revista isla espejo nº3

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Revista especulativa sobre ciencia social

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Page 1: Revista Isla Espejo Nº3
Page 2: Revista Isla Espejo Nº3
Page 3: Revista Isla Espejo Nº3

EDITORIAL

Pág. 4 Cumpleaños

CARTAS EN LA BOTELLA

Pág. 6 Eric J. Hobsbawm y su legado

Por Anneo

Pág. 9 La dialéctica populista como estrategia de los poderosos: Livio Druso y el 15-M

Por Xerardo Torrado Agulla

Pág. 12 Twitter, Churchill y los fascistas del futuro

Por Rita Turmix

Pág. 14 Victoria y violencia: El vencedor, verdugo del vencido

Por Anneo

BAJO LA PALMERA

Pág. 17 James Bond y el fin del postmodernismo (Parte 1)

Por Sergio Toxo

A LA DERIVA

Pág. 22 A pedra/La piedra

Por Quecha Menduíña

3

Page 4: Revista Isla Espejo Nº3

mundo sus escritos, pero se ve limitada por un

pensamiento habitual: ¿Lo que escribo merece la

pena? ¿Es lo suficientemente bueno para traspasar

la frontera del coloquio de cafetería?

Hace poco nos escribía un colaborador. Nos

decía que después de meses dándole vueltas a un

artículo, había encontrado en Internet que alguien

había escrito ya sobre su mismo tema.

Me pareció sorprendente que se mostrase

tan decaído y, sobre todo, que ello fuera motivo

para no continuar escribiendo su artículo. «Está

todo escrito. ¿Qué puedo aportar yo?». Y es cierto,

quizá nada nuevo. Todo está pensado, todo está

inventado o en vías de desarrollo, todo está escrito,

dibujado, fotografiado, esculpido... Un profesor

dijo una vez que no nos engañásemos a nosotros

mismos considerándonos originales: ya nada era

original. Y la búsqueda de la originalidad, con la

Editorial

Y con esto nos ponemos en el tercer número de

REVISTA ISLA ESPEJO, ¡el mismo mes en que

cumplimos nuestro primer añito de vida! Increíble

pero cierto. Tan cierto como que esto sería imposible

sin vosotros, nuestros lectores, y sobre todo nuestros

colaboradores. Gracias.

Queríamos dedicar precisamente a ellos esta

Editorial, pues sin su valentía y resolución, sin su

ánimo de compartir sus escritos con todos, las

páginas de esta revista estarían vacías.

¿Y por qué hablamos justamente de ánimo?

Pues porque pensamos que esa es la clave. Una parte

de nosotros se limita a arreglar el mundo en nuestras

redes sociales particulares, o delante de un café con

los amigos, o en un seminario en la facultad en el

caso de los más osados. Nos contentamos con

generar debates a pequeña escala sobre cualquier

tema imaginable, cómodos de defender y fáciles de

terminar, pero nos asusta que nuestra reflexión quede

recogida en una publicación. Como si esto la

convirtiese en inmortal y ello fuera negativo.

Otra parte, algo diferente a la primera y

mejor escondida, ansía compartir con el resto del Foto: Patricia Pintor

Page 5: Revista Isla Espejo Nº3

Foto: Leo Gelpi

lógica de mi profesor en la mano, no haría sino

limitarnos. En el caso de nuestro colaborador,

resultó totalmente cierto. Esa búsqueda de la

originalidad y la excelencia, lejos de motivarlo,

estaba impidiendo que avanzase.

No me cabe duda de que alguien que

reflexionó durante tanto tiempo sobre un artículo

sería capaz de hacer algo digno de ser considerado,

pero su percepción era diferente. Quizá no valía la

pena. Primero, porque no iba a ser único, y

segundo, porque no siendo único no podría ser el

mejor.

Esta creencia bien podría aplicarse al

grueso de la sociedad que ve desmoronarse la

realidad a su alrededor y no se anima a actuar, a

involucrase en las iniciativas de otros o a plantear

cosas nuevas. Quizá considere que todo está

inventado ya y no puede aportar nada mejor. O tal

vez que el interior está tan podrido que sus ideas no

harían sino pudrirse también. O quizá no sería

demasiado bueno y fracasaría como el resto. O

quizá no se atreva ni a pensarlo. Pero si lo hace, en

todo caso, si se anima a poner por escrito aquello

que le ronda por la cabeza y nos elige como

plataforma de expresión aunque sea una única vez,

habremos cumplido con el objetivo que nos

propusimos en marzo de 2012.

Gracias,

El Equipo de Revista Isla Espejo.

Page 6: Revista Isla Espejo Nº3

Cartas en la botellaReflexiones sobre política, economía, historia y actualidad social.

Eric J. Hobsbawm y su legado

ARTÍCULOS

«Pero no abandonemos las armas, ni siquiera en los momentos más difíciles. La injusticia social debe seguir siendo denunciada y combatida. El mundo no

mejorará por sí solo¹.»

E. J. Hobsbawm, palabras finales de su autobiografía.

Por Anneo

PARA la persona que no lo conozca, Eric J.

Hobsbawm fue un historiador inglés perteneciente a

la historiografía marxista que destacó por la

elaboración de varias obras de referencia sobre la

Edad Contemporánea, la creación de la revista Past

& Present y por ser un referente de la intelectualidad

inglesa de los últimos tiempos. Para la que sí lo

conozca, aparte de lo ya dicho, espero que convenga

conmigo en que una de sus mayores virtudes fue la

de no dejar a ninguno de sus lectores indiferente.

Murió en octubre de 2012 a la edad de 95 años y

sinceramente pienso que alguien que ha sido capaz

de influenciar a tantas personas de tantos lugares

merece que se escriba sobre él algunas líneas a

modo de recuerdo de la huella que dejó. Por ello

quiero aportar mi granito de arena a tal efecto

hablando brevemente de su figura y obra.

Lo primero que he de reconocer es que la

figura de Hobsbawm en vida me produce cierto

vértigo histórico. Me explico: nació en la ciudad de

Alejandría, en el por aquel entonces parte del

protectorado británico en Egipto, en el seno de una

familia judía. Vivió después en la Viena recién

perdedora de la Primera Guerra Mundial y luego en el

Berlín del ascenso del nazismo. Luchó en la Segunda

Guerra Mundial y fue militante comunista en la

posguerra de un país del Bloque Occidental. Presenció

la recuperación económica europea de mediados de

siglo, las descolonizaciones que dieron vida a docenas

de estados, la amenaza de la guerra nuclear global, la

exploración espacial, el colapso de la Unión Soviética,

Page 7: Revista Isla Espejo Nº3

la gestación de la Unión Europea… La mayor parte

de estas cosas parecen ya pertenecer a un tiempo

perdido, tanto cambia el mundo de hoy. Pero el

avance de la historia nos lleva directamente a otra

época, otro momento. Ahora hay un nuevo

escenario, con nuevos factores y nuevas

necesidades. Aunque aplicando la visión de conjunto

de la que siempre hizo gala Hobsbawm, realmente

no parece que el abc haya cambiado demasiado:

masa social demandando equidad a una élite

centrada en sus propios intereses. Y es que

Hobsbawm, comunista convencido, tenía en la

consecución de la igualdad social uno de sus

motores de vida. Siempre fiel a la visión comunista

de la revolución, aunque también crítico (el capítulo

Ser comunista de su autobiografía no muestra una

visión demasiado positiva del funcionamiento de las

organizaciones de esta ideología) siempre eligió esa

doctrina como la base desde la que seguir el espíritu

revolucionario mundial y conseguir la definitiva

justicia social.

encaminada al consumo de masas. La profunda

vocación didáctica del historiador inglés fue contra

esta perspectiva. Quizá por ello personas como él

son menos famosas que las estrellas de cine o del

deporte.

En cualquier caso, Hobsbawm sí consiguió

hacerse escuchar en este ambiente y lo hizo gracias a

esa capacidad de análisis y a la visión de conjunto

que ponía en práctica en sus trabajos. Representaba

por tanto una manera de hacer historia que explicaba

desde lo global, desde el intento de llegar a una

comprensión general de la humanidad. Es cierto que

el materialismo histórico como metodología puede

ser discutible, pero desde luego el uso de la historia

desde un enfoque global para poder ofrecer

conclusiones sólidas que expliquen la realidad

humana es, en mi opinión, el único camino por el

que la historia como disciplina puede mostrarse útil.

En esta época destacan sobre todo los estudios

realizados desde el encorsetamiento cuadriculado

que no ve más allá de lo conveniente, ya sea esto una

localidad, un país, una guerra o una ideología.

Hobsbawm entendía que todos los elementos de la

realidad funcionan como un conjunto y por tanto

deben ser tratados como tal. Por supuesto, entender

el fenómeno local es importante, pero siempre para

tener una pieza más que encajar en el fenómeno

global.

La base última de los modelos de (no) pensamiento está en los grandes lobbies transnacionales que ejercen una presión cultural encaminada al consumo de masas. La profunda vocación didáctica del historiador inglés fue contra esta perspectiva

Como historiador, supone un ejemplo de

capacidad de análisis aplicada a la comprensión de la

sociedad. Ha sido uno de los pocos pensadores

reales que han conseguido desempeñar esa labor en

el siglo XX con éxito. Tampoco fue un siglo, como

no lo está siendo éste, en el que pensar esté bien

visto, asumámoslo. La imposición de modelos

preestablecidos de comportamiento hace demasiado

difícil que proliferen, aunque sí se generen, las

alternativas. Aunque suene muy conspiratorio, en mi

opinión la base última de estos modelos de (no)

pensamiento está en los grandes lobbies

transnacionales que ejercen una presión cultural

Fotograma de documental

Page 8: Revista Isla Espejo Nº3

Foto: Patricia Pintor

Hay todavía un elemento más que

caracterizó a la obra de Hobsbawm que merece ser

destacado: su voluntad de comunicación. Se

enmarcaba dentro de una tradición muy británica

consistente en que, escribas del tema del que

escribas, por muy científico que sea, debes hacerlo

con calidad literaria para que el gran público pueda

entenderlo. Él mismo lo expresa así en su

autobiografía: «Comprender la historia es

importante tanto para los ciudadanos de a pie como

para los expertos, y Gran Bretaña tiene la suerte de

contar con una poderosa tradición de expertos que

han escrito con seriedad, pero con simplicidad para

que resultara accesible a un público más amplio

[…] Los historiadores no deberían escribir

exclusivamente para sus colegas»². Recordando mis

clases de historia, me vienen a la cabeza algunos

profesores que despreciaban esta idea, llegando

incluso a ridiculizarla. Yo estoy absolutamente de

La divulgación histórica es fundamental para la supervivencia de la disciplina, porque implica comunicación con el resto de homínidos que viven fuera de nuestra cueva. Opinar que un escrito histórico es de menor calidad porque es comunicado además de con rigor con tono literario es, a la vez que presuntuoso, insostenible.

acuerdo con Hobsbawm. La divulgación histórica es

fundamental para la supervivencia de la disciplina,

porque implica comunicación con el resto de

homínidos que viven fuera de nuestra cueva. Opinar

que un escrito histórico es de menor calidad porque

es comunicado además de con rigor con tono

literario es, a la vez que presuntuoso, insostenible.

Es un buen momento para leer a

Hobsbawm. Realmente, siempre ha sido buen

momento para leerle, pero ahora más. No porque

haya muerto recientemente, sino porque a través de

su obra quizá podamos ayudarnos a comprender

mejor la convulsa época histórica que estamos

viviendo hoy en día. Es la voz de la experiencia de

una vida dedicada a la comprensión humana y eso

es algo que no deberíamos pasar por alto. ▄

______________________

Notas:

1. E.J. Hobsbawm (2005): Años interesantes. Una

vida en el siglo XX. Pg. 379.

2. E. J. Hobsbawm: ibid, Pg. 261.

Page 9: Revista Isla Espejo Nº3

La dialéctica populista:

Livio Druso y el 15MPor Xerardo Torrado Agulla

[email protected]

Un estudio sobre la dialéctica populista como estrategia de los poderosos. ¿Es posible ganar unas elecciones cuando el grueso visible

de la sociedad se te opone? ¿Dónde está la clave?

LOS movimientos sociales, al igual que una

reacción química, tienen unos catalizadores

semejantes. Llegan a sorprender los resultados de

un estudio comparativo cuando enfrentamos

problemáticas y sucesos contemporáneos con

sucesos acaecidos hace veintidós siglos. Es habitual

ver y escuchar en tertulias políticas a periodistas,

economistas, politólogos y sociólogos, pero nunca

he visto a ningún especialista en Historia Antigua...

Será que no se fían de su capacidad de análisis y los

imaginan en otra dimensión, en una torre de marfil

leyendo a Tito Livio y a Plutarco... Simplemente: su

opinión no cuenta.

A pesar de ello me gustaría dejar algo

escrito desde este punto de vista, el de la Historia

Antigua. Algo relacionado con un problema que

afecta a las portadas de los periódicos de cada día y

que hoy extraña a mucho incauto: ¡¿Cómo puede

ganar elecciones el Partido Popular cuando, en

teoría, se enfrenta con una sociedad que se le

opone?!

Dentro de esta “oposición” a la política de

la derecha, se encuentra el llamado “Movimiento

15-M”, pero lejos de perjudicar a la derecha no hizo

sino auparla hasta las mayorías absolutas, primero

en Madrid y luego en Galicia. Un ex-analista del

viejo KGB, opinó que el “movimiento 15-M” era un

movimiento social “de diseño” similar a aquel que

la CIA había montado en la entonces República

Socialista de Rumanía para derrocar el régimen

comunista de Chauchescu... Esta es una opinión

discutible, pero sí creo que hay que señalar el flaco

favor que le hizo el “movimiento 15-M” a la

izquierda y el gran favor que, por la contra, le hizo a

la derecha, algo que parece fuera de toda lógica

pero que es muy fácil de entender.

El “movimiento 15-M” sólo provocó la

desmovilización del electorado de izquierdas, ya

que ese sentimiento de indignación, de no votar,

nunca forma raíces en el electorado de la derecha

constitucional, que no tiene duda alguna sobre si va

a votar o no, o a quién. Esto, acompañado de una

ley electoral injusta, es lo que deja en manos de la

derecha las mayorías absolutas de los parlamentos.

Y ahora viene un ejemplo histórico tomado

de la antigua Roma. Los hermanos Gracos, Tiberio

Sempronio Graco y Cayo Sempronio Graco, fueron

los protagonistas de una serie de hechos trascenden-

Page 10: Revista Isla Espejo Nº3

tes en la República romana de la segunda mitad del

siglo II a. C.

Tras el asesinato de Tiberio, su hermano

Cayo Sempronio Graco, cuestor en Cerdeña, se

presenta en Roma para ser elegido Tribuno de la

plebe¹, algo que consigue en el año 124 a.C. Desde

este puesto, propone sus tres grandes leyes

sometiéndolas a votación en 122 a.C: ley agraria

El sentimiento de indignación, de no votar, nunca forma raíces en el electorado de la derecha constitucional, que no tiene duda alguna sobre si va a votar o no, o a quién. Esto, acompañado de una ley electoral injusta, es lo que deja en manos de la derecha las mayorías absolutas de los parlamentos.

(que otorgaba los poderes sobre la tierra a una

comisión de nueva creación), ley frumentaria (que

obligaba al Estado a bajar el precio del cereal) y la

relativa a la fundación de colonias. Estas leyes eran

la solución para que el ager publicus (la tierra

pública) dejase de estar dominado por un pequeño

número de optimates (aristócratas) en perjuicio de

los pequeños campesinos. Un problema que venía

de antiguo y que no es objeto tratar aquí. Cayo se

encuentra, como anteriormente lo hizo su hermano,

con la oposición de los optimates, que usan esta vez

a otro de los tribunos, Marco Livio Druso. La

táctica fue sencilla: proponer medidas todavía más

populistas que las de Cayo. Logró ganarse el favor

del pueblo y Cayo Graco no fue reelegido como

tribuno. A pesar de la victoria de Livio Druso, sus

propuestas nunca se llevaron a cabo. En los años

sucesivos, las reformas de los hermanos Graco son

desmontadas y, a causa de su impopularidad, una

revuelta en el Aventino acaba con la vida de Cayo

Graco. El pueblo dejó que le llenasen la cabeza con

quimeras, asestando un golpe mortal a las tentativas

factibles.

Creo que el silogismo ha quedado bien

claro. En el contexto actual, el “movimiento 15-M”

provoca la derrota de la izquierda y el ascenso de la

derecha al vender quimeras en vez de programas

sensatos que puedan defenderse desde los escaños

de un Parlamento. Escaños que, por cierto, están

ocupados por mayorías absolutas de la derecha, así

que ya no cabe ni el debate. Creo que el este

movimiento social, de “diseño” o no, le hace un

gran favor al Capital, los representantes actuales de

aquellos especuladores optimates. De ser cierta la

opinión del mencionado ex-analista del viejo KGB,

estaría bien claro quién “diseñó” tal movimiento:

Pero... ¿Sería esto posible y que lo hicieran delante

de nuestras propias narices?. ¿Acaso se imaginaba

el proletariado romano que Livio Druso era un

pelele de los optimates?. Claro está que es posible

que este favor lo hagan de forma inconsciente. La

Foto: Patricia Pintor

Page 11: Revista Isla Espejo Nº3

Historia nos da entender qué es lo que puede y no

puede ocurrir, y en esto los historiadores golean sin

misericordia a periodistas, economistas y

sociólogos, con sus números y estadísticas. Una vez

más viene a mi mente aquello de que “el hombre es

el único animal que tropieza dos veces en la misma

piedra”.

En nada se parece el “movimiento 15-M” a

los movimientos revolucionarios de la Europa de

1848. En el aquel ambiente revolucionario y

poniendo en peligro su integridad, el anarquista ruso

Mijail Bakunin asiste en Dresde a la interpretación

de la novena sinfonía de Beethoven bajo la batuta

del maestro de capilla de la corte de Sajonia, el

mismísimo Richard Wagner. Bakunin pensaba que

antes de crear un nuevo orden, antes había que

destruirlo todo, pero tras escuchar a la “coral” de

Beethoven se levanta de su butaca y abraza al

director, Richard Wagner, para decirle: “¡Richard,

debemos actuar de prisa, esta obra es lo único que

merece ser salvado!”. Se preguntará el lector qué

tiene que ver esta anécdota musical con el presente

artículo y yo digo... ¡Todo!. Quien tenga

entendimiento que entienda. ▄

__________________

Notas:

1. Cargo de la antigua República romana elegido

por el Concilium plebis (la asamblea de la plebe)

para defender a la plebe de las arbitrariedades de los

poderosos. Se cree que fueron creados en el 494

a.C. tras la primera secesión de los plebeyos, siendo

diez originalmente. Tenían carácter sacrosanto,

podían presentar el veto al gobierno o sus propios

colegas y entre sus atribuciones estaban las de

convocara a la asamblea, una reunión (contio),

promulgar plebiscitos e incluso imponer la pena de

muerte. A partir de la lex Atinia del 149 a.C. forman

parte del Senado.

Foto: Patricia Pintor

Page 12: Revista Isla Espejo Nº3

“Los fascistas del futuro se llamarán

a sí mismos antifascistas”.

TWITTER es una mina. Desde hace meses, un

considerable número de españoles (desde jóvenes

estudiantes a periodistas de renombre) twittean y

retwittean esta frase que atribuyen a Winston

Churchill, sin citar la fuente de origen de tan bonita

sentencia más allá de “Ya lo dijo Churchill en su

momento”. Se referían con ella a los manifestantes

del 25S y, por extensión, a todos los manifestantes

desde esa fecha a quienes otorgan sin género de

duda una ideología de izquierdas.

Decía que dicha frase se cita, continúa

citándose, pero no sabemos la fuente. No creo que

sea posible encontrarla, ya que no existe. Todo

apunta a que Churchill no pronunció jamás algo

parecido, si bien la frase es espléndida.

Merece la pena estudiar la jugada: Inducir

la creencia de que existe un fascismo de izquierdas.

Brillante. Salvando las distancias, esta

identificación absurda del fascismo con la

izquierda, me recordó a la propaganda anti-

republicana de militares y ultracatólicos, que

Twitter, Churchill y los fascistas del futuro

Por Rita Turmix

Meses atrás, periodistas de algunas de las publicaciones conservadoras más vendidas de este país, twitteaban una sentencia atribuida a Churchill en esta conocida red

social convirtiendo al líder del Partido Conservador británico en un presunto visionario de los movimientos de protesta social de nuestros días

durante los años de la II República azuzaron a la

derecha antidemócrata, adoctrinada en el

catolicismo más conservador, convenciéndolos de

que el progreso sólo traía a España la pornografía,

la masonería, la africanización, el judaísmo y la

muerte de la civilización.

A este respecto, es interesante la lectura de

El holocausto español (Debate 2011), del

historiador Paul Preston (Liverpool, RU, 1946). La

primera parte de este libro está dedicada a narrar los

orígenes del sentimiento de odio y violencia contra

la izquierda que desembocó en el golpe de Estado,

inicio de la Guerra Civil española (1936-1939),

recogiendo extractos de artículos, discursos y

diarios de personalidades de hombres tan conocidos

y claves en el Golpe como el General Emilio Mola,

José Calvo Sotelo, Onésimo Redondo, Ramiro

Ledesma o José María Gil Robles.

Leemos cómo entre las JONS, la Falange,

la Iglesia y los militares de la Guerra de África,

prepararon a la perfección el campo de cultivo para

que el Golpe de Estado de 1936 no fracasase como

el del general Sanjurjo (1932). Gil Robles, líder de

la CEDA, legitimando el uso de la violencia contra

Page 13: Revista Isla Espejo Nº3

la izquierda debido a su inferioridad racial al tiempo

que llamaba en sus discursos a la necesidad de

emprender una nueva reconquista y depurar la

patria de masones judeizantes¹. Y lo hacía ya tras

las elecciones del 33, cuando comenzaba el bienio

radical-cedista (1934-1936) y su poder político en

España era real y condicionaba el gobierno del

Partido Radical de Lerroux. José Calvo Sotelo,

cuyo asesinato motivó la adhesión de Franco al

Golpe según la teoría tradicional, llamando a Largo

Caballero (líder de PSOE y UGT) “Lenin

marroqu픲 en uno de sus discursos. Onésimo

Redondo, admirador confeso del fascismo europeo,

traductor del Mein Kampf y coofundador de las

JONS junto con Ramiro Ledesma, escribía en el

boletín mensual de las JONS en mayo de 1933: “Y

la victoria definitiva del marxismo sería la

reafricanización de España, la victoria conjunta de

los elementos semitas”³, y pedía desde el 31 que se

impusiese “la sensatez racial” frente a tanto

desconcierto4. Por supuesto, sin olvidarnos de Mola,

alabando en 1933 el método de Hitler para lograr el

resurgir de su pueblo: persiguiendo a judíos e

izquierdistas sin tregua ni cuartel5, considerando

que el triunfo del régimen democrático de la

república se debía a un contubernio judeomasónico.

Los verdaderos fascistas españoles,

embriagados de propaganda filonazi y sin ánimo de

ocultar sus relaciones con el fascismo y el nazismo,

atacaban a la izquierda con dos calificativos que, en

la época, eran sinónimos de horror supremo: la

izquierda era judía y mora, lo que justificaba su

desaparición. Pero el fascismo perdió la guerra en

Europa y, aunque no lo hizo en España, el ser

fascista que los dirigentes de la derecha rancia

española consideraban un orgullo, es hoy en día una

deshonra y un insulto. Por eso, la persona de

izquierdas que antaño era judía, marroquí o

pornográfica, es hoy fascista. Paradójico. ▄

____________________

1. Paul Preston cita uno de los discursos de José

María Gil Robles, en el Cine Monumental de

Madrid tras las elecciones del 1933: “Es necesario

ir a la reconquista de España”. Al tiempo que habla

de una necesaria política totalitaria para derrotar

implacablemente al socialismo. PRESTON, P. El

Holocausto español, pp.88-89 (Debate, 2011)

2. PRESTON, P. El Holocausto español, p.88

(Debate, 2011)

3. Ibíd, p.87 (Debate, 2011)

4. Ibíd, p.84 (Debate, 2011)

5. Ibíd, p.80 (Debate, 2011)

Page 14: Revista Isla Espejo Nº3

“La historia la escriben los vencedores".

FRASE repetida hasta la saciedad, que se escucha

en numerosos círculos, dicha por todo tipo de

personas de toda condición. Es una frase que se

repite como un axioma cargado de verdad. Es una

frase que, en mi opinión, los historiadores

deberíamos combatir. Más que nada porque su

significado encierra una idea preocupante para esta

rama del saber, la de que no podemos hacer nada

para desentrañar los hechos de manera eficaz para

posteriormente interpretarlos y mostrarlos de forma

veraz y eficiente. O sea, nuestro trabajo. Por eso

siempre que alguien cita esta frase delante de mí,

me veo obligado a aclarar que puede que la historia

la escriban los vencedores, pero el buen historiador

siempre tiene armas para desestructurar el discurso

del victorioso y para hallar fuentes que sirvan para

conocer al vencido.

Pero en cualquier caso, sí: La historia la

escriben los vencedores. Son ellos los que juzgan y

dictan sentencia, siempre de acuerdo a su ideología

y enfocando desde su prisma. El vencido, por tanto,

es mostrado como un ser inferior, representante de

lo que no es justo (llámese delincuente, opresor, o

Maligno, tanto da) donde lo correcto es siempre

representado por el que escribe, el vencedor. Es la

necesidad de entender el mundo de forma dual,

donde el otro es lo negativo frente al yo que es lo

positivo. Esto se puede exponer a través de una

Victoria y violenciaPor Anneo

El vencedor es verdugo del vencido. Anneo nos recuerda que el deber de los historiadores es presentarnos como iguales a vencedor y vencido,

huyendo de los relatos difamatorios del victorioso

leyenda religiosa en la que un conjunto de dioses y

héroes del orden vencen a los malvados monstruos

del caos, o a través de una película en el que un

héroe estadounidense es más listo, más guapo, más

gracioso y de más éxito social que el malvado ruso

cuya personalidad es un mix perfecto de sociópata y

violento maltratador. Por poner sólo dos ejemplos.

En último sentido lo que procura el discurso del

vencedor es mostrar que el otro ha sido vencido, es

decir, que lo que él representa, su ideología, sus

aportaciones, etc. son inferiores porque no han

logrado vencer. Es un discurso destructivo,

mediocre y temeroso. Destructivo porque,

impulsado por su propia naturaleza de vencedor,

sólo sabe definirse como lo contrario de lo que es

criticado. Mediocre porque no es capaz de hacerse

valer por sí mismo, por sus propias virtudes, y

necesita empujar al otro hacia abajo para ser capaz

de mantenerse arriba. Temeroso porque el vencedor

sigue teniendo miedo de su enemigo, sino no se

preocuparía de asegurar la losa bajo la que lo

enterró mediante un discurso histórico interesado.

Además, es un discurso que disuade al ciudadano de

hacerse cualquier tipo de pregunta autocrítica sobre

su realidad. Normalmente, es tan simple y perfecto

que si no se somete a crítica parece infalible.

Recordemos que al pueblo no se le suele enseñar a

pensar.

"Vae victis", suele decirse: "Ay de los

vencidos". Con ellos se puede hacer todo lo que el

Page 15: Revista Isla Espejo Nº3

bando ganador desee. Pero conviene entrar en

consideración con el vencido. Una sociedad que

dejase de analizar su pasado en función de

vencedores o vencidos (es decir, somos eso y no

fuimos eso otro; somos lo bueno y por suerte no

somos lo malo), sería una sociedad mucho más

íntegra y coherente con su naturaleza, porque la

naturaleza de los vencidos también es parte de

nosotros a través de su ausencia. Al decir que hay

que entrar en consideración, no digo que haya que

defender las causas pasadas, no podría por ejemplo

defender nada de lo que hicieron los fascismos, con

los nazis a la cabeza, durante buena parte del siglo

XX. Pero sí que sería una muestra de madurez el

asumir que el vencido forma parte de nosotros

precisamente por haber sido vencido; una sociedad

se define tanto por lo que es como por lo que no es,

son dos dimensiones de una misma naturaleza, dos

caras de una misma moneda. Por ello es bueno que

nos sentemos con calma y hagamos uso de la razón

aplicada (esa que dejó de usarse hace mucho, pero

eso ya queda para otro artículo) para analizar

seriamente qué fue de nuestros vencidos, no para

defenderlos (necesariamente) sino para

comprenderlos y así, de paso, entender mejor el

mundo en el que vivimos. Quizá así no nos

llevemos sorpresas en el futuro cuando, por

ejemplo, nuestras democracias decidan que es mejor

tener a la sociedad sin sanidad ni educación a dejar

que una entidad financiera politizada quiebre.

Alguna cabeza pasada podría levantarse de su

tumba y decir: Os lo advertí.

Al ciudadano le vendría muy bien, en estos

tiempos de pérdida de derechos, darse cuenta de que

los que dicen ser los buenos no tienen porqué serlo

y viceversa. Le vendría bien pensar por sí mismo si

otras opciones que fueron posibles en el pasado

podrían aplicarse hoy en día, cambiándolas en

mayor o menor medida. El simple proceso de

someter esto a análisis ya supondría un paso hacia

adelante, pues evidenciaría todo un síntoma de

madurez: la sociedad dejaría de necesitar modelos

ideológicos y de comportamiento impuestos y

permitiría al individuo adoptar el estilo de vida

deseado por él que, estando siempre de acuerdo al

marco de convivencia común, le permitiría

desarrollarse de manera autónoma tanto en el plano

social como en el personal. Eso es independencia

para el individuo. Eso es libertad.

De todas estas cuestiones se deduce que es

necesario esforzarse en ver la realidad que está

debajo del discurso del vencedor, porque supone

una aceptación de lo otro, de las otras realidades

que no llegaron a existir, teniendo siempre presente

que a través de su análisis podremos disponer de

más armas para forjar un futuro mejor. De otra

forma estamos barriendo realidades que no nos

convienen (que es el objetivo del discurso del

Es un discurso destructivo, mediocre y temeroso. Destructivo porque sólo sabe definirse como lo contrario de lo que es criticado. Mediocre porque no es capaz de hacerse valer por sí mismo. Temeroso porque el vencedor sigue teniendo miedo de su enemigo

Foto: Patricia Pintor

Page 16: Revista Isla Espejo Nº3

vencedor) en vez de afrontarlas con convicción y

espíritu crítico.

El caso que veremos a continuación ilustra

perfectamente lo que pretendo decir: Cómo el

vencedor transfigura la condición del vencido hasta

hacer que en el futuro nadie lo reconozca por cómo

fue, si no por cómo es mostrado por el ganador.

Cuando escribo estas líneas es 5 de noviembre y en

Inglaterra, como en todos los años desde 1605, se

celebra el arresto de un hombre que después fue

condenado a muerte por tener una ideología

diferente a la del poder establecido. Guy Fawkes1

fue un conspirador que, dentro del contexto del

conflicto religioso de la Inglaterra de la época que

enfrentaba a protestantes y católicos, tomó parte por

estos últimos. Se le condenó por intentar ejercer

violencia (volar las Casas del Parlamento), cosa que

no defiendo, pero hay que aclarar que no es un tipo

de violencia diferente a la que ejercían sus

enemigos, los vencedores. Fueron ellos quienes,

escribiendo la historia de manera claramente parcial

e interesada, manipularon al pueblo para que

celebrasen como fiesta lo que de hecho fue un acto

de represión política e ideológica pagado con la

pena capital. Pero esto no se explica: Guy Fawkes

es agente del caos que intentó derrotar a las íntegras

fuerzas del orden. Es uno de los mejores ejemplos

de los que disponemos hoy en día sobre cómo una

parte de un conflicto (en este caso la protestante) al

triunfar, altera por completo la realidad del vencido,

transmutando su naturaleza. Concretamente, lo

transformaron de un bando más en una contienda a

un personaje jocoso cuyo monigote hay que quemar.

Un linchamiento público simbólico fomentado por

el poder que encierra el discurso de “maltratemos al

que no es lo que soy yo”.

Conviene recordar al vencido, no

necesariamente para defender sus acciones, si no

para someterlo a un juicio justo. Pero eso ya no sólo

como historiadores, si no como personas. Y de

paso también someter a juicio a los ganadores, de

los cuales sí somos herederos directos. A lo mejor

así comprenderemos mejor el mundo en el que

vivimos, aunque es muy posible que no nos guste

lo que descubramos. Obviamente, el discurso del

vencedor nunca incluye un espacio para la

autocrítica. ▄

______________

1. Guy Fawkes (1570-1606), conspirador católico

inglés. Participó en el complot conocido como

Conspiración de la pólvora, cuyo objetivo era el

asesinato del rey protestante Jacobo I mediante un

atentado contra las Casas del Parlamento británico.

Para conmemorar el fallido atentado, la noche del

5 de noviembre se celebra la Bonfire Night, una

noche en la que hacen hogueras y se queman

muñecos en representación de Fawkes, conocidos

como los Guys.

Es necesario esforzarse en ver la realidad que está debajo del discurso del vencedor, porque supone una aceptación de las otras realidades que no llegaron a existir, teniendo siempre presente que a través de su análisis podremos disponer de más armas para forjar un futuro mejor. De otra forma estamos barriendo realidades que no nos convienen en vez de afrontarlas con convicción y espíritu crítico.

Page 17: Revista Isla Espejo Nº3

Bajo la palmeraCríticas literarias, cinematográficas, musicales... Más allá de lo estético.

ARTÍCULOS

James Bond y el fin del postmodernismo (I)

El primer texto de este colaborador constituye una diatriba contra los diferentes sectores de la sociedad, no por haber perdido un sentido, una

conciencia espiritual, sino por negarse a recuperarlos

Skyfall.

Dicen que un rayo cayó sobre la cúpula de San

Pedro horas después de dimitir el Papa. Dios vuelve

a demostrar su furia y descontento como lo hacía

antaño. Pero nada más lejos de querer hacer daño,

pues la basílica se encuentra vacía, igual que las

demás iglesias de todo el mundo occidental. Poco

importa que se llenen de fieles, que se acuda

fervorosamente a las participaciones festivas más

importantes. Casi da igual la fe que se tenga, pues,

en líneas generales, el templo está vacío.

No es algo nuevo. Tanto C.G. Jung como

Erich Fromm tienen numerosos escritos acerca del

declive espiritual europeo, de la ausencia de Dios.

Cabe destacar las referencias a los mándalas que

tanto estudió Jung, afirmando que los mándalas

actuales tienen el centro vacío, en contraste con los

rosetones medievales donde Dios siempre ocupaba

el centro.

¿Dónde está Dios?

Esta crisis, conlleva un enfado, odio. La

corrupción lo inunda todo. Todos nos llevamos las

manos a la cabeza, nos ponemos fuera de sí con las

Por Sergio Toxo

injusticias que día a día vemos y con las que

convivimos. Pero la corrupción nace de los

individuos. El crédito, el creerse ricos, la España del

Mundial hizo creer a muchos políticos que crearía

una especie de fervor nacional en el que que todos

nos uniríamos (al igual que los atentados,

guerras...). Querer agruparnos en torno a algo, esa

era la cuestión. Pero esta idea (que tuvo su lugar y

alcanzó en los fascismos y dictaduras su máximo

esplendor) es una vieja idea. En España, sólo el

fútbol y su fiebre contagiosa parece poder aglutinar

a la gente de forma parecida. Ese fervor enfermizo

se vio aumentado con las numerosas victorias de la

selección española. Siendo éste el único elemento

aglutinador de masas, el pacificador de las calles y

la centrifugadora en la que se mete la mente todas

las semanas para olvidar el panorama sofocante y

maloliente que recorre las calles de todo el Estado,

donde la miseria parece saltar como un elemento

que viene para quedarse y apiñar a la mayoría de las

personas que conforman el Estado español. Las

victorias de la selección hacen sentir a muchos que

somos grandes, escapando de la triste realidad de un

país de enanos. El español vuelve a ser lo que fue. Y

el dicho: “ Es español el que no puede ser otra

Page 18: Revista Isla Espejo Nº3

cosa¹” vuelve a ser verdad (excepto el día que gana

la selección, Alonso o Nadal). Miseria, corrupción,

ladrillo, incultura, sol, playa, fiesta, botellón, bares,

pinchos (o tapas)... Son varios de los términos que

se asocian a la España actual, donde los primeros

adjetivos utilizados van adquiriendo más y más

protagonismo, como una bola de nieve que no para

de crecer y que amenaza con arrasarlo todo

(políticos incluidos).

miraban por encima del hombro cuando hacías

referencia a esa España que iba bien. Si hacías

apología de la justicia social y de los valores que

hoy en día se reivindican (excepto en la élite), te

decían que sólo los jóvenes piensan así (no digamos

ya si criticabas el modelo económico imperante en

el España, y en el mundo), que cuando uno madura

cambia, y abandona esos pensamientos (para ser un

empresario como él). ¡Como si las ideas que están

presentes como fundamentos en todas las religiones

fueran una moda, algo de la edad! Como si el

respeto, la ayuda al necesitado, el compartir, asistir

al enfermo, dar de comer al hambriento, cobijo al

sin techo, agua al sediento, fuesen algo de

izquierdas o derechas, productivo o improductivo.

Son principios sagrados en todos los lugares, y

fundamentales en una sociedad. Algo que debería

salir de forma instintiva de dentro de nosotros. Pero

estas ideas... También, incluso a día de hoy, están

vacías, tomando presencia ante un panorama en el

que la gran mayoría no puede participar de esa

codicia de antaño, el motor del mundo.

¿Nadie sabe eso de «Siete años de vacas

gordas y siete de vacas flacas»? El crédito y la

ilusión del crecimiento económico dieron alas a la

codicia, voló a lomos de la corrupción, luchas de

poder, de los sobornos, de la arrogancia, de creerse

grandes, de aplastar a la competencia, de sentirse un

lobo poderoso y hedonista, donde cualquier deseo

era posible... En ese mundo, ¿quién era alguien que

no cambiaba de móvil cada seis meses, de coche

cada cuatro años (y mejor coche que el anterior)? La

casa en la playa, en la montaña... A ser posible el

yate... Todo esto parece tener (o parecía tener) un

templo, eso sí, financiado a crédito. Un pacto

diabólico de letra bien grande, que nadie se engañe

de las consecuencias de firmar tan maldito papel por

tan diabólico sueño. En esa época, la dispersión

mental, debido a los pensamientos continuos en qué

gastar el próximo crédito, en los planes a corto

plazo de nuestra autoengañada mente, del ocio

Los políticos piensan como antaño, pues, también para estas ideas, su particular Iglesia está vacía, corrupta y podre. Sólo hay que esperar que se caiga, o alguien con intereses la derribe. Ante este panorama, las personas se encuentran solas. Casi nadie es capaz de evitar la basura propia que se encuentra en el interior de la mayoría de las personas.

Los políticos piensan como antaño, pues,

también para estas ideas, la iglesia (su particular

iglesia) está vacía, corrupta y podre. Sólo hay que

esperar que se caiga, o alguien con intereses la

derribe. Ante este panorama, las personas se

encuentran solas. Nada hay a dónde recurrir. Incluso

el Papa dimite. Casi nadie es capaz de evitar la

basura propia que se encuentra en el interior de la

mayoría (gran mayoría) de las personas. Ahora

todos pueden señalar. Antes muy pocos hablaban de

esto. Las vacaciones a crédito, el coche nuevo, la

casa en la playa... La política y la economía eran

temas denostados. Preocuparse por esas cosas...

¿Cómo quedó ayer el partido? Esa gran pregunta

que salta interrumpiendo o acabando una

conversación.

Si miro diez años atrás, cuánta arrogancia

había (ahora queda el poso amargo de esa

arrogancia, en vías de desaparecer pero aún querida

y muy añorada). Cuántos emprendedores del

ladrillo y negocios sostenidos por la burbuja te

Page 19: Revista Isla Espejo Nº3

disparatado y, a ser posible, contínuo. Sí, ocio, el

disfrute total de todas las parcelas materiales del

individuo, de su autorrecreación personal hedonista

y narcisista, de la fantasía de poder obrar y ser

vistos como príncipes y princesas con cuerpos

esculpidos en gimnasios al calor de una bonita y

abarrotada playa. El aparentar, el moreno de

solarium (aún muy presente) como símbolo de

estatus. Uno no va a la playa para ponerse moreno,

y menos para disfrutar (por lo menos yo no disfruto

quemándome al sol, prefiriendo en esos días una

bonita sombra). Uno va para lucir su cuerpo ya

moreno del solarium, no un cuerpo blanco y

anémico. Dan igual los problemas de la piel o el

cáncer. Da lo mismo que la piel se afee y envejezca

prematuramente. ¿Alguien ha visto a Nicole

Kidman o Cate Blanchett abrasadas por el sol?

¿Cuál será la razón?

Da igual que el director de la sucursal

escribiese en un cartel bien grande “PELIGRO DE

PREFERENTES”. Daba igual, mi vecino tiene un

BMW y a mí me hace falta un Mercedes para no ser

menos que él. La pregunta al director bancario era

“¿Cuánto me das?”. Qué importa lo que fuesen a

hacer con el dinero si te pagaban un buen porcentaje

por dejarlo en Preferentes (o en otros productos de

la ingeniería financiera) y te concedían un

préstamos para el coche, la moto o lo que

quisieras... Si bien el desconocimiento fue

importante en muchos casos, no creo que lo fuera en

la mayoría, aunque para eso se utilizasen cláusulas

ilegales, etc. Muchas veces incluso eran conocidas

por los clientes. Todo esto forma parte de un

pensamiento no sólo codicioso o materialista, sino

profundamente inconsciente, corrupto y libre de

contrapesos espirituales. El deseo (de cualquier tipo)

era permitido y promovido, simplemente por ser

lucrativo. Este es el elemento en el que se sustenta

el actual sistema y con el cual nos atan y dominan.

Tristemente con algo muy, muy propio, y al mismo

tiempo colectivo, porque no hay humano que no

pueda albergar codicia dentro de sí. Es un elemento

que no podemos eliminar, es una realidad que vive

en nosotros y que debemos conscienciar, afrontar y

convivir.

Quizá me contradiga, pues es muy posible

que todo esto pudiera llenar la Iglesia vacía de la

que hablo. Pero non. El edificio de esa Iglesia, es

decir, el edificio espiritual europeo, sigue vacío, y

siendo (para mi sorpresa), cristiano. Guste o no, sea

reaccionario o no. Esté uno a favor de los curas o

no, sea la Iglesia (o las distintas Iglesias) corrupta o

no.

Jung creía que el Ser Humano poseía un

instinto espiritual, que se manifestaba en las

religiones, expresiones artísticas, etc. Pero la

corrupción, la falta de adaptación de las Iglesias a

los nuevos tiempos, los discursos non actualizados,

la ceguera reaccionaria, politizada, interesada,

partidista, egoísta, corrupta, avariciosa (y un sinfín

de calificativos) junto al auge de la ciencia, hicieron

que (no en pocos casos) no sólo se sintiese una

indiferencia frente a la Iglesia, sino repulsa y asco.

Todo esto se introdujo como algo ponzoñoso en el

interior de las personas, abandonando no sólo sus

confesiones, sino también su espíritu e incluso

negándolo. Sustituyendo por posesiones (problemas

nerviosos de diversa y amplia índole), pastillas y un

montón de síndromes y complejos varios que en

¿Nadie sabe eso de «Siete años de vacas gordas y siete de vacas flacas»? El crédito y la ilusión del crecimiento económico dieron alas a la codicia, voló a lomos de la corrupción, de la arrogancia, de sentirse un lobo poderoso y hedonista... Todo esto parece tener un templo financiado a crédito. Un pacto diabólico de letra bien grande, que nadie se engañe de las consecuencias de firmar tan maldito papel por tan diabólico sueño.

Page 20: Revista Isla Espejo Nº3

unos minutos pueden ser diagnosticados, aunque no

haya cura para esos males. Pues, ¿cómo se

diagnostica un mal espiritual? ¿Es posible verlo? Y

lo peor: ¿Cómo se cura? ¿Es posible curarlo sin una

desgracia para la humanidad?

Incluso podemos lanzar la siguiente

pregunta: ¿Existen realmente las personas ateas?

Cuántas declaradas ateas adoran realmente al

Dinero. Aquí, decir que, para sanear la sociedad,

psicólogos, religiosos, sociólogos y demás

estudiosos, deberían hacer un estudio acerca del

Dinero, y de los trastornos que genera en las

personas esa acumulación de dinero sin precedentes

(tanto por cantidad como por ser en bits) que, en

caso de ser basura, estaríamos ante una epidemia

mundial del famoso síndrome de Diógenes. Pero a

nadie se le pasa por la cabeza. Incluso los religiosos

callan, y revisan sus cuentas como la caja al final de

un día en la tienda, esperando recaudar más al día

siguiente. Pues casi la totalidad de la gente vive en

una locura febril por el dinero. A todos fascina en

mayor o menos medida. Rompen las barreras

sociales, naciones, secos, tendencias, (y al mismo

tiempo crea en nuestras mentes muros

infranqueables que rompen a la sociedad en

multitud de pedazos imposibles de ser unidos)

seducen incluso a las más sensatas y respetables

personas... Sin espíritu que equilibre esta tendencia

enferma, la epidemia monetaria campa a sus anchas

por los numerosos campos de batalla del mundo.

Porque hay que admitirlo: Estamos en guerra.

Obsérvese lo que ocurre: Con lupa miramos

la prima de riesgo, como antaño el avance de las

tropas en las trincheras. El colapso, miedo,

expectativa de lo que ocurrirá mañana, la desespe-

El fervor del dinero, el afecto diabólico que genera, convierte a las personas vacías en seres sin escrúpulos que extorsionan, matan, manipulan, arrebatan... Nunca tan honrado estuvo el antiguo becerro de oro.

ración de la mayoría de las personas nos recuerda a

los estos psicológicos de la guerra. Hoy no te matan,

te inducen a que te suicides, a que vivas en la

oscuridad depresiva y temerosa de la incertidumbre,

matan la esperanza, la ilusión, hasta que el Ser

Humano se queda sin vida, simplemente esperando

comida para sobrevivir (en el peor de los casos). La

televisión, Internet y todo el ocio postmodernista se

encarga de atontar nuestras conciencias y despistar

nuestras consciencias, para que no se oigan los

bombardeos de la actual guerra. Una guerra

monetaria (aunque en bits) y de recursos... Racional,

fría, calculadora... ¡Un momento! Perdón. Acabo de

equivocarme y perderme en mi discurso

contradictorio. Pues nada hay racional en esa

guerra, por mucho que la pinten de diversas

maneras economistas y diversos estudiosos. El

fervor del dinero, el afecto diabólico que genera,

convierte a las personas vacías en seres sin

escrúpulos que extorsionan, matan, manipulan,

arrebatan²... Nunca tan honrado estuvo el antiguo

becerro de oro. Y quizás aquí, deba admitir, que esta

gente formó un templo para adorarlo. Pero,igual que

en la antigüedad, falso, igual que la realidad que

pretenden proyectar.

Sólo me queda rogar a economistas,

psicólogos, religiosos, sociólogos, historiadores y

demás grupos de estudiosos, que estudien el papel

del trastorno del dinero en las personas, que digan

que ese trastorno puede ser letal para el entorno, que

es una enfermedad convertida en una epidemia.

Transformando a las personas en meros cuerpos

vacios que sólo se alimentan de más y más dinero,

llegando a un colapso y haciendo que el mundo (a

partir de esta crisis, acabada la gasolina del crédito)

viva en una economía zombie. Muerta, pero viva.

El problema radicaría en: ¿A partir de qué

nivel de liquidez se consideraría una persona

enferma? Incluso sin tener un triste euro, ¿puedes

estar enfermo? ¿Podemos admitir que más de la

mitad de la población puede estar afectada en mayor

o menor medida? ¿Cómo se aborda esto? ¿Quién

Page 21: Revista Isla Espejo Nº3

mentiras, timos y peligros que pueda conllevar

(muchísimo más amplios, oscuros, distorsionados,

confusos, ofuscadores, manipuladores que a los que

nos pueda llevar el sexo). Pues nadie dijo que fuese

algo fácil o claro. Se presenta más bien oscuro,

peligroso, fangoso, engañoso, a veces seductor...

Con una meta y un camino que cada uno, en esta

época, tiene que labrar por sí mismo, pese a los

buenos consejos que podamos recibir o dar.

Pero aún así, los trazos del edificio cristiano

que conforma Europa siguen en pie, por mucho

polvo y muy descuidados que estén. La vista no se

fija en ellos. Algo tan descuidado, olvidado, semeja

incluso feo, que no va con las modas.... ¿Por qué

fijarse? Porque queramos o no, estamos atrapados

en ese edificio. Lo vi claramente en una película

para nada cristiana. Fue algo como caído del cielo.

La película se llama “SKYFALL”. Y puedo decir

que con ella se acaba el postmodernismo. Se

confirma la necesidad de la reconstrucción del

edificio espiritual europeo y la necesidad de una

figura mediadora entre nosotros y el espíritu. Pero

de esto hablaré en la segunda parte de este

artículo.▄

____________

Notas:

1.http://elpais.com/diario/2002/11/09/radiotv/10367

96402_850215.html

2. Directa o indirectamente bajo diversos nombres,

formas o grupos.

3. Para los que sean escépticos, es posible encontrar

noticias más sorprendentes, que invitan a la

prudencia.

http://tecnologia21.com/35943/neurologos-apple-

religion

será el que señale a ese magnate, esa corporación,

ese político que nos gobierna, bajo la tutela de los

anteriores, que están enfermos y son peligrosos para

la sociedad? ¿Qué sucede con todos los trastornados

endeudados que acaban locos buscando dinero ya no

para saldar su deuda, sino para poder aguantar un

mes más? Lo que nos lleva a pensar: ¿Cuántos

grupos o subgrupos pueden existir y bajo qué

condiciones habitan y proliferan? ¿Cuál es el

procedimiento para su diagnóstico? ¿Existe cura?

¿Pueden ser rehabilitados?

Creer en un instinto religioso conlleva a una

cosa: tener que asimilarlo. Irrumpe en las personas.

La infinidad de entretenimiento es una buena opción

para escapar a esa pesada, complicada, difícil y

engorrosa tarea. Que las religiones sean un negocio

y que el hecho de saberlo nos lleve a lo descrito

anteriormente, no elimina la profunda fuerza que se

alberga en las imágenes religiosas que movieron a la

humanidad, y que hicieron posible la aparición de

las religiones. ¿No fue lo que hicieron no hace tanto

los caudillos? ¿No eran hijos de Dios, aunque se

creían dioses o escogidos. El mismo factor religioso

se encuentra detrás de esa farsa. Pero el elemento

subyacente a ambos ejemplos permanece en las

procelosas aguas del alma humana. Vemos ese

fervor religioso en muchos votantes o afiliados a

partidos políticos (aunque cada día muchísimos

menos), con una fe mayor que en cualquier religión

actual. Y en el fútbol igual o peor. La fidelidad es

casi de por vida... Todos esos comportamientos

tienen características religiosas³. El deseo es un

instinto, claro, evidente. Renunciar a él, oponerse a

él, se paga caro. Nadie niega su existencia, tampoco

la ciencia por es evidente. Y todos conocemos las

consecuencias del lucro que genera el negocio que

hay entorno al comercio del sexo. No por eso es

menos evidente su veracidad, o consideramos que

hay que negarlo, renunciar a él, etc... Pasa lo mismo

con el instinto religioso-espiritual. Cumple retomar

el camino hacia él, asumiendo el comercio,

Page 22: Revista Isla Espejo Nº3

ERA un día deses nos que cando te ergues, das

oito pasos e te miras no espello do baño dis, "buf,

mellor tería sido quedar na cama". Un día deses nos

que non che apetece almorzar por non quecer o leite

e acabas por botar un cuarto de hora limpando a

cociña porque se che saíu por fóra e quedou todo

requeimado. Un día deses nos que non das atinado

para poñer os calcetíns do dereito e nos que non

atopas unha camisola limpa que poñer cos últimos

pantalóns que non se ven demasiado sobados.

Era un día deses nos que non dás atopado as

chaves para poderes saír da casa... porque a

realidade é que NON queres saír da casa.

Porque a rúa mete medo. Porque che dá o

mesmo que o día estea claro ou escuro e mesmo que

sexa noite ou día, que faga frío ou calor. Porque non

tes ganas. Porque só queres durmir e que pase, que

pase o tempo e que pare a cabeza que bule e rebule e

non para de rebulir. Coma se dentro dela tiveses a

unha meniña que non fai senón fedellar e toca todo e

rompe todo aquílo que toca. Un día deses de "por

favor, que pase esta semana xa".

ERA uno de esos días en los que cuando te levantas,

das ocho pasos y te miras en el espejo del baño dices,

“buf, estaría mejor en la cama”. Uno de esos días en

los que no te apetece desayunar por no calentar la

leche, y acabas dedicando un cuarto de hora a limpiar

la cocina porque se te salió por fuera y todo quedó

requemado. Un día de esos en los que no acabas de

atinar a ponerte los calcetines del derecho y en los que

no encuentras una camisa limpia para ponerte con los

últimos pantalones que no se ven demasiado sobados.

Era no de esos días en los que no encuentras

las llaves para poder salir de casa... porque la

realidad es que NO quieres salir de casa.

Porque la calle te da miedo. Porque te da lo

mismo que el día esté claro u oscuro y que sea de

noche o de día, que haga frío o calor. Porque no tienes

ganas. Porque sólo quieres dormir y que pase, que

pase el tiempo y la cabeza deje de darle y darle vueltas

a las cosas. Como si dentro de ella tuvieses a una niña

que no hace más que revolver y tocar todo y rompe

todo aquello que toca. Uno de esos días de “por favor,

que pase ya esta semana”.

A la derivaEnsayos, relatos, poesía... Toda manifestación artística y personal que queráis compartir con nosotros.

A pedra(La piedra)

Por Quecha Menduíña

NARRATIVA

Page 23: Revista Isla Espejo Nº3

Pois ela estaba así, sen ganas, coa sensación de ter

un peso enorme derriba dos ombreiros, unha especie

de tea translúcida diante dos ollos e un neboeiro

atoándolle o cerebro e mailos sentidos todos. Pero

como tiña que saír da casa, que non era cousa de

botar encerrada todo o día que xa se sabe que é moi

malo para cando se está así, despois de dezasete

voltas, deu coas chaves e saíu pola porta para fóra.

Para a súa desgracia, o día estaba

despexadísimo. Non ía calor, que xa non era a

época, pero o sol peghaba nos ollos cousa mala, así

que non lle quedou máis remedio que botar o pelo

un pouco por diante da cara e abaixar a mirada para

poder andar un tanto pendente de por onde pisaba,

mentres se encamiñaba cara ó río co firme

convencemento de que tirarse debaixo dunha árbore

lle había sentar ben.

Foto: Patricia Pintor

Pues ella estaba así, sin ganas, con la

sensación de tener un peso enorme encima de los

hombros, una especie de tela translúcida delante de los

ojos y niebla bloqueándole el cerebro y todos los

sentidos. Pero como tenía que salir de casa, ya que no

era plan de estar encerrada todo el día que ya se sabe

que es muy malo cuando estás así, después de

diecisiete vueltas, encontró las llaves y salió.

Para su desgracia, el día estaba

despejadísimo. No hacía calor, ya que no era época,

pero el sol le molestaba en los ojos, así que no le

quedó más remedio que echarse el pelo un poco por

delante de la cara y bajar la mirada para poder andar

medianamente pendiente de por dónde pisaba,

mientras se encaminaba hacia el río con el firme

convencimiento de que tirarse debajo de un árbol le

sentaría bien.

Page 24: Revista Isla Espejo Nº3

Nesas andaba, esquivando bostas e toxos,

cando chegou a un sitio que medio a convenceu.

Afastou unhas cantas pólas secas para poder sentar

sen espichar o cu con nada e entón víuna.

Estaba alí, arrimadiña a unhas zarrotas,

como agardando por ela. Mirouna. Só era unha

pedra pero semellaba chamar por ela.

Non era unha pedra fóra do común, nin

sequera era grande, nin bonita, nin brillante. Era un

pedregullo que collía dentro do seu puño.

Sentou e púxose a mirar cara ó río. A auga

correndo tiña algo que a relaxaba, de sempre. Era

como que arrastraba todo o que a preocupaba e o

levaba con ela ben lonxe, ata o mar. Cando se deu de

conta, estaba mirando para a pedra. Tiña algo...

Pechou os ollos, deixándose levar polo son

da auga, polo do abaneo das follas, polo rechouchío

dun paxareco perdido... E volveunos abrir porque

sabía que a pedra seguía alí, como agardando por

ela.

Tentou deixar ir a mente e relaxar o corpo,

tentou ficar queda nunha caste de medio sono... pero

unha e outra vez sentía a chamada da pedra e como,

cada vez máis, a invadía un desasosego que medraba

e medraba sen que atopase a forma de facelo parar.

E non fora para iso para o que se erguera da cama,

atopara as chaves, saíra desafiando a molestia do sol

e buscara un sitio agradable a carón do río e baixo

dunha árbore. Non fora para iso para o que

esquivara bostas e toxos e manchara o cu do único

pantalón que aínda non semellaba demasiado

sobado.

E como non fora para iso, abríu os ollos,

incorporouse, estirou o brazo... e con todo o coidado

do mundo e cunha extraña decisión dubitativa,

colleu esa pedra que chamaba por ela dente detrás

daquelas zarrotas.

Dicir que a inquedanza desaparecera sería

mentira porque seguía alí. Pero si era certo que a

pedra chamara por ela. Foi sentila na palma da

súaman e ter unha curiosa sensación de reencontro,

En estas andaba, esquivando bostas y toxos,

cuando llegó a un lugar de su agrado. Separó unas

cuantas ramas secas para poder sentarse sin

pincharse el culo con nada y, entonces, la vio.

Estaba allí, arrimada a unas setas, como

esperándola. La miró. Sólo era una piedra pero

parecía estar llamándola.

No era una piedra fuera de lo común, ni

siquiera era grande, ni bonita, ni brillante. Era una

piedra que le cabía dentro del puño.

Se sentó mirando hacia el río. El correr del

agua tenía algo que la relajaba, desde siempre. Era

como si arrastrase todo lo que la preocupaba y se lo

llevase muy lejos, hasta el mar. Cuando se dio cuenta,

estaba mirando hacia la piedra. Tenía algo...

Cerró los ojos, dejándose llevar por el sonido

del agua, por el abaneo de las hojas, por el piar de un

pajarito perdido. Y volvió a abrirlos porque sabía que

la piedra seguía allí, como esperándola.

Intentó dejar la mente en blanco y relajar el

cuerpo, quedarse dormida... pero una y otra vez sentía

la llamada de la piedra y cómo, cada vez más, la

invadía el desasosiego que crecía y crecía sin que

pudiera encontrar forma de detenerlo. Y no era para

eso para lo que se había levantado de la cama,

encontrado las llaves, salido a la calle desafiando la

molestia del sol y buscado un sitio agradable bajo un

árbol junto al río. No había sido para eso para lo que

había esquivado bostas y toxos y manchado el culo del

único pantalón que aún no parecía demasiado sobado.

Y como no había sido para eso, abrió los ojos,

se incorporó, estiró el brazo... y con todo el cuidado

del mundo y una extraña decisión dubitativa, recogió

la piedra que la reclamaba entre las setas.

Decir que la incertidumbre había desaparecido sería

mentira porque seguía allí. Pero sí era cierto que la

piedra la llamaba. Fue sentirla en la palma de la

mano y tener una sensación de reencuentro, una

Page 25: Revista Isla Espejo Nº3

unha especie de vaga morna que se ía estendendo

por dentro do seu corpo; que comezaba aí, na boca

do estómago, e se ía movendo primeiro cara abaixo,

polas tripas, e despois cara a arriba, liberándoa da

angustia que tan difícil lle fixera respirar dende o

momento en que abrira os ollos aquela mañá.

Con todo, a inquedanza seguía alí.

Ficou aínda un tempo sentada debaixo

daquela árbore, non sabería dicir canto, mirando

para a pedra. Se a pedra tivese ollos, estaríaa

mirando en fite pero as pedras non teñen ollos, ¿non

é? Por moito que puidese parecer que si, que aquela

pedra con ollos ou sen eles mirar miraba para ela... e

cun aquel de reprobación.

Convencida de que tiña que poñer a

lavadora se quería poderse vestir con algo medio

limpo ó día seguinte e conxelada porque o sol había

xa un cacho que se agochara tras dos montes,

ergueuse e colleu o camiño da casa. Ía moito máis

lixeira do que fora pero seguía sen saber que pasaba

con aquela pedra que levaba no peto, ben agochada

na palma da man.

Era unha pedra pequena, gris e rugosa. E

estaba moi sucia de terra. Decidíu lavala que non

era cousa de meter merda na casa. Non cambiou

moito a cousa, a verdade, simplemente pasou a ser

unha pedra pequena, gris e rugosa... máis limpa.

Pensou en que se a puidese pulir, quizais

fose máis fermosa, que quizais tivese brillo, que

quizais... quizais.

Púxose a iso e conseguíu unha pedra

pequena, gris, lisa e limpa. E, si, algo brillaba. E se

lle botabas auga por enriba, vías como esvaraba.

Esvaráballe todo. Gustoulle ó principio porque

sentíu que conforme a auga esvaraba pola pedra,

levaba consigo a inquedanza que lle transmitira

dende o primeiro momento de vela. Pero non durou.

Non durou porque empezou a se preguntar a onde

raio estaba indo todo iso e se fixera ben en cambiar

especie de vaga calidez que se iba extendiendo por

dentro de su cuerpo; que comenzaba ahí, en la boca

del estómago, y se iba moviendo primero hacia abajo,

por las tripas, y después hacia arriba, liberándola de

la angustia que tan difícil le había hecho respirar

desde el momento en que había abierto los ojos

aquella mañana.

Con todo, la inquietud seguía ahí.

Permaneció todavía un rato más sentada

debajo de aquel árbol, no sabría decir cuánto,

mirando aquella piedra. Si la piedra tuviese ojos, la

estaría mirando fijamente, pero las piedras no tienen

ojos, ¿no? Por mucho que pudiera parecer que sí, que

aquella piedra con ojos o sin ellos la miraba... y con

algo de reprobación.

Convencida de que tenía que poner una

lavadora si quería vestirse con algo medianamente

limpio al día siguiente y congelada, porque el sol se

había ocultado hacía rato detrás de los montes, se

levantó y puso rumbo a casa. Volvía mucho más ligera

de lo que había ido, pero seguía sin saber qué pasaba

con aquella piedra que guardaba en el bolsillo, bien

escondida en la palma de la mano.

Era una piedra pequeña, gris y rugosa. Y

estaba muy manchada de tierra. Decidió lavarla, ya

que no era plan de llenar la casa de mierda. No

cambió gran cosa, la verdad, simplemente se convirtió

en una piedra pequeña, gris y rugosa... más limpia.

Se le ocurrió que, de poder pulirse, quizá

sería más hermosa, brillante quizá, que quizá... quizá.

Se puso a ello y consiguió una piedra

pequeña, gris, lisa y limpia. Y sí, algo brillaba. Y si

dejabas caer agua por encima, podías ver cómo

resbalaba. Todo le resbalaba. Al principio le gustó

porque sentía que, conforme el agua resbalaba por la

piedra, se llevaba consigo la inquietud que le había

transmitido desde la primera vez que la vio. Pero no

duró. No duró porque empezó a preguntarse a dónde

quería llegar con todo eso y si había hecho bien

Page 26: Revista Isla Espejo Nº3

cambiando la apariencia de aquella piedra

simplemente porque le parecía fea.

Si la piedra la había llamado, sería que

quería algo de ella; y si quería algo, quizá debería

haberle preguntado en vez de hacer con ella lo que le

pareciese.

Pero ya no había vuelta atrás. Se arrepintió.

Salió corriendo de la cocina dejando la piedra en el

fregadero; volvió, cogió una escoba y recogió toda la

basura que había caído al suelo al pulirla; volvió a

salir corriendo; entró de nuevo, cogió la piedra y la

arrojó con fuerza... rompiendo el cristal de una

ventana y viéndola caer en medio de la calle.

Sacó la cabeza por la ventana rota.

Sintió que la piedra la llamaba.

Sintió la angustia comiéndola por dentro.

Dio media vuelta y se metió en la habitación.

Ella ya tenía su propia piedra dentro del

pecho, pequeña, gris y fea. Lisa para que todo le

resbalase.

Apagó al luz y escondió la cabeza bajo las

mantas.

Su corazón bien podía quedarse tirado en

mitad de la calle.

a apariencia daquela pedra simplemente porque lle

parecera que era fea.

Se a pedra chamara por ela, sería que lle

quería algo; e se lle quería algo, quizais lle tería que

ter preguntado no canto de poñerse a facer o que a

ela mellor lle parecera.

Pero xa non tiña marcha atrás. Arrepentíuse.

Saíu correndo da cociña deixando a pedra no

fregadeiro; volveu, colleu unha vasoira e recolleu o

lixo todo que deixara no chan cando a pulira; volveu

saír correndo; entrou de novo, colleu a pedra e

arrebolouna... escachando o vidro dunha ventá e

vendo como caía ó medio da rúa.

Asomou os fociños pola ventá rota.

Sentíu que a pedra chamaba por ela.

Sentíu a angustia que a comía por dentro.

Virou as costas e meteuse na habitación.

Ela xa tiña a súa pedra dentro do peito,

pequena, gris e fea. Lisa para que esvarase todo.

Apagou a luz e agachou a cabeza entre as

mantas.

O seu corazón ben podía ficar tirado no

medio da rúa.

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“Paréceme que yo he sido como un niño que jugara en la playa y que me divirtiera cuando hallaba

alguna piedrecita muy pulida o una concha más bonita que las comunes; mientras el gran

océano de la verdad permanecía ante mí totalmente desconocido”.

Issac Newton (1643-1727)

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