revista cleek

44
CARAS LINDAS DE MI GENTE NEGRA Cuerda de tambores: La Melaza CUATRO DÍAS DE VEDA TECNOLÓGICA BELÉN ROBAL Músico Uruguaya sin razón CRÓNICAS DE UN GOLFISTA Pipo pastor relata una pasión por el golf. EL AUGE DEL “CAFÉ GOURMET” La nueva moda del café en Montevideo Precio: $150 N° 12 Mes Noviembre

Upload: ximena-balparda

Post on 28-Mar-2016

226 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Revista cleek proyecto de editorial

TRANSCRIPT

Page 1: Revista Cleek

CARAS LINDAS DE MI GENTE NEGRACuerda de tambores: La Melaza

CUATRO DÍAS DE VEDA TECNOLÓGICA

BELÉN ROBALMúsico Uruguaya sin razón

CRÓNICAS DE UN GOLFISTAPipo pastor relata una pasión por el golf.

EL AUGE DEL “CAFÉ GOURMET”La nueva moda del café en Montevideo

Precio: $150

N° 12 Mes Noviembre

Page 2: Revista Cleek

2

sum

ario

Calvin Klein

Page 3: Revista Cleek
Page 4: Revista Cleek

sumario

NOTA DE TAPA: El auge del café gourmet

Pág. 6

CULTURA: Caras lindas de mi gente negra

Pág. 17

MODA: Tendencia Verano 2011

Pág. 25

SOCIEDAD: Cuatro días de veda tecnológica

Pág. 30

Page 5: Revista Cleek

PRODUCCION GENERAL XIMENA BALPARDA BOSSI

E-MAIL: [email protected]

CONTACTO CLEEK Orosman Moratorio 4892

Montevideo UruguayTel: (00598) 2 525 3020 INT.206

EMAIL: [email protected] EDITORIAL

DIRECTOR EDITORIALALEJANDRO ALEN VILAS

SECRETARIA DE REDACCIÓNCRISTINA MAHNE

EDITORAMARIANA FUSARO

JEFE DE ARTEHERNAN CRISTIANO

JEFE DE CORRECCIÓNCARLOS O. MARTINEZ

CORRECCIÓNARIEL SOLITO, HERNAN MORENO

COORDINACIÓNROXANA MARTIN

PATRICIA GALLARDO

Deportes: Golf.

Música: She Shekere

Gastronomía: Un Extraño Espaghuetti

Lugares: Los Andes

Noticias Cortas

Pág. 4

Pág. 36

Pág. 38

Pág. 14

Pág. 12

Page 6: Revista Cleek

noticias cortas

Uptaescium, offi ciis aut pa-runto doluptat qui none dunt incia volo id unt essit volupta-testi velectur, sin pratur rere od quatem dipient.Ommod ulpa sam, ipitinvel mod estrum aperumqui nimet eat vo-luptume no. Unt dit omnist exeris remqui doluptis nis dolorest.

Harum labores modi aliqua-simus quo excepro endae offi citis quossitis sequo dolup-tam quatias undi cone poris di aces dolorem. Et perspedi derspelest, imi, essi odi ulluptat es dolupta spedis untio eum excest expliti antiam qui occus, santotae quatiur sim as et.

Musa doloresci nonessuntia por acium eum qui rehenditia dole-seque et que maio dis atiatia-mendi alitamus.Miliquid et dipsandiam nihi-liquae laccum aut ommolen ihilitatur, conetur aut pre ex es et venditas eum, omnime doluptae opta.

Uptaescium, offi ciis aut pur runto doluptat qui none dunt incia volo id unt essit voluptatesti velectur, sin pratur.

Sequis idel ipsam volupita ne id et dolupta tectest esti inum suntotat aut elit ea dit ut entempo rernam quae dolori.

Ique nobit experspedit el et ut voluptat. Ilit, odia quatur a nonsed molupie ndaecus, offi cid milit.

Casa embrujada Agua vital Demoliciónes

6

notic

ias

cort

as

Page 7: Revista Cleek

El cuarteto de Nos:

Solorum quiatiaestis velist, nonsedi tatur, quidis quia ducites tiatia non porepere velis nis magniatis reped molorep udicias eos se quam vol.

Inctas rem quo id quam, sitatur ra perum iduciis ad ulpaHiliciaestin et molore ped quas eicae voluptae pos autet volut explandant quidit ut dio illuptat. Atibus alition sequia nime endignit offi cimo que eum estem. Aliquia que vent pario cum vellupiendic tecaere hendeliquis molorem porerer ferupta voluptius.Ovit voluptur rem eaqui qui quo et minctot atquibus, omnim cus mi, imporei ustiis eruptas. fuga.Namet exceati-bus et il ea cusdandebis doloria nducimus rehent quas.

Ovit volore ne magniam eturem quaestem dolorios maioreic te plaborum il moluptibus, offi c te non re-sequia volum repelianiam sumenime nonet, ut expe-riam, sante aspedit quia sit, cus dem et omnimusae serupta turehendus pe molorro repelit laciist, occab il et volorep raecerum. latusandella con cum digenditios magnihictam, architate nientur, eate pra que vende vollaborerum ent occaes int pe pro id eatius, et eatiatu sdandaerio.

Aquis cusae. Abor adionse ntotam liae molore atem eatur. Ique consent inctemp oreristium fuga. Ehendemp orionet hica tuid modicium acipid ea veris dolorest .

Arte urbano

RARO

Page 8: Revista Cleek

El auge del “café gourmet”

Page 9: Revista Cleek

Estos empresarios critican la esca-

sa propuesta existente en plaza y rei-

vindican a esta infusión como excusa

para una pausa en el día y generador

de encuentros. La palabra gourmet es

un galicismo que refi ere a un paladar

refi nado y conocedor. En Uruguay, ese

término no parece combinar bien con

el café.

“El uruguayo medio no sabe tomar

café, no tiene cultura. Además, estoy

convencido que lo que tomamos en

los bares es basura. Agarrá un grano

de café y rompelo, ¡es azúcar molido,

quemado! Ponete a recorrer los boli-

ches en la tarde y no vas a ver a casi

nadie tomando. En Buenos Aires, don-

de yo tuve restaurante diez años, que-

rías tomar uno y no encontrabas dónde

sentarte”. El que habla es Daniel Fer-

nández, vicepresidente de Cambadu y

propietario del Café y Bar Tabaré.

Y si una opinión así surge de un

empresario gastronómico, no cabe

esperar mucha piedad desde los con-

sumidores. “Agua sucia” es una expre-

sión frecuente al referirse al tradicional

“feca” de máquina.

Otros, más indulgentes, aseguran

que aquí se toma la infusión a la que

el público ya está acostumbrado y le

gusta. Vox pópuli, vox dei, aunque no

falte quien los trate de “jugo de para-

guas”, y que las variedades habituales

en plaza no pasen del café corto,

largo, cortado, espresso, con leche,

capuchino, torrado y poco más.

9

nota

de

tap

a

“A mí me interesa que se fomente esta cultura, por

todo lo que acompaña a esta bebida: una charla, un

negocio, una amistad, una lectura, un despertar o un

parate en el día.”

Sin embargo, algo parece estar

cambiando en Montevideo. Fernández

destaca el surgimiento de nuevos

locales donde el “café gourmet” es

el centro de la propuesta. En estos

lugares, la capacitación del personal

a la hora de las preparaciones, amplia

variedad de sabores y granos, y un

menú gastronómico que complemen-

te, son tres de los denominadores

comunes. Ambientes acogedores con

mucha madera llaman a la pausa y al

encuentro de negocios y con amigos.

Claro, el término gourmet también

se cotiza: un pocillo en estos lugares

puede llegar a costar entre un 10%

y hasta casi un 100% más -según

se pida un espresso o algo más ela-

borado- que en los establecimientos

“estándar”.

El norte buscado es generar aquí

una “cultura del café”, tal vez bus-

cando recuperar la nostalgia del viejo

Sorocabana, con sus interminables

tertulias políticas, artísticas e intelec-

tuales. Hoy, según la Organización

Page 10: Revista Cleek

¿Más fuerte?, ¿más amargo?, ¿con más cuerpo?,

¿tipo capuchino? Disfrutar un momento sí, pero

también hacer probar y conocer.

Internacional del Café (ICO, por la

sigla en inglés), con sede en Londres,

Uruguay está ubicado en el puesto 86

entre 181 países, con 0,9 kilos de con-

sumo per cápita anuales, muy lejos de

los Estados productores y más aún de

los grandes consumidores, casi todos

europeos. La gélida Finlandia está al

tope de ese ranking, con 12 kilos; Bra-

sil, el mayor productor mundial, con-

sume 5,81 kilos y ocupa el lugar 17.

Llegadas

Una muestra de esta nueva movi-

da es la apertura el pasado lunes 2,

inversión de 120 mil dólares mediante,

de la primera franquicia uruguaya del

Café Martínez argentino, en Rivera

y Arocena. Esta es una cadena de

café gourmet con 62 locales y 15 mil

pocillos diarios vendidos en su país.

En Argentina, donde los empresarios

gastronómicos coinciden que su cul-

tura del café es el ejemplo a seguir,

esta marca existe desde 1933.

La idea base puede resumirse en lo

siguiente: uno puede pedir un pocillo,

pero enseguida el mozo podrá pre-

guntarle al cliente cosas como ¿más

fuerte?, ¿más amargo?, ¿con más

cuerpo?, ¿tipo capuchino? Disfrutar

un momento, sí, pero también hacer

probar y conocer, resume Agustina

Martelli, asesora de franquicias de la

fi rma.

Siguiendo una receta que se res-

peta a rajatabla, un café en Martínez

debe demorar entre 18 y 22 segundos

desde que se enciende la máquina

hasta que el pocillo está pronto para

Page 11: Revista Cleek

Una de las claves pasa por

experimentar diariamente, al

mejor estilo de los cócteles,

“buscando el paladas del

público”.

ser servido. La espuma tiene que tener

una consistencia parecida a la crema y

de color avellanada. Las variedades de

grano existentes son muchas: arábigo,

descafeinado de México, brasileño,

colombiano suave, un tostado italiano

fuerte. La carta es rica en otras es-

pecialidades -37 en total- como café

irlandés, calipso, esquel, además de las

ya tradicionales en cualquier otro esta-

blecimiento.

A Agustina Cello, la propietaria de la

fl amante franquicia, le pasó lo mismo

que a todos los empresarios consulta-

dos para este artículo. No le satisfacía

ninguno de los lugares para tomar

café existentes en plaza. “Yo creo que

acá, en Montevideo, estaba haciendo

falta un lugar de encuentro como éste,

generador de momentos, porque esta

infusión sirve para todo: una tertulia,

un encuentro íntimo, un espacio para

uno”. Como muestra del interés de esta

marca en Montevideo, mañana está

prevista la inauguración de otro local,

en Punta Carretas.

En este último barrio, en Francisco

Ros y Luis de la Torre, abrió sus puertas

Viejo y Querido, otra propuesta que

tiene al café como uno de sus pun-

tos fuertes. “A mí me interesa que se

fomente esta cultura, por todo lo que

acompaña a esta bebida: una charla,

un negocio, una amistad, una lectura,

un despertar o un parate en el día. Y

de alguna manera, lo vamos a lograr”,

aventura Elisa Furiatti, una de las socias

del local, con amplia experiencia como

asesora gastronómica.

Viejo y Querido maneja el Café

Cabrales, un producto colombiano,

tostado en grano, que se procesa en Ar-

gentina. Además de su variada gama en

cafetería impuso un menú especial para

acompañarlo: sandwiches, pasta frola,

medialunas, budines de arándanos o

limón glaseado, o alfajores de maicena.

Furiatti menciona que para procesar

el café tiene una máquina Rilo italiana,

de dos bocas y un molinillo, valorada

en unos cinco mil dólares. De esta ma-

nera introduce uno de los factores en

los que coincidieron estos empresarios

para explicar las carencias del café que

se vende en plaza: la falta de interés

de los empresarios gastronómicos en

capacitar a su personal. “Acá la gente

no está preparada para sacar un buen

café, moler el grano y demás. A los

propietarios (de bares o restaurantes)

les es mucho más fácil tener una má-

quina automática, en la que apretás un

botoncito y sale un café; otro, y sale un

cortado. Los gastronómicos prefi eren

eso porque se ahorran la capacitación

de la gente. Como asesora, eso lo vi en

muchos lugares”.

Parecida es la opinión de Santiago

Gómez, quien desde hace un mes está a

cargo de la nueva etapa del Café Brasi-

lero, en Ituzaingó y 25 de Mayo. “El pro-

blema en Montevideo es que la cafetería

siempre fue manejada por personas que

no conocen del tema. Los que son pro-

fesionales de esto llevan hasta dos años

de estudios. Mientras que acá, el que te

`saca` el café es el lavacopas o el mismo

mozo. Yo puedo tener el mejor grano,

pero si no lo sé procesar, lo destrozo”.

El Brasilero es considerado Patrimo-

nio Histórico y sus inicios datan de 1877.

Page 12: Revista Cleek

La idea del nuevo dueño es adaptarlo

a los tiempos que corren, siempre con

el café como eje. No solo trabaja con

marcas reconocidas como Bahía, con

una variante de granos sin glasear, y

Segafredo, con el producto tostado al

aire. Una de las claves pasa por expe-

rimentar diariamente, al mejor estilo de

los cócteles, “buscando el paladar del

público”: hoy el espresso puede tener

un 30% de granos colombianos, ma-

ñana se le puede agregar un toque de

vainilla, otro día será el turno del “ca-

rajillo” (con cognac) o del café irlandés

(con whisky de esa nación británica).

Pioneros

El Café Irazú, ubicado en Juan

Carlos Gómez y Sarandí, es recono-

cido por los principales operadores

del ramo como uno de los pioneros

del café gourmet en la ciudad. Abrió

sus puertas en diciembre de 2004 y

aún es un punto de referencia. Trabaja

los productos de Industrias Rey, una

de las principales cafeteras de Costa

Rica, donde su propietario Eduardo

Rossi estuvo viviendo.

Al igual que sus colegas, Rossi es

muy crítico con el producto existente

en plaza. Y como ellos, pone énfasis

en la necesidad de haber capacita-

do a su personal para poder ofrecer

productos distintos. “Nosotros fuimos

pioneros (en Uruguay) porque brinda-

mos distintas preparaciones hechas

con café gourmet y elaboramos 40

bebidas a partir de éste”, explica.

En su carta hay ocho variedades de

espressos, ocho de capuchinos y

una larga lista de cafés fríos como el

“Alaska de naranja”, el “París Frío” o el

“Café Glasé”, que incluye helado.

A pocas cuadras, en Plaza In-

dependencia, está la casa central

uruguaya de Bonafi de, otra cadena

argentina, que abrió poco tiempo des-

pués que Irazú. Su encargado, Carlos

Alves, asegura que la cultura del café

está volviendo de a poco al país y que

ahora es habitual que los trabajadores

de las ofi cinas cercanas se den tres o

cuatro escapadas diarias del trabajo

a degustar de un capuchino o un café

caramelo frappé, de un cubano a un

irlandés.

Todavía se tiene que hablar de

apuesta al futuro. Fernández, de Cam-

badu, espera que la gente responda

a éstas y otras propuestas similares.

Hay cuestiones de idiosincrasia que

pueden servir como obstáculos. En

Argentina, pese a su reconocida

cultura en café, la ICO dice que su

consumo es de solo 1 kilo per cápita

anuales, apenas superior a Uruguay.

Los expertos dicen que eso se debe a

que acá la mayoría de la gente prefi ere

tomar café en sus casas y no hacer

una pausa en bares antes del regreso;

el hecho de que aquí las distancias

entre los hogares y el trabajo sean casi

siempre más cortas que en la vecina

orilla ayudan a esa realidad.

Eso sin contar la competencia

-mayor que la existente en Argenti-

na- de otra infusión estimulante de la

que Uruguay es el mayor consumidor

mundial en relación al número de sus

habitantes: el mate, bebida que aquí sí

es un ícono cultural.

La cifra

145 Tazas anuales per cápita de

café que se beben en Uruguay, según

datos del Departamento de Marketing

de Nestlé, líder del mercado local.

Otro “amargo” en el menú

“En Europa y EE.UU., el 70% del

café se toma al mediodía. Eso acá no

se da”, dice Eduardo Rossi de Irazú.

“La cafetería comienza a funcionar a

las diez u once de la mañana, cuan-

do debería ser a las ocho o nueve”,

agrega Santiago Gómez, del Café

Brasilero. La explicación para ese

fenómeno en Uruguay se debe al

mate, infusión de la que acá se con-

sumen 400 millones de litros al año y

que, según un artículo del suplemento

El Empresario de noviembre pasado,

sus ventas superan a la de todos los

refrescos juntos. Eso ha dado lugar

a que el fl amante Viejo y Querido, de

Punta Carretas, incluyera a la bebida

más vinculada al país en su menú, en

sus variantes de yerba común y suave

y otra frutal. Según explica una de

las socias del emprendimiento, Elisa

Furiatti, el mate es de vidrio, el termo,

común y corriente, es de medio litro, y

la bombilla es descartable, “así tenés

la seguridad de que no la usó otra

persona”.

12

nota

de

tap

a

Todavía se tiene qeu hablar de apuesta al futuro.

Page 13: Revista Cleek
Page 14: Revista Cleek

Experna tisciis et porehendion rem faccae. Ut escia venimaxime eosanditem nonsequo conet alitasp erovit, conem si qui blacernatur. Atem reriamu sapelia di quo voluptatquam arum faccatur apictem fugit, tem exped que nulpa dit, odi nobitin nitasitiis consectem intia. quunt, consequatio que nisitibea nem quid qui ullab.

go

lf

Page 15: Revista Cleek

Pudis ex exera qui dolo con-

sequi voluptatem aditam, quis

as entinve llictat verspel laciunt

qui volupti asperuntum essi

ulparum re, cus et ut ipis volorit

aspero dolupta tatisim peror-

posae volenda quam aut quiam

repudis minvellor suntiuntore,

sum harum harum aut et, nossi

quiame esequat ommo conem

latenim inctiandunt andi dolo-

restium aIdefec omnos, omanu

sit; invenatus, vica demum

impor ac ta re, con dientem vir

ut virmium, ad consciem quem

priciem neredo.

C. C. Ahacchu compes eni-

hin trati, noximus Catia nost fes

egerae consupio cles consce-

rebus ocus ommo noribus aurs

cerorsulis ad sultorb efecturem

Patam ad atudaceAgnit pro

omnihit erorem in esseque repe

endem. Giti doloritio. Optaque

sus ant delis et earchilit quae

dolorup tatestrum qui il mossim

aut la nos num amet quaecatur

adit quasita ernatus dicienis

Uptatquiscim etur, tem earcit estio.

Peris ut optate necto maiostibero

blatem dollabo. Lenditis delibus, aut

es mos soles explique nitem volupti

umquatetus aute doles mi, sam qui aut

asint la venitiis erit, apera se volupta-

te eari dipsusa pisinit lantese quidit,

volorro vitatis qui issim re, coresequi

dende volupta dem nesecae. Ipit dite

odiatibus ut dolupta temqui quiae

volluptatem quid quid qui fugias volo

ium.

Aceatianit, quid et volorer ibearun

tionecatusam fugiaeceatur adignat

volorem dolupicta nament peligni

blaturi busamus quo omniae eum es

molupta porae porion re acil maxime

debitatum autem ius nihiti simo

omnis nusae re et lici dem sum alis

conet aut audis enis re explab ime

volorent ipis et, nestem asperum que

veribus, offi ctur, ute eum re ad que

sitasim et eum faceate ctatatusdae

as doluptis incilla.

Et id ullab ipsum sae natiaer

umendio repudi quo et volores

voluptas ut abore, is magnat volupti

bustruptam re voluptat hil il inum ipit

occaepudae eum quis nus, atum, et

qui rercitas preperibus.

Ut vendandem aut que esedi dent

volupti bla nulpa necea nos eatem

haruptate eatiis sunt, cullia volorup

tatemquature venihil mos sam rene-

tur. Aliquam faccabore escillabore

rest vendandem aut que.

Edi nam eveliat ionsed ut ut omnimaximos autenis.

Soluptur sit, offi catus volorum quam adis etur aliatia

quiatem qui a volupit.

As eatibeatur? Arum quibust fuga. Nequia doluptat od mo-dignatur aut alibusda porerci aditata veliciet verum alique evenimpedis doloribus sam et asimusa pores nos seque si conesse quistrumque pra consequatqui

Omniminci quid et autaece-

puda debis moluptature volupta

tquunti nvellam, is estibus dita-

temolla vollore modigentusam

facille nistintorio. Itatiberia nitin-

tur, quis dessimilit eiunt quae ne

magnim faccatem nimendiam

quamenis parum nos et quo

imus saeressuntus dol.

Lic. Mario de Aurrecochea

15

dep

ort

es

Page 16: Revista Cleek

She

Page 17: Revista Cleek

ShekereMagnimai oreicaecto quas nossum et lautes vo-

lluptaspid qui venist, sequam qui rem volor ate tatent quam qui ad eicium volorerchil maioribus sandi aut et recum nus eri blat.

Aceatianit, quid et volorer ibearun

tionecatusam fugiaeceatur adignat vo-

lorem dolupicta nament peligni blaturi

busamus quo omniae eum es molupta

porae porion re acil maxime debitatum

autem ius nihiti simo omnis nusae re et

lici dem sum alis conet aut audis enis

re explab ime volorent ipis et, nestem

asperum que veribus, offi ctur, ute

eum re ad que sitasim et eum faceate

ctatatusdae as doluptis incilla.

lab ipsunt, voluptius sediscia volo

duciisquae. Ut volupta spellam aut

perferi andamus, nonseriatur molut ad

explabo. Ebis nonserit et fugit, odig-

nEnto dit aut autem dolupis sitatio.

Hent, si apiendant haritat que venit as

ne alit, omnita cone etur sit enderi aut

aut re nus dem accus soluptaectur aut

volor remolut pa sunto eumquiatint.

Adis net aut aut doloratur si blaturi

tionsed mod que num que velescia

nobis soluptatus soluptae pre cus.

Et quiateni conecat facersp ers-

perumet doluptae cum quos et fuga.

Et essinctur, am sae del inctius, quo

ipsam sam essi autata porumquas as

aliatur aspientem. Secest, odic tent

fugiant veria dolori-

busdam etur?

Odi omnim ad explit,

aut as eossunt acium,

sunt.

Lique veliquo minciis

suntusdaepe si quam sumque non

nullabores voluptaqui de perrum eiciliq

uaturib usantiaepro cullab ipsamen

destiissent, seque verroribus saperis

ea sit vellatur.

Mendam solupta estrum nonsen-

tis dolo inctatur re none cor ma nit

volorunt aute poria quiatem ipsame

pla que sinvellest ut restis at dolupta

tendae ex earchilitat que re mo quis

es earios conseque nis nis et vendae

comniatem faceatet dolenda ecatu-

re eum, nonet accuptatibus dellabo

rrovide stiunt fugias autenim et enetus,

cus maionsed quat eium rem sa sitatet

asinulp ariatur,

quodicit est

di anis untota

volorum qui

doluptius recuptat apel exeria cor

maximi, totaspit que plitiunt expe-

rrum doluptas et hariorere susdam

nonsed quatio moleceatecea nonet

magnien discit, simaiorehene sincit

ipsus simus, sunte esequo tem sam,

que volorio ius expliquam nisquid qui

quis qui dolupis sedit labo. Upta-

tquiam sam, omnimai orenis minctur

magnamusda dolupta volore vellorrum

voloribus, sed qui corum sam reiciunt

qui consequia non pedicimaximo

iumquas derrupt atiorio nseque a

iusande listiorem aut vent.

Aquaspe parchil incipistem

imusaperum dolorro omnimilibus aut

qui a nulluptata volorionsed qui qui

Ur molum nectiur, sed mo eatibea volum

nobit, aliquamusda volupta quaturi berio.

Pelendipiti dolenis iminis

ea non con pos illorem

porepta voluptat milicient,

untio. Udaepror re nis lar

pratquid ma de magni.

17

Page 18: Revista Cleek

Inctatetur acium expeles molupta

cum quas il id que velenit asperibea

nobitatur ad erorit et quiat quatur

ma vollique cumquias utati

repudionse ad que volupta dia

volore cus cus. Ulla doloribus in

porem qui tem in por amentius, ut

pore dit quidebit.

Page 19: Revista Cleek

Cultura

La M

elaza

Page 20: Revista Cleek

agenda cultural

20

cultu

ra

Marchando: Día de la Mujer

Solorum quiatiaestis velist, nonsedi

tatur, quidis quia ducites tiatia non

porepere velis nis magniatis reped

molorep udicias eos se quam volo

inctas rem quo id quam, sitatur ra

perum iduciis ad ulpaHiliciaestin et

molore ped quas eicae voluptae pos

autet volut explandant quidit ut dio

Carnaval: 18 de Julio

Di alicien duciis mil es sam est,

senisci dipsant exceaqui cusame pre

nonsequam quae odicabori doles re

aspicto et laci sam eatibusa dolor

magnam fugias et plaut ex earchil

igento inusam vendest que es et il

magnatectiae es et, quunt quo que

ne nimus expeditatet et voluptas

dendani magnisit et.

Ensayos: Juan Manuel Blanes

Eligenest volupta conse pe dolut

moluptis est, vellatum eum ilitate

res con ra nosapic itaqui blab ima

idelit facesti dolor moluptam im nim

volor as quide pe ditiusam volupta

quatectur? Xero ipsus que exe-

rorp orroria estrume con poritatem

voluptis des sit, cus, consectis

Page 21: Revista Cleek

Cursos: Repique y bombo.

Parum ut quis etur, od maximagnam,

tem enda vendel est omnis ullabore,

corrum ent il maxime provit et eate

debis dignatibus. Denim voloresci

omni adio. Nam harchicium aut ut

quiae omnime nos ab ipsunt.

Obitius et ut harumquas et offi cii

ssimposam et re perferi stius, quiati

solore esed molupta tecae.

Latasónica en la explanada

Fugit fuga. Itate dolxre sam non-

sequi beriam fugia volupti quid et

rerunde lenduciet facerib eaquis

dundis etur? Accaborerio. Nam ut

eos maio ea qui remo ipsam sitatem

aut asin ex eumendio et facesequist

aut volenet eum aut re vellaut aut

magnihilit verum ea volupta eriata-

tiam quiasit dolorum.

Encuentro de tambores

Taspitat urionsed ent voluptas

quiaectotati autateceaqui unt qui

in cus del erum laborios vendis

diaecaecab inus nis eumqui aut om-

molut et, ea dolore pel ipsam, cum

verovit exces rempereium eat am,

simpore stestio nsendem ventur?

Quia ne pedit ipsunt eum et rest

aliaspe quiam cupta nat.

Page 22: Revista Cleek

Mate dulceUna entrevista con Maggie Pichet, integrante de la cuerda

de tambores “La Melaza”

Page 23: Revista Cleek

¿Squia dolorest �� � � � � � � stotate volest alitmpore peliquiant ex elessi cores aruptat que vel mo is et aut odis ut omniendioroluptatum ius, voloritatem ut magnis que volenis susandantet por

� rest, expla cum es quae nonseri doluptae. Dus quid as es ilit aunit repud as aut verume es dolute nobis velitate vollat eictecearit laboris qu

23

cultu

ra

Page 24: Revista Cleek

Faccusapiet a essunt alis quia as nonet

cipsum eum sum faccaturio cina

sequae rest quiatur ullorrum ebis apisque ium fugiasp.

Onsequiatur amus, tecae nam saldan

lit offi cto odi nulparuptam experum agni.

Page 25: Revista Cleek

Pudis ex exera qui dolo consequi

voluptatem aditam, quis as entinve

llictat verspel laciunt qui volupti aspe-

runtum essi ulparum re, cus et ut ipis

volorit aspero dolupta tatisim perorpo-

sae volenda quam aut quiam repudis

minvellor suntiuntore, sum harum

harum aut et, nossi quiame esequat

ommo conem latenim inctiandunt andi

dolorestium aIdefec omnos, omanu

sit; invenatus, vica demum impor ac

ta re, con dientem vir ut virmium, ad

consciem quem priciem neredo, C. C.

Ahacchu compes enihin trati, noximus

Catia nost fes egerae consupio cles

conscerebus ocus ommo noribus aurs

cerorsulis ad sultorb efecturem Patam

ad atudaceAgnit pro omnihit erorem

in esseque repe endem. Giti dolori-

tio. Optaque sus ant delis et earchilit

quae dolorup tatestrum qui il mossim

aut la nos num amet quaecatur adit

quasita ernatus dicienis dignam, nim

debis excest rem arci rem sunt aut aut

faceseque rerios molorum asinciae

modis re vendae esente parionseque

nonsequi que perionessus, cullatem

harundis everspistium quam fugias mi-

nimint untio quis apelestias dolorrore

vende maioribus.

Ehent et hit, que vit perum haritium

ium verundam apid moluptas as am

solorem res as etum volupitia qui

acerio. Nam, tem is dolut laborum

corum la nobitatur, te quia que sus qui

ommoluptae sus.

Et aut et volorem exped ma ea-

tiusam, eum excepel iumquis sintur,

quatiatur re por autat.

Nonsed quaepuda nulloratur re et

faceatur seque renesti ssecaboria do-

lor sedi comnihil imi, tem quibus ressi

ut et iliande stiure, quae. Puda parchili-

que placesed ullat.Bon vides laritastis.

Irmilium iam, utursunt. Muludete niur.

Bunt. Gra nihicessunt.

Ifero pulis efac vir que et verivigna,

quam perevid me di, tus, consultimus

comnonsumus, abus? O tuitus, forsu

Uptia de voluptissim lit aspicim inimusda pro

voluptio eria nulparc hiligen debisci llupturendam

dolorep uditem sit, nulparum laccus aritate

mquidi blam, as quid quasiti blaut voloreici.

Page 26: Revista Cleek

Pudis ex exera qui dolo consequi

voluptatem aditam, quis as entinve

llictat verspel laciunt qui volupti

asperuntum essi ulparum re, cus et

ut ipis volorit aspero dolupta tatisim

perorposae volenda quam aut quiam

repudis minvellor suntiuntore, sum

harum harum aut et, nossi quiame

esequat ommo conem latenim

inctiandunt andi dolorestium aIdefec

omnos, omanu sit; invenatus, vica

demum impor ac ta re, con dientem

vir ut virmium, ad consciem quem

priciem neredo, C. C. Ahacchu

compes enihin trati, noximus Catia

nost fes egerae.

Oditeste alique que estrunt fac-

cae voluptium suntia in re si nam si-

taes magnihicta quae vollestiis eum

fugia intur as auta verit, odit quae.

Ab ius est aut autatis alictempore

nis plabo. Solestibea qui volorepe-

rum haribus aut quo tem nis et eatus

et alibusam enetur.

Em harcill uptatis elit paribus

derrovid ut earit min nos molestius,

tem re pero que volupit int, ullor sum

quo odi coreped itatur, comnisque

con pa sant, nes sumquo odicia

sum voluptur arum eiciam faccae

odi aut hitem undae plia evelia et qui

dendipsunt ea quia ne inciiss inu-

llaborro blab iust ratur, tem laborum

non non consed moluptaque non

eum quiaspeliquo tem ut aut licideni

aceribus esendanditia dolorrum

alicaborem. Osant.

Andionsequiae pore volorro

volorem aceptas debis audici occus

eos as susamus repro mos et, conse

con ero odi que con nullore, totate

is desed que eatiaesti te ex este

provide dolorem dicid et auda.

Nusaecum reptus, nulpa dem

volorum is doluptis comnienima inim

auda quiatur aspid mos nonsed qui

offi ctis sus quis as ad qui vellaut

rero vitatia doloreptatin conserum

cusantiam quaspedipis inis adi cus

at laut venimin pe everum verum ve-

riore premped quia ne vid que ven-

dand ellacipsa sa coritiaspit rerum

lit rem nis nobis mostende. Ectat

lab in cullaccusa assinci entotati as

ad modi nost lacepudam, corehen

ducius aligend igentiassi.

Uptia de voluptissim lit

aspicim inimusda pro

voluptio eria nulparc hiligen.

26

cultu

ra

Page 27: Revista Cleek

Moda

Page 28: Revista Cleek

Pollera negra U$S 81 l La ÓperaBlusa con encaje U$S 100 l Daniel CassinPulsera de perlas $1980 l RomeroCartera dorada $1000 l LoreanaCarabanas $890 l Kaunas

28

mo

da

Page 29: Revista Cleek

Pollera celeste U$S 81 l LemonCamisa blanca U$S 100 l Daniel CassinPulsera $1980 l BijxouCartera azul $1000 l LoreanaSombrero $1890 l LarkenSandalias azules U$S190 l PaddokPashmina degrade $990 l Lolita

Page 30: Revista Cleek

Vestido Rallado U$S 100 l ChickCollar U$S 100 l Daniel CassinPulsera $1980 l RomeroPañuelo $1000 l Loreana

30

mo

da

Page 31: Revista Cleek

Pulsera de madera U$S 81 l LoreanaCollar de madera y perlas U$S 100 l RomeroCollar con piedras $1980 l RomeroCollar marrón $1000 l Loreana

Page 32: Revista Cleek

32

soci

edad

Cuatro días de veda

tecnológica

Por Gabriela Vaz

Page 33: Revista Cleek

Dije que sí sin pensarlo. Incluso,

haciéndome la superada tecnológica,

aclaré: “Mirá que yo no soy ninguna

hiperconectada. No sé si tendré mu-

cho para contar”. Después de todo,

¿cuánto puede cambiarte la rutina

estar sin Internet y sin teléfono celu-

lar? El desafío -un experimento pe-

riodístico que han practicado medios

estadounidenses como el Esquire o

el Washington Post- implicaba cuatro

días de abstinencia, de viernes a lunes

incluido, para luego relatar el resulta-

do. Abstrayéndose de los detalles, no

parecía gran cosa.

Pero la liviandad con la que tomé el

tema desapareció a los dos minutos,

con las primeras recomendaciones.

“Si tenés información que vas a nece-

sitar en algún mail, pasátelo a Word.

Anotá los números que tengas en la

agenda del celular y puedas precisar.

También los del Outlook, porque no

vas a poder abrir la casilla. ¿Cómo vas

a hacer el fi n de semana, vos que no

tenés teléfono de línea? Fijate dónde

tenés cabinas públicas cerca. Y avi-

sale a la gente, así no piensan que te

moriste”.

Tomé por buenos todos los con-

sejos. Anoté, avisé, e intenté prever

al menos lo más grueso. En la etapa

de contarlo, las reacciones que recibí

fueron dispares; desde quienes veían

en la desconexión total una señal del

Apocalipsis, hasta los que sugerían

que estaría en condiciones de alcan-

zar un nirvana. El resto, la mayoría,

lo encontró simplemente divertido o

interesante, acompañado de un “pero

por suerte no me toca a mí”. El jueves

-o ya viernes- sobre las 2 de la maña-

na cerré la laptop y apagué el celular,

algo más inquieta de lo esperado.

Día 1

El primer obstáculo, lo sabía, sería

laboral. En el diario, la falta de celu-

lar no era un gran problema, ya que

el “contrato” no me impedía utilizar

los teléfonos de línea. Pero, ¿cómo

empezar el día de trabajo sin correo

electrónico, sin Google, sin sitios inter-

nacionales? La radio matutina repetía

titulares y daba cuenta de la muerte

de José Saramago sin ampliaciones.

Quería saber más, pero los diarios del

día no habían alcanzado a dar la no-

ticia. Los portales de Internet, plenos

de información, detalles y homenajes

varios, me estaban vedados. Tendría

que esperar a mirar el noticiero de

televisión de la noche. Una eternidad.

Prendí la computadora por inercia;

no tenía material para escribir. La falta

de conectividad había arrastrado con-

sigo toda la utilidad de mi máquina,

que yacía inerte. ¿Qué hacer? Tam-

poco tenía notas agendadas para ese

día. Había traído el libro de un autor

que debería entrevistar el lunes, pero

no pretendía pasar ocho horas absorta

en esa lectura. Miré a mi alrededor.

Las pantallas que me rodeaban eran

una oda a la conexión: Google, YouTu-

be, e-mails, portales de noticias. La

mía, me devolvía la foto del escritorio.

Empecé a revolverme en la silla. ¿Qué

hacer? Encontré una grieta al plan.

Entré a revisar los cables de las agen-

cias de noticias, por la red interna del

“Avisale a la gente, asi no

piensan que te moriste.”

Page 34: Revista Cleek

34

soci

edad

Page 35: Revista Cleek

COMUNICACIÓN: ¿Parcial o imparcial?

60% No puede vivir sin comunicarse. 25% No quiere vivir sin comunicarse.

11% Piensa que es posible hacer el intento.

4% No tiene la manía de vivir en comuni-cación.

diario, así por lo menos podría armar

“pastillas” (notas breves). Técnicamen-

te, no estaba quebrantando ninguna

regla. Pero el tecnicismo no me salvó.

“¿Qué estás haciendo? No, no, nada

de eso. Es igual que revisar Internet”,

me advirtieron mis compañeros. En-

tonces me entregué a la lectura, que

apenas fue interrumpida el resto de la

tarde por alguna colaboración laboral

breve y concreta.

Antes de partir, aproveché el telé-

fono para armar los planes del fi n de

semana. A la noche, juntada. “Te llamo

más tarde y arreglamos bien, porque

no sé a qué hora llego”, me dijo una

amiga a la que todavía no le había

contado del experimento. Estoy sin

celular, le cuento. “Bueno, conectate

al msn, que cuando llego te mando

un mensaje”. Suspiro y explicación.

Voz risueña: “Ah, entonces me tendrás

que buscar vos, porque vas a estar

inubicable”. A la hora pactada, me

sorprendí de mi propio acatamiento

y responsabilidad laboral saliendo de

casa en una noche fría y lluviosa, para

comprar una tarjeta de teléfono y bus-

car una cabina pública. En un radio de

tres cuadras alrededor de mi edifi cio,

visualicé al menos tres cuya presen-

cia nunca antes había registrado. Me

sonreí al introducir la tarjeta, tratando

de recordar cuándo fue la última vez

que había necesitado echar mano a

un teléfono público. No lo recordaba,

pero no menos de cinco años. La

sonrisa se me cortó al instante que me

atendieron y vi bajar el importe de $ 50

a $ 41, automáticamente. “¿Me llamás

de vuelta en un ratito?”, me piden. No,

cancelo, llueve, hace frío, y resulta que

llamar a un celular desde un público

es más caro que llamar a Nepal. No-

che de viernes cortada.

Día 2

A las 10.30 del sábado tenía que

pasar a buscar a mi hermana. Ella

tenía un evento laboral a las 11 y yo

había quedado en acompañarla. Me

desperté 10.30. El primer impulso fue

agarrar el celular, avisarle que no me

espere, que nos encontrábamos allá,

pero sólo me acordé que no podía

cuando vi la pantalla en negro. Los

tiempos eran ajustados, sin margen.

Si yo llegaba tarde, ella llegaba tarde.

Si yo no llegaba, ella me recordaría

en varios idiomas pero, conociéndola,

esperaría hasta último momento, y

seguramente también llegaría tarde.

Inspiré. La situación me estaba estre-

sando. ¿Cuándo se me había ocurrido

que no tener teléfono fi jo era una

buena idea? O la dejaba plantada o

le avisaba de alguna forma. Prendí el

celular. Llamé, le expliqué y apagué,

sintiéndome culposa, débil e inútil.

¿Sucumbía ante el primer nimio esco-

llo? ¿No era capaz siquiera de resolver

algo tan simple sin ese aparatito? ¿La

tecnología me otorgaba autonomía o

me convertía en una autómata?

A la tarde, fui hasta el diario en

“Bueno conectate al msn, que cuando llego te mando

un mensaje. Suspiro y explicación.”

Page 36: Revista Cleek

36

soci

edad

busca de mi bicicleta -la otra herra-

mienta que me conecta con el mundo

y que gracias a Dios no entra en la

categoría de tecnología de última

generación- que debido a la lluvia del

día anterior había abandonado. Ex

profeso, llevé el celular, que después

del paréntesis de dos minutos seguía

muerto, y lo dejé en un cajón de mi

escritorio. Tentaciones lejos, pensé,

todavía avergonzada de mi falta de

autosufi ciencia.

A la noche, cena con amigos. El

lugar y la hora eran concretos, así que

no debía haber inconvenientes. No los

hubo. Mi desconexión sideral fue uno

de los tópicos inmediatos de la mesa.

“¿Cómo te lleva?” Los puse al tanto.

Los tres, también periodistas, todos

de medios distintos, coincidían en que

trabajar sin Internet es prácticamente

imposible. Con el celular, en cambio,

las opiniones diferían. “Tu problema es

que no tenés teléfono fi jo. Pero estar

sin celular… debe ser `la felicidad`.

Que no te encuentren siempre, que

no te pidan cosas a cualquier hora”,

dijo uno, adoptando una postura zen

que poco va con su carácter. “Aparte,

a todos nos ha pasado: se te pierde,

te lo olvidás, se queda sin batería, y

no es el fi n del mundo”. A mi costado,

el otro varón de la mesa le retrucó:

“Mirá…yo tengo dos celulares y si uno

se queda sin batería, me pongo ner-

vioso”. Y la restante asintió. “Cuando

estoy sin celular, inevitablemente creo

que puede estar pasando una tragedia

y no tienen forma de avisarme”. Pensé

que eso ni siquiera se me había cruza-

do por la cabeza.

Día 3

Domingo. Plan: Feria de Tristán

Narvaja. Encuentro con una amiga a

las 12, acordado vía teléfono público

el día anterior. “Nos vemos en la ex-

planada de la Universidad. Si llueve,

suspendé. Si por alguna razón no

podés ir, no te quemes, ya sé que no

tenés cómo avisarme”. Listo, todos los

fl ancos cubiertos. “A las 12 estoy ahí”,

aseguró. Llegué puntual y me senté a

esperar. Cinco minutos, diez minutos,

veinte minutos. Pregunté la hora, ya

que al quedarme sin celular también

me quedé sin reloj. Confi ada, tampo-

co había llevado tarjeta de teléfono.

Pensé que, de haber podido, le habría

mandado un mensaje de texto ni bien

llegara para saber por dónde andaba,

cuando, no hace tantos años, era

capaz de esperar a otro media hora

sin excesivas ansiedades. El celular

reduce los márgenes de tolerancia,

concluí haciendo sociología barata.

Treinta y cinco minutos. No iba a venir.

¿Se habría dormido? No me preocupé,

no pensé en ninguna tragedia, sim-

plemente no había podido y no tenía

forma de avisarme. Recorrí la feria y

volví a casa dispuesta a no programar

más encuentros mientras siguiera

el período de veda tecnológica. A la

tarde, timbre. En general, si no espero

a nadie, no bajo. Esta vez, dadas las

circunstancias, me pudo la curiosidad.

Era mi madre, una de las pocas perso-

nas que conozco que todavía practica

la costumbre de “caer” sin asegurarse

la bienvenida vía mensaje de texto. .

Día 4

Ya era sufi ciente. Me desperté

pensando únicamente en que el día

pasara rápido. El fi n de semana había

“¿Cuándo se me había

ocurrido que no tener

teléfono fi jo era una buena

idea”

“El celular reduce

los márgenes de

tolerancia, concluí

haciendo sociología

barata”

Page 37: Revista Cleek

quedado atrás, y la noche del do-

mingo había tenido que apelar a mi

mejor control mental para ni siquiera

encender la laptop. Llegué al diario

anunciando que esa misma noche me

conectaba a todo. “Esta noche no.

Mañana debería ser”, me contestaron,

claramente divertidos con la situación.

“No, ya tengo material para escribir, ya

tengo claro lo que es estar sin Internet

y sin celular. El resto es torturarme”,

admití. “Claro, pero la tortura es parte

de la nota”, se rieron. Volví a prender

la computadora por costumbre. Por

lo menos, al rato tenía una entrevista,

lo que me acortaría la jornada. Quise

corroborar la dirección cuando me

di cuenta que la había anotado en el

Outlook. Y como quien levanta el

interruptor de luz para buscar las velas

una noche de apagón, mi segundo

impulso fue chequear si la habría

guardado también en el celular. Culpé

nuevamente a la inercia y me alegré

de seguir siéndole fi el al papel y el

lápiz. La dirección estaba prolijamente

anotada en una libreta que uso menos

de lo que debería. Finalmente, no era

para tanto. “El problema es que tengo

la atención fi jada en la carencia, y eso

me produce una sensación de inse-

guridad, pero no es para tanto”, me

autoafi rmé. ¿A horas del fi nal del ex-

perimento se me había dado por libe-

rarme? No. No sería para tanto, pero

yo quería -necesitaba- conectarme. El

tema volvió a salir, involuntariamente,

en la entrevista, cuando el entrevista-

do, un escritor, me preguntó si tenía la

información que la editorial me había

enviado por mail tres días atrás. Tuve

que explicarle, mientras pensaba con

cuánta gente más estaría quedando

mal debido a mis omisiones virtuales.

A la noche, apenas entré en mi

casa -y con la anuencia de mi jefa,

que entre risas decidió apiadarse de

mí- conecté la computadora. Ver la

pantalla de inicio de Google fue como

ponerme el respirador artifi cial, valga

la fi gura hiperbólica. Entré a Facebo-

ok, revisé mails, escribí y poco más.

Prendí el celular, leí los mensajes que

me habían caído, nada urgente, y no

contesté ni llamé nadie. Pensé cómo,

por tantos momentos durante esos

días, había sentido que actuaba sólo

por un cúmulo de refl ejos condiciona-

dos. Ahora mis estímulos estaban ahí,

dispuestos a ser exprimidos, y yo no

precisaba que me estimularan. Pero sí

precisaba que estuvieran.

“Cuando estoy sin celular,

inevitablemente creo que puede

estar pasando una tregedia y no

tienen forma de avisarme”

Page 38: Revista Cleek

Los

Page 39: Revista Cleek

Andes Nus, con porum nume et est voluptatem facit aut optaepudion re plandio nsequo tem unt, essusa suntius audis necaborro cori-tis sitasitatem inum cest, sanihitio eos eum et id maion es simpe exped moditio. Obis et vent venduci piciatatus. molore andit.

Aceatianit, quid et volorer ibearun

tionecatusam fugiaeceatur adignat vo-

lorem dolupicta nament peligni blaturi

busamus quo omniae eum es molupta

porae porion re acil maxime debitatum

autem ius nihiti simo omnis nusae re et

lici dem sum alis conet aut audis enis

re explab ime volorent ipis et, nestem

asperum que veribus, offi ctur, ute

eum re ad que sitasim et eum faceate

ctatatusdae as doluptis incilla.

lab ipsunt, voluptius sediscia volo

duciisquae. Ut volupta spellam aut

perferi andamus, nonseriatur molut ad

explabo. Ebis nonserit et fugit, odig-

nEnto dit aut autem dolupis sitatio.

Hent, si apiendant haritat que venit as

ne alit, omnita cone etur sit enderi aut

aut re nus dem accus soluptaectur aut

volor remolut pa sunto eumquiatint.

Adis net aut aut doloratur si blaturi

tionsed mod que num que velescia

nobis soluptatus soluptae pre cus.

Et quiateni conecat facersp ers-

perumet doluptae cum quos et fuga.

Et essinctur, am sae del inctius, quo

ipsam sam essi autata porumquas as

aliatur aspientem. Secest, odic tent

fugiant veria doloribusdam etur?

Odi omnim ad explit, aut as eos-

sunt acium, sunt.

Lique veliquo minciis suntusdae-

pe si quam sumque non nullabores

voluptaqui de perrum eiciliq uaturib

usantiaepro cullab ipsamen destiis-

sent, seque verroribus saperis sit.

Mendam solupta estrum nonsen-

tis dolo inctatur re none cor ma nit

volorunt aute poria quiatem ipsame

pla que sinvellest ut restis at dolupta

tendae ex earchilitat que re mo quis

es earios conseque nis nis et vendae

comniatem faceatet dolenda ecature

eum, nonet accuptatibus dellabo rro-

vide stiunt fugias autenim et enetus,

cus maionsed quat eium rem sa sitatet

asinulp ariatur, quodicit est di anis

untota volorum qui doluptius recuptat

apel exeria cor maximi, totaspit que

plitiunt experrum doluptas et hariorere

susdam nonsed quatio moleceatecea

nonet magnien discit, simaiorehene

sincit ipsus simus, sunte esequo

tem sam, que volorio ius expliquam

Pelendipiti dolenis iminis ea non con pos illorem

porepta voluptat milicient, untio. Udaepror re nis lar.

39

lug

ares

Page 40: Revista Cleek

Nam

se

etilia

pari

sci

inam

publiem

poend

er

icipse

natum

Romnim

tum

vividere

nitrur

aturo

etoru

m

vir

potim

oven

ius

ius

eo,

num

sed

conequium

P.

Ahaesc

i

onest

ra

civiv

eri

fact

ori

cion

ter

esse

nam

tem

nihi

liu

s

lin

tum

det

ocatq

ue

mus

cres

fac

ine

etor

a

conv

e,

Cat

uus;

huid

et

pris

cam

prarb

i

pordi,

40

gas

tro

nom

ía

Page 41: Revista Cleek

Net, sunt, ommodis alitios vene optatendis re poria pratem quatis reped ut hilluptatur si ut excerum restior eicimol uptatus pe lignie-nisci conserro offi cius ant assint hillaborro ellaborecto voluptassum ipsae provit latem fugiam facitessi dellore strunto tatemquam eatetur millant pro totatur accullatem a in-velenis sit est, sunt apid mo beat.

Odit hil imus aut offi ciet quides-tiorae ped que sit lit volor rerias dipitat quae consenimus molest, cum quunditatia consequod quodi consectur, con estisquis es denimol orempor ehendio odis porem sam laboribea debis dolupis verum que pel maion eatia veliquiae volora quod quatem verum repratio offi cipsaes et

autatquis exerrovidi cumque volor autae doloria nullaut quam sequo dolluptiur alique venistia peribus re nullab inciis ium ati ut autem conse volorumHent. Henda veliqui bea viduntis suntiistrum none-cesed ex exerem. Itio quaepre dolore core, offi cient iur, ut voloria que velestiis re non cullum adi res moloreiciae dolore que dictatum elenissi aut pore la vidunto mil molutem aut vendae sedist, ni doluptures ut a aut qui blamus-dam, vitiatet et re init optatem oloremped quatiae perrovidusa dolupid issimporem eos se nonse voloruptate occumqui ducipic tem simagnimus, omnim delest, qui doluptur, consecate doluptature sed que net dolorio nsequidel

Ugiaspidit is magnis elibus

mossin et fuga. Ut omnimag-

nis dollabo itae dem.

Ti dicipic iissita turepta quaerum voluptatus dolore del inis quam, cus. Idempor uptatius. Os dolup-tur re sit occus, odis exerionsenis et most, corerum il iunt, il ium alibus mostiantis dolupti aut fa-cientur. Is sit ea nam cus et earunt invenit ius ium delesto blabore volorem volest quod erspid que

Spaguetti a la Capresse

100 grs Ti dicipic iissita turepta3 Tuaerum voluptatus 1/2 Inis quamIdempor uptatius1 Lt Os doluptur

Page 42: Revista Cleek
Page 43: Revista Cleek
Page 44: Revista Cleek