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REVISTA DE CRiTICA LITERARIA LATINOAMERICANA Aiio XXXI, N° 62. Lima-Hanover, 2do. Semestre de 2005, pp. 237-249 BORGES Y FUENTES, AUTORES Y LECTORES DEL QUIJOTE. A PROP6SITO DE UN HOMENAJE EN EL rV CENTENARIO Ellen Spielmann Friedrich Schiller Universitdt, Jena "Cervantes" es hoy un asunto de estado. Por lo menos desde la epoca del reemplazo de la desgastada propaganda de la "hispani- dad", que habian tenido a su cargo con destino a Iberoamerica los conservadores y apolillados Institutos de Cultura Hispanica del franquismo, por el flamante Instituto Cervantes, encargado de di- vulgar la lengua castellana y las culturas espanolas en el mundo entero, "Cervantes" es parte de una bien financiada politica exte- rior de Espana en el campo de la cultura. Por todo ello, m^s nolens que volens y a pesar del cambio de gobierno en 2004, no eran pocos los temores despues de la experiencia de 1992, ante la avalancha oficial de celebraciones con motivo del IV Centenario de la publica- cion de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Muchos de ellos, en medio de improvisacion, carencia de imaginacion, folclo- rismos y jimtas nacionales de fiestas, tuvieron ineluctable cum- plimiento. He aqui, sin embargo, que "un homenaje de Colombia a la primera gran novela de la literatura mundial, fiindadora del ge- nero moderno por excelencia", y a Miguel de Cervantes como "ini- ciador de la epoca moderna al lado de Rene Descartes", ofrece mo- tivo justificado de celebracion. Los dos volumenes de ese homenaje, Autores del Quijote (202 p.), y Lectores del Quijote (390 p.)\ edita- dos por Sarah de Mojica y Carlos Rincon en la Editorial Pontificia Universidad Javeriana de Bogota, son no solo uno de los mas inte- resantes -,ital vez el mas interesante?- aporte latinoamericano a las conmemoraciones de la publicacion de la primera parte del Quijote en Madrid en 1605. Son, a secas, una de las contribuciones destacables y destacadas en el marco de los festejos del IV Cente- nario de la novela de Cervantes. No tan espectacular, sin duda, como el millon de ejemplares de esa edicion especial con prologo de Jose Saramago, repartidos gratuitamente en todo Venezuela por el

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REVISTA DE CRiTICA LITERARIA LATINOAMERICANAAiio XXXI, N° 62. Lima-Hanover, 2do. Semestre de 2005, pp. 237-249

BORGES Y FUENTES,AUTORES Y LECTORES DEL QUIJOTE.

A P R O P 6 S I T O D E UN HOMENAJEEN EL rV CENTENARIO

Ellen SpielmannFriedrich Schiller Universitdt, Jena

"Cervantes" es hoy un asunto de estado. Por lo menos desde laepoca del reemplazo de la desgastada propaganda de la "hispani-dad", que habian tenido a su cargo con destino a Iberoamerica losconservadores y apolillados Institutos de Cultura Hispanica delfranquismo, por el flamante Instituto Cervantes, encargado de di-vulgar la lengua castellana y las culturas espanolas en el mundoentero, "Cervantes" es parte de una bien financiada politica exte-rior de Espana en el campo de la cultura. Por todo ello, m^s nolensque volens y a pesar del cambio de gobierno en 2004, no eran pocoslos temores despues de la experiencia de 1992, ante la avalanchaoficial de celebraciones con motivo del IV Centenario de la publica-cion de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Muchos deellos, en medio de improvisacion, carencia de imaginacion, folclo-rismos y jimtas nacionales de fiestas, tuvieron ineluctable cum-plimiento. He aqui, sin embargo, que "un homenaje de Colombia ala primera gran novela de la literatura mundial, fiindadora del ge-nero moderno por excelencia", y a Miguel de Cervantes como "ini-ciador de la epoca moderna al lado de Rene Descartes", ofrece mo-tivo justificado de celebracion. Los dos volumenes de ese homenaje,Autores del Quijote (202 p.), y Lectores del Quijote (390 p.)\ edita-dos por Sarah de Mojica y Carlos Rincon en la Editorial PontificiaUniversidad Javeriana de Bogota, son no solo uno de los mas inte-resantes -,ital vez el mas interesante?- aporte latinoamericano alas conmemoraciones de la publicacion de la primera parte delQuijote en Madrid en 1605. Son, a secas, una de las contribucionesdestacables y destacadas en el marco de los festejos del IV Cente-nario de la novela de Cervantes. No tan espectacular, sin duda,como el millon de ejemplares de esa edicion especial con prologo deJose Saramago, repartidos gratuitamente en todo Venezuela por el

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gobierno del presidente Hugo Chavez. Pero capaz de abrir sende-ros y perspectivas inesperadas para muchos fiituros.

Lo primero que debe celebrarse es la idea misma que inspiraesos dos tomos. En Autores del Quijote se reunen "catorce autorasy autores que han continuado con la escritura de este libro o quedialogan con el. Sus textos parten de situaciones de la novela o enotros casos adoptan la perspectiva de alguno de sus personajes se-cundarios", segun se lee en la contraportada. Lectores del Quijotepresenta, por su parte, "ensayos y estudios de catorce especialistasde America Latina, America del Norte y Europa que trazan unmapa de las lecturas contemporaneas relevantes del Quijote". Esaslecturas "tienen como coordenadas la lineas innovadoras que vande Fiodor Dostoievski a Milan Kundera y de Georg Lukacs a Mi-chel Foucault". Pero si "ideas", "iluminaciones" de esta calidad sonya de por si motivo de solaz y aplauso, lo mas interesante es queante la empresa a que dan lugar, nadie puede ser llamado a enga-no: ideas como esas no flotan en el aire. Las respalda una innova-tiva -para algunos tal vez nada obvia- concepcion acerca de laVerdadera historia de los cuatrocientos anos de escritura y lectu-ras del Quijote que tenemos a nuestras espaldas cualquiera de suslectores actuales. Historia que, por tanto, se t rata de hacer cons-ciente y de celebrar justo de esa manera.

Esta forma adecuada de celebrar el jubileo del Quijote es, paralos editores y colaboradores de esos dos volumenes del homenajecoiombiano, aquella que parte de una pertinente comprobacioncomo presupuesto indispensable. Se la lee con todas sus letras endistintas formulaciones en los dos libros. Retengo aqui cuatro deesas variantes. Una vez aparece como cita de un articulo muy re-ciente de Juan Goytisolo: "La pobreza de la critica literaria en Es-pana y de la reflexi6n creadora de nuestros novelistas hasta bienentrado el siglo XX, explica que el influjo seminal de Cervantes semanifestara primero en Europa y luego en Iberoamerica antes deenraizar en la dura corteza de la Peninsula" ("Cervantes en letraviva". El Pais, Madrid, 7-DC-2005) (p. 211). Otra vez se lee comonota de pie de pagina en un articulo sobre Jose Antonio Maravallcomo historiador-exorcista que sitiia al Quijote entre utopia y con-tra-utopia: "Desde mitad del siglo XVII hasta principios del sigloXX, el Quijote fue ante todo la gran novela clasica para lectores ynovelistas ingleses, franceses, alemanes y rusos. Respecto a losnorteamericanos, debe senalarse que en su introduccidn de 2003 auna nueva traduccidn de Edith Grossmann, Bloom sostiene que elcapitan Ahab de Moby Dick (1851) es una mezcla de Don Quijote yHamlet. (...) Durante todo este tiempo el Quijote no fue un libroespanol ni hispanoamericano" (228).

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En su notable articulo sobre la transformaci6n del Quijote de"simbolo nacional" a "mito literario de la nacion" en Espana de en-tre el romanticismo y la generacion de 1898, Friedrich Wolfzettelrecuerda por su parte, citando a Werner Krauss, que en la primerahistoria de la literatura espanola escrita a mitades del siglo XVIIIno habia cabida para Cervantes ni para el Quijote (67). La primerabiografia de Cervantes escrita en Espana -en mas de un 70 porciento fue en realidad un tratado sobre el Quijote-, lo fue por en-cargo ingles, como parte de un gran proyecto de edicion y traduc-cion inglesas, no imaginable en suelo espanol ni americano. En laEspana de Fernando VII y la de su hija Isabel II no podia haberesfera publica literaria capaz de asumir la interpretacion propues-ta por Schelling, los hermanos Schlegel y Hegel. Y asi como el pre-dicador Campazas y Pepita Jimenez no son heroes quijotescos, encambio, segiin Jean Canevaggio, "desde Dickens, Flaubert y Dos-toievski hasta Joyce, Kafka y Garcia Mdrquez, se han multiplicadolos personajes que pueden llamarse quijotescos (...)" (19). Por lomenos en lo que a novelistas espanoles se refiere -Machado deAssis es otra cosa-, es cierto tambien que "ni siquiera en Galdoshay una linea de elogio, ni una mencion del Quijote". (31).

Finalmente, en tercer lugar, en la "Introduccion" al tomo Auto-res del Quijote, ese presupuesto aparece estampado con toda lasorna y el tono zumbon del caso, recogiendo la leccion de Raimun-do Lida en una conversacion con Jorge Luis Borges a proposito delsoneto "Testamento de don Quijote", de Francisco de Quevedo(247). Los editores dicen en esa "Introduccion":

"No hay nadie tan necio que elogie el Quijote", dictamin6 hace cuatro-cientos anos Lope de Vega. iConocieron esa sentencia conminatoria losautores de Robinson Crusoe, Tristan Shandy y Moby Dick? Lo cierto esque sabemos que no fueron considerados tontos por escoger al Quijotecomo guia en el nuevo arte de escribir novelas. Lo mismo vale en sus si-glos, en sus lenguas y en sus lares para Thomas Fielding, Denis Diderot,Jean Paul o Fiodor Dostoievski. Puede quedar, sin embargo, una duda:iacataron hasta ayer los novelistas de lengua castellana el juicio del F6-nix de los ingenios? Asi parece, pues huho que esperar siglos y sigloshasta que surgieron en lengua castellana novelistas "hijos de Don Quijo-te". En la lengua de Cervantes no hubo descendientes del Quijote hastala llegada de esa pleyade de novelistas latinoamericanos del siglo XX,que va desde Carpentier hasta Garcia Marquez y Fuentes". (9)

Cada uno de los materiales de los dos libros esta precedido poruna ilustracion del Quijote, seleccionada entre las que se hicierondesde el siglo XVII (Jerome David) hasta el siglo XX (SalvadorDali), y una pagina de titulo con una vineta que utiliza un detallede la ilustracion. Este discurso visual organiza el diseno y la mise-en-page de los dos volumenes con un proposito claro: demostrar elcondicionamiento cultural de todas las imdgenes del Quijote y lahistoricidad de nuestro estereotipo. El desarrollo que lleva a la

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imagen estereotipada del Caballero de la Triste figura que hoy te-nemos, y que aparece sobre todo en las ilustraciones sobre el tema"Don Quijote leyendo libros de caballeria en su estudio", reunidasen el tomo Lectores del Quijote, es "producto de la industria edito-rial franco-alemana del siglo XIX". Mas especificamente, "entre(Gustave) Dore y la edici6n parisina de 1884 con dibujos de JulesWorms, que coinciden con la divulgacion de las extraordinariasilustraciones de (Adolph) Schrodter para la edici6n de Leipzig de1843, esa industria entonces en plena expansi6n fij6 la figura y losrasgos de los personajes de Cervantes" (374), asumidos luego por"el cine y (...) las ilustraciones de las ediciones infantiles" en el si-glo XX.

No es, por tanto, de manera gratuita, por una simple brillanteocurrencia producto del afortunado azar, que se invita a j6venesescritores a seguir escribiendo el Quijote, y se procede a examinar"las lecturas contemporaneas relevantes" de la novela inmortal deCervantes.

Es con todo conocimiento de causa que se mueve a reinventar elQuijote para nuestro tiempo. A responder para ello a estas trespreguntas: iCual es la herencia del Quijote? iC6mo se puede legi-timar una lectura "que pretenda hallar que hay en el Quijote queconcierna a nuestro presente?" (16) En fin, ^cuales son los alcancesde la novela como genero? Las respuestas se encuentran disemi-nadas en los dos volumenes. Sin embargo, para la primera hayuna respuesta concisa, repetida por lo menos dos veces, la una co-mo epigrafe del articulo "Carlos Fuentes lector del Quijote-Cervantes o la critica de la lectura", de Rinc6n (287), y la otra enel cuerpo del estudio "La invencion de la levedad -Milan Kunderaprologuista y lector del Quijote" de Isabel Exner (357). Kunderaescribe a proposito de la novela de Cervantes: "Esta ostensibledespreocupacion por la plausibilidad es la inmensa diferencia quealeja Don Quijote de la novela del siglo XIX -de un Balzac, un Di-ckens, 0 un Flaubert- para acercar el libro a un Garcia Marquez,un Rushdie, un Fuentes, o un Grass." La segunda pregunta estdcontestada a todo lo largo de Lectores del Quijote. Es la base delproyecto que pone en escena: "Esa nueva lectura del Quijote" quese intenta legitimar como aquella que busca encontrar los que hoynos puede concernir en esa novela, "s61o puede justificarse a partirde una reflexion critica sobre nuestra propia localizacion, sobre ellugar en donde estamos situados, es decir, del examen critico quepregunta cudles son las experiencias y tradiciones que condiciona-ron en el pasado las concepciones acerca del Quijote" (16). A lo quese agrega este otro conocimiento, alcanzado en el siglo pasado: "Laimpresion, la distribuci6n en el mercado, la lectura, la critica sonelementos que no pueden separarse de una obra" (16). En cuanto ala tercera pregunta, absolverla es tarea conjunta de muchos de losestudios, en particular los de Hans Jorg Neuschafer ("Sobre el me-

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todo de Erich Auerbach"), Timo Berger ("Vladimir Nabokov, autordel Quijote"), Rincon y de Mojica sobre Fuentes y Borges, lo mismoque del prologo y el epilogo "Lecturas y lectores del QMyo-te"/"Lectores y lecturas del Quijote". Unida a la cuestion de cual esla herencia legitima de la novela de Cervantes, aparece mas enparticular en el parangon entre las posiciones de Kundera y deHarold Bloom (351-360), que hay en el articulo de Exner ya antesmencionado^.

Para las y los especialistas en culturas latinoamericanas, ade-mds del hecho de tratarse de un proyecto internacional desarroUa-do desde America Latina y patrocinado por instituciones latinoa-mericanas (Ministerio de Cultura de Colombia, Pontifica Univer-sidad Javeriana de Bogota, Instituto de Estudios Sociales y Cultu-rales Pensar), Autores del Quijote y Lectores del Quijote presentaotros motivos significativos de interes critico. En este punto deboinvocar mi propia experiencia docente, pues en el Semestre de ve-rano de 2005 dicte en la Universidad de Leipzig un Hauptseminarcomparatista precisamente sobre el tema de los lectores del Quijo-te. Puedo testimoniar por eso que el volumen Lectores del Quijoteno s61o llena exigencias estrictas en cuanto a los "lectores" trata-dos extensamente (Auerbach, Azana, Azorin, Bloom, Borges, Cas-tro, Dostoievski, Foucault, Fuentes, Kundera, Lukacs, Maravall,Nabokov, Ortega, Sklovski, Unamuno), sino que sabe situar, des-tacar las lecturas latinoamericanas del Quijote practicadas porJorge Luis Borges y Fuentes, entre las mds relevantes y significa-tivas realizadas desde la ultima parte del siglo XIX hasta la ac-tualidad. En estas dos lecturas las respectivas obras ficcionales("Pierre Menard, autor del Quijote"/ Terra nostra) se entremezclane intersecan con la obra critica, historica y teorico-literaria, e in-clusive, en el caso de Borges, las silencia para dar paso al final desu vida a los despliegues del yo lirico.

"Cinco notas sobre Borges y Cervantes" de Sarah de Mojica(185-219) se presenta en tres registros como un suplemento sub-versor que metamorfosea y cambia el objeto considerado. Primero,al nivel del puesto que tiene hoy Borges y dentro del cervantismo,situandolo en "la encrucijada de propuestas de lecturas" contem-poraneas, es decir, despues de las realizadas por los miembros del"Club de Amigos de Cide Hamete Benengeli" (como Leo Spitzer,Helmut Hatzfeld, Harry Levin), encantados con la "autorreferen-cialidad moderna" que veian en el Quijote (382) y "en el umbral delcambio de paradigmas teoricos que posibilitan las lecturas poste-riores" (32). Situdndose en ese "puesto privilegiado", la revision dela lectura borgeana del Quijote procede a realizarse, en segundonivel, como revision tanto de las fuentes primarias, es decir, del

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conjunto de los textos cervantinos de Borges (ensayos, ficcion, no-tas, prologos, discursos academicos, poemas) como de los anterio-res examenes de ese corpus, hechos por Julio Rodriguez-Luis(1988), Leila Madrid (1988) y Ruth Fine (2002). El tercer nivel esel que permite a la autora ir mas alia de las "cuestiones propiasdel entorno politico argentino" de Borges, en especial el de los anos1970 hasta su muerte hace ya 20 anos, incluido el trabajo de dueloinconcluso que llega hasta El ultimo lector (2005) de Ricardo Pi-glia, y a la vez entroncar con los resultados mas recientes de lasbusquedas internacionales. En este punto de Mojica destaca losresultados de los trabajos de Edwin Williamson (su conferenciainaugural de 2005 "Jorge Luis Borges, lector del Quijote", la bio-grafia literaria de 2004 Borges. A Life), y la linea-pos (Foucault,Derrida, Deleuze, Barth, Fokkema, Jauss, Rincon) ahora articula-da por Hans Ulrich Gumbrecht a proposito de Borges y el canon("About a Post-Metaphysical Reading of Borges and the Form ofThinking", 2004).

De Mojica sigue a Williamson para diferenciar tres etapas de"la evolucion del interes permanente de Borges por el Quijote y lasconcepciones que se hace de esta novela" (196). En la primera, enla etapa vanguardista y luego nacionalista de Borges, Cervantes esel "modelo de autor/heroe/dios". Hacia 1924 la ambicion de Borgeses hacer para Buenos Aires lo que habia conseguido en 1922 Joycecon Dublin: "fundar un omphalos" (200), el ombligo griego (anti-guo) del mundo, en un poema epico o en una novela capaces decrear, como Ulysses, una mitologia, de constituirse en el (moderno)clasico argentino para construir la nacion. Este proposito toma ha-cia 1930 los rasgos del proyecto de una narracion en prosa o unanovela, "lo que suscita una reflexion sobre la realidad". El ejemplode Cervantes pasa asi a ensenarle a Borges "lo decisivo: la 'magia'de contar un relato" (200). 1939 marca la fecha clave de la segundaetapa, cuando Borges tiene que abandonar por irrealizable para elel proyecto de novela que no ha conseguido escribir —Norah Langelo rechaza definitivamente despues de una relacion de diez anos-,debe reescribir la novela de su padre y emplearse en la bibliotecaMiguel Cane. "Pierre Menard, autor del Quijote", "nota necrologicacon fecha, indicacion de lugar, pero sin firma" (216) senala enton-ces el cambio hacia "una concepcion mas modesta del autor comolector" (196)^. A la primera etapa corresponden ensayos como "Elarte narrativo y la magia" y "La postulacion de la realidad". A lasegunda, intentos de interpretacion totalizadota del Quijote, cen-trados en la distincion de Edwin Muir (1923) entre "novels of cha-racter" y "novels of action", para acabar haciendo del Quijote "laprimera novela psicologica" y establecer la calidad de "la voz deCervantes" en su novela. Pero ya entonces "la estetica de Borgesen terminos de metaficcion tendra que ver (...) con su relacion conCervantes" (187). En la tercera etapa, ya completamente ciego.

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Borges "deriva hacia una concepcion casi mistica de su escritura"(197). Es la fase del retorno a la poesia y de la concepcion del au-tor/sonador, y aqui de Mojica enfoca sobre todo el poema "Espana"de El otro, el mismo (1964).

De Mojica insiste en demostrar que no solo en la segunda etapaBorges "sigue absorbido por aquellas lecturas del Quijote de Azoriny Unamuno que fueron dominantes en su primera juventud" (204).Subraya que a lo largo de su vida mantuvo "un acervo de posicio-nes romanticas tradicionales" que, a pesar de haber escrito "PierreMenard, autor del Quijote", o precisamente por eso, se expresan,por ejemplo, en la identificacion Don Quijote-Cervantes. Sin em-bargo, en "Magias parciales del Quijote" Borges enfoca, "en parte","el planteamiento de la ficcion consciente de si misma" (208). Se-giin la autora "vemos en el desarrollo de su argumento un asomo alas cuestiones de diseminacion, autorrefiexividad y metaficcidn (...)un atisbo que Borges no resuelva en concepto (...)" (212). Borges noconseguiria "proponer un concepto de metaficcion" en sentido criti-co "porque ha preferido sostener la tesis equivocada a nuestro mo-do de ver, cuando afirma que el 'plan' de la novela 'le vedaba lomaravilloso' a Cervantes, Autor-Dios" (213). Lleva asi a conclusionuna tesis de Julio Rodriguez-Luis, a quien de Mojica cita: la prefe-rencia de Borges "por la Segunda parte sobre la Primera parte delQuijote como aquella donde 'lo magico' halla mas campo donde de-sarroUarse se basa, sin embargo, en una confusion, pues lo queBorges llama 'fantastico' en el Quijote de 1615 no es producto delamor de Cervantes por lo sobrenatural y por la aventura, sino deun interes, autorrefiexivo, metaliterario, en la escritura de ficcion".(214). La conclusion propiamente tal del ensayo sobre las relacio-nes Cervantes-Borges la fija asi la autora: "Lo digno de resaltar ycelebrar es que de las ruinas de esas equivocaciones (de Borges)surge, sin embargo, uno de los dialogos mas cargados de nuevossentidos sobre el arte de contar historias, un arte que Borges con-sidera se ha de aprender en el Quijote" (213).

"Carlos Fuentes lector del Quijote -Cervantes o la critica de lalectura" de Carlos Rincon (257-296) se distingue de acercamientosanteriores a la relacion entre el ensayo Cervantes o la critica de lalectura y Terra nostra como lecturas del Quijote, realizados porJavier Herrero (1979), Djelal Kadir (1981), Lanin A. Gyurko(1982), Bernard Fou (1987) o Stephan Leopold (2003), por adoptarcomo perspectiva "un procedimiento genealogico", dado el "marca-do caracter anticipatorio" (258) que constata en esos textos deFuentes. Son resultado de un periodo de extraordinaria creativi-dad y grandes consecuencias. Rincon sitiia esos textos dentro deuna etapa del trabajo de Fuentes en que "llego a convertirse, den-

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tro del marco de la constitucion de una sociedad civil internacio-nal, en principal protagonista latinoamericano del dialogo culturalcon los Estados Unidos, los paises de Europa Occidental, y gruposintelectuales emergentes de algunos de los paises socialistas"(260). Le permitio llegar asi a la situacion descrita por EdwardSaid en 1993: los movimientos pos y el debate sobre posmoderni-dad y modernidad, dieron lugar a movimientos "que se cruzan enun fascinante espacio cosmopolita, animado por escritores de re-nombre internacional como Salman Rushdie, Carlos Fuentes, Ga-briel Garcia Marquez, Milan Kundera, quienes intervienen de ma-nera decisiva en esta refiexion no solo como novelistas sino comoarticulistas y ensayistas" (260-261).

El punto de partida de Fuentes en su innovativa recep-cion/lectura del Quijote lo ve Rincon en la pregunta: ^en donde re-side la fuente de autoridad para narrar en que se basa la ficcidn enel Quijote?* La aproximacion teorico-metodologica genealogica "aldistanciar el panorama cultural del presente, distinguir los cami-nos por los que ha llegado a ser e interrogarlo en sus condicionescontingentes", resulta para el la pertinente para "el analisis y pro-blematizacion" de los textos cervantinos del escritor mexicano.Pues permite "tanto determinar sus precondiciones de manera ma-tizada como calibrar con precision el caracter innovador de la lec-tura del Quijote que hizo Fuentes", con inclusion de "cuestionesdecisivas de autoridad y legitimacion literaria y cultural" (261). Almismo tiempo, entre "las precondiciones generales de la lecturadel Quijote que realizo Fuentes con Terra nostra y Cervantes o lacritica de la lectura", Rincon destaca en Fuentes su "muy tempra-no interes" por el corpus de los discursos pos -al que se asimilan yen el que se incluyen sus propios textos—, con "el cambio de hori-zonte, problematicas e instrumentarium intelectual precipitadocon ese corpus" (265).

Como paso preliminar en su estudio Rincon examina la "muta-cion de la ficcion historica", en su paso de la novela historica mo-derna, con Absalom, Absalom! (1936) de William Faulkner como"prototipo" o las posibilidades modernas de "historia alternativa"(Virginia Woolf, J.R.R. Tolkien), a la "representaci6n metaficcionaldel pasado" de novelistas posmodernos (John Barth, Thomas Pyn-chon). Es "en la estela de esas metaficciones, dandole centralidad aDon Quijote y a Cervantes (...) como Terra nostra alcanza valor pa-radigmatico" (269). O dicho en terminos de Brian McHale, citadopor Rincon, que Terra nostra es "junto con Gravity's Rainbow(1973) de Pynchon, uno de los textos paradigmaticos de la escritu-ra posmoderna, literalmente una antologia de temas y recursosposmodernos" (258-259). A esto Rincon agrega dos elementos cla-ves: la atencion que Fuentes concede desde los 1970 al "ascenso delparadigma de la memoria hasta llegar a hacer de el, (...) tema re-estructurador de la investigacion historico-cultural" (269), lo mis-

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mo que a "la investigacion de las estructuras narrativas que soncomunes a la ficcion y a la historiografia" (270).

La imagen del iceberg, con su cima visible y las tres cuartaspartes de su volumen por debajo de la superficie, la sirve a Rinconpara estructurar el resto de su estudio. A la parte invisible del ice-berg pertenecen en las posiciones de Fuentes tres elementos. Elprimero que se destaca es, obviamente, sus relaciones con el deba-te teorico sobre la cuestion de la lectura, desarroUado cuando seconsiguio desvanecer, bajo los efectos de la historizacion y la des-construccion, "el intento de fundamentar en la 'literalidad' una no-cion metahistorica y transcultural de la literatura" (271). Rinconhace una revision general de las principales posiciones planteadasen el (Roland Barthes, Reader Response Criticism, Wolfgang Iser,Umberto Eco y sus tesis de 1979 sobre "il lettore modello"), comopaso previo a un seiialamiento. Para formular el enunciado "Cer-vantes 0 la critica de la lectura" no bastaba "con desplazar el focodel acto critico poniendolo en el lector" (273). Era necesaria tam-bien la "familiaridad" de Fuentes con la "investigacion historico-literaria y filologica" sobre el Quijote, posterior a Les mots e leschoses (1966) y al 350 aniversario de la muerte de Cervantes, apartir de experiencias y posiciones muy especificamente latinoa-mericanas. Esos dos temas forman parte tambien de la parte invi-sible del iceberg.

Entre las "circunstancias latinoamericanas de los anos cuaren-ta" que le permiten escapar a Fuentes de la repeticion de las rela-ciones tradicionales consagradas en Espana -"monumentalizacion,thesaurizacion erudita cervantista, espejamiento o iconoclastia condon Quijote y Cervantes" (274)-, Rincon destaca, por un lado, lapresencia en Mexico de los transterrados espanoles, uno de aque-llos grandes hechos politicos que lleva a la superacion de los trau-mas mexicanos respecto a Espafia. Manuel Azaiia, Americo Cas-tro, Marcel Bataillon se leen en America Latina y no en Espaiia enlos 1940 y 50. Por otro, "dos experiencias literarias concomitantesabsolutamente exclusivas" que le permiten a Fuentes "especificarsu experiencia del tiempo 'historico' y de la literatura" (274). A di-ferencia de los escritores reunidos en torno a revistas como Orige-nes y Mito, y de los propios escritores argentinos, hay en Fuentesuna recepcion tempranisima de "Pierre Menard, autor del Quijo-te". La otra es el conocimiento de DQ de Ruben Dario, que circulodesde los cuarenta en copias de mimeografo antes de ser reeditado,donde aquel "adopta la reaccion tipica del intelectual poscolonial"(275) frente a Espafia vencida por los Estados Unidos.

El tercer elemento de la parte oculta del iceberg es el conoci-miento detallado por parte de Fuentes del estado de las artes enlos estudios cervantinos y sobre el Quijote, entonces tambien enmutacion. Al replanteamiento de la pregunta por las relaciones en-tre "la vida y los libros, la vida y la literatura en Don Quijote"

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(276), lo que posibilitd explicar "la identificacidn ironica de la no-vela como 'historia'", y a la inclusidn parodica "dentro de una com-pleja red de instancias autoriales superpuestas, del historiadorarabigo Cide Hamete Benengeli" (276), se uni6 la distincion es-tructural entre episodios, aventuras y novelas y entre conversacio-nes, debates y dialogos en el Quijote. Fuentes supo conceder tam-bien toda beligerancia teorica (y ficcional) a los conceptos de car-navalizacidn y polionomasia (Mijail Bajtin, Julia Kristeva), y a lacuestion de la representacidn como problema estetico y politico,planteado con su reflexion sobre el Quijote por Michel Foucault.

La punta del iceberg abarca bases, motivos, metodos y objetivosque animan el proyecto cartografico de Cervantes o la critica de lalectura, involucrados en el punto de partida que adopta Fuentes.Refiriendose a las dos caras de la problematica, Rincon la resumeasi: "la imposibilidad de Alonso Quijano de abrir con su lectura elespacio de lo ficticio" y "la apropiacion por parte de Alonso Quijanodel mundo de los libros de la 6poca, de acuerdo con un modelo tlni-co de lectura (...) que excluye la diferencia entre los campos de sig-nificados y sentidos, con reglas propias para cada uno de ellos, ypor lo tanto de la diferencia entre la historia y la poesia" (280-281).El trazo propiamente dicho del mapa de las lecturas que distingueen la novela de Cervantes, producto de la notoria "capacidad criti-ca" de Fuentes, se apoya en "la metdfora de los niveles", tomada dela descripcidn lingiiistica y del andlisis estructural de los relatos.Al nivel de ser dueno de "las lecturas previas que le secaron el se-so" y de ser "dueiio de las palabras del libro", el encerramientounilateral de don Quijote "en el imaginario de los libros de caballe-ria, asimilado al mundo cotidiano" (283), es el soporte de la "localectura" de los libros y del libro del mundo que realiza. "Partici-pante del mundo de los libros impresos, practicante de la lecturasolitaria", Alonso Quijano los equipara:

con el 'como si' ficcional de la ilusidn teatral o en la representacion na-rrativa, algo debe ser tomado no por lo que designa sino como si fuera loque designa (...) la discrepancia entre la imposibilidad de don Quijotepara reconocer la representacidn ficticia y acatar la ilusi6n teatral, ynuestra propia capacidad como lectores para realizar el 'como si' ficcio-nal, da lugar para Fuentes a un nuevo nivel de lectura" (283).

Esos tres primeros niveles que distingue Fuentes remiten "a lacapacidad de la novela y de lo ficticio de poner en cuestion las pre-tensiones de validez de una verdad linica y absoluta, y a la estabi-lizacion de una subjetividad moderna capaz de realizar en la lectu-ra de impresos la diferencia discursiva entre historia y ficcion(283). A la "autorrefiexidn de Don Quijote" y "la metaficcion comoparadoja: el juego de la ficcion sobre la ficcion en una ficcion que sepresenta como historia", remiten los otros niveles de lectura queFuentes establece. Lo que Rincon llama "el autodevelamiento de la