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MEMORIAS DEL PUEBLO DIGITAL: Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” – Año 3 - Nº 3- agosto 2016 1

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MEMORIAS DEL PUEBLO DIGITAL: Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” – Año 3 - Nº 3- agosto 2016

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MEMORIAS DEL PUEBLO DIGITAL

Revista del Museo Histórico Municipal

“La Para” Ex Estación Ferroviaria

C.P. X5137ANQ La Para – Córdoba – Argentina

www.museodelapara.gob.ar [email protected]

Propietario:

Municipalidad de La Para

AÑO 3 – NÚMERO 3 Agosto 2016

Dirección

Carlos Alfredo Ferreyra

Fotografías Carlos Alfredo Ferreyra Sebastián Pérez Parry

Ángeles Meza Mariana Fabra

Micaela Spangaro Dolores Barrionuevo

Maquetación Edgar Fabián Rosso

La correspondencia deberá remitirse a la dirección del Museo.

Los artículos firmados son responsabilidad

exclusiva de los autores.

Permitida su reproducción siempre que se cite la fuente

Derechos Reservados

ISSN 2362-6380

Estimado lector:

Volvenmos a Ud. con el tercer número de Memorias del Pueblo Digital, la revista de historia y museología del Museo Histórico Municipal de La Para.

El museo se asume a si mismo como un instrumento de divulgación científica, tanto de la historia como en museología, además de promover la curiosidad, la investigación y el debate.

Este es un número muy especial ya que publicamos dos artículos de arqueología (nuestra gran fuente científica de conocimientos), otro de museología y difusión científica y otro de toponimia histórica.

En primer lugar el trabajo de Aldana Tabarone y el equipo del Museo de Antropología de la Universidad Nacional de Córdoba nos presentan las conclusiones sobre un el sitio arqueológico en Laguna del Plata.

Seguimos luego con el artículo de las estudiantes de arqueología Spángaro y Barrionuevo, dirigidas por nuestra arqueóloga Marta Bonofiglio sobre el proceso de formación de los sitios arqueológicos en Laguna del Plata.

A continuación presentamos el artículo de Carlos Ferreyra, que presenta y analiza el proyecto del Parque Pleistocénico que la Municipalidad de La Para está construyendo en nuestra localidad.

Finalmente, también del mismo autor, un artículo que se pretende como final, sobre la discusión de si nuestra gran laguna se llama Mar Chiquita o Ansenuza.

Esperamos que esta publicación contribuya a la construcción de nuestra identidad y sirva para difundir las investigaciones de nuestro museo.

Querido lector, hasta el próximo número Cordialmente

La Dirección

SUMARIO:

-ANÁLISIS BIOARQUEOLÓGICOS DE RESTOS HUMANOS…………….….. p. 4 -PROCESO DE FORMACIÓN DEL SITIO EL CAMPING …………………….. p. XX -EL PARQUE PLEISTOCÉNICO DE LA PARA …………………………………….p. XX -ACERCA DEL TOPÓNIMO ANSENUZA…………………………………………..p. XX

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EQUIPO DE TRABAJO, COLABORADORES Y VOLUNTARIOS DEL

MUSEO HISTÓRICO MUNICIPAL “LA PARA”

Dirección: Carlos Alfredo Ferreyra

Conservación: Angélica Montoya

Informática: Edgar Rosso

Colaboradores: Leonardo Caffarena, Ariel Toledo, Reinaldo Jesús Loza, Anahí Folli, Laura Beatriz Ceballos

Área de Investigaciones Históricas: Jorge Miglione, Gabriela Silvana Peralta, Carlos Alfredo Ferreyra, Ángela Rosa Alegre, Carlos Eduardo

Villarreal, Elder Omar Candusso

Área de Arqueología: Marta María Bonofiglio, Carlos Eduardo Villarreal, José Luís Giraudo, Ulises Carrara, Néstor Hugo

Cocco, Luis María Cerda

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ANÁLISIS BIOARQUEOLÓGICO DE RESTOS HUMANOS RECUPERADOS

EN EL SITIO LA PARA 1387/15

(DEPARTAMENTO RÍO PRIMERO, CÓRDOBA)

Tavarone1, Aldana; Gonzalez2, Claudina; Salega3, Soledad; Bellis4, Julieta; Benedetti, Florencia;

Ramirez5, Darío; Loupias, Luciano; Fabra6, Mariana.

1Becaria FONCyT, IDACOR CONICET, Museo de Antropología (Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de

Córdoba)

2 IDACOR-CONICET, EAAF, Museo de Antropología (Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba)

3Becaria CONICET, IDACOR-CONICET, Museo de Antropología (Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional

de Córdoba)

4 IDACOR-CONICET, Museo de Antropología (Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba)

5Becario Consejo Interuniversitario Nacional (CIN)

6 Investigadora adjunta CONICET, IDACOR-CONICET, Museo de Antropología (Facultad de Filosofía y Humanidades,

Universidad Nacional de Córdoba). E-mail: [email protected]

INTRODUCCIÓN

En los últimos años se ha evidenciado una preocupación creciente por la protección de

restos materiales (restos arqueológicos, en general fragmentos de cerámica y materiales

líticos, y restos óseos, reconocidos como humanos) considerados de valor arqueológico y

patrimonial, por parte de diversos actores -particulares, museos, comunas- (Fabra et al.

2008; Fabra y Zabala, 2015; Zabala et al. 2015). Más aún, estas situaciones han sido

sumamente frecuentes en el sector sur de la laguna Mar Chiquita, debido a los procesos

erosivos sufridos en su costa, por el continuo avance y retroceso de las aguas, así como por

la pérdida de la cubierta superficial de suelos, y el accionar humano (Fabra et al 2014a,

2014b). Estas situaciones motivaron la necesidad de implementar un protocolo que

permitiera responder a las demandas de una forma efectiva y ágil, posibilitando la

participación de aquellos sectores que interesados en la protección y recuperación de estos

restos.

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Desde el año 1999, el Museo de Antropología de la Facultad de Filosofía y

Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba (en adelante, MA) implementó

diversos proyectos, así como un programa de extensión universitaria (2011) tendientes no

sólo a dar respuestas a estas situaciones donde se encontraban en riesgo diversos

materiales, considerados de valor arqueológico patrimonial para diversos sectores (para una

revisión completa, ver Zabala y Fabra, 2008; Fabra y Zabala 2015), sino a la posterior puesta

en valor de dichas colecciones, a partir de su incorporación a estudios poblacionales, desde

una perspectiva bioarqueológica (Fabra et al. 2015). Para el caso puntual de la recuperación

de restos óseos humanos, se formalizó un convenio y un protocolo de trabajo, inédito en

Argentina, por el cual bioarqueólogos (miembros del Programa de Arqueología Pública, en

adelante, PAP1) y antropólogos forenses (miembros del Equipo Argentino de Antropología

Forense, en adelante, EAAF2) acuden al lugar del hallazgo de restos óseos, estiman su origen

(humano o no) e interés (arqueológico o forense) , y realizan la exhumación arqueológica de

los mismos, para luego derivarlos, dependiendo su interés (arqueológico o forense), al

Museo de Antropología, en caso de corresponder a restos bioarqueológicos pertenecientes a

poblaciones originarias que habitaron el actual territorio de Córdoba, o al Instituto de

Medicina Forense (IMF), dependiente del Poder Judicial de la Provincia de Córdoba, para

aquellos casos de interés forense (Fabra y Ginarte, 2009).

En este contexto, el objetivo del presente trabajo es presentar los resultados de las

tareas de excavación arqueológicas y posterior análisis de los restos óseos humanos

recuperados en el sitio denominado La Para 1387/15, realizados en el marco del convenio

mencionado.

1Programa Arqueología Publica: patrimonio arqueológico y derechos culturales en el Noreste de la Provincia de Córdoba (Exp.UNC nro. 0020448/2011, Resolución HCD 267 y 955). Museo de Antropología - Secretaria de Extensión Universitaria Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba: Dra. Mariana Fabra, Co-dirección: Mgter. Mariela Zabala. 2El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) es una organización científica, no gubernamental y sin fines de lucro que aplica las ciencias forenses -principalmente la antropología y arqueología forenses- a la investigación de violaciones a los derechos humanos en el mundo (http://eaaf.typepad.com/eaafsp/, Ultimo acceso 7 de Junio de 2016).

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ANTECEDENTES DE TRABAJOS BIOARQUEOLÓGICOS EN EL ÁREA

La Bioarqueología, disciplina que estudia los restos humanos esqueletales y dentales

desde una perspectiva que contempla el análisis de la biología esqueletal, así como el

contexto material, cultural, social y ambiental en el cual vivió una persona o una población

(Larsen, 1987; Buikstra y Beck, 2006), ha tenido un desarrollo notable en nuestro país, desde

mediados de la década de 1990, y fundamentalmente en las primeras décadas de este siglo.

En los últimos años, se han realizado numerosos estudios desde esta perspectiva

teórica con colecciones de restos óseos humanos recuperados en la costa sur de la laguna

Mar Chiquita, lo cual permitió incrementar el conocimiento acerca de la historia biológica

(Fabra et al. 2005; Fabra y Demarchi 2009; Fabra 2014), los modos y la calidad de vida de

estas poblaciones (Fabra et al. 2009, 2014; Fabra y González 2012). Estos trabajos

permitieron obtener información acerca de cambios en la dieta (v.e. incorporación de

alimentos producidos) alrededor de 1500-1200 años AP., sin abandonar una estrategia de

subsistencia de tipo mixta (Fabra y González 2015; Fabra et al 2012, 2014a, 2014b).

Particularmente, a partir del relevamiento de patologías dentales que sugieren situaciones

de estrés metabólico-sistémico, se infirió un proceso de desmejoramiento en la salud, para

los siglos previos a la conquista española (Fabra y González 2015), así como un incremento

en los niveles de actividad física y el inicio de las mismas a edad temprana (Salega y Fabra

2013), comparado con momentos previos.

También se han realizado otros estudios sobre estas poblaciones, basados en el

análisis del ADN mitocondrial. Se han detectado diferencias en la frecuencia de haplogrupos

mitocondriales de poblaciones que habitaron las sierras, y las llanuras del actual territorio de

Córdoba, sobre todo en momentos posteriores a 1200 años antes del presente (Nores y

Demarchi 2011, Nores et al. 2011). Estas diferencias pueden deberse al contacto con

poblaciones procedentes de otras regiones del país: el haplogrupo B es el más frecuente en

la submuestra Sierras mientras que en Llanura es el de menor incidencia. Este cambio podría

deberse a un aporte migratorio hacia la zona serrana desde poblaciones con alta incidencia

de haplogrupo B, tales como las andinas (poblaciones de las regiones de Puna y Atacama),

chaqueñas (Wichí y Toba), o como la población antigua de Pampa Grande, Salta. Los

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haplogrupos A y D tienen una representación bastante alta en Llanura, con posterioridad al

1200 AP, pero son menos frecuentes en Sierras, mientras que el haplogrupo C posee una

alta incidencia en ambas submuestras. La presencia del haplogrupo A sugiere flujo génico

desde el este y el noreste, de donde provienen los grupos guaraníes. La presencia de

haplogrupos C y D hace suponer vínculos con poblaciones patagónicas. Estos resultados son

coincidentes con estudios realizados desde la morfometría geométrica, que señalan

diferencias entre poblaciones asentadas en las Sierras y las Llanuras de Córdoba (Fabra y

Demarchi 2011; Fabra et al. 2014).

EL SITIO

En el mes de Diciembre de 2015, el director del Museo Histórico Municipal de la

Localidad de La Para, Carlos Ferreyra, se comunicó con el PAP dando a conocer el hallazgo de

restos óseos humanos en inmediaciones del camping municipal ubicado en la costa sur de la

Laguna del Plata. Frente a esta situación, se le solicitó realizara una denuncia ante la

comisaria de dicha localidad (actuaciones sumariales identificadas bajo el Nº 82/15). Una vez

recibido el oficio emitido por la Fiscalía Distrito II Tercer Turno, a cargo del Fiscal de

Instrucción Dr. Pedro Caballero, se procedió a planificar las tareas de rescate y exhumación

de los restos, las cuales se realizaron el 21 de Diciembre de 2015.

Se trata de un sitio al aire libre, ubicado en las coordenadas 30° 55’ 690’’ de latitud Sur,

y 62° 53’ 321’’ de longitud Oeste, en terrenos pertenecientes al camping Municipal de la

localidad de La Para, sobre la laguna del Plata (Figura 1). Las tareas de excavación

arqueológica fueron realizadas por miembros del Programa de Arqueología Publica,

acompañados por personal del Museo Histórico Municipal de La Para, miembros de Policía

Judicial y personal de la comisaria interviniente (Figura 2a).

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Figura 1. Ubicación geográfica del sitio La Para 1387/15

Al llegar al sitio, se observó en superficie la presencia de elementos óseos

correspondientes al cráneo, radio y cúbito. Seguidamente se inició el proceso de

exhumación siguiendo los procedimientos básicos para el trabajo con restos óseos humanos:

se procedió en primer lugar a la limpieza superficial del terreno circundante a los restos,

para luego plantear una cuadricula, de 1.5 mt. por 1.5 mt, comenzando a retirar

paulatinamente el sedimento, mediante la utilización de cucharines, pinceles y elementos de

madera. A nivel casi superficial se identificó la epífisis proximal de un fémur (Figura 2b), y se

continuó exponiendo el conjunto óseo, hasta descubrirlo en su totalidad (Figura 2c, y 2d).

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Figura 2. Trabajos de limpieza previos a la exhumación de los restos

Durante la limpieza, y previo a la exhumación, se constató que se trataba de una

inhumación individual, primaria, de un individuo adulto, en buen estado de conservación,

ubicado en posición decúbito dorsal, levemente inclinado hacia el lado derecho, con el

miembro superior derecho abierto, formando un ángulo de 90º en la articulación entre el

húmero y el omóplato, y el antebrazo elevado, formando otro ángulo de 90º, en la

articulación húmero-cúbito radio. El miembro superior izquierdo se encontraba

hiperflexionado sobre el tronco, con la mano al costado del cráneo. Los miembros inferiores

se encontraban hiperflexionados hacia la derecha (Figura 3a, 3b). Si bien no se pudieron

observar claramente los límites de la fosa, se supone que el miembro superior derecho debe

haber estado apoyado sobre el borde de la misma, dada su orientación y los ángulos

formados por las articulaciones. El esqueleto se encontró orientado en sentido noroeste

(pies)-sudeste (cráneo), con las orbitas orientadas al este. No se encontró ningún resto

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material que pudiera interpretarse como parte del ajuar, asociado a este individuo, tampoco

restos dispersos en las inmediaciones.

Figura 3. Individuo 1, sitio La Para 1387/15

Una vez exhumados los restos, fueron ubicados en bolsas de papel por partes

anatómicas, colocados dentro de una caja de cartón y, manteniendo la cadena de custodia,

fueron trasladados hasta el Instituto de Medicina Forense de la ciudad de Córdoba, donde se

les dio ingreso con el Nº 1387/15, y posteriormente remitidos a dependencias del MA, dado

que se trataba de restos arqueológicos.

ESTUDIO BIOARQUEOLÓGICO DE LOS RESTOS

Una vez remitidos los restos, desde el Instituto de Medicina Forense, a dependencias

del MA, se procedió a la limpieza de los mismos, previo a la realización de los análisis

bioantropológicos para estimar cuestiones generales relativos a la biografía general del

individuo -sexo, edad, estatura, lateralidad, patologías, niveles de actividad física- (Rodriguez

Cuenca, 1994). La limpieza se realizó en seco, utilizando cepillos y estecas de madera. Una

vez finalizado, se procedió al remontaje, o proceso de unión de partes esqueletales que

hubieran sufrido fracturas o daños postmortem.

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Para el análisis bioantropológico de los restos, se tuvieron en cuenta los

procedimientos establecidos por Buikstra y Ubelaker (1994), y Rodriguez Cuenca (1994). Se

realizó un inventario bioantropológico, registrándose cada parte anatómica, su integridad y

estados de conservación, estimando a partir de su registro un número mínimo de un

individuo, estando presentes casi en su totalidad las piezas esqueletales, salvo la mano

derecha, parte de la izquierda, y algunas falanges del pie izquierdo (Figura 4).

Figura 4. A) Gráfico que representa las partes anatómicas presentes en el individuo

recuperado, b) inventario general

Posteriormente a los procesos de limpieza, remontado y conservación, se procedió a la

determinación del sexo, teniendo en cuenta las características morfológicas del cráneo y la

pelvis. En el caso del cráneo se consideraron seis rasgos que incluyen el desarrollo, tamaño y

robusticidad de la protuberancia externa del occipital, de los senos frontales, de la glabela,

de los procesos mastoideos, de los arcos supraorbitarios y la eminencia mentoniana

(Buiskstra y Ubelaker, 1994). Para el caso de la pelvis se registraron dimensiones de la

escotadura ciática mayor, el surco preauricular y la morfología de la región subpúbica, en el

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caso del sacro se consideraron la morfología y el tamaño. El examen de estos indicadores

permitió estimar el sexo del individuo como masculino.

Para la estimación de la edad, se consideraron los cambios en la sínfisis púbica, y la

morfología esternal de la cuarta costilla, según la propuesta de Krenzer (2006). Los métodos

descriptos permitieron estimar rangos relativamente acotados de edad: considerando la

sínfisis púbica, los rangos van de entre 25-26 años para el método de Todd (Fase 4), o entre

22-43 años según Suchey Brooks (Fase 3). Si consideramos la superficie esternal de la

costilla, el rango varía entre 24 y 32 años. Según las clasificaciones etarias propuestas por

Buikstra y Ubelaker (1994), se trataría de un adulto joven (20-35 años), con un promedio de

32.5± 10.5 años, al momento de su muerte.

A su vez, se realizaron estudios sobre patologías orales, los cuales han demostrado ser

una línea metodológica útil para discutir la importancia de los recursos en la dieta, salud y su

variabilidad temporal y espacial (Lukacs 1989), ya que ofrece un registro independiente y

complementario de otras evidencias arqueológicas. Siguiendo la clasificación de las

patologías dentales propuesta por Lukacs (1989) según su etiología primaria, la acumulación

de cálculo se considera una patología degenerativa, mientras que caries y abscesos son

patologías originadas partir de procesos infecciosos, y por último, las pérdidas dentales ante

mortem (PDAM) y las enfermedades periodontales se clasificarían dentro de la categoría de

patologías infecciosas y/o degenerativas, ya que su causa puede derivar de una infección

originada por caries y/o abscesos, así como también por un trauma o desgaste dental grave.

En este trabajo, se relevaron las siguientes patologías orales, siguiendo la propuesta de

Lukacs (1989) a) de origen infeccioso (Caries, Lesiones dentoalveolares, Pérdidas dentales

ante mortem), b) Patologías de origen degenerativo (Cálculos, Periodontitis), c) Indicadores

de estrés metabólico (Hipoplasias del esmalte (HED), e) Indicadores de estrés fisiológico, f)

Macrodesgaste dental (Grado de desgaste, Patrón de desgaste, Fracturas premortem).

En cuanto al análisis dentoalveolar, a pesar de las fracturas postmortem observadas en

el lado izquierdo, nos permitió registrar un avanzado desgaste dental en el maxilar superior,

especialmente en la dentición anterior, llegando a la exposición de la dentina (Figura 5). En

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lo que respecta a la dentición posterior, el desgaste es menor, observándose sin embargo un

granuloma periapical3 posiblemente relacionado al propio desgaste. No se registraron caries,

ni abscesos, como tampoco la presencia de enfermedad periodontal. El patrón de desgaste

observado es de tipo redondeado.

Figura 5. A. Vista lateral del cráneo y mandíbula. B. Vista palatina, obsérvese el

avanzado desgaste oclusal.

En lo que se refiere a la mandíbula, se registró desgaste dental moderado, sin

patologías de origen infeccioso como caries, lesiones periapicales o abscesos. En cambio se

observó la presencia de cálculo dental subgingival, ubicado en las raíces y en la sección

dental de unión del esmalte y la raíz, lo que denota la presencia de enfermedad periodontal

en la sección de la arcada bucal. El patrón de desgaste dental es oblicuo hacia lingual (Figura

6).

3 El granuloma periapical es una inflamación crónica, no supurativa con leves síntomas, generalmente asintomática. En la mayoría de los casos está relacionada con caries o avanzado desgaste dental que al dejar expuesto la camarapulpal permite quelas bacterias presentes en la boca penetren en dicha cavidad, derivándose en casos crónicos en granulomas o quistes periapicales. (Dias y Tayles, 1997; Hillson, 2001).

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Figura 6. Vista oclusal y vestibular. Obsérvese desgaste oblicuo hacia lingual en dientes

anteriores y el cálculo dental presente.

El maxilar superior e inferior izquierdo presentan daño postmortem, con fracturas

longitudinales en piezas dentales, posiblemente debido a su exposición.

Posteriormente, se relevaron marcadores de cambios degenerativos de las

articulaciones. En la columna vertebral se consideró la presencia de osteofitosis, porosidad y

nódulos de Schmorl en bordes y caras de cada cuerpo vertebral; mientras que en el

esqueleto apendicular se consideraron los indicadores de osteofitosis, porosidad y

eburnación, en las superficies articulares y los rebordes óseos de las articulaciones de

hombro, codo, muñeca, cadera, rodilla, tobillo y primera metatarso-falángea. Por otra parte,

se relevaron cambios entesiales en las principales inserciones musculares del cráneo y el

esqueleto axial y apendicular, así como la presencia de extensiones articulares y facetas

extra. En conjunto, estos cambios óseos no sólo dan cuenta del estado de salud y

enfermedad de las poblaciones prehispánicas, sino también de sus niveles de actividad física,

lo cual nos permite acercarnos a la caracterización de los modos de vida de dichas

poblaciones (Fabra y Salega 2009; Salega 2011). Para el individuo en análisis, solamente se

observó la presencia de osteofitosis leve en los márgenes de las vértebras torácicas 8 a 11, y

lumbares 4 y 5. No se registró, al menos macroscópicamente, ninguna alteración

morfológica que pudiera corresponderse con una lesión de origen patológico. Tampoco se

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observó modificación intencional de la bóveda craneana, compatible con deformaciones

artificiales del cráneo presentes en otros individuos de esta región.

Por otro lado, para la estimación de estatura de restos óseos fragmentados, se utilizó

el método y los criterios establecidos por Steel y Mckern (1969) y se aplicará el método de

Trotter y Gleser (1958) para estimar la talla total en base a la longitud máxima de fémur y

tibia. Se midieron las longitudes máximas del fémur derecho, y tibias izquierda y derecha, así

como húmeros derecho e izquierdo, pudiendo estimarse una estatura mínima de 161.61 cm.

y máxima de 167.01 cm., con un promedio de 163.03 cm.

Con respecto a la estimación de la lateralidad, o lado dominante, la mayor longitud del

húmero derecho lleva a suponer un mayor uso de ese lado. Sin embargo, la profundidad y el

grado de desgaste de la fosa glenoidea esmayor del lado izquierdo, por lo cual nos faltan

más elementos diagnósticos para realizar una estimación definitiva.

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

Los trabajos de rescate arqueológico realizados en este sitio permitieron la correcta

recuperación de restos óseos humanos pertenecientes a un individuo adulto, de sexo

masculino, y edad adulta, posiblemente de entre 22 y 43 años al momento de su muerte.

El análisis dental nos permitió observar un elevado desgaste en el maxilar superior

relacionado a un patrón de tipo redondeado, mayormente en la dentición anterior. Por otra

parte, se registra en la mandíbula un patrón oblicuo hacia bucal, los cual podría estar

relacionado con el consumo de una dieta basada en alimentos fibrosos y duros. Sin embargo,

la presencia de mayor variabilidad en toda la arcada dental, particularmente de desgaste

redondeado en la dentición anterior sumado a la mayor incidencia de forma oblicua en la

dentición anterior inferior, podrían estar indicando prácticas no relacionadas de manera

directa con la ingesta de alimentos, su procesamiento, o incluso el masticado de los recursos

vegetales (Turner y Machado 1983).

La ausencia de caries podría relacionarse con la presencia de desgaste dental, el cual

afecta la morfología de las piezas borrando los surcos típicos de molares y premolares. Así, el

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efecto constante del desgaste impediría que se depositen bacterias en estas superficies. Sin

embargo se registró la presencia de cálculo dental4, lo cual podría estar sugiriendo en primer

lugar, la ausencia de higiene bucal y segundo término, el tipo de alimentos consumidos. Tal

presencia de cálculo dental está documentado en dietas ricas en carbohidratos y almidones,

donde la presencia de bacterias fermentan los azúcares y aminoácidos para producir

energía, particularmente la presencia de sacarosa (Hillson, 1986).

Finalmente la ausencia de indicadores inespecíficos de estrés, particularmente de

Hipoplasias del esmalte dental, nos sugiere que este individuo no habría sufrido eventos de

estrés graves o prolongados durante su niñez –nutricionales, de salud, etc.- que hubieran

incidido en la dentición.

Con respecto a los cambios degenerativos de las articulaciones, el individuo presenta

el desarrollo de osteofitos en la parte baja de la columna vertebral, en un grado leve. Esto se

encuentra en línea con los resultados obtenidos para la región para los individuos adultos

jóvenes (Salega y Fabra 2013). En efecto, junto con la actividad física, la edad es un factor

desencadenante tanto de los cambios degenerativos como entesiales, por lo tanto es

esperable en líneas generales, que los individuos jóvenes no muestren un desarrollo

marcado de estos indicadores.

Respecto a modificaciones culturales, no presenta deformación plástica en la bóveda

craneal, práctica relativamente frecuente en poblaciones de diversas regiones de Argentina.

Si bien no se encontraron materiales asociados que pudieran haber pertenecido a un

ajuar ofrecido durante el proceso de enterramiento, es común en esta región la ausencia de

restos materiales vinculados a enterratorios. La modalidad de entierro (primaria individual,

decúbito dorsal, con miembros superiores flexionados, e inferiores hiperflexionados) ha sido

detectada previamente en la región, en el sitio El Diquecito, habiendo sido datado el

individuo en 698 ± 42 años 14C AP (individuo A, Fabra et al. 2008), por lo cual podemos

suponer cierta contemporaneidad entre ambos entierros, en función de estas similitudes.

4El cálculo dental es definido como la mineralización de los depósitos de placa adheridos a la superficie del esmalte. El cálculo está compuesto en un 80% por sustancias inorgánicas, entre ellas sales cristalizadas. En cuanto a las sustancias orgánicas, se componen de proteínas, carbohidratos y lípidos (Scheie, 1989).

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AGRADECIMIENTOS

Los restos fueron exhumados por el equipo coordinado por la Biól. Aldana Tavarone y

los estudiantes de la carrera Licenciatura en Antropología (FFyH, UNC) Darío Ramírez,

Paloma Zárate y Julieta Bellis. Se agradece muy especialmente al Mgter. Carlos Ferreyra,

Director del Museo Histórico Municipal de La Para y a José Luis Giraudo, voluntario de dicho

museo, por su colaboración en los trabajos de campo. Los análisis bioarqueológicos se

enmarcan en el proyecto Estudios bioarqueológicos en poblaciones de la región central de

Argentina (PICT 2013-2028), dirigido por la Dra. Mariana Fabra.

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MAR CHIQUITA: APROXIMACIONES HACIA EL PROCESO DE

FORMACIÓN DEL SITIO “EL CAMPING”.

BARRIONUEVO, María Dolores y SPÁNGARO, Micaela Soledad

Introducción

La laguna de Mar Chiquita es la más grande de Argentina (y solo inferior en extensión al lago

Titicaca de Sudamérica); está situado en el centro del país, en lat. 30º45’ S y de largo 62º30’ W, en

la llanura pampeana (Iriondo, 1989a).

Foto satelital año 2015

Ubicada en una fosa tectónica; depresión que incluye el sector entre el pie de monte de las

montañas del norte de Córdoba (Sierras Pampeanas) y el bloque levantado de Altos del Chipion; y al

este con forma pentagonal, asociado con la falla Tostado-Selva ,Pleistoceno medio(Iriondo, 1989b).

Es, por lo tanto, un lago del Cuaternario.

Hacia el sur, está alimentada por el Río Dulce, el Rio Primero y el Segundo.

Constituye un ecosistema en si misma debido a sus características particulares, pertenecientes

al sector meridional de la Región Chaqueña, que se la puede describir de la siguiente manera:

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“En las partes más deprimidas de la cuenca con relieve cóncavo y de drenaje lento, el suelo

tiene un alto contenido salino y sustenta una vegetación arbustiva estrictamente halófila. Esta se

ubica principalmente en la costa noreste de la laguna y en la desembocadura de los ríos subsidiarios

(…).Las especies constituyentes se ubican dentro del grupo de las hemicriptófitas y nanofanerófitas

suculentas y forman los típicos “jumelas de saladillo”. (Miatello, R, 1997).

Debido a las cambiantes de la costa de la laguna, este territorio se encuentra bajo el agua

actualmente.

Al norte limitan los ejemplares de alto porte aumentan formando bosquecillos de “quebracho

blanco”, “mistol” y “algarrobo”, con aspecto de “parque”. Mientras que en la parte sur, la

disminución de la salinidad, permite la aparición de otras especies arbóreas, como se observan en el

lugar denominado El Mistolar e Isla Grande.

Además, las áreas más alejadas de la laguna, han sido utilizadas para el cultivo.

Un componente que cubre la mayor parte de la región, es la denominada caliza tosca, de

deposición superficial. Compuesta por diversos lechos de caliza y diversos magras.

Otra pieza constituyente de este ecosistema, lo integran principalmente la avifauna, con más

de 350 especies aproximadamente, entre las que se destacan; flamencos, garzas, gallateras, loros y

aves migratorias como el halcón peregrino, entre otras.

Otras especies que ocupan el área son especies silvestres como el guara guazú, puma,

pecaríes, etc.

Sin embargo, esta región no siempre ha presentado el panorama actual, sino que es el

resultado de un proceso biogeográficamente evolutivo.

En los últimos cien mil años ha sufrido una serie de interesantes cambios:

Durante el último interglacial (aproximadamente 100.000/149.000 AP) la

laguna probablemente no existía. El Rio Dulce corría hacia el sur dentro de una faja fluvial y

desembocaba en el Carcarañá.

En el Estadio Isotópico 4 (entre 100.000/65.000 AP) la depresión estaba seca

y formaba parte del sistema eólico pampeano.

Entre 65.000 y 36.000 AP el clima fue húmedo y subhúmedo. La laguna era

mayor que la actual. El Rio Segundo depositó sedimentos fluviales y formó un abanico fluvial

en el sur de la laguna.

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24

Entre 36.000 y 8500 AP la laguna se secó nuevamente bajo un clima árido.

Toda la llanura cordobesa fue cubierta por loess.

Desde 8.500 hasta 3500 AP el clima fue más cálido y húmedo que el actual, en

la laguna, de mayor tamaño y profundidad que hoy en día, se depositaron sedimentos

orgánicos negros.

Oscilaciones posteriores transformaron a la Mar Chiquita en un barreal en la

época colonial (en el camino entre Santa Fe y Santiago del Estero la atravesaba al medio).

La laguna que aparece en los mapas existió desde el siglo pasado hasta

aproximadamente 1975/1980. En los últimos 20 años ha establecido un nuevo nivel de

equilibrio, con el triple de la superficie (6000 km2) y mayor profundidad.(E. Tarbuck, F.

Lutgens, 2005)

Las aguas de Mar Chiquita son actualmente fuertemente salinas (cloruro-sulfato de sodio;

Martínez, 1991), y tienen una oscilación histórica desde una condición hipersalina extrema (> 100

g/L) en los períodos de aguas bajas, hasta una condición mesosalina (20-50 g/L), a partir de la gran

crecida que comienza en la década de 1980.

FECHA NIVEL

(msnm)

SALINIDAD

(gramos/litro)

29/12/2013 67.23 80

20/01/2014 67.21 81

02/04/2014 67.60 70

03/03/2015 68.35

05/09/2015 55 51

Datos suministrados por el Museo Fotográfico “Dante Marchetti” de Miramar.

Los microfósiles en los sedimentos sugieren que el lago originalmente había contenido agua

dulce, tesis expuesta a partir de estudios de diferentes investigadores, Bertoldi de Pomar,( 1952),

Frank (1912), Stappenbeck (1926) y Kanter (1935) quienes consideraron que la fuente principal de

estas sales provenían de las Salinas Grandes (Grandes Marismas), desde donde eran arrastradas por

las aguas del río Saladillo, que constituye la rama occidental del río Dulce.

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25

Las corrientes procedentes de las Sierras pampeanas, habrían contribuido a aumentar los

niveles de sal.

En la actualidad, la zona tiene un clima subtropical húmedo, con una temperatura anual

promedio de 19ºC. Las precipitaciones anuales alcanzan los 1045 mm.

La vegetación dominante corresponde a la Provincia Espinal del Dominio Chaqueño (Cabrera,

1973), que comprende escaso bosque / pastizal, donde crece una vegetación halófila. Los suelos

dominantes alrededor de la laguna son salina-alcalina y sódico-alcalino complejos.

Antecedentes

Los estudios en la zona de Mar Chiquita fueron en su mayoría de carácter geográfico. Entre

ellos se encuentran las publicaciones de Frenguelli y De Aparicio (1932), Kanter (1935), Bertoldi de

Pomar (1952) y Vázquez (1979).

Posteriormente se sucedieron una serie de estudios de carácter geológico sobre la

geomorfología y el Cuaternario (Kröhling , 1993; Kröhling eIriondo,1995) y un esquema

paleoclimático de carácter general para la zona que se encuentra en Iriondo y Garcia (1994) y los

trabajos realizados por Piovano (2002, 2004 a y 2004 b; 2005) que han permitido una reconstrucción

climática hasta los 13.000 AP.

Respecto a las investigaciones arqueológicas, la región ha sido objeto de una serie de trabajos

realizados e impulsados por el Museo Histórico Municipal de La Para y la Universidad Nacional de

Córdoba. Entre sus antecedentes, se encuentran los trabajos precursores de Frenguelli y Aparicio

(1932); Frenguelli (1945); Serrano (1945), Oliva (1947),Montes (1956, 1960); Hierling (1984); Carlos

Ceruti (1992) y Berberián (1995).

Durante las últimas dos décadas, los trabajos realizados por Marta Bonofiglio (2004a, 2004b,

2007; 2009; 2010; 2013); han permitido refutar antiguos preconceptos de la región vinculados con el

nivel cultural de los grupos de la región. Al respecto resultan muy claros algunos de los planteos más

influyentes:

“(…) Poblaciones con escaso nivel tecnológico y estilos de vida

muy simples, generalmente asociados al normandismo o a

incursiones temporales, negándose la posibilidad de establecimientos

fijos y la de una evolución cultural.”

(Frenguelli y Aparicio 1932; Serrano, 1945).

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En este trabajo, nos propondremos hacer un aporte al conocimiento arqueológico de esta

región; a través del estudio del sitio “El Camping”. El análisis inicial del sitio, nos permitirá vislumbrar

los problemas que presenta la región (por los agentes naturales y humanos) y como afecta en la

distribución y deposición posterior del material arqueológico; como así también la interpretación del

registro.

1-SITIO “EL CAMPING”

Uno de los accidentes geográficos más notable de la llanura oriental, es la Mar Chiquita,

localizada en el ángulo N.E, de la provincia, inmenso espejo de aguas salubres de 68 m.s.n.m., que

tiene una superficie aproximada de más de 200km2 y reúne una extensísima cuenca hídrica.

El sitio “El Camping”, (terrenos perteneciente al Sr. Tomassini) se encuentra bajo la jurisdicción

del pueblo de la Para (que está ubicado a 13km de distancia al sur de la laguna). El sitio se emplaza

dentro de la denominada Laguna o lagunilla del Plata, que en realidad es una bahía de Mar Chiquita,

conectada con esta mediante un estrecho.

Mapa D.M. Kro¬hling, M. Iriondo /Quaternary International (1999)

En lo referente a las características físicas y geográficas de esta región, podemos mencionar

que:

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“(…) El cinturón litoral ESE de la Lagunilla tiene una pendiente empinada y sin escarpes, en la

que están presentes los barrancos localmente. El margen de SSW de la misma está formado por una

escarpa que aumenta en altura desde el sureste hasta convertirse en un alto acantilado de 4 m,

cortado por barrancos. Hacia el norte, disminuye gradualmente para convertirse en una costa baja

junto a la boca del Río Primero.

La plataforma de abrasión está presente localmente, con una pendiente moderada y ancho

variable ( 30 m), cubierto por sedimentos de talud y de arena.

La costa sur-occidental del lago Mar Chiquita, cerca de la desembocadura del río Primero, es un

erosionado campo de dunas, afectado por acción de las olas. El paisaje es dominado por colinas 10-20

m de altura y 500 m de longitud”. (Krohling e Iriondo, 1999)

Dos elementos que forman parte del paisaje a nivel estratigráfico entre los 53-0m, son por una

parte, los limos y limos calcáreos (tosca) de color pardo que se observan como una sucesión decapas

de loess, intercaladas con varios suelos enterrados. Y por otro lado, la formación de un microrelieve

cubierto por una costra salina.

Los agentes más importantes de la morfo-dinámica son las olas y los cambios producidos por

las variaciones del nivel del agua. Como producto de las fluctuaciones de los ciclos húmedos, se

generaron procesos de retrocesos y expansión por de los cuales se generaron los diferentes niveles

de la costa.

Imagen satelital. La Voz del Interior

En este sentido, como resultado del último caudal de lluvia acaecido durante el mes de marzo

de 2015, se produjo un avance importante de las dimensiones de la laguna, modificando el paisaje

que se prospectó en el mes de febrero.

Otro factor,- que influye en la formación del sitio,- es la acción humana, ya que se trata de una

zona de turismo frecuentemente transitada, principalmente en la temporada de verano. En este

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sentido, son numerosas las prácticas que generan un alto impacto en la zona como: los trabajos de

remodelaciones realizadas en las playas para comodidad del turista, su circulación (por ejemplo el

uso de cuadriciclo); entre otros.

“(…) Los cambios descriptos, han afectado de distintas maneras a los

depósitos arqueológicos y por lo tanto al conocimiento del pasado

prehistórico. Pensamos que nuestra percepción del pasado está

directamente relacionada con el estado de preservación del registro

material o arqueológico, según las pautas de formación implicadas,

existiendo un ruido (un problema a resolver) en dicho registro que debe ser

extraído antes de su interpretación en términos de conducta humana”.

(Bonofiglio, 2004).

2-Metodología

La etapa inicial del trabajo consistió en la realización de tareas de prospección superficial, que

nos permitió desarrollar una fuente amplia de información a nivel regional, con el fin de investigar

posteriormente cuestiones más específicas, como el estudio de la cerámica proveniente de la región.

A partir de la delimitación del área a trabajar se desarrollaron dos tipos complementarios de

prospección superficial: el asistemático y el sistemático. “(…) El primero es el más sencillo e incluye el

recorrido a pie de cada zona del área (…), la exploración de la franja de terreno de la trayectoria de

cada prospector, la recogida o examen de los artefactos superficiales y el registro de su localización

junto con la de cualquier estructura del terreno.” (Renfrew;Bahn: 1993;72). En el segundo se emplea

“(…) un sistema de red o bien una serie de recorridos equidistantes. El área a estudiar se divide en

sectores y éstos se recorren sistemáticamente.” (Renfrew;Bahn: 1993;72). De esta manera fue posible

cubrir el área trabajada de forma reiterada debido a que el sitio puede variar de un mes a otro a

causa de los ciclos húmedos. Esta última metodología, permite una recolección de datos más fiable

que la primera opción, debido a que facilita la informatización de los datos en una fase posterior.

La primer instancia, llevada a cabo durante dos días, en los cuales en el “Día 1” se produjo la

prospección asistemática y mientras en el “Día 2” se desarrolló la prospección sistemática utilizando

como complemento el uso de la técnica de cuadricula “cerca A y B.”

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3-Hallazgos

Para un mejor relevamiento, se pasó a dividir al sitio, en tres sectores.

En el sitio “El Camping “(Sitio A): se cubrió un total de 200m2 que fueron divididos en cortes

de 20m; cada uno de esos cortes se fueron recogiendo materiales, fundamentalmente, fragmentos

de cerámica y registrando la cantidad de los mismos.

Durante este PRIMER DIA, se recuperaron la siguiente cantidad de fragmentos:

Dia 1 Sitio A y B

“El Camping”

Punto A Punto B

“La Cerca”

Punto C

“Los hornitos”

Punto D

“Desc Rio Prim”

Cerámica

--

4

5

2

Otros

1

(lasca)

Nota: el cuadro recoge el material encontrado en el Sitio A y B El Camping, durante el PRIMER DIA

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Vista Sitio A-El Camping

SITIO B El Camping: partiendo desde el mismo punto de referencia, hacia la derecha se

recorrió los 100m divididos en cortes de 20m. A partir de allí se tomó registro del material que se

encontró; los mismos fueron divididos: A, B, C , D y E.

Vista sitio B-El Camping

Sitio C: “Sitio Tomassini”

N LATITUD 31° 4´ 39” LONGITUS 39° 6´38”

Se cubrieron 100 m2 y se llevó adelante la estrategia de cuadriculado para el registro de los

materiales superficiales. En este planteo se seleccionó la excavación de dos cuadrículas de 1m2 (por

la densidad de artefactos), entre las que mediaba una distancia de 50m.

CUADRICULA 1-A

N LATITUD 31° 4´16” LONGITUD 63° 6´36”

DE 1METRO X 1 METRO CON UNA PROFUNDIDAD DE 5CM; SE HALLARON RESTOS

OSEOS (una pieza dental de procedencia aparentemente humana, en estudio).

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31

CUADRICULA 1-B

N LATITUD 31° 4´17” LONGITUD 63° 6´ 38” DE 1 METRO X 1 METRO. SE ENCONTRARON RESTOS DE UN HORNITO.

Ambas cuadriculas, se encontraban a una distancia de 50m aproximadamente.

Los fragmentos que se encontraron, durante las tareas de prospección del SEGUNDO DIA,

arrojaron los siguientes datos:

Dia 2 Sitio

B el camping

P. A

P. B

P. C

P. D

P.E

Cerámica

3

--

64

--

--

Otros

--

--

--

--

--

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4- Descripción de materiales.

4.1 Cerámica

Una primera aproximación a la ocupación del sitio, lo haremos a través del estudio de los

fragmentos de cerámica del conjunto recuperado dada la importancia cuantitativa de estos rasgos en

el registro superficial recuperado. Utilizaremos el término “fragmentos” ya que los mismos pueden

pertenecer a una misma pieza/ tiesto; pero que se dispersó por la acción de la mar, sus fluctuaciones

y otros factores. A simple vista nos vemos inmersas en la problemática de no poder trabajar con

piezas completas que nos permita establecer ya sea su diseño general, sus características estilísticas,

sus funciones y correspondientes usos; es decir variables que nos permitan fijar una correlación

entre forma-función.

Sus componentes y partes serán descriptos a partir de sus aspectos formales, sus variantes

tecnológicas y estilísticas. Se considera a través de la observación macroscópica o a simple vista, los

siguientes elementos:

1) Las particulares exteriores: color, decoraciones (impresiones como por

ejemplo: redes o cestas, incisos, etc.).

2) Los componentes de la pasta: antiplástico y tipos de cocción.

Analizaremos los fragmentos recuperados mediante prospección superficial y prospección con

cuadricula.

4.1.2 Contenedores

Según Rice, “las propiedades físicas son aquellas que proveen evidencia de la manufactura,

como las imperfecciones de la superficie, las características del núcleo y la estimación de la

temperatura de cocción, y aquellas que caracterizan la capacidad funcional de la pieza terminada”.

(Rice, 1987)

4.1.3 Manufactura

Podemos observar cómo se usaron técnicas de modelado y moldeado (moldes de cestas). El

tratamiento de la superficie puede ser alisado, pulido o pintado. (Bonofiglio, 2009)

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33

TOSCA

PINTADA

PULIDA

Cantidad

45

2

---

4.1.4 Formas

La elaboración de la forma se efectúa a partir de una porción de masa, en este caso de arcilla,

utilizando un molde que se recubre de pasta (se utilizaba a veces las cestas con tal fin).

Una gran cantidad de fragmentos, son de pequeño tamaño (2cm), imposibilitando de

remontar las vasijas y definir formas; este es uno de los problemas a encarar. Además, contamos con

escasos bordes de tamaño que nos impide determinar ancho de boca y forma.

Un ejemplo de ello se puede observar en el fragmento 038, que por su tamaño es difícil la

asociación con otros fragmentos que pudiesen llegar a constituir una misma pieza de cerámica.

Pieza 038

Sin embargo, se podría hacer algunas inferencias, teniendo en cuenta piezas con

características similares halladas en sitios de la región.

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Como en el caso de un fragmente de base, que contiene un orificio, se puede inferir que se

trata de una olla (Bonofiglio, 2010) a partir de la comparación con piezas registradas en el sitio Loma

Alta (sudoeste de la laguna).

“(…) Otras ollas, además de las características estructurales

mencionadas, aportan elementos como orificios, círculos

perfectamente logrados. En algunos casos, bajo el asa, en otros en el

cuerpo de la vasija, en otros, en la base. (…) En algunos casos, como

los agujeros en la base, está claro que pudieron usarse como colador,

para permitir la pérdida de líquidos; tal vez sirvieran para escurrir

grasas en otro tipo de cocciones.”

(Tomado de Bonofiglio, 2010)

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35

Ilustración de las piezas encontradas en el sitio Loma Alta. (M. Bonofiglio)

4.1.5 Decoración

Las técnicas de decoración son variadas. Constituyen modalidades hasta ahora no reconocidas

en la zona; a la vez que comparte similitudes con otras regiones vecinas, aun haciendo la salvedad de

que lo percibimos como manifestaciones de origen local. (M. Bonofiglio, 2009)

4.1.5.1

Vamos a considerar diferentes tipos de incisiones.

a- Líneas

Líneas rectas:

Horizontales, paralelas entre sí.

Horizontales, oblicuas

b- Surco rítmico: “(…) técnica decorativa de incisión que se efectúapor variación

regular de presión de un instrumento (generalmente una paletilla) en movimiento, sin

separar la pasta)”(NuñezRegueiro, 1964)

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Líneas rectas llenas con surcos

Pieza 028 con surco rítmico.

4.1.5.2 Impresiones de redes y cestas

A partir de los fragmentos que hemos analizado, un 20% aproximadamente poseen

impresiones de redes y cestas; siendo incluso más numerosas que los fragmentos con decoración

que es de un 5%.

Este dato, nos ayuda a reafirmar que esta era una técnica muy usada en esta zona, ya que no

solo por el número que conforman el registro, sino también por la variabilidad en su técnica.

5 Segunda etapa

Nuestro proyecto continuó en diciembre de 2015, con una nueva etapa de prospección,

recolección superficial y excavación en el sitio “El Camping”.

5.1 Procedimiento

A partir de LA prospección superficial que se llevó acabo, se utilizó el método asistemático;

trabajándose en una primera etapa en el Sitio Barrancas 1 (Lat 30º 93’ 46’’ / Long 62º 89’ 07’’ / Alt

79) y el dominado Sitio C Tomassini (Lat 31º 4’ 39’’ / Long 39º 6’ 38``/ Alt 79m)

A unos 200m de la cuadrícula 1-B, trabajada a nivel superficial en la etapa anterior, el

integrante del Museo La Para y guía faunístico José Luis Giraudo, encontró restos humanos óseos

semi-enterrados y se procedió a su recuperación.

En este sitio se plateó una cuadrícula de 2m2

Realizándose posteriormente la correspondiente denuncia en la comisaria de La Para y Museo

de Antropología UNC (Programa de Arqueología Pública) y policía judicial.

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37

5.2 Resultados

En el primer sitio “Barranca 1”, se encontró a nivel estratigráfico de la misma, restos fósiles

expuestos de la familia glyptodontidae, Gray, 1869 (sin clasificar), realizándose una excavación

asistemática a fines de su recuperación.

Sitio Barrancas 1

En el Sitio Tomassini, se recolectaron una variabilidad de fragmentos de cerámica.

Con

decoración

Sin

decoración

Total

Cantidad

9

61

70

En base al análisis de la decoración de los fragmentos decorados, se destaca la variabilidad de

decoración perteneciente a:

A- Líneas

Líneas rectas:

Horizontales, paralelas entre sí.

B- Surco rítmico

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38

Punteado

Las impresiones de redes y cestas continúan representando una constante en la cerámica de

esta región, igual que su variabilidad de confección.

Cerámica con impresión de red

Cerámica con impresión de red

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39

Teniendo en cuenta el tratamiento de la superficie, obtuvimos los siguientes datos:

TOSCA

PINTADA

PULIDA

Cantidad

54

3

13

En la cuadricula realizada, se encontró un enterratorio primario, decúbito dorsal; en posición

fetal.

Sitio Tomassini

Conclusiones

A partir de los estudios realizados en estas primeras aproximaciones al sitio “El Camping”,

hemos podido documentar de qué manera la laguna es uno de los principales motores de cambio en

la región, dado que sus crecidas y retrocesos, influye en el arrastre del material hacia la playa y

también la posterior desaparición de muchos sitios. Este comportamiento de la mar, nos obliga a una

estrategia constante de recolección y rescate de los materiales, ya que es probable que en la próxima

campaña arqueológica no podamos identificar el sitio.

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Otro factor importante que afecta la preservación de los sitios, es la acción humana, ya que es

una zona de turismo muy transitada, donde fundamentalmente los cuadriciclo han tenido un fuerte

impacto, tal como lo constatamos en diciembre de 2015 ya que el hornito y parte del enterratorio

encontrados en febreros, fueron parcialmente destruidos por uno de estos vehículos.

Las construcciones efectuadas por privados y por el municipio para la comodidad y recreación

de los turistas, a su vez complementan las variaciones humanas que se realiza en la región,

condicionando los sitios y la conservación de los restos arqueológicos tanto a nivel superficial como

aquellos que aún no se han descubierto.

Todas las situaciones naturales y antrópicas mencionadas condicionan negativamente el

estudio de los pueblos prehispánicos que habitaron la región en épocas tempranas.

Aún es muy pronto para poder realizar conclusiones sobre este sitio, pero las pruebas hasta

ahora, sumando los anteriores trabajos que se han ido realizando, nos permiten ver las particulares

distintivas del movimiento poblacional que pudo haber seguido una línea de ocupación desde el

Amazona y del Paraná, más que de Sierras Centrales.

En lo que respecta a la línea del Paraná medio (Entre Ríos), podemos tomar como modelo

comparativo el Sitio Palmera 2, estudiado por Flavia Ottalagano; en el que describe la cerámica local

como: “(…)la aplicación de técnicas decorativas que son muy frecuentes en el área, tales como

incisión de línea y de punto, surco rítmico, pintura y modelado zoomorfo.” (Ottalagano, 2014, p70).

Donde podemos apreciar claramente estas similitudes que se corresponden entre las regiones.

En cuanto, a Sierras Centrales, la gran diferencia radica, en realidad, en las improntas de redes

y cestas, la técnica de confección dominante presentes en esta región de llanura; ya que en el caso

serrano es por enrrollado. Las pulidas también constituyen un tratamiento de la superficie utilizado

en las sierras.

Sin embargo, este trabajo, no está orientado a comparar las líneas de influencias o de

distinción en la cerámica, por eso no se profundiza dicha temática.

Pero si podemos llevar a cabo primeras aproximaciones para la construcción del sitio El

Camping, integrándose a las variables ya estudiadas, (las impresiones de cesta o red similares,

porcentajes y tipo de decoración, etc.) entendiendo a la región de la Mar Chiquita en un todo

dinámico.

“La ciencia arqueológica es rica en hazañas donde se

emparejan un gran espíritu de aventura y la paciencia de un estudio

ímprobo; es una gran empresa romántica realizada con gran

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modestia espiritual, en la cual nos hundimos en la profundidad de

todas las épocas y recorremos toda la amplitud de la Tierra”.

(Ceram, C. W “ Dioses, tumbas y sabios”. 1986)

Bibliografía

Bonofiglio M, 2004, “Cosme, un sitio en el piedemonte (riberas del rio Xanaes)” en Tercera Jornadas de Arqueología Histórica y de Contacto del centro oeste de la Argentina y Seminario de etnohistoria. Cuarta Jornada de Arqueología y Etnohistoria del centro oeste del país. Volumen II. Universidad Nacional de Rio Cuarto.

Bonofiglio M, 2009. “Arqueología de la zona lacustre de Córdoba (N.E). Un contexto para armar”. En Las sociedades de los paisajes áridos y semiáridos del centro-oeste argentino. Capítulo 1: Las sociedades mediterráneas del centro-oeste argentino. Universidad Nacional de Río Cuarto.

Bonofiglio M, “Fuentes y ollas…. Cocinas y cocineros en la loma alta”. En Revista Memorias del pueblo. Museo La Para.

Bonofiglio M, “Estudios iniciales en la cuenca baja de los ríos Suquia y Xanaes”. En Revista Memoria del pueblo. Museo La Para.

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Bucher E y Bucher A, “capítulo 5: Limnología física y química”. En Academia Nacional de ciencias, Córdoba, Argentina.

Forasiepi, A, Martinelli, A y Blanco, J. “Bestiario Fósil. Mamíferos del Pleistoceno de la Argentina”. Editorial Albastros. 2007

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Ottalagano, Flavia,Brancatelli, Carolina, Darigo, Mariano, Iannelli Luciay Pereyra, Belén, “Gestos técnicos, morfología y rastros de uso en la alfarería prehispánica del sitio La Palmera 2 (Provincia de Entre Ríos)” en Anuario de Arquelogía, Rosario, 2015.

Piovano E, Ariztegui D, Córdoba F ,Cioccale M, y Sylvestre F, Capítulo 14 “La variabilidad hidrológica en América del Sur por debajo del Trópico de Capricornio (La Pampa y de la Patagonia, Argentina) durante los últimos 13,0 Ka”.

PiovanoE ,Ariztegui D y Damato Moreira S, 2002. “Recientes cambios ambientales en la Laguna Mar Chiquita (central de Argentina): un modelo sedimentario de un lago salino altamente variable”.

Tarbuck .E, Lutgens F, 2005 “Ciencias de la Tierra” Perason Educacion S.A.

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LA ERA DE HIELO… SIN HIELO

El acceso al conocimiento del Pleistoceno a través

e un parque temático en La Para

(Región de Ansenuza-Provincia de Córdoba)

Por Carlos Alfredo Ferreyra Bertone5

INTRODUCCIÓN:

El lograr que el público acceda al conocimiento de períodos complejos de nuestra

historia ambiental, es algo fácil solo si se hace desde la simplificación y el reduccionismo.

Desde los museos y otros centros de ciencias debemos evitar caer en la tentación de

los estereotipos inmóviles y perennes que sólo llevan a una mercantilización icónica de

ciertos aspectos científicos por demás complejos y sumamente importantes.

Por ello, en el Museo Histórico Municipal “La Para”, dependiente de la Municipalidad

de La Para (Córdoba), buscamos acercar a nuestra comunidad, a los turistas, a los visitantes,

a los alumnos y a los curiosos en general, al conocimiento de un período geológico

fundamental para comprender nuestro presente y para dimensionar el impacto de las

acciones del ser humano sobre el planeta: el Pleistoceno, que es el período inmediatamente

anterior al que estamos viviendo ahora, llamado Holoceno.

La Para es una localidad de menos de 5000 habitantes, enclavada en el NE de la

Provincia de Córdoba, en la llamada Región de Ansenuza, entre los Departamentos Río

Primero y San Justo.

El proyecto del PARQUE PLEISTOCÉNICO de La Para busca difundir la historia geológica

de la región de Ansenuza y de su mayor atractivo: la laguna Mar Chiquita, el conocimiento

de su ambiente, su flora y su fauna, la evolución de las mismas y el impacto que trajo el

cambio climático y la llegada del hombre.

Este proyecto tiene su origen en una situación muy peculiar: luego del estreno de la

película “La Era de Hielo” en julio de 2002 y de sus sucesivas sagas, las instituciones

5 Director del Museo Histórico Municipal “La Para”, Córdoba.

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educativas de la región y los turistas que visitaban nuestro museo llegaban constantemente

con dudas, consultas y preguntas referidas a ese período geológico.

Las consultas eran y son tan frecuentes que la Dirección del museo debió buscar y

acumular bibliografía e información para proporcionar a los consultantes, por lo que el

personal del Museo debió también informarse sobre la historia geológica a en general y

sobre el Pleistoceno en particular. Tratándose de un museo histórico que sólo relataba la

historia de los últimos 1000 o 2000 años de La Para, esto significaba un esfuerzo muy

importante que la institución fue subsanando lentamente.

En el año 2007, el Museo de La Para ya contaba con suficiente información sobre

geología, paleontología y ambiente, y estaba trabajando en varios proyectos arqueológicos y

antropológicos que ayudaron a profundizar la matriz temporal del guion museológico, con

investigaciones y publicaciones de científicos argentinos quienes, trabajando con nuestras

colecciones y en nuestra región, realizaron importantes aportes a la antropología argentina6.

Por tal motivo, a partir de ese año, se transformó completamente el guion de la sala de

arqueología del museo, una nueva museografía y cartelería que hacía hincapié en la

6BONOFIGLIO, Marta: “Estudios iniciales en la cuenca baja de los ríos Suquía y Xanaes”, en Memorias del Pueblo: Revista del Museo Histórico Municipal “La Para”, año 4, N° 4, Septiembre 2004, pp. 23-44; BONOFIGLIO, Marta: Nuestros remotos antepasados ribereños, Cuadernillo Didáctico, Municipalidad de La Para, 2007 y 2012; GARCÍA, Angelina: “Historia evolutiva de las poblaciones originarias del actual territorio de la provincia de Córdoba”, en Memorias del Pueblo: Revista del Museo Histórico Municipal “La Para”, año 6, N° 5/6, Septiembre 2006, pp. 43-48; FABRA, Mariana: “El poblamiento originario de la región austral de las sierras pampeanas. Estado actual y nuevas perspectivas”, en Memorias del Pueblo: Revista del Museo Histórico Municipal “La Para”, año 6, N° 5/6, Septiembre 2006, pp. 49-57; PAUTASSI, Eduardo: “Tecnología de proyectiles y uso del espacio en la porción austral de las sierras pampeanas, durante el holoceno temprano”, en Memorias del Pueblo: Revista del Museo Histórico Municipal “La Para”, año 7, N° 7, Septiembre 2007, pp. 43-48; DEMARCHI, Darío: “Informe de los resultados del muestreo de ADN mitocondrial a pobladores de La Para”, en Memorias del Pueblo: Revista del Museo Histórico Municipal “La Para”, año 7, N° 7, Septiembre 2007, pp. 49; FABRA, Mariana et al.: “Arqueología de rescate en la costa sur de la laguna Mar Chiquita: sitio arqueológico ‘El Diquecito’”, en Memorias del Pueblo: Revista del Museo Histórico Municipal “La Para”, año 8, N° 8, Diciembre 2008, pp.37-46; BONOFIGLIO, Marta: “Fuentes y ollas: cocinas y cocineros en la Loma Alta”; en Memorias del Pueblo: Revista del Museo Histórico Municipal “La Para”, año 10, N° 9/10, Diciembre 2010, pp. 9-19; FERREYRA, Carlos Alfredo (Coord.): Arqueología del Mar de Ansenuza: actualización y nuevas investigaciones, Municipalidad de La Para, 2009-2013, http://www.museodelapara.gob.ar/PDF%20MUSEO/LIBRO%20DE%20ARQUEOLOGIA.pdf; GORDILLO, Sandra y FABRA, Mariana: “El uso de almejas y caracoles por parte de poblaciones prehispánicas que habitaron el mar de Ansenuza en el norte cordobés”, en Memorias del Pueblo Digital: Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” , año 1, Nº 1, Julio 2014, pp. 5-17; FABRA, Mariana: “Relaciones biológicas craneales entre poblaciones prehispánicas de la región central del territorio argentino y otras del Cono Sur sudamericano”, en Anales de Arqueología y Etnología de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo, 2008; FABRA, Mariana, SALEGA, Soledad y GONZÁLEZ, Claudina: “Comportamiento mortuorio en poblacionesprehispánicas de la región austral de las Sierras Pampeanas durante el Holoceno”, en Revista de Arqueología, Tomo 15, años 2008-2009, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires; FABRA, Mariana: “Patrones geográficos dediferenciación craneofacial entre poblaciones de la región central del poblaciones de la región central delpaís y otras de Argentina: aportes país y otras de Argentina: aportes desde la genética del paisaje”, Revista del Museo de Antropología, año 1, N°1, 2008, pp. 13-24.

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profundidad temporal de poblamiento humano en la zona y de la evolución paralela de la

Mar Chiquita y de las poblaciones que habitaron su ribera.

Ya en el año 2006 nuestro museo había sido parte activa de un gran proyecto científico

como fue la publicación por parte de la Academia Nacional de Ciencias de un voluminoso

libro con todo el conocimiento acumulado durante décadas sobre la Mar Chiquita, libro

coordinado por el biólogo Enrique Bucher7.

A partir de los años 2013 y 2014 el museo entró en una etapa de cambios que lo

llevaron a transformar totalmente su guion, circuito, montajes y gráficas, restaurando

completamente el edificio que lo contiene (la vieja estación ferroviaria de La Para)

embelleciendo su entorno y ampliando sus oficinas y reservas técnicas.

En el año 2015 el Intendente Municipal Carlos Martín Guzmán aprobó el proyecto

elevado por la Dirección del museo para la creación de un Parque Pleistocénico, en el mismo

predio del ferrocarril que se está transformando en un gran parque central de la localidad.

Para la recreación del ambiente pleistocénico se recurrió a los paleoartistas María de

los Ángeles Meza y Sebastián Pérez Parry, recientes egresados de museología de la

Universidad Nacional de La Rioja, quienes ya realizaron obras de megafauna y dinosaurios en

Trelew, Santa Clara del Mar, Talampaya y Sanagasta. Pero este también es un gran desafío

para estos artistas y museólogos ya que el de La Para será el primer parque pleistocénico del

país.

Macrauchenia en el Museo Municipal “Pachamama” de Santa Clara del Mar, obra de Pérez Parry y Meza

7 BUCHER, Enrique (Ed.): Bañados del Río Dulce y Laguna Mar Chiquita-Córdoba-Argentina, Academia Nacional de Ciencias, Córdoba, 2006.

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En septiembre de 2015 se inauguró la muestra “Grandes Bestias de Ansenuza” en el

Museo Histórico Municipal “La Para”, en ella los paleoartistas Meza y Pérez Parry exhibieron

5 (cinco) cabezas en tamaño real a manera de prólogo de lo que será el futuro parque.

En esta introducción tratamos de ubicar al lector en el contexto y en la historia de este

proyecto, el cual pasamos a desarrollar a continuación.

EL PLEISTOCENO:

El Pleistoceno es una época del período Cuaternario de la era Cenozoica, que comienza

hace unos 2.500.000 años y finaliza hace unos 10.000 años. La época que le continúa hasta

hoy es el Holoceno. Ambas épocas (Pleistoceno y Holoceno) son las dos partes en que se

divide el período Cuaternario.

El Pleistoceno abarca las últimas glaciaciones que ha habido en el mundo, generando

un clima templado frío y bastante seco.

La época comienza con la conexión de los subcontinentes de Norteamérica con

Sudamérica, cuando surge el istmo de Panamá y finaliza con la última glaciación. La

conexión entre los dos subcontinentes de América, fue un acontecimiento decisivo, ya que

alteró las pautas de circulación oceánica y atmosférica, afectando en especial a las corrientes

marinas.

Además, esta conexión entre las Américas generó lo que se conoce como Gran

Intercambio Biótico Americano, en el cual –gracias a la existencia del istmo de Panamá-

algunas especies del norte emigraron hacia el sur y viceversa, no obstante estas migraciones

y ocupación de nuevos y diversos nichos ecológicos, no pudieron evitar las extinciones

masiva de los grandes mamíferos americanos (de estas enormes bestias sólo quedaron

algunas especies de osos, renos y el bisonte norteamericano); los cambios climáticos de hace

10.000 años y la llegada de un depredador superior (el hombre) generaron una presión

intolerable para esas especies.

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LA MEGAFAUNA PAMPEANA:

Hace 10.000 años, lo que hoy es la llanura pampeana estaba poblada por grandes

mamíferos que ocuparon una planicie con arbustos y matorrales. El estudio de sus hábitos

de vida, de su morfología y de su adaptación ecológica son claves para entender la evolución

del clima, del ambiente y el impacto de esos fenómenos en los seres vivos de hoy en día.

Es por ello que se estudia e investiga a estas fascinantes especies, no sólo por

curiosidad o para saciar el apetito intelectual de los eruditos o de los aficionados, sino

fundamentalmente porque su estudio nos da pistas para entender el comportamiento de los

animales y la relación que se establece entre las plantas, los animales, su entorno y el clima;

este conocimiento (el paleoclima, la paleobiología, la biología evolutiva) es elemental para

comprender lo que hoy pasa con el clima y el medio ambiente en el mundo.

Durante el pleistoceno hubo numerosas especies animales que convivieron con las

actuales, de hecho muchas eran parientes desde el punto de vista filogenético y taxonómico,

conforman clados o taxones específicos y gracias a ellos podemos inferir por qué sus

parientes más pequeños sobrevivieron a la extinción del tardopleistoceno8.

Diplodocus, scelidoterium, macrauchenia y smilodon, por Ángeles Meza

8FORASIEPI, Ana y MARTINELLI, Agustín: Bestiario Fósil. Mamíferos del Pleistoceno de Argentina, Albatros, Buenos Aires, 2007.

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47

A los fines de este trabajo se nombran algunas de las especies o familias más

representativas de esta época en la región pampeano-chaqueña9:

9MUSEO DE LA PLATA: Grandes mamíferos sudamericanos del cuaternario, Universidad Nacional de La Plata, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, 2013.

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Megaterium

Smilodon

Gliptodonte

Panoctus

Doedicurus

Sclerocaliptus

Neosclerocaliptus

Macrauchenia

Fororracos

Argentavis

Toxodon

Scelidoterium

Milodon

Morenelafus

Stegomastodon

Hipidion

Arctotherium

De todos estos, 8 (ocho) de ellos más una cría (total, 9 ejemplares) serán reproducidos

en el parque pleistocénico proyectado en La Para, ellos serán: megaterio, gliptodonte,

fororraco, esmilodonte, toxodonte, selidoterio, estegomastodonte y una macrauquenia con

su cría.

Toxodonte por Ángeles Meza

LA MAR CHIQUITA:

La Laguna Mar Chiquita es un enorme lago endorreico que destaca en el NE de la

Provincia de Córdoba, en el límite sur del chaco austral. Es el quinto lago salado más grande

del mundo y conforma junto a otras lagunas subsidiarias y los bañados del río Dulce un

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enorme humedal de casi 10.000km2 que se extiende entre las provincias de Santiago del

Estero, Santa Fe y Córdoba, aunque su cuenca integra también a las sierras Calchaquíes y a

los nevados del Aconquija en Tucumán.

Los humedales son fundamentales para el mantenimiento de los niveles hidrostáticos y

como retardadores de inundaciones y sequías. Por su riqueza natural y complejidad

biológica son estudiados y apreciados por muchos científicos que ven en ellos los mejores

reguladores del clima en extensas áreas10.

Esta enorme región, con una flora y fauna muy ricas, fue declarado Reserva Provincial

de Usos Múltiples en 1964, Sitio Ramsar en 2002, miembro de la Red Hemisférica de

Reservas para Aves Playeras en 2008, etc. Su importancia ambiental es trascendental y no

siempre el uso que se ha hecho de su cuenca y de sus riberas ha sido el correcto,

encontrándose numerosas zonas deterioradas o con disminución de la diversidad biológica.

La Mar Chiquita o Mar de Ansenuza es una cuenca endorreica (sin salida al mar) por lo

que el agua solo se pierde por evaporación, así es como durante miles de años fueron

quedando las sales minerales que hicieron de este espejo un lago salado.

Su origen geológico se remonta a por lo menos 30.000 años atrás, aunque nuevos

estudios retrotraen esa edad a 50.000 años.

Como toda cuenca endorreica tiene grandes oscilaciones de nivel. El nivel más bajo

conocido fue en 1891 cuando la laguna aparece con una superficie de unas 100.000

hectáreas. La mayor superficie se alcanzó en el año 2003: unas 700.000 hectáreas, pero con

muchas variaciones durante todo el siglo XX.

Nuestra laguna es un paraíso natural, pero que ha sido muy antropoformizado por la

actividad humana. Sin embargo hoy se cuentan más de 300 especies de aves de las cuales

casi la mitad son endémicas; hay además numerosas especies de reptiles, anfibios,

mamíferos, peces, insectos y flora típica de la región del chaco austral occidental.

De esta riqueza destacamos a las especies más representativas de este humedal: el

coipo o nutria criolla, las tres variedades de flamencos y los chorlos o chorlitos. No obstante,

10CANEVARI, Pablo, BLANCO, Daniel, BUCHER, Enrique: Los beneficios de los humedales de la Argentina: amenazas y propuestas de soluciones, Wetlands International, Buenos Aires, 1999; CANEVARI, Pablo, BLANCO, Daniel, BUCHER, Enrique, CASTRO, Gonzalo y DAVIDSON, Ian: Los Humedales de la Argentina. Clasificación, situación actual, conservación, legislación, Wetlands International, Secretaria de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable, Buenos Aires, 1998.

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los íconos de nuestro mar interior son los flamencos que la habitan: el flamenco austral

(phoenicopterus chilensis), la parina grande (phoenicoparrus andinus) y la parina chica

(phoenicoparrus jamesi)

Sus aguas son excepcionales, tienen varias sales que la distinguen: cloruro de sodio,

sulfato de sodio, sulfato de calcio y sulfato de magnesio. En los períodos en que la Mar

Chiquita crece las poblaciones de pejerrey (odontesthes bonariensis) ocupan todo el mar

interior. En los ciclos donde la salinidad aumenta a niveles máximos, este pez sólo persiste

en las áreas próximas a la desembocadura de los ríos, donde la salinidad es menor, ocurre al

revés con la artemia franciscana (camarón de la sal); por lo que vemos que en este y otros

casos, dichas sales interactúan con la flora y la fauna de acuerdo a la variabilidad hídrica de

la laguna.

Mar Chiquita, nuestro Mar de Ansenuza, es un humedal excepcional que debemos

cuidar y utilizar con racionalidad: la naturaleza nos dio este regalo, desde hace décadas se

trabaja para cuidarlo para las futuras generaciones11.

Clásico mapa de la Mar Chiquita de 1924.

11FENOGLIO, Norma (Coord. Gral.): Noreste cordobés. Una región, sus recursos, EREM-NEC, Soluciones Gráfica, Córdoba, 2011.

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Tal como lo dicen Piovano, Zanor y Ariztegui12, la laguna Mar Chiquita es de origen

tectónico debido a levantamiento de la falla Tostado-Selva-Melincué en su costado este, lo

cual generó una depresión colectora de aguas fluviales. La falla se habría producido durante

el pleistoceno medio.

Por otro lado, muy cerca de La Para, a sólo 9 km, está la Lagunilla del Plata, una

conformación lacustre en la que la Municipalidad local ha instalado un Camping y Balneario y

que funciona como laguna de cercanía para los habitantes de La Para y para los turistas, ya

que se encuentra sobre la Ruta Provincial N° 17, lo cual la hace sumamente accesible.

Esta lagunilla es una formación hidrológica perteneciente al sistema endorreico de

Laguna Mar Chiquita.Formada por un levantamiento tectónico en su borde suroeste y sobre

los sedimentos del gran abanico aluvial del río Segundo, sufrió una erosión rápida que la

convirtió en una laguna de aguas bajas y salobres en la que desemboca el río Primero. En los

años de sequía es una lagunilla independiente del Mar de Ansenuza, en los años en que ésta

crece, se transforma en una bahía de la misma y en los ciclos intermedios ambos espejos de

agua quedan conectados por un estrecho canal.Su extensión promedio es de unos 20km

cuadrados y una profundidad máxima de 4mt., pero estos datos son muy variables ya que

depende mucho de los ciclos hidrológicos.

Finalmente, al sur y al este de La Para transcurre el cauce del río Primero o Suquía, el

cual nace en las sierras de Córdoba y luego de unos 200km de recorrido llega a la Lagunilla

del Plata. A su vera se conservan aún espesos montes y zonas inundables con vegetación

chaparrada y numerosas especies animales.

El contexto ambiental de nuestro pueblo, La Para, está muy vinculado pues a esos tres

elementos: la gran Laguna Mar Chiquita, la pequeña Lagunilla del Plata y el río Primero o

Suquía.

12PIOVANO, Eduardo, ZANOR, Gabriela, ARIZTEGUI, Daniel: “Historia geológica y registro climático”, en BUCHER, Enrique (Ed.): Bañados del Río Dulce y Laguna Mar Chiquita-Córdoba-Argentina, Academia Nacional de Ciencias, Córdoba, Argentina, 2006, pp.37-55.

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EL PARQUE PLEISTOCÉNICO DE LA PARA, UNA MANERA DE FACILITAR EL ACCESO AL

CONOCIMIENTO PALEOAMBIENTAL:

Difundir y facilitar el acceso a conocimientos complejos, en especial los referidos a

aspectos geológicos, paleontológicos, paleoclimáticos, arqueológicos y antropológicos no es

tarea fácil, si prescindimos de la simplificación, la banalidad y los estereotipos.

La sobre exposición y caricaturización de la megafauna americana o de los dinosaurios

debido a películas tales como “La Era de Hielo” o “Parque Jurásico” (para citar sólo las más

actuales, desde la década de 1920 hay películas que combinan hombres con

dinosaurios/monstruos) es un fenómeno que no por ser artístico y didáctico deja de plantear

ciertas cuestiones13.

El gran paleontólogo español José Luis Sáenz nos dice que, desde finales del siglo XIXy

de la mano de las exposiciones universales de la era industrial, como parte de las tareas de

empoderamiento estatal y de afirmación del triunfo del capitalismo, comenzó a vivirse una

verdadera “dinomanía” que aún hoy sigue vigente y que se centra en conseguir “records” de

dinosaurio más grande, más fuerte, más poderoso, más antiguo, etc. Esto no ha sido

beneficioso para la ciencia ya que transforma un conocimiento serio en pura banalidad o

competencia de saberes14.

Al respecto, la estudiosa argentina Irina Podgorny afirma que los restos

paleontológicos cumplieron una importante función en la construcción de la idea del “ser

nacional” en Argentina y en la reafirmación de valores patrióticos y de soberanía territorial15.

La comunicadora Vanina Agostini, nos comenta como el Museo Argentino de Ciencias

Naturales en 2008 invita vía electrónica a la noche “Fuga Jurásica” con música electrónica,

13 ROMERO NIETO, Daniel, FESHARAKI, Omid y GARCÍA YELO, Blanca Ana:” Películas de trasfondo paleontológico: análisis científico y propuestas didácticas”, en Enseñanza de las ciencias de la tierra, año 22, N° 2, 2014, 168-176. MARÍN DÍAZ, Verónica, GONZÁÑEZ LÓPEZ, Ignacio y CABERO ALMENARA, Julio: “Posibilidades didácticas del cine en la etapa de primaria. La Edad de Hielo entra en las aulas”, en Revista Electrónica de Tecnología Educativa, N° 30, noviembre 2009, file:///C:/Users/Usuario/Downloads/446-1457-1-PB.pdf 14 SÁNZ, José Luis: Cazadores de dragones. Historia del descubrimiento e investigación de los dinosaurios, Ariel, Barcelona, 2007. 15 ENDERE, María Luz y PODGORNY, Irina: “Los gliptodontes son argentinos. La ley 9080 y la creación del Patrimonio Nacional”, en Ciencia Hoy, volumen 7, N° 42, septiembre/octubre 1997, pp.54-59. PODGORNY, Irina: “Diplomacia, pichiciegos, megaterios y gliptodontes 1820-1840”, en Ciencia Hoy, volumen 21, N° 121, febrero-marzo 2011, pp. 49-54. PODGORNY, Irina: “De cómo Mylodon robustus surgió de los huesos de Glyptodon. El comercio de huesos con el Río de la Plata y la sistemática de los mamíferos fósiles en 1840”, en Revista del Museo de La Plata, 2012, Sección Paleontología, 12 (67): 43-64

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video instalaciones, ventas y proyecciones varias, reflexionando la autora sobre los cambios

de hábitos de este museo:

Antaño templo sagrado hoy medio de comunicación

de masas. (…) explora una nueva forma para su existencia

atraída por la idea de convertirse en sede privilegiada de

la cultura global del espectáculo. Llenar las salas de los

museos seduce a sus gestores aun cuando cumplir con

este objetivo termine desplazando las bases mismas de la

institución.16

A diferencia del cine, un parque temático con un fuerte anclaje científico y con

personal especializado y competente puede revertir esas tendencias frívolas y amarillistas,

dando a conocer los avances de la ciencia y su actualización permanente.

Es por esto que, en el marco de la recuperación y el embellecimiento del cuadro de

estación, la Municipalidad de La Para reservó un espacio del mismo para recrear el ambiente

del pleistoceno en torno a una pequeña laguna artificial junto a la cual se instalarán los

animales de la megafauna pampeana nombrados más arriba.

En el año 1981 fue desafectado el cuadro de estación del ferrocarril a raíz de las

políticas neoliberales de la última dictadura cívico-militar17. Ese enorme espacio de 17 has.

quedó totalmente abandonado y desde 1986, el municipio de La Para comenzó lentamente a

recuperarlo, dándole uso a sus edificios, creando espacios culturales, parquizando y

haciendo de ese lugar un pulmón verde en pleno centro de la localidad. Esa tendencia se ha

acelerado en los últimos años a partir del fortalecimiento del perfil ecológico de La Para18.

El parque pleistocénico que se pretende crear en esta localidad está pensado como un

espacio de difusión de la historia ambiental de la región de Ansenuza, la cual es al fin y al

cabo, la de toda la región chaqueño-pampeana.

16AGOSTINI, Vanina: El objeto desaparecido (o la tarea de recordar en el museo), tesis de grado para optar por el título de Licenciada en Comunicación, Facultad de Ciencias Sociales, UBA, 2008, pp 11-13. 17 CASEROLA, Milena (Dir.): Vías Argentinas. Ensayos sobre el ferrocarril, Matías Reck Ediciones, Buenos Aires, 2010; TONEATTI, Enzo Leonardo: “Y el tren pasó” en Voces del Cerro de Arena. Revista del Museo Histórico Municipal de Villa Santa Rosa, N° 3, , 2009, pp. 3-6. 18 FULCHIERI, Bibiana: “El Parque Agroecológico de La Para”, en Convivimos, N° 284, febrero 2016, pp. 80-81.

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Pariendo de la profundidad temporal del pleistoceno, de sus divisiones y de su

declinación a favor del holoceno19, siguiendo por su flora y su fauna, por la complejidad de

los intercambios bióticos y de la biología evolutiva es que este parque tendrá un fuerte

componente científico que buscará desmitificar lo que se conoce popularmente por

pleistoceno, buscando a la vez actualizar regularmente la información disponible.

Parque pleistocénico de Osorno, Chile, modelo a seguir por nuestro proyecto

Es por esto que el parque será un departamento dependiente del Museo Histórico

Municipal de La Para, institución que ha demostrado con el paso de los años un fuerte

compromiso científico y que se ha integrado activamente a entidades y foros de ciencia de

todo el mundo.

Desde la Municipalidad de La Para creemos que un espacio museográfico y científico

como este será un importante avance para dar a conocer fenómenos como los del cambio

climático y la extinción de las especies, a la vez que concientizar sobre el impacto del

accionar del ser humano sobre el planeta.

El futuro PARQUE PLEISTOCÉNICO DE LA PARA buscará complementar y articular,

producir y difundir la rica historia ambiental de la región chaqueño-pampeana en la era

Cuaternaria.

19 LEWIS, Roy: El fin del pleistoceno, Dronte, Buenos Aires, 1980.

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Desde el punto de vista del acceso a conocimientos complejos, los parques temáticos y

los centros de interpretación pueden ser de suma utilidad si se erradican de ellos la

superficialidad, la espontaneidad y la simplificación. Hay buenos ejemplos de cómo lograr

centros de interpretación científicos. En el caso de Córdoba tenemos el Centro de

Interpretación del Camino Real en Villa Tulumba, en Argentina el Museo Provincial de la Vid

y del Vino en Cafayate (Salta) o el Parque Geológico “Los Dinosaurios” de Sanagasta (La

Rioja), y a nivel mundial existen buenas experiencias, en especial en España, como el Castillo

de Coyanza en Valencia Don Juan (León), el Museo de las Ferias en Medina del Campo

(Valladolid) o el Centro de Interpretación de Astúrica Augusta en Astorga (León)20.

Queremos tomar los mejores ejemplos de parques temáticos científicos y para ello se

está diseñando un parque que contará con:

Cercado perimetral

Portal con control del ingreso

Oficina técnica y del personal

Laguna artificial con islas

Réplicas de fauna pleistocénica extinta y actual

Reproducción de escena de caza de paleo fauna por parte de indígenas locales

Cartelería indicativa exterior e interior

Senderos y áreas de descanso

Espacios de recreación y distracción

Área para la contención de grupos de alumnos y contingentes turísticos

El plan de obras se divide en 3 (tres) etapas: la primera contempla la creación de la

laguna, el cercado y la instalación de las reconstrucciones de animales pleistocénicos, el

cercado y el pórtico de ingreso; la segunda incluye la instalación de la fauna actual y la

construcción de senderos y áreas de descanso y contención; la tercera implica la

20AA.VV: Fundación Museo de las Ferias, Junta de Castilla y León, Universidad de Valaldolid, 2006; SEVILLANO FUERTES, Ángeles y VIDAL ENCINAS, Julio: Urbs Magnífica. Una Aproximación a la arqueología de Astúrica Augusta (Astorga, León); Ayuntamiento de Astorga, León, 2002; GRAU LOBO, Luis: Plan Museológico del Museo de León, Ministerio de Cultura, Secretaría General Técnica, Gobierno de España, 2007.

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construcción de oficinas y depósitos y la colocación de las escenas de caza de paleofauna (y

quizás alguna otra escena cotidiana o doméstica de nuestros aborígenes).

La ubicación específica dentro del cuadro de estación es en el cuadrante NE del sector

comprendido entre la calle Belgrano, Av. San Martín, Bv. Sarmiento y Bv. Cdor. Pablo Bossio,

específicamente al lado del Museo Regional del Trabajo.

El PARQUE PLEISTOCÉNICO se integrará al circuito turístico de la localidad de La Para,

el cual incluye la lagunilla del Plata, Camping Municipal “Bahía de Ansenuza”; laguna Mar

Chiquita, río Primero o Suquía, Museo Histórico Municipal, Museo Regional del Trabajo,

Memorial “Andrés Echenique” y Paseo Agroecológico Municipal (Planta Modelo de

Reciclado).

EPÍLOGO:

Con este trabajo se ha tratado de mostrar los pasos que se están siguiendo en La Para

a fin de lograr la creación de un parque temático que permita el acceso al conocimiento del

Cuaternario y del pasado geológico, ambiental, climático y antropológico de esta región;

buscamos la difusión de los conocimientos científicos en estas y otras áreas y la difusión de

la educación ambiental, a la vez pretendemos coadyuvar a la construcción de identidad, a la

elevación de la autoestima social, a la visibilización de la localidad y de la región y a la

promoción del arraigo.

Los museos y centros de interpretación, los parques temáticos, los zoológicos y

acuarios, los jardines botánicos y los paseos culturales son creaciones que hoy nos ayudan al

desarrollo cultural y al despegue social.

El Parque Pleistocénico de La Para pretende ir por esa senda.

BIBLIOGRAFÍA:

AA.VV: Fundación Museo de las Ferias, Junta de Castilla y León, Universidad de

Valaldolid, 2006

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LOS PAGOS DE ANSENUZA: NUEVOS APORTES A LA HISTORIA DEL TOPÓNIMO ANSENUZA

Por Carlos Alfredo Ferreyra Bertone21

PRESENTACIÓN:

La idea de realizar este artículo surgió en 2014 a partir de los debates que

surgieron por el agregado del sufijo “de Ansenuza” al pueblo de Miramar, quedando por

Ordenanza con el nombre compuesto de Miramar de Ansenuza22.

En el mes de julio de 2014 el Honorable Concejo Deliberante de la Municipalidad

de Miramar oficializó Miramar de Ansenuza para la localidad y enseguida empezaron los

debates y discusiones sobre la conveniencia o no de dicho nombre23. También aparecieron

artículos periodísticos con referencias históricas e historiográficas24 y al autor de este

artículo le realizaron innumerables entrevistas radiales y televisivas.

No pretendemos poner en duda el cambio de nombre del pueblo de Miramar,

muy por el contrario, hemos apoyado desde el principio esa acción (más allá de las formas

legales elegidas por las autoridades) ya que permite identificar rápidamente a ese pueblo de

otros con el mismo nombre, fortalece la identidad regional y ratifica nuestra pertenencia a la

cuenca de Mar Chiquita.

Desde entonces empezamos con una intensa recopilación de documentos y

bibliografía para poder escribir un artículo que cierre definitivamente el debate sobre si

Ansenuza es el nombre indígena de la laguna Mar Chiquita o el nombre de una región.

Es comprensible que desde principios del siglo XX los primeros historiadores

cordobeses (Cabrera, Grenón, Montes, Serrano, Outes) dejaran la cuestión como un enigma

–salvo Serrano que la deja bien clara-, ya que no pudieron consultar numerosos documentos

de los que hoy disponemos. Hasta principios del siglo XXI algunas publicaciones científicas

ponen en duda de que Ansenuza haya sido un topónimo de la laguna, nosotros reforzaremos

esas dudas, o más bien las aclararemos a la luz de nuevos documentos.

Con este artículo pretendemos cerrar la cuestión, y afirmar que efectivamente el

vocablo Ansenuza es el nombre que recibió la región sudoeste de la Mar Chiquita (topónimo

que luego se extendió a todo el arco sur de la laguna) y que desde la primera cartografía y

los primeros documentos a dicha laguna salada se le llamaba salinas, Porongo o Mar

Chiquita. 21 Director del Museo Histórico Municipal “La Para”, Córdoba. 22 Ver: http://www.lavoz.com.ar/regionales/miramar-ahora-se-llama-miramar-de-ansenuza-0; http://www.cooptel.com.ar/movil/noticia/miramar-concejo-aprobo-el-cambio-de-nombre-a-la-localidad-2692. 23 Ver: http://regionalisimoenlinea.blogspot.com.ar/2014/07/cuatro-concejales-decidieron-que-se.html; http://regionalisimoenlinea.blogspot.com.ar/2014/07/miramar-posicion-del-museo-anibal-montes.html. 24 Cfr.: http://regionalisimoenlinea.blogspot.com.ar/2014/07/ansenuza-habria-sido-una-provincia-en.html.

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Pero antes de comenzar repasemos algunas generalidades sobre esta región

geográfica.

LA REGIÓN DE ANSENUZA:

La región de Ansenuza comprende hoy una extensa zona de bañados, esteros,

pantanos, lagunas, campos cultivados y restos de bosques nativos en torno de la laguna Mar

Chiquita, uno de los lagos salados más grandes del mundo, Maravilla Natural de Córdoba y

Reserva Provincial de Usos Múltiples. Un gigantesco humedal que como toda cuenca

endorreica tiene sus propios ciclos de crecimiento y retracción, siendo muy vulnerable a las

actividades humanas.

La laguna Mar Chiquita es un enorme lago endorreico que destaca en el NE de la

Provincia de Córdoba, en el límite sur del chaco austral. Conforma junto a otras lagunas

subsidiarias y los bañados del río Dulce un enorme humedal de casi 10.000km2.

Los humedales son fundamentales para el mantenimiento de los niveles hidrostáticos y

como retardadores de inundaciones y sequías. Por su riqueza natural y complejidad

biológica son estudiados y apreciados por muchos científicos que ven en ellos los mejores

reguladores del clima en extensas áreas25.

Tal como lo dicen Piovano, Zanor y Ariztegui26, la laguna Mar Chiquita es de origen

tectónico debido a levantamiento de la falla Tostado-Selva-Melincué en su costado este, lo

cual generó una depresión colectora de aguas fluviales. La falla se habría producido durante

el pleistoceno medio.

25 CANEVARI, Pablo, BLANCO, Daniel, BUCHER, Enrique: Los beneficios de los humedales de la Argentina: amenazas y propuestas de soluciones, Wetlands International, Buenos Aires, 1999; CANEVARI, Pablo, BLANCO, Daniel, BUCHER, Enrique, CASTRO, Gonzalo y DAVIDSON, Ian: Los Humedales de la Argentina. Clasificación, situación actual, conservación, legislación, Wetlands International, Secretaria de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable, Buenos Aires, 1998. 26 PIOVANO, Eduardo, ZANOR, Gabriela, ARIZTEGUI, Daniel: “Historia geológica y registro climático”, en BUCHER, Enrique (Ed.): Bañados del Río Dulce y Laguna Mar Chiquita-Córdoba-Argentina, Academia Nacional de Ciencias, Córdoba, Argentina, 2006, pp.37-55.

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La laguna Mar Chiquita, foto satelital del año 2009

Luego de esta introducción contextual deseamos plantear las dos hipótesis que

guiarán este trabajo de investigación: en primer lugar que estrictamente hablando, el

topónimo Ansenuza designa a una porción del territorio ubicado al sudoeste de la laguna

Mar Chiquita y que su nombre no se refiere a la laguna en sí sino a la región; y en segundo

lugar que a pesar de los numerosos intentos de saber el significado del nombre, a pesar de

las muchas conjeturas que se han hecho, aún no estamos en condiciones de conocer ni el

idioma, ni las raíces lingüísticas ni el significado del nombre.

ANTECEDENTES DE LA CUESTIÓN:

La llamada provincia de Ansenuza despertó desde siempre la curiosidad de los

escritores e historiadores de Córdoba.

Pablo Cabrera en su libro Tesoros del Pasado Argentino, en el capítulo I nos dice:

De boca de los aborígenes supieron los

descubridores que lo que hoy es (…) El Tìo y la Mar Chiquita, se

apellidaba en el idioma de los primeros Ansenuza, tema que en

España equivalía quizás a lago, laguna salada, pantano, salitral,

etc. El mismo enigmático nombre aplicóle el licenciado Juan de

Matienzo (…) Y así, ocupándose el Oidor de la asonada militar

que privó del mando y de la libertad a Francisco de Aguirre

cuando su expedición al Río de la Plata –año de 1566- afirma

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que aquella se produjo “a diez leguas de una tierra que se dice

Ansenusa, valle de muchos indios que llaman comechingones.27

La famosa relación de Matienzo nombra primero Ansenuza que a la propia

Córdoba, lo cual, como mínimo indica la antigüedad y la importancia de este paraje.

La mayoría de los antecedentes bibliográficos y cartográficos son presentados

por Bucher y otros, en su excelente compilación sobre Mar Chiquita28. Por lo que no

deseamos repetir esa información, sino más bien comentar que en dicho trabajo se

recopilan las denominaciones que recibió la laguna, y en ningún momento aparece con el

nombre Ansenuza. En los mapas más antiguos figura como “lagunas saladas”, luego se las

confunde como “lagunas saladas de los porongos” y solamente aparece la palabra Ansenuza

en el mapa del padre Camaño publicado por Jolis en 1789 como un fuerte (For. d’Ansenusa)

y a las lagunas se las nombra “laghi di Porongos”29.

Estos autores resumen claramente la cuestión de esta manera:

Debe notarse que, en todos los mapas señalados

anteriormente, aparecen simultáneamente la denominación de

Ansenuza nombrando un topónimo terrestre, y el nombre de

laguna de Los Porongos o Mar Chiquita para la laguna. En

ningun caso se denomina a la laguna con el nombre de

Ansenuza. El vocablo Ansenuza no aparece en otros mapas de

la época, ni siquiera en una obra tan importante como fue la

Geografía de Córdoba, publicada en 1904 (Río & Achával 1904).

Serrano concluye que “la región de Ansenuza está

felizmente señalada en mapas coloniales y mercedes de

tierra….Comprendía del curso inferior del río Primero, a uno y

otro lado”. Más adelante reitera: “La región de Mar Chiquita y

llanos vecinos al Río I, más allá de Chivaja [proximidades de la

localidad de Río Primero] constituía la provincia indígena de

Ansenuza de indios Sanavirones”. Asimismo, Montes (1956)

sostiene que, con posterioridad a 1573, la denominación de

Ansenuza se habría utilizado exclusivamente para referirse a las

tierras fértiles situadas al oeste y suroeste de la laguna Mar

Chiquita. Esta es también la posición adoptada por Levillier

27 CABRERA, Pablo: Tesoros del Pasado Argentino. Tiempos y campos heroicos, 2ª Serie, Stella Maris, Imprenta de la Penitenciaría, Córdoba, 1933. 28 Bucher E.H., Marcellino A.J., Ferreyra C.A. & Molli A.F.: “Historia del poblamiento humano” en: Bucher, Enrique: Bañados del río Dulce y Laguna Mar Chiquita (Córdoba, Argentina), Academia Nacional de Ciencias (Córdoba, Argentina), 2006, pp. 301-325 29 Ibídem, pp. 308-312.

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(1931). En resumen, no existen pruebas claras de que la laguna

Mar Chiquita fue alguna vez conocida como Ansenuza, aunque

sí es claro que ese nombre se usaba para denominar el área

donde el río Primero se abría en bañados antes de llegar a la

laguna.30

Esta información es también ratificada por Bonofiglio en su trabajo sobre

representaciones cartográficas de la cuenca de Mar Chiquita, donde la autora dice

claramente que la laguna se llamó “laguna salada”, “laguna de los Porongos” o directamente

“Mar Chiquita”31. También había sido presentada por Candusso en su trabajo sobre

actualidad de La Para, donde el autor discrimina acertadamente entre Ansenuza, Mar

Chiquita, La Para y Puesto del medio, topónimos ligados a nuestra historia local32.

A nuestro parecer siempre estuvo claro que Ansenuza era el nombre de una

región y no de una laguna, pero por algún motivo el nombre pasó a la laguna cuando nunca

fue así. Testimonio de esto es el documento de 1948 encontrado en el Archivo del Museo

de Antropología de la Universidad Nacional de Córdoba en el que Guillermo Alfredo Terrera

le solicita al director del Instituto de Arqueología, Lingüistica y Folklore Antonio Serrano,

autorización para “una investigación folklórica en toda la cuenca del río Primero hasta la Mar

Chiquita y se titulaba ‘Estudio Folklórico de la antigua provincia de Ansenuza’”33.

Mapa de Terrera, 1948

30 Ibídem, pp. 314-315. 31 BONOFIGLIO, Marta María: “Aportes cartográficos e históricos sobre la cuenca de Mar Chiquita”, en Memorias del Pueblo: revisa del Museo Histórico Municipal “La Para”, Año 7, Nº 7, septiembre 2007, pp. 31-42. 32 CANDUSSO, Elder Omar: La Para siglo XXI, s/e, La Para, 2001, pp. 37-39. 33 Archivo del Museo de Antropología de la UNC, nota del 27 de junio de 1949.

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El nombre Ansenuza, muy antiguo en los documentos, reaparece en mapas

oficiales recién en el siglo XIX, como una cañada donde se consumen las aguas del río

Primero, o sea, en la zona de la antigua Estancia Ansenuza, según veremos más adelante.

El objetivo de este trabajo es reforzar las conclusiones de que Ansenuza es la

región y Mar Chiquita la laguna, a la luz de otro tipo de documentos y aclarar que el

topónimo Mar Chiquita aparece ya tempranamente a principios del siglo XVIII.

EL TOPÓNIMO ANSENUZA EN LA ÉPOCA COLONIAL:

La toponimia es una disciplina auxiliar de la historia encargada de estudiar el

significado y la evolución de los nombres de lugares, parajes, ciudades, países, etc. Es un

auxiliar importante para historia, la museología y las ciencias sociales en general, incluso

para algunas ciencias naturales como la geología o la paleontología ya que la traducción o

significado de un nombre antiguo puede ser debido a alguna característica que hoy no

vemos pero que los antiguos si conocieron.

La región donde hoy se encuentra nuestra localidad corresponde a la antigua

provincia indígena de Ansenuza, nombre que los aborígenes, según los españoles, le daban a

toda la zona Sudoeste de Mar Chiquita, más precisamente donde hoy están los poblados de

Loma del Trozo, La Para, Marull, Lomita de los Indios, San Rafael, Balnearia y Miramar,

incluyendo los desemboques de los ríos Suquía y Plujunta y la Laguna del Plata. El nombre ANSENUZA (con sus variables gramaticales) aparece por primera vez

en la merced de tierra que el Teniente de Gobernador y Justicia Mayor de Córdoba Juan de

Burgos entrega a Pedro de Villalva el 14 de octubre de 1584, donde dice:

…todas las tierras que ay de una banda y de otra del

río hasta el pasaxe del camino de Ansenuça por el algarrobal de

Bilibiliscate, dexando a los indios de Bilibiliscate tierras para sus

sementeras que sean bastantes.34

Aparece inmediatamente en otra merced que el mismo Burgos otorga a Juan de

Barrientos el 10 de diciembre del mismo año de 1584, y que dice:

…un pedazo de tierras questa tres leguas de

Ansenuza camino de Camintosacate desde donde se le huyo la

guía a Bernabé Mexia, una legua en torno; y así mismo le hazia

e hizo merçed de otro pedazo de tierras desde el pueblo de

Ansenuza de su encomienda, rio arriba una legua detrás de la

34 TANODI, Aurelio, FAJARDO, María Elsa y DÁVILA, Marina Esther (Edición y preparación): Libro de Mercedes de Tierras de Córdoba de 1573 a 1600; Imprenta de la Universidad; UNC; Córdoba; 1958; pp.123 y 124.

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una parte y de la otra del rio, dexando a los dichos indyos

tierras suficientes para sus sementeras.35

En tanto que Mar Chiquita, a parece por primera vez en 1701, haciendo

referencia a un puesto, cuando en un juicio por vandalismo Antonio Gómez dice: “guiados

del dicho Francisco Palazios y su gente y con su ayuda y dieron con la tropa de este

confesante y se llevaron todos los çiento y cuarenta caballos y huyeron deste confesante y

toda su gente al mismo puesto de la Mar Chiquita…”.36

Luego el nombre Ansenuza reaparece el 12 de noviembre de 1755 cuando el

Maestre de Campo Juan Álvarez, comandante de la frontera del Río Segundo, pide un

terreno en la zona lindante con el "mar que llaman de Ansenuza", diciendo:

Que entre el río de Córdoba y el río Segundo, veinte

leguas poco más o menos de esta ciudad se allan unas tierras

desiertas y despobladas que forman una rinconada entre los

referidos ríos y por la parte del norte lindan con la mar que

llaman Ansenusa y por la del sur con el camino carril que sale de

la plaza de armas de dicho río de Córdoba a dar con el Río

Segundo; …37

Llamativo es en este expediente, que el Cabildo de Córdoba otorga la

mencionada merced pero aclarando que “con tal que hallándose en dicho terreno la sal de

donde se provee el vezindario, se de por libre, para que cada uno la saque según y como se

ha practicado”.

De este documento inferimos por lo menos tres cosas, sobre el tema tratado:

que nuestra región no tuvo propietarios oficializados por el derecho colonial entre finales del

siglo XVI y mediados del siglo XVIII pero que si había vecinos, que el lugar ya era conocido

por la presencia de sal para uso industrial o para consumo humano la cual era explotada por

dichos habitantes y que este es casi el único documento antiguo que utiliza Ansenuza para la

laguna.

Entre los años 1776 y 1799 se llevó a cabo un juicio por las tierras de El Salto

(zona del actual pueblo de La Quinta), en cuyo expediente dice:

En este paraje de Castaño, en treinta días del mes

de octubre de mil setecientos setenta y seis años, yo don Miguel

Gerónimo Caldevilla, Alcalde de la Santa Hermandad y Juez

delegado de visitas y composiciones de tierras de este Río de

35 Ibídem; p. 136. 36 FD del IEA, documento 10223. 37 AHPC, Esc. 1, leg. 25, exp. 10

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Córdoba y Segúndo, habiendo concluido la mensura, deslinde y

amojonamiento de las Tierras de Ansenuza, pasé al Paraje del

Salto…38

Vemos como Ansenuza figura como un paraje, una estancia, un terreno.

El 14 de agosto de 1787, José Antonio Brochero, vecino de la frontera de Santa

Rosa, denuncia que:

A distancia del paraxe nombrado Castaño, coza de

quatro leguas poco más ó menos, campos afuera y separado de

los derechos y confines del paraje nombrado Ansenuza; se

hallan unas tierras valdías y realengas en dichos campos

afuera, las que denuncio y delato a fabor de su Magestad, de

cuyo terreno, siendo V. Señoría serbido concederme en dicho

parage una legua de dichas tierras, a cada viento de los quatro

principales, tomando por centro una laguna de agua llobediza

que antiguamente tubo un totoral, que enfrenta dicha laguna

con otra de agua salada por la parte del naciente.39

Este documento nos refiere claramente que la laguna salada no tenía nombre

aún, y que Ansenuza ya era un paraje conocido.

El mismo expediente nos revela varios datos y toponímicos de la zona, es gracias

a este documento que sabemos ahora el origen del nombre de las localidades de Las Saladas

y La Puerta; veamos.

El 18 de julio de 1787 el perito Agustín Llanes cita al Capitán Antonio Guzmán

“como vecino más inmediato de los derechos del paraxe nombrado Castaño, sin embargo

quedar distante del paraje de Las Saladas, quien concurrió a la mensura”.

En tanto, el día 19 de julio el perito cita a la propietaria de los derechos de

Ansenuza María de Allende quien no concurre diciendo que “por su parte concurriría su

capataz llamado Bartholo, quien concurrió al rumbo del naciente que enfrenta a los linderos

de Ansenuza”. Notamos que el capataz debe haber sido un afrodescendiente ya que la

propietaria no se digna en dar su apellido.

El día 21 de julio el perito y los testigos se colocan en la laguna del Totoralejo a la

que toman por centro para realizar la mensura de las tierras denunciadas. El 23 de julio,

terminadas la mensura y amojonamiento de los terrenos, el perito Llanes certifica que “las

tierras que se han mensurado son campos lóbregos a fuera de la Puerta del enemigo infiel, y

38 AHPC, Esc. 3, leg. 99, exp. 2, p. 2. 39 AHPC, Esc. 2, año 1863, leg. 161, exp. 10.

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sin agua permanente, solo si algunas lagunas donde se junta agua llovediza, bien poblado de

pastos comunes…”

Los tasadores actúan el día 24 de julio de 1787 y dicen que

el justiprecio y abalúo del paraxe nombrado Laguna

del Totoralejo y Saladas haciéndonos cargo de la lobreguez y

soledades de dichos lugares y distar como diez leguas de las

últimas poblaciones, y que además de tener experiencia de las

muchas fieras que hai en dicho lugar, en lo que hace a los

montes, como son tigres y leones; que se está experimentando

que hai manadas de yeguas por cresida que sea no llegar a

herrar seis potrillos como assi mismo el peligro del bárbaro

enemigo y puerta que han hecho los santiagueños para llevar

hacienda…

Los tasadores terminan fijando el precio de 80 pesos, a 20 pesos por legua

cuadrada.

Realizadas todas las diligencias, el 18 de octubre el pregonero real anuncia la

venta de las tierras de esta forma: “…veinte pesos dan por cada legua de tierra en el paraje

del Totoralejo y Saladas (…) que se van a rematar en los confines de Ansenuza, como quatro

leguas a fuera del lugar llamado Castaño…” Al final el paraje es adquirido por el Maestre de

Campo José Antonio Brochero en noviembre de 178740.

Este hermoso testimonio de la compraventa de tierras en la época colonial nos

aclara que la región era poco poblada, visitada por aborígenes y por traficantes de ganado

santiagueños y que Ansenuza era una región, no una laguna.

En 1794, José Antonio Brochero, reitera ante las autoridades el pedido de otra

fracción de terreno hecha en 1787, llamada Puesto del Medio; diciendo que lo que reclama

no “alcanza la media legua pedida a los linderos de Ansenuza”41.

Claramente en este expediente, Ansenuza es la antigua estancia, nombrada más

arriba, y no la laguna.

Pasados unos años, el 4 de junio de 1796, Juan Esteban Baigorrí vecino de Santa

Rosa, denuncia unas tierras “a las márgenes de las salinas nombradas Hansenusa (en donde)

se halla hun terreno realengo al que se le da por nombre la Voca del Río, lindando con las

tierras de dicho Ansenusa pertenecientes a los herederos de don Francisco Almestre, ya

difunto, y con tierras de don Nolasco Barela y don Pedro Pucheta y otros puestos de aquel

vecindario…”42

40 Ibídem. 41 AHPC, Esc. 2, año 1794, leg. 84; exp. 7 (28) 42 AGN, año 1796, leg. 59 (antes 14), exp. 36 (antes 495), f. 1.

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Las diligencias continúan y el 29 de noviembre el agrimensor oficial Felipe

Antonio Narbaja envía nota al propietario de la Estancia Ansenuza pidiéndole un testigo de

parte, a lo que este contesta el 14 de diciembre:

He recibido la de vuestra merced con fecha del 29

del próximo mes pasado en la que me dice se halla con comisión

del Sr. Gobernador Sobremonte, para deslindar unas tierras

inmediatas a la estancia de Ansenuza y que nombre alguno de

mi parte para no perjudicar a dichas tierras de Ansenuza,

ninguno sabe mejor que el negro Bartolo, capataz de dicha

estancia, (…)43

Notamos en este expediente de 1796 como se refieren a Ansenuza como un

terreno o una estancia, no una laguna.

Agregamos, de paso, que este expediente es muy completo y que nombra los

parajes de Los Algarrobitos, Boca del Río y Plujunta, y confirma la presencia de

afrodescendientes en la zona, ya que habla de “Bartolo, esclavo de don Francisco

Armesto”44, pero esa es otra historia que escapa a los objetivos de este trabajo.

Este trámite dura muchos años, ya que hubo conflictos con algunos vecinos

terratenientes de la zona, por ello, el 25 de diciembre de 1797 Baigorrí reitera el pedido y

dice “…inmediato a las márgenes de las salinas de Ansenusa, nombrado la Voca del Río…”45

El 7 de febrero de 1806, el fiscal Villota, dice: “Don Juan Esteban Baigorrí, de un

terreno situado en las salinas de Ansenusa, nombrado la Boca del Río y ocupado sin justo

título por Don Juaquín Noriega…”46

El mencionado expediente dio muchos giros y finaliza inconcluso siendo enviado

a Buenos Aires, el 16 de agosto de 1798 llegando a Buenos Aires el 23 de dicho mes y

retornando a Córdoba el 16 de noviembre de 1804. En esa parte final se resume el pleito

con estas palabras: “sobre denuncia de una suerte de tierras en el paraje de Ansenuza…”47

Este voluminoso juicio habla constantemente de Ansenuza como un paraje, una

estancia o unas salinas, y de hecho coincide con el análisis paleolimnológico realizado por

investigadores del CONICET y publicado en 2014 en el que se habla de la variabilidad

hidrológica de la laguna, iniciando un ciclo seco hacia mediados del siglo XVIII, o sea que

para esos años la laguna estaba rodeada de una enorme salina: “La reconstrucción de las

43 Ídem, f. 3. 44 Ídem, f. 5. 45 Ídem, f. 13. 46 Ídem, f. 29. 47 Ídem, f. 33.

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variaciones de niveles de la laguna se inicia en un nivel de evaporitas correspondiente al año

1767 (…), indicando una fase de nivel muy bajo como consecuencia de una gran sequía.”48

En septiembre de 1799 Marcelino Moyano, tutor y cuidador de la persona y

bienes de Felipe Armesto (menor de edad) denuncia que Manuel Salas intenta poblar las

tierras que le pertenecen a su representado “situadas en este río 1º de Córdoba y paraje

nombrado Ansenunza, que de facto ha construido un ranchito y señalado para formar

corrales”49. Otra vez, Ansenuza es un paraje no una laguna.

Justamente, en febrero de 1804 Juan Gerónimo Fronteras denuncia unas tierras

despobaldas que lindan por el Oeste “con derechos de Ansenunsia” y por Este “con los de

Plujunta”. Dice así:

Don Juan Gerónimo Frontera de este vecindario y

residente en la frontera de Santa Rosa (…) denuncio a fabor de

S.M. un terreno que se halla baco y realengo lindando por el

poniente y sur con derechos de Ansenuncia y por el naciente con

los de Plujunta y al norte con las salinas…50

En diciembre de 1806, Juan Donaciano Frontera, hijo del finado Juan Gerónimo

Frontera, reitera el pedido de “unas tierras en las sobras de Ansenusa”51.

En septiembre de 1808, Rafael de Jesús Baigorrí vecino de la frontera de Santa

Rosa, informa a las autoridades coloniales que

Campos afuera de dicha frontera, como once o doce

leguas, compró mi apdre Don Tomás Baigorrí a su Magestad un

terreno nombrado la Voca del Río y a las márgenes de dicho

terreno se allan dos pedasos de tierras realengas; el uno de los

linderos de mi padre rumbo al Poniente a lindar con los terrenos

pertenencientes a Don Pedro Nolasco Barela nombrados el

Puesto del Medio y el otro rumbo al norte a lindar con los

terrenos de don Felipe Armesto nombrados Ansenusa…52

48 CÓRDOBA, Francisco E.; GUERRA, Lucía; CUÑA RODRÍGUEZ, Carolina; SYLVESTRE, Florence y PIOVANO, Eduardo L.: “Una visión paleolimnológica de la variabilidad hidroclimática reciente en el centro de argentina: desde la Pequeña Edad de Hielo al siglo XXI”; Latin American Journal of Sedimentology and Basin Analysis; Vol. 21 (2) 2014, 139-163; Asociación Argentina de Sedimentología, ISSN 1851-4979. 49 AHPC, Esc. 4, leg. 12, exp. 14, f. 1. 50 AHPC, Esc. 4, leg. 29, exp. 1, f. 1. 51 Ídem, f. 4. 52 AHPC, Esc. 4, leg. 35, exp. 20, f. 1.

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El 28 de abril de 1809, Felipe Armesto “da en venta real y enagenación perpetua

a fabor de Gertrudis Bazán, dos leguas y media de terrenos en el Paraje de Anzenuza en los

confines del Río Primero de esta Ciudad, en la vanda del Sur (…) hasta dar con las salinas”53.

Hasta aquí la documentación colonial consultada nos da fiel testimonio de que el

nombre Ansenuza no corresponde con el de la laguna, por varios motivos: la laguna está en

período de retracción y en sus costas había terrenos salitrosos que los vecinos llaman

simplemente “salinas”, el nombre Ansenuza se refiere a un paraje o estancia, pero nunca a

un espejo de agua.

ANSENUZA EN LAS EPOCAS DE LA INDEPENDENCIA Y DE LAS GUERRAS CIVILES:

Luego de la Revolución de Mayo y como parte de la reconfiguración política y de

la dislocación económica derivadas de la compleja situación bélica, pasan varios años hasta

lograr encontrar documentos catastrales que nombren a nuestra zona. Si encontramos

muchos documentos políticos de los jueces pedáneos de Para, Puerta, Puesto del Medio,

Plujunta pero son referidos a las levas de soldados y animales y a la recolección de

donaciones todas para auxiliar en las guerras en curso.

La precariedad de los títulos y la fiereza del terreno, sumado a la inestabilidad

política, hicieron que hubiera muchos pleitos entre los vecinos colindantes en estos años,

gracias a los cuales podemos seguir reafirmando nuestra hipótesis de que Ansenuza no se

refiere a la laguna sino a un territorio específico.

En octubre de 1814, Gertrudis Bazán viuda de Joaquín Noriega, “vecinos del

partido de Ansenunsa” denuncia usurpación de tierras por parte de colindantes.

A pesar de haber sido dicha venta con la mayor

publicidad que puede apetecerse, se ban introduciendo de poco

tiempo a esta parte en la costa comprada, varios confinantes

míos que se hallan situados en la costa del Norte, como son

Santiago Coronel, Don Pedro José Taborda y don José Andrés, su

hijo, en quanto a ambos desde tres años a esta parte han

formalizado sus chacaras efectuando otros actos como son el

de hechar sus haciendas que obscurecen la propiedad…54

En este caso el documento cita específicamente una “costa” a la que no da

nombre, sólo la llama la costa del norte, o sea al norte de sus terrenos.

Precisamente, en ese mismo año de 1814, encontramos otro documento muy

esclarecedor al respecto. Se trata del pedido que los jueces pedáneos y oficiales de las

53 AHPC, Esc. 4, leg. 36, exp. 1, f. 1. 54 AHPC, Esc. 4, leg. 47, exp. 32, f. 1.

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milicias del Curato de Santa Rosa hacen al Gobernador de Córdoba para construir un fuere

“a este lado del poniente de la Mar Chiquita”.

Los vecinos abandonando sus estancias se han

replegado a la Capilla de Santa Rosa, dejando sus haciendas a

la discreción de los indios como de los ladrones que afligen la

campaña. Unidos nos han suplicado vaxemos a representar por

ellos a V.S. los males que les rodean con la inmediación e los

indios que días pasados afligieron al Río Segundo y ahora se

anuncia dirigen el golpe a este otro destino que, asolado como

aquel, hará la ruina de este pueblo, por ser ambos puntos los

que forman su principal subsistencia en todo género de abastos.

Meditan, y se ofreces, y nosotros con ellos a

construir un fuerte a expensas propias a este lado del poniente

de la Mar Chiquita, y al frente del lugar llamado el Paso de las

Sabanillas; tan interesante como el que se trata de construir a

la parte del naciente de ella en Chipión, que son las dos partes

precisas o puertas por donde atacan los indios, y muy poco

servirá cerrar la una si se deja abierta la otra.55

La nota es firmada por Pedro Quiroga, Mayoriano Fernández, Ramón Brocheros,

Juan Domisiano Frontera, Segundo Frontera y Félix Valoys Ferreyra.

El documento nombra a la laguna como Mar Chiquita no como Mar de Ansenuza.

Posterior a este documento encontramos un voluminoso expediente del juicio

por los límites entre las estancias Ansenuza y Puesto del Medio llevado adelante por sus

respectivos propietarios: Josefa Abaitúa y Segundo Frontera56. El juicio comenzó en

diciembre de 1839 y finalizó en 1841, por lo que ameritaría una investigación exclusiva sobre

dicho pleito puesto que es muy rico en información. Nosotros, en cambio, nos limitaremos a

los objetivos de este proyecto y veremos que tratamiento topográfico tiene la palabra

Ansenuza en el juicio.

El expediente contiene 200 fojas y 3 mapas que reproducimos a continuación:

55 AHPC, Gobierno, 1814, caja 39, carpeta 1, legajo 1, fs. 184-186. 56 AHPC, Esc. 2, leg. 139, exp. 1.

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Mapa de 1841, donde Ansenuza es una estancia y la laguna se llama Mar Chiquita o Salinas

Mapa de 1841: Terrenos de Ansenuza y Mar Chiquita.

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Mapa de 1841: Ansenuza y Salinas

En este expediente el topónimo Ansenuza aparece unas 70 veces, sin contar las

carátulas y los mapas, y en todos los casos se refiere a ella como un lugar, no como un lago:

“tierras llamadas de Ansenuza” (f. 1), Estancia de Ansenuza (f. 11), “Terrenos de Ansenuza”

(f. 14), “la estancia de nuestra propiedad denominada Ansenuza” (f. 10), “la mensura de las

tierras de Ansenuza” (f. 15), “deslinde de nuestras respectivas estancias del Puesto del

Medio y Ansenuza” (f. 19), “para dar las sabanas del terreno de Ansenuza (f. 32), “las cuatro

leguas de Ansenuza” (f. 34), “Luego las sabanas de Ansenuza se tiraron al Naciente” (f. 151),

“no pueden los sucesores de Ansenuza” (f. 193), “desde el lindero de la costa de Ansenuza,

sabanas al naciente” (f. 194), “los mojones de Ansenuza” (f. 196), vemos pues que a medida

que pasaban las décadas más se unía Ansenuza a conceptos como tierras, terrenos y

estancia.

Lo más llamativo es que en el folio 7 el perito judicial Estanislao Martínez data

una carta en “Ansenuza y Mayo 10 de 1839”, no creemos que haya estado en bote dentro de

la mar Chiquita, sino que está en las tierras de Ansenuza. Además el documento refiere

constantemente la presencia de salinas al Norte y al Este de Ansenuza.

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Mapa esquemático con la situación relativa de las estancias en esta región hacia 1830/1850

El mismo Monseñor Pablo Cabrera, en su clásica recopilación documental de

1930 nos dice que “doña Josefa Abaytúa, en autos con Don Segundo Frontera sobre mejor

derecho de algunos terrenos en Ansenuza, da la siguiente reseña acerca de os campos

litigados: ‘en los terrenos de Ansenuza, situados en los confines del río de Córdoba, donde

sus aguas forman el lago llamado la Mar Chiquita’”57. Esa referencia de Cabrera es

fundamental, ya que junto con la cartografía histórica, nos terminará revelando que

verdaderamente el topónimo Ansenuza no es para la laguna sino para sus terrenos

adyacentes en la costa sudoccidental de la misma.

ANSENUZA EN EPOCA DE LA ORGANIZACIÓN NACIONAL:

En 1864 el Defensor General de Menores en representación de los hijos de don

Rafael Noriega dice que sus representados tienen un pleito con su tío Angel Noriega y el Juez

Pedáneo Antonio Carnero por “un terreno de extensión de dos leguas ubicado en al lugar

denominado ‘Ansenuza’”58.

57 CABRERA, Pablo: Tesoros del Pasado Argentino: tiempos y campos heroicos; 2ª Serie “Stella Maris”, Imprenta de la Cárcel, 1930, Capítulo I. 58 AHPC, Esc. 4, leg. 162, exp. 24.

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Tenemos otro juicio, del año 1870, por la posesión, propiedad y pastaje de los

terrenos de Ansenuza entre don Rosario Armesto y don Pedro Estevan Álvarez59. En este

juicio, también e refieren a Ansenuza como un territorio, no una laguna.

El expediente es largo y voluminoso, consta de 154 folios, y constantemente se

refieren a Ansenuza como un paraje o estancia o terreno. En el folio 49, se pide un

interrogatorio en donde expresa: “una suerte de tierras ubicada en la ‘mar chiquita’(sic)”,

que dicho terreno tenía por límites “un ‘quebracho ladeado’ que se halla a la falda de Norte

de la ‘loma alta’ (sic), desde allí al Norte hasta dar con la mar, al Sur con el río y al Naciente

hasta la reunión del río con la mar”. En el folio 114 son más precisos, dicen “loma alta o del

mangruyo”; en tanto que en el folio 115 se agrega un topónimo nuevo: Los Mistoles, cuando

dicen:

…un terreno que en sociedad compraron en años

pasados a los señores Armestos para el uso común de ambos

cuya longitud de Naciente a Poniente es desde un Quebracho

que se haya en la falta de la loma del Mngruyo en el lugar de

los Mistoles hasta las salinas de los Algarrobos y u latitud desde

el río hasta las salinas de los Mistoles…

Claramente se refieren a la estancia Ansenuza, tenía dos partes, una al norte del

viejo río Primero (hoy Arroyo Brazo de La Para) y otra al sur del mismo, esta última fue

vendida décadas antes, como vimos más arriba.

En el año 1872, tenemos una pequeña muestra de cómo Ansenuza seguía

identificándose con un lugar o territorio, no con una laguna: Ramón Gómez, apoderado de

Galo Noriega, reclama un campo heredado por éste “en el terreno denominado Ansenuza”60.

Para reafirmar que en aquellos años, a la laguna ya le llamaban definitivamente

Mar Chiquita, y que nunca le llamaron Ansenuza, tenemos un documento de 1878 en el que

Loreto Frullinque compra a Juan Vicente Salas un terreno que “para el naciente linda con la

Mar (…) y está ubicado en Las Saladas, Pedanía de Castaños, Departamento de Santa Rosa”61.

Claramente “la mar era la Mar” mediados y fines del siglo XIX.

Una ley, la Nº 832 del 17 de octubre de 1881 autoriza al Poder Ejecutivo

Provincial a contratar “la mensura de las islas que corresponde en su interior el lago

denominado ‘Mar Chiquita’”; y la ley Nº 1245 del 7 de septiembre de 1892 concesiona a la

empresa Stewart & Co. a construir una línea férrea que “partiendo del FCC Córdoba, ermine

en la Mar Chiquita…”.

59 AHPC, Juzgado 2º Civil, 1870, leg. 158. 60 AHPC, Esc. 1, leg. 543, exp. 10, f. 32. 61 AHPC, Juzgado 2º Civil, año 1879, leg. 153, exp. 7.

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NUEVOS APORTES CARTOGRÁFICOS:

Además de los mapas presentados y analizados por Bucher y Bonofiglio,

últimamente, gracias a las contribuciones de Jorge Miglione, hemos dado con nueva

cartografía histórica que presentamos a continuación, en todos, Mar Chiquita es distinto a

Ansenuza.

Los iremos analizando de a uno.

En este mapa de Arenales, 1831, vemos que el río Primero desemboca en una

laguna que llaman “Saladas”, en tanto que Ansenuza aparece claramente como un lugar

poblado, un paraje o una estancia (A.G.N.)

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Mapa de la frontera Noreste de Córdoba, con sus fortificaciones, 1864. Nótese

que el Norte está representado hacia abajo. Mar Chiquita aparece con ese nombre y figuran

los fortines: Plujunta, Tío, Trinchera, Garabato, Víboras, etc. (ar-agn-mapoteca-II-1864).

Mapa de Córdoba de 1866, donde figura claramente Ansenuza, Boca del Río,

Corral de Gómez, etc. Ansenuza es una estancia, y la Mar Chiquita se llama así (ar-agn-

mapoteca-II-1866).

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Mapa de Córdoba de 1883, donde Mar Chiquita figura con ese nombre, y

Ansenuza es el nombre la cañada, paralela a cañada del Mananial y cañada de Plujunta.

Laguna del Plata figura como “Salinas Viejas” (Mapa de Córdoba-1883-BNA-MA003918).

Mapa manuscrito de Pedanía Mercedes, realizada por el sacerdote García, en

1897, Mar Chquita aparece con ese nombre (AAC, Curato de Tulumba).

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Como dijimos, también los mapas refuerzan nuestra hipótesis. En este caso

hemos presentado algunos mapas poco citados, pero los que se presentan en el libro de

Bucher ya citado, son claros en cuanto a que Ansenuza es un paraje no el nombre d ela

laguna.

SIGNIFICADO DEL NOMBRE:

No vamos a abundar en este punto sobre las disquisiciones que generó el posible

significado de Ansenuza.

Bucher y otros, en el libro ya citado, nos dice:

En primer lugar, es importante tener en cuenta que

no hay ninguna evidencia de que “Ansenuza” sea un vocablo

indígena. Más bien su grafía se asemeja a una palabra

española, tal como lo sugiere Alvarez, después de un análisis

muy detallado.62

Efectivamente, no existe ningún documento –hasta ahora- que nos acerque si

quiera a lo que podría significar Ansenuza, como tampoco a su origen fonético.

A lo indicado por Álvarez, nosotros deseamos recordar que muchos de los

primeros conquistadores del Tucumán eran de origen morisco, algunos incluso hablaban el

mozárabe, y no el castellano, por lo que no sería raro que tenga un origen árabe dicha

palabra.

Así como la el vocablo “Suquía” podría derivar del árabe al-sāqiyah que significa

“acequia”, y este deriva de suqaa (irrigar); no debemos descarar que Ansenuza podría ser

una deformación del árabe hispánico.

No obstante todo queda en el plano de las suposiciones y deducciones, ya que

no han quedado registros históricos que despejen dudas.

CONCLUSIONES:

En ese artículo intentamos terminar definitivamente, a la luz de los nuevos

documentos presentados, con los debates sobre si Ansenuza es la región o la laguna Mar

Chiquita.

Tanto los autores antiguos (Serrano, Montes, Cabrera) como los actuales

(Bucher, Bonofiglio, Candusso) dejaron bastante en claro que el vocablo Ansenuza se refiere

a una región, específicamente a la costa sudoeste, y no al espejo de agua propiamente

dicho, que desde tempranas épocas –año 1701 según estos documentos- ya se llamaba Mar

Chiquita.

62 Bucher, op. cit., p. 313.

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Por extensión, durante fines del siglo XX el nombre pasó a denominar a todo el

arco sur de la Laguna Mar Chiquita.

De hecho, el nombre "Mar de Ansenuza", tiene la preposición "de", que significa

pertenencia, y quiere decir que el mar recibe el nombre de los terrenos aledaños.

También sentamos posición en que debemos ser muy prudentes a la hora de

tratar de interpretar o traducir este topónimo. No hay datos suficientes para nada más que

conjeturas y deducciones, no sabemos qué significado tiene este topónimo.

Nuestro aporte con este artículo ha sido presentar nuevos documentos y

reafirmar, creemos que ya definitivamente, las hipótesis barajadas por otros autores, una

manera de culminar definitivamente con el debate sobre el origen del vocablo Ansenuza.

Concluimos pues, definitivamente, que Ansenuza es el nombre de la región

Sudoeste de la laguna Mar Chiquita y no el nombre de dicho espejo de agua.

REPOSITORIOS:

AAC: Archivo del Arzobispado de Córdoba

AGN: Archivo General de la Nación

AHPC: Archivo Histórico de la Provincia de Córdoba

AMA-UNC: Archivo del Museo de Antropología de la UNC

BN: Biblioteca Nacional

FD-IEA: Fondo Documental del antiguo Instituto de Estudios Americanistas (FFyF-UNC)

NOTAS DE PRENSA:

http://www.lavoz.com.ar/regionales/miramar-ahora-se-llama-miramar-de-ansenuza-0

http://www.cooptel.com.ar/movil/noticia/miramar-concejo-aprobo-el-cambio-de-nombre-a-la-localidad-2692

http://regionalisimoenlinea.blogspot.com.ar/2014/07/cuatro-concejales-decidieron-que-se.html

http://regionalisimoenlinea.blogspot.com.ar/2014/07/miramar-posicion-del-museo-anibal-montes.html

http://regionalisimoenlinea.blogspot.com.ar/2014/07/ansenuza-habria-sido-una-provincia-en.html

BIBLIOGRAFÍA:

BONOFIGLIO, Marta María: “Aportes cartográficos e históricos sobre la cuenca de Mar Chiquita”, en Memorias del Pueblo: revista del Museo Histórico Municipal “La Para”, Año 7, Nº 7, septiembre 2007, pp. 31-42.

BUCHER, Enrique (Ed.): Bañados del río Dulce y Laguna Mar Chiquita (Córdoba, Argentina), Academia Nacional de Ciencias (Córdoba, Argentina), 2006.

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BUCHER, Enrique; MARCELLINO, Alberto; FERREYRA, Carlos Alfredo y MOLLI, Ángel Francisco: “Historia del poblamiento humano” en: Bucher, Enrique (Ed.): Bañados del río Dulce y Laguna Mar Chiquita (Córdoba, Argentina), Academia Nacional de Ciencias (Córdoba, Argentina), 2006, pp. 301-325

CABRERA, Pablo: Tesoros del Pasado Argentino. Tiempos y campos heroicos, 2ª Serie, Stella Maris, Imprenta de la Penitenciaría, Córdoba, 1933.

CANDUSSO, Elder Omar: La Para siglo XXI, s/e, La Para, 2001, pp. 37-39.

CANEVARI, Pablo, BLANCO, Daniel, BUCHER, Enrique, CASTRO, Gonzalo y DAVIDSON, Ian: Los Humedales de la Argentina. Clasificación, situación actual, conservación, legislación, Wetlands International, Secretaria de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable, Buenos Aires, 1998.

CANEVARI, Pablo, BLANCO, Daniel, BUCHER, Enrique: Los beneficios de los humedales de la Argentina: amenazas y propuestas de soluciones, Wetlands International, Buenos Aires, 1999

CÓRDOBA, Francisco E.; GUERRA, Lucía; CUÑA RODRÍGUEZ, Carolina; SYLVESTRE, Florence y PIOVANO, Eduardo L.: “Una visión paleolimnológica de la variabilidad hidroclimática reciente en el centro de argentina: desde la Pequeña Edad de Hielo al siglo XXI”; Latin American Journal of Sedimentology and Basin Analysis; Vol. 21 (2) 2014, 139-163; Asociación Argentina de Sedimentología, ISSN 1851-4979.

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