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VOZ Y MOVIMIENTO Órgano de difusión de Centro Político Mexicano Año 14. N. 149. Enero de 2012 NÚMERO DEDICADO A LA INSEGURIDAD EN MÉXICO Visita nuestro sitio web www.centropolitico.org.mx

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VOZ Y MOVIMIENTO Órgano de difusión de Centro Político Mexicano

Año 14. N. 149. Enero de 2012

NÚMERO DEDICADO A LA INSEGURIDAD EN MÉXICO

Visita nuestro sitio web www.centropolitico.org.mx

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EDITORIAL    Iniciamos un nuevo año y, amén de los obligados festejos y felicitaciones, consideramos que es una buena oportunidad para reflexionar sobre un tema, que se ha vuelto el punto gravitacional alrededor del cual giran todos los demás asuntos en nuestro país: la inseguridad. Siendo, por sí mismo, un tema de trascendencia nacional, cobra especial relevancia en este año que iniciamos ya que es un año de elecciones y, éste, es un elemento a tener en cuenta para lograr un proceso electoral limpio, confiable, y

con todas las garantías que la ciudadanía requiere para participar en el proceso. Así pues, este primer n ú m e r o d e 2 0 1 2 l o dedicamos enteramente al tema de la inseguridad en México, con reflexiones en torno a la génesis de este problema y, por supuesto, con nuestros mejores deseos para que este naciente año sea decisivo para iniciar un proceso de paz nacional V a y a n n u e s t r a s f e l i c i t a c i o n e s y agradecimiento a todos nuestros lectores. ¡FELIZ 2012!

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REFLEXIONES EN TORNO A LA INSEGURIDAD La inseguridad en México se ha disparado durante los últimos años; se habla de delitos que van desde el robo, hasta los asesinatos terribles de que todos tenemos noticia hoy en día. Pero éste fenómeno no surge de la nada, ni de un día para otro: es p r e c i s o t o d o u n p r o c e s o d e descomposición social para llegar a los niveles que desafortunadamente hemos alcanzado. Las cifras indican que, si bien es cierto que en la delincuencia se encuentran personas de todas las edades, e l mayor número de personas que delinquen son jóvenes, con una tendencia a hacerlo en edades cada vez más tempranas. Los jóvenes son la fuerza pujante de un país que posibilita el avance de éste, entonces ¿cómo es posible que en México se esté matando o encarcelando a nuestros jóvenes? La delincuencia es un fenómeno m u l t i f a c t o r i a l q u e i n c l u y e e l desempleo, la falta de oportunidades, el no acceso a la educación, la desintegración de las familias, la desigualdad social, etc. Pero en nuestro país, para los niveles que se han alcanzado, es preciso reconocer que hay un factor más que está incidiendo en el aumento de este fenómeno: las pandillas y bandas que se han vuelto comunes en algunos lugares de la República. Pero analicemos estas causas por separado:

El que un joven no tenga acceso a un empleo digno, que le permita una vida decorosa, es terriblemente grave porque acentúa la desigualdad entre los que tienen mucho y los que no poseen nada. El empleo es un derecho que está consagrado en nuestra Const i tución: tenemos derecho al trabajo. Pero se ha venido dando un fenómeno donde ahora, los empleadores, utilizan recursos (como e l l l a m a d o o u t s o u r c i n g y l a terciarización) donde no emplean ellos directamente, sino a través de otra compañía, evitando, de esta manera, cumplir con el otorgamiento de prestaciones que marca la Ley Federal del Trabajo, la cual, dicho sea de paso, es bastante completa: sólo hace falta que se respete y se aplique. Entramos, como país, a un mundo globalizado y, antes que a eso, a un sistema neoliberal que, a pesar de que nos lo vendieron como la panacea a los males del país, sólo se consiguió un aumento en el número de desempleados y, por tanto un aumento en la pobreza.

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Hay lugares, como Ciudad Juárez, donde hace algunas décadas se instalaron grandes maquiladoras. Esto propició que, buscando trabajo, se fueran a esa ciudad personas que vivían en los estados aledaños. Pero sucede que esas maquiladoras, en el momento en que el precio de la mano de obra ya no les fue benéfico, se fueron con sus capitales a otro lado. Esta forma depredadora, en que se comportan los capitales, causa severos daños a la economía del lugar, así como al medio ambiente. El aumento terrible de la violencia en Ciudad Juárez tiene su origen, en parte, en esta situación. La falta de oportunidades y el no acceso a la educación son dos variables que están íntimamente relacionadas. Un joven que no pudo estudiar está mal preparado para enfrentar la vida y los retos que ésta implica. Casi es condenar a los jóvenes a sobrevivir con empleos mal remunerados y, por tanto, en condiciones de explotación laboral. La educación no es sólo la obtención de un título; la educación abre nuevos caminos y enseña nuevas formas de ver la realidad; enseña (idealmente) a pensar y a cuestionar lo establecido, buscando nuevas maneras de vivir.

Un joven promedio ve lo que en la televisión le anuncian de continuo como lo deseable: los autos, la ropa de marca, los viajes (y todo esto acompañado de bellas mujeres) y observa su realidad, donde no le alcanza para vivir bien y, por supuesto, se siente frustrado. Es en éste desfase entre los deseos y la realidad donde se puede iniciar el caldo de cultivo que lo lleve a pensar en otras opciones de obtener dinero. Hay quien encuentra en el empleo informal una opción. Sólo que esto genera ganancias de las que el Estado no percibe nada en materia de impuestos; recordemos que los impuestos han de ser utilizados para los servicios de la ciudadanía. La desintegración familiar es un fenómeno que influye poderosamente en la delincuencia y, por tanto, en la inseguridad que sufre el país. Este fenómeno es digno de analizarse por separado, pero lo veremos con el enfoque al presente tema. En el hogar es donde nos formamos y aprendemos, junto con la escuela, la manera en que hay que ser ciudadanos. Pero si ese hogar se desintegra por múltiples razones, el niño ya no tiene ese espacio que debe albergarlo, cuidar de su seguridad y proporcionarle lo que necesita.

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Las mujeres, hoy en día, trabajan a la par que los hombres; esto hace imprescindible que se elaboren programas efectivos destinados a ayudar a estas mujeres en el cuidado y educación de los hijos: hay que tomar en cuenta que la situación laboral de las madres ha contribuido a que muchos niños estén buena parte del tiempo solos. Luego si ambos t i e n e n j o r n a d a s c o m p l e t a s , seguramente llegan a la casa sólo con deseos de descansar. ¿Qué calidad de tiempo pueden proporcionarles a sus hijos? Es humanamente imposible. Los padres hacen lo que pueden…y muchas veces no es suficiente. Y esto nos lleva a la siguiente causa: las pandillas y bandas. Un niño que crece estando la mayor parte del tiempo solo es más propenso a ser cooptado por las bandas locales. Aquí se da un fenómeno muy interesante: en la adolescencia los jóvenes tienen una gran necesidad de pertenencia, buscan unirse a sus pares (otros jóvenes) y sentirse parte de los grupos. Esta característica propicia que, en aras de obtener esa aceptación (que quizá tampoco tienen en casa) acepten hacer cosas sin meditar si es algo que les conviene o no. Esta cierta impulsividad es provocada porque actúan movidos por las emociones, no por el raciocinio. Desgraciadamente, muchos jóvenes terminan envueltos en delitos por éste afán de buscar ser aceptados, o de probarles a los demás su valía, o su valor. P e r o s i l o p e n s a m o s , e s l a desigualdad social la que obliga a esos padres a trabajar todo el día, la que provoca que no se tenga acceso a

la educación y tampoco a empleos bien pagados. Esa desigualdad es, en mucho, lo que está propiciando la delincuencia en México.

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La inseguridad tiene, entonces, que ver con los índices delictivos del país; pero también con lo que han dado en llamar “percepción de inseguridad”; es decir: qué tan seguros o inseguros nos sentimos en el lugar donde vivimos o cuando salimos a la calle o a viajar dentro del territorio nacional. Esta percepción tiene que ver con lo que vemos y escuchamos en los medios masivos de comunicación, especialmente en la televisión, ya que es a la que más fácilmente tiene acceso la mayoría de los mexicanos; aunque aquí valdría agregar a la información que se encuentra en las redes sociales y en el internet en general.

En la medida en que nos muestran, en la televisión por ejemplo, una serie de hechos delictivos y violentos, en esa medida disminuye la sensación de segur idad de l c iudadano , percibiendo, aunque a él no le haya sucedido nada, el país o estado como peligroso y con riesgos potenciales. Una última causa quisiera apuntar, como provocadora de inseguridad en nuestro país: el flujo de armas proveniente de Estados Unidos, tan incontrolable como provocado. Finalmente, con la venta de esas armas, hay quienes se están enriqueciendo. Lic. Ma. Edith Barriga Medina

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CONSECUENCIAS La inseguridad que vive nuestro país tiene múltiples consecuencias, a c u a l m á s d e s a s t r o s a y p reocupan te . Es tas se ven reflejadas en varias áreas: en lo económico porque, al ser percibido nuestro país como inseguro, los dueños de los capitales, tanto nacionales como extranjeros, evitan invertir en México. Para nadie es un secreto que, a partir del incremento de la inseguridad en algunas ciudades, los que tenían empresas, o aún negocios familiares, han mudado los mismos al extranjero; tal es el caso de algunas ciudades fronterizas como Tamaulipas, Ciudad Juárez y de otras, que sin estar plenamente en la frontera, han presenciado la huida de los capitalistas, como Monterrey. Otra consecuencia, que se inserta en el ámbito económico, es la baja en la afluencia de turistas que visitan nuestro país. Ha habido, incluso, recomendaciones varias, por parte del gobierno de Estados Unidos, en el sentido de pedir a sus conciudadanos que eviten viajar a

algunas ciudades mexicanas. Desagrac iadamente, también noso t ros , como mex i canos , ev i tamos v ia jar por a lgunas carreteras o visitar algunos estados, antaño hermosos puntos para vacacionar y, ahora, peligrosos destinos a evitar. La inseguridad tiene también consecuencias en e l ámbi to personal, o si se quiere, psicológico, de los habitantes. Disminuye la calidad de vida y hay un aumento del estrés que se vive. Antes se percibía la provincia como tranquila y como una buena opción para vivir; hoy en día, algunos pueblos representan más peligro que el que pueda haber en el Distrito Federal, otrora considerado como el punto más peligroso del país. La inseguridad también provoca que se perciba al gobierno como incapaz o falto de recursos para atacar el problema y, en el afán de usar la fuerza del Estado para combatirla, se pueden llegar a violar los derechos humanos

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CONCLUSIONES Y POSIBLES SOLUCIONES Considero que la violencia se ha dejado crecer tremendamente en México y, al menos como nos lo plantean, los grupos criminales parecen contar con armamento y c a p a c i t a c i ó n q u e c o m p i t e ampliamente con el que poseen los órganos encargados de la seguridad tanto interior como exterior del país: Policías Municipales, Policía Federal y Ejército Nacional y Marina. Las posibles soluciones que aquí plantearé, las haré sólo desde lo que dicta la lógica, ya que no cuento con los conocimientos ni la información, que seguramente poseen quienes están encargados de darle solución a éste problema. Primero hay que buscar, por todos los medios, resarcir el rezago

educativo y posibilitar que los jóvenes puedan acceder a todos los grados de educación a que tienen derecho. Recordemos además, que por mandato constitucional, la educación debe ser obligatoria y gratuita. Yo creo que hay que invertir más en educación y menos en policías. No dudo que tener una policía y ejército fuerte y capacitado sea necesario: evidentemente lo es; pero la apuesta no puede ir por criminalizar a la j u v e n t u d , s i n o p o r d a r l e s o p o r t u n i d a d e s p a r a q u e s e desarrollen y contribuyan a mejorar é s t e p a í s c o n e l t r a b a j o , conocimiento y energías, que son propios de ésta etapa de la vida.

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Se tienen que abrir más planteles en educación superior y media superior y eso requiere que el gob ie rno , den t ro de l gas to presupuestal, destine los recursos necesarios para ello. Es preciso, también, incentivar el mercado laboral. Hoy en día el desempleo es creciente. Yo creo que el mercado laboral hay que incentivarlo de dos maneras: primero, atrayendo inversionistas, pero no por conservarlos les permitamos violar las leyes, no. Hay que atraerlos, darles certezas, pero también exigir que paguen sus impuestos y no v io len derechos laborales.

Pienso que sería bueno intentar volvernos autosuficientes, al menos en la cuestión alimentaria. Esto implicaría invertir en el campo y proteger a nuestro país de competencia desleal. Deben otorgársele al campo préstamos o protecciones que les permitan a los campesinos seguir produciendo, ya que muchos emigran a las ciudades porque lo que obtienen del campo no les alcanza para v i v i r : e n t o n c e s n u e s t r o s campesinos, en vez de producir los alimentos que todos consumimos, s e v u e l v e n m u c h a s v e c e s indigentes de las ciudades, aumentando también las cifras de desempleo.

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Si a los jóvenes que saben trabajar el campo se les dota de lo necesario para su labor, además de tener un empleo seguro, pueden contribuir grandemente a éste país. Considero que hay que detener, ya, el flujo de armas a nuestro país. No sé c ó m o s e h a g a e s o , p e r o d e f i n i t i v a m e n t e h a d e h a b e r autoridades encargadas de cuidar lo que entra a México. Se debe optar por combatir las adicciones (no por criminalizar a los adictos); esto es: darle prioridad a que, quienes tienen alguna adicción, puedan curarse de ella. Quizá serviría abrir algunos centros de rehabilitación donde, además de ayudarlos a dejar la adicción, se les enseñe algún oficio con el que puedan obtener dinero para vivir. El rescate primordial tiene que ver con la educación, en todos los sentidos. Esto implica educar, también, en el manejo de conflictos y de emociones, porque muchas veces, al no saber cómo manejar estos, se opta por la

adicción como un escape de una realidad no placentera. Las adicciones, también, son una puerta para comenzar a delinquir: primero porque, al estar en compañía de otros adictos, es más fácil que hagan cosas que, quizá solos, no harían. Segundo porque se relaja el s e n t i d o d e r e s p o n s a b i l i d a d y desaparecen las inhibiciones al estar bajo el influjo del alcohol o de algún enervante. Quienes sufren de alguna adicción suelen tener conductas de riesgo, tanto para ellos, como para todos los demás. Considero que, si se hiciera labor en l o s p u n t o s m e n c i o n a d o s , l a inseguridad podría comenzar a descender. Sólo que no hay que olvidar que estamos en un Estado de Derecho y que el Estado tiene la obligación de garantizar la seguridad de sus ciudadanos: esa, finalmente, es la razón de su existencia.

Lic. Ma. Edith Barriga Medina

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