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Revista venezolana editada por el Centro Nacional de Historia, dedicada a la difusión de temas históricos.

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CONTENIDOS

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EDITORIAL

PÁG. 02

EFEMÉRIDES

PÁG. 03

MUNDO INDÍGENA

Los caños perdidos de la nación WaraoUn ecocidio en nombre del “progreso”

PÁG. 06

HISTORIADORES DE VENEZUELA

Enrique Bernardo NúñezLa causa de Venezuela

PÁG. 12

LUGAR DE MEMORIA

La cuadra de BolívarAntecedente del 19 de abril de 1810

PÁG. 15

NUESTRAMÉRICA

Francisco Morazán:una esperanza de unidadcentroamericana PÁG. 16

ENTREVISTA

La actualidad del historiador críticoEntrevista a Carlos Aguirre Rojas

PÁG. 24

HISTORIAS LOCALES

Los llaneros de Venezuelapor Richard VowellPÁG. 28

HISTORIA DE LA CULTURA

El sonoro latido de la resistenciaLos tambores: Herencia africana

en tierras americanas

PÁG. 34

CONQUISTA Y COLONIA

Cimarroneras y rebeliones negras en laVenezuela colonial Los refugios secretos de la libertad

PÁG. 38

HISTORIAS INSURGENTES

La rebelión del Negro MiguelPÁG. 52

INDEPENDENCIA

José Leonardo Chirino y la insurrección de Coroen 1795PÁG. 56

NOTICIAS

PÁG. 62

LA HISTORIA EN LIBROS

PÁG. 64

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o está descaminadoquien afirme que lahistoria escrita deVenezuela se ha plan-tado sobre la base de

la privanza de un grupo reduci-do de protagonistas en detri-mento de la presencia de lasmultitudes. Así, el discurso his-tórico ha reproducido, a vecesde modo deliberado, la estratifi-cación de un orden social basa-do en la desigualdad, otorgandomayor importancia al papeljugado por los grupos colocadosen lo más encumbrado del esca-lafón social y relegando con elloel rol de quienes figuraban en elfondo de la estructura de lasociedad venezolana.

Consecuentes con el principiode coadyuvar con la formación deuna historia asentada en el prota-gonismo colectivo, cimiento indis-pensable para la edificación deuna nueva conciencia social y polí-tica, el equipo de Memorias deVenezuela ofrece en esta oportuni-dad un número cuyo contenidoestá volcado mayormente a rese-ñar la presencia de la huella africa-na en la fragua de la sociedadvenezolana. Para ello hemos hechoun cuidadoso repaso de las contri-buciones de algunas de las cultu-ras africanas en Venezuela, asícomo de varios de los episodios en

los que se puso de manifiesto elanhelo de libertad de quienes per-manecían sojuzgados bajo el yugode la esclavitud. Todo ello, sin dejarde lado los pormenores de los mal-tratos sufridos por quienes vivieronla vida bajo la ignominiosa condi-ción de esclavos. Con este esfuer-zo damos continuidad a una preo-cupación expresada mediantediversos reportajes sobre el asuntopublicados en nuestros númerosanteriores.

Del mismo modo, como traba-jos gruesos, ofrecemos unaentrevista con el imprescindiblehistoriador mexicano CarlosAguirre Rojas, una breve reseñasobre la vida y la obra de EnriqueBernardo Núñez, nombre indis-pensable de las letras de laVenezuela del siglo XX, y un deta-llado trabajo sobre los caños per-didos de la nación Warao comomuestra de los estragos del pro-greso sobre el hábitat de nues-tros indígenas.

También podrán encontrarnuestros lectores un reportajesobre Francisco Morazán y lasesperanzas frustradas de unidadcentroamericana, y una cronolo-gía detallada de los intentos deunión de esa porción del conti-nente posteriores a los tiemposde la independencia.

Los que hacemos posible la cir-culación de este esfuerzo estamosconvencidos de su pertinencia.

Una de las prédicas más recurren-tes de quienes adversan el procesode cambios democráticos que viveVenezuela, estriba en señalar algobierno nacional como propaladorde una visión torcida de nuestrahistoria nacional. Esta queja se hahecho recurrente entre portavocesde ocasión y columnistas de oficio,sin que sus afirmaciones encuen-tren asidero más allá de sus posi-ciones políticas. Desde esta tribu-na invitamos a revisar con deteni-miento su contenido para que nosseñalen en qué parte de él se tuer-ce, omite, mal interpreta o tergiver-sa nuestro pasado. Todas y cadauna de las informaciones que seofrecen en Memorias de Venezuela,han sido procesadas por un equiposolvente de investigación que seaproxima al ayer bajo los paráme-tros de la ciencia histórica, sinmenoscabo del cuidado que sedebe poner al estilo en procura deuna comprensión cabal de lasinformaciones e interpretacionesque ofrecemos a nuestros lectores.Sin más, esperamos que estanueva entrega sea del disfrute detodas y todos nuestros consecuen-tes seguidores.

MEMORIAS de Venezuela Nº 9 junio 2009CENTRO NACIONAL DE HISTORIA / PRESIDENTE Arístides Medina Rubio CONSEJO EDITORIAL Arístides Medina Rubio / Carmen Bohórquez / Pedro Calzadilla /

Luis Felipe Pellicer / Enrique Nóbrega / Lionel Muñoz Paz / J.A. Calzadilla Arreaza COORDINACIÓN EDITORIAL y REDACCIÓN Lionel Muñoz Paz

COORDINACIÓN DE INVESTIGACIÓN Lionel Muñoz Paz ASISTENTE EDITORIAL Rosanna Álvarez / Osmán Hernández ASISTENTE DE INVESTIGACIÓN Diana Pérez

EQUIPO DE INVESTIGACIÓN Y REDACCIÓN Rocío Castellanos / Diana Pérez Mendoza / Alejandro López / Joselin Gómez / Carlos Alfredo Marín / Mireya Dávila / Eileen Bolívar /

Simón Sánchez / Andreína Bravo / Lorena González / Ivo Castillo EQUIPO DE ICONOGRAFÍA Rosanna Álvarez / Osmán Hernández / Freisy González / Aaron Lares

FOTOGRAFÍA Alejandro González EQUIPO DE APOYO Rosángel Aguirre / Lucy Morán / Yoleidy Morillo / Cristel Romero / Esthela Rincones / Manuel Capote / Jesús Camejo / Manuel Almeida /

Gema Sulbarán / Fernando Guevara / Johangel Hidalgo / Willmar Rodríguez / Luisángela Fernández / Karin Pestano / Jesús Peña ARTE y DISEÑO IDEOGRAF C.A. CORRECCIÓN Eduardo

Cobos IMPRESIÓN Fundación Imprenta de la Cultura ISSN 1856-8432 DEPÓSITO LEGAL Nº PP200702DC2753 CENTRO NACIONAL DE HISTORIA Final Avenida Panteón,

Foro Libertador, Edificio Archivo General de la Nación, PB / Tlf.: (0212) 509-58-26 / 24 CORREO ELECTRÓNICO [email protected] / memoriasdevene-

[email protected] PÁGINA WEB www.cenhisto.gob.ve

EDITORIAL

EN PORTADA César Rengifo. Los precursores (detalle). Mural de la Colección del Paseo Los Próceres. Fotografía: Alejandro González.

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EFEMÉRIDES

fines del siglo XVIII, lamonarquía españolasufría una de las peorescrisis en todos sus tiem-pos. El resquebrajamien-

to en la estructura social del conti-nente americano estaba latente entodas sus formas y la ruptura conel nexo colonial era inevitable.Continuos levantamientos, políti-cos y sociales, se desarrollaríanentonces en diversas regiones dela antigua Provincia de Venezuelacomo expresión de rechazo al sis-tema de opresión y como necesi-

dad de cambio para la liberación. Los africanos y sus descendien-

tes, serían uno de los grupos socia-les más afectados durante los tres-cientos años de dominación colo-nial. La desigualdad, los agravios yla violencia promovida por la feroci-dad del sistema esclavista, impulsóun proceso de descontento quetrajo como resultado fugas, moti-nes y numerosas sublevaciones.Movimientos que aspiraban la bús-queda de libertad y el reconoci-miento social como hombres ymujeres que dieron su vida por la

productividad y prosperidad delterritorio venezolano.

Es así como el 10 de mayo de1795, en una Hacienda de nom-bre Macanillas, en la Sierra deCoro, estalló un movimientoque buscaba soluciones palpa-bles para la igualdad social y laabolición definitiva de la escla-vitud. Una insurrección que,por su contenido socio-políti-co, se convirtió en la expre-sión popular más significati-vas para la implementaciónde una República a fines delsiglo XVIII. El zambo JoséLeonardo Chirino, hijo deesclavo, pero libre por sersu madre de origen indíge-na, sería el líder que enca-bezaría esta sublevación,la cual tenía como basa-mento los ideales promovi-

dos por los primeros movi-mientos insurreccionales ocurridosen la isla de Santo Domingo (Haití) ypor la Revolución francesa.

En el año 2005, como homenaje ala insurrección de mayo y de todasaquellas luchas de los afrovenezola-nos para erradicar definitivamenteese proceso de explotación y deexclusión social a lo largo de nuestrahistoria, el Estado venezolanodecretó el 10 de mayo de cada añocomo el día Nacional de laAfrovenezolanidad. Propuesta quebusca reivindicar la resistencia y dig-nidad de las y los africanos y susdescendientes en su lucha constan-te por la búsqueda de la libertad y la igualdad.

10 de mayo

DÍA NACIONAL DE LA AFROVENEZOLANIDAD

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aarrmmaass eenn ccaassoo ddee qquuee ttooddooss lloo hhaaggaann..

YYoo mmee hhaarréé mmoorriirr ccoonn llooss ppooccooss qquuee mmee

aaccoommppaaññaann ppoorrqquuee eess pprreeffeerriibbllee hhaacceerr--

nnooss mmoorriirr ccoommoo rreebbeellddeess yy nnoo vviivviirr

ccoommoo eessccllaavvooss......””.. Augusto Sandino,

Circular a las autoridades locales

de todos los departamentos. Yalí,

12 de mayo de 1927.

El revolucionario nicaragüense

Augusto César Sandino anuncia el

12 de mayo de 1927, mediante circular

nacional, su absoluta determinación

de continuar la lucha contra la inva-

sión de las tropas norteamericanas,

hasta lograr su retirada de Nicaragua.

“LLaa ffeelliicciiddaadd ccoonn qquuee ssee hhaa aabbiieerrttoo eessttaa

ccaammppaaññaa lliibbeerrttaaddoorraa,, nnooss hhaaccee eessppeerraarr

ccoonn mmuucchhoo ffuunnddaammeennttoo qquuee aapprrooxxiimmaa áá

ppaassoo rrááppiiddoo llaa lliibbeerrttaadd ddee ttooddaa

VVeenneezzuueellaa......””..

Santiago Mariño, 8 de mayo

de 1816.

Luego de 3 horas de combate en cos-

tas venezolanas, las fuerzas republi-

canas, bajo las órdenes del Almirante

Luis Brión, vencen el 2 de mayo

de 1816 a las fuerzas realistas, en la

batalla Naval de los Frailes.

““HHaassttaa eennttoonncceess,, eenn nniinnggúúnn ccaammppoo ddee

bbaattaallllaa vveenneezzoollaannoo ssee hhaabbííaa rreeuunniiddoo nnii

ttaannttoo nnúúmmeerroo ddee ssoollddaaddooss nnii ttaann eexxppeerr--

ttooss jjeeffeess””.. Rafael María Baralt.

El 28 de mayo de 1814, con la partici-

pación de Simón Bolívar, Rafael

Urdaneta, Santiago Mariño, José Félix

Ribas, Jacinto Lara y José Francisco

Bermúdez, los patriotas vencen a las

fuerzas realistas, en la primera batalla

de Carabobo.

““NNoo ppaassaarráá mmuucchhoo ttiieemmppoo ssiinn qquuee mmiiss

cceenniizzaass sseeaann hhoonnrraaddaass””..

José María España, Caracas,

8 de mayo de 1799.

En la Plaza Mayor, hoy Plaza Bolívar,

es ahorcado, el 8 de mayo de 1799,

el revolucionario José María España,

sentenciado por participar en el

movimiento mejor conocido como la

conspiración de Gual y España.

UN LLANERO CONTRA EL GOMECISMO

En Valle de la Pascua, estado Guárico,

muere el 19 de mayo de 1965, Emilio

Arévalo Cedeño, jefe guerrillero con-

tra el régimen de Juan Vicente Gómez

y fundador del Partido Revolucionario

de Venezuela (PRV)

LAS MUJERES FIGURAN

EN LA POLÍTICA VENEZOLANA

El presidente de Venezuela Isaías

Medina Angarita aprobó el 5 de mayo

de 1945 la reforma de la constitución

nacional, permitiendo el voto de la

mujer para la elección de los cargos

de los concejos municipales.

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LLaa vveerrddaadd eess mmuuyy oottrraa.. LLaa vveerrddaadd hhaayy

qquuee bbuussccaarrllaa eenn llooss iinntteerreesseess ffiinnaanncciiee--

rrooss ddee llaa ccoommppaaññííaa ffrruutteerraa yy eenn llooss ddee

llooss oottrrooss mmoonnooppoolliiooss nnoorrtteeaammeerriiccaannooss

qquuee hhaann iinnvveerrttiiddoo ggrraannddeess ccaappiittaalleess eenn

AAmméérriiccaa LLaattiinnaa,, tteemmiieennddoo qquuee eell eejjeemmpplloo

ddee GGuuaatteemmaallaa ssee pprrooppaagguuee aa llooss hheerrmmaa--

nnooss ppaaíísseess llaattiinnooaammeerriiccaannooss””..

Discurso del presidente

Jacobo Arbenz, 27 de junio de 1954.

Jacobo Arbenz Guzmán, presidente de

Guatemala, es derrocado el 27 de

junio de 1954, por un golpe de Estado

financiado y dirigido por la CIA y el

Departamento de Estado de los

Estados Unidos de Norteamérica.

Heroína y prisionera de la monarquíaEn la ciudad de Caracas, muere el 2 de

junio de 1866, a los 67 años de edad, la

heroína Luisa Cáceres de Arismendi,

quien se destacó como luchadora

incansable en la gesta independentis-

ta de Venezuela.

“PPaarreeccee qquuee ssii eell mmuunnddoo hhuubbiieessee ddee eellee--

ggiirr ssuu ccaappiittaall,, eell IIssttmmoo ddee PPaannaammáá sseerrííaa

sseeññaallaaddoo ppaarraa eessttee aauugguussttoo ddeessttiinnoo,,

ccoollooccaaddoo ccoommoo eessttáá eenn eell cceennttrroo ddeell

gglloobboo……””.. Simón Bolívar

Lima, 7 de diciembre de 1824.

Con la idea de conformar una confede-

ración de países latinoamericanos, se

instala el 22 de junio de 1826, el

Congreso Anfictiónico de Panamá con

la asistencia de Nueva Granada,

Venezuela, Ecuador, Guatemala,

México y Perú.

El primer terremoto de CaracasEn la mañana del 11 de junio de 1641,

un movimiento telúrico sacude el

territorio de la ciudad de Caracas. Se

conoce como el primer sismo registra-

do en la ciudad capital.

“LLaa iinnssttrruucccciióónn oobblliiggaattoorriiaa eess aaqquueellllaa

qquuee llaa lleeyy eexxiiggee aa ttooddooss llooss vveenneezzoollaannooss

ddee aammbbooss sseexxooss yy qquuee llooss ppooddeerreess

ppúúbblliiccooss eessttáánn eenn eell ddeebbeerr ddee ddaarr ggrraattuuii--

ttaa yy pprreeffeerreenntteemmeennttee””.. Artículo 2.

Decreto de Instrucción pública

y gratuita. 27 de junio de 1870.

El presidente Antonio Guzmán Blanco

dicta el 27 de junio de 1870 el decreto

de instrucción gratuita, pública

y obligatoria en el territorio nacional,

medida que junto a otros decretos

dio amplitud al campo de la educación

en Venezuela.

Lucha por la liberación nacionalEl gobierno del presidente Rómulo

Betancourt confronta, el 2 de junio

de 1962, una nueva insurrección

cívico-militar dirigida por capitanes

de la Base Naval de Puerto Cabello.

Este movimiento en contra de las

políticas del puntofijismo es conocido

como el porteñazo.

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15.000 ANTES DE NUESTRA ERA HASTA NUESTROS DÍAS EL TIEMPO PRIMIGENIO

MUNDO INDÍGENAA

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PERDIDOS DE LA NACIÓN WARAO

Un ecocidio en nombre del "progreso"

LOS CAÑOS

a tierra de los warao se extiende a lo largo deestrechas configuraciones geográficas que sedespliegan en franca conjunción con los afluen-tes del río Orinoco —Wirinoko en la voz warao—y el pequeño Amacuro, formando inmensos

caños que dejan correr sus aguas ampliamente confi-gurando el paisaje.

El warao se interna es esos caños con habilidad yconfianza, pues son parte de su modo de vida desdetiempos inmemoriales, cuando perseguidos por los fie-ros Caribes debieron adentrarse en espacios que lesprotegieran de los ataques, constituyendo el agua no sólo un refugio tierra adentro sino una fuente pri-mordial para el sistema de vida de este pueblo indíge-na venezolano.

El asentamiento de los warao se establece funda-mentalmente en el estado Delta Amacuro, aunque tam-bién se vinculan a los estados Monagas y Sucre, siem-pre teniendo como característica primordial su filia-ción cercana e imprescindible con el agua y todo lo queella les brinda. Según la información suminis-trada en la página electrónica del InstitutoNacional de Estadística la población totalde esta comunidad, en Delta Amacuro, esde 26.080 personas, lo cual se amplía sitomamos en cuenta aquellos que for-man parte de otras dependencias y losque moran en diferentes lugares de lageografía nacional.

El warao se interna en los numero-sos caños que constituyen el Deltadel Orinoco, en ramificaciones fluvia-les llamadas por ellos imujo, es decir,huesos, brazos, que se extiendendesde el río en amplio espacio donde

navegan, viven y comen. Sus viviendas también formanparte de esa filiación con el río. Palafitos llamadosjanoko son construidos con recursos provenientes de lanaturaleza que conforma el entorno; el mangle o“cachicamo” es la madera que sustenta la base princi-pal de estas casas, siendo el piso generalmente de“manaca” (Euterpe olivacea), mientras que la palma de“temiche” (Mancaria saccifera) cubría originalmente eltecho del hogar, aunque en la actualidad se ha vistosustituida por el zinc o materiales similares. El caseríowarao extiende su figura sobre las aguas del río. Decachicamo, salzafra o permanacillo es construida lacanoa llamada curiara, la misma que antiguamentecorría por los caños empujada por un remo hecho de lalarga vara extraída de cualquier árbol de madera dura ypoco pesada. Actualmente la curiara se sirve del motor,comprado por los warao en Puerto Ordaz o Maturín, locual le confiere mayor rapidez en el andar. Del aguatambién se obtiene el alimento principal de los warao,peces como el “morocoto”, enorme por su tamaño, el“laulau” y la “curbinata”, entre otros tantos, son atra-pados con guaral y anzuelo, empalizadas, boyas, varillao haciendo trampas entre los morichales.

El árbol de la vidaUno de los elementos más significativos entre el pueblowarao es el moriche (Mauritia flexuosa), que le propor-ciona alimento a toda la familia, sirve para preparativoscurativos utilizados en la medicina tradicional, y ade-más es uno de los principales materiales usados en laelaboración de la tan rica cestería, característica deesta comunidad originaria venezolana. Del tronco delas palmas de moriche que no tienen fruto, los waraoextraen la fécula, y mediante un proceso de extracciónde almidón se elabora la yuruma, que es la harina con

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L> El palafito, la curiara y el caserío warao, según grabados del siglo XIX.

D´Orbigny. Viaje pintoresco a las dos Américas, Asia y África. Barcelona, 1842. Colección Libros Raros de la Biblioteca Nacional. 2) y 3) Jules Crevaux. Voyage Dans l´Amerique du sud. París, Hatchette, 1883. Colección Libros Raros de la Biblioteca Nacional.

> Flecha y arpón de pesca utilizados por los warao, pertenecientes a la Colección Etnográfica del Museo de Ciencias.

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> Los indígenas warao continúan reproduciendo suforma de vida y de resistenciacultural, pese a los embates que han sufrido en sus territoriosy medios de subsistencia.

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la que realizan gran parte de su comida. Ya que consti-tuye el soporte fundamental de la comunidad, la palmade moriche es considerada por los warao como el“árbol de la vida”.

En la parte interna del tronco de moriche se produceel palmito, muy cotizado en las culturas occidentales.De este árbol también se toma la madera para fabricarla curiara y el janoko, además de instrumentos para lacaza y la pesca. Tomando en cuenta que su fibra es muyresistente, se utiliza ésta para la creación de chincho-rros, alpargatas, cestas y diferentes prendas de vestir.Además, los gusanos que se crían dentro del tronco delmoriche forman un plato exquisito dentro de la dietadel pueblo warao.

La voz de los ancestros retumba entre los cañosLas prácticas rituales y ceremoniales de los Warao,según lo supone Juan Lavandero en su libro Noara yotros rituales, podrían haberse originado “en el senti-miento de impotencia ante las enfermedades, el peligroy la muerte”. Aunque el warao tradicional tambiénconoce el poder curativo que brinda la naturaleza, y encaso de enfermedades el chamán se encarga de dirigirtoda su fuerza al restablecimiento de la salud. La sabi-duría tradicional es transmitida oralmente de genera-ción en generación, dentro de la cual las enseñanzassobre botánica, zoología y rituales de curación tienenuna suprema significación.

Los ritos, mitos y leyendas han trascendido las fron-teras del tiempo por medio de la tradición oral, transmi-tida en voz de los ancianos y ancianas, quienes hanrealzado en su propio idioma (el warao) la maravillosacosmovisión del indígena, donde la creación, el modode vida, el origen de animales, plantas y personas,constituyen un mundo donde la voz de los espíritus esfuente esencial para dar respuesta a las interrogantesuniversales. Allí las danzas, la música y las manifesta-ciones ceremoniales expresan el sentir de los warao enconjunción con su entorno.

La arremetida de la tierraDurante la presidencia de Raúl Leoni (1964-1969) laCorporación Venezolana de Guayana (CVG), empresadel Estado venezolano, llevó a cabo la estructuraciónde un muro de contención, la construcción de inmen-sas compuertas que impedían la salida natural de lasaguas, una carretera hacia Tucupita y el eventual cierredel Caño Manamo, que era en ese entonces un afluen-te primordial para la navegación, alimentación y vidade una gran cantidad de elementos naturales, animalesy vegetales, además de personas pertenecientes alpueblo warao.

Río Grande, Macareo y Manamo, como las trescorrientes principales desde las que el inmenso ríoOrinoco llega al Mar Atlántico, se vieron afectados porla puesta en marcha de este proyecto que concluyó conel cierre del Caño Manamo, el cual se encuentra estra-tégicamente ubicado al borde izquierdo de la ciudad deTucupita, capital del estado Delta Amacuro. Esta situa-ción traería consigo una serie de consecuencias nefas-tas materializadas en nombre del “desarrollo indus-trial” y el “mejoramiento” de la región.

El cierre del Caño Manamo ciertamente trae comoganancia para Tucupita el poder contar con accesopor vía terrestre, lo cualaumenta el nivel de inter-cambio de los habitan-tes de esta ciudadcon el resto del país.No obstante, se haproducido una seriede consecuencias ad-versas: la hidrografíadel terreno se comien-za a ver afectada, acarreando la inun-dación de terrenos cose-chables y la sequía delos no aptos.

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LOS CAÑOS PERDIDOS DE LA NACIÓN WARAO

La sabiduría tradicional es transmitida oralmente de generación

en generación, dentro de la cual las enseñanzas sobre botánica,

zoología y rituales de curación tienen una suprema significación.

> Joven warao. Grabado del siglo XIX.

Colección Etnográfica del Museo de Ciencias.

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Por su parte, el volumen del Caño Manamo se hareducido en un 80%, disminuyendo la salida de lasaguas fluviales y provocando de esta manera lasalinización de los suelos, trayendo, por consi-guiente, un cambio sustancial tanto en la floracomo en la fauna. Muchos animales mueren. Otrosemigran. Decenas de plantas desaparecen parasiempre. Cientos de warao se ven en la necesidadde abandonar sus tierras emigrando a lugares yrealidades inciertas, miles mueren al quedar atra-pados en sus propias casas, pues la merma de lasaguas del caño torna imposible la navegación delas curiaras, único modo de transportarse a otras

zonas. Aunado a esto, el estancamiento de lasaguas trae consigo enfermedades cutáneas y respi-ratorias que en la mayoría de los casos tiene comoconsecuencia la muerte de los indígenas.

Esta situación sigue trayendo actualmente otrosproblemas: los indígenas habitantes de los cañosmenores, al ver cada día disminuidas sus posibilida-des alimenticias y de salubridad, emigran a lugarescomo San Félix, Caracas, Valencia, Ciudad Bolívar,además de otras zonas del país, dejando atrás suhábitat natural, su modo de vida autóctono, obliga-dos a vivir en mendicidad, inmersos en una crecien-te depresión económica.

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Los mitos warao reflejan su hábitat, su paisaje, su entorno, su cosmogonía.

Hablan de los antepasados, sus orígenes en la geografía, junto con las otras vidas

de animales y plantas, constantes acompañantes de los warao.

> Indígenas warao en su vivienda según grabado tomado de Jules Crevaux. Voyage Dans l´Amerique du sud. París, Hatchette, 1883. Colección Libros Raros de la Biblioteca Nacional.

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Una cultura enriquecida por los dioses

“En tiempos muy remotos, los warao no vivíamos en esta tierra. Aquí no había ningún warao. Nuestros antepasados vivían sobre las nubes”.

Los mitos warao reflejan su hábitat, su paisaje, suentorno, su cosmogonía. Hablan de los antepasados,sus orígenes en la geografía, junto con las otras vidasde animales y plantas, constantes acompañantes delos warao, como parte de la ecología, el entorno y elcontexto.

El Padre Basilio de Barral, en su libro Los indios gua-raúnos y su cancionero. Historia, religión y alma lírica,acota que existen antecedentes en cuanto a la toponi-mia establecida por los warao. En ella se pueden ubicardatos emanados de la etimología de lugares como laisla de Cuba, siendo extensivos a otros territorios comoPuerto Rico, Brasil y Colombia, por sólo citar algunos.“En Cuba tenemos como toponímicos guarao el propionombre de la isla, Cuba (de kubá, herir, pelear), que sig-nifica arma; Habana (de jawana, objeto que causatemor), Sagua, Caiguanabo, Camujiro, etc. En PuertoRico: Guabato, Guaba, Guanika, Guanajibo. Y es guaraú-no el término dujo, tan empleado en la isla para designarlos asientos o poyetes que hay en los caminos. En la

República Dominicana: Macao, Soana, Mana, Samana,Bajoruco, etc. En Brasil: Guana, Guajajara, Jeico, etc. EnColombia: Dagua, Curaray, Mokoa, Inirida, etc. EnBolivia: Guarajo, Guana, Abuná, Tata, Sabaya, Domu,Ibari, Sakaba, Corocoro, Oruro, etc. De los toponímicosinnúmeros que hay en Venezuela fuera del Delta, sólocitaré dos: Güiria y Guaira (La Guaira)”.

El misionero apunta además que los antecesores deeste pueblo fueron pobladores de las Antillas y “unaparte considerable del área continental americana”,donde la raíz taína (también enlazada con el idioma) esbastante posible.

En 1499 el colonizador español Alonso de Ojeda setopó con el espectáculo visual de la desembocaduradel río Orinoco. Un año más tarde Vicente YáñezPinzón se encontraría con el Delta. Posteriormente, en1532, Diego de Ordaz remontará el río Orinoco llegandohasta su unión con el río Meta. En el año 1682 se fundala primera Misión Jesuita en el Delta, siendo el PadreJoseph Gumilla, en el siglo XVIII, el primer hombre del“Viejo Mundo” que se dedica a describir lo que haobservado sobre la cultura warao y quien además bos-quejará en 1732 un documento cartográfico de la zonadeltana, escribiendo El Orinoco Ilustrado, texto quedescribe sus impresiones sobre la vida warao y la inci-dencia de los productos de la naturaleza en la culturageneral de dicho pueblo.

La cercanía que tiene el paisaje con el ser humano,donde la memoria se fija tanto en lo que ha sido palpa-do, olido, observado, como en lo que va más allá de loque se puede inscribir en las letras que sustentanmeras teorías, “el paisaje, la palabra, la fisonomía”, serevitalizan en el presente porque forman parte de cadasustancia divina que genera la formación del ser huma-no. La geografía del Delta se extiende más allá de lasaguas del río Orinoco —Wirinoko, dicen los viejoswarao. Los caños maravillan los ojos espectadores quese enclavan en majestuoso y perpetuo vaivén, comohaciendo juego con el silencio y el movimiento incesan-te del río.

T E X T O : J E N N Y G O N Z Á L E Z M U Ñ O Z

P A R A S E G U I R L E Y E N D O . . .

Basilio Barral. Los indios guaraúnos y su cancionero.Historia, religión y alma lírica. Caracas, 1964.

Bernarda Escalante y Librado Moraleda. Narracioneswarao. Caracas, Fundación La Salle – Instituto Caribede Antropología y Sociología, 1992.

Juan Lavandero. Noara y otros rituales, Hermanosmenores capuchinos. Caracas, Universidad CatólicaAndrés Bello, 2000.

M U N D O I N D Í G E N A

LOS CAÑOS PERDIDOS DE LA NACIÓN WARAO

> Fotografía: Colección Ronny Velásquez

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HISTORIADORES DE VENEZUELA

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esentrañar desde el presente los nudos pro-pios del pasado y comprender, en su vasta dis-persión, la geografía histórica y cultural quenos solidifica como Nación dentro del devenir:éste sería, en pocas palabras, el norte intelec-

tual de Enrique Bernardo Núñez (1895-1964). Se le recuerda como escritor, novelista, periodista y

diplomático. En 1909, durante sus primeros estudios,fundó en su ciudad natal, Valencia (estado Carabobo), elperiódico Resonancia del Pasado. A sus 15 años se tras-lada a Caracas con el fin de dedicarse al periodismo; allíingresa en la Universidad Central de Venezuela, dondecursa Medicina y Derecho. Sin embargo, el periodismo yla literatura coparán totalmente el interés del jovenescritor. En 1918 obtendrá el premio en los “JuegosFlorales” con su ensayo titulado Bolívar orador; y publi-cará su primera novela: Sol interior, dándose a notardentro de la llamada Generación de 1918.

Desde 1919 la pluma de Enrique Bernardo Núñez seexpresará en distintos periódicos del país: El Imparcial,El Universal, El Heraldo, El Nuevo Diario, Heraldo deMargarita y El Nacional. Ejerció funciones dentro del

servicio diplomático desde 1928, llegando a ser, en 1938,Cónsul de Venezuela en Baltimore (E.E.U.U.). Paralela-mente, Núñez fue acercándose a la historia venezolanamediante el uso magistral de la ficción; de allí que se leconsidere, justamente, como uno de los primeros expo-nentes de la novela histórica hispanoamericana. Sal-drán por obra de este esfuerzo de síntesis: Después deAyacucho (1925), Cubagua (1931), La Galera de Tiberio(1938), El hombre de la levita gris (1943), Arístides Rojas,anticuario del Nuevo Mundo (1944) y La ciudad de lostechos rojos (1947). En dos oportunidades sería nom-brado cronista de la ciudad de Caracas, cargo que ejer-cería en los lapsos de 1945 a 1950 y de 1953 a 1964.

En Juicios sobre la historia de Venezuela, discursoleído el 24 de junio de 1948 en ocasión de su ingresocomo Individuo de Número en la Academia Nacionalde la Historia, Enrique Bernardo Núñez reclama a losestudiosos de la historia su verdadero compromiso:por una parte identificar, asumir y superar los malesque en ella se comprenden; y por otra, dar sentido alpresente mediante su comprensión y actualizaciónracional y emotiva.

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JU I C I O S S O B R E L A HI STO R I A D E VE N E Z U E L A

DISCURSO ANTE LA ACADEMIA NACIONAL DE LA HISTORIA (1948)E X T R A C T O S

[…] Vivimos una época de gran-des imperialismos y nuestro país hade librar una terrible batalla por suexistencia. Nuestro espíritu ha deestar tenso como el arco de loshabitantes primitivos. Por eso, estu-diar historia no significa en modoalguno apartarse de la lucha enbusca de temas para insustancialesdeclamaciones, sino acudir a ellaarmados de una razón poderosa. Essaturarse de la realidad que la hainspirado y ha de inspirarla en losucesivo. Y aunque se ha dicho —yasí puede comprobarse en nuestrosdías— que la historia de nada sirvea los pueblos en sus crisis, y es másnecesario a nuestro país hacer his-toria que escribirla, no podemosrenunciar a una herencia moral ymaterial. Un pueblo sin anales, sin

memoria del pasado sufre ya unaespecie de muerte. O viene a sercomo aquella tribu que sólo andabapor el agua para no dejar sus hue-llas. A pesar del número de sus cul-tivadores puede decirse que ignora-mos la propia historia. No de otromodo se explica la carencia de sen-tido histórico en nuestra políticaterritorial. Porciones de territorio, lamás preciada herencia, han pasadocon magnífica imprevisión a manosextrañas. Las relaciones entre hom-bre y naturaleza han sido másdesastrosas para ésta última. Porcarecer de una política fundada enla historia nuestro país no es hoy loque debía ser. Una nación es lo queson sus hechos, afirma Hegel en suIntroducción a la filosofía de laHistoria. Es lo permanente en lavida de los pueblos. Y ese territorionos dice cuáles han de ser nuestroshechos. La inmensa variedad de los

que pasan por el paisaje históricoen tan distintas épocas y las latitu-des, de tan diversos tipos y caracte-res, nos ofrece la experiencia acu-mulada de la humanidad. Tal expe-riencia nos revela la identidad delalma humana.

[…]Cuando estudiamos historiacomenzamos a comprender lo quepropiamente significa la causa deVenezuela. Esas palabras que amenudo se escriben o leen con indi-ferencia, como si carecieran de sen-tido, lo tienen, sin embargo, y hoycomo ayer es la causa única y ver-dadera de la historia nuestra. No envano, al recorrer los caminos deVenezuela, a veces bajo el más

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humilde techo, se oyen palabras queson eco vivo de historia. No historiaenteca o amañada, o cubierta deafeites, esas amaneradas exposicio-nes que suelen llamarse historia,historia escrita al detal, verdaderobaratillo de historia, sino esa otraque brota con la sangre misma delas entrañas de un pueblo. Y esacausa de Venezuela es la misma deAmérica. En el siglo pasado solíadecirse que nuestra historia noestaba escrita. Hay, en realidad, unahistoria no escrita, o que está porescribirse. Una historia sin mentali-dad colonial, aunque con ímpetucolonizador. En esa historia elOrinoco vendría a ser paraVenezuela como el Nilo para losegipcios, el don del río. Tal vezhallaríamos entonces sus fuentesremotas y desconocidas. El mismodébil trazado de la colonizaciónespañola que todavía mantiene susataduras sería apenas un accidenteentre nosotros y un pasado inme-morial. Al que escribe historia se leexige imparcialidad. Podrá serlo elque escribe de países, de hechos o

épocas remotas, o de las faccionesde su propia nación sin pertenecera ninguna. No así cuando se consi-dera la propia causa, el propio desti-no. La historia escrita por razasdominadoras será siempre distintaa la interpretación que puedan darlelos pueblos vencidos u oprimidos.Hemos de ser parciales por nuestropaís. Pero este propósito reclama almismo tiempo la mayor veracidad.La verdad, cuya madre es la historia,según Miguel de Cervantes, haceque siempre estén de su parte larazón y la justicia. Para los econo-mistas la historia sólo existe encifras. Los pueblos tienen fisono-mía, el carácter de sus produccio-nes. Para esta clase de historiado-res Venezuela no será hoy sino unpaís productor de petróleo. Pero lospueblos tienen otras razones másallá de contingencias económicas.Tras esa historia económica o de loseconomistas puede hallarse lapasión de un pueblo por su libertad.

[…] El observador superficial veráen nuestro siglo XIX una épocafecunda en tiranías que se sucedencon terrible fracaso. No lo que es,en realidad, la liquidación de laColonia y de su etapa final, la gue-rra a muerte. En medio de tantosdesastres e infortunios, los de aque-lla generación llegaron a pensar quela patria concluía en ellos. Pero estesiglo que se prolonga hasta nues-tros días despierta ya en nosotrosapasionado interés. Venezuelaheroica no está sólo en las batallasde la Independencia, sino tambiénen ese largo y oscuro combate quele sigue. Hoy como ayer se libra unabatalla entre el pasado y el futuro.Hoy como ayer se trata de la liber-tad. Pero la libertad no es la anar-quía. No es mortal disgregación. Lalibertad ha de tener un objetivo yuna conciencia para defenderla.Libertad es la conquista de la tierraabandonada. Es pan, campos labra-

dos, industria, arte, ciencias, traba-jo, desenvolvimiento de las faculta-des humanas, voluntad de vivir, pre-paración del futuro, lucha y conti-nuo deber. La libertad sólo puedeser obra de un pueblo, esa fuentemagnífica de historia. Miseria, igno-rancia y esclavitud, decían los hom-bres de 1811 cuando señalaban susmás obstinados enemigos. Todavíatales monstruos señorean en mediode nosotros, y el que los combaterealiza un acto de libertad.Poseemos todos los elementos quenecesitan los pueblos en su luchapor la existencia, sin disponer deninguno. Aquellos solitarios investi-gadores dispersos en ciudades yaldeas de Venezuela a fines del sigloXVIII, de cuyas vigilias nos llega unrumor de noches estrelladas, nohacían con sus rudimentarios traba-jos sino expresar un deseo de liber-tad. Lo es también la sed de vedadosconocimientos que se halla en elfondo de la Colonia. Bolívar hablóun día de vencer a la naturaleza. Sí,es preciso someter a la naturaleza.Esa victoria, que no significa des-trucción, requiere suma inmensa detrabajo y de ciencia. Así brillarán anuestros ojos las puertas delDorado. En los grandes combatesque han de librarse, mayores toda-vía que los de los siglos XVI y XIX, lacausa de Venezuela no puede estarsino al lado de la libertad. Ella escomo el árbol que cura las heridas.[…]

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P A R A S E G U I R L E Y E N D O . . .Roberto J. Lovera de Sola.

“Núñez, Enrique Bernardo”.Diccionario de Historia de Venezuela.Caracas, Fundación Polar, 1988.

Enrique Bernardo Núñez. Novelas y ensayos. Caracas,Biblioteca Ayacucho, 1976.

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ENRIQUE BERNARDO NÚÑEZ

> ENRIQUE BERNARDO NUÑEZ. La obra de este venezolano constituyeuna herramienta indispensable paraacercarse al análisis del acontecer his-tórico de la nación.

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a Finca El Palmito, hoyconocida como MuseoCuadra Bolívar, ubicadaen Quinta Crespo, fueconstruída entre 1786 y

1789 por iniciativa de Doña Maríade la Concepción Palacios, madrede Simón Bolívar, con el fin de convertirla en una casa de des-canso en las afueras de la ciudadde Caracas.

En 1808 la finca fue testigo de la crisis que vivía el régimen espa-ñol en América, corrían los tiem-

pos de la invasión francesa al territorio español y NapoleónBonaparte designó a su hermanoJosé como el nuevo monarca deEspaña. En tanto, la resistenciaespañola se agrupó en la JuntaSuprema de Sevilla para protegerlos derechos del rey Fernando VIIsobre la Península y sus coloniasespañolas en América.

En la actual Cuadra Bolívar sereunió un grupo de mantuanos paradiscutir la creación de una JuntaSuprema en Caracas, similar a la

instaurada en la Península, querigiera los destinos de la Provincia

de Venezueladurante la ausenciadel rey Fernando VII.No obstante, eljoven Simón Bolívardefendía la idea deromper en definitivalos nexos colonialescon España y cons-truir un gobierno autó-nomo protagonizadopor los americanos.

La Conspiración delos Mantuanos fueinmortalizada en undocumento fechado el24 de noviembre de1808, que evidencia labúsqueda de los man-tuanos por tener losmismos derechos políti-cos que los españolespara autogobernarse, en

consecuencia, la necesidad de conformar la Junta Supremade Caracas.

La Cuadra Bolívar se convirtióen el escenario antecedente de laemancipación venezolana de1810. En tanto, el lugar de lasreuniones clandestinas en contradel imperio español tuvo entresus protagonistas algunos perso-najes que participaron en el esta-blecimiento de la Junta de abrilde 1810; y, al mismo tiempo, elpropósito de conformar una juntasoberana en 1808, fue alcanzadodos años más tarde en la ciudadde Caracas.

LUGAR DE MEMORIA

La Cuadra BolívarAntecedente del 19 de abril de 1810

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“Las sociedades cambian difícilmente de parecer respecto de los hombres a quienes han conocido por la enseñanza de apasionados enemigos, y la verdad recobra entonces su puesto con una lentitud que es atormentadora a veces;pero al cabo se impone haciéndose respetar por medio del juicio sereno de la historia” .

Lorenzo Montúfar, Morazán, p.VI.

l 15 de septiembre de 1842 es una fecha particu-larmente importante para la historia deCentroamérica, en San José de Costa Rica seencontraba detenido José Francisco MorazánQuezada, prócer de la independencia de la

región, sobre quien pesaba una orden de fusilamiento.Le habían negado la posibilidad de un juicio justo dondepoder defender y aclarar sus acciones. Sin embargo, elparedón fue lo único que obtuvo como respuesta antesus súplicas. Después de haber escrito su testamento,fue llevado hacia la plaza de la prisión en compañía desu amigo el general Vicente Villaseñor, sentenciado tam-bién a muerte. Frente a un pelotón de soldados el mismoMorazán decidió dar la orden de disparo, sobre el sueloyacía Villaseñor, mientras el primero languidecía; unasegunda descarga cegó la vida del héroe hondureño. Erael fin de la unidad de las provincias centroamericanas.

Morazán y el federalismo en CentroaméricaEl testamento del prócer hondureño es una muestradesgarradora del afecto que profesaba por el ideal dealcanzar la conformación de una República Centroa-mericana (Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Hondu-ras y Nicaragua). No pocos eran los obstáculos a supe-rar en el interín. La dificultad tenía como antecedentetodo el proceso de aislamiento que sufrieron las provin-cias durante el período de colonización española y lahegemonía ejercida por el Reino de Guatemala y suposterior denominación como Capitanía General bajolas Reformas Borbónicas en siglo XVIII. La independen-cia de Centroamérica fue en 1821, unos años más tardeque la de sus pares suramericanos. Las élites habíandecidido acatar el llamado al constitucionalismo ejerci-do por las Juntas de Cádiz a partir de 1812, pronto sedieron cuenta que la situación era inestable y con elrestablecimiento de la monarquía absoluta en 1814 lasexpectativas de ingresar en calidad de igualdad conEspaña resultaba una empresa poco menos que impo-sible, aunado a la persecución y encarcelamiento delos propios centroamericanos liberales.

La independencia fue, en parte, un suceso promovi-do por los acontecimientos externos a la región. Lasituación en el Virreinato de Nueva España, y la posterior

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UNA ESPERANZA DE UNIDAD CENTROAMERICANA

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neutralización que hiciera Agustín Iturbide a la insu-rrección de independencia, impulsaron a los sectoresgobernantes a asumir posición. De esta manera,Centroamérica se subscribió a los puntos del Plan deIguala y pasó a formar parte de la Monarquía Constitu-cional de México. La anexión con los mexicanos fue decorta duración, en 1823 era apresado Agustín I y conde-nado a muerte. Ese mismo año, el Congreso reunido enGuatemala declaró la independencia absoluta bajo laorganización política federal, los principios constitu-cionales fueron Dios, unión y libertad. Los centroameri-canos tomaron en cuenta una serie de postuladosextraídos de la constitución norteamericana y la deCádiz, junto a elementos del pensamiento de la Ilustra-ción, era un orden liberal que aspiraba a una seculari-zación paulatina del Estado pero la situación de atrasoy la posición reaccionaria de la clase clerical y de gru-pos de familias económicas vieron en los cambios sudesplazamiento; antes de lo imaginado, la Confede-ración empezaba a mostrar signos separatistas. La dis-gregación no se debía tanto al clima político o a lasambiciones de los conservadores sino a un pensamien-to provinciano de todas las entidades que constituíanla federación, sumado a la ojeriza del grueso de lapoblación por las mejoras introducidas bajo los efectosdel pensamiento liberal y republicano, las cuales eranvistas como una suerte de herejía contra las tradicio-nes católicas. Por otra parte, los esfuerzos por esta-blecer un sistema federal chocaban casi de formanatural con las acciones del gobierno central: la situa-ción de aislamiento de las provincias, la despropor-ción demográfica entre un Estado y otro, las distan-

cias que había que recorrer junto a las difi-cultades de la geografía, entre otros, hacíandel ideal de unidad algo imposible. En 1825el Congreso había designado a Manuel JoséArce como Presidente, posteriormente sualianza con los conservadores guatemalte-cos daría inicio a la guerra civil que duródesde 1826 hasta 1829. El triunfo de losliberales bajo el mando del generalFrancisco Morazán a partir de ese añodaría pie a nuevos conflictos, sobre todopromovido por la situación económica,sumado al clima de desconfianza querecaía sobre los liberales. Entre las medi-das llevadas a cabo bajo la restitución

del poder federal se encuentran la expulsión del arzo-bispo de Guatemala, la expropiación de los bienes delas órdenes eclesiásticas, igualmente lo mismo sehizo con los bienes de los conservadores, o “serviles”,enemigos acérrimos de la Confederación. En 1830Morazán fue electo Presidente y su objetivo principalfue hacer efectivo el orden bajo la aplicación de laconstitución federal, pero la animadversión de losseparatistas siguió poniendo obstáculos para dichaconformación y las presiones que el Estado recibía deInglaterra y su representante Frederick Chatfield,debido a un empréstito solicitado bajo la presidencia

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> Plaza principal de la Antigua Guatemala según grabado del siglo XIX.

> JOSÉ CECILIO DEL VALLE.Compañero de Morazán y partidario de laUnión Centroamericana.

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de Arce, contribuyeron a la reanudación de los con-flictos. Durante este período el interés estuvo enfoca-do en el restablecimiento de los principios liberales yfederativos como medidas conducentes a mejorasorganizativas del Estado, sobre todo en el aspectojurídico y fiscal; este último produjo el rechazo de lasclases sociales hacia el régimen de gobernabilidad ypreparó el terreno para la insurrección. En efecto, lascargas impositivas hicieron que los grupos indígenasde Guatemala se alzaran contra la autoridad del en-tonces presidente del departamento Mariano Gálvez,y a partir de 1838 estalló un alzamiento liderado porRafael Carrera.

Otro aspecto importante fue la epidemia de cóleramorbus en la región que afectó en gran medida a lascomunidades del altiplano de Guatemala, crisis aprove-chada por las autoridades de la Iglesia para cundir elpánico difundiendo rumores sobre el envenenamientode las aguas por órdenes de las autoridades liberales,quienes habían establecido cordones sanitarios paracontrarrestar la propagación de la enfermedad. Portodo lo anterior, Centroamérica se vio envuelta en un

fanatismo a ultranza contra el Gobierno Federal; lapoblación interpretaba los acontecimientos como uncastigo divino por haber aceptado un gobierno queatentaba contra los intereses terrenales de la Iglesia.Los conservadores lograron controlar el movimiento yorientarlo hacia su causa. Para 1838 la situación de laRepública Federal se hacía insostenible, los conserva-dores de Guatemala, Honduras y Nicaragua habíanobtenido respaldo del grueso de los estratos inferioresy a principios de 1839 culminaba el período presidencialde Morazán. La disgregación era un hecho.

En 1842, Morazán reanuda acciones militares desdeCosta Rica para imponer el orden constitucional de lafederación, pero sus esfuerzos se vieron menoscaba-dos por las intrigas de los mismos habitantes de la pro-vincia hasta llegar a la traición y entregarlo a las auto-ridades insurreccionales. El 15 de septiembre de esemismo año, paradójicamente en el XXI aniversario dela declaración de independencia centroamericana, esfusilado Francisco Morazán y con él todas las esperan-zas de una unidad de los pueblos de la región bajo unsolo gobierno y un mismo esfuerzo. 21

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1792: Nace el 3 de octubre en laVilla de San Miguel de la ciudad deTegucigalpa (Honduras) FranciscoMorazán, hijo legítimo de donEusebio Morazán y Alemán y dedoña Guadalupe Quezada y Borjas.1821: Dentro del clima anexionis-ta al Plan de Iguala Morazán esdesignado con el cargo decapitán de milicias enTegucigalpa.1823: Tras la secesióncon México, Morazán par-ticipa en la comisión quedictaminó las bases del poderelectoral de la repúblicapara el establecimientode la unión deCentroamérica.

1824: El 28 de septiembreMorazán es designado SecretarioGeneral del departamento deHonduras, donde la presidenciaestaba a cargo de su tío Dionisio Herrera.1829: Luego de una serie de bata-llas exitosas comandadas por

Morazán, ahora como General de la Federación, culmina la guerra civil y se establecenen el poder los líderes del partido liberal. 1830: Es electo Presidente

de la República Federal deCentroamérica. Tuvo que

actuar como líder unio-nista mientras hacíamaromas para estable-

cer las reformasliberales, de acuer-do al espíritu de la Constituciónde 1824.

1839: La desintegración de laConfederación se hacía efectiva, elPartido Conservador había logradoimponerse y dirigir las revueltaspopulares de los estratos llanos de lasociedad, entre ellas la liderada porRafael Carrera.1842: Morazán invade desde elexilio a Costa Rica e intenta resta-blecer el orden federal, el 11 de sep-tiembre estalla un movimiento insu-rreccional en contra del General hon-dureño y es apresado y condenado amuerte, sentencia que se ejecutó enSan José el 15 de ese mismo mes.Paradójicamente, el fusilamiento deMorazán coincidía con el XXI ani-versario de la independencia centro-americana.

> ALGUNAS FECHAS IMPORTANTES DE LA VIDA Y ACCIÓNHISTÓRICA DE FRANCISCO MORAZÁN

San José: 15 de septiembre de 1842. Día del aniver-sario de la independenciacuya integridad he procurado mantener.

En el nombre del autordel universo en cuyareligión muero.

DECLARO: que todos losintereses que poseía,mios y de mi esposa loshe gastado en dar ungobierno de leyes aCosta Rica, lo mismoque diez y ocho milpesos y sus réditos, queadeudo al señor generalPedro Bermúdez.

DECLARO: que no hemerecido la muerte por-que no he cometido másfalta que dar libertad aCosta Rica y procurar lapaz a la república. Deconsiguiente, mi muertees un asesinato tantomás agravante cuantoque no se me ha juzgadoni oido. Yo no he hechomás que cumplir losmandatos de la Asamblea,en consonancia con misdeseos de reorganizar laRepública. Protesto quela reunión de soldadosque hoy ocasiona mimuerte, la he hecho úni-camente para defenderel departamento del

Guanacaste pertenecien-te al Estado, amenazadosegún las comunicacio-nes del comandante dedicho departamento, porfuerzas del estado deNicaragua. Que si hacabido en mis deseos elusar después, de algunasde esas fuerzas parapacificar la República,que sólo era tomando deaquellos que voluntaria-mente quisieran mar-char, porque jamás seemprende una obrasemejante con hombresforzados.

DECLARO: que al asesi-nato se ha unido la faltade palabra que me dio elcomisionado Espinach,de Cartago, de salvarmela vida.

DECLARO: que mi amora Centroamerica muereconmigo.

Excito a la juventud quees la llamada a dar vidaa este país que dejo consentimiento por quedaranarquizado, y deseoque imiten mi ejemplode morir con firmeza,antes que dejarlo aban-donado al desorden enque desgraciadamentehoy se encuentra.

DECLARO: que no tengoenemigos, ni el menorrencor llevo al sepulcrocontra mis asesinos, quelos perdono y deseo el

mayor bien posible.Muero con el sentimien-to de haber causadoalgunos males a mi país,aunque con el justodeseo de procurarle subien; y este sentimientose alimenta porquecuando había rectificadomis opiniones en políticaen la carrera de la revo-lución, y creía hacerle elbien que me había pro-metido para subsanar deeste modo aquellas fal-tas, se me quita la vidainjustamente.El desorden con queescribo, por no habérse-me dado más que treshoras de tiempo paramorir, me había hechoolvidar que tengo cuen-tas con la casa de Mr.M. Bennet de resultasdel corte de maderas enla costa del Norte, en lasque considero alcanzaruna cantidad de diez adoce mil pesos, que per-tenecen a mi mujer, enretribución de las pérdi-das que ha tenido en sus bienes pertenecien-tes a la Hacienda deJupuara, y que tengoademás otras deudasque no ignora el señorCruz Lozano.Quiero que este testa-mento se imprima en laparte que tiene relacióncon mi muerte y losnegocios públicos.

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> Tres horas antes de ser fusilado injustamente, Morazán escribió un testamento que ha pasado a la posteridad como un documento conmovedor; el texto dice in extenso:

> Mausoleo donde reposan los restos de Francisco Morazán.

La historia de Centroamérica durante el período dela Confederación es muy compleja, su contenido refle-ja las pugnas ideológicas entre liberales y conservado-res que tanto mantuvieron en jaque al continente engeneral. Dos visiones en franco antagonismo, dos mun-dos que aspiraban al poder y no reparaban mientespara lograr imponerse. En fin, era la apuesta del futuroy el progreso en el caso liberal, contra la placidez delorden y sostenimiento de las estructuras coloniales,representados estos últimos por los conservadores.Las medidas políticas aplicadas por los liberales, dondedestacan figuras como Mariano Gálvez, DionisioHerrera, José Cecilio del Valle y el mismo Morazán,entre otros, parecieran haber anticipado los malesmedulares de sus respectivos pueblos. La disgregaciónde Centroamérica fue un terrible peso en su historia y,a la vez, un impedimento para alcanzar su propia auto-determinación y desarrollo, aspectos caros a la hora derealizar una aproximación integral de esta pequeñapero grande porción del Continente Americano.

Reflexiones de una lastimosa desintegraciónLo que siguió a la desintegración de Centroamérica fueuna sucesiva cuenta de caudillismos y de intervencio-nes de Inglaterra y los Estados Unidos, junto a la con-solidación de sistemas oligárquicos locales. Las accio-nes del general Francisco Morazán motivan la reflexiónsobre el pasado de aquel territorio y su posterior de-senvolvimiento, sobre las consecuencias que produje-ron un estado cada vez más crítico de miseria y pobre-za, de guerras fratricidas y explotación de los recursosproductivos de la región en manos privadas y extranje-ras frente a la anuencia de gobiernos apartados de lospropósitos y principios democráticos. Toda una serie de

violencias y sufrimientos previstas por aquellos que seinspiraron en la unidad y fortalecimiento de los puebloscentroamericanos como único aval para afrontar lasadversidades de la posteridad, única salida políticaante la gravedad y crisis de la pobreza económica y lasambiciones creadas por intereses sectarios.

Es Centroamérica hoy día un lugar para la reflexiónhistórica, una plataforma para pensarnos como latino-americanos y, aún mejor, un lugar de posibles. Frente aun Rafael Carrera con todas sus características degobernante despótico y cruel resalta un FranciscoMorazán orgulloso y noble que prepara el terreno a finde garantizar la unidad como elemento de fuerza, deautodeterminación y esperanza. A nuestro juicio, elideal de confederación centroamericana se asemeja ala propuesta de Simón Bolívar de una Gran Colombia.Son, pues, Morazán y Bolívar figuras representativasde los procesos históricos decimonónicos y modelosclaves para la superación de las diferencias y dificulta-des que una historia segmentada en Estados-naciona-les pretende usufructuar para propósitos egoístas.Sólo una patria debemos conservar y defender: la GranPatria Latinoamericana.

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P A R A S E G U I R L E Y E N D O . . .

Chamorro, Pedro Joaquín, Historia de la Federaciónde la América Central (1823-1840). Madrid, EdicionesCultura Hispánica, 1951, pp. 644

Montúfar, Lorenzo, Morazán. Costa Rica, EditorialUniversitaria Centroamericana, 1970, 2da Edición,pp.174.

Pérez Brignoli, Héctor, Breve Historia deCentroamérica. Madrid, Alianza Editorial, 1985, pp.169.

La historia de Centroamérica durante el período de la Confederación

es muy compleja, su contenido refleja las pugnas ideológicas entre liberales

y conservadores que tanto mantuvieron en jaque al continente en general.

> Es Centroamérica hoy día un lugar para la reflexión histórica, una plataforma para pensarnos como latinoamericanos.

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1813 Bajo el influjo delas modernas formas deejercicio de la soberanía,se dio apertura a la forma-ción de dos diputacionesprovinciales en la ciudadde Guatemala y de León,en Nicaragua, lo que moti-vó la elección de consejosmunicipales en las ciuda-des más grandes.

1818 Fue nombradocomo Gobernador yCapitán General CarlosUrrutia y Montoya. Suadministración favorecióel comercio de los criollosindependentistas.

1820 Se proclama en laCapitanía la Constituciónespañola de 1812. A par-tir de este año, Centro-américa inicia junto aMéxico el camino por laIndependencia. Duranteeste mismo año hubo con-vocatoria de eleccionespara los ayuntamientos ydiputaciones provinciales.

1821 Como consecuenciade la aceptación que tuvoel Plan Iguala o también

llamado de las TresGarantías, propuesto porAgustín de Iturbide enMéxico, se inicia laIndependencia de Centroamérica.

1822 Los enfrentamien-tos bélicos se multiplicaronpor toda Centroamérica.México quería obligar pormedio de la guerra que seunieran a su territorio. ElSalvador, parte deNicaragua y Costa Ricafueron anexados a México.

1823 Agustín deIturbide, flamante empe-rador mexicano, fue derro-cado, por lo tanto,

Centroamérica decideindependizarse de Méxicoy España, y se fundan lasProvincias Unidas delCentro de América.México reconoce laIndependencia deCentroamérica en agostode ese mismo año.

1824 Se proclama laConstitución de lasProvincias Unidas. LaCarta Magna establecíauna federación con cincoestados autónomos conasambleas. Ese añoCentroamérica pierde elterritorio de Chiapas, elcual se incorpora definiti-vamente a México.Francisco Morazán esnombrado SecretarioGeneral del Gobierno.

1825 Después de efec-tuadas unas votaciones, que son calificadas comoamañadas, es nombradocomo Presidente de lasProvincias, Manuel José de Arce.

1827 Emerge FranciscoMorazán como la principalfigura militar liberal, pueslogra derrocar las fuerzasconservadoras en laBatalla de la Trinidad.

1828 Las tropas delgeneral Morazán han completado su reconquista

1570 Se conforma laCapitaníaGeneral deGuatemala, integrada por los territorios deGuatemala, Chiapas (quetras la Independencia seintegró a México), ElSalvador, Honduras,Nicaragua y Costa Rica.

1811 y 1818 fue administrada por José Bustamante yGuerra. Se declaró abiertoopositor al mandato de lasCortes de Cádiz y su cons-titucionalismo. Durante sugobierno se desarrollaroncuatro insurrecciones decorta duración.

1811 Ese año hubo variosalzamientos menores en San Salvador, (el Sal-vador), y en Granada, (Nicaragua), debido a rivalidades locales y a lamala gestión de algunosfuncionarios.

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to del fanatismo desatauna ola de violencia y páni-co. El descontento en eleste de Guatemala permiteque emerja un ladino comolíder contrario al gobiernoFederal llamado JoséRafael Carrera, quien enjunio presenta, con elapoyo de los conservadoresy la iglesia, sus demandasen un manifiesto.

1838 Logra ocupar laciudad de Guatemala obli-gando al gobernadorMariano Gálvez a renun-ciar. Durante este año, laguerra civil se intensificaconsiderablemente entre el gobierno y las tropaslideradas por RafaelCarrera. NicaraguaHonduras y Costa Ricadeclaran su Independenciade la Federación.

1839 Morazán se hacecon la presidencia de El Salvador. Al año esdepuesto por fuerzas con-servadoras y logra huir aPanamá junto con otrosoficiales. Guatemalaemprende el camino comoun Estado Independiente.

1842 Morazán depone aBraulio Carrillo de la presidencia de Costa Rica,pero el propósito de revita-lizar la Federación se esfuma con una rebeliónen su contra. El 15 de sep-tiembre, después de unrápido “juicio”, se lleva a cabo la ejecución de Francisco Morazán.

servadores. Morazán pier-de las elecciones frente aJosé del Valle, sin embar-go, este último muereantes de tomar posesión yla presidencia queda denuevo enmanos deFranciscoMorazán.

1835Revueltas yrebeliones cam-pesinas en contrade Morazán. Unade las principalescausas era el plande colonizaciónque se estabaimplementando, locual permite la entrada ylos títulos de propiedad dela tierra a ingleses enterritorios nacionales.

1837 La epidemia decólera morbus ataca lapoblación de la Federacióndesde Belice, abarcandotodo el este de Guatemala.La creciente desconfianzaal gobierno federal produc-

de Honduras, Nicaragua y El Salvador.

1829 Morazán invadeGuatemala y derroca al gobierno conservador.En reemplazo de ManuelJosé de Arce asume laPresidencia de lasProvincias Unidas JoséFrancisco Barrundia.

1830 La victoria en lasurnas eleva al cargo dePresidente a FranciscoMorazán.

1834 La capital de laFederación se traslada aSan Salvador por órdenesdel presidente FranciscoMorazán, con la intenciónde disminuir el peso políti-co de los conservadores enaquel territorio.Las elec-ciones presidenciales efec-tuadas en este año, termi-nan siendo perjudicialespara la figura de Morazánrespecto al grupo demoderados liberales y con-

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ENTREVISTAENTREVISTAC A R L O S A G U I R R E R O J A S

> En su estadía en Caracas, invitado por el CNH para dictar el seminario “Introduccióna la Microhistoria Italiana”, Carlos Aguirre Rojas (Ciudad de México, 1955), investiga-dor de la UNAM, insistió en lo imprescindible de examinar a fondo las conviccionesrelacionadas con el oficio de historiador. Sin lugar a dudas, Aguirre Rojas sabe de lo quehabla, porque se ha convertido en un gran divulgador y estudioso de las tendencias his-toriográficas actuales, las cuales han sido reseñadas en sus libros Antimanual del malhistoriador, La escuela de los Annales. Ayer, hoy, mañana. O bien en su acuciosopanorama Microhistoria italiana. Modo de empleo, editado por el CNH, y Chiapas,planeta tierra, estos últimos títulos bautizados en su visita.

El neozapatismo y los movimientos antisistémicos

En su libro Chiapas, planeta tierrapropone una reflexión “genuinamen-te crítica” ante la crisis mundial.¿Cómo se reconoce a un historiadorcrítico?Un punto de vista crítico seencuentra distanciado de los luga-res comunes, de las maneras habi-tuales de ver la historia, de ver losproblemas sociales. Pues cuandoinsisto en lo de “genuinamente crí-tica”, quiero decir que la visióntiene que apartarse de los discur-sos oficiales y de la versión bonitao tersa de los acontecimientos.Porque vivimos una crisis total delcapitalismo, que abarca aspectoseconómicos, ecológicos, políticos,culturales, o bien formas de rela-cionamiento social.

¿Cuál sería la salida de la crisis?Aquí subrayaría algo que a lomejor no es evidente. A veces,cuando la gente piensa en la his-toria, piensa que estudia sólo loshechos del pasado. Y creo quetodas las corrientes críticas y lascorrientes historiográficas impor-tantes de la segunda mitad delsiglo XIX hasta hoy, comenzandopor Marx y hasta la MicrohistoriaItaliana o la perspectiva deInmanuel Wallerstein de los siste-mas-mundo, insisten en que lahistoria es el pasado y el másabsoluto presente. Entonces,¿cuál sería la postura del historia-dor crítico frente a esta crisis ter-minal? Diría que hay que ser

capaz de ver los hechos actualesdesde una densa mirada histórica,para de esta manera diagnosticarla situación actual. Pero no sólohacer un diagnóstico, hay quehacer la denuncia sacando lasconclusiones que se derivan deesto. Es decir, el historiador tieneque pensar cómo se va a sustituireste sistema capitalista en crisis.

En este sentido, ¿es posible una des-trucción radical del capitalismo?Soy optimista y creo que sí. Sinembargo, lo hago pensando en laHistoria, pues nuestra mirada debeser de historiadores. Como profe-sionales hemos presenciado elespectáculo de civilizaciones mag-níficas y de construcciones verda-deramente fantásticas. Todas estascivilizaciones en un momento dadoagotaron su ciclo y llegaron a sufin. No veo por qué el capitalismo,que implicó progresos importantesy también enormes sufrimientos,tendría que ser eterno. Por ello, lapregunta sería: ¿estamos asistien-

do a ese fin histórico? Mi respues-ta o hipótesis es que sí.

Usted le ha dado mucha relevanciaal neozapatismo. ¿Esa sería una de las posibles soluciones para salirde la crisis del capitalismo?Antes advertiría que el neozapatis-mo forma parte de una familia másamplia dentro del contexto latinoa-mericano que llamaría movimien-tos antisistémicos, entre los cualesincluiría al movimiento de los SinTierra de Brasil, a ciertos sectoresdel movimiento piquetero enArgentina y a las comunidadesindígenas más de izquierda enEcuador y en Bolivia. Y por antisis-témicos quiero decir: los que deuna manera radical están luchandopor destruir el capitalismo.

En este caso, ¿cuál sería la estrategia política del movimien-to antisistémico?El punto es que estos movimientosnos demuestran cómo en la prácti-ca se están intentando construir 27

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“Como profesionales hemos presenciado el espectáculo de civilizaciones

magníficas y de construcciones verdaderamente fantásticas. Todas estas civili-

zaciones en un momento dado agotaron su ciclo y llegaron a su fin”.

> MovimientoNeozapatista que insur-gió en Chiapas el prime-ro de enero de 1994.

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cosas distintas al capitalismo y nosólo en el discurso teórico sino enlos hechos. Por ejemplo, enChiapas hay construcciones crea-das por los zapatistas, que se lla-man “los caracoles”. En estascomunidades las relaciones socia-les no son de orden capitalista. Asímismo, existen formas de comercioque son igualitarias y justas. Obien hay relaciones culturales enlas que no se hace esa distinciónabsurda entre alta y baja cultura.Igualmente, se han planteado for-mas políticas que se basan en loque denominan “la otra política”.Ellos están construyendo formasautónomas de autogobierno popu-lar. Porque en esos lugares quienrealmente manda es el pueblo.

¿Formas de socialización o de orga-nización que fueron cercenadas porla invasión española?No es así del todo. No es un movi-miento que está mirando a unpasado idílico o comunitario previoa la cultura española. Más bien, enestas comunidades hay un elemen-

to que durante quinientos añoslogró pervivir: resistieron con éxitoel proceso de imposición de losespañoles de ciertas formas políti-co-culturales. Pongo sólo un ejem-plo, los indígenas neozapatistassiempre se han negado a ver la tie-rra como una mercancía. Para ellosla tierra es la madre-tierra. Estoquiere decir, la fuente de la vida yde la propia comunidad.

La memoria, los pasados vencidos y la Microhistoria

El olvido ha sido una herramientamuy bien utilizada por los vencedo-res. ¿De qué se valdría este tipo dehistoria para contar su versión?Bueno, esa es una pregunta muyimportante, porque podríamos decirque muchos historiadores están alservicio de las clases dominantes, yéstas promueven una historia desdesu punto de vista. Los vencedoreshacen una historia en la cual todoconduce a que tenían que ganar, yese hecho sería el más justo. En

consecuencia, es lo mejor quepodría haberle pasado a unanación, a un pueblo, a un continen-te, a un planeta entero.

Ante este discurso triunfalista,¿desde qué punto de inflexión sesitúa el historiador crítico?Para poder construir la historia delos vencedores, hay que falsear loshechos históricos olvidando partesenteras, procesos completos,luchas importantes, gestas funda-mentales. Y con esto subrayar sola-mente el discurso terso, bonito yglorioso de la clase dominante. Sinduda, las clases dominantes entoda la historia de la humanidadhan hecho eso. Entonces, ¿cuál esel papel de los historiadores críti-cos?, ¿cuál es el papel de los movi-mientos sociales actuales?Recuperar una contramemoriapara que todas esas partes olvida-das sean restituidas. Porque elhecho de que una clase social seaderrotada en el combate social noquiere decir que desaparezca:sigue allí y permanece, esperandoagazapada el momento en quepueda salir a la palestra históricapara defender sus reivindicaciones.

Asimismo, ¿eso sucedería con laspolíticas del olvido?En la historia oficial los gruposdominados, esos “pasados venci-dos”, esas partes de la historia queno convienen a la versión dominan-te, son olvidados. Así, diríamos quela lucha de la historia crítica, de lacontramemoria y de la contrahisto-ria adversa esos olvidos selectivos.Porque no son olvidos inocentes nicasuales, son olvidos selectivosmuy particulares para negar la his-toria que no entra en ese relato

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“En la historia oficial los grupos dominados, esos "pasados vencidos", esas

partes de la historia que no convienen a la versión dominante, son olvidados”.

> Movimiento Piquetero de Argentina.

glorioso, enaltecedor, de las clasesdominantes.

Entre sus numerosos libros está unodedicado a la Microhistoria Italiana.En la actualidad, ¿tendría vigenciael paradigma indiciario para lainvestigación histórica?Carlo Ginzburg y todos los micro-historiadores han sido muy claroscon relación a eso: la estrategiaindiciaria es aplicable sobre todo auna realidad histórica que no esevidente por sí misma. Porquesería absurdo querer hacer histo-ria indiciaria, por ejemplo, de unmovimiento obrero que ha sidopúblico, cuyos documentos yacciones son visibles. El paradig-

ma indiciario es una propuestaalterna, pero no es el único. Entodo caso, es una herramientametodológica importantísima parahacer historia crítica.

¿Esta tendencia sería una alternativa para el estudio de lasclases subalternas?Así es. Creo que la Microhistoriaes una de las herramientas másimportantes para descifrar esetema complejo que es el de las cul-turas subalternas o las culturaspopulares. Justamente, las cultu-ras subalternas se caracterizanpor no dejar trazos, ni huellas visi-bles, ya que se trata de culturasmuchas veces orales.

En su opinión, ¿hacia dónde estarían yendo los estudios históri-cos en Latinoamérica?Puede emerger una nueva historio-grafía crítica y lo digo por unarazón importante: generalmente losdesarrollos en Ciencias Sociales, enhistoriografía, de carácter crítico,están vinculados a las fuerzas delos movimientos sociales. Los cien-tíficos sociales extraemos de la rea-lidad los elementos para crear nue-vos conceptos en Sociología, enHistoria, en Economía, o en CienciaPolítica. En este sentido, puedehaber una renovación enLatinoamérica apoyada en los movi-mientos sociales en los próximosdiez, quince o veinte años.

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> ¿Qué opina de las políticasculturales del actual gobierno?Debo decir que mi punto devista está asociado al de loszapatistas. Ellos dicen que siqueremos aprehender unproceso o una realidad, hayque desaprender a mirarhacia arriba, enseñanza quenos darían en la escuela. Porello, creo que si queremosentender el proceso venezo-lano, o cualquier otro proce-so, no hay que mirar hacia

arriba, sino hacia abajo.Estoy mucho más confiadoen el mediano plazo en lasiniciativas populares que seorganizan desde abajo haciaarriba. He aprendido muchascosas por aquí. Y me pare-cen muy interesantes las iniciativas culturales que seestán haciendo ahora en Venezuela.

> ¿Cómo cuáles?Por ejemplo, esta revistapara la cual estoy siendoentrevistado. Es decir, elesfuerzo de un grupo deprofesionales de hacer acce-sibles acontecimientos fun-damentales, desde una pers-pectiva crítica, de la historiavenezolana a un gran públi-co. Porque creo que ese esel sentido del Centro Nacio-nal de Historia: hacer la his-toria que no se había hechohasta ahora. Lo que implicahacer una historia donde serescate el protagonismo de

las clases populares. Donde,por ejemplo, el Caracazo seavisto como expresión de undescontento popular masivo.O bien la historia no sea sólo la de las élites, las delEstado, la de los partidos,sino la historia del movi-miento obrero, de los gruposcampesinos, así como el rescate de los grupos indígenas, la historia de los barrios, entre muchosotros. Todo eso me pareceque es un proyecto muy interesante.

> En su obra ha mencionadociertas dificultades para reali-zar biografías críticas. ¿Cómose haría una biografía deHugo Chávez Frías?Bueno, como cualquier bio-grafía. La primera lección esque una biografía realmentecientífica tendría que ser untrabajo distanciado, crítico,que no tienda sólo a la heroi-cidad de su personaje.

Además, tendría que sercapaz de estar todo el tiem-po yendo desde el personajehacia su contexto y vicever-sa. Ver cómo unas condicio-nes muy peculiares, que sonlas de la Venezuela actual,son capaces de producir aun individuo como HugoChávez. Y a la inversa, pre-guntarse qué papel ha podi-do desempeñar él, en el sen-tido de incidir y de transfor-mar las condiciones de sucontexto. Pero, insisto, ten-dría que ser una biografíasobre todo distanciada, queno cayera en los mitos de laheroicidad. Y que, a su vez,tampoco caiga en los mitosopuestos, que son idénticos,de la defenestración por ladefenestración misma. Lapropuesta es que de maneraobjetiva se traten de ver losméritos, las virtudes, perotambién los problemas fun-damentales del personajeHugo Chávez.

> HACER LA HISTORIA QUE NO SE HABÍA HECHO HASTA AHORA

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LOS LLANEROS VENEZOLANOSRICHARD VOWELLPOR

HISTORIAS LOCALES

Fuente: Dibujo de César Prieto tomado de Caupolican Ovalles. El General Páez, el llano y los llaneros. Caracas, Concejo Municipal del Distrito Federal, 1973.

os Llaneros, --hombres de lassabanas-- raza sencilla ypacífica, vivían en familiasseparadas, cada una bajo unjefe común, a usanza de los

antiguos patriarcas. Habitaban ha-tos remotos, o granjas, de ordinariosituados a muchas leguas unos deotros con el objeto de que sus res-pectivos rebaños tuviesen mayorextensión de pastos y al propio tiem-po para evitar la intromisión dentrode los linderos del vecino, cosa queno podría impedirse de otro modo enun país donde las cercas y aun lasmarcas de límites son del todo des-conocidas. Las ocasiones de choqueentre los peones de las diversasfamilias eran, por consiguiente,raras en extremo, mientras la inago-table abundancia de ganado salvajey la facilidad con que en todo tiempopodían obtenerse caballos y vacaspara el uso y subsistencia de los ha-bitantes, no daban lugar a piques nimóvil para actos de agresión o vio-lencia. Por lo demás resultaba evi-dente para un observador atentoque la templanza de costumbres, ca-racterísticas de los llaneros de Bari-nas, no obedecía a apocamiento deespíritu, sino que era consecuencianatural del constante trato en quelos jóvenes vivían con los mayoresde su familia, a quienes estaban a-

costumbrados a rendir obedienciaimplícita y en cuya presencia adop-taban habitualmente una actitudrespetuosa y tranquila.

Aunque usualmente se les llamapastores y se les considera comotales, sus hábitos y sistema de vidaeran en realidad los del cazador,porque siendo del todo salvaje elganado que constituye su única ri-queza, el trabajo requerido pararecogerlo y arrebañarlo en la vecin-dad del hato era necesariamenteviolento e incesante. Constante ejercicio a caballo; noches pasadas

en vela para guardar el ganado, pro-teger los becerros y potros contralos rigores del tiempo, todo ellohabía contribuido ya a prepararlospara la igualmente ruda profesiónde las armas. Por de contado, al in-terrumpir la guerra la comunica-ción entre los Llanos y la costa ma-rítima de Caracas, quedando parali-zado su tráfico habitual de mulas,cueros y sebo, sintiéronse inquietose impacientes por su desacostum-brada inactividad. Todos cuantos e-ran capaces de llevar una lanza a-cudieron en masa a enrolarse bajo

> RICHARD VOWELL (1795-1837)La narración del capitán inglés Richard Vowell es, sin lugar a dudas, uno de los tes-timonios más valiosos y penetrantes que se escribiesen sobre la cruenta guerra eman-cipadora venezolana. A los 23 años de edad, el oriundo de Bath (1795) se alista

como voluntario británico para participar en el Primer Regimiento de LancerosVenezolanos, reclutado por el coronel Donald Mac Donald. Entre 1818 y 1819 se

pone a las órdenes primero del General Rafael Urdaneta, y luego, del propioLibertador Simón Bolívar. A partir de allí y con la polarización sangrienta

de la guerra, sirvió también al lado del General José Antonio Páez ysobreviviría, en más de una ocasión, a las atrocidades de la misma: desde

Caracas a la Selva de San Camilo, del Orinoco a la Guayana, del Meta a lassabanas de Casanare. Luego de prestar servicios militares por la causa independen-

tista en la Nueva Granada, en Ecuador, Chile, Perú, el legionario inglés se retiraría asu ciudad natal a escribir sus obras testimoniales. De seguidas ofrecemos fragmentosde una de sus obras: Las Sabanas de Barinas. Aquí se desnuda su visión del llanerovenezolano, protagonista estelar de la lucha por la independencia.

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> El ordeño de la vaca ilustrado por César Prieto.

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la bandera de su paisano José An-tonio Páez, quien ya se había distin-guido por su valentía y éxito, comojefe de guerrilla, y quien tuvo pocadificultad en disciplinar tan valiosarecluta y en hacer de ellos buenossoldados en el campo de batalla.

Las familias de los llaneros, queaún permanecían en casa, aunqueabandonadas por los más jóvenes,no corrían el peligro de padecernecesidad, porque los viejos y losmuchachos, que muy a pesar suyose quedaban rezagados eran capa-ces de abastecerlas con larguezaescogiendo de vez en cuando algu-na ternera cerril en el rebaño próxi-mo, la cual, atada con el lazo certe-ro, traían a la cola de sus caballoscomo provisión para el hato. Sinembargo, los amigos de aquellosque habían tomado las armas sen-tían la separación mucho más de losque hubiera ocurrido probablemen-te si el país que los rodeaba hubiesesido más populoso, porque en suvida de apartamiento la ausencia deun solo individuo dejaba un vacíosensible en el círculo familiar, y acausa de su casi aislada situaciónera probable que tuviesen poca oninguna noticia relativa a los suce-sos de una guerra en que por vez

primera comenzaban a tomarse unprofundo y doloroso interés.

La alarmante nueva de la próxi-ma invasión española extendiósecon velocidad por las pequeñasaldeas y haciendas de las orillas delos ríos que separan las llanuras delos distritos montañosos. Los habi-tantes de éstos, muchos de los cua-les estaban en algún modo ligadosa los patriotas por lo cual teníanbuenas razones para temer la llega-da de Morillo y de su inmisericordetropa de invasores, huyeron conprecipitación a refugiarse en loshatos, en el fondo de las sabanas;su arribo fue saludado como unevento feliz por los sencillos y hos-pitalarios llaneros, quienes encan-tados con tan insólita e inesperadavisita no experimentaron el másleve temor de que ellos también severían pronto compelidos a huirante el azote de la guerra.

En la estación lluviosa, cuandolos Llanos permanecen por lo regu-lar anegados durante tres meses,todas las casas, construidas sobrepequeñas eminencias, se ven aisla-das por completo mientras dura lainundación, aunque el invierno estélejos de mostrarse en todo su rigor.Entonces, las crecientes expulsanpoco a poco de los bajíos los reba-ños de reses bravías, los cuales tie-nen que acogerse a los únicos para-jes secos que pueden hallarse, y en

consecuencia no nos veíamos en elcaso de ir tan lejos a caballo y todoslos días para traer un novillo desti-nado al consumo de la familia.Además nunca nos faltaba quehacer, fabricando o reparando nues-tras sillas, tejiendo cabestros decerda tan solicitadas en las comar-cas montañosas. Nuestras nochestranscurrían alegremente en la ex-tensa sala del hato con los bailes deljaís, tales como el Bambuci y laZambullidora, muy superiores a lasrígidas contradanzas y afectadosboteros de Europa; las llaneras concélebres por su destreza en tocar laguitarra y el arpa y por su canto delos aires nacionales.

Era a mediados de la época decaza entre las selvas que orillan elOrinoco y también la estación enque sazonaban los maíces, de modoque cuando llegó la partida a lasinmediaciones del campamento ta-manaco, todos los indios guerrerosse hallaban ausentes en las selvas,demasiado distantes de sus vivien-das para tener noticia del ardid quese tramaba contra la felicidaddoméstica de su cacique. Cuanto a

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> JOSÉ ANTONIO PÁEZ. Figuraemblemática del llanero venezolano,según dibujo de César Prieto.

> Parte de la vida cotidianaen los llanos venezolanos en la actualidad.

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“...sus hábitos y sistema de vida eran en realidad los del cazador,

porque siendo del todo salvaje el ganado que constituye su única riqueza,

el trabajo requerido para recogerlo y arrebañarlo en la vecindad del hato

era necesariamente violento e incesante”.

> CANTO DE LAS SABANAS:

Si acaso te preguntan por qué andáis descamisado; (Avanzad! Avanzad! Avanzad con machete en mano!)Decid, que con sus tributos los Godos me la han quitado.(Avanzad! Avanzad! Avanzad con machete en mano!)Vengan, Chapetones! a morir aquí;Dejemos la España en su frenesí

La justicia en las Audiencias se compraba y se vendía;(Avanzad! Avanzad! Avanzad con machete en mano!)Y el oro de los pleitantes en las Cortes prevalía.(Avanzad! Avanzad! Avanzad con machete en mano!)Vengan, Chapetones! a morir aquí;Dejemos la España en su frenesí

Todos los reyes del mundo son igualmente tiranos;(Avanzad! Avanzad! Avanzad con machete en mano!)Y contra ellos es preciso que nosotros nos unamos.(Avanzad! Avanzad! Avanzad con machete en mano!)Vengan, Chapetones! a morir aquí;Dejemos la España en su frenesí

las mujeres, hallábanse dispersasentre los pequeños conucos, reco-giendo con afán las mazorcas demaíz con el propósito de preparardepósitos de chicha, como de cos-tumbre, para el regreso de sus ma-ridos y hermanos.

Las madres únicamente podríanjuzgar de la angustia de Ancáfilacuando al volver en busca de otrocanasto de maíz, quiso darle unamirada al dormido chiquitín; su

pena contenida fue acaso másintensa por no haber estallado,pues aún entre las tribus salvajes,las mujeres olvidan raras veces loque deben al honor de sus maridosy de su tribu, por lo cual las espo-sas y madres luchan en silenciocontra las calamidades más terrí-ficas, antes que humillarse conlamentos y lágrimas.

...Los llaneros, que para aqueltemprano período de la guerra no

estaban en modo alguno acostum-brados a la artillería, sobresaltáron-se y se prepararon a ponerse fueradel alcance de las piezas de campa-ña; pero antes de que pudiesenmontar, otro disparo mató un caba-llo, casi llevándole el brazo a un lan-cero, mientras le ponía el freno alanimal. Páez cogió rápidamente alherido, a quien colocó en su propiasilla, montando luego en las ancaspara regir el caballo y sostener al

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> Desde la caza, pasando por la vida familiar, la música y el baile, los llaneros han creado una idiosincrasia y una tradición cultural propia, dentro de la rica diversidad venezolana.

Todos los dibujos tomados de Caupolican Ovalles.El General Páez, el llano y los llaneros. Caracas,

Concejo Municipal del Distrito Federal, 1973.

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maltrecho camarada. Mientras sealejaban al galope, en su formausual de retirarse a la desbandada,un tercer proyectil disparado trasellos por elevación, apenas levantóel polvo entre los pies de los caba-llos, sin causar daño alguno. Las tro-pas españolas, que hasta entonceshabían guardado profundo silencio,celebraron la precipitada fuga dePáez y su Guardia, con gritos de¡Mueran los insurgentes! ¡Abajo loschucutos! Suponiendo que habíanabandonado el terreno por pánico yque al menos por aquel día no vol-vieron a molestarlos.

Algunas se ocupaban en ordeñar;mientras otras que tuvieron el cui-dado de traer los útiles necesarios,pilaban maíz en grandes morterosde madera y con pesados majade-ros; o bien cocían arepas en anchosplatos de tierra. Buen número de lasmuchachas reuníanse a orillas de lalaguna, para lavar la ropa de sus res-pectivas familias, y su incesantevocerío, junto con las risotadas queresonaban en el bosque, hacían verque la emigración no embargabasus ánimos tan hondamente comopodía esperarse. La mujer de Páez,doña Rosaura residía en uno de losranchos más grandes, preparadopara recibirla con más holgura quede costumbre, por una partida de laGuardia de Honor, que se prestóespontáneamente para este servi-cio, pues, en realidad, los llanerosdemostraban siempre extremadaconsideración por La Señora, comola llamaban de ordinario. Ella nodebía semejante deferencia al solohecho de ser la esposa favorita desu jefe, sino a que poseyendo unaeducación muy superior a la de

todos los que la rodeaban, mostrá-banse al propio tiempo tan modestay bondadosa con cada uno, queaquellos le profesaban indeciblerespeto y admiración.

La caza de tigres, como se practi-ca en los Llanos de Barinas, consti-tuye uno de los espectáculos másinteresantes, no sólo para quienestoman participación en ella y laemprenden con el objeto de prote-ger sus rebaños y para seguridad desus mujeres e hijos, expuestos alataque de tales fieras, cuando estánordeñando, sino también para losespectadores que acuden por sim-ple curiosidad y entretenimiento.

Los dueños de hatos acostum-braban darse con anticipación unacita, a la que concurrían como pun-to de honor, con cuantos parientes ypeones pudiesen reunir, todos encaballos de freno y armados de lan-zas (porque antes de la revoluciónno se permitía generalmente a loscriollos el uso de armas de fuego),excepto aquellos que se distinguían

por su agilidad y destreza en arrojarel lazo, el cual se utilizaba con elpropósito de coger a los animalesferoces cuando salían de sus cubi-les y mantenerlos asidos para quelos demás cazadores los mataransin peligro. Por consiguiente, consi-derábase honrosa distinción el figu-rar entre los enlazadores, puestoreclamado habitualmente por losprincipales ganaderos, sus hijosmayores y sus mayordomos, los cua-les procuraban ir a la cacería encaballos seguros, hechos al ruido yalboroto, lo mismo que a la vista delas fieras, porque la menor rebeldíao timidez del caballo, en el momen-to de arrojar el lazo, podía tenerfatales consecuencias para el jineteo para el compañero a quien habíaconvenido en prestarle ayuda”.

RICHAR VOWELL. SABANAS DE BARINAS. CARACAS,MINISTERIO DE EDUCACIÓN, 1988.

“...Los llaneros, que para aquel temprano período de la guerra no estaban

en modo alguno acostumbrados a la artillería, sobresaltáronse y se prepararon

a ponerse fuera del alcance de las piezas de campaña...”

> Fotografía del Archivo Audiovisual de laBiblioteca Nacional.

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HISTORIA DE LA CULTURA Tambores de San Juan. Colección del Archivo Audiovisual de la Biblioteca Nacional.

esulta valioso el hecho de que a través de laFiesta de San Juan, por ejemplo, podamos dis-tinguir y comprender la trascendencia quetiene el tambor africano en nuestra rica y sin-crética cultura venezolana. Símbolo primor-

dial del ritmo, el tambor representa el vehículo quelogra traspasar los siglos para trasmitir, con cada repi-que, la savia de la tradición, de la palabra y de la magiaafricana. Al oír el sonido ancestral del tambor com-prendemos que, en el fondo de nuestra sangre, persis-te todavía el dolor del esclavismo. Dolor, en todo caso,que aquellos hombres y mujeres supieron brillantemen-te trocar en dos direcciones: una, rescatar, mantener,cultivar y celebrar su propia cultura ancestral; otra,resistir con aplomo la opresión infame a la que fueronsometidos en América. Llegado a territorio venezolanodesde Guinea, el Congo, Mozambique y Angola, el afri-cano no sólo intentaría con éxito levantar su tríada cul-tural apuntada por la danza, el ritmo y la religión; tras-ladaría también con ella su eje sostenedor, su sosténprimordial: el tambor. En minas, perlerías, haciendas,ingeniosamente adaptaría las nuevas condiciones delmedio físico para concebir este instrumento, usandonuevas maderas, palmas, cueros y bejucos.

Sobre uno de los rasgos más potentes de esta adap-tación luminosa, Jesús “Chucho” García alude losiguiente: “La religiosidad de procedencia africana fue,sin lugar a dudas, uno de los aspectos más destacadosdentro de los aportes africanos a nuestra americanidad(…) y, al mismo tiempo, se constituyó en un instrumentopara la reconstrucción espiritual que los africanos y susdescendientes no consiguieron en la religiosidad oficialdominante e impuesta a fuerza de látigos”. Pero la impor-tancia de este instrumento a la luz de esta urdimbre,reflejaría así la resistencia enérgica que el africanoentablaría durante siglos; al respecto, Rafael Straussapunta que los tambores eran “el telégrafo de la selvaafricana”, ya que a través de su misterioso sonido, las tri-bus del continente negro “convocan las reuniones, se

transmiten acontecimientos, se avisan de los peligros”.De manera tal que el golpe de este instrumento, no sóloanimaba toda su cosmovisión cultural y existencial, sinoque también servía como escudo y arma de resistencia.Amor, magia, baile, fiesta, esperanza, vida: he aquí eluniverso del tambor africano.

Los tambores en VenezuelaLa geografía rítmica y cultural del tambor ha sem-brado profundamente sus raíces en Venezuela. Allídonde fueron trasladados como mano de obra, losafricanos esclavizados cultivarían, con determina-das características, aquel instrumento medular:Aragua, Miranda, Yaracuy, Sucre, Falcón, Zulia, y lacosta del Litoral Central.

Tres tambores resaltan en este sentido en nuestropaís, siendo los más visibles en todas las manifestacio-

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> Instrumentos musicales afroamericanos según grabado del siglo XIX.

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> Ejecución del bailede los Diablos de Yare

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nes celebrativas de la africanidad: el chimb’anguele, elculo e’puya y el cumaco. Del primero, cabe decir quedespunta por su simbología espiritual y por dificultadde su ejecución; proviene de Angola, del mítico reinode Imbangala. Néstor Gutiérrez apunta algo interesan-te: “es el más primitivo de los tambores que hay enVenezuela. Para hacerlo debes pertenecer a una cofradíade chimbanguele, en la que sólo entran aquellos que sonadmitidos por los cofrades”.

Por su parte, el culo e’puya, proviene del Congo; enVenezuela tiene tres versiones que se alimentan, prin-cipalmente, de la etnia africana Bambamba, región deLekuomo: el prima, el cruza’o y el puja’o. Estos tres sepueden encontrar en Curiepe, Edo. Miranda. El cumacoes el otro que encabeza la lista; según el ilustre cronis-ta Lisandro Alvarado, su nombre proviene del vocablocaribe ndungu, que quiere decir “esclavo”; este tamborse encuentre normalmente en las poblaciones del Edo.Aragua (Cata, Chuao, Turiamo y Cuyagua), en LitoralCentral (Chuspa, La Sabana y Caruao), en el EstadoLara (El Tocuyo), y en algunas villas del Estado Yaracuy.

Los africanos reducidos por la fuerza al esclavismoimpondrían su modo particular de celebrar santos de

fiestas religiosas católicas, tomando así la asunción deuna religiosidad ajena a la suya como lo fue la cristia-na, en tanto le permitiese la supervivencia de su propiacultura. De tal manera que hoy podemos contar granvariedad de fiestas y toques de tambor propios de cadaregión, siendo los más destacados: las fiestas de SanJuan, San Pedro, San Benito, San Antonio (Tamunan-gue), los Diablos Danzantes, los tambores de la Vela deCoro (el tambor veleño), y los tambores de Farriar(estado Yaracuy).

San Juan, San Pedro y San Benito: tres fiestas unidas por el repique del tamborLa fiesta de San Juan, que se inicia cada 23 y 24 de junio,la encontramos en diversas regiones: Ocumare de laCosta, Cata, Cuyagua, Choroní y Chuao, Barlovento, Tuyy Guatire, Borburata, Patanemo, Puerto Cabello, AguaNegra Farriar, Palmarejo y toda la costa del LitoralCentral. Y es que desde Chuspita hasta Puerto La Cruz,la celebración de San Juan se manifiesta, en términosde Adrián Camacho “en sus más diversas formas, mina,curbata, redondos, cumacos y tamboritas sirven paracelebrar en forma ritual la festividad del santo”. En ella sedisfruta de una noche de tambores en la que se conme-mora el velorio del santo: bebidas, bailes y ritos sesuceden acompasados. La misma culminacon una misa florida al día siguiente, dondeen hombros se baila al patrono y los pañue-los no dejan de agitarse alegremente:“Sin San Juan lo tiene, San Juante lo da”, entona el principal es-tribillo de esta celebración.

Por su parte, todos los 28de junio se festeja al patronoSan Pedro en las poblacio-nes mirandinas de Guatire yGuarenas; en ella resalta la par-ticular indumentaria que llevabanpara entonces en la Venezuela co-lonial los africanos esclavizados,ropa que heredaban de sus amosdirectos. Luego de celebrar unamisa en la parroquia de estaslocalidades y de trasladar en hom-bros por las calles la figura de SanPedro Apóstol, los sampedreños–de levita y sombrero de copa-representan escenas sarcásti-

> Celebración del Velorio de San Juan.

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> Ejecución del tambor culo e´ puya. Colección del Instituto de Patrimonio Cultural.

cas y llenas de humor, donde los niños, damas ycaballeros de todas las edades aplauden y danzansin cesar al ritmo del tambor.

Al hablar de la fiesta de San Benito debemos trasla-darnos al occidente del país. Escenificada cada 29 dediciembre, se extiende por toda la costa sur del lago deMaracaibo (Bobures, Gibraltar, Palmarito, El Batey,Santa María, Santa Apolonia) y en los estados Trujillo yMérida. Es quizás uno de los rituales más representati-vos de la confluencia religiosa venezolana. El centro dela festividad es el homenaje a San Benito, Patrón dePalermo fallecido en el siglo XVI, conocido tambiéncomo “el Moro”, de quien se dice era hijo de negroslibertos. Aparentemente, el origen del culto se ubica enBobures y desde donde se extendió por la Cuenca dellago de Maracaibo y los Andes. Por las característicastemporales de la celebración, San Benito parecieracumplir un ciclo cósmico, pues se inicia con la llegadade las lluvias, en el primer sábado de octubre y culminacon la fiesta el primero de enero, desvaneciéndose enpagos de promesas hasta la Semana Santa.

De esta forma la geografía del tambor se nos pre-senta con toda su riqueza ancestral. Allí donde oiga-

mos su golpeteo fulgurante y nos invite al baile des-carnado, no sólo sentimos en carne viva el ritmoafricano y toda su carga mítica; también observa-mos, mágicamente, cómo su ritmo crudo y llamati-vo ha logrado moldear la riqueza de nuestra heren-cia cultural como pueblo. Fiesta y comunión, erotis-mo y celebración, rito y dramatismo, fe y ritmo: heaquí la sabia africana que explota en el tambor, sugenuino portavoz.

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“Desde Chuspita hasta Puerto La Cruz, corren lugares donde, como acota

Adrián Camacho, "en sus más diversas formas, mina, curbata, redondos, cumacos

y tamboritas sirven para celebrar en forma ritual la festividad del santo…"

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> Jóvenes en la ejecución del tambor Cumaco.

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Rafael Strauss K. Diccionario de Cultura Popular.Caracas, Fundación Bigott, 1997.

Amgelina Pollak-Eltz. Vestigios africanos en la culturadel pueblo venezolano. Caracas, UCAB, 1972.

Jesús Alberto García. Afrovenezolaneidad: esclavitud,cimarronaje y luchas contemporáneas. Caracas,Ministerio de Educación Cultura y Deportes, 2001.

Manuel Antonio Ortiz. Forma, sonido y color de la per-cusión afrovenezolana. Coro, Fundación Bigott, 2001.

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> En Venezuela, a lo largo del período

colonial, se produjeron significativas rebeliones

de negros esclavizadoscontra el poder español.

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> Entre las espesas selvas serpentea el tambor yuna voz recia. La noche arropa a uno o más indi-viduos que huyen de una hacienda en donde lasmarcas de los latigazos y la carimba han melladosu dignidad. Las ropas, quizá ya convertidas enharapos y alguna que otra herramienta de traba-jo, serán las únicas pertenencias que acompañanal negro cimarrón en su aventura. El esclavizadoha huido de la mano despiadada del amo y deltrabajo forzoso, se dispone montar un cumbe, sunuevo hogar.

CIMARRONERASY REBELIONES NEGRASEN LA VENEZUELA COLONIALLos refugios secretosde la libertad

1498–1810 INVASIÓN, COLONIZACIÓN Y RESISTENCIA

CONQUISTA Y COLONIA

Fuente: John Gabriel Stedman. Voyage a Surinam et dans l´ interieur de la Guiane.París, Chez F. Buisson, 1799. Colección Libros Raros de la Biblioteca Nacional.

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> Persecución de un negro cimarrónsegún un grabado del siglo XIX.

La resistencia fue desde el principio urante el siglo XVI se inicia formalmente eltráfico de esclavizados hacia América y conél la resistencia a tan horrible empresa.

Robustos, de mirada intimidante y serena,bajo su prieta y brillante piel, guardaban la

fuerza que les impulsó a resistirse a la esclavituddesde el mismo momento en que zarparon los barcosde África, despertando angustia en los comerciantesy más tarde terror en los hacendados que, a partir dela creación de los nuevos pueblos de negros, mejorconocidos como cumbes, estarían a merced de rebe-liones y levantamientos libertarios impulsados por losnegros esclavizados.

El trato inhumano que recibían fue motivo de nume-rosas sublevaciones a la brutal dinámica económica ysocial a la que estaban sometidos. Una de las manerasde librarse del azote de la esclavitud era huyendo al

monte, en donde formaban dichos cumbes convirtién-dose en negros cimarrones -- escapados -- . En estosnuevos hogares, los negros fugados recrearon enAmérica la vida que les había sido arrancada al servendidos como herramientas de trabajo.

Estas expresiones de resistencia se dieron bajodiversas circunstancias, pero que en el fondo guarda-ban la misma esencia: la libertad. Bien sea del yugo dela esclavitud o de la amenaza ante la violación de unaesposa o una hija.

La historia oficial nos ha mostrado una versión endonde las rebeliones negras fueron inconsistentes, sinmayor significación ni trascendencia. Muchas de éstashan sido catalogadas peyorativamente como expresio-nes de algo caricatural, folklórico, ingenuo, diabólico osimplemente delictual, carentes de propósito alguno.Este discurso no responde a otra cosa más que a sus-tentar la idea de que los esclavizados aceptaron pasiva

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y pacíficamente el sistema impuesto “por la instituciónesclavista y respaldada jurídicamente por la legislacióncolonial”. Y de esta manera darle continuidad a un dis-curso histórico en donde las culturas negras aparente-mente no tienen una historia que contar más allá de sucondición de esclavizados.

Cumbes, palenques, cimarroneras, rochelas… Camino a la selva húmeda, generalmente durantehoras de la noche, el negro esclavizado respira airesde libertad. Esta nueva forma de vida tendrá nombrey estructura. En el caso de Brasil se les conoció conel nombre de Quilombo (campamento) y Mocambos(choza), en Colombia, Palenque y en Venezuela,Cumbes y Rochelas. Los huidos también tenían nom-bres de acuerdo al lugar. En Las Antillas se les llama-ba Mambises, palabra originaria de la voz mbi, la cualmás tarde pasaría a significar Libertad; en Brasileran conocidos como quilombolas y en Venezuelacomo cimarrones, expresión derivada del nombre

dado al ganado que se escapaba. Estos espaciosestaban constituidos no sólo por esclavizados negrossino que también contaban con la presencia deindios, pardos y hasta blancos pobres, todos someti-dos de alguna u otra manera a un sistema social yeconómico que les resultaba insoportable.

En muchos de los casos, las rebeliones contaron conel apoyo de indígenas que no formaban parte del cum-be, pero que como habitantes de las zonas aledañas aéste y en muchas oportunidades por estar identifica-dos con la causa negra, facilitaron refugio, insumos einformación respecto de la posición de los perseguido-res. Tal es el caso de los indios Tomusa (Barlovento) ylos Jirajaras ( Edo. Yaracuy).

Mientras que el secuestro de mujeres para las laboresdomésticas y la procreación, se hacía frecuente una vezque el cumbe estaba medianamente conformado, el

En Las Antillas se les llamaba Mambises, palabra originaria de la voz mbi,

la cual más tarde pasaría a significar Libertad; en Brasil eran conocidos

como quilombolas y en Venezuela como cimarrones, expresión derivada del

nombre dado al ganado que se escapaba.

> Esclavos diferenciados según su procedencia.

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Mapa según datos de Miguel Acosta Saignes.Vida de los esclavos negros en Venezuela.

Caracas, Vadell Hermanos Editores, 1984.

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Elaborado según datos de Federico Brito Figueroa. Las Insurrecciones de los Esclavos Negros en la Sociedad Colonial Venezolana.

Caracas, Editorial Cantaclaro, 1961

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secuestro de hombres fue una práctica común pero conel objeto de proteger y sustentar el nuevo hogar.

Al correrse el rumor en las haciendas de un nuevocumbe, la esperanza y los ecos de libertad comenza-ban a cobrar vigor. Las huidas voluntarias se hacíanfrecuentes, los alzamientos y las amenazas de huidaeran desafiantes.

Las sublevaciones de negros, y con ellas la prolifera-ción de dichos cumbes, ponían en grave peligro la eco-nomía colonial. Ésta dependía en gran medida de lasactividades comerciales que tenían como base el tra-bajo de estos negros esclavizados, por ejemplo: lasplantaciones de caña de azúcar y las haciendas pro-ductoras de cacao, añil y café.

La idea era librarse de los ultrajes de la esclavitud, de-sarrollar una agricultura de subsistencia y mantener susprácticas religiosas sin temor a ser castigados por ello.

Aún cuando relacionamos cumbes con rebeliones esimportante aclarar que no siempre estos poblados cons-tituyeron centros de resistencia armada, su organiza-ción en la mayoría de los casos, obedecía a la necesidadde establecer espacios de convivencia alejados del sis-tema esclavista. Sin embargo, estos nuevos poblados sícolaboraron refugiando y alimentando a los negros ci-marrones que integraban las partidas guerrilleras.

Estas huidas y rebeliones llevaron a la creación dereales cédulas (disposición legal de la Corona) quecontemplaban los más crueles castigos a los insurrec-tos. El cepo, la maza, la mutilación de piernas y orejas,

una marca a hierro candente en la frente, azotes,horca, rústicas máscaras de metal y en el mejor de loscasos, el fusilamiento. La muerte era preferible a se-guir bajo tan ignominiosa forma de vida.

La vida en el cumbeYuca, caraotas, ocumo, mapuey, plátanos, maíz y auya-ma. Algunos animales provenientes de las haciendasde los amos, la caza de chigüires, iguanas y dantas,conformaban la mesa del cumbe. Asimismo, aprove-chaban al máximo los frutos que se daban naturalmen-te en la selva, tales como la guayaba, el mamón y eljobo. Aún hoy, parte de esta dieta está presente ennuestra gastronomía tradicional.

Estos métodos de subsistencia contemplaban tam-bién el contrabando, específicamente del cacao, antela imposibilidad de desarrollar una actividad económi-ca estable, que garantizara el mantenimiento de lasfamilias en el nuevo poblado. Pudiéramos hablar de unesquema mixto que, por un lado, desarrollaba activida-des agrícolas y recolectoras, y por otro optaba por elrobo y el contrabando, todo con el fin de garantizar lavida en el cumbe.

La dinámica social no era precisamente la quepudiéramos imaginar en un vecindario actual, recorde-mos las condiciones bajo las cuales se formaban estospueblos libres. Un cumbe podía llegar a tener hasta 100integrantes, todos identificados con una necesidadvital: la libertad. No obstante, podían vivir con un míni-

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Las sublevaciones de negros y con ellas la proliferación de cumbes ponían en

grave peligro la economía colonial. Esta dependía en gran medida de las activida-

des comerciales que tenían como base el trabajo de estos negros esclavizados.

> La producción de alimentos era indispensablepara la resistencia en el cumbe.

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mo de comunicación entre un rancho y otro, lo verda-deramente significativo era la colaboración a travésdel trabajo y de la preservación de la paz y el respeto,importantes aspectos humanos de los que habían care-cido durante su cautiverio.

Abrigados con maderos en las espesuras El escenario geográfico ha jugado un importante papela lo largo de la historia, en cuanto a estrategias decombate se refiere.

Los negros siempre se fijaron como lugar de cima-rrones, frondas impenetrables, inclementes voráginesque trajinaban a sus perseguidores por no estar éstosfamiliarizados con estos espacios.

Estas características geográficas, determinaron laventaja que en muchas oportunidades tuvieron loscimarrones frente al enemigo.

Las tierras de Barlovento, por ejemplo, con sus pan-tanosas y frondosas selvas, ofrecían extraordinariasposibilidades de construir barricadas, los árboles fue-ron usados como puntos estratégicos de ataque fun-cionando como garitas con hombres armados de pie-dras, palos, flechas y en algunos casos armas de fuego.

En el caso de los Valles del Tuy, las autoridades relata-ban en sus informes sobre la difícil tarea de sitiar uncumbe y de enfrentar a los negros que la habitaban por-que aunque “…han aplicado las mas activas y eficacesprovidencias para la aprehensión (…) no se ha podidolograr el fin porque tienen la ventaja de acogerse a sitiosespesos, casi impenetrables y desconocidos, donde seríainfructuoso y aun peligroso cualquier ataque”.

En todos los casos, el conocimiento del escenario geo-gráfico determinó la ventaja sobre las fuerzas oficiales.

Las grandes espesuras y ríos, las inmensas soledades

Las partidas cimarronas tenían amplio conocimiento del terreno que

habitaban. El extraordinario empleo de armas blancas fue en un principio

una de las ventajas, por estar familiarizados con el uso de machetes

y otras herramientas de este tipo.

> ALGUNOS LEVANTAMIENTOS POCO RESEÑADOS EN LA HISTORIOGRAFÍA TRADICIONAL

1583 - 1586 Cimarronerasde la Goajira- Maracaibo.Negros escapados de sus amos.1630 Sublevación denegros perleros-Margarita y cos-tas de Cumaná.Levantamiento por las fuertes condi-ciones de explotación perlera.1628 Sedición de Nirgua.Solicitan reparto de tierras por haber reducidoindígenas.1653 Cimarrones deCaracas- Caracas y sujurisdicción. Negros huidossecuestraban a negros del

servicio domés-tico para unirlos a lascimarroneras. Matabangente y asaltaban los caminos.

1726 Incursiones enlos hatos -

Tocuyito.Robo de ganado.1773 Sedición del negroliberto Julián Cayetano ysu mujer Juana Inés-Chuao. Reclamo de reconocimiento de unaarboledilla trabajada en la Obra Pía. Al no ver

reconocido su pago, dirigen ataques a lashaciendas.1785 Rebeliones de negrose indios- Ataque constantea hatos y haciendas en Los Llanos.1787 Rochelas de los

Llanos- incluían blancosllamados de ori-

lla.

Atacaban lashaciendas y grandes hatos.1790 Cumbe de Caucagua-Caucagua y Curiepe-Ataque a las haciendas y zonas aledañas a ellas

1795 Conspiración decimarrones- Río Caribe,Carúpano, Cumaná yCariaco. Enfrentamientosen contra de los esclavistas.1799 Resistencia de losesclavos de Curiepe-Curiepe. Levantamiento delos esclavos de DonFrancisco Javier Longa.1799 Conspiración deMaracaibo- Maracaibo.Liderada por Francisco

Javier Pirela y otrosmulatos haitianos.Proclaman la ley de los franceses con

la cual obtendrían la liber-tad y la igualdad, principiosde la Revolución francesa.

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> Los negros esclavizadosrepresentaban el motor económico de la Colonia.

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propias de un territorio en donde sushabitantes originarios fueron exterminados y se encon-traba ahora en una nueva fase de poblamiento decarácter colonial, brindaban facilidades naturales parahostigar y burlar la persecución del gobierno. Losinconvenientes para desplazar sus tropas a lugaresapartados, el traslado de municiones, alimento y ar-mas, era casi imposible en medio de este hostil teatrode operaciones.

En muchas oportunidades, ante la dificultosa tarea,muchos soldados desertaban, lo que hacía más cuestaarriba el control de las cimarroneras.

En la Isla de Margarita, uno de los primeros asen-tamientos coloniales de extracción perlera, tambiénse describen las dificultades de erradicar las cima-rroneras a causa de los escenarios inhóspitos, estoshacían tortuosa la persecución y captura de estoscimarrones “ … por la asperesa (sic) de la tierra, sien-do de montaña y serranía muy agria, lejos de la ciudad,causa de haber padecido muchas hambres por ser tie-rra incógnita”, luego de tan extenuante búsqueda,padeciendo dolencias de todo tipo, los perseguidoresdaban con ellos “… en sitio de mucha defensa y forti-ficación…”, se trataba de las empalizadas. La estruc-tura consistía en una suerte de cerca hecha de esta-cas de madera.

Las partidas cimarronas tenían amplio conocimientodel terreno que habitaban. El extraordinario empleo dearmas blancas fue en un principio una de las ventajas,por estar familiarizados con el uso de machetes y otrasherramientas de este tipo. Posteriormente la introduc-ción de los trabucos y fusiles harían de esta resistenciauna verdadera guerra.

Armados de fusilestrabucos y sables…Entre los primeros levan-tamientos se encuentrael del Negro Miguel, co-nocido en la historia ofi-cial como la insurrec-ción del Negro Miguel.Esclavizado africano pre-sumiblemente venidode Puerto Rico. Miguelse alza en las Minas

de Buría, cerca de Nirgua,actual Edo. Yaracuy, en 1553. El motivo de su rebeliónserá la explotación impuesta a partir del descubrimien-to de copiosas minas de oro en aquella zona. Autopro-clamándose rey, formó una comuna junto a su esposa,la reina Guiomar.

El Tocuyo y Barquisimeto, actual estado Lara. -centros de irradiación del poblamiento colonial -serían el blanco de sus ataques. Con la ayuda de losindios Ji-rajaras, quienes llevaban largo tiempo enresistencia al sistema de encomiendas que les eraimpuesto, Miguel lograría prolongar su lucha hasta1555 cuando luego de una tortuosa persecución,quedaría en manos de Diego de Losada la desapari-ción física de este primer líder libertario.

Entre 1603 y 1650 se tienen noticias de levantamien-tos en las zonas de la Isla de Margarita y en Valles delTuy. En estos no se tiene conocimiento sobre algún líderconductor de las sublevaciones, aún cuando la estrate-gia de ataque y huída eran similares, no existió una orga-nización definida, parecieron más bien ser producto deuna explosión comunal en contra del dominio españolen donde el objetivo principal era recuperar sus formasde vida. Cabe destacar que muchos de estos esclaviza-dos venían desde islas del Caribe, pero eran africanosque aún guardaban un fuerte arraigo con su cultura ori-ginaria, motivo por el cual sus prácticas culturales te-nían todavía muy presente la identidad africana.

Andrés López del Rosario, conocido como Andresote,llevó a cabo la rebelión en las cercanías del río Yaracuyy las costas de Puerto Cabello y Tucacas en 1732. Estasublevación tuvo entre uno de sus motivos la llegada dela Compañía Guipuzcoana, nueva encargada de regularla venta del cacao, el tabaco y la introducción de escla-vos en Venezuela, actividades en las que se había des-50

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> LA COMPAÑÍA GUIPUZCOANA.

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Esta sublevación tuvo entre uno de sus motivos la llegada de la Compañía

Guipuzcoana, nueva encargada de regular la venta del cacao, el tabaco

y la introducción de esclavos en Venezuela, actividades en las que se había

desarrollado un alto índice de contrabando.

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arrollado un alto índice de contrabando. Sería labor de larecién creada Compañía acabar con esta práctica ile-gal, medida que alteraría los ánimos de los principalescontrabandistas: los holandeses. Andresote se converti-ría en la palanca que permitiría a estos contrabandistasde profesión, a cambio de armas y pólvora, obtener elpreciado cacao, que además era extraído por los negrosde las haciendas de los amos, evadiendo las normativasfiscales de dicha Compañía. La introducción de esclavi-zados se vería afectada por los constantes ataques deAndresote y su batallón a la odiada Compañía. El mono-polio que imponía la Guipuzcoana causaba gran recelotambién entre los comerciantes menores ocasionandogran descontento y tensiones. Sin embargo. la grancarga libertaria que surgiría de este hecho fortuito, seevidenciaría a través del entusiasta apoyo que obtuvoAndresote de sus congéneres. Nace con este movimien-to opositor al nuevo actor económico y monopolizador,las primeras ansias de acabar con un sistema que lesarrancaba toda dignidad y posibilidad. Para 1734 lasituación se hacía insostenible y fue designada una par-tida con el escandaloso número de 1.500 soldados sólopara atrapar al negro Andresote.

Insurrección 1749 en la provincia de Caracas - causa-da por la confusión que se generó entre los esclavosque supieron de la existencia de una supuesta ley quelos amparaba.

“…se ha dado noticias de que persuadidos los esclavosde esta Provincia que hay en ella Real Cedula y orden paraque sean libres (pensado maliciosamente

que se les oculta) tratan de levantarse y pedirla arma-dos…” El plan era matar blancos en vista de que estosles ocultaban los beneficios de este nuevo instrumentolegal a su favor.

Este Código no era más que la expresión de la im-portancia económica que constituían los negros comobase del sistema colonial, ya que regulaba los tratos ylos castigos que los amos de esclavitudes debían impo-ner a los negros esclavizados. Claro que estas regula-ciones no fueron suficientes para controlar los malostratos a los que eran sometidos los esclavizados ymenos aún los cimarrones. Si bien el código contem-plaba castigos a los sublevados y protección a los mal-tratados, su aplicación no fue la ideal. Los abusos porparte de los amos fueron incontrolables.

Guillermo Ribas. Fue una de las más prolongadas yferoces sublevaciones. El miedo cundiría en la Provin-cia de Caracas ante la imposibilidad de atrapar aGuillermo. Las noticias de sus acciones llegaban a losoídos de los esclavizados en las haciendas. Estos, en-valentonados ante la posibilidad de recuperar su liber-tad, amenazaban a sus amos con huir.

Activo entre las regiones de Panaquire y Los Vallesdel Tuy se da a conocer como Guillermo el Negro. Fun-dador del cumbe Mango de Ocoyta, formó primero sucumbe en Chuspa, desalojado de éste, levanta El Man-go de Ocoyta. Desde 1771 hasta 1774, año en que mue-re Guillermo durante un enfrentamiento, la lucha estu-vo orientada a ocupar haciendas, liberar esclavizados yenfrentar a los captores de cimarrones.

> SENTENCIA DICTADA A CHIRINO (FRAGMENTO)“…José Leonardo Chirino, preso en uno de los calabozos del Cuartel delBallón Veterano de esta ciudad ( Caracas), es reo principal, convicto confesode la expresada sublevación y por lo tanto lo condenaba a muerte de horcaque se ejecutará en la plaza principal de esta capital en donde será arrastra-do desde la Cárcel Real y verificada la misma le cortará la cabeza y lasmanos y se pondrá aquella en una jaula de fierro sobre un palo de veinte piesde largo en el camino que sale de esta ciudad para Coro y para los Valles de

Aragua y las manos serán remitidas a esa misma ciudad de Coro para queuna de ellas se clave en un palo de la propia altura y se fije en las inme-diaciones de la Aduana llamada de Caujarao camino de Curimagua…”

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José Leonardo Chirino. Zambo libre nacido de negroesclavizado y madre indígena. Dirigente de la insurrec-ción de negros y zambos surgida en la serranía de Coroen 1795. Sus ideales se basaban en la lucha por la eli-minación de la esclavitud y por la igualdad de las cla-ses sociales; por la supresión de los privilegios y laderogación de los impuestos de alcabala, los cualesmellaban ferozmente la economía de las clases despo-seídas. Chirino trabajaba como jornalero en la hacien-da de la familia Tellería y parte de su trabajo consistíaen viajar hacia las Antillas; Saint- Domingue y Curazaofueron algunos de sus destinos. Se dice que estos via-jes influenciaron a Chirino ideológicamente empapán-dolo de los preceptos libertarios que sustentaban larebelión de negros en Saint-Domigue (hoy Haití), demanera que la insurrección de la serranía coriana

contó con un elemento ideológico ausente en lasdemás rebeliones, como lo fue la influencia de la rebe-lión de Haití en 1791 la cual culminaría con laRevolución Haitiana y la creación de la segunda repú-blica independiente en América en 1804. José CaridadGonzález, negro huido de Curazao, bien enterado delos movimientos revolucionarios en Saint-Domingue, seestableció desde muy joven en las costas venezolanasy su principal oficio era ayudar a otros negros antilla-nos a fugarse y refugiarse en tierra firme. González yChirino idearían juntos en Curimagua (Edo. Falcón) larebelión del 10 de mayo de 1795. Los insurrectos se cal-culaban alrededor de 200 hombres y mujeres esclavos ylibres. Quemando haciendas, secuestrando blancos yreclutando guerrilleros, ascendieron a 300 insurrectosen menos de un día. El pánico se regaría por la serra-nía coriana como una gota de tinta en agua. Luego dehaber oído sobre los acontecimientos que se sucedíanen Saint-Domingue, las familias blancas huían hacialas Antillas holandesas en busca de refugio. El terror alnegro se hizo presente una vez más ante la ferozdemanda de supresión de alcabalas y fin de la esclavi-tud. No era posible resistir más a las inhumanas formasdel sistema esclavista, no existía para Chirino y sugrupo otra manera de reclamar libertad.

La rebelión fue atacada por las autoridades y en díassuprimida salvajemente. Muertos a golpe de cuchillo,culetazos y decapitaciones, los integrantes de larevuelta, no resistieron el embate de las fuerzas opre-soras. Chirino fue capturado en agosto de 1795 y traslada-do a Caracas, condenado a muerte por la Real Audienciael 10 de diciembre de 1796.

Esta rebelión es considerada por cierta corrientehistoriográfica, como la primera rebelión pre-indepen-

dentista, sin embargo, es importante compren-der el contexto en el que se desarrolla y susactores. Si bien estuvo animada por ideales

libertarios, no concentró los intereses y las

ideas independentistasque la élite criolla cara-queña lograría cristalizar

quince años más tarde,el 19 de abril de 1810 yel 5 de julio de 1811.Finalmente, Chirino fue

decapitado en Caracas ysus extremidades expues-tas en los caminos haciaCoro y Aragua como ejem-plo del castigo a quienes se sublevaran.

Carimba: marca a hierrocandente que se hacía a los esclavizados. En un momento sirvió de castigo, posterior-mente sería usada paraidentificar a los esclavi-zados como propiedad de una hacienda. Maza: pieza de maderamaciza que se ataba conuna cadena a la pierna

del esclavizado comocastigo, reduciendo sumovilidad lo cual haciamás tortuoso el trabajo. Trabuco: arma de fuegousada durante el períodocolonial en Venezuela.Sistema de encomien-das: método aplicado a los indígenas en donde se les obligaba a convivircon los españoles traba-jando para ellos a cambio de manutencióny cristianización.

> GLOSARIO

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Miguel Jerónimo, alias Guacamaya o Guacamayo:Durante 1794 y 1795, en los valles de Barlovento, da ini-cio una extensa rebelión de esclavizados y esclaviza-das. Junto a su compañera lideró el cumbe de Taguaza,ubicado en las montañas del mismo nombre, en lacomunidad de Aragüita, actualmente ubicada en elmunicipio Acevedo, estado Miranda.

Pocas veces oímos el nombre de mujeres queparticiparon activamente en las rebeliones deesclavizados en Venezuela. Sin embargo, no eranpocas las luchadoras convencidas de su contribu-ción en estas sublevaciones. Un ejemplo de ellolo tenemos en los cumbes de Ocoyta, donde parti-cipó Manucha Algarín; el cumbe de Taguaza, dondeJosefina Sánchez apoyó a Miguel Jerónimo Guaca-maya en la formación del cumbe.

Al respecto Jesús “Chucho” García, en su trabajoAfrovenezolanidad e inclusión en el proceso bolivaria-no venezolano, señala: “Más de ciento veinte mujeresafricanas esclavizadas en Barlovento participaron a lolargo del siglo XVIII en las rebeliones, cumbes, cons-piraciones en los valles de Barlovento, en Yaracuy yen Coro”.

Lo cierto es que tanto hombres como mujeres de-fendieron su derecho a la libertad. Lucharon y se resis-tieron durante todo el período esclavista. La resistenciafue tanto activa como pasiva. En el primer caso a travésde las luchas armadas y la creación de cumbes y en elsegundo caso, a través de la práctica clandestina de suscreencias y la negación a olvidar sus raíces y a perder sudignidad. En cualquier caso, la idea de libertad estuvo

presente en estos individuos. Sin embargo, no sería sinohasta el siglo XIX, durante la presidencia de JoséGregorio Monagas en 1854, que esta práctica inhumanaconocida como esclavitud, dejaría de estar contempladaen la legalidad. Aún así el pueblo negro siguió sufriendolos embates de una sociedad que no logró entendersecon ellos como iguales y prosiguió con una estructurasocial basada en discriminación y desigualdad.Actualmente la comunidad negra venezolana sufre otrafase de este mal excluyente, la carimba del racismo. Malque se ha querido negar tras muchas excusas y menti-ras, pero aquí quedan para la reflexión parte de las his-torias de un pueblo que desde su llegada a este conti-nente se ha visto en la necesidad de luchar por su igual-dad y libertad.

P A R A S E G U I R L E Y E N D O . . .Miguel Acosta Saignes. Vida de esclavos negros en

Venezuela. Caracas, Hespérides Ediciones, 1984Federico Brito Figueroa. Las Insurrecciones de esclavos

negros en la sociedad colonial venezolana. Caracas,Editorial Cantaclaro, 1961.

Franklin Guerra Cedeño. Cumbes y cimarroneras enBarlovento. Caracas, Cuadernos Lagoven, 1989.

Jesus “Chucho” García. Afrovenezolanidad e inclusiónen el proceso bolivariano venezolano. Caracas, Minci. 2005.

Ermila Troconis de Veracoechea. Documentos para lahistoria de los esclavos negros en Venezuela. Caracas,Academia Nacional de la Historia, 1969.

> Pedro León Castro. Boceto para fresco "Liberación de los Esclavos" .Colección Museo Arturo Michelena.

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HISTORIAS INSURGENTES

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Portada del libro Jesús María Herrera Salas.El Negro Miguel y la primera revolución venezolana. Caracas, Vadell Hermanos, 2003.

Colección Libros Raros de la Biblioteca Nacional

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LA REBELIÓN DEL NEGRO MIGUEL

ería en 1553, en las minas de oro de Buría,cerca de la ciudad de Nueva Segovia deBarquisimeto, cuando los esclavos africanoslevantaron su voz de protesta contra el domi-nio español. Liderada por un negro llamado

Miguel, la rebelión de los esclavos en la veta de oro deBuría, constituiría uno de los primeros conatos paraestablecer la independencia ante un régimen esclavis-ta y de dominación europea, característico del períodocolonial en la Provincia de Venezuela.

Este movimiento es considerado, en la actualidad,como una revolución política y social y no como una sim-ple insurrección, siendo ella una de las rebeliones másimportantes no sólo del siglo XVI sino de todo el períodocolonial venezolano. No obstante, su importancia socialha sido silenciada y sesgada por la llamada historia ofi-cial de nuestro país, clasificándola como un mito pinto-resco y belicoso, sucedido en una de las tantas regionesdel territorio nacional, cuando en realidad fue un movi-miento social que trascendió a planos étnicos, clasistas,económicos y políticos durante más de un siglo.

En efecto, dentro de la historia social venezolana elpapel de los esclavos negros en su lucha por la libertaddurante el período colonial, ha sido objeto de reflexióncon respecto a la forma en que se ha estudiado el tema.En principio, los llamados cronistas de indias --encarga-dos de relatar las acciones de los conquistadores a tra-vés de su visión europea-- desacreditaron y ridiculiza-ron la labor de los esclavos africanos mostrándoloscomo gente floja, malagradecida y desobediente.

La historia oficial, igualmente, ha ignorado la partici-pación de los esclavos africanos en el desarrollo poten-cial de la economía colonial, reduciéndolos a lo mássimple dentro de la sociedad venezolana y omitiéndolosde la historia colectiva, y dentro de estos grandes olvi-dos, se encuentra la memoria del Negro Miguel y surebelión en las minas de oro en Buría.

Dominación, explotación y sublevaciónLa rebelión del negro Miguel representaría uno de los

primeros intentos de liberación, por parte de los pro-pios esclavos africanos, para escapar de las restriccio-nes impuestas por una clase dominante. La resistenciase hizo progresiva y la lucha ante la esclavización fuevisible y consciente por parte de este grupo étnico,cansado del sometimiento y la vejación.

En efecto, la explotación, los maltratos y abusos, elestablecimiento de una ideología dominante y la des-igualdad que caracterizaba a la sociedad colonial vene-zolana, fueron factores que, sin duda alguna, determi-naron las rebeliones de los negros e indígenas, que a

pesar de ser descritos como ignorantes, han sido capa-ces de reflexionar y tomar conciencia en torno a unaforma de organización social y una mejor calidad devida, la cual llegaría a través de la libertad.

En principio, el descontento de los esclavos africanos,va mediados del siglo XVI, se expresaba por medio defugas individuales o colectivas, producto del aumentode la explotación de la mano de obra esclava por partede los conquistadores españoles, quienes por los hallaz-gos mineros en la región centro-occidental de la antiguaProvincia de Venezuela, explotaban sin contemplacionesa los esclavos para su enriquecimiento personal.

Poco a poco fueron incrementándose los desconten-tos a la par de la explotación de aquellas tierras que,paradójicamente, no eran disfrutadas por quienes lastrabajaban incansablemente. Por ello, un grupo dehombres y mujeres que habitaban cerca de Buría yotros que fueron trasladados desde otras regiones, unanoche de 1553, tomaron como medida de protestafugas y ataques en contra de sus explotadores.

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> El Negro Miguel pasa la antorcha de la libertad a José Leonardo Chirino. Mural de Efraín López (detalle).Ministerio del Poder Popular para la Defensa. Fuerte Tiuna, Caracas.

El motín del Negro MiguelLas minas de oro cerca del río Buría fueron descubier-tas por el capitán español Damián del Barrio, a fines de1552, bajo el gobierno local de Juan Villegas Maldonado.A partir de este momento, se convertiría en la principalfuente de enriquecimiento de los españoles y conquis-tadores a lo largo del siglo XVI. Indígenas y esclavosafricanos eran traídos diariamente para extraer esterecurso natural en su máxima capacidad. Entre estegrupo de esclavos se encontraba un hombre distingui-do por su arrojo y coraje, su nombre: Miguel. Se presu-me que procedía de la región situada cerca de Nigeria,adyacente al golfo de Biafra, no obstante, fue adquiri-do en los mercados negreros de Puerto Rico, por lo quetenía dominio de la lengua española.

En aquellas minas, a parte de los trabajos de losesclavos, se encontraban también un grupo de indíge-nas de nombre Jiraharas, que con anterioridad se ha-bían alzado contra la explotación. Este grupo se uniríaposteriormente a la rebelión de negros esclavos enca-bezada por el Negro Miguel, quedando en evidenciaque la zona de Buría, además de ser la principal fuentede enriquecimiento para los españoles a mediados delsiglo XVI en la zona centro-occidental, también fueconocida por sus continuas resistencias y alzamientos.

Dicha asociación entre los Jiraharas y el llamadoNegro Miguel, junto con demás esclavos se dio lugaraproximadamente en 1553, en una zona montañosa cer-cana a la ciudad de lo que antes se conoció como laNueva Segovia. Los esclavos --que sobrepasaban los 50

hombres-- negándose a reiniciar su trabajo, sealzaron contra unos 20 españoles y contra elalcalde capitán Diego Hernández de Serpa.

Así, en medio de la oscuridad de la noche, elNegro Miguel y su grupo escapó a las monta-ñas de Nueva Segovia, donde se implantó uncomando de resistencia contra los españoles.Es de conocimiento que el comando de Miguelideó estrategias de ataque efectivas, ahuyen-tando a los españoles y apoderándose de todolo que había en aquel poblado minero, siendo(según afirman cronistas e historiadores) lasmujeres esclavas las que ayudaron en la plani-ficación del movimiento, entre ellas Guiomar su

compañera y esposa.Finalizado aquel enfrentamiento los esclavos se ins-

talaron en lo alto de las serranías al este de NuevaSegovia, estableciendo en aquel lugar una unidad polí-tica a la cual denominaron Curduvaré, que en idiomaindígena significa “Libre como la liebre”. En Curduvaréorganizaría Miguel, junto con los demás revoluciona-rios, grupos armados para consolidar un poderío políti-co y militar capaz de combatir a las fuerzas españolasen las mismas condiciones. Una de sus primeras estra-tegias fue incentivar a otros esclavos para que abando-naran los trabajos agrícolas y mineros, y así sabotear elsustento de los españoles. De igual forma el NegroMiguel logró alianzas con otro grupo de esclavos africa-nos e indígenas que se vieron identificados con la insu-rrección que buscaba la libertad y transformar la estruc-tura social y económica que iba en detrimento de ellos.

Un apartado en las crónicas de IndiasCronistas y testigos de la época afirmaron que el escla-vo Miguel, líder del levantamiento de Buría, poseíavalentía y gran capacidad de organización. De igual

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> Grabado de negros tomado de D´Orbigny. Viaje pintorescoa las dos Américas, Asia y África. Barcelona, 1842.Colección Libros Raros de la Biblioteca Nacional.

> Colección Libros Raros de la Biblioteca Nacional.

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forma, señalaron con su visión evidentemente de con-quistador, que el Negro Miguel había instaurado un rei-nado a semejanza del imperio español, con Reina, súbdi-tos, obispos y herederos. Llamado Capitán o Caudillos porotros, los cronistas de Indias lo reconocieron como líder yfundador, pero a la vez desacreditaron su movimiento.

Así expresó el cronista Fray Pedro Aguado, en suRecopilación Historial de Venezuela:

“Fue, pues, el caso que un minero de Pedro de losBarrios, vecino de Barquisimeto, por causas que a ello lemovieron, quiso castigar con rigor un esclavo de los que asu cargo estaban, llamado Miguel, negro muy ladino en lalengua castellana, y aun resabido y entendido en bella-querías. Este esclavo, viéndose en esta aflicción, determi-nó no obedecer ni tener sufrimiento, mas hallando allí amano una espada se defendió del minero y se fue huyen-do al monte, de donde voluntariamente, con diabólica ydepravada intención, comenzó a persuadir a los demásesclavos a que dejando la servidumbre en que estaban,tomasen la malvada libertad que él tenía usurpada…”.

La visión del conquistador y del cronista sugirió,indirectamente, al desacreditar el acontecimiento, queel movimiento del Negro Miguel fue una insurrecciónque buscaba no sólo la libertad de un hombre sino deun colectivo, que quería conquistar el poder junto conlos demás esclavos, y así cambiar su forma de vida.Una rebelión con términos antiesclavistas.

Sería el propio Fray Pedro Simón en sus NoticiasHistoriales de Venezuela el que relataría las razones quemovieron al Negro Miguel: “…que la razón que les habíamovido a retirarse de los españoles, ya sabían había sidopor conseguir su libertad, que tan justamente la podíaprocurar, pues habiéndolos Dios criado libres como losdemás gentes que los indios, a quienes el Rey mandabafuesen libres, los españoles los tenían sujetos y puestos

tiránicamente en perpetua y mise-rable servidumbre…”.

Paradójicamente, el llamadoNegro Miguel, logró crear en surebelión, una conciencia de li-bertad, que permite que seaperfectamente calificado comouno de los tantos movimientosprecursores de la abolición de laesclavitud en el país. De maneraque, Miguel y los demás esclavosestuvieron muy lejos de ser ladro-

nes y simples revoltosos, ya que defendieron sulibertad negándose a aceptar el régimen esclavistaimpuesto por los colonizadores.

Una muerte, un legado… Sin embargo, la revuelta no terminó allí, si bien susaliados se rindieron ante las poderosas armas españo-las, el movimiento de Buría trascendió y fue ejemplo aseguir para emprender nuevos movimientos constituí-dos por los descendientes de aquellos que enfrentarona los españoles en 1553. La resistencia de los Jiraharasse hizo constante, tanto así que los españoles tiempodespués debieron abandonar aquellas minas. Fue asícomo sucedió la rebelión de Buría, un hecho históricosumamente positivo por ser uno de los primeros quereflejó el rechazo a la invasión, el saqueo, la injusticia yla esclavitud.

P A R A S E G U I R L E Y E N D O . . .

Reinaldo Rojas. La rebelión del Negro Miguel y otrosestudios de africanía. Barquisimeto,. Zona Educativa delEstado Lara / Fundación Buría, 2004.

Jesús María Herrera Salas. El Negro Miguel y la Primera Revolución Venezolana: La Cultura del podery el Poder de la Cultura. Caracas, Vadell HermanosEditores. 2003.

Fray Pedro Aguado. Recopilación Historial de Venezuela. Bogotá, 1956, tomo III.

Miguel Acosta Saignes. Vida de los esclavos negros en Venezuela. Caracas, Hespérides Ediciones. 1984

Federico Brito Figueroa. Las Insurreccionesde los Esclavos Negros en la Sociedad ColonialVenezolana. Caracas, Editorial Cantaclaro, 1961.

> Pedro León Castro. Boceto para fresco "Liberación de los Esclavos"Colección Museo ArturoMichelena.

1810-1830 REPÚBLICA, LIBERACIÓN E INTEGRACIÓN

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JOSÉ LEONARDOCHIRINOY LA INSURRECCIÓN DE CORO EN 1795

a Independencia es una delas etapas más complejas ypolémicas de la historia deVenezuela. Es el período denuestro devenir en el que

se dieron los primeros pasos de lanacionalidad en el contexto de unaguerra decisiva para América y lametrópoli. Pero en los fogones deeste proceso se aderezó una mira-da sobre nuestro pasado. Quieneslideraron la independencia erigie-ron una explicación justificadorade la ruptura del vínculo colonial,basada en la presencia de un inva-sor – el español que llegó luego de1492 – y que sería echado por losprohombres que fabricaron la rup-tura con España y la fundación dela República. Esta versión colocóen primera escena el protagonis-mo de los mantuanos y silenció orelegó el papel jugado por los sec-tores populares en la contienda.Solo se les coloca como aliadoscircunstanciales de la corona, yluego como actores de segundo ytercer reparto, en una obra en laque los primeros papeles les co-rrespondía al grupo que, desde

> La élite venezolana asumiría la independencia como un movimiento propio,excluyendo a todos aquellos movimientos sociales que, como en el caso de Chirino, no representaban los intereses de la nobleza colonial. Posteriormente la historiografía nacional impuso su proyecto y subestimó las acciones del pueblo en búsqueda de su libertad e igualdad frente a los demás.

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> Grabado de Coro del siglo XIX y Pedro León Castro. Boceto para fresco "Liberación de los Esclavos". Colección Museo Arturo Michelena.

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antiguo, monopolizaba los lugaresfundamentales de una sociedadestrictamente jerarquizada. Conello se daba continuidad en la con-ciencia histórica, a las rígidas pau-tas de un orden social basado en ladesigualdad y la exclusión.

El sufrimiento de los esclavos y sus descendientes Lejos de las imágenes legadas porla leyenda negra sobre el períodocolonial, las provincias que com-pondrían Venezuela disfrutaron deuna relativa pujanza económicadurante ese tiempo. Sin llegar a losextremos de la Nueva España –hoyMéxico– o del Virreinato del Perú,los dominios que luego de 1777pasaron a componer la CapitaníaGeneral de Venezuela ofrecían, enmateria de producción y comercio,un saldo favorable. Ese saldo esabonable a la cuenta de la mano deobra que llevaba sobre sus hombroslas faenas en las haciendas y plan-taciones. Los hombres y mujeresreducidos a la condición de escla-vos fueron los motores de la prospe-ridad económica vivida por las pro-vincias durante los trescientos añosde vida colonial.

Los zambos y negros esclavosserían objeto de innumerables vejá-menes, injusticias y atropellos deri-vados de su condición. El cepo,suerte de castigo corporal que in-movilizaba el cuerpo de quien erasometido a tan tortuoso castigo, lascadenas y los azotes, formaban par-te de la vida cotidiana de quienes,en aquel tiempo, eran consideradossólo como mercancía y no comoseres humanos.

El maltrato de los amos a sus

esclavos se podía pesquisar me-diante la recurrencia de algunasdolencias y lesiones entre ellos. Mu-tilaciones de extremidades, torce-duras o quebraduras del espinazo,de una pierna, de la ingle y herniasinguinales, se contaban entre las

afecciones más frecuentes de quie-nes eran abusados físicamente ysometidos a condiciones extremasen el trabajo, particularmente enlas faenas del campo.

Ante estos atropellos las mujeresy hombres reducidos a tan ignomi-niosa condición, rumiaban constan-temente su descontento, y en nopocas ocasiones lograron escapardel feroz maltrato al que eransometidos. Así también hubo suble-vaciones y levantamientos que fue-ron los reflejos más claros de losdeseos de estos esclavos por con-quistar su libertad.

Así las cosas, al zambo libre JoséLeonardo Chirino, hijo de negro es-clavo y de madre indígena, le tocóencabezar un sonado levantamien-to en la población de Coro en el añode 1795.

Se escucha el sonido de libertadEn la Sierra de Coro, en el pobladode Curimagua y sitios aledaños, laestructura social, como en el restode las colonias, era bastante des-igual. Sus habitantes, según pa-drón de población elaborado entre1794 y 1795, ascendían a 26.385pobladores, de los cuales 3.750 loconformaban los blancos criollos.Por otro lado, existían negros escla-vos y libres, además de gruposindígenas; unos sometidos al pagode tributos. Las noticias, conversa-ciones y prédicas recibidas por loscambios suscitados luego de laRevolución francesa, abrieron unambiente de rebelión entre la manode obra esclava.

Dentro de este ambiente y al ser-vicio del comerciante y Síndico 61

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Los hombres y mujeres reducidos a la condición de esclavos

fueron los motores de la prosperidad económica vivida por las provincias

durante los trescientos años de vida colonial.

> O Brasil de Rugendas. Colección Archivo Audiovisual de la Biblioteca Nacional

Procurador de Coro, José de Telle-ría, Chirino se crió como jornalerode una de las familias más pudien-tes de la región. Hombre trabajadory de familia, al lado de su patrón,tuvo la oportunidad de viajar concierta frecuencia a la isla deCurazao y a la de Santo DomingoFrancés (hoy Haití). En estos luga-res Chirino se pudo informar de losrecientes acontecimientos por lassublevaciones de los haitianos bajolas órdenes de Toussaint Louverturey de las ideas libertarias de laRevolución francesa.

A fines del siglo XVIII existían enla sierra coriana un gran número denegros loangos que, fugados de laisla de Curazao, adquirieron auto-máticamente la liber tad. Entreellos, se hallaba José Caridad Gon-zález, quien se destacaría entre sugrupo por su apreciable conoci-miento y por su destreza al dominarel idioma francés, el español y elpatuá curazoleño. Llegó a represen-tar a su comunidad y relacionarsecon las autoridades e institucionescoloniales. En España logró obtenertítulos de propiedad de tierras para

su grupo y se informó de la existen-cia de una Real Cédula firmada el31 de mayo de 1789 por el ReyCarlos IV y que fue conocida comoel Código Negro, que apuntabaprincipios humanitarios referidos albuen trato y ocupación que debíanlos dueños a sus esclavos.

Estas informaciones obtenidaspor José Caridad González y porChirino, prontamente fueron intro-ducidas en la población coriana,entusiasmando a los negros escla-vos con sus contenidos. Para 1795se había creado, entonces, unambiente propicio para el levanta-miento de los esclavos en Coro.Libertad, justicia e igualdad fue-ron las aspiraciones y la Sierra deCoro se convirtió en el escenariopara alcanzar la meta. Se iniciabala insurrección.

Comienza el levantamiento Un baile organizado por el propioChirino anunciaba los aires de lainsurrección. El levantamiento es-talló el 10 de mayo de 1795 en lahacienda llamada de Macanillas yprogresivamente pasaría a las ha-

cienda de El Socorro, Varón, Sa-bana Redonda, La Magdalena yotros espacios productivos de laregión coriana.

El grito de rebeldía se daría enhoras de la noche, cuando Chirino yun grupo de mulatos tomaron porsorpresa a los propietarios de lazona. Las haciendas fueron saquea-das, otras incendiadas y algunosblancos, dueños de las haciendas,heridos y asesinados. Mientrasreclutaban más hombres y asegura-ban el paso hacía la ciudad de Coro,se proclaman los principios funda-mentales que caracterizaron lainsurrección: Aplicación de la “leyde los franceses”, que promovía lasideas de soberanía y libertad con lafinalidad de crear una República, laabolición de la esclavitud y destruc-ción del régimen basado en la servi-dumbre y la supresión de los privile-gios y eliminación de los impuestosde alcabala.

Al día siguiente los insurrectosbuscan el apoyo de otros esclavos,mulatos y algunos indígenas de losgrupos caquetíos, jiraharas y aja-guas. Nombrando comisiones Chiri-no convocó a los alzados a marcharhacía la ciudad de Coro, pero la tar-danza de estas acciones anunciabael fin del levantamiento.

En la ciudad de Coro, conociendola situación y visualizando la llega-da de los mulatos, las autoridadescriollas organizaron la defensa y larepresión de los conjurados. La per-secución y la muerte sin previo jui-cio fueron las acciones realizadaspara atemorizar a los esclavos y alos grupos en servidumbre. La idea,evitar nuevos motines tanto en laregión coriana como en otras zonas62

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El grito de rebeldía se daría en horas de la noche cuando Chirino y un grupo de mulatos,

tomaron por sorpresa a los propietarios de la zona. Las haciendas fueron saqueadas, otras

incendiadas y algunos blancos, dueños de las haciendas, heridos y asesinados.

> Representación de Chirino en una estampilla perteneciente alArchivo Audiovisual de la BibliotecaNacional.

de la Provincia de Venezuela y asídar término a la revuelta encabeza-da por Chirino.

Se intensifica la represión y se da fin a la insurrección La derrota era un hecho. Un peque-ño combate entre los alzados y lasmilicias de blancos, dio punto finala la insurrección. Entre los días 10 y12 de mayo más de 100 negros ymulatos fueron prisioneros: 86 fusi-lados sin previo juicio, 7 degolladosel mismo 12 de mayo y 9 al día si-guiente. El día 18 de mayo se ajusti-ciaron 23 esclavos y cinco días des-pués 25 esclavos contaron con lamisma suerte.

Entre tantos ajusticiamientos ydecapitaciones, José Caridad Gon-zález se presentó el día 11 ante elTeniente de Justicia Mayor de Coro,Mariano Ramírez Valderraín, paraofrecer su apoyo y dar noticias delos mulatos alzados, pero su inten-ción no fue bien recibida, al contra-rio, fue apresado. Al ser enviado a laCárcel Real de la Ciudad, correría el

mismo destino de los demás com-pañeros, fue asesinado tras inten-tar la huida entre sus custodios. Porsu parte, José Leonardo Chirino,como no había acompañado al pri-mer grupo que se dirigía a la ciudadde Coro, logró huir de la persecu-ción e internarse en lo más lejanode la serranía coriana.

Sin embargo, luego de tres me-ses escondido, en agosto de 1795,fue traicionado por uno de sus com-pañeros y apresado en el sitio deBaragua. Inmediatamente fue tras-ladado a la ciudad de Coro y poste-riormente a Caracas, donde seríaenjuiciado por la Real Audiencia.

En Caracas, el 10 de diciembrede 1796, la Real Audiencia dictami-nó que Chirino había incurrido endelitos de subversión y lo condenó“…a muerte de horca que se ejecuta-rá en la plaza principal de esta capi-tal adonde será arrastrado desde laCárcel Real, y verificada su muerte,se le cortará la cabeza y las manos yse pondrá aquella en una jaula de fie-rro sobre un palo de veinte pies delargo en el camino que sale de estamisma ciudad para Coro y para losValles de Aragua, y las manos seránremitidas a esa misma ciudad deCoro para que una de ellas se claveen un palo de la propia altura y se fijeen la inmediación de la aduana lla-mada de Caujarao, camino de Curi-magua, y la otra en los propios térmi-nos en la altura de la sierra...”

Por su parte, la esposa e hijos deChirino también fueron sentencia-dos al ser separados y vendidos co-mo esclavos en diferentes sitios dela Provincia de Venezuela. De estamanera, con la muerte de Chirino,se daba por concluido el capítulo deun levantamiento social que atentócontra la clase dominante y alteróel régimen establecido.

Pese a ser una manifestación decarácter local, el predicamento deChirino es universal, porque ha pa-sado a simbolizar la lucha contra

cualquier injusticia. Chirino no fueun mero “delincuente”, fue un hom-bre para la libertad, aspiración per-manente e hilo conductor de lacompleja trama sociopolítica queencararía Venezuela a inicios delsiglo XIX.

La insurrección del 10 de mayode 1795, aunque fallida, es conside-rada como uno de los movimientospolíticos originarios que expresó ensu tiempo las demandas socialesque confluirían en el complejo pro-ceso de la independencia.

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P A R A S E G U I R L E Y E N D O . . .

Aizpurua, Ramón, “La insurrecciónde los Negros en la Serranía de Corode 1795: una revisión necesaria”. En:Boletín de la Academia Nacional de laHistoria. Caracas, Tomo LXXI, Nº 233.Julio-septiembre, 1988.

Arcaya, Pedro Manuel, Insurrección de los negros de la serra-nía de Coro en 1795. Caracas,Instituto Panamericano de Geografíae Historia, 1949.

Brito Figueroa, Federico, Las insu-rrecciones de los Esclavos en la socie-dad Colonial. Caracas, EditorialCentauro, 1961.

Córdova Bello, Eleazar, La indepen-dencia de Haití y su influenciaHispanoamericana. Caracas, InstitutoPanamericano de Geografía eHistoria. 1967.

José Leonardo Chirino y la insurrec-ción de la Serranía de Coro de 1795.Mérida, Memorias del simposio realizado en Mérida los días 16 y 17de noviembre de 1995. ULA, UCV,LUZ, 1996.

Jordán, Josefina, Documentos de la insurrección de José LeonardoChirino. Caracas, Fundación Historiay Comunicación, Colección Abraxas, 1994.

Gil Rivas, Pedro (comp.), La insu-rrección de los Negros de la SerraníaCoriana: 10 de mayo de 1795.Caracas, CONAC, 2001.

> Negro rebelde ilustrado en un grabado del libro de John GabrielStedman. Voyage a Surinam et dans l´ interieur de la Guiane. París, Chez F. Buisson, 1799. ColecciónLibros Raros de la Biblioteca Nacional.

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NOTICIAS

AGN inauguró muestra conmemorativa del 19 deabril de 1810.Venezuela, PuebloInsurgente: TestimoniosDocumentales del 19 de Abril de 1810El pasado 18 de abril, en elantiguo edificio del ArchivoGeneral de la Nación, sedeCarmelitas, el Ministerio delPoder Popular para laCultura a través del ArchivoGeneral de la Nación, dioapertura a la ExposiciónDocumental: VenezuelaPueblo Insurgente.Testimonios documentalesdel 19 de Abril de 1810. Estaactividad contó con la parti-cipación de los profesoresEnrique Nóbrega (CentroNacional de Historia),Pedro Sosa (UniversidadCentral de Venezuela) y de la profesora CarmenAlida Soto, directora de la institución.

19 de abril de 1810 fue conmemorado con unaRuta HistóricaEn búsqueda de la segundaindependenciaCon el objetivo de conme-morar el hecho histórico queinició la emancipación deVenezuela, el pasado 17 deabril, el Ministerio del PoderPopular para la Cultura, através del Centro Nacionalde Historia en alianza con laAsamblea Nacional y elMinisterio del Poder Popularpara las RelacionesExteriores realizaron en laPlaza Bolívar: La RutaHistórica del 19 de abril de1810: cuando el pueblo sehizo soberano.Un grupo de niños de laUnidad Educativa FranciscoPimentel representaron loshechos ocurridos aquel día.

Dictado seminario“Iluminados por la guerra”Una aproximación a la luchapor la Independencia enVenezuelaEn ocasión de iniciar la fies-ta por el Bicentenario de laIndependencia de laRepública Bolivariana deVenezuela el 19 de abril de2010, el Centro Nacional deHistoria, ente adscrito alMinisterio del Poder Popularpara la Cultura, llevó a caboel seminario: Iluminados porla guerra, dictado por JuanMarchena, profesor titulardel área de América de laUniversidad Pablo deOlavide de Sevilla. Esteencuentro, que contó la asis-tencia de estudiantes, profe-sores e investigadores dediferentes áreas de las cien-cias sociales, se realizóentre el 18 y 21 de mayo de2009, de 9:00 am. a 12 m. enla Sala de Capacitación delMinisterio del Poder Popularpara la Cultura.

Taller “El Barrio cuenta su historia” fue dictado en CaucaguaPrácticas para la reconstruc-ción de historias localesEl pasado 14 de abril, en lasede del Infocentro deCaucagua (Edo. Miranda), sedictó el taller: El barrio cuen-ta su historia. Esta iniciativaforma parte de un proyectopiloto del Centro Nacionalde Historia (CNH) y laFundación Infocentros paraacompañar los procesos dereconstrucción de la memo-ria local en la zona mirandi-na. A la sede del Infocentrode Caucagua asistieron 14facilitadores provenientesde esa comunidad, así comode Mamporal, Tapipa yCumbo, y también de Tácata(Los Valles del Tuy). La jornada se realizó entrelas 9:00 a.m. y las 3:30 p.m.

FUNDACION CENTRONACIONAL DE HISTORIA

CIPRIANO CASTRO EN LA

CARICATURA MUNDIAL, 2008.

La presente obra fue editadaen 1980 por el InstitutoAutónomo BibliotecaNacional y por la Fundaciónpara el Rescate del AcervoDocumental (FUNRES). Estapublicación expone unaimportante recopilación decaricaturas realizada porWilliam Sullivan, quien con-sultó diversos diarios ysemanarios internacionalesque expresaron, a través desugerentes imágenes, unavisión racista y denigrantedel presidente CiprianoCastro.El libro presenta dos ensa-yos de los especialistasRamón J. Velásquez y JesúsSanoja Hernández, quienesen la introducción y el prólo-go, respectivamente, anali-zan los aspectos más resal-tantes de la política castris-ta durante el bloqueo a lascostas venezolanas entre1902-1903, cuando una avan-zada naval de las potenciasalemana e inglesa agredió lasoberanía de nuestro territo-rio nacional.

Carlos Aguirre Rojas.MICROHISTORIA ITALIANA.MODO DE EMPLEO, 2009.La serie El Pueblo es laHistoria edita obras mono-gráficas referidas a la refle-xión sobre los diversostemas, enfoques y miradasque surgen al momento deestudiar y analizar laHistoria Social. ElCentro Nacional de Historia

presenta a los lectores laobra Microhistoria Italiana:modo de empleo, en la cualel investigador mexicanoCarlos Aguirre Rojas nosmuestra de manera sistemá-tica las características yaplicaciones de esta impor-tante perspectiva historio-gráfica, que goza actual-mente de creciente atención en nuestro conti-nente. Carlos Aguirre Rojases Doctor en Economía en la UNAM (1988) y estudióel Posdoctorado en Historia en la Ecole des HautesEtudes en Sciences Socialesde Paris (1989). Entre susinvestigaciones publicadaspodemos mencionar:Antimanual del malHistoriador (2008), LaEscuela de los Annales. Ayer,Hoy, Mañana (2006) yChiapas, Planeta Tierra(2007). Actualmente se des-empeña como investigadortitular en el Instituto de

Investigaciones Sociales dela Universidad NacionalAutónoma de México.

Miguel Izard. MIEDO A LA REVOLUCIÓN. LA LUCHA POR LA LIBERTAD

EN VENEZUELA 1777-1830,2009.A 200 años de laIndependencia en Venezuela,el Centro Nacional deHistoria (CNH) se complaceen publicar una obra cuyofin es aproximarnos al com-plejo período de transiciónpolítica, social y económicaque se vivió en el país entrelos fines del siglo XVIII y las primeras décadas delsiglo XIX. La Colección Bicentenariodel CNH presenta la reedi-ción de esta obra de MiguelIzard. El trabajo se divide en dos partes: la primera describe la evolu-ción política y la lucha deintereses de las clasessociales que participaron en el proceso de indepen-dencia a principios del siglo XIX; y la siguiente, ana-liza a profundidad los antagonismos internos delas clases criollas que pretendían incrementar sucontrol territorial.

Eduardo Arcila Farías. LAS ESTADÍSTICAS DE CASTRO.PRIMERA DÉCADA DEL SIGLO

XIX, 2009.A 100 años del golpe políticosufrido por el presidenteCipriano Castro en 1908, elCentro Nacional de Historia,a través de su política edito-rial, se complace en publicarla reedición de la presenteobra que, a través de datosestadísticos, ofrece un interesante panorama de la época económica y políti-ca que transcurre en Venezuela durante elgobierno de Cipriano Castro(1899-1908).Eduardo Arcila Farías (1912-1996) historiador, cuentista y periodista, traba-jó en la prensa local ynacional de nuestro país.Cursó Derecho (1936-1938) y Economía (1940-1941) en la Universidad Central de Venezuela. Fue director del Instituto de Estudios Hispanoameri-canos de la UCV, fundó laRevista de Historia (1961) yse concentró en las investi-gaciones sobre la historiaeconómica e historia colo-nial de Venezuela. Entre suslibros figuran: Sudor: cuen-tos del mar y tierra (1941), Elrégimen de la encomienda enVenezuela (1979), Economíacolonial de Venezuela (1946),entre otros. Su obra lo con-virtió en uno de los historia-dores más importantes delsiglo XX venezolano.

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LA HISTORIA EN LIBROS