos porcentuales, pasan-do de 30,9% en el 2004 a

    24,2% en el 2006. Esta re-duccin en los niveles de po-breza es consecuencia de unmejoramiento del ingreso ygasto de los hogares.

    De otro lado, a nivel de reaurbana y rural, la pobrezatambin disminuye en el mis-mo perodo de anlisis. Lapobreza de las ciudades, dis-minuye en 5,9 puntos porcen-tuales, pasando de 37,1% enel 2004 a 31,2% en el 2006.En tanto, en el rea rural lapobreza disminuye levemen-

    Producto Interno Bruto Real.

    El Producto Interno (o Interior) Bruto

    o PIB es el valor monetario total dela produccin corriente (actual) debienes y servicios de un pas (es de-cir, internamente, o dentro del pas)durante un perodo (normalmente esun ao).

    Como es un valor que no toma encuenta lo que se gast de capital para

    producir nuevos bienes, se dice quees un valor en bruto.

    Se dice que es real, cuando el PIB no

    es inflado por los aumentos de losprecios, es decir, cuando la inflacin(Variacin de precios su ndice- dela economa en un perido), si no quees una medida que refleja los aumen-

    tos en nmero o cantidad de bienes.

    Elasticidad producto-pobreza

    Este trmino se emplea para describircunto cambia la pobreza cuando elproducto (PIB) crece 1%.

    As, si la elasticidad producto-pobre-za es 0.33%, como en el caso del

    artculo, quiere decir que cuando elPIB crece 1%, la pobreza se reduceen 0.33%.

    Cuadro 2: Tasa de pobreza departamental y nacional

    Departamentos 2004 2005 2006

    Var. 2006-2004 (pun-tos porcen-

    tuales)

    Participa-cin en el

    PBI nacio-

    nal (%)*

    Poblacin

    (% del

    total)*

    Moquegua 38.7 30.3 27.3 11.4 1.7 0.6

    Ancash 53.3 48.4 42.0 11.3 3.5 4.0

    Tumbes 24.2 16.2 15.8 8.4 0.4 0.7

    Arequipa 34.2 24.9 26.2 8.0 7.6 4.4

    Lima 32.2 32.9 25.1 7.1 46.0 33.0

    Piura 60.7 58.6 54.0 6.7 3.5 6.2

    Amazonas 65.1 68.6 59.1 6.0 0.9 1.5

    Madre de Dios 27.1 30.8 21.8 5.3 0.4 0.4

    Tacna 24.7 30.3 19.8 4.9 1.4 1.0

    Hunuco 78.3 75.8 74.6 3.7 1.7 2.8

    Ica 27.3 23.9 23.8 3.5 3.6 2.5

    Cusco 53.1 55.6 49.9 3.2 2.5 4.5

    Lambayeque 43.6 44.0 41.1 2.5 3.6 4.2

    Cajamarca 66.2 68.8 63.8 2.4 3.2 5.2

    Ucayali 56.3 53.1 54.0 2.3 1.2 1.5

    La Libertad 48.5 43.0 46.5 2.0 5.6 5.9

    Puno 78.3 75.2 76.3 2.0 1.7 4.8Loreto 66.9 71.5 66.3 0.6 3.2 3.4

    Junin 49.6 56.0 49.9 -0.3 3.6 4.2

    San Martn 51.9 54.1 54.3 -2.4 1.6 2.6

    Huancavelica 84.8 90.3 88.7 -3.9 0.6 1.7

    Pasco 65.7 72.9 71.2 -5.5 1.2 1.0

    Apurimac 65.2 73.5 74.8 -9.6 0.5 1.6

    Ayacucho 65.9 77.3 78.4 -12.5 0.8 2.4

    Total 48.6 48.7 44.5 4.1 100.0 100.0

    *Para el ao 2005Fuente: INEI

    Cuadro 3: Tasa de pobrezadepartamental y nacional (%)

    Ambitosgeogrficos

    2004 2005 2006

    Total 48,6 48,7 44,5

    Area de residencia

    Urbana 37,1 36,8 31,2

    Rural 69,8 70,9 69,3

    Regiones naturales

    Costa 35,1 34,2 28,7

    Sierra 64,7 65,6 63,4

    Selva 57,7 60,3 56,6

    Dominios

    Cos ta urbana 37,1 32 ,2 29,9

    Costa rural 51,2 50,0 49,0

    Si er ra u rbana 44,8 44 ,4 40,2

    Sier ra rural 75,8 77,3 76,5

    Sel va u rbana 50,4 53 ,9 49,9

    Selva rural 63,8 65,6 62,3

    LimaMetropolitana

    30,9 32,6 24,2

    Fuente: INEI- Encuesta Nacional deHogares,2004-2006.

    Esperamos que esta cifra nohaya sido una confusin arit-mtico logartmica que lapluma presidencial trat deimponer la noche previa aldiscurso, y que, por el contra-rio, signifique un compromisocon la focalizacin de los pro-gramas sociales. Es decir, con

    la lucha contra la filtracin(30% de no-pobres son ayu-dados creyendo que s lo son)y la subcobertura (los pobresa los que no se ayuda).

    No obstante el pasado denuestro gobernante, hoy exis-ten iniciativas que hacenpensar que lo segundo es po-sible. As, se ponen en prc-tica iniciativas como la delSistema de Focalizacin deHogares (SISFOH)3y Juntos,aunque, por otro lado, el ma-nejo de las cifras de pobrezay su interpretacin merecenun comentario aparte.

    SISFOH pretende ubicar lapobreza urbana, tomando encuenta las caractersticas dela vivienda, el gasto en ser-vicios, y las caractersticasde los miembros de la fami-lia (incapacitados y otros).El programa empez en ju-

    2MMM 2008-2011, p 17. Aprobado en sesin de Consejo de Ministros del 30 de mayo de 2007.3SISFOH fue iniciativa de la Comisin Interministerial de Asuntos Sociales (CIAS), de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM),que vio la luz como Decreto Supremo en el 2004, pero recin empieza a funcionar.4 http://www.inei.gob.pe/web/BoletinFlotante.asp?file=7008.pdf

    te pasando de 69,8% en el2004 a 69,3% en el 2006, esdecir 0,5 puntos porcentua-les menos. El INEI rescataeste resultado, pues, en suspalabras, Este hecho es muyimportante, en tanto denotala no agravacin de la situa-cin de pobreza que existeen la sierra especialmente enlas reas rurales, a pesar delos altos niveles de pobrezaexistentes.

    Desde nuestro punto de vis-ta, no resulta claro cmo es

    PIB per cpita del Per

    Proyecciones del Marco Macroeconmico Multianual 2008-2010Ministerio de Economa.

    0

    0.5

    1

    1.5

    2

    2.5

    3

    3.5

    4

    4.5

    5

    2007 2008 2009 2010

    PIBper cpita

    Grfico 2

    uente: Marco Macroeconmico Multianual.laboracin: PLADES

  • 7/25/2019 REVISTA PLADES

    15/21

    trabajo &desarrollo

    29

    trabajo &desarrollo

    Grfico 4: Opinin de la poblacin peruanarespecto a los principales problemas del pas

    Fuente: Apoyo Opinin y Mercado.

    Crecimiento

    Bajo la mirada econmica, es la abre-viacin de Crecimiento econmico. Elcrecimiento econmico es el aumen-to de la cantidad de bienes, la rentao el valor de bienes y servicios produ-cidos por un pas (una economa). Entrminos ms especializados, es elaumento del potencial productivo (esdecir, la produccin en pleno em-pleo, ms que el crecimiento de lademanda agregada).

    En trminos generales el crecimientoeconmico se refiere al incrementode ciertos indicadores, como el dela produccin de bienes y servicios,el de consumo de energa, el ahorro,la inversin, la balanza comercial, elconsumo de caloras per cpita, etc.El mejoramiento de stos indicadoresdebera llevar tericamente a un alzaen los estndares de vida de la pobla-

    cin (bienestar o calidad de vida).Habitualmente se ha medido el creci-miento como la variacin porcentualdel Producto Interno Bruto real (sedenomina real para excluir el efec-to de la inflacin). De esta manera, elcrecimiento econmico se ha consi-derado deseable, porque guarda unacierta relacin con la cantidad de bie-nes materiales disponibles y con ello,con la posibilidad de mejores nivelesde vida de las personas (bienestar).

    Crecer no siempre es bueno. Unade las razones es que al medir el au-mento en los bienes que produce unaeconoma, se est midiendo lo que seconsume, es decir, lo que se gasta, yesto es un tremendo problema si esque nos damos cuenta que en algu-nos pases lo que se gasta una vez, yano se puede hacer de nuevo fcilmen-te (es no renovable).2

    Cabe sealar que las teoras del cre-cimiento son diferentes de las teorasdel desarrollo econmico. Las teorasdel crecimiento tratan de analizar lasrazones y los factores que determinanel crecimiento del producto y la ren-ta en una economa. El modelo tie-

    ne generalmente como ejemplo unaeconoma cerrada, es decir, sin teneren cuenta el efecto positivo o nega-tivo que pueda tener la existencia deotras economas de otros pases. Lasteoras econmicas del desarrollo,por el contrario, tratan de analizar lasposibilidades de crecimiento de lospases pobres en un mundo en el que

    ya existen pases ricos. Es decir, sonmodelos de economas abiertas, mscomplejos, en los que se tienen encuenta muchos ms factores.

    2Como muchas materias primas y re-servas geolgicas

    que reducir la pobreza rural0.5% es importante, sobretodo teniendo en cuenta quela sierra rural aumenta sunivel de pobreza, y con ella,la de seis provincias (Junn,San Martn, Huancavelica,Pasco, Apurmac y Ayacucho)(Cuadros 2 y 3). Ms preocu-pante an es observar comoha aumentado en 0.3% la po-breza extrema en la zona ru-ral; lo mismo que en la selvay en la sierra (Cuadro 4).

    Cuadro 4: Per: Incidenciade la pobreza extrema,segn mbitos geogrficos,

    2004-2006 (Porcentaje)

    Ambitosgeogrficos

    2004 2005 2006

    Total 17,1 17,4 16,1

    Area de residencia

    Urbana 6,5 6,3 4,9

    Rural 36,8 37,9 37,1

    Regiones naturales

    Costa 4,0 3,8 3,0

    Sierra 33,2 34,1 33,4

    Selva 25,0 25,5 21,6

    Dominios

    Costa urbana 5,6 4,0 3,0

    Costa rural 13,8 13,4 14,4

    S ier ra u rbana 13,6 11,6 10,3

    Sierra rural 44,0 46,6 46,5

    Sel va u rbana 18,7 22,5 18,1

    Selva rural 30,4 28,0 24,6

    LimaMetropolitana

    1,3 2,0 0,9

    Fuente: INEI- Encuesta Nacional de hog-ares,2004-2006.

    Adems, es tambin preocu-pante que no se diga muchorespecto de la brecha y la se-veridad, que son datos queslo se muestran en el anexodel documento.

    La brecha presenta la dife-rencia porcentual promedioentre la lnea de pobreza y

    los gastos efectivos de lospobres. Es decir, es un indi-cador de la distancia prome-dio entre el gasto de los po-bres y el costo de l a canastanormativa o lnea de pobrezarespecto a la poblacin total.

    Con este indicador se sabe

    qu tan pobres son los pobres,

    pues un porcentaje alto indica

    que a los pobres les hace falta

    aumentar mucho sus ingresos

    y gastos para poder salir de la

    pobreza (Cuadro 5).

    Cuadro 5: Per: Brecha de lapobreza total, 2004-2006

    Ambitosgeogrficos

    2004 2005 2006

    Total 16,2 16,6 15,1

    Area de residencia

    Urbana 10,6 10,6 8,7

    Rural 26,6 27,7 27,0

    Regiones naturales

    Costa 9,2 9,0 7,2

    Sierra 25,2 26,2 25,5

    Selva 19,4 20,4 18,3

    Dominios

    Costa urbana 10,1 8,4 7,8

    Costa rural 15,5 14,7 14,4

    S ier ra urbana 15 ,4 15,1 13,5

    Sierra rural 30,6 32,4 32,2

    Selva u rbana 16,5 18,2 16,3

    Selva rural 21,9 22,2 20,0

    LimaMetropolitana

    7,5 8,4 5,5

    Fuente: INEI- Encuesta Nacional de

    Hogares, 2004-2006.

    Al mismo tiempo, la severi-dad (calculada como la bre-cha al cuadrado) de la pobre-za es un indicador que mues-tra la situacin relativa de losms pobres respecto a la delos menos pobres. Es decir,indica cunta desigualdadhay entre los pobres. Este in-dicador es un promedio de laintensidad de la pobreza que

    se obtiene dando un pesomayor al dficit de los mspobres. (Cuadro 6)

    Cuadro 6: Per: Severidad dela pobreza total, 2004-2006

    Ambitosgeogrficos

    2004 2005 2006

    Total 7,4 7,6 7,0

    Area de residencia

    Urbana 4,3 4,3 3,5

    Rural 13,1 13,9 13,5

    Regiones naturales

    Costa 3,5 3,4 2,6

    Sierra 12,5 13,3 13,0

    Selva 8,7 9,1 8,0

    Dominios

    Costa urbana 4,0 3,1 2,9

    Costa rural 6,6 5,9 6,0

    Sierra urbana 7,2 6,8 6,2

    Sierra rural 15,4 16,9 16,8

    Selva urbana 7,0 8,1 7,2

    Selva rural 10,1 10,0 8,7

    LimaMetropolitana

    2,6 3,1 1,8

    Fuente: INEI- Encuesta Nacional deHogares 2004-2006.

    De lo observado, ni la brecha